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Ciudad de México, miércoles 30 de enero de 2019

Diego de Santiago Delfín

Compas, esto que se ha traído a discusión me parece muy pertinente y adecuado en tanto
muestra muchas de las inquietudes de muchxs de lxs que están o estuvieron en el posgrado.
Como saben algunos ya ando en otras actividades que me impiden acompañarlxs en la
Universidad y asistir a este tipo de discusiones, motivo por el cual me apena muchísimo el
no poder estar en sus juntas. No obstante, a pesar de haber acabado y ya no ser “estudiante”,
me sigo considerando parte de la comunidad y del grupo.
Creo que nadie se puede oponer a lo que es un bien común, algo que les beneficiaría a todos.
Sin embargo, aquí es donde surgen ciertas discrepancias. En las formas, al parecer. Es cierto
que los costos de los alimentos dentro de la Ibero no son tan accesibles para todos los perfiles
socioeconómicos que integran a la comunidad. Incluso la correspondencia calidad-precio
deja mucho que desear en los comedores. Pienso en que se podría hacer una propuesta a
futuro de ver la posibilidad de replicar lo que se hace en la UAM Xochimilco, que ofrecen
menús completos por menos de $20 pesos.
Por otro lado, también pienso que, como alguna vez lo dijo una amiga: “es universidad, no
orfelinato”. La K-rpa y la Terraza (y el Cubo) no son los únicos restaurantes de la universidad,
hay otras fuentes de alimentos como la tienda del sindicato y Doña Mode (baratas dentro de
la oferta de alimentos de la Ibero). También afuera de la Uni hay más opciones para comer,
en la calle y en locales. La otra opción, y creo que la más práctica en la que caímos varios de
los que estudiamos y trabajamos ahí fue la de preparar nuestros alimentos en casa y llevarlos
a la escuela (lo más económico para cualquier situación que nos lleva fuera de nuestro hogar,
sea para la escuela o el trabajo). En la misma K-rpa y la Terraza tienen buzones de
sugerencias que sí son revisados y que pueden influir en la renovación de las concesiones del
restaurante, y que pueden materializarse en adecuaciones en el servicio (menús, costos,
etcétera).
En cuanto al transporte hay que revisar bajo cuales parámetros se adecuan los costos del
servicio. Lo que señaló Laura de la inflación es muy importante e implica la necesidad de un
cuestionamiento de las formas cómo se determinan (para este y cualquier otro servicio dentro
de la institución). En lo referente al servicio de transporte, varixs fuimos testigos de que la
organización de peticiones sobre la mejora del servicio funcionaba a partir de la recolección
de firmas. Igual pedir que se aclaren los parámetros de los costos puede llevar a la búsqueda
de otras compañías de transporte que ofrezcan servicios más económicos y que alivianen esos
costos. Más allá de este servicio queda el transporte público y el auto particular.
También considero necesario señalar que NO ES CIERTO que estudiar en universidades
privadas NO SEA UN PRIVILEGIO. En México ES UN PRIVILEGIO estudiar tanto en
universidades privadas como en las públicas. Tan sólo hay que ver las tasas del nivel de
estudios y las de rechazo para el ingreso a los niveles de educación media superior y superior.
Desconocer esto muestra una falta total de conocimiento, y empatía, me parece, de lo que en
México, como en otros países de Latinoamérica (Colombia, Chile, Ecuador), toca vivir en
tanto esta es una de las grandes carencias sociales que mantienen la gran brecha de
desigualdad de estos territorios. Ya ni hablar del aún más acentuado privilegio de poder
estudiar un posgrado, factor que literalmente nos señalan en la junta de bienvenida
organizada por el Mtro. Rubén Lechuga y la Mtra. Anayeli Guadarrama (en su momento
persona encargada de las ayudantías de investigación) para explicarnos qué pedo con
CONACyT y lo que implica ser un estudiante de posgrado. Hay que reconocer la labor del
rector y más banda de la Ibero por tratar de cambiar esto, así como también de aquellas
personas de otras universidades públicas y privadas que están actuando y sumándose a esta
causa-lucha. No obstante, esto no significa que se pueda negar esta situación, mucho menos
decir que “no es real”.
También estoy de acuerdo en que la universidad es lo que es gracias al trabajo de todxs en
diferentes ámbitos, creo que eso nunca lo podemos olvidar ni dudar. Aunque también es
cierto que las becas Ibero se deben, en gran medida, y muchxs lo sabemos, a una distribución
de los ingresos aportados por aquellas personas con mayor poder adquisitivo. Por lo que
también considero que, dentro de nuestro privilegio de estudiar un posgrado con beca de
manutención, aquellos que llegamos a contar con otros apoyos extra como una beca del 100%
y las ayudantías (que la neta es un privilegio por el simple y sencillo hecho de que muy pocos
pudimos acceder a estas y que además asciende aproximadamente a $60,000 pesos anuales
extras), debemos asumir una mucho mayor responsabilidad de lo que estamos recibiendo y
aportando con nuestros mismos gastos y pagos de servicios, por ejemplo la titulación. Creo
que muchxs sabemos que la universidad es más que dinero, sin embargo, lo que desató estas
discusiones y la reunión fue: el dinero... Lo que me lleva a lo último que me interesa exponer.
Considero necesario recalcar que esta no es la primera vez que acontece una situación de esta
índole. Hace exactamente dos años y unos meses, cuando recién ingrese a este posgrado,
hubo una serie de discusiones que también dividieron las opiniones de lxs alumnxs, y hasta
profesorxs, que integramos el posgrado. Estas giraron en torno a la cuota de titulación. Esta
cuestión creció de tal manera que hasta tuvimos una junta con el entonces coordinador del
posgrado, Emiliano Zolla, acompañado por Enrique Gutiérrez, director del departamento
Ciencias Sociales y Políticas. Al final, en esa reunión, la discusión sobre el tema que nos
había congregado se desvió y terminó sirviendo para señalar la (no necesaria, aparentemente)
presencia de representantes de grado, una denuncia de una supuesta agresión xenofóbica y el
reclamo de a quienes se les había dado las ayudantías de investigación.
Esto es muy relevante ya que ante este nuevo escenario les sugiero a lxs compas que se
mantengan en grupo como posgrado unido para una búsqueda real por el bien de todxs que
se manifieste en verdaderos beneficios comunes, y no sólo para unos cuantos. Y es que justo
en la experiencia pasada, la premisa de un plebiscito “por el bien de todxs” (¿quién no querría
ver que se le condonara la cuota de titulación?) se “desvaneció en el aire” y sólo se transformó
en beneficios particulares.
A partir de lo anterior me interesa invitar a todxs, pensando sobre todo en lxs compas que se
van a titular en este y los siguientes semestres, que a partir de este miércoles también retomen
estas pláticas con el departamento y que se indique cuáles son los parámetros para determinar
que unos sí y otros no puedan tener acceso a ese beneficio, mucho más con el antecedente de
esas reuniones en otoño de 2016, y después de que se nos hubiera enviado un correo el 14 de
febrero de 2018 diciendo lo siguiente: “Recordatorio: No hay apoyos de CONACYT ni de la
Ibero para la titulación. Lo lamentamos mucho (en verdad), pero tendrán que planificar para
ese gasto…”. Que se indique por qué, después de que se advirtiera ese detalle en un
comunicado oficial del departamento, se suscitaron de manera contraria a lo que ahí se
estipula, casos de condonación de montos para la titulación. Esto me parece pertinente en
tanto parte del discurso y la motivación de estas discusiones han surgido de una inquietud
por contrarrestar en gran medida la existencia de privilegios entre integrantes de una misma
comunidad estudiantil, dentro de un contexto ya de por sí de desigualdad como es el de
México.

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