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TEORÍA DE LA ANOMIA
TEORÍA DE LA ANOMIA
Esta teoría sociológica se denomina «teoría de la anomia» porque estudia las circunstancias
que debilitan la eficacia de las normas como guía para la acción individual.
El núcleo de la teoría de la anomia fue expuesto por Robert Merton en «Anomie and social
structure», un artículo publicado en 1938 que posiblemente es el más citado de toda la
historia de la criminología. La idea básica de este trabajo es que la importancia excesiva
atribuida a los fines que debe alcanzar la persona propicia que ésta, sobre todo cuando carece
de medios lícitos para alcanzar tales metas, se pueda plantear su logro mediante el recurso a
medios ilícitos.
Existen tres características que hacen que una sociedad sea anómica:
La estructura cultural de una sociedad define tanto los objetivos legítimos que las personas
deben perseguir en su vida como los instrumentos legítimos para alcanzarlos. Como indica el
autor una estructura cultural está desajustada cuando:
«(...) desarrolla una presión muy fuerte, a veces una presión de hecho exclusiva, sobre el valor
de determinados objetivos que comporta un interés hasta cierto punto pequeño por los
medios institucionalmente prescritos de esforzarse hacia la consecución del objetivo».
En el caso de la cultura norteamericana, el fin que más realza es el del éxito monetario.Este
enorme valor atribuido al éxito lleva a que la pregunta relevante para la persona no sea qué
medios lícitos tiene a su alcance, sino qué medios eficaces para alcanzar la riqueza puede
utilizar, sean estos lícitos o ilícitos.
La estructura cultural no limita a unos pocos el logro de los fines sino que los extiende a todos
los ciudadanos. En el caso de la sociedad norteamericana, esta idea se refleja con la noción del
«sueño americano» que dice que toda persona, sin importar su origen social, étnico o
cualquier otra circunstancia personal o social, puede y debe tratar de llegar a la cima.
c) Desigualdad de oportunidades
La estructura social limita para un sector social los recursos para lograr por medios lícitos los
fines sociales. En el caso de la sociedad norteamericana ésta es profundamente desigual y lleva
a que mientras que unos grupos sociales dispongan de una estructura de oportunidades
económicas, culturales y sociales para lograr alcanzar el éxito monetario, otros grupos (los
situados en el nivel más bajo de la estructura social: la clase baja y las personas en situación de
marginalidad social) encuentran bloqueadas, o por lo menos muy limitadas, las posibilidades
de satisfacer por vías lícitas la presión cultural hacia el éxito económico.
Una sociedad anómica produce una situación de tensión sobre muchos ciudadanos pues la
estructura cultural les induce a plantearse altas aspiraciones y en cambio la estructura social
limita, para ciertos grupos sociales, las oportunidades lícitas de alcanzar estas metas tan
elevadas.
Por lo que hace a la cuestión de las oportunidades el autor parte de que la clase social
influencia
Del juego combinado de estos dos factores resulta que la presión anómica, como consecuencia
del desequilibrio entre aspiraciones y oportunidades, será especialmente sentida por aquellas
personas de clase baja que se identifiquen con las metas de éxito.
a) Conformidad
La conformidad se caracteriza porque la persona interioriza tanto el logro de los fines de éxito
como el que para lograrlos debe hacerlo por los medios lícitos que están a su alcance.El
predominio de la respuesta conformista no significa que nos encontremos ante una sociedad
de triunfadores sino sólo que una mayoría sigue luchando para alcanzar el éxito (Merton).
b) Innovación
c) Ritualismo
No estamos frente a una respuesta delictiva sino meramente desviada que se dará
principalmente entre personas de clase media baja, que, teniendo dificultades estructurales
para alcanzar los fines de éxito, han sido más socializados que la clase baja al respeto a los
medios lícitos.
d) Apatía
meramente desviadas, sirve para englobar formas de vida de las personas que se han alejado
de la vida social: los alcohólicos, los vagabundos, los drogadictos, los mendigos.
e) Rebelión
La rebelión es una forma de adaptación colectiva caracterizada por poner en cuestión los
valores que sustentan una estructura social. Merton pone el ejemplo de la rebelión de la
minoría afroamericana en EE.UU. ante las barreras raciales que dificultan la movilidad social.
Explica Cohen, que cuando Merton fija las formas de adaptación de la persona en la sociedad
americana, resolviendo el conflicto que les produce las altas aspiraciones que fija la estructura
cultural y sus limitadas oportunidades lícitas-para alcanzar aquellos fines, parte de una visión
demasiado atomizada del individuo, como si éste sintiera y resolviera los problemas
independientemente de lo que piensan y hacen las personas de su entorno. En realidad, las
personas fijan sus fines, interpretan sus logros y eligen el modo de adaptación en comparación
con las personas que conforman su grupo de referencia.
La explicación que hace el autor del contexto de surgimiento de las bandas juveniles supone
un desarrollo de esta idea. El joven de clase baja que, en el ámbito escolar, tiende a
identificarse con jóvenes de su propia clase, adoptando el tipo de vida del chico de barrio, no
experimenta un desajuste entre aspiraciones y oportunidades y por ello la delincuencia no es
una respuesta a estos problemas. Para que surja la propia situación de presión anómica se
requiere que el joven de clase baja asuma como grupo de referencia a los jóvenes de clase
media, aspirando a encontrar reconocimiento por parte de estas personas.9 Sólo en tales
casos el joven de clase baja experimentará el conflicto y se planteará resolver sus problemas
de adaptación a través de la delincuencia subcultural.
Cloward-Olhin explican las condiciones para que una persona que experimenta el desajuste
entre aspiraciones y oportunidades llegue a desarrollar una respuesta delictiva. De tal manera
dan lugar a lo que el propio MERTON considera el más importante desarrollo de su teoría.
Pero del análisis de Merton, dicen Cloward-Olhin, parece derivarse que una vez que la persona
experimenta esta presión anómica -que le distancia de los medios lícitos, por advertir que
mediante ellos no va a conseguir el anhelado éxito económico- entonces ya nada le impide
recurrir a los medios ilícitos. Y aquí se encuentra el punto de innovación a la teoría de la
anomia de estos autores: no sólo las oportunidades lícitas pueden encontrarse bloqueadas,
sino que también es posible que la persona carezca de una estructura de oportunidades ilícitas
que sirva como vía alternativa para el logro de los fines que persigue. Si la persona se socializa
en un contexto en el que no existe una estructura que permite el aprendizaje de las
motivaciones y de las técnicas delictivas y que, a su vez, protege esta actividad de la
persecución penal, no será posible que la persona desarrolle una carrera en una subcultura
delictiva.
La primera de las estrategias -la que pretende modificar la estructura cultural— toma como
premisa el hecho de que lo que opera como primera fuente de presión anémica es el que las
personas sean inducidas a aspirar hacia altas metas pues esta presión hará que las personas
quiten valor al respeto a los medios lícitos cuando no le sirvan para alcanzar sus objetivos.
de manera que el recurso a los medios lícitos sea un instrumento posible de alcanzar el logro
del éxito económico Los planes de «lucha a la pobreza» y de «movilización de la juventud», de
las administraciones demócratas de Kennedy y Johnson están directamente influidas por estas
ideas.
4. Valoración crítica
Hirschi y Kornhauser consideran que de la teoría de la anomia se derivan los siguientes dos
postulados: que las personas con mayor discrepancia entre sus aspiraciones y sus expectativas
tienen más propensión a la delincuencia y que la delincuencia será más frecuente entre las
personas de clase social baja.
De acuerdo a su investigación, no es cierto que las personas con más desajuste entre
aspiraciones y expectativas sean más delincuentes que las personas cuyas aspiraciones y
expectativas estaban más equilibradas (Hirschi). No es el desajuste entre aspiraciones y
expectativas lo que aparece correlacionado con la delincuencia sino el hecho de que la persona
tenga bajas aspiraciones y bajas expectativas (Kornhauser).
La réplica de más calado proviene de Bernard. Para este autor, Hirschi y Kornhauser incurren
en el error metodológico de tratar de verificar en el nivel de la delincuencia individual una
teoría que no tiene ninguna tesis acerca del proceso individual que lleva a la delincuencia.
El hecho de que Hirschi observe una débil relación entre delincuencia y clase social, sigue
diciendo Bernard, tampoco contradice la teoría de Merton, la cual no presupone que la
mayoría de los delincuentes serán de clase baja sino sólo que sociedades anémicas como la
americana deberán tener más delincuencia de clase baja que otras donde el contraste entre
aspiraciones y oportunidades sea menor.
En primer lugar se destaca que cuando Merton, Cohen y sobre todo Cloward-Olhin,
aluden al problema de ajuste de la persona de clase baja que asume altas aspiraciones
se están refiriendo a aspiraciones estrictamente monetarias, en cambio en la
investigación de Hirschi las aspiraciones no son monetarias sino de acceder a través de
la educación y el trabajo al mundo de la clase media. Verificar que los que tienen
aspiraciones más altas de este tipo delinquen menos no es contrario a las predicciones
de la teoría de la anomia.
En segundo lugar, se señala que la población analizada por Hirschi no permite verificar
la tesis de los teóricos de la anomia, pues las personas que ya han desarrollado una
adaptación delictiva, sobre todo si ésta es subcultural, no se encuentran
principalmente en las escuelas. Mediante los estudios de autoinculpación sólo se
detectará un tipo de delincuencia leve, más uniforme entre las clases sociales, pero no
una delincuencia de cierta gravedad, que es la que teoriza la teoría de la anomia.
5. Planteamientos actuales
5. 1. Introducción
Las críticas de teóricos del control a la teoría de la anomia producen el declive de esta teoría
durante los años setenta y ochenta en el panorama norteamericano. No obstante, a partir de
finales de los ochenta, diversos autores, reaccionan a las críticas lanzadas por los teóricos del
control, considerando que la teoría de la anomia no ha sido falsificada y que sigue teniendo un
papel importante que cumplir en la explicación de la criminalidad y en la orientación político-
criminal. A partir de entonces se produce un nuevo interés por la teoría de la anomia.
5.2.1 ¿Es la teoría de la anomia una teoría social o una teoría individual de la delincuencia?
Una de las discusiones que estructura el debate actual sobre la teoría de la anomia es sobre la
dimensión en la que opera la teoría: la dimensión social (o estructural) o la dimensión
individual (o psicológica).
De la primera opinión son Bernard-Snipes para quienes lo único que afirma la teoría de la
anomia es que existen determinadas variables estructurales que están correlacionadas con las
tasas de criminalidad. De acuerdo a estos autores, Merton no plantea ningún peculiar estado
psicológico que deba tener la persona que delinque bajo la influencia de tales factores
estructurales y, por tanto, el acto delictivo puede ser fruto tanto de una situación de
frustración como de un cálculo de costes y beneficios de la persona.
Por su parte, Agnew, sin negar que la teoría de Merton tenga una dimensión estructural,
argumenta que la teoría clásica de la anomia tiene también una dimensión individual: la
actuación de las personas bajo presión anómica supone una situación de tensión que genera
un estado psicológico de frustración (o de rabia) que es el que en forma inmediata está
asociado con la criminalidad. Para Agnew la teoría de la anomia puede ser verificada tanto en
el nivel estructural como en el nivel individual, pues existe una única teoría de la anomia que
se expresa en los dos niveles.
El factor estructural que, de acuerdo a los autores, explica las diferentes tasas de criminalidad
entre EE.UU. y Europa occidental consiste en que la cultura americana transmite la idea de que
todas las personas deben tratar de llegar al éxito económico. Este valor, que supone un gran
estímulo al desarrollo económico del capitalismo americano, comporta como disfunción que
debilita el apego a los medios lícitos, si ellos no son adecuados para el logro del éxito
económico.
La innovación que realizan estos autores respecto de la obra de Merton consiste en señalar
que la preeminencia del valor del éxito ha llegado a colonizar aquellas instituciones que
podrían haber servido para transmitir valores distintos, moderando de tal manera la presión
anómica.
Esta colonización de la economía de otras esferas de la vida social tiene una doble contribución
a la delincuencia: directa e indirecta. La influencia directa se produce porque la preeminencia
del valor del éxito económico debilita el valor de tipos de vida positivos socialmente pero
ineficaces para alcanzar el éxito La influencia indirecta se produce porque esta prevalencia de
la economía lleva a inhibir mecanismos de control social, que derivan, de la dedicación de los
padres al cuidado de los hijos, de la involucración de los niños y jóvenes con las tareas
escolares." Además, el valor del éxito económico genera un impulso hacia el individualismo
que hace a las personas muy resistentes a los controles sociales.
La obra de Agnew está centrada en desarrollar esta discutida dimensión individual de la teoría
de la anomia. Interpreta la teoría de la anomia en el sentido de que su punto básico estriba en
que la persona experimenta una situación de tensión como consecuencia del desequilibrio
entre sus aspiraciones y sus expectativas. Esta situación de tensión genera un estado de
frustración que explica el recurso a la delincuencia. Pero el autor considera que si bien la teoría
de la anomia acierta en señalar la vinculación frustración-delincuencia falla en la
determinación de las fuentes de la frustración.
Respecto de las fuentes de la frustración, Agnew por una parte corrige y por otra amplía la
teoría clásica de la anomia. En lo que hace a la corrección, el autor señala que la fuente de
frustración no es el desequilibrio entre aspiraciones y expectativas sino el que se produce
entre expectativas y logros, o, en otras palabras, entre lo que consideramos justo obtener en
función de nuestro esfuerzo y lo que realmente obtenemos; son situaciones de esta clase las
que llevan a que la persona experimente frustración por no alcanzar los fines deseados.
Pero Agnew considera que la teoría tradicional de la anomia debe ampliarse para dar cabida a
otras fuentes de frustración. La frustración también puede producirse por situaciones como la
pérdida de estímulos positivos o como consecuencia de que la persona recibe estímulos
negativos. Es por ello que, en conclusión, Agnew considera que la situación de frustración se
produce porque la persona no es tratada por los demás como quisiera ser tratada.
La delincuencia puede ser una solución a la frustración por diversas razones: porque posibilita
mejorar nuestros resultados (robo), permite reducir el resultado de los demás y el juicio
comparativo resulta menos desfavorable (vandalismo), aporta nuevos estímulos que
sustituyan a los perdidos (uso de drogas) o permite la huida de estímulos nocivos (abandono
del hogar o de la escuela) o es simplemente el resultado de búsqueda de revancha frente a la
privación de un estímulo positivo o a la
En algunos casos se ha señalado como limitación de la teoría de la anomia que sólo sirva para
explicar un sector de la delincuencia: la delincuencia de personas de clase baja que tienen
bloqueadas o reducidas las vías legítimas de alcanzar sus aspiraciones y que realizan
comportamientos delictivos como una vía alternativa de lograr tales aspiraciones.
basará en la idea de que «el fin justifica los medios» que será el marco en el cual se desarrollan
técnicas de neutralización de la actividad delictiva y lo que lleva a organizar la empresa de
manera autoritaria, para evitar que las personas que la forman puedan discutir la realización
de las prácticas ilegales.
Debe distinguirse entre las propuestas político-criminales derivadas de las teorías sociales de
las derivadas de las teorías individuales.
Por lo que hace a las teorías sociales, Messner-Rosenfeld focalizan su propuesta político
criminal en un ámbito distinto al de los teóricos originales de la teoría de la anomia. Así, si para
Cloward-Olhin la forma de reducir la delincuencia consiste en ampliar las oportunidades de
movilidad de los grupos en posición social menos favorecida, para Messnerrosenfeld hay que
incidir sobre la fuente primera de presión anómica que, para ellos, es la primacía del valor del
éxito económico. Para ello se debe poner en cuestión el propio «sueño americano» La forma
de llevar a cabo esta política criminal consiste en tratar de fomentar valores alternativos al
éxito económico, como pueden ser la atención a los hijos, la educación y la solidaridad
comunitaria.
5.5Valoración crítica
Por una parte se ha producido lo que cabe llamar una continuación de la teoría de la anomia
con la obra de Messner-Rosenfeld y con las nuevas aplicaciones de la teoría a ámbitos
criminológicos poco explorados por los teóricos de la anomia (como la delincuencia de cuello
blanco). Por otra, tomando algunos planteamientos de la teoría de la anomia, Agnew ha
desarrollado lo que seguramente es más razonable considerar como una nueva teoría
criminológica dirigida a explicar la delincuencia individual (la teoría de la frustración).
En cuanto a las estrategias de política criminal propuesta por estos autores quizás, pueda tener
más posibilidad de ser aceptada, tanto por conservadores como por progresistas.
Por lo que hace a la concepción de Agnew lo más importante es que nos encontramos ante
una nueva teoría, cuyo núcleo no es el desajuste entre aspiraciones y oportunidades sino la
explicación de la actividad delictiva con el recurso a la idea de frustración. Esta teoría no entra
en competencia con la teoría social de la anomia por cuanto no trata de explicar las tasas de
criminalidad sino el proceso individual que lleva a la delincuencia. Hasta el momento la
verificación empírica de esta teoría ha dado resultados positivos, mostrándose la correlación
entre relaciones sociales negativas que producen frustración y actividad delictiva. Hay que
señalar que el nivel político-criminal de la teoría, que parece que debería orientarse en la
promoción de estrategias convencionales para manejar la frustración, ha sido poco
desarrollado.