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Hoy vengo a hablarte de la memoria. Bueno, en realidad vengo a hablarte de tres tipos de
memoria, concretamente la memoria sensorial, la memoria a corto plazo y la memoria a
largo plazo.
Memoria sensorial. Se trata de una memoria con una capacidad ilimitada y que viene
dada por las impresiones que recibes a través de los sentidos, sobre todo el sentido
auditivo y visual. Este tipo de memoria abarca la retención de información, el apoyo en el
aprendizaje de nuevos conocimientos, la comprensión de tu entorno y la resolución de
problemas. Se trata de un tipo de memoria que no puedes controlar conscientemente.
Memoria a corto plazo. También se le denomina memoria de trabajo y se centra en la
información que almacenas de forma temporal para ser procesada posteriormente. Se trata
de un tipo de memoria muy limitada. De hecho, se afirma que una persona difícilmente es
capaz de retener más de cuatro ideas en esta memoria de trabajo.
Memoria a largo plazo. Tiene una capacidad de almacenar información ilimitada, es decir,
puede durar toda una vida siempre y cuando esta información haya sido debidamente
asimilada. Es la memoria que contiene el conocimiento de tu mundo físico, social y cultural,
que almacena tus recuerdos autobiográficos –memoria episódica-, así como el lenguaje –
memoria semántica– , los conceptos, la imágenes, las pautas de actuación, etc.
Ahora que te he explicado brevemente en qué consiste cada memoria la pregunta es muy
sencilla, ¿qué memoria elegirías para la información que enseñarás a tus alumnos?
Creo que tú mismo acabas de responder a esta pregunta. Efectivamente, se trata de la memoria
a largo plazo. Se trata de la memoria que es capaz de codificar, almacenar y, lo más importante,
recuperar la información en el momento preciso. Esta es la memoria en la que hay que insistir
con la ayuda de la memoria sensorial y la de trabajo.
La respuesta a esta pregunta es muy sencilla y todo un reto a la vez. Ahora olvídate por un
momento de la información. Es problema no es la información que enseñas, sino la cantidad de
información que enseñas. Me explico. De lo que se trata es de dar la menor cantidad de
información posible y que esta información esté muy filtrada. Si sobrecargas de información a tus
alumnos, no haces más que sobrecargar la memoria de trabajo, la memoria limitada, la memoria
que si no se asimila, hará que tu información desaparezca en el olvido, que no permanezca en
la memoria a largo plazo. Para ello:
Reduce al máximo la enseñanza magistral.
Haz patente la utilidad de la información a tus alumnos.
Fracciona a lo largo de una sesión lectiva el contenido de una información.
No expliques más de dos conceptos a la vez, a no ser que se complementen entre ellos.
Sírvete de imágenes que refuercen tus enseñanzas y que estas sean capaces de crear
emociones, de contar historias, de impactar a tus alumnos.
Utiliza la pizarra tradicional o digital para reforzar la información verbal.
Parafrasea, pregunta y clarifica lo que enseñes.
Resume la información más relevante y que no supere el número de cuatro ideas, a ser
posible.
Planificación
Tan pronto uno conoce la fecha de una presentación, lo primero que debe hacer es planificarse.
Las primeras preguntas a las que debe buscar respuesta son las siguientes:
¿Cuál es el propósito de la presentación? ¿Informar, defender, vender, convencer, inspirar, …?
¿Cómo es la audiencia? ¿Cuál es su edad media, nivel de formación medio, conocimientos
previos? ¿Qué espera de la presentación?
¿De cuánto tiempo se dispone?
¿Cuál es la idea fundamental que se desea comunicar? En otras palabras, ¿cuál es el mensaje
que se desea transmitir? ¿Cuál es la mejor estrategia para conseguirlo? ¿Qué puedo ofrecer a
la audiencia?
¿Qué conocimiento necesito yo como ponente? ¿Sé todo lo que necesito? ¿Necesito aprender
algo?
En esta primera etapa, todavía no se ha abierto PowerPoint ni ninguna otra herramienta similar
(Keynote, LaTeX, etc.) Como se verá, durante la planificación es mejor utilizar el lápiz y papel o
la pizarra. Muchas de las entradas futuras del blog estarán dedicadas a esta etapa inicial,
ofreciendo pautas para dar respuesta a estas importantes preguntas.
Estructura
Una vez que se ha respondido a los interrogantes anteriores, conviene comenzar a reunir el
material y estructurarlo según la información recién obtenida. Normalmente, toda presentación
se organiza en tres partes fundamentales: introducción, cuerpo y conclusiones. A su vez, la parte
central o cuerpo suele subdividirse en varias partes en función de los conceptos que se desee
transmitir. Ahora es el momento de pensar qué contenido irá en cada una de ellas, cuánto tiempo
se les asignará, con qué profundidad y alcance se cubrirán, etc. También es un buen momento
para reflexionar acerca de qué materiales de apoyo pueden incluirse y dónde dentro de la
presentación: anécdotas, historias, vídeos, fotografías, ejemplos, explicaciones adicionales, etc.
En el blog se ofrecerán variados consejos para ayudar a estructurar de la mejor manera la
presentación en función de la ocasión.
Diseño
Ya se cuenta con el material en bruto de la charla y se sabe dónde encajará cada elemento. Se
trata ahora de presentarlo con un diseño atractivo y cautivante. Habrá que prestar atención a
cómo se incluirá el texto: la elección de las fuentes, el uso de boliches, los títulos, las tablas, las
ecuaciones, etc. A continuación, si se decide utilizar material multimedia adicional, como vídeos,
audios, animaciones, gráficos, fotografías, etc., habrá que pensar igualmente de qué manera
incluirlo causando un impacto visual favorable. Debe hacerse igualmente un uso racional y
comprensible de los gráficos (circulares, de barras, de líneas, etc.). El objetivo que nos animará
a lo largo de toda esta fase es conseguir un diseño sencillo pero atractivo de nuestras
transparencias, huyendo de las listas de boliches y del clip art y gráficos de baja calidad. Cada
transparencia de nuestra presentación debería merecer figurar como un anuncio de una valla
publicitaria o de una revista. Se pasará revista a los conceptos de diseño más innovadores y a
los principios psicológicos que ayudan a diseñar una presentación de manera efectiva.
Exposición
Llega por fin la última y más temida etapa de la presentación, aquella en la que culmina todo
nuestro trabajo anterior: la exposición delante de la audiencia. Para que la presentación sea un
éxito deben tenerse en cuenta elementos de lenguaje verbal (lo que se dice, esto es, el contenido
que se pondría por escrito en una transcripción) y de lenguaje no verbal (lo que no se registraría
en papel). A su vez, dentro del lenguaje no verbal suelen distinguirse dos categorías. Por un lado,
el lenguaje paraverbal: cómo se dice el mensaje, es decir, entonación, proyección, tono, énfasis,
pausas, ritmo, muletillas, etc. En segundo lugar, el corporal: lo que el cuerpo transmite a través
de gestos, posturas, mirada, movimiento de los ojos, respiración, desplazamientos, etc. Buena
parte de las entradas del blog irán destinadas a esta categoría para ayudarnos a mejorar en estos
aspectos cruciales de la comunicación y, sobre todo, a vencer el miedo escénico. Recuerda: el
objetivo final del arte de presentar es disfrutar hablando en público y que el público disfrute
escuchándonos.
1. Usa la Regla del Cuatro. Menos es más. Cuanto menos información des, más serán capaces
de recordar tus oyentes. Evita la sobrecarga de información. Para ello nunca incluyas más de
cuatro conceptos o imágenes en una misma diapositiva. Esta es la cantidad de información que
se puede almacenar en la memoria de trabajo. Para saber más sobre los tipos de memoria te
recomiendo la lectura del artículo La memoria. Cómo enseñar para no olvidar.
2. Deja un espacio vacío. Debes dejar un vacío en la diapositiva para que esta pueda respirar.
No tiene que ser necesariamente un espacio en blanco. Simplemente se trata de localizar una
zona que permita descargar de contenido y armonizar el mensaje. Lo que ganarás con ello será
una mejor comprensión. Si quieres ver un ejemplo pulsa en este enlace.
4. Conecta todos los elementos entre sí. En una diapositiva nada es arbitrario, todo es
pertinente, es decir, todos los elementos que conforman una diapositiva deben tener una
relación, una conexión visual. De esta forma harás que la suma de elementos formen parte de
un todo.
5. Alinea los elementos. La armonía es esencial para la comprensión de un mensaje. Por ello,
tus diapositivas deben estar alineadas correctamente, no sólo por estética, sino porque
aumentará la concentración y la atención, y facilitará la comprensión del mensaje que quieres
transmitir.
6. Usa la regla de los tercios. La regla de los tercios es una forma de composición muy común
en pintura, fotografía y diseño. Consiste en ordenar objetos dentro de una imagen. Esta regla
divide una imagen en nueve partes iguales, es decir, forma una cuadrilla invisible de nueve
rectángulos y cuatro puntos de intersección. A través de esta regla lo que conseguirás será
armonizar y compensar los elementos en una diapositiva. Si quieres ver un ejemplo pulsa en
el enlace.
7. Usa rejillas para estructurar la información. Junto con la regla de los tercios, puedes optar
también por un sistema de rejillas que te permitirá dividir la diapositiva por secciones. Gracias a
esta rejilla tendrás muchas más opciones a la hora de componer y organizar los elementos que
conformarán la diapositiva. La rejilla ya no será de nueve rectángulos, sino que dispondrá de
dieciséis. Esto te permitirá aumentar la variedad de posiciones de tus elementos.
9. Usa una buena plantilla. Debes insistir en el aspecto armónico de la diapositiva. Define cuál
será tu plantilla para la presentación y define bien los elementos que repetirás en cada una de
las diapositivas, sin olvidar nunca que debe incluir lo esencial. En la plantilla de una presentación
debe haber siempre una homogeneidad en cuanto a la tipografía, los tamaños, los colores, así
como otros aspectos también importantes como imágenes, transiciones, alineaciones, etc.
10. Maximiza la señal y minimiza el ruido. ¿Qué significa esto? Muy sencillo. No dejes nunca
que la señal (la información) ceda terreno al ruido (elementos superfluos). Estos elementos
superfluos deben suprimirse usando la navaja de Ockham. Debes minimizar al máximo todo lo
que no sea estrictamente información o guarde una relación con esta. Algunos ejemplos de
ruidos serían las líneas gruesas de una tabla de contenidos, imágenes con una mera finalidad
decorativa, símbolos de difícil interpretación, letra ilegible por su reducido tamaño, etc. Si quieres
ver varios ejemplos pulsa en el siguiente enlace.
No puedo acabar hoy de otra manera que no sea con una cita relacionada con el diseño.
Concretamente, se trata de una cita de Joe Sparano y reza así:
https://www.slideshare.net/silversix65/muerte-por-powerpoint-10609433
Siete pasos para la creación de mapas
conceptuales en presentaciones
http://www.elartedepresentar.com/2011/04/siete-pasos-para-la-creacion-de-mapas-
conceptuales-en-presentaciones/
Los mapas conceptuales fueron desarrollados por el Prof. Joseph D. Novak a principios de los
70. Son “herramientas para organizar y representar conocimiento”, utilizadas en una gran
variedad de ámbitos, desde la creación de esquemas para estudio personal hasta la
comunicación de conocimiento. Yo los recomiendo también para las fases de planificación y
estructura de presentaciones. Permiten una rápida interpretación del material y su relación con
el tema de la presentación, ayudando a refinar el mensaje principal a transmitir a la audiencia.
3. Lista de conceptos
A continuación, identifica todos los datos, hechos, conceptos, ideas, términos que están
asociados de alguna manera con la idea principal y que podrían ayudar a clarificar el mensaje.
Puedes crear una lista con estos conceptos, utilizando una sola palabra o una corta frase para
cada uno. Se trata como ves de un proceso de torrente de ideas (brainstorming), durante el
cual debes anotar absolutamente todo lo que se te ocurra relacionado con la idea focal. No te
preocupes en este momento por la redundancia o importancia relativa de los términos y
conceptos que van apareciendo. Debe primar la cantidad sobre la calidad. Cuando hayas
terminado una primera ronda, habrás compilado una lista inicial de entre 15 y 25 conceptos.
4. Orden de rango
Ordena los conceptos poniendo en la parte superior los más relevantes y hacia la inferior los
menos importantes. Pueden aparecer nuevos conceptos que no se te ocurrieron en el paso
anterior. Puedes eliminar los repetidos o reformular los imprecisos.
6. Proceso iterativo
Una vez construido el primer mapa, revísalo. Reordena los conceptos, tanto a nivel jerárquico
como de relaciones. Considera si están incluidos todos los conceptos relevantes. En función
del tiempo asignado, considera si los conceptos menos relevantes tienen cabida. ¿Se ha
colado algún concepto irrelevante o que no guarde relación clara con el resto? ¿Falta algún
concepto capital?