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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Depósito Legal: M-43687-2011


ISBN: 978-84-615-7543-5

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

AGRADECIMIENTOS

Gracias a todos los que han colaborado, de una u otra


manera, para que este libro fuera posible. En especial al
Cuerpo de Policía Municipal de Madrid y sobre todo, a su
Sección Canina.

No es posible nombrar a todos los que nos han prestado


su ayuda y colaboración, porque seguro que nos olvidaríamos
de alguien. Vosotros sabéis bien quiénes sois. A todos,
gracias.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

ÍNDICE
PRÓLOGO.............................................................................................................. 7
1. PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS ................................................... 11
2. GUÍA DE PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS ................................... 19
3. ADIESTRAMIENTO DE PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS ............ 23
4. ADIESTRAMIENTO DE PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS ………
ESTUPEFACIENTES ............................................................................................. 29
4.1. Definición y clasificación de las drogas ............................................... ….. 30
4.2. Técnica de adiestramiento de perros en búsqueda y localización de
estupefacientes................................................................................................. 32
5. INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE
SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES..................................................................... 53
6. ADIESTRAMIENTO DE PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS
EXPLOSIVAS ......................................................................................................... 61
6.1. Conocimientos básicos de los explosivos.................................................. 62
6.1.1. Definición .......................................................................................... 63
6.1.2. Clasificación...................................................................................... 63
6.1.3. Reconocimiento de los explosivos.................................................... 66
6.1.4. Detonadores y rabizas ...................................................................... 73
6.1.5. Reglas básicas en el manejo de explosivos ..................................... 74
6.1.6. Trampas explosivas o cazabobos .................................................... 76
6.2. Artefactos explosivos. Clasificación ........................................................... 78
6.3. Técnica de adiestramientos de perros en búsqueda y detección de
explosivos.......................................................................................................... 81
7. INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE
SUSTANCIAS EXPLOSIVAS ................................................................................. 107
7.1. Intervenciones a requerimiento.................................................................. 110
7.1.1. Correspondencia............................................................................... 113
7.1.2. Objetos abandonados....................................................................... 115
7.1.3. Artefactos en vehículos .................................................................... 117
7.1.4. Requisa en exteriores e interiores de edificios ................................. 122
7.1.5. Detección de explosivos en vías de tren .......................................... 125
7.2. Recorridos y requisas preventivas….…… ................................................. 126
8. FACTORES QUE LIMITAN LAS ACTITUDES CANINAS ................................ 131
9. NOCIONES BÁSICAS SOBRE COMPORTAMIENTO CANINO...................... 139
EPÍLOGO ............................................................................................................... 151
BIBLIOGRAFÍA ....................................................................................................... 153

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PRÓLOGO

E studios paleo-antropológicos aseguran que la relación del


hombre con el perro tiene una gran antigüedad, aunque parece
ser que en su origen fue simplemente la de cazador-presa, formando
parte de la alimentación humana hasta una época tan tardía como la
Edad de Bronce, constituyendo probablemente desde entonces el
primer tabú alimenticio de la humanidad.

Los primeros ensayos de domesticación parece que se realizaron


a finales del Paleolítico o principios del Neolítico, siendo el perro uno
de los primeros animales en ser utilizados como animal doméstico ya
que tiene unas exigencias alimenticias bastante parecidas a las
humanas, pudiendo sobrevivir con los restos de la dieta del hombre.
En los yacimientos de los natufienses, hace unos 12.000 años, ya se
encuentran restos de perros domésticos.

De todos los animales que domesticó el hombre, sólo el perro –


Canis familiaris– se integró en la vida doméstica y tuvo usos
secundarios en actividades como caza, guarda y pastoreo. Con
posterioridad, en épocas más recientes, ha sido utilizado en los
conflictos bélicos realizando distintas funciones, desde el combate
hasta el enlace, e incluso empleado como arma móvil transportando
explosivos hasta posiciones enemigas. En la actualidad ha tomado gran
auge su uso en otras funciones, como son:

• Perros adiestrados para acompañar a personas con


minusvalías (invidentes o personas con movilidad reducida).
• Perros empleados en competiciones deportivas.
• Perros de utilización policial en sus distintas especialidades:
– Seguridad.
– Detectores de especialidades policiales:
o Sustancias estupefacientes.

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o Sustancias explosivas.
o Otras sustancias: orgánicas, papel moneda y otras.
• Rescate: en escombros, en avalanchas y en grandes áreas.

En esta obra trataremos de dar una visión sobre los perros


detectores de sustancias explosivas y estupefacientes, cada vez más
empleados por distintos cuerpos policiales debido al aumento de la
utilización de estas sustancias por grupos de delincuencia
organizada de todo tipo.

A diferencia de otros manuales, guías y libros que tratan sobre


materias policiales específicas, en el caso que nos ocupa, y al tratar
con seres vivos –con la independencia y características individuales
que ello conlleva–, no encontramos una norma general, absoluta,
cerrada e incuestionable sobre el adiestramiento de perros
detectores de sustancias. Aquí tratamos de enfocar un método de
adiestramiento que surge de la combinación de diferentes tácticas y
técnicas utilizadas hoy en día por fuerzas y cuerpos de seguridad,
por lo que va especialmente dirigida a futuros profesionales de las
mismas,
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interesados en este ámbito de la seguridad.
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"
""
" No pretendemos innovar nada que no se haya hecho ya ni tampoco
"obviar la posibilidad de algo que se pueda hacer, aunque sí trataremos
de dar un punto de vista particular y sencillo, refundiendo las diferentes
técnicas que se aplican en el adiestramiento de perros detectores de
sustancias explosivas y de estupefacientes. Es particular porque
pretendemos que, aunque puede ser de utilidad para todos aquellos
poseedores de perros de trabajo, está dirigido para su aplicación a los
perros de las diferentes fuerzas y cuerpos de seguridad. Es sencillo
porque lo sencillo es fácil de aplicar y de cumplir.

Partiendo de la frase ya universal del entrenador de fútbol Vujadin


Boskov: “fútbol es fútbol”, un perro es un perro, con todo lo que ello
conlleva; así de sencillo y así de complicado. No vamos a entrar en
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definiciones, cálculos o consideraciones estériles y probablemente


verdaderas pero que no nos son útiles a la hora de aplicar a nuestro
trabajo, como tampoco vamos a repasar conceptos claros y básicos de
todos conocidos.

Este enfoque no es único ni universal, pues la adaptación, y en


muchos casos, la improvisación del guía canino a las circunstancias
que rodean la técnica de adiestramiento en materia de detección de
sustancias hacen que sea imposible plasmar en un documento los
diferentes tipos de formación que existen, haciendo que esta
formación sea continua, viva, dinámica y variable. Para ello,
debemos conocer cómo funciona física y mentalmente el perro y
también como funciona en particular nuestro perro. Igual que
estudiamos y nos preparamos para afrontar los distintos tipos de
delincuencia que existen, debemos estudiar cómo es el perro a
adiestrar y, por supuesto, cómo somos nosotros. Hemos de
reconocer que en muchas ocasiones no todos los perros son útiles
para la función a realizar, mientras que en otras ocasiones somos
nosotros los incapaces de desempeñar esa función.

Lo primero que aprendimos respecto al adiestramiento canino


fueron las premisas premio y castigo, al parecer herencia de Iván
Petróvich Pavlov, el fisiólogo ruso que desarrolló la ley del reflejo
condicionado de los perros. Lo segundo fue paciencia y repetición,
gracias al zoólogo austriaco Konrad Lorenz, que estudió el
comportamiento animal. Posteriormente se añadió el concepto
conocimiento de la materia a aplicar; a ello añadiríamos más dosis de
todo lo anteriormente aprendido, observación y adaptación, pero,
sobre todo, PACIENCIA, PACIENCIA y PACIENCIA.

No pasa un día en el que, tratándose de perros, no aprendamos


algo. En el mundo del perro, como en todo lo demás, el que piense
que ya lo sabe todo y nadie le puede enseñar nada probablemente
sepa muy poco y apenas podrá enseñar algo.
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1. PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

L o primero que debemos de entender es que no todos los perros


son adecuados para la detección de sustancias explosivas o
estupefacientes. Debido a la complejidad de este tipo de
adiestramiento, conviene diferenciar entre el perro detector de
estupefacientes y el perro detector de explosivos, pues si bien las
cualidades primarias han de ser las mismas, posteriormente hay
particularidades que nos han de determinar la especialización más
adecuada para el perro seleccionado. Al principio trataremos el tema
de manera genérica para, posteriormente, separar ambas
especialidades con el fin de que queden bien entendidas.

El perro detector de sustancias es el que tras un proceso de


selección, ha sido entrenado para la búsqueda y localización de las
mismas por medio de una asociación típica de olores. A la hora de
seleccionar nuestro perro detector de sustancias debemos de tener
en cuenta una serie de requisitos mínimos que ha de cumplir.

En la actualidad, la mayoría de las fuerzas y cuerpos de seguridad


seleccionan y compran los animales cuando son jóvenes, es decir,
entre los 12 y 18 meses, por lo que sería conveniente tener un
protocolo a la hora de la selección para contemplar una serie de
mínimos a cumplir.

Probablemente, para obtener el máximo rendimiento del perro a la


hora del adiestramiento en especialidades, sería mejor seleccionarlo
a una edad mucho más temprana, pero la experiencia obtenida en la
mayoría de los cuerpos policiales y militares ha sido la contraria. La
cría y selección de perros presenta numerosas, complejas y costosas
consideraciones, que hacen más rentable la compra de estos
animales a criadores, aunque ello vaya en detrimento del
denominado binomio guía-perro.

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En municipios con escasa plantilla policial y en protección civil se


está orientando esta selección de perros, así como su tenencia de
manera más particular; es decir, el guía canino que presta sus
servicios en una institución de este tipo selecciona su perro, bien
criándolo él mismo o comprándolo ya adulto, y convive con él la
mayoría del tiempo en su propio domicilio, pasando a prestar servicio
el perro cuando lo hace el guía. Este tipo de selección funciona muy
bien para especialidades como rescate, rastro y todas las de carácter
deportivo. Sin embargo, el perro detector de sustancias
estupefacientes y explosivas presenta más complicaciones,
empezando por las propias sustancias a detectar.

Lo ideal para un perro detector de sustancias es hacer una


selección más temprana del animal, entre los cuatro y seis meses de
vida. El perro en este período ha tenido una impregnación total en
camada, y posteriormente tendrá una formación en el medio social
en el que va a desarrollar su actividad. En esta etapa de formación,
el guía canino es parte activa en el proceso de observación y
educación del animal. Se encauzan y reconducen sus
comportamientos naturales, moldeándolos a nuestra conveniencia. El
juego, la estimulación, la potenciación de los instintos de cobro y
presa en unas ocasiones, la firmeza y contundencia en la corrección
de conductas en otras, ayudarán al guía para la siguiente fase, que
es el adiestramiento propiamente dicho del perro detector de
sustancias.

Esta fase de educación, donde realmente se crea y potencia el


llamado binomio guía-perro, es larga y estéril funcionalmente en
apariencia, pero fructífera para el posterior adiestramiento, apartado
éste que desarrollaremos más adelante.

Es aquí donde las distintas administraciones ven económica y


temporalmente costoso este tipo de selección de perros detectores
de sustancias, lo que unido a otros factores –en unos casos legales,
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en otros personales– hace que se compren los perros cuando son


jóvenes, siendo adquiridos a criadores que generalmente los
seleccionan en países del Este de Europa para su posterior venta a
las distintas fuerzas y cuerpos de seguridad.

De todos es sabido que una cosa es el ideal y otra lo real. Por ello,
en este apartado de selección de perros detectores de sustancias
vamos a tratar la selección real que hoy en día se realiza en la
mayoría de las diferentes fuerzas y cuerpos de seguridad.

La selección del animal debería hacerse en el centro de trabajo


donde va a desarrollar la actividad el perro; es decir, fuera de su
ámbito habitual, con ello observaremos su adaptabilidad. Si bien el
criador debe tener una primera toma de contacto con el animal donde
nos muestre sus cualidades, posteriormente sería acertado,
siguiendo las indicaciones y consejos de este criador, una toma de
contacto por parte del personal o adiestradores que va a efectuar la
selección, con el fin de comprobar la ausencia de miedos y fobias, la
sociabilidad, la aptitud a la hora de realizar el cobro y presa de
objetos, la posesión y portabilidad de los mismos, la iniciativa que
muestre el animal y, en definitiva, la confianza y seguridad del perro
en sí mismo.

En esta primera toma de contacto también podemos observar el


comportamiento investigativo, la intensidad en el juego, la
independencia y la deseable ausencia de instinto de agresividad,
pues este instinto hace que el perro, generalmente, resuelva los
problemas mordiendo.

Entenderemos como comportamiento investigativo la iniciativa del


perro para buscar y localizar objetos “tirando de nariz”; es decir, que
utiliza la nariz a la hora de buscar objetos, venteando, buscando
rastros, con elevado grado de insistencia y minuciosidad, evitando
las posibles distracciones del entorno. Un perro que carece de esta
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facultad tan importante en estas especialidades es totalmente


descartable, pues despertar esta conducta es muy costoso, por no
decir imposible.

No menos importante es comprobar la sensibilidad del animal a


seleccionar, clasificando a los perros como:
• Supra-sensibles, con alta sensibilidad; es decir, delicados y
débiles en cuanto al carácter.
• Sensibles, perros equilibrados, que reaccionan con normalidad
a los estímulos a los que son sometidos.
• Sub-sensibles, que están por debajo de esa normal
sensibilidad, fuertes e incluso arrogantes, sin llegar a mostrar
agresividad.

Debemos de seleccionar el perro equilibrado, pero con cierta sub-


sensibilidad, que muestre cierto poderío. La agresividad moderada
no es mala si es reconducida y canalizada hacia donde nosotros
queremos.

Se dice –en nuestra opinión con buen criterio– que es mejor


recortar que estirar, y lo cierto es que, teniendo en cuenta lo difícil
que es la selección de un perro de trabajo, el buen guía canino
tendrá en unas ocasiones que estirar para mejorar condiciones y
aptitudes, y en otras que recortar para limar comportamientos no
deseados.

No debemos confundir los términos educar y adiestrar con


humanizar y sociabilizar. A nosotros, como guías caninos de perros
detectores de sustancias, nos interesa, sin entrar en conflictos
lingüísticos, el adiestramiento del perro para realizar una función en
un ámbito policial. El moldeado del comportamiento natural ya se da
por realizado en la fase previa a dicho adiestramiento.

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Los aspectos veterinarios deberán ser observados por el


facultativo responsable, quien, además de comprobar la morfología
del animal, se hará cargo de las pertinentes analíticas.

En cuanto a la documentación reglamentaria obligatoria, los guías


caninos son meros colaboradores de las instituciones, siendo éstas,
a través de las comisiones de compra u otros organismos, las que se
encargan de esas labores burocráticas. Hay que aclarar que en
algunas razas, como la del pastor alemán, existen varias líneas de
cría, polarizadas en animales de trabajo y de belleza.

Cada institución busca lo más adecuado a sus necesidades, pero


lo óptimo, dentro de unos estándares, es seleccionar un buen perro
de trabajo, siendo la belleza o el pedigrí algo secundario para las
fuerzas y cuerpos de seguridad. En estos términos, podríamos hablar
de eugenesia canina; es decir, seleccionar para aumentar las
cualidades o modificar comportamientos y apariencia para mejor,
consiguiéndose así avanzar hacia una eugenesia positiva. En
definitiva, huir de un estándar, valorándose más las conductas,
aunque este punto compete más a los criadores.

El perro policial por excelencia es el de raza pastor, de guarda,


defensa y utilidad, de tamaño mediano, versátil, decidido, fuerte y
armonioso. Actualmente se están utilizando otras razas –como los
terriers y de agua– muy útiles para el trabajo policial, como en los
registros de interiores de vehículos.

Teniendo en cuenta los dos tipos de especialidades policiales que


vamos a tratar, distinguiremos entre el perro detector de
estupefacientes y el de explosivos, sustancias éstas muy distintas,
que nos determinarán la selección de un perro u otro para cada tipo
de adiestramiento.

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Cabe recordar, llegados a este punto, que no podemos tener un


animal que realice muy bien su trabajo pero que, por otra parte, sea
un peligro para los demás usuarios de la vía pública.

Socialización. Perros de trabajo en actitud relajada.

En un perro detector de estupefacientes, su búsqueda y


localización se realiza de forma activa, a favor de instinto. El perro
descarga agresividad en su detección, marcando de forma insistente
y contundente el lugar donde existen partículas de la sustancia para
la que ha sido adiestrado. Por el contrario, en un perro detector de
explosivos su búsqueda y localización se realiza de forma pasiva, en
contra de instinto. El perro ha sido adiestrado para inhibir la agresión
a la hora de detectar la sustancia, marcando de forma pasiva:
sentado, tumbado o quieto, procurando no tocar el lugar de donde
emanan dichas partículas. Esta inhibición, al contrario que en el perro
detector de estupefacientes, es muy difícil de canalizar, pues va en
contra de instinto; el perro es frenado de forma radical en su instinto
de cobro.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Existen innumerables formas de realizar esta canalización,


debiéndonos adaptar a cada perro y situación. Órdenes conocidas,
frustraciones, utilización de instrumentos como el clicker,
colaboraciones de otros guías, todo valdrá hasta que demos con la
fórmula adecuada para aplicar al adiestramiento de nuestro perro.

Más adelante nos detendremos en analizar cómo se realiza el


adiestramiento en las búsquedas propiamente dichas.

Las principales cualidades a observar a la hora de seleccionar un


perro para su adiestramiento en detección de sustancias deben ser:
• Perro joven.
• Adaptación al medio.
• Ausencia de fobias.
• Adecuada socialización.
• Instintos de caza y presa.
• Seguridad y confianza.
• Comportamiento investigativo.
• Potencia moderada.
• Sensibilidad equilibrada.
• Buen estado físico y psíquico.
• Desarrollado sentido del olfato.

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2. GUÍA DE PERROS DETECTORES DE


SUSTANCIAS

E l guía de perros detectores de sustancias tiene que ser un


profesional en continua formación, lo que implica constancia y
trabajo regular, motivación personal e interés en el estudio del
comportamiento canino. Los conocimientos adquiridos antes de
realizar los entrenamientos, la paciencia en las correcciones, la
equidad en los premios y castigos, el auto-control, la confianza en el
animal y en nosotros mismos nos llevarán seguro a realizar un buen
adiestramiento y a obtener un buen perro para prestar servicios de
especialidades policiales. Estos factores anteriormente citados van a
dotarnos de la capacitación suficiente para que seamos los
profesionales que queremos llegar a ser.

Para ser un buen guía de perros detectores de sustancias hay


que tener unos mínimos conocimientos, tanto caninos como del
producto a detectar por nuestro perro. Debemos ser exigentes
con nosotros mismos y reconocer nuestras limitaciones para
mejorarlas y superarlas. Antes de comenzar con este tipo de
adiestramiento, debemos poseer aptitudes en este campo, pues
si la experiencia es importante en todos los aspectos de la vida,
en éste aún más. Aquí se nos brinda la oportunidad de empezar
y progresar hasta lograr el nivel deseado. Debemos marcarnos
unas metas alcanzables, ya que ser guía de perros detectores
de sustancias se encuentra en las últimas etapas de esta
carrera. Volviendo al símil futbolístico, todos podemos jugar al
fútbol, pero jugar en primera división son palabras mayores.

Planificar la labor a realizar, reflexionar sobre el trabajo hecho,


estudiar y valorar los resultados nos va a completar como
profesionales. Comparándonos con nosotros mismos nos daremos

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

cuenta de los cambios, variaciones y disposiciones que hemos


adoptado; en definitiva, evolucionamos.

La adaptación a las circunstancias, la improvisación de técnicas y


herramientas, junto con la experiencia, van a determinar nuestro
propio método de adiestramiento. Como ya dijimos, no hay un
método, hay métodos, y debemos de encontrar el nuestro para cada
caso particular.

Es interesante llevar una agenda donde anotemos la progresión


diaria en el adiestramiento. Lo que está apuntado no se olvida y,
además de recordarnos el programa realizado, nos sirve para
enseñanzas posteriores con otros perros.

Aprovecharnos de las mejores condiciones climáticas en el


entrenamiento –como la humedad y el ambiente fresco–, buscar las
corrientes de aire, seleccionar lugares para realizar ejercicios, todo
ello incrementando el grado de dificultad, harán que nuestro perro
disfrute trabajando. Observando esta progresión disfrutaremos con
los resultados de nuestro trabajo.

La lógica y la experiencia nos muestran que en las distintas fases


en las que se realiza el adiestramiento se producen ciertas
ralentizaciones e incluso retrocesos. Recurrir al consejo y
asesoramiento del compañero u otros profesionales cuando se
producen bloqueos, tanto en el perro como personales, no merma
nuestras cualidades. Todo lo contrario, nos ayuda a conseguir
nuestro éxito profesional.

En muchas ocasiones, bien por necesidades del servicio o


personales, el adiestramiento del perro se interrumpe de forma
prolongada. Esto no es deseable, aunque no irrecuperable. Lo
óptimo es dar continuidad al proyecto y finalizarlo de manera
continuada, progresiva y completa.
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No menos importante es realizar ejercicios de mantenimiento.


Para ello aprovecharemos, siempre que las condiciones lo permitan,
los servicios ordinarios que se realizan. Entrar en una rutina viciosa
es lo peor que puede ocurrir al binomio guía-perro.

Nosotros debemos ser lo que exigimos que sea nuestro perro. Un


buen estado físico y anímico incrementa la capacidad de mejorar los
resultados en los entrenamientos y en los futuros servicios a realizar.
De todos es conocida la ya famosa frase “el perro es fiel reflejo del
guía”; con esto queda todo dicho.

Las principales cualidades deseadas en el guía de perros


detectores de sustancias son las siguientes:
• Profesionalidad.
• Constancia y regularidad.
• Adaptación.
• Actualización.
• Confianza.
• Motivación.
• Planificación.
• Buen estado físico y anímico.
• Autocontrol.
• Paciencia, mucha paciencia.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

3. ADIESTRAMIENTO DE PERROS DETECTORES


DE SUSTANCIAS

P ara conseguir nuestro objetivo existen varios métodos, pero el fin


primario es la asociación de olor de la sustancia a detectar, y el
fin último es la búsqueda y localización de dicha sustancia.

Tanto en los perros detectores de estupefacientes como en los


perros detectores de explosivos esta asociación se realiza de la
misma manera, aunque una vez localizada la sustancia el marcaje de
la misma sea totalmente diferente.

La temporalidad en este tipo de adiestramiento es muy variable,


pues se han de tener en cuenta gran cantidad de factores. Partiendo
de un perro joven, que ha sido seleccionado para ser adiestrado en
la detección de sustancias, el proceso de reconocimiento mutuo, de
establecimiento jerárquico y de estrechamiento de la relación guía-
perro es importantísimo. Se tiende a pasar con rapidez sobre este
punto, pues se considera tiempo perdido cuando en realidad es
tiempo invertido. Durante esta etapa, además de conocer
plenamente a nuestro perro, se puede aprovechar, a través del juego
y la continua observación por parte del guía, para preparar el futuro
adiestramiento.

Como ya hemos citado, la constancia y continuidad en el trabajo


son fundamentales. Siempre se pregunta cuánto tiempo se tarda en
adiestrar un perro detector de sustancias; responder “depende” es lo
más lógico, pero si tuviéramos que dar un dato lo más exacto posible
nos atreveríamos a decir que no menos de dos meses y no más de
cuatro, todo ello basándonos en la experiencia y siempre que se den
los factores adecuados en la fase de adiestramiento.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

No menos importante es tener claro qué necesitamos de un perro


detector de sustancias, pues también va a influir la cantidad de
producto que queremos que detecte y, por supuesto, la versatilidad
que vamos a exigirle.

En nuestra opinión, un perro detector de sustancias debería tener


las menores especialidades posibles y una obediencia sencilla,
buscando la eficacia.

Hay entidades que tienen a sus perros adiestrados en una


obediencia muy estricta. Son animales detectores de sustancias que
además tienen la especialidad de defensa y ataque. Esto, aunque
parece muy difícil de conseguir y a veces imposible de pensar, es
muy frecuente, lo que hace que no sea correcto.

Es posible que alguien haya visto o incluso tenga un perro tan


completo que tenga condiciones para todas esas especialidades,
pero eso no implica que sea muy bueno en todas ellas. No es lo
mismo preparar un perro para un campeonato, o una exhibición, que
hacerlo para que preste servicios en la vía pública.

Estas consideraciones las entienden muy bien los profesionales


que trabajan con perros de rastro o rescate. Una pista de
entrenamiento no es igual al lugar donde ha ocurrido una catástrofe o
donde ha desaparecido una persona.

El perro detector de sustancias ha de tener una obediencia


mínima, que cubra aquellas órdenes que nos interesen, y una
especialidad única, aquélla para la que ha sido seleccionado.

Existen varios métodos de adiestramiento, pero el más utilizado y


el que aquí vamos a describir es el denominado condicionamiento
instrumental, en el que el perro realiza una acción que produce una
reacción. Esta acción va acompañada de una asociación y una
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

consecuencia. Si la acción tiene consecuencias positivas, se repetirá;


si tiene consecuencias negativas, se eliminará. La diferencia con el
condicionamiento clásico descubierto por Pavlov se basa en que en
el condicionamiento instrumental el animal participa de forma activa
en la acción.

Éste es un método natural, el hombre refuerza algunas de las


acciones que realiza el perro, interviene sobre su conducta haciendo
que se repitan las positivas mediante juego, gestos de ánimo, voces
o comida, es decir, el refuerzo positivo fija conductas.

Por otro lado, también se interviene para evitar que se


establezcan conductas negativas mediante la eliminación de
gestos positivos o la utilización de estímulos opuestos a la
satisfacción. El refuerzo negativo inhibe conductas. Este matiz
diferencia el refuerzo negativo del castigo.

Hay otros métodos de adiestramiento más novedosos para la


asociación de olores y la búsqueda propiamente dicha, en ellos se
utilizan utensilios y herramientas que los hacen más complicados, pero
no por ello menos efectivos. La calidad de los conocimientos del guía
va a determinar el mejor método a utilizar, teniendo en cuenta las
necesidades del animal.

El adiestramiento con clicker, en el que el perro es recompensado


a medida que realiza aproximaciones, el adiestramiento con collar
eléctrico, en el que el perro es guiado a través de impulsos a la
consecución de un objetivo y el uso del silbato, tomado de los
cazadores, son métodos cada vez más utilizados por los
profesionales, pero su aplicación resulta ciertamente delicada dado el
alto nivel de profesionalidad que ha de tener el guía.

Otro método muy usado por los profesionales caninos es el


denominado sistema de moldeado, consistente en que, con la
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

mínima intervención por parte del guía, el perro realice una acción
deseada por aproximaciones sucesivas, siendo inmediatamente
recompensado. Esta asociación con continuas repeticiones va a
moldear la conducta del animal reconduciéndola al adiestramiento
deseado.

Queremos significar que, como hemos comentado anteriormente,


no hay métodos malos ni buenos, y que en muchas ocasiones
tendremos que realizar la combinación de varios; en otras,
deberemos adaptarnos a las situaciones y a veces tendremos hasta
que inventarlos, si es posible. Este adiestramiento no es ciencia
exacta y está en continua y paralela evolución al comportamiento
canino. Si un método no es muy ortodoxo, pero funciona, no hay que
dudar en utilizarlo. Todos los objetivos obtenidos a base de trabajo e
imaginación justifican el fin del adiestramiento.

Una vez aclarados los objetivos y los métodos comunes para la


realización de un correcto adiestramiento de perros detectores de
sustancias, vamos a separar las técnicas para cada especialidad:
estupefacientes y explosivos. Además pensamos que es necesario
tener previamente unos conocimientos básicos sobre las sustancias
que queremos buscar.

En el caso de estupefacientes debemos tener especial cuidado


para evitar la posible intoxicación del animal. Debemos conocer lo
que vamos a enseñar a buscar a nuestro perro. En muchos casos la
sustancia a localizar se encuentra a simple vista, por lo que con una
inspección ocular por parte del guía se evita el posible contacto de la
sustancia con el animal.

Cuando se trata de explosivos hay que pensar que con nuestra


intervención debemos salvaguardar nuestra propia vida, la de
terceros y la propiedad. Además de conocer las sustancias
explosivas, tenemos que saber las características de las mismas y
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

sobre todo su funcionamiento, pues normalmente se presentan


preparadas a modo de artefacto explosivo.

Aunque posteriormente trataremos la intervención policial con


perros detectores de sustancias por separado, conviene antes saber
que los perros tienen una cadencia de búsqueda propia que no
siempre es aprovechada, viéndose en otros casos malograda o
incluso mermada por el normal desarrollo del servicio.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad son organismos jerarquizados


que atienden las órdenes y las acatan con disciplina, pero en
ocasiones estas órdenes –quizás por desconocimiento– son
contraproducentes para un perro detector de sustancias. Es misión
de los jefes de unidades caninas hacer llegar a la superioridad este
extremo, o por lo menos que no sea desconocido.

En el adiestramiento de perros para obediencia existe la teoría del


muelle, que podemos trasladar a la formación de los perros
detectores de sustancias. Nosotros utilizamos el perro para un
momento determinado y una función concreta. La palabra momento
indica en sí temporalidad y disponemos de una herramienta para una
función que tiene una capacidad. De cómo utilicemos estas dos
premisas, la temporalidad y capacidad, va a depender la operatividad
en el servicio y, con ello, el resultado. El guía canino comprime al
perro mediante la rutina de partida como si fuera un muelle. En esta
contracción está todo lo aprendido por el can para buscar, el perro es
descomprimido con la orden de búsqueda para comenzar el trabajo y
demostrar su habilidad. Esta búsqueda tiene una temporalidad, un
inicio, un desarrollo en el que se alcanza un punto álgido para,
paulatinamente, ir perdiendo fuerza, hasta finalizar y dibujar una
curva en el tiempo. Todo esto, junto con otros factores, determinará
la cadencia de nuestro perro en las búsquedas.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Muchos son los factores, tanto intrínsecos como extrínsecos, que


determinarán esta cadencia, pero desde luego la hay. Puede variar
desde un par de minutos hasta diez o quince para perros muy
trabajados y con fuerte comportamiento investigativo, pero seguro
que va disminuyendo según pasa el tiempo. El trabajo del guía es
fundamental: activar al perro y conducirlo como si fuera un objeto
teledirigido.

Si bien nos estamos refiriendo aquí a perros detectores de


sustancias estupefacientes y explosivas, se han adiestrado y se
trabaja con perros detectores de restos orgánicos (sangre) e incluso
de comida y últimamente algunas fuerzas y cuerpos de seguridad
están introduciendo nuevas especialidades policiales, como los
perros detectores de sustancias aceleradoras de la combustión, de
billetes (papel moneda) y de soportes informáticos, CDs y DVDs
(policarbonato). Estas especialidades nacen para dar una respuesta
más eficaz a las funciones que tienen encomendadas y demuestran
que no son un núcleo cerrado e inamovible, sino que continuamente
cambian y se adaptan a las demandas que plantean las sociedades
modernas.

Las principales generalidades en el adiestramiento de los perros


detectores de sustancias son las siguientes:
• Asociación del olor.
• Condicionamiento instrumental.
• Consolidación del binomio guía-perro.
• Planificación del método de trabajo.
• Única especialidad en el perro.
• Adecuación del adiestramiento.
• Conocimientos de las sustancias.
• Teoría del muelle.
• Constancia y continuidad.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

4. ADIESTRAMIENTO DE PERROS DETECTORES


DE SUSTANCIAS ESTUPEFACIENTES

E n este capítulo nos centraremos en las que, seguramente por


operativa policial, son las tres principales drogas con las que
trabajan las fuerzas y cuerpos de seguridad: las derivadas del
cannabis, la heroína y la cocaína.

Lo lógico es tener unos conocimientos básicos mínimos sobre las


sustancias en las que vamos a adiestrar a nuestro perro para su
búsqueda y detección, los estupefacientes.

Sustancias estupefacientes. Policía Municipal de Madrid.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Muchos son los que preguntan si se podría adiestrar al perro para


la búsqueda y detección de otras sustancias estupefacientes. La
respuesta es sí. Toda materia que desprenda olor (partículas,
vapores) es susceptible de ser buscada, pero ¿es policialmente
operativo? Como ya hemos citado se han adiestrado perros para la
detección de comida, billetes de curso legal, cebos envenenados e
incluso CDs y DVDs. Si el servicio lo requiere ¿por qué no?, otra
cosa muy distinta es que sea eficaz y funcional.

Largo y tendido podemos escribir sobre los perros de búsqueda


de personas, catástrofes, rastreo, etc. Las autoridades competentes
determinarán si son eficaces o no, nosotros no vamos a entrar en
estas consideraciones, pero de lo que no cabe ninguna duda es que
el perro detector de sustancias, tanto explosivas como
estupefacientes, es eficaz y directa e indirectamente salva muchas
vidas.

4.1. DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LAS DROGAS

Por estupefaciente o droga se entiende cualquier sustancia


química que provoca cambios en el estado emocional, el
funcionamiento del organismo- y/o el comportamiento de una
persona, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta
definición incluye tanto las drogas institucionales y legales como las
ilegales. Policialmente las que nos interesan son las drogas ilegales y
los fármacos que se consumen sin prescripción médica.

Existen numerosas clasificaciones de las drogas, de todas ellas


nosotros utilizaremos tres:

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

1. Por sus efectos sobre el sistema nervioso central


(SNC).
a) Depresores del SNC.
Sustancias que bloquean el funcionamiento del cerebro
provocando reacciones que van desde la desinhibición hasta el
coma, en un proceso progresivo de adormecimiento cerebral.
Los más importantes son:
– Alcohol.
– Opiáceos (heroína, morfina, metadona, etc.).
– Tranquilizantes (Valium, Transilium, etc.).
– Hipnóticas (barbitúricos y no barbitúricos).
b) Estimulantes del SNC.
Sustancias que activan el funcionamiento del cerebro. Los
principales son:
– Estimulantes mayores (anfetaminas y cocaína).
– Estimulantes menores (nicotina, cafeína, etc.).
c) Perturbadores del SNC.
Sustancias que alteran el funcionamiento del cerebro dando
lugar a distorsiones perceptivas, alucinaciones, etc. Los
principales son:
– Alucinógenos (LSD, etc.).
– Derivados del cannabis (hachís, marihuana).
– Inhalantes (acetonas, bencenos, etc.).
– Drogas de síntesis (éxtasis, etc.).

2. Para OMS, las drogas se clasifican por su peligrosidad en:


a) Más peligrosas.
– Las que crean más dependencia física.
– Las que crean dependencia con mayor rapidez.
– Las que poseen mayor toxicidad.
b) Menos peligrosas.
– Las que crean sólo dependencia psíquica.
– Las que crean dependencia con menor rapidez.
– Las que poseen menor toxicidad.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Según estos criterios, las drogas se clasifican en cuatro grupos.


– Grupo 1 - Opios y derivados (morfina, heroína, etc.).
– Grupo 2 - Barbitúricos y alcohol.
– Grupo 3 - Cocaína y anfetaminas.
– Grupo 4 - LSD, cannabis, etc.

3. Por la condición sociocultural de su consumo.


a) Drogas institucionalizadas.
Son las que tienen reconocimiento legal y uso regulado,
incluso con una clara promoción (publicidad, etc.) No
obstante, son las que más problemas socio-sanitarios
ocasionan. En nuestro entorno destacan el alcohol, el tabaco
y los psicofármacos. En otras culturas, los derivados del
cannabis, de la coca, etc.
b) Drogas no institucionalizadas.
Su venta y consumo están sancionados por la ley. Tienen un
consumo minoritario entre diversos colectivos para los que
suponen un rol identificador. Su consumo es restringido, pero
generan más alarma social debido a los estereotipos con los
que se correlacionan (delincuencia, marginalidad, etc.).

4.2. TÉCNICA DE ADIESTRAMIENTO DE PERROS EN


BÚSQUEDA Y LOCALIZACIÓN DE ESTUPEFACIENTES
Anteriormente hemos tratado del perro detector de sustancias y
destacado las cualidades que debe tener, diferenciado el
adiestramiento en cuanto a la búsqueda y localización de sustancias
estupefacientes y explosivas. El detector de estupefacientes debe
tener las características ya citadas para el detector de sustancias,
pero podemos aprovechar un perro con cierto grado de supra-
sensibilidad, que no seleccionaríamos nunca para detectar
explosivos.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

La experiencia nos ha mostrado que es más fácil seleccionar un


perro detector de sustancias estupefacientes que uno detector de
explosivos. La búsqueda y detección de sustancias a favor de instinto
(detección activa) es más fácil que la detección contra instinto
(detección pasiva), por lo que el campo de selección es más amplio.

Marcación activa.
Marcación pasiva.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Seleccionaremos un perro que posea un gran interés de


búsqueda, un elevado instinto de cobro y, sobre todo, un sentido del
olfato muy agudo.

No menos importante es la sociabilidad del animal; un perro


tímido, que se inhibe ante lo desconocido o que presenta ciertas
fobias, no es seleccionable. Tenemos que elegir un perro que
podamos moldear con el adiestramiento, desechando aquel animal
del que sepamos de antemano que, dadas sus características, sea
muy difícil de formar.

Lo deseable es un perro que incitado con un mordedor o con una


pelota se fija en ellos de una forma obsesiva, con un deseo casi
frenético de cobrar el objeto. Si a ello le sumamos que el cobro se
realiza sin dificultad, superando obstáculos, en diferentes ambientes
y buscando el objeto a coger con la nariz, y que además muestra una
actitud investigativa abstrayéndose del medio que le rodea, facilitará
mucho el posterior trabajo a realizar por el guía.

Si una vez conseguido el objeto, es felicitado por el guía de forma


efusiva y presenta un ferviente deseo de jugar, hemos dado con el
perro ideal para la búsqueda y detección de estupefacientes.

Es probable que topemos con algún perro al que le falte alguna de


las características deseables; nosotros –como profesionales– debemos
de evaluar hasta qué punto podemos estirar de esta carencia para
conseguirlas. Por el contrario, quizás nos ocurra que tengamos que
recortar alguna de sus virtudes (debido por ejemplo a sobre-
estimulación o hiperactividad); igualmente esta evaluación depende
exclusivamente del guía canino.

Antes de empezar el adiestramiento en la especialidad


propiamente dicha, el perro tiene que saber cuál va a ser su papel. El
interés por la búsqueda, el cobro del objeto y el juego con el guía
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

tiene que ser su vida. Este período es el primer paso del largo
camino que recorrerá en su adiestramiento y, una vez entendido y
superado, pasaremos a la asociación del olor, es decir, el objeto (su
juguete) va a oler a la sustancia estupefaciente que nosotros
determinemos.

Asociación de olores. Secuencia de cobro de objetos.

La asociación del olor por parte del animal es muy sencilla,


consiste en impregnar de olor, en este caso de una sustancia
estupefaciente, el premio o juguete que pretendemos que cobre el

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

perro. Esto se consigue poniendo a dormir la sustancia


estupefaciente con el rodillo de tela con el que vamos a premiar al
perro. En una primera fase debemos de asegurarnos que busca de
nariz el rodillo que previamente hemos lanzado en espacio abierto.

Tenemos que utilizar diferentes tipos de telas e incluso distintos


materiales de atado del rodillo, pues el perro puede tener
asociaciones equivocadas y, por ejemplo, ayudarse del olor de las
gomas o simplemente identificar un tipo de tela. Hay que resaltar que
debemos tener la mayor asepsia posible y utilizar rodillos muy limpios
(lavados con jabón neutro) o incluso renovarlos con frecuencia, sobre
todo en las primeras fases de adiestramiento y cada vez que se
cambia de sustancia estupefaciente.

Diferentes materiales para la confección de rodillos de adiestramiento.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Rodillos para el adiestramiento de perros de especialidad policial.

Durante esta fase podemos aprovechar para introducir al perro


ciertas órdenes, como la de “sentado”, “ladrar”, “cobrar un objeto”,
“soltar”, etc., todo ello aprovechando el juego y la disputa del rodillo.

Observaremos cómo el perro irá incrementando su confianza y


vínculo con el guía. No deberemos prolongar excesivamente el
juego, pues podría resultar cansado o aburrido, pero en todo caso
dependerá de la intensidad del animal, por lo que llegado a un punto
el guía, a través del engaño, quitará el rodillo al animal, dejando a
éste con ansiedad y sorprendido por la pérdida del objeto cobrado.

La siguiente fase se denomina búsqueda en punto a punto.


Consiste en la colocación de varios montones, al principio pocos,
formando una línea de vigilancia. Dentro de uno de ellos se coloca un
rodillo impregnado de sustancia estupefaciente, o bien la propia
sustancia atada al rodillo de forma que el perro nunca la pueda
"
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

ingerir. Nos colocaremos frente al primer montón con el perro


sentado a nuestro lado izquierdo y a una distancia adecuada. Le
daremos unos golpes en el pecho a la vez que haremos el gesto con
la mano “hacia delante” acompañado de la orden “busca”. Esto es la
rutina de partida que, aunque parezca un poco marcial o incluso
absurda, es muy útil, pues es la forma en la que condicionamos a
nuestro perro; a partir de este momento entiende que va a trabajar,
sin dudas, sin vacilaciones, va a buscar.

Este ejercicio se realizará con correa, asegurándonos que mete la


nariz y busca. Mantendremos la línea de vigilancia, corrigiendo las
anomalías observadas, insistiendo en la correcta realización del
trabajo para, posteriormente, ir dando correa e independencia al
animal; independencia en la detección, no en la búsqueda. No
debemos insistir en que nos marque donde nosotros queramos, sino
donde el perro haya detectado. Sí podremos insistir en que busque
donde nosotros queramos.

Una vez localizado el rodillo por el perro, usando la nariz, intentará


sacarlo del lugar en el que lo hemos ocultado, con dificultad,
arañando, rascando y mordiendo, momento en el que
aprovecharemos para animar al perro efusivamente hasta que
consiga sacar el rodillo del lugar, pasando a jugar con él, de manera
que se sienta absolutamente reconfortado. Este ejercicio de punto a
punto puede ser repetido dos o tres veces en el día, de forma que
vaya aprendiendo la dinámica y que a la vez no resulte aburrido. En
caso de que no localice el rodillo, terminaremos la línea de vigilancia,
volviendo sobre nuestros pasos e insistiendo en la búsqueda,
parándonos punto por punto hasta que localice el olor de la
sustancia.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Secuencia búsqueda punto a punto.

Se observa una línea de vigilancia.

Se inicia el ejercicio con la rutina de


partida.

Ayudamos al perro a realizar


correctamente el ejercicio.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Localizada la sustancia, se deja


al perro resolver la situación.

Cuando empieza a rascar, se le


acompaña gesticular y
verbalmente con voces de
ánimo.

Superada esta fase, se inicia la búsqueda en cuarteos. Para ello


colocaremos los montones a izquierda y derecha de la línea de
vigilancia. Se comienza con la rutina de partida ya establecida y se
orienta al perro con la mano y el cuerpo hacia el primer punto. Una
vez iniciada la marcha, comprobamos que el perro ha buscado en
ese lugar, disponiéndonos a dirigirnos al siguiente punto opuesto
más próximo, siendo el perro orientado igualmente con la mano,
cuerpo e incluso la voz. Según vaya avanzando en el aprendizaje se
le van quitando las ayudas, si bien la señalización con la mano es
muy efectiva y en un futuro será de gran ayuda para nosotros.

Se colocará el rodillo impregnado de olor en diferentes puntos; si


lo pusiéramos siempre en el mismo, el perro lo aprendería e iría
constantemente a ese montón.

De esta manera vamos conociendo a nuestro perro. Sabemos lo


rápido que es, cómo actúa; en definitiva, hemos aprendido a leer sus
movimientos.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

A partir de aquí, si tenemos confianza en nuestra habilidad,


podemos usar la técnica de sustitución, es decir, podemos poner
únicamente la sustancia estupefaciente real. Cuando la localice,
detecte y la marque insistentemente le premiaremos con el rodillo sin
que se dé cuenta de que lo hemos colocado nosotros, haciéndole
difícil su extracción del lugar. Hemos de tener especial cuidado en
que la sustancia no quede contaminada con sus babas o su olor,
pues quedaría inservible.

El guía prepara el premio.

El premio es
ocultado por el
guía dificultando
la extracción del
mismo a la vez
que anima al
perro a
recuperar el
rodillo.

"
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

El perro recupera el rodillo ocultado por el guía.

Se pueden utilizar contenedores estancos con la sustancia


estupefaciente en su interior y con pequeños orificios, que permitan
salir el olor pero que a la vez impidan que el perro la toque. Con ello
se consigue un efecto más real. El perro porta su premio, su juguete,
la sustancia en sí. En este caso hay que renovar la materia con
mucha más frecuencia.

Se realizarán los ejercicios siempre con correa para,


posteriormente, hacer alguno con el perro suelto, por si la situación
así lo requiere, pero sin darle apenas distancia, siempre controlando
sus movimientos para que busque por donde nosotros queremos.
Este matiz es importante, porque es un punto que diferencia el
adiestramiento de perros detectores de explosivos y de
estupefacientes.

La siguiente fase será la búsqueda en espacios abiertos o


exteriores. Ocultaremos el rodillo impregnado o la sustancia –si
queremos hacer sustitución– en cualquier lugar y a diferentes alturas,
siempre con dificultad para que no sea tocado por el perro. Nuestra
imaginación en esta fase y en las siguientes es vital, cuantas más
situaciones conozca nuestro perro, más útil lo haremos; será un
perro mejor adaptado.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

En nuestra opinión, debemos indicar al perro los lugares donde


queremos que busque, aprovechando la intensidad del animal y
nuestra lógica en esa búsqueda. Durante muchos años se ha
adiestrado al perro detector de estupefacientes a que busque de
manera aleatoria y con independencia. Nos parece un error.
Nosotros tenemos que indicar al perro que busque donde creemos
que puede haber sustancia estupefaciente. Una vez acabado nuestro
criterio en la requisa, debe de entrar el del perro, para que busque
donde él quiera, pero evidentemente siempre va a tener un juicio
menos acertado que el nuestro. Este extremo está basado en
nuestra experiencia.

Hemos observado, por ejemplo, cómo cuando se registra un


vehículo el perro pierde tiempo e intensidad oliendo las puertas y no
sus rendijas, o si registramos un local y se fija en el suelo, lo olfatea y
pierde unos segundos preciosos donde no hay nada que averiguar,
salvo olores y lugares que no nos interesan desde el punto de vista
operativo.

En este tipo de pesquisa debemos aprovechar, si las hay y es


factible, las corrientes de aire que favorezcan al perro, aunque este
extremo será tratado más adelante en la búsqueda y detección de
explosivos, que es donde esta circunstancia destaca por su
importancia.

El siguiente escalón de esta larga escalera será la búsqueda en


interiores. Cualquier situación será válida, cuanto más
experimentemos, simulemos y recordemos experiencias anteriores en
servicios reales, mejor.

Por último se realizará la búsqueda y localización en vehículos. Se


empezará ocultando sustancia en el exterior para posteriormente, una
vez que el perro se ha familiarizado con el nuevo elemento, ocultarla en el
interior.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

En los primeros ejercicios conviene comenzar por una esquina del


vehículo, rodeándolo para acabar en la misma esquina, indicando al
perro con la mano dónde hay que buscar. Indicaremos que se efectúe la
búsqueda en todas aquellas rendijas y recovecos que consideremos
oportuno. Si tenemos confianza en nuestro perro podemos hacerlo con el
perro suelto.

Requisa de exterior de vehículo.

Finalmente, registrado el exterior del coche, pasamos al interior,


donde previamente hemos limpiado la zona a registrar para no
entorpecer la labor del perro, bien de comida u objetos que puedan
ocasionar cualquier tipo de inconveniente. Aquí la colaboración por
parte del guía es fundamental, pues las dificultades con las que se va
a encontrar el perro son mayores. La falta de espacio y la cantidad
de olores dificultan su labor.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Nuestra mano tiene que ser una prolongación de su nariz,


indicando dónde tiene que buscar, estando muy atentos a sus
gestos. Empezaremos la requisa con un orden lógico que favorezca
la misma, aprovechando las posibles corrientes de aire si las hubiera.
También podemos provocarlas con la apertura de ventanillas o
puertas.

En las requisas reales es muy normal que no se pueda realizar el


trabajo de la forma más favorable para el perro. Lo cotidiano es
acudir a un servicio por requerimiento de otro que solicita los guías
caninos, después de que los miembros de la patrulla actuante inicial,
por desconocimiento, hayan contaminado el escenario de búsqueda.

Se utilizará la rutina de partida en todos los casos y el mismo


esquema de trabajo, introduciendo las variaciones particulares a
cada perro o servicio, adaptándonos al medio lo mejor posible, con el
fin de facilitar la búsqueda y localización de la sustancia
estupefaciente.

El guía canino no
trabaja solo. Otro
componente colabora
en la requisa.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

El perro es animado
de forma verbal y
gesticular.

Se le dificulta la
extracción del rodillo
impregnado que se
encuentra en el
interior.

Finalmente, obtiene su
recompensa.

Con esta técnica nunca buscaremos estupefacientes en personas,


pues el tipo de marcaje en la detección no es el más idóneo. De
hecho existen perros adiestrados para descubrir sustancias
estupefacientes en individuos, pero el método de adiestramiento es
el mismo que se utiliza para los perros detectores de explosivos, es
decir, contra instinto, que más adelante explicaremos.

Actualmente no se utilizan con frecuencia perros para detectar


estupefacientes en personas porque esto presenta varias
dificultades, incluso legales, pero es muy efectivo. Al perro se le

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

enseña principalmente a buscar a la altura de la cintura, es decir, en


los bolsillos y realiza la marca de localización sentándose junto a la
persona que porta la sustancia.

Si esta persona inicia la marcha, el perro se levanta y la sigue. En


el momento que se detiene, el perro se vuelve a sentar junto a ella y
efectúa una marcación pasiva.

El uso de perros detectores de sustancias estupefacientes en


personas se realiza de forma aleatoria, sin rutina de partida, el animal
está trabajando sin activación, en el momento en el que detecta la
sustancia se activa. La diferencia radica en la cadencia de la labor en
el perro. En una búsqueda específica, podemos hacer un uso
limitado del can, concretando su brega a una situación determinada.
Por el contrario, en la detección en personas no existe especificación
ni concreción y los servicios se pueden alargar en el tiempo. En el
caso de una localización, su marcaje será de forma pasiva,
quedándose quieto junto al sujeto que porta la sustancia
estupefaciente.

Este tipo de servicios se suele realizar en puertos y aeropuertos,


pasos fronterizos o en grandes afluencias de público, donde se
canaliza el flujo de personas por un punto determinado y es allí
donde se encuentra el perro. Para este tipo de búsquedas
seleccionaremos un perro muy sociable y su adiestramiento va a ser
muy similar al de los detectores de explosivos, donde el perro trabaja
a una distancia relativa y con total independencia. En todo caso,
podemos concluir que, si sospechamos que una persona o un grupo
reducido de ellas poseen sustancias estupefacientes, no hay nada
más efectivo que realizar el cacheo. Existe la cobertura legal que
ampara este tipo de actuaciones y no es lo más ortodoxo –
policialmente hablando– registrar a una persona con un perro.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Los perros de las fuerzas y cuerpos de seguridad, con carácter


general, son iniciados en la búsqueda y detección de derivados del
cannabis –hachís y marihuana–, una vez superada esta asociación
se repite todo el procedimiento con la detección y búsqueda de
heroína, que evidentemente llevará menos tiempo, para finalizar con
el adiestramiento en la búsqueda y detección de cocaína, que es la
droga que menos olor desprende.

No es en absoluto descartable el comenzar el adiestramiento con


cocaína para potenciar el comportamiento investigativo en el perro.
Si queremos que el perro cierre la boca, ventee y rastree con
intensidad utilizaremos pequeñas cantidades de sustancia e incluso
gasas impregnadas, con el fin de hacer “pensar” al perro y “decirle”
que se tiene que esforzar si quiere ser recompensado.

Los Mossos d’Esquadra llevan años utilizando esta técnica con


resultados satisfactorios. Nosotros somos partidarios del método
clásico, es decir, empezar con la sustancia que más huele, teniendo
en cuenta que ya hemos seleccionado un perro con un elevado
comportamiento investigativo. Es verdad que con esta técnica el
perro va más “parado” y su búsqueda es más minuciosa. Nosotros la
encontramos muy útil para requisas en espacios pequeños y cortas
en el tiempo.

Debemos de tener en cuenta que las diferentes técnicas que


existen son herramientas que están al servicio del adiestrador y es él
quien debe conocerlas y utilizarlas si así lo estima oportuno.

Durante la introducción de nuevas sustancias se deben realizar


ejercicios con las ya aprendidas, a modo de recordatorio. También es
aconsejable realizar prácticas de discriminación de olores, sobre todo
en las fases de punto a punto y cuarteo. Para ello, se ocultan otro
tipo de sustancias no estupefacientes, como aceites, betún, etc., que

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

el perro debe ignorar, marcando únicamente en la sustancia para la


que ha sido adiestrado, siendo entonces efusivamente premiado.

El tiempo de adiestramiento va a depender de múltiples factores,


pero –salvando la calidad del guía y del perro– el factor más
influyente será la constancia. Trabajando con continuidad
observaremos una progresión satisfactoria.

Conviene recordar que somos nosotros quienes decimos al perro


dónde buscar. Nuestra experiencia profesional nos ha mostrado que
la mayoría de los servicios son solicitados para la requisa de algún
vehículo sospechoso de contener sustancia oculta, algún local o una
zona determinada de un parque, no el parque entero, un
aparcamiento lleno de vehículos o un gran centro comercial, o sea,
zonas muy determinadas, por lo que realizaremos la misión con la
correa. Con esto conseguimos un mejor control sobre el perro.

Por otra parte, como hemos realizado entrenamientos con el perro


suelto, pueden darse intervenciones en las que hay que registrar una
gran superficie, lo que requerirá más tiempo. En este caso, utilizando
lo aprendido en la fase del cuarteo, se puede llevar al perro suelto y
valernos de su habilidad, pero siempre será orientado por nosotros en
la zona a registrar. En este tipo de intervenciones o se trabaja con
varios perros o no se puede ser muy meticuloso en la búsqueda.
Además, se supone que se está buscando cantidad de sustancia
estupefaciente y no menudeo, por lo que no tendría que ser una
dificultad para el perro el detectar la sustancia, en caso de que la
hubiera.

También se ha observado –fruto de la experiencia– que durante el


adiestramiento se produce una ralentización o incluso retroceso. No
debe cundir ningún temor ni frustración, suele ser algo normal; con
paciencia y saber hacer se reconducirá la situación. Si tenemos que
parar y repetir ejercicios supuestamente ya asimilados, se harán. Lo
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

principal es volver a recuperar al perro. Si tropezamos siete veces,


nos tendremos que levantar otras tantas, pero en ningún caso
frustrarnos.

Hay que remarcar que este método es un sistema abierto y


adaptable a las necesidades, tanto a la hora de adiestrar a nuestro
perro como a la de realizar un servicio, pues las circunstancias
pueden variar. Por ejemplo, en cuanto a la rutina de partida, hay
guías que muestran al perro el rodillo antes de efectuar una
búsqueda, con el fin de estimularle. Si es necesario y deducimos que
va a resultar positivo para nuestra labor, ¿por qué no utilizarlo?

Con el ejemplo citado anteriormente debemos tener en cuenta que


ese hecho no deja de ser una rutina de partida. No es algo novedoso,
simplemente es una rutina de partida diferente. Los pasos en el
proceso del adiestramiento canino deben ser los aquí expuestos, con
las diferentes variaciones que el guía canino estime pertinentes para
obtener un mejor resultado en su rendimiento. Se nos ocurren
variadas formas de adiestrar a un perro para que camine al lado
izquierdo del guía, pero el fin último es que vaya de la forma más
correcta posible.

Para simplificar, podemos deducir con lo expuesto en este


apartado que existen dos formas de trabajar con el perro en la
detección de sustancias estupefacientes: una con rutina de partida,
en la que va a trabajar desde un momento fijado, y otra sin rutina de
partida, en el que el perro se activará en el momento de la detección
de la sustancia, en que comenzará su búsqueda y localización –
excepcionalmente con el perro suelto, pero siempre controlado–.
Esta última se utiliza más en servicios con perros detectores de
explosivos.

También hemos aprendido que existen dos formas de marcar: una


pasiva –similar a la que veremos más adelante en los perros
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

detectores de explosivos–, donde el perro marca la sustancia


detectada sentándose o quedándose quieto junto a ésta o al
portador, y otra activa, en la que el perro marca la sustancia
localizada rascando y mordiendo el punto exacto donde se encuentra
la misma.

Los aspectos más importantes a destacar en la técnica de


adiestramiento de perros en la búsqueda y localización de
estupefacientes son los siguientes:
 Conocimiento de las sustancias.
 Aplicación de la técnica.
– Selección del perro.
– Asociación del olor.
– Rutina de partida.
– Búsqueda de punto a punto.
– Búsqueda en cuarteos.
 Técnica de sustitución
 Portabilidad de la sustancia.
– Búsqueda en espacios abiertos - Exteriores.
– Búsqueda en interiores.
– Búsqueda en vehículos.
– Búsqueda en personas - Marcación pasiva.
 Búsqueda sin rutina de partida.
 Uso del ramal policial - Correa.
 Búsquedas sin correa - Controlada.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

5. INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS


DETECTORES DE SUSTANCIAS
ESTUPEFACIENTES

T eniendo en cuenta las consideraciones teóricas anteriormente


expuestas, vamos a centrarnos en el procedimiento que
seguimos a la hora de actuar con nuestro perro detector de
sustancias estupefacientes. Las drogas ilegales más consumidas son
las derivadas del hachís, la heroína y la cocaína; por ello, la sociedad
demanda una mayor actuación contra el tráfico y consumo de las
mismas.

La función cotidiana de un guía canino y un perro detector de


sustancias estupefacientes se circunscribe al ámbito en el que se
actúa. No se procede de igual manera en un barrio de una ciudad
que en un puesto aeroportuario.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado intervienen


principalmente en puertos y aeropuertos, así como en pasos
fronterizos y allí donde sean requeridos por la autoridad competente.
Las Policías autonómicas y locales ejercen en su demarcación y
hasta donde les permite la ley, dentro del ámbito de sus
competencias.

En las actuaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del


Estado, generalmente, se confisca importantes cantidades de
sustancia estupefaciente y las requisas se realizan en grandes
espacios, naves o aeronaves, fruto de operaciones a gran escala,
donde los servicios de información son determinantes a la hora de
llevar a cabo estas operaciones antidroga. Por su parte, las Policías
locales trabajan en zonas más concretas e intervienen,

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

habitualmente, en lo que se denomina menudeo, el pequeño tráfico


y/o consumo de estupefacientes.

El adiestramiento de los perros detectores de estupefacientes en


ambos casos es similar, si bien se ha de tener en cuenta el factor
“cantidad de sustancia”. Esto es importante porque se puede llegar a
producir lo que denominamos saturación de olor, en el que un perro
adiestrado a detectar y marcar pequeñas cantidades de sustancia
estupefaciente, cuando se encuentra con grandes cantidades, es tal
el olor que detecta que se llega a saturar y no puede marcar en un
lugar determinado, ya que todo él huele a la sustancia a detectar.

En el caso de perros detectores de explosivos podemos


encontrarnos con el mismo problema, pero si leemos bien las
reacciones de nuestro animal, sospecharemos que algo ocurre, que
su reacción no es normal y nuestra experiencia, los condicionantes y
la lógica determinarán que nuestra forma de actuación sea la más
correcta.

Dicho esto, concluiremos que si bien la operatividad policial no es


la misma, la forma de actuación del guía canino y su perro sí es igual
en el proceso de búsqueda y detección. Como hemos mencionado,
cuando se produce una intervención a gran escala, el guía canino y
su perro forman parte de un amplio dispositivo, pero en los servicios
diarios, la intervención es única y exclusivamente del guía canino,
quien, a requerimiento de una patrulla policial, tiene que realizar toda
la requisa del lugar. Lo más correcto y común es que el guía canino y
su perro operen a petición de esa patrulla que se encuentra de
servicio en la vía pública y, ante sospechas fundadas de que se está
cometiendo un posible tráfico de sustancias estupefacientes, se
actúe en la búsqueda y localización de las mismas.

Anteriormente hemos tratado la teoría del muelle, cómo ha sido


adiestrado un perro detector de sustancias y cómo opera. También
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

hemos escrito sobre cómo debería de ser el trabajo de este tipo de


animales y cómo es en realidad, pero estas consideraciones muchas
veces escapan a nuestro criterio.

Desde el punto de vista operativo, no es correcto que un perro


busque de manera aleatoria en cualquier inmueble, vehículo o
parque público por prevención de comisión de ilícitos penales o
porque estadísticamente se sabe que existe menudeo o
circunstancias similares. Este tipo de servicios merma la capacidad
operativa del perro.

Podríamos pensar que sólo con su presencia se evita la comisión


de delitos, pero esto no es lo mismo que buscar y localizar. Está
comprobado que un perro cuando sale de la perrera y se dirige a un
servicio sabe que va a buscar, a trabajar en lo que ha sido
adiestrado. Si este servicio se ralentiza y al perro se le tiene durante
horas fuera de la perrera, en la calle o metido en la perrera del
vehículo, cuando lo ponemos a buscar su capacidad queda reducida
cuantitativamente en lo que se refiere a tiempo de búsqueda y, sobre
todo, a la calidad de la misma, apreciándose apatía y desinterés en
el trabajo.

Es cierto que a veces se producen situaciones –políticas o de


otra índole, no vamos a entrar en ello, pero en todo caso
necesarias–, donde se realizan dispositivos con presencia policial,
por ejemplo en zonas marginales o turísticas, y se requiere también
la presencia de guías caninos y sus perros. Pero estamos hablando
de presencia, no de actuación. Deberíamos llevar a este tipo de
servicios perros que no sean útiles para las búsquedas y
localización de sustancias, con otro tipo de especialidad, o bien que
esta presencia fuera testimonial. Es desaconsejable e incongruente
que un perro experto en detección de sustancias esté cuatro o cinco
horas en un puesto fijo de un dispositivo policial por mera presencia
o como efecto disuasorio. Lo deseable sería que los guías caninos
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

actuaran, en la mayoría de los casos, a requerimiento de una


primera patrulla interviniente, y así suele ser en la práctica policial.

Los servicios más frecuentes son las requisas en vehículos, las


intervenciones en parques y jardines, y los registros de locales,
normalmente de ocio, locutorios, peluquerías y otros similares. Como
se ha explicado en el apartado de adiestramiento, en todos los casos
la colaboración de los intervinientes para facilitar la actuación del perro
es fundamental. Desde dejar la zona a requisar lo más limpia y
diáfana posible hasta tener en cuenta las corrientes de aire son
misiones de los guías caninos. No vamos a entrar en más detalles
con respecto a la forma de actuación, pues ello sería redundante, ya
que la intervención con perros detectores de sustancias
estupefacientes es similar al adiestramiento.

Sustancia
estupefaciente oculta
en latas de cerveza y
refrescos.

Intervención llevada a
cabo en local público.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Con respecto a la primera patrulla interviniente, ésta debe de


contaminar la zona lo menos posible, sobre todo si se tiene la idea de
requerir los servicios de unidades caninas. No es lo mismo revisar
una zona amplia en un parque público, que hacer una inspección
ocular en un vehículo, donde el contacto con las diferentes piezas del
mismo puede dejar rastros que infundan al perro a cometer errores
o distracciones.

La intervención policial con perros puede ser positiva si se


detectan sustancias o negativa en caso contrario. En casos positivos
lo primero a tener en cuenta es evitar la posible contaminación del
perro cuando detecte la sustancia estupefaciente, que generalmente
se encuentra oculta, por lo que el acceso a la misma resulta
complicado. Previamente a la posible portabilidad o ingestión de la
sustancia existe el marcaje de la misma, de ahí la importancia de
encontrarse cerca del animal. No es operativo ni aconsejable que
nosotros estemos trabajando a distancia del perro detector de
sustancias estupefacientes por los motivos obvios y ya explicados.
Tampoco en la fase de adiestramiento debemos hacerlo, no tiene
sentido.

Maletero de vehículo con cocaína oculta en su interior.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Una vez que haya marcado el perro, tenemos que comprobar si


existe la sustancia en el lugar señalado, por lo que estaremos
preparados para que en caso afirmativo premiar al perro
efusivamente con el rodillo que siempre portamos. Es importante
intentar hacer ver al can que su rodillo sale del lugar marcado por él.
No siempre se dan las condiciones óptimas, pero nuestro deber es
intentar hacerlo lo mejor posible, como es deber también suyo el
registrar no siempre en buenas condiciones.

Premiado el perro, se le saca del lugar y se juega con él,


disputando el rodillo y perdiendo siempre la batalla con el animal,
para que al final sea él quien al descuido pierda el objeto cobrado. Se
retira la sustancia donde el perro la ha encontrado y se realiza una
inspección de la zona próxima al lugar, asegurándonos de que no
existe más. Pasados unos minutos, se procede a continuar la
búsqueda pasando por alto el lugar marcado hasta que se finalice
toda la requisa.

Podemos pensar que con lo expuesto anteriormente ya está todo


dicho, pero la operatividad es más compleja. Policialmente hablando,
no hay ninguna intervención igual. Este símil es válido también para
las intervenciones caninas.

Para el caso de las requisas negativas la intervención es mucho


más sencilla, puesto que lo normal es que no se produzca marcaje
alguno, por lo que no existe complejidad a la hora de premiar al
perro. En todo caso, es siempre obligación nuestra mostrar una
actitud positiva hacia el can. Si ha realizado un registro no del todo
satisfactorio para nuestras expectativas debemos potenciarle y
subirle de tono. Si, por el contrario, ha realizado un buen trabajo, con
mucho más motivo.

El servicio diario muestra que son más las requisas negativas que
las positivas, al contrario que en los entrenamientos. El perro también
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

va cogiendo experiencias y llega a discernir cuándo está entrenando


y cuándo trabajando realmente. Las situaciones son parecidas pero
distintas y el perro las aprende. Es aconsejable, siempre que las
circunstancias lo permitan, el no frustrar al perro en las requisas
reales, lo que no quiere decir que siempre tenga que encontrar.

La dinámica del servicio nos muestra que a veces efectuamos el


registro, se da como negativo, y por diversas circunstancias tenemos
que abandonar el lugar de inmediato, por lo que el perro en esta
misión ha quedado frustrado, no ha encontrado. No pasa nada. No
vamos a perder al perro ni su funcionalidad va a ir en detrimento,
siempre que no sea la tónica habitual.

En la mayoría de las ocasiones esto no es así. El perro ha


realizado la requisa y es negativa. Se procederá a colocar un
ejercicio de salida al perro aprovechando la realidad de la situación.
Con tranquilidad y buscando una nueva experiencia. No
excesivamente complicado, pero intentando servirnos de la
oportunidad brindada, que resulte positivo y satisfactorio para el
perro.

Los principales parámetros a seguir en la intervención con perros


detectores de sustancias estupefacientes son los siguientes:
 Operatividad policial.
 Sustancias a detectar.
 Misiones a realizar.
 Tráfico de estupefacientes y menudeo.
 Servicios a requerimiento.
 Servicios preventivos.
 Requisas positivas - Negativas.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

6. ADIESTRAMIENTO DE PERROS DETECTORES DE


SUSTANCIAS EXPLOSIVAS

T odo perro es susceptible de ser adiestrado para detectar


cualquier tipo de sustancia, pero atendiendo a lo habitual, a las
necesidades y a la lógica se instruirá en la localización de aquéllas
que más nos interese que halle.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de España adiestran a sus


perros en la detección de dinamitas, pentrita, explosivos plásticos,
amonal, cloratita, trilita y pólvoras. Aunque existen otras sustancias
explosivas, y a algunas de ellas nos referiremos después, con las
aquí citadas tenemos un rango muy amplio de las utilizadas por
grupos terroristas en nuestro país.

Al igual que ocurre con los perros detectores de estupefacientes,


se podría adiestrar a nuestro perro en la detección de más
sustancias, pero será la dinámica del servicio la que marque este
parámetro.

El principal inconveniente con el que nos encontramos en el


adiestramiento de perros detectores de explosivos es que no todas
las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen a su alcance
la materia prima para enseñar. Son muchos los que trabajan con
química, gasas impregnadas u otro tipo de útiles, pero por supuesto
lo correcto es hacerlo con la sustancia explosiva propiamente dicha.

En España es la Guardia Civil la que tiene el control de los


explosivos, haciendo un uso de ellos acorde a la legislación vigente.

Este tipo de sustancias necesitan de un exhaustivo control, dada


su peligrosidad. Además, su almacenaje ha de tener unas estrictas
medidas de seguridad, ya no por la protección en sí, sino por la
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

posible contaminación de olores entre las diferentes sustancias


explosivas.

La complejidad y peligrosidad del producto con el que estamos


tratando hace que el guía de perros detectores de sustancias
explosivas deba tener unos amplios conocimientos de las mismas, su
composición, manipulación, etc.

A diferencia de las sustancias estupefacientes, el explosivo lleva


intrínseco el peligro, pero además puede venir presentado como
artefacto, lo que multiplica su peligrosidad. Siempre decimos que si
un perro no localiza sustancia estupefaciente el riesgo no es para
nosotros y su importancia, que la tiene, no va a influir en nuestra
seguridad. La sustancia que no descubra un policía durante un
registro en una intervención en la vía pública y que tampoco sea
detectada por un perro, no va a suponer un grave peligro para la vida
propia o para terceros. Pero en el caso de los explosivos esta
premisa no se cumple. Si el perro no localiza, nosotros somos los
primeros que corremos un grave peligro.

Por lo anteriormente expuesto, debemos conocer qué es un


explosivo, los diferentes tipos que existen, sus características y
composiciones, cómo vienen presentados y unas reglas básicas de
seguridad en el manejo de los mismos.

6.1. CONOCIMIENTOS BÁSICOS DE LOS EXPLOSIVOS

Existen infinidad de productos explosivos, pero pensando en la


operatividad y, por supuesto, en la simplicidad, vamos a realizar un
breve repaso de los mismos, poniendo especial atención en los que,
principalmente, trabaja el guía canino. De los explosivos podría
escribirse largo y tendido, pero no es el sentido de este trabajo. Por
otra parte, aunque hoy en día la información sobre cualquier producto
está a disposición de todo el mundo en diferentes medios, nosotros
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

vamos a omitir ciertas consideraciones que, por motivos obvios de


seguridad, no nos conviene citar a la hora de tratar el adiestramiento
de nuestros perros en la búsqueda y localización de explosivos.

6.1.1. Definición
Por explosivo se entiende toda aquella sustancia o mezcla de
sustancias que, mediante una excitación adecuada, puede sufrir una
descomposición muy rápida, que se propaga con formación de
productos más estables, liberación de calor y creación local de una
alta presión. Cuando esto ocurre, por ejemplo con un cartucho de
goma-2 que pesa 150 gramos, los gases producidos ocupan 10.000
veces el volumen inicial del cartucho.
Se consigue un mayor efecto si el explosivo esta retacado o
comprimido y además añadimos otras sustancias químicas o
metralla. El resultante multiplicará con creces la efectividad en la
voladura.

6.1.2. Clasificación
Existen distintas formas de clasificar los explosivos: por su
composición química, por su velocidad de detonación, por su estado
físico, por su empleo, etc. Trataremos todas ellas, si bien –para
establecer criterios generales y que no lleven a confusiones–
clasificaremos aquí los explosivos atendiendo a su empleo:
1. Explosivos propulsores.
– Se descomponen por deflagración.
– Se emplean en armas para proyección.
– Son propulsores las pólvoras de nitrocelulosa.
2. Explosivos rompedores.
– Se descomponen por detonación.
– Son los explosivos propiamente dichos.
– Son rompedores la trilita, pentrita, exógeno, cloratita, amonal,
dinamita y mezclas explosivas.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

3. Explosivos iniciadores o detonadores.


– Detonan por una pequeña acción física.
– Se emplean en fulminantes y cebos.
– Son iniciadores el fulminato de mercurio, el nitruro de plomo y el
trinitroresorcinato de plomo.

Al igual que ocurre con la clasificación de los explosivos, son


muchos los factores que determinan los mismos, pudiéndose
considerar éstos de forma general o atendiendo a los efectos que
provocan cuando actúan. Es una condición general que los efectos
que van a provocar en el medio en el que actúan dependerá del tipo
de explosivo que se use, de la cantidad, de la naturaleza del medio
en el que actúe y de la forma en que se realice la explosión del
mismo. Determinar la condición particular de un explosivo va a
depender de los siguientes factores:
1. Estabilidad.
– Capacidad para mantener inalterada sus propiedades.
2. Sensibilidad.
– Capacidad para entrar en reacción por efecto de una causa
exterior (un golpe, chispa, etc.).
3. Potencia.
– Es el efecto mecánico producido por la detonación.

Se podrían citar muchos factores, como la densidad del explosivo,


la forma geométrica en la que se presenta, el contenedor en el que
se encuentra, etc. Es importante tener en cuenta que estos factores
se presentan antes de que se produzca la explosión. Lo determinante
en el momento de la explosión es la velocidad de detonación, que
suele ser de 2.000 a 8.000 metros por segundo.

Después de la explosión intervienen más elementos, pudiendo ser


clasificados por los efectos que provoca y atendiendo a su importancia
en:

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

1. Efectos primarios.
– Fragmentación.
– Onda de presión.
– Elevación de temperatura.
2. Efectos secundarios.
– Fragmentación de objetos próximos al artefacto.
– Proyecciones.
– Explosiones secundarias por simpatía.
– Incendios.
– Rotura de cristales.

Los explosivos pueden venir presentados en los tres estados


conocidos:
1. Sólidos.
– Trilita.
2. Líquidos.
– Nitroglicerina.
3. Gaseosos.
– Acetileno.

Los explosivos se pueden descomponer de varias formas:


1. Descomposición térmica o molecular lenta.
– Acción prolongada en el tiempo.
2. Combustión.
– Reacción viva con llama producida al aire libre.
3. Deflagración.
– Es una combustión acelerada con una velocidad de detonación
inferior a los 2.000 metros por segundo. Son generalmente
explosivos propulsores.
4. Detonación.
– Velocidad de detonación superior a los 2.000 metros por
segundo. Son los explosivos rompedores.
– Alcanzan temperaturas entre los 2.000º y 8.000º C.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

6.1.3. Reconocimiento de los explosivos


Como ya hemos citado al comienzo de este capítulo, no
pretendemos tratar el tema de los explosivos en profundidad, sino
únicamente para tener unos conocimientos básicos de los mismos. A
continuación vamos a realizar un breve repaso de los explosivos con
los que habitualmente trabajan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
de España en el adiestramiento de sus perros, añadiendo una serie
de nuevos términos a los ya nombrados, que nos serán de utilidad a
la hora de familiarizarnos con los explosivos.

Por explosión entendemos la transformación en un tiempo


extremadamente corto de un explosivo, produciendo gas, calor y
efectos mecánicos (por eso se llaman rompedores).

La explosión por influencia o “simpatía” es la provocada por otro


explosivo al detonar a cierta distancia. Se puede transmitir por aire,
agua o a través de otra materia sólida.

La velocidad de detonación es con la que la onda de choque


atraviesa el cuerpo del explosivo.

El tren de explosivos comprende uno de iniciación muy sensible,


pero no potente –como puede ser el nitrato de mercurio o el nitruro
de plata–, otro con propiedades intermedias –como la pentrita– y, por
último, el explosivo principal –como la trilita, dinamita, explosivos
plásticos, etc.–

La onda explosiva es un modelo teórico que representa la zona


límite de transformación química del explosivo, iniciándose la misma
en el lugar donde se le comunica la energía de activación, a partir de
la cual se lleva a efecto dicha transformación, manteniéndose por
delante de la misma el explosivo en su estado original, y por detrás,
gases a alta temperatura y presión. Da lugar a una onda térmica, una

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onda de presión y, por último, a una onda de choque. Podemos citar


también una onda esférica, que en superficie es como una burbuja en
la que se aprecia a simple vista luz y calor expandiéndose. En
ocasiones se habla de una onda regresiva. No existe como tal. Se
produce cuando cesa la onda explosiva.

La onda reflejada se produce cuando la onda de presión, en su


avance, crea distintos fenómenos, dependiendo de los objetos con
los que se enfrente. Por ejemplo, cuando una onda de presión choca
contra un objeto sólido y aerodinámico de gran tamaño que no le
permite ser traspasado, provoca una turbulencia de gran intensidad.

Por último, citamos las proyecciones, que pueden ser primarias,


las que lleva el propio artefacto, y secundarias, que son las que
pueden ser impulsadas como causa de la explosión. Podríamos
mencionar más términos –algunos de ellos, como las trampas
explosivas y cazabobos, los veremos más adelante–, pero nos
interesan principalmente los aquí reseñados, sin entrar en otras
definiciones, posiblemente más completas pero también más
complejas.

Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, entraremos a


tratar de modo individual los explosivos que más nos interesan.

1. Dinamita.
La composición típica es:
– Nitroglicerina + tierra de infusorios. Son las denominadas
dinamitas primitivas.
– Nitroglicerina + nitrocelulosa. Son las denominadas dinamitas
goma.
En las dinamitas goma la nitrocelulosa gelatiniza la nitroglicerina,
aumentando su efectividad.
– Arde al aire sin detonar y detona bajo el agua.
– Detonan por impactos de bala.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

– Se congelan a 8º C y son peligrosas al cristalizar.


– Mojada es peligrosa al separarse la nitroglicerina de la
sustancia absorbente.
Según la cantidad de nitroglicerina se denominan:
– Goma I (75%).
– Goma II (50%).
– Goma III (30%).

2. Pentrita.
– Es un cuerpo sólido que forma cristales muy finos de color
blanco, aunque con la luz solar puede tornar a rosado.
– Puede considerarse como un explosivo estable, pero más
sensible que el exógeno o la trilita.
– Arde al aire sin detonar y es tóxica y muy potente.
– Su velocidad de detonación es de 8.400 metros por segundo.
– Se utiliza en la fabricación de multiplicadores, cebos y cordón
detonante.

El cordón detonante tiene las características de la pentrita, pero


ésta se presenta envuelta por un plástico aislante de la humedad,
compuesto por varias mallas para evitar su rotura por tracción.
Ofrece distintas presentaciones, siendo el más fino el de la
envuelta de color rosa, con 3 gramos de pentrita por metro,
mientras que el más grueso es de color rojo, con 100 gramos por
metro. Su velocidad de detonación es de 8.400 metros por
segundo.

3. Explosivos plásticos.
La base fundamental de los explosivos plásticos es el exógeno, que
es un polvo fino, de aspecto cristalino y de color blanco. Hasta hace
poco se usaba el explosivo XP, pero hoy día se utilizan el PG2 y los
del grupo C, de origen americano: C2, C3 y C4. También se emplea
el Semptex. Los explosivos plásticos engloban un grupo diverso de

Vicente Martínez Márquez


José Carlos Sánchez Flores 68
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sustancias explosivas, pero todas ellas cumplen las siguientes


características:
– Son fácilmente moldeables y tienen una buena adherencia sobre
superficies lisas. Esta adherencia es nula bajo el agua. Permiten
adoptar diversas formas y rellenan muy bien huecos.
– Son insensibles al aire, agua, roce o choque y no detonan por
acción de llama, impacto o simpatía. En caso de exponerlos a
fuego simplemente arden.
– No pierden la plasticidad con el tiempo.
– Son más estables que la pentrita.
– Su velocidad de detonación es de 8.500 metros por segundo.
– La composición típica de los explosivos plásticos es de un
80-85 % de exógeno, caucho virgen, aceite mineral, ligantes y
plastificantes.

4. Derivados del nitrato amónico.


 Amonal.
– Es un polvo de color gris oscuro de poca densidad. Poco
sensible al choque, al rozamiento o a la llama y de difícil iniciación.
Necesita estar bien comprimido y compactado. Se precisa gran
cantidad de explosivo para conseguir una reacción muy fuerte y
de un explosivo más potente para conseguir detonarlo. Además,
es muy higroscópico (atrae al agua).
– El amonal puede considerarse una mezcla explosiva, siendo su
composición típica un 80-90% de nitrato amónico, un 6 % de
carbón vegetal y un 1 % de polvo de aluminio (aproximadamente).
– Mezclado con cloruro sódico es amosal, con ello se consigue
que la sal absorba el agua. Si mezclamos el nitrato amónico con
trilita se obtienen amatoles, y mezclado con combustibles,
nitramitas.
– Entendemos como mezcla explosiva aquélla en cuya
composición entra a formar parte más de un componente,
pudiendo ser separados los mismos por procedimientos físicos.
Las mezclas explosivas tienen como inconvenientes, entre otros,
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

la falta de homogeneidad y la fácil descomposición, y como


principales ventajas, el bajo coste y la facilidad de fabricación.
 Amonitol.
– Su composición es similar al amonal, es decir, está constituido
igualmente de nitrato amónico, polvo de aluminio y un tercer
componente: el nitrometano. Las cantidades de estas materias
pueden variar ostensiblemente.
– Otro dato importante es que no necesita de un explosivo
primario para detonar.
 Anfo.
– Este explosivo, al igual que el amonitol, pertenece al grupo de
los que se relacionan directamente con el amonal. Su base está
compuesta de un 95 % de nitrato amónico y un 5 % de
compuestos derivados del petróleo, como el queroseno.
– A diferencia del amonitol, necesita de un explosivo primario
para detonar.

Las cantidades de nitrato amónico en este grupo de explosivos


pueden variar considerablemente, mermando o incrementando su
velocidad de detonación, pero siempre manteniendo la
consideración de sustancia explosiva.

Por otra parte, debido a la frecuente presencia de nitrato


amónico en productos considerados habituales, es el explosivo
que provoca la mayor cantidad de falsos positivos por parte del
perro a la hora de trabajar en la búsqueda y localización de
explosivos.

5. Cloratita.
– La composición típica de la cloratita es un 60-70 % de clorato
potásico (que es lo que se enseña a los perros que detecten) y un
20 % aproximadamente de azufre. Se completa con polvo de
aluminio para aumentar los efectos térmicos de la explosión.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

– Su manejo es peligroso, pues es muy sensible al calor, a la


percusión y al roce.

6. Trilita.
– Es el explosivo militar por excelencia. Su color es amarillo pálido
o anaranjado y se presenta en forma de escamas, polvo o
cristales.
– Es poco sensible, muy fiable y potente. Se puede tornear,
aserrar o taladrar y arde al aire sin detonar.
– Su velocidad de detonación es de 6.900 metros por segundo.

7. Pólvoras.
– Físicas o mecánicas. Pólvora negra y marrón.
– Químicas o sin humo. Pólvoras de nitrocelulosa y nitroglicerina
gelatinizada.
– Mecha lenta. Núcleo de pólvora negra rodeado por un tubo de
fibras recubierto por brea. Arde a una velocidad teórica de un
metro por 120 segundos

8. Nuevos “explosivos líquidos”.


– Los nuevos explosivos líquidos son sustancias químicas puras,
por lo que los hacen muy sensibles.
– Son muy utilizados por grupos islamistas y tienen como
característica común el que son mezclas de peróxido de
hidrógeno, es decir, agua oxigenada, con una pureza superior al
30 %, junto con otras sustancias químicas que unidas resultan
devastadoras.
 TATP - Triperóxido de triacetona. Se presenta en estado
sólido y una vez preparado –se puede realizar incluso utilizando
una cafetera doméstica con sus filtros– tiene un aspecto cristalino
como el azúcar, siendo de color blanco pálido o amarillento.
– Pasa de sólido a vapor sin pasar por líquido, es decir, sublima y
vuelve a cristalizar de igual manera, y su manipulación es muy
peligrosa, siendo muy sensible al choque, fricción, chispa,
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

electricidad estática, etc. Por este motivo, se hace muy difícil


adiestrar a un perro en la detección de este explosivo.
– Su velocidad de detonación es de 5.000 metros por segundo.
– Su composición es de un 33 % de peróxido de hidrógeno (agua
oxigenada) más acetona y ácido clorhídrico, o bien ácido sulfúrico
o cítrico, estos dos últimos se pueden obtener de las baterías o en
repostería, respectivamente.
 HMTD - Hexametil triperóxido diamina.
– Es utilizado como explosivo iniciador de tipo militar.
– Tiene un aspecto sólido, arenoso y huele a pescado podrido.
– Su composición es metenamina, que puede ser encontrada en
las pastillas de encendido de las barbacoas, peróxido de
hidrógeno y ácido sulfúrico (cítrico o clorhídrico).
 MEKP - Metileltilticetona peróxido.
– Su aspecto es líquido y su composición es butanono junto con
el peróxido de hidrógeno.

Sustancias explosivas. Policía Municipal de Madrid.

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6.1.4. Detonadores y rabizas


Apartado y mención especial tienen los detonadores o artificios,
que son el medio que se usa para provocar la explosión de la carga.
Los hay de dos tipos:
1. Detonador pirotécnico.
– Se compone de un encendedor, más mecha lenta y mediante un
acoplador se le incorpora el detonador.
2. Detonador eléctrico.
– Se compone de un generador de corriente eléctrica, más unos
cables conductores eléctricos y un detonador propiamente dicho.

Detonador eléctrico. Detonador pirotécnico.

Las rabizas son los cables conductores que salen de los detonadores
eléctricos. Suelen tener unos 2 metros de largo y cada uno de ellos tiene
un color. Uno indica la sensibilidad del detonador y el otro el tiempo de
explosión.

Se utilizan distintos detonadores eléctricos, pero el más común es


el número 8.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

La sensibilidad nos la indicará la intensidad de la corriente que se


deba usar para que la cerilla se ponga incandescente. Será de color
rojo cuando indica que es sensible, de color verde que es insensible
y de color rosa para alta sensibilidad.

En cuanto a los colores que nos señalarán el tiempo de explosión,


el blanco advierte instantaneidad, el azul retardo –generalmente de
medio segundo– y el amarillo un retardo de 30 milisegundos.

Si los dos cables son del mismo color: rojos, verdes o rosas, el
retardo es de 20 milisegundos. En este caso el tiempo viene dado
por la característica eléctrica.

Las diferencias entre las rabizas y los cables eléctricos es que


éstos son paralelos y tienen varios filamentos, mientras que las
rabizas no son paralelas, sino independientes, normalmente los
colores son distintos de los cables convencionales, llevan un
filamento único y al ir trenzados en una madeja quedan ondulados y
no lisos.

6.1.5. Reglas básicas en el manejo de explosivos


Lo aconsejable sería que todos aquellos guías caninos destinados
al adiestramiento y posteriormente a realizar la búsqueda y
localización con perros detectores de explosivos tuvieran unos
conocimientos básicos sobre éstos. Si en vez básicos fueran
profundos, mejor. Desgraciadamente esto no suele ser así, siendo en
la mayoría de los casos un aprendizaje autodidacta. Tampoco es el
propósito de este libro enseñar la manipulación de los explosivos,
pero sí pretendemos concienciar sobre la peligrosidad de los
mismos, pues inevitablemente se tienen que manipular.

Muchas fuerzas y cuerpos de seguridad trabajan con compuestos


químicos u olores, y no con el explosivo en sí, pero desde nuestro

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

punto de vista no es aconsejable. Si ya es factible la contaminación


de un explosivo, cuánto más no será una gasa impregnada en un
compuesto para que resulte de ello un olor a un explosivo
determinado.

Es cierto que resulta complejo el obtener para algunas fuerzas y


cuerpos de seguridad la materia explosiva en sí, debido al exhaustivo
control que existe en este campo, pero si una determinada
administración se decanta por tener a su servicio este tipo de perros
detectores, lo primero que ha de entender es que se necesita la
materia prima para el adiestramiento y mantenimiento operativo de
los mismos.

Estamos refiriéndonos al manejo de explosivos y no de artefactos,


que bajo ningún concepto deben de ser manipulados por los guías
caninos. Los explosivos deben estar almacenados y mantenidos en
condiciones ambientales adecuadas a sus características. Deben ser
manejados siempre con sumo cuidado, evitando golpearlos,
forzarlos, fumar a su lado o estar a la exposición de otros productos
químicos mientras los manipulamos. También se debe evitar su
congelación y, por supuesto, el riesgo de verse afectados por el
fuego.

Los explosivos deben ser renovados con frecuencia para evitar,


en primer lugar, posibles accidentes por estar viejos o sudados, y en
segundo lugar, por operatividad, ya que se contaminan de otros
olores cuando se manipulan; aunque sea de forma aséptica, acaban
contaminándose.

Existen numerosas normas, protocolos, fichas de seguridad, etc.,


para evitar los accidentes con explosivos, pero todas ellas, aunque
ciertas, pueden resultar difíciles de cumplir.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

D. Salvador González Solís, de la empresa de fabricación de explosivos


MAXAM, formuló la interesante “Teoría de la simplicidad”, en la que explica
brevemente que lo simple es fácil de recordar y susceptible de ser
cumplido. Expone que los accidentes se provocan por dos causas:
imprudencia e ignorancia; que existen dos soluciones: concienciación y
conocimiento, que se pueden realizar dos acciones: formación e
inspección, a través de dos campos de actuación: el individuo y el equipo.
Por último, cita dos mandamientos: el explosivo explota y, en caso de tener
alguna duda, no hacer nada y preguntar.

6.1.6. Trampas explosivas o cazabobos


Asimilados los conocimientos básicos en materia de explosivos,
no debemos pasar por alto las trampas explosivas o cazabobos,
que tantos accidentes y bajas policiales han causado. Tampoco
debemos omitir la consideración de que un guía detector de
explosivos no tiene que manipular bajo ningún concepto artefacto
explosivo alguno, no sólo por la falta de conocimientos, sino porque
simplemente no es su misión.

Tratamos este apartado porque lo habitual es que este tipo de


artefactos venga presentado con la apariencia de un objeto
considerado como normal, por lo que es fácil su manipulación y
posterior detonación de forma involuntaria.

La trampa explosiva consiste en un dispositivo instalado de tal


manera que la alteración de la organización o composición de un
objeto, inofensivo en apariencia, provoca la explosión de una carga.

Generalmente son objetos que llaman la atención, en zonas


denominadas conflictivas, es decir, objetos atractivos en un entorno
peligroso. Por ello, antes de manipular cualquier elemento en un estado
de alerta, hay que analizarlo muy bien. Si encontramos un objeto

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

sospechoso depositado en un lugar, no se puede mover, pero si ha sido


entregado en mano por alguien –un mensajero, por ejemplo–, sí puede
ser trasladado a un lugar que nos interese para su observación –un
escáner, por ejemplo– o para su aislamiento, pues probablemente tendrá
un sistema de accionamiento anti-apertura.

Las características de las trampas explosivas, como su nombre


indica, es que presentan cierto truco y además son muy
peligrosas. Suelen ser objetos normales, obvios, que pueden
estar abandonados ajenos al lugar en el que están depositados. O
bien, elementos propios del lugar, mal colocados y llamativos. En
definitiva, objetos atrayentes que contienen un artefacto que se
acciona con la lógica de los movimientos.

Podemos efectuar una clasificación de este tipo de artefactos


según el dispositivo de iniciación, pero resultaría infinita, pues ello
atendería a la imaginación de la persona que los crea. Los más
corrientes son: mecánicos, accionados por muelles o palancas;
químicos, que reaccionan mezclando diferentes compuestos
químicos; electrónicos, como las células fotoeléctricas; y otros,
eléctricos, magnéticos, etc.

Dispositivo mecánico.

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La clasificación más adecuada para nuestra función como guías


caninos de perros detectores de explosivos es atendiendo a nuestra
operativa policial, y ésta dependerá de la acción que se ejerza para
que se produzca la detonación. Teniendo en cuenta esta
consideración, observaremos que los cazabobos se pueden accionar
por:
 Presión y alivio de presión.
 Tracción y alivio de tracción.
 Otros:
– Anti-movimiento.
– Anti-penetración.
– Anti-apertura.

Podríamos citar numerosas formas de accionar un artefacto


involuntariamente, que esté depositado para tal fin. En esta
clasificación nos percatamos de lo fácil que resulta hacer explotar un
artefacto inconscientemente, que además ha sido preparado a
conciencia para que así suceda.

Como hemos citado anteriormente, hay que tener siempre


presente que el explosivo explota y, en caso de desconocimiento, lo
mejor es no tocar. A la hora de realizar una búsqueda y detección de
un explosivo, y después de una inspección ocular, tenemos la
herramienta más útil que hasta ahora conocemos, el perro detector
de explosivos. Haciendo un uso correcto de nuestros conocimientos
y de los sentidos e instinto del perro minimizaremos los riesgos que
pueden ocasionar las trampas explosivas.

6.2. Artefactos explosivos. Clasificación


Mención especial tienen que tener los artefactos explosivos, de
ahí el dedicar un apartado independiente en esta obra, con el fin de
que quede meridianamente clara su identificación. Es considerado
artefacto explosivo todo aquel ingenio que tiene por objeto causar
alarma o daños en las personas o las cosas. Un artefacto explosivo

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

puede estar compuesto de diversos elementos, pero, con carácter


general, ha de incluir los siguientes:
1. Dispositivo de iniciación.
Conjunto de elementos de distinta naturaleza que sirven para la
iniciación del tren de fuego.
2. Tren de fuego.
Conjunto de elementos que transforman la acción del dispositivo
de iniciación en una pequeña detonación o deflagración,
incrementada hasta tener suficiente potencia para iniciar el
agresivo. Como mínimo, está compuesto por un detonador,
pudiendo incluir un retardador, un multiplicador, etc.
3. Agresivo.
Sustancia o mezcla de sustancias que proporcionan la potencia
destructora al artefacto. Puede ser del tipo explosivo, combustible,
químico, biológico, nuclear, tóxico, etc.
4. Seguro.
Cualquier elemento capaz de impedir el normal funcionamiento del
artefacto; se suele colocar en el dispositivo de iniciación. Suelen
llevar más de uno: seguro de montaje y seguro del terrorista.
5. Contenedor.
Afecta en gran medida a los efectos que produce el artefacto y a
la dificultad para su detección y posterior desmantelamiento.
6. Metralla.
Conjunto de piezas que sirve para aumentar los efectos de la
activación del artefacto.

Por lo general, existen dos tipos de artefactos: los improvisados y


los convencionales. Los improvisados, como podemos deducir por su
nombre, no responden a normas fijas y tienen un diseño limitado
únicamente por la imaginación, los conocimientos y medios
disponibles por el delincuente o el terrorista. Dependiendo del grado
de delincuencia o terrorismo, pueden incorporar elementos o
artefactos de origen militar.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Por otra parte, los artefactos convencionales son los fabricados


industrialmente y concebidos para un uso civil o militar, por ello
presentan unas normas fijas de fabricación o diseño.

Resulta complejo el realizar una clasificación de los artefactos


explosivos, pues, al igual que ocurriera con los explosivos, ésta
puede atender a numerosos factores.
1. Atendiendo a los elementos que lo componen.
Existen dos grandes grupos: los artefactos reales, que pueden ser
a su vez completos, si presentan todos los elementos necesarios
para su funcionamiento, o incompletos, si falta algún componente,
pero conserva el peligro potencial. Y por otro lado, los artefactos
simulados, que son aquéllos que carecen de los elementos
agresivos y únicamente se emplean para causar alarma.
2. Por el agresivo que contienen.
Pueden ser de diversa índole. Artefactos explosivos, incendiarios,
nucleares, biológicos, químicos o mixtos.
3. Por el modo de ubicación.
Atendiendo a este criterio los artefactos son incontables:
depositados, lanzados, enterrado, enviado, dirigido, etc…
4. Por su funcionamiento.
Según el tipo de acción iniciadora. También existen artefactos de
retardo, accionados a distancia, cable, radio, movimiento y un
largo etcétera según la imaginación del terrorista.
5. Por el dispositivo de iniciación.
Como citamos antes cuando nos referíamos a los cazabobos,
pueden ser ilimitados pues responden a las necesidades e
igualmente a la imaginación del delincuente o terrorista, siendo los
más comunes los mecánicos, químicos, eléctricos, electrónicos,
etc.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

6.3. Técnica de adiestramiento de perros en búsqueda y


detección de explosivos

Como ya ocurriera con la selección del perro detector de


estupefacientes, no siempre es fácil encontrar el animal que cumpla
con todas las características deseables en un perro detector de
sustancias, pero, en el caso de los explosivos, la exigencia aún tiene
que ser mayor.

Nunca seleccionaremos un perro supra-sensible, pues


necesitamos justo lo contrario. Cuando decíamos que era preferible
recortar que estirar, nos referíamos a su sensibilidad. Es muy difícil
lograr que un perro con una elevada sensibilidad, con miedos y falto
de confianza nos sirva para la especialidad de explosivos. En la
detección de estupefacientes el guía está muy próximo al perro y
éste se sentirá seguro con su presencia, pero en la búsqueda de
explosivos el perro está solo.

El perro detector de explosivos debe realizar su trabajo con


independencia, intensidad y motivación. Damos por hecho que tenga
buena nariz, alto comportamiento investigativo, intensidad en el
cobro y que no se sienta afectado por lo que ocurre a su alrededor.

Una de las grandes diferencias que veremos con respecto a la


técnica de adiestramiento de perros detectores de estupefacientes
radica en la detección. Mientras que en este adiestramiento el perro
trabaja a favor de instinto, en la búsqueda y localización de
explosivos el perro va a trabajar contra instinto, va a ser frenado en
lugar de incitado a la hora de cobrar el objeto una vez localizado, es
lo que denominamos detección pasiva.

En cuanto a las cualidades del guía canino encargado de conducir


un perro detector de explosivos, en nuestra opinión debe ser
experimentado, no sólo por la peligrosidad de las sustancias a

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

detectar por parte de su perro, sino por la maestría en sí. Aquí, el


saber “leer” es fundamental. Hay que haber trabajado con muchos
perros para iniciarse en el adiestramiento y posterior trabajo con
perros detectores de explosivos. Quien no interprete los gestos en un
perro, tampoco comprenderá una larga explicación.

La labor del guía canino en esta especialidad es la misma que en


la de estupefacientes, pero además de la lógica y de la suma de los
conocimientos adquiridos hay que añadir la experiencia.

Seleccionado el perro comenzaremos con la asociación del olor, al


igual que ocurriera con el adiestramiento en detección de
estupefacientes. El juguete, el premio con el que va a ser
recompensado el animal, tiene que oler a la sustancia que va a
detectar. La materia explosiva impregnará de olor los diferentes
tejidos con los que realizaremos los rodillos con los que
posteriormente va a jugar el perro.

Aquí hay que ser muy asépticos e intentar evitar las


contaminaciones, utilizando guantes en la manipulación, tanto del
explosivo como de los rodillos, sobre todo por parte de los
compañeros colaboradores en el adiestramiento de nuestro perro. Lo
aconsejable es utilizar contenedores, metálicos o plásticos –para
facilitar su limpieza– y lo más estancos posibles –para evitar su
contaminación–, donde depositaremos la sustancia explosiva.

Se usará un contenedor para cada sustancia explosiva, teniendo


la precaución, como en el resto de especialidades, de que el perro
tenga difícil acceso a la materia, para evitar posibles intoxicaciones
en el animal y contaminaciones en la sustancia. Los contenedores se
utilizarán para poner a dormir el rodillo con la sustancia y que quede
impregnado, y también para los posteriores ejercicios de búsqueda
en las diferentes fases del adiestramiento.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Impregnando rodillos con Goma 2

El perro tiene que tener perfectamente identificado su juguete y el


rol que éste va a desempeñar en su vida. La excitación y la ansiedad
que tiene que producirle la mera visión del rodillo ha ser máxima.

Con la colaboración de un ayudante, se tendrá al perro sujeto con


la correa y se le tirará el rodillo a diferentes lugares, siempre
aumentando la distancia de lanzamiento y las dificultades –hierba
alta, desniveles del terreno, obstáculos, etc.–, aprovechando siempre
las corrientes de aire, que tienen que ir en contra de la situación del
perro, es decir, a favor de su nariz.

Se irán introduciendo las diferentes órdenes que queremos que el


perro vaya conociendo, pero sobre todo la orden elegida de
búsqueda, que formará parte para el resto de su vida de la rutina de
partida.

Cuando el ayudante haya lanzado el rodillo lejos de su alcance


visual, se liberará al perro, dándole la orden de búsqueda y una
palmada en el pecho, orientándole con la mano el gesto de adelante
con el fin de que vaya a cobrar el objeto. Una vez cobrado el mismo,
será felicitado de forma entusiasta y se jugará con el animal,
disputándole el juguete u ofreciéndole otro rodillo, procurando
entablar un vínculo de confianza que fortalezca el binomio guía-perro

"
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,æœÎ"%̇øØæœ"5³º̶̊̋ "(Øæø̋œ"" "ぱぬ"
ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

en el que tanto hemos insistido. Este trabajo es el cobro en


espacios abiertos.

En principio, no es aconsejable quitar al animal a la fuerza el


objeto cobrado, para evitar falta de interés. En el futuro, dependiendo
de la evolución del comportamiento del perro, no es descartable que
se le pueda dar la orden de suelta y se dé por finalizado el juego,
pero ello dependerá del criterio del guía.

En esta fase de asociación del olor, en la que hemos introducido


las diferentes órdenes que utilizaremos en el futuro –existen
numerosas órdenes y en diferentes idiomas en el adiestramiento
canino pero las que aquí nos interesan son la de inicio de la
búsqueda, la de sentado y/o tumbado, la de quieto y la de llamada–,
debemos tener en cuenta numerosas consideraciones, como haber
consolidado la relación del guía con el perro, el binomio, así como la
socialización del animal con el entorno; con diferentes entornos y
mejor adaptación a los distintos medios con lo que se encontrará en
el futuro.

Además tenemos que haber observado la importancia de las


corrientes de aire, del viento, las diferentes reacciones que provoca
en el perro; los gestos típicos cuando el perro detecta el rodillo que
se le ha lanzado. Esto nos ayudará a “leer” al perro.

Importancia de las
corrientes de aire.

La intensidad del viento


determinará el dibujo del
cono de olor.

"
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,æœÎ"%̇øØæœ"5³º̶̊̋ "(Øæø̋œ"" "ぱね"
ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

La intensidad del viento dibujará un cono de olor diferente, así


como los objetos con los que se encuentre a su paso, que pueden
ocasionar distorsiones. Este factor es importantísimo a la hora de
realizar una búsqueda con el perro. Un viento fuerte provoca un
cono largo y estrecho. Por el contrario, un viento débil produce un
cono ancho y corto. Siempre debemos considerar la dirección del
viento a la hora de realizar una requisa con el perro, con el fin de
exponerlo al cono de olor. Si un perro no se encuentra dentro del
cono de olor, no detecta la sustancia.

No menos importante es la temperatura, pues existen diferencias


considerables según la altura a la que se tome, y estas diferencias
crean turbulencias. Por ejemplo, la temperatura en una superficie
puede alcanzar los 43º, 2,5 centímetros por encima será de 34º, y 30
centímetros más alto será de 28º. Hay que considerar que el perro
huele vapores, partículas en suspensión; por ello, la franja horaria
más óptima, no para trabajar sino para detectar, sería el alba y el
crepúsculo, que son los momentos del día donde más vapores se
producen.

Aunque veremos en un apartado independiente los factores que


limitan la actitud canina, en esta fase, además de las corrientes de
aire y de la temperatura, consideraremos otros aspectos como evitar
la contaminación de la sustancia explosiva y asociaciones
equivocadas, utilizar una voz plana y un movimiento corporal
tranquilo y pausado, tener siempre a la vista al perro –controlado–,
pero sin transmitir tensión o interferencia durante la inspección,
esperando la resolución, bien para premiar o para reconducir la
búsqueda.

Conseguido este vínculo y habiendo comprobado que el perro


busca y localiza con la nariz el objeto a cobrar, podemos pasar a la
búsqueda punto a punto, introduciendo la rutina de partida.

"
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,æœÎ"%̇øØæœ"5³º̶̊̋ "(Øæø̋œ"" "ぱの"
ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Rutina de partida.

Compresión para la
activación del
animal.

La rutina de partida tiene como fin estimular a nuestro perro para


que inicie la búsqueda. Es una especie de encendido, de activación,
y consiste en que, llegados al punto de partida elegido con nuestro
perro, lo sentaremos durante un instante –comprobando que
efectivamente apoya las extremidades posteriores en el suelo–,
excitaremos al animal con unas palmadas en su pecho y será
enviado con la orden de búsqueda hacia delante, avanzando
nosotros el cuerpo para inducir su avance. Una vez que el perro haya
comenzado la búsqueda, nosotros cesaremos nuestro avance
simulado, acompañándolo por detrás a la mayor distancia posible,
dejándolo trabajar sin interferencias.

Al principio se utilizará la correa y un único punto de búsqueda,


que pueden ser un montón de piedras, un bloque o un contenedor
con la sustancia explosiva en su interior, sin que el perro pueda
acceder a ella sino es a través del olfato. Cuando el perro haya
detectado la sustancia, se le dará la orden de sentado –u otra elegida
para el marcaje–, momento en el cual, una vez ejecutada la orden,
será premiado con el rodillo de forma inmediata.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

El proceso del premio puede variar en función de las necesidades.


Al principio podemos poner el rodillo junto al montón que tiene la
sustancia y que lo coja sin más. También podemos introducir la
orden de sentado e inmediatamente simular que lo sacamos del
interior del punto, o bien solicitar la colaboración de un ayudante para
que sea él quien le premie. El premiar al perro al principio en el punto
de localización es muy efectivo, así como la inmediatez. Más
adelante, esta inmediatez se irá reduciendo, manteniendo al perro
sentado frente al objeto marcado unos segundos; esto le dará
seguridad y confianza.

Asimilado este ejercicio, podemos alargar la distancia de


búsqueda utilizando más puntos, dando más correa al perro,
procurando no interferir en su trabajo, manteniendo una línea de
vigilancia con el perro y los puntos colocados a nuestra izquierda,
y teniendo en cuenta que la dirección del viento sea favorable a
nuestro entrenamiento.

Con el tiempo, el perro habrá asimilado que el premio lo tiene el


guía y es éste quien le recompensa, pero cuanto más tarde se dé
cuenta de esta circunstancia, mejor. Nosotros somos quienes
debemos romper el ejercicio, primero con la voz, y posteriormente
premiando al perro con el rodillo, todo ello acompañado de voces de
felicitación. No hay que escatimar nunca en elogios hacia el perro y
jugar con él tanto como sea necesario, sin llegar a aburrirle.

Pudiera darse el caso de que en el recorrido de ida el perro no


localiza el explosivo, una vez rebasado el último punto, daremos la
vuelta y le volveremos a mandar buscar con la orden de búsqueda
sobre la marcha. Si se sale de la línea de vigilancia, le corregiremos
levemente acompañando con la voz la orden de búsqueda,
obligándole a caminar lo más cerca posible de la línea de puntos. Si
hay sustancia, el perro seguro que la localizará.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Los ejercicios de punto a punto se deben realizar en diferentes


sitios, al igual que el cobro en espacios abiertos, intentando utilizar
lugares reales. Podemos aprovechar una hilera de coches
estacionados y colocar los puntos en una línea de vigilancia junto a
los vehículos, introduciendo la sustancia explosiva en un contenedor
adosado a uno de los vehículos y junto a uno de los puntos.
Estaremos adelantando trabajo y a la vez sometiendo al perro a las
variaciones ambientales que tanto deseamos.

La búsqueda de punto a punto tiene que quedar bien consolidada,


ha de ser repetida en numerosas ocasiones, de tal manera que
quede muy impregnada en el perro. Esta fase es la más importante
en el adiestramiento de perros detectores de explosivos, pues el
perro va dirigido al objeto que nosotros queremos que busque.

Debemos de considerar las distancias. Cuanto mayor sea, más


seguridad para los intervinientes.

Observado que el perro tiene claro que debe de buscar en línea


recta, pasaremos a realizar el ejercicio sin correa, aumentando el
grado de dificultad progresivamente. No debemos pasar a realizar la
fase de búsqueda en cuarteos sin tener plena confianza en la
búsqueda punto a punto.

La búsqueda en cuarteos también es necesaria, pues no


siempre se dan las circunstancias favorables para que en una
intervención real podamos dibujar una línea de vigilancia. Si el perro
tiene claro quién le manda, hacia dónde le manda y cuándo le
manda, no tiene por qué haber problemas. En toda detección con los
perros de especialidades el papel del guía es fundamental, aquí no
va a ser menos. La actitud del guía en la conducción del perro no
puede ser en ningún modo pasiva, todo lo contrario, ha de moverse
hacia donde quiere que vaya el perro, bien con gestos asociados en

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

el aprendizaje, con su voz, con el clicker o simplemente con gestos


corporales.

La colocación de la sustancia a detectar varía, al igual que en el


punto a punto. Diferentes montones u objetos, distintas cantidades
de ellos, lugares variados y grados de dificultad aumentando
progresivamente, manteniendo la rutina de partida y el resto de
comandos utilizados en el adiestramiento del punto a punto.

Rutina de partida.

Búsqueda en cuarteos.

Disposición de distintos objetos.

Como es lógico, esta dinámica se efectúa primero con la correa


para, posteriormente, consolidada la confianza en el perro, efectuar
el entrenamiento con él suelto. Tenemos que comprobar que,
efectivamente, el perro está buscando, para ello deberá estar
siempre controlado, observando y “leyendo” sus movimientos.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Leer al perro. Interpretar los gestos y acciones del animal.

La búsqueda en espacios abiertos o exteriores es una


prolongación de lo anteriormente explicado. La diferencia va a
consistir en que el perro no va a observar montones, no va a tener
referencias. Únicamente tiene la orden de partida y la de búsqueda, y
nada más. Para facilitar la interpretación de lo aprendido
colocaremos otros puntos frente al de partida –montones de piedras,
contenedores sin sustancia, objetos, -etc. –, con el fin de mantener la
línea de vigilancia. Si lo que queremos es que busque y localice un
"
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,æœÎ"%̇øØæœ"5³º̶̊̋ "(Øæø̋œ"" "ひど"
ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

explosivo adosado a un vehículo, dibujaremos una línea por la que


pase el perro y en ella, adosada a un vehículo, colocaremos
sustancia explosiva. El ejercicio se realizará con el perro suelto, pero
al principio le seguiremos de cerca para controlar sus reacciones. El
perro detectará la sustancia, siendo lógico que al principio extrañe el
objeto al que está arrimada, pero le mandaremos la orden de
sentado y una vez ejecutada será premiado.

En los siguientes ejercicios iremos suprimiendo las ayudas, es


decir, no acompañaremos al perro, no le daremos la orden de
marcaje e iremos reduciendo los montones, dejando el primero como
única referencia. Una vez consolidada esta rutina, se le quitarán las
ayudas por completo.

Nuestra experiencia, y la dinámica del servicio así lo confirman, es


que las intervenciones en espacios abiertos consisten, en su
inmensa mayoría, en búsqueda y localización de explosivos en
vehículos y objetos sospechosos de contenerlos depositados en vía
pública. Nuestro entrenamiento debe ir enfocado a estos servicios.

Hay que insistir en variar los lugares de trabajo. Ello debe


efectuarse de forma progresiva, pasando de sitios en los que no haya
distracciones para el perro a otros que se asemejen a situaciones
reales, y desde paisajes despejados y planos a ocultaciones en
diferentes alturas. Como observamos en el adiestramiento de los
perros detectores de estupefacientes, nuestra imaginación y la de
nuestros colaboradores son fundamentales. Probablemente los
perros más hábiles en la búsqueda y detección de explosivos son los
que se han visto sometidos a más experiencias durante su
adiestramiento.

"
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Con respecto a la búsqueda y localización de explosivos en


vehículos, debemos insistir en que no es lo mismo un artefacto en
vehículo que un vehículo con artefacto, más conocido como coche-
bomba.

La dinámica en el entrenamiento para la detección de este tipo


de artefactos ya ha sido adelantada. Hay que realizar numerosos
ejercicios con artilugios adosados a los vehículos, variando la
colocación de los mismos así como su forma de estacionamiento:
en línea, batería, etc...

Para un perro resultará más fácil la detección de una sustancia


explosiva en un artefacto adosado que en el interior de un vehículo,
aunque ello dependerá de otros requisitos, como la cantidad, las
condiciones atmosféricas, la estanqueidad y el factor tiempo.

Una vez que el perro tiene asimilada la búsqueda en vehículos, se


acerca a ellos sin problema y los inspecciona sin dificultad, podemos
enseñarle a que sea más minucioso y que busque en rendijas, arcos
de puertas y cerraduras, o allí donde nosotros pensemos que se
pueden producir corrientes de aire. Este paso se instruye con el perro
atado y con muchas ayudas, tanto de voz como de manos, para ir
restándolas según las va superando.

Para el entrenamiento del perro en la detección de vehículos-


bomba conviene tener en cuenta dos cosas importantes citadas
anteriormente: la temporalidad y la cantidad. Podemos simular más
cantidad y también mayor temporalidad, es decir, tiempo transcurrido
con la sustancia explosiva en el interior del vehículo. Esto se realiza
con un hilo grueso de lana, algodón, gasas, etc., impregnado en el
explosivo a localizar y colocado en el arco de una puerta, maletero,
capó o allí donde queremos simular que se encuentra el explosivo.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Simulación de colocación de explosivos en interior de vehículo

Variar las cantidades de explosivo y su colocación hará más


completo el aprendizaje, así como la operatividad de nuestro perro. Ir
aumentando las dificultades según vayan siendo superadas y nunca
renunciar al juego mantendrán o incluso aumentarán las cualidades
del perro.

Llegados a este punto en el adiestramiento, lo normal es que el


perro ya tenga asimilada la dinámica para la que ha sido entrenado.
Han pasado varias semanas y el animal encuentra satisfactorio el
trabajo que hace y la recompensa que obtiene.

Podemos realizar entrenamientos en exteriores, simulando objetos


depositados en la vía pública o junto a edificios. También ocultar
artefactos en tapas de servicio o registro a diferentes alturas para
que rastree a todos los niveles.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

En cuanto al entrenamiento en la búsqueda en interiores, la


dinámica ha de ser similar a la hasta ahora aquí expuesta. En primer
lugar, el perro tiene que conocer lo que se va a encontrar en el futuro
entrenamiento y posterior servicio real. Hay que ir mostrándole
diversos lugares para que no extrañe suelos, mobiliario, ventanales y
todo tipo de ornamentación existente en cualquier edificio.
Posteriormente se iniciarán ejercicios que irán paulatinamente
aumentando el grado de dificultad.

En este tipo de requisas, por otro lado poco frecuentes para las
policías locales, hay que procurar provocar corrientes de aire
naturales mediante la apertura de puertas o ventanas; en cambio hay
que evitar las extracciones o ventilaciones forzadas, como aire
acondicionado, pues éstas dificultarán la labor del perro, ya que
perturban el olor, lo disipan en otros casos y, por supuesto, restan
humedad al aire.

En los ejercicios realizados en interiores de edificios, la


focalización a la hora de marcar el explosivo es más difícil debido a
innumerables factores, pero principalmente a las corrientes
artificiales de aire.

La experiencia nos ha demostrado que en numerosas ocasiones


el perro marca en el lugar donde más fuerte es el olor, por ejemplo,
un rincón de una habitación, pero en esa zona no se encuentra el
explosivo; en otros momentos tendrá una reacción anormal, no
llegando a marcar en ningún sitio, limitándose a ventear incluso
apoyándose únicamente sobre sus patas traseras. Es aquí donde
tenemos que saber interpretar las reacciones de nuestro perro.

El entrenamiento en el interior de garajes es muy efectivo, pues se


da la circunstancia anteriormente expuesta de corrientes de aire y
extracciones forzadas. Además, son intervenciones que se dan con
frecuencia en requisas reales.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Para simplificar todo el largo proceso anteriormente descrito,


podemos distinguir las siguientes fases de un ejercicio o requisa:
 RUTINA DE PARTIDA. Es la activación del perro con la que le
comunicamos que va a trabajar, acompañada de la orden de
búsqueda.
 BÚSQUEDA. El perro examina minuciosamente los objetos,
debiendo interferir el guía lo mínimo posible, dejándole trabajar con
autonomía pero observando si se deja algo sin registrar para que,
posteriormente, lo revise. Nunca debemos de perder de vista a
nuestro perro, para observar sus reacciones, “leer” sus gestos e
interpretarlos.
 DETECCIÓN. El perro localiza el olor de la sustancia; suele
expresarse mediante la realización de un quiebro en el
desplazamiento del animal.
 LOCALIZACIÓN. El perro va siguiendo el rastro oloroso de la
sustancia hasta que encuentra su origen, el cono de olor, debiendo
ser lo más exacta posible.
 INDICACIÓN O MUESTRA. El perro nos indica, normalmente
sentándose, que ha encontrado la sustancia, y se coloca lo más
cerca posible de ella. No se debe romper el ejercicio si la muestra no
es correcta. El perro tiene que permanecer sentado sin dudas junto al
objeto marcado.
 ROTURA DEL EJERCICIO. El guía rompe la tensión mediante la
voz, indicando al perro que ha finalizado su trabajo. La rotura con la
voz debe continuarse lo más rápidamente posible con el ofrecimiento
del premio al perro. Nunca se debe de realizar al contrario, primero
ofrecer el premio y luego liberar con la voz, porque tendemos a
provocar que el animal no se siente o se levante antes de tiempo.
 PREMIO O RECOMPENSA. El guía ofrece al perro el mordedor y
juega con él de una forma muy dinámica y alegre durante el tiempo
que considera más óptimo.

La secuencia de introducción de sustancias explosivas


atiende a las necesidades del servicio, es decir, a su frecuencia de
"
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

utilización en atentados en la demarcación donde se va a intervenir,


pero además hay que tener en cuenta la lógica, atendiendo a la
intensidad de olor. Los grados de dificultad siempre han de ser
progresivos, de menor a mayor Lo habitual en las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad en España es empezar por goma II,
posteriormente PG 2 (exógeno), pentrita, amonal, cloratita y, por
último, trilita.

Se puede adiestrar al perro en la detección de más sustancias


explosivas. La dinámica del servicio lo determinará.

La introducción de nuevas sustancias, una vez aprendida la


dinámica completamente con goma II, es mucho más rápida y sencilla.
A modo de repaso, expondremos a continuación el método
anteriormente explicado.

 Primero impregnaremos el mordedor –rodillo– con la nueva


sustancia a introducir y lo lanzaremos en campo abierto, cambiando
los lugares y las telas, a fin de que el perro identifique el nuevo olor.
El guía jugará con él arrojando el premio a lugares donde cada vez
resulte más difícil localizarlo, obligándole a utilizar el olfato y no la
vista.
 Posteriormente, haremos varios ejercicios de punto a punto. Al
principio con un solo bloque o montón, dando el comando SITZ –
sentado, u otro elegido– cuando el perro lo esté oliendo
intensamente, haciendo que el perro mantenga la posición. Una vez
obedecida la orden, rompemos el ejercicio y premiamos al perro.
 Punto a punto con más montones, alternando el lugar en el que
se encuentra la sustancia, es decir, variando el orden.
 Cuarteos, separando cada vez más los montones e igualmente
variando el orden donde se encuentra la sustancia a detectar.
 Registros en exteriores. Se complican cada vez más los
ejercicios, teniendo en cuenta la intención de realizarlos también en

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

puntos bajos como las arquetas, y en lugares elevados como


armarios, estanterías y cuadros de registro de servicios.
 Registros en vehículos. Se aumenta progresivamente la
dificultad, pasando de la colocación de artefactos adosados a la
colocación de sustancia explosiva en el interior del vehículo.
Debemos tener en cuenta diversos factores así como los lugares
habituales de colocación de artefactos explosivos en atentados.
 Por último, los registros en interiores, dejados para el final por
su complejidad. Conviene realizar los entrenamientos atendiendo a
las incidencias acontecidas en casos reales. Son numerosas las
ocasiones en las que se realizan requisas preventivas en interiores
y/o exteriores con motivo de la asistencia de personalidades, ¿por
qué no aprovechar estos acontecimientos para realizar ejercicios de
entrenamiento?

También conviene recordar la posibilidad que existe de que se


produzcan recesiones. Con ciertas dosis de paciencia, todo se puede
reconducir. Hay que afianzar lo aprendido y tener en cuenta que no
tiene sentido el correr cuando se está en el camino equivocado.

Otra forma de introducir nuevas sustancias consiste en realizar


ejercicios en los que utilizamos juntos un explosivo conocido y uno
nuevo, disminuyendo progresivamente la cantidad del primero y
aumentando la del segundo, hasta emplear únicamente el nuevo.

Lo anteriormente expuesto también es válido, obviamente, para


el adiestramiento de perros detectores de estupefacientes. Lo
normal es no tener que recurrir a este extremo, el perro ya tiene
asimilado un producto y su juguete ahora huele a otro distinto, no
tiene por qué haber problemas, pero en caso de falta de
asimilación puede ser útil.

Para los explosivos en polvo se introduce la muestra dentro de


una gasa y ésta a su vez en el interior del mordedor, con el fin de
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

evitar que la sustancia se ponga en contacto con las mucosas del


perro.

Una vez finalizada la introducción de la nueva materia, y antes de


empezar con una tercera, conviene realizar ejercicios con la primera
sustancia aprendida, a modo de recordatorio, y así sucesivamente.

Es muy importante realizar ejercicios de discriminación de olores,


usando a lo largo de las requisas otras diversas sustancias que no
son explosivos y que tampoco forman parte de su composición.
También emplearemos materiales con los que se confeccionan los
rodillos o mordedores, como felpa, toalla o gasa entre otros, así
como los contenedores vacíos y los materiales con los que atamos
los rodillos, con el fin de cerciorarnos de que el perro busca la
sustancia y no el rodillo.

Cabe la posibilidad de efectuar la búsqueda y localización de


explosivos sin rutina de partida, una vez finalizada la fase de
adiestramiento de nuestro perro. Esta acción se debe efectuar con el
adiestramiento del perro completado, con el fin de no crearle dudas.

Se coloca explosivo en un punto determinado del campo abierto,


sin efectuar ningún tipo de rutina de partida, vamos paseando a
modo de patrullaje con el perro y dejamos que circule libremente por
donde quiera; obviamente, cuando el perro observe el punto irá hacia
él porque le resulta familiar y a la vez extraño. Nosotros debemos
dejar que el perro inspeccione el objeto, sin interferir en su
comportamiento y mostrando una actitud normal. Con toda seguridad
se sentará y permanecerá quieto a la espera de la recompensa.

Pudiera darse la circunstancia de que el perro dudara, no


terminara de efectuar la marca o incluso intentara rascar o morder el
punto, ahí debemos de intervenir con el comando de marcaje, SITZ,
de forma tranquila y sosegada.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Cuando consideremos superado este ejercicio, podemos ir


aumentando las dificultades, colocando artefactos en un coche, una
mochila abandonada o cualquier circunstancia que se nos pudiera
dar en una requisa preventiva.

Los entrenamientos que consisten en la búsqueda y localización de


explosivos sin rutina de partida son muy efectivos para las
intervenciones de carácter preventivo, donde no hay un objetivo a
buscar, o para las actuaciones en amplias zonas. El perro no puede
ser comprimido debido a que el factor temporalidad juega en nuestra
contra. No podemos mandar al perro a buscar durante media hora, y
tampoco podemos explorar en doscientos vehículos estacionados en
un aparcamiento. Es en este tipo de servicios donde hay que realizar
la requisa sin rutina de partida.

Más adelante, en el apartado dedicado a la intervención con


perros detectores de explosivos, comprobaremos la necesidad de
tener a nuestro perro adiestrado en esta técnica.

Por otra parte, de la misma manera que cabía la posibilidad de


adiestrar a un perro en la detección de sustancias estupefacientes en
personas, existe igualmente la de educarlo en detección de
explosivos también en personas. Este método se asemeja al
adiestramiento en la detección de estupefacientes, si bien las
medidas de seguridad a tomar por parte de los actuantes tienen que
ser bien distintas, pudiendo ser muy útil para determinadas
intervenciones de carácter antiterrorista.

Este trabajo es una proyección del método aquí expuesto. Una


vez que el perro está adiestrado, que sabe cuál es su papel y que no
tiene ninguna duda, se realiza en una serie de etapas o fases.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Búsqueda y detección de
explosivos sin rutina de
partida.

Los entrenamientos en áreas


muy amplias servirán para
futuras requisas con carácter
preventivo.

El guía patrulla la zona


pasando por todos aquellos
lugares que considera
oportunos, invitando al perro a
que vaya por delante en el
patrullaje.

En una primera fase, al perro se le enseña la detección en


paquetería. Después, la paquetería se coloca junto a las personas. En
una tercera fase, superadas las dos anteriores sin dificultad, son las
personas las que portan la paquetería. Para finalizar, y atendiendo
nuevamente a los grados de dificultad, tenemos una cuarta fase en la

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

que las personas son las que portan en distintos lugares de su ropa o
cuerpo la sustancia explosiva.

Por último, y para finalizar este intenso apartado, vamos a pasar a


desarrollar- la denominada Técnica de la nueva esperanza. Como
habíamos citado anteriormente, existen ocasiones en las que, por
diferentes motivos, un perro puede perder la motivación y el interés
en la búsqueda. En estos casos se puede aplicar esta técnica, pero
tenemos que distinguir si es una recesión pasajera –que se producen
con frecuencia– o efectivamente es una falta de interés en la
búsqueda.

La técnica de la nueva esperanza consiste en que después de un


ejercicio correctamente realizado, a ser posible fácil dado que
queremos recuperar al perro, vamos jugando con él hasta colocarnos
próximos, pero a cierta distancia del objeto que ha identificado y
localizado. Atado con la correa, le quitamos el rodillo, se lo arrojamos
lo más cerca posible del objeto identificado e inmediatamente
salimos corriendo hacia el lugar, pero sujetándolo con la correa –sin
estrangular– cada vez con más firmeza según se va acercando al
premio. Cuando esté casi a su alcance, lo retiramos felicitándole muy
efusivamente. Con esta frustración conseguimos aumentarle la
ansiedad, quedando con más ganas de obtener el rodillo la siguiente
vez.

No queremos pasar por alto una técnica reciente que, aunque un


tanto limitada pues solamente es dirigida a un objetivo, es muy
efectiva. Esta técnica está siendo utilizada por el Cuerpo Nacional de
Policía en algunos de sus perros con resultados positivos. La Policía
Municipal de Madrid también la está aplicando y ciertamente los
resultados son óptimos, combinando este tipo de adiestramiento con
el clásico explicado anteriormente.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

La técnica consiste en situar y orientar al perro hacia donde


queremos que vaya a buscar. Se le aplica la rutina de partida y se le
da una orden de avance continuamente acompañada con la voz,
para que marche sin reparar en nada, solamente tiene que avanzar.
Una vez que alcanza el objetivo donde queremos que busque se le
da una orden para que se detenga y comience a buscar. Cuando
localiza, efectúa la marca e inmediatamente es premiado y liberado.

La forma de adiestrar en esta técnica es muy sencilla. La


asociación del olor y la búsqueda punto a punto es igual a lo
explicado en este apartado. La diferencia estriba en que las rectas –
en el punto a punto– son más largas y al perro no se le para en los
diferentes puntos para que los inspeccione, sino únicamente en el
que tiene la sustancia oculta; ahí se le da la orden de búsqueda, al
principio acompañada de la orden de marca y, una vez detectada y
marcada, se premia al perro.

En principio se efectuarán los ejercicios con correa, más tarde con


cinta de pista y, una vez asimilada la técnica, con el perro suelto.

Después estos puntos se colocarán junto a vehículos y más tarde


desaparecerán y se pondrá el explosivo en el coche, primero
exteriormente –bombas lapa– y luego en el interior, incrementando
gradualmente la dificultad. Colocamos explosivo con las puertas
ligeramente abiertas. También podemos impregnar un cordón o hilo
de lana con explosivo y ubicarlo en los pases de puerta y maletero –
como citamos anteriormente–. Hay que entender que en los
entrenamientos el factor tiempo no es similar a la realidad.

La orden de avance tiene que ser corta –ALLEZ, ALLEZ / RUN, RUN /
TIRA, TIRA–, al igual que la de parada –CHERCHE / SEEK, LOOK OR
SEARCH / BUSCA–, quedando auditivamente clara la finalización de
una y el comienzo de la otra. Una vez que el perro ha efectuado la
búsqueda donde nosotros queremos y no ha localizado, tenemos que
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

ir acercándonos progresivamente e insistir en que husmee, para


acabar ayudándole con la mano en rendijas y todos aquellos lugares
que estimemos oportunos.

Búsqueda dirigida.

Se utilizará la rutina
de partida.

Se lanzará al perro
hacia adelante con el
claro propósito de
que llegue a un
objetivo marcado e
inicie la requisa.

Esta técnica es muy útil para la requisa de un vehículo


sospechoso de contener explosivo estacionado en la vía pública y

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

también para objetos depositados, siempre teniendo en cuenta que la


misma es totalmente dirigida.

Nosotros hemos comprobado que el perro, una vez adiestrado en


esta técnica, puede detectar explosivos tanto en exteriores e
interiores como en requisas preventivas y recorridos. Evidentemente,
en estos tipos de requisas no hay rutina de partida y por tanto el
animal no es dirigido hacia ningún objetivo. Hemos colocado
explosivo en una tapa de registro, hemos pasado con nuestro perro
cerca de ella, lo ha localizado y marcado sin problemas. Este
adiestramiento atiende a la lógica de todos los métodos. Distancia,
búsqueda, localización, focalización y marcación.

Existen otras formas de adiestramiento de perros detectores de


explosivos, en absoluto descartables, pero quizás más complicadas.
Este método aquí explicado es clásico, adaptado a las nuevas
necesidades y actualizado con nuevos conocimientos en materia
canina. Todos los profesionales caninos pueden hacer uso de él de
forma sencilla, aplicando paciencia y trabajo a los conocimientos aquí
expuestos.

Como resumen de todo lo expuesto, éstas son las principales


consideraciones en el adiestramiento de perros detectores de
explosivos.
 Conocimiento de los explosivos.
 Definición y clasificación.
– Propulsores.
– Rompedores.
– Iniciadores o detonadores.
 Factores determinantes de los explosivos.
– Antes de la explosión.
 Estabilidad.
 Sensibilidad.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

 Potencia.
– Después de la explosión.
 Velocidad.
 Efectos primarios.
 Efectos secundarios.
 Estado de los explosivos.
– Sólidos.
– Líquidos.
– Gaseosos.
 Reconocimiento de los explosivos.
– Explosión.
– Velocidad de detonación.
– Tren de explosivos.
– Onda explosiva - Térmica - Presión - Choque
– Proyecciones.
– Dinamitas.
– Pentrita.
– Explosivos plásticos.
– Derivados del nitrato amónico.
– Cloratita.
– Trilita.
– Pólvoras.
– Nuevos explosivos “líquidos”.
 Detonadores y rabizas.
– Detonador eléctrico.
– Detonador pirotécnico.
 Reglas básicas en el manejo de explosivos.
– Teoría de la simplicidad.
– Formación.
– Actualización de conocimientos.
 Trampas explosivas o “cazabobos”.
 Artefactos explosivos.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

 Definición y composición.
– Dispositivo de iniciación.
– Tren de fuego.
– Agresivo.
– Seguro.
– Contenedor.
– Metralla.
 Clasificación.
– Improvisados.
– Convencionales.
 Otras clasificaciones.

Mención aparte merece el apartado referido a la técnica del


adiestramiento, siempre difícil pero a la vez interesante. Los aspectos
más importantes a tener en cuenta en el adiestramiento de perros en
la búsqueda y detección de explosivos son los siguientes:
 Aplicación de la técnica.
– Selección del perro.
– Asociación del olor.
– Rutina de partida.
– Búsqueda punto a punto.
– Búsqueda en cuarteos.
– Búsqueda en espacios abiertos - Exteriores.
– Búsqueda en interiores.
– Búsqueda en vehículos.
– Búsqueda sin rutina de partida.
– Búsqueda experimental en personas.
– Técnicas de la nueva esperanza.
 Otras técnicas de adiestramiento.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

7. INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS


DETECTORES DE SUSTANCIAS EXPLOSIVAS

C omo podemos deducir por las consideraciones expuestas en el


capítulo anterior, la intervención con perros detectores de
explosivos es más compleja que con perros detectores de
estupefacientes. Hemos podido comprobar que el adiestramiento es
algo más complicado, pero debemos tener siempre presente de que
todo adiestramiento tiene que ir en consonancia con los servicios que
se van a prestar en el futuro. Es absurdo complicar en exceso, en
definitiva, inventar situaciones extremas que nunca se van a dar en la
realidad. Por otra parte, también sería contraproducente e incluso
irresponsable el pensar que porque nuestro perro realiza
correctamente los ejercicios en las primeras fases del adiestramiento
ya se encuentra en condiciones óptimas de prestar servicio.

Como veremos más adelante, los servicios que se realizan con los
perros detectores de explosivos atienden siempre al mismo tipo de
actuación; asistencia a requerimiento y requisas preventivas. Nuestro
entrenamiento en ambos casos ha sido similar, si bien la forma de
actuar en la detección es distinta.

En la intervención con perros detectores de estupefacientes las


actuaciones en todos los ámbitos son similares, atendiendo
obviamente a las medidas de seguridad. Esto es, cualquier guía
canino especialista en detección de explosivos tiene que tomar unas
medidas de seguridad adecuadas a la hora de participar, lo haga en
el lugar que lo haga. En las intervenciones policiales con perros
detectores de explosivos no existe menudeo.

Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado intervienen en


zonas más amplias y tienen mayores competencias, pero cuando
una administración (autonómica o local) tiene formados policías y
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

perros especializados en la búsqueda y detección de explosivos, se


entiende que es porque los necesita, y el grado de peligrosidad en el
que actúan es el mismo. Tan peligroso a la hora de intervenir para un
guía canino es hacerlo en un acuartelamiento como en un edificio de
un ayuntamiento. Hoy en día, ha quedado sobradamente demostrado
que cualquier administración puede ser objetivo de una amenaza
terrorista. Por ello, las actuaciones en esta materia de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad del Estado, de las Policías autonómicas y
locales, e incluso de empresas privadas dedicadas a la seguridad,
deben ser exactamente iguales.

Las distintas administraciones, desgraciadamente, no suelen


utilizar los recursos de los que disponen de la forma más idónea
posible, es decir, abusan de la presencia policial en detrimento de su
operatividad. Al igual que ocurriera con los perros detectores de
estupefacientes, un uso inapropiado de ellos nos proporcionará
fatales consecuencias. El perro detector de explosivos tiene que
sentir verdadera obsesión por realizar su trabajo. Si se abusa de esta
obsesión, obtendremos apatía, y con ello un trabajo irregular e
inseguro.

En todas las intervenciones en materia de explosivos deberían


existir unos protocolos de actuación, atendiendo al grado de
peligrosidad, y este precepto a veces no existe. Aunque no siempre
se dan las circunstancias para cumplir un protocolo al cien por cien,
sí sería deseable la existencia de estos protocolos para poder tener,
al menos, una guía de seguridad en la actuación policial.

Hasta la fecha, no existe protocolo alguno donde se exponga qué


hacer en caso de que la requisa tenga consideración de negativa.
Teniendo en cuenta que los guías caninos no debemos asegurar
nunca que un paquete o cualquier objeto no contiene explosivos, sino
informar que el perro no ha detectado la presencia de sustancia

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

explosiva, la decisión de manipularlo o considerarlo como no


peligroso corresponde siempre al jefe del dispositivo.

Las intervenciones con perros detectores de explosivos suelen


ser menores, en lo que a cantidad se refiere, con respecto a las
actuaciones en materia de estupefacientes, pero la calidad en este
tipo de intervenciones tiene que ser excelente por la peligrosidad
que ellas conllevan. Es una complejidad añadida a la actuación
policial. No sólo hay que localizar el posible explosivo, hay que
evitar provocar su detonación.

Son innumerables los servicios a realizar por un equipo detector


de explosivos, tales como la protección de autoridades, la prevención
de atentados en lugares oficiales, los avisos de bomba con motivo de
objetos depositados, el control de paquetería y correspondencia así
como la colaboración con las fuerzas y cuerpos de seguridad de las
distintas administraciones.

Importantes son también las prioridades a tener en cuenta por


este equipo detector a la hora de localizar un posible artefacto
explosivo, teniendo como máxima la vida propia y la de los demás.
En un segundo plano, la propiedad, y en un último término, reducir al
máximo los daños que se puedan producir.

Afortunadamente en la actualidad se cuentan con medidas de


autoprotección, como chalecos y cascos anti-fragmentación,
inhibidores, etc., que tienen cierta eficacia, y, por tanto, si de ellos
hemos sido dotados, debemos utilizarlos siempre que las
condiciones lo permitan.

En toda intervención con explosivos tenemos que tener unos


principios básicos de actuación:
 Conocimiento del hecho a través de la emisora directora.
 Preparación de perros y equipo.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

 Traslado y posicionamiento en lugar seguro.


 Utilización de medios de autoprotección.
 Recopilación de datos y requisa del lugar.
 Negativo / Positivo. Comunicación a emisora y jefe de
dispositivo. Retirada de lugar / Colaboración con los actuantes.

Chaleco y cascos anti-fragmentación. Inhibidor portátil.

Conviene insistir en que las intervenciones con perros detectores


de explosivos, al ser más complejas, no se asemejan siempre con los
entrenamientos, de ahí el incidir y explicar más detenidamente este
apartado que el dedicado a las intervenciones con perros detectores
de sustancias estupefacientes. Debido a esta dificultad, vamos a
efectuar dos diferenciaciones en materia de intervenciones: las que
en su mayoría son realizadas a requerimiento y las que se ejecutan
con carácter preventivo.

7.1. INTERVENCIONES A REQUERIMIENTO

Aunque una sección o unidad canina con especialidades siempre


debe de actuar a requerimiento, bien por un hecho puntual o por un
servicio continuado, vamos a diferenciar, como hemos adelantado,
estos dos tipos de intervenciones. En las intervenciones a

Vicente Martínez Márquez


José Carlos Sánchez Flores
ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

requerimiento la temporalidad y el espacio son menores que en las


de carácter continuado. Prácticamente en su totalidad se interviene
por una actuación primaria de un indicativo policial o por la detección
de anomalías por parte de cámaras de seguridad, con la
consiguiente actuación del vigilante de la instalación o la simple
llamada por parte de un ciudadano a los servicios de emergencia.

El motivo de las actuaciones a requerimiento son en general por


objetos sospechosos depositados en vía pública o en edificios, y por
vehículos estacionados en zonas y recorridos de seguridad sin la
preceptiva autorización. En definitiva, todo aquello que pueda ser
dudoso de contener algún tipo de explosivo.

Como ocurriera en las intervenciones con perros detectores de


estupefacientes, no es lo mismo registrar un área limitada y en un
momento puntual –como pudiera ser un vehículo–, que una gran
superficie y de manera esporádica, como por ejemplo la terminal de
un aeropuerto.

La actuación ante la localización de un objeto sospechoso de


contener explosivos tiene que tener siempre la consideración de real,
y actuar como si el objeto fuera lo más potente posible (acorde a su
tamaño).

Si los intervinientes no han tomado las medidas de seguridad que


nosotros consideramos oportunas, como el acotamiento de la zona,
establecer cordones de seguridad, planificar una evacuación, etc., lo
solicitaremos nosotros.

No se debe actuar con el perro hasta que no se hayan tomado las


medidas de seguridad oportunas, tanto para los usuarios de la vía
pública como para los intervinientes, procurando no provocar el
pánico y mostrando una actitud tranquilizadora y segura.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

No debe manipularse el objeto y tiene que ser observado a la


mayor distancia posible. El campo de actuación donde va a trabajar
el perro debe ser reconocido por el guía canino, estableciendo una
zona segura, previamente inspeccionada y limpia, desde donde se va
a comenzar la requisa.

Una vez tomadas todas estas medidas de seguridad, se actuará


con el perro atendiendo a que todos los factores que puedan influir
en la realización del servicio sean lo más favorables posibles.

Merece especial atención hacer un breve repaso sobre las


distancias al cordón de seguridad, aunque no siempre es posible
acotar una zona, máxime cuando intervenimos en la vía pública en
una gran ciudad. Tenemos que intentar mentalizarnos de que lo más
efectivo cuando trabajamos con explosivos es la distancia y, en la
medida de lo posible, estar parapetados o pegados a las paredes
que conforman la calle, con el fin de minimizar riesgos y daños a los
participantes.

Para un objeto del tamaño de una caja de zapatos lo aconsejable


es estar a cien metros y si es posible a cubierto. Para un coche
bomba, de doscientos a trescientos metros en línea directa de visión.
Estas distancias deberán ser ampliadas atendiendo a las
circunstancias, es decir, si una posible mochila-bomba ha sido
colocada junto a un depósito de combustible o sustancias tóxicas, las
medidas de seguridad y las distancias han de ser ampliadas todo lo
posible.

Como hemos explicado, es muy difícil tomar las medidas


establecidas en los protocolos, en cuanto a distancias se refiere, que
las distintas administraciones proponen a tal efecto. En la actualidad
la conocida Circular 50 emitida por el Ministerio del Interior es la que
regula el plan de actuación con motivo de atentados terroristas,
siendo mejor tener un plan que no tenerlo, por lo que necesitamos
"
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

estar informados y actualizados de toda normativa existente al


respecto.

Realizada esta breve introducción sobre las diferentes


intervenciones que pudieran tener que llevar a efecto los guías
caninos con perros detectores de explosivos cuando sus servicios
son requeridos, vamos a explicar la correcta actuación en las
intervenciones más comunes. Éstos son: en paquetería y
correspondencia, en posibles artefactos en vehículos y, por último,
sobre objetos sospechosos abandonados en vía pública o
depositados junto a edificios o en el interior de los mismos.

Vaya por adelantado que ninguna situación se repite, pero


atendiendo a la legalidad y a la operativa policial, se deben seguir
unas pautas en toda actuación, valiéndonos de la lógica y de la
experiencia.

7.1.1. Correspondencia
Afortunadamente cada vez son más las instalaciones que
cuentan con detector de metales y/o escáner con el fin de visualizar
la correspondencia y paquetería, pero aún hoy en día se siguen
teniendo actuaciones con perros detectores de explosivos para este
tipo de requerimientos.

Independientemente de la posterior requisa que con el perro


vayamos a realizar, debemos observar la imagen del paquete que
queda en el escáner; buscar indicios que hagan ese paquete
sospechoso. Por otra parte, conviene observar las características
propias del envío. Y por último, indagar sobre la procedencia y
destino del mismo.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Cuando se ha recabado toda la información posible, y aunque no


se haya catalogado como sospechoso, hay que tratar de manipularlo
lo menos posible y efectuar la requisa del paquete o carta de la forma
más conveniente y segura para los actuantes.

Despejar un área considerable –acorde al tamaño del paquete– y


situarlo en el suelo junto a un grueso muro y libre de proyecciones
puede ser el lugar más idóneo para realizar la requisa. El perro
trabajará a la distancia oportuna, pudiendo ser observado a través de
un escudo policial o simplemente parapetado, teniendo siempre
controlado el paquete y observando la actuación del can.

Las distancias se irán reduciendo según vaya el perro


inspeccionando el paquete y éste no muestre ningún signo evidente
que nos haga sospechar que contenga sustancia explosiva. Los
puntos de ataque al objeto se irán variando haciendo gestos
corporales muy evidentes hacia el elemento que queremos que sea
requisado. Para finalizar, se hará la inspección junto al objeto con el
perro totalmente controlado.

Debemos significar que para este supuesto y los posteriores que


vamos a estudiar, en caso de que haya indicios fundados de que un
objeto pueda contener explosivo, la manipulación tiene que ser nula.
Podemos trabajar con el perro para ayudar a confirmar estos indicios,
pero la actuación de los TEDAX (Técnicos Especialistas en
Desactivación de Artefactos Explosivos) o de quienes los superiores
jerárquicos soliciten va a ser la determinante. Nosotros somos una
herramienta más del sistema de seguridad. No sabemos si existe o
no explosivo en un objeto o habitáculo, únicamente podemos
informar a nuestros superiores de que nuestro perro no ha detectado
sustancia explosiva, pero nada más.

Vicente Martínez Márquez


José Carlos Sánchez Flores 114
ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Cuando los guías caninos están actuando, por la profesionalidad y


conocimientos que se les presuponen, deben tenerse muy en cuenta
todas sus consideraciones, pero una vez acabada la requisa con el
perro, si ésta es negativa, su misión ha terminado. Está en su
criterio examinar el objeto de forma más exhaustiva. En caso
positivo, se informará al superior jerárquico de la incidencia para
que adopte las medidas oportunas. La toma de decisiones
corresponde a otros. En este supuesto deberemos permanecer en la
zona por si los TEDAX solicitan cualquier información que podamos
aportar.

7.1.2. Objetos abandonados


Podemos referirnos a estos objetos como los depositados en vía
pública, junto a edificios o en el interior de éstos. En todos estos
casos se actúa a requerimiento, pues es de suponer que causan
sospechas a los primeros intervinientes por infinitos motivos,
imposibles de enumerar.

Este tipo de intervenciones origina bastante controversia entre los


diferentes equipos actuantes, siendo el matiz diferenciador el
catalogar el objeto como sospechoso, bien por su apariencia o bien
por aviso de su colocación. No debemos entrar de ninguna manera
en comportamientos que causen alarmas innecesarias o psicosis
generalizadas, es decir, lo determinante es tratar un objeto como
sospechoso de contener explosivos cuando haya indicios razonables
para ello y nunca antes. La opinión de los guías caninos en estas
circunstancias es un tanto secundaria, ya que cuando se han
solicitado sus servicios se sobrentiende que dicho objeto ha sido
catalogado como sospechoso. Aun así, es conveniente por parte de
los guías actuantes recabar los datos necesarios que se han tenido
en cuenta para esa catalogación.

Pueden darse diferentes situaciones; ya hemos mencionado que


no existe una actuación igual a otra. En este contexto pueden

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

observarse, por un lado, las actuaciones llevadas a cabo en la vía


pública o exteriores de edificios; y por otro, las intervenciones en
interiores de edificios, generalmente públicos, pertenecientes a
diferentes administraciones o empresas importantes y/o amenazadas
por diferentes causas.

Es de suponer que los desalojos, cortes de vías públicas, bien


para el tráfico rodado y/o para personas, etc., no son nuestra misión
prioritaria, pero, en caso de que estas medidas no se hayan
adoptado, debemos exigirlas nosotros antes de realizar nuestra
actuación. Lo deseable es trabajar con el perro en las circunstancias
más favorables posibles, teniendo en cuenta las dificultades que
entrañan las actuaciones en una gran urbe. Buscaremos, con el
sentido común que se nos presupone, lo más adecuado.

En las intervenciones realizadas a requerimiento, con un claro


objetivo a requisar, debemos trabajar con el perro suelto, por delante
y a distancia, sabiendo que la vida propia y de los demás es la
principal prioridad.

Teniendo en cuenta las distancias de seguridad mencionadas en


apartados anteriores, se debe abordar la inspección ocular del objeto
sospechoso por el mismo lugar en que fue realizada por los primeros
intervinientes, y nunca manipularlo.

Posteriormente, una vez realizada la primera inspección, se


volverá a repetir desde otro punto, buscando corrientes de aire
favorables, si las hubiera, y reduciendo las distancias para focalizar
aún más la búsqueda. En caso de inspección negativa, la requisa se
hará justo frente al objeto y con el perro controlado con la correa,
indicando claramente el elemento a requisar.

Una vez realizada la intervención con el perro, la actuación


final es similar a la del apartado anterior. Corresponde a otros la
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

toma de decisiones, si bien nuestra colaboración siempre tiene


que estar disponible.

7.1.3. Artefactos en vehículos


Lo primero que tenemos que entender antes de comenzar este
apartado es que no es lo mismo un coche bomba que una bomba en
un coche. En un vehículo bomba todo su conjunto es un artefacto.
Este tipo de vehículos se suelen preparar en locales en los que,
normalmente, se coloca la carga explosiva en el maletero por
cuestiones obvias de ocultación desde el exterior y capacidad de
carga. A veces se añade metralla para aumentar los efectos de la
explosión y, posteriormente, se traslada al lugar elegido para
estacionarlo. Por otra parte, un artefacto explosivo en un coche,
como su propio nombre indica, es el vehículo que contiene ese
explosivo, bien depositado en su interior o adosado a su exterior.

En el pasado había innumerables y evidentes síntomas de que un


vehículo pudiera ser un coche bomba, tales como: el maletero
hundido, dos antenas, cableado visible, grandes pegatinas colocadas
en el maletero con el fin de tapar orificios, presencia de tubos de
PVC, etc. Hoy en día las técnicas han cambiado y mejorado, tanto
por parte terrorista como por la antiterrorista, por lo que aunque
nunca está de más observar e inspeccionar ocularmente el vehículo,
es mucho más efectivo recabar información sobre la matrícula –
troqueladora y número de manipulador–, lugar de colocación del
mismo, testigos oculares de los hechos y otros.

Respecto a los artefactos explosivos que se colocan en vehículo,


por lo general son bombas lapa con diferentes mecanismos de
activación. Los más comunes son los sistema anti-movimiento –tubo
con gota de mercurio–, mecanismos de presión o alivio de presión,
tracción y otros. Pero igualmente en la actualidad se hace uso de
nuevas técnicas y de las modernas tecnologías, utilizando sistemas
de detección de presencia, activaciones con aparatos de radio

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

control, vía satélite, etc., que hacen menos evidente la localización


visual de un paquete explosivo.

No vamos a entrar en consideraciones técnicas, aunque sí tener


en cuenta que cuanto mayor sea la formación del guía canino, mayor
será su información y mejor su actuación. No nos interesa saber si el
terrorista quiere atentar contra el acompañante o el conductor del
vehículo, lo que nos interesa es que nuestro perro detecte el
explosivo y para ello –insistimos–, cuanto más conocimientos
tengamos, mejor.

Cabe señalar llegados a este punto, donde queda aclarada la


diferencia entre vehículo bomba y bomba en vehículo, que en este
tipo de actuaciones a requerimiento se dan unas circunstancias
especiales, que no aparecen en la búsqueda de explosivos en
correspondencia ni en objetos abandonados. Cuando somos
requeridos para registrar un elemento sospechoso, por lo general hay
indicios de que es así. En el caso de un vehículo no es tan sencillo;
se produce un hecho singular que es la asiduidad. Es algo habitual y
común en la práctica policial. Es el mayor número de intervenciones
que se tienen y eso hace que se relajen las medidas de protección y
de autoprotección.

En el caso de vehículos mal estacionados, para ser retirados con


grúa, existen protocolos que se formalizan en los despachos y que
luego son imposibles de realizar en la vía pública.

En el municipio de Madrid, por ejemplo, los operarios del servicio


de grúa solicitan los servicios de los guías caninos para retirar un
vehículo de la vía cuando éste se encuentra estacionado en una
zona de seguridad o en un recorrido de seguridad. Muchas veces se
confunden las zonas de seguridad con las reservas para vehículos
oficiales, siendo en éstas aún más habituales las intervenciones de
los guías caninos.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Otros servicios para los que se requiere a los guías caninos son:
cuando un vehículo tiene interés policial, presenta duplicidad de
placas o infunde cualquier tipo de sospechas a un servicio de contra-
vigilancia.

Dado que estas actuaciones son a requerimiento, lo normal es


que cuando los guías caninos hagan acto de presencia en el lugar se
hayan tomado las medidas de seguridad oportunas. Ahora bien,
atendiendo a lo dispuesto en la Circular 50, que es un plan de
actuación elaborado con motivo de atentados terroristas y que todos
los integrantes de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado
deben conocer, puesto que todos están implicados, ésta nos dice:
“que ante un atentado o amenaza de colocación de artefacto
explosivo cuando se presuma real, se establecerá un primer cinturón
de 200 metros del foco del atentado sobre el que recaiga la
amenaza”.

Lo expuesto anteriormente es imposible de cumplir en una ciudad


como Madrid, y quizá si se intentara cumplir, en la mayoría de los
casos, sería injustificado. Pero por otra parte, lo que tampoco
podemos permitir es no exigir que se tomen unas medidas mínimas y
lógicas de protección para los usuarios de la vía pública y de
autoprotección de los actuantes.

Lo deseable en las actuaciones con vehículos en la vía pública es


hacer uso de la lógica y el sentido común y catalogar la amenaza
acorde a los indicios. Si tuviéramos que utilizar los servicios caninos
para la retirada de vehículos en todas las zonas susceptibles o
amenazadas en la comisión de atentados terroristas, para cumplir los
protocolos existentes, la situación sería caótica. Por ello, los primeros
intervinientes en este tipo de actuaciones deben llevar a cabo todas
las averiguaciones posibles sobre el vehículo a retirar por el servicio
de grúa o bien porque infunde algún tipo de sospechas. Éste es un
primer filtro del que se obtiene mucha información.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

En caso de tener que ser retirado de la vía pública, o considerar


que necesita ser inspeccionado más exhaustivamente, se requerirán
los servicios que se estimen oportunos, como, por ejemplo, la
actuación de los guías caninos. Llegados a este punto, el primer
patrulla interviniente no debería retirarse en ningún momento del
lugar, impidiendo el paso de viandantes junto al vehículo y, si las
circunstancias lo permiten, debería alejar el tráfico rodado lo máximo
posible del coche sospechoso. No hay que olvidar que se han
solicitado los servicios de guías de perros detectores de explosivos
porque existe ese vehículo sospechoso de contener explosivos.

Si la amenaza fuera mayor, las medidas de seguridad deberían


aumentarse y así sucesivamente, dependiendo de los indicios e
informaciones que se vayan obteniendo. Los guías caninos tendrían
que obtener toda la información recabada y realizar la inspección
ocular del vehículo sospechoso atendiendo a las observaciones e
indicaciones facilitadas por los primeros intervinientes.

Una vez efectuada esta inspección ocular por parte de los guías
caninos –por separado–, se procederá a efectuar la requisa con el
perro. El trabajo ha de ser lo más aséptico y cómodo posible para el
animal, por lo que el agente interviniente efectuará el registro con
todas las máximas condiciones favorables, empezando por las
atmosféricas. Se cortará el tráfico si las condiciones lo permiten,
tanto peatonal como rodado, y se procurará iniciar la búsqueda con
el viento en contra, para favorecer la llegada de partículas, y orientar
al animal hacia el objetivo de la forma más directa y clara posible.

En principio se mandará al perro suelto a la mayor distancia


posible para ir reduciendo la misma según se vaya efectuando la
requisa, siempre avanzando por zona segura, es decir, requisada por
el perro. Una vez inspeccionado el vehículo, se insistirá en el mismo,
con el fin de que el perro identifique claramente que nuestro objetivo
es en el que insistimos.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Nunca debemos perder de vista a nuestro perro y para ello


contamos con el otro guía interviniente, el cual permanecerá
colaborando en todo momento. La lectura de movimientos y gestos
en el perro es fundamental. Una vez insistido en el objetivo, se
procederá a realizar la requisa con el perro atado, repitiendo con
nuestras manos y voz en los bajos del vehículo, pasos de ruedas,
cerraduras y todas aquellas rendijas susceptibles de comunicar el
interior con el exterior por las corrientes de aire.

Si lo consideramos oportuno, por indicios serios de amenaza o por


dudas generadas en la requisa, se efectuará una nueva búsqueda por
parte de otro componente o se repetirá el ejercicio pasados unos minutos.

Intervención a requerimiento. Requisa en vehículo.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Intervención a
requerimiento.

Requisa con marcaje


positivo en vehículo.

7.1.4. Requisa en exteriores e interiores de edificios


Aunque este tipo de requisas difiere bastante de las expuestas
anteriormente, atendiendo al modo de intervención, hemos
convenido incluirlas dentro del apartado de las requisas efectuadas a
requerimiento, pues entendemos que existe una amenaza real y,
aunque la búsqueda no es puramente dirigida hacia un objeto
concreto, se está buscando presumiblemente algo catalogado como
artefacto real.

Lo habitual es que la emisora directora comunique la amenaza, se


despliegue un dispositivo policial y se establezcan unos equipos de
búsqueda. En ellos estamos incluidos los guías caninos. No hay
nada determinado para buscar, por lo que una vez finalizada la
inspección ocular y acordonada la zona se procede a la requisa con
el perro.

Hecha esta introducción y poniendo en práctica lo entrenado, se


deberá requisar los exteriores del edificio y aquellos elementos
susceptibles de poder contener artefactos, como papeleras,
contenedores de basura, registros de agua, luz, teléfono, y todas
aquellas tapas de servicios que están a nivel de suelo y empotradas.

En primer término la requisa se realiza con el perro a distancia,


moviéndonos como si estuviéramos cuarteando una zona e
indicándole con los gestos corporales y la voz los objetos y zonas a

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

revisar. Se debe empezar por los lugares más próximos al edificio y


hacia el exterior. Siempre debemos de avanzar y caminar por las
zonas seguras, esto es, por las zonas por las que ha pasado el perro.
Como ya hemos dicho, hay que facilitar al perro el trabajo cuanto sea
posible.

Una vez finalizada esta requisa exterior se procederá a realizar la


misma con el perro atado, haciendo más minuciosa la inspección e
invitándole a revisar concienzudamente todas aquellas rendijas y
habitáculos que consideremos oportunos. Hay que tener en cuenta
que en numerosas ocasiones se producen corrientes de aire que
dificultan la salida de partículas hacia el exterior. Si insistimos en que
el perro busque a pocos centímetros de donde hay sustancia
explosiva, éste, por la inspiración que realiza, puede provocar el
revoco de la corriente de aire de modo que le lleguen partículas y así
identificar la sustancia explosiva.

Finalizada la requisa exterior del edificio se procederá a realizar la


misma en el interior. En edificios y habitáculos completamente
cerrados no existen corrientes de aire, por lo que es aconsejable
abrir alguna puerta o ventana para provocarla y facilitar la
propagación de partículas. A tener también en cuenta son los
aparatos de aire acondicionado, pues eliminan la humedad,
perturban y disipan el olor, así como los sistemas de servicios que
discurren entre unas plantas y otras ocasionando un efecto chimenea
que complica mucho la focalización, por parte del perro, de un
posible artefacto.

Las intervenciones en interiores de edificios, como se puede


imaginar, son altamente complicadas, por lo que el análisis que
realice el guía es muy importante, empezando por la lectura de los
movimientos del perro y terminando por la lógica policial que se le
supone. En estas situaciones siempre suele haber un jefe de

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

dispositivo que valora la amenaza y toma las decisiones en cuanto a


evacuaciones; a nosotros no nos compete esa labor.

Como norma general, se tienen que establecer unas prioridades


de búsqueda. Para ello tenemos que saber qué se busca y seguir un
método previsto. Que no quede nada sin revisar y evitar duplicar las
búsquedas.

Atendiendo a la citada lógica policial, la requisa se debe efectuar


desde fuera hacia dentro y desde abajo hacia arriba. Se tienen que
seleccionar los primeros lugares a requisar, siendo éstos las zonas
comunes y de acceso al público en general, como son los aseos y
todo el mobiliario que exista en las zonas públicas.

Es vital la colaboración con el personal que trabaja en el edificio


así como con los vigilantes que prestan servicio en el mismo. Ellos
son los que más información nos pueden dar, por lo que, si la
intervención lo permite, debemos ir acompañados por alguien
familiarizado con el edificio. Por otra parte, la comunicación con el
jefe del dispositivo tiene que ser constante, con el fin de no cometer
errores y agilizar la requisa. En estas intervenciones el factor tiempo
es muy importante.

Las evacuaciones, si las hubiera, deben hacerse con orden,


rapidez y disciplina. Hay que evitar provocar el pánico. Cuando el
personal que está trabajando en un edificio ve a los perros, lo
primero que pregunta al guía es: ¿pasa algo? En parte, de nuestra
actitud va a depender el éxito de la evacuación. La misma se debe
iniciar por la zona de riesgo. Previamente se han de establecer unos
lugares de reunión que ofrezcan protección y que sean considerados
como zonas limpias. Se deben seleccionar lugares alejados de la
amenaza. En todo caso, hay que reiterar que esta labor no compete
al guía, pero sí debe conocerla y colaborar en todo lo posible.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

En cuanto a la actuación del perro, como cabe suponer, es muy


difícil debido a la cantidad de olores con los que se va a encontrar.
Nuevamente hay que decir que el guía canino tiene que estar muy
atento y dirigir al perro donde quiera que busque, así como estar muy
pendiente de la propia actuación del animal. Tenemos que saber
distinguir, por su actitud, si el perro está oliendo comida o en verdad
ha detectado un posible artefacto. Por ejemplo, cualquier guía
experimentado diferencia si su perro está oliendo orín de otros perros
o en verdad está buscando. Esto es saber “leer” al perro.

Normalmente este tipo de situaciones, al no ser dirigidas, se


alargan en tiempo y espacio. Podemos iniciarlas con o sin rutina de
partida. El guía debe valorar este extremo, pero en todo caso, debe
tener conciencia de que el perro está buscando.

7.1.5. Detección de explosivos en vías de tren


Se está observando que últimamente son objetivos terroristas los
medios de transporte en general, pero si bien cada día resulta más
difícil atentar contra estaciones aeroportuarias debido a las fuertes
medidas de seguridad, no ocurre lo mismo en el trazado de las vías
de los trenes, donde resulta más complicada la localización de
artefactos explosivos. Este tipo de intervenciones se pueden dar en
exterior o interior –estaciones– y dirigidas o consideradas como
recorridos, ello dependerá de las circunstancias.

En caso de amenaza o recorridos con carácter preventivo se


optimizarán las búsquedas, siendo los lugares más idóneos para la
colocación de un artefacto la intersección de vías y las proximidades
de carreteras. Esto atiende a la lógica, pues es el lugar que ofrece
mayor seguridad al terrorista –vía de escape– y a la vez es donde su
explosión va a ocasionar una mayor repercusión.

Las precauciones a tomar por parte del guía deben ser


numerosas, debido a la alta posibilidad de tener un accidente.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Pensemos en los raíles en los cambios de vías, en el tendido


eléctrico, en la circulación de trenes. En cuanto a lo que al animal
se refiere, tampoco son lugares muy gratos para trabajar.
El balasto que hay entre las traviesas dificulta mucho su despla-
zamiento.

En todo caso, corresponde al guía la planificación del trabajo e


iniciar la búsqueda atendiendo a la lógica policial como en cualquier
otro tipo de requisa. En campo abierto, y si las circunstancias lo
permiten, podemos trabajar con el animal suelto, siguiendo al perro a
distancia y por el exterior de las vías. En núcleos urbanos no
debemos trabajar nunca sin interrumpir el servicio ferroviario.

7.2. RECORRIDOS Y REQUISAS PREVENTIVAS

Hemos decidido hacer un apartado especial para los recorridos y


requisas preventivas, atendiendo al hecho diferenciador que
suponen las intervenciones en paquetería, correspondencia y en
vehículos. Como explicamos anteriormente, en esas intervenciones
la temporalidad y el espacio están más definidos y la actuación del
guía es totalmente dirigida.

No queremos decir que las requisas preventivas y los recorridos


no sean a requerimiento, y mucho menos que no se realicen
intervenciones en interiores de edificios o en los exteriores de los
mismos, pero en cualquier caso lo habitual y la condición común es
que suelen tener un carácter preventivo. Rara es la intervención que
hoy en día se realiza en un edificio público. Las medidas de
seguridad establecidas por los distintos organismos han logrado un
estricto filtro de seguridad que hace que éstos se sientan cada vez
menos amenazados.

Hay que significar que las distintas Fuerzas y Cuerpos de


Seguridad del Estado son las encargadas de proteger los edificios
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

públicos, así como a las autoridades de las que dependen. Para ello
se han establecido las requisas y recorridos preventivos que afectan,
como ya se ha explicado, a los interiores y exteriores de los edificios
y a los desplazamientos de las jerarquías.

Es habitual que con motivo de la visita de una personalidad a una


determinada dependencia se establezcan unos protocolos de
seguridad, en los que intervienen, entre muchos otros, los guías
caninos con sus perros. También, como medida de seguridad
adicional, se planifican unas visitas por parte de los guías caninos
con carácter preventivo.

A continuación vamos a exponer varios ejemplos que darán una


explicación más específica de lo que son los recorridos y las requisas
preventivas.

En el municipio de Madrid se realizan varios recorridos


diarios por una serie de lugares asignados por la Jefatura
de Policía Municipal, generalmente, edificios oficiales e instala-
ciones municipales. En estos casos, el indicativo de guías
caninos procede a realizar un recorrido con sus perros por el
exterior del edificio, requisando todos aquellos lugares suscep-
tibles de contener un artefacto explosivo y comprobando
situaciones que puedan suponer un riesgo para la seguridad de
la instalación.

Este recorrido se efectúa sin rutina de partida y con los


perros atados, observando los gestos que los distintos objetos pro-
vocan en los animales. Si el edificio o el área que se quiere reco-
rrer son muy extensos, se puede dividir el recorrido entre dos
guías caninos. Se accederá al interior de los inmuebles si somos
requeridos para ello, no formando esta eventualidad parte de
lo que denominamos el recorrido.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Existen recorridos por interiores de edificios, pero reiteramos que


no es normal, debido a la seguridad interna del propio inmueble.

Es conveniente realizar el recorrido a diferentes horas y procurar


no empezar siempre desde el mismo punto, atendiendo a la lógica
policial. Los encargados de la vigilancia del edificio deben tener en
cuenta nuestra presencia, así como la finalización de la misma.

En cuanto a las requisas preventivas, suelen ocurrir con motivo de


algún acto institucional y pueden ser en interiores y/o exteriores,
dependiendo del acto. Por ejemplo, el Desfile de las Fuerzas
Armadas es un acto institucional al que acuden numerosas
personalidades, que tiene lugar en las calles de la ciudad,
provocando que intervengan numerosas unidades caninas,
requisando contenedores, red de alcantarillado y otros servicios, y,
por supuesto, las tribunas habilitadas para el público, las tribunas de
autoridades y todos aquellos vehículos que son retirados de la vía
pública con motivo del desfile.

Pongamos como ejemplo de otro tipo de requisas preventivas las


que se realizan con motivo de la visita de una autoridad a un
determinado centro. No existe una amenaza como tal, pero cada
personalidad lleva aparejado un protocolo de seguridad y en muchos
de ellos intervienen guías caninos a través de órdenes de servicio.

En estos casos se realiza la requisa del exterior del edificio de la


misma manera que se ha explicado anteriormente, sin rutina de
partida y con el perro atado, para después intervenir en el interior del
edificio. Aquí, si las circunstancias lo permiten, se debe trabajar con
el perro suelto; que sea el animal el que investigue y curiosee, siendo
conducido por el guía canino a los elementos que nosotros
consideremos oportunos.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Una vez finalizada la requisa, el servicio de seguridad del acto o


de la personalidad, el de apoyo, contra-vigilancia, escolta, etc., debe
permanecer custodiando la zona requisada. El área registrada tiene
que quedar precintada, accediendo a la misma el personal
debidamente autorizado y controlado; de no ser así, el trabajo
realizado es en vano.

Otro tipo de requisa preventiva se da cuando alguna personalidad,


edificio o institución determinada están amenazados por algún grupo
terrorista. Por ejemplo, el Aeropuerto de Barajas. En estos casos se
realizan requisas preventivas y/o recorridos. Es materialmente
imposible revisar exhaustivamente todas las instalaciones de un
aeropuerto, o los miles y miles de vehículos que se encuentran
estacionados, y aún más interferir en el normal desarrollo de la
actividad de estos organismos. Sólo nos queda la prevención a
través de la presencia policial y otras medidas de seguridad. Estas
medidas escapan a nuestro control, corresponde a las autoridades
competentes catalogar la amenaza y disponer de los servicios
preventivos adecuados.

En todas las intervenciones que se han descrito en este extenso


apartado, y como ocurriera con las detalladas en materia de
detección de estupefacientes, siempre que las condiciones y el
servicio lo permitan, es conveniente realizar algún ejercicio con el
perro para que acabe su búsqueda con resultado positivo.
Atendiendo al criterio de que ninguna intervención es igual, la
experiencia que nuestro perro adquiere es fundamental para futuros
servicios. No siempre es posible, pongamos por ejemplo que se ha
cortado parte de la Gran Vía con motivo de una amenaza de
explosivos, una vez finalizado el servicio no vamos a interferir más el
normal desarrollo del tráfico peatonal y rodado, como es lógico. Pero
en otras intervenciones y en los recorridos y requisas preventivas,
esta circunstancia no ocurre normalmente y podemos aprovechar la

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

intervención para realizar ejercicios con nuestro perro. Lo


agradecerá.

Recorrido preventivo.

Ejercicio realizado en
edificio público donde el
perro detecta y marca de
forma positiva un objeto
depositado junto a una
puerta de acceso.

Hacemos un resumen de este apasionante capítulo de la forma


siguiente:
 Intervención policial con perros detectores de explosivos.
– Principios básicos de actuación.
– Actuaciones a requerimiento.
 Correspondencia.
 Objetos abandonados.
 Artefactos en vehículos.
 Requisas exteriores e interiores.
 Búsquedas en vías de tren.
– Recorridos y requisas preventivas.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

8. FACTORES QUE LIMITAN LAS ACTITUDES


CANINAS

E n este capítulo trataremos más detenidamente lo que tanto se ha


comentado a lo largo de este libro: examinar los factores que
pueden limitar las actitudes de nuestro perro a la hora de trabajar.

En primer lugar, el guía es el factor más importante y de su trabajo


depende el éxito o el fracaso del perro, pudiendo anular el
adiestramiento anterior y los logros del futuro. El guía tiene que
conocer y anticiparse a todas las reacciones del perro y saber “leer” e
interpretar con templanza y serenidad. Cuando surjan problemas
tiene que tener la capacidad de solucionarlos.

Antes de realizar cualquier ejercicio, previamente en el


adiestramiento y más tarde en las intervenciones, el guía tiene que
planificarse, preguntarse a sí mismo qué quiero conseguir y qué voy
a hacer para lograrlo. Esta metodología es ideal y no se debe
improvisar día a día y avanzar a pasos agigantados sin haber
consolidado una tarea bien hecha y comprobada. El trabajo real debe
parecerse lo más posible al adiestramiento. Lo que se entrena se
recuerda. Aunque observaremos regresiones en las fases de
adiestramiento, con paciencia, planificación y saber hacer se
superarán los obstáculos que surjan.

En los entrenamientos el guía puede influir y condicionar,


consciente o inconscientemente, al perro durante su labor. Por eso
este trabajo debe ser revisado por otros guías, que colaborarán en el
adiestramiento del perro controlando y confirmando que se realiza
correctamente.

Por ejemplo, en la detección de estupefacientes es necesaria la


colaboración de un ayudante que supervise el trabajo para evitar que
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

el perro marque en falso, y premiarle. Son los ayudantes quienes


colocan el ejercicio –desconociendo el guía dónde se esconde la
sustancia para evitar condicionamientos– y también los que
confirman al guía que el perro ha realizado correctamente el
ejercicio.

En los ejercicios con explosivos, si el perro tiene claro que es su


guía quien le entrega el premio, puede ocurrir que la marca no sea
estable y el animal se dirija hacia él para solicitárselo. En estos casos
puede ser aconsejable que sea un ayudante el que premie al perro,
lanzándole el rodillo lo más cerca posible del lugar donde se
encuentre la sustancia, o bien tirando de un cordón atado
previamente al rodillo, de manera que éste aparezca desde el interior
de su escondite. Siempre se tendrá especial cuidado en que el perro
no vea que es el ayudante quien ofrece el premio y, antes de dárselo,
su guía será el que rompa el ejercicio con la voz. La coordinación
entre ayudante y guía tiene que ser total. Antes de poner en práctica
los ejercicios hay que prepararlos y posteriormente comentarlos.

Otro principio a considerar es el de las condiciones climáticas: las


corrientes de aire, temperatura y humedad pueden favorecer o
complicar las actuaciones con el perro. Se procurará trabajar con el
viento en contra, favorable a la nariz del perro. Si no le llegan
partículas no detecta. Éstas pueden variar atendiendo a los
condicionantes expuestos antes, pero también hay que considerar la
temperatura ambiente, pues afecta al perro de la misma manera que
a nosotros.

Conviene recordar que el cono de olor que se dibuja en el aire


puede ser básicamente de dos tipos: con viento fuerte el cono que se
produce es largo y estrecho, con viento débil se origina un cono
ancho y corto.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Condiciones climáticas y corrientes de aire afectan a la intervención.

En cuanto a la temperatura corporal, lo normal es que en un perro


adulto esté en torno a los 38,5 ºC. Trabajando en un ambiente
caluroso, obviamente se produce un incremento de ésta; si el
aumento es de 1 ºC podemos considerarlo aceptable, pero no así si
los incrementos son mayores, no. A partir de los 31 ºC de
temperatura atmosférica aumenta el jadeo y disminuye el
rendimiento. Los perros disipan el calor jadeando. Si trabajamos con
perros a temperaturas superiores a 31º C lo deberemos hacer en
cortos períodos de tiempo y sin grandes exigencias.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Observaremos una actitud cambiante en el perro a lo largo de una


jornada. Por ejemplo en verano, en las horas centrales del día hay
más calor y menos humedad; como resultado, menos olor. En el
crepúsculo hay más humedad y menos calor, por lo que existe más
olor. Por la noche la temperatura baja y tenemos menos humedad,
por lo que hay menos olor. Por último, al amanecer la temperatura se
va elevando, aparece la humedad y, en consecuencia, más olor.

Podemos resumir el párrafo anterior diciendo que las horas más


propicias para el trabajo del perro son al amanecer y al anochecer y,
por supuesto, cuando existe un viento estable que se mueve por una
superficie lisa y sin obstáculos. Es cuando más partículas se
dispersan por el aire.

Como norma general, la intensidad del olor va a depender de la


cantidad de sustancia, del tipo de la misma, del recipiente que la
contenga y de las condiciones climáticas, en especial las corrientes
de aire. Todos estos factores parecen carentes de importancia, pero
en realidad van a ser determinantes a la hora de la intervención con
nuestro perro detector de sustancias.

Deberemos tener en cuenta, tanto a la hora de entrenar como a la


de trabajar, el olor residual, el que denominamos olor muerto, pues la
sustancia siempre deja partículas que impregnan la zona que la
rodeaba. Por eso tendremos mucho cuidado a la hora de realizar los
ejercicios en los entrenamientos, para no equivocar al perro por la
existencia de estos olores residuales. También debemos observar
que puede haber suficientes partículas en el aire como para que el
perro las detecte, pero pueden ser insuficientes para que el animal
las identifique, ya que el umbral de detección y de identificación es
distinto.

En otras ocasiones, como hemos comentado en apartados


anteriores, se puede dar la circunstancia de un efecto contrario, es
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

decir, saturación de olor. Esta circunstancia se da cuando la cantidad


a identificar es tan abundante que el perro no logra focalizarla. Por
ejemplo, si entrenamos a un perro detector de explosivos con
cantidades muy pequeñas de éstos, puede ocurrir que a la hora de
buscar en un vehículo que ha sido cargado con más de 100 kg de
explosivo, no los detecte, pues son tales las cantidades de partículas
que le están llegando al animal, que no logra identificar el origen de
las mismas.

Por lo antes expuesto, cabe la necesidad de insistir en variar las


cantidades de sustancia a detectar, los recipientes que las
contengan, la propia sustancia en sí, para evitar contaminaciones, y,
desde luego, las franjas horarias y los lugares de entrenamiento.
También ha sido citado, en apartados anteriores, que es importante
tener una buena condición física, tanto del guía como del perro. Es
responsabilidad del guía que el animal esté sano y en forma.

Por otra parte, se pueden dar asociaciones equivocadas, por


ejemplo, en las que el perro, en vez buscar la sustancia a detectar,
busque el olor a la felpa del rodillo. Para evitar estas situaciones
debemos empezar por realizar ejercicios punto a punto únicamente
con la sustancia, en este caso, explosiva. Se comenzará con un
solitario punto para ir incrementando progresivamente su número,
cambiando frecuentemente el lugar de ocultación en el que se coloca
la muestra y teniendo especial atención a las posibles
contaminaciones. Localizada la sustancia explosiva, y sentado el
perro, el guía rompe el ejercicio con la voz y, si es posible, casi
simultáneamente saca el rodillo y lo arroja lo más cerca posible del
punto que contiene la muestra.

Otro método es que un ayudante ofrece la sustancia explosiva al


perro para que éste la huela y mientras la está oliendo el guía le
ordena sentarse. Una vez hecho esto, se rompe el ejercicio con la
voz y se premia inmediatamente al perro con el rodillo o mordedor.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Para comprobar que no se han producido asociaciones


equivocadas es conveniente realizar frecuentes ejercicios de
discriminación de olores, utilizando elementos que se usan para
confeccionar rodillos: diferentes tipos de telas, gomas, cintas, etc.
Esto se realizará cuando el esté muy avanzada la fase de
adiestramiento del perro, con el fin de evitar confusiones.

Mención aparte son los productos que pueden ocasionar falsos


positivos. Éstos provocan que el perro detecte y localice una
sustancia u objeto que, por sus características o composición, le ha
inducido al error. Esta circunstancia puede darse por diferentes
factores. Lo más frecuente es que existan partículas similares a las
que componen los explosivos, como por ejemplo los barnices
primarios en aparatos eléctricos modernos, los cuales tienen como
base la nitrocelulosa. Otros son la glicerina pura o los charcos de
agua producidos bajo los vehículos por la condensación de los
aparatos de aire acondicionado.

También existen sustancias en un objeto determinado que forman


parte de la composición de un explosivo y en realidad no lo es; por
ejemplo, los parches de nitroglicerina utilizados en enfermedades
cardíacas, los betunes con nitrotolueno, algunos suavizantes y
preservantes, las bolsas de frío instantáneo, que tienen en su
composición nitrato amónico al igual que los fertilizantes, o los
aromas de nitrobenceno, usados en pastelería.

Podríamos continuar citando numerosas sustancias químicas que


pueden ocasionar falsos positivos, pero la lista sería interminable. Es
bueno saber que es la detección del amonal la que mayores falsas
alarmas provoca en la mayoría de las intervenciones, debido al
extenso uso del nitrato amónico en la vida cotidiana.

Ahora bien, ¿qué hacer si nuestro perro nos marca en una


intervención y luego resulta ser un falso positivo? En nuestra opinión,
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

debemos premiar al perro, pues es un trabajo bien realizado. Ha


marcado la sustancia para la que ha sido adiestrado.

Más tarde examinaremos las causas más exhaustivamente y


determinaremos si son lo suficientemente positivas como para que
sean marcadas por el perro, pero en ningún caso podemos omitir la
actitud del animal. Si, examinados los motivos, consideramos que es
un error por parte del animal, utilizaremos esa sustancia –si es
posible– en un futuro adiestramiento, para que, así, la discrimine y no
la vuelva a marcar.

En numerosas ocasiones nos encontramos con perros que han


sido seleccionados para ser entrenados en una determinada
especialidad y cuya actitud ha cambiado posteriormente. No estamos
hablando de un estancamiento o retroceso parcial, sino total. Esto
ocurre más frecuentemente en el adiestramiento de perros
detectores de explosivos, cuando se trabaja contra instinto. Hay que
pensar si esta situación es superable, e incluso sopesar si es
conveniente continuar forzando al perro cuando ya se ha probado
todo y no se avanza. Este es otro factor que limita la actitud canina
hacia la consecución de un objetivo.

Por ejemplo, hay animales a los que les cuesta mucho rascar
cuando detectan y están siendo adiestrados para localizar
estupefacientes; o al contrario, perros que rascan y muerden cuando
tienen en su nariz está sustancia y no la pueden obtener y, en
cambio, están siendo adiestrados para la detección de explosivos. En
estos casos se pueden reconducir y cambiar los adiestramientos a la
especialización que se considere más adecuada, siempre teniendo
en cuenta que, previamente, el guía canino ha observado que el
animal tiene una actitud positiva hacia el trabajo. Éste es otro factor
que limita la actitud canina hacia la consecución de un objetivo.
Debemos reconocer la falta o exceso de instinto de presa cuando
un animal ha sido seleccionado para detectar sustancias.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Hay ocasiones, bien es verdad que son las mínimas, en las que se
ha seleccionado un perro para el adiestramiento de sustancias y
posteriormente se ha producido en él un bloqueo o una recesión
irreversible que escapa a nuestro control. Ya no sabemos qué hacer.
Se ha probado todo y no se avanza. Esta circunstancia ocurre más a
menudo en los perros que van a ser adiestrados en detección de
explosivos.

Si no es posible una reconducción a otra especialidad, debemos


evitar continuar trabajando con él y será dado de baja, pues no
podemos tener como operativo para el servicio un perro con fobias e
inseguro. Malo es tener un perro así para la detección de
estupefacientes, pero imaginémoslo para la detección de explosivos,
asumiríamos riesgos innecesarios.

Tenemos que considerar que un perro no es infalible, no obstante,


es el mejor medio con que contamos para la localización de
explosivos. Es una herramienta que, bien utilizada, puede ayudarnos
en nuestra labor de guías caninos en la operativa policial.

Los factores principales que limitan las actitudes caninas son:


 El guía canino.
 Calidad del adiestramiento.
 Influencia del guía sobre el perro.
 Condiciones climáticas.
– Temperatura.
– Humedad.
– Viento - Cono de olor.
 Intensidad del olor.
 Condiciones físicas del perro.
 Asociaciones equivocadas.
 Los falsos positivos.
 La especialidad.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

9. NOCIONES BÁSICAS SOBRE


COMPORTAMIENTO CANINO

C omo bien indica el título de este capítulo, vamos a tratar algunas


nociones de comportamiento canino, sin entrar en profundidad
en este tema, pues no es el objetivo de la presente obra.

El comportamiento canino es el resultado de la combinación de


varios factores, como son la herencia y los instintos entre otros.
Como ya hemos referido en apartados anteriores, el comportamiento
canino está designado, por eso debemos elegir aquellos perros que
por sus características sirvan para el trabajo a realizar.

Existen unos códigos naturales que, aunque en la naturaleza


escasean, son muy básicos y fundamentales. Podemos afirmar que
algunos de los mecanismos universales para el funcionamiento de la
vida son:
 La queja del cachorro como una señal de SOS universal que
pone en marcha a las hembras y respetan los machos. Por
ejemplo, funciona como un mecanismo fundamental en las
adopciones.
 Los códigos de rendición son vitales para los animales bien
armados, con el fin de evitar su extinción. Los mal armados no
los tienen; simplemente no los necesitan.
 La ley de mínimo esfuerzo se da en los animales cazadores.
Siempre eligen la presa que menos energía y daños pueda
causar. Es importante saber esto en el adiestramiento, porque
el perro va a intentar aplicar este mecanismo siempre y
nosotros vamos a ir, a veces, contra este principio.

En los perros también influye la genética y la herencia; reaccionan de


una forma determinada ante un estímulo dado, dependiendo de lo
aprendido y heredado. Por ejemplo, los perros de guarda ladran,
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

mientras que los de pastoreo acosan y persiguen. Esta herencia se


puede modificar a través de la cría selectiva, siendo ésta la base del
comportamiento del perro.

Con respecto a los instintos, básicamente se trata de una


modalidad de comportamiento heredada, no aprendida. Los instintos
se pueden alterar mediante la cría selectiva. Algunos de los instintos
más importantes son:
 El instinto de guarda hace que los animales protejan su
territorio. Se desarrolla a una edad más avanzada que otros
instintos.
 El instinto de caza es uno de los más arraigados en los cánidos
porque va unido a la supervivencia. Con nuestra actuación a lo
largo del tiempo lo hemos ido debilitando al suprimir la caza por la
alimentación gratuita. Por eso durante el adiestramiento
intentamos recuperarlo y potenciarlo.
 Enterrar la presa es un instinto atávico, es decir, de los
primigenios. Al parecer proviene de la época de las glaciaciones,
en la que las presas de los cánidos eran trashumantes, mientras
que los cánidos vivían en zonas más o menos estables. En el
invierno los excedentes de caza eran almacenados –enterrados–,
encargándose las bajas temperaturas de su conservación.
 El comportamiento conductor o guiador. Lo tienen normalmente
desarrollado las especies más avanzadas. Un ejemplo típico es el
de las perdices con sus crías cercanas, simulando estar heridas
cuando existe un peligro próximo.

Otros comportamientos son el gregarismo, es decir, la


organización de las comunidades en manadas –hecho que se da en
casi todos los cánidos–, el instinto sexual, el ladrido o incluso el tan
típico y evidente gesto como el girar en círculos antes de echarse.
Seguramente el ser humano ha encontrado una explicación para
todos ellos, pero no queremos profundizar o invitar a un debate que

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

para nosotros, como guías caninos, nos interesa conocer, pero poco
más.

Podríamos continuar nombrando instintos, comportamientos y


conductas de los cánidos, pues cuanto más sepamos, mejor, además
de que dispondremos de un mayor conocimiento de psicología
canina a la hora de tratar con los perros.

A continuación vamos a profundizar en dos consideraciones que


debemos tener muy en cuenta los guías caninos: la impregnación y
la socialización.

Durante la primera etapa, cuando el animal es un cachorro, existe


lo que se denomina impregnación o troquelado: “si un animal
recién nacido entra en contacto inmediatamente con un ser humano
o un individuo de cualquier otra especie y recibe de éste calor,
nutrición y defensa, lo considerará durante toda su vida como su
propia madre y un miembro más de la especie” (Konrad Lorenz).

Este periodo de impregnación comienza a los 18-20 días de vida


del cachorro y dura hasta los 50 días aproximadamente. En este
instante el animal toma conciencia de sí mismo así como de su
entorno. En esta fase es muy importante que el cachorro tenga el
suficiente contacto con seres humanos porque si no será un individuo
receloso. También es conveniente que tenga contacto con otros
perros porque de lo contrario se puede volver violento con los de su
misma especie.

La socialización debe comenzar a partir de los 50 días y dura


hasta los 3 meses. El perro empieza a conocer las reglas básicas de
la actividad social, jerarquías y demás. Durante esta época tiene una
protección especial para sufrir castigos sin llegar a traumatizarse. La
jerarquía es básicamente la organización de la manada. Los
individuos que están por encima requieren sumisión, y los que están
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

por debajo, protección. La jerarquía es un conjunto de conductas que


funciona de forma distinta según las normas sociales (comida,
reproducción, etc.). Debemos tener la precaución de conocer las
normas jerárquicas y de actividad social para no interferir en ellas,
porque podemos hacer que los perros sean conflictivos.

Después de estos dos factores tan importantes en el desarrollo del


cachorro entran otros en acción, como son: la educación, la
adaptación al medio y otros que tienen como fin el adiestramiento.
Conviene reiterar que no es lo mismo educar y socializar que
humanizar. No solamente no conseguiremos nuestros propósitos
sino que además obtendremos como resultado un animal
desubicado. El perro tiene que ocupar un lugar, que será el que
nosotros dispongamos, diferenciando, obviamente, entre un perro de
servicio y uno de familia.

Definidas estas primeras apreciaciones, vamos a tratar otras como


son el juego, la necesidad de estímulos y las influencias del medio.

El juego tiene una importancia vital en el desarrollo del cachorro.


Es un ejercicio imprescindible para alcanzar el equilibrio mental y el
completo desarrollo de la personalidad del animal. A esas edades
tempranas, el juego es idéntico a la educación, pero de una manera
más divertida. Simular la caza y la lucha estimula y pone a cada
perro en su sitio, y mediante estos juegos aprenden todo lo necesario
para el resto de su vida.

En cuanto a los estímulos, debemos conocer la necesidad y


validez de los mismos a la hora de trabajar con el perro. A veces un
estímulo es válido, mientras que otras este mismo estímulo no lo
es. Por ejemplo, el rodillo es un estímulo para un perro que no esté
saturado de trabajo, pero, por el contrario, no lo será después de
múltiples ejercicios o registros. El perro también se cansa y con ello
aparece la desmotivación.

Vicente Martínez Márquez


José Carlos Sánchez Flores 142
ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

La experiencia es un factor de aprendizaje que actúa como


complemento del comportamiento heredado y, por tanto, es un
elemento perfeccionador de las habilidades del perro. No podemos
obligar a un animal a que haga algo contra su naturaleza, porque lo
que conseguiremos será crear un conflicto. Por eso, si queremos
conseguirlo deberemos engañarlo buscando ciertas habilidades –
como el engaño y el juego–, y si existen dudas no debemos hacerlo.
Forzar en el adiestramiento a un perro detector de sustancias es
tarea complicada y con resultados casi siempre poco satisfactorios.
Otra cosa es forzar al animal en otra materia dentro del
adiestramiento, como la defensa o la obediencia.

No queremos finalizar este capítulo sin hacer un breve repaso al


estado mental del perro. Como ya hemos mencionado, no
pretendemos profundizar en materia como la psicología canina o
entrar en consideraciones veterinarias, sino exponer unas
consideraciones básicas.

Los perros más que inteligencia tienen emociones, por eso su


actividad va a depender de las que sientan en cada momento. En el
estado mental influyen, ente otras, las siguientes emociones:
 El miedo es la emoción más fuerte, incluso más que el hambre.
Es una sensación que aparece ante un peligro inminente.
Cuando es muy intenso produce pánico y el animal se bloquea
y no atiende ante ningún estímulo. Es típico en estas
circunstancias observar cómo los perros huelen la descarga de
la secreción de las glándulas anales de otros perros. Nunca se
debe de emplear el miedo intenso para el adiestramiento. Los
perros tienen miedo a nuevas situaciones y objetos,
especialmente a elementos móviles. Es vital corregir al animal
ante aquellas situaciones que le provocan miedo. Hay diversas
formas de intentar quitar o corregir el miedo, siendo la más fácil
por aproximaciones sucesivas, que produce un resultado
óptimo, aunque es importante señalar que requiere más tiempo.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

La otra es por inmersión, más drástica. Se utiliza cuando se


dispone de poco tiempo. Debemos tener cuidado de no
despertar en el animal ninguna alerta antes estos estímulos y
mantenernos tranquilos.
 La frustración es la no consecución de un objetivo. En la mayoría
de los casos aparece como respuesta la destructividad, aunque
en otras ocasiones puede producirse pasividad, falta de reacción
o bloqueo. En el adiestramiento se utiliza mucho la frustración,
sin excesos, en pequeñas dosis y controlada, para lograr una
mayor excitación e interés del perro. Podemos decir que
provocamos una estimulación.
 La neurosis es una fobia o miedo detrás de la cual hay un
conflicto que el perro no puede resolver y del que cree que no
puede escapar. Hay que cortar la situación antes de que la
neurosis se instale. Se ha desarrollado en los perros con
nuestra colaboración. Los animales en estado salvaje no tienen
neurosis. La neurosis es típica en los perros de perrera, cuando
dan vueltas en un espacio muy pequeño sobre sí mismos. Hay
habilidades para corregirla, como los cambios de perrera,
colocación de obstáculos, etc., pero lo más aconsejable es
hacer que haga ejercicio físico. Otro mecanismo que puede
provocar neurosis es cuando el perro no puede ejecutar una
tarea y, además, está convencido de que experimentará dolor si
no la realiza. Muchas veces la frustración desmedida
desemboca en neurosis. Cuando la neurosis es heredada,
producto de la cría selectiva, ésta es más difícil de tratar.

Por último, vamos a tratar en este apartado que cierra el libro los
sentidos del perro. Los cánidos destacan por el olfato y el oído, no
así por los tres restantes sentidos.

Casi toda la vida del perro se puede resumir en un amplio


espectro de olores. Tiene un sistema complejo del sentido del
olfato, macro somático. El hombre tiene unos 5 millones de
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

células sensoriales olfativas, mientras que, por ejemplo, un pastor


alemán tiene 220 millones. Esto le permite discriminar olores de una
manera inimaginable. Mediante el adiestramiento se puede lograr
aumentar esta capacidad de discriminación.

Corte transversal y longitudinal de la nariz del perro.

Las partes principales de la nariz del perro son:


 El órgano vomeronasal, que es un conducto tubular y estrecho
lleno de células olfativas unido por 608 haces de nervios al
lóbulo olfativo del cerebro; nace detrás del diente canino y pasa
por encima de todos los dientes y muelas.
 Los cornetes son prominencias óseas rodeadas por una
mucosa con células sensoriales olfativas.
 Los senos también tienen unas mucosas con células
sensoriales olfativas. Cuando el perro inspira entra una gran
cantidad de aire que choca con los cornetes, retrasando su paso y
creando turbulencias. A la vez se calienta y humedece pasando a
los senos, que son las cavidades que hay en el hueso rellenas de
mucosa con células sensoriales olfativas.

Los estímulos que captan estas células sensoriales pasan al


cerebro por los nervios olfativos, que son de una estructura muy
compleja.

Vicente Martínez Márquez


José Carlos Sánchez Flores 145
ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Los olores provocan unas reacciones emotivas importantes,


evocándose situaciones vividas asociadas a esos olores.

Para el trabajo con perros detectores es importante tener en


cuenta que si no están dispuestos a hacerlo en un lugar determinado,
o sufren distracciones, debemos sospechar que ocurre algo, podría
deberse a la presencia de repelentes.

Células receptoras olfatorias.

El sentido del oído es otro punto fuerte en el perro, aunque en


menor medida que el olfato. El perro tiene las orejas móviles, por lo
que puede orientarlas hacia el origen del sonido. Además puede
escuchar sonidos más débiles, más lejanos y, sobre todo, sonidos
que los humanos somos incapaces de percibir.

Nuestra sensibilidad va de los 20 a los 20.000 ciclos por segundo,


mientras que en la de los perros va de los 20 a los 35.000 ciclos por
segundo. Los seres humanos oyen mejor los sonidos en la franja de
2.000 ciclos por segundo, en cambio los perros oyen mejor los
sonidos en la franja de los 4.000 ciclos por segundo.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Para el adiestramiento se utiliza en algunos casos el silbato de


Galton, cuyo sonido es inapreciable para los seres humanos. También
por supuesto se utiliza el clicker y las demás órdenes de voz. El perro
tiene que saber interpretar lo que oye, es decir, que un sonido va
siempre ligado a algo.

El gusto y el tacto son los sentidos menos destacados en el perro.


De ahí que sea un animal muy fácil de envenenar.

El perro no mastica lentamente sino que traga deprisa pudiendo


retrasar la digestión hasta casi paralizarla si es necesario; por eso el
perro no usa casi los centros gustativos, engulle fiándose del olfato.

El tacto en el adiestramiento canino sólo tiene utilidad para las


caricias. Debemos aclarar aquí que un perro se tiene que sentir
siempre manipulado, manejado por el guía. Un perro cuando es
premiado y recompensado, además de con la voz, tiene que ser
tratado físicamente con contundencia y energía. Esto crea jerarquía y
en el futuro evitará posibles enfrentamientos.

En la utilización de collares eléctricos hay que tener en cuenta que


los perros no están aislados del suelo –como nosotros–, por lo que
son más sensibles a las descargas.

El último sentido a tratar es el de la vista. Parece que los perros


son capaces de distinguir algunos colores, pero no de una manera
tan definida como el ojo humano. Pueden ver bien y de forma nítida,
teniendo una gran capacidad de visualizar de los objetos que se
mueven a distancia, no ocurriendo así con los objetos fijos.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

Evidentemente, el nivel de altura de sus ojos no coincide con el


nuestro, debemos tenerlo en cuenta a la hora de trabajar. Por
ejemplo, cuando lanzamos el mordedor o el rodillo en hierba alta el
perro comienza a buscar desde muy corta distancia. Cada raza de
perro tiene los ojos desplazados hacia donde lo necesita según los
hábitos de vida que tenga. Los terrier cazan dentro de madrigueras y
tienen los ojos desplazados hacia el frente; los pastores, hacia los
lados para tener un mayor campo de visión. Ello atiende a las leyes
naturales de evolución y adaptación.

Con todo lo expuesto anteriormente podemos afirmar que la


mentalidad de un perro no es tan difícil de examinar cómo nos
pudiera parecer, pues todas estas circunstancias y factores se dan
también en los seres humanos, bien es cierto que con matices.

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

En nuestra opinión un perro no es inteligente, atendiendo a la


definición de inteligencia como la capacidad de resolver problemas
abstractos. En cambio, podemos afirmar que tiene una gran
capacidad de aprendizaje y, sobre todo, una memoria en muy buena
forma. Esta memoria está basada, principalmente, en las
sensaciones olfativas, porque casi todo lo que hace en su vida está
basado en el olfato. El lóbulo cerebral que controla el olfato está más
desarrollado que los demás.

Respecto a su capacidad para la adaptación al medio, es


innegable que la tiene y muy buena, por eso los seres humanos nos
aprovechamos de ella y, junto con su aprendizaje y su memoria,
hacemos del perro el animal doméstico más próximo al hombre. El
ser humano, con la domesticación y posteriormente con el
perfeccionamiento de ésta, ha llegado al adiestramiento. No importa
el tamaño, la morfología, las razas; en definitiva, el perro se ha
adaptado al hombre porque así lo ha querido éste, y quizá porque así
lo ha querido el perro.

El comportamiento canino atiende a numerosas consideraciones.


Podríamos dedicar libros enteros –y de hecho los hay– a este
apasionante tema, pero queremos resumirlos en lo siguiente:
 Los códigos naturales.
 La herencia.
 Los instintos.
 La impregnación y socialización.
 El juego.
 Los estímulos.
 La influencia del medio.
 El estado mental del perro.
– Miedo
– Frustración.
– Neurosis.
 Los sentidos.
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

EPÍLOGO

Q ueremos concluir este manual de la misma manera que lo


iniciamos, es decir, poniendo de manifiesto la amplitud de miras
con la que debe de trabajar un guía canino adiestrador de perros
detectores de sustancias: aprendiendo y transmitiendo experiencias
para un mejor conocimiento de esta materia, que no es otra que el
mundo del perro.

Son muchos los retos que tienen por delante los equipos
cinológicos. La innovación en las conductas delictivas tiene que
obtener como respuesta la preparación y colaboración entre los
distintos organismos para hacer un frente común y efectivo contra
éstas. En la actualidad se están llevando a cabo importantes avances
para la detección de explosivos.

Ya existe en el mercado un spray neutralizador de explosivos


denominado XploSens, que no sólo detecta sustancias explosivas en
pocos segundos, sino que también permite neutralizarlas y evitar que
explosionen. Cuando se pulveriza este spray sobre un objeto o un
líquido que contiene explosivos, la tinta azul oscura en la que viene
presentado cambia de color, dependiendo del tipo de sustancia. Este
producto es capaz de detectar peróxidos orgánicos y explosivos
clorados (TAPT y HMTD), muy utilizados últimamente por terroristas,
como ya hemos explicado.

Por otra parte, la empresa española Indra está desarrollando otro


sistema de detección de explosivos a distancia, que permitirá a las
fuerzas de seguridad reducir riesgos personales en posibles ataques
terroristas. Es un proyecto denominado OPTIX, que combina tres
técnicas espectrométricas para la detección de explosivos. La
primera es una espectrometría LIBS, que recoge la señal de la
ruptura elemental (átomos) generada tras la excitación láser de alta

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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

energía. La segunda es una espectrometría RAMAN, que mide las


variaciones de los estados de vibración de las moléculas de la
muestra. Por último, está la absorción infrarroja, que evalúa el patrón
espectral de la absorción de radiación.

Este prototipo OPTIX se presenta en un robot controlado


remotamente, que tiene una distancia operativa de hasta veinte
metros. Trabaja en las zonas más comunes donde se dejan rastros a
través de un sistema láser. El sistema identifica el patrón químico del
explosivo.

¿Peligra el futuro de los perros detectores de sustancias? En


nuestra opinión, a corto y medio plazo, en absoluto. Tampoco
debemos observar en estos inventos cualquier tipo de rivalidad, todo
lo contrario, son herramientas puestas al servicio de la sociedad. De
lo que no cabe ninguna duda es que la versatilidad, el bajo coste de
adquisición y mantenimiento, y el efecto disuasorio y de seguridad
que aportan los equipos caninos son insuperables. Cualquier
administración que valore estos términos no observará competencia
alguna.

Con estas reflexiones aquí expuestas queremos transmitir el


carácter abierto que tiene este libro. Muy probablemente y en muy
poco tiempo aparecerán nuevos conceptos e ideas. Bienvenidas
todas.

Esta obra es fruto del trabajo de todos aquéllos que han


observado en el perro un animal de utilidad al servicio del ser
humano. Desde los primitivos pastores que se valieron de estos
animales para conducir sus ganados, pasando por los primeros
médicos-etólogos que estudiaron el comportamiento animal para
convertirlo en ciencia, hasta los distintos profesionales de las fuerzas
y cuerpos de seguridad que los adiestran para proteger y salvar
vidas. A todos ellos, ¡GRACIAS!
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ADIESTRAMIENTO E INTERVENCIÓN POLICIAL CON PERROS DETECTORES DE SUSTANCIAS

BIBLIOGRAFÍA

 JIMÉNEZ OLIVA, RAFAEL y MELENDE CARRERA, ELOY:


Terrorismo, artefactos explosivos y auto-protección. Ceas
Internacional, 2000.
 STOCKLEY, DAVID: Drogas - Guía ilustrada. Edex. Bilbao,
1992.
 VALLS, ARTURO: Introducción de la Antropología. Labor
Universitaria. Barcelona, 1980.

 Manual de tiro, armas y explosivos. División de Formación y


Perfeccionamiento de la Dirección General de la Policía.

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