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En la población escolar se calcula que hay aproximadamente un 10% de

niños y niñas que tienen dislexia.


No todas las personas disléxicas están diagnosticadas y son muchas las que
reciben un diagnóstico tardío que empeora el pronóstico de mejora. Cada
niño o niña con dislexia es diferente, por eso tanto la evaluación como la
intervención debe ser individualizada
Además de las dificultades para leer y comprender lo que leen, la dislexia
suele ir acompañada de otros síntomas que a menudo pasan desapercibidos
en la familia, incluso en el colegio.

En el diagnóstico de la dislexia, es crucial la implicación de los maestros;


ellos son los que más oportunidades tienen de detectar cualquier indicio de
que el niño presenta una dificultad y, por tanto, de poner sobre aviso a la
familia de manera precoz. Una vez que existe la sospecha de que pueda
tratarse de un trastorno de este tipo, deberán descartarse otras
posibilidades como:

 Una visión defectuosa.

 Una audición deficiente.

 Lesiones cerebrales no diagnosticadas.

 Un coeficiente intelectual inferior a lo normal.

 Trastornos emocionales.

 Presencia de alguna otra patología que influya en el aprendizaje


(dolores o malestar que disminuyan la capacidad de concentración).

 Métodos educativos inadecuados.

 Una entrevista con la familia es también muy recomendable, ya que


esto permitirá valorar las condiciones del entorno del niño y su posible
influencia en los síntomas observados: embarazo complicado, nivel
socio-cultural, clima afectivo, etcétera.

Una vez descartada la presencia de otras anomalías, se procederá a evaluar


las características de la enfermedad mediante distintos test y pruebas para
su diagnóstico. Para ello, conviene que tu pediatra te derive a un logopeda
especializado que realice dichas pruebas:

 Test de Frostig: se emplea en niños de cuatro a siete años. Este test


se realiza para estudiar el desarrollo de la percepción visual. Evalúa
la coordinación visio motora, las relaciones espaciales, etcétera.
 Test de análisis de lectura y escritura: son distintos test que detectan
los métodos de lectura y escritura del niño, así como los mecanismos
que no están funcionando correctamente. Los test de lectura se
aplican en niños de menor edad que los test de escritura.
 Test de comprensión lectora: se utiliza con niños de seis o siete años,
para evaluar su nivel de comprensión a la hora de descifrar un texto.

a dislexia es un trastorno específico del aprendizaje, por lo que los síntomas


cambian a medida que el niño/a crece o evoluciona. Desde la etapa infantil
es posible apreciar pequeños detalles que pueden hacernos sospechar que
un niño/a es disléxico. Entre los 6 y los 11 años los síntomas son más
evidentes o, al menos, más conocidos. A partir de los 12 años se hacen muy
claras las alteraciones del aprendizaje.

Algunas orientaciones que podemos seguir para trabajar con estos niños
tanto en la escuela y desde casa, con el fin de ayudarlos en el proceso de
aprendizaje de la lectura son las siguientes:
 Los niños/as pequeños tienen una conciencia muy escasa de los sonidos
del lenguaje. Oyen una secuencia continua de sonidos, pero no son
conscientes de que estos se pueden dividir en palabras, y estas últimas en
sílabas y mucho menos que las sílabas pueden estar formados por uno o
varios sonidos. Esta habilidad se llama conciencia fonológica y se puede
desarrollar con el ejercicio.
 Se ha comprobado que la conciencia fonológica facilita el aprendizaje de la
lectura tanto en niños pre-lectores como en niños con riesgo de presentar
dislexia. Por ello, facilitando precozmente los aprendizajes fonológicos, se
pueden prevenir problemas lectores que aparecerían posteriormente.
 Las actividades para adquirir conciencia fonológica son muy abstractas,
porque se basan en estímulos que el niño/a no puede ver ni manipular,
por lo que deben realizarse siempre a modo de juego, y a ser posible
apoyándonos en láminas, fotografías, dibujos, etc. El orden que habría que
seguir es comenzar con actividades de rima, continuar con la sílaba, y
acabar finalmente con el fonema. Hasta la edad de 5 años es muy difícil
que el niño/a consiga tener conciencia de los fonemas en todas las
posiciones de las palabras.
Actividades que la familia puede realizar en casa:

- Otros prerrequisitos son también importantes (atención, memoria,


vocabulario). Eso significa que el niño/a debe estar abierto a experiencias
variadas y sobre todo debe contar con la mediación de un adulto que vaya
ayudándole a madurar esos aspectos.
Algunas actividades caseras que desarrollan estos prerrequisitos son:
 Decirles el nombre de las calles por la que pasan; luego jugar a que
les lleve a una calle.
 Recordar nombre, apellidos y profesión de papá y mamá,
 Aprender su número de teléfono y los de algún familiar o amigo
 Localizar en las tiendas lo que van a comprar y cogerlo,
 Jugar con puzzles, barajas de familias, animales, etc,
 Aprender los días de la semana y los meses del año,
 Buscar diferencias entre dos dibujos casi iguales,
 Observar durante un tiempo una lámina, foto…, y preguntarles qué
cosas había, cuántas personas, qué ropas llevaban, qué tiempo hacía,
etc.
 Enseñarle canciones de corro, adivinanzas y refranes
 Dedicar algún rato a contar chistes
 Poner objetos sobre la mesa y decirle que cierre los ojos; esconder un
objeto y cuando abra los ojos tiene que descubrir cuál falta.
 Describirle un objeto de la casa. “tiene cuatro patas y nos sentamos
en ella cuando vamos a cenar”, y que lo adivine.
 Leer juntos una historia y hablar sobre ella. Hacerle preguntas para
ver si se acuerda de algunos de los acontecimientos del cuento.
 Recordar qué comió el día anterior en la comida y en la cena.
 Cambiar objetos de su lugar habitual en una habitación de la casa y
preguntarle si nota algo diferente.
 Aprovechar todo tipo de salidas de la ciudad para explicarle por qué
pueblos pasa y qué es lo que vemos.
 Ver con él un programa de tv y preguntarle por los personajes, cómo
se llamaban, qué cosas hacían, etc.
 Preguntarle sobre una habitación con los ojos cerrados: color de las
paredes, cuadros, muebles, otros objetos, etc.
 Estas son algunas de las actividades que pueden realizar los niños
para estimular el aprendizaje.

Estrategias de afrontamiento y apoyo

El apoyo emocional y las oportunidades de logros en actividades que no


impliquen lectura son importantes para los niños con dislexia. Si tu hijo
tiene dislexia:

 Sé comprensivo. Los problemas para aprender a leer pueden afectar


la autoestima de tu hijo. Asegúrate de expresar amor y contención.
Alienta a tu hijo promoviendo sus talentos y fortalezas.
 Habla con tu hijo. Explícale a tu hijo qué es la dislexia y que no se
trata de un fracaso personal. Cuanto mejor entienda esto tu hijo, mejor
podrá afrontar el hecho de tener una dificultad de aprendizaje.

 Toma medidas que ayuden a que tu hijo aprenda en el


hogar. Bríndale a tu hijo un espacio limpio, tranquilo y organizado
donde pueda estudiar y establece un tiempo para ello. Además,
asegúrate de que tu hijo descanse lo suficiente y se alimente de forma
regular y saludable.

 Limita el tiempo frente a la pantalla. Limita el tiempo que pasa frente


a pantallas electrónicas todos los días y utiliza el tiempo adicional para
la práctica de la lectura.

 Ponte en contacto con los maestros de tu hijo. Habla con los


maestros frecuentemente para asegurarte de que tu hijo pueda avanzar
según lo previsto. Si es necesario, asegúrate de que tenga tiempo
adicional para las pruebas que requieran lectura. Pregúntale al maestro
si grabar las lecciones del día para escucharlas luego puede ser de
ayuda para tu hijo.

 Únete a un grupo de apoyo. Esto puede ayudarte a ponerte en


contacto con padres de niños que tengan dificultades de aprendizaje
similares. Los grupos de apoyo pueden brindar información útil y apoyo
emocional. Pregúntale a tu médico o al médico de tu hijo si hay algún
grupo de apoyo en tu zona.

Lo que pueden hacer los adultos con dislexia


El éxito laboral puede ser difícil para los adultos que luchan contra la
dislexia. Para ayudar a lograr tus objetivos:

 Independientemente de tu edad, trata de que te evalúen y te


proporcionen ayuda para leer y escribir.

 Pregunta sobre capacitación adicional y arreglos razonables por parte


de tu empleador o una institución académica comprendida por la Ley
para personas con Discapacidades
Los problemas académicos no significan necesariamente que una persona
con dislexia no pueda tener éxito. Con los recursos adecuados, los
estudiantes capaces que padecen dislexia pueden ser muy exitosos. Muchas
personas con dislexia son creativas y brillantes, y pueden ser talentosas en
matemáticas, ciencia o arte. Incluso algunas personas tienen carreras
exitosas en escritura.
BIBLIOGRAFÍA

Natalia Dudzinska Camarero, Bióloga (2018)


https://www.webconsultas.com/dislexia/diagnostico-de-la-dislexia-754

https://www.prevencion-de-la-dislexia-orientaciones.html
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/dyslexia/diagnosis-
treatment/drc-20353557

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