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Esta carta tiene dos formas de comenzar pero sólo una de terminar

Y aunque desde el inicio ambas se bifurcan (para que cada una hable de la esperanza desde su
propia voz) terminan en un mismo camino.

La peculiaridad que tiene esta carta es que sólo a primera vista lectura puede crear confusión,
puede parecer que carece de lógica e incluso puede generar frustración y ganas de desistir de su
lectura. Es recomendable no renunciar a su lectura sólo por una primera mala impresión ya que de
hacerlo se podría perder de una hermosa, valiosa y especial carta. Es necesario, por lo tanto, que
mientras se lea se tenga paciencia, imaginación, pasión y atención para entender el ritmo, la
secuencia y la esquematización de la carta.

Antes de comenzar a escribirte lo que quiero escribirte debo aclarar que ninguna de las palabras
que se encuentran a continuación son escritas desde el sentimiento de la pena, del arrepentimiento
ni de la culpa, que si bien no estoy muy tranquilo con haberte hecho pasar un mal rato lo que
motoriza estas palabras viene de otra cosa, el combustible, la energía que tienen” provienen de
otras fuentes: desde el asombro, desde la maravilla, cada una de las palabras utilizadas provienen
del lenguaje mismo del cariño. Que fue hecho con celo y exclusividad, cada palabra inicia y “termina
para ti.

Cada carta, a su manera, tiene un alma propia, algo que no termina cuando se acaban de leer, algo
que sigue gritando, que no se calla, que sigue vivo y que está allí para ti.

CARTA 1

Un libro es una cosa entre las cosas, un volumen perdido entre los volúmenes que pueblan el
indiferente universo, hasta que da con su lector, aquel destinado a entender sus símbolos. Creo
que todas las personas somos una clase de libros y deberíamos tener la oportunidad de encontrar
un alguien que nos lea. Un alguien que acoja nuestros capítulos. Un alguien que descifre nuestros
símbolos y nuestros códigos. Un alguien que se maraville tanto con nuestro contenido que desee
fervorosamente y luche ferozmente por volverse un personaje de ese libro (Asimismo creo que al
igual que libros también deberíamos ser lectores de alguien más). Yo en estos años he leído varios
libros: he leído libros de fachada costosa pero con contenido muy pobre, he leído libros de fachada
pobre pero con contenido muy valioso, he leído libros que tienen un buen principio pero a mitad
de la historia he preferido cerrarlo porque el resto de sus páginas sólo tenía basura. Me he
encontrado con libros que me han llevado a otros libros, curiosamente más interesantes y
dinámicos, algo así me pasó recientemente: En Julio del 2015 conocí, casi que por accidente, un
libro de un viejo poeta mexicano, al abrir el libro al azar (me) encontré un poema (el primer poema
que leí con gusto) titulado “espero curarme de ti” fue gracias a la sensación provocada por dicho
poema lo que me orilló al polimórfico y extenso universo de la lectura, de la literatura, de la
poesía. Tiempo después, la madrugada del 24 de Abril del 2016 me encontré con un extracto de
dicho poema citado por una chica, hasta entonces desconocida, llamada Emily Montañez. Desde
entonces hasta el día de hoy “24 de Noviembre 2016”, es decir desde hace 7 meses con exactitud
(justo ahora me acabo dar cuenta de la fecha, te digo, las casualidades siempre son maravillosas
más cuando llegan de improvisto) me di la oportunidad de abrir la portada de ese libro llamado
Emily, deja te describo mi experiencia hasta el momento: previo a la lectura, antes de (re)abrir tus
pastas y adentrarme a tus páginas se siente como cuando estás a punto de abrir una caja de
chocolates o antes de entrar a una piscina después de estar muriendo de calor, como cuando son
las 6 de la tarde y sabes que estás a punto de ver el atardecer, es decir, hay una sensación de
esperanza, de felicidad anticipada, de tranquilidad, de que todo va a estar bien, sin darte cuenta
una sonrisa ya se ha trazado en la cara de uno porque se está completamente seguro que está a
punto de leer algo que reventará los índices y los parámetros de la felicidad. Una vez que comienzo
con la primera línea de ese universo literario que es Emily, me absorbes, me arrastras a tu realidad,
me enseñas tus letras, códigos, tus párrafos, tus inicios, clímax, desenlaces. Y ya no quiero dejar
de leer.

Entiendo que no todos se atreven a leerte, un buen libro por muy bueno que sea siempre tiene
críticos y a veces esos críticos son tan hijos de puta que sólo escriben malas referencias, no porque
el libro es malo sino porque el libro es tan bueno que no quieren que salga a la luz. Por supuesto
que esas malas referencias provocan que los posibles lectores desistan, que empujen el libro y lo
coloquen en el último anaquel de libros, dónde casi nadie lo vea, logrando que quizá ese libro no
llegue nunca a ser best seller. ¡Bastardos! ¡Malditos! ¡Infelices! Aquellos que intentan matar el
buen arte alejándolo de los sentidos de los demás (en efecto, cuando digo “buen arte” me refiero
a ti). Pero ¡OJO! No porque el libro se le critique y aleje deja de tener ese contenido maravilloso.

Si esos jueces te INTENTAN cambiar las páginas, profesan contenido que no es tuyo, si te cambian
de género, si te disparan por fuera, por la espalda y a quemarropa, si te INTENTAN anudar la
respiración, si te INTENTAN romper a habladurías y rumores la esperanza, si ESPERAN que
flaquees y dobles la rodilla y te arrastres, si ESPERAN que caigas, entonces, que lo intenten, que
esperen sentados y que se cansen de intentar y de esperar porque NO TE CONOCEN TAN BIEN
COMO DICEN HACERLO. No saben quién eres, NO SABEN DE TI ABSOLUTAMENTE NADA, te
pueden hacer llorar pero no pueden hacer que te rindas, te pueden intentar quebrar pero no
saben, no se han dado cuenta que no eres de vidrio así que no puedes romperte. Te pueden
disparar con toda la puta artillería pero por mucho que disparen y lastimen no pueden matarte,
NO VAN A MATARTE.

Hace unas horas te dije que para mí tú eres una chica extraordinaria, no lo decía por decirlo, no lo
decía para hacerte sentir bien, lo decía porque lo creo. No eres extraordinaria porque siempre
tienes las respuestas a todas las preguntas, no eres extraordinaria porque no llores nunca, no eres
extraordinaria porque no tengas miedo nunca. No, lo eres porque, entre otras cosas, ante las crisis
no te paralizas, porque no retrocedes, porque sabes que siempre se puede hacer algo, porque no
pierdes la fe, porque no tiras la toalla, porque sigues dando golpes a la pared aunque tengas los
nudillos sangrando porque sabes que tarde o temprano esa puta pared la vas a demoler.

¿Sabes que significa la expresión “tener un as bajo la manga”? Significa que cuando la partida no
te favorece, que cuando crees (creen) que estás a punto de perder el juego, cuando nadie lo espera
(quizás ni tu misma) sale a la luz un recurso, un movimiento inesperado, una carta oculta que
cambia irremediablemente el rumbo de las cosas, que los papeles cambian, que quien iba
perdiendo se recupera, se mantiene e incluso gana.

Sé que estás cansada, sé que te sientes desesperada, que crees que quizá no puedes hacer nada
al respecto, pero sé que tienes ese as bajo la manga, en alguna manga de algún suéter o saco, no
sé bien dónde pero lo tienes. No digo que lo uses para competir contra esos jueces sino para salirte
del juicio, para llegar a otro sitio distinto en el que te encuentras.

CARTA 2 “CASA” John Mayer

Ella es una chica buena, que ama a su padre, que ama a su madre y ama a la gente que la ama.
Ella es una chica buena que usa lentes, que mide 1.70 y que ama a los animales.
Ella es una chica buena, dócil que juega a ser pájaro y de un momento a otro ya le crecieron las
alas. La excepción a la regla. Que no presume otra belleza que no sea la del alma.
Sus ojos, eso, sus ojos, ella es una chica buena que nació con ojos de persona valiente, con ojos
que miran y tiran a plomazos a un ejército.
Ella, que es una chica buena no lo sabe, no sabe que su nombre (EMILY) es el conjuro que usan los
cobardes para tener valor. No sabe que su nombre es la respuesta que obtiene la gente sin fe
cuando ésta le pide al cielo una razón para seguir adelante. No sabe que su nombre es medicina,
es antídoto para aquellos que sufren de desesperanza.
Ella, que es una chica buena, no sabe el alcance de sí misma, no sabe que cuando la vida pesa
demasiado ella sigue siendo capaz de flotar dos centímetros por encima de la tierra. Que por
mucho que la gravedad (de los problemas) la empuje para abajo encontrará la manera de vencerla
y echarse a volar.
Ella, que es una chica buena, no sabe que es capaz de comenzar a bailar en medio de una
habitación en llamas y ser capaz de extinguir todo el maldito incendio con el aire desprendido de
su cuerpo y al final lo único que queda brillando es su luz.
Ella, que es descomunalmente guapa, frágil y buena no se da cuenta que su universo tiene su
propia fuerza gravitacional, que una vez que uno se cruza por su cielo y por sus tierras y que
platicas con ella es imposible no querer quedarse a vivir allí, junto a ella para toda la vida.

Ella es una chica buena y habría que ser muy idiota para no darse cuenta de ello. Habría que andar
con los ojos cerrados y tener cerrado el corazón para no darse cuenta de ello. A veces la gente es
muy mala con las chicas buenas.

Ella sufre en alguna parte, es alegre, pero está sufriendo. Y quizá ahora mismo se sienta que va en
caída libre y sin paracaídas (aunque ¿Quién necesita paracaídas cuando tiene alas en la espalda?)
Ella sufre en alguna parte, en alguna parte de su risa hay llanto y cuando eso pasa yo tengo el
impulso de sacarla cargando de ese campo de concentración en el que se encuentra y reventarle
la cabeza a tiros a todo aquel que se ponga enfrente.

Ella es una chica buena y fuerte (no sé si recuerde ahora mismo lo fuerte que es). Que sin saberlo
ni pretenderlo ni ocasionarlo se topó con la gente equivocada, gente imbecil que se cree juez y
jurado para dictaminar lo que le pasa a los demás.
PD1: te dejo dos anexos:

1.- De momento, mientras encuentro, el tuyo te dejo un as, no es un as cualquiera sino uno de
espadas. Las espadas se usan en combates, para luchar, para salir allá afuera y pelear por uno
mismo, por la vida propia, por el propio bienestar, salir a partirse el alma para salvarse, SALVARSE

2.- Un Poema.
"NADIE SINO TÚ" de Charles Bukowski
Nadie puede salvarte sino
tú misma.
te verás una y otra vez
en situaciones
casi imposibles.
intentarán una y otra vez
por medio de subterfugios, engaños o
por la fuerza
que renuncies, te des por vencido y/o mueras lentamente
por dentro.

nadie puede salvarte sino


tú misma
y será muy fácil desfallecer,
pero muy fácil,
pero no desfallezcas, no, no.
limítate a mirarlos.
escucharlos.
¿quieres ser así?
¿un ser sin cara, sin mente,
sin corazón?
¿quieres experimentar
la muerte antes de la muerte?

nadie puede salvarte sino


tú mismo
y mereces salvarte.
no es una guerra fácil de ganar
pero si algo merece la pena ganar,
es esto.

piénsalo.
piensa en salvarte a ti mismo.
tu parte espiritual.
la parte de tus entrañas.
tu parte mágica y ebria.
sálvala.
no te unas a los muertos de espíritu.

mantente
con buen talante y garbo
y al cabo,
si fuera necesario,
apuesta tu vida en plena refriega,
al carajo las probabilidades, al carajo
el precio.

nadie puede salvarte sino


tú mismo.
¡Hazlo! ¡sálvate!
entonces sabrás exactamente de
qué hablo.

CARTA 2 “CASA” John Mayer

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