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CONSEJO EDITORIAL FRITZ SCHULZ

M a n u e l A lo n s o O le a
Luis D íez-P ica zo
E d u a rd o G a r c ía de E n te r r ía
Jesús G o n z á le z P érez
A u r e lio M enéndez
G o n z a lo R o d r íg u ez M o u r u llo

PRINCIPIOS

p| 2 j u l 2002
DEL
DERECHO ROMANO
2.a edición revisada y corregida de la traducción de la obra,
a cargo de Manuel A b e ll á n V e la s c o
Profesor Titular de Derecho Romano
de la Universidad Carlos III de Madrid

ccr-et* UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE


BIBLIOTECA DE DERECHO
CONSEJO EDITORIAL FRITZ SCHULZ
M a n u e l A lo n s o O le a
Luis D íez-P ica zo
E d u a rd o G a r c ía de E n te r r ía
Jesús G o n z á le z P érez
A u r e lio M enéndez
G o n z a lo R o d r íg u ez M o u r u llo

PRINCIPIOS

p| 2 j u l 2002
DEL
DERECHO ROMANO
2.a edición revisada y corregida de la traducción de la obra,
a cargo de Manuel A b e ll á n V e la s c o
Profesor Titular de Derecho Romano
de la Universidad Carlos III de Madrid

ccr-et* UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE


BIBLIOTECA DE DERECHO
Segunda edición. 2000 ÍNDICE DE MATERIAS
(Los núm eros entre paréntesis se refieren a las páginas)

Abreviaturas...................................................!.......................

El tema ...........................................................................................
1. Principios del derecho romano: 1. su concepto (23).
2. certidumbre (23). 3. y constancia (24).—II. Precedentes
(24).—III. Delimitación del tema (25).

Ley y d e r e c h o .................................................................................
I. Que se entiende por ley toda norma impuesta por el Es
tado de forma autoritaria y de modo general (27).— II. El
principio romano (27).— III. Codificaciones romanas
(28).— IV. El uso de la lex rogata y de la lex data (29).
1. A pesar de las lamentaciones sobre las «innumerables
leyes»,.las leges son pocas (30).— 2. Leyes concretas de la
República y del Principado (30).— V. Utilización de los
senadoconsultos para establecer normas jurídicas genera
les (32).— VI. Las constituciones imperiales (33).—
VII. Los edictos (33).— VIII. Actitud de Savigny en rela
ción con la legislación (33).—IX. El derecho consuetudi
nario romano (34).
No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su
tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier Aislam iento...................................................................................
medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros I. La ciencia jurídica como arte de separar: tendencia
métodos, ni su préstamo, alquiler o cualquiera otra forma de cesión de uso del romana y resistencia alemana (39).— Separación del dere
ejemplar, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. cho del no derecho (40).— 1. Separación rigurosa en Roma
y resistencia a la separación en Alemania (41).— 2. Aisla
miento del derecho en Roma (43).— Ausencia de interés
Copyright © 2000, by Fritz Schulz en los juristas romanos por el contenido típico de los ne
Copyright © 2000, de la traducción al castellano, Manuel Abellán Velasco gocios jurídicos (43).— Su silencio acerca de los deberes
Civitas Ediciones. S. L. extrajurídicos (44).— Ninguna valoración del derecho des
Ignacio Ellacuría, 3. 28017 Madrid (España) de el punto de vista de la política económ ica (44).—
ISBN:84-470-1422-3 III. Separación del derecho sacro del profano (46).— IV. Se
Depósito legal:M-22.864-2000 paración del derecho público del privado (47).— 1. Con
Compuesto en Producciones Gráficas Ferven, S. L.
cepto de i'ms publicum (47).— Abandono del derecho cons
Printed in Spain - Impreso en España
titucional y administrativo en la literatura (48).— Derecho
por Gráficas Rogar. S.A. Navalcamero (Madrid)
8 in d io : d k m a t e r ia s ÍNDICE DE MATERIAS 9
criminal y derecho procesal penal (51).— Derecho proce ta (75).— Sistemas postclásicos (76).—2. La exposición
sal civil (51>.-—Abandono de la doctrina de la prueba sistemática en los casos (76).— Los genera de Q. Mucio
(52) .— IV. Separaciones dentro del derecho privado (76).— Las Instituciones de Gayo (77).—El método de ex
(53) .— Adhesión de la jurisprudencia al punto de vista posición en Ulpiano (78).— Distinciones y categorías
propio de la ciudad de Roma (54).— V. Resultado de los postclásicas (86).— Renuncia a la exposición sistemática
diferentes aislamientos (54).— 1. La jurisprudencia es prefe de los casos en las colecciones de constituciones y en el
rentemente ciencia del derecho privado, más bien del de Digesto de Justiniano (86).— Necesidad de un sistema ju
recho privado ciudadano e itálico (54).— 2. El derecho pri rídico en el pensamiento de Cicerón (86).
vado romano tiene caracteres propios del derecho natural
(55).— Definición de la jurisprudencia clásica en Savigny Sencillez .......................................................................................... 89
(55).— El derecho natural postclásico (56).— VI. El prin I. El principio romano: sencillez, no complejidad; unidad,
cipio de aislamiento en la ciencia jurídica alemana del si no multiplicidad.— Contraposición con el derecho alemán
glo xix (57).— Líneas iusnaturalistas en la ciencia del de (89).— El principio romano en el derecho privado (91).—
recho común (57).— Desconocim iento del contenido 1. Economía en la creación y en la utilización de las insti
típico del negocio jurídico e investigaciones modernas so tuciones jurídicas (91).— 2. La simpatía romana por la
bre casos jurídicos (57).— Desatención por el estudio del concisión: formulación de conceptos jurídicos a través de
derecho desde el punto de vista de la política económica grandes y claros contrastes, con exclusión de figuras mix
(58).— Aislamiento del derecho público: Laband y Gierke tas (95).— 3. La función simplificadora del formalismo
(58). (99).— III. El derecho público (100).— Tendencia al Esta
do unitario (100).— Ausencia de localismo o patriotismo
A bstracción.................................................................................. provincial (101).— IV. El lenguaje jurídico como expre
I. Decisión casuística y norma jurídica abstracta (61).— sión de la tendencia a la sencillez y a la claridad (102).—
II. El principio romano: desconfianza hacia la abstracción Lenguaje de las leyes comiciales (102), de los senadocon-
(62).— III. Tratamiento del derecho desde el punto de vis sultos y del edicto (103).— Lenguaje particular de la
ta de la acción (63).— Conservación de esta forma de tra jurisprudencia (103).—Uenguaje de las constituciones im
tamiento en la época postclásica (64).— IV. Resistencia ro periales (104) y en particular de las justinianeas (105).
mana a la determinación de conceptos jurídicos (65).—
1. Ausencia de expresiones técnicas (65).— 2. Ausencia de T ra d ic ió n .......................! ................................................................ 107
definiciones (66).— 3. Inperfección de las definiciones I. La tradición en la vida y en el ordenamiento jurídico: el
clásicas (67).— Definiciones postclásicas (68).— V. Anti principio romano (107).— II. El principio romano en el de
patía romana por la formulación abstracta de las normas recho constitucional (111).— 1. La reforma del Estado
jurídicas (69).— 1. Estilo casuístico de las leyes (70):— bajo Augusto (111).— 2. El ordenamiento estatal justinia-
2. Método casuístico en la literatura jurídica (70).— Reu neo (114).— 3. El reino ostrogodo de Italia (115).— III. El
nión de opiniones y de precedentes en la edad republicana principio romano en el derecho procesal (116).— 1. Proce
(70).— Postura abstracta de las doctrinas jurídicas en Q. so criminal (116).— 2. Proceso civil (116).— IV. La ten
Mucio y en Servio (71).— Jurisprudencia regular republi dencia conservadora en el derecho privado (118).— V. Ex
cana (72).— El método casuístico continúa siendo el pre clusión de la crítica y de la política del derecho
ferente en la época clásica (72).— Tendencia a la abstrac (120).— Época clásica (121).— Época postclásica (122).—
ción en la época postclásica: jurisprudencia regular El positivismo en la doctrina del derecho común (123).—
postclásica (73).— VI. Intentos de construcción de siste VI. Falta de reflexión histórica (123).— Carencia de senti
mas (74).— 1. Los sistemas romanos (74): sistema de Q. do de la distancia en los juristas clásicos (124) y en los
Mucio (74). de Sabino (74), del Edicto (75), de los Diges- justinianeos (128).— VII. Ausencia de períodos históricos
10 ÍNDICE DE MATERIAS ÍNDICE DE MATERIAS

en la historia del derecho y en la de la jurisprudencia ro caza y de pesca; derecho minero (176).— Servidumbres
mana (128).— VIII. Falta de personalidades jurídicas des (176).— Propiedad directa y útil, propiedad separada de
tacadas: los personajes fungibles de Savigny (129). pisos, propiedad de frutos pendientes (176).— Tutela jurí
dica de la propiedad (177).— Usucapión (177).— 3. Dere
N a c ió n ............................................................................................... chos de crédito (178).— 4. Derecho de sucesión (178).—
1. Concepto de nación (133).—II. Nación latina, nación Frecuencia del testam ento y libertad de testar
italiana, nación del Imperio romano (134).— III. La misión (178).— Sustitución pupilar (179).— La obra de la juris
providencial de Roma: colorido jurídico-imperialista en la prudencia en la interpretación de los testamentos (179).—
conciencia de esta misión (137).— IV. El sentimiento na Pacto sucesorio (179).— 5. Conclusión: regulación liberal,
cional romano como factor constructivo del derecho ro no capitalista (180).— 6. Abuso del derecho (180).— IV. El
mano (141).— 1. Ciudad y nación (142).— Los peregrinos principio de libertad en las relaciones entre el individuo y
(142).— El resultado de la guerra social (143).— La legis el Estado (182).— Limitada garantía jurídica de la libertad
lación demográfica de Augusto (143).— La constitutio An- (185).
toniniana (144).— Los peregrinos en el bajo imperio
(144).— Adquisición de la ciudadanía por nacimiento y A utoridad.....................................................................................
por manumisión (145).— 2. El problema del carácter na I. Concepto de autoridad: el principio romano (187).—
cional de la evolución jurídica romana (147).— Distincio II. El principio de autoridad dentro de la familia romana
nes (147).— a) El período desde el siglo it a. C. hasta el fin (189).— 1. Carácter originario (189).— 2. Debilitamiento
del siglo II d. C. (148).—-Juicio de conjunto (148).— In sucesivo (190).— III. El principio de autoridad en las rela
fluencia del derecho greco-helenístico (149).— Influencia ciones del ciudadano con el Estado romano y con sus ma
de los usos internacionales del comercio (151).— Influen gistrados (192).— 1. Administración reservada a los nota
cia de la filosofía y de la retórica griega (152).— Influen bles (192).— 2. Posición del m agistrado frente a la
cia del derecho oriental (154).—b) La época de los Seve asamblea popular (193).— 3. Posición del ciudadano parti
ros (154).— c) El período de la constitutio Antoniniana cular frente al Estado (195): a) en general (195); b) ca
hasta Diocleciano inclusive (156).— d) La época de Cons rácter autoritario del derecho penal romano (196); c) re
tantino (158).— e) La época de Justiniano (161).—Justi laciones de derecho patrimonial entre el particular y el
niano y los clásicos (161). Estado (200); d) actitudes autoritarias del proceso civil
(201).— IV. Responsabilidad del m agistrado (201).—
L ibertad ......................................................................................... V. Ausencia del principio de división de poderes (201).—
1. Concepto de la libertad romana (163).— II. El principio VI. El consilium del magistrado, y el senado en particular
de libertad en el derecho constitucional (165).— 1. Nunca (201).— Autoridad del Senado: derecho de obstruccionis
regnum (165).— 2. Las civitates liberae y las comunidades mo (202).— VII. La autoridad carism ática del prínpipe
peregrinas autónomas forman parte del Estado (167).— (203).— El x á p i a p a genuino de Augusto (204) y el
3. Decadencia de la libertad, y en especial de la autonomía X á p ia p a institucional de los em peradores sucesivos
(168).—III. El principio de libertad en el derecho privado: (205).— VIII. La autoridad de los juristas (205).— Presti
construcción individualista del derecho privado (169).— gio de los juristas republicanos (206).— El culto de la au
1. Relaciones de comunidad en derecho privado (169): toridad en la jurisprudencia clásica (206).— El ius respon
a) Comunidad conyugal (169). b) Asociaciones privadas dendi (208).—IX. Libertad y obediencia (209).
(171). c) Sociedad (172). d) Com unidad hereditaria
(173).—2. Derechos reales (173).— Concepto y regula Hum anidad..................................................................................
ción de la propiedad (174).— Prohibiciones de enajenar y I. Significado e historia de la palabra humanitas (211).—
limitaciones del derecho de disponer (175).— Derecho de II. El principio de humanidad en el recinto de la familia
12 ín d ic k d k m a t e r ia s ÍNDICE DE MATERIAS 13

(214).— 1. Derecho matrimonial (214): a) Decadencia del (263).— III. La seguridad del derecho como certidumbre
matrimonio cuín mana (214). b) Condición personal de la del derecho en vigor (263).— 1. Incertidumbre acerca de la
mujer casada (215). c) Relaciones patrim oniales entre existencia y el contenido de las normas jurídicas (263).—
cónyuges (217). el) Derechos hereditarios entre cónyuges Publicación defectuosa de las leyes (263).— Confianza en
(218).— 2. Relaciones jurídicas entre padres e hijos (219): la jurisprudencia (266).— 2. El poder discrecional de los
a) Humanización de la patria potestas (220). b) Relacio órganos del Estado (267).— 3. Dependencia de las conse
nes entre padres e hijos fuera del campo de la potestas cuencias jurídicas de circunstancias que no son «hechos
(222).— III. El principio de humanidad en el círculo de los externos» (267): a) adquisición en base a la buena fe
cives Romani (223).— 1. Limitación de la pena de muerte (268); b) transcurso del tiempo (268); c) principio de pu
(224).— 2. Sólo se castiga al culpable (225).— 3. El proce blicidad (269); d) dependencia de consecuencias jurídicas
so acusatorio. Tortura del acusado y de los testigos de condiciones físicas y psíquicas del hombre (270);
(226).—4. Posición jurídica de la mujer (229).— 5. Huma e) presunciones (270).— 4. Conclusiones (271).— IV. Fun
nización del derecho privado (230).— IV. El principio de damento de la concepción romana: distinción del derecho
humanidad en el ámbito jurídico de los peregrini (232).— romano del proceso y respeto del ius quaesitum (271).
V. La clemencia romana (232).— VI. El principio de hu
manidad en la regulación de la esclavitud (235): 1.— La Conclusión .................................................................................. 273
época republicana (236).— La época imperial (239).— Sé
neca (239).— Defensa de los esclavos en las constitucio índices:
nes imperiales (239).— Favor libertatis (240).
I. índice alfabético-analítico .............................................. 277
F id e lid a d ..........................................................................................
I. La fieles romana (243).— II. Los negocios jurídicos no
II. índice de fuentes 289
solemnes (244).— III. Rigurosa obligatoriedad del contra
to válido (246).— Rescisión unilateral y denuncia del con
trato (246). IV. Bona fieles (247). V. Fidelidad romana
— —

al juramento (248).— VI. El principio de fidelidad en la


doctrina de las fuentes del derecho (249).— 1. El magis
trado está obligado a respetar su Edicto (249).— 2. Las le
yes no tienen eficacia retroactiva (250).— VII. Relaciones
duraderas de fidelidad (251).— 1. El liberto y su patrono
(251).— 2. Patrono y cliente (251).— 3. Tratados de hospi
talidad (252).— 4. El cuestor y su superior (252).— 5. La
amistad romana (252).

Seguridad .......................................................................................
I. Concepto de la seguridad del derecho (259).— II. La se
guridad del derecho como certidumbre de que el derecho
existe para prevalecer en la lucha contra la injusticia
(260).— 1. Encargo de las funciones jurídicas a personas
adecuadas (260): a) Principio de notoriedad (260). b) Cog
nición jurídica (261).— Costas del proceso civil (262).—
3. Duración del proceso civil (263).— 4. Conclusión
ABREVIATURAS

Las fuentes se citan según el método filológico: por ejemplo, D. (45, 1)


7,1 significa Digesto, libro 45, título 1, fragmento 7, parágrafo l.E n los tex
tos latinos los paréntesis cuadrados indican los trozos interpolados y los pa
réntesis angulares indican las reconstrucciones. En las citas de la literatura,
si no se dice nada en contrario, se cita el volumen y el número de la página.
BRUNS ( o bien ) BRUNS, Fontes = Fontes iuris romani antiqui, ed. Bruns,
VII, edidit O. Gradenwitz, 1909. [Todas las citas se refieren a la pars
prior: Leges et negotia, que ha sido reimpresa en 1958].
C. = Codex Iustinianus.
C. Th. = Codex Theodosianus.
Coli. = Collatio legum Mosaicarum et Romanarum.
CIL = Corpus Inscriptionum Latinarum.
D. = Digesta Iustiniani.
Epit. Ulp. = Epitome Ulpiani, ed. F. SCHULZ, 1926.
Gayo = Gaii Institutiones.
Inst. = Institutiones Iustiniani.
Paul. Sent. = Pauli Sententiae.
Vat. o Fr. Vat. = Vaticana fragmenta.
Acta Congressus 1934 = Acta Congressus iuridicus intemationalis. Romae,
1934.
ALBERTARIO, Introduz■= E. Albertario, Introduzione storica alio studio
del diritto romano giustinianeo, I (1935). .
ALBERTARIO, Studi = E. Albertario, Studi di diritto romano, I (1933), III
(1935), IV (1940), V (1938).
Annali Palenno = Annali dei Seminario giuridico di Palermo.
Arch. giur. = Archivio giuridico.
Atti dei Congr. (1933) = Atti dei Congresso intemazionale di diritto romano
(Bolonia, Roma): Bolonia, 1 (1934), 2 (1935); Roma, 1 (1934), 2
(1935).
BESELER = G. Beseler, Beitráge zur Kritik der rómischen Rechtsquellen,
1-5.
BGU = Aegyptische Urkunden aus den koniglichen (staatlichen) Museen zu
Berlín: Griechische Urkunden.
BIONDI, Prospettive = B. Biondi, Prospettive romanistiche (Pubblicazioni
della Universitá Cattolica, Scienze giuridiche, vol. 37, 1933).
BONFANTE, Corso = P. Bonfante, Corso di diritto romano.
BONFANTE, Scritti = P. Bonfante, Scritti giuridici varii, 1 (1916), 2 (1918),
3 (1921), 4(1925).
BREMER = Iurisprudentiae antehadrianae quae supersunt, ed. Bremer
[reimpresión, Roma, 1971],
16 ABREVIATURAS ABREVIATURAS 17
BUCKLAND = W. W. Buckland, A textbook of Román law (Cambridge, SIBER = H. Siber, Romisches Recht in Grundzügen für Vorlesung, II. Ro
1921). misches Privatrecht, Leipzig, 1928.
Bull. = Bulletino deH’Istituto di diritto romano. SIBER, Analogie = H. Siber, Analogie, Amtsrecht und Rückwirkungim
Cambr. cinc. Iiist. = The Cambridge ancient history. Strafrechte des romischen Freistaates (Abhandlungen der philolog.-hist.
CHIAZZESE, Introduzione = L. Chiazzese, Introduzione alio studio del di Klasse der sáchsischen Akademie der Wissenschaften, vol. XLIII, n. 3,
ritto romano privato, 1931. 1936).
Confe reme = Conferenze per il XIV centenario delle Pandette, 15 dicembre «SZ» = Zeitschrift der Savigny-Stiftung für Rechtsgeschichte, Romanistis-
1530-15 dicembre 1930. (Publicazioni della Universitá Cattolica, Scien che Abteilung.
ce giuridiche, vol. 33, 1931). TAUBENSCHLAG, Diocletian = Rafael Taubenschlag, Das romische Pri
Dtsch. PrR. = Deutsches Privatrecht. vatrecht zur Zeit Diocletians (extrae, del «Bull. de 1’Acad. polonaise des
FUSCH, Augustin = H. Fusch, Augustin und der antike Friedensgedanke: Sciences et des lettres», 1919-20), 1923.
Neue philologische Untersuchunge, III (1926). TELLENBACH, Reichgedanke = G. Tellenbach, Rómischer und christli-
HEUSS, Grundlagen = A. Fleuss, Die volkerrechtlichen Grundlagen der ró- cher Reichgedanke in der Liturgie des frühen Mittelalters, en «Sit-
mischen Aussenpolitik in republikanischer Zeit: Klio, Beikeft XXXI zungsberichte Heidelberger Akademie der Wissenschaften», Phil.-hist.
(1933). Klasse, 1934.
Index interpr., o Itp.-index = Index interpolationum quae in Iustiniani Di «Tijdschrift» = Tijdschrift voor Rechtsgeschiedenis.
gestis inesse dicuntur, vol. I-III y Supl. Weimar, 1929-1935. VOLKMANN = Hans Volkmann, Zur Rechtsprechung im Prinzipat des Au
IHERING = R. v. Ihering, Geist des romischen Rechts auf den verschiede- gustus (Münchner Beitrage zur Papyrusforschung und antiken Rechts
nen Stufen seiner Entwicklung, vol. I y II, 4.a ed., vol. III, 3.a ed. geschichte, XXI), 1935.
JOLOWICZ = H. F. Jolowicz, Historical introduction to the study of Román MAX WEBER = Max Weber, Wirtschaft und Gesellschaft, 2.a ed. (Grund-
law, Cambridge 1932. risse der Sozialokonomik, III).
KORNEMANN, Stciaten = E. Kornemann, Staaten, Volker Manner: aus WILAMOWITZ, Glaube = U. v. Wilamowitz-Moellendorf, Der Glaube der
Helenen, 1931-32.
der Geschichte des Altertums (= Das Erbe der Alten, II, 24), Leipzig, WINDSCHEID (o WINDSCHEID, Pand.) = Windscheid-Kipp, Lehrbusch
1934. des Pandektenrechts, 9.a ed., 1906.
KROLL, W. = Kroll, Die Kultur der ciceronischen Zeit, 1933.
KRUEGER = P. Kriiger, Geschichte der Quellen und Literatur das romis
chen Rechts, 2.a ed., Leipzig 1912.
KUEBLER = B. Kiibler, Geschichte des romischen Rechts, 1925.
LENGLE = J. Lengle, Romisches Strafrecht bei Cicero un den Historikem
(Neue Wege zur Antike, I, 2), 1934.
LENEL, Ed. = O. Lenel, Das Edictum perpetuum, 3.a ed., Leipzig, 1927
[reimpresión en 1957; hay traducción francesa de F. PELTIER, París,
1901-1903].
LENEL, Paling. = O. Lenel, Palingenesia iuris civilis, Leipzig, 1889 [reim
presión en 1960 con un Supplementum].
LUEBKER-ZIEBARTH, Recillexikon = F. Lübker, Reallexikon des klassis-
chen Altertums, 8.a ed. a cargo de Geffken y Ziebarth, 1914.
PrR. = Privatrecht.
R. = Recht.
RE, o PAULY-WISSOWA = Pauly, Real Encyclopadie der classischen Al-
tertumswissenschaft, nueva reelaboración a cargo de Wissowa, Kroll y
Mittelhaus, Stuttgart 1894 y ss.
Riv. = Revista.
SCHANZ = M. Schanz, Geschichte der romischen Literatur, 4.a ed. a cargo
de C. Hosius, 1927 y ss.
SCHULZ, Einf. - F. Schulz, Einfürung in das Studium der Digesten, Leip
zig, 1916.
NOTA DEL TRADUCTOR A LA SEGUNDA EDICIÓN i

Agradezco la invitación que me hace Editorial Civitas de


preparar una segunda edición de la traducción de los Prin
cipios del derecho romano de Fritz Schulz (1879-1957). Ha
pasado un tiempo razonable desde que apareció la primera
y, en los últimos años del siglo xx, esta edición se ha agota
do. Hecho, uno más, que puede tranquilizar a los romanistas
sobre el futuro de nuestros estudios. Con independencia de
que se profese una concepción historicista o dogmática del
derecho romano, los estudios serios, en los que sus autores
parten de planteamientos producto de la reflexión y el cono
cimiento, serán siempre bien recibidos y valorados en su ju s
ta medida.
Y no cabe duda de que los Principios del derecho roma
no de Fritz Schulz es una de las obras que ha marcado una
época de la romanística del siglo xx. Decía en la nota in
troductoria a la anterior edición que, además de otras cua
lidades, estos Principios... son un libro programa donde se
señalan campos por los que transitar en futuras investiga
ciones. Investigaciones que han sido abordadas, desde pers
pectivas metodológicas diferentes, por romanistas como Ar-
chi, Nocera, Guarino, Wieacker, Kaser, Kunkel o, entre
nosotros, Ursicino Alvarez, Arias Bonet, Fuenteseca, Miquel
o Torrent, por citar sólo algunos.
Pero además de la trascendencia que esta obra ha teni
do para el desarrollo de las investigaciones concretas dentro
de nuestra disciplina, quiero detenerme en destacar el signi
ficado de trabajos de este porte dentro de la Ciencia jurídi
ca de una época y de sus corrientes informadoras. Y, cierta-1

1 En esta segunda edición aparecen corregidas las erratas detectadas


en la primera y, después de una relectura del original y de la traducción,
una redacción más suave en aquellos lugares en que esta última resultaba
demasiado ad pedem litterae. Mi gratitud a Ana M.a Rodríguez González
por su colaboración en estas tareas.
NOTA DHL TRADUCTOR A I.A SHOLANDA EDICION NOTA DEL TRADUCTOR A LA SEGUNDA EDICIÓN III

lente, la forma en la que Schulz abordó el estudio de estos se lleva a cabo alrededor de cada principio, en el estudio del
Principios... supone un «modo» peculiar de afrontar la rea modo en que cada principio com bate por su reconocimiento,
ldad histórica objeto del trabajo científico; en este caso del se entrecruza con otros principios, o es rechazado por ellos,
omanista. o sin más, se desvanece hasta perder su fuerza creadora». Y
Riccardo Orestano, en su Introducción al estudio del de esto supone para Orestano un ejemplo paradigm ático de
echo romano, desde su perspectiva, y desde el respeto por la esos «procesos de reificación de las abstracciones» a los que
<bra de Schulz —«una de las más penetrantes de la roma- antes me refería y que resume en los siguientes pasos: a) los
’.ística de este siglo», son sus palabras referidas a ella 2— «hechos» tomados en consideración; b) la «inducción» de
'uso de manifiesto este significado con la claridad y la con- estos hechos; c) las «constantes» seleccionadas como signi
isión que le son características. ficativas; d) la «construcción» de las nociones a través de
Cuando en el capítulo XII de la Introducción..., trata de los elementos recabados de la inducción y de la selección;
“Realidad”, “Palabras”, “Valores” en el conocimiento ju- e) la «sustitución» de los hechos p o r la noción así construi
ídico» y se refiere a la actividad de los juristas a lo largo de da; f) la «entificación» de las nociones; g) la «historia» de
os tiempos y a su forma de proceder, a su construcción de esas entidades; h) su «antropomorfización»; i) la «eleva
lociones abstractas (conceptos) partiendo de realidades ción» de estas entidades antropomorfizadas a «personajes».
■oncretas, pone como ejemplo de lo que él denomina «pro Queda bien claro en esta exposición el proceso que par
cesos de reificación de las abstracciones» lo realizado por tiendo de los hechos, llega a los principios. Proceso que de
Ichulz en sus Principios... Schulz afirmaba en ellos que estos la realidad, de la vida, conduce a la cosificación y a la abs
)rincipios son las ideas fundamentales en materia de dere- tracción, y que ha sido defendido y denostado a lo largo de
'ho y de justicia que se pueden reconocer en el resultado del la Historia jurídica.
rabajo de los juristas y que se pueden inferir de los hechos Schulz, en los lemas que abren el capítulo dedicado a la
Angulares del acontecer de la historia jurídica 3. En ese mis- Abstracción, es consciente de estos peligros 6 y, no obstante
no lugar, y siguiendo con su argumentación, sostiene Schulz ello, sigue en su obra el programa que antes hemos mencio
pie tales principios se presentan como una «constante» en nado objeto de la atención de Orestano.
■elación con los hechos concretos, «pero siguen también, na- ¿Es lícito, metodológicamente hablando, considerar la
uralmente, la ley de la evolución, y tienen también una his- historicidad del derecho como punto de partida de las inves
oria» 4. tigaciones del romanista y aceptar, por otro lado, estos «pro
Partiendo de estos presupuestos, el programa de la obra cesos de reificación de las abstracciones»? ¿Toda abstrac
le Schulz, en,opinión de Orestano que estimo muy digna de ción debe ser considerada como peligrosa en sí?
:-onsideración, consistiría, y aquí reproduce lo expuesto por Aparte las ventajas que en el terreno didáctico puedan
■luestro autor en la explicación de su plan de trabajo5, en el tener las conceptualizaciones como instrumentos para faci
■<atractivo particular existente en el estudio de la lucha que litar la comprensión de las materias tratadas, sostengo que
este procedimiento dejará de ser válido cuando el concepto
- O resta n o . R., Introducción al estudio del derecho romano, traduc- creado se aleje de la realidad, de la vida que se trata de cap-
;ión de M. Abellán Velasco. Universidad Carlos 111, Boletín Oficial del
Estado, Madrid 1997, nota (25). p. 429
3 Cfr. S c h u lz , F., Principios del Derecho romano, p. 24, de la anterior 6 Elige como lemas, Iav o len u s, D. (50.17) 202, Omnis definitio in
edición y de la presente. iure civile periculosa est, y G o eth e, Máximas y reflexiones, Los concep
4 El entrecomillado es de Orestano, en el lugar citado en la nota (2). tos generales y la gran oscuridad siempre están a punto para generar ho
? Principios..., cit.. p. 24. rrendas desgracias.
:v NOTA DEL TRADUCTOR A LA SEGUNDA EDICIÓN

'ar y de hacer comprensible y convierta la realidad así cap- NOTA DEL TRADUCTOR A LA PRIMERA EDICIÓN
’ada en algo aséptico, desligado de las circunstancias de su
origen, de valor universal y vigencia intemporal.
Permítaseme que, siguiendo el proceso indicado por
Orestano y ahora también desde una perspectiva organicis-
Son varias las razones que me han llevado a la traduc
’a, antropoformizando estas abstracciones, hable de abstrae-
ción de este libro. Trataré de exponer alguna de ellas.
dones o conceptos vivos y abstracciones o conceptos muer-
ios, siendo estos últimos, paradójicamente, a los que, desde
mi punto de vista, se les ha dado tradicionalmente valor uni
versal y vigencia intemporal. Creo, por el contrario, que I
concepto vivo es aquel que su creador, o el que se sirve de
él, es consciente de su historicidad, de su contingencia, de la A la muerte de mi maestro, el profesor Arias Bonet, llegó
necesidad de su revisión y de su adecuación a la realidad a mis manos, como precioso legado material, uno de sus li
histórica en el momento de su utilización. Es el que obliga al bros más queridos, adquirido por él durante su estancia en
operador jurídico, en el amplio sentido de la palabra, a p o Bolonia en 1949, y que desde entonces le acompañó en su di
ner en práctica siempre que acuda a las abstracciones y a latada vida académica. Este libro era I Principii del diritto
los conceptos generales el principio kantiano del sapere rom ano, versión italiana de los Prinzipien des rom ischen
aude al que me refería en la nota a la primera edición de esta R echts que Fritz Schulz escribió en 1934 realizada p o r el
traducción. ilustre romanista Vincenzo Arangio-Ruiz y publicada en
Creo también que los Principios del derecho romano que 1946.
siguen a esta nota son, en este sentido, unos principios vivos. Esta circunstancia, dolorosa en su origen, me permitió
Desde la seriedad de sus planteamientos m etodológicos, volver a leer y degustar con la suficiente tranquilidad—en los
desde el profundo conocimiento de las materias tratadas que Departamentos de Derecho Romano sabemos lo solicitadas
rezuma en todo momento, desde el respeto por los diferentes que siempre se encuentran —, las sublimes páginas con las
métodos de acercamiento a la realidad a estudiar, es una que Schulz motivó a conocer y enriqueció los conocimientos
obra que merece, asimismo, el respeto desde cualquier posi de las últimas generaciones de romanistas. Dedicado a esta
ción que se la juzgue. tarea surgió en m í la idea de hacer más fácil el acceso a esta
obra fundamental de la romanística moderna mediante su
Manuel A b e l l á n V e l a s c o traducción a la lengua española, labor que, por motivos que
Valladolid, N avidad de 19991 desconozco, no ha sido abordada hasta el momento presente.
Arangio-Ruiz realizó su versión utilizando en principio
sólo la edición alemana. Posteriormente, por una serie de
hechos que explica en su «Avvertenza del traduttore», tuvo a
la vista, antes de la publicación, la versión inglesa que bajo
supervisión del autor fue elaborada por Marguerite Wolffy
que se publicó en 1936 con el título Principies o f Rom án
Law

1 Son, pues, tres las ediciones existentes de la obra: Prinzipien des Ro-
mischen Rechts, Verlag von Duncker und Humblot, München und
20 NOTA OKI. TRADUCTOR A l.A PRIMERA EDICIÓN NOTA DEL TRADUCTOR A LA PRIMERA EDICIÓN 21

Decidido a llevar a cabo la traducción, me enfrenté con mos de conocer el anteproyecto de Plan de Estudios en don
las tres ediciones existentes de la obra: la alemana de 1934, de esta disciplina sufre una drástica reducción. Cuando las
la inglesa de 1936 y la italiana de 1946. He tomado como mentes de la mayoría de los que rigen la Universidad espa
base del trabajo la versión italiana, no sólo por motivos de ñola parecen imbuidas por un pragmatismo tal que les lleva
afecto, sino también por razones idiomáticas y de moderni a prescindir en la formación jurídica del ideal de conseguir
dad, aunque, cuando ha sido necesario, he cotejado la edi juristas integrales en pro de una especialización aséptica en
ción alemana y la versión inglesa, tratando de respetar es esta o aquella rama del Derecho. Frente al sapere aude, lema
crupulosamente lo contenido en ellas. Por lo tanto, en lo de la füosofía de la ilustración, que llevaría a una «educa
sustancial, esta versión española aparece tal como quedó la ción» plena de la persona, con discernimiento singular, ca
italiana de 1946. Nada se ha añadido en cuanto a las nuevas paz de abordar los problemas jurídicos de una forma total y
aportaciones bibliográficas. Tampoco lo hizo Arangio-Ruiz, globalizadora, cualificada para luchar por la libertad y por
salvo la incorporación de los manuales ingleses de Buckland la justicia, parece que el «miedo a la libertad» ha anidado
y Jolowiz introducidos en la versión inglesa como deferencia en algunos que pretenden que el mundo del Derecho esté
a los lectores de esa lengua. servido por naturaliter m ajorennes dóciles a los dictados aje
Las aportaciones bibliográficas posteriores a la apari nos. Frente, pues, al kantiano «ten valor de servirte de tus
ción de la obra y sobre materias tratadas en ella son muy nu propios conocimientos» que hoy parece verse con recelo y
merosas. No podía ser de otra forma. El libro de Schulz, ade desconfianza como lema para la formación de los universi
más de reunir otras características, es un libro-programa. tarios, se pretende imponer el «que piensen ellos, yo aplica
Programa en el que se abren nuevas vías y en el que se inci ré pulcramente lo que se me ordene». Y si_ en todo tiempo
ta a transitar por ellas a través del camino de la investiga esto es lo que se ha pretendido desde las instancias del «po
ción. Los romanistas han recorrido con frecuencia —acep der», nos ha correspondido vivir esta época, en la que de
tando la incitación de Schulz— las sendas por él abiertas, manera sutil y bajo la bandera de la practicidad y de las exi
dando origen a múltiples trabajos que en ocasiones han con gencias del mundo moderno se pretende sustituir el saber
ducido a destinos diferentes a los presumidos por el autor. universal —de ahí universidad, universitas — por saberes es
No me he atrevido por ello a desvirtuar la concepción origi pecializados, parciales y por tanto insuficientes para una
nal de la obra añadiendo, con sentido crítico, estas nuevas formación completa del individuo.
aportaciones bibliográficas. Este libro de Schulz expone los principios rectores del
Derecho romano, las ideas fundamentales en materia de de
recho y de justicia —como dice el autor— de aquellos roma
nos que se ocupaban de la producción del derecho. No es
II éste el lugar para profundizar sobre la influencia del Dere
cho romano en la formación de los sistemas jurídicos euro
Puede que no sea éste el momento adecuado para sacar peos, pero en cualquiera de ellos podríamos reconocer, en
a la luz, en versión española, los Principios del D erecho R o mayor o menor medida, la presencia y materialización de es
m ano de Fritz Schulz. Precisamente ahora, cuando acaba- tos principios. Es cierto que los romanistas, y no sólo los es
pañoles, se han aferrado en ocasiones en discusiones estéri
Leipzig, 1934; Principies of Román Law, Traslated from a text revised and les y, aquí sí, nada útiles para la formación de futuros
enlarged by the Author by Margúeme Wolff, Oxford, Clarendon Press, juristas. No es éste el caso de la obra de Schulz, en la que,
1936; I Principii del Dirino Romano, a cura di Vincenzo Arangio-Ruiz, G.
C. Sansoni-Editore, Firenze, 1946 (reimpr. Casa Editrice Le Lettere, Fi- con la claridad y la concisión que le caracterizaron en todos
renze, 1995). sus trabajos, disecciona los principios de abstracción, senci-
22 NOTA DHL TRADUCTOR A LA PRIMERA EDICIÓN

llez, tradición, etc., y su repercusión no sólo en el Derecho EL TEMA *


romano. Y el creer que el conocimiento de los mismos puede
contribuir a ese saber universal al que me he referido, aun
siendo consciente de los obstáculos actuales, es otra de las
razones que me'jian impulsado a facilitar su acceso a los es
tudiantes de lengua española. Dice Goethe, en la frase que The elements (of the «brew» of judge made law)
have not come together by chance. Some principie,
cierra este libro, que «lo mejor que obtenemos de la historia
however unavowed and inarticulate and subconscious,
es el entusiasmo que suscita». ¡No neguemos la posibilidad has regulated the infusión...
de entusiasmarnos! a choice there has been, not a submission to the decree of Fate;
and the considerations and motives determining the choice,
even in often obscure, do not utterly resist analysis.
III
Ca r d o z o , The nature of the judicial process (1.a ed., 1920), p. 11.
Antes de dar paso a las lúcidas palabras de Schulz debo
expresar aquí mi agradecimiento a las personas que me han
ayudado en las siempre molestas tareas de retocar el estilo, La expresión «principios del derecho romano» necesita
confeccionar los índices y corregir las pruebas de imprenta. una aclaración. No nos proponemos exponer las normas ele
Sin la colaboración de Francisco Javier Álvarez García, mentales y generales del derecho romano positivo (esas que
Fernando Amérigo Cuervo-Arango y Javier Sanjuán Sanz hoy se denominan «rasgos del derecho romano», pero que se
esta traducción no habría visto la luz de la publicación. Mi podrían también llamar «principios de derecho romano»).
gratitud también para todos los que sabedores de la tarea Nos proponemos más bien reconocer las ideas fundamenta
que había emprendido me animaron a continuarla y con les, en materia de derecho y justicia, de aquellos romanos
cluirla. que se ocupaban de la producción del derecho: de estas ide
Mi recuerdo a Juan A. Arias Bonet, a cuya memoria de as han derivado las reglas del derecho romano privado, y son
dico este trabajo. los verdaderos principia, los verdaderos «veneros» del dere
M anuel A b e l l á n V e l a s c o cho romano '.
Profesor Titular de Derecho Romano Estos principios no están expuestos de forma que se pue
dan leer cómodamente en nuestros textos. Los romanos no
los expresaron, porque, en general, no era su costumbre la in
trospección ni la exposición de principios; se puede decir con
certeza que de muchos de ellos los romanos no tuvieron con-

* Prinzipien..., p. 1: Aufgabe; Principies..., p. 1: Explanatory observa-


tions; I Principii..., p. 1: II Tema.
1 Sobre todo lo que sigue vid., en general, Ih e r in g , I, Introducción, es
pecialmente págs. 15 y 23; B u r c k h a r d t , Griech. Kulturgesch. (4.a ed. a
cargo de Jacob Oe r i ), I, Introducción, p. 1 y ss.; Weltgeschichtl. Betrach-
tungen (editada por Rudolf M a r x , edición de bolsillo Króner), cap. I, p. 3
y ss.; cfr. también Walter Ot t o , Kulturgeschichte des Altertums (1925),
p. 12 y ss.
24 PRINCIPIOS DPI. DERECHO ROMANO ELTEMA 25

ciencia ni siquiera una vez. Y, sin em bargo, no hay que pen no trata exclusivamente de lo que aquí se entiende por el
sar que se trate de fantasías. Los principios en los que se ba nombre de «principios del derecho romano», abrió un nuevo
saron los ju ristas rom anos deben ser reconocidos necesaria camino: muchas cosas esenciales fueron exactamente vistas
m ente en el resultado de su trabajo, y se pueden inferir de los y fuertemente acentuadas por primera vez. Pero es natural
hechos singulares de la historia juríd ica 2. Así, m ientras cen que hoy, transcurrido más de medio siglo de la publicación
tenares de aspectos del ordenam iento jurídico rom ano y de de esta obra, haya bastantes cosas que corregir en los detalles
su historia son y continúan siendo necesariam ente problem á y muchas otras que añadir: sobre todo si tenemos en cuenta
ticos por el estado fragm entario e interpolado de nuestros que la obra de Ih erin g no va más allá del siglo vi de la ciu
textos, para el reconocim iento de las ideas fundam entales y dad, con lo que toda la época clásica y la postclásica sólo
de la m anera de pensar de sus creadores las fuentes transcu fueron tratadas de paso. Una exposición total de los princi
rren abundantes y lim pias. pios romanos, que continúe el trabajo de Ihering, no ha sido
En com paración con los hechos singulares de la histo emprendida todavía, pero las modernas investigaciones his
ria del derecho, los p rincipios, en el sentido indicado, se tórico jurídicas han facilitado considerablemente el recono
p rese n tan com o una co n sta n te 3; p ero , n atu ralm en te, s i cimiento de aquellos principios con un gran número de ob
guen tam bién la ley de la evolución, y tam bién tienen una servaciones particulares 6. Las presentes «lecciones» no se
h istoria. E sta ev o lu ció n tiene que ser reco n stru id a y e x proponen tal exposición total: los «principios del derecho ro
puesta aquí: existe incluso un atractiv o p articular en el es mano» de los cuales tratamos aquí no son t o d o s los prin
tu dio de la lu ch a que se lleva a cab o a lre d ed o r de cada cipios del derecho romano, y, por lo demás, hacemos uso del
principio, del m odo en que éste co m b ate po r su reconoci derecho de escoger y de ser aforísticos, como conviene al
m iento, se en tre cru z a con otros p rin cip io s o es rechazado que imparte lección. Para decirlo con SÉNECA 7, «multum ad
por ellos, o, sin m ás, se d esvanece h asta perder su fuerza huc restat operis multumque restabit: nec ulli praecludetur
creadora. occasio aliquid adhuc adiciendi».
La tarea histórica que querem os asum ir ha sido afronta Las lecciones que siguen se atienen a tres criterios:
da en su integridad una sola vez; precisam ente por Rudolph
v o n I h e r in g en su gran obra, que desgraciadam ente ha que graphie», 50 (1905), 652 y ss. y 656 y ss., que sin embargo no rinde plena
dado incom pleta, sobre «El espíritu del derecho romano en mente justicia a la empresa de Ih e r in g .
las diferentes fases de su desarrollo» 4. E sta obra, grandiosa, 6 Estudios en esta dirección: Cari Adolf Schmidt, Der prinzipielle
(no sólo en relación a su tiem po) aunque algo caótica 5, que Unterschied dem rom. und german Rechte, I, (1853); sobre ésta Lands
berg, Gesch. d. deutsch. Rechtsw., III, 2, vol. de notas, págs. 275 y 333;
K. D. A. Roeder, Grundgedanken u. Bedeutung d. rom. u. german Rechts
- B urckhardt, Griech. Kutturgesch., 1, 3: «La historia de la civiliza (1855); sobre ésta Landsberg, op. y vol. cit., texto, p. 656; Friedrich V.
ción tiene primum gradum certitudinis». Hahn, Die materielle Uebereinstimmung der rom. u. german. Rechtsprin-
3 Cfr. Bu r c k h a r d t . op. cit., 1, p. 4: «Acaso, sin embargo, la costante zipien (1856); sobre ésta Landsberg, op. y vol. cit., texto, p. 636; Wilhelm
sea... el auténtico "contenido real” de la antigüedad... Aprendemos a co A rnold, Kultur u. Recht d. Romer (1868), sobre ésta Landsberg, op. y
nocer aquí el griego eterno, aprendemos a conocer una fisonomía en lugar vol. cit., texto, p. 761. Mucho más interesantes son los estudios de com
de un factor singular». paración entre el derecho romano y el inglés de James Bryce (discípulo
4 Sobre ediciones cfr. E. L a n d s b e r g , Geschichte der deutschen de Vangerow), Studies in history and jurisprudence, 2 vols., 1901; dos de
Rechtswissenshaft, III, 2, vol. de notas, 336. Para nosotros tiene particular estos estudios han vuelto a publicarse aparte en 1914 bajo los títulos The
importancia la primera sección de la 2.° parte (1.a ed., 1854). ancient Román empire and the British empire in India, y, The diffusion of
5 L a n d s b e r g , op. cit., vol. de texto, p. 792, la denomina «calderón Román and English law through the world.
mágico de las brujas». Vid. también M i t t e i s en «Allgem. deutsche Bio- 7 Epist., 64, 7.
26 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO

1. Limitación a los tres grandes períodos del derecho LEY Y DERECHO**


romano, que están en la clara luz de la historia: los dos últi
mos siglos de la República (período preclásico), los tres pri
meros siglos del Imperio (período clásico), y, finalmente, el
Imperio desde fines del siglo m hasta la época de Justiniano ... leges rem surdam, inexorabilem esse.
(período postclásico). Creemos, con Jacob B u r c k h a r d t , que Liv., 2, 3
«en cualquier estudio, salvo en la historia, es necesario co
menzar por el principio» 8.
2. Los hechos singulares de la historia del derecho nos Queremos hablar en este capítulo d e la v a l o r a
llegan expuestos no por sí mismos, sino como testimonios de c i ó n r o m a n a de l a s f u e n t e s de p r o d u c
los principios creadores afirmados por nosotros. No se pue c i ó n d e l d e r e c h o , y e n p a r t i c u l a r de
de evitar a priori un cierto arbitrio en la selección de este ma l a 1 e y 2. En esta ocasión damos a la palabra «ley» un sen
terial de prueba. Ni siquiera se pueden evitar las repeticiones,
tido amplio, comprendiendo en ella toda declaración general
porque un mismo dato puede ser apto para documentar dife de derecho proveniente del Estado, sin atender a sus espe
rentes principios 9. Aquí y allí también se entrecruzan los ciales características de derecho público, y por ello incluye
campos de los distintos tratamientos. Por fin, por sí mismo se tanto a la lex rogata como a la lex data, y también el sena-
entiende que el material de prueba y de ilustración aparece doconsulto (desde que alcanzó un valor de obligatoriedad ju
solamente citado de forma general, no expuesto ni comenta
rídica) y la constitutio principis, así como el edicto, espe
do: esta tarea se reserva para la lección hablada. cialmente aquella «lex annua» 3 que fue el edicto surgido de
3. Se expondrán aquí sólo los principios romanos, sin la jurisdicción de los dos pretores que establecían el derecho,
hacer distinciones según que coincidan o no con los prin
de los ediles y de los gobernadores de las provincias.
cipios de otros derechos. Eventuales comparaciones con Si se echa una mirada al material jurídico que fue creado
otros derechos servirán sólo para clarificar los principios ro en Roma a través de estas declaraciones estatales, enseguida
manos: no es nuestro propósito proceder a una comparación se ve que tienen una extensión i m p r e s i o n a n t e m e n
sistemática, ni siquiera con el derecho griego ni con el ger
t e p e q u e ñ a . Aunque es cierto que en la edad juvenil
mánico 10*1.
de los pueblos o en una vida jurídica primitiva el derecho
creado por el Estado tiene poca importancia, no se puede ex
traer de ello la conclusión de que aquellos pueblos tuvieran
antipatía por este modo de producción del derecho. Pero si en
8 Burckhardt, Weltgesch. Betrachtungen, p. 7. alrededor de 500 años de alta cultura espiritual (y también,
9 B urckhardt, Griech. Kulturgeschichte, I, p. 6. en particular, de cultura jurídica singularmente elevada), des
10 Sobre principios del derecho germánico: A. Wagemann, Der Geist de el fin de la guerra de Aníbal hasta Diocleciano, la pro-
des deutschen Rechts ( 1913); W. Merk, Vom Werden und Wesen des deuts-
chen Rechts, 2.a ed., 1926; W. Merk. Deutsche Rechtserneuerung, en
«Síiddeutsche Monatshefte», 31 (1934), fase. 5; W. Schoenfeld, Deuts * Prinzipien..., p. 4: Gesetz und Recht; Principies..., p. 6: Statutes and
che Rechtsanschauung, en «Arch. f. Rechts-u. Sozialphilosophie», 27 the Law; I Principii..., p. 5: Legge e diritto.
(1933-34), 463 y ss.; Rechtsgefiiht der Langobarden, en «Festschrift A. 1 Sobre la expresión romana correspondiente lex iusque vid. Mitteis,
Schultze», 1934; «Deutsche Literatur-Zeitung», 1934, col. 1529; Szende, 1, 30 y ss.; Rotondi, Scritti giur., 1, 31 y ss.
«Z. f. soziales Recht», 5 (1933-34), 163 y ss.; F. M ark u ll, Der deutsche 2 Sobre lo que sigue Bryce, Studies (cit. en nota 6, p. 25), 247 y ss.
u. d. rom. Rechtsgedanke, 1935. Vid. también los escritos recordados su («methods of law-making in Rome and in England»); Jolowick, cap. V.
pra, nota 6. 3 Cíe., in Verr., II, 1, 42, 10.
28 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO LEY Y DERECHO 29

mulgación estatal del derecho quedó en un segundo plano y que se reunió en el 438 apenas fue una colección oficial de
se circunscribió a determinadas funciones, de ello se puede constituciones imperiales, más bien un simple suplemento a
inducir sin duda este principio: l a c o n c e p c i ó n r o las colecciones privadas preexistentes, destinado a contener
mana es f u n d a m e n t a l m e n t e c o n t r a r i a a sólo las constituciones a partir de Constantino 8. La primera
la c o d i f i c a c i ó n , y en r e l a c i ó n c o n la codificación de conjunto, después de las XII Tablas, se pro
legislación particular observa tam duce al fin de la verdadera historia del derecho romano. Por
b i é n u n a s e v e r a m o d e r a c i ó n . El «pueblo del muy considerable que nos parezca la impronta romana, la co
derecho» 4 no es el pueblo de la ley. dificación de Justiniano (a. 529-534) es, en su conjunto, obra
El hecho de que al comienzo de la historia del derecho del espíritu griego. Codificaciones parciales de determinadas
romano se encuentre la codificación de las X 11 T a b l a s ramas, por ejemplo del derecho constitucional o del civil o
no debe conducir a engaño. Prescindiendo completamente de del penal, no fueron ni siquiera intentadas. Sólo los estatutos
la consideración de que esta legislación no corresponde a los municipales romanos y latinos 'pueden ser considerados
períodos propuestos, es preciso señalar que está completa como codificaciones del d e r e c h o a d m i n i s t r a t i
mente aislada en la historia del derecho romano, tanto en su v o l o c a l 9.
concepción de conjunto como en la forma, y surgió eviden Junto a esta aversión fundamental por la codificación
temente bajo influencia de la codificación g r i e g a 5. Y así está l a moderación observada, como
como la legislación romana no volvió a utilizar jamás el es p r i n c i p i o , en r e l a c i ó n c o n t oda p r o
tilo lapidario de las XII Tablas, que en su brevedad renun m u l g a c i ó n e s t at al del d e r e c ho .
ciaba conscientemente a la exactitud absoluta, así mismo, Por lo que se refiere ante todo a las l e y e s e n s e n
hasta finales de la época clásica nunca existió ni se t o m ó t i d o t é c n i c o (leges rogatae y datae) 10, cierto es que
s e r i a m e n t e e n c o n s i d e r a c i ó n la idea de una nuestras fuentes sólo nos permiten conocer una parte de la le
codificación comprensiva de todo el derecho. Sí es cierto que gislación, pero es difícil creer que hayan quedado descono
en el último período de su existencia Julio César concibió el cidas muchas cosas esenciales. Y si se piensa que se trata, en
proyecto de una codificación 6, esta actitud, como otras mu total, del material de más de medio milenio n , resulta ense
chas propias de sus últimos días, sólo muestra la fuerza del guida evidente la parsimonia con la que los romanos utiliza-
ascendente que el espíritu del helenismo había adquirido en
él. Por otra parte, es difícil que se tratara de algo más que de 8 El Código Teodosiano: vid. sobre esto Kr u e g e r , 325.
una veleidad pasajera: en realidad no hubo ni siquiera un co 9 Vid. los estatutos municipales reproducidos en Br u n s , Fontes («Le
mienzo de ejecución. Es significativo que el plan de la codi ges», cap. IV).
ficación resurja sólo alrededor de 400 años después, en el im 10 Para lo que sigue vid. la colección de las leges rogatae y datae de
G. Ro t o n d i , Leges publicae populi Romani (extracto de la «Enciclop.
perio romano oriental, bajo Teodosio II (a. 429) 7, y más giur. ital.», voz Comitialis lex) con las añadidas en Ro t o n d i, Scritti, 1,411
significativo aún que ni siquiera entonces tuviera éxito. Lo y ss. Cfr. además Ro t o n d i , Osservazioni sulla legislazione comiziale ro
mana di diritto privato (1910), en «Scritti», 1, 1 y ss.; Id., Ricerche sulla
produzione legislativa dei comizi romani (1911), en «Scritti», 1, 43 y ss.
4 A r n o l d , Kultur, 1; Ih e r in g , 1, 327; Se c k e l , Das romische Recht Vid. también Le n e l , en Ho l t z e n d o r f f -Ko h l e r , Enzyklopadie, 1, 336 y
und seine Wissenschafi (discurso rectoral, 1920), 8; Jo e r s , Rom. Rechts- ss., y Eb r a r d , «SZ», 44, 540 y ss.
wiss., 1,263. 11 Hago el cálculo partiendo de la primera ley de la colección de Ro
5 Cfr. Kr u e g e r . 14; vid. W il a mo w it z -Mo e l l e n d o r f , Griech. Vers- t o n d i (año 510). Desde esta época hasta el primer siglo del Principado co
kunnst. (1921), 31, nota 3, e infra, p. 147. nocemos alrededor de 800 leges rogatae (Ro t o n d i, Scritti, 1,4): pero ahí
6 Suetonio, Caes., 44, 2: vid. sobre esto Kr u e g e r , 17 y 68. se computan también las leyes puramente formales (Pe r n ic e , Formelle
7 Kr u e g e r . 324. Gesetze im rom. Recht, en «Festg. für Gneist», 1888).
30 PRINCIPIOS DHL DKRF.CHO ROMANO LEY Y DERECHO 31

ron la lex com o fuente del derecho. Cuando en la época inconvenientes sociales (como las leyes Cincia 18, Plaeto
imperial se lamentan del excesivo número de leges (se po ria 19, y Voconia 20), o cuando las normas eran tan precisas
dría casi pensar en un «topos» retórico) 12, esto está sufi (operando en concreto con determinadas cifras) que no po
cientemente explicado por la ausencia de una colección drían surgir más que con una declaración estatal (como la ley
legislativa 13: la dificultad de tener las leyes a la vista daba Aquilia 21, la Falcidia 22), o la relativa a la garantía de las
la impresión de que su número era enorme. La época obligaciones 2324, o cuando las normas de derecho privado se
r e p u b l i c a n a recurrió a la ley 14 — una declaración es presentaban en conexión con otras que se referían a la orga
tatal era imprescindible en estos casos— para la estipulación nización del Estado (así la ley Attilia 24 y la lex Cornelia de
de tratados internacionales 15, para la organización de pro iniuriis 25*). En cambio, los grandes territorios centrales del
vincias y de municipios, para la resolución de cuestiones par derecho privado, como la materia de los contratos, de la pro
ticulares de derecho constitucional y administrativo. Hacien piedad, de las servidumbres y de la prenda, del matrimonio y
do abstracción de esto, se hizo uso de la lex cuando se trataba de la filiación, y de la herencia, permanecieron casi cerrados
de establecer normas de organización o de carácter económ i a la legislación incluso allí donde, como en la fijación del co
co y social. Valgan como ejemplo las leyes procesales, como mienzo de la capacidad de obrar, la materia hubiera necesi
aquella sobre las quaestiones o como la lex Aebutia, las leges tado urgentemente una determinación legislativa. Ni siquiera
agrariae, aquellas relativas al lujo y a los intereses. Por su en la e d a d i m p e r i a l se cambió de actitud en relación
carácter e s t r i c t a m e n t e c o n c r e t o y reformador, con la legislación. Para cualquier otro pueblo que no fuese el
normas de este género no podían ser establecidas de otro romano hubiera sido natural que la reforma augustea del Es
modo que con base en una declaración del Estado. Pero los tado se manifestara en un conjunto de leyes: sin embargo
auténticos derechos privado y penal fueron muy poco afecta esto no sucedió, y, por el contrario, Augusto se limitó a ha
dos por la legislación: e l d e r e c h o p e n a l solamen cerse atribuir determinadas com petencias mediante leyes
te en relación con las leyes procesales y, dentro de ellas 16, a
menos que no se tratara, como en las leyes sobre la provoca 18 Limitación de la libertad de donar; vid. M itteis, 1,153; B u ck lan d ,
ción, de normas estrictamente positivas. En el d e r e c h o 254; J o lo w icz, 85; K unkel, § 153.
p r i v a d o la ley intervino 17 cuando se trataba de evitar 19 Protección de los menores contra las supercherías: Ku n k e l , § 51;
Bu c k l a nd, 171.
20 Limitación de los derechos hereditarios de las mujeres: vid. Ro
12 Liv., 3,34 habla de un «immensum aliarum super alias acervatarum t o n d i , Leges publicae, 283; K u n k e l , § 224; B u c k l a n d , 289; Jo l o w ic z ,
legum cumulus»; S u eto n io . Caes., 44, 2 de una «immensa diffusaque le 253 y s.
gum copia»; T ac., Ann., 3, 25 de una «multitudo infinita ac varietas le 21 Sobre daños en las cosas: cfr. G a y o , 3, 210 y ss., y B r u n s , Fontes,
gum». Vid. también Cíe., pro Balbo, 8,^21: «innumerabiles aliae leges de n. 2 (sobre esto Le n e l , «SZ», 43, 575); Ku n k e l , § 158; B u c k l a n d , 580 y
iure civili sunt latae». s.; Jo l o w ic z , 285 y s.
13 Sobre esto, vid. infra p. 267 y s. 22 Una cuarta parte de la herencia debe permanecer exenta de legados:
14 Vid. la tabla en R otondi, Leges publicae, p. 73 y ss. dei extracto cfr. Ga y o , 2, 227; B r u n s , Fontes, n. 19; Ku n k e l , § 224; B u c k l a n d , 338;
(cap. III, núm. 91). Jo l o w i c z , 254 y s.
15 Vid. especialm ente sobre esto T a eu b le r , Imperium Romanum, 1, 23 Cfr. Ga y o , 3,121 y ss.; K u n k e l , § 132; B u c k l a n d , 443; Jo l o w ic z ,
1913, 99, 126,357. 254 y s.
16 Cfr. el comienzo de la ley repetundarum en B runs, Fontes, n. 10, 24 Nombramiento de tutores por obra del pretor urbano: cfr. G a y o , 1,
y la lex Cornelia de sicariis, en B runs, n. 13. Cfr. también la Constitutio 185; Ku n k e l , § 189; B u c k l a n d , 148; Jo l o w ic z , 245.
Carolina criminalis de Carlos V, art. 104 y ss., donde el derecho penal 25 En ciertos casos de iniuria la acción penal puede ejercitarse en un
constituye una sección del derecho procesal penal (de officio iudicis). iudicium publicum: cfr. D. (47, 10), 37, 1, y Ro t o n d i , Leges publicae,
17 Vid. la tabla en R otondi, Scritti, 1, 5, y Leges publicae, 100. 359; Ru d o r f , Rom. RG., 1, 101; Jo l o w i c z , 284.
32 PRINCIPIOS l)KI. DERECHO ROMANO LEY Y DERECHO 33

particulares 2(\ Aparte de esto, Augusto se sirvió también de Las c o n s t i t u c i o n e s i m p e r i a l e s de los dos
la lex — con estricta observancia de la tradición republica primeros siglos se dedicaron sobre todo a la producción de
na— sólo para decisiones de derecho procesal, o de derecho derecho administrativo y de derecho penal administrativo.
penal encuadrado en el procesal 27, además de para publicar En lo demás, intervinieron en casos particulares, muy rara
normas de política social 28 y de derecho administrativo 29. mente de derecho privado, cuando se presentaron inconve
Los mismos criterios fueron observados en el tiempo poste nientes cuya remoción no se sentían capaces de llevar a cabo
rior a Augusto. En el curso del siglo i, la ley desapareció casi ni la jurisprudencia ni los magistrados 35. Sólo durante el
por completo 3(). transcurso del siglo ni, y más aun a partir de Diocleciano y
El S e n a d o adquirió en la época del principado la de Constantino, la preferencia antirromana por la formula
competencia de publicar normas jurídicas generales 31, pero ción estatal del derecho se extendió también al campo del de
sólo hizo uso de este poder según los m ism os criterios que recho privado.
acabamos de exponer a propósito de la legislación com icial. Por lo que se refiere a los e d i c t o s , los de los ma
Prescindiendo de disposiciones de derecho administrativo 32, gistrados jurisdiccionales es cierto que acabaron por conte
el Senado interviene com o legislador sólo cuando se daba el ner un considerable número de normas (a pesar de que, en
caso de tener que reparar los desajustes sociales del ordena conjunto, el edicto adrianeo apenas sea un «breve librito» 36),
miento jurídico 33, o bien en las raras hipótesis en las que el pero con estricta limitación a la actividad del magistrado:
derecho privado no respondiera ya al sentimiento jurídico, y éste dispone acerca de su propio officium 37. En este sentido,
la doctrina y la práctica no pudieran realizar su reforma 34. aun sin ser un código de procedimiento 38, el Edicto está pró
ximo a las leyes procesales. Le falta al Edicto, sobre todo
2h Cfr. S ib e r , Zur Entwicklung der romischen Prinzipatverfassung hasta su redacción adrianea, la permanencia propia de la ley,
(«Abh. d. sachs, Akad. der Wiss.». phil-hist. Klasse, 42, 1933); Jolow icz, porque sólo es una «lex annua», de manera que jurídicamen
328 y s. te todo nuevo magistrado habría podido reformar el Edicto
27 Las leges luliae indiciorum publicorum et privatorum: vid. R oton-
Di, Leges publicae, 448; Mommsen, StrafR.. 128; Jolow icz, 222. de arriba abajo. Aparte estos edictos jurisdiccionales, todos
28 Como la lex lulia et Papia Poppaea: cfr. B runs, Fontes, n. 233; los demás se refieren exclusivamente al derecho administra
K unkel, § 159; Jolow icz. 361. tivo.
217 Por ejemplo, la lex Quinctia sobre los acueductos: cfr. B runs, Fon- En su famoso escrito De la vocación de nuestro tiempo
tes, n. 22. para la legislación y la jurisprudencia (1814) S a v ig n y for
20 Cfr. Mommsen. StaatsR.. 3. 1, 345 y s.
m Gayo 1, 4: Mommsen. StaatsR., 3, 2, 1265 y s.; Jolow icz, 361. muló así la tarea de la legislación39: «Los códigos (o las co
32 Por ejemplo, sobre los acueductos: F rontino, De aquaeductu urbis dificaciones) son un mal que debe evitarse totalmente. La le
Romae (ed. Krohn. 1922), §§ 125 y 127. También el SC. Iuventianum gislación particular es imprescindible, pero debe contenerse
(B runs, Fontes, n. 60) pertenece a esta categoria. Vid. además B runs,
Fontes, cap. V.
22 Por ejemplo, el SC. Macedoniarum (prohibición del préstamo de 35 Cfr. B runs, Fontes, cap. VII, y los edictos de Augusto a los Cire-
dinero a los hijos de familia: cfr. B runs, Fontes, n. 57; K unkel, § 135; neos en S troux-W enger, «Abh. d. bayr. Akad. d. Wiss.», phil.-hist. Klas
B uckland, 462); el SC. Velleiaiutm (prohibición a las mujeres de interce se, 34, 2.
dere: cfr. Bruns, n. 50; Kunkel. § 133; B uckland, 444; Jolow icz, 369); 36 év (3paxei pip^íco, así Justiniano en la const. Aéócoxev, § 18.
el 5C. Claudianum (prohibición de relaciones íntimas entre mujeres libres 37 Lenel, Ed., 16.
y esclavos ajenos: Kunkel, § 40: B uckland, 71). 38 L e n e l , cit., 14.
24 Así, el SC. Trebellianum y el Pegasianum sobre fideicomisos uni 39 Especialmente en p. 9 y ss. (reimpresión de 1892 de la 3.a ed.; 3.a ed.,
versales (cfr. Kunkel, § 227; B uckland, 551), y también el Tertullianum p. 16 y ss.); H. K antorow icz, Was ist uns Savigny? (publicado en 1912
y el Orfttianum sobre la sucesión intestada entre madre e hijos (cfr. K u n como extracto de Recht und Wirtschaft» 1, 1911), 35 y s., no es justo con
kel. § 198; B uckland. 368 y s.). Savigny. Más exacta la valoración de R otondi, Scrítti, 1, 25, n. 6.
34 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO LEY Y DERECHO 35

en estrechos márgenes: debe intervenir cuando «fines políti olvide que este «derecho consuetudinario» vigente hasta el
cos superiores exijan la reforma del derecho existente», o final del período clásico no es idéntico al del derecho justi-
cuando determinadas reglas de derecho sean dudosas, o nianeo y al de la doctrina moderna. Al derecho consuetudi
cuando las normas sean tan concretas (por ejemplo, la fija nario romano de la época clásica no se le atribuyó la misma
ción del término de la prescripción) que no puedan ser esta relevancia jurídica que al derecho legal. No tuvo la fuerza de
blecidas más que con una declaración estatal». Esta tesis de abrogar la ley 41. Una lex podía, de hecho, caer in desuetudi
S a v ig n y ha sido frecuentemente atacada; pero un punto es, nem, pero esto no quiere decir otra cosa sino que, de hecho,
sin duda, evidente: corresponde exactamente a los principios la norma jurídica legal no era aplicada. Aunque la desaplica
romanos, a las concepciones que han dominado por siglos a ción durara mucho tiempo, la ley no era, sin embargo, elimi
los hombres en cuyas manos estaba puesto el desarrollo del nada, antes bien, podía ser aplicada de nuevo en cualquier
derecho romano, concepciones de las que S a v ig n y estaba momento. El derecho establecido por el Estado contiene en
completamente embebido. Las razones que impulsaban a los sí la e x i g e n c i a de ser cumplido, aunque no se cumpla
romanos a esta actitud suya deben haber sido similares a las (en particular, si el juez no lo cumple). El derecho consuetu
que eran determinantes para S a v ig n y . La codificación con dinario romano, en cambio, exige su observancia sólo hasta
duce a la interpretación literal y aleja de la consideración de un nuevo orden, o sea, hasta que se apruebe o, al menos, has
la naturaleza de las cosas; simula una totalidad y una pleni ta que no se encuentre una regla esencialmente mejor; y es en
tud que en realidad no posee; sugiere una formulación abs este sentido en el que la antigüedad de la regla consuetudi
tracta de las reglas de derecho peligrosa a juicio de los ro naria llega a ser un argumento de algún peso respecto a su
manos, .y entum ece muy fuertemente el orden jurídico correspondencia con la justicia 42. Como se dice ocasional
incluso para el futuro. Contra las leyes particulares se levan mente en una de las Weistümer alemanas, «nosotros los su-
tan objeciones análogas, aunque más débiles: son en ciertos praescritos acordamos reconocer que esta regla de nuestros
casos necesarias, pero se debe hacer uso de ellas sólo en los padres y antepasados es aceptada por nosotros desde hace
límites en los que lo son. muchos años, y así la hemos cumplido, y n o c o n o c e
La época republicana y la clásica consideraron que el m o s h a s t a e s t e m o m e n t o n a d a m e j o r » 43.
modo más adecuado para la evolución de las normas jurídi La sentencia pronunciada en aplicación de una regla se
cas era s u d e t e r m i n a c i ó n a t r a v é s d e u n a mejante es, naturalmente, productora de derecho, pero es so-
p r a x i s g u i a d a por la j u r i s p r u d e n c i a :
esto era válido no sólo para el derecho privado y para el pro
ceso civil, sino también para el derecho penal y constitucio suetudine della legge, en «Arch. giur.», 101 (1929), 3 y ss., 1; B e se le r ,
«SZ», 51, 57; A. B eck, Rómisches Recht bei Tertullian (1930), 36; S o
nal. Las reglas tradicionales que nacen de esta colaboración la z z i, Dispute romanistiche, en «St. Albertoni», 1, 35 y ss.; S c h e r illo ,
de la jurisprudencia y de la praxis se pueden llamar d e r e Sul valore della consuetudine nella lex Romana Wisigothorum, en «Riv. di
c h o c o n s u e t u d i n a r i o 40, a condición de que no se storia del dir. ital.», 5, 459 y ss.; S egre, «Atti del Congresso» (1933),
Roma, 1, 227 y s. Vid. también E h r lic h , Beitrage zur Theorie der Rechts-
quellen, 1, especialmente pp. 43 y 47; K r e lle r , Das Problem des Juris-
40 La antigua literatura sobre el derecho consuetudinario romano, no tenrechts in der rom. Rechtsgeschichte (1932); S tein w en ter, en «SZ», 54
crítica, no tiene mucha importancia. A este tipo de obras pertenece tam (Kan. Abt.), 21; J o lo w icz, cap. 21; A lle n , 38 y s.
bién B rie, Lhere vom Gewohnheitsrecht, 1, 1899. La investigación mo 41 Esto ha sido demostrado, en mi opinión, por P ernice, S o la z z i y
derna se inicia con Ihering. 2, 1,274 y ss.; siguen P ern ice, Parerga X, en S c h e r illo , aunque no todos sus argumentos sean válidos.
«ZSS», 20, 127 y ss„ y 21, 59 y ss.; Kniebe, Zur Lehre vom Gewohn 42 Así, P ern ice, 1. c.: sus observaciones radicales, desgraciadamente
heitsrecht in vorjust. Zeit, tesis, Heidelberg, 1908; S te in w e n te r , «St. no siempre claras, no han encontrado la atención que merecían.
Bonfante», 2, 421 y ss.. y artículo Mores en la «Real-Ene.»; S o la z z i, La de- 43 Grimm, Deutsche Rechtsaltertiimer4, 2 (1899), 386, cfr. 501.
36 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO l ey y d er ec h o 37

lamente una norma jurídica individual, válida entre las par puede intentar s u s t i t u i r l a con otra: esto estaría abso
tes, no una norma general 44. Constituye siempre un proble lutamente excluido en relación con una regla legal 48, jurada
ma el que la regla general consuetudinariamente aplicada por los magistrados 49. Así, las dos escuelas de la jurispru
pueda ser llamada «norma jurídica». Los romanos la inclu dencia clásica discutieron todavía sobre el momento inicial
yen en el concepto de ius, pero también incluyeron allí la de la plena capacidad de obrar 50, a pesar de que indudable
doctrina de los juristas que t o d a v í a n o había adquiri mente, en esta materia, pudieran remontarse a un largo uso.
do la autoridad de una observancia duradera: lo que, por La permuta fue considerada durante siglos, no como un con
ejemplo, expone U lp ia n o en sus libros ad Sabinum es, des trato consensual sino como una datio ob rem, y, sin embargo,
de su punto de vista, ius civile. Es cierto que en su enumera la escuela de S a b in o pudo intentar elevarla a contrato con
ción de las fuentes del derecho 45 G a y o omitió deliberada sensual 51. El verus titulus fue exigido por una larga obser
mente la costumbre 46, evidentemente porque la importancia vancia como requisito de la usucapión, y, a pesar de ello, en
del derecho consuetudinario era fundamentalmente distinta la época de Adriano un grupo de juristas creyó considerar su
que la de la declaración estatal del derecho (y la de los res ficiente el título putativo 5253.Así, todo queda fluctuante, y se
ponsa prudentium) 47. podrían aplicar al derecho consuetudinario de la época clási
Pero piénsese lo que se piense en torno al carácter j u ca y de la republicana las palabras con las que M u n r o e
r í d i c o del «derecho consuetudinario» romano, y se reco S m ith 53 describe el derecho creado por el juez americano,
nozcan en él normas jurídicas duraderas, es cierto que, como salvo que allí falta la actividad directora de la jurisprudencia,
se ha dicho, es fundamentalmente diferente de las normas ju tan importante en Roma:
rídicas formuladas por el Estado, en el sentido de que no exi In their effort to give to the social sense of justice articu
gen, como exigen éstas, observancia incondicionada, incluso late expression in rules and in principies, the method o f the
por aquellos que desaprueban su contenido. Por eso una re lawfinding experts has always been experimental. The rules
gla considerada firme por una larga observancia puede ser and principies of case law have never been treated as final
combatida en la discusión jurídica por su inoportunidad, y se truths, but as working hypotheses, continually retested in
those great laboratories o f the law, the courts o f justice.
44 G. H u s s e r l , Rechtskraft u. Rechtsgeltung, 1 (1925), 45. Every new case is an experiment; and if the accepted rule
45 1. 2-7: en 3, 82 las palabras «sed eo... receptum est» son probable
mente una glosa.
46 El silencio de Gayo no es valorado exactamente por Ih e r in g , 2,41 48 En la concepción romana, añadir a la ley no significa derogarla:
y ss. vid., por ejemplo, las actiones in factum al lado de las de la lex Aquilia:
47 Nada dice acerca de su valoración jurídica el hecho de que los ma K unkel, § 158; B u ck lan d , 583.
nuales de retórica computen la costumbre entre las fuentes del derecho (se 49 Aludimos al juramento in leges; después también in acta principis,
pueden señalar entre éstos Auctor ad Herennium, 2, 13, 19; Cíe., de in- nunca sobre el derecho consuetudinario: cfr. Mommsen, StaastR., 1, 620
vent., 2, 22, 65, y Top., 5,28: también T e rtu lia n o , de corona, 4.). Los re y s.
tóricos enseñan aquello de lo que se puede y se debe hacer recurso en los 50 G a y o , 1, 196.
discursos forenses e incluyen la costumbre en esta categoría porque la tra 51 G a y o , 3, 141.
dición e s un a r g u m e n t o : el hecho de que al lado de la lex y de 52 Siber, 87 y s.; S chulz, «SZ», 52, 547.
la consuetudo mencionen la equidad, la «naturaleza» y los precedentes ju 53 Jurisprudence (Columbia Univ. Press, 1909, p. 21), citado por C ar-
diciales, demuestra de forma evidente que también aquí, como siempre, a dozo, The nature ofthe judicial process, 23; Cfr. también A. S. S chultze,
los retóricos les interesa dar pistas para el discurso forense, no para la sen Privatrecht u. Prozess, 97 y ss., cuyas argumentaciones habrían merecido
tencia del juez. Vid. también A llen, 111; C o llin e t, Le role des juges mayor atención. Vid. también H atsch ek s, «Jahrb. d. óffentl. Rs.», 3,
dans la formation du droit classique, en «Recueil d’études sur les sources 1909, 4 y 34 y ss.; S av elk o u ls, Das englische Kabinettsystem (1934),
du droit en l’honneur de F. Gény», 1, 27 y s. 383 y ss.
38 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO

w h ic h se em s a p p lic a b le y ie ld s a re su lt wh'ich i s f e lt to be un- AISLAMIENTO *


ju s t, th e ru le is r e c o n s id e re d . I t m a y n o t b e m o d ifie d a t
once... b u t i f a rule co n tin u e s to w o rk injustice, it w ill e v e n
tu a l ly be refo rm u la ted . The p r in c ip ie s th em selv es are c o n ti-
n u a lly retested; f o r i f the rules d e r iv e d fr o m a p rin c ip ie do ... Fuit haec sapientia quondam
n o t w o rk w ell, the p rin c ip ie its e lf m u s í u ltim a tely be reexa- Publica privatis scemere, sacra profanis.
m ined.
Éste es el modo de formación del derecho al que republi Horacio, Ars poet., v. 396
canos y clásicos daban máxima preferencia: el leve y lento
progreso a través de la resolución de casos prácticos y de la «Nihil hoc ad nos, ad Ciceronem», inquiebat Gaius noster,
discusión jurídica, nunca frenado por las reglas rígidas de si quis ad eum quid tale rettulerat, ut defacto quaereretur.
una ley o de un derecho consuetudinario obligatorio; en es Cicerón, Topica, 12, 51
trecha colaboración con el magistrado jurisdiccional, que
puede, en el caso concreto, conceder o denegar sus medios
judiciales (en especial la a c tio y la e x ce p tio ). Es indudable «En el principio todo estaba m ezclado, después vino el
que a este sistema extraordinariamente elástico y flexible espíritu, separó y puso orden». Con estas palabras de A n a -
fuera necesariamente unida una gran incertidumbre del dere x á g o r a s ' s e indica la tarea esencial de toda ciencia, y, por
cho; pero los romanos de la edad republicana y de la clásica ende, de la jurisprudencia. También la ciencia jurídica es un
se resignaron a ello 54. Sólo la época postclásica creó una «arte de separar» 2. Si quiere llegar al conocimiento científi
doctrina que igualó el derecho consuetudinario con el legal; co de sí m isma, es decir, a conocer sus propios elem entos,
esta doctrina fue interpolada en los textos clásicos 55, y aco debe analizar los fenóm enos complejos de la vida. La espe
gida en las codificaciones que sirvieron de base a la evolu
cial vocación jurídica de los romanos hizo que comenzaran
ción posterior, el C o rp u s iuris de Justiniano y el Breviario de
muy pronto el ejercicio de este arte de separar. El alemán la
los Visigodos 56*1.
posee, evidentem ente, en menor medida: prefiere la mirada
de conjunto, la visión total de los fenóm enos jurídicos 3*9, con
la preocupación manifiesta de que el resultado de ese separar
sea tal que

* Prinzipien..., p. 13: Isolierung; Principies..., p. 19: Isolation; I Prin


cipii..., p. 16: Isolamento.
1 návTaxpvpata r¡v opov, eha'vovg éXOcov am a 8i£KÓapr\aev
D iels-K ranz, Fragmente der Vorsokratiker, 2, 1932, 7.
2 Ih e r in g , 2, 39; 3, 1.
3 Y no sólo de éstos. En el arte el alemán tampoco se quiere ver sepa
radas (o, al menos, muy netamente separadas) las partes del cuadro, de la
54 Volveremos sobre este punto infra, p. 267 y ss. construcción, de la estatua, más bien las quiere enlazadas, mutuamente de
55 En concreto, está interpolado el texto fundamental, D. (1, 3) 32, 1. pendientes y desembocando la una en la otra. Por el contrario, el Renaci
No nos podemos detener aquí en otras interpolaciones. miento quiere que también en la más perfecta composición, los elementos
56 Interpretatio al Brev. 5. 12, 1: «Longa consuetudo, quae utilitatibus sean visibles cada uno por su parte, y por ello aísla estatuas, columnas, etc.
publicis non impedit, pro lege servabitur». Sobre este fragmento y sobre Vid. sobre esto H. WoELFFUN, Italien und das deutsche Formgefühl, 1931,
el derecho justinianeo. Sc h e r il l o , op. cit. 9 y ss., 110 y ss. y passim. Vid. también infra, p. 89.
40 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AISLAMIENTO 41

entonces tenga las partes aprehendidas, comenzaron muy pronto a ponerla en práctica. La ley de las
pero, por desgracia, le falte el vínculo espiritual. XII Tablas contiene exclusivamente normas jurídicas, y la ju
risprudencia sucesiva continuó con la separación, con rigor
Y es verdad que no se puede negar el peligro de que cuanto romano, incluso en las materias no reguladas por las leyes.
ha sido separado con fines de un estudio completo perma En esta diferenciación del derecho de las normas de la cos
nezca, sin más, aislado, y que se pierda de vista el conjunto, tumbre y de la moral la jurisprudencia no procedió sin arbi
el «vínculo espiritual». Sin embargo, la jurisprudencia, si trariedad. No es fácil ver, por ejemplo, por qué las fórmulas
quiere ofrecer algo más que una descripción, no puede pres consuetudinarias de la mancipatio 8 y de la heredis institu
cindir del arte de separar 4. tio 9 se declararon jurídicamente necesarias, mientras que no
Se trata, ante todo, de d i s t i n g u i r e l d e r e c h o lo fue la antigua fórmula de conclusión del matrimonio *9l0.
d e l n o d e r e c h o , de delimitar el campo del derecho y No existían disposiciones legales para ninguno de estos tres
de reducir el ordenamiento jurídico a un sistema autónomo 5. casos. Pero la t e n d e n c i a d e l o s j u r i s t a s en
En la vida, el derecho se presenta inserto en el conjunto de la esta delimitación no puede ser desconocida: la necesidad ro
actividad social de la comunidad organizada. Influyen en su mana de libertad exige parsimonia en la creación y en el re
formación las relaciones y opiniones económico-políticas, y conocimiento de las normas jurídicas 11. Confiando en la ri
también las concepciones de la costumbre y de la moralidad, queza y en la tenacidad de los vínculos extrajuríd.icos, se
de manera que todo ello está g e n é t i c a m e n t e unido desea que las normas del derecho dejen libre un amplio es
con el no derecho. Pero f u n c i o n a l m e n t e el orden ju pacio I2. El hombre romano está encerrado en una red de
rídico está también ligado con el orden social no jurídico: vínculos, de cuyo espesor y solidez el hombre aislado de la
junto al ordenamiento del derecho está el ordenamiento de la
civilización moderna logra difícilmente hacerse una idea
costumbre y de la moral, aquel recinto de obligaciones ex
exacta. Depende en gran medida de parientes y afines, de
trajurídicas que precisamente en el mundo romano tiene tan
amigos y de patronos, y, en general, de la opinión pública
ta importancia para la vida del derecho, y que forma el con
cuya presión le vincula muchas veces más estrechamente que
tenido predominante de la palabra officium 6.
la sentencia del juez 13. Por otra parte, el fino sentido que los
En la juventud de los pueblos derecho, moral y costum
bre están siempre enlazados entre sí. Mientras que algunos romanos tenían de los límites del derecho excluyó de la re
pueblos — entre ellos se comprenden también el griego y el
germánico— se decidieron con dificultad, y no sin retroce te de la religión y de la ética». Precisamente lo mismo vale, por ejemplo,
sos, a la separación entre las distintas normas 7, los romanos para el derecho del Talmud. Acerca del derecho griego, vid. E. W e is s ,
Griech. Priv.-R., 1, 1923, 17 y ss., 26, 68 y ss. La ley de Gortina no con
tiene nada más que derecho: cfr. B u e c h e l e r y Z it e l m a n n , Recht von
4 Ih e r in g , 2, 3 1: «el progreso del derecho consiste, en efecto, en rom Gortyn, 51 («Rhein. Museum für Philologie», N.S., 40, Suppl.). En Ale
per esta conexión natural, en un incansable distinguir y aislar». Cfr. L a - mania el derecho y la moral se separaron más tarde, en los siglos xiv y xv:
b a n d , StaatsR., 1, 1876, prólogo, p. VI. cfr. G ie r k e , Deutsches Privatr.,1, 122; H. F e h r , Deutsche Rechtsges-
5 Vid. sobre lo que sigue Ihering, 2, 19 y ss.; A rn o ld , 51 y ss.; Gier- chichte, 1921, § 40 y § 7
KE, en «Schmollers Jahrb. f. Gesetgebung, Verwaltung und Volkswirts- s G a y o , 1, 119.
chaft», 7, 1883, 1103. 9 G a y o , 2, 117.
6 Vid. Be r n a r t , De vi atque usu vocabuli officii (tesis doctoral en fi 10 «Ubi tu Gaius, ego Gaia»; cfr. K u n k e l , § 175.
losofía), Breslau, 1930. 11 I h e r in g , 2, 26
7 Cfr. J o l l y en el Grundriss der indoiranischen Philologie (dirigido 12 Vid. sobre esto las interesantes observaciones de Ihering, 2, 141
por B u e h l e r ), II, 8: Recht und Sitte, 1898, p. 1: «En India como entre los y ss.
otros pueblos de Oriente el derecho constituye todavía una parte integran- 13 Vid. también infra, pp. 176-77, 252 y ss.
42 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AISLAMIENTO 43

gulación jurídica ciertas materias, com o la posición de la per núm. 7; Max M üh l, Die Gesetze des Zaleukos und Charondas, en «Klio»,
sona en la familia; el romano se contuvo, por su exaltado 22 (1929), p. 105 y ss.
sentido del decoro y de la decencia, de exponer ante un tri
bunal los interna de la vida conyugal y de familia. Un pro La jurisprudencia romana no se limitó a s e p a r a r ri
ceso moderno de divorcio le parecería vergonzoso. N o tuvo, gurosamente las normas extrajurídicas de las jurídicas, pero,
por ello, ningún deseo de hacer transparente a través del de sin embargo, las e x c l u y ó e n g e n e r a l d e s u
recho «la intimidad de la vida familiar»: su santo y seña en e s t u d i o . Por ejemplo, el matrimonio libre se origina me
esta materia era «el menos derecho posible». diante el consentimiento, exento de formas 14. Ésta es la nor
ma, y es la única que se recuerda en las obras jurídicas. Los
juristas guardan absoluto silencio 15 sobre los complejos
Si se quiere ver lo opuesto a estos principios romanos, confróntese el
«Preussisches Allgemeine Landrecht» del 1794, II, 2, §§ 61-19: u s o s n u p c i a l e s romanos 16, y no encontraríamos
«§ 67. Una madre sana está obligada a amamantar a su hijo. nada a propósito en sus escritos aunque éstos se hubieran
- § 68. Cuánto tiempo deba dar el pecho al niño, depende de la voluntad conservado completamente. Sobre los u s o s e n m a t e
del padre. - § 69. Pero si la salud de la madre o de su hijo sufrieran por r i a d e h e r e n c i a 17 nada se nos dice, aun cuando la
esta decisión del padre, éste debe someterse al parecer de personas compe costumbre hubiera tipificado ampliamente también las dis
tentes.» posiciones testamentarias. Sobre el c o n t e n i d o t í p i
Ibidem. II, 1, §§ 174-181: c o de un c o n t r a t o de v e n t a , de a r r e n
«§ 174. Los cónyuges están obligados a prestarse recíproca asisten damiento, de sociedad, o sobre la
cia, según sus fuerzas, en toda circunstancia. - § 175. Deben vivir uni e s t r u c t u r a t í p i c a de l o s d o c u m e n t o s
dos entre sí y no pueden por su propia voluntad romper esta unión. q u e d e e l l o s s e r e d a c t a b a n los juristas nos
- § 176. Ni siquiera en la adversidad deben abandonarse recíprocamen
hablan tan poco como nada: en ocasiones se pone de relieve
te. - § 177. Los asuntos públicos, las circunstancias personales impelen-
tes y los viajes por causa de salud excusan la ausencia. - § 178. Los cón que era costumbre pactar esto o aquello 18, eventualmente se
yuges no pueden negarse indefinidamente al cumplimiento de los discute también la interpretación de una cláusula documen
deberes conyugales. - § 179. Si el cumplimiento de estos deberes fuese tal: eso es todo. No podemos adivinar a través sólo de los es
perjudicial para la salud de uno o del otro cónyuge, no se le puede pe critos de los juristas romanos que en la vida jurídica romana
dir. - § 180. También las mujeres que amamantan pueden negarse justa existieran f o r m u l a r i o s , y que los documentos de los
mente al débito conyugal: - § 181. Ambos cónyuges están mutuamente diferentes negocios estuvieran estereotipados en gran parte.
obligados a la fidelidad conyugal.» Es cierto que la antigua jurisprudencia republicana se ocupa
Ibidem. II, 20, § 738. Las madres y las nodrizas no pueden tener por ba todavía de la preparación de formularios 19, pero ya hacia
la noche en su cama a los niños menores de dos años, ni hacerlos dormir fines de la República esta actividad fue abandonada a hom-
consigo o con otros».
Entre los modernos, desea normas jurídicas de este género F. v. Hip-
pe l , Zur Gesetzmassigkeit juristischer Systembildung (1930), p. 27 (por 14 Quizá era necesaria la deductio in domum: E. Levy, Hergang der
ejemplo: «Los cónyuges deben amarse y respetarse mutuamente»): en rom. Ehescheidung, 68 y ss.; Kunkel, § 175; B u ckland, 112.
contra G. H u s s e r l , Negatives Sollen im biirgerlichen Recht (1931), 15 K u n k e l , 1. c.
16 A veces son recordados por las partes en las cuestiones planteadas
p. 11. a los juristas: así en D. (24, 1) 66, 1.
La legislación griega (exceptuada la de Esparta) establece penas para 17 Vid. v. W oess, Das rom. Erbrecht u. die Erbanwarter, 1911, 29
las relaciones culpables, para el uso de vino no aguado, para la ociosidad, y ss.
por no tomar partido en las contiendas públicas. Cfr. H e r m a n n -T h a l h e im , 18 D. (47, 2) 62, 8; (46, 8) 16, 1; (34, 2) 2; (44, 7) 23, pr.; (20, 1)
Lehrbuch der griechischen Rechtsaltertümer ( 1895), p. 34 y ss.; Walter G. 15, 1.
B e k k e r , Platons Gesetze und das griech. Familienrecht (1932), p. 31, 19 Kr u e g e r , 60 y ss.
44 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO AISLAMIENTO 45

bres de profesiones subalternas 2Ü. La simple costumbre, lo el inquilino y el arrendatario sólo disponen de una acción
que en la práctica de los negocios jurídicos es sólo usual, se para la indem nización (actio conducti). Los clásicos exponen
deja aparte la mayoría de las veces, y no se menciona si no muy sim plem ente esta situación jurídica: el inquilino y el
es a propósito de la interpretación de los negocios mismos. arrendatario no son poseedores de la cosa, y no pueden, por
Apenas son también mencionados los v í n c u l o s j u r í lo tanto, prevalecer frente al arrendador en el procedimiento
d i c o s que derivan de la pietas, de la fides, de la reveren interdictal. Pero ¿por qué el inquilino y el arrendatario no son
tia, en una palabra, del officium 2021, a pesar de que este silen poseedores?; ¿por qué la categoría de poseedores de cosas
cio haga muchas cosas incomprensibles a quienes conozcan ajenas com prende sólo al precarista, al secuestratario y al
solamente las obras jurídicas. La ruda reglamentación de la acreedor pignoraticio? La cuestión no está expuesta, y así su
patria potestad, del derecho de testar, de las relaciones patri cede con docenas de cuestiones: ¿por qué el usufructo es e s
moniales entre los cónyuges no es comprensible sin el cono trictamente personal?; ¿por qué no existe más condena que la
cimiento de los múltiples y poderosísimos vínculos extraju pecuniaria?; ¿por qué rige en la venta el principio de la evic-
rídicos cuya existencia era bien conocida por los juristas y ción?; ¿por qué no se admite la representación directa ni los
que ellos presuponían siempre, aunque, en general, nunca los contratos a favor de tercero que dan a los terceros un dere
mencionasen. cho?; ¿cuál es la función económ ica de la prenda, del con
Responde también a esta actitud de los juristas clásicos trato de sociedad, de la corporación? N i siquiera el fin de la
romanos la circunstancia de que l a r e l a c i ó n g e n é pena es exam inado un poco de cerca por los juristas 2S, ni el
t i c a de l d e r e c h o c o n el m u n d o e x t r a proceso penal, en particular el de las quaestiones, es tratado
j u r í d i c o esté fundamentalmente excluida de su exposi nunca desde el punto de vista del fin. En la época postclási
ción científica 22. Las relaciones económ ico-políticas que ca el problema de los fundamentos y de los fines extrajurídi
han determinado la formación de una regla de derecho no cos del derecho suscita un interés algo mayor, pero, a con se
son nunca descritas y ni siquiera mencionadas 23. Falta por cuencia de la escasa energía espiritual, la respuesta se queda
completo la exposición del derecho desde el punto de vista en la superficie 26.
económico. El sentido económico de una institución jurídica,
las funciones económicas que debe normalmente cumplir, las
razones económicas que han determinado su introducción, 25 Véanse los datos recogido por F errin i, Diritto penale romano,
cap. II (en la «Enciclop. del dir. pen.» de Pessina, 1, 9 y ss.).
todo esto se excluye como «no jurídico». Tómese, por ejem 26 D. (4, 9) 1, 1 (motivación de la responsabilidad de los posaderos,
plo, el régimen romano del arrendamiento y del inquilina navieros y estableros hasta el límite de la fuerza mayor): «Maxima utili
to 24. Como es sabido, la posición jurídica del inquilino o tas est huis edicti, quia necesse est plerumque eorum fidem sequi et res
arrendatario es muy poco estable. Si mientras dura el contra custodiae eorum committere, ne quisquam putet graviter hoc adversus eos
to, y violando éste, el arrendador le impide el goce de la cosa. constitutum: nam est in ipsorum arbitrio, ne quem recipiant, et nisi hoc es
set statutum, materia daretur cum furibus adversus eos quos recipiunt co
eundi, cum ne nunc quidem abstineant huiusmodi fraudibus» (completa
20 P e rn ic e , Labeo, I, 3. Se reconoce su actividad en la formula Betica mente interpolado, cfr. el Index intpl.). Análogas motivaciones en D. (11,
(vid. sobre ella G r a d e n w i tz , «Sitzungsber. d. Heidelb. Akad.», 1915, mem. 6) 1, pr. (interp.: K u eb ler, «SZ», 39, 209); (11, 7) 12, 3 (interp.); (14, 1)
IX, p. 13) y en los documentos de Transilvania (Bruns, Fontes, n. 130 y ss., 1, pr. (interp., cfr. el Index intpl.); (38, 1) 2, pr. (interp.); (39,4) 12, pr. (in
espec. n. 131, nota 7). Vid. también M itte is , Reichsrecht, 196 y s. terp.) Se trata en todos estos fragmentos de las muy conocidas introduc
2' D. (38. 1)48. pr. ciones a los títulos del comentario al Edicto de U lpiano. Vid. a propósito
22 Sobre lo que sigue P e r n i c e . Ueber wirtschaftl. Voraussetzungen S chulz, Einfürung in das Studium d. Digesten, 35; N iederm eyer, «St.
rom. Rechlssütze, en «SZ». 19. 82 y ss. Riccobono», 1, 195 y ss. Se remite a los usos del comercio, siempre con
22 P e r n ic e . 89. fin de motivación, en D. (12, 1) 9, 8 (interp.: cfr. el Index intpl.) y en D.
24 P e r n ic e , 89 y ss. (43, 26) 6, 4 (interp.: Pernice, Labeo, 3, 1, 222, n. 4).
46 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO AISLAMIENTO 47
Dentro del campo del derecho es también procedente la en los dioses desaparezca también el interés por el derecho
labor de separación y de aislamiento. sacro.
Ante todo fueron separados, ya al principio de la edad re Más importante aún era la separación d e l d e r e
publicana, el d e r e c h o s a c r o y e l p r o f a n o 27, y c h o p ú b l i c o (ius publicum) del p r i v a d o (priva
nuevamente la separación condujo al aislamiento. P. S c e - tum) 32.
v o 1 a (cónsul en el 133) solía decir, todavía, que un buen D. (1, 1) 1, 2: «Publicum ius est quod ad statum rei
pontífice debía también conocer el derecho profano 28, pero Romanae spectat, privatum quod ad singulorum utilita
esta convicción fue desapareciendo poco a poco 29. tem» 33.
Ya en el tiempo de C ic e r ó n existían especialistas en de El derecho público es aquel que regula las relaciones ju
recho sacro que no se ocupaban del derecho profano o, al rídicas del populus Romanus: cada vez que el Estado roma
menos, no se ocupaban tan a fondo: C a p itó n , escritor de de no 34 es sujeto activo o pasivo de una relación jurídica, ésta
recho sacro, parece que solamente elaboró obras insignifi se sustrae al derecho privado35 y se somete al derecho pú
cantes en el campo del derecho profano 30. Por otra parte las blico 36. La distinción, que es desconocida en otros ordena
dos esferas jurídicas no ejercían influencia una sobre la otra. mientos jurídicos no dependientes del romano 37, ha traído
En los escritos de derecho profano no se cita al derecho sa como consecuencia graves perjuicios. Aquí también, en efec-
cro ni para establecer paralelos ni para mostrar contrastes; la
doctrina de las res sacrae, religiosae y sanctae se expone de
32 Sobre lo que sigue Savigny, System, 2, 455; Pernice, Beziehungen
forma incompleta, porque sólo interesa al derecho profano des offentlichen rom. Rechtes zum Privatrechte («SZ», 5, 1 y ss.) y Der
dentro de ciertos límites 31. Y es natural que decayendo la fe privatrechtliche Standpunkt in der Lehre der rom. juristen («SZ», 19, 140
y ss.); B onfan te, La progressiva diversificazione del dir. pubblico e pri
vato (Scritti giur., 4, 28 y ss.); Gierke, Deutsches GenossenschaftsR., 3,
27 Sobre lo que sigue Pernice, Labeo, 1, 4 y en «SZ», 5, 3 y s.; Mit- 35 y ss.; Deutsch. PrivatR., 1, 27, y Die soziale Aufgabe d. PrivatR.s,
teis, 1, 22 y ss.; B erg er en Pauly-W issova, voz I u s sacrum; S te lla -M a - 1889, 5 y ss. Vid. también D irksen, Verm. Schriften, 1, 173 y ss.; Sanio,
ra n c a , Ius pontificium nelle opere dei giureconsulti, en «Annali semin. Varroniana, 29.
giur.-econom. Bari», 1927, 6 y s. 33 La frase que sigue en el Digesto («publicum ius in sacris, in sacer
28 Cíe., de legibus, 2, 19, 47: « “Saepe”, inquit Publii filius, “ex patre dotibus, in magistratibus consistit») no es genuina. No parece que los au
audivi pontificem bonum neminem esse, nisi qui bonum neminem esse, tores de las Instituciones (1, 1,4) encontraran esta frase en su fuente. Pa
nisi qui ius civile cognoscet”». Se menciona también al pontífice Corun rece, sin embargo, que es éste el único fragmento en el que el ius sacrum
canio (280) como un excelente conocedor del derecho profano: Cíe., de está comprendido en el ius publicum (cosa, cierto es, no incomprensible
orat., 3, 33, 134; P o m po n io , D. (1,2) 2, 35 y 38; K rueger, 55. por sí misma): Pernice, SakralR., 1, 1143; es usual, en cambio, la tripar
29 Cíe., de leg., 1. c. y 2, 21. 52. tición ius sacrum, publicum y privatum. Del hecho de que el ius sacrum
30 P e r n ic e , «SZ», 5, 4. Vid. los fragmentos en B r e m m e r , 2, 1, 266 y esté comprendido en la citada enumeración, no se deduce nada (Momm
ss. Escritores esencialmente de derecho profano, pero que se ocuparon sen, StaatsR., 1,4, n. 1): por otra parte, en materia de ius publicum, un clá
también de derecho sacro, son S e r v io (K r u e g e r , 68) y L a b e o n (K r u e sico no hubiera omitido mencionar al senado.
g e r , 156). 34 Las corporaciones no están a la par con el Estado. Su posición ju
31 Por ejemplo, el derecho de los sepulcros sólo puede estudiarse de rídica no está aclarada todavía del todo: M it t e is , 1, 376 y ss.; Sc h n o r r
forma imperfecta en las obras jurídicas porque el derecho pontificio está v o n C a r o l s f e l d , Geschichte der jur. person, 1, 1933, 1 y ss.
excluido de ellas (y es difícil admitir que esta exclusión sea una novedad 35 Sin embargo, las normas del derecho público se adecúan en parte a
de los compiladores). Tampoco se muestra la discrepancia allí donde el las del derecho privado, especialmente en materia de derecho fiscal: M it
derecho sacro y el profano se diferencian. Cfr. M o m m s e n , Jur. Schr, 3, t e is , 1, 365.
198 y ss.; diferencia en el tratamiento de los libertos: M o m m s e n , 206,213; 36 Otros significados de ius publicum no interesan en este momento:
en el régimen del sepulcro familiar: M o m m s e n 204 y 213. Vid. también sobre ello Mommsen, StaatR., 1, 3; L eonhard en Pauly-W iss., voces Ius
P e r n ic e , Zum rom. Sakralrecht, I y II («Sitzungsber. Berliner Akad.», 51, privatum y I. publicum.
1885-86. 1143 y ss. 1169 y ss.). 37 Sobre el derecho germánico vid. G ie r k e , Dtsch. PrivatR., 1, 28.
48 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AISLAMIENTO 49

to, la separación lleva al aislamiento, y los dos grupos de esta actitud es ofrecida por C ic e r ó n , pro Balbo, 19, 45:
normas, que en la vida están enlazados entre sí muy estre «Quos igitur prudentissimos interpretes foederum, quos peri-
chamente, se mantienen divididos con extraordinario rigor. tissimos bellici iuris, quos diligentissim os in exquirendis
En lo que atañe sobre todo al d e r e c h o c o n s t i t u condicionibus civitatum atque causis esse arbitramur? Eos
c i o n a l y a d m i n i s t r a t i v o , se puede dudar tam profecto, qui iam imperia ac bella gesserunt. Et enim si Q.
bién si alguna vez suscitó una notable literatura autónoma 38. Scaevola ille augur, cum de iure praediatorio consuleretur,
Nos son conocidos algunos escritos de derecho constitucio homo iuris peritissimus, consultores suos nonnumquam ad
nal de la edad republicana, pero parece ser que sus autores no Furium et Cascellium praediatores reciebat, si nos de aqua
eran verdaderos y auténticos juristas 39, y, de cualquier nostra Tusculana M. Tugionem potius quam C. Aquilium
modo, no pertenecían al grupo de aquellos de los que se ocu consulebamus, quod assiduus usus uni rei deditus et inge
pa el breve manual de P o m p o n io 40. Por otra parte, no pare nium et artem saepe vincit, quis dubitet de foederibus et de
ce que esta literatura haya sido rica: preparándose para su toto iure pacis ac belli hominibus iuris peritissimis imperato
consulado, P o m p e y o pidió a su am igo V a r r ó n que hicieran ris nostros anteferre?»
juntos una «introducción al derecho constitucional» 41, y esto ¿A quién es necesario dirigirse, pregunta C i c e r ó n , para
quiere decir que la literatura precedente no era accesible. Se obtener respuestas sobre problemas de derecho público? No
puede afirmar que los hombres de primera línea de la juris a los juristas, sino a los prácticos del derecho constitucional
prudencia romana, desde el último siglo de la República has y administrativo. Q. S c e v o l a solía negarse a dar respuestas
ta fines del siglo segundo del Principado, se mantuvieron en materia de prediatura (una especie de hipoteca conocida
escrupulosamente alejados del derecho constitucional y ad sólo por el derecho administrativo romano). Y cuando el mis
ministrativo 42. Una ilustración particularmente apropiada de mo C i c e r ó n tuvo necesidad de consejo sobre cuestiones que
se referían a la pertenencia de las aguas (problema de dere
38 De otra opinión, Bo n f a n t e . Scritti, 4, 40, n. 1. cho público), no se dirigió a su amigo jurista Aquilio G a l l o .
39 Esto es válido para Cassio Emina (S c h a n z , 1, 194), Sempronio Tu- El hecho de que los dos juristas aquí mencionados fueran
ditano (S c h a n z , 1, 196). Junio Gracano (S c h a n z , 1, 235), Cincio
(Sc h a n z . 1. 174), y. naturalmente, también para Va r r ó n , al que nos refe respetados y reverenciados por C ic e r ó n , y que, ciertamente,
riremos enseguida. Exactamente Kr u e g e r , 52, 75, n. 89. T u b e r ó n (mitad no quería disgustarlos, da al fragmento un particular valor.
del último siglo de la República) es el primer jurista conocido por noso (Los dos praediatores mencionados eran técnicos, y no se
tros que haya escrito obras de derecho público (K r u e g e r , 1. c.): P o m po n io tiene otra noticia de ellos.)
le llama por eso doctissimus iuris publici et privati.
4(1 En D. (1,2) 2, 35 y ss„ no se menciona a los escritores citados arri El derecho patrimonial público 43 les es también, por lo
ba. salvo a T u b e r ó n . También Cíe., de leg., 1,4, 14 reprocha a los juris general, desconocido: l a c a r t i l l a a n n o n a r i a
tas el hecho de que no se ocupen del ius civitatis, sino que se concentren r o m a n a (tessera frumentaria) sólo es ocasionalmente
en la actividad de las consultas en materia civil. mencionada en las obras de los juristas a propósito de la ad
41 Gelío. 14. 7, 2 (Bremer, 1, 124): «Eum magistratum (el consula
do) Pompeius cum initurus foret, quoniam per militiae tempora senatus quisición de la propiedad de la cartilla y del legado del que
habendi consulendique. rerum expers urbanarum fuit, M. Varronem fami sea objeto 44. El derecho de los a c u e d u c t o s y las par
liarem suum rogavit uti commentarium faceret isagogicum, sic enim ticulares relaciones jurídicas que se forman en tomo a él no
Varro ipse appellat, ex quo disceret quid facere dicereque deberet, cum se
natum consuleret». Va r r ó n escribió el libro, pero ya en vida de él resul
taba ilocalizable (Gel.. 1. c.). gicos para funcionarios en particular: de officio consulis, proconsulis, etc.
43 Desde comienzos del siglo n en adelante se forma una literatura de (se duda, por otra parte, de la autenticidad de estos escritos).
derecho administrativo: de re militan (Ta r r u n t e n o Pa t e r n o , M a c r o , M e 43 M o m m s e n , StaatsR., 1, 169 y ss. 234 y ss.; P e r n ic e , 5, 1 y ss.
n a n d r o ). de iure fisci (Pa u l o ); como, asimismo, se publican escritos isagó- 44 Vid. a propósito Pernice, «SZ», 5, 99.
50 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AISLAMIENTO 51

encuentran su sede en los escritos de los juristas 45. En las ex construcción de edificios o imponen obligaciones a los que
posiciones de derecho privado no se menciona ni una vez tienen propiedades a lo largo de las carreteras 53. A causa de
que la representación directa 46 y la carga real 47 son admiti este aislamiento, la propiedad inmobiliaria romana aparece
das por el derecho público romano, mientras que son herejías con frecuencia, para quien tome en consideración los víncu
para el derecho privado. Lo más impresionante sea quizá la los de derecho público, más liberal e individualista de lo que
ausencia completa de un d e r e c h o i n m o b i l i a r i o era 54 El aislamiento de los dos grupos de normas, uno res
p ú b 1 i c o, es decir, de una publicidad en la adquisición de pecto al otro, es profundísimo, aun cuando un cierto número
la propiedad inmobiliaria 48, y, sobre todo, de l i m i t a de juristas romanos habían recorrido una carrera administra
c i o n e s p ú b l i c a s a la p r o p i e d a d de l o s tiva más o menos larga y, por ello, deberían haberse familia
f u n d o s 49. Las normas contra la demolición de edificios 50 rizado con el derecho constitucional y administrativo 55.
se mencionan ocasionalmente por nuestros juristas, y fuera El d e r e c h o y e l p r o c e s o c r i m i n a l no
del tratamiento del derecho de propiedad, desde puntos de están aislados con tanto rigor como el derecho privado. Pero
vista puramente privados 5I. Se comportan del mismo modo la literatura criminalista romana estuvo sin embargo muy li
respecto a las normas que prohíben los enterramientos den mitada en su contenido y en su extensión. Obras autónomas
tro de la ciudad y la construcción de hornos crematorios en que comprendieran todo el derecho y el proceso penal sólo
las cercanías de la misma 52, y de aquellas que limitan la conocemos de tiempos posteriores a Adriano. La jurispru
dencia preadrianea parece que no se ocupó muy a fondo de
esta materia 56.
45 F rontino, De aquaeductus urbi Romae, espec. 94 y ss.; B runs,
Fontes, n. 77 y n. 188; y a propósito Mommsen, Jur. Schr., 3, 75 y ss. 97
y ss.; vid. también Weiss, «SZ», 45, 87 y ss.; L uebker-Z iebarth, Realle- 53 Lex Ursonensis, 76; lex Julia municipalis, 53 y ss.
xikon, voces Wasserleitungen y Wasserrecht. Tampoco se ocupan los ju 54 Vid. también infra, p. 173 y s.
ristas de cuestiones como la relativa a la condición jurídica de la caseta del 55 Vid. P e r n ic e , Labeo, 1,4 y ss.; Br e m e r , Rechtslehrer, 35. Entre los
guardián en la colonia Antonina: vid. las actas concernientes en B runs, juristas, son recordados N e r v a (Kr u e g e r , 166), C a s i o (Kr u e g e r ,
Fontes, n. 144, y sobre el tema Mommsen, 1. c., 102 y ss.; Arangio-Ruiz, 168), P e g a s o (Kr u e g e r , 170), J a v o l e n o (K r u g e r , 176); C e l s o
Ist. (7.a ed.), 258 y s. En D. (18, 1) 32, no es genuina la frase cum rell. Vid. (Kr u e g e r , 180), J u l i a n o (larga lista de cargos conservada epigráfica
también A rangio-R uiz y O livieri, Inscript. Graec. Siciliae, 1925, 62 y mente, cfr. K r u e g e r , 182, y a propósito M o m m s e n , Jur. Schr., 2, 1; D e
ss. 66. F r a n c is c i en «Rend. Ist. Lomb.», 41, 1908, 442 y ss.), N e r a c i o
46 Mommsen, StaatR., 1, 235; Pernice, «SZ», 5, 111; M itteis, 1, 381. (K r u e g e r , 187), M e c i a n o (K r u e g e r , 200; L e v y , «SZ», 52,352; M it -
47 Pernice, «SZ», 5, 57 y ss. 72 y ss.; ibid., 19, 85. t e is -W il c k e n , 2, 2, p. 102), T a r r u n t e n o P a t e r n o (K r u e g e r ,
48 M o m m s e n , StaatsR., 1, 170. 215), S c e v o 1 a (vid. P. M. M e y e r , «SZ», 48, 586), P a p i n i a n o
49 Sobre el derecho de aguas C osta, Le acque nel dir. rom., 1919; (K r u e g e r , 220), P a u l o (K r u e g e r , 227), U l p i a n o (Kr u e g e r , 239),
W enger, «SZ», 41, 307 y ss. M o d e s t i n o {praefectus vigilum: B r u n s , n. 188; M o m m s e n , Jur.
50 SC. Hosidianum (Bruns, Fontes, n. 54), sobre él cfr. May, «Rev. Schr., 3, 98). En la lista de juristas dada por P o m p o n i o (D. (1, 2) 2,
hist.», 4.a ser., 14 (1935), 1 y ss.; lex Tarentina, 32 (Bruns, n. 27); lex Ur- 35 y ss.) solamente T u b e r ó n es mencionado (en el § 46) como doctis
sonensis, 75 (Bruns, n. 28); lex Malacitana, 62 (Bruns, n. 30b). Vid. a simus iuris publici et privati. G e l i o (10, 20, 2) se refiere a Capitón
propósito Bachoeen, Lehren des rom. Zivilrechts, 1848, 185 y ss.; Momm como publici privatique iuris peritissimus (vid. también supra nota 39).
sen, Jur. Schr., 1, 263 y 371. Una lápida sepulcral prenestina (Cil., XIV, 2916) está dedicada a «T. Ae
51 P a u l o en sede de usucapión (L enel, Paling., Paul., n. 675); lio T. f. Largo eq. R. proc. Aug. bybliothecarum iuris publici et privati pe-
U l p i a n o en sede de legata inutiliter relicta (L en el, Paling., Ulp., ritissimo».
n. 2622). D. (1, 18) 7 procede de las Opiniones pseudo-ulpianeas. 56 Cfr. M o m m s e n , StrafR., 534; F e r r in i , Dir. pen. rom., cap. I. Es cier
52 Lex Ursonensis, 73 y 74, sobre esto Mommsen, Jur. Schr., 1, 262. to que el sistema de las obras intituladas Digesta comprendía un capítulo
Los clásicos sólo tratan de ello en el título de sepulcro violato: Ulp., D. intitulado de publicis iudiciis, pero éste no ocupaba mucho espacio: vid.
(47, 12) 3. 4-5; Paul. Sent., (1, 21) 2-3. la lista en K ru eg er, «SZ», 7, 2, 97 y ss.
52 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AISLAMIENTO 53

Por lo que se refiere al d e r e c h o p r o c e s a l c i cuando por los juristas 64. Ahora bien, para el jurista consul
v i l se sabe que la jurisprudencia romana estuvo amplia tado las cuestiones de prueba no tienen importancia. Con el
mente orientada hacia el estudio de las acciones 57. Por ello lema que hemos puesto en la cabecera de este capítulo, Aqui
no tuvo lugar un aislamiento completo del derecho privado lio G a l l o es representativo de toda la jurisprudencia ro
en relación con el proceso correspondiente. Los parágrafos mana 65.
del Edicto en esta materia obligaban a los comentaristas a Pero d e n t r o d e l d e r e c h o p r i v a d o se pro
ocuparse de la cosa juzgada y de la ejecución. Pero el proce duce también una separación posterior. La jurisprudencia re
dimiento ante el iudex, que es el auténtico y verdadero pro publicana y la clásica trataron el derecho privado preferente
ceso civil, interesa poco a los clásicos. Enseñan cóm o el juez mente desde el punto de vista de la ciudad de Roma. No sólo
debía interpretar la fórmula y cómo debía dictar la sentencia; dejaron completamente aparte el d e r e c h o p e r e g r i -
pero éstos no son problemas de derecho procesal. En cambio, n o que estaba vigente dentro del imperio romano 66, sino
la d o c t r i n a d e l a p r u e b a está totalmente aislada que se ocuparon casi exclusivamente del derecho privado ro
y sólo ocasionalm ente tratada 58. E n g e n e r a l , la mano que se aplicaba en los tribunales de la ciudad 67, o,
jurisprudencia romana consideró los como mucho, en los italianos. Las normas p a r t i c u l a
h e c h o s c o m o ya v e r i f i c a d o s , y se o c u r e s establecidas para las provincias por la l e g i s l a
pó s ó l o de las c u e s t i o n e s de d e r e c h o . c i ó n i m p e r i a l les interesan poco, y nada en absoluto
Obras «on evidence» (de probationibus) no existen; la de Ar los e d i c t o s j u d i c i a l e s p a r t i c u l a r e s que es
cadio C a r i s i o «de testibus» correspode ya a la época post taban vigentes en cada provincia 68. Los comentarios ad
clásica 59. De aquí también el escaso interés de los clásicos edictum toman en consideración el Edicto del pretor urbano;
por las presunciones, que fundamentalmente sólo fueron ela el comentario de G a y o ad edictum provinciale está total
boradas en época postclásica 60. La jurisprudencia romana se mente aislado, y de los fragmentos que se conservan de él no
orientó precisamente a las consultas 61, mientras que la fun podemos hacemos una idea clara del contenido de la obra 69.
ción de abogado 62 o de juez 63 fue ejercida sólo de vez en Y es así mismo significativo que la constitutio Antoniniana
no determine una división de períodos en la historia de la ju
risprudencia romana. Era de esperar una literatura que expu
57 Vid. también infra, p. 63 y s.
58 Ihering, 2. 411. Vid. también infra, pp. 63, 270 y s. siera el derecho del Imperio teniendo en cuenta los proble-
59 L enel, Paling., 1, 59; K rueger, 255. Sobre la obra de Domicio
A fro, de testibus, vid. K rueger, 171, n. 91. 64 Parte de los juristas son funcionarios (vid. supra, nota 55) y como
60 Vid. los dos escritos de G. D o n a t u t i , Le praesumptiones iuris in tales desempeñan corrientemente las funciones de juzgar.
dir. rom. (1930) y Le praes, iuris come mezzi di svolgimento del dir. sos- 65 Vid. sobre este lema el comentario de B o e c i o (ad. Cic. Top., 1. c.):
tanziale rom. («Riv. di dir. privato», 3, 1933, 161 y ss.). «Iuris peritus de facti qualitate, non de ipsius facti veritate respondet».
61 De aquí el nombre que llevan los juristas, iurisconsulti o consulti. 66 Las alusiones de Gayo (1, 55 y 193) al derecho de los Galatas y de
Todas las fuentes indican esta conexión. La opinión de Mommsen los Bitinios quizás sean añadidos tardíos: Solazzi, Glosse a Gaio, en «St.
(.StaatsR., 1, 4), de que la literatura jurídica derivaría de escritos que con Riccobono», 1, 129 y 191.
tenía instrucciones para magistraturas concretas, es insostenible; estas co 67 L e n e l , Ed. perp., 5. Para las cuestiones numismáticas conexas, cfr.
lecciones de máximas pudieron existir, pero nunca fueron publicadas. Las P. L . S t r a c k , Untersuchungen zur rómischen Reichspragung, 2 (1933),
obras de los juristas consistían, por el contrario, en colecciones de res 61: esta limitación a los intereses de Roma e Italia es típica de la ceca im
puestas, como es afirmado explícitamente por C icerón, de orat., 2, 33, perial.
142. 68 Vid. sobre esto E. W e i s s , Studien zu d. rom. Rechtsquellen, 63 y ss.;
62 Vid. Ihering, 2, 411 ; K rueger, 53 y s. Lenel, Ed. perp., 4; T aub en sch lag , Diokletian, 142; Jolow icz, 364.
63 Sobre la actividad de juez de Aquilio Gallo, vid. Br e me r , 1, 111; 69 K r u e g e r , 95; W e is s , 130; L e n e l , 4 y s s .; B u c k l a n d , «Rev. hist.»,
Sc h a n z , 1. 594. 4.a ser., 13, 1934, 81 y ss. 1
54 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AISLAMIENTO 55

mas nacidos por la improvisada eliminación del derecho pe validez menos general de la que pretenden las máximas de la
regrino: pero falta esta literatura. Sólo los rescriptos de filosofía estoica; un derecho natural que queda encuadrado
D i o c l e c i a n o parecen haber cumplido, por lo menos en en la legislación romana, haciendo firmes ciertos conceptos
parte, esta tarea 70. fundamentales y ciertas máximas axiomáticas tradicionales.
El importante r e s u l t a d o g l o b a l de todos estos En resumen, un derecho natural romano, al que le falta la li
aislamientos es que la j u r i s p r u d e n c i a c l á s i c a gereza especulativa del derecho natural griego. A lo que los
es p r e f e r e n t e m e n t e c i e n c i a del d e r e juristas romanos aspiran es a encontrar, en el cuadro que he
c h o p r i v a d o , una jurisprudencia relativa al derecho mos expuesto, la regla que resulta de la naturaleza de las co
privado en vigor en la ciudad de Roma y en Italia. sas, de la naturaleza de las relaciones que la vida crea. Con
sidérense sobre todo aquellas materias jurídicas sobre las que
En qué medida fuera evidente para los juristas esta limitación, lo
muestran quizá con la mayor claridad los primeros compases de las Insti la legislación romana no ha tenido ninguna influencia o ha
tuciones de Gayo. Comienzan como si debiera ser expuesto t o d o el de tenido muy poca: adquisición de la posesión y de la pro
recho romano (§ 2: Constant autem iura populi Romani ex legibus...); y piedad (especialmente adquisición de la propiedad por tra
después de agotada la doctrina de las fuentes del derecho, que atañe a todo dición, usucapión, accesión, especificación, ocupación), ré
el derecho romano, las palabras iniciales del § 8 (o m n e autem ius, quo gimen de la estipulación (obligaciones alternativas,
utimur...) nos harían esperar el tratamiento de todo el derecho. Pero con un imposibilidad, mora), régimen de la delegación de créditos;
salto mortal el autor se recluye improvisadamente en el campo del dere
cho privado, como si fuera de éste no existiera otro derecho. pero también la venta y el arrendamiento, la capacidad de
obrar, la doctrina de la medida de la responsabilidad, etc. En
El derecho romano privado adquiere en la exposición de todas estas materias es evidente, sin duda, que la jurispru
los clásicos una densidad singular y casi lógica 71*. El núme dencia no quiere limitarse a exponer el derecho romano po
ro de las figuras del juego jurídico es relativamente pequeño, sitivo, como estaba vigente entonces, sino que también aspi
porque todas las variaciones de derecho particular o no ro ra a la elaboración de un derecho natural. De aquí también
mano son dejadas aparte. Las normas jurídicas adquieren una aquella forma particular de exposición, que no da una verda
generalidad apodictica porque son ignoradas todas las limi dera motivación de sus máximas sino que las extrae inme
taciones derivadas del derecho público o del recinto extraju diatamente de la observación de las relaciones de la vida, las
rídico de los deberes. La manera de expresarse de los juris recoge de la ratio iuris. De aquí aquella seguridad que es
tas da, la mayoría de la veces, una impresión casi propia del derecho natural; de aquí también, evidentemente,
matemática, o mejor dicho, la impresión de un d e r e c h o acá y allá, su ortodoxa pobreza.
n a t u r a 1 . Un derecho natural que, por otra parte, tiene una
S a v i G N Y 72 describió con mucha finura y cautela este modo de ser
70 T a u b e n s c h l a g , 141 y ss. de los clásicos: «los conceptos y las proposiciones de su ciencia les apa
71 Sobre lo que sigue, vid. S ta h l, Philosphie d. Rechts, II, 1 (5.a ed., recen a ellos mismos no como producto de su arbitrio, sino como entida
1878). 517; A rn o ld . 51. 85, 89, 292; D ilthey, «Arch. f. Gesch. d. Pili des reales, cuya esencia y genealogía les resulta familiar por una larga y
los.», 4. 1891,616 y s.; Ges. Scltr., 2, 11 y ss.; K a e rst, Geschichte des He- confiada repetición. Precisamente por esto todo su procedimiento tiene
llenis mus, 2 (2.a ed., 1926). 131 y ss.; Roscoe Pound, An introduction to
tlie philosophy oflaw (reimpresión 1924), 62; «law may be conceived as
a philosophically discovered system of principies which express the natu 72 Vom Beruf unserer Zeitf. Gesetzgebung u. Rechtswissenschaft, 29d
re of things... Such was the idea of the Román jurisconsult...». Vid. tam (en la 3.a ed. de 1840: p. 17 de la reimpresión de esta edición en 1892).
bién Ihering. 2, 601; 3. 1 . 309; Pernice, «SZ», 19, 87, 89; Biondi, Pros- Pero la última frase de Sa v ig n y («y se puede decir, etc.») no se adapta
pettive. 29 y s. bien a la exposición intuitiva de los clásicos.
56 PRINC IPIOS DEL DERECHO ROMANO AISLAMIENTO 57

una seguridad que no se encuentra fuera de la matemática, y se puede de ción práctica. Es necesario, en primer lugar, liberar el dere
cir sin exageración que c a l c u l a n con sus conceptos». cho privado romano del aislamiento artificial de la jurispru
dencia clásica y, recurriendo a materiales extraños a las obras
En la compilación justinianea esta tendencia del derecho jurídicas, considerarlo en su totalidad y en conexión con las
privado hacia el derecho natural se manifiesta también muy relaciones de la vida romana, para reconocer que el derecho
claramente. Justiniano eliminó varios elementos específica privado romano era ciertamente el derecho propio de los ro
mente romanos (la mancipatio, la in iure cessio, la incapaci manos 76.
dad patrimonial del hijo bajo potestad) y redujo todavía más El principio de aislamiento del que se informa la juris
el número de figuras jurídicas (existe ahora u n a forma de prudencia romana ha ejercido también su influencia sobre la
garantía personal, la ficleiussio, u n a forma de matrimonio, d o c t r i n a j u r í d i c a m o d e r n a , y de modo particu
el matrimonio libre, u n a clase de prescripción, u n a cla lar sobre la doctrina alemana del siglo xix. También aquí el
se de legados). Pero recogió también varios añadidos a los derecho privado fue rigurosamente separado del derecho pú
textos clásicos procedentes de la época postclásica y destina blico 77. Pero es en la teoría del derecho privado, especial
dos a una posterior racionalización del derecho. Numerosos mente romanística — y a despecho de toda la escuela históri
textos, en los que la ratio exige o inspira una determinada re ca, incluso de sus máximos representantes— , donde la
gla de derecho, o viceversa la excluye 73, han sido ya reco tendencia i u s n a t u r a l i s t a de la jurisprudencia roma
nocidos como productos postclásicos 74. Y al mismo orden na retornó a la luz; en donde — por decirlo con Ih erin g 78,
de ideas pertenecen las reflexiones postclásicas sobre la na que ha formulado insuperablemente este estado de cosas—
turaleza de las instituciones jurídicas (natura actionis, con aquella «dialéctica jurídica, que sabe dar a lo que es positivo
tractus, obligationis, e tc .)75. No es nada extraño, por ello, la aureola de lo lógico; que se esfuerza por llevar a la más
que los hombres que en la Edad Media consiguieron volver alta afirmación la autonomía del pensamiento jurídico y por
a poner en vigor en Italia el derecho privado romano, y que elevar también el derecho positivo a la altura ideal de una
lo transplantaron o intentaron transplantarlo a Francia, a Es verdad de lógica jurídica». Sin embargo, ha afirmado Ihe
paña, a Inglaterra y finalmente a Alemania, vieran en aquel rin g justamente que aquí la doctrina alemana ha actuado
derecho una especie de derecho natural, una ratio scripta, y «cegada por el esplendor de la lógica que circunda el dere
p r e c i s a m e n t e p o r e s t o favorecieron su aplica- cho romano». El modo en el que, en la ciencia romanística
de P u ch ta y sus seguidores, eran presentadas ciertas cons
trucciones romanas como las únicas posibles, y la represen
73 Ratio expostulat; ratio suadet; ratio non patitur.
74 Vid. los pasajes citados en Voc. iur. Rom., 5, 16, y sobre ellos Be- tación directa, la cesión de créditos, la adquisición de la pro
s e le r, Beitrdge, 5 ( 1931). 1 y ss. piedad a non domino, la carga real, la hipoteca sobre cosa
75 Sobre la natura actionis, Longo en «ST. Scialoja», 1, 607 y ss., y propia, etc., eran rechazadas como imposibles, incompati-
en «Bull.», 17, 34 y ss.: C o llin e t, Études hist. sur le droit de Justinien, 1,
192 y ss.: otra literatura en G uarneri C itati, Indice, p. 4 (voz actionis na
tura). Sobre la natura contractus Rotondi, Scritti, 2, 159 y ss.; COLLINET, 76 Mommsen a P ernice (Reden und Aufsatze, 204): «En Vd. está viva
1. c.: otra literatura en G uarneri Citati, p. 22 (voz contractus natura). So la conciencia de que el derecho romano ha sido en realidad el derecho de
bre la obligationis natura A lb e rta rio , «Bull.», 25, 25. Vid. también los romanos, y que sólo en relación con la esencia del Estado romano, tan
Pringsheim, «Atti del Congr.» (1933), Roma, I, 474 y ss., y «St. e do- to de la República como del Imperio de los Césares, puede ser correcta y
cum.», 1, (1935): G uarneri C itati, p. 28 (voz natura, naturalis); A lb e r plenamente entendido».
ta rio , Sui concerto di ius naturale, en «Rend. Ist. Lomb.», 57, 1934, 168 77 Cfr. Hedemann, Fortschritte des Zivilrechts im 19. Jahrh., 2, 1,
y ss.; Idem, Introduzione, 124: Koschem bar-Lyskowsky, «St. Bonfan- 1930,312, 226 y ss.
te», 3. 467 (sobre la naturalis ratio). 78 3, 1, 309.
58 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AISLAMIENTO 59

bles con la ratio iuris, no construibles 79, recuerda en reali leída, G ierk e 82 expresó admirablemente la exigencia genui
dad la ortodoxia de la jurisprudencia clásica. Como en la namente germánica de una visión de conjunto 83: raramente
ciencia romana, en la alemana se excluían también de la dis el principio romano y el alemán habrán sido defendidos uno
cusión los e l e m e n t o s n o j u r í d i c o s . Las normas frente al otro por dos paladines tan geniales.
sancionadas sólo por la costumbre se dejaban aparte, espe
cialmente en el derecho privado que es la disciplina funda
mental. Se concedía poca o ninguna atención al contenido tí
pico del documento negocial (del contrato de venta
inmobiliaria, del contrato de arrendamiento de casas, del
contrato de transporte marítimo, etc.), a la aplicación efecti
va y típica de las instituciones y de las normas jurídicas. Sólo
las investigaciones del siglo x x sobre la realidad jurídica han
producido un cambio en Alemania 80. También las relaciones
de la vida que el derecho quiere regular, los intereses — so
bre todo económicos— que quiere satisfacer, el «fin del de
recho», todo esto ha sido tenido muy poco en cuenta, duran
te mucho tiempo, por la ciencia del derecho privado del
siglo xix. Ihering combatió fuertemente esta dirección cien
tífica, y las cosas han cambiado lentam ente81. Pero en el
campo del derecho público el método romano del aislamien
to todavía ha celebrado un nuevo y gran triunfo: el Derecho
público de L aband. En la rigurosa separación del derecho de
las relaciones políticas, económicas y sociales, de las ten
dencias y de las aspiraciones económico-políticas, éticas y
religiosas, es éste un libro genuinamente romanístico, por
más que el autor fuera, académicamente hablando, un ger
manista. En su recensión de este libro, digna aún hoy de ser

79 Vid. sobre esta tendencia Ihering, 3, 1, 310; Landsberg, Gesch. d.


deutsch. ReclitsW., 3, 2, 453; W. S choenfeld, Puchta und Hegel («Recht-
sidee und Staatsgedanke: Festgabe für J. Binder», 1930). Vid. también
H u sserl. Rechtsgegenstand, 1933, 4, n. 12.
811 Eug. E h rlich , Freie Rechtsfmdung u.ffeie Rechtswiss., 1903, 33 y
ss.; M a rtin W o lf. «Jur. Wochenschr.», 1906, 697 y ss.; S eg al, «Arch. f. 82 En los «Schmollers Jahrb.» (supra, p. 40, nota 5), especialmente en
bürg. R.», 32. 410 y ss.; E ltzb ac h er, Grossberliner Mietsvertrage, 1913; p. 113 y ss. y 1190 y ss. Vid. además Triepel, Staastrecht u. Politik, es
A. Nussbaum. Die Rechtstatsachenforschung, 1914; y los «Beitrage zur pecialmente p. 7 y ss. (discurso rectoral en la Univ. de Berlín, 1926).
Kenntnis des Rechtslebens» dirigidos por Nussbaum (desde 1926). 83 Véase a propósito la exposición de derecho constitucional inglés en
81 M u e lle r-E rz b a c h . Deutsches Handelsrecht, 1921, p. III: «Co Dicey (Introduction to the study o f the law of the Constitution, 8.a ed.,
mienza (¡!) a ser de dominio público la verdad de que un derecho sólo 1923), que abarca expresamente también las «conventions on the consti
puede ser comprendido mediante el conocimiento de las relaciones de la tution» (no jurídicas) (pp. 22 y ss., y 413 y ss.). Sobre el tema H. Savel-
vida reguladas por él». k o u ls. Das englische Kabinettsystem, 1934, especialmente en p. 383 y ss.
I

ABSTRACCIÓN *

Omnis definitio *1 in iure civile periculosa est.


Ia v o l e n u s , D. (50, 17) 202.

Los conceptos generales y la gran oscuridad siempre están


a punto para generar horrendas desgracias
G o e t h e , Máximas y reflexiones.

En el principio estaba el «caso». Cada solución de un


caso práctico se daba, sin embargo, en el convencimiento y
con la voluntad de que, produciéndose de nuevo el mismo
caso, debía tener lugar la misma solución 2. Pero, puesto que
el caso jamás puede reproducirse en todos sus detalles, cada
decisión casuística contiene algo más que la solución de un
caso individual: una norma jurídica que prescinde y se abs
trae de algunas circunstancias del caso, en resumen, una nor
ma jurídica abstracta. Es necesario, sin embargo, un paso
posterior, más bien frecuentes pasos similares posteriores,
para formular en palabras esta abstracción 3*.Si el comprador
de un d e t e r m i n a d o caballo pretende de su vendedor el
resarcimiento del daño causado por el retraso, y el juez le
concede este resarcimiento, son posibles en principio los si
guientes pasos de abstracción:
el vendedor de un c a b a l l o debe resarcir al compra
dor el daño procedente del retraso;

* Prinzipien..., p. 27: Abstraktion; Principies..., p. 40: Abstraction;


I Principii..., p. 34: Astrazione.
1 Definitio es sinónimo de regula: K r u e g e r , 141, n. 11; H e u m a n n -
Se c k e l , v o z definitio.
2 C ard o z o , Nature o f the judicial process (1921, 80 reimpresión,
1937), pp. 21 y 33.
3 Este procedimiento se expresa con claridad paradigmática en el li
bro IV de Moisés (Números), c. 27: circunstancia de hecho (vers. 1-5),
sentencia (vers. 6-7), norma jurídica abstracta que se extrae de ello (vers.
8 - 11).
62 pr in c ipio s d e l d e r e c h o r o ma n o ABSTRACCIÓN 63

el vendedor de un a n i m a l debe resarcir al comprador la ciencia 5— ; depende, por el contrario, del claro conoci
el daño procedente del retraso; miento del peligro que el exceso de abstracción lleva consi
el vendedor de u n a c o s a debe resarcir al comprador go 6. Los conceptos y las reglas generales en el campo del
el daño procedente del retraso; derecho corren siempre el riesgo de producir daños, porque
el d e u d o r debe resarcir a su a c r e e d o r el daño al establecer las reglas de derecho no se consigue dominar
procedente del retraso; plenamente las posibles complicaciones de la vida.
el d e u d o r debe resarcir a su a c r e e d o r el daño Este principio fundamental romano ejerce su eficacia de
procedente de la v i o l a c i ó n d e l d e r e c h o d e varios modos.
crédito. La jurisprudencia clásica insiste en utilizar y tratar el de
Los primeros grados de las abstracciones así hechas, se recho privado preferiblemente desde el punto de vista de los
llevan a cabo por los pueblos pronto y fácilmente. Lo de m e d i o s j u d i c i a 1e s q u e s i r v e n p a r a h a
muestra una mirada al Pentateuco, a las leyes de Hammura- c e r l o v a l e r ( actio, exceptio, interdictum, in integrum
bi, a las leyes griegas, a los estatutos populares y a los libros restitutio) 7. La máxima que se repite a menudo: «los clási
de derecho germánico, a las XII Tablas. Entonces, si nosotros cos tratan el derecho privado desde el punto de vista del pro
exponemos aquí el problema de la aptitud y de la voluntad de ceso» es inexacta. Hemos visto ya 8 que no tratan el derecho
los romanos de formular abstractamente el derecho, sólo se desde el punto de vista del juez que examina las pruebas. L a
podrá tratar del g r a d o d e a b s t r a c c i ó n , porque la j u r i s p r u d e n c i a c l á s i c a no e s t á o r i e n
época de las XII Tablas había superado ya en gran medida la t a d a g e n é r i c a m e n t e h a c i a el d e r e c h o
simple solución del caso práctico y el acopio de precedentes. p r o c e s a l , s i n o h a c i a el d e r e c h o de l as
Y aquí es suficiente una rápida mirada a las fuentes jurí a c c i o n e s . En muchas partes del derecho la jurispruden
dicas romanas para demostrar la singular r e s i s t e n c i a cia se limita a la interpretación de los medios judiciales pro
d e l o s r o m a n o s a l a a b s t r a c c i ó n 4. Tam puestos en el Edicto, y especialmente de las acciones. Se ex
bién es cierto a este respecto que la actitud romana no fue ponen los presupuestos que deben existir para que el
siempre la misma en las diferentes épocas. El último siglo de magistrado ponga a disposición los medios judiciales de los
la República tiende a la abstracción con un poco más de fuer que se trata, además del resultado que en definitiva se alcan
za que la edad clásica, y la época postclásica-bizantina, de za a través de estos medios; y se hacen propuestas relativas
nuevo, más enérgicamente que la clásica. Pero, comparada a
al si, y bajo qué presupuestos, el magistrado debe poner a
la doctrina del derecho natural o incluso a la doctrina alema
disposición medios judiciales no propuestos en el Edicto, es
na del siglo xix, la jurisprudencia romana se muestra en su
pecialmente actiones utiles. No se discute, por ejemplo, si el
conjunto más bien negada para la abstracción. No hay que
deudor de una suma de dinero debe pagar los intereses en
creer que esta actitud proceda de una incapacidad propia de
épocas primitivas — que la jurisprudencia clásica está inclui
da también en el período del magnánimo culto helenístico a 5 W. O rro, Kulturgeschichte des Altertums, 1925, 104.
6 Cfr. la frase de J a v o l e n o situada en la cabecera de este capítulo. El
texto continúa: «parum est enim, ut non subverti posset». Quizá parum se
4 Cfr. Bryce, Studies (supra, p. 25, nota 6), 2, 172 y ss. («The met- deba corregir en rarum: de todos los modos, el sentido está claro y co
hods o f legal science»), A rn old . 112, habla, por el contrario, de una «dis rresponde a la concepción clásica.
posición de los romanos tendente a la abstracción»; pero con esto quiere 7 Sobre lo que sigue B io n d i , Diritto e processo nella legislazione
referirse a la disposición a las soluciones unívocas y uniformes (vid. al giustinianea, en «Conferenze per il XIV Centenario delle Pandette», Mi
respecto infra, p. 90). Demasiado apologético Chiazzese, Introduzione, lán, 1931, 129 y ss.
191 y ss.. n. 83. 8 Supra, p. 52.
64 PRINCIPIOS DFX DERECHO ROMANO ABSTRACCIÓN 65

caso de mora; pero tratando de la actio venditi, y examinan de la propiedad, el régimen de la stipulatio, la adquisición y
do el id c/uod venit in indicium, es decir, lo que el juez pue la pérdida de la patria potestas, la manumisión, el testamen
de y debe atribuir al actor, se trata también de la obligación to y otras más.
del comprador a los intereses en la hipótesis de que incurra La hostilidad de los romanos por la abstracción se revela
en mora. Se puede aproximar a este método aquel de la j u - además en la r e s i s t e n c i a a f i j a r c o n c e p t o s
r i s p r u d e n c i a m e d i e v a l i n g l e s a , que M ait- j u r í d i c o s 14.
l a n d 9 caracteriza como sigue a continuación: Hay una serie de conceptos importantes para los que los
romanos n o t i e n e n u n a e x p r e s i ó n t é c n i c a ,
Legal remedies, legal procedure, these are the all-important topics for aunque los mismos conceptos estén, consciente o incons
the student. These being mastered, a Knowledge of substantive law will cientemente, en la base de sus discusiones.
come of itself. Not the nature of rights but the nature of writs 10 must be
his theme... so thought our forefathers.
Así falta una expresión que indique la c a p a c i d a d j u r í d i c a ,
Esta orientación hacia el régimen de las acciones no fue l a p e r s o n a en el sentido de sujeto capaz de derecho (persona signi
abandonada ni siquiera en la época postclásica ni en la com fica personalidad, hombre, tanto que se puede hablar también de una per
sona servi1S: aparte de esto, la palabra no tiene un valor técnico jurídi
pilación justinianca ", por muy grave que fuera la confusión
co >6). Falta un término técnico para el n e g o c i o j u r í d i c o (la
que tal actitud conservadora produjo como consecuencia de
palabra negotium abarca mucho más 17), y lo mismo sucede para la d e
la completa transformación del procedimiento. Los hombres c l a r a c i ó n d e v o l u n t a d (declaratio voluntatis y voluntatem de
de la época postclásica-justinianea habrían podido decir con clarare son expresiones postclásicas 18), para el c o n t r a t o (contractus
M a i t l a n d 12 (que habla del moderno derecho inglés): «The y pactum son conceptos muy restringidos 19), para la c a p a c i d a d d e
forms of action we have buried, but they still rule us from o b r a r (donde los clásicos se ven forzados a insertar en cada tratamien
their graves». Sacar fuera del régimen de las acciones el de to especial disquisiciones sobre la capacidad para concluir determinados
recho material era una tarea que ni siquiera un pueblo más negocios jurídicos 20). Un concepto de tanta importancia como el de d e
dinámico que los bizantinos hubiera podido realizar en pocos r e c h o r e a l ( o d e r e c h o d e l a s c o s a s ) , que está en la
años. En efecto, tampoco el último período del derecho co base de centenares de decisiones, no tiene siquiera un nombre 21*. El tér
mún llevó a cabo esta labor. mino técnico para la servidumbre, servitus, es conocido sólo en el derecho
Por otro lado, no hay que exagerar 13. Existen partes del postclásico-bizantino; refiriéndose sólo la palabra servitus, en el derecho
ordenamiento jurídico que la jurisprudencia clásica n o
e x p o n e d e s d e el p u n t o de v i s t a de l a s 14 S a v ig n y , Beruf, 29 (p. 18 de la reimpresión); A r n o l d , 91; P r in g s -
a c c i o n e s . Así, la doctrina de la adquisición y la pérdida h e im , Beryt u. Bologna («Festschr. Lenel», 1921), 251 y ss.; W e n g e r , Von
der Staastkunst der Rómer (1925), 12; B io n d i , Prospettive, 29.
15 Por ejemplo, Gayo, 1, 9 y ss. 48 y ss.
9 Select essays in Angla-American legal history, 2, 1908, 549. 16 Sobre la palabra persona, vid. ahora, por todos, S c h n o rr V. Ca-
10 La palabra writ indica la fórmula escrita del antiguo proceso inglés. ro s fe ld , Geschichte der jur. Person., 1, 933, 52 y ss.
Vid. P o l l o c k y M a i t l a n d , History o f English law, 2, 558 y ss. 17 .Ku n k e l , § 48; Sib e r , Rom. PrR., § 123.
11 Vid. la literatura citada por W e n g e r , Institutionem des rom. Zivil- 18 Vid. a propósito St e in w e n t e r , «St. Bonfante», 2, 425, n. 20.
prozessrechts, 278, n. 8: añádase, por ejemplo, K u n k e l , «SZ», 49, 160, 19 Cfr. Sib e r , 1. c., § 72, y la literatura allí citada; K u n k e l , § 49.
n. 2; y Biondi, 1. c„ 165 y ss. 20 Es suficiente con citar a G a y o , 2, 80 y ss. (negocios de enajena
12 Ec/uity. also the forms of action at common law (1909), 296. ción) y 3, 104 y ss. (estipulación); U l pia n o , D. (13, 6) 1, 2 (comodato);
12 Es una exageración, en m i opinión, la frase de B i o n d i , Diritto e (16, 3) 1, 15 (depósito); (19, 1) 13, 29 (venta); etc.
processo («Conferenze ect.». 150): «Todo el derecho clásico es un siste 21 La expresión ius in re no tiene en los romanos el significado de «de
ma de actiones». recho real»: W id s c h e id , 1, § 38, n. 4; § 165, n. 1.
66 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO ABSTRACCIÓN 67

clásico, a las servidumbres p r e d i a l e s , falta el término que unifique a su voluntad», la buscaríamos inútilmente en las fuentes romanas 26.—
las servidumbres prediales y las personales 22. También les falta a los clá Tampoco encontramos en nuestras fuentes una definición para el d o l o ,
sicos un término técnico para indicar la r e l a c i ó n d e o b l i g a l a c u 1p a , el contractus, la servitus, la dos, la hereditas, la potestas, la
c i ó n : la palabra obligatio tiene un sentido más restringido 23. manus, el imperium, etc., ciertamente porque los clásicos nunca intenta
ron darlas.
Para diferentes conceptos e x i s t e e l t é r m i n o
t é c n i c o , p e r o f a l t a , sin e m b a r g o , la Naturalmente, para diferentes conceptos, n u e s t r a s
d e f i n i c i ó n . Es difícil que esta ausencia proceda de su f u e n t e s o f r e c e n d e f i n i c i o n e s . Pero están
presiones llevadas a cabo por los compiladores, porque los con frecuencia muy imperfectamente construidas. Es cierto,
bizantinos, pedagógicos y doctrinarios, aman las definicio por una parte, que esto se explica por el hecho de que fueron
nes, como se ha demostrado suficientemente en el título del reunidas sólo por manos postclásicas. Pero también cuando
Digesto de verborum significatione. las definiciones que se nos presentan son segura y genuina-
mente clásicas, se ve con claridaa que definir no es lo fuerte
La lectura de las I n s t i t u c i o n e s d e G a y o muestra que este de los juristas romanos.
autor se decide muy raramente por una definición (léase, por ejemplo, 3,
89. 90. 139. 142. 148. 155). Así falta, por ejemplo, una definición del im C i c e r ó n nos cuenta cómo el d o l o contemplado en la actio de
portante y difícil concepto de actio. El libro IV, que está dedicado a las ac dolo era definido por el inventor de ésta A q u i l i o G a l l o : «cum
ciones, comienza, sin más, con los genera actionum, lo mismo que el tra ex eo quaereretur, quid esset dolus malus, respondebat, cum esset aliud si
tamiento de los legados se inicia, sin definir el legado, con los genera mulatum aliud actum»: esto quiere decir que definía el dolo como una si
legatorum (2, 192) y la doctrina de los testamentos, sin definir el testa mulación o un engaño malicioso 27. Puede suceder que A q u i l i o qui
mento. con los testamentorum genera (2, 101). Pero la definición de actio siera verdaderamente atacar con su actio doli sólo el engaño malicioso; y,
no fue dada tampoco por otros escritores. La famosa definición de C e l s o , en este caso, merecería la alabanza que C ic e r ó n le tributa28. Pero a la
«nihil aliud est actio quam ius quod sibi debeatur iudicio persequendi», doctrina posterior la definición le parecía muy limitada, debiéndose com
n o e s c i e r t a m e n t e una definición clásica de acción (por ejem prender en el concepto de dolo todo artificio malicioso utilizado para el
plo, no se adecúa ni a la vindicatio ni a las acciones prejudiciales: G a y o , daño ajeno. El fragmento del Digesto que nos muestra esta evolución está
4. 44) 24. Es evidente, sin embargo, que los bizantinos no encontraron en
ciertamente deformado por glosemas postclásicos 29*;pero, ni aun después
sus materiales nada mejor 2-\ y por ello, deseando de todas las maneras
de haber sido liberado de ellos, la nueva definición de L a b e ó n nos sa
una definición, debieron aprovecharla tanto para el título del Digesto de
tisface, con su cúmulo de palabras que en muchas ocasiones sena necesa
obligationibus et actionibus |D. (44, 7) 51] como para el título de las Ins
rio definirlas a su vez.
titutiones de actionibus (4, 6 pr.).—Falta también una definición de la pro
piedad (dominium). La lamosa definición: «la propiedad es aquel derecho D. (4, 3) 1,2: «Dolum malum Servius quidem ita definit: [machina
real sobre una cosa, en virtud del cual el titular puede disponer de la cosa tionem quandam alterius decipiendi causa], cum aliud simulatur et aliud
agitur. Labeo autem <ait> posse et sine simulatione id agi, ut quis cir
cumveniatur: posse et sine dolo malo aliud agi aliud simulari, [sicuti fa-
22 K u n k e l, § 83; S ib e r ,
§ 59.
22 S ib e r , § 69; K u n k e l,
§ 100.
24 Vid. Wenger. Instit. des rom. Zivilprozessrechts, 13; B in d e r , Pro- 26 Ni siquiera está «sacada de la concepción romana», como afirma
zess u. Rechts (1927), 56. Contra la genuinidad de la frase, vid. los escri G ie r k e , Dtsches PrR., 2. 348, n. 2: vid. sobre este punto infra, p. 173
tores citados por Eb r a r d , «SZ», 38, 329, n. 4, y B io n d i , Diritto e proces y s.
so («Conferenze». etc., 176 y ss.). Yo sostengo que el texto es una 27 P e r n ic e , Labeo, 2, 1, 209; P a r t s c h , «SZ», 43, 249 y s.
definición marginal postclásica. El librito postclásico De actionibus 28 De off., 3, 14, 60: «hoc quidem sane luculente, ut ab homine perito
(«SZ», 14. 89) no contiene una definición de actio. definiendi».
25 B io n d i, 176. exagera cuando afirma que l o s c l á s i c o s n o 29 Be s e l e r , 3, 97, considera no genuinas las palabras «posse-circum-
h a b r í a n p o d i d o formular una definición de actio. veniatur». Es posible.
68 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO a b s t r a c c ió n 69

ciunt, qui per eiusmodi dissimulationem de serviant (?) et tuentur vel sua nición de la c o n d i c t i o en Gayo, 4, 5, tiene también el aire de no ser
vel aliena]. Itaque ipse sic definit: dolum malum esse omnem calliditatem genuina 36. De la definición de actio se ha hablado ya.—Definiciones re
fallaciam machinationem ad circumveniendum fallendum decipiendum publicanas genuinas son ofrecidas por C i c e r ó n , Topica, 4, 24 (am
alterum adhibitam». bitus), 5, 27 (res corporalis e incorporalis); 5, 28 (abalienatio); 5, 29 (he
Y tampoco están bien logradas las definiciones de las p a r t e s d e reditas y gens). Estas definiciones fueron evidentemente tomadas de obras
la f ó r m u l a en Gayo 4, 39 y ss. «Intentio est ea pars formulae, qua jurídicas y no escritas de memoria como el autor pretende ( 1 , 5 ) 37. Está
actor desiderium suum concludit»: esto no puede querer decir «aquella reelaborada por una mano postclásica la d e f i n i c i ó n d e l h u r t o
parte de la fórmula en la cual el actor i n c l u y e su demanda» 30; tam en D. (47, 2) 1 ,3 : «Furtum est contrectatio rei fraudulosa lucri faciendi
poco si con J u n c k e r se traduce «aquella parte de la fórmula en la que gratia vel ipsius rei vel etiam usus eius possessionisve: quod lege natura
el actor d e l i m i t a su demanda» 31; no sólo es criticada la utilización li prohibitum est admittere» 38. Dan también que pensar la conocida d e
del oscuro verbo concludere, sino también el hecho de que la diferencia f i n i c i ó n d e l u s u f r u c t o enD . (7, 1) 13 39, la de la n o v a
con la demonstratio no resulta clara.—«Demonstratio est ea pars formu c i ó n en D. (46, 2) 1, pr. 40, y la de la donatio mortis causa en D. (39, 6)
lae, quae principio ideo inseritur, ut demonstretur res qua de agitur». Pero 1, pr. 41*.
en la intentio de la reivindicado, «si paret fundum qua de agitur. A' A' esse
ex iure Quiritium», está claro que igualmente se indica la res qua de agi A la antipatía por los conceptos generales se acompaña
tur.— La «bella» d e f i n i c i ó n d e i m a t r i m o n i o de M odesti la r e s i s t e n c i a a l a f o r m u l a c i ó n a b s
no (D. 23, 2, 1) está elaborada sobre modelos griegos 32.—Las dos d e t r act a de las n o r m a s j u r í d i c a s .
f i n i c i o n e s d e l e g a d o , dadas por F lo re n tin o en D. (30) 116,
pr. y por M odestino en D. (31) 36, no describen desde el punto de vista
clásico el concepto de legado, sino solamente el de legado per vindicatio morino», 391 y ss. (= Studi, 3, 1 y ss.); y la literatura allí citada. También
nem 33. Evidentemente, los clásicos no dieron nunca una definición de le es poco feliz la definición dada en lnst. (3, 13) pr. (¡necessitate!; solven
gado 34. y la atribución de las definiciones clásicas de legado per vindica dae rei muy restringido; falsa posición de las palabras finales que esta
rían situadas después de adstringimur; vid. a propósito M a r c h i , 32 y ss.).
tionem al legado en general las ha hecho imprecisas.—Es una elaboración La doctrina dominante considera esta definición genuina, aunque trans
postclásica la célebre d e f i n i c i ó n d e l a o b l i g a c i ó n en Pa u mitida sólo por las Instituciones justinianeas: cfr. P e r o z z i , Istituzioni2, 2,
lo . D. (44, 7) 3, pr.: «Obligationum substantia non in eo consistit, ut ali 11 y los autores allí citados. Justamente contra la genuinidad A l b e r t a
quod corpus nostrum aut servitutem nostram faciat, sed ut alium nobis r io , 1. c.
obstringat ad dandum aliquid vel faciendum vel praestandum» 35. La defi- 36 B e s e l e r , «Tijdschr.», 10, 169 y ss.; S ib e r , 1. c.
37 Vid. Im m is c h , Wirklichkeit und literaturform, en «Rhein. Mus. f.
Philol.», N.S., 78; 1929, 113 y ss.
30 Juncker, Die gaianische Definition der Intentio, en «St. Riccobo- 38 H u v e l in , Etudes sur le furtum, 1, 1915, 783; D o n a t u t i , «Rend. Ist.
no», 2, 327 y ss. (1932); Siber. «Atti dei Congresso», Roma, 1, 428. Lomb.», 56, 1923, 356 en h.; A l b e r t a r io , «St. & docum.», 2, 1936, 160.
31 J u n c k e r . 337. En toda la latinidad sólo se encuentra en este fragmento el adjetivo frau
32 P latón, Leges, 6, 15. 23; A ristó te le s, Eth. Nicom., 8, 12, 1162a, dulosa (Thes. ling. Lat., 6, 1, 1266), y dado que los clásicos no utilizaron
16; Isocrates, ad Nicoclem, 40: cfr. Walter G. B ecker, Platons Gesetze palabras fuera de uso (vid. infra, p. 103, nota 66), esto es un indicio de in
u. das griech. Familienrecht, 1932, 32; L an fran ch i, «St. & docum.», 2 terpolación: en contra de esto K u e b l e r , «Conferenze» (supra, p. 63,
(1936), 150. La definición no es considerada genuina por B onfante, Cor nota 7), 111, y B e r g e r , «St. Riccobono», 1 (1933), 597, n. 46. Vid. tam
so, 1, 193, y por Solazzi. en «Annali Macerata», 5, 1929, 27 y ss.; genui bién K u n k e l , § 157.
na (y con razón) por A lb e rta rio , «St. Albertoni», 1, 1933, 243 y ss. 39 Literatura en E b r a r d , «SZ», 38, 329.
(—St udi, 1. 1933, 181 y ss.). 40 («¡Transfusio atque translatio!») ¿Por qué dos ideas? Vid., por lo
33 W lassak , «SZ», 31, 207; Biondi, Appunti intorno alia donatio demás, sobre este fragmento Perozzi, Istituzioni2, 2,4 6 en n., y Siber, Na
mortis causa (en «Annali Perugia», 1914), p. 22 dei extracto. turalis obligatio, 1925, 33.
34 Falta en las Instituciones de Gayo (vid. supra, p. 66). 41 Antes de vult es necesario un magis (que las Instituciones de J u s t i
33 Vid. Perozzi. Le obbligationi romane (1903), 8, n. 1, e Istituzioni2, n ia n o , 2,1, 1, han añadido); a habere le falta el complemento directo, y
2, 15; M arche Le definitioni romane dell'obbligaz-, en «Bull.», 29, 1916, si se integra rem la primera mitad de la frase resulta manifiestamente fal
1 y ss.; A lb e rta rio , Le definitioni dell'obbligaz, rom., en «Ser. Ra- sa en la hipótesis de que la cosa haya sido entregada al donatario.
70 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO ABSTRACCIÓN 71

Esta antipatía genera a veces en las l e y e s r o m a n a s tamente las doctrinas jurídicas, y que sufre ciertamente la in
molestas pedanterías. Así, por ejemplo, la lex Quinctia de fluencia griega. Parte de Q. M u c i o , puesto que en los
aquaeductibus (9 d. C.: B runs, n. 22) no sabe decidirse a es cuatro fragmentos reproducidos en el Digesto, su líber ópeov
coger expresiones comprensivas para indicar los «daños a los se nos presenta bajo un aspecto muy problemático 4546. Tam
acueductos» y las «reparaciones», y prefiere una larga y abu bién respecto a S e r v i o , C ic e r ó n 46 realza expresamente
rrida enumeración particularizada de las clases de daño y de los esfuerzos dirigidos a formar regulae, y si bien esta apre
reparación: ciación es muy exagerada 47, es cierto que contiene un nú
cleo, aunque sea modesto, de verdad.
«Quicumque... dolo malo foraverit ruperit foranda rumpendave cura
verit peioremve fecerit, quo minus eae aquae earumve quae queat in ur G e l io , 6, 15: «Labeo in libro de duodecim tabulis secundo acria et se
bem Romam ire cadere fluere pervenire duci... et qui quid eorum ita fece vera iudicia de furtis habita esse apud veteres scripsit, idque Brutum soli
rit. id omne sarcire reficere restituere aedificare ponere tollere demoliri tum dicere, et furti damnatum esse, qui iumentum aliorsum duxerat quam
damnas esto». quo utendum acceperat, item qui longius produxerat quam quo utendum
in quem locum petierat. Itaque Q. Scaevola in librorum, quos de iure ci
La lex Cornelia de sicariis (B ru n s, n. 13), aun querien vile composuit, XVI verba haec posuit: “Quod cui servandum datum est,
do castigar la tentativa y los actos preparatorios, se pierde si id usus est, sive quod utendum accepit, ad aliam rem atque accepit usus
también en la enumeración en vez de atreverse con una fór est, furti se obligavit”.»
mula abstracta: Se deduce claramente de este relato que Q. M u c i o - f u e el
p r i m e r o en f o r m u l a r la r e g l a c o n c l u s i v a a b s
t r a c t a . B r u t o hablaba todavía sólo de la hipótesis de que un animal
«Is praetor.... uti quaerat... de capite eius, qui cum telo ambulaverit ho
de tiro tomado en préstamo hubiera sido utilizado para ir más allá de la
minis necandi furtive faciendi causa, hominemve occiderit, cuiusve id
dolo malo factum erit; ... quicumque venenum malum hominis necandi meta establecida, a menos que no se haya referido directamente al caso
causa fecerit vendiderit emerit habuerit dederit...” originario, que nos es contado por Valerio Máximo, 8, 2, 4 (bajo Tibe
rio). Uno, había tomado en préstamo un caballo para viajar hasta Aric-
cia, pero en cambio, después de haber atravesado la ciudad, viajó hasta
Pero es característica sobre todo la actitud de la d o c una colina que se encuentra a la otra parte, y fue por ello condenado a
t r i n a j u r í d i c a . Comienza con la reunión de opinio título de hurto.
nes y de casos prácticos 42. «Se desmenuza la exposición en D. (24, 3) 66, pr., Iavolenus libro VI ex posterioribus Labeonis: «In his
una infinidad de casos, sin la abstracción que los compren rebus, quas praeter numeratum pecuniam doti vir habet, dolum malum et
da», lamenta C icerón 4-\ que era contrario a esta clase de li culpam eum praestare oportere Servius ait. Ea sententia Publii Mucii est:
teratura; «ni siquiera los nombres de las partes son ahorrados nam is in Licinnia Gracchi uxore statuit, quod res dotales in ea seditione,
al lector» 44. Pero en el último siglo de la República se pue qua Gracchus occisus erat, perissent, ait, quia Gracchi culpa ea seditio fac
ta esset, Licinniae praestari oportere» 48.
de observar una corriente que se ocupa de formular abstrae -
Aquí ha sido S e r v i o e l p r i m e r o e n e n u n c i a r u n a
f ó r m u l a a b s t r a c t a . Esta fórmula responde, dice Labeón, a la
42 Vid. también supra, p. 52 y nota 61.
43 De leg., 2, 19, 47: «Sed iuris consulti, sive erroris obiciundi causa...
sive... ignoratione docendi... saepe, quod positum est in una cognitione, id 45 L e n e l , Paling., 1, 762; B r e m e r , 1, 50 y 103; H. K r u e g e r , «St.
in infinitum (así se debe leer, no “infinitam”) dispertiuntur». Cfr. Brutus, Bonfante», 2, 336.
41, 152. 46 Brutus, 41, 152.
44 De orat., 2, 33, 142: «Video enim in Catonis et in Bruti libris no- 47 La frase tiende a censurar a Q. Mucio: vid. Kr u e g e r , 67.
minatim ferre referri, quid alicui de iure viro aut mulieri responderint». 48 Debe ser suprimido o statuit o ait.
72 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO ABSTRACCIÓN 73

opinión de P. Mucio (cónsul 133 a. C.), pero éste no la construyó, limi analogía» 52. Naturalmente, hay excepciones 53, pero e 1
tándose a exponer el caso en toda su peculiaridad individual y a referir su método casuístico, que prescinde
propia solución, en conformidad con el antiguo estilo de los juristas que c o m p l e t a m e n t e de la f o r m u l a c i ó n a b s
C i c e r ó n describe 49
tracta, prevalece también en época
clásica.
Provienen también de esta época la mayor parte de las
auténticas r e g l a s e s c o l á s t i c a s , aquellos princi No es ni siquiera necesario aclarar este método tan característico de la
pios expresados a modo de proverbios que los clásicos citan literatura clásica (aparte la isagógica). Considérese, por ejemplo, un am
como regulae veterum. Sin embargo, no se deben sobrevalo- plio fragmento del comentario de Ulpiano al Edicto, reproducido esen
cialmente en su coherencia originaria, como el n. 614 de la Palingenesia
rar los resultados obtenidos por la que ha sido llamada «ju
de Lenel (= D. 9, 2, 7, 1-8; 9; 11 pr.-5)54. Ulpiano quiere explicar, en este
risprudencia regular» 50. Es cierto que las reglas que fueron punto, que la muerte de un esclavo cae bajo la ley Aquilia sólo si se ha
entonces formuladas abstractamente eran, en su conjunto, producido por una lesión corporal inflingida al esclavo por el agente. Si la
muy elementales, y la época clásica prosiguió con mucha re muerte es causada de forma distinta, no es directamente aplicable la ley,
serva estos intentos 51. En las obras elementales y propedéu pero el pretor debe conceder una acción análoga. Estos principios resultan
ticas de la época clásica, a cuyo número pertenecen también de la casuística expuesta, pero no están enunciados. Bastante es que Cel
los libri tres hiris civilis de S a b i n o , domina el método so expresara la fórmula general citada en el § 6; ésta, sin embargo, no es
acertada, porque, evidentemente, occidere es un caso del causam mortis
abstracto: hecha esta excepción, se continúa con el tradicio praestare y no su antítesis. El posterior tratamiento acerca de la coopera
nal método casuístico. Las grandes colecciones de Responsa, ción de más personas, a propósito de la que se examina igualmente la
Quaestiones y Epistulae muestran, más o menos resumidos y compensación de culpas, se desarrolla también, exclusivamente, en forma
reelaborados, los casos que el autor ha examinado como con casuística. Los compiladores pueden haber omitido en este fragmento uno
sejero o como maestro, sin ninguna exposición teórica que o varios de los casos contemplados en su modelo, pero n o c i e r t a
los agrupe. Pero es digno de un particular relieve el que tam m e n t e aquellos principios fundamentales teóricos que tanto amaban:
bién las grandes obras, que solemos llamar «comentarios» al éstos faltaban ya en el original.
Edicto o a los libri inris civilis de S a b in o — en especial los
Di gesta de J u li a n o , los libri aci Edictum y ad Sabinum de La época p o s t c l á s i c a tiende de nuevo fuertemen
Pom ponio, de P a u l o y de U lp ia n o — , están construidos la te a la formulación abstracta, y más de una de entre las reglas
mayoría de las veces casuísticamente; y no ya sólo en el sen teórico-abstractas que se encuentran incluidas en nuestros
tido de que, como en un comentario moderno, las reglas fun textos de la jurisprudencia clásica fueron recopiladas en esta
damentales abstractas sean ilustradas por casos reales o ima época. La regla escolástica encuentra nuevos fautores, y el
ginarios, sino que la exposición se agota en una serie de último título del Digesto, de regulis iuris, es un monumento
casos iguales, en los que la regla de derecho encuentra su ex de esta jurisprudencia regular postclásico-bizantina 55. Pero
presión sin estar formulada abstractamente. N o se suele ex las tradiciones clásicas eran todavía demasiado fuertes y las
traer de la serie de casos la conclusión teórica; más bien se fuerzas propias de esta época demasiado débiles para que se
queda en la «simple asociación, coordinada y visible, de la
52 Max W e b e r , cap. VII, § 1, p. 395: cfr. B e t t i , Dir. rom. e dogm.
odierna., § 3, en «Arch. giur.», 99, 1928; B io n d i , Prospettive, 29.
49 Supra, p. 70, nota 43. 53 Muchas veces, sin embargo, estas excepciones, estas formulaciones
50 Joers. Rom. Rechtswissenschaft, 1, 1888, 283 y ss.; Pringsheim, abstractas, provienen únicamente de época postclásica.
Beryt u. Bologna (supra, p. 65. n. 14), 246. 54 El fragmento está reproducido infra, p. 78 y ss.
51 Pringsheim. 245 y ss. 55 P r in g s h e im , 247 y ss.; Sc h u l z , «SZ», 50, 227.
74 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO a b s t r a c c ió n 75

pudiera llegar a dominar teóricamente la enorme casuística sin embargo sorprendentes licencias 62 e imperfecciones 63.
de los clásicos. Otras obras clásicas elementales se alejan en parte notable
Dado un rechazo tan profundo hacia toda abstracción, es mente de este sistema, sin que se puedan reconocer progre
natural que el i n t e r é s s i s t e m a t i z a d o r de los ju sos sistemáticos relevantes 64. Junto a este sistema, en la épo
ristas romanos fuera muy limitado 56. ca clásica sólo existe el del E d i c t o . El orden de las
Los intentos de crear un sistema se inician también con materias en el Edicto, que en una ocasión M o m m s e n de
Q. Mucio: su ius civile es la primera exposición sistemática finió como un d e s o r d e n 65, fue esclarecido por la re
del derecho civil 57. En comparación con las colecciones no construcción de L e n e l 66, Un plan claro en su origen, tal
vez simple, fue oscurecido por añadidos posteriores 67 y por
sistematizadas de opiniones y de casos prácticos, esta obra
la interpretación extensiva 68, e incluso la redacción de J u -
representó ciertamente un gran progreso, aunque sólo parte
L i A n o es algo muy diferente de un importante trabajo sis
de ella constituye un sistema como nosotros lo entendemos, temático. Sin embargo, no se pensó en exponer el derecho
en el que determinados conceptos y clasificaciones funda honorario con un orden mejor, construido con autonomía. Se
mentales asignan su lugar a cada supuesto 58. Sin embargo, atuvieron aquí al antiguo sistema edictal, pero se construyó
fue suficiente no sólo para sus contemporáneos, sino subs de una manera que pudiera dar entrada a todo lo que la juris
tancialmente también para la época clásica. Sin duda, en esta prudencia quería atraer al ámbito de su tratamiento, excluido
nueva época, el modelo sistemático del derecho civil fue el el ius civile tradicional 69; se ensanchó mediante inserciones,
orden que adoptó S a b i n o en sus libri tres iuris civilis; y, sobre todo, se añadió una segunda parte en la que venían
pero este orden está basado a su vez sobre el sistema de expuestas leyes, senadoconsultos y constituciones imperia
M u c i o , y sólo lo modifica el algunos puntos 59. Este sis les. Éste es el llamado s i s t e m a d e l o s « D i g e s -
tema de S a b i n o fue conservado en los grandes tratados t a » 70, que los clásicos adoptaron con preferencia incluso
de derecho civil de tiempos posteriores. Cuando nuevas ins
tituciones jurídicas deben ser tomadas en consideración, el 62 Falta el régimen del matrimonio, de la prenda, de la posesión; de
antiguo sistema se ensancha con inserciones y apéndices 60. los contratos reales solamente se recuerda el mutuo; la doctrina de la ex
Surgió también de la escuela de S ab in o el s i s t e m a e n tinción de las obligaciones se sitúa después de las obligaciones nacidas de
contrato y antes de las nacidas de delito; etc.
la e x p o s i c i ó n e l e m e n t a l del d e r e c h o 63 K rueger, 208 y s.
que encontramos en las Instituciones de G a y o , aunque, 64 Véanse en la Palingenesia de L e n e l las obras elementales citadas
■por lo que parece, no fuera tenido en cuenta todavía en la re por Kr u e g e r , 141.
dacción originaria61. Interesante como primer intento de 65 Jur. Schr, 1, 164.
66 Edictum perpetuum, 3.a ed., 1927. Sobre el edicto prejulianeo
reunir el derecho civil y el honorario, este sistema presenta E. W e is s , «SZ», 50, 249.
67 Así, por ejemplo, en el título «de in integrum restitutionibus» la in
integrum restitutio por causa de violencia fue incluida más tarde (S c h u l z ,
56 Vid. sobre este punto La P ira, «Bull.», 42, 1934, 336 y s. «SZ», 43, 221 y ss.) de manera que la rúbrica siguiente, «ex quibus cau
57 K rueger, 64. No conocemos ni el sistema de las XII Tablas ni el sis maiores XXV annis in integrum restituuntur», perdió su significado,
de los Tripertita: K rueger. 59. dado que ahora también los maiores eran restituidos in integrum en caso
58 Sobre el sistema, vid. K rueger, 64; L enel, Paling., 2, 60; Lepoin- de violencia (S c h u l z , 1. c., 222).
t e , Q. Mucius Scaevola, 1926, 53 y ss., 130. 68 La rúbrica «de negotiis gestis» se refería en origen únicamente al
59 Sobre el sistema de Sabino, vid. K rueger, 164; Lenel, Paling., 2, negocio p r o c e s a l (Le n e l , Edict., 32): como consecuencia de la in
1257; F rezza, Osservazioni sopra il sistema di Sab., en «Riv. ital. se. terpretación extensiva la posición sistemática de esta rúbrica ha llegado a
giur.», N.S.. 8. 1933, 412. ser incomprensible.
60 K rueger, 164, n. 7. 69 Vid. sobre esto supra, p. 52 y ss.
61 K r u e g e r , 20. 70 Llamado así con base en los Digesta de C e l s o y de J u l ia n o . Vid.
76 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO ABSTRACCIÓN 77

donde no tenían com o finalidad la interpretación del Edicto, tura clásica de un rigor sistemático que descienda a los deta
com o en las colecciones de Responsa y de Quaestiones. lles. Hasta en las Instituciones de G a y o , que se esfuerzan vi
La é p o c a p o s t c l á s i c a , en cuanto a contribu siblemente en una construcción conforme a un plan, el des
ción sistemática, no fue mucho más alia. El sistem a de las cuido sistemático es evidente. Muchas veces un capítulo está
Instituciones de G a y o se conservó con alguna ampliación en unido con el que le precede mediante fórmulas cómodas, sin
el liber singularis del pseudo-Ulpiano 71, y está de nuevo indicar el vínculo conceptual y la razón por la que aquella
presente en la base de las Instituciones de J u s ti n ia n o . Se or materia se expone precisamente en aquel punto 80: «Pasemos
denaron según el sistema de los «D igesta» las Sententiae del a h o r a a las obligaciones» (3, 88); «la obligación se extin
pseudo-Paulo 72, las colecciones de constituciones en los có gue...» (3, 168: sin otro trámite, después de las obligaciones
digos Gregoriano, Herm ogeniano, T eodosiano y Justinia- que surgen del contrato y antes de las que surgen del delito):
neo 73 y también el D igesto de J u s t i n i a n o 74, por más que el «Hemos de advertir a h o r a que se puede litigar bien en
sistema mismo fuera sucesivamente ampliado con nuevas in nuestro propio nombre, bien en nombre ajeno» (4, 82: sin re
serciones y digresiones. velarnos por qué esta materia deba ser expuesta precisamen
También para c a d a m a t e r i a d e s u s i s t e m a te a continuación de las acciones adieticias y noxales); «Vea
tuvo Q. Mucio com o finalidad una exposición sistemática, mos a h o r a cuándo debe ser prestada una caución» (4,
distinguiendo en genera los diferentes fenóm enos jurídicos 88); etc.: «(il y a beaucoup de “puis” dans cette histoire!)».
(genera de la tutela, de la possessio, etc.) 75. Los escritores En las grandes obras n o e l e m e n t a l e s la ligazón
posteriores continuaron esta labor767. Estas distinciones — ya de cada tratamiento entre sí es todavía más descuidada y li
que en realidad se trata de una anticipación de la literatura gera. Está claro que se atribuye poca importancia a ello, y
boloñesa de las distinctiones 77— tuvieron una influencia, al que sobresale el interés por las particularidades. Natural
menos parcial, sobre el orden de exposición. A sí, G a y o mente, esto es válido de manera especial para la literatura ca
expone el régimen de los legados según los genera legato suística, en sentido estricto, para las colecciones de Respon
rum 78, el de los contratos según los genera contractuum 79, sa, Quaestiones, Disputationes, Epistulae. En los límites en
y ciertamente Mucio debió haber agotado ya de esta manera los que se desea también para esta materia un orden sistemá
sus genera. Pero no se puede hablar en relación con la litera- tico, se escoge, como se ha dicho, el sistema de los Digesta:
pero dentro de cada rúbrica de este sistema los supuestos es
tán ordenados con mucho descuido, y no se puede hablar de
sobre este sistema K rueger, Geschichte, 163, y «SZ», 7, 2, 94 y ss.; Le- una exposición clara inspirada en determinadas ideas direc
nel, Paling., 2, 1255; H. K rueger, «SZ», 37, 313. trices.
71 K rueger, 248; S chulz, Die Epitome Ulpiani (1926).
72 S chulz. «SZ», 47. 39 y ss.; S c h e rillo , «St. Riccobono», 1, 41
y ss. Léase, por ejemplo, el extenso fragmento de los Responsa de Pa pin ia
72 K r u e g e r , 319, 327, 387 y s. no que se conserva en D. (26, 7) 39. Los compiladores, naturalmente,
74 Kr u e g e r , 377 y s. suprimieron aquí y allá pasajes, pero no ciertamente los principios abs
75 K r u e g e r , 64. tractos que establecieron la ligazón. La conservación completa está ga- t
76 El material está ahora parcialmente recogido en la voz genus del rantizada para los §§ 3-5 por los fragmentos berlineses. Si verdaderamen
Voc. tur. Rom. (2, 987). Vid. también Jolow icz, 421 y s. te en el § 5 el mismo Pa p in ia n o hablaba del curator impuberis 81 (la
77 Cfr. Seckel, Distinctiones glossatorum, en la «Berliner Festschr. f.
Martitz», 1911, 285; Pringsheim, Beryt u. Bologna, 220 y ss.
78 2, 192 y ss. 80 Sobre lo que sigue, K r u e g e r , 208 y s.
79 3, 89 y ss. 81 Vid. a propósito Le n e l , «SZ», 35, 182.
78 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO ABSTRACCIÓN 79
rúbrica es ¡de tutelis!), esto hace ver con particular claridad con cuánta li 2. Sed si quis plus iusto one Pero si alguien, cargado más de
bertad se procedía en la composición de estas obras. ratus deiecerit onus et servum oc la cuenta dejara caer la carga y hu
ciderit, Aquilia locum habet: fuit biera matado de esta manera a un
Pero, incluso en el siglo n d. C., tampoco parece que se enim in ipsius arbitrio ita se non esclavo, se aplica la ley Aquilia,
preocuparan particularmente de las peculiaridades de la com onerare. Nam et si lapsus aliquis ya que dependía de él no cargarse
posición en las grandes obras sistemáticas. La obra principal servum alienum onere presserit, así. En efecto, también si alguien
Pegasus ait lege Aquilia eum te resbalando hubiera aplastado con
del siglo ii y de la jurisprudencia romana en general, los Di neri ita demum, si vel plus iusto se su carga a un esclavo ajeno, dice
gesta de J u l i a n o , está compuesta de esta manera có oneraverit vel neglegentius per Pegaso que será responsable con
moda y descuidada. Léanse los extensos fragmentos que de lubricum transierit. base en la ley Aquilia sólo si se
ella nos ofrece el Digesto justinianeo 82. No se puede reco hubiese cargado más de lo justo o
nocer allí una clara disposición en el sentido que nosotros le hubiese pasado imprudentemente
damos, una progresión según planes preestablecidos. No se por un terreno resbaladizo.
encuentran, en absoluto, pasajes que aludan al plan seguido
por el autor. Es cierto que debemos suponer que también aquí 3. Proinde si quis alterius im De ahí que si alguno causa el
se llevarían a cabo supresiones por los compiladores, pero en pulsu damnum dederit, Proculus daño porque ha sido empujado por
scribit neque eum qui impulit te otro, Próculo escribe que no que
fragmentos tan extensos debería ser reconocible el orden de neri, quia non occidit, neque eum da obligado ni el que ha dado el
exposición, y las frases que hubieran servido de orientación qui impulsus est, quia damnum empujón, porque no ha «matado»,
en relación con el sistema habrían sido, con certeza, conser iniuria non dedit [.-secundum ni el que lo recibió porque no ha
vadas por los compiladores. Se diría que en el siglo m las ma quod in factum actio erit danda in causado el daño por su culpa. [Se
terias fueron ordenadas con más rigor, y es ésta la impresión eum qui impulit] 84. gún esto ha de darse una acción
que se obtiene estudiando los extensos framentos extraídos construida según criterios de ana
de los comentarios de P a u l o y de U lp ia n o al Edicto. Sin em logía contra el que empujó.]
bargo, todavía deja mucho que desear en cuanto a la exposi
4. Si quis in colluctatione vel Si en la lucha o en el pancracio,
ción. in pancratio, vel pugiles dum in o mientras los púgiles se ejercitan
ter se exercentur alius alium occi entre sí, uno mató a otro, no es
Consideremos el fragmento que sigue del comentario al Edicto de Ul derit [,si quidem in publico certa aplicable la ley Aquilia [si uno
piano (D. 9, 2, 7, 1-8; 9; 11 pr.-5 = L e n e l , Paling., Ulp. 614): mine alius alium occiderit], mató al otro en un certamen públi
cessat Aquilia, quia gloriae causa co], porque en este caso se consi
et virtutis, non iniuriae gratia vi dera hecho el daño para adquirir
7. 1. «Occisum» autem ac El esclavo es considerado como detur damnum datum. [Hoc au gloria y valor y no por hacer una
cipere debemus, sive gladio sive «muerto» si ha sido atacado con la tem in servo non procedit, quo ofensa. [Pero esto no procede en
etiam fuste vel alio telo vel mani espada o también con un palo o niam ingenui solent certare: in relación con un esclavo, porque
bus (si forte strangulavit eum) vel con otra arma o con las manos (si filio fam ilia vulnerato procedit. sólo los hombres nacidos libres
calce petiit [vel capite vel qualiter por ejemplo lo estranguló) o con Plane si cedentum vulneraverit, suelen tomar parte en estas luchas.
qualiter] 78-\ los pies [o con la cabeza o de cual erit Aquiliae locus, aut si non in Sí procede si es herido un hijo de
quier otro modo]. certamine servum occidit, nisi do- familia. Por supuesto que si (uno)

84 El período final no es genuino: cfr. B e s e l e r , 3, 156, y el Ind. intpl.


«2 Por ejemplo. D. (41. 3) 33; (41, 4) 7; (45, 1) 56; (46, 3) 34. Es posible que también la descripción del supuesto de hecho (proinde-de
83 Las palabras entre corchetes han de considerarse interpoladas: son derit) haya sido abreviada: las observaciones de B e s e l e r , «SZ», 50, 31,
extrañas y destrozan el significado de la casuística recogida. no convencen.
80 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO ABSTRACCIÓN 81

mino committente hoc foetum sit: hubiese herido a un adversario submersus est aut lassatus vi flu por el golpe como si se hubiera
tunc enim Aquilio cessat ] 85. que ya se retiraba, la ley Aquilia minis victus perierit, lege Aquilia sumergido enseguida, ya si hubie
se aplica, y también si mató a un teneri, quemadmodum si quis pue ra perecido exhausto vencido por
esclavo en una lucha no pública, a rum saxo inlisisset. la fuerza del río, queda sujeto a la
menos que lo haya hecho por en ley Aquilia, del mismo modo que
cargo de su dueño, porque enton si alguien hubiera estrellado a un
ces no es aplicable la ley Aquilia.] niño contra una roca.
5. Sed si quis servum aegro Pero si alguien hubiera golpea 8. Proculus ait, si medicus Dice Próculo que si un médico
tum leviter percusserit et is obie do levemente a un esclavo enfer servum imperite secuerit, vel ex hubiera operado con impericia a
rit, recte Labeo dicit lege Aquilia mo, y éste hubiera muerto, dice locato vel ex lege Aquilia compe un esclavo, compete la acción de
eum teneri, quia aliud alii morti justamente Labeón que aquél que tere actionem. la locación o la de la ley Aquilia.
ferum esse solet. da obligado por la ley Aquilia,
porque los mismos golpes no son
9. pr. Item si obstrexit medi Igualmente, si una comadrona
mortales para todos.
camentum de derit et inde mulier hubiera suministrado un medica
6. Celsus autem inultum inte- perierit, Labeo distinguit, ut, si mento y por consecuencia de esto
Dice Celso además que hay
resse dicit, occiderit an mortis mucha diferencia entre el que hu quidem suis manibus supposuit, hubiera perecido la mujer, Labeón
causam praestiterit, ut qui mortis biera matado o el que hubiera videatur «occidisse»: sin vero de distingue en el sentido de que si lo
causam praestitit, non Aquilia sed dado ocasión a la muerte de otro, dit, ut sibi mulier offerret, in fa c suministró con sus manos se con
in factum actione teneatur. Unde en el sentido de que el que (sim tum actionem dandam. Quae sen sidera que «ha matado», pero si,
adfert eumqui venenum pro medi plemente) ha ocasionado la muer tentia vera est: magis enim por el contrario, lo hubiera entre
camento dedit, et ait causam mor te no está sujeto a la ley Aquilia causam mortis praestitit quam oc gado para que la mujer se lo to
tis praestitisse, quemadmodum sino a una acción in factum. Por cidit. mara, debe darse una acción in
eum qui furenti gladium porrexit: eso aduce el ejemplo de aquel que factum. Y esta opinión es correc
nam nec hunc lege Aquilia teneri, suministró un veneno en vez de ta, porque (en este segundo caso)
sed in factum. una medicina, y dice que éste la comadrona, más que matar,
(simplemente) dio ocasión a la proporcionó una causa de muerte.
muerte, del mismo modo que el
que proporciona una espada a un 1. Si quis per vim vel suasum Si con violencia o con persua
loco; pues tampoco éste queda su medicamentum alicui infundit vel sión alguien suministra un veneno
jeto a la ley Aquilia, sino a una ac ore vel clystere, vel si eum unxit a un esclavo por la boca o m e
ción in factum. malo veneno, lege Aquilia eum te diante un clister, o si lo unta con
neri, quemadmodum obstetrix una sustancia venenosa, queda
7. Sed si quis de ponte ali Pero si alguien hubiera precipi supponens tenetur. obligado por la ley Aquilia como
quem praecipitavit, Celsus ait, tado a otro desde un puente, dice la comadrona, que hubiera sumi
sive ipso ictu perierit aut continuo Celso que, ya si hubiera perecido nistrado personalmente el medi
camento.
85 Desde hoc autem en adelante está, sin duda, interpolado (cfr. Ind.
intpl.); ni tampoco debe ser genuino si quidem-occiderit; no se dice en el 2. Si quis hominem fanie ne Si alguien hubiese matado de
texto cuál es el término de oposición al certamen publicum, y no se ve, si caverit, in factum actione teneri hambre a un esclavo, dice Nera-
quiera, por qué la solución debe ser válida sólo para un certamen p ú Neratius ait. cio que quedará obligado con una
blico. acción in factum.
82 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO ABSTRACCIÓN 83

3 Si servum meum equitan Si cabalgando un esclavo mío, rrecto afirmar que quien se confía
tem concitato equo effeceris in tu presencia asusta al caballo de a un barbero que hubiese puesto
flum en praecipitari atque ideo manera que precipite (al esclavo) su silla en un lugar peligroso debe
homo perierit, in factum esse dan en un río y allí muriera. Ofilio es imputarse a sí mismo el mal que le
dam actionem Ofilius scribit: cribe que se ha de dar una acción pueda sobrevenir].
quemadmodum si senms meus ab in factum, del mismo modo que si
alio in insidia deductus, ab alio mi esclavo, atraído a una embos 1. Si alius tenuit alius intere Si uno ha sostenido al esclavo y
esset occisus. cada por uno hubiera sido matado mit, quasi causam mortis prae otro lo ha matado (el primero)
por otro. buit, in factum actione tenetur. queda obligado con una acción in
factum en cuanto que dio ocasión
4. Sed si per lusum iaculanti- Pero si un esclavo hubiera sido de muerte.
bus servus fuerit occisus, Aquiliae matado por gente que por juego se
locus est: sed si cum alii in campo ejercitaba en el tiro de la jabalina, 2. Sed si plures servum per Pero si varios hubieran golpea
iacularentur, servus per eum lo se aplica la ley Aquilia. Pero si cusserint, utrum omnes quasi oc do al esclavo, hay que ver si todos
cum transierit, Aquilia cessat, mientras otros se ejercitaban a ti ciderint teneatur, videamus. Et si son responsables a título de muer
quia non debuit per campum ia- rar la jabalina en un campo el es quidem apparet cuius ictu perie te. Ahora bien, si aparece quien
culatorium iter intempestive face clavo transita por allí, cesa la res rit, ille quasi occiderit tenetur: había inferido el golpe mortal (so
re: qui tamen data opera in eum ponsabilidad con base en la ley quod si non apparet, omnes quasi lamente) éste será responsable a
iaculatus est, utique Aquilia tene Aquilia, porque era él quien no occiderint teneri Iulianus ait, et si título de muerte; si, por el contra
bitur 86. debía pasar intempestivamente cum uno agatur, ceteri non libe rio, no aparece, Juliano afirma que
por el campo de juego. Sin embar rantur [:nam ex lege Aquilia quod todos deben responder de la muer
go, si alguno le lanzó aposta la ja alius praestitit alium non relevat, te, y si se demanda a uno de los
balina, quedará obligado en todo cum sit poena] 88. culpables, los demás no quedan li
caso por la Aquilia. berados [porque en materia de la
ley Aquilia, tratándose de penas,
lo que uno ha pagado no exonera
11. pr. Item Mela scribit, si Si por otra parte alguien, jugan
al otro].
cum pila quidam luderent, vehe do con otros a la pelota, la hubie
mentius quis pila percussa in ton ra dado un golpe muy fuerte ha
3. Celsus scribit, si alius Si uno hubiera golpeado a un
soris manus eam deiecerit et sic ciéndola caer sobre las manos de
mortifero vulnere percusserit, esclavo infligiéndole una herida
servi, quem tonsor radebat, gula un barbero y el esclavo al que el
alius postea exanimaverit, prio mortal, y después otro le hubiera
sit praecisa [adiecto cutello], in barbero estaba afeitando le fuera rem quidem non teneri quasi occi rematado, escribe Celso que el
quocumque eorum culpa sit, eum cortada la garganta [con la nava derit, quia ex alio vulnere perit, primero no es responsable de la
lege Aqulia teneri. Proculus in ja], Mela escribe que aquel que posteriorem teneri, quia occidit: muerte sino de la herida, porque
tonsore esse culpam [:et sane si fuera culpable queda obligado por
ibi tondebat, ubi ex consuetudine la ley Aquilia. Próculo dice que la
ludebatur vel ubi transitus fr e culpa es del barbero [y es cierto 87 Vid. B e s e l e r , «SZ», 43, 540; Ku n k e l , 1. c., 177; B e s e l e r , «SZ»,
quens erat, est quod ei imputetur: que si él se ha puesto a afeitar en 50, 30. El texto está corrompido por glosemas y por supresiones compila
quamvis nec illud male dicatur, si un lugar donde habitualmente se torias. También están interpoladas, sin lugar a dudas, las palabras in quo-
in loco periculoso sellam habenti jugaba o donde el tránsito era fre cumque-teneri, y desbaratan la verdadera decisión de Mela; sin embargo,
tonsori se quis commiserit, ipsum cuente, hay motivo para imputarle no puedo estar de acuerdo con B e s e l e r en que no tenga influencia la cul
de se queri debere] 87. la culpa; aunque tampoco es inco- pa del esclavo herido y en que, por lo tanto, no se tratara en origen de la
compensación de culpas; de otro modo, debería transformarse de forma
radical también la 1. 9 § 4.
86 Vid. a propósito de esto K u n k e l , «SZ», 49, 174 y ss. 88 Cfr. el Ind. intpl.
84 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO ABSTRACCIÓN 85
quod et Marcello videtur et est otra ha sido la herida de la que ha pr.-5): aquí se examina en primer lugar la cooperación del agente y de la
probabilius. muerto, y que el segundo es res víctima 90, es decir, la llamada compensación de culpas (9, 4, y también
ponsable por haberlo matado. 11, pr.: el comienzo de esta sección, que estaba antes de la 1. 9 § 4, ha sido
Ésta es también la opinión de cortada por los compiladores), y después, la cooperación de varios agen
Marcelo, y es muy digna de ser tes (11, 1-5). Obsérvese antes de todo el paso de la primera a la segunda
seguida.
parte, que se efectúa mediante un ligero autem. La segunda parte se co
mienza por Ulpiano con la formulación y con los ejemplos de Celso: pues
4. Si plures trabem deiecerint Si varias personas hubieran
et hominem oppresserint, aeque to que entre éstos se recuerda también la muerte mediante un pretendido
arrojado una viga y aplastado con
veteribus placet omnes lege Aqui ella a un esclavo, los antiguos son medicamento, Ulpiano añade allí el caso del médico cirujano que se equi
lia teneri. igualmente de la opinión de que voca en una operación (7, 8), aunque este caso corresponda manifiesta
todos son responsables con base mente a la primera parte. También en los casos pertenecientes a Labeón se
en la ley Aquilia. trata del suministro de medicamentos (9 pr., § 1): si a estos casos se liga
el del esclavo que otro ha dejado morir de hambre, esto está sugerido por
5. Item cum eo, qui canem Asimismo respondió Próculo la idea de contraponer la muerte por s u m i n i s t r a c i ó n (de veneno)
irritaverat et effecerat, ut aliquem que, si alguien hubiera azuzado a a la de por n o s u m i n i s t r a c i ó n (de alimentos). En la tercera par
morderet, quamvis eum non te un perro haciendo así que mordie te, y después del discurso sobre la compensación de culpas, se discuten los
nuit, Proculus respondit Aquilae ra a un esclavo, procede la acción siguientes casos: l.° Uno ha sujetado a un esclavo, otro lo ha matado (11,
actionem esse. Sed Iulianus eum de la ley Aquilia, aunque no lo lle 1); 2.° varias personas han golpeado a la vez (11, 2); 3.° varias personas
demum Aquilia teneri ait, qui te vara sujeto. Pero Juliano afirma han golpeado, una después de otra (11, 3); 4.° varias personas han arroja
nuit et effecit ut aliquem morde que por la ley Aquilia sólo queda do una viga (11, 4); 5.° la mordedura de un perro (11, 5). Ahora bien, los
ret: ceterum si non tenuit, in fa c obligado el que teniendo al perro números 1-3 están en su sitio; el número 4, en cambio, no debería haber
tum agendum. sujeto, hubiera hecho que mordie se considerado en este lugar, sino en la primera o en la segunda parte. Aquí
se a alguien, mientras que se de el único problema es ver si subsiste un damnum corpore corpori datum, y
bería demandar con una acción in
este problema se habría presentado tal cual incluso si u n o s o l o hu
factum contra el que no tenía suje
to al perro. biera arrojado la viga. La idea de tomar en consideración el caso en sede
de complicidad nace del hecho de que en la vida normalmente es necesa
ria la cooperación de varias personas para arrojar una viga que produzca
una lesión mortal, conexión aguda, pero primitiva. Con más motivo co
Los textos que preceden están contaminados por glosemas e interpola rrespondería a la primera o a la segunda parte el caso número 5; y es pri
ciones, y los compiladores eliminaron también algunos trozos y abrevia mitiva la idea de poner en relación la cooperación entre el h o m b r e que
do lo que quedaba; pero todo esto es irrelevante en cuanto que en un frag azuza y el p e r r o que muerde con la cooperación entre v a r i o s
mento tan amplio debe existir una construcción sistemática, y ésta,
hombres.
efectivamente, es reconocible. Ulpiano comenta la palabra occidere en el
capítulo I de la ley Aquilia. Es evidente que el tratamiento está dividido
en t r e s p a r t e s . La p r i m e r a determina el significado de la pa En conclusión, Ulpiano se esfuerza por conseguir un or
labra occidere en la ley: muerte mediante un damnum corpore corpori da den sistemático en la exposición, pero la yuxtaposición de
tum 89 (7, 1-5). La s e g u n d a p a r t e trata de la extensión de la ley casos heterogéneos reunidos a la ligera no está superada del
(mediante concesión de acciones in factum) a los casos del simple causam
todo 91.
mortis praestare (7, 6-8; 9, pr.-3). Finalmente, la t e r c e r a p a r t e tra
ta de la muerte mediante la cooperación de varias personas (9, 4; 11,
90 K u n k e l , 1. c., 177, n. 3.
91 Véase también el extenso fragmento de P au lo sobre la possessio y
89 Gayo. 3, 219. la usucapio en L enel, Paling., 1, 1063 y ss.
86 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO ABSTRACCIÓN 87

La época postclásica prosiguió en estos esfuerzos sistemá que el método preferentemente casuístico hacía difícil e inac
ticos con sus distinciones y construcciones de categorías 92, cesible el derecho y su ciencia 96; pero, esto no obstante, ¿no
pero tampoco llega por esta vía a la formación de un sistema. era quizá el método de los clásicos — aunque no muy cientí
El desarrollo histórico lleva más bien, en definitiva, a la fico— el más j u r í d i c o ?, ¿y no demuestran, incluso por
completa renuncia a coordinar sistemáticamente los supues esta vía, ser juristas de pura sangre? 97. Una cosa es segura:
tos. Las colecciones de constituciones ordenan cronológica el método casuístico, que describe el derecho en su movi
mente a éstas en títulos concretos. En el Digesto de Justinia miento y en su lucha 98, ha dado a la literatura clásica una vi
no, los fragmentos están ordenados según los escritos de los vacidad y una frescura que no hubiera podido alcanzarse con
que cada uno ha sido extraído, después de que estos escritos un sistema estrictamente teórico; a este método debe también
hubieran sido distribuidos en masas y en subgrupos 93. Pla la jurisprudencia la particular fuerza propulsora que de ella
nes legislativos de este género podían ser concebidos sólo se desprende, aquel requerimiento a colaborar productiva
por hombres que estuvieran acostumbrados a fijarse en la ca mente que nace del tener en secreto la idea directriz. En po
suística y a no dar importancia al rigor sistemático de la ex cas palabras, precisamente aquello que ha suscitado siempre
posición. He aquí que una vez más se demuestra en que me la admiración de la posteridad jurídica.
dida es r o m a n a la obra de la legislación justinianea.
Toda esta actitud de los juristas romanos, fundamental
mente hostil a la abstracción, y su actividad esencialmente
asistemática y casuística fue descrita con exactitud por C i -
c e r ó n , especialmente a través de la exposición de su pro
pio ideal de la ciencia jurídica, totalmente antitético — como
él mismo señala— al de los juristas. En su opinión, la juris
prudencia habría tenido que edificar un bello y bien ordena
do edificio sistemático, con muchas divisiones en genera y
species, con definiciones claras y reglas abstractas 94. Es éste
el «in artem redigere» del derecho, que él propugnó en un es
crito que escribió a proposito de este asunto 95, considerán
dolo, como verdadero profano, una cosa extremadamente
simple. La jurisprudencia romana respondió a estas incita
ciones con un silencio cortés, sin pensar de ningún modo en
amoldarse a planes similares. No es suficiente esto, cierta
mente, para rebatir a C i c e r ó n . Indudablemente, es exacto

92 ALBERTAR10, Introduzione, 11. 120 y s.


93 K rueger. Geschichte, p. 379; Schulz en «Atti Congr. dir. rom.»
(Roma), 2, 11 y ss.; Genzmer, en los mismos «Atti», Bolonia, 1, 350.
94 De orcit.. 1. 42. 190: Brutus, 41, 152; Vid. a propósito L a P ir a , 96 «Difficilem et obscuram»», escribe C ic e r ó n . Vid. A u s t in , Lectures
«Bul!.», 42, 1934. 338 y ss. on Jurisprudence (5.a ed. a cargo de R. C a m pb e l l ), 1, 58.
95 Vid. sobre esta obra perdida Dirksen, Hinterlassene Schriften, 1, 1 97 Vid. las finas observaciones de Sa v ig n y , Beruf, 30 (reimpresión,
y ss.; K rueger, 85; Schanz. 1, 527; S tro u x , en «Atti Congr. dir. rom.» p. 18)
(Roma), 1, 125 y s. 98 K ie r u l f f , Theorie des gem. Zivilrechtes, 1, 1839, 156.
SENCILLEZ *

Denique sit quidvis simplex dumtaxat et unum.


H oracio, Ars poetica, v. 23.

Tuming from the study of the English to the study of the Román law,
you escape from the empire of Chaos and darkness to a world,
which seems by comparison the región of order and light.
Austin, Lectures on Jurisprudence,
5.a ed. a cargo de Rob Campbell, 1 (1911), p. 58.

«A quien viene del norte en Italia», así comienza el libro


de H e i n r i c h W ó l f f l i n sobre Italia y el sentido
alemán de la forma «el mundo se le presenta con un trazo
más determinado, más sencillo, más inteligible». Y en el ca
pítulo «Grandeza y sencillez» el autor formula así la contra
posición *I2: «Lo que establece la diferencia es la sencillez en
lo grande. El conjunto nunca es complejo ni complicado,
sino que se reduce a pocos presupuestos que hablan claro.
Una fantasía como la que ha producido el laberinto abismal
de formas que hay en la gigantesca Capilla del Sacramento
de Krafft, o incluso la tumba de San Sebaldo en Nuremberg,
no tiene la fantasía italiana». Estas profundas palabras van
mucho más allá del campo de las artes figurativas; se expre
sa en ellas también la oposición esencial entre el derecho ro
mano y el alemán. Para quien pase del ambiente del derecho
medieval alemán al del derecho romano, el mundo del dere
cho se presenta con un trazo más determinado, más sencillo,
más inteligible. Después de la complejidad y la complicación
del derecho alemán y el laberinto formal de sus concepcio-

* Prinzipien..., p. 45: Einfachheit; Principies..., p. 66: Simplicity;


I Principii..., p. 59: Semplicitá.
1 P. 9.
2 P. 157.

I
90 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO SENCILLEZ 91

nes, en el derecho romano es evidente la sencillez en la gran a m o r por la v a r i e d a d ; el de la s e n c i


deza, la reducción a pocos presupuestos que hablan claro. Y l l e z c o m o o p u e s t o al d e l a c o m p l i c a
no se contraponga que el derecho medieval alemán sólo pue c i ó n ; la r e d u c c i ó n a p o c o s p r e s u p u e s
de ser comparado con el derecho de la e d a d m e d i a t o s q u e h a b l a n c l a r o . A esto aspiraron la época
r o m a n a , y que en el siglo segundo y primero a. C., por no republicana y la clásica, y esto consiguieron en substancia.
hablar del período del derecho clásico, Roma había dejado Es cierto que quien estudia profundamente las fuentes del de
tras de sí hacía ya mucho tiempo su edad media. Es cierto recho romano tendrá la impresión de que las líneas no son
que también s e p u e d e n confrontar entre sí fenómenos tan sencillas com o parecían al principio. Efectivamente, el
que responden a distintas etapas de la civilización para com esfuerzo de los romanos hacia la sencillez y la grandiosidad
prender mejor a través del contraste los fenómenos mismos; de las líneas está contrastado por otros principios: la tenden
pero, en tal caso, es necesaria la mayor cautela en extraer de cia romana a la casuística, que hemos descrito en el capítulo
ello consecuencias acerca del contraste entre la individuali anterior, impide la exposición según principios abstractos y
dad de los distintos pueblos. Pero en nuestro caso se trata con claridad sistemática; el principio conservador, del que
precisamente de una antítesis efectiva entre los dos pueblos. trataremos en el capítulo siguiente, lleva a las supraestructu-
En efecto, también donde, como en Inglaterra, el derecho ras y a las yuxtaposiciones, que hacen difícil la visión de
germánico ha podido desarrollarse, por lo general, sin ser es conjunto. Y, sobre todo, es necesario no olvidar que la época
torbado, sin influencias romanísticas, a través de toda la postclásica y bizantina crearon mucha confusión. La disper
Edad Media y hasta la época moderna, este derecho ha con sión del material clásico y los retoques realizados en él en las
servado fielmente la característica ya señalada. Al jurista com pilaciones de J u s t i n i a n o , la legislación del mismo J u s
t i n i a n o en las N ovelas — mal meditada o, por lo menos, mal
continental, educado en la escuela del derecho romano, el de
recho inglés le parece complejo, complicado, d ifíc il3. Estas formulada— han hecho del derecho romano un corpus com
manifestaciones no quieren ser un juicio de valor. El ojo del plicado y difícil. N o obstante, incluso en este nuevo aspecto
hombre del norte puede considerar como desnudez la clari suyo, el derecho romano ha causado en el mundo germánico
una impresión de sencillez y de claridad. Y si nos detenemos
dad y la grandiosa sencillez de la arquitectura y del arte ita
en las concepciones fundamentales, sin perderse demasiado
liano del Renacimiento 4; del mismo modo, la complejidad y
en los detalles, y dejando de lado alguna materia insanable
la complicación del derecho germánico, y en su antítesis la
mente mal construida, com o la de la sucesión necesaria, la
clara sencillez del derecho romano, no representan ni un de
impresión parece también justificada.
fecto del derecho germánico ni un argumento a favor del de
Intentamos ahora proseguir con las aplicaciones particu
recho romano. De cualquier modo, las manifestaciones que lares del principio de se n c ille z *i56*, cuya eficiencia es reconoci
dan patentes; y se establece una característica fundamental ble especialm ente en el derecho privado.
del derecho romano. E s , e n e f e c t o , u n p r i n c i Aquí se expresa en la enérgica, a veces hasta violenta
pio romano, el de la unidad como p a r s i m o n i a en la c r e a c i ó n y en la u t i
o p u e s t o al d e l a m u l t i p l i c i d a d y al d e l lización de las i n s t i t u c i o n e s j u r í d i -

3 Así. incluso un inglés romanísticamente educado como A ustin, 5 Cfr. sobre lo que sigue I h e r in g , 3, 1, 176 y ss., que sin embargo tra
cuya opinión hemos elegido como lema de este capítulo. Es verdad que en ta el problema de un modo esencialmente distinto.
A ustin esto se refiere a una materia determinada (personal and real pro- 6 De la «economía jurídica» trata I h e r in g , 3, 1, 236 y ss., pero desde
perty), pero puede muy bien ser generalizado. otro punto de vista (es decir, sólo desde el de la jurisprudencia interpreta
i Cfr. WÓLFFLIN, 157. tiva y cautelar).
f
i

92 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO SENCILLEZ 93

c a s 6. Una única institución jurídica tiene que servir para fi adapta a supuestos de hecho tan heterogéneos, sólo podía
nes muy distintos; relaciones sociales muy diferentes están producirse en Roma.
sujetas al mismo régimen jurídico. Detengám onos, en materia de d e r e c h o d e f a m i
El derecho privado romano sólo conoce dos tipos de l i a , sobre el r é g i m e n patrimonial entre
a g r u p a m i e n t o h u m a n o , la societas y la corpora c ó n y u g e s . El derecho republicano y el clásico conocen
ción. Los romanos no buscaron nunca la multitud y la varie solamente dos situaciones de los bienes: la del matrimonio
dad de asociaciones que se encuentra en el derecho germáni cum manu, en virtud del cual la mujer está privada de patri
co. Para la c o m u n i d a d d e d e r e c h o s sólo existe monio 910, y la del matrimonio libre, estado de separación de
un tipo, la communio, ya se trate de la que existe entre socios bienes, salvo la constitución de la dote, siendo el marido
o de comunidad hereditaria o de cualquier otra communio in propietario de esta última (sistem a dotal). En derecho clási
cidens. El d e r e c h o d e p r o p i e d a d es único y uni co el único sistem a practicado es el dotal. En derecho justi
tario; no se hacen substancialmente diferencias entre la pro nianeo este sistem a es, incluso jurídicamente, elevado a régi
piedad inmobiliaria y la de los muebles. Si en el derecho men único, siendo abolido el m atrim onio cum manu.
clásico se distinguía todavía entre res mancipi y nec manci ¡Compárese con este estado de cosas el laberinto de formas
pi, y si el suelo provincial estaba sometido a un régimen par que en materia de régimen patrimonial entre cónyuges se ob
ticular, en el derecho justinianeo desaparecen también estas serva en el derecho alemán, y que ha llegado a ser, sin más,
diferencias. Existe, asimismo, u n ú n i c o d e r e c h o proverbial! *°. Aún hoy el código civil alemán conoce cinco
d e p r e n d a , que se constituye sobre fundos o sobre mue regímenes de bienes, y quien, después de haber profundiza
bles, que se acompaña o no de la posesión. En el d e r e c h o do en el estudio de estos com plicadísim os ordenamientos, se
d e o b l i g a c i o n e s se observan reagrupamientos y uni dirija al derecho romano, encontrará que la sencillez y la cla
ficaciones llevados a cabo violentamente en el tema de la lo ridad de éste están fuera de discusión.
catio conductio, del furtum, y de la iniuria. No se diferencian Por lo que respecta, finalmente, al d e r e c h o h e r e
el a r r e n d a m i e n t o y e l a l q u i l e r ; e l c o n d i t a r i o , el derecho civil romano conoce un único orden
t r a t o d e t r a b a j o oneroso y la c o n c e s i ó n one de sucesión ab intestato. Es cierto que de la duplicidad del
rosa d e l u s o d e u n a c o s a se reúnen en un único ordenamiento jurídico deriva también un segundo orden de
tipo de contrato. El furtum comprendía primeramente, como sucesión, el del derecho honorario (la bonorum possessio
demuestra la etimología 7, sólo el atentado a la vigilancia so sine tabulis), pero Justiniano retornó a la unidad en la N o v e
bre las cosas, substraer (llevarse) cosas muebles; artificiosa la 118. En antítesis con este régimen está la excesiva m ulti
mente, forzando el sentido de las palabras, la apropiación in plicidad de órdenes de sucesión en el derecho alemán 11. El
debida fue subsumida en la idea del hurto. S a b i n o derecho clá sico con oce u n ú n i c o testamento
quería, sin más, considerar como hurto el posesionarse de in o r d i n a r i o , puesto que las formas públicas de los testa-
muebles ajenos 8, pero no consiguió hacer prevalecer esta te
sis. Originariamente, la palabra iniuria indica sólo la lesión 9 Todo lo que ha adquirido la mujer pasa al marido en exclusiva titu
corporal, pero en el derecho clásico este concepto abarca laridad.
toda lesión voluntaria de la personalidad. Un fenómeno 10 Cfr. St o r m , El caballero del caballo blanco: «Sí, querida mucha
como la condictio, a c c i ó n d e e n r i q u e c i m i e n - cha —dice finalmente el señor del reparo—, ¿pero cómo están reguladas
t o , que en el derecho clásico y más aún en el justinianeo se aquí en el Kooge las relaciones patrimoniales? Debo confesar que por el
momento no estoy muy versado en este barullo». Cfr. N e u b a u e r , Das in
Deutschland geltende eheliche Güterrecht ,(2.a ed., 1889) y los Motivos
7 Mommsen, S tr a fR .. 733. del cód. civ. alemán, Derecho de familia, p. 134 en nota.
8 Mommsen. 740; Siber. § 89. 11 St o b b e -L e h m a n n , Deutsch. PrivR., 5, § 289 y ss.
r
;■

94 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO s e n c il l e z 95

inentos, calatis comitis e in procintu, fueron pronto abando depromissio) 19. En cambio, la t u t e l a d e l a s m u j e
nadas, de manera que sólo quedó el testamento por mancipa r e s , la tutela impuberum y la cura minorum se mantuvieron
tio l2. Aunque aquí, ciertamente, el derecho honorario dio lu distintas por razones válidas. Y también la multiplicidad de
gar a un «testamento pretorio» ( bonorum possessio g é n e r o s d e l e g a d o correspondía a la necesidad de
secundum tabulas) >3, y el derecho postclásico creó a su vez una amplia libertad de movimientos para el testador. Algunas
dos testamentos públicos (testamentum principi oblatum y de estas diferenciaciones clásicas fueron eliminadas por Jus
apud acta conditum) l4, porque la exclusividad del testamen tiniano (que conservó una única forma de garantía personal,
to privado solamente encajaba con el alto grado de civiliza la fideiussio, suprimió la tutela mulierum, unificó el régimen
ción de los tres primeros siglos d. C. De testamentos extra de los legados 1920, equiparó el legado y el fideicomiso 21): él
ordinarios, el derecho clásico sólo conoce el de los militares, es también un auténtico seguidor de los clásicos en el es
y solamente el derecho postclásico creó otros cuatro 15. Fi fuerzo de unificación y simplificación.
nalmente, en lo que atañe a casos concretos de sucesión, el Junto a la tendencia descrita hacia la parsimonia en la
derecho romano mantuvo firmemente en toda época (con la creación de instituciones jurídicas se advierte la aspiración,
única excepción en favor del testamento militar) el principio que responde al gusto romano por lo conciso, a c o n s
que admite u n ú n i c o t e s t a m e n t o , de manera que truir las i n s t i t u c i o n e s j u r í d i c a s c o m o
el segundo testamento del causante revoca de iure completa grandes formas ai sl ada s , neta y c l a r a
mente el primero: «nemo cum duobus testamentis decedere mente d e l i n e a d a s , y a evitar las m e z
potest» 16. El fatigoso y a veces difícil juego de la concilia colanzas y los com p rom is os híbridos.
ción entre los dos, con que las diferentes normas de los có La c o r p o r a c i ó n y l a s o c i e d a d son y que
digos modernos 17 constriñen a las partes y al juez, contrasta
dan como grandes figuras contrapuestas incluso para quien
con la voluntad romana de sencillez y de claridad 18.
deduzca la tara sobre las exageraciones de los estudiosos del
Se comprende por sí como esta aspiración a la unidad es
derecho común y de los germanistas 22; el derecho romano
atravesada a veces por otras tendencias. Las tres f o r m a s
d e g a r a n t í a s p e r s o n a l e s del derecho clásico no conoció figuras mixtas de una y de la otra 23. «Nada tiene
(que llegan a ser cuatro si se les añade el mandatum pecuniae en común la p r o p i e d a d c o n l a p o s e s i ó n » 24.*
credendae) no fueron ciertamente necesarias; pero se fueron
desarrollando históricamente una después de la otra, y al 19 Vid. infra, 116 y ss.
conservadurismo romano le repugnaba descartar las viejas 20 Inst. (2, 20) 2: «ut omnibus legatis una sit natura».
formas que se habían convertido en superfluas (sponsio y fi- 21 Inst. (2, 20). 3: «neccessarium esse duximus omnia legata fidei
commissis exaequare, ut nulla sit inter ea diferentia».
22 La corporación romana no es una persona jurídica en el sentido del
>2 G a y o . 2, 101-103. derecho común y moderno, sino una «mano común»; Be s e l e r , «SZ», 45,
13 K u n k e l , §201. 188; Sc h n o r r v . C a r o l s f e l d , Geschichte d. jur. Person, 1, 203 y 320,
14 Ku n k e l , § 202. n. 3. Que la idea de la asociación en sentido germánico (genossenschaft)
15 SlBER, § 112. no era extraña a los romanos ha sido ya demostrado por M it t e is , 1, 342 y
'6 S i b e r , 346; K u n k e l , § 201 . Pero la formulación de la regla no co ss., 345.
rresponde a la antigüedad. 23 Sólo en el derecho justinianeo, y en virtud de una explícita disposi
'7 Code civil, 1036; cod. civ. ital. 1865, 920; cód. civ. alemán 2258; ción del contrato, puede ser resuelta la societas con independencia de la
cód. civ. suizo, 511. Como el derecho romano, también el cód. civ. gene muerte de uno de los socios; W in d s c h e id , Pand., 2 § 408, n. 19; S ib e r ,
ral austríaco, 713. Vid. también los Motivos del código alemán (M u g d a n , 207.
Materialien, 5, 161). 24 «Nihil comune habet proprietas cum possessione»; D. (41, 2) 12, 1;
I!i D ernburg. P a n e l., 3. § 57. la regla fue formulada sólo por la jurisprudencia regular postclásica (su-
96 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO SENCILLEZ 97
La nitidez de la separación resulta con particular claridad del g a c i o n e s d e l a c r e e d o r p i g n o r a t i c i o 29. El
hecho de que en el proceso posesorio está excluida la excep derecho romano ignora la figura mixta entre la propiedad y
ción fundada sobre el derecho a la posesión; en comparación, los derechos reales sobre cosa ajena, es decir, el derecho real
la «Gewere» germánica se presenta como una figura mix fraccionario sobre cosa propia ( s e r v i d u m b r e s o
ta 25. Entre las grandes construcciones antitéticas del d e r e bre c o s a p r o p i a e h i p o t e c a de l p r o p i e
c h o r e a l y del o b l i g a t o r i o no hay ninguna me t a r i o ) . Los esponsales no producen, como en el derecho
diación; el derecho de obligación con efectos contra terceros germánico 30, efectos análogos a los del matrimonio 31, sino
(distintos del deudor) es tan desconocido por el derecho ro sólo una promesa de futuro matrimonio. Por otra parte, el
mano 26 como el derecho real que quede ineficaz en relación m a t r i m o n i o despliega todos sus efectos jurídicos des
con determinados terceros o que funcione solamente como de el momento de las nupcias. Se excluye 32 la idea tan que
derecho de rescisión 27. Un negocio jurídico es válido o nulo: rida por el derecho alemán, de hacer surgir estos efectos, gra
la nulidad relativa es desconocida por el derecho clásico 28. dualmente, después de la unión carnal 33 y después del
Se evita también la i n c l u s i ó n d e u n a o b l i g a nacimiento de un hijo 34. Matrimonio y no matrimonio, he
c i ó n en el c o n t e n i d o d e l d e r e c h o r e a l , aquí la gran antítesis que los romanos no quisieron atenuar:
y es necesaria una estipulación especial (la cautio usufruc el concubinato es una construcción artificiosa de la legisla
tuaria) para hacer nacer las o b l i g a c i o n e s del ción augustea 35. En el d e r e c h o h e r e d i t a r i o la su
u s u f r u c t u a r i o , del mismo modo que es necesario un cesión intestada y la testamentaria se conciben como dos
contrato real especial (el pignus) para hacer nacer las o b 1 i - grandes figuras aisladas e incompatibles: «nemo pro parte
testatus pro parte intestatus decedere potest». Es señalada
también con particular nitidez la antítesis entre h e r e n c i a
pro, p. 73, y B e s e l e r . «SZ», 45,479), pero es clásico el principio que con
tiene. y 1 e g a d o . El heredero (heres) sucede ipso iure, por el
35 El proceso de la Gewere no es puramente posesorio: G ierke, Dtsch. solo hecho de hacerse heredero, en todas las actividades del
P r R .. 2. 203 y s.. y en H oi.tzendorff-K ohler, 1,226 y s. causante; el legatario solamente adquiere una pretensión
36 Así, le son desconocidas las situaciones reguladas por el código ci frente al heredero (o los herederos), o bien, sustituye, sin un
vil alemán. §§ 556. 3; 604, 4; 571; 822. También es completamente ex
traño al derecho clásico el ius cid rem de la antigua praxis del derecho co acto de transmisión por parte del heredero, en ciertos bienes
mún (D e r n b u r g , P a n e l.. 2. § 3 in fine; G ie r k e , Dtsch. PrR., 2, 610),
mientras que el derecho postclásico tiende de algún modo a ello: vid. 29 Vid. I h e r in g , 3, 1, 194. Según el código civil alemán la relación
M irras. 1, 88 (superado): Kl in g m u e l l e r , «SZ», 44, 211 y ss.; B e s e l e r , obligatoria nace, sin más, por virtud de la ley, del derecho real, y no exis
«SZ», 50, 66 y ss. Sobre la actio in rem scripta (no clásica) vid. infra, te un contrato obligatorio de prenda. Esto se corresponde con la concep
p. 98 y s., nota 41. ción jurídica germánica: G ie r k e , Dtsch. PrR., 2, 613 y s.
37 Aun cuando el derecho de rescisión lo encontraran los romanos en 30 St o b b e -L e h m a n n , Deutsch. PrR., 4, 19: vid. también V o l t e r r a ,
los derechos populares orientales. El derecho postclásico no pudo «Studi econ.-giurid. Cagliari», 17, 1928, 48 en nota.
sustraerse del todo a esta influencia. Cfr. sobre el derecho de rescisión 31 La infidelidad de la novia no es adulterio: Collatio, 4, 6, 1, sobre
Martin W olff. Sachenrecht (2.a ed„ 1932), § 68, IV; y para la antigüedad, esto, cfr. V o l t e r r a , 1. c., 48 y 50, y en «Studi Bonfante», 2, 111 y ss. In
el estudio de F e l g e n t r a e g e r . Antikes Losungsrecht (1933). Un caso no suficiente B o n f a n t e , Corso, 1, 228.
clásico, que F e l g e n t r a e g e r no señaló, está en D. (30) 109, 1: cfr. a pro 32 «Nuptias non concubitus, sed consensus facit»; D. (35, 1) 15; (50,
pósito B e s e l e r . «SZ», 50. 66. 17) 30. También esta regla es un producto de la jurisprudencia cautelar
38 Es inexacta la opinión contraria de M irra s (1, 243 y s.). La ma postclásica (L e v y , Hergang der rom. Ehescheidung, 70), pero para nues
numisión contraria a la ley Aelia Sentía tiene por efecto la nulidad ab tros fines sirve igualmente como prueba.
soluta (S ch u lz. «SZ». 48. 259); y también es absolutamente nula la 33 St o b b e -L e h m a n n , cit., 32. 44. 47 y ss.
donación entre cónyuges (vid. a propósito S iber, «SZ», 53, 107, 109 34 St o b b e -L e h m a n n , cit., 137 y s.
y s.). 35 K u n k e l , § 178; Sib e r , § 44; B u c k l a n d , 128 y s.
98 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO SENCILLEZ 99

hereditarios (legado per vindicationem ), pero a condición de cho justinianeo en el p r o c e s o p o s e s o r i o excepcio


que se trate de concretos y determinados objetos hereditarios nes fundadas sobre el d e r e c h o a l a p o s e s i ó n 42.
y solamente si existe un heredero testamentario. Se excluyen La a c c i ó n d o t a l está construida com o una acción de
las figuras intermedias, como el heres ex re certa 36, y la estipulación que, sin embargo, es bonae fidei, es decir, com o
s u c e s i ó n d i v i d i d a por m a s a s p a t r i m o una m ezcla de la actio rei uxoriae y de la actio ex stipulatu
n i a l e s 37. El heredero responde de las obligaciones here naciente ya de la actio rei uxoriae ( rei uxoriae actio in ex sti
ditarias; el legatario no responde de ellas. Una situación in pulatu actionem transfusa) 434. Entre las acciones penales y
termedia sería aquella en la que el heredero respondiera, pero las reipersecutorias están las actiones mixtae 44, que van di
limitadamente, con el montante del patrimonio o con el pa rigidas en parte a la pena y en parte al resarcimiento. Y así
trimonio; pero es sabido que sólo Justiniano concedió al he podríamos citar otras muchas figuras mixtas 45.
redero, con el beneficium inventarii, la posibilidad de res Finalmente, es evidente que el formalismo propio del ré
ponder limitadamente. gimen de la estipulación y del testamento produjo sus efec
No se puede negar, naturalmente, que e l d e r e c h o tos, sim plificando. Cuando para la institución de heredero los
romano conociera también figuras j u clásicos exigen una fórmula determinada, no prescrita por
r í d i c a s h í b r i d a s . La actio publiciana es una acción ninguna ley, en la que debía contenerse en todo caso la pala
posesoria que sin embargo, esto aparte, es tratada como la rei bra heres 46, esto excluye de una vez para siempre las dudas
vindicatio. El hijo de familia que se encuentre in mancipio no que hoy pueden nacer y nacen con base el § 2087 del código
es libre desde el punto de vista del derecho privado, pero es civil alemán. D el m ism o modo se veía, por la fórmula que el
libre para el derecho público 38. La s u s t i t u c i ó n testador había utilizado al disponer un legado, cuál de entre
p u p i 1 a r es una institución de heredero por el padre, pero los diferentes tipos de legado había preferido 47. En materia
contemporáneamente también por el hijo 39. En virtud de los de estipulación, la presencia obligatoria de ambas partes
senadoconsultos Trebelliano y Pegasiano, el f i d e i c o hace que los m alentendidos sean rarísimos, y los difíciles
m i s o u n i v e r s a l es una figura intermedia entre la he problemas de interpretación de las manifestaciones de vo
rencia y el legado 40. Sin embargo, en el derecho clásico es luntad, del disentimiento, del error lleguen a ser así com ple
tos casos fueron relativamente raros. E n c a m b i o , l a tamente secundarios 48*. El sentido de la función sim plifica-
época postclásica, especialmente la
j u s t i n i a n e a , t u v o una c l a r a s i m p a t í a en mi opinión; vid. B eseler, «St. Albertoni», 1, 425; K aser, «Krit. Vier-
p o r l a s m i x t u r a s . La actio in rem scripta, en el sen teljahresschrift», 3.a ser., 27 (1934), 87; K unkel, § 161. Ni tampoco el in
tido de actio in personam eficaz contra terceros 41, nació sólo terdictum quod vi aut clam en su aplicación contra terceros es clásico:
en la edad postclásica. Se admiten algunas veces por el dere- Schulz, 1. c., 255 y ss. Debe ser igualmente postclásica la actio aquae plu
viae arcendae contra los terceros: B eseler, 3, 93 y ss., y 4, 282; de otra
opinión B onfante, Corso, 2, 1,448.
36 M. D a v id , Studien zur heredis institutio ex re certa (1930); Be s e - 42 D. (43, 16) 12 y (41, 2)'20: cfr. sobre estos fragmentos Pernice
, en «St. Riccobono». 1 (1932), 294.
l er «SZ», 19, 96 y s.
37 Sobre la sucesión alemana por patrimonios separados, vid. G ierke 43 C. (5, 13) 1.
en H o ltzen d o rff-K o h ler, 1,290; Stobbe, Handhuch, 5 (1885), 5 y s. 44 S ib e r , 225, y literatura allí citada; A l b e r t a r i o , Introd., 124.
38 Mommsen. Jur. Schriften, 3. 5 y ss.; B onfante, Corso, 1, 136 y ss. 45 V id . a proposito B e r g e r , Interdicta mixta, en «St. Simoncelli»,
39 K u n k e l , § 204: S ib e r , § 114 in fine; La P ir a , «St. Bonfante», 3, 1915, 173 y ss.; «SZ», 36, 198 y ss., 217 y s.; y la voz Interdictum en la
273 y ss. «Real-Ene.», 1615. Vid. también supra, p. 96 y s., notas 26 y 27.
4(1 K u n k e l. § 227: S ib e r , $ 116. « G a y o , 2, 117.
41 La actio metus causa contra el tercero no es clásica: Sc h u l z , «SZ», 47 G a y o , 2, 193 y ss.
43. 240 y ss.; Lf.n f .l . Edict.. 111: el intento de G. M a ie r (Prdtorische Be- 48 Por eso estas cuestiones importantes son tratadas tan imperfecta
reicherunxsklagen. 91 y ss.) de defender su clasicidad no ha tenido éxito mente en las fuentes.
100 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO SENCILLEZ 101

dora y clarificadora de la forma sólo se pierde en la época fuerzas que pudieran poner en peligro su unidad y su consis
postclásica 49. tencia. Por eso nadie puede acumular en su persona la ciuda
Para el d e r e c h o p ú b l i c o pueden ser suficientes danía romana con otra ciudadanía: «duarum civitatum civis
aquí unos pocos apuntes. El edificio del derecho público ro noster esse nemo potest» 54. Y aunque la autonomía munici
mano se apoya sobre los tres grandes pilares, netamente se pal estuviera ampliamente reconocida, sin embargo no pue
parados, de la magistratura, de la asamblea popular y del se de desarrollarse un individualismo político. Sobre todo no
nado. En la época imperial, del principado, del senado y de puede existir un patriotismo y un individualismo provin
la magistratura. Cómo era de sencillo el ordenamiento públi cial 55. Es cierto que existieron asambleas provinciales 56,
co romano resultaría claro, sin duda, si se separase la simple pero — por lo menos hasta la constitutio Antoniniana— no
práctica constitucional del auténtico y verdadero derecho pú participaban en ellas los representantes de una provincia en
blico 50. Sea como fuere, es sintomática la enérgica y hasta tera, y, en concreto, estaba excluida por lo general la comu
violenta tendencia de los romanos hacia el E s t a d o u n i nidad de ciudadanos romanos residentes en la provincia 57.
t a r i o . El E s t a d o r o m a n o , que considerado en el Pero incluso en el tiempo que sigue a la constitutio Antoni
espacio es el territorio puesto bajo el imperium de los magis niana, cuando las asambleas reunían a los representantes de
trados romanos 51, era y continuó siendo un Estado unitario. toda una provincia (o por lo menos de toda la comunidad ciu
Es cierto que el i m p e r i o r o m a n o 52 es un sistema fe dadana existente en ella) estos parlamentos no consiguieron
deral que une al Estado romano con sus aliados libres, los afirmarse frente a la burocracia. Los romanos residentes en
cuales están, sin embargo, vinculados con respecto al dere una determinada provincia, en cuanto que no formaban par
cho público (no solamente internacional) 53. Pero después de te de las antedichas comunidades ciudadanas, estaban cierta
la guerra social la confederación itálica se confunde con el mente organizados, pero los conventus de este género no te
Estado romano; las civitates liberae extraitálicas (compren nían im portancia política 58. A estos romanos les estaba
didas las comunidades latinas) no tienen importancia políti
ca o la van perdiendo progresivamente; con la constitutio An- 54 Cíe., pro Balbo, 11, 28. El privatista piensa por analogía en las re
toniniana, éstas se confunden también en el Estado romano glas «nemo pro parte testatus pro parte intestatus decedere potest» y
unitario. No se toleran en el interior del Estado romano las «nemo cum duobus testamentis decedere potest» (esta última no romana
en su formulación). Literatura sobre la incompatibilidad de ciudadanías:
Mommsen, StaatsR., 3, 1, 48 y 699; País, Cittadinanza romana e cittadi-
49 El formalismo de la heredis institutio fue eliminado por Constanti nanza attica («Dalle guerre puniche a C. Augusto», 1918, 349 y ss.);
no, cfr. C. (6, 23) 15 y a propósito Sib e r , § 114; el formalismo en el régi S troux-W enger, Die Augustusinschrift aufdem Marktplatz von Kyrene
men de los legados, por el mismo emperador, C. (6, 37) 21. En relación («Abh. Bayr. Akad. der Wiss.», 34, 1928), 57.
con la estipulación es suficiente aquí con remitir a K u n k e l § 56; vid. in 55 Cfr. v. Arnim, Leben u. Werke des Dio v. Prusa, 117; P. S tra c k ,
fra, p. 245 y s. Reichspragung, 2, 141.
50 Ihering, 2, 280. 56 Sobre estas asambleas, vid. M a r q u a rd t, Rom. Staatsverwaltung,
51 Mommsen, StcuitsR., 3, 1, 688 y s„ 826. 1 (2.a ed.), 503 y ss.; Mommsen, Rom. Geschichte, 5, 86; D essau, Ges-
5: Los romanos no tienen un nombre permanente para indicarlo: chichte der rom. Kaiserzeit, 2, 2 y s., 494; la voz Concilium de K orne-
Mo m m s e n , 1. c., 826. El mismo Mo mms e n cambia la terminología de ma mann en la «Real-Ene.», 803 y ss. (muy amplio); y un estudio sin aca
nera que llega a confundir: en pp. 826 y 656 utiliza la palabra «imperio» bar de Mommsen en Ges. Schr, 5, 552 y ss.; Vid. también B ryce, The
(Reich) en el sentido en el que nosotros lo utilizamos en el texto; en la ancient Román Empire {supra, p. 25, n. 6), 30; y Cambr. anc. hist., X,
p. 688 designa al E s t a d o romano con el nombre de «i m p e r i o ro 210, 605.
mano». 57 Así Mommsen en el estudio citado, 553 y 555; en contra K orne-
53 En el sentido de la doctrina moderna del Estado. Véase sobre su si MANN, 812.
tuación jurídica M o m m s e n , 653 y ss., 665. 58 Cfr. la voz Conventus de K ornem ann en la «Real-Ene.», 1180 y ss.
102 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO SENCILLEZ 103

prácticamente negada la participación en las votaciones po deseo ni la posibilidad de abandonar aquel estilo sinuoso.
pulares romanas, porque el voto sólo se podía emitir en Los s e n a d o c o n s u l t o s y más aún el E d i c t o
Roma y no en la provincia 59. Se entiende que en este Estado p r e t o r i o muestran ya la nueva preferencia por la senci
unitario la unidad jurídica sólo existe para los ciudadanos ro llez y por la facilidad 65. Pero en lo que encuentra su más bri
manos, pero para éstos existe casi sin excepciones 60. Por llante expresión el amor romano por la sencillez, la unidad,
ello la concesión general de la ciudadanía por parte de C a la uniformidad es en el lenguaje de la l i t e r a t u r a j u
r a c a l l a produjo también formalmente la unidad jurídica r í d i c a hasta el término de la edad clásica. Este lenguaje
dentro del Imperio. Ésta concesión se corresponde sin duda es — como hoy está fuera de discusión— un l e n g u a j e
con las tendencias que eran características de los romanos e s p e c i a 1, un lenguaje científico (modelado sobre el esti
hacia el siglo n d. C.. pero los hombres de estado de tiempos lo sencillo de Aristóteles), que, en general, no adopta los ar
mejores habrían evitado la reforma violenta de Caracalla y tificios lingüísticos característicos del último período repu
con ella también la confusión que, por lo menos en los pri blicano y de la edad imperial, sino que da una importancia
meros momentos, debió crear su aplicación 61. decisiva a la facilidad, a la sencillez, a la claridad 66. Corres
Para concluir, fijémonos en el l e n g u a j e j u r í d i ponde a esto, en particular, el especial vocabulario de los clá
c o r o m a n o en cuanto expresión de la aspiración roma sicos. No sólo están excluidas de él las palabras y las cons
na a la sencillez y a la claridad. El estilo de las l e y e s ro
trucciones extrañas 67, anticuadas 68 o a la moda 69, sino que
manas de la edad republicana se remonta a una época en la
que una jurisprudencia recelosa creía poder conseguir la ex
presión unívoca del pensamiento sólo a través de una formu scribae no son copistas (como en ocasiones les llama despectivamente Ci
lación ampulosamente abundante 62. Hubiera convenido a cerón) sino funcionarios encargados de la documentación en las oficinas a
esta jurisprudencia más libre del último período republicano proposito, escribas en el sentido medieval; son, en resumen, personas de
respeto (C icerón, in Verr., II, 3, 78, 182 y s.) que a veces se adornan con
un lenguaje legislativo diferente. Pero, fuera por conserva el nombre de iuris prudentes. Cfr. Mommsen, StaatsR., 1, 346 y ss.
durismo o porque la ley tenía una importancia limitada para 65 Naturalmente el estilo no es del todo unitario, porque tanto los se
la ciencia jurídica 6-\ los juristas abandonaron la redacción de nadoconsultos como los edictos corresponden a épocas diferentes.
las leyes a los scribae 64, los cuales, a su vez, no tenían ni el 66 B eseler, «Tjidschr.», 10, 162 y s.; S eckel, Das rom. Recht und
seine Wissenschaft, 9. A pesar de las objeciones de K alinka, «SZ», 47,
319 y ss., no debe sustraerse nada de lo que escribíamos en 1916 en nues
59 Sobre las desventajas políticas de esta centralización, vid. M. G el- tra Introducción al estudio del Digesto (p. 43); las investigaciones subsi
zer . Gemeindesiaat uncí Reichsstaat in der rom. Geschichte (Discurso en guientes lo han confirmado plenamente. La especialidad del lenguaje de
la Universidad de Francfort, 1924), 16. los juristas es realzada explícitamente por Q uintiliano, Inst. orat., 5, 14,
60 Las excepciones son los estatutos ciudadanos, las normas especia 34 y 11,2,4 1 .
les para cada provincia en los edictos de los gobernadores, las normas 67 La palabra malitas se encuentra sólo una vez en toda la latinidad,
igualmente especiales de la legislación imperial: cfr„ p. ej., Gayo 1, 185 en D. (4, 2) 5; asimismo la palabra fraudulosus sólo se encuentra en D.
y 195; 1. 20; 2, 31; 3, 121a, 122. (47, 2) 1,3. Ambos fragmentos están interpolados; vid. sobre el primero
61 Cfr. M itteis, Reichsrecht und Volksrecht, 159 y ss. S chulz, «SZ», 43, 182; sobre el segundo supra, p. 69, n. 38. Per eminen
72 Vid. los ejemplos supra, p. 69. El paralelo más cercano viene dado tiam sólo está en Epit. Ulp., 11, 3; sobre esto S chulz, Epit. Ulp., 35.
por la forma de la ley inglesa (B ryce, Studies [cit. supra, p. 25, n. 6], 2, 68 El jurista republicano T u b e r ó n amaba los arcaísmos, pero pre
329 y ss.; A l l e n , 286, que sin embargo desconoce la analogía de la lex ro cisamente por ello era dejado a un lado; D. (1, 2) 2, 46; «sermone etiam
mana). antiquo usus affectavit scribere, et ideo parum libri eius grati habentur».
M Supra, p. 28. 69 Por ejemplo humanitas; cuánto estuvo de moda esta palabra en
64 No disponemos, que yo conozca, de testimonios directos (porque tiempos de C i c e r ó n , lo demuestra una mirada a sus escritos, y espe
C ic e r ó n , de leg., 3, 20. 46. no se refiere a este punto), pero debemos sos cialmente a las cartas. Los juristas clásicos la evitan por completo: G uar-
tener que de otra manera el estilo legislativo no sería tan constante. Estos neri C itati, Indice, voz humanitas. Vid. también infra, p. 212.
104 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO s e n c il l e z 105

también aquellas que son usuales en otros lugares 70, incluso cluido le es muy próximo. Mientra que bajo C o n s t a n t i
de buen latín 71, son evitadas completamente, o en los lími n o y sus sucesores se abandona la tradición clásica, y la ho
tes de lo posible, por la tendencia de los clásicos a ser tam rrorosa ampulosidad de la retórica avanza, J u s t i n i a n o
bién parsimoniosos en materia de lenguaje. El mérito princi se remite de nuevo a los clásicos incluso en lo que se refiere
pal de haber aclarado este estado de cosas corresponde a al lenguaje. Cierto que sus constituciones no están escritas en
G . B e s e l e r 72. Las investigaciones no han terminado un latín clásico, pero, sin embargo, son visiblemente más
todavía 7-\ y también sucede que los trabajos de B e s e l e r sencillas y menos ampulosas que las elaboradas en los si
han sido muy cribados por la crítica, pero su tesis funda glos iv y v.
mental es inamoviblemente justa: «simplex dumtaxat et
unum», tal es también aquí la palabra de los clásicos. Incluso
la época postclásica se alejó del estilo clásico muy lenta
mente, como demuestra el Epitome Ulpiani 74. El lenguaje de
las c o n s t i t u c i o n e s i m p e r i a l e s no ha sido to
davía suficientemente estudiado 75; no es idéntico al de la li
teratura jurídica clásica, pero hasta D i o c l e c i a n o in-

70 Q uintiliano. lnst., 11. 2, 41 dice explícitamente que la forma de


los juristas es «magis ab usu dicendi remota».
71 La palabra coniux (de la buena latinidad) es evitada por los juristas.
Se encuentra en ellos sólo dos veces: en D. (32) 37 pr., pero en la cuestión
planteada por el interesado, que naturalmente no cuenta para el estilo del
jurista, y en D. (7, 8) 12. 5, donde verosímilmente está interpolada. Cfr.
B eseler, «St. Bonfante», 2. 63, n. 6. La palabra repulsa (= rechazo), que
C i c e r ó n utiliza, se encuentra en los juristas una sola vez, en Fr. Vat.,
294, 2, y está interpolada (Siber, «SZ», 53, 103). ¿Es un caso Credat lu-
daeus Apella! Vid. también B eseler, «SZ», 56 (1936), 28 y s.
12 Beitnige zur Kritik der romischen Rechtsquellen, 1-5, y numerosos
artículos en «SZ». en «Tjidschrift voor Rechtsgeschiedenis» y en volú
menes de homenaje.
73 Será necesario alguna vez escribir un diccionario de la lengua de
los juristas clásicos. El Indice delle parole frasi e costrutti ritenuti indizio
di interpolatione nei testi giuridici romani de G u a rn e ri C itati (1927) es,
como ya se ve por el título, una colección de la literatura, y como tal es
una preciosa ayuda para la investigación científica. Naturalmente esta li
teratura necesita ser controlada críticamente, y no se podrá admitir todo
(ajustada a esto está la observación de K uebler en «Conferenze» [supra,
63. n 7], 111). [Para el material posterior a 1927, cfr. los Supplementi del
mismo G uarnieri en «St. Riccobono», 1, 701 y ss., y en «Festschr. Kos-
chaker», 1, 117 y ss.].
74 Schulz, Epitome Ulpiani, 12.
75 Sobre la materia V ernay, Note sur le changement de style dans les
constitutions impériales de Dioclétien á Constantin, en «Études d’hist.
jur. off. áP.-E Girard», 2(1913) 264 y ss.; K rueger, Geschichte, 312; Al-
b ertario . Da Diocletiano a Giustiniano («Conferenze»), 324 y ss.
TRADICIÓN *

Dejad ir lo que es demasiado fugaz,


inútilmente le pediréis ayuda:
en el pasado vive el bien que ha sido,
eternizándose en la belleza de la acción.
Y así, paso a paso, adquiere nueva fuerza lo que es vital;
porque el espíritu, cuando es constante,
es lo único que hace al hombre duradero.
Go e t h e

La tradición es una gran potencia en la vida romana >.


Gravitas y constantia son para el romano las virtudes cardi
nales de la nación 2. En las circunstancias serias y en las ale
gres, el romano está ligado a la costumbre de los padres, se
remite allí complacido, se siente seguro y tranquilo cuando
se atiene a ella 3. Alejarse, es cosa peligrosa, y el novarum re
rum cupidus para un oído romano equivale a «revoluciona
rio». El edicto de los censores del 92 a. C. que prohíbe a los
retóricos latinos enseñar 4, expone este sentimiento funda
mental con concisión y claridad romanas:

* Prinzipien..., p. 57: Tradition; Principies..., p. 83: Tradition; I Prin


cipii..., p. 74: Tradizione.
1 Vid. por todos W. K r o ll, Kultur der Ciceronischen Zeit, passim, es
pecialmente el vol. I, cap. 2: «La fuerza de la tradición»; M uenzer, Rom.
Adelsparteiem (1920), 409.
2 C icerón, pro Sestio, 67, 141: «nos in ea civitate nati, unde o r t a
m i h i g r a v i t a s et magnitudo animi videtur»; Tuse., 1, 1, 2; y
Mommsen, Rom. Gesch., 5, 104. Vid. también el tercer tema de discusión
en el senado cartaginés, LIV, 30, 7, 6: «tertia R o m a n a e in adversis
rebus c o n s t a n t i a e erat». El contrapunto se encuentra especialmen
te en la levitas de los griegos. Cfr. K ro ll, 1, 27, y Studien (1924), 1 y ss.
3 K r o ll, 1, 40. Consúltese la voz «mos» en los léxicos ciceronianos
de M erg u et, y obsérvese con qué insistencia C i c e r ó n se remite a la
costumbre de los padres.
4 B runs, Fontes, n. 67.
108 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO TRADICIÓN 109

Renuntiatum est nobis esse homines, qui novum genus disciplinae ins casa es un romano y no un «globe-trotter». La recepción del
tituerunt... Maiores nostri, quae liberos suos discere et quos in ludos itare derecho extranjero tiene lugar con gran parsimonia, y nunca
vellent, instituerunt. Haec nova, quae praeter consuetudinem ac morem
maiorum fiunt, neque placent neque recta videntur...
sin haber dado a la aportación extranjera la impronta romana
que queda inconfundible para siempre 7. El derecho vigente
raramente se abroga, y se le deja, mejor, «caer en desuso» no
Esta actitud conservadora se nos presenta con particular aplicándolo 8. Una norma nueva, se coloca a propósito, con
evidencia en la v i d a j u r í d i c a romana 5. El senti frecuencia, al lado de una norma anticuada o agotada, de ma
miento que se expresa en el discurso ante el senado de nues nera que facilite el progresivo desuso del viejo derecho 9.
tro jurista C. Cassio Longino, referido por Tácito, es, en Lentamente, por etapas, en estrecha conexión con las institu
esencia, el sentimiento de todos los juristas romanos y de to
ciones actuales, así se quiere que se desenvuelva el progreso
dos aquellos que participan en la formación del derecho con
jurídico; y el «quien va despacio, marcha sano» de un roma
sentido de responsabilidad.
no genuino como Augusto 101*, podría ser también el lema de
la historia del derecho romano. Con base en este conserva
Ann., 14, 43: «Saepe numero, patres conscripti, in hoc ordine interfui,
cum contra instituta et leges maiorum nova senatus decreta postularentur;
durismo, tiene la profunda convicción de que el derecho no
neque sum adversatus, non quia dubitarem, s u p e r o m n i b u s n e puede cumplir su función sino cuando representa la constan
g o t i i s m e l i u s a t q u e r e c t i u s o l i m p r o v i s u m et te y perpetua voluntad de hacer justicia n ; y que esto no sur
q u a e c o n v e r t e r e n t u r in d e t e r i u s m u t a r i , s e d ne ge con perfección de la cabeza de un legislador inspirado,
n i m i o a m o r e a n t i q u i m o r i s studium meum extollere vide sino que exige el trabajo continuo de la comunidad. C a t ó n el
rer». viejo formuló esta convicción con claridad insuperable:
Véase también el edicto de Diocleciano referente a los maniqueos
{Coli., 15. 3, 2): «Maximi enim criminis est (¡1) retractare quae semel ab
antiquis statuta et definita suum statum et cursum tenent ac possident»; y 7 A lb e rta rio , Introd., 7 y s.
la Oratio Claudii (Bruns. n. 52). v. 5. 8 In desuetudinem venire o similar. Se ha dicho ya, supra, p. 34 y ss.,
que con esta expresión no se quiere indicar una abolición a través de la
costumbre (en el sentido de la doctrina jurídica moderna).
Los romanos nunca intentaron interrumpir el curso tran 9 Vid. también Sib e r , «SZ», 55, (1935), 147 y s.
quilo de la evolución jurídica con intervenciones radicales. 10 Suetonio, Aug., 25,4. Vid. infra, p. 184 y s.
No iba con ellos el inquieto experimentar, el reformar ale 11 D. (1, 1) 10 pr.: «Iustitia est c o n s t a n s e t p e r p e t u a vo
gremente, el recomenzar desde el principio. Es cierto que los luntas ius suum cuique tribuendi». Precisamente los adjetivos que aquí
más nos interesan faltan en las definiciones estoicas sobre las que, por lo
inconvenientes del pasado, en definitiva, fueron eliminados; demás, se basa la nuestra (cfr. v. Arnim, Stoicorum veterum fragm., 3, nú
pero lentamente y con prudencia, porque el romano abando meros 262, 263, 280), y son, en cambio, una reminiscencia de A ris tó te
na con dificultad y de mal grado los ordenamientos que, por le s , Eth. ad Nicom., 1105a, 34: Pefiaícoq k o í ápexaiavpxm q ¿ x c o v
buenas o por malas razones, han sido ya elevados a institu npáxxeiv. Cfr. también el decreto de Paulo Fabio Pérsico, gobernador de
la provincia de Asia (D o ern er, «Greifswald philosoph. Diss.», 1935):
ciones jurídicas. Las instituciones jurídicas extranjeras no le «[Ecquidem cum semper in ea opinione fuissem, inprimis eos magistratus,
causan impresión fácilmente 6. El romano anda con agrado qui in provincia m]ittuntur, ea fide et c[onstantia munere suo fungi debe
por el mundo y habla con cualquiera, pero cuando vuelve a re, ut et toti provinciae et singulis civitatibus aejqualis et perpetua [non
proprii modo anni cura praestaretur, tamen libentius me fateor convictum
i]ndulgentissim[i et vere iustissimi principis admonitione qui... id quoque
5 Muy bien Ihering. I. 69 y s., y 334 y ss.; A rn o ld , Kultur, 62. gratificatus est, ut suum cuique tribueretur]», (las integraciones, por lo ge
6 Así Lucillo ni siquiera aprecia las maravillas de Egipto. Esto es lo neral, están garantizadas por la traducción griega, mejor conservada). Vid.
que P lu ta rc o , Lite., 2, 6. encuentra digno de consideración. Cfr. K ro ll, también W enger en «Geisteswelt des Mittelalters (Festschrift für Grab-
1. 130. mann)»; y Pohlenz, Antikes Führertum, 25.

l
1 10 PRINCIPIOS S>t£L DERECHO ROMANO t r a d ic ió n 111

Cicerón, de re publica, 2, 1,2: «Is dicere solebat ob hanc causam pra el ambiente de Justiniano la actitud conservadora resulta
estare nostrae civitatis statum ceteris civitatibus, quod in illis singuli fuis también predominante a despecho del amor antirromano por
sent fere, qui suam quisque rem publicam constituissent legibus atque ins las reformas, y el mismo Corpus iuris es un auténtico monu
titutis suis, ut Cretum Minos, Lacedaemoniorum Lycurgus, Atheniensium,
mento del conservadurismo romano.
quae persaepe commutata esset, tum Theseus, tum Draco, tum Solo, tum
Clisthenes, tum multi alii... n o s t r a a u t e m r e s p u b l i c a n o n Seguiremos ahora al tradicionalismo en sus concretas
unius esset i n g e n i o , sed m u l t o r u m , non una manifestaciones a través de la historia del derecho romano.
homi ni s vita, sed a l i quot c o n s t i t u t a s aec ul is En lo que atañe al d e r e c h o c o n s t i t u c i o n a l ,
e t a e t a t i b u s . Nam neque ullum ingenium tantum extitisse dicebat, considérese, por ejemplo, la historia de la dictadura y de la
ut, quem rem nulla fugeret, aliquis aliquando fuisset, neque c u n c t a censura, cargos que no fueron abolidos, sino que lentamente
ingenia conlata in u n u m t a n t u m p o s s e u n o cayeron en desuso 14. Pero, sobre todo, l a r e f o r m a d e l
t e m p o r e p r a e v i d e r e , ut o m n i a c o m p l e c t e r e n t u r E s t a d o b a j o A u g u s t o fue realizada sin cánticos y
s i n e r e r u m a c v e t u s t a t e » 12. sin estruendos 15. No se habla ni siquiera de una ley funda
mental que separe neta y claramente el nuevo estado monár
No se puede desconocer que este conservadurismo pro quico de la República; se hace uso, por el contrario, del unir
dujo a veces alguna pedantería y originó también, no obstan lo nuevo con lo viejo y presentar la innovación como una
te la tendencia romana a la sencillez y a la claridad, la con restauración. Un par de leyes especiales que atribuyen al
fusión y la complicación del ordenamiento jurídico; dado príncipe competencias extraordinarias y, en parte, sólo tem
que no se decidieron nunca a recomponer y a aligerar, las poralmente; y, por el momento, eso fue todo. Cuando Au
normas y las instituciones jurídicas de muy distintos perío gusto y sus colaboradores declaraban haber reestablecido de
dos históricos acabaron por yuxtaponerse y entrecruzarse de esta manera la República, la libera res publica (en oposición
una manera tan extraña que resulta difícil comprenderlas. a la monarquía absoluta, dominatio ) 16*, no era esto un es-
La actitud conservadora fundamental que hemos descrito
se mantiene con admirable c o n s t a n c i a en la historia II, v. 309;
del derecho romano. Domina tanto a los hombres de la Re
pública y del Principado como a los del Bajo Imperio 13. En Quid mihi tu ritus solitos. Romane senator,
Obiectas...

12 S a v e l k o u l s , Das englische Kabinettsystem (1934), p. VII: «Mien 14 Cfr. M o m m s e n , StaatsR., 2, 169 y 336 y s.
tras que cualquier otra constitución se puede reconducir, por lo menos en 15 Vid. ahora por todos Be s e l e r , Jur. Miniaturen (1929), 151 y ss., y
parte, al pensamiento racional de la generación de la que surge, para la «Studi Riccobono», 1, 289 y s.; S ib e r , Zur Entwicklung der romischen
constitución inglesa esto es imposible de todo punto. Las instituciones Prinzipatverfassung («Abhandl. d. phil.-hist. Klasse d. sáchs. Akad. d.
concretas y su juego habitual son el resultado maduro y sin embargo fe Wiss.», 42, n. III, 1933), y «SZ», 55, (1935), 146 y s.; J o l o w ic k , cap. 19;
cundo de la evolución histórica». Cambridge anc. hist., X, 127 y s.
13 A finales del siglo iv el poeta cristiano P r u d e n c i o escribió un 16 Monum. Ancyr., 34 (ed. E. D ie h l , 4.a ed., 1930, en L ie t z m a n n ,
extenso poema contra un célebre defensor del paganismo, S í n m a c o , Kleine Texte, 29-30): «rem publicam ex mea potestate in senatus populi
y allí ataca el conservadurismo de su antagonista. Vid. Contra Symma que Romani arbitrium transtuli». V e l l e io (de la época de Tiberio), 2, 89,
chum (M ig n e , Patrol. Lat., 50, 118 y ss.), II, v. 69: 3: «Finita vicesimo anno bella civilia, sepulta externa, revocata pax, sopi
Allegat morem veterum: n i l d u l c i u s e s s e tus ubique armorum furor, restituta vis legibus, iudiciis auctoritas, senatui
Affirmat solitis... maiestas, imperium magistratuum ad p r i s t i n u m redactum modum,
II, v. 334: tantummodo octo praetoribus adlecti duo. P r i s c a i l l a e t a n t i
Quamquam si tantus amor est et cura vetusti q u a r e i p u b l i c a e f o r m a r e v o c a t a . . . » . Cfr. B e s e l e r ,
Moris et a prisco placet haud discedere ritu... 154.
PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO t r a d ic ió n 113

fuerzo grotesco para esconder la verdad, sino que, jurídica g i s t r a d o s continuaron reservadas, bajo Augusto, a los
mente hablando, era la pura y simple verdad 17. La libera res comicios, pero entre sus papeles su sucesor encontró un pro
publica de la doctrina publicista romana no se identifica con yecto de reforma, del que el mismo Augusto había aplazado
la «república» de la doctrina constitucional moderna, sino la ejecución, y que entonces realizó Tiberio 21 transfiriendo
que, por el contrario, es susceptible de múltiples variaciones. las elecciones al senado 22. Parece, sin embargo, que formal
Son conciliables con ella amplísimas competencias especia mente la asamblea popular siguió siendo consultada 23. Toda
les como las había obtenido, por ejemplo, Sila 18. Parece que esta pérdida de autoridad de los comicios se llevó a cabo len
Augusto hubiera restaurado la libera res publica puesto que tamente, casi imperceptiblemente. Y el momento decisivo no
los comicios y el senado habían recuperado sus funciones y lo fue aquí la ambición de un jefe absoluto ni su pasión por
el sistema republicano de las magistraturas había permaneci mandar; más bien fue la asamblea popular la que poco a poco
do intacto. Salvo que al lado de este ordenamiento se afirman perdió su significado, porque entonces ya sólo se reunía allí
las competencias especiales del princeps (tales que podían una pequeña parte de los ciudadanos existentes en el impe
reunir las de los anteriormente citados) y de los nuevos fun rio, y, ciertamente, no los mejores. La votación popular ha
cionarios imperiales. El resto fue abandonado al lento operar bría podido conservar durante tiempo su significado político
de las circunstancias y de las fuerzas políticas que hacen ger sólo si se hubiera renunciado a la idea de «marchar juntos»
minar ciertas instituciones y agotar otras. Las competencias ínsita en la palabra comitia; es decir, a la votación en una
especiales del príncipe, que bajo Augusto se concedieron a asamblea popular localizada en Roma, y si se hubiera permi
largo plazo, se fueron haciendo poco a poco habituales, y ya tido votar fuera de Roma, en Italia y en las provincias. Au
bajo Tiberio son atribuidas de por vida. La f u n c i ó n l e gusto concedió a las colonias fundadas por él en Italia el de
g i s l a t i v a d e l o s c o m i c i o s sigue siendo bajo recho de votar in situ, enviando después a Roma las
Augusto una realidad política que después se atrofia lenta votaciones 24, pero fue un experimento prudente y vacilante,
mente 19. No es que resulte abolida, pero el príncipe nunca y no tuvo continuidad. Una votación popular sin la r e u
presenta a los comicios sus proyectos de ley, y su ejemplo es n i ó n del pueblo en el lugar destinado ab antiquo, allá don
fielmente seguido por los magistrados. Ni siquiera fue ex de los padres, guiados por una mano divina, habían tomado
presamente abolida la j u r i s d i c c i ó n p e n a l d e sus decisiones, parecía algo imposible al conservadurismo
l o s c o m i c i o s ; pero quizás por orden del mismo prín romano 25*. El s e n a d o no fue tocado, sino que más bien
cipe, ningún magistrado puso más en marcha el proceso ma-
gistrado-comicial20. Las e l e c c i o n e s d e l o s m a -
21 V e l l e io , 2, 124, 3: «primum principalium eius (Tiberii) operum
fuit ordinatio comitiorum, quam manu sua scriptam divus Augustus reli
17 B e s e l e r , Jim Miniaturen, 163: «Jurídicamente hablando la consti querat».
tución augustea contiene en su idea fundamental la república romana». 22 M o m m s e n , StaatsR., 3, 1, 348.
Esta constatación no debería ser discutida más. 23 M o m m s e n , 349. Ahora la elección se hacía ya por aclamación. Vid.
IS Correcto Mo m m s e n . StaastR., 2. 712: «la dictadura de Sila estaba también D a h l m a n n , «Hermes», 68, 1933, 127.
jurídicamente basada en la ley Valeria»; pero desacertado dos páginas an 24 S u e t o n io , Aug., 46: «iure ac dignatione urbi (en la ciudad de
tes. 710: «el concepto de esta altísima categoría de magistrados, contraria Roma) quodam modo pro parte adaequavit (sus colonias) excogitato ge
a la constitución y sin embargo, no obstante, siempre constitucional». Si- nere suffragiorum, quae de magistratibus urbicis decuriones colonici in
b e r , p. 1. no está acertado ai definir esta dictadura como «extraña a la sua quisque colonia ferrent et sub die comitiorum obsignata Romam mit
constitución». Cfr. Be s e l e r , op. cit., 151 y ss. terent».
19 Mo mms e n , StaastR.. 3. 1,345 y ss. Sobre las leyes postaugusteas, vid. 25 Mommsen, Rom. Gesch., II, libro 4, cap. 7 (6.a ed., 1874, p. 230):
Ro t o n d í , Leges publicae (cit. supra, p. 29, nota 10), 467 y ss., y 494 y ss. «Para la antigüedad la constitución libre es inseparable de la comparecen
20 Mo m m s e n . StaatsR.. 3, 1. 359 y s.; StrqfR., 174. cia en persona del pueblo en las asambleas originarias:... la gran idea fun-
114 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO t r a d ic ió n 115

fueron reforzados sus poderes. Augusto y Tiberio, y después racalla, o el mismo Adriano 30. La constitución de Dioclecia
nuevamente los emperadores desde Trajano a Marco Aurelio, no, por el contrario, tiene indiscutiblemente trazos más de
intentaron seriamente trabajar, trabajaron, más bien, con el mocráticos que el régimen aristocrático fundado por los em
senado 26. Que éste continuara siendo por largo tiempo un ór peradores Julio-Claudios. El aspecto externo del ceremonial
gano vital del Estado, dependía de la espina dorsal, de la ca y los títulos no deben engañarnos sobre este punto 31.
pacidad, de la laboriosidad de sus miembros 27. Con la desa Las tradiciones del principado fueron conservadas 32. No
parición de estas cualidades, el órgano se redujo a un mero fue bajo Diocleciano cuando el senado perdió por primera
adorno 28. vez su importancia política, y E. S t e i n opina acertada
Similares son las cosas en el r é g i m e n d i o c l e - mente «que la aportación política del siglo iv no consiste tan
c i a n e o 29. Es cierto que las novedades saltan a la vista, to en la creación de novedades cuanto en la grandiosa coor
pero la historiografía, ansiosa por separar los períodos, carga dinación, dentro de un sistema, de viejas instituciones caídas
demasiado las tintas sobre la cesura cuando hace comenzar en desuso» 33.
con Diocleciano la forma de gobierno del d o m i n a d o en Es ilustrativa, finalmente, la última creación romana en
antítesis al p r i n c i p a d o . Desde el punto de vista jurídi derecho público, e l r e i n o o s t r o g o d o d e I t a
co, Diocleciano y sus sucesores no son monarcas absolutos l i a ; el hecho de que el reino germánico, preexistente políti
en mayor medida que lo fueron, por ejemplo. Severo y Ca- camente, sea concebido, sin embargo, como una parte del
imperio romano, y el rey ostrogodo se presente como un ma
damental del estado constitucional republicano actual de que la soberanía gister militum con competencias aumentadas, es decir, como
popular se exprese a través de una asamblea de representantes... es total un funcionario del emperador bizantino; el hecho de que al
mente moderna». rey germánico, en cuanto funcionario romano, le sea atribui
26 Vid. para Augusto una divertida anécdota en Suetonio, Aug., 54 y do el ius edicendi mientras que la legislación queda reserva
55. Para Tiberio, vid. Suetonio, Tib., 30: «neque tam parvum quicquam
neque tam magnum publici privatique negotii fuit, de quo non ad patres da al emperador romano, y que, a pesar de ello, en la prácti
conscriptos referretur». EI cantante Nerón excusaba por lo menos sus au ca, esta última acabe por no realizar ninguna función en
sencias en el senado alegando ronquera: Suetonio, Nero, 41. relación con los edictos de los Godos 34, todo esto se corres
27 Una anécdota significativa se encuentra en T ácito, Ann., 1, 74. Ti ponde exactamente con los métodos de Augusto, que había
berio declara en el senado que también él quiere emitir su voto, a lo que
un senador (Gneo Pisón) repara: «¿Y cómo votarás? porque si tú votas el
primero yo sabré cómo me conviene votar, pero si tú votas el último yo 30 Stein, 2; S chw artz, Kaiser Kostantin, 1. c.; Kornem ann, Vom an-
temo disentir de ti sin quererlo». Después de similares ocurrencias, tenía tiken Staat (1927), 27.
razón Tiberio al afirmar que los senadores eran almas serviles: T ácito, 31 St e in , 101; H a h n , Das Kaisertum («D. Erbe d. Alten», VI, 1913),
Ann., 3. 65: «quotiens curia egrederetur, Graecis verbis in hunc modum 50. Téngase presente que en sus cartas P l i n i o se dirige siempre al em
eloqui solitum: «¡o homines ad servitutem paratos!»; A u re l. V icto r, De perador Trajano llamándole dominus. Vid. también Kr e l l e r , «Z. f. Han-
Caes., 37: «Abhinc (a. 276 d. C.) militaris potentia convaluit ac senatui delsR.», 85, 361 y allí cit.
imperium creandique ius principis ereptum ad nostram memoriam (fin dei 32 Justiniano está convencido, todavía, de vivir en el «tercer impe
siglo iv), incertum an ipso cupiente p e r d e s i d i a m , a n m e t u rio», que, sin interrupción, continúa a partir de Augusto, y que, como él
seu dissensionum odio». Sobre este fragmento Mommsen, Abriss d. rom. espera, continuará por siempre (hace transcurrir el primer imperio a par
StaatsR., 360. tir de Eneas; el segundo, a partir de Rómulo y Numa): Nov. 47 praef:
28 Mommsen, 1. c. y Ges. Schr., 6, 423 y ss.; K arlow a, Rom. Rechts- «...sive etiam tertia principia sumat quilibet imperii Caesarem maximum
gesch., 1, 888 y ss.; K uebler, Gesch. d. rom. R., 322 y ss. et Augustum pium, et ita rem publicam nobis inveniet hanc, quae nunc
29 Mommsen, Abriss. 347 y ss.; K uebler, 306 y ss.; E. Stein, Ges- est, valentem, sitque immortalis ab illis procedens».
chichte des spcitromischen Reiches, 1 (1928), 98 y ss.; ED. S chw artz, 33 L. c., p. 2.
Kaiser Konstantin und die christliche Kirche (1913), 10 y ss.; K. Stade, 34 Vid. a propósito los admirables Ostgothische Studien de Mommsen,
Diokletian, 66 y s.: G. Segre, «Atti dei Congr. (1933)», Roma, 1, 214 y s. en Ges. Schr., especialmente en pp. 457, 459, 476 y ss.
PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO TRADICIÓN 117

fundado el Imperio bajo la tribunicia potestas, el imperium conservando el antiguo únicamente para casos excepciona
proconsulare y algunas otras competencias concretas. les 43. Y el proceso formulario está vigente, a su vez, duran
La historia del d e r e c h o p r o c e s a l nos presenta te tres siglos, a pesar de que su formalismo tampoco sea pre
precisamente el mismo cuadro. Aunque el p r o c e s o d e cisamente aquella maravilla de lógica y de plástica jurídica
l a s q u a e s t i o n e s debe su nacimiento a la imitación que la ciencia del siglo x ix ha querido ver en él. Este forma
de derechos extranjeros 35, su construcción es, sin embargo, lism o fue para la jurisprudencia de los siglos n y m com o un
romana. Lentamente, paso a paso, se instituye para delitos calzado estrecho que le im pidió caminar librem ente. Con
concretos o grupos de delitos, con otras tantas leyes especia lentitud se afirma junto al proceso formulario el proceso lle
les 36, y en la época republicana es siempre un procedimien vado a cabo completamente por los magistrados, que, final
to facultativo. A su lado se puede disponer del proceso ma- mente, hacia las postrimerías del siglo III, excluyó de forma
gistrado-comicial37, y lo que decide es la prevención. Pero total al procedimiento formulario (no sabemos concretamen
los magistrados dejaron cada vez más la represión a los tri te cómo: es cierto que no podem os señalar una ley determi
bunales de las quaestiones, y así el proceso correspondiente nada que sancionara esta reforma) 44. Pero este nuevo proce
llega a ser, poco a poco, el proceso ordinario, y como tal apa so llevado a cabo completamente por los magistrados cumple
rece claramente bajo el Principado 38. De igual manera, len también la regla de la continuidad: se conservan la biparti
tamente, muere, a fines del Principado mismo, ahogado por ción del procedimiento y la fórmula escrita 45, y también el
la jurisdicción concurrente del tribunal imperial, del tribunal aparato term inológico del proceso formulario; los términos
senatorial y del de los funcionarios 39. actio, exceptio, actionem dare y denegare, litis contestatio,
En el p r o c e s o c i v i l la lex Aebutia empieza por etc., siguen siendo utilizados, salvo que ahora adquieren un
poner el nuevo procedimiento de la fórmula escrita, el lla significado diferente; cambian su sentido, pero, a pesar de
mado proceso formulario, como un procedimiento facultati ello, se conservan. N i siquiera Justiniano y sus hombres po
vo al lado del de las legis actiones 40. Pero todavía se aferran dían proceder de distinta manera 46. N o se puede negar que
tenazmente al antiguo procedimiento, a pesar de sus moles
tias y de sus riesgos 41, sin ni siquiera dejarse turbar por las 43 Ga y o , 4, 30-31.
burlas que las personas iluminadas dirigen a este andamiaje 44 Pe r n ic e , «SZ», 7 , 103 y ss.; W la s s a k , Zum rom. Provinzialprozess
pasado de moda 42. Pero, naturalmente, el proceso formula («Sitzungsber. Wiener Akad. d. Wiss.», 190, 4. Abh., 1919), pp. 11 y 29 y
rio adquirió preponderancia poco a poco; y la legislación allí cit.
45 W e n g e r , Inst. d. rom. ZivilprozessRs., 60 y 252 y ss., M e y e r -
procesal augustea confirma su desarrollo y lo concluye, ele Le v y , «SZ», 46, 276 y ss. 284; y los escritos de W l a s s a k allí cit.
vando el proceso formulario a procedimiento ordinario y 46 We n g e r , 1. c., 256; Le v y , «SZ», 49, 242 y ss.; B io n d i , Diritto e
processo nella legislazione giustinianear («Conferenze», cit. supra, p. 63,
nota 7), 129 y ss. 165 y ss.; Co l l in e t , Études histor. sur le droit de Justi-
35 Hitzig, D. Herkunft d . Schwurgenchts im rom. Strafprozess, 47 y nien, A (La procédure par libelle): de la actio, de la exceptio y de los in
ss.; Lengle, 27. terdictos en el sentido justinianeo de las expresiones trata el volumen V de
36 Mo m m s e n . StrafR.. 190 y s. los Études (cuya publicación postuma está anunciada). En la época post
37 Mommsen, StrafR., 150, 173 y s.; L engle, 48 y s. clásica la palabra actio asume también un significado material, el de «pre
38 Mo m m s e n . 186. 193; L e n g l e , 18. tensión provista de acción»; así es entendida la palabra en la definición in
39 Mommsen. 219 y s . terpolada de D. (44, 7) 51 (vid. supra, p. 66); B io n d i , 1. c., 176. La palabra
40 W lassak, Rom. Prozessgesetze, 1, 104; W enger, Institutionem d. exceptio toma también un significado material. En época clásica indicaba
rom. ZivilprozessR.s., 20. exclusivamente una parte de la fórmula que contenía una hipótesis excep
41 G a y o , 4. 11 y 30. tuada en relación con la autorización a condenar (Ga y o , 4, 115 y ss. 119).
4- C icerón, pro Murena, 12. En época postclásica, en cambio, la palabra indica también una contra-
PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO TRADICIÓN 119

precisamente en esta parte la amenaza que el tradicionalismo La m a n c i p a t i o llega, en el fondo, a convertirse en su


romano ha representado para la claridad del derecho ha sido perflua después del reconocimiento de la propiedad bonita-
más grave. A veces es difícil traducir con claridad y breve ria; se conserva, sin embargo hasta la época postclásica 49. Es
dad las Pandectas de J u s ti n ia n o en reglas de derecho bizan característico el desarrollo de la protección judicial del d e
tino 47. r e c h o d e p r e n d a 50. En principio sólo es protegido el
No es ni siquiera necesario, en conclusión, demostrar la acreedor que tenía una prenda manual (con desplazamiento),
acción del conservadurismo sobre el d e r e c h o p r i v a - y precisamente con los interdictos posesorios. Luego se co
d o . Aquí se puede estudiar, poco más o menos, en cualquier mienza a tutelar la prenda sin posesión (sin desplazamiento)
institución. Podrán bastar unos pocos ejemplos. El d o b l e para el único caso del arrendador respecto a los invecta et
o r d e n a m i e n t o j u r í d i c o del derecho civil y del illata, y primero sólo con un interdicto (interdictum Salvia-
pretorio fue observado fielmente durante toda la época clási num), después con una acción real (actio Serviana). Más tar
ca; sólo en la época postclásica se anuncian las tendencias a de aun la actio Serviana se extiende a otros casos de prenda
la fusión que, sin embargo, no consiguieron todavía comple sin posesión (sin desplazamiento), y, finalmente, también a
tamente su resultado ni siquiera en el derecho justinianeo 48. la prenda manual (con desplazamiento). No es posible reali
zar una c e s i ó n d e c r é d i t o 51. Para satisfacer la evi
pretensión del demandado (W e n g e r , § 29, p. 280). Ahora ya pueden dente necesidad, se tiene que recurrir a un artificio y adaptar
surgir reglas del tipo «exceptio pacti (o doli) bonae fidei iudiciis la procuratio ad litem al subrogado de la cesión. En este caso
inest», que para el derecho clásico representarían una contradictio in
adiecto, puesto que una exceptio que no estuviera contenida en la fór se procede también de una manera abiertamente romana; el
mula no es exceptio. (Sobre estos problemas B i o n d i , Indicia bonae f i cesionario obtiene una actio utilis, pero, en un principio, so
dei. 1 y ss.; B e s e l e r . «SZ», 45, 191). Sólo en la época postclásica se lamente en el caso de que el crédito corresponda a una he
habla, en materia de compraventa, de una exceptio fundada en el in rencia vendida; luego, siempre que un crédito haya sido ven
cumplimiento del contrato, mientras que en el derecho clásico la cláu
sula «ex fide bona» de la fórmula hacía inútil la introducción de una dido, y sólo en el derecho justinianeo para todo caso de
exceptio similar (en el sentido de parte de la fórmula, que es el único cesión. Está excluida también, aparte de unos pocos casos
clásico); cuando los clásicos hablan de exceptio mercis non traditae, excepcionales, la r e p r e s e n t a c i ó n d i r e c t a , a pe
no se refieren al ejercicio de la actio venditi, sino a la hipótesis de que
el comprador haya prometido el precio mediante estipulación y des sar de que fuera conocida por el derecho griego 52 y aunque
pués sea citado en juicio ex stipulatu. Así, muy claro en D. (19, 1) 25 su relativa necesidad se presente continuamente a los empe
(sobre esto. L e n e l , Paliii!>., I, 458, n. 1); y las cosas están igual en radores que publican los rescriptos y a los juristas que res
D. (21, 2) 68, pr., y en G a y o , 4, 126.a D. (44, 4) 5, 4 está alterado a ponden las consultas. Pero siempre aparece la habitual rigi-
partir de etiam mercis: cfr. F. H a y m a n n , «SZ», 41, 55; B e s e l e r , «SZ»,
45. 483. Sobre el significado de la litis contestatio en la terminología
postclásica vid. W e n g e r . § 28, p. 276 y ss.; C o l l i n e t , Études, 4, 215
y ss.; L e v y , «SZ», 49, 242. no («Annali Palermo», 1915), 588 y ss., también en «Arch. f. Rechts-und
47 Una exposición histórica del derecho justinianeo, es decir, una ex Wirtschaftsphilos.», 16, 503 y ss., y en los «Mélanges Cornil», 2, 235 y
posición de lo que éste representaba como codificación del imperio de ss., 308, núm. 32 (donde «528» hay que corregirlo por «588»),
Oriente, también era sugerida por M o t é i s , «SZ», 31, 393. En los Études 49 C o l l in e t , Études, 1,222 y ss.; Ku n k e l , § 54; K ir c h e r , «SZ», 32,
arriba citados C o l l i n e t se propone esta tarea para una serie de pro 100; E h r h a r d t , «SZ», 51, 126 y ss.; H a z e w in k e l -S u r in g a , Mancipatio
blemas. en traditio (excelente tesis de Amsterdam, 1931), 101 y ss.; B u c k l a n d ,
4X lust. Inst. (2. 10, 3): «Sed cum paulatim tam ex usu hominum quam 240 y s.; J o l o w ic z , 514.
ex constitutionum emendationibus coepit in u n a m c o n s o n a n so Cfr. K u n k e l , §§ 91, 93, 94.
t i a m i u s c i v i l e et p r a e t o r i u m i u n g i . . . » . Vid. a propó 5' K unkel, §127; B onfante, Ist., 129 in f; Perozzi, Ist., 2, 186.
sito, por todos, RiCCOBONO. Da! diritto romano classico al diritto moder- 52 K u n k e l , § 58.
120 PRINCIPIOS DEI. DERECHO ROMANO TRADICIÓN 121

dez de la ortodoxia: «no se puede» 5-\ También el c o n pro y en contra, valorar otras posibles configuraciones sir
t r a t o a f a v o r d e t e r c e r o s que cree en el terce viéndose incluso de la comparación con el derecho extranje
ro un derecho 5354 sólo es admitido en época postclásica y para ro — esta discusión puramente racionalista— fue algo des
algunos casos especiales. No se puede afirmar que en el de cartado tácitamente por la actitud conservadora de los
recho justinianeo fuera o no admitido de manera general. El juristas romanos. Frente a una tendencia crítica similar, el ro
p r i n c i p i o d e l a e v i c c i ó n , que parece que deri mano genuino temblaría hasta en sus visceras precordiales.
vaba de una interpretación literal de los formularios notaria Cuando N e r a c io dice ocasionalmente que «no se deben in
les de compraventa de la jurisprudencia republicana 55, no dagar las razones del ordenamiento jurídico, porque de otro
pudo ser abandonado, aun cuando los clásicos reconozcan su modo se subvertirían muchas de las cosas que son ciertas»,
imperfección 56; sólo en un caso una gran autoridad como Ju formula con esto, verdaderamente, un principio romano, e
liano llegó a romperlo 57, pero el principio es conservado 58. hicieron bien los compiladores al separar la regla de su con
En el derecho hereditario, la regla republicana s e m e l h e - texto originario y al incluirla en el título 1, 3 del Digesto,
r e s s e m p e r h e r e s es intocable por manifiesta que dándole así un valor de principio 60. Reflexiones críticas so
sea la necesidad de herederos sustituidos; se prefiere recurrir bre el d e r e c h o c o n s t i t u c i o n a l romano, consi
como sustituto al fideicomiso universal, aunque por esta vía deraciones sobre la mejor forma de gobierno, pueden haber
se vaya al encuentro de dificultades y de artificios 59. sido realizadas, incluso en los ambientes romanos, por imita
ción de los griegos, pero en Roma estas tendencias sólo tu
Procede igualmente del conservadurismo romano e 1
vieron expresión literaria en el libro de un griego (P olib io) 61
no a d m i t i r q u e se h a g a m e t ó d i c a y s i s
y de un romano muy ligado a sus modelos griegos (C ice
t e m á t i c a m e n t e una c r í t i c a y una p o l í
ró n ) 62. Tampoco fue imitado en Roma el derecho público
t i c a d e l d e r e c h o . Es cierto que no se cierran los ojos
ante las múltiples imperfecciones del derecho vigente, pero comparado como era cultivado en la escuela de Aristóte
se excluye la crítica puramente negativa, y es utilizada sola les 63. Las utopías constitucionales del género de la Política
mente la positiva que se propone sustituir la norma imper de Platón fueron totalmente ajenas a los romanos.
fecta por la perfecta. Preguntar a cada institución y a cada re Para el d e r e c h o p r i v a d o la actitud fundamental
gla del derecho por su justificación, enumerar las razones en de los romanos se puede recabar de cualquier página de
nuestras fuentes. Salvo rarísimas excepciones, no se emplea
una palabra para justificar las instituciones y las reglas fun
53 Vid. los rescriptos en C. (4, 12) 3; (4, 26) 7, 3; (4, 27) 1 pr. y 1; (4, damentales del derecho. ¿Por qué en la mancipatio son ne
50) 6 y 7.
54 Cfr. S ib e r . § 74: R a b e l, Grundzüge, § 117; Tia u b e n s c h l a g , Das cesarios precisamente cinco testigos? ¿Por qué no se puede
rom. Privatrecht zur zeit Diokletians, 258. transmitir más derecho que el que se tiene? ¿Por qué la ser
55 Los antiguos redactores de formularios querían imponer al vende vidumbre no puede consistir en un hacer? ¿Por qué el inqui
dor la transmisión, pero no sabían expresarlo de otra manera que con la
descripción del contenido de la propiedad: uti fruí habere possidere (así
son entendidas estas expresiones incluso en la lex Antonia de Termessibus, no D. (1, 3) 20, J u l i a n o : «Non omnium, quae a maioribus cons
B r u n s . n. 14. 11. 23-35: cfr. M o m m s e n , StaatsR., 3, 687, n. 4). La juris tituta sunt, ratio reddi potest». D. (1, 3) 21, N e r a c i o : «et ideo ratio
prudencia posterior toma al pie de la letra los formularios; por consi nes eorum quae constituuntur inquiri non oportet: alioquin multa ex his,
guiente, s ó l o el uti fruí habere possidere, no la propiedad. quae certa sunt, subvertuntur».
56 R a b e l . Haftung des Verkciufers, 1, 108 y s. 61 Especialmente en el libro VI de su Historia, c. 1 y ss.
57 Para el caso de dolo del vendedor: cfr. D. (19, 1) 30, 1. Para otras 62 En las dos obras de legibus y de re publica.
atenuaciones Kunkel, 143. 4. 63 Sobre las noX neiai de A r i s t ó t e l e s , en las que se comparaban 158
w R a b e l . 113. constituciones, vid. Z e l l e r , Philosophie d. Griechen, 2, 2 (3.a ed., 1879),
•sy Kunkel. § 227: Siber. 362. 105. Salvo algunos fragmentos, sólo ha quedado la íloXireiai ’Adrjvaíov.
122 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO t r a d ic ió n 123

lino y el arrendatario no son poseedores? ¿Por qué se exclu tura boloñesa del quare 70. Esta oleada alcanza su culmina
yen la cesión, la representación directa, el contrato a favor de ción en la legislación reformadora de Justiniano. Pero — no
tercero donde el tercero obtenga un derecho? ¿Por qué vale habiéndose declarado nunca explícitamente que aquella le
en la compraventa el principio de la evicción? ¿Por qué la gislación se refiere a la tendencia crítico-jurídica de la juris
permuta no es un contrato consensual? ¿Por qué rige la regla prudencia bizantina— la compilación justinianea deja tam
semel heres semper heresl Todos estos problemas, a los que bién intacta la impresión de que la doctrina jurídica romana
se podrían añadir docenas, no fueron nunca ni siquiera con había situado fuera del círculo de sus intereses la crítica y la
siderados por los juristas, y mucho menos discutidos y re política del derecho. Y por esto la doctrina moderna, desde
sueltos. No sólo las Leyes de P l a t ó n , sino tampoco la con
los boloñeses hasta la escuela del derecho natural, conservó
frontación jurídica privada de Teofrasto 64 suscitaron en
Roma el mínimo interés. Si en ocasiones G a y o se pregunta también un rumbo meramente positivo. La decadencia del
cuáles eran las causas de las normas jurídicas, y reconoce derecho natural dio lugar, a finales del siglo xvm y comien
que ésta o aquélla está insuficientemente justificada 65, y rea zos del xix, a una renovada preponderancia de la jurispru
liza, incluso, algún indicio de comparación jurídica 66, es dencia conservadora y positivista, cuyas tareas fueron oca
esto una de las señales de su situación excepcional, dado y sionalmente formuladas en 1825 por el buen G lü C K 71 de
no concedido que los fragmentos sean genuinos. Es cierto una manera clara y unívoca; «No conviene nunca juzgar las
que, en la é p o c a p o s t c l á s i c a , cuando las influen leyes que siempre han estado reconocidas como vigentes,
cias griegas se consolidan, incluso en el derecho, y con el re sino juzgar en conformidad con ellas». Y todavía en la últi
lajamiento de la tradición bastantes reglas clásicas llegan a ma edición de las «Pandectas» de W in d s c h e id 72 se puede
ser incomprensibles 67, la crítica del derecho se desarrolla leer la frase: «Al establecer qué cosa corresponde a la natu
también un poco. Se procura averiguar el fundamento de raleza de las cosas y a las necesidades del comercio se pue
ciertas normas 68, o, por lo menos, se señala alguna cuestión de ser de diferente opinión, pero no si tratamos de ver lo que
dudosa 69; son innegables algunas anticipaciones de la litera-
pensamos nosotros de ello, lo que había pensado el legisla
dor». El conservadurismo clásico se reduce aquí a un positi
64 De una obra sobre contratos se conserva un fragmento en St o b e o , vismo grotesco y completamente anticlásico.
Flor., 44. 22. Véase también en H e r m a n n -T h a l h e im , Lehrb. d. griech.
Rechtsaltertümer, 1895, 146 (con traducción). El conservadurismo romano explica también la completa
65 Gayo, 1, 190, cuya genuinidad es puesta en duda por B eseler, 5, a u s e n c i a d e r e f l e x i ó n h i s t ó r i c a en una ju-
2, y por Solazzi, Glosse a Guio, 187; Gayo, 2, 78, sobre éste B eseler, 5,
3; Gayo, 2, 232, sobre éste B eseler, 5, 4; Gayo, 3, 79, sobre éste Bese
le r , 1. c.; Gayo, 3, 98, sobre éste B eseler, 1. c.; GaVo, 4, 24, sobre éste es expuesta pero no resuelta, pertenecen, por ejemplo, D. (2, 14) 7, 6; so
B eseler, 1. c.; Gayo, 4, 20. bre éste B eseler, 2, 86; 5, 10; y D. (6, 2) 1, 1-2; sobre éste B eseler, 2, 88.
66 Para los textos y la literatura, vid. supra, p. 53, nota 66. 70 Pasajes sospechosos con quare en Gayo, 2, 54. 55; 3, 79, y sobre
67 Sc h u l z , «SZ». 50. 248. ellos B e se le r, 5, 3 y ss. Gayo, 4, 20, debe ser también postclásico.
68 El número de los considerandos interpolados en nuestras fuentes es Sobre la literatura boloñesa del quare cfr. S eckel-G enzm er en la
grandísimo: cfr. Sc h u l z . Einfiihrung, 22. Examínense, con base en el ar «Gedáchtnsschrift für Seckel», 1927,1 y ss.; y Genzmer, «Atti del Congr.
tículo Ratio de Be s e l e r , (Beitrage, V, 1 y ss.), los pasajes en los que ra (1933)», Bolonia, 1, 422.
tio significa «causa»; y también los pasajes en los que la conjunción cur 71 Erlauterung d. Pand., 27, 452 [traduc, ital., libro 25, 81].
(«¿por qué?») es utilizada en interrogación directa a la que sigue una res
puesta (B e s e l e r , 2, 85 y ss.: 5, 10). Vid. también los pasajes de G a y o ci 72 Pand., 1, § 22, n. 8. Desde el punto de vista de la historia de la cien
tados ahora mismo en la nota 65; y A l b e r t a r io , Elementi postgaiani nel- cia es interesante la nota de protesta añadida a este punto por Kipp : «De
le Ist. di Guio, «Rend. Ist. Lomb.», 59, 1926 [= Studi, 5, 439 y ss.]; B e t t i , bemos tener el valor de asumir conscientemente nuestra posterior colabo
«Arch. giur.», 100, 1928, 59. ración al progreso del derecho, y reivindicarla públicamente para nosotros
69 A este grupo de textos donde una cuestión (no puramente retórica) (scil. ¡para nosotros juristas!)».
124 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO TRADICIÓN 125

risprudencia por otra parte tan evolucionada como la roma minante, sin embargo, el sentimiento de un íntimo ligamen
na 7-L La historia del derecho presupone el sentido de la dis con los mayores, de ser con ellos una sola cosa 77. El derecho
tancia. La historia general no tiene necesidad de ello, en no vigente ya, es olvidado sin más, y sólo los no juristas co
cuanto que se propone la exaltación patriótica, o sea, quiere leccionistas de curiosidades se interesan por él. Pero el dere
gozar y comunicar la pasión por los acontecimientos admira cho vigente es entendido com o una unidad espiritual. Las di
bles y curiosos. En la historia del derecho, estos aconteci ferencias entre las estratificaciones históricas no se ven o no
mientos normalmente están excluidos. Sin el sentimiento de se quieren ver. Las viejas normas son llevadas consciente o
ser profundamente distintos de lo que se era en el pasado y inconscientemente a nuevos significados, ligadas con la m o
de estar, sin embargo, vinculados al pasado a través de la dernidad y adaptadas a ella. A sí, en los escritos jurídicos des
evolución, son difíciles de pensar el interés y la comprensión de el siglo i al ni d. C., todo el derecho — XII Tablas, antiguo
para la historia del derecho. Es cierto que este sentido histó ius civile, Edicto, constituciones imperiales y senadoconsul-
rico de la distancia no es primordial. Nadie se sorprenderá al tos— es presentado en una exposición com pletam ente plana,
ver cómo el pobre autor del Espejo suevo traslada ingenua sin ninguna perspectiva. Las consideraciones histórico-jurí-
mente el derecho romano al mundo de su experiencia medie dicas, evolucionistas, se reducen a alguna pobre alusión 78*.
val, cómo el creador del beneficium divisionis en la fideius-
sio se nos presenta como «un señor llamado Adriano, que ha Pocos ejemplos pueden bastar para ilustrar lo que se ha dicho.
hecho muchas leyes» *74, y el jurista Marcelo como «un ma Considérese, ante todo, la pequeña escena descrita por G elio, N o c í .
estro de leyes, que ayudaba al rey a hacer muy buenas le Att., 16, 10 (históricamente tan poco verdadera como las de C icerón en
yes» 7-\ o cómo el edicto del pretor sobre la incapacidad de el de senectute o en el de amicitia). Gelio finge que está en el foro en un
la mujer para postulare sea a sus ojos una regla fijada por el corro de personas desocupadas en el que se lee a Ennio. En un verso se
rey con su Consejo de señores 76. Pero que a los clásicos, en destaca la palabra proletarius y se discute al respecto. Gelio ve en el co
la plena luz de la ciencia griega, les faltara tan completa rro a un amigo jurista (ius civile callentem, familiarem meum) y le ruega
mente el sentido histórico, es un fenómeno singular. Es do- que defina el concepto. Aquél se disculpa diciendo ser jurista y no filó
logo (se inris, non rei grammaticae peritum esse). Gelio replica que
precisamente por ello debería conocer el significado de la palabra, en
7' D i r k s e n . Uber clie Spuren historischer Kritik und antiquarischer
contrándose ésta en las XII Tablas. Y el jurista prorrumpe en este en
Forschung in den Schriften d. rom. Juristen («Versuche zur Kritik u. Aus-
legung der Quellen). 1823. n. 5; P u c h t a , Cursus der Institutionen, 1, colerizado discurso: «Lo debería saber, si hubiera estudiado el derecho
(1841). § 102. de los habitantes originarios de Italia. Pero, puesto que toda la antigua
74 Cap. 9. I (ed. G a n g l e r , 2.a ed., 1875): «£¡n meister, heizet Adria- lla de las XII Tablas (omnis duodecim tabularum antiquitas) hace tiem
nus. der des landrehtes vil gemachet hat». po que ha dejado de ser práctica, no es necesario ya que yo me ocupe de
75 Cap. 56: «ein meister von landrehte, der half den künigen vil guter ello, dado que solamente me debo ocupar del derecho en vigor y de su
landrethe machen». terminología (studium scientiamque ego praestare debeo inris et legum
76 Cap. 203: «Daz verwohrte in alien ein edeliu romerin, diu hiez Ca-
frania diu vor dem gerihte ze rome also missebarte, daz si in also grozen
zorn kom, daz si den künic (;!) beschalt... Do nam der künic die gewan- 77 Se revela también aquí la afinidad del espíritu romano con el in
heit ab mit der fürsten rate ze einem hove, daz dehein frowe nimer me glés. S a v e l k o u l s , Das englische Kabinettsystem (1934), p. VII: «Los
fürspreche mac gesin...» («Este derecho fue suprimido para todas las mu ingleses viven su historia como una unidad, y en su ser y en su pensa
jeres como consecuencia del hecho de que una noble dama romana, de miento los siglos pasados están más vivamente presentes que en noso
nombre Cafrania, se comportó tan mal ante un tribunal romano, que dio tros los pasados decenios. El pasado penetra vigorosamente en el pre
desahogo a su propia ira y ofendió al mismo rey. Entonces el rey con su sente». _
Consejo de señores estableció que ninguna mujer pudiera en adelante ac 78 Este es el núcleo de verdad en las exageradas observaciones de
tuar en juicio.») O. Spengler, Untergang des Abendlandes, 2, 71.
126 PRINCIPIOS DF.L DERECHO ROMANO t r a d ic ió n 127

vocumque carum quibus utimur)». Se acaba por llamar a un doctus poe prendidas, naturalmente, en el primer edicto, referido como estaba a las le
ta que pasaba por allí, y éste, en efecto, da la explicación. No tiene nin siones corporales. Aún más tarde se formó un concepto de la iniuria que
gún interés para nosotros establecer quién fuera el jurista amigo de Ge- abarcaba todos los casos previstos en el título de iniuriis y que concluía
lio, y a qué fuentes había acudido Gelio. Como prueba de la ausencia de atribuyendo este nombre a toda lesión dolosa de la personalidad; con esto,
interés histórico en los juristas, el texto tiene, de cualquier modo, pri las cláusulas especiales se convirtieron de hecho en superfluas. Pero un ra
mum gradum certitudinis. zonamiento similar no era accesible para Labeón 82. Él no llega a ver en
Significativas de otra forma son también ciertas declaraciones de La- ningún momento las cláusulas edictales como una sucesión temporal y a
beón sobre la doctrina de la iniuria. Las XII Tablas contemplaban la lesión explicar históricamente el Edicto. Todos los medios judiciales del Edicto
personal, y para los casos más leves concedían una acción penal por 25 están, para él, bajo el mismo plano, forman una unidad; quien les ha reu
ases 7y. El Edicto pretorio promete, a su vez, para todos los casos de iniu nido es «el Pretor».
ria una acción dirigida a una pena a fijar por el juez a su libre valoración En época posterior las alusiones históricas son también ocasionales y
(actio iniuriarum aestimatoria) pero en conexión con esta norma concede desperdigadas: explicación de la posición jurídica de los sui heredes con
una acción penal análoga en algunos casos, exactamente individualizados, base en el antiguo consorcio familiar, D. (28, 2) 11 y Gayo, 1, 157; histo
de violación de la personalidad m. Labeón comenta la disposición de las ria del testamento militar, D. (29, 1) 1 p r.8384; historia del edicto de bonis
XII Tablas en su comentario de esta ley (Gelio, 20, 1, 13). Ahora bien, en libertorum, D. (38, 2) 184. Por lo demás, los juristas saben contarnos que
vez de decir, por ejemplo, que una acción por una multa fija era conve este o aquel medio judicial fue introducido por una u otra personalidad 85,
niente en una época primitiva y que entonces también 25 ases representa pero de un estudio atento de los antiguos edictos, que sin embargo se po
ban un valor notable. Labeón reprueba (non probat) la norma de las XII dían leer en las bibliotecas públicas 8687,no dicen ni palabra.
Tablas porque la pena era muy baja, cuenta la historia de las bofetadas de La pobre colección de noticias históricas en el enchiridion de P o m p o
L. Veracio. y concluye: «Por esto los pretores han dejado a un lado la ley n i o 87 no tendría siquiera importancia si la breve obra debiera verdadera
de las XII Tablas y propuesto su actio aestimatoria». El mismo Labeón, mente reconocerse como obra suya, cosa que no creemos. Tanto más sin
por lo que aparece en su comentario al Edicto, trata de la cláusula especial gular es, en cambio, la posición de G a y o , que muestra un cierto interés por
del título de iniuriis, «ne quid infamandi causa fíat» 81, y se pregunta por la historia. No sólo declara, en la retórica y pomposa introducción 88*a su
qué el pretor había introducido esta acción especial desde el momento en
que con el primer edicto, referente a la actio iniuriarum aestimatoria, se
82 Cfr. Pe r n ic e , Labeo, 2, 1, 23 y s.
había puesto remedio también a este caso: la infamatio, en efecto, es tam 83 ¡No es un texto bonito!
bién una iniuria. Por ello él declara superflua la cláusula especial y afir 84 Este pasaje —haya sido o no escrito por U 1 p i a n o— proviene de-
ma que el pretor la ha introducido sólo para mayor claridad. Esta es la ex S e r v i o , el cual, por lo que sabemos también por otras vías, se intere
plicación fácil. La iniuria de las XII Tablas sólo comprendía la lesión saba por las cosas históricas (había sido retórico): vid. L e n e l , Paling.,
corporal. Cuando el pretor creó la actio iniuriarum aestimatoria existía, Servius, n. 1, 2 y 3.
pues, sólo una acción para la lesión corporal; más tarde, quizás a la vez, 83 W e is s , «SZ», 50, 255.
fueron puestas junto a esta acción las de los casos especiales, no com- 86 Ge l io , 11, 17, y sobre este pasaje We i s s , 256.
87 D. (1, 2) 2.
88 Como en la Edad Media, también en la antigüedad las introduc
7y B runs, Fontes, p. 29 (tabla 8, 2). ciones fueron escritas a veces en un estilo fuertemente retórico, distinto
80 B r u n s , 227. del de la obra propiamente dicha: B e s e l e r , «Tijdschr.», 10, 164, n. 1; G.
81 D (47, 10) 15, 26. Parece que el texto esté reelaborado (B eseler, 4, En g e l , De antiquorum... prooemiis (tesis filosófica de Marburgo, 1910).
2 3 1), pero, en substancia, Labeón no pudo haber dicho una cosa distinta. Sobre la introducción retórica al f^á p co v del í'Sioq Xóyoq, vid. Ux-
No se ve, por otra parte, por qué había creído notar la inutilidad sólo de h u l l -G y l l e n b a n d , «Aegyptische Urkunden aus den staatlichen Mu-
este edicto. También la cláusula sobre el convicium, por ejemplo, sería seen zu Berlin», V, fase. 2, 1934, p. 8. Sobre el estilo retórico de las in
inútil por el mismo procedimiento lógico, en cuanto que el convicium es troducciones m e d i e v a l e s , vid. S e c k e l , «SZ», 21, 330: el ejemplo
para Labeón una iniuria D (47, 10) 15, 3. Pero quizás Labeón lo había di más interesante es el de la Summa Codicis, para la que A z o n se hizo es
cho también, porque el apretado fragmento que forma el § 3 no fue escri cribir la introducción por B o n c o m pa n o (S e c k e l , 1. c.; G e n z m e r , «Atti»,
to así por U l pia n o . cit., 1, 410).
128 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO TRADICIÓN 129

comentario de las XII Tablas 89, que el conocimiento de la historia del de sentarse a los juristas concretos, hasta los más importantes,
recho es necesario y que la interpretación sin la ayuda de la historia es un com o i n d i v i d u a l i d a d e s d e l a c i e n c i a j u
modo de trabajar «sin lavarse las manos» 90, sino que sus Instituciones r í d i c a , distinguiendo clara y netamente los unos de los
contienen también partes verdaderamente históricas: historia del testa
otros. El cuadro de la jurisprudencia romana trazado por
mento y en particular del testamento por mancipatio (2, 101 y ss.), de las
S a v i g n y en 1814 (m uy admirado y muy criticado) ha
praescriptiones (4, 133). de la condena en dinero (4, 48), del procedi
miento de las legis actiones, etc. mostrado esta circunstancia con brevedad y precisión 92.

«Este método (romano) no es en absoluto propiedad exclusiva de un


Justiniano y su entorno están también aprisionados por escritor más o menos grande, sino que es un bien común a todos; y aun
las tradiciones clásicas. Un plan como el de las Pandectas, de que entre los escritores la fortuna en su aplicación esté muy desigualmen
formar un texto legislativo con fragmentos de una jurispru te repartida, el método es siempre el mismo. Incluso si tuviéramos ínte
dencia que se remontaba de 300 a 500 años atrás, sólo podía gramente sus escritos ante nosotros, nos encontraríamos con un número
nacer en la cabeza de hombres que descuidaban las condi mucho menor de individualidades descollantes que en cualquier otra lite
ciones históricas de esta jurisprudencia, que sentían la juris ratura. En cierto sentido todos trabajaron en una sola y única gran obra, y,
prudencia clásica no como pasado, sino como presente, por ello, la idea que está en la base de la compilación de las Pandectas no
como una única cosa con la jurisprudencia bizantina; hom es del todo digna de reproche. Toda su literatura jurídica era un todo or
bres a los que la distancia de Ulpiano o de Juliano no les pa gánico, de manera que se podría decir, con un término técnico de la doc
recía mucho mayor de la que les separaba de los «héroes» bi trina moderna, que los juristas concretos eran personalidades fungibles.»
zantinos.
De todo esto se deriva también, finalmente, l a a u La expresión «personalidades fungibles» es exagerada,
s e n c i a de p e r í o d o s d e t e r m i n a d o s en l a pero, por otra parte, la caracterización es dada con la acos
h i s t o r i a d e l d e r e c h o r o m a n o . Los períodos tumbrada finura y exactitud 93. Naturalmente que existen en
que por necesidad se señalan habitualmente en nuestros tra tre los juristas concretos diferencias en los modos de expre
tados — república, principado, dominado— sobrevaloran sión y en la autonomía del pensamiento; y S a v i g n y no
ciertos fenómenos 91 y separan lo que debería permanecer lo negaba; más bien, por el contrario, lo señalaba explícita
unido. Theodor M om m sen no se limitó por pura casualidad a mente. Se pueden recoger particularidades lingüísticas de
la exposición sistemática de ciertas partes de la materia y a este o de aquel jurista 94, enumerar las doctrinas que uno u
practicar dentro de ellas este sistema de las secciones para
exponer históricamente doctrinas concretas; y esto tanto para
92 Vom BerufO ? ed.), 29 y 157.
el derecho público como para el derecho y el proceso penal 93 En el mismo sentido L e n e l en H o l t z e n d o r f f -K o h l e r , 1, 359;
romano. Verdaderamente es éste el único método de exposi Ar a n g io -R u iz , Corso di storia del dir. rom., 265 y ss. [ahora Storia3, 269
ción adecuado a la materia. y ss.]; C h ia z z e s e , Introduzione, 168, n. 75. Lo contrario es afirmado, por
A la ausencia de períodos determinados en la historia del ejemplo, por B e k k e r , «SZ», 6, 77.
94 Los primeros trabajos de este tipo están anticuados: así K a l b , Roms
derecho romano en general, corresponde la a u s e n c i a Juristen nach ihrer Sprache dargestellt; Sc h u l z e , «SZ», 12, 100 y ss.;
de p e r í o d o s en la h i s t o r i a de la j u r i s Co s t a , Papiniano, 1, 257 y ss. (por omitir escritos incluso más antiguos
p r u d e n c i a r o m a n a , o mejor, la dificultad de repre- que se encuentran citados en Z im m e r n , Gesch. d. rom. PrivR., 1, a propó
sito de juristas concretos). Se podrán continuar estas investigaciones,
como sugiere K u e b l e r , Conferenze (cit., supra, p. 63, nota 7), p. 112; pero
89 D. (1,2) i. yo creo, en desacuerdo con Ku e b l e r , que no se conseguirá mucho con
90 «Illotis ut ita dixerim manibus...». ello. Las presuntas particularidades lingüísticas de este o de aquel autor
91 Vid. supra, pp. 110 y s. 113 y s. clásico se revelarán las más de las veces como particularidades de uno u
130 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO t r a d ic ió n 131

otro hizo progresar; pero todo esto no modifica en absoluto género 98. En tal ambiente, el progreso sólo se permite en
la comprobación de que en el método de la jurisprudencia ro forma de aluvión (G a i , 2, 170).
mana no existen transformaciones, que el lenguaje jurídico
permanece, en conjunto, constante hasta la mitad del siglo III,
que, e n resumen, la individualidad
c i e n t í f i c a e s t á p o c o d e s a r r o l l a d a . La
doctrina jurídica romana desconoce aquellas cesuras que la
ciencia alemana muestra a partir del siglo xvi. Individualida
des científicas como C u y a c io , Antonio F a b e r , D o n e l l o ,
Hugo G r o c io , T h o m a s iu s , S a v ig n y , I h e r in g , Otto G ie rk e ,
W in d s c h e id , B rin z , José K o h l e r — por recordar solamente
unos pocos— se buscarían en vano en la jurisprudencia ro
mana. Ningún jurista romano enseñó nunca algo esencial
mente diferente de lo que enseñaron sus predecesores y sus
sucesores, e incluso en los escritos jurídicos de S a b in o y de
P r ó c u l o la enseñanza era, en lo referente a los principios,
tan poco mutable como la de Oxford y la de Cambridge 95.
«In short, a family likeness prevailed through all, and pro-
perly speaking, they had but one character» 96. El siglo xix,
siglo del individualismo, entendió esta ausencia de indivi
dualidades como un defecto de la jurisprudencia romana e
intentó — naturalmente en vano— lavar de esta mancha a los
maestros tan ardientemente venerados. Pero en el entorno de
los juristas romanos — entorno reducido, conservador, ligado
a una estricta tradición artesanal— la preeminencia del indi
viduo hubiera sido, por el contrario, señalada como revolu
cionaria y por lo tanto digna de reproche; es decir, como un
defecto 97. Aquí el individuo quiere sumergirse en un gran tumswissenschaft, 1 (2.a ed., 1912), 457: «De aquí se deduce, como ulte
rior postulado, la determinación de la individualidad de los escritores.
Para la literatura antigua esta determinación resulta más difícil que para la
otro glosador postclásico. Vid. como ejemplo B e s e l e r , «SZ», 52, 58; 51, moderna, porque en ésta s e d e j a m u c h a m á s l i b e r t a d al
199; «Tijdschr.», 10. 240. d e s p l i e g u e d e l a s a p t i t u d e s i n d i v i d u a l e s , y toda
95 Todos los intentos de establecer diferencias de principio han falla vía más difícil para la literatura romana, en la que, más allá d e 1
do: K u e b l e r , Ceschichte des rom. Rechts, 261. v í n c u l o c o n v e n c i o n a l d e l e s t i l o . . . » . J. B u r c k h a r d t ,
96 G o ld s m it h , Vicar of Wakefield, cap. 1. En lo que se refiere a los Der Cicerone, introducción al capítulo de la escultura (ed. W o e l f f l i n , 3,
oradores republicanos. T á c i t o (de orat., 25) hace decir a M é s a l a : 361): «Los griegos no pretendían de sus artistas la originalidad en el sen
«Nec refert quod inter se specie differunt cum genere consentiant... omnes tido moderno, no les exigían que cambiaran continuamente los objetos y
tamen eandem sanitatem eloquentiae prae se ferunt, ut si omnium pariter los modos de reproducción. Cuando para cada objeto particular se había
libros in manum sumpseris, scias, quamvis in diversis ingeniis, esse quan- encontrado una vez la expresión perfecta, ésta quedaba como ejemplar du
dam iudicii ac voluntatis similitudinem et cognationem...». La misma crí rante siglos enteros. Se creaban tipos y modos uniformes de presenta
tica podría hacerse a los juristas romanos. ción... y también objetos uniformes.»
97 C fr. E d . N o r d e n . en G e r c k e y N o r d e n , Einleitung in die Alter- 98 N ie tz s c h e , Wille zur Machí, n. 783.
NACIÓN *

Roma communis nostra patria est.


M o d e s t in o , D. (50, 1) 33.

Entendemos por «nación» *1*un pueblo que se siente una


comunidad políticamente separada, que se individualiza po
líticamente y que se opone a otras comunidades políticas.
Conciencia (o sentimiento) nacional es precisamente aquella
conciencia que forma la nación y la individualiza política
mente, la conciencia de ser una comunidad política como las
otras, y, por consiguiente, diferente de las otras. Un factor
importante en la formación de la conciencia nacional es la
comunidad de lengua, que sin embargo no es decisiva y no
siempre acontece. Es esencial la comunidad de grandes des
tinos políticos y culturales, la comunidad de destino históri
co. Si, dada esta comunidad, surge la voluntad de constituir
una organización política separada, la conciencia nacional, y
con ella la nación, ha nacido ya. Si la conciencia nacional se
pierde, perece también la nación. Nuevos destinos históricos
pueden hacer caer en el olvido los del pasado, y así trasladar
ciertas partes de una nación a otra o absorber la nación ente
ra en una nueva y mayor. La unidad o la afinidad de raza no
es ni necesaria ni suficiente para el concepto de nación, aun
que la etimología de la palabra aluda a una descendencia co-

* Prinzipien..., p. 74: Nation; Principies..., p. 109: Nation; I Princi


pii..., p. 96: Nazione.
1 Sobre todo lo que sigue, vid. F. M e in e c k e , Weltbürgertum und Na-
tionalstaat, 1 y ss.; M. W e b e r , Wirtschaft und Gesellschaft, 224 y ss. (par
te II, cap. 3, § 4) y 627 y ss. (parte III, cap. 3, § 3); M o m m s e n , Reden und
Aufsátze, 411 y ss.; B in d e r , Fichte und die Nation, en «Logos», 10, 1922,
75, 275 y ss. 281 y ss. (con bibliografía; Cari Sc h m id t , Verfassungslehre
(1928), 231; H. O. Z ie g l e r , Die moderne Nation (1931); Ed. Z ie h e n , en
«Hist. Z.», 150 (1934), 496 y s.; Me. D o u g a l , The American nation
(1935).
13 4 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO NACIÓN 135

mún, y a pesar de que, en efecto, exista frecuentemente en la timandus est» 6. Pero, superando este círculo, la administra
nación la convicción más o menos clara de que, al menos ción imperial se convirtió para todos los pertenecientes al
para un primer núcleo, su fundamento deba estar en la des imperio en una nueva experiencia histórica común, y sobre
cendencia común. ella se basó un nuevo sentimiento de cohesión. El emperador
Hasta donde nos es permitido remontarnos en el tiempo, llegó a ser el venerado benefactor y padre de toda la variada
los habitantes del Lacio constituyeron siempre una nación. colectividad comprendida en el Imperio 7. Los procónsules
Como quiera que estuviera organizada la originaria liga lati conquistadores, com o se habían conocido en los últim os
na. se basaba en el sentimiento de cohesión existente en las tiempos de la República, se hacen raros, y los funcionarios
comunidades latinas. En este sentimiento está basada tam de la escuela de Augusto y de Tiberio toman su puesto; pro
bién la más reciente liga latina, o mejor el sistema de trata vinciales notables, romanos sólo de educación, llegan al se
dos de alianza vigentes entre Roma y los pueblos latinos. nado y a los altos puestos de la burocracia 8; y a pesar de los
Junto a la n a c i ó n l a t i n a se desarrolla lentamente la agravios, la administración romana aporta también ventajas:
n a c i ó n i t a l i a n a ; en este sentido fue decisiva la gran acueductos y canales, baños y teatros públicos, caminos se
experiencia común de la guerra contra Aníbal. La nación ita guros y derecho seguro, sin contar la educación helenística,
liana absorbió en conclusión a la latina, como la nación ale el arte, la literatura, la escuela 9*. Necesaria consecuencia de
mana ha absorbido a la de Schleswig-Holstein y a la de Han-
nover. Por su parte, en los dos primeros siglos de la edad
6 C ic e r ó n , in Verr., II, 5, 67, 172.
imperial, la nación italiana se transforma en la n a c i ó n 7 Vid., por ejemplo, la inscripción de Priene del año 9 a. C. en Dit-
d e l I m p e r i o r o m a n o 2. Yade antiguo la ciudadanía t enber ger , Orient. Graeci insen, 2 (1905), n. 458, v. 35: t o v ZefiaOTÓv,
no coincidía con la nación romano itálica; pero el círculo de ÓV eig evpyecn'av ávOpáncov enXppmoev ápexpg f¡ npóvoia, monep
los cives ajenos a ésta se hace cada vez más grande y más im rpieiv kcü t oig ped' r\pág aa>xf¡pa nép\¡raoa t ó v n a v o a v x a pév
nóXepov, xo a pijoavxa Sé n á vxa («Augusto, al que la Providencia col
portante. En esta parte de la población, por heterogéneos que mó tanto en beneficio de los hombres virtuosos como para enviarlo a no
sean sus miembros, surge un nuevo sentimiento de cohesión; sotros y a nuestros descendientes para acabar con la guerra y para ordenar
la orgullosa profesión de la romanidad les une, y las palabras todo el mundo). También un poco más tarde F il ó n , Leg. ad Gaium, 21:
mágicas «soy un ciudadano romano» resuenan tanto en Sici Augusto ha llevado del caos al orden, es el guardián de la paz (ó
lia 3 como en Judea 4, porque «ser romano garantiza la segu eipr\vo(pvXag). D io n C r is o s t ., Jíepí fiam X dao, or. III, c. 5 y s., deno
mina al emperador con el nombre de redentor y guardián de la humanidad.
ridad personal» 5. Se consideran casi parientes de sangre; P a u s a n ia s dice que Antonino Pío era llamado padre de los hombres,
«nam civium Romanorum omnium sanguis coniunctus exis- naxrjp ávdpárrccúv xaXovpevog. Otros muchos testimonios en L. H a h n ,
Das Kaisertum («Das Erbe der Alten», VI, 1913), pp. 8 y ss., 19 y ss., 24
y ss.; M. M u e h l , Die antike Menschheitsidee in ihrer geschichtlichen Ent-
2 Está acertado J u e t h n e r , Hellenen und Barbaren: aus der Geschich- wicklung («Das Erbe der Alten», 20 ser., XIV, 1928), pp. 79 y ss., 102 y
te des Nationalbewusstseins («Das Erbe der Alten», VIII, 1923), p. 85: ss. Vid. también W. W e b e r , Zur Geschichte der Monarchie (1919), 7 y s.
«La diferencia de raza se borra, el antiguo sentimiento nacional está muer 8 Sobre esto Desau, «Hermes», 45, 1910, 22 y ss.; W. W eber, Z u der
to, y en su lugar se introduce un nuevo concepto de nación, que se basa en Inschrift des Iulius Quadratus («abh. preuss. Akad. d. Wiss.», phil.-hist.
la pertenencia al Estado». Igualmente B r y c e , Ancient Román Empire (cit. Kl., 1932, n. 5), 68 y s.
supra, p. 25, n. 6), pp. 3. 39 y ss„ 68 y s. y passim. 9 «Todo», dice Elio A r ís t id e s , «está lleno de gimnasios, fuentes, pór
3 C ic e r ó n , in Verrem, II, 5, 57, 147: «illa vox et imploratio ‘civis ro- ticos, templos, obras de arte, escuelas» (Eig ‘Rcoprjv, § 97: návxa Sé
manus sum' quae saepe multis in ultimis terris opem inter barbaros et sa pectxá yvpvacricov, xpr¡vcov, nponvXaícov, vecov, Sepiovpyicóv,
lutem tulit...». De lorma parecida, ibid., 5, 64, 165. SiSaaxaXeicov). Sobre la política filantrópica de los emperadores, vid.
4 Acta apost.. 22, 25 y ss. Hahn, 8 y ss. Cada nuevo descubrimiento documental proporciona una
5 A r i s t i d e s (retórico dei siglo n d. C .), Eig 'Rcoprjv, § 100: eig nueva demostración de ello; así, por ejemplo, la inscripción augustea de
áotpáXeiav e^apKei 'Rcopaiov eivai (Opera, ed. Keil, II, 1898). Cirene (cfr. W enger y S tro u x , cit. supra, p. 101, n. 54). Siempre será
136 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO NACIÓN 137

esto fue el sentimiento de adhesión y de pertenencia al Im cantes de tejidos de Treviri se hicieron erigir como tumba en
perio 10. Roma se convierte en la patria: «Roma communis las orillas del Mosela, tiene comparación con monumentos
patria» n . Es cierto que a esta nueva nación le faltaba la co situados en otras y lejanísimas localidades del vasto impe
munidad de lengua, pero en Oriente ayudaba la lengua grie rio 1314, así sucede con todo. Por todas partes se leen los mis
ga común, la KOivf), que, en general, entendían las clases mos libros, se asiste en el teatro a los mismos espectáculos,
elevadas incluso en Occidente. En el mismo Occidente fue el se construye y se esculpe según los mismos modelos M, se
latín el que llegó a ser lengua común l2. Por otra parte, de venera a los mismos dioses; el culto imperial florece en cual
acuerdo con el modo de pensar romano, se procura y se al quier parte. En los dos primeros siglos del Principado no se
canza un nivel de civilización que, en conjunto, se puede de forma una civilización local de las provincias, o se forma
cir unitario. Así como la columna de Igel, que algunos fabri- sólo en medida modestísima. Los talentos provinciales, por
ejemplo Quintiliano, Marcial, Séneca 15, los juristas Julia
acertada la opinión de M o m m s e n , Rom. Geschichte, 5, 4: «Hay que bus no 1617,Papiniano y Ulpiano n , emigran a Roma para allí con
car la obra de la edad imperial en las ciudades agrícolas de África, en los
emplazamientos de los viticultores del Mosela, en las florecientes pobla fluir en la gran corriente del común desarrollo cultural roma
ciones de las montañas licias y de la costa Siria, y allí se encuentra. Exis no 18. Resintiéndose naturalmente a su vez de la tendencia
ten todavía hoy muchas zonas de Oriente y de Occidente para las que la general, también la idea humanitaria y cosmopolita de la fi
edad imperial representa un grado de buena administración, modestísimo losofía I9, y más tarde el cristianismo, colaboran en la misma
en sí. pero nunca alcanzado ni antes ni después; y cuando un día un ángel
del Señor tenga que dedicarse al problema de si el territorio dominado por dirección: «no ha nacido el hombre para un lugar limitado,
Antonino Severo fue gobernado entonces o lo es hoy con mayor com su patria es el mundo» 20, él es «ciudadano del mundo» 21.
prensión y humanidad, si desde entonces la civilización o la felicidad de Estas formulaciones son filosófica o retóricamente exagera
los pueblos ha tenido, en general, un progreso o una regresión, es muy du das; el mundo en el que se piensa, y del que se consideran
doso que la sentencia fuera pronunciada a favor del presente». Vid. Fuchs,
Augustin, 197. Demasiado pesimista W. E. H e i t l a n d , Last words on the ciudadanos, es la «tierra habitada, el oixovfiévf], el mundo
Román municipalities (1928), 64 y ss. civil del imperio universal romano 22*. Es por lo tanto verda-
10 Muchos testimonios en Hahn, 24 y ss., y M uhel, 81; vid. también
F. K lingner, en «Die Antike», 3, 1927, 24 y s.
11 Plinio. Nat. hist., 3, 5, 39: «Italia una coniunctarum gentium in toto 13 D r a g e n d q r f f -K r u e g e r , Grabmal v. Igel (1924), 93; D r e x e l ,
orbe patria»: cfr. Mommsen, StaatsR., 3, 1, 781, n. 1; De R uggiero, La «Mitteilungen des deutsch. arch. Inst.», Rom. Abt., 35, 1920, 27 y ss.;
patria nel dir. pitbbl. rom. (1921), 70 y s. Afirmaciones de E l i o R o s t o v z e v , Social and econ. history, 534.
A r i s t i d e s en Schoenbauer, «SZ», 51,323. Cfr. W. W eber, op. cit., 14 Vid. sobre este igualamiento R o s t o v z e v , op. cit., 166; B r y c e , 66.
69 y 95; B ryce. The ancient Rom. emp., 41 («The City of Rome became 15 Procedentes de España. Sobre otros españoles M o m m s e n , Rom.
the Empire, and the Empire became Rome. National independence was Gesch., 5, 69.
not regretted. for the East had been denationalized before the Italian con 16 Procedentes de África (vid. infra, p. 154 y n. 126); sobre otros afri
queror appeared, and the tribes of the West, even those who fought best canos M o m m s e n , 656.
for freedom. had not reached a genuine national life, when Spain, Gaul 17 Procedentes de Siria.
and Britain were brought under the yoke. In the third century a Gaul, a is w. W e b e r , 1. c.
Spaniard, a Panonian. a Bithynian, a Syrian called himself a Román, and 19 Cfr. J u e t h n e r , 17 y ss., 48 y ss., pero sobre todo M u e h l , a cuyo vo
for all practical purposes was a Román. The interest of the Empire where lumen completo nos remitimos aquí de una vez por todas. Vid. también
his interest, its glory his glory, almost as much as if he had been born in Ka e r s t , Gesch. des Hellenismus, 1 (3.a ed., 1927), 87; 2 (2.a ed., 1926),
the shadow of the Capítol»); H. v. Arnim, Leben und Werke des Dio v. 87-119 y ss. 289.
Prusa. 117 y ss.; C laudiano, De consulatu Stilichonis (a. 400) (ed. B irt, 20 Sé n e c a , Epist., 28, 4; «Cum hac persuasione vivendum est: non
Mon. Germ. hist.. Auctores antiquiss., X), 3, 136 y ss.: «cuncti gens una sum uni angulo natus, patria mea totus hic mundus est».
sumus»; R u til. Namaciano, De reditu suo (a. 416), 1, 63: «Fecisti pa 21 La palabra xo a p .O K o X ír riq es de Diógenes L aercio.
triam diversis gentibus unam». Vid. también Fuchs, Augustin, 162 y s. 22 J u e t h n e r , 50 y ss.; K r o l l , 1,7; Ka e r s t , Die antike Idee der Oe-
12 B r y c e . 40, 65. koumene (1903); T e l l e n b a c h , Reichsgedanke, 7 y s.
n a c ió n 139
138 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO

deramente una nación nueva, la del Imperio romano, la que originó, no la falta de conciencia nacional sino la falta de po
se forma así en los dos primeros siglos del Principado, y de tencia nacional.
En una conciencia nacional fuertemente marcada se con
ningún modo «una pálida sombra» de nación 23. Se puede to tiene también la c o n c i e n c i a d e l l e v a r c o n s i
davía menos, desconociendo el concepto de nación, con go una determinada y fatal misión
siderar la edad imperial como dominada exclusivamente por h i s t ó r i c a 28. Se percibe que ciertas tareas históricas es
tendencias desnacionalizadoras 24. Esta época es «desnacio tán confiadas a la nación, tareas que corresponden a su ca
nalizante» en un sentido análogo a aquel en el que lo fue la rácter y que la nación puede cumplir sólo conservando fiel
fundación del Imperio alemán en 1871, cuando la nación mente este carácter. No son desconocidos para la clara y
prusiana, la bávara, la sueva se volatilizaron en beneficio de sosegada mentalidad del romano los límites de sus capacida
la nación alemana 25. Es cierto que perece, después de haber des; al contrario, él mismo muestra a los demás estos límites
tenido bajo Augusto un último empuje, el sentimiento nacio con una placidez casi burlona. La superioridad del espíritu
nal itálico, pero, en compensación, se refuerza el sentimien griego en todo lo que concierne al arte y a la filosofía (diría
to imperial 26. Sin éste, el Imperio no habría podido conser mos mejor hoy la «ciencia pura»), es reconocida en Roma
varse por un tan largo número de siglos; ni España, ni las casi precipitadamente y sin envidia 29. Horacio pudo escribir
Galias, ni Britania — por no mencionar a las provincias su famoso
orientales— se apartaron nunca del Imperio o de la nación Graecia capta ferum victorem cepit et artes
romana 27. En resumen, la decadencia del Imperio romano la Intulit agresti L atio...30,
incluso en una época de un sentimiento nacional particular
23 Así Mo m m s e n , Reden und Aufsatze, 417. mente vivo, sin temor de irritar la susceptibilidad nacional.
24 Así, especialmente, M. M uehl en su ya recordado libro, en parti Es sabido que este verso contiene una verdad histórica. El
cular pp. 83 y ss. Pero ni siquiera es sostenible la tesis con la que Iherii^g
(Geist, 1, 1 y ss.) comienza su trabajo: «La misión de Roma en la historia amor jiropio romano no se ofende por semejantes confesio
universal, por decirlo en una palabra, es la superación del principio de na nes. Este se basa, por el contrario, en la c o n c i e n c i a
cionalidad a través de la idea de universalidad»: no se debe pretender, para d e l a s u p e r i o r i d a d m i l i t a r 31 y d e e s p e
reconocer una nación, un écjv ópcapóv re xca opóykmaoov, xá i Oeoüv c i a l e s a p t i t u d e s p r á c t i c a s 32, s o b r e t o d o
iSpvpaxa xe x o iv á xái dvaíai rjdeá xe opóxpona (H erodoto, 8,144).
25 Bryce, 70: «In the end, Rome ceases to have any history of her en el c a m p o d e l o r d e n a m i e n t o s o c i a l y
own... so completely is she merged in the Empire. To a great extent this is
true of Italy as well as of Rome. Italy, which has subjeted so many pro-
vinces, ends by becoming herself a province... Her history, from the time 28 M. W eber, Wirtschaft u. Gesellschaft, 629 (parte III, cap. 3, § 3).
of Vespasian till that of Theodoric the Ostrogoth, is only a part of the his 29 Además del verso de H oracio citado en el texto, vid. también Ars
tory of the Empire». Cfr. A lb e rta rio , S u testi romano-classici che anno- poét., 323; C icerón, Brutus, 73,254: «vincebamur a victa Graecia»; ad Q.
verano VItalia freí le prov. rom., en «Riv. filol. class.», N.S., 5, 1927, 372 fratrem, 1,1, 28: «non enim me hoc iam dicere pudebit... nos ea, quae con
y ss. [= St. di dir. rom., 5, 483 y ss.]; Siber, «Atti. del Congr.» (1933), secuti sumus, iis studiis et artibus esse adeptos, quae sint nobis Graecis
Roma, 1, 424, n. 22. Sobre la actitud positiva de los padres de la Iglesia monumentis disciplinisque tradita». Cfr. K r o ll, Rorner und Griechen:
en las relaciones con el Imperio, vid. T ellen b a ch , Reichgedanke, 9. Studien (1924) 1 y ss. Vid. también Plinio, Ep., 8, 24, y sobre este frag
26 M o m m s e n , Reden und Aufsatze, 424: «La entrada en una gran na mento Z u ck er, «Philologus», 84, (1928), 209 y s.
ción cuesta su precio; los hannoverianos y los de Hess y nosotros los de 30 Epist., 2, 1, 156.
Schleswig-Holstein lo estamos pagando (1890) y sabemos bien que con 31 K r o ll, 1, 24. Cfr., por ejemplo, C icerón, Tuse., 1, 1, 2.
ello sacrificamos una parte de lo que es más propiamente nuestro. Pero lo 32 C icerón, Tuse., 1, 2, 5: «In summo apud illos honore geometria
damos a la patria común». fuit, itaque nihil mathematicis illustrius: at nos metiendi ratiocinandique
27 Cfr. Mommsen. Rom. Geschichte, 5, 76, 177; B ryce, 69. utilitate huius artis terminavimus modum».
140 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO n a c ió n 141
e n p a r t i c u l a r e n e l c a m p o j u r í d i c o 33. En — haec tibi erunt artes— pacisque imponere morem,
estas materias el romano puede llegar a ser en ocasiones in parcere subiectis et debellare superbos 39.
cluso un chauviniste. Dice entonces que el derecho griego es
«confuso y casi ridículo en comparación con el romano» 34, Esta conciencia de la propia misión, tan decididamente
considera con superioridad las constituciones de las ciudades coloreada por el imperialismo jurídico 40, no la ha abandona
griegas 35, y admirando la construcción útil y grandiosa de do nunca la romanidad 41. «Armas y leyes»: esta fórmula se
sus acueductos mira de reojo y con desprecio la inútil pom repite frecuentemente, incluso en época más tardía, cada vez
pa de las Pirámides y de las siete maravillas del mundo 36. que se habla de las tareas de Roma 42, y todavía la adopta con
Sobre estos sentimientos se forma lentamente, en los dos úl gusto Justiniano en los proemios de sus constituciones 43.
timos siglos de la República, la leyenda romana de la «mi
sión providencial» de Roma 37. Su misión histórica es orga 39 Sobre esto, vid. Ed. N orden, P Vergilius Maro Aeneis, Buch VI
nizar y dirigir el imperio mundial con las armas y con las (3.a ed., 1926), 334 y ss.; K r o ll, 1, 7 y s.; 122, n. 14 y n. 18; 123, n. 21;
leyes, crear y garantizar la «paz romana» 38, en la que se pro G ernentz, Laudes Romae (tesis, Rostock, 1918). Todo el programa de la
mueva la cultura romano-helenística y se asegure el bienes edad imperial está ya en las palabras de C é sa r en Bell, civ., 3, 57, 4:
«quietem Italiae, pacem provinciarum, salutem imperii».
tar a todos los pertenecientes al imperio. Virgilio ofreció la 40 En contraste con esto está el sentimiento del prestigio nacional
formulación patética de esta leyenda en los famosos versos completamente distinto en Walther von d e r Vogelweide: vid. los famo
de la Eneida (6, 847 y ss.): sos versos «Ich han lande vil gesehen» [«he visto tantos países»] (56, 14
Lachm.). Aquí el sentimiento nacional se apoya en la conciencia de la po
sesión de particulares características morales: «tiuschiu zuht gát vor in
Excudent alii spirantia mollius aera alien; tugent und reine minne, swer die souchen wil, der eol komen in un-
— credo equidem— , vivos ducent de marmore voltus: ser lant» [«el carácter alemán es el mejor en todo; quien quiera buscar la
orabunt causas melius, caelique meatus virtud y la pureza de los sentimientos tiene que venir a nuestra tierra»].
41 Particularmente visible en Plinio, Nat. hist., 3, 5, 39: «Italia ... te
describent radio, et surgentia sidera dicent: rra omnium terrarum alumna eadem et parens, numine deum electa, quae
tu regere imperio populos Romane memento coelum ipsum clarius faceret, sparsa congregaret, imperia ritusque molli
ret et tot populorum discordes ferasque linguas sermonis commercio con
traheret ad coloquia, et humanitatem hominibus daret, breviterque u n a
33 Con esto concuerdan también las correspondientes notas del carác c o n i u n c t a r u m g e n t i u m in t ot o or be p a t r i a fie-
ter: gravitas, constantia, magnitudo animi, probitas, fides: C icerón, r e t». Un documento importante es también el discurso de A r i s t i d e s
Tuse., 1, 1 ,2 , De orat., 3, 34, 137. a Roma. Vid. sobre él S choenbauer, «SZ», 322 y ss.
34 Cicerón, de orat., 1,44, 197: «Quantum praestiterint nostri maio 42 A u rel. V ic to r (bajo Constantino), de Caesaribus, 41, 17: «Quod
res prudentia ceteris gentibus, tum facillime intellegetis, si cum illorum sane populus romanus aegerrime tulit, quippe cuius a r m i s l e g i b u s
Lycurgo et Dracone et Solone nostras leges conferre volueritis. Incredibi elementi imperio quasi novatam urbem Romam arbitraretur». Libanio a
le est enim, quam sit omne ius civile praeter hoc nostrum inconditum ac Teodosio el Grande, Opera, vol. IV, p. 7, 1 (ed. F o e rste r): oijiai Se
paene ridiculum». Cfr. también ibid., 1, 45, 198; Tuse., 1, 1,2; pro Flac návraq avapoAoyrjaai Svo rama ráv t t j v ápxpv rpiiv avvexovrcov
co, 7, 15 y s. eivai rá péyiara rf\v reratv onXeov iaxvv xai rqy rcov vójucov; III,
35 Cicerón, Tuse., 1. c. p. 447,14 y s. éXavvcov yáp ero rovq noXepwiq xái vópoiq xai voiq
36 F rontino, de aquae duci., 16: «Tot aquarum tam multis necessariis evKoeiq rovq ápxopevovq-, C lau d ian o , de consulatu Stilich. {supra,
molibus pyramidas videlicet otiosas compares aut cetera inertia sed fama p. 77, n. 11),3,136: «armorum legumque parens». Vid. también Fusch,
celebrata opera Graecorum». Augustin, 194.
37 Es la frase sintetizadora de M. W eber, Wirtsch. u. Gesellsch., 1. c. 43 Const. Imperatoriam maiestatem, pr.; const. Oeo auctore, pr.;
38 Pax Romana: vid. a propósito H. Fuchs, Augustin und der Antike const. Summa rei publicae, pr.; Nov. 24, pr. También recobra vida esta
Friedensgedanke (1926), 182 y ss.; Hahn, Kaisertum, 26; T ellen b ach , fórmula con la resurrección del concepto romano de “imperio”: E. Kan-
Reichsgedanke, 12. t o r o w i c z , Kaiser Friedrich II: Apéndice (1931), 77.
142 PRINCIPIOS DF.L DERECHO ROMANO
NACIÓN 143
Pero nuestra tarea es valorar e l s e n t i m i e n t o consiguiente, un extranjero 47; y el carácter federal que es
nacional romano como factor cons propio del sistema latino de alianzas 48 demuestra claramen
t r u c t i v o del d e r e c h o r o m a n o . te apoyarse sobre una base nacional. Pero el Estado y el Im
Desde el principio al c i u d a d a n o r o m a n o se perio romano no son enteramente en origen figuras de esta
contrapone el extranjero (peregrinus). A partir del siglo m dos nacionales; y a aquellos de sus grupos de población que
a. C. el derecho romano divide a estos extranjeros en tres
no pertenecen a la nación dominante les es negada toda par
grupos: los peregrinos pertenecientes al Estado, los que per
ticipación en la administración del Estado y del Imperio (ex
tenecen sólo al Imperio, los que son extraños al Imperio. El
cepto la autonomía local).
primer grupo está formado por aquellos peregrinos que están
sometidos de manera inmediata al imperium de los magistra Con el reforzamiento del sentimiento nacional italiano la
dos romanos, como, por regla general, lo están los provin posición jurídica de las comunidades itálicas se aproxima a
ciales. El segundo grupo está formado por los miembros de la de las latinas 49, hasta que como resultado de la guerra so
aquellas comunidades peregrinas que han estipulado con cial Italia entera 50 obtiene la ciudadanía, de manera que no
Roma una alianza perpetua y que con ello han renunciado a sólo la gran masa de los ciudadanos romanos constituye un
la autonomía de derecho internacional 44. El tercer grupo corpus nacional, sino que, por el contrario, también la nueva
comprende a todos los demás peregrinos, aquellos que están nación romano-itálica recibe su impronta jurídica.
más allá de los confines del Imperio. En un sentido negativo, Era deseo de Augusto que se parase en este punto. Su le
la situación jurídica de los peregrinos de los tres grupos es la gislación sobre el matrimonio y sobre la fecundidad 51*tiende
misma: no son ciudadanos romanos. Esto es válido especial a conservar y a reforzar la nación italiana. Los límites legales
mente, con todas las consecuencias, incluso para los peregri
nos pertenecientes al Estado. Tienen su autonomía (aunque 47 La regla se mantuvo incluso después de que a algunas comunida
jurídicamente no bien garantizada), viven según su propio des peregrinas les fuera concedido el derecho latino.
derecho hasta que no intervenga la legislación imperial, pero 48 M o m m s e n , 627 y ss.; K u e b l e r , Gesch. d. rom. R., 114 y ss.; St e in -
w e n t e r , Ius Latii, en la «Real-Ene.» de P a u l y y W is s o w a ; L u e b k e r , vo
están excluidos de los comicios, del senado y de la magistra
ces Colonia y Socii en la misma R.-E. El latino tiene el derecho de habi
tura, y en tiempos de la República incluso del servicio en las tar en el territorio romano y de adquirir propiedades inmobiliarias en
legiones 45. Peregrino es, en principio, cualquiera que no per Roma; se facilitaba la adquisición de la ciudadanía (se adquiere estable
tenezca a la nación latina, a menos que no haya adquirido ex ciendo el domicilio en Roma, o desempeñando un cargo en una comuni
cepcionalmente la ciudadanía o el derecho latino. En correc dad latina, o entrando en el senado de una comunidad semejante); dispo
ne también del derecho de votar en los comicios romanos, incluso sin
to lenguaje jurídico el l a t i n o no es llamado peregrinus 46, haber adquirido la ciudadanía. Asimismo le es accesible el derecho priva
precisamente porque, aun no siendo ciudadano, es sin em do romano (commercium: pero vid. a propósito W l a s s a k , «SZ», 28, 114
bargo un no ciudadano de la misma nacionalidad, no, por y ss.). Hay naturalmente diferentes grados de este «derecho latino»: vid. a
propósito la citada bibliografía. Acerca de las palabras «carácter federal»,
cfr. el art. 3 de la constitución bismarekiana («estado de indígena común»)
44 Vid. a propósito supra, p. 99. y los artículos 17 y 110 de la constitución de Weimar.
45 M o m m s e n , Ges. Schr., 6, 20 y ss., 30 y ss., 34; M a r q u a r d t , Rom. 49 M o m m s e n , StaatsR., 3, 644 y ss., 682, 689, 691, 694,715; B e l o c h ,
Staatsverwaltung. 2 (2.a ed.. 1884), 540. Der italische Bund (1880).
46 M o m m s e n , StaatsR., 3, 598. La conclusión de G a y o , 1, 79, que no 50 Pero la Transpadana sólo en el año 49.
conoce más comunidades latinas y que ya suscitó el asombro de M o m m 51 Vid. a propósito K u e b l e r , Geschichte, 238 y ss.; K u n k e l , § 159;
s e n . StaasiR., 3, 25. n. 1, debió ser escrita después de la Constitutio Anto- B u c k l a n d , 291; de distinta opinión Sc h il l e r , art. Lex Papia Poppaea, en
niniana. la «Real-Ene.».
1 44 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO n a c ió n 145

puestos por él a las manumisiones 52 y su meditada parsimo y de los latini iuniani 58 continuaron hasta Justiniano 59, sino
nia en la concesión de la ciudadanía aspiran a mantener pura también porque toda una serie de poblaciones bárbaras de las
la raza 53. Pero ninguna de estas medidas demográficas con fronteras permanecieron en la condición de peregrinos hasta
siguió su fin 54; y el criterio de Augusto en la concesión de la que no alcanzaron el nivel de civilización del Imperio 60. Fi
ciudadanía se mostró pronto tan impracticable que tuvo que nalmente, la invasión germánica aportó también al Imperio
ser abandonado 55. La nueva nación de la «gran Italia», la na romano nuevos y grandes grupos de peregrinos que se esta
ción del Imperio romano, exigía su reconocimiento jurídico. blecieron duraderamente en el Imperio y fueron incorpora
dos a llí61. El principio romano de hacer coincidir nación y
Esta evolución alcanzó su culminación con la concesión ge
ciudadanía se mantuvo firme hasta el final.
neral de la ciudadanía realizada por Caracalla en el 212 56. Es digna de señalarse la indiferencia del derecho romano
Como ya sucedió después de la guerra social con la nación en relación con la adquisición de la ciudadanía por n a c i
italiana, así, con esta concesión, obtuvo ahora su reconoci m i e n t o y p o r m a n u m i s i ó n . No se prohíbe el
miento la nación del Imperio. Es cierto que se encuentran to matrimonio entre ciudadanos y peregrinos, cualquiera que
davía no-ciudadanos dentro del Imperio romano, no sólo sea la raza o pueblo al que pertenezcan; por el contrario, es
porque las categorías artificiales de los peregrini dediticii 57 válido, aunque — en el caso de falta del ius connubi— no te
nía todos los efectos del matrimonio romano 62. El hijo si
guió durante largo tiempo la condición jurídica de la madre,
52 K uebler, 24 y ss.; Kunkel, § 41 i n f
,3 Suetonio, Aug.,- 40, 3: «Magni praeterea existimans sincerum at de manera que los hijos de una romana casada con un pere
que a b o m n i c o l l u v i o n e p e r e g r i n i a c s e r v i l i s grino eran ciudadanos romanos. Sólo una ley del último si
s a n g u i n i s i n c o r r u p t u m servare populum, et civitates Roma glo de la República les declaró peregrinos 63. Completamen
nas parcissime dedit et manumittendi modum terminavit». En su testa te aislada está una ley de Valentiniano (alrededor del
mento político incitaba también Augusto a su sucesor a ser parsimonioso 370 d. C.) que castiga con pena capital el matrimonio entre
en la concesión de la ciudadanía: Dion Casio, 56, 33. Vid. también Scho-
enbauer, «SZ», 49. 398 y s.; Cambridge anc. hist., X, 208. 429 y s. romanos y bárbaros 64. El hijo ilegítimo de una romana tiene
54 T ácito, Ann., 3, 25: «nec ideo coniugia et educationes liberum fre siempre la ciudadanía aunque fuera procreado por un pere
quentabantur, praevalida orbitate». Sobre las razones (muy complejas) de grino. Hay que señalar también que el esclavo de un ciuda
este rechazo no viene al caso entretenerse aquí. dano romano obtiene con la manumisión la ciudadanía, sin
55 También aquí, como en todo lo demás, Tiberio se atiene a la políti que el Estado tenga derecho a ingerirse en modo alguno en
ca de Augusto: en cambio, a partir de Claudio se cambió el rumbo: Dion
Casio. 60, 17, 5 y s.; Séneca, Apocol., 3, 3; V oigt, I u s naturale, 2, 786 y
ss.; F riedlaender-W issow a, Darstellungen aus der Sittengeschichte clase, la clase se habría constituido de nuevo porque la ley Aelia Sentía no
Roms, 1, (1919), 105. Véanse, en la práctica, las cartas de Plinio a Traja- estaba abrogada.
no en las que pide y obtiene la ciudadanía para sus amigos y conocidos. 58 K uebler, 243. Todos los latinos existentes en la época de la cons
Otros amigos del emperador no actuarían ciertamente de forma distinta. titutio Antoniniana obtuvieron la ciudadanía romana, pero la ley Iunia no
Plin., ad Trai. epist., 5. 6. 7. 10. 11. 106. 107. estaba abrogada, y, por consiguiente, podían llegar a existir nuevos latinos
56 Será suficiente una remisión a los últimos estudios sobre este edic junianos.
to: Schoenbauer, «SZ». 51,277 y ss.; 54, 337; S tro u x , «Philologus», 88, 59 C. 7, 5 y 7, 6.
272 y ss. No viene al caso discutir aquí si la constitutio Antoniniana ex 60 Mommsen, Ostgothische Studien, en Ges. Schr., 6, 467 y s.; Kue
cluyó de la ciudadanía a algunos grupos de la población (así, según b le r, Gesch., 228, n. 2.
S tro u x , a los peregrini dediticii; vid. también infra n. 69). Se debe tener 61 Mommsen, 1. c., 465 y ss. 469.
en cuenta también la eventualidad de las normas de actuaciones limita 62 K unkel, § 171, 2; 172, 1 y la voz Matrimonium en Pauli-W isso-
tivas. w a (col. 2263).
57 K uebler, Geschichte, 242 e infra n. 69. Aunque el edicto de Cara- 63 Epit. Ulp., 5, 8. Se trata de una lex Minicia del siglo i a. C.
calla y sus normas de actuación hubieran atribuido la ciudadanía a esta M C. Th. (3, 14) 1.
146 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO n a c ió n 147

la manumisión y a impedir la inclusión de personas no desea gimen, que se tiene que suponer establecido desde el origen,
bles en el círculo de los ciudadanos romanos. Si el esclavo cuando los esclavos eran latinos o por lo menos itálicos70, y
manumitido es, sea como sea, un ciudadano de menor dere que después fue mantenido con negligente liberalidad cons
cho 6-\ la posición jurídica de sus hijos era ya más favora cientes de la segura potencia nacional, asombraba incluso en
ble 6566, y a los nietos no les causaba ningún perjuicio el hecho la antigüedad a los hombres políticos. Filipo V de Macedo
de que el abuelo fuera un liberto: son ya ciudadanos de ple nia, el aliado de Aníbal vencido después en Cinocéfalo, ha
no derecho 67. A comienzos del Principado la legislación hizo cía alusión a ello en una carta conservada epigráficamente 71,
más difícil la manumisión 68, pero solamente negó la ciuda señalándolo como una de las causas de la potencia romana:
danía a los libertos completamente descalificados 69. Este ré- con sus libertos, escribía, Roma no sólo acrece el número de
sus ciudadanos sino que también está en condiciones de po
65 Mommsen, StaatsR., 3, 420 y ss. El libertino está excluido de todas der fundar numerosas colonias 72.
las magistraturas estatales y religiosas, del servicio en la caballería y del Si ahora volvemos los ojos al problema del c a r á c t e r
senado, tiene limitado el derecho al voto en los comicios, está sometido al n a c i o n a l de la e v o l u c i ó n j u r í d i c a r o
tribunal familiar del patrono y obligado a prestarle servicios
66 Sin embargo continúan aún excluidos de las magistraturas, del se m a n a 73 — dejando también aparte, de acuerdo con nuestro
nado y del servicio en la caballería. En la edad imperial mejora su situa plan 74, la época oscura de los orígenes, además de las XII
ción jurídica: vid., por ejemplo, Mommsen, 452. Tablas con sus modelos griegos 75, y partiendo sólo del si
67 M o m m s e n . 422.
68 Vid. la legislación augustea recordada supra, p. 143 y s. glo ii a. C.— , no se puede dar una respuesta unitaria: error
69 La ley Aelia Sentía contenía una lista de determinadas categorías de veritate simplicior. Es necesario en cambio distinguir:
libertinos a los que era negada la ciudadanía y atribuida la situación de pe
regrinos pertenecientes al Estado: «ut eiusdem condicionis liberi fiant,
cuius condicionis sunt peregrini dediticii» (Gayo, 1, 13). La expresión pe 70 Probablemente es inexacta la explicación que da Mommsen de la
regrini dediticii en la ley no puede significar otra cosa que «peregrinos institución, StaatsR, 3, 131, n. 1.
pertenecientes al Estado» en el sentido explicado supra (p. 142): la ley no 71 D itte n b e r g e r, Sylloge3, 2, n. 543; D essau, Inscr. Lat., 2, 2,
quería que estos libertinos obtuvieran la ciudadanía, pero ciertamente no n. 8763. Vid. a propósito Mommsen, Ges. Schr., 4, 49 y ss., 52; M. Gel-
quería situarlos fuera del Estado romano; y para expresar esto, la única zer, «Hermes», 68, 146.
formulación posible era la subsunción en la categoría de los peregrinos de 72 Cfr. también D io n is , d e H a u c a r n ., 4, 23.
diticios. La ulterior inferioridad de su situación en relación con la de los 73 Para lo que sigue, vid. sobre todo De Francisci, L ’azione degli ele
o t r o s peregrinos pertenecientes al Estado resultaba de la misma ley (sin menti stranieri sullo sviluppo e sulla crisi del dir. rom., en «Arch. giur.»,
duda así para Gayo, 1.27, pero probablemente también para 1, 26) o bien 93, 1925, 157 y ss.; A rangio-R uiz, Corso di storia del dir. rom. (1931),
de su interpretación (así para la regla de Gayo, 1, 25). Pero e n la 264 y ss. [Storia3, 276 y ss.]; C H IA Z Z E S E , Nuovi orientamenti nella stor. del
é p o c a p o s t c l á s i c a las expresiones dediticius y peregrinus dedi dir. rom., en «Arch. giur.», 103, 1930, 165 y ss.; P a rtsc h , Aus nachgelas-
ticius designan de modo especial al peregrino dediticio de la ley Aelia senen und kleineren verstr. Schr. (1931), 346 y ss. El problema fue minu
Sentía (Epit. Ulp., 1, 14; ColL, 4, 3, 4 [en la ed. de Kuebler, 4,3,3]; PAU ciosamente discutido en el congreso de 1933 en Roma: vid. en los «Atti
L O , Sent., 4, 12, 6; Epit. Gai., 1, 1, pr. 3. 4), y es posible que este modo de del Congr.», Roma, 1, los trabajos de De F rancisci, K u eb ler, Senn,
expresarse tuviera ya lugar en la const. Antoniniana. Todas las demás in S tro u x , Segré, Weiss, San N ico lo y T aubenschlag. Vid. también A l -
terpretaciones del término peregrinus dediticius son, en mi opinión, in b e rta rio , Introduzione, 7, 96 y s.; Cambridge ancient hist., 9, 869.
sostenibles, en particular también la última de St r o u x , «Philologus», 88, 74 Supra, p. 25 y s.
288 y ss. (La ley Aelia Sentía, con su mención de los peregrinos dediti 73 Vid. a propósito M itteis, 1, 15 y s.; K rueger, 14; Schanz, 1, 33;
cios debió aludir a un grupo ya reconocido j u r í d i c a m e n t e , mien País, Stor. crit. di Roma, 2, 269 y ss.; B onfante, Hist. du dr. rom., p. 10,
tras que el grupo indicado en Gayo, 1, 14, jurídicamente no tiene una po cap. X, n. 5 [Storia4, 1, 114 y ss.]; Arangio-Ruiz, Corso di storia, 55 y ss.
sición especial. Por otra parte, este § 14 es seguramente un añadido tardío; [Storia3, 64 y ss.]; De F rancisci, Storia, 1, 209 y s., nn. 30-31, y «Arch.
el ergo del § 15 enlaza directamente con el § 13. Así K n i e p , Der Rechts- giur.» cit. 165 y ss.; Weiss, 1. c., 249; Taubenschlang, 1. c., 284; Jolo-
gelhrte Gaius, 38, y Gai. Inst., 1, 5.). wicz, 107.
148 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO NACIÓN 149

1) según los distintos t i e m p o s ; boca de César 80: «Nuestros mayores no eran tan soberbios
2) según los diversos c a m p o s del derecho, que se como para no querer imitar las instituciones extranjeras. Lo
comportaron muy diferentemente uno del otro en relación que han encontrado útil, tanto en los amigos como en los
con las influencias extranjeras; enemigos lo han adoptado también en la patria con la mayor
3) según que la influencia provenga del d e r e c h o o diligencia; han preferido imitar a los hombres competentes
de la d o c t r i n a extranjera (filosofía, comprendida aquí la mejor que envidiarles», estas palabras reflejan exactamente
retórica) o de los u s o s c o m e r c i a l e s internacionales; el estado de ánimo romano en los últimos 150 años de la Re
4) según que se trate de p a r a l e l i s m o o d e i n pública; y lo demuestra el análisis de los hechos concretos.
f l u e n c i a . En sí mismos, los paralelismos no prueban que La época del Principado es mucho más reacia, también por
exista allí influencia o recepción, y en concreto no lo prueban las tendencias nacionalistas de Augusto.
en las relaciones entre dos pueblos como los griegos y los ro Si consideramos ante todo la actitud que el derecho ro
manos, en los que el estrecho parentesco podía llevar incluso mano observa en este período frente al derecho g r e c o -
espontáneamente a una similitud de instituciones jurídicas 76. h e l e n í s t i c o 81, se realza sobre todo la situación particu
Vamos a considerar ante todo el período que va d e s d e lar del r é g i m e n de la administración
el s i g l o i i a. C. h a s t a l o s ú l t i m o s a ñ o s p r o v i n c i a l , especialmente en materia fiscal y económi
d e l i i d. C.
ca 82. A partir de la conquista de Sicilia, los romanos se en
contraron allí frente a tareas completamente nuevas, en las
Para este período se puede repetir con S e c k e 1 77 que que no estaban atados por tradiciones propias. Aceptaron por
«la evolución jurídica romana se realiza, en general, según ello el derecho administrativo helenístico, que ya encontra
una línea nacional, poco perturbada por recepciones de ma ron en vigor en la provincia concreta, o, por lo menos, su
teriales y de ideas extranjeras». Con el reforzamiento del frieron fuertemente su influencia. Piénsese, por ejemplo, en
sentimiento nacional romano-itálico y de la potente concien la lex Hieronica en Sicilia 83, en el ordenamiento minero de
cia de la propia superioridad en el campo del derecho que allí Vipasca 84, en el catastro egipcio 85 y aún en otras cosas 86*.
estaba comprendida 78, se engrandece también la capacidad y
Mientras nos falte un tratado de derecho administrativo ro
la voluntad de resistir a las influencias extranjeras en mate
mano, necesidad impelente de nuestra ciencia, no es posible
ria jurídica. Pero no se puede decir que en esta materia la ac
una mirada de conjunto. En materia de d e r e c h o y d e
titud romana sea absolutamente unívoca. Bajo la República,
en una época en la que todavía tantas cosas están fluctuantes,
los juristas y los hombres de estado están también visible 80 Catil., 51, 37-38: «neque (maioribus nostris) superbia obstabat quo
mente más abiertos y receptivos que los clásicos ortodoxos minu aliena instituta, si modo proba erant, imitarentur... quod ubique apud
socios aut hostis idoneum videbatur, cum summo studio domi exseque
del Principado 79. Las palabras soberbias, libres como co bantur: imitari quam invidere bonis malebant».
rresponde a un ciudadano del mundo, que Salustio pone en 81 Cfr. sobre lo que sigue M it t e is , 1, 17 y s.; W e is s , 1. c., 250; Ta u -
b e n s c h l a n g , 1.
c., 284 y s.; J o l o w ic z , 415 y s.
82 M it t e is ,
1. c.; D e F r a n c is c i , «Arch. giur.», 93, 175 y s.
«SZ», 49, 194 y s.
76 C f r . K o s c h a k e r . 83 R ostovzev, Studien zur Geschichte des Kolonats, 229 y ss. 236.
77 Das rom. Recht. und seine Wissenschaft im Wandel der Jahrh (dis 84 Vid. Schoenbauer, «SZ», 46, 211 y ss.
curso rectoral en la Universidad de Berlín, 1920), 8; igualmente P a rtsc h , 85 M it t e is -W il c k e n , Grundzüge u. Chrest., 1, 1,205.
348. 86 Que el SC. de Bachanalibus había sentido la influencia de una or
78 Vid. supra, p. 139 y s. denanza de Tolomeo Philopator, es mantenido por C ic h o r iu s , Rom. Stu
79 Ésta es también la impresión de K u n k e l , «SZ», 48, 722, y de dien (1922), 21 y ss. Modelos griegos de la lex frummentaria de C. Gra-
W e is s , 1. c., 252 y s. co: C ic h o r iu s , 24.
150 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO NACIÓN 151

p r o c e s o p e n a l 87 es difícil establecer influencias del ción de la lex Rhodia» no fue, en efecto, imitación de una ley ni de un con
derecho griego. Es posible, pero no está probado, que el pro junto de normas rodias. W e n g e r 95 ha puesto de relieve una ordenanza
tolemaica, descubierta recientemente, que disponía que «quien construye
ceso de las quaestiones deba su nacimiento a sugerencias sobre suelo ajeno pierde su derecho de propiedad». Pero es muy inverosí
procedentes del derecho griego 88; lo cierto es que no se pue mil que por esto derive del derecho griego el principio romano superficies
de hablar de una simple imitación. Por lo que se refiere, fi solo cedit (lo que n o defiende el mismo Wenger). Al remitirse para esta
nalmente, al d e r e c h o y al p r o c e s o p r i v a d o , norma a Servio y a Labeón 959697,piensan los clásicos en la formulación abs
puede suceder que el proceso formulario se remonte a mode tracta de la regla, no en la regla en sí. Se pretende que el derecho griego
los griegos 89, pero lo cierto es que los supuestos de aplica había ofrecido el modelo para la actio iniuriarum aestimatoria 97, pero ni
ción llevan por doquier la marca de fábrica romana 90. En de siquiera se puede probar esto. Incluso aunque Labeón hubiera dado a la
recho privado, las reglas que se pueden referir con seguridad iniuria contemplada en esta acción el nombre de vppig 98, esto no prueba
en absoluto la imitación. Si Labeón hubiera creído en una recepción del
o con probabilidad al derecho griego son extraordinariamen derecho griego, lo habría dicho en el tratamiento que Gelio 9910recuerda, y
te pocas, y no fundamentales. ciertamente Gelio no nos habría ocultado un hecho tan interesante. Es
cierto que es reconocible la influencia del derecho griego en la actio iniu
M i t t e i s (Rom. PrivR., 1,18 y ss.) ha recogido algunas; la lista es bre riarum noxalis, pero el texto está interpolado >°°. Nadie defenderá más
ve, y. sin embargo, algunos datos han sido incluidos injustificadamente. que la prenda sin desplazamiento posesorio sea una imitación del derecho
La disposición de Antonino Pío de que debían ser vendidos 91 los esclavos griego después de que desde hace tiempo ha sido demostrado que el tér
refugiados en lugares de asilo porque eran maltratados por el dueño, es co mino hypotheca aparece en la jurisprudencia romana lo más pronto hacia
nocida por el derecho griego 92. Dado que este hecho no podía ser desco el fin de la edad clásica 101. P a r t s c h ha defendido 102103el origen grie
nocido por el emperador, se tiene que decir que aquí hay una recepción de go del edicto edilicio.
derecho griego 93. K r e l l e r 94 ha demostrado que la llamada «recep-
Quizás han ejercido una mayor influencia sobre el dere
87 El derecho del padre de matar al amante de su hija, que fue intro cho romano los u s o s c o m e r c i a l e s internacionales
ducido por la ley de adulteriis de Augusto (Mommsen, StrafR., 624) está helenísticos. El documento negocial romano es evidente que
copiado según M itteis (1. 18) de las leyes de Solón y de Dracón. Pero está en estrecha dependencia con el documento helenísti
M itteis se basa sólo en la línea de D. (48, 5) 24 pr., et hoc ets quod Solo
et Draco dicunt kv épyox de cuya frase se duda la genuinidad; las palabras co ,03. Pero de la praxis documental se desprenden también
en cuestión no se encontraban, a lo que parece, en las leyes griegas, las reglas de derecho objetivo. Así, la limitación de la obligación
cuales se expresaban mucho más claramente: Pernice, «SZ», 17, 191; Be-
AUCHET, Droit privé de la rép. Athén., 1, 234 y s.; H ruza, Beitr. zur Gesch.
d. griech. u. rom. Familienreclus, 2 (1894), 76, n. 9. Vid. también M itteis, 95 «Philologus», 88, 254 y ss. 257.
21 . 96 D. (41, 1)26, pr.; (43, 17)3,7.
88 Así H it z ig , D. Herkunft des Schwurgerichts in rom. Strafprozess 97 H i t z i g , Iniuria (1899), 71; P a r t s c h , «Arch. f. PapForsch.», 6, 60
(1909). y ss.
89 N aber, «Tijdschr. v. Rechtsgesch.», 1, 240 y ss. 245. Cfr. B e rto li- 98 Coll., 2, 5, 1 es un texto deformado; vid. también A l be r t a r io , Da
Appunti didatt. di dir. rom., ser. 2: II proc. civ., 1 (1913), 216; W enger,
n i, Diocleziano a Giustiniano («Conferenze», 330, n. 1).
Inst. el. rom. Zivilprozessrechts, 20, n. 62.'Vid. también Jolow icz, «Atti 99 20, 1,13: vid. supra, p. 126.
del Congr. (1933)». Bolonia, 2, 59 y s., e Histor. Introduction, 223. 100 D. (47, 10) 17, 4, sobre éste Le n e l , Edict., 402. B io n d i , Actiones
90 Que el tribunal de los centumviros y la cessio bonorum hayan teni noxales, 163; D e V is s c h e r , «Tijdschr.», 11, 39 = Études de droit rom.
do modelos griegos (M itteis. 1, 21), es una mera suposición. (1931), 330 y ss.; y la posterior bibliografía citada en estos escritos.
94 G a y o , 1.53. 101 K unkel, § 94; Siber, 125, n. 1.
92 P e r n ic e . «SZ»,17. 178: M it t e is , 1,18. 102 L. c., 347. Pa r t s c h sobrevalora la influencia del derecho griego.
93 También así P ernice y M itteis, I. c. 103 St e in a c k e r , Die antiken Grundlagen der frühmittelalterlichen
94 «Z. f. Handdelsrecht», 85 (1921), 257 y ss. 357 y ss. 367. Privaturkunde (1927), 66 y ss., 170.
152 PRINCIPIOS OKI. DERECHO ROMANO NACIÓN 153

del vendedor al hebere licere l04, el respeto a las disposicio de los manuales y de las escuelas de los retóricos sobre la interpreta
nes de la ley rodia acerca de la avería l05, la constitución de ción de las leyes y de los negocios jurídicos, sobre la respectiva impor
la servidumbre pactionibus et stipulationibus 106, el derecho tancia de las palabras y de la voluntad (verba et voluntas) es cierto que
suscitaron la atención de los juristas y ejercieron sobre ellos una fuerza
pignoraticio del arrendador sobre los invecta et illata I07. Es e s t i m u l a d o r a . Pero los juristas no podían extraer de la actividad
innegable también la influencia griega en el régimen banca- de los retóricos más que el estímulo para estudiar estos problemas ll4, ni
rio romano l08. extrajeron más de a llíll5. La fórmula coactus volui, extraída de la filo
Finalmente, por lo que concierne a la infuencia de la f i sofía estoica, parece corresponder solamente a la edad postclásica 116; y
l o s o f í a y d e l a r e t ó r i c a griega sobre el derecho así también una definición como la de D. (4, 2) 5 «Metum accipiendum
romano 109102, no se puede decir a propósito, por el momento, Labeo dicit non quemlibet timorem sed maioris malitatis» 117: timor
nada definitivo. Las tendencias de los últimos siglos de la
República hacia una exposición abstracta y sistemática del 114 Los retóricos n o e n s e ñ a b a n d e n i n g ú n m o d o que
derecho no, es cierto que están bajo la influencia griega. In posiblemente se tenga que dar preferencia a la voluntad mejor que a las
cluso la formación de algunas doctrinas jurídicas puede ser palabras. En éste, como en cualquier otro caso, enseñaban a disputare in
referida a doctrinas filosóficas. Pero las investigaciones he utramque partem, como el mismo Carnéades, que en sus famosos discur
sos de propaganda hoy hablaba en favor de la equidad y mañana en el sen
chas hasta ahora no han sido siempre realizadas con el sufi tido contrario (K uebler, 1. c., 82). Que en el caso concreto el orador ha
ciente sentido crítico 11'. El examen crítico de los textos de ble en favor del respeto a la palabra o por el respeto a la voluntad, depende
muestra que a veces esta flexibilidad a las sugerencias de las instrucciones que haya recibido del jurista que ha consultado, o,
filosóficas sólo corresponde a la época p o s t c l á s i c a . simplemente, del interés de su defendido. El retórico, en efecto, no tiende
a la verdad ni a la equidad, sino a la victoria de su cliente, aunque la cau
La idea de justificar el ataque al testamentum inofficiosum con la co sa sea mala (G elio, 1, 6: «turpe est rhetori, si quid in mala causa (¡!) des
lor insaniae deriva ciertamente de la retórica griega n2; pero sólo la épo titutum atque impropugnatum relinquat»); y puede incluso mentir, con tal
que tenga éxito (G elio, 1. c.; Q u intil., Inst. orat., 2, 17. 18. 21. 23. 26 y
ca postclásica acogió esta idea en el derecho romano ll3. El tratamiento ss.); en resumen, el retórico no es, como el jurisconsulto, un sanctus vir
gravitate ac fide praeditus. Que en la causa curiana (K unkel, § 49) el ora
104 Supra, p. 120. n. 55. dor Craso sostuviera el respeto a la voluntad mientras que el jurista Scae
105 Vid. K r e l l e r , cit. supra, n. 94. vola se batía por la observancia de las palabras, no prueba absolutamente
IOh G a y o 2. 31; Cfr. K u n k e l , § 86; S ib e r , 110. nada acerca de la actitud de la retórica. Si Craso hubiera sido abogado de
107 M it t e is . 1, 1 9 / « / la parte adversaria, habría hablado con el mismo vigor en favor del respe
ios M itteis, I. c., 20. que da además otros ejemplos. to de la palabra. De la actividad de los retóricos nunca podía nacer una
109 Vid. a propósito Sokolowski, Die Philosophie im Privatrecht, 1 doctrina de la interpretación de los negocios jurídicos, porque u n a
( 1902), 2 (1907); J. St r o u x , Summum ius summa iniuria (trad. italiana de d o c t r i n a de e s t e g é n e r o s e r í a un a d i e s t r a m i e n
este escrito, con prólogo de Riccobono, en los «Annali Palermo», XII, to p a r a j u z g a r b i e n , no p a r a d e c l a m a r y d i s p u
639 y ss; recensión de Levy en «SZ», 48, 668 y ss.); A lb e rta rio , «St. t a r in u t r a m q u e p a r t e m . Pero lo cierto es que estas discusio
Bonfante», 1, 631 y ss.; K uebler, Griech. Einfliise auf die Entwicklung nes podían incitar a los juristas a examinar la cuestión a su modo,
der rom. Rechtswissenschaft gegen Ende der republik Zeit, en «Atti del jurídicamente.
Congr.» (1933), Roma, 1.81 y ss. (allí, en p. 84, la literatura más antigua 115 Esto se deduce del material del Digesto, que S tro u x no ha toma
sobre el tema); S tro u x en los mismos «Atti», 1, 113 y ss.; Se n n , ibid., 1, do en consideración. De aquel material se deduce que la decisión de la
101 y s.; A lb erta rio . hitroduzione, 111 y s. causa curiana fue una toma de postura atolondrada, que no tiene el míni
110 Vid. supra, pp.70 y s., 73 y s., 76. mo valor representativo para la jurisprudencia republicana y clásica. Así,
111 Vid. también K unkel, «SZ», 48, 722. acertadamente, B eseler, «Tijdschr.», 10, 190 infi y «SZ», 53, 14; y, en el
112 Vid. v. Woess, Das rom. Erbrecht u. d. Erbanwarter (1911), 178 y ss.; fondo, también Levy, «SZ», 48, 675.
B eauchet, Hist. du dr. privé de la rép. Ath., 2. 38 y s. 116 D. (4,2) 21,5; cfr. S chulz, «SZ», 43, 180 y s.; B eseler, «SZ», 44,
113 B eseler, «St. Bonfante», 2, 87; S chulz, Ueberlieferugsgeschich- 362.
te der Responsa des Cervidius Scaevola, en «Symbolae Friburg. in hon. O. 117 S chulz, 1. c., 182. Al parecer, la palabra malitas sólo aparece aquí
Lenel», 197. en toda la latinidad (vid. también B eseler, «SZ», 53, 21).
154 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO NACIÓN 155

maioris malitatis = cpófiog uei^óvcov xaxcbv en A ris tó te le s , Ethic. Ni te árabe... Los juristas clásicos (años 160-220) —Papiniano, Ulpiano, Pau
coni., 3. 1, p. 1100. La doctrina de la adquisición de la propiedad por es lo— eran árameos. Ulpiano afirma con soberbia ser un fenicio de Tiro.
pecificación está fuertemente influenciada por doctrinas filosóficas 118; Descienden, pues, de aquel mismo pueblo de los Tanaim 122 que poco des
así también la doctrina del error ll9, etc. pués del 200 llevaba a cabo la Misnah». P. 83: «Nadie duda más del ca
rácter oriental de millares de constituciones». P. 79 y ss.: «La concesión
Ahora bien, si en este período el derecho romano defen general de la ciudadanía procede del a r a m e o Caracalla».
dió tan decididamente su independencia en los enfrenta
mientos con el greco-helenístico, lo mismo sucedió, natural Estas afirmaciones, que no son fruto de un estudio serio
mente, e incluso en mayor medida, en relación con el de las fuentes, se dan de puñetazos con la verdad 123. Es cier
d e r e c h o o r i e n t a l - h e l e n í s t i c o . No se puede to que a fines del siglo II y al principio del m Oriente gana
establecer ni siquiera un caso de influencia de este ambiente decididamente terreno en Occidente en determinados cam
jurídico para el período en examen. De modo especial, no se pos 124, máxime en lo religioso. Pero el derecho, la creación
puede hablar en absoluto de influencias de la jurisprudencia más originaria y primordial del espíritu romano, resiste 125, y
hebraico-talmúdica sobre el derecho romano l20. Cuando los bajo los Severos todavía no hay ningún indicio de influencias
dos derechos muestran alguna semejanza que haga verosímil
orientales sobre el derecho romano.
la imitación, es el derecho hebreo el que ha experimentado la
influencia del romano 121, no al contrario.
Hasta el fin del siglo n d. C. el derecho romano se pre S e p t i m i o S e v e r o procede de África, pero de una familia ro
senta siempre, con pocas excepciones, como el derecho de la mana, aunque alejada de la civilización romana 126. Su segunda mujer,
nación romano-itálica. Aquí se pregunta si la d i n a s t í a J u l i a D o m n a , es hija del sacerdote del Sol de Emesa en Siria l27, es,
pues, aramea, y por eso se puede llamar también Arameo a su hijo C a -
d e l o s S e v e r o s determinó ya un cambio de direc r a c a 11 a . La observación de S p e n g l e r , de que «los juristas clási
ción. En la Decadencia de Occidente de O . S p e n g l e r cos eran todos árameos» es cierto que sólo quiere referirse a los tres que
leemos las extrañas afirmaciones siguientes: menciona inmediatamente después, pero ni siquiera en estos límites está
probada. Que P a p i n i a n o procediera de Siria, lo ha deducido 128 ex
Vol. II. p. 78: «Los juristas clásicos eran todos árameos». P. 82: «La clusivamente de una noticia de la Historia Augusta (Carne., 8): «Papinia
historia del derecho escrito en latín corresponde a partir del 160 al Orien- num amicissimum fuisse imperatori Severo et, u t a l i q u i l o q u u n
tur, adfinem etiam per secundam uxorem,
memoriae traditur». Pero cuando una fuente ya de por sí poco segura.
118 K u n k e l , § 73.
119 B eseler, «Byzant.-neugriech. Jahrb.», 1, 343; L enel, «Arch. f. d.
civil. Prax.»,123, 173 y ss. Superados Sokolow ski, 1, 238 y ss., y E hr- 122 St r a c k , 84 y ss.
lich, Ulpians Theorie, en «St. Scialoja», 2, 733 y ss. )23 Contra S pengler vid. también San N icolo, 276; S teinw enter,
12(1 C a r u s i , I rapporti tra diritto romano e diritti greco-orientali, en «Hist. Z.», 152, 115.
«Ser. Fac. giur. Rom. in onore di A. Salandra», 175, parece considerarlos 124 Vid. K ornem an, Stqaten (1934), 14 (con literatura); V. Ehren-
como posibles. berg, Ost und West (1935), 35 y s.
121 K rueger. Gescliiclite, 129. R. J E H u d a , el autor de la Misnah, 125 C. Longo, Storia del dir. rom. (1933), 236 y s.
parece que desconocía el latín, pero conocía el griego; su amistad con un 126 L. H ahn, Das Kaisertum, 41; F luss, voz Severus (Septimius), en
emperador romano «Antonino», es ciertamente una leyenda. Cfr. S tra c k , Pauly-W issowa, col. 1944. También el gran jurista clásico Salvio Juliano
Einleitung n d. Talmud (1908), 97. Ni siquiera el antiguo proceso ecle procedía de África: Mommsen, Ges. Schr., 2, 2: dudas injustificadas en
siástico sufre la influencia del Talmud: vid. S teinw enter, «SZ», 54 (Kan. W. W eber, «Hermes», 50, 52.
Abt.), 86 y ss. Acerca de la influencia del derecho romano sobre el del Tal 127 G. H erzog, v o z Iulia Domna, en Pauly-W issowa, col. 929.
mud Jo st, Geschichte der ¡sraeliten, 4 ( 1824), 239 y s. Vid. también Wen- 128 K ru eg er, 220-224, n. 84; Reusch, Der hist. Wert der Caracalla-
g e r en «Arch. f. Rechts-u. Wirtschaftsphil.», 14, 1920-21, 117 y s. vita (1931), 53.
156 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO NACIÓN 157

como la Historia Augusta, refiere una noticia como incierta, lo mejor que que poseían un derecho indígena evolucionado, no pudo ser
se puede hacer es no construir sobre ella. Del origen de P a u l o no sa menor que la que siguió a la recepción del derecho romano
bemos nada en absoluto l29. U l p i a n o n o p r e s u m e , como afir en la Alemania del siglo xv 136. El derecho romano todavía
ma S p e n g l e r , de ser fenicio, sino que se limita a declarar que proce
de de Tiro: «Tyrorum colonia, unde mihi origo est» (D. 50, 15, 1, pr.) *30.
llevaba muy profundamente impreso el carácter de derecho
Si de esto se tiene que deducir que era un fenicio, será necesario decir tam de la nación romano-itálica; y también era formalmente difí
bién que el apóstol Pablo era un griego o un romano como procedente de cil de aprender para los peregrinos, ya por la lengua, ya por
la ciudad greco-romana de Tarso 131. Así como en Tarso había colonos la ausencia de códigos y de colecciones legislativas, incluso
h e b r e o s , también en Tiro había colonos r o m a n o s . Lo esencial es teniendo en cuenta la posibilidad de que numerosos peregri
que no se puede ni se podrá encontrar jamás algo de oriental en el méto nos habían ya estudiado en las escuelas jurídicas romanas
do de Ulpiano y en las doctrinas por él profesadas l3213. Y lo mismo tiene durante los dos primeros siglos d. C. Habría sido fácil con
valor no sólo para Papiniano y para Paulo, sino también para las constitu cebir y allanar las dificultades de la recepción del derecho ro
ciones de los Severos; tampoco aquí se puede encontrar ninguna aporta
ción oriental. Incluso si nuestros juristas no hubieran sido de raza italiana,
mano redondeando sus perfiles decididamente romano-na
valdrían sin embargo para cada uno de ellos las palabras que Wilhelm cionales, pero en un primer momento ni siquiera se habló de
W e b e r 133 ha escrito a propósito de Julio Quadrato: «Se entregó ente esto. Parece, en general, que desde el principio el poder cen
ramente a Roma, en el espíritu de su disciplina, de su virtus, de su gloria. tral romano hubiera hecho muy poco para llevar a cabo la
Con su obra dio a lo largo de toda su vida prueba de que incluso quien no idea colosal de la constitutio Antoniniana, aunque se deba
sea itálico de sangre puede crecer en este espíritu y desarrollar en él toda conjeturar sobre la eventualidad de algún reglamento de apli
su actividad.» cación no llegado a nosotros 137. Solamente en el tiempo de
D i o c l e c i a n o se pasa a una acción enérgica 138 y se per
Con la c o n c e s i ó n g e n e r a l d e l d e r e c h o sigue con toda seriedad abatir el derecho peregrino para ha
d e c i u d a d a n í a por obra de Caracalla (a. 212) el dere cer del derecho romano el único ordenamiento de la nación
cho romano fue elevado a derecho unitario de la nación del del imperio romano. Es cierto que la jurisprudencia clásica,
Imperio romano 134. En el mismo estilo colosal de las termas la más potente expresión del derecho romano, se había en
de Caracalla también se quiere crear, de golpe, la unidad ju mudecido ya; pero los discípulos de los últimos clásicos y los
rídica de la nueva nación 135. La confusión que se derivó de discípulos de los discípulos siguen evidentemente en la can-
ello, especialmente en las provincias orientales del Imperio
135 M itteis, Reichsrecht und Voolksrecht, 159 y ss.; F errini, Lotte an
139 K r u e g e r . 227; B e r g e r , Iulius Paulus, en P a u l y -W is s o w a .
voz tiche e recenti contro il dir. rom., en Opere, 4,413 y ss.; T aubenschlang,
Lo raro del nombre Paulus en Oriente (D e s s a u , «Hermes», 45, 352) ates Geschichte der Rezeption des rom. Privatrechts in Aegypt., «St. Bonfan-
tigua contra el origen oriental. te», 1, 402 y ss.
130 Ni siquiera la palabra origo es unívoca: J o e r s , voz Domitius Ul B7 M itteis, 161.
pianus, en Pa u l y -W is s o w a , col. 1436. 138 Sobre cuanto sigue, vid. F e rrin i, 421; De F ra n c isc i, «Arch.
131 Act.Apost., 21, 39: éyco avOpconog pév eípi ‘lovSaioc Tápoecoq giur.», 93, 187 y ss.; T aubenschlang, Das rom. Privatrecht zur Zeit Dio-
t rjg KiÁtxiag o v k á o p p o v KÓXecog. kletians, 1923 («Bull. de l’Acad. polonaise des Sciences et des letres» Cra
132 En contra de los supuestos hebraísmos, vid. H e in e c c iu s , De Ul covia, 1919-20), 141 y ss.: donde no es exacta la conclusión en la p. 280.
piani iuriscons. hebraismis, en «Opera», 2 (Ginebra, 1746), 707 y ss.; Bien A lb e rta rio , Da Diocleziano a Giustiniano, en «Conferenze per il
Z im me r , Gesch. d. rom. PrivR.. 1, 369. XIV Cent, delle Pandette» (Milán, 1931), 323 y ss.; A rangio-R uiz, Cor
133 En el escrito ya citado (en p. 135, n. 8), p. 95. so di Storia, 273 y ss. [Storia3, 284 y ss.]; F e lg e n tra e g e r, Antikes Ld-
134 Se recuerdan algunas excepciones supra, pp. 144-145, notas 57 y sungsrecht, 9, n. 31; S tad e, Diokletian, 66 y s.; G. S eg ré, «Atti del
58. Congr.», Roma, 1, 214; T aubenschlang, ibid., 305 y s.; A lb e rta rio , In-
135 St r o u x . «Philologus». 88, 279. troduzione, 96.
158 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO NACIÓN 159

cillería imperial 139 y desde aquí dirigen la batalla. Los res ta en e s t e c a m p o una c e s u r a e v i d e n t e .
criptos de Diocleciano, de los que ahora ya podemos tener El novator turbatorque priscarum legum 144 no es, como lo
una cierta visión de conjunto 140, muestran a la cancillería era Diocleciano, un «romano». Es ahora cuando se hace jus
imperial empeñada en una lucha heroica contra los derechos ticia a Oriente, cuando éste tiene su parte en la composición
populares peregrinos que sobreviven a pesar de la constitu del derecho de aquella nación compleja que es el Imperio ro
ción de Caracalla. Mediante una masa de rescriptos, la can mano. Los siglos IV y v son el período en el que el carácter
cillería persigue difundir el conocimiento del derecho roma nacional que el derecho romano había tenido hasta entonces,
no y eliminar los «errores» de los derechos populares. En el carácter romano-itálico, sufre un considerable descenso.
este orden de ideas debió prepararse también el codex Gre- Concepciones jurídicas griegas y también orientales adquie
gorianus, que facilitaba el uso de las constituciones imperia ren ahora una influencia poderosa, e incluso la filosofía y la
les. Otras obras pertenecientes a la literatura de la época, retórica griega vuelven a estar de nuevo vigentes 145 en la
como las «Opiniones de Ulpiano», las «Sentencias de Pau formación del derecho romano. Pero el desarrollo interno del
lo», el liber singularis regularum pseudo-ulpianeo 141, que derecho romano avanza también en el sentido de la atenua
exponen el derecho romano en breves tratados destinados al ción de las particularidades nacionales y de la adecuación a
procedimiento de la cognitio, fueron también escritas, en las concepciones de los derechos provinciales. En especial,
cierto sentido, para vulgarizar el derecho romano, lo mismo la fusión del derecho civil y del derecho honorario 146*(que
que la literatura romanística popular de la época de la recep
ción alemana 142.
E l r e i n a d o d e C o n s t a n t i n o 143 r e p r e s e n - K. Stade, Diokletian, 68 y ss.; A lb erta rio , II dir. priv. rom. nella suafor-
mazione storica (1927), 16 y ss.; Da Diócleziano a Giustiniano (cfr. n.
138), 325; Riccobono en numerosos escritos, espec. Fas i efattori dell’e-
139 F. Hofmann, Krit. Studien im rom. Recht, 20 y ss. 25; K rueger, voluzione del dir. rom., «Mélanges Cornil», 2, 237 y ss. (allí, en p. 303 y
255. ss., la cita de sus otros escritos), y Storia del dir. antico e studio del dir.
140 Vid. el libro de T a u b e n s c h l a h sobre Diocleciano citado en la rom., en «Annali Palermo», 12, espec. 511 y ss.; C aru si, op. cit., en
n. 136. n. 120, p. 131, n. 6; San N icolo, Beitrage zur Rechtsgeschichte im Berei-
141 Parece ser reconocido hoy por la mayoría que estos tres escritos che der keilschriftl. Rechtsquellen (1931), passim (vid. la voz Romisches
sean elaboraciones postclásicas. Sobre las Opiniones, vid. R o t o n d i , Scrit- Recht en el índice analítico), y Rom. und antike Rechtsgeschichte, discur
ti, 1, 453 y ss.; sobre las Sententiae, vid. por todos Levy, «SZ», 50, 272; so rectoral de la Univ. de Praga, 1931,15 y ss.; K oschaker, «SZ», 49, 192
pero, desgraciadamente, todavía en sentido opuesto (con argumentos in y ss., con los escritos de N a llin o que cita en p. 193; N a llin o , «St. Bon-
suficientes) V o l t e r r a , Sull'uso delle Sententiae di Paolo, etc., en «Atti fante», 1, 293 y ss.; E. Levy, Westen und Osten in der nachklass. Entwic-
del Congr.» (1933), Bolonia, 1. 162 y ss. Sobre el liber singularis Sc h u l z , klung des rom. R.s, en «SZ», 49, 230 y ss.; W enger, «Arch. f. Pap-
Die Epitome Ulpiani, 18. Sobre las tres obras B u c k l a n d , The main insti- Forsch.», 9, 106 y ss. 258; De Z u lu eta, «Mel. Fournier», 802; C o llin et,
tutes o f Román private law ( 1931), 29 y s. De la misma época debe deri Le role de la doctrine et de la pratique dans le développement du dr. rom.
var toda una serie de otros escritos pseudoclásicos que tienden a fines aná privé au Bas-Emp. (1929) = «Rev. hist.», 1928, 551 y ss. y 1929, 5 y ss.;
logos. Son de desear ulteriores investigaciones al respecto. F e lg e n tra e g e r, 12 y 121 y ss.; Chiazzese, Introduzione, 265, n. 112;
I4- Cfr. S tintzing, Geschichte d. popularen Literatur d. róm.-kanon. G. Segre, «Atti del Congr.», Roma, 1, 219 y s.; T aubenschlang, ibid.,
Rechts in Deutschland ( 1867); E. S eckel, Beitrage zur Geschichte beider 308 y s.; A lb e rta rio , Introduzione, 97 y s. Naturalmente que las investi
Rechte im Mittelalter, 1 ( 1898): Zur Geschichte der popularen Literatur d. gaciones concretas incurren a menudo en estos problemas; pero un elenco
rom.-kanon. Rechts. completo de citas no tendría fin. Entre los escritos más recientes recorda
143 Sobre este punto todos están de acuerdo; sólo se discute acerca de mos K oschaker, «St. Riccobono», 3, 361 y ss.; V o lte rr a , «Bull.», 41,
la m e d i d a de la influencia greco-oriental. Sobre todo lo que sigue 289 y ss. (los dos sobre la adoptio in fratrem)-, F e lg e n tra e g e r, passim.
M it t e is , Reichsrecht, 204-548 y ss.; F e r r in i , 421; D e F r a n c is c i , «Arch. 144 Ammian., 21, 10, 8.
giur.», 93. 192; A r a n g io -R u iz , Corso di Storia, 276 y ss. [Storia4, 288 y 145 Exactamente K unkel, «SZ», 48, 722.
ss.]; Ed. Sc h w a r t z . Kaiser Konstantin und d. christl. Kirche, 75 y ss.; 146 Riccobono, Dal dir. rom. class. al dir. moderno («Annali Paler-
160 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO NACIÓN 161

después de la abolición del proceso formulario habría estado rece haber ejercido también en este período una influencia
en la trayectoria de la evolución romana aunque hubieran fal relativamente modesta 15°; 3) el derecho que representa el re
tado las influencias del derecho local) y la atenuación del sultado final 151 tiene que ser considerado como el derecho
formalismo en los negocios jurídicos 147 eliminan una gran nacional de la nación compleja constituida por el imperio ro
parte de los obstáculos que se oponían a las concepciones mano.
provinciales. La historia jurídica de los siglos iv y v es un de La época de Justiniano no es una simple continuación de
sarrollo extremadamente complejo, y todavía hoy no se pue las tendencias de los siglos iv y v. La expresión «tendencias
de ofrecer un cuadro ni siquiera aproximadamente exacto del arcaizantes de Justiniano» no ha sido quizás una fórmula fe
sistema jurídico y de su evolución, tanto más cuando tampo liz 152, pero es sin embargo cierto que Justiniano y sus cola
co poseemos una exposición comprensiva de la legislación boradores estaban animados por una sincera admiración por
constantiniana l48. Durante demasiado tiempo la doctrina ha los clásicos, y que ésta no se expresa solamente en frases
despreciado este período, considerado como una «época de sino también en un concienzudo trabajo. H a n l e í d o
decadencia y de degeneración», aunque con fórmulas simila l as o b r a s m a y o r e s de l o s c l á s i c o s , e
res no se haya querido expresar un juicio de valor, porque incluso las han c o m p r e n d i d o en las
también lo bello tiene que morir, y la decadencia de algo es p a r t e s e s e n c i a l e s . La reconquistada inteligencia
al mismo tiempo el surgir de otra cosa, y nacimiento y muer de los clásicos les ha hecho capaces de dejar a un lado una
te se confunden en un eterno río. Es necesario que se trabaje serie de falsas construcciones de la jurisprudencia postclási
todavía en analizar desde todo punto de vista este período. La ca, originadoras de mal entendidos, una serie de incompren
búsqueda de las interpolaciones no deberá limitarse tampoco sibles cuestiones y de incomprensibles respuestas, y de vol
sólo a erradicar y a arrojar como la mala yerba las glosas y ver al derecho clásico 153. Y también en otras ocasiones les
las paráfrasis, sino que tendrá que procurar extraer del mate vemos volviéndose atrás en algún pasaje, acercándose de
rial postclásico recuperado, que ya es considerable, una vi nuevo al derecho clásico I54. Es cierto que no podía estar en
sión de conjunto, aunque sea provisional, de la jurispruden sus intenciones una revisión general con un fin de retorno al
cia postclásica. Por el momento es aconsejable evitar los pasado; al contrario, en muchos problemas son ellos los que
juicios sumarios sobre este período. «La ciencia no puede ser llevan a cabo el movimiento de ideas de los siglos iv y v 155.
intolerante: es hija de la observación y de la paciencia» 149.
Hasta el momento solamente se pueden afirmar tres cosas:
1) al lado de la indudable influencia de los derechos provin 150 K oschaker, «SZ», 49, 194 (un poco demasiado escéptico).
151 Provisionalmente, los datos son recogidos por De F ran c isc i,
ciales sobre el derecho romano, no tiene que ser olvidado el «Arch. giur.», 93, 202 y ss., y por R iccobono, Fasi, 303 y ss. Vid. tam
desarrollo espontáneo e interno del derecho romano, que bién C o llin e t, Études hist. sur le droit de Justinien, 1, (1912).
continuó también en este período; 2) el derecho oriental pa- 152 Pringsheim, Die archaistische Tendenz Jsutinians, «St. Bonfan-
te», 1, 551 y ss.; en contra Riccobono, La verita sulle pretese tendenze ar-
caiche di Giustiniano, «Conferenze per il XIV centenario etc.», 237 y ss.;
mo», 1915), 587 y ss; La fusione del ius civile e del ius praetorium in uni B erg er, «St. Riccobono», 1, 587 y ss., y en «Atti del Congr.» (1933),
co ordinamento, «Arch. f. Rechts-und Wirtschaftsfhilos», 26, 503; Fasi e Roma, 1, 39 y ss.; Jolow icz, 513; A lb e rta rio , Introduzione, 132.
fattori, 308. n. 32 (donde 528 debe ser corregido por 588); P a rts c h , 153 S chulz, «SZ», 50, 212 y ss. 248.
«SZ». 44. 559 y ss. 154 Pringsheim, 573. También se aproximan a los clásicos en la len
147 R ic c o b o n o , Storia del dir. antico (supra, n. 143), 522 y ss. gua (pruébese a confrontarlos, por ejemplo, con Constantino), natural
148 M o t é is . Reichsrecht, 548 (apéndice III: La legislazione di Cos- mente sin alcanzarlos o sin quererlos alcanzar. Vid. supra, p. 104 y s.
tantino) es insuficiente. 155 Así, por ejemplo, en la cuestión de la capacidad patrimonial de los
149 R ic c o b o n o . Fassi. 241. hijos de familia: K unkel, §§ 2 y 3.
162 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO

También aquí, como en tantas cuestiones concretas, Justinia LIBERTAD *


no elige una vía media 156: su tendencia es hacia una media
ción entre la romanidad de Diocleciano y el helenismo de
Constantino. En esto reside la debilidad, pero también la
fuerza de su obra.
O nomen dulce libertatis! o ius eximium nostrae civitatis!
Cicerón, in Verrem, II, 5, 63, 163.

Primero la libertad, después la gloria.


Byron, Child Harold, 4, 108.

En el concepto romano de libertad está inmanente la idea


de limitación, por eso el principio de libertad pudo ser en
Roma uno de los principios del ordenamiento jurídico '. Para
los romanos la libertad no supuso nunca la posibilidad de ha
cer o de dejar de hacer lo que se quiera y de vivir según el
propio capricho 2. No-libre es para ellos sólo quien tiene un
d o m in u s, un amo que le domina y frente al cual le falta com
pletamente el derecho de autodeterminación. Así, el indivi
duo no es libre cuando es esclavo, y un pueblo entero no es
libre cuando a su cabeza se encuentra un monarca absoluto o

* Prinzipien..., p. 95: Freiheit; Principies..., p. 140: Liberty; I Princi


pii..., p. 122: Liberta.
1 Sobre cuanto sigue Ihering, 2, 133 y ss., 292 y ss.; K ro ll, 1, 10 y
ss.; W. C hase G reene, The achievement ofRome, 1933, 186 y s.
2 Vid. A ris tó te le s , Politica, 6, 2, 7, p. 13176: ro tj}y coq povtexcn
riq, 5, 9, 22, p. 1310 a: eXevOepov 8'e o tí a v fSovXijxai xig noieiv. En
el segundo pasaje Aristóteles se revuelve contra este concepto de libertad,
continuando ioaxe ¿j?] ¿v t áiq xm avxaig Sripoxxpaxíaig itcaaxog coq
¡iovXexai ...xovxo 8’kdi cpavXov. Y aun antes: xaxcog ópí^ovxai xo
eXevdepov. Cfr. a propósito Herm ann-Swoboda, Lehrb. d. griech. Anti-
quitaten, I, Statsaltertiimer, parte 3.a (6.a ed., 1913), p. 105. Vid. tb. v. Ar-
nim, Stoicorum veterum fragmenta, 3, n. 354 y ss. Vid. en cambio la defi
nición romana, derivada ciertamente de un modelo griego, en
F lo re n tin o , D. (1, 5) 4 pr.: «Libertas est [naturalis] facultas eius quod
cuique facere libet, nisi si quid vi aut iure prohibetur». Incluso si esta de
finición no fuera clásica, sería sin embargo un punto de apoyo para nues
tros fines. A lb e rta rio , Sui concetto di ius naturale, «Rend. Ist. Lomb.»,
57, 1924, 176, elimina naturalis; quizás esta interpolación originó tam
bién la inserción de las palabras vi aut, sobre cuya inoportunidad, vid.
ISÍ’ A l b e r t a r io . Intmduzione, 109. S cialoja, Teoría della proprietá, 1, (1928), 261.
164 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO LIBERTAD 165

cuando está sujeto a la soberanía de otro Estado. Pero si no con tenaz perseverancia. El amor por la libertad les parece
se tiene un amo en este sentido, para los romanos tanto el in una característica nacional. Todas las naciones, piensan, pue
dividuo como la comunidad son libres, puesto que distinta den soportar la calidad de súbdito; solamente la nación ro
puede ser la medida de su libertas. Roma era por consi mana no lo puede soportar 7. Su Estado es un «paraíso de la
guiente una libera res publica incluso cuando Sila fue jefe libertad» 8, y en la lucha con las monarquías orientales se
del Estado. También el Estado romano del Principado es una consideran como los defensores de la libertad 9.
comunidad libre 3, puesto que el Principado no es una mo El principio de libertad aparece operante ante todo en la
narquía absoluta 4. Así Augusto se enorgullece en sus Res historia del d e r e c h o c o n s t i t u c i o n a l r o m a -
Gestae de haber reivindicado el Estado en libertad de la do n o . No es necesario contar minuciosamente con cuánta in
minatio de un partido, como hubiera hecho en el proceso pri sistencia se excluía, en la época republicana y en la clásica,
vado de libertad un adsertor libertatis. la idea de la monarquía absoluta (regnum). Ni siquiera el
Principado es un regnum. Al fundador de este régimen le fue
Monumentum Ancyranum 1: «rem publicam dominatione factionis conferido el nombre honorífico de Augustus y no, como tam
opressam in libertatem vindicavi» 5. bién se había pensado 10, el del primer rey de Roma. Y con
sagacidad significativa tanto Augusto como Tiberio rechaza
Por esto los romanos llaman libre a una comunidad cuan ron el título de dominus incluso como modo de apostrofar
do, por haber entrado en la liga militar romana, había perdi los 11. Tanto en la República como en el Principado el ciuda
do su soberanía de derecho internacional; en efecto, ni si dano participa en la formación de la voluntad estatal, tanto en
quiera aquí se puede hablar de una dominación romana en
forma de poder absoluto. La libertas de Roma es un concep
to genuinamente romano: claro, limitado, jurídico-práctico, den de ideas de Justiniano esto no significa otra cosa que lo que Cicerón
expresa in Vern, II, 5, 9, 23: «haec quae vel vita redimi recte possunt, aes
quizás un poco insípido. timare pecunia non queo».
Es esta la libertad que los romanos apreciaron como su 7 C icerón, Phil., 10, 20: «Omnes nationes servitutem ferre possunt,
bien más elevado 6 y que defendieron durante tanto tiempo nostra civitas non potest».
. 8 C icerón, de lege agraria, 2, 29: «in hac civitate, quae longe iure li
bertatis ceteris civitatibus antecellit».
3 B eseler, Jui: Miniataren, 163; B ick el en «Bonner Jahrbücher», 9 Livio, 45, 18: «ut omnibus gentibus appareret arma populi Romani
133 (1928), 27. non liberis servitutem, sed contra servientibus libertatem adferre», cfr.
4 P 1 i n i o . en sus cartas, denomina a Trajano dominus, pero en su también Liv., 37, 54, 6 y 17: todos, pasajes que Livio no ha extraído de su
discurso oficial a Trajano (Panegyricus) evita estudiadamente la expre fuente (Polybio, 22, 5, 8 y 22,6) sino añadidos de su cosecha. Cfr. K ro ll,
sión: civium domini son los malos emperadores (cap. 38), el verdadero 1, 125; M. G elzer en «Hermes», 69, 1933, 145.
princeps se pone en antítesis al dominus (por ej., cap. 2: «non enim de ty- 10 Suetonio, Aug., 7, 2: «quibusdam censentibus Romulum appellari
rano, sed de cive, non de domino, sed de parente loquimur»; cap. 7: «no oportere, quasi et ipsum conditorem urbis». Vid. sobre esto S c o tt, «Her
enim servulis tuis dominum... sed principem civibus daturus es impera mes», 63, 28.
tor»). La misma antítesis en Tácito, Ann., 1, 9: «non regno tamen neque 11 Respecto a Augusto vid. S uetonio, Aug., 53: «dominumque se
dictatura sed principis nomine constitutam rem publicam»; y (falseando posthac appellari ne a liberis quidem aut nepotibus suis vel serio vel ioco
tendenciosamente la situación) 1, 3: «Augustus subsidia d o m i n a t i o - passus est». Para Tiberio Suetonio, Tib., 27: «dominus appellatus a quo
n i»; 1, 3 in f; 1, 7 «ruere in s e r v i t i u m». Cfr. Mommsen, StaatsR., 2, dam denuntiavit, ne se amplius contumeliae causa nominaret»; TÁc.,
760 y ss. Ann., 2, 87: «acerbeque increpuit eos qui... ipsum... dominum dixerant»;
5 Exactamente sobre este punto B ic k e l , 1. c. 25 y ss. 27; en contra Dion Cass., 57, 8, 2: 5ecmoxr)qpiv xcov Sovkcov, avxoxpaxcop & xcbv
Mo m m s e n , Ges. Sclir, 4. 247 y ss. oxpaxicbxcov, xcbv S i kouzcnv np'oxpixóq d p i (en latín: «dominus sum
6 C ic e r ó n , uclAtt., 15. 13, 3 «... de libertate retinenda, qua certe nihil servorum, imperator militum, ceterorum princeps»). Roma tenía que se
est dulcius». D. (50, 17) 106: «Libertas inaestimabilis res est». En el or- guir siendo una polis y nókiq... ov>% eód’ rjxiq avSpoq éo d ’ évóq.
166 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO l ib e r t a d 167

el gobierno central como en la administración autónoma del querer dar a los pueblos la libertad 17, no significa dar nom
municipio. Las formas de esta participación en el gobierno y bres diferentes a la misma cosa. Es cierto que desde el punto
en la administración han cambiado. En Roma y sustancial de vista económico y político la libertad romana era muchas
mente también en los municipios las asambleas populares no veces no menos molesta que la dominatio del monarca pre
sobrevivieron mucho tiempo a la República 12,y la libertad cedente 18. Pero para el «pueblo del derecho» la diferencia es
de los ciudadanos experimentó naturalmente una notable li sin embargo tan evidente como la existente entre un trabaja
mitación. Pero ni siquiera entonces el princeps llegó a ser un dor libre y uno esclavo, considerado que económicamente el
monarca absoluto. A su lado continúa el senado con sus go trabajador libre puede estar en ocasiones tan mal y acaso
bernadores, además de la administración autónoma de los peor que el esclavo. Para quien no tenga el sentido de las di
municipios. Los romanos no pensaron jamás en establecer ferencias jurídicas, los romanos continuarán siendo siempre
una i g u a l d a d d e d e r e c h o s entre los ciudadanos, incomprensibles; porque éste verá siempre una afirmación
o una especie de alternancia en el poder, por la cual todos hipócrita allá donde aquellos expresaron un pensamiento ho
puedan esperar alcanzar el poder cuando llegue su turno nesto, dándolo sin embargo sólo desde el punto de vista del
como sucedía según el concepto de libertad actuado en la de derecho 19. Las comunidades a las que los romanos llaman
mocracia griega l3. civitates liberae 20 son verdaderamente libres en el senti
«Un modo de ser de la libertad del hombre consiste en miento romano, aunque la libertas estuviera limitada (lo que,
dar la libertad a los demás» 14. como se ha visto, no está en contradicción con la libertas,
más bien está comprendido en su concepto), y aunque la de
L i v i o (37. 54. 6) pone estas palabras en boca de los embajadores de pendencia política fuera evidente. Estas comunidades están
Rodas ante el senado romano: «Nos rerum natura, quae potentissima est, exentas del poder de los gobernadores y tienen un territorio
disiungit, u t n o s l i b e r i e t i a m a l i o r u m l i b e r t a t i s propio y una autonomía incluso financiera; las divergencias
c a u s a a g a m u s , reges serva omnia et subiecta imperio suo esse ve de opiniones entre cada civitas y Roma son eliminadas a tra
lint». La primera mitad de este fragmento, relativa a la libertad, fue com
puesta por Livio a su manera, mientras que falta en su fuente (Polyb., 21,
vés de la discusión en el senado. Para los romanos esto es «li
22, 8) 15: se trata, pues, de una reflexión romana. bertad», a pesar de la falta de soberanía internacional y a pe
sar de las contribuciones en tropas, en dinero y en bienes a
Que los hombres de estado griegos designen con ma las que las comunidades están obligadas. Ni siquiera las
quiavélica sinceridad como tiranía el predominio de una po
tencia hegemónica sobre sus aliados, justificándolo sólo en (Biederm ann, Goethes Gesprache, II, n. 1522, 2.a ed., 1909): «Sí, los
base al derecho del más fuerte l6, y que los romanos declaren griegos eran amigos de la libertad. Pero cada uno sólo de la suya propia.
Por esto había en cada griego el germen de un tirano, al que sólo le falta
ba la ocasión para desarrollarse».
12 Sobre los comicios ciudadanos de Roma, vid. supra, p. 112; sobre 17 Supra, p. 165, n. 9. Exactamente H a rd e r, «Hermes», 69, (1934),
los comicios municipales Mommsen, StaatsR., 3, 349. 67 y s.
13 Vid. A ristó te le s. Polit., 6, 2, 6, p. 13176: éAevGepíag Sé év pév 18 K r o ll, 1, 11. Los «liberados» se lamentan, desilusionados, de ha
ey pépei cxp/eaai xai áp%eiv. Kái yeep x'o Síxaiov x'o ór¡poxpaxixbv ber cambiado solamente las cadenas (Polyb., 18, 45).
to ícrov £%£iv éoxív. 19 Por ejemplo, también se tachó a Augusto de hipocresía por haber
14 G. Simmel, «Logos», II (1923), 25. definido su nuevo régimen —con absoluta exactitud desde el punto de vis
15 Polibio dice solamente: (púcrei yap Ttaaav p o v a p ^ ía v to pév ta jurídico (supra, p. 11 y s.)— como restauración de la libera res publica.
'ícrov éxOaípeiv, C,r]X£iv Se návxaq... im pxóovq eivai otpioi... 20 Vid. a propósito Mommsen, StaatsR., 3, 645 y ss., 687 y ss.; M ar-
16 Tucidides, 5, 105; 3, 37 y sobre estos fragmentos K a e rst, Ges- q u a rd t, Rom. Staatsverwaltung, 1 (2.a ed., 1881), 1, 71 y s.; A. Heuss,
chichte des Hellenismus, 1 (3.a ed., 1927), 75. G o e t h e a R i e m e r Grundlagen, 99 y ss.
168 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO l ib e r t a d 169

comunidades peregrinas comprendidas comprende que la autonomía había cumplido su tiempo, y


e n e l E s t a d o 21, que también están sometidas a la ad que había sonado la hora de los comisarios gubernativos 26.
ministración del gobernador, son gobernadas por los roma
nos en el estilo de la monarquía absoluta. Aunque estas co Altamente significativa es una carta del mismo P l i n i o a un cono
munidades no sean civitates liberae en sentido técnico, son cido suyo (Ep. 7, 18). Éste quiere destinar una suma para un banquete
asimiladas a éstas de hecho, y conservan su territorio, el de anual a celebrarse en un municipio, y pregunta a Plinio cuál sea el medio
recho y su administración propia, bien que (es esto lo que las más práctico para alcanzar el resultado. Y Plinio le responde: «Si das el
distingue de las civitates liberae) bajo el control perpetuo del dinero al municipio, será despilfarrado; si le das fundos, serán mal culti
gobernador, que tiene siempre la facultad de intervenir. Y es vados» (numeres rei publicae summam? verendum est ne dilabatur; des
característico el hecho de que estas ciudades se consideren y agros? ut publici neglegentur).
se llamen «libres» ellas mismas 22.
No puede contarse en este lugar cómo esta libertad ciu Al d e r e c h o p r i v a d o el principio romano de li
dadana se vino restringiendo poco a poco. Ya fue señalado bertad le imprime un carácter n e t a m e n t e i n d i v i
que los comicios romanos desaparecieron al principio de la d u a l i s t a . Los romanos habrían atravesado también una
edad imperial por haber perdido su importancia política 23, o época en la que el derecho del individuo estaba vinculado
que el senado pierde todo valor por el abotargamiento y la vi como en la Edad Media, pero en el período que hemos ele
leza de sus miembros 24. No marcharon de diferente manera gido para nuestras consideraciones, desde el siglo n a. C. en
las cosas en relación con la autonomía municipal. De las pe adelante, el carácter individualista del derecho privado ro
ticiones que Plinio dirigió en calidad de gobernador al em mano es indudable, ni, por lo demás, ha sido nunca puesto en
perador Trajano 25, indudablemente verdaderas, se deduce duda.
como trabajaban las administraciones municipales, dejando Este caráter es evidente, sobre todo, en el régimen de las
arruinar y empantanar los acueductos, abandonando los edi r e l a c i o n e s de c o m u n i d a d e n t r e p a r t i
ficios públicos al saqueo y a la ruina, dejando inacabados los culares.
trabajos ya comenzados hasta que se derrumbaran, quedando Los juristas romanos no ven con simpatía la comunidad;
siempre en déficit en la administración financiera para ser el brocardo medieval communio mater rixarum 27 recogió
constreñidos después a invocar la ayuda del gobierno; y se con exactitud esta actitud fundamental de los romanos.
La c o m u n i d a d c o n y u g a l , salvo en el caso de
21 Sobre el concepto, vid. supra, p. 142; y sobre la posición jurídica que interviniera en ella (como en el matrimonio cum manu)
de estas comunidades Mommsen, StaatsR., 3, 716 y ss.; M a rq u a rd t, 1. c., el principio de autoridad, tuvo también una estructura extre
80 y ss. madamente individualista. Matrimonio y divorcio tienen lu
22 Cicerón. aclAtt., 6. 1. 15; Aristides, Étq 'Pcóptjv, § 36 (ed. Keil);
Mommsen. 744 y s.; M a rq u a rd t, 83 y s.; Mommsen, 717 y 723, paran gar sin intervención del Estado 28. El matrimonio es disolu
gona su posición jurídica con la de un esclavo manumitido sin la obser ble a voluntad, y no sólo por acuerdo entre los cónyuges sino
vancia de las formas del derecho civil (antes de que el pretor prometiera
su protección), es decir, al morari in libertate (K unkel, § 41).
23 Supra, p. 112 y s. 26 Sobre estos curatores rei publicae, vid. Mommsen, StaatsR., 2,
24 A urel. V 1CT., de Caes., 37, 5 y 7; vid. supra, p. 113 y s. 1081 y ss.; M a rq u a rd t, 83. 162. 228; Liebenam, 480 y ss.; K u ebler,
25 P l in io , ad Tratan., 23. 37. 39. 70. 90. 98. Vid. también L ie b e n a m , Gesch. des rom. R., 221
Stüdtevenvaltung im rom. Kaiserreiche, 476 y ss. Vid. también el edicto 27 Construido con base en las declaraciones interpoladas de D. (8, 2)
del gobernador Paulus Fabius Persicus (supra, p. 109, n. 11), dirigido con 26 y (31) 77, 20.
tra la corrupción en los municipios. 2» K unkel, §§ 175. 177.
170 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO LIBERTAD 171

también por declaración unilateral. No hay causas de divor dad exclusiva del marido y la propiedad exclusiva de la mu
cio como las fijadas por los §§ 1564 y ss. del cód. civ. ale jer. El matrimonio como tal no cambia nada en las relaciones
mán. Un divorcio unilateral sin fundamento puede dar lugar patrimoniales de los cónyuges; cada uno sigue siendo titular
a sanciones jurídicas, pero el divorcio es válido con todas sus exclusivo de su patrimonio, puede disponer de él libremente,
consecuencias. El derecho romano se atuvo firmemente a es es libre y plenamente capaz de obligarse. No existe un deber
tos principios incluso en el imperio cristiano y en la época de jurídico de la mujer de aportar una dote al marido 35. Si se
Justiniano, por más que ya los clásicos se dieran cuenta de la constituye, el marido se convierte en titular exclusivo del pa
deplorable incertidumbre que necesariamente deriva de un trimonio dotal; la idea de la comunidad doméstica sólo se ex
ordenamiento similar respecto a la existencia de una relación presa en las limitaciones de la época imperial al derecho a
jurídica fundamental como el matrimonio 29. El aspecto per disponer de ella 36, en la restitución a la muerte de la mujer y
sonal de la comunidad conyugal (haciendo siempre abstrac en el régimen de las retentiones 37. Es necesario llegar a la
ción del matrimonio cummanu) es jurídicamente muy débil; época postclásica para que se tenga el valor de hablar a este
— obligación de fidelidad, comunidad de nombre y de domi propósito de una suerte de comunidad de bienes 38.
cilio, exclusión de ciertas acciones entre cónyuges, benefi Particularmente significativo es el paupérrimo desarrollo
cium competentiae— y esto es todo 30. Ni siquiera se habla del o r d e n a m i e n t o d e l a s a s o c i a c i o n e s
de un «poder de las llaves», de un deber de alimentos y de p r i v a d a s 39. El número de estas asociaciones 40*, prescin
servicios 31. El derecho de sucesión recíproca entre cónyuges diendo de las corporaciones profesionales y de los colegios
está muy poco desarrollado 32. La idea de la comunidad de funeraticios, fue, ciertamente, muy reducido. Si el emperador
bienes entre cónyuges está radicalmente excluida, aun cuan Trajano rechazó la concesión de una organización voluntaria
do corresponda también en Roma al sentimiento jurídico po contra los incendios, a pesar de que en la localidad interesa
pular y aunque la máxima «marido y mujer no tienen bienes da un gran incendio hubiera demostrado últimamente la ne
separados» 33 responda también al ideal romano 34. Pero en cesidad de una asociación de esta clase, y a pesar de que el
el matrimonio libre, el único que aquí se toma en considera representante y amigo del emperador, Plinio, hubiera apo-
ción, existe sólo, desde el punto de vista jurídico, la propie-
35 Sobre el deber de pietas en la constitución de la dote y sobre D. (12,
39 L e v y , Hergcmg der rom. Ehescheidung, 86 y ss. Sobre las penas del 6) 32, 2, vid. infra, p. 217 y s.
divorcio K u n k e l , § 177; Bo n f a n t e , Corso, 1, 257 y ss. 36 Siber, 303; B on fan te, Corso, 1, 329 y ss.
30 W in d s c h e id , Pand., 3, § § 490, 491; Bo n f a n t e , Corso, 1, 207 y ss. 37 K unkel, § 182. Vid. también Riccobono, Storia del dir. antico
31 Sobre el deber de alimentos Windscheid, Pand., 3, § 491, n. 2 y («Annali Palermo», XII, 1928), 515 y s.
§ 509 n. 5; Bo n f a n t e , 211. El deber de servicios de la mujer sólo puede 38 B eseler, 4, 203 (sobre D. 23, 3, 75), pero sobre todo A lb ertario ,
darse por el officium: así explícitamente D. (38, 1) 48 pr. Subtilitas legum e moderamen naturalis iuris nel dir. dotale rom., «Rend.
33 K u n k e l , §§ 197. 199. n. 4. Ist. Lomb.», 58 (1925), 808 y ss. = Studi, 1, 369 y ss.; Interpolationi in D.
33 «Man und wib en haben chein gezweiget güt zu irme libe»; Espejo 20, 4, 9, 3, «Rend.», 59 (1926), 291 y ss. (= St., 1, 399 y ss.); Riccobono,
sajón, Londr., 1, 131. 1. c., 515 y s.; Siber, 306; H. J. W olff, «SZ», 53 (1933), 297 y s.
34 C o l u m e l a , de re rust., XII, praef., 8: «Nihil conspiciebatur in 39 Baste considerar en las Pandectas el breve título 3, 4, en el que, por
domo dividuum, nihil quod aut maritus aut femina proprium esse iuris sui
otra parte, la corporación de derecho público tiene una posición preva-
diceret: sed in commune conspirabatur ab utroque». Laudatio funebris de
una mujer (B r u n s , Fontes, n. 126), 2, 36 y s.; 1, 37 y sobre esto M o m m - lente.
sen, Ges. Schr., 1,415. Nerva y Casio niegan la posibilidad del hurto de 40 Aquí sólo se toman en consideración éstas, no las corporaciones en
la mujer sobre los bienes del marido, «quia societas vitae quodammodo todo o en parte públicas: vid. a propósito R ostovzev. Social and eco-
dominam eam faceret»; D. (25, 2) 1: cfr. Ihering, 2, 208. nomic history ofthe Román empire, 532.

i
172 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO LIBERTAD 173

yado la institución41, esto hace comprender cuán raras tu no sólo determina la retirada del socio disidente, sino la diso
vieron que ser las concesiones 42. Es cierto que fueron razo lución total de la sociedad 4?-4748.
nes políticas las que sugirieron a los emperadores su actitud También está organizada individualmente la c o m u
en relación con las asociaciones. Pero el hecho mismo de que n i d a d h e r e d i t a r i a . D e las deudas hereditarias res
la estrechez de las ideas políticas haya podido ejercer dura ponden los herederos, si son varios, cuando la prestación sea
deramente una fuerza tan decisiva, muestra cuán poco se de divisible, n o solidariamente sino en proporción de sus cuo
sarrolló en los romanos el sentimiento asociativo, el amor y tas: nomina ipso iure divisa su n t 49. Cada heredero puede dis
la práctica de las asociaciones. La gran idea de la concentra poner por su cuota ideal de cada uno de los réditos heredita
ción de capitales a través de la creación de sociedades nunca rios 50, y ni siquiera se habla de un derecho de prelación de
los coherederos 51. Cada heredero puede pedir la división en
vino a la mente de los romanos 43.
cualquier momento, y ni siquiera podría privarle de esta fa
La s o c i e d a d del derecho romano (societas) apenas cultad una disposición del testador 52-53.
contiene un mínimo de vínculos para el individuo. El patri Todas estas comunidades están organizadas según los
monio social es patrimonio común de los socios por cuotas mismos principios: cuanto menos comunidad sea posible;
ideales, y cada uno puede disponer de su cuota 44. La muerte mientras subsista, cuanto menor vínculo sea posible; sobre
de un socio disuelve en toda circunstancia cualquier sociedad, todo, debe estar reservada siempre a cada socio la posibili
y asimismo la capitis deminutio o la quiebra de cada uno. La dad de salir en cualquier momento de la comunidad y de to
continuación de la sociedad a pesar de estos acontecimientos dos sus vínculos 54.
sólo pudo ser dispuesta con anticipación en el derecho justi- El carácter individualista de la p r o p i e d a d romana
nianeo, mientras que en ninguna época pudo disponerse en el ha sido señalado frecuentemente, y no sin exageraciones. Las
contrato social la transmisibilidad a los herederos del socio 45. críticas que se han alzado contra el c o n c e p t o romano de
Todo socio puede en cualquier momento desistir de la socie la propiedad han tenido que callar finalmente. El concepto
dad, y no se consiente pactar lo contrario 46; el desistimiento
47 En derecho justinianeo se podía establecer en el contrato sin em
bargo que saliera de la sociedad sólo el socio que desiste: D ern b u rg ,
41 P u n ió , ad Traían., 33 y 34. Pand., 2, § 128, n. 14.
42 D. (3, 4) 1 pr. «paucis admodum in causis concessa sunt [huiusmo- 48 No tratamos aquí de las societates publicanorum porque no son so
di 1 corpora». EI texto del pr. está reelaborado (vid. el Index intpl.), pero ciedades de mero derecho privado.
incluso si esta máxima no fuera genuina (lo que no creemos) representa 49 K unkel, § 217; Siber, 399; K orosec, Die Erbenhaftung nach rom.
ría sin embargo un apoyo para lo que decimos en el texto, puesto que su Recht, 1, 52 y ss.
contenido no pudo haber sido inventado. La asociación no autorizada po 50 Los créditos hereditarios divisibles se convierten inmediatamente
día ciertamente subsistir solamente como societas. Las observaciones de en créditos parciarios: Siber, 399.
S ch n o rr V. C a ro ls fe ld , Geschichte d.jur. Person., 1, 236 y ss., no son, 51 Sobre el vínculo creado por el officium, vid. infra, p. 180 y s.
en mi opinión, suficientes para menoscabar la doctrina dominante. 52 W indscheid, Pand., 3, 608, n. 4; D ernburg, Pand., 3, § 176, n. 2.
43 Ro s t o v z e v , 159. 53 Vale también la misma regla en este período (del siglo ii a. C„ en
44 Ciertamente como en la hipótesis de la comunidad nacida sin la vo adelante) para el consortium: cfr. P ernice, «SZ», 3, 66 y s.; K unkel,
luntad de los condominos: K u n k e l , § 67, 2; S ib e r , 71. §§ 151. 204; Levy, «SZ», 54 (1934), 285 y ss.; De Z u lu eta, «Jo. of Ro
43 S ib e r , 206 y s.; Kunkel, § 151,4. mán stud.», 25 (1935), 19 y s.; L an fran c h i, «St. & docum.». 1 (1935),
46 Pero el desistimiento injustificado hace surgir una responsabili 375.
dad (como el divorcio injustificado, supra, n. 29): D e r n b u r g , Pand., 2, 54 C. (3, 37) 5 (Diocleciano): «In comunionem vel societatem nemo
§ 128; K unkel, § 151.4. Las fuentes están aquí interpoladas en muchos compelitur invitus detineri». Igualmente tiene una función muy limitada
puntos. el consortium litis.
174 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO l ib e r t a d 175
romano de la propiedad no es diferente del alemán 55. Las de nes positivas, y aquella refractariedad de la propiedad roma
finiciones de los romanistas modernos, según las cuales la na a las cargas, que es proclamada continuamente 61, no exis
propiedad sería «un derecho sobre la cosa por sí mismo ili te en realidad 62. Pero, abstracción hecha de las relaciones de
mitado» 56, es cierto que están equivocadas, pero los roma vecindad, se trata aquí de obligaciones de derecho público, y
nos no tienen ninguna culpa de ello: e n t o d a s n u e s dada la rigurosa separación del derecho público del privado,
tras fuentes no se encuentra una estas obligaciones son poco o nada mencionadas por la juris
d e f i n i c i ó n r o m a n a d e l a p r o p i e d a d 57, y po prudencia, cuya orientación es esencialmente privatista 63.
demos afirmar con seguridad que esto no depende de lagunas De cualquier modo es verdad que las limitaciones de la pro
en nuestros conocimientos 58, sino del hecho de que los ro piedad, tanto de derecho privado como de derecho público,
manos no dieron nunca la definición. No es el c o n c e p t o se apuntan más amplias, mucho más amplias que para el de
romano de la propiedad lo que se ha construido de forma in recho alemán. Es evidente la tendencia romana a construir el
dividualista, sino el r é g i m e n j u r í d i c o de la propie derecho de propiedad con la mayor libertad posible, y de dar
dad. Es cierto que también el contenido de la propiedad está a la actividad y a la iniciativa privada el más amplio juego.
limitado jurídicamente; los poderes de los propietarios de es Tanto la propiedad inmobiliaria como ía mobiliaria son 1i -
clavos fueron limitados en la edad imperial59; la propiedad b r e m e n t e e n a j e n a b l e s y d i v i s i b l e s 64; l a s
inmobiliaria está múltiplemente limitada no sólo por las re p r o h i b i c i o n e s l e g a l e s de e n a j e n a r y l as
laciones de vecindad, sino también por el derecho público 60. l i m i t a c i o n e s a l a d i s p o s i c i ó n son totalmente
Incluso pueden estar ligadas a la propiedad ciertas obligacio- desconocidas por el derecho republicano, conocidas sólo en
pocos casos en la época clásica. El derecho postclásico acre
centó su número y reconoció también la eficacia real de las
55 La definición de la propiedad romana en los períodos a los que este
libro se refiere (supra, p. 26) podría ser formulada así: «La propiedad es prohibiciones de disponer estatuidas en un negocio jurídi-
aquel derecho real sobre una cosa corporal, que atribuye efectiva o poten
cialmente el poder jurídico relativamente máximo»; o bien: «aquel dere 61 Cfr. S ta h l, Philosophie des Rechts, 2, 1 (5.a ed.), 510 y ss. (en el
cho real sobre una cosa corporal, que atribuye en general al titular todos apéndice referido al valor del derecho privado romano); Gierke, 358.
los poderes sobre la cosa, a no ser que sean específicamente exceptuados 62 El campesino está obligado a tener su campo en orden, a ararlo, a
por el ordenamiento jurídico o por actos regulados por el derecho». La no dejarlo abandonado; si no lo hace así es castigado por una pena censo
propiedad alemana no podría ser definida de forma diferente. Inexactos, ria: cfr. G e llio , 4, 12 y sobre el texto S cialoja, Teoría della proprietá, 1,
en mi opinión, G ie r k e , Deutches PrivR., 2, 358, 360; y F e h r , Recht und 314. Cfr. también C. Th. (5, 11) 12; K uebler, «SZ», 24, 458 y ss. Según
Wirklichkeit (.1927), 188; correctos M o l it o r , «Festschr. f. Alfred Schult- la lex Ursonensis (B runs, n. 28), c. 98, la carga de la construcción del ca
ze» (1934). 35; B l o m e y e r , «Festschr. f. Hübner» (1935), 7. mino pesa sobre el fundo: «qui in ea colonia intrave eius coloniae fines
56 Cfr. G ierke, 348, n. 2. Sobre intentos de definición de la propiedad, domicilium p r a e d i u m v e h a b e b i t , n e q u e e i u s c o l o
vid. ampliamente Sc ia l o j a , Teoría della proprietá, 1, 255 y ss.; Bonfan- n i a e c o l o n u s e r i t , is eidem munitioni uti colonus pareto». Así
te , Corso, 2, 1, 190 y ss. Vid. también Hedemann, Fortschritte des Zivil- también la lex Julia municipalis (B runs, n. 18), 1, 53 y ss. Noticias pos
rechts im 19. Jahrh., 2, 1, 119, 313 y ss.; M o lito r, 33 y s.; G. H u sserl, teriores en Pernice, «SZ», 5, 21 y ss.
Rechlsgegenstand (1933), 175 y ss. 63 Vid. supra, p. 49 y s. El derecho alemán (medieval), que no cono
57 Sc ia l o j a , 263; Bo n f a n t e , 195. cía la distinción entre derecho público y privado, podía sin duda insertar
58 Si los compiladores hubieran encontrado en sus materiales una de estas obligaciones en el contenido de la propiedad; el derecho romano, en
finición de este género, la habrían acogido gustosamente para situarla a la cambio, aplicando severamente la distinción, no podía; ¡ s i n e m b a r
cabeza del título D. 41, 1. o en uno de los dos últimos de las Pandectas. g o , e x i s t í a n l a s o b l i g a c i o n e s ! La diferencia no tiene
59 K u n k e l , § 40; Sc ia l o j a , 307 y ss. consecuencias prácticas, y no se entiende por qué los germanistas le dan
60 Ampliamente de esto B o n f a n t e , 230 y ss.; Sc ia l o j a , 203 y ss.; ya tanta importancia.
hemos aducido algunos ejemplos supra, p. 49 y s. 64 Ihering, 2, 150.
176 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO l ib e r t a d 177

co 65. Las limitaciones de la propiedad que se enlazan hoy al d a d s e p a r a d a s o b r e s u e l o a j e n o 74, espe


r é g i m e n de l a c a z a y d e l a p e s c a 66 son total cialmente la p r o p i e d a d d i v i d i d a p o r p i s o s 75
mente desconocidas por el derecho romano; las limitaciones y la d e l o s f r u t o s p e n d i e n t e s 76— están neta
puestas a la propiedad inmobiliaria por el d e r e c h o m i mente excluidas por el individualismo del derecho privado
n e r o aparecen únicamente en edad postclásica 67. Pero el romano. Una situación agraria como la que existía en Ale
ordenamiento jurídico romano no favorece ni siquiera el au mania, en Austria y en Francia antes de la legislación des-
mento de las cargas impuestas a la propiedad en virtud de ne vinculadora emanada a fines del siglo xvm y comienzos del
gocios jurídicos, y en especial no quiere que la planta trepa xix 77, cuando la propiedad de los fundos estaba casi sofoca
dora de las s e r v i d u m b r e s sofoque la libertad del da por la maraña de las cargas reales, no habría podido pros
dominio 68. Las servidumbres prediales, i l i m i t a d a s e n perar bajo el imperio del derecho romano. Y lo mismo que la
el t i e m p o , e s t á n l i m i t a d a s e n e l c o n t e n i -
determinación del contenido, también está organizada de
d o mediante el requisito de la militas praedii 69 y la exclu
forma individualista la t u t e l a j u r í d i c a d e l a
sión de la servitus in faciendo 70; la servidumbre del usu
p r o p i e d a d . La rei vindicatio no se detiene frente al ad-
fructo, que es en general i l i m i t a d a en el
c o n t e n i d o , está en cambio l i m i t a d a e n e l t i e m - quirente de buena fe, a pesar de que el interés de la colecti
p o mediante la exclusión de la transmisión y de la sucesión vidad, que es el de la libre circulación de los bienes, debiera
hereditaria71. Las servidumbres que contrastan con este llevar a tutelarlo. Una atenuación de la severidad de esta vin
principio, como la superficie y la enfiteusis, fueron recono dicatio, ya mediante la atribución al poseedor de un derecho
cidas como d e r e c h o s r e a l e s p r i v a d o s únicamen de retracto, ya mediante el derecho del poseedor a exigir del
te en edad postclásica 72. Las cargas que se reducen a una es actor mismo que retracte, fue rechazado siempre explícita
pecie de comunidad — como la p r o p i e d a d e m i n e n t e mente en derecho clásico 78. Significativos también son los
y l a p r o p i e d a d ú t i l en Alemania 73, o la p r o p i e - estrechos confines dentro de los que es mantenida la u s u
c a p i ó n . Está excluida la usucapión de una cosa robada o
apropiada indebidamente, aun cuando la cosa misma hubie
65 Cfr. M itteis, R. PrivR., 1, 253, y sobre todo B onfante, Corso, 2,
2, 48 y s. Sobre prohibiciones de los magistrados de enajenar M itteis y ra pasado a manos de un poseedor de buena fe 79; ¡son preci-
B onfante, loes. cits.
66 Windscheid, P a n e l., 1, § 184.
67 Vid. a propósito S cialoja, 346 y s.; B onfante, Corso, 2, 1, 262 y sobre el suelo provincial puede ser descrito como propiedad eminente del
ss.; Schoenabuer, Beitrcige zur Geschichte des Bergbaurechts (1929), Estado romano y propiedad derivada del poseedor. Sea como sea, no es
136 y ss. D. (8, 4) 13, 1 está naturalmente interpolado: B onfante, 263; éste el lenguaje de las fuentes. Cfr. Siber, 71; K uebler, Geschichte, 124;
Schoenabuer, 145; vid. también el Index intplt. B onfante, Corso, 2, 2, 312 y s.; K r e lle r , «Aegyptus», 13 (1933), 205.
68 Sobre cuanto sigue, vid. Ihering, 2, 226 y ss. 74 Superficies solo cedit. Verdaderamente el derecho romano conoce
69 Siber, 109. también partes aparentes del fundo (cód. civ. alemán, § 97): cfr. D. (41, 1)
70 K unkel, § 81; Siber, 106. 60 y sobre la cuestión R ic c o b o n o , Dal dir. rom. class. al dir. moderno, en
71 K unkel, § 84. Lo mismo es válido para las servidumbres persona «Annali Palermo», 1915, 508 y ss.
les limitadas, en cuanto que fueran clásicas; K unkel, § 85. 75 Riccobono, 1. c., 515 y ss.; K unkel, § 47 y los autores allí citados;
72 Ya en época clásica eran conocidos por el d e r e c h o p ú b l i c o Pappulias, «SZ», 27, 363.
(administrativo) los derechos de enfiteusis y de superficie (atribución de 76 Cfr. Sc h u l z en el «Festgabe T.Zitelmann» (Bonn, 1923), 153 y s.
tierra pública o municipal como ager vectigalis: acerca de las construc 77 Vid. por todos H e d e m a n n , Fortschritte des Zivilrechts, 2, 1, 2
ciones sobre suelo público, vid. supra, p. 50). Como puros d e r e c h o s yss.
s u b j e t i v o s p r i v a d o s son conocidos solamente en época postclási 78 Aunque lo sugiriera el derecho peregrino: vid. el estudio de F e l -
ca. Vid. Siber, § 61; Kunkel, §§ 89, 90 y los autores citados allí. g e n t r a e g e r ya citado en p. 96, n. 27.
73 También conocía ésta el derecho romano p ú b 1i c o : el derecho 79 G a y o , 2, 49.
178 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO LIBERTAD 179

sámente,estos, sin embargo, los más importantes casos 80 en jor que cualquier otro testimonio la frecuencia que el testa
tre los que se debería hablar de usucapión! mento tenía ya en el siglo n a. C. 87. Tener pronto el propio
En relación con los d e r e c h o s d e c r é d i t o se ha testamento es para un romano diligente tan obligatorio como
hablado ya de la organización individualista de la societas. tener un régimen de contabilidad bien ordenado 88. A esta
Es el momento de aludir aquí al régimen de las o b l i g a concepción fundamental corresponde la amplia libertad de
c i o n e s s o l i d a r i a s . Se evita la solidaridad lo más disposición que se garantiza al testador. Para las disposicio
posible. Si varias personas se obligan contractualmente a una
obligación divisible, en la duda, se excluye su responsabili nes a título de l e g a d o 89, sólo se pensó en introducir al
dad solidaria 81. La voluntad dirigida a la creación de una guna limitación desde principios del siglo II a. C., y la norma
obligación semejante debe ser declarada específicamente. decisiva se tiene solamente con la ley Falcidia del 40 a. C.,
Como ya se ha dicho 82, ni siquiera los coherederos, si la que garantizaba al heredero como excluido de legados un
prestación es divisible, responden solidariamente de las obli cuarto del patrimonio (o de la cuota asignada a ellos); el ré
gaciones hereditarias. Son significativas también las dificul gimen de la c u o t a d e r e s e r v a sólo se desarrolló ha
tades que los romanos encontraron para admitir el r e g r e - cia el fin de la República90. La s u s t i t u c i ó n p u p i
s o entre codeudores solidarios. Los clásicos no llegaron 83 a l a r 91 sólo es concebible también en un ámbito en el que la
la idea de reconocer en este caso una relación jurídica de co sucesión intestada fuera entendida casi como una desgracia.
munidad entre los deudores para deducir de esta relación la El padre puede hacer testamento en lugar del hijo impúber en
acción de regreso 84, y por esto tuvieron que recurrir al arti el caso de que éste muera intra pubertatem, es decir, antes de
ficio de la cesión de las acciones 85. haber alcanzado, la capacidad de testar. La jurisprudencia ro
Finalmente, también está construido de forma individua
mana estudió con amorosa comprensión las disposiciones ul-
lista el d e r e c h o d e s u c e s i ó n . La sucesión legíti
ma ocupa para los romanos el segundo puesto, de donde su traindividuales de los testadores, con sus cláusulas tantas ve
nombre característico de sucesión intestada, es decir, que so ces caprichosas y singulares. En el inmenso material que
lamente puede tener lugar cuando no se actúe la sucesión tes contiene el Digesto de Justiniano en materia de interpreta
tamentaria, considerada como normal. El romano siente la ción de los testamentos (y que actualmente está lejos de ha
necesidad de organizar su propia sucesión con el testamento, ber sido examinado completamente) se puede medir la ex
individualmente, y de evitar que se actúe el régimen, necesa tensión de la literatura clásica dedicada a este tema, con una
riamente típico, de la herencia intestada. La anécdota del vie sobrevaloración de estos problemas estrictamente individua
jo Catón, que entre las tres cosas que tenía que reprocharse les que es de verdad característica de los romanos. Final
en su vida computaba el hecho de haber vivido un día ente mente, es una consecuencia del principio de libertad la prohi
ro sin testamento 86, ya sea cierta o inventada, demuestra me- bición del p a c t o s u c e s o r i o 92, por más que habría

80 Explícitamente así, también Ga y o , 2, 50.


81 De otra manera el cód. civ. alemán, § 427. 87 V. W oess, Das rom. Erbrecht und die Erbanwarter, 29 y ss., ha de
82 Supra, p. 173. jado escapar este dato en su investigación en tomo a la frecuencia de los
83 A pesar de que la lex Apuleia, de edad republicana, «inter sponso testamentos.
res et fidepromissores quandam societatem introduxit» (Gayo, 3, 122), 88 C icerón, in Verrem, II, 1, 23, 60.
había encontrado ya el punto de vista exacto. 89 Gayo, 2, 224-227; K unkel, § 224.
84 Cfr. G ie r k e , Dtsch. PrR., 3, 255 y 263. so K unkel, § 209.
85 Cfr. W in d s c h e id , Parid., 2, § 294. 91 K u n k e l , § 204; B u c k l a n d , 300.
86 P lu ta rc o , Cato maior, 9, 6. 92 D ern b u rg , Parid., 3, § 126; Siber, 343.
180 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO LIBERTAD 181

sido fácil el paso de la mancipatio en favor del familiae emp postclásica 97, el que el abuso del derecho no sea consentido
tor 93 al pacto de sucesión futura. es ya un descubrimiento de la época republicana y de la clá
Así, el derecho privado romano es, en realidad, un mo sica, que encontró también su expresión en la exceptio doli
numentum aere perennius de la tendencia romana hacia la li generalis y en otras diferentes instituciones 98, y que, por
bertad. otra parte, actúa también donde el ordenamiento j u r í d i -
c o no reacciona contra el abuso. Por ejemplo, la opinión pú
En un discurso juvenil de 1848, Mommsen (a los 31 años) decía estas blica vigila para que se haga un uso razonable de la libertad
palabras: «La libertad del ciudadano tiene en el derecho civil romano tan de testar. Se suscita el interés general por cómo éste o aquél
extenso campo de acción, que no tiene necesidad de ampliaciones sino
haya hecho su testamento. Los testamentos son considera
más bien de múltiples limitaciones... Si nosotros nos esforzamos por com
poner un ordenamiento apto para ciudadanos libres, podemos seguir in dos «espejos de las costumbres» 99. De un testamento, en el
condicionalmente para este propósito, en cuanto al derecho civil, el dere que el testador se ha mostrado en la muerte bajo una luz me
cho romano del período clásico, y estaríamos seguros de encontrar allí un jor que en la vida 10°, «quod pietas fides pudor scripsit», se
espíritu que se opone muy frecuentemente al principio de solidaridad de habla en la ciudad durante días enteros 101, y, naturalmente,
los ciudadanos entre sí, nunca al de la libertad individual». Y el joven ora se habla mucho más de ello cuando aquellas normas hubie
dor llegaba a afirmar: «La resurrección del derecho civil clásico en Ale ran sido transgredidas; un castigo que no es desestimable en
mania se identifica plenamente con los inicios de la revolución que ha
la consideración de un romano. Un heredero puede, como
comenzado a llevar a la libertad a los pueblos de Europa».
Frente al l i b e r a l i s m o del derecho privado romano no será su hemos dicho ya, disponer de su cuota hereditaria, pero el of
perfluo destacar que n i n g u n a de las instituciones jurídicas caracterís ficium requiere que no lo haga sin el consentimiento de los
ticas del c a p i t a l i s m o moderno (la carta de crédito, el título al por coherederos, a menos que no lo dispense un más alto de
tador. la acción, la letra de cambio, las sociedades comerciales en su forma ber 102.
moderna y capitalista, la hipoteca como inversión de capital, la represen
tación directa) procede del derecho romano 94.
97 Gayo, 1, 53, sobre el cual S chulz, «SZ», 50, 227. Pero es también
posible que el período completo «male enim - administratio» sea un aña
Pero la gran libertad j u r í d i c a 95 garantizada de esta dido tardío, como sostiene S olazzi en «St. Riccobono»,l, 120 y ss.
manera en el derecho privado t a m p o c o significa que, 98 Sobre el abuso del derecho vid. Pernice, Labeo, 2, 1, 57 y ss.; Pe-
rozzi, «Arch. giur.», 53, 351 y ss.; R abel, Grundz., 409; M. R otondi,
observados los límites impuestos por el sistema del derecho «Riv. di dir. civ.», 15, 105; S to ll, «SZ», 47, 425 y ss.; Siber, Schranken-
privado, se pueda hacer lo que se quiera. Aparte de los lími der privaten Rechte (discurso rectoral, Leipzig, 1906), 27; B alogh, «St.
tes puestos por el derecho público, los vínculos de la pietas, Bonfante», 4, 636 y ss.; S olazzi, «St. Riccobono», 1, 120 y ss. Solazzi
de la fides, de la humanitas, son también fuerzas de gran efi va mucho más allá negando al derecho clásico no sólo la formulación de
la regla, sino también , y completamente, la idea. Que la ordenanza de An
cacia 96. Aunque la regla general male nostro iure uti non de tonino Pío contra el abuso de los esclavos fuera publicada también por ra
bemus haya sido quizás formulada por primera vez en edad zones de humanidad no está excluido, como sostiene S olazzi, por el he
cho de que la motivación oficial no aluda a esta causa, sino que se limite
a destacar el interés del mismo propietario.
92 G a y o , 2. 102. 99 Plinio, Epist., 8, 18: «creditur vulgo testamenta hominum specu
94 Ges. Schi:, 3. 582 y s. lum esse morum».
95 Max W e b e r , Wintschaftsgeschichte (2.a ed., 1924), 292. 100 «Longe melior morte quam vita»: Plinio, 1. c.
96 Vid. supra, p. 41: volveremos allí en los capítulos de la humanidad 101 Plinio, 1. c.: «habes onmnes fabulas urbis: nam sunt omnes fabu
y d e la fidelidad. La verdad ha sido ya reconocida y bien expuesta por I h e - lae Tullus» (nombre del testador).
r i n g , 1, 82 y s.; 2, 141 y ss., 307 y s. 102 P linio, Epist., 7, 11: «Cupio enim et tibi probatum et coheredi-
182 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO LIBERTAD 183

En las r e l a c i o n e s e n t r e e l i n d i v i d u o y tas son «figuras jurídicas que contrastan sustancialmente con


e l E s t a d o se mantiene firme también el principio de li las concepciones del derecho romano» 112 y provienen del
bertad. Por grandes que sean las exigencias que el Estado ro derecho greco-helenístico U3. Sobre todo el Estado romano
mano impone a sus ciudadanos en lo que se refiere a lo mili se contiene, como principio U4, de invadir los derechos indi
tar, y en origen incluso en lo que se refiere a los impuestos, viduales preexistentes 115. Es significativo que la institución
tanto más grande es la libertad que les atribuye en relación a jurídica de la e x p r o p i a c i ó n , en el sentido de elimina
la comunidad. La historia romana no conoce periodos de ción del derecho privado por obra del Estado y en interés pú
noXiq totalitaria l03, porque supo mantenerse alejada tanto de blico, sea casi desconocida por el derecho romano 116; sólo es
la democracia a la ateniense 104 como de la vida de cuartel a aplicada ocasionalmente, o en provincias 117 o en ciertos ca
la espartana l05. Y de este modo permaneció intacto como sos excepcionales 118. En la construcción de su nuevo Foro,
principio, en la época republicana y en la clásica, aquella no se atrevió Augusto a proceder a la expropiación, aunque
«especial actitud frente al Estado y a la opinión pública» que el terreno a disponer fuera muy reducido y el arquitecto en-
J a c o b B u r c k h a r d t 106107expresaba diciendo que «el
hombre de nuestra raza exige, apenas salido de la barbarie, 112 M o m m s e n , Ges. Schr., 3, 176.
una casa tranquila y un recinto inviolable de pensamientos y 113 Sc h o e n a b u e r , «SZ», 46, 212. Falta todavía una exposición global
de sentimientos». La libertad de opinión, de creencia y de de esta evolución desde el punto de vista de la historia jurídica y econó
culto están garantizadas, es cierto que no sin límites, pero en mica.
114 Las curas heroicas de las crisis económicas mediante la disminu
amplia medida 1()7. Es respetado el derecho al domicilio 108. ción de la tasa del interés y la cancelación de las deudas fueron también
Incluso la protección asegurada con la provocatio ad popu conocidas por el Estado romano, pero notablemente más raras que en las
lum y la limitación legal de las penas corporales son enten democracias griegas. Vid. Ih e r i n g , 2, 73 y ss., 258; Po e h l ma n n , Ges
didas por los romanos como una tutela de la libertad 10910. La chichte d. sozialen Frage u. des sozialismus in der antiken Welt (3.a ed.,
1925), acudiendo en el índice alfabético-analídco a la voz Schuldentil-
libertad económica y de movimientos es grande u0. Si oca gung; Ro s t o v z e v , op. cit., en los pasajes indicados por el índice alfabéti-
sionalmente en las provincias, y siempre más extensamente co-analítico con la voz cancellation of debts. Vid. también A f f o l t e r ,
en edad postclásica, se nos presenta la economía vinculada Das intertempórale Recht, 1, 1, 41 y s. 58 y s.; Fr u e c h t l , Die Geld-
con sus monopolios y con sus asociaciones coactivas 1U, es- geschafte bei Cicero (disertación de Erlangen, 1912), 60; Kr o l l , 1, 94 y
104. La materia requiere un nuevo examen desde el punto de vista jurídi
co. Sobre las cancelaciones de deudas en Grecia Po e h l ma n n , 1. c.; Ro s
bus meis excusatum esse, quod me ab aliis maiore officio iubente se t o v z e v , 2; B e a u c h e t , Hist. du droit privé de la républ. Athénienne, 4,531
cerno». y ss.
103 J. B u r c k h a r d t , Griech. Kulturgeschichte (4.a ed.), 1,81. 115 El principio romano está concisa y exactamente formulado por An
104 B u r c k h a r d t , 1, 220 y ss. 235 y ss. 274; 4, 190 y ss. tonino Pío en Coll. 3, 3, 2 = D. (1, 6) 2: «Dominorum quidem potestatem
105 Breve y claro P l u t a r c o , Lycurg., 24, sobre ello B u r c k h a r d t , 1, in suos servos inlibatam esse oportet, nec cuiquam hominum ius suum de
99 y ss. 113, 115 y s. trahi». Vid. también I h e r in g ,' 2, 67.
106 Griech. Kulturgesch., 1,235. 116 Examen profundo de las fuentes en Sc ia l o j a , Teoría deila pro-
107 Ihering, 2. 138 y s.; Mommsen, Ges. Schr., 3, 389 y ss. prieta, 1, 315 y ss., y en B o n f a n t e , Corso, 2, 1, 237 y ss.; pero vid. tam
108 Ihering, 2, 158 y ss. Característico C icerón, in Vatin., 9, 22, so bién B io n d i , «Annuario» Univ. Catania, 1928-29, 38 extrae, (muy exac
bre esto Mommsen. StrafR.. 49, n. 1. to); y recientemente D e R o b e r t is , Espropiazione (1936).
109 C i c e r ó n , in Verrem, II, 5, 63, 163; 66, 170. 117 Lex Ursonensis (B r u n s , n. 28), cap. 99.
110 Ihering, 2, 136 y 151: Schoenabuer, «SZ», 46, 211 y ss., y Beitr. 118 De un caso especial se trata en el senadoconsulto referido por
Gesch. des BergabauR.s, 145; R ostovzev, Sozial and econ. history, F r o n t in o , de aquaeductu, 125. Augusto había prometido reparar a ex
159. pensas propias un cierto número de acueductos; en ese momento obtiene
111 S c h o e n a b u e r . 1. c .; K u e b l e r , Geschichte, 345, 347 y ss., y « S Z » , el derecho de retirar de los fundos vecinos el material necesario (tierra,
53, 604. piedras, madera, etc.), naturalmente contra indemnización.
184 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO LIBERTAD 185

contrara dificultades 1iy. Incluso en este respeto suyo por el Pero todo esto sucede sin coacción * 123 y sin imperativos jurí
derecho privado reconocido desde hacía tiempo es Augusto dicos, «en libertad y bajo la propia responsabilidad» 124.
un romano genuino 12(). Mientras que el Estado romano reconoce así a sus ciuda
No menos característico de la libertad romana es el hecho danos, y en menor medida también a los peregrinos que le
de que la administración estatal y municipal se apoya am pertenecen, una amplia esfera de libre actividad individual,
pliamente en la iniciativa y en el sentimiento cívico de los la g a r a n t í a j u r í d i c a de esta libertad por parte del
ciudadanos. Las contribuciones voluntarias representan una Estado y en relación con el Estado es, en cambio, muy débil.
suma muy importante en el presupuesto del Estado, y más No es el caso de hablar respecto a Roma de la acentuada ga
aún en el de los municipios. El perspicaz sentimiento cívico rantía jurisdiccional de los derechos de libertad que es esta
de los romanos sabe que el interés del particular está indiso blecida por las constituciones modernas; por el contrario, en
lublemente ligado con el del Estado 121. De esto, aquel gran el fondo, falta completamente la garantía judicial 125. «La co
dioso sistema de contribuciones públicas que las inscripcio munidad romana se abstuvo más de lo que las otras solían
nes nos muestran por doquier; la primera de entre ellas, la abstenerse de las intervenciones arbitrarias en la esfera jurí
regina inscriptionum, la memoria resumen de Augusto 122. dica del particular, pero a pesar de esto mantuvo siempre fir
me el principio... de que el Estado dispone de sus ciudadanos
a su propio arbitrio» 126. En las relaciones del particular con
119 Suetonio, Aug., 56: «Forum angustius fecit, non ausus extorquere el Estado el principio de libertad se entrecruza con el princi
possessoribus proximas domos». Después de la reciente excavación del
foro de Augusto, la línea del muro posterior muestra con particular evi pio de autoridad. El Estado autoritario romano desea también
dencia las dificultades que el arquitecto debió superar. para sí la aplicación del principio de libertad, y también por
110 Sobre Augusto «romano genuino» cfr. H e i n z e , «Hermes», 65, 360 su parte asegura «en libertad» la libertad de los ciudada
y s., fino y exacto. F r o n t i n o , de aquaeductu, 128: «... cum m a i o r e s nos l27.
n o s t r i . . . ne e a q u i d e m e r i p u e r i n t p r i v a t i s , q u a e
a d c o m m o d u m p u b l i c u m p e r t i n e b a n t , sed cum aquas
perducerent, si difficilior possessor in parte vendunda fuerat, pro toto agro Kn o c h e , Magnitudo animi, passim (cfr. el índice del libro en la voz libe-
pecuniam intulerint et post determinata necessaria loca rursus eum agrum ralitas).
vendiderint, ut in suis finibus proprium ius tam res publica quam privata 123 De otra forma en las democracias griegas: cfr. B u r c k h a r d t ,
haberent». EI terreno necesario para el acueducto es adquirido, pues, me Griech. Kulturgesch., 1, 236 y ss.
diante compra, y si el propietario no está dispuesto a ceder la parcela ne 124 Ib s e n , La mujer del mar, epílogo.
cesaria, se le compra todo el fundo para después revender las partes que 125 El Estado puede limitar la libertad por la vía derecha de la legisla
no son necesarias para la obra pública. En Livio. 40, 51, el propietario de ción como sucedió en relación con la provocatio ad populum. Pero, si no
un fundo, que no quiere vender, hace imposible de hecho la construcción se oponen las leyes, son posibles también las intervenciones de los magis
del acueducto proyectado. trados; resulta, por ejemplo, del pasaje de Su e t o n io citado en la nota 119
121 En Liv io . 26. 36, el cónsul pide oblaciones diciendo: «res publica que Augusto h a b r í a p o d i d o e x p r o p i a r : el derecho de expropia
incolumis et privatas res facile salvas praestat: publica prodendo tua ne ción está comprendido en el imperium. Cfr. B io n d i , Romanitá e Fascismo,
quiquam servas». 38: «Los romanos no tuvieron la institución jurídica (expropiación por pú
122 Sobre las sumas que Augusto entregaba de su casa privada, vid. su blica utilidad) pero sí el hecho; es decir, no se trataba de la aplicación de
resumen en Morí. Ancyr., 3. 14 y ss. y en el añadido final, y a propósito una ley, que nunca existió en realidad, sino más bien de la aplicación de
W i l c k e n , Zu den Impensae der Res Gestae divi Augusti, «Sitz.-Ber. aquel imperium de los magistrados, al que todo, incluso los derechos más
preuss. Akad. derWiss.». phil.-hist. Kl„ 1931, 772 y ss., y 1932, 232, n. 1. fundamentales de los particulares, está siempre subordinado». Inexacto, en
Trimalción también da una contribución, naturalmente en forma de cena mi opinión, M o m m s e n , StaatsR., 3, 397 y ss. Sobre las intervenciones de
(P e t r o n ., Satyi:, 71.9: «scis enim quod epulum dedit binos denarios»). los cónsules en materia de libertad de culto, por ejemplo en el escándalo de
Sobre este sistema de contribuciones, vid. L i e b e n a m , Stadteverwaltung in las Bacanales, vid. también M o m m s e n , Ges. Schr., 3, 397 y ss.
der rom. Kaiserzeit, 165 y ss.; F r i e d l a e n d e r - W i s s o w a , Rom. Sitten- 127 No es el caso de exponer aquí cómo también esta libertad ciuda
gesclt.. 2, 377 y ss.; R ostovzev, Social and economic history, 140 y s.; dana fue desapareciendo gradualmente en la época postclásica.
AUTORIDAD *1

Tenebat non modo auctoritatem, sed etiam imperium in


suos: meturbant servi, verebantur liberi, carum omnes
habebant: vigebat in illa domo mos patrius et disciplina.
Cicerón, Cato maior, 11, 37.

Entendemos por «autoridad» el prestigio social de una


persona o de una institución; y por «principio de autoridad»
el concepto de que la autoridad debe ser valorada en la vida
social, y especialmente en la del derecho. La autoridad es
una cualidad normativa. Es reguladora, y tiene la fuerza de
persuadir a los demás, que reconocen esta autoridad, para ob
servar un cierto comportamiento, sea de acción o de absten
ción. Las funciones de la autoridad son, pues, educativas y
directivas. Provoca la obediencia, el orden, la disciplina *I2, y
esto sin que sea necesario una justificación racional, que en
la mayoría de las ocasiones ni siquiera podría ser valorada y

* Prinzipien..., p. 112: Autoritát; Principies..., p. 164: Authority:


I Principii..., p. 143: Autoritá.
1 Vid. sobre la materia G oethe, Geschichte der Farbenlehre, 2.a par
te, capítulo «Autoridad»; M. W éber, Wirtschaft und Gesellschaft (Grun-
driss der Sozialókonomik, parte 3.a), 110, 140 y ss., 600, 609, 681, 753 y
ss.; Heinze, Auctoritas, en «Hermes», 60 (1925), 34 8 y ss.; C a r l Sch-
MITT, Verfassungslehre (1928), 75, n. 1; Biondi, «Annuario Univ. Cata-
nia», 1928-1929 (citado según la separata), especialmente 11 y ss.; De
V isscher La jurisprudence romaine et la notion de Tauctoritas, en «Rec.
d’études en l’honneur de Gény» (1934), 1,32; F r. F u erst, Die Bedeutung
der Auctoritas im privaten und im ójfentlichen Leben der rom. RepubliK
(Marburg, dis. en filosofía, 1934). Vid. también W ezehangt, Die Bedeu
tung und Anwendung von dignitas in den Schriften der republikanischen
Zeit (Breslau, dis. filos. 1932); M. Pohlenz, Antikes Führertum (1934),
passim; Kornem ann, Staaten (1934), 8.
2 Shakespeare, King Lear, 1,4: «K e n t : You have that in your con-
tenance, which I would fain cali master. L e a r : What’s that? K e n t :
Authority».
188 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO AUTORIDAD 189

comprendida por el particular: stat pro ratione auctoritas 3. la discusión política romana 9. La «disciplina romana» se si
El derecho puede servirse de esta fuerza de la autoridad, en túa gustosamente junto al mos patrius y a los mores maio
cuanto la inserte en el ordenamiento y en la vida jurídica, rum 10, y en realidad el prestigio de todo aquello que se
pero también puede organizar la autoridad, custodiarla, acre apoya en la edad y en la duración es una aplicación particu
centarla, garantizarle su esfera de acción. Esta actitud no larmente importante de la idea de autoridad.
acontece en todos los casos. Por ejemplo, el Estado de la La regulación de la f a m i l i a r o m a n a está decisi
constitución de Weimar, consciente o inconscientemente re vamente determinada por el principio de autoridad. La rela
nunció, en su ordenamiento jurídico y además también en la ción natural de autoridad entre el padre de familia y los per
aplicación práctica, a utilizar enérgicamente el principio de tenecientes a la casa (mujer, hijos y esclavos), que obliga a
autoridad, desde la eliminación de los títulos, órdenes y con estos últimos a la reverentia, se basa en una relación j u r í
decoraciones hasta la insuficiente tutela jurídica de los altos d i c a autoritaria, y, precisamente, en una relación autorita
oficiales del imperio y de los estados, a la consideración de ria de supremacía. En la e s e n c i a d e l a s r e l a c i o
n e s a u t o r i t a r i a s d e s u p r e m a c í a está el que
los ministros como exponentes de los partidos sin prestigio
los límites de la supremacía estén lo más lejos posible, el que
propio, a la eficacia desautorizadora de las formalidades ju
se deje la más amplia esfera a la discreción de la autoridad,
diciales extendidas a toda la vida estatal 4. El Estado romano, el que esté excluido o limitado el control jurisdiccional sobre
que también, como hemos visto 5, tan ampliamente tutela y su acción. El derecho romano aplicó este principio con una
garantiza la libertad individual, no se olvidó nunca de asegu rigidez sin miramientos. La vida de la familia es regulada so
rar enérgicamente el vigor del principio de autoridad. Y, por beranamente por el pater familias. Él dispone de la existen
otra parte, tampoco la libertad individual puede durar mucho cia personal de los pertenecientes a la casa, de su educación
tiempo sin autoridad 6. Cuán grande fue la función ejercida y actividades, casa a las hijas, concede o niega a su arbitrio
en la vida romana por la auctoritas, cómo la autoridad fue no el consentimiento para el matrimonio del hijo n . Ejerce a su
sólo ambicionada sino también reconocida 7, se deduce tam libre discreción la disciplina doméstica y se le permite todo
bién de una ojeada a los escritos de C i c e r ó n 8. Tanto aucto castigo, hasta la pena de muerte 12. Incluso la distribución de
ritas como disciplina están entre las palabras dominantes en los bienes dentro de la familia está fijada soberanamente por
el padre de familia. El derecho romano formula este princi
3 Goethe, 1. c.: «Admitimos la existencia, la dignidad, la capacidad de pio con claridad y dureza romanas; los miembros dependien
algo, sin ver ni reconocer exactamente su origen, su procedencia, su va tes de la familia son patrimonialmente incapaces, todo lo que
lor... En cambio, no se puede atribuir ninguna autoridad al conocimiento, ellos adquieren pertenece al titular de la potestad, y éste pue
dado que siempre genera algo similar a sí mismo; tan cierto es esto, que de disponer de ello a su libre discreción, tanto inter vivos
toda educación estrictamente intelectual lleva a la anarquía». C ic e r ó n , como mortis causa. Aparte de la relación misma de supre
Tuse., 1, 21.49: «Ut enim rationem Plato nullam adferret, ipsa auctorita macía, no pueden existir relaciones de derecho privado entre
te me frangeret»; Séneca, Ep.. 94, 27: «Quid, quod etiam sine probationi
bus ipsa moventis auctoritas prodest?».
4 Vid. C. Schm itt, Verfassungslehre, 133 y ss. 9 H e in z e , 358: «Toda la vida romana estaba impregnada de respeto por
5 Supra, pp. 168 y ss.. 182 y s. la autoridad».
6 B io n d i . 18. 22. 10 Vid. M erg u et, v o z Disciplina.
7 Heinze, 358: «Toda la vida del pueblo romano estaba embebida del 11 B onfante, Corso, 1, 198; K unkel, § 172, 2b.
sentimiento de la auctoritas». 12 Mommsen, StrafR., 116 y ss.; Siber, § 43; K unkel, § 184; Bon
s Véanse los pasajes en el Lexicón ciceroniano de M erg u et y tam fante, Corso, 1,71 y s. El ius vitae necisque no puede ejercerse mortis
bién la voz auctoritas en el «Thes. ling. Lat.». causa [así H ohl, «Hermes», 70 (1935), 350 y s.].
190 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AUTORIDAD 191

el titular de la potestad y sus som etidos ni pretensiones jurí la potestad d iscip lin aria, y ésta e x a m in a e l c a s o — b ie n e n
dicas de los dependientes hacia el pater familias, ni siquiera ten d id o qu e ex tra ord in em — 19. T a m b ién p u e d e e je c u ta r s e
el derecho a alimentos o el de la hija a la dote, ni o b lig a cio co a ctiv a m en te extra o rd in em d e sd e la ed a d c lá s ic a 20, e n v ir
nes de derecho privado, sean de contrato o de delito 13. El d e tud de rescrip tos im p eria les, la o b lig a c ió n d e l p ad re a lo s a li
recho penal público se interesa, verdaderamente, incluso de m entos en rela ció n c o n lo s h ijo s. E n la é p o c a p o s tc lá s ic a s e
hechos criminales que hubieran tenido lugar entre el titular desarrolla y se p ro v ee d e a c c ió n la p r e te n sió n d e la h ija a la
de la potestad y los sometidos, pero cuando el hecho hubie dote 21, y a sim ism o , fin a lm en te, ta m b ién la c a p a c id a d p a tri
ra sido realizado por el padre de fam ilia para con el som eti m o n ia l d e l h ijo d e fa m ilia , c o n e l c o n s ig u ie n t e r e c o n o c i
do recae por lo general en el campo de su poder disciplina m ien to de r ela cio n es d e d erech o p riv a d o m á s a m p lia s en tre
rio, y está por ello exento de pena. Cuando a fines del sig lo n el titular de la p o testa d y lo s s o m e tid o s 22. N o e s é s te e l lu g a r
a. C. fue acusado de homicidio y condenado un padre que ha
para ex p o n er esta e v o lu c ió n en su s p a rticu la rid a d es. S in e m
bía hecho matar por un esclavo a su hijo desterrado ya por él
bargo hay que señ alar to d a v ía q u e d e s d e lo s o r íg e n e s e x is t ía
en el campo, el caso pareció tan clam oroso a los cronistas de
junto a la autoridad d e l p a te r fa m ilia s una se g u n d a a u to r i
la época como para tener que ser contado 14. Es cierto que los
magistrados podían intervenir en virtud de su poder de coer dad 23, c u y a fu n ció n , n o o b sta n te, era, ju r íd ic a m e n te h a b la n
ción en caso de abuso de la disciplina dom éstica, pero no hay do, en com p aración c o n la d el padre, s o la m e n te c o n s u ltiv a .
que creer que hicieran un amplio uso de esta facultad 15. A sí c o m o e s una reg la d e la v id a ro m a n a e l q u e e n lo s a s u n
El desarrollo histórico debilitó lentamente el carácter au tos im portantes n in g u n a d e c isió n se a to m a d a sin h a b er o íd o
toritario de esta relación. La mujer se sustrajo pronto de la antes la o p in ió n d e a m ig o s y de p erso n a s d e c o n fia n z a 24, d e l
d i s c i p l i n a d o m é s t i c a del marido 16; con el au m ism o m o d o , en lo s c a s o s m ás g r a v e s ta m b ié n e l p ad re d e
mento del matrimonio libre la mujer sale com pletam ente de fa m ilia n o ejerce su p o d er d e d isc ip lin a d o m é s tic a m á s q u e
la categoría jurídica de los som etidos. Pero frente a los hijos tras la c o n v o ca to ria d e un con siliu m , una e s p e c ie d e c o n s e j o
y a los esclavos la posición autoritaria del pater fam ilias per de fa m ilia, cu y a c o n stitu c ió n q u ed a, por otro la d o , a la d is
maneció casi intacta durante toda la época republicana. S ólo creción d el m ism o padre, y al que p u e d e lla m a r a fo rm a r p ar
decae la facultad de casar a la hija sin su consentim iento 17, te in c lu so a a m ig o s d e la fa m ilia y a p e r so n a s d e a u to rid a d 25.
y hacia fines de la República se afirma el derecho a la cuota L a o p in ió n de esta s p erso n a s y la se n te n c ia d e l co n siliu m , si
de reserva en la sucesión. Solam ente el Imperio, bajo la in se lle g a a ésta, n o e s ju ríd ica m en te v in c u la n te para e l p a d re.
fluencia del principio de humanidad 18 y de concep cion es ju C uál sea su e fic a c ia e n la d e te r m in a c ió n d e la d e c is ió n d e l ti-
rídicas griegas, conllevó posteriores lim itaciones. En época
clásica se puede recurrir ya a la autoridad contra el abuso de
19 Vid. infra, p. 220.
20 D. (25, 3) 5, 1; B o n f a n t e , Corso, 1, 279 y s.; Ku n k e l , § 184, 6.
13 D. (47, 2) 16 y 17 pr„ sobre éste Mommsen, 1. c., 22; B e s e le r , 2, 21 S i b e r , 303; K u n k e l , § 180; B u c k l a n d , 107.
121. 22 Ku n k e l , § 185.
14 M o m m s e n , op. cit„ 25. 23 Cfr. M o m m s e n , StaatsR., 3, 1034, n. 1.
15 M o m m s e n , 24. n. 1. 24 Los artistas que esculpieron el grupo del Laocoonte presentaron
16 M o m m s e n , 18 y s . también su proyecto, antes de la ejecución, a un consilium de amigos:
17 BoNFANTE.Cor.vr), 1. \9%: V olterrík, Sul consenso della filia fa m i P l i n ., Hist. nat., 36, 5, 37, sobre esto M o m m s e n , Ges. Schr., 5, 511 y s.
lias afili sponsali (1929). De otra m anera S o la z z i, «St. A lbertoni», 1, 41 Cfr. También S t r o u x , «Philologus»», 89 (1934), 130.
y ss. 25 Mo m m s e n , StaatsR., 1, 307 y s.; StrafR., 25 y s.; V o l k m a n n , 107
18 Vid. sobre esto infra, p. 218 y ss. y s.
192 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO a u t o r id a d 193

tular de la potestad, depende del grado de autoridad que el únicamente una «notoriedad» particular les abre el camino al
consejo y sus miembros posean con respecto a él. consulado. C i c e r ó n se vanagloria de ser, después de toda
La r e l a c i ó n e n t r e e l c i u d a d a n o y e l una generación, el primero que de homo novus ha llegado al
E s t a d o r o m a n o c o n s u s m a g i s t r a d o s 262 7 consulado 34. Particularmente rigurosa era la reserva practi
está también organizada según los mismos principios. cada con los ciudadanos de nueva admisión 34 bis. Bajo el
Después del final de la lucha entre patricios y plebeyos, Principado, a partir de Augusto, sólo está cualificada para las
todo ciudadano de sexo masculino y sin nota censoria está, magistraturas republicanas la clase senatorial, mientras que
por lo general, jurídicamente cualificado para cualquier ma para los nuevos cargos imperiales también está cualificada la
gistratura 21. Pero, de hecho, el gobierno de la República y caballería 35. Únicamente bajo Diocleciano pierde definitiva
del Principado es un típico «gobierno de honoratiores» 28. mente el Estado su carácter aristo-timocrático 36.
Solamente los hombres de «notoriedad» obtienen las magis Los magistrados romanos tenían pues una respetabilidad
traturas 29; y, así como de ningún modo el soldado romano social antes ya de llegar a ser magistrados. El cargo aumen
lleva en la mochila el bastón de mariscal30, tampoco cual ta su autoridad, y todo el derecho de la magistratura está
quier ciudadano romano tiene en la práctica la posibilidad de construido en vista de la valoración y conservación de tal au
ser candidato a una magistratura. Están cualificados de he toridad.
cho para los cargos públicos sólo los pertenecientes a la cla Considérese ante todo la p o s i c i ó n d e l m a g i s
se senatorial o a la de los caballeros, todas personas que, al trado f r e nt e a la a s a m b l e a p o p u l a r .
menos por su patrimonio, poseen una «notoriedad». Para los En la contio los ciudadanos deben escuchar lo que el ma
cargos más altos, consulado y dictadura, se requiere todavía gistrado convocante ha de comunicar. La contio no es un par
algo más; se quiere recurrir para estos cargos, a ser posible, lamento. Solamente hablan, además del magistrado que la
a personas cuyos antepasados hubieran ocupado un cargo convoca, aquéllos a los que él da la palabra a su libre discre
ciudadano, preferiblemente también el consulado o la dicta ción. El ciudadano como tal no tiene derecho a la palabra 37.
dura 31. La gente nueva, los homines novi, es decir, aquellos En los comitia, asambleas votantes, la «palabra» está total-
caballeros que llegan los primeros de su familia a un cargo
público 32, sólo se elevan normalmente hasta la pretura 33, y
34 C icerón, de lege agraria, 2, 1, 3 y ss.: «me per longo intervallo
prope memoriae temporumque nostrorum primum hominem novum con
26 W enger, Hausgewalt und Staatsgexvcilt, en «Miscellanea F. Ehde», sulem fecistis et eum locum, quem nobilitas praesidiis firmatum atque
1, 40 y ss. Interesantes observaciones sobre la «autoridad» en el ordena omni ratione obvallatum tenebat, me duce rescidistis». La «nobleza» a la
miento ciudadano en H. S av elk o u ls, Das englische Kabinettsystem que aquí se alude comprende a los ex dictadores y a los ex cónsules con
(1934). Vid. también H. O. Ziegler, Autoritarer oder totaler Staat (1932); su descendencia: G e l z e r , 22 y ss. 42.
H. G erber, Freiheit und Bindung der Staatsgewalt (1932). 34 bis u na estela en Castelvecchio Subequo ( D e s s a u , 932) lleva las pa
27 Mayores detalles en M o m m s e n , 1, 468 y ss. labras (relativas a Q. Vario Gemino): «primus omnium Paelignorum sena
28 «Honoratiorenverwaltung»; M. W eber, 1. c., 170, 609, 681. tor factus est» (o sea, bajo Augusto: cfr. Prosopographia Romana, III,
29 PoLiB., 6. 14. 9: z 'a q c c p % a q ó 8 f ¡ p o q S íS e o c n r o i q a l q í o i q . 386, 192). En relación con Cornelio Balbo de Gades, a quien Pompeyo ha
30 La promoción de la tropa termina con el grado de centurión: M ar- bía concedido la ciudadanía. C iceró n (ad. Att., 10, 11, 4) lamenta:
q u a r d t . Rom. Staastvenvaltung, 2 (2.a ed. de D essau y Domaszewski, «Etiamne Balbus in senatum venire cogitet», y P l i n i o (Hist. nat., 7, 44,
1884), 543 y s. 136) refiere: «Fuit et Balbus Cornelius maior consul... primus externorum
31 Esto fue demostrado por M. G elzer, Die Nobilitat der rom. Repu- atque etiam in Oceano genitorum usus illo honore». Cfr. M u e n z e r , «Real-
blik (1912): cfr. J. V o g t , Homo novus, ein Tvpus der rom. Republik Enc.», IV, 1267.
(1926)., 35 Mommsen, StaatsR., 1, 498; 2, 933 y ss.
32 Éste es el concepto de homo novus: G elzer, 27; V ogt, 1. c. 36 E. St e in , Geschichte des spatrómischen Reiches, 1, 101.
33 G e l z e r . 1. c. 37 M o m m s e n , 1, 198 y ss. 201.
194 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AUTORIDAD 195

mente excluida. Les falta también a estas asambleas el dere sor de un gobernador acusado de concusión busca de mala
cho de iniciativa y de enmienda; su misión no es más que la manera desacreditar a los testigos de cargo griegos, sea muy
de votar sobre la propuesta del magistrado que preside la reu tendenciosa, sin embargo la comparación es justa en sí mis
nión, sobre su proyecto de ley, sobre la pena que él propone ma. Por un lado la asamblea popular griega, que celebra sus
en el proceso criminal comicial, sobre la lista de candidatos sesiones como en el teatro 45, y goza del espectáculo de la
que presenta a los comicios electorales 38. La propuesta que contienda de la elocuencia política, para tomar después sus
da, en gran medida, a la libre discreción del magistrado. Ésto improvisadas decisiones bajo el impulso de la emoción 46;
es válido también para los comicios electorales. Si antes o por otro, la asamblea romana, que procede a la votación en
después de la entrada en el cargo uno de los cónsules de nue pie y en silencio, sin discusiones y bajo la guía (no pura
va elección falta, queda también a la discreción del otro con mente formal) del magistrado 47. La disciplina de la asam
vocar una elección suplementaria o gobernar sine collega 39. blea romana, que reconoce la autoridad del magistrado ele
Incluso la redacción de la lista de los candidatos depende de gido por ella misma resguardó al ciudadano romano incluso
la libre discreción del magistrado que convoca la elección. contra el predominio tiránico de la mayoría al que se llegaba
Nadie tiene el d e r e c h o de ser incluido en la lista electo en las democracias griegas, de manera que en ningún campo
ral, aunque, de hecho, a partir de los últimos tiempos de la se ve tan claramente como en éste cómo la disciplina es la
República, el magistrado no hizo uso nunca de su derecho de clave de la libertad romana 48.
exclusión e incluía en la lista a cualquiera que lo pidiese 40. Como hemos advertido ya al final del capítulo anterior 49,
Siempre a su arbitrio, el magistrado que preside la asamblea la p o s i c i ó n del c iu dad ano particular
puede en cualquier momento interrumpir la votación en cur f r e n t e a l E s t a d o está poco garantizada jurídica
so, especialmente si cree que va a conducir a un resultado in mente. Dentro de la competencia del magistrado, limitada
deseable 41. Pero incluso cuando la votación hubiera finali por la materia y por el territorio, y considerado el número re
zado, todavía quedaba a la discreción del magistrado aceptar lativamente pequeño de normas jurídicas limitadoras, se deja
su resultado, pudiendo, a su arbitrio, hacer la renuntiatio u a la libre discrecionalidad un campo de acción extraordina
omitirla 42. La decisión de los comicios es, en resumen, un riamente amplio. Aunque solamente el censor consiguió su
acto bilateral, un acuerdo, en substancia, entre la ciudadanía
y el magistrado 434. Esta es «la excelsa disciplina y costumbre
de los antepasados», que en un famoso pasaje de su discurso 45 Cfr. B u so lt, Griech Staatskunde, 3.a ed„ 1 (1910), 448.
46 Cfr. J. B u rc k h a rd t, Griech. Kulturgeschichte, 1, 240. 244 y s. 273
pro Flacco 44 C ic e r ó n contrapone con la votación popular y s.: vid. también Max W eber, 1. c., 600. Sobre la indisciplina de los ate
como se desarrollaba en las democracias griegas; y por más nienses Polibio, 6, 44.
que precisamente esta parte del discurso, en la que el defen- 47 C icerón , 1. c.: «O morem praeclarum disciplinamque, quam a
maioribus accepimus... Nullam enim illi nostri, sapientissimi et sanctissi
mi viri, v i m c o n t i o n i s e s s e v o l u e r u n t : quae scisceret ple
38 Mo m m s e n , 1, 199; 3, 304. 369 y ss. bes aut quae populus iuberet, submota contione, distributis partibus, tri-
39 M o m m s e n . 1,29; 2, 81. butim et centuriatim discriptis ordinibus classibus aetatibus, auditis
40 M o m m s e n . 1.472. auctoribus, re multos dies promulgata et condita, iuberi vetarique volue
41 M o m m s e n , 3, 415. runt. Graecorum autem totae respublicae s e d e n t i s contionis temeri
47 Mo m m s e n . 1,472; 3. 415. tate administrantur... cum in theatro imperiti homines rerum omnium ru
43 Mommsen. 3. 303 y s. Es cierto que no se hace mención de un con des ignarique c o n s e d e r a n t , tum bella inutilia suscipiebant, tum
trato con el que los ciudadanos se obligasen recíprocamente; en este sen seditiosos homines rei publicae praeficiebant, tum optime meritos cives e
tido tiene razón Pernice. «SZ», 22, 66, contra Ihering, 1, 216 (vid. tam civitate eiciebant».
bién sobre esto B runner. Deutsche Rechtsgeschichte, 1, 419). 48 B io n d i , 1. c., 18. 22.
44 7, 15-16. 49 Supra, p. 185.
1% PRINCIPIOS DEI. DERECHO ROMANO AUTORIDAD 197

renombre de esta libertad de apreciación 5Ü, él, que a su arbi na la punibilidad, la clase y la medida de la pena *1755. En la
trio establecía el tributo a imponer a cada uno, atribuía el ca edad imperial el derecho de coerción de los magistrados fue
ballo para el servicio militar o lo quitaba a quien anterior limitado por senadoconsultos y por constituciones imperia
mente lo tenía, colocaba en una unidad votante deteriorada o les, pero, no obstante, se mantuvo bastante amplio.
alejada del senado a los ciudadanos dignos de censura, sin Quien quiera hacerse una idea de la inmensa extensión
embargo las cosas no fueron, en el fondo, de otra forma para del poder de coercitio en época republicana, lea el quinto li
los otros magistrados. Naturalmente que dentro de la Ciudad bro de las Verrinas, sin olvidar (como fácilmente el lector ol
la cercanía de la asamblea, del senado y de los magistrados vida) que Verres n o e s a c u s a d o por la ejecución ca
que tienen derecho a la intercessio sirve de freno 51, pero en pital allí referida de peregrinos y de ciudadanos romanos, y
las provincias, el poder jurídico a disposición del magistrado tampoco habría podido serlo con éxito en el procedimiento
es inmenso. de las quaestiones 56, y que toda la dramática descripción de
Bajo la influencia del principio de autoridad, la máxima estos asesinatos legales sirve sólo para crear un estado de
«nullum crimen sine lege, nulla poena sine lege» fue siempre ánimo, dado que el acusador habla en un proceso de repe
desconocida por el d e r e c h o c r i m i n a l r o m a - tundae. Para la coerción de los magistrados en el Principado
n o 52. En las manos de los titulares del imperium, pero tam baste con hacer referencia a un juicio del gobernador de Es
bién en las de los censores, de los ediles y de los tribunos, re paña, explícitamente aprobado por Adriano 57.
side la pública disciplina, como en las manos del padre de
familia la disciplina doméstica. Como el padre, así también
el magistrado está autorizado a castigar a su discreción. Es Coli, 1, 11 (Ulpiano); «Cum quidam per lasciviam causam mortis pra
ebuisset, comprobatum est factum Taurini Egnatii proconsulis Baeticae a
cierto que ai poder disciplinario del magistrado (coercitio) se
divo Hadriano, quod eum in quiquennium relegasset. Verba consultationis
le señalaron muy pronto límites jurídicos, especialmente a et rescripti ita se habent: “Inter Claudium, optime imperator, et Evaristum
través de la legislación sobre la provocatio 53; y por otra par cognovi, quod Claudius Lupi filius in convivio, dum sago iactatur, culpa
te, si no por efecto de normas jurídicas, al menos de hecho, Marii Evaristi ita male acceptus fuerit, ut post diem quintum moreretur.
el pleno poder de coerción fue atribuido únicamente a los Atque apparebat nullam inimicitiam cum Evaristo ei fuisse. Sed cupidita
magistrados provistos de imperium y a los tribunos de la ple tis culpam coercendam credidi, ut ceteri eiusdem aetatis iuvenes emenda
be 54. Pero dentro de estos límites el magistrado procedía se retur. Ideoque Mario Evaristo urbe, Italia, provincia Baetica in quinquen
gún su libre arbitrio no de otra manera que el pater familias nium interdixi et decrevi, ut impendii causa HS duo milia patri iuvenis
en las relaciones con sus dependientes; es él quien determi- persolveret Evaristus, quod manifestata eius fuerat ‘paupertas. Velis res
cribere”. Verba rescripti; “Poenam Marii Evaristi recte, Taurine, modera
tus est ad modum culpae: refert enim et in maioribus delictis, consulto ali
5(1 Mommsen, StcuitsR.. 2, 331. quid admittatur an casu”».
si Cicerón, in Verrem, II, 5. 55, 143; ad Quintum fratrem, 1, 1, 7, 22.
En el juego consistente en lanzar a alguien al aire 58, Claudio, que era
s- Pernice. Labeo. 2, 1 (2.a ed.), 18; B eseler, Jur. Miniaturen, 46.
Cfr. S c h o ttla e n d e r. Die ge scbichtliche Entwicklung des Satzes: nulla lanzado con una capa de soldado, fue recogido mal por culpa de Mario
poena sine lege. 1911 («Strafrechtliche Abhandl.» dirigido por Sc h o e - Evaristo, y por efecto de la caída muere. Faltaría la base legal para un pro-
ten sack . fase. 132); G f.rland en Nipperdey, Grundrechte und Grund-
pflichten der Reichverfassung, 1. 379 y ss. Ctr. también L is z t -Sc h m id t ,
Lehrb. des deutsch. StrufR.s, 1 (1932). § 18; Siber. § (1936), 24 y s. 55 Pe r n ic e , 1. c., 15 y ss.; Mo mms e n , 38 y s.
ss Mommsen, StrafR.. 35 y ss.; Lengle. 7 y s. Exagera, pues, Biondi, 56 Vid. a propósito M o m m s e n , 1. c., 79, n. 1 y 146; L e n g l e , 11.
17. cuando afirma que a la pregunta «¿,Qué límites tiene el imperiuml» la 57 Vid. a propósito B e s e l e r , Jur. Miniaturen, 45 y ss.
respuesta romana es precisa: «Ninguno», 58 Cfr. Hans S chulz, Preñen, en «Ztschr. f. deutsche Wortforschung»,
s-t Mommsen. op. cit.. 39. 9 (1907), 102 y ss.; B e s e l e r , 1. c.
198 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AUTORIDAD 199
cedimiento penal, porque la pena de la quaestio de sicaris presupone el el arbitrio punitivo del Estado y de sus funcionarios, y, en
dolo. El gobernador castiga sin fundamento legal, en virtud de su poder
consecuencia, una determinación legal lo más exacta posible
discrecional de coerción; y condena a Mario al exilio durante cinco años,
y, dado que el padre del difunto es pobre (¡!), también al pago de los gas de los hechos punibles, como también la fijación legal de las
tes soportados por él con ocasión de la muerte del hijo 59. penas, o al menos del género de las penas y de sus máximos
y mínimos, y la mayor exclusión posible de la discrecionali-
Pero no sólo se castiga discrecionalmente en el proceso dad del juez, una rigurosa actuación, en resumen, del princi
penal desarrollado ante el magistrado. Si a través de la pro pio «nullum crimen sine lege, nulla poena sine lege» 65. Este
vocatio ad populum se instaura un p r o c e s o c r i m i punto de vista fue totalmente desconocido para el derecho
n a l c o m i c i a 1 , el magistrado y la asamblea popular romano; no tiende a la protección de la libertad, sino más
juzgan, también ellos, discrecionalmente, sin estar vincula bien a una punición severa pero justa, adecuada a las cir
dos por normas jurídicas al declarar la punibilidad y al fijar cunstancias individuales del caso 66*. El poder ampliamente
la pena 60. Dígase lo mismo del proceso c o n s u l a r - s e - discrecional, que para este fin es necesario, puede y debe ser
n a t o r i 9 del Principado 61, así como del tribunal i m p e reconocido a un juez autorizado; entiéndase bien, únicamen
r i a l 62. Únicamente en el proceso de las quaestiones está te a él.
vinculado el tribunal por la definición legal del delito y de la Están ordenadas también según el principio de autoridad
pena. Pero junto al procedimiento de las quaestiones perma las r e l a c i o n e s d e d e r e c h o p a t r i m o n i a l
necen siempre en vigor las otras formas de proceso, espe e n t r e e l p a r t i c u l a r y e l E s t a d o . El derecho
cialmente el magistrado-comicial 63, de manera que ni si y el proceso privado son aquí, por lo general, inaplicables,
quiera a través del procedimiento de los jurados fue porque la autoridad del Estado atrae estas relaciones al cam
introducido en el derecho romano el principio nullum crimen po del ius publicum 67. Esto es particularmente evidente en
etc. Si en 1852 el joven M o m m s e n 64 hablaba del «pési las relaciones jurídicas del particular con el e r a r i o . El de
mo, y en parte verdaderamente infame, derecho criminal ro recho material vigente a propósito no es el derecho priva
mano», este juicio expresa claramente tanto el liberalismo do 68, al contrario, contiene instituciones que son completa
del orador como el carácter autoritario de aquel derecho pe mente extrañas a éste 69. La vía de los tribunales ordinarios
nal. El liberalismo exige, también en el derecho penal, una
magna charta, una tutela de la libertad del particular contra 65 L is z t , Strafrechtliche Aufsatze und Vortrage, 2 (1905), 80: «Por
muy paradójico que pueda sonar esto, en mi opinión, el derecho penal es
la magna charta del delincuente... La doble máxima nullum crimen sine
59 En BGU. 1024, col. 21, 1, 11 y ss. el gobernador atribuye un déci lege, nulla poena sine lege es el baluarte del ciudadano en su confronta
mo del patrimonio del asesino de una prostituta a la madre de ésta, que por ción con la omnipotencia estatal». Cfr. D a n n e n b e r g , Liberalismus und
la pérdida de la hija se queda privada de alimentos. Vid. a propósito W e n - Strafrecht im 19. Jahrh. (1925), y, desde el punto de vista antiliberal,
g e r , «Arch. f. Kriminalanthrop.», 16 (1904), 317 y ss., 323; B r a s s l o f f , B io n d i , 17: «Nuestra mentalidad jurídica, que por atavismo ve en la auto
«Ztschr. f. vergl.Rechtsw.», 25, 378 y ss., 383. ridad al enemigo, hace siempre ansiosamente la misma pregunta: «¿Qué
60 Mommsen, StraJR., 171 y ss. Ala pena capital, sin embargo, sólo se límites tiene el imperiuml».
puede ser condenado en los comicios centuriados: Mommsen, 168. 56 B e s e l e r , 47.
61 Mommsen. StraJR., 254. 67 La máxima «publicum ius est, quod ad statum rei Romanae spec
62 M o m m s e n , 262. tat» (D. 1, 1, 1,2) está vigente en toda su seriedad.
63 Mommsen, 174. En las Verrinas (II, 5, 67, 173) C ic e r ó n amenaza, 68 Mommsen, StaatsR;, 1, 169 y ss. 234 y ss.; H eyrovsky, líber die
en el caso de que Verres tuviera que ser absuelto en el proceso por repe rechtliche Grundlage der leges contractus bei Rechtsgeschaften zwischen
tundae ante la quaestio, con instaurar, en su cualidad de edil, un proceso dem romischen Staat und Privaten (1881), 14 y ss.; Pernice, «SZ», 5, 1
penal comicial. y ss.
m Ges. Schr, 3, 595. 69 Por ejemplo la prediatura: vid. a propósito M o m m s e n , Ges. Schr., 1,
200 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO AUTORIDAD 201

está cerrada. El particular que sostenga haber sufrido una in un derecho subjetivo a la tutela jurisdiccional es totalmente
justicia sólo puede recurrir al representante del erario para antirromana. Una pretensión del particular frente al magis
que examine de nuevo el asunto; y éste decide a su propia trado para que realice un acto de su cargo no puede encontrar
discreción. La auctoritas del Estado romano no soporta un lugar dentro de los conceptos romanos 76.
proceso en el que tenga que oír que se le da la razón o se le La r e s p o n s a b i l i d a d del m a g is t r a d o
culpa ante un tribunal independiente, sea éste el tribunal or está regulada con evidente atención a su prestigio. El magis
dinario de los procesos privados o un tribunal administrati trado está obligado frente al Estado a un resumen de cuentas
vo 7(). Por lo que se refiere al f i s c o 71,
07* estuvo sometido en financiero, es responsable frente al particular según las nor
origen al derecho y al proceso privado 72, pero a partir de mas del derecho privado común, comprendido en ello el de
Claudio esto no sucede más. También se cierra el procedi recho penal privado, y, por lo demás, está sometido al dere
miento ordinario a las cuestiones relativas al fisco, y se apli cho penal público 77. Pero, salvo en el caso de que esta
ca en cambio la cognitio extra ordinem. En las provincias es responsabilidad se haga valer en contra del magistrado en el
el representante del fisco quien decide, como el censor en los cargo mediante el poder de la par maiorve potestas, prácti
procesos referentes al erario 73. El derecho material del fisco camente la mayoría de las veces se convierte en acción sólo
ciertamente no es el del antiguo aerarium, pero tampoco es después de que el tiempo en el cargo haya acabado 78, y la
del todo igual al derecho privado común 74. exclusión de la p e r s e c u c i ó n c r i m i n a l fue fijada
El p r o c e s o c i v i l está dominado por la autoridad en definitiva incluso por ley 79.
del magistrado jurisdiccional, en particular del pretor. Es Finalmente, en conexión con el principio de autoridad
cierto que tiene que respetar las leyes, en las que está obliga está la i n e x i s t e n c i a d e u n p r i n c i p i o d e
do a jurar 7-\ pero, dado el número restringido de éstas y la d i v i s i ó n d e p o d e r e s . La legislación y la jurisdic
interpretación restrictiva que se da de ellas, se deja a su dis ción penal están concentradas en manos de los comicios, y
creción el más amplio juego. A su libre arbitrio concede o de después en las del senado imperial. El princeps une la juris
niega una actio o una exceptio, obliga a la defensio y a la pre dicción civil y criminal con el poder de dictar normas jurídi
sentación de fiadores, concede o deniega la in integrum cas. La administración y la jurisdicción no están separadas,
restitutio, etc. Por detenernos sólo sobre un punto, la idea de puesto que todos los magistrados jurisdiccionales desempe
ñan también funciones administrativas, y asimismo el sena
do imperial. La administración y la legislación están unidas
357 y ss.; 3, 141; V ia r d , Le pmes (Dijon, 1907); S chulz, «SZ»,28, 470;
Se t h e -P a r t s c h , Dental. Urkunden zum agypt.Biirgschafrecht («Abhandl. primero en manos de los comicios, después en manos del se
sachs. Akad. d. Wiss.», phil.-hist. Kl„ 32. i 902), 659 y ss. nado imperial y del princeps.
70 Mommsen. StcialR., 1. 172 y ss.; 2,461 y ss.; M it t e is , Rom. PrivR., Como se ha visto 80, la disciplina doméstica no puede ser
1, 348; W enger, Institutionem des rom. ZivilprozessR.s, 17; y autores allí ejercida en los casos más graves sin la convocatoria de un
cit.
71 Vid. a propósito M it t e is , 1. c., 349 y ss.
72 M itteis, 364. El fisco fue considerado desde el principio como pa 76 El pretor es una autoridad incluso para el i u d e x : Gayo, 3, 224:
trimonio privado del princeps: Longo (A.), «Arch. giur.», 47, 109. La «... et iudex, quamvis possit vel minoris damnare, plerum que tamen
prueba, que según M iiteis (p. 352, n. 7) faltaría, es proporcionada por p r o p t e r i p s iu s p r a e t o r i s a u c t o r i t a t e m non au-
ios textos en donde consta cuál fuera la situación jurídica a n t e s de d e t minuere condemnationem».
Claudio. 77 M o mms e n , S t a a t s R ., 1, 698 y s.
77 M it t e is . 364. 78 Mo mms e n , 707.
74 M it t e is . 365. 79 M o mms e n , 708.
75 Mommsen, StaatsR., 1. 620. Vid. también supra, p. 36 y s. 80 Supra, p. 191.
202 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AUTORIDAD 203

consilium. E s t a r e g l a e s v á l i d a t a m b i é n perfici nolebat. Eius rei ducendae gratia longa oratione utebatur exime-
p a r a e l m a g i s t r a d o 81. Es cierto que él es jurídica batque dicendo diem. Erat enim ius senatori, ut sententiam rogatus diceret
ante quidquid vellet aliae rei et quoad vellet. Caesar consul viatorem vo
mente tan libre en la facultad de rodearse del consilium como cavit eumque, cum finem non faceret, prendi loquentem et in carcerem
en la elección del mismo, pero la costumbre requiere sin em duci iussit. Senatus consurrexit et prosequebatur Catonem in carcerem.
bargo imperativamente que antes de la decisión consulte a Hac invidia facta Caesar destitit et mitti Catonem iussit.»
los asesores imparciales 82. Y hay también un consilium pe
rennemente organizado por el mismo Estado, que es el s e Por otra parte, la autoridad del senado es también sufi
n a d o 83. Pero la gran autoridad de esta asamblea de ex-ma- ciente para conseguir que, por lo general, el magistrado acep
gistrados (son éstos los que constituyen el núcleo central del
te las deliberaciones 88.
senado), los cuales han seguido de cerca durante largos años
Una autoridad singularmente construida es la del prin
los asuntos de Estado y conocen por ello los precedentes in
comparablemente mejor que los magistrados en el cargo, han ceps. Aquí es de aplicación la categoría de a u t o r i d a d
llevado al órgano a una esfera mucho más alta que la de un c a r i s m á t i c a en el sentido de Max W e b e r . El autor da
consilium normal, hasta hacer de él un parlamento 84. Es ver este nombre a una «cualidad de la persona, considerada
dad que la auctoritas del magistrado se afirma también fren como excepcional, en virtud de la cual quien la posee está
te al senado con la facultad de decidir discrecionalmente si considerado como dotado de energías o propiedades sobre
respeta la deliberación del senado mismo o si la deja como naturales o suprahumanas o, por lo menos, específicamente
letra muerta 85. Pero la autoridad del órgano exige y obtiene extraordinarias, no accesibles a los demás, o bien como un
que el magistrado tenga que dar la palabra a los senadores enviado de Dios o como un modelo para los otros hombres,
que la pidan y que no pueda interrumpir al orador ni aunque y por ello es distinguido con la autoridad de jefe 89. Una au
se salga del asunto 86. El senado republicano defendió va toridad de esta clase — que naturalmente admite a su vez
lientemente y con éxito este derecho de hablar, que incluye múltiples aspectos— es aquella poseída por Augusto 90. Él se
la facultad del discurso obstruccionista 87, hasta en confron presenta a sus seguidores como el «man of destiny», como
tación con Julio César. similar a los dioses (los poetas dicen igual a los dioses) 91,

Capitón en Gelio, 4, 10, 8: «C. Caesar consul M. Catonem sententiam


rogavit. Cato rem quae consulebatur, quoniam non e república videbatur, 88 M o m m s e n , 1032, piensa que ya al comienzo de la edad republica
na el magistrado estaba jurídicamente vinculado a la deliberación del se
nado. En el sentido aquí admitido H e in z e , 357.
81 M o m m s e n , 307 y ss. Sobre el consilium dei princeps M o m m s e n , 2, 89 Wirtschaft und Gesellschaft, 140, cfr. 753 y ss.: vid. también G. Hu-
988 y ss. s e r l en «Arch. f. d. civ. Praxis», 127 (1927), 136 y ss.
82 Cfr. C icerón, in Verrem, II, 2, 29, 72: aquí un defensor romano 90 Sin embargo en noviembre del 44 C ic e r ó n decía a propósito del jo
rehúsa hablar ante el gobernador porque éste había despedido al consi ven Octaviano (ad Att., 16, 14): «in isto iuvene quamquam animi satis,
lium. a u c t o r i t a t i s p a r u m est».
83 Mommsen. S ta c is tR ., 3, 1028 y ss. 91 H o r a c io , Carm., 1, 2; 3, 5; 4, 5; 4, 15; V ir g il io , Eclog., 1. Cfr.
84 Las objeciones de Mo m m s e n , StaatsR.. 3, 1084, contra el uso de Pa s c a l , «Rend. Ist. Lomb.», 44 (1911), 438 y s.; Sc o t t , «Hermes», 53,
esta expresión no están justificadas. 15 y ss.; P. R ie w a l d , De imperatorum romanorum cum certis dis et com
85 M o m m s e n , 1027; vid. sin embargo ibid., 1032. El senado i m p e paratione et aequatione, «Diss. philos. Halenses», 20 (1911-12), 266 y s.
r i a l puede atribuir valor de ley a sus propias deliberaciones: Kr u e g e r , Sobre el culto sacro de Augusto (T á c it o , Ann., 1, 10, es tendenciosamen
Geschichte, 90. te exagerado) M o m m s e n , StaatsR., 2, 755 y ss.; W is s o w a , Religión und
86 M o m m s e n , 939. Kultus der Rómer (2.a ed., 1912), 341 y s.; L. H a h n , Das Kaisertum, 19;
87 Vid. a propósito G r o e b e , Die Obstruktion im rómischen Senat, en R ie w a l d , 1. c. La inscripción en D e s s a u 9495, escrita en vida de Augusto
«Klio». 5 (1905), 229 y ss. contiene las palabras Augusto deo: cfr. W il a m o w it z , Glaube, 2, 427 y s.
204 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AUTORIDAD 205

como salvador 92, y como caudillo (caudillo, tiyE/dáv, se lla Considérese lo que las Instituciones (2, 25) cuentan acerca del origen
ma él mismo en las Res gestae traduciendo el latino prin de los codicilos. Antes de Augusto, se dice, no había codicilos. Lo escri
ceps 93; el senado le llama «nuestro caudillo», riyEfiáv rpié- bió por primera vez L. Comelio Léntulo, el cónsul del año 3 a. C., más tar
r ep o g 94); el senado le atribuye el nombre honorífico de de procónsul de Asia, disponiendo a cargo de Augusto algunos fideicomi
sos. Augusto cumplió con esta última voluntad, y la autoridad del príncipe
«consagrado», Augustus 95. Como sucede a menudo con la fue seguida por los otros cargados con fideicomisos en los codicilos de
autoridad política carismática, le son atribuidas por ley 96 Léntulo, y la hija de Léntulo pagó los legados inválidos dispuestos a su
competencias concretas de magistrado. Pero él mismo decla cargo: «cum divus Augustus voluntatem eius implesset, deinceps reliqui
ra explícitamente no haber gobernado s ó l o en mérito de v o l u n t a t e m e i u s s e c u t i fideicommissa praestabant, et filia
estas competencias, y se remite a su singular auctoritas, su Lentuli legata quae iure non debebat solvit».
perior a cualquier otro «prestigio».
El sucesor Tiberio, en la clara concienda de que verda
Monum. Ancyr., 34: «Post id tempus (27 a. C.) omnibus auctoritate deramente le faltaba el j^ áp iop a de Augusto, procuró des
praestiti, potestatis autem nihilo amplius habui quam qui fuerunt mihi pojar el principado de su carácter carismático, y con signifi
quoque in magistratu conlegae». cativa energía rechazó el carismático nombre de Augustus
con los honores divinos y semidivinos Realmente el ver
En virtud de su superior p r e s t i g i o carismático dadero carisma no admite continuación. Es único e intrans
— aquí la palabra auctoritas no puede tener otro significa misible. Pero entre los epígonos del auténtico dominador ca
do 97— Augusto controló la asamblea popular, el senado, los rismático el lugar del verdadero y exclusivo j^ ápiopa suele
magistrados, en fin, toda la vida social 98*. ser ocupado por un sucedáneo 10°, que se puede llamar
Xápiojda institucional101, más concretamente ^aptcrpa del
cargo 102. Esta evolución se ha realizado también en Roma, y
92 Vid. la inscripción citada supra, p. 135, n. 7; H. Lietzm ann, Welt- en este sentido la autoridad del princeps siguió siendo caris
heiland (1909), 13 y ss.; W endland, en «Zeitschr. f. neutestam. Wiss.», 5 mática 103.
(1904), 342 y ss.; O tto , Augustus Soter, en «Hermes», 45 (1910), 448 y Finalmente, en la vida jurídica romana cumple una gran
ss., y voz Herrschekult en L eubker-Z iebarth, Reallex. des klass Alter-
tums. Vid. también el edicto de Paulo Fabio Pérsico, D oerner, cit., 13, 27; función la a u c t o r i t a s de los juristas. Esta es significa
y Cambr. anc. hist., X, 481 y s. tiva para el «pueblo del derecho», y con justificado orgullo
93 Monum. Ancyr., 13. Vid. Mommsen, StaatsR., 2, 774. Sin embargo, nacional C icerón contrapone al alto prestigio del iuriscon-
el término no se ha difundido: Mommsen, 776; cfr. D. M agie, De Roma
norum iuris publici sacrique vocabulis sollemnibus in Graecum sermo
nem conversis (1905), 32 y 63. 99 T á c it o , Ann., 4, 38: «Ego me, patres conscripti, mortalem esse et
94 Edicto a los Cireneos, v. 86 (ed. S troux-W enger). En el edicto de hominum officia fungi satisque habere, si locum principem impleam et
Paulo Fabio Pérsico es designado como pyepcbv. vos testor et meminisse posteros volo»; S u e t o n io , Tib., 26,28. M o m m s e n ,
95 Mommsen. 771 y s.; P. L. S tra c k , Reichspragung, 1, 50. StaatsR., 2, 758. 773; D e s s a u , Geschichte der rom. Kaiserzeit, 2, 1
96 Vid. hoy sobre la materia, mejor que toda otra cosa, B eseler, Jur. (1926), 3; St r a c k , 172.
Miniaturen, 151 y ss.; Siber, Zur Entwicklung der rom. Prinzipatsverfas- 100 Max W e b e r habla de una vulgarización, cotidianización (Verallta-
sung («Abh. sáchs. Akad. der Wiss.», phil.-hist. Kl„ 42, n. III, 1933), 1 y glichung) del %ápiopa: 1. c., 144 y ss. 758 y ss.
ss. 'oi W e b e r , 774.
97 Exactamente Heinze, en «Hermes», 60, 355 y 65, 394; B eseler, '02 W e b e r , 144. 775.
«St. Riccobono», 1,290; De Francisci, «St. Bonfante», 1, 26 y Storia, 2, i°3 Sobre el culto imperial posterior, vid. M o m m s e n , 2, 760; L. H a h n ,
1, 241. Kaisertum, 19 y ss.; y la voz en el L u e b k e r -Z ie b a r t h (supra, n. 92). So
9!! Cfr. Schoenbauer, en «SZ», 49, 400. Vid. también supra, p. 111 bre monedas que implican una concepción carismática del principado de
y s. Adriano, vid. St r a c k , op. cit., 2, 44 y s. 179.
206 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO AUTORIDAD 207

sultas romano la pobre figura del n paypazixóg griego 104. et..., enim llega a ser a veces incluso cómico». La selección
En Roma se dedican a la jurisprudencia los miembros de las de textos que P e r n i c e presentó en apoyo de estas ideas
familias más nobles, y el ejercicio de la consulta jurídica es no es ciertamente feliz, porque muchos fragmentos están in
un medio eficaz para la adquisición o para el aumento del terpolados. Pero la observación es correcta en sí misma, por
prestigio tan ardientemente ambicionado 105. El ataque de Ci que es notable el número de textos de cuya genuinidad no se
c e r ó n a los juristas en el discurso pro Murena es una burla puede dudar, y en los que se aduce como argumento la auc
hecha para hacer reír a los presentes 106 y ciertamente se rie toritas.
ron porque cada uno sabía que se trataba de una caricatura.
Naturalmente este prestigio de los juristas tiene importancia Seguramente es genuino el texto de Juliano en D. (40, 2) 5 111: «An
sobre todo en comparación con el de los no juristas, como las apud se manumittere possitis qui consilium praebeat, saepe quaesitum est.
partes que les llaman a consejo, pero también en compara Ego, qui meminissem Iavolenum praeceptorem meum et in Africa et in Sy
ción con el del magistrado jurisdiccional, en particular del ria servos suos manumisisse, cum consilium praeberet, exemplum eius se
cutus et in praetura et in consulatu meo quosdam ex servis meis vindicta li
pretor 107108, y con el de los jurados (iudices), o mejor, frente al
beravi, et quibusdam praetoribus consulentibus me idem suasi». Juliano
mismo princeps !08. Pero la auctoritas ejerce su función has basa su decisión sobre la remisión a la autoridad de su maestro y en su pro
ta en las relaciones de los juristas entre sí. Es cierto que a la pia actividad autoritaria. La idea es ésta: si dos iurisconsulti tantae aucto
jurisprudencia romana le es extraña la fe ciega en la autori ritatis se pronuncian por una decisión, ésta tiene que ser justa. Incluso
dad, pero, por otra parte, no es indiferente la personalidad de cuando, por ejemplo, Javoleno en sus notas a Labeón dice simplemente
quien profesa una determinada opinión jurídica. Más bien, la «yo apruebo esto», o bien «esto es justo», está claro que pone en la balan
auctoritas de quien sostiene una opinión es un argumento de za su auctoritas en lugar de los motivos. Véase D. (18, 1) 77 (hoc probo);
peso en la disputa jurídica a favor de su exactitud. Ya P e r (19, 2) 57 (hoc probo); (34, 2) 39, 1 (et hoc probo); (40, 12) 42 (Iavolenus:
haec vera sunt); (9, 2) 57 (verum puto); etc. Por esto, cuando S é n e c a ,
n i c e , en su injusta crítica 109 de «Ulpiano escritor» fue Epist., 94,27 dice que «iurisconsultorum valent responsa, etiamsi ratio non
afectado por esta circunstancia u0: «La autoridad toma el redditur», ésta no es una prueba a citar para el valor obligatorio de las res
puesto de la motivación». puestas, como hace K r u e g e r , Geschichte, 121, sino para su auctoritas.
Característica en este sentido es la expresión, repetida
hasta el aburrimiento, «se decide de esta manera porque en Pero los clásicos no hacen más que proseguir en este
un caso igual o parecido un jurista eminente se ha expresado campo la tradición republicana. A costa de su culto por la au
en este sentido». El ligamen establecido con nam et..„ guia toridad, el mismo C i c e r ó n 112, que sentía mucho la influen
cia del racionalismo griego 11314, se di vertió tanto como P e r
104 C icerón, de orat., 1,45, 198. n ic e . En sus cartas a Trebacio Testa — un jurista todavía
>°5 K rueger, Geschichte, 52 y s. joven entonces, pero que alcanzaría bajo Augusto un gran re
106 Después del discurso de C icerón C a t ó n dice: «¡qué cónsul tan nombre 114— C i c e r ó n recurre complacido al genus iocosum
cómico tenemos!» ( P lu ta rc o , Cato minor, 21: á>q yeXóiov vnaxop
'éxopevy, y el mismo C icerón decía (de fin., 4, 27, 74): «non ego tecum
iam ita iocabor, ut isdem hisde rebus, cum L. Murenam te accusante de 111 Vid. a propósito W l a s s a c k , «SZ», 28, 44 y ss.
fenderem... aliquid etiam coronae datum...». 112 C i c e r ó n , de orat., 1,45, 198, habla de los juristas de la República
107 Sobre el tema, vid. sobre todo W lassack , Die klassische Prozess- como de «multi qui, cum ingenio sibi auctore dignitatem peperissent, per
formel, 1 («Sitz-.Ber. Akad. Wiss. in Wien», 202, n. 3, 1924), 6 y ss. fecerunt, ut in respondendo iure auctoritate plus etiam quam ipso ingenio
108 Cfr. Inst., 2, 25 pr. y Mommsen, StaatsR., 2, 990. valerent».
a» Schulz, Einfi, 62. 1,3 Pero que sin embargo era bastante romano para adoptar él mismo
no «Sitz.-Ber. Berliner Akad. der Wiss.», phil.-hist. Kl., 25, 1885, en ocasiones la auctoritas como argumento: Heinze, 362.
p. 478. 114 K rueg er, Geschichte, 74.
208 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO AUTORIDAD 209

epistolar. Hay dos pasajes en los que imita cómicamente la en suma, en una especie de transmisión de su j^apio]ua. No
manía de citar de los juristas. En una exhorta a Trebacio, que quiso ciertamente Augusto que el juez, y menos aún el ma
se encontraba en el séquito de César en la Galia, a aprove gistrado jurisdiccional, estuvieran vinculados jurídicamente
char la circunstancia para ganarse la amistad del «celebérri por la opinión de estos juristas dotados de ius responden
mo y liberalísimo hombre» (César): «si pierdes esta ocasión, di 117; más bien quería actuar aquí, como en otras ocasiones,
no encontrarás nunca una tan favorable; y de esta opinión era con el «prestigio». Parece, sin embargo, que a esta especie de
también Q. Cornelio 1*5, c o m o v o s o t r o s , j u r i s vínculo se llegó más tarde (¡pero ya no en la época clási
tas, a c o s t u m b r á i s a e s c r i b i r en v u e s ca! 118), aunque de nuestras fuentes escasas e inciertas no se
t r o s 1 i b r o s ». La segunda carta fue escrita en diciembre pueda sacar nada seguro respecto a esta evolución 119.
del mismo año (54 a. C.), cuando Trebacio se encontraba en Es éste el sistema, original y sin embargo sencillo, me
las frías regiones septentrionales de la Galia: «No me escri diante el cual los romanos reunieron la libertad y la obedien
bes nada de tus asuntos, que de verdad están en mi corazón cia, sistema que suscitó en su tiempo la admiración de Poli-
no menos que los míos. Temo mucho que te hieles por el frío bio 12°. Si éste, no obstante la seriedad de la investigación, no
en los cuarteles de invierno, y por ello soy de la opinión de logró reconocer el principio inspirador de la obra de arte,
que se tiene que encender un buen fuego en el camino (del esto sucede porque este principio inspirador era precisamen
mismo parecer son también Mucio y M anilio), tanto más te el principio de autoridad 121, y para un espíritu griego, ha
cuando no hay abundancia de capas». bituado al puro racionalismo, un principio similar debía re
sultar incomprensible. El sistema romano presupone
Adfarn., 7. 17: «tantum moneo neque amicitiae confirmandae claris indudablemente hombres que, no obstante la racional lucidez
simi ac liberalissimi viri neque uberioris provinciae neque aetatis magis de su concepción de la vida, tengan la precisa y constante vo
idoneum tempus, si hoc amiseris, te esse ullum umquam reperturum: hoc, luntad de reconocer la autoridad, sin llegar a tener, sin em
quemadmodum vos scribere soletis in vestris libris, idem P. Cornelio vi bargo, alma de esclavos; que también, mientras que aspiran
debatur». Aci feim., 7. 10: «sed tu in ista epistula nihil mihi scripsisti de a lograr autoridad incluso a costa de sacrificios, no quieran,
tuis rebus, quae mehercule mihi non minori curae sunt quam meae. Val después de haberla conseguido, convertirse en tiranos l22.
de metuo ne frigeas in hibernis: quam ob rem camino luculento utendum
censeo —idem Mucio Manilio placebat— , praesertim qui sagis non
abundares».
117 Así también W lassa ck , Prozessformel, 1, 45, y W enger, 1. c.; en
contra K rueger, Geschichte, 121.
Augusto hizo lo posible por insertar este prestigio en su 118 W l a s s a c k , 1. c.
ordenamiento, en cuanto que, «ut maior iuris auctoritas ha 119 Cfr. S o l a z z i , «St. Riccobono», 1, 95 y s.; W e n g e r , 108 y s.; W i e -
beretur», designó a algunos juristas «ut ex auctoritate eius a c k e r , Studien zar hadranischen Justizpolitik («Rechtsgesch. Abhandl.»,
responderent» 116. Esto no significa sólo «que dieran sus opi Friburgo 1935,43 y ss.); P r i n g s h e i m , « J o . of Rom. stud.», 1934, 146 y ss.;
J o l o w i c z , 366.
niones en virtud de una autorización suya» o con su consen 120 En el famoso libro VI: vid., por ejemplo, 18, 1 (p. 513): cboze p 'r\
timiento, sino también, y quizás principalmente, «que res oióv x’eivai zocvrriq evpeiv ápeívco KoXneíaq ovozaoiv.
pondieran con base en su autoridad». El emperador pensaba, 121 Correctamente H e i n z e , 357 y s.: «El sistema de la constitución re
publicana se sostiene por el sentimiento, vivo en el pueblo, de estar vin
culados al consejo de aquellos ciudadanos, relativamente pocos, a los que
115 Se a lu d e a Q. Cornelio Máximo, maestro de Trebacio: Kr u e g e r , se atribuye una visión política y un sentido de responsabilidad».
1. c. 122 B i o n d i , 1. c., 18: «Libertad y autoridad no se excluyen, sino que se
116 D. (1.2) 2, 49. Cfr. W e n g e r , Praetor u. Formel («Sitz.-Ber. bayr. presuponen recíprocamente; la libertad es tanto más efectiva cuanto ma
Akad. d. Wiss.». 1926. III), 104 y ss.; J o l o w i c z , 365. yor es la autoridad; libertad sin autoridad es anarquía, del mismo modo
210 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO

HUM ANIDAD *

Italia... terra omnium terrarum alumna eadem et parens,


numine deum electa, quae... sparsa congregaret,
imperia ritusque molliret et tot populorum discordes ferasque linguas
sermonis commercio contraheret ad conloquia
et h u m a n i t a t e m h o m i n i b u s d a r e t .
Pl in io , Hist. nat., 3, 5, 39.

La palabra humanitas es una creación autónoma de los


romanos *1; no existe una palabra griega correspondiente 2.
Surge en el círculo del joven Escipión 3 (cónsul en el 147
a. C.), en el que se cultivaba la filosofía griega no en menor
medida que la lengua y la literatura latina 4. El impulso para
la formación de la palabra fue dado por ciertas doctrinas de
la filosofía griega, especialmente de Panecio 5. Con la nueva

* Prinzipien..., p. 128; Principies..., p. 189: Humanity; I Principii...,


p. 164: Humanitá.
1 Vid. sobre todo lo que sigue Max S c h n e i d w i n , Die antike Huma-
nitat, 1897 (que lo trata en realidad sólo desde el punto de vista de C i c e
r ó n ); Z i e l i n s k i en los «Neue Jahrb. f. d. klass. Altertum» de I l b e r g , 1, 1
y ss.; H. K r u e g e r , Die Humanitas und die Pietas nach den Quellen des
rdmischen Rechts, en «SZ», 19, 6 y ss.; R i c h . R e i t z e n s t e i n , Werden und
Wachsen der Humanitát im Altertum (discurso académico de la Univ. de
Strasburgo para la fiesta de aniversario del emperador, 1907); J u e t h n e r ,
Hellenen und Barbaren (= «Das Erbe der Alten», N.S., 8, 1923), 66 y s.;
K a e r s t , Geschichte des Hellenismus, 2 (2.a ed., 1926), 119 y ss.; Max
M u e h l , Die Antike Menschheitside in ihrer geschichtlichen Entwicklung,
1928; R. H a r d e r en «Die Antike», 5 (1929), 300 y ss.; H e i n e m a n n , v o z
Humanitas en P a u l y -W i s s o w a , supl. V (1931), 282 y ss.; K r o l l , 2, 115 y
s. 121; H a r d e r , Nachtragliches zur Humanitas, en «Hermes», 69 (1934),
64 y ss.; P o h l e n z , Antikes Führetum, 139 y s.; K n o c h e , Magnitudo ani
mi, en «Philologus», supl. XXVII, 3, 1935.
2 R e i t z e s t e i n , 4. La palabra (piXav6peonía únicamente comprende
q u e a u to rid a d sin lib e rta d es tira n ía » . H e i n z e , « H e rm e s » , 6 5 , 3 9 4 : « A u una parte del contenido de la humanitas, vid. infra, p. 212.
g u sto n o h a b ría a p a re c id o a n te su s p ro p io s o jo s c o m o u n v e rd a d e ro ro m a 3 R e i t z e s t e i n , 7.
no, si a p e n a s a c a b a d a la g u e rra c iv il h u b ie ra d o m in a d o so b re sú b d ito s sin 4 S c h a n z -H o s i u s , Geschichte d. rom. Literatur (1 9 2 7 ), 2 1 2 y s.
v o lu n ta d » . 5 R e i t z e s t e i n , 7; H e i n e m a n n , 293. 303; H a r d e r , «Hermes», 69, 74.
:
212 PRINC IPIOS DEL DERECHO ROMANO h u m a n id a d 213

palabra se quiere dar expresión al sentimiento de dignidad y cación 11, conservando este sentido más restringido en los
de sublimidad que son propios de la persona humana y la si tiempos sucesivos 12.
túan por encima de todas las demás criaturas de este mundo. La singular historia de la palabra se explica de este modo.
Este singular valor de la persona humana obliga al hombre a Se comprende sin más que en la época imperial haya sido
construir su propia personalidad, a educarse, pero también a utilizada preferentemente para indicar el lado p r á c t i c o
respetar y favorecer el desarrollo de la personalidad ajena. de su significación originaria, es decir, la parte relativa al
Quien siente estos deberes y lo prueba con los hechos no sólo comportamiento recíproco de los hombres. Que estilistas ri
s e l l a m a hombre, sino que l o e s 6, es humanus. Así, gurosos como César y como nuestros juristas clásicos evita
el concepto de Immanitas comprende la educación moral y sen la palabra, tiene ciertamente su razón en que, como de
espiritual, pero también la benevolencia, la voluntad de ha muestran los escritos de C i c e r ó n i3, había llegado a
cer el bien y la simpatía, los frenos de la «voluntad» por de convertirse en una palabra de moda, mientras que se podía
cirlo con S c h o p e n h a u e r ; tener respeto a los demás, disponer de otras palabras de antiguo cuño, como clementia
ponerse límites a sí mismo, no perseguir sin más ni más el y pietas 14. Precisamente por esto no se puede deducir la his
propio derecho y la ventaja propia, sino más bien dejar algu toria de la idea de la historia de la palabra, y la historia de la
na cosa y renunciar a ella en beneficio de los demás 7. h u m a n i d a d no puede ser escrita lexicográficamente,
La palabra ha tenido su historia particular. Mientras for con base en las fuentes que contienen la palabra humani
ma parte del diccionario preferido por C i c e r ó n , es evitada tas 15*. La idea de la humanidad, que había sido en un primer
sin más por C é s a r , por L ivio, por T á c i t o y por otros escri momento patrimonio exclusivo de un pequeño grupo de
tores 8. La jurisprudencia clásica también rechazó esta ex hombres eminentes y de alta cultura, se extiende desde la
presión; cada vez que se la encuentra en textos de proce época republicana a ámbitos cada vez más extensos. La épo
dencia clásica, está interpolada9. La cancillería imperial la ca imperial no representa un retroceso, por el contrario, la
utilizó ya, en cambio, en época clásica 10, y la edad post
clásica abandonó sin rodeos todo escrúpulo en adoptarla. 11 G e l i o , 13, 17: «Qui verba latina fecerunt quique his probe usi
También se advierte un cambio de significado; a partir de la sunt h u m a n i t a t e m non id esse voluerunt, quod vulgus existimat
quodque a Graecis tpiXav9peonía dicitur et significat dexteritatem
mitad del siglo n d. C. se utiliza generalmente sólo en el quandam benivolentiamque erga omnes homines promiscuam, sed hu
sentido de cpv^avdpcoma, perdiendo el significado de edu- manitatem appellaverunt id propemodum, quod Graeci n a id eia v vo
cant, nos eruditionem institutionemque in bonas artes dicimus». Pero
G e l i o se equivoca cuando escribe que este segundo significado es el
h R e i t z e s t e i n . 15. 18. único que tenga la palabra en C i c e r ó n . Correcto R e i t z e s t e i n , 23; inco
7 E sta d o b le a c e p c ió n d e la p a la b ra h a sid o a c la ra d a p o r R e i t z e s t e i n : rrecto W. J a e g e r , Paideia, 1 (1934), 13, que señala el significado vulgar
vid. tam b ié n el p a sa je d e G e l i o c itad o infra, n. 11. de la palabra (= tpiXavOpamía) como el más antiguo.
8 R e i t z e s t e i n , 6, p o r b re v e d a d , h ab ló d e humanitas, p e ro p re te n d o r e 12 R e it z e s t e in , 26.
ferirm e a las p a la b ra s q u e se re la c io n a n , c o m o inhumanitas, humanus, in 13 Vid. también humane salutare: S é n e c a r e t ó r i c o , Controv.,
humanus. 2, 7,3; S é n e c a f i l ó s o f o , Dialog., 4, 24, 1; R eitzestein, 6.
9 V id. H. K r u e g e r , 1. c „ y los a u to re s c ita d o s e n el índice de G u a r - 14 En V a lerio Máximo, 5, 1, «de humanitate et clementia», las dos pa
NERI-Cit a t i , v o c e s humanitas, humanus, inhumanus. labras están utilizadas, evidentemente, como sinónimos. H a rd e r, en
10 Vid. el rescripto de Domiciano en Plinio, Ep. ad Traían., 58. Plinio «Hermes», 69, 74, habla acertadamente de un renacimiento de la clemen
utiliza la palabra en las preguntas que dirige a Trajano en Epist., 86 y 106. tia. Vid. también H. D ahlm ann, Clementia Caesaris, en «Neue Jahrb. f.
El Ergiinzungsindex zu ius und leges, de E. L e v y registra sólo dos textos Wissensch. u. Jugendbildung», 10 (1934), 17 y ss.
en la voz humanitas: Vat. 281, ordenanza de Diocleciano, y Vat. 248, 15 La construcción de R eitzestein, p. 17, es inexacta en mi opinión.
constitución de Constantino. Correctamente H a rd e r, «Hermes», 69, 68.
tr
¡i.

214 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO HUMANIDAD 215

corriente de la humanitas fluye más ampliamente todavía, matrimonio cum manu no se presenta jamás como una forma
hasta confluir con la humanidad cristiana. noble de matrimonio. Se aplica cada vez menos, y ya en épo
La influencia de la idea de humanidad sobre el derecho y ca republicana avanzada prevalece el matrimonio libre. La
sobre la vida jurídica romana es tan aguda y profunda que no coemptio ya era raramente utilizada en el tiempo de Cicerón,
puede ser exhaustivamente descrita aquí. De cualquier modo, y muchos abogados no conocían la fórmula relativa a ella 20.
en el derecho romano esta idea toma pronto aquel aspecto ca Desde la época de Tiberio había llegado a ser tan rara la con
racterísticamente práctico que la destaca de una vez por to farreatio, que, siendo necesaria la descendencia de nupcias
das de la nebulosa y utópica especulación griega. No se tra confarreadas para ocupar el puesto de flamen dialis, faltaba
ta, claro está, de disolver el ordenamiento jurídico en una para este puesto la acostumbrada competencia entre los aspi
I fraternidad general. Los campos concretos del derecho son rantes 21. De cualquier modo, es probable que la confarrea
escrupulosamente diferentes, y la humanitas se gradúa en re tio fuera más utilizada que la coemptio 22. Sólo en la época
lación con cada uno de ellos, en la medida más conveniente postclásica el matrimonio cum manu desapareció totalmen
a cada uno. te 23; el derecho justinianeo únicamente conoce el humano
El campo más restringido es el de la familia. matrimonio libre.
Por más que podamos retroceder en el tiempo, el derecho La s i t u a c i ó n p e r s o n a l d e h e c h o d e l a
romano ha conocido siempre junto al m a t r i m o n i o m u j e r en el matrimonio cum manu estuvo quizá en origen
c u m m a n u e l m a t r i m o n i o l i b r e , en virtud conforme con la situación j u r í d i c a . Habrá habido un
del cual la mujer no se somete a la potestad del marido 16. Es tiempo en el que la mujer estaba filiae loco con respecto al
cierto que el matrimonio cum manu debió ser exclusivo en marido, como una hija in potestate 24. Pero en el siglo n a. C.
un principio, puesto que el matrimonio libre se transformaba no se habla ya nunca de un pleno ejercicio de este derecho
después de un año en matrimonio cum manu. La manus se por parte del marido. El poder disciplinario doméstico del
adquiría por usucapión, a no ser que la mujer interrumpiera marido sobre la mujer es una institución jurídica decaden
esta usucapión mediante la ausencia durante tres noches de te 25, la venta de la mujer es un delito contra la religión 26.
la casa conyugal l7. Bajo la influencia de la idea de humani
dad se abandona la usucapión de la manus. Se empieza a en pero quizás fueran leyes de Augusto (vid. T á c i t o , Ann., 4, 16: «... sicut
contrar poco respetuoso para la dignidad humana en este Augustus quaedam ex horrida illa antiquitate ad praesentem usum flexis
campo normas creadas para las cosas 18, y nadie hace valer set»), Cfr. K u n k e l , 1. c., 2262. Inexacto S o l a z z i , La desuetudine della
más la usucapión, de manera que cae en desuso 19. Pero el legge, en «Arch. giur.», 102, 8 y s.
20 C i c e r ó n , de orat., 1, 56, 237. C o s t a , Cicerone giureconsulto, 1, 53.
21 T á c i t o , Ann., 4, 16: «omissa confarreandi adsuetudine aut inter
16 El matrimonio libre se presupone ya existente en las XII Tablas. paucos retenta». Vid. a propósito B r a s s l o f f , «St. Bonfante», 2, 365 y ss.
Cfr. K u n k e l , 176; H e r b e r t M e y e r , Muntsche und Friedelehe, en «SZ», 22 Se recuerda todavía como institución vigente en el Epit. Ulp., 9, 1,
47 (ger. Abt.), 245 y ss.; B i c k e l en «Rhein. Mus.», N.S., 65, 604; Kun pero a partir de Tiberio no había ya lugar para la plena potestad marital:
kel, voz Matrimonium, en Pa u l y -W i s s o w a , col. 2261. K u n k e l , 2271; B r a s s l o f f , 1. c.
17 G a y o . 1, 111. En el orden de ideas de las XII Tablas se trata de usu 23 En el siglo IV la coemptio es una institución en decadencia:
capión, sin que tenga relevancia que subsistan o no las condiciones que S ch u lz, Epitome Ulpiani, 34; B onfante, Corso, 1, 55 y ss.; K unkel,
p a r a el d e r e c h o c l á s i c o le son esenciales. Aunque el pasaje 2270. La confarreatio no puede haber sobrevivido mucho al triunfo del
de G a y o contenga algún glosema, es, en substancia, genuino: cfr. S o l a z - cristianismo: K unkel, 2271.
z i , «St. Riccobono», 1, 145 y ss. 24 G a y o , 1, 114, 115¿>, 118; 3, 14.
18 Vid. infra, p. 237, n. 166. 25 M o m m s e n , StrafR., 19. Sobre el derecho del marido a matar a la
19 G a y o , 1. c.: « h o c to tu m iu s p a rtim le g ib u s s u b la tu m est, p a rtim ip s a mujer sorprendida en adulterio, cfr. G e l i o , 10, 23, y M o m m s e n , 1. c., 625.
d e s u e tu d in e o b litte ra tu m e st» . N o c o n o c e m o s la s le y e s a q u í m e n c io n a d a s , 26 B r u n s , Fontes, p. 6, n. 9; S c h l e s i n g e r , «Z. f.Rechtsgesch.», 8, 58 y s.
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216 PRINCIPIOS OKI. DERECHO ROMANO h u ma n id a d 217

Esté o no esté in inami, la mujer, de hecho, es igual al mari mejor práctica romana. Es cierto que es impune la violación
do 27; se la llama domina, y verdaderamente es tal 28. La mu de la fidelidad conyugal por parte del hombre y que no hay
jer ática de la edad clásica es casi como una mujer del harén nunca adulterium, ni siquiera en el derecho del imperio cris
que vive en el gineceo y de ningún modo comparece en so tiano 30. Pero cuando en una comedia de Plauto una mujer se
ciedad, y así fue y así continuó siendo en muchas partes de lamenta de que su marido pueda introducir impunemente en
Grecia. Cornelio Nepote advierte todavía, meneando la ca la casa conyugal a la prostituta amante suya mientras que por
tii ■ beza, que en Grecia la mujer sólo participa en la comida si no un solo paso en falso la mujer sería repudiada, este discurso
it .
i! ’ hay allí más que parientes; en caso contrario, se sienta en la está seguramente sacado del original griego de F ile m ó n ; re
parte más escondida de la casa a la que sólo pueden acceder fleja las usanzas griegas, no las romanas, en particular no las
los miembros de la familia. Y resalta también qué profunda del tiempo de Plauto.
i■ mente distinta era la situación de la mujer romana, a la que Pl a u t o , Mercator, 5, 817 y ss.
!
se daba el primer puesto en la casa y en sociedad.
Ecastor lege dura vivont mulieres
Prcief 6: «Quem enim Romanorum pudet uxorem ducere in convi Multoque iniquiore miserae quam viri.
vium? aut cuius non materfamilias primum locum tenet aedium atque in
celebritate versatur? Quod multo fit aliter in Graecia. Nam neque in con Nam si vir scortum duxit clam uxorem suam,
vivium adhibetur nisi propinquorum, neque sedet nisi in interiore parte ae Id si rescivit uxor, impunest viro.
dium. quae gynocitis appellatur, quo nemo accedit nisi propinqua cogna Uxor virum si clam domo egregasset foras.
tione coniunctus.» Viro fit causa, egreditur matrimonio.
Utinam lex esset eadem quae uxorist viro!
La clasificación tripartita que hacían los griegos, con
frialdad racionalista, de las mujeres de las que el hombre tie Por lo que se refiere a las r e l a c i o n e s p a t r i m o
ne necesidad — «amigas» con las que entretenerse, esclavas n i a 1 e s , en el matrimonio cum manu le falta a la mujer la
para el cuidado del cuerpo, la esposa para que le procree hi capacidad de tener bienes propios; todo lo que tuviera o hu
jos legítimos y le custodie la casa 29— es desconocida a la biera adquirido recae en el marido en libre disposición. En el
matrimonio libre rige la separación de bienes, y sólo me
27 Sobre la posición de la mujer romana, vid. M a r q u a r d t -M a u , Das diante la constitución de la dote adquiere el marido derechos
Prívatleben der Rdmer, 1 (1 8 8 6 ), 5 7 y ss. S c h r o f f , v o z Matrona en sobre los bienes de la mujer 31. Pero la humanitas atenúa la
P a u l y -W i s s o w a ; K r o l l . 2. 2 6 y ss. rigidez de estas normas jurídicas. Obliga a la mujer, en cuan
28 Un chiste de Catón (que sin embargo, por ser un chiste, debía con
tener algo de verdad) decía: návzeg ávOpconoi zcbv yvvaixcbv áp/ovcn, to sea posible, a aportar una dote al marido 32, y hace que,
ryjteiq Sé návxcov ávQpomaw, ppcbv ¿é ai yvváixeq. Vid. P l u t a r c o , d e h e c h o', los cónyuges vivan en comunidad de bienes.
Apophtegm., p. 198; D. J o r d á n , M. Catonis praeter lib. de re rust. quae ex- Todo está en común, ninguno de los dos tiene un patrimonio
tant, 1861. p. 98, n. 4. Terencia, la mujer de Cicerón era una mujer de va
lor, « más valerosa que un hombre» (C i c e r ó n , adfam., 14, 7, 2), «que to
maba parte en los asuntos políticos de su marido más de lo que ella le 30 M o m m s e n , StrafR., 688. 691. Sobre las pruebas proporcionadas por
consentía tomar parte a él en los asuntos domésticos» (P l u t a r c o , Cicero, San Agustín vid. M a r q u a r d t - M a u , 6.
20): cfr. K r o l l , 2, 35; N k u b a u e r , «Wiener Studien», 3 1 (1909), 211; S c h - 31 Es cierto que en el matrimonio libre la mujer puede hacer adminis
m id t en los «Neue. Jahrb. f. d. Klass. Altertum), 1 (1898), 174 y ss. trar su patrimonio por el marido, en cuyo caso valen los principios gene
29 P s .-D e m ó s t e n e s . x a z a Neaípaq, 12 2 : xáq p é v yáp ézaípaq rales en materia de mandato.
riSovriqe\’Ex' cyopey. záq Sé naXXaxáq zr¡q xaO’ r¡pépav Oepaneíaq 32 D. (12, 6) 32, 2, que puede aducirse a nuestros fines como docu
zov ocbpaxoq, záq Sé yvyáixaq zov naiSoKÓieoOai yvricdoq xd i zcbv mento aunque esté interpolado: cfr. el Ind. intpl., y S i b e r , Naturalis oblig.,
evSov tpv/iaxa mazrjv éyeiv. 76; S t e l l a M a r a n c a , «St. Bonfante», 4 , 2 4 5 y ss.
2 !8 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO HUMANIDAD 219

especial; la mujer tiene la administración de la casa, mientras desconocido, en fin, el d e r e c h o del c ó n y u g e


que la administración más amplia, máxime en lo que se re s u p é r s t i t e a u n a c u o t a d e r e s e r v a 39. So
fiere a las relaciones externas, corresponde al marido; los ré lamente la quarta de la viuda pobre, hace poco recordada, es
ditos del patrimonio y del trabajo recaen en el marido, que una cuota de reserva. Pero también aquí se hace sentir la hu
naturalmente tiene que gastarlos y los gasta en el interés co manitas. Se ha dicho ya que es costumbre romana el hacer
mún. A sí nos describe C o l u m e l a la administración domésti testamento 40; ahora es también costumbre que los cónyuges
ca 33, y la oración fúnebre de un marido por su mujer confir se mencionen mutuamente instituyéndose herederos o favo
ma esta descripción 34. Jurídicamente no se reconoce entre reciéndose con legados 41. Especialmente, el marido lega fre
los cónyuges un derecho recíproco a alimentos, pero esto se cuentemente a la mujer su «ajuar» (uxoris causa parata) o
deriva de la humanitas tanto como la obligación de la mujer sus «provisiones» (penus) 42. Incluso la donación nupcial
de atender a las labores domésticas 35. postclásica del marido a la mujer 43 es un substituto por la au
Un d e r e c h o d e s u c e s i ó n i n t e s t a d a vie sencia de una portio statutaria. La humanitas busca lo que es
ne a propósito en el matrimonio cum mana sólo para la mu conveniente, según las necesidades de la individualidad de
jer, que sucede al marido al igual que una hija in potestate. cada uno 44, por ello encontramos aquí, en vez de un derecho
El derecho recíproco del marido está, en cambio, excluido de sucesión rígidamente establecido por la ley, el negocio ju
por el hecho de que la mujer no puede tener patrimonio. En rídico que regula las relaciones de un modo que responda a
el matrimonio libre, el d e r e c h o c i v i l ignora cual las necesidades individuales 45.
quier derecho del cónyuge supérstite a la herencia. El d e - A h u m a n i z a r la r e l a c i ó n j u r í d i c a e n
r e c h o p r e t o r i o concede al cónyuge supérstite la ho t r e p a d r e s e h i j o s no se llegó más que muy lenta
norum possessio, pero sólo si faltan todos los parientes, mente 46. Especialmente, el rigor de la patria potestad se
agnaticios y cognaticios, del cónyuge difunto 36. Los esfuer mantuvo firme, tenazmente, y hasta el h u m a n o C ic e r ó n
zos realizados en época postclásica para mejorar en esta par declara todavía que para los hijos, el padre es poco menos
te el derecho hereditario tuvieron un resultado muy modesto;
la viuda pobre y no dotada obtiene un cuarto del patrimonio
de su marido 37. Pero por otro lado, el derecho justinianeo 39 W i n d s c h e i d , § 5 9 3 .
empeoró la situación del cónyuge, en cuanto a que la cate 40 Supra, p. 178 y s.
41 Vid. V. W o e s s , Das rom. Erbrecht u. die Erbanwarter (1911), 45
goría de los parientes llamados a la sucesión no está tan li y ss.
mitada como lo estaba en el derecho clásico, y, sin embargo, 42 Vid. V. W o e s s , 6 3 y s. Cfr. S c h r o e d e r - v . K u e n s s b e r g , Lehrb. der
el cónyuge sigue siendo llamado solamente cuando faltan los deutsch. Rechtsgeschichte (7 .a ed., 1932), 61, p. 807 y s.
parientes del difunto 38. Al derecho romano le es totalmente 43 S i b e r , 3 0 8 ; K u n k e l , § 153, n. 9.
44 R e i t z e s t e i n , 1. c ., 15.
45 V. W o e s s , 122, quiere explicar el «miserable» derecho de sucesión
33 L. 12, praef, 8. entre cónyuges en Roma (cfr. G i e r k e en H o l t z e n d o r f f - K o h l e r , Enzy-
14 B r u n s , n. 126, 1, 36 y ss. II, 47 y ss. Vid. a propósito Mommsen, klop. der Rechtsw., 1, 294), con la decadencia de la institución matrimo
Ges. Schr., 1,415. Cfr. supra, p. 170 y s. nial a consecuencia de afirmarse el matrimonio libre. Esto es inexacto; el
35 Vid. supra, p. 170, n. 34. matrimonio libre existía desde los orígenes, y, por otra parte, la costumbre
36 K u n k e l . § 197. hereditaria recordada es la mejor prueba de que el matrimonio romano no
37 En virtud de dos Novelas justinianeas, 53, c. 6 y 117, c. 5. Vid. a había «decaído». Esa costumbre hereditaria hace comprender que no era
propósito W i n d s c h e i d , Pcmd., 3, 574 n. 2; B ra s s lo f en «Oesterr. Ge- necesario derogar la tradición jurídica.
richtszeit», 1924. VIII, y Sozialpolitische Motive in der rom. Rechtsent- 46 Sobre lo que sigue W e n g e r , «Miscellanea F. Ehrle», 1, 33 y ss.;
wicklung (1933), 135 y s. R o b e r t i , Patria potestas e paterna pietas, en «St. Albertoni», 1 ,2 8 7 y ss.;
3I< W i n d s c h e i d , § 570; D e r n b u r g , Parid., 3, 136. I K u n k e l , § 184.
220 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO HUMANIDAD 221

que un d io s 47. U n a l i m i t a c i ó n j u r í d i c a d e de otra forma, se actúa la situación jurídica híbrida del in


l a d i s c i p l i n a d o m é s t i c a , que podía extenderse mancipio esse 55. Pero ya en época clásica, aparte la noxae
—-como se ha visto ya 48— hasta la pena capital, sólo se in datio, la mancipatio del hijo de familia acaecía solamente di
trodujo en la época imperial, y muy tarde 49; en un caso par cis causa 55657. La auténtica y verdadera venta o la mancipatio
ticular, Trajano obliga a la emancipación a un padre que ha venditionis causa es illicita et inhonesta 57, y por lo tanto
bía castigado a su hijo contra pietatem 50; pero solamente en nula 58. De cualquier modo, Constantino afirmó ya, inexacta
época cristiana le fue quitado al padre el derecho de matar al mente desde el punto de vista histórico, «que los antepasados
hijo 51. Incluso la facultad del padre de «alzar» (tollere) al no permitieron nunca a los padres despojar a los hijos de la
hijo recién nacido para reconocerlo como tal, o bien, a su ar libertad» 59. Sin embargo, el humano ordenamiento jurídico
bitrio, hacerlo matar o exponer52, sólo fue abolido por Va de los romanos no logró nunca, a pesar de una enérgica lu
lentiniano I en el año 37 3 53. El pater familias tiene también cha, eliminar la venta de los hijos en el imperio de Oriente.
en un principio el derecho de v e n d e r al hijo 54, pero sólo Tras el impulso de esta triste práctica, Constantino renunció
la venta en el exterior (trans Tiberim) lleva a la esclavitud; al principio romano, consintiendo la venta de los hijos inme
diatamente después del nacimiento 60. También aquí Justi
niano vuelve a hacer el intento 61 de retornar a la tradición
47 C i c e r ó n , pro Plancio, 12, 29: «parente... quem veretur ut deum, clásica, pero llegando a uno de sus acostumbrados compro
neque enim multo secus est parens liberis». Cfr. S h a k e s p e a r e , Midsum- misos: se deja al padre el derecho de vender al hijo propter
mer Night.i Dream, 1.1: «What say you, Hermia? be advised, fair maid.
To you your father should be as a god. One that composed your beauties, nimiam paupertatem egestatemque victus causa, pero sólo
yea and one. To whom you are but as a form of wax. B y him imprinted en estas condiciones 62. Por otra parte, en este caso el hijo se
and within powers. To leave the figure or disfigure it». convierte en esclavo, porque el mismo Justiniano eliminó la
48 Supra, p. 189. relación de sujeción doméstica que los clásicos indicaban
49 B o n f a n t e , Corso, 1. 7 5 y ss. 7 9 y ss.
*> D. (37. 12) 5. con las palabras in mancipio esse 63.
51 El derecho de matar es atestiguado por P a p i n i a n o , Coli, 4, 8, 1; no Correspondía también, en un principio, al contenido de la
está en contradicción el rescripto de Adriano en D. (48, 9) 5 (vid. supra, patria potestas el derecho d e p r o m e t e r y c a s a r a
p. 190). Pero ni siquiera C o n s t a n t i n o (C. Th., 9, 15, 1) abolió el derecho l o s h i j o s 64. En edad clásica el padre nunca puede pro
de matar más de lo que lo hubiera abolido Adriano; y lo demuestra su ley
posterior en C. Th. (4, 8) 6 pr.: «... patribus, quibus ius vitae in liberos ne meter a los hijos sin su consentimiento. El consentimiento de
cisque potestas permissa e s t ». Cfr. B o n f a n t e , Scritti, 1, 65; Corso, 1, los prometidos es necesario, e incluso los esponsales son
81. De cualquier modo, el derecho a matar fue abolido a partir de la cons
titución de V a l e n t i n i a n o en C. Th. (9, 14) 1, y en derecho justinianeo no
existió nunca, como demuestran los textos interpolados: especialmente 55 Vid. a propósito Mommsen, Ges. Schr., 1. c.
evidentes C. (8. 46. 10); D. (48, 8) 2 (sed rell. interpolado: M o m m s e n , 56 Gayo, 1, 141: «sed plerumque hoc fit dicis gratia uno momento,
StrafR., 618. n. 4); D. (28. 2) 11 (licebat sustituido por licet); B o n f a n t e , nisi scilicet ex noxali causa mancipentur». Yo considero que estas palabras
Corso, 83 y ss.. 85, n. 2. son genuinas; de otra opinión S o l a z z i , « S t . Riccobono», 1, 164 y ss.
52 M o m m s e n , StrafR., 619; G r i m m , Deutsche Rechtsaltertümer 57 C a r a c a l l a , C. (7, 16) 1.
(4.a ed„ 1899). 1.627 y ss. 58 D i o c l e c i a n o , C. (4, 43), 1; cfr. B o n f a n t e , Corso, 1, 80.
52 C. Th. (9. 14) 1, sobre esto B o n f a n t e , 84 y s. Vid. también 59 C. Th. (4, 8) 6 pr.
E. W e is s , v o z Kiiuleraussentzung en P a u ly - W is s o w a , col. 470. eo C. Th. (5, 10) 1.
54 Sobre lo que sigue M o m m s e n , Ges. Schr., 3, 3 y 8; StrafR., 782; 61 Vid. supra, pp. 104 y s., y 160 y s.
M i t t u i s . Reichsrecht and Volksrecht, 357 y ss. 363; B o n f a n t e , Scritti, 1, 62 Vid. la manipulación justinianea de la disposición de Constantino
64 y ss., y Corso, 1, 85: C o s t a , La vendita e l ’esposizione delta prole ne- en C. (4, 43) 2, y sobre ella B onfante, Corso, 1, 85.
lla legislatione di Costantino, en «Atti Accad. Bologna», ser. I, 4, 1910, 63 Inst. (4, 8) 7; pero véase a propósito S chulz, Epitome Ulp., 34.
117 y ss.: K u n k e l, § 184. 64 La literatura sobre la materia está citada supra, p. 190, n. 17.
222 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO
h u ma n id a d 223
contratos de los prometidos mismos con el asentimiento del
tamentum inhumanum 72 o inofficiosum comienza también a
titular de la potetad. Bajo influencia helenístico-oriental, el ser mal visto por el ordenamiento jurídico, y surge así el de
derecho postclásico da un paso atrás; la hija sólo puede opo recho a la cuota de reserva 7273. El siglo segundo de la edad im
nerse si el padre quiere prometerla con un hombre indigno 65. perial, que representa el apogeo en la evolución de la idea pa
Para el matrimonio, en el derecho clásico también es necesa gana de humanitas, introduce el derecho privilegiado de
rio el consentimiento de los novios, al que tiene que añadir sucesión intestada de la madre al hijo y viceversa (senado-
se el asentimiento del titular de la potestad; pero en el dere consultos Tertuliano y Orfitiano) 74. El derecho de la madre
cho justinianeo en ciertos casos se renuncia también a esta a educar a los hijos es reconocido en los rescriptos de Anto
condición de validez 66. El derecho del padre de familia de nino Pío y de Marco A urelio75, y los mismos príncipes ha
disolver el matrimonio libre incluso contra la voluntad del cen perseguible extra ordinem la pretensión a los alimentos
sometido que pretenda continuar unido en matrimonio fue entre padres e hijos 767. Desde antiguo, la pietas obligaba al
elim inado por los humanos emperadores Antonino Pío y padre o a los parientes por línea paterna a la constitución de
Marco Aurelio 67. Aquí da también un paso atrás el derecho la dote. Solamente en época postclásica se reconoce aquí un
postclásico; en derecho justinianeo puede nuevamente el pa deber jurídico. Por el derecho justinianeo también se obliga
dre disolver el matrimonio, contra la voluntad de la hija, ex a la madre 77 ex magna et probabili causa.
magna et iusta causa 68. E n la s r e l a c i o n e s de l o s c i v e s R o -
F u e r a del c a m p o de a p l i c a c i ó n de la m a n i , la influencia del principio de humanitas se puede se
p o t e s t a d , las relaciones entre padres e hijos estaban an guir con particular claridad en materia de d e r e c h o y
tes completamente abandonadas a la costumbre 69; pero bajo d e p r o c e s o p e n a 1. La idea de la humanitas exige la
la influencia de la humanitas se desarrollan toda una serie de lim itación, incluso, la elim inación de la p e n a de
normas jurídicas. En época republicana surge ya el derecho a m u e r t e 78. Las XII Tablas conocen la pena de muerte
la sucesión intestada pretoria para los parientes de sangre (la com o la única pena en la que desemboca el proceso penal pú
bonorum possessio sine tabulis unde liberi y unde cogna blico 79. Pero para establecer la actitud fundamental del le
ti 70), y asimismo la exclusión de acciones infamantes pro gislador, es característico el tratamiento del hurto. Sólo el de
movidas por los hijos contra los padres, además de la prohi las m ieses está castigado con la pena cap ital80. Por otra par-
bición de que los padres sean citados a ju icio contra su
voluntad por los hijos 71. Hacia el fin de la república el tes- 72 C ic e r ó n , in Verr., II, I, 42, 107: «testamentum P. Annius fecerat
non improbum, non inofficiosum, non inhumanum».
73 Ku n k e l , § 209; B u c k l a n d , 324 y s.
65 D. (23, 1) 12, 1 interp.: vid. el Index Intpl., y B o n f a n t e , Corso, 1, 74 K u n k e l , § 198; B u c k l a n d , 366.
75 D. (43, 30) 1, 3; 3, 5 h.t. Cff. a propósito W indscheid, Pand., 3,
227, n. 5.
514, n. 7.
66 En derecho clásico ya hay apuntes, pero el material resulta oscuro
por las interpolaciones: Ku n k e l , § 172; B o n f a n t e , Corso, 1, 198; K u n - 76 P ernice, «SZ», 5, 22; W indscheid, § 475, n. 3 y siguientes; B o n
KEL, voz Matrimonium en Pa u l y -W is s o w a , 2265, y allí cit. fa n te , Corso, 1, 279.
67 E. L e v y, Hergang der rom. Ehescheiung, 145; B o n f a n t e , Corso, 77 W i n d s c h e i d , § 493, n. 4 y ss.; S i be r , 303 y allí cit., B o n f a n t e ,
1, 250. Corso, 1, 298 y ss.; C a s t e l l i , Ser. giur., 129 y ss.
68 C. (5, 17) 5 pr. (la conclusión es justinianea). 78 Sobre lo que sigue, vid. M o m m s e n , Geschichte der Todesstrafe im
69 Para lo que sigue, vid. W i n d s c h e i d , 3, § 514; B o n f a n t e , Corso, 1,
rom. Staat, en «Reden und Aufsátze», 437 y ss.; Rom. StrafR., 939 y ss.;
L e v y , Die rom. Kapitalstrafe, en «Sitzungsber. Heidelberger Akad. der
278.
Wiss.», phil.-hist. Kl., 1930-31. 5 Abh.; L e n g l e , 43 y s.
70 Ku n k e l , § 197; Co s t a , Cicerone giureconsulto, 1, 215.
79 M o m m s e n , StrafR., 941.
71 B o n f a n t e , 1. c.
80 Tabla 8, 9; cfr. M o m m s e n , 772.
224 PR IN C IP IO S D H L D E R E C H O R O M A N O HUMANIDAD 225

te, el robado tiene la facultad de matar al fu r manifestus Pío y Marco Aurelio, tal debió suceder también de hecho.
cuando se defienda a mano armada o cuando el hurto sea rea Sólo en el siglo tercero llegó la muerte a ser la pena ordina
lizado de noche 81. A parte de esto, el fu r manifestus es en ria para los crímenes muy graves, aunque se aplicó también
tregado en propiedad al robado, mientras que el fur nec ma a delitos menores 88.
nifestus es castigado sólo con una pena pecuniaria 82. Y esto Se inspira también en la humanitas la regla de que s ó l o
es indudablemente humanidad 83, aunque anterior en mucho s e a c a s t i g a d o e l c u l p a b l e . No parece que
a la época del movimiento humanitario helenístico. Compá haya estado nunca en la mente de los juristas romanos el ven
rese con este sistem a la represión del hurto en Alemania; gar sobre los hijos las culpas de los padres. Este principio,
aquí, hasta el siglo xvm la pena normal es la muerte, y sólo que no era familiar a los griegos 89, lo extraen ellos de su de
las tendencias humanitarias de aquel siglo la abolieron (Fe recho con justificado orgullo-. El mismo Arcadio lo reafir
derico el Grande, 1743) 84. En el tiempo posterior a las XII ma 90, aunque sea el autor de la famosa lex Quisquis 91, que
Tablas, la pena de muerte está notablem ente limitada, y a hacía donación de la vida a los hijos de los traidores (que en
partir del siglo II a. C. esto sucede claramente por influencia el orden de ideas del emperador habrían debido perder) pero
de la idea de humanitas. Había, escribe Cicerón, «hombres les excluía de las adquisiciones a título de sucesión y de los
esforzados» que pensaban poder renunciar a la pena de cargos públicos; desgraciadamente la norma pasó al derecho
muerte 8-\ Es cierto que ésta no fue abolida formalmente, justinianeo 92. Pero es ésta la única excepción que el derecho
pero de hecho no se aplicó nunca sino al hom icidio y a la alta
romano haya sancionado jamás 93. El suplicio de los hijos de
Sejano por orden de Tiberio 94, y la ejecución capital de los
traición, e incluso aquí sólo raramente; en su lugar se impu
conjurados bajo Nerón 95, son actos nefandos, pero no co
sieron penas pecuniarias y la exclu sión de la com unidad
rresponden a la administración de justicia 96. Por el derecho
(aquae et ignis interdictio) 86. Bajo el Principado la pena de
privado, l o s h e r e d e r o s d e l o s d e l i n c u e n -
muerte recobra vigor; el tribunal consular-senatorio y el del
t e s sólo están obligados a restituir las ganancias que hu
emperador no sólo c o n d e n a b a n a m u e r t e , sino bieran obtenido del delito. La pena pecuniaria debida por el
que hacían e j e c u t a r la pena 87. Pero jurídicamente estos
casos son excepcionales, y bajo Trajano, Adriano, Antonino
88 M o m m s e n , 943.
89 Vid. ampliamente Dionisio de H a lic a rn a so , 8, 80; C icerón, de
81 Tabla 8. 12-13, so b re e sto B e r g e r en «St. Albertoni», 1,385. nat. deorum, 3, 38, 90: «ferretne civitas ulla latorem istiusmodi legis, ut
82 Gayo. 3. 189-190. condemnaretur filius aut nepos, si pater aut avus deliquisset?»; rescripto
83 MOMMSEN. Reden und Aufscilze, 438 y s.; StrafR., 941, n. 1. de los divi fratres en D. (48, 19) 26, cfr. Mommsen, StrafR., 593; B urck-
84 Cfr. Liszt-Schmidt. Lehrh. des deutsch. StrafR.s (25.a ed., 1927), h a rd t, Griech. Kulturgesch..., 1, 253 y s.
126 in f.: vid. Hippel, Deutscli. StrafR.. 1 (1925), 249, 273, y Lehrb. des 90 C. Th. (9, 40) 18: «sancimus ibi'esse poenam, ubi et noxa est».
StrafR.s (1923), 235. 91 C. Th. (9, 14) 3; M o m m s e n , StrafR., 594.
85 Cicerón, pro Rabirio. 3, 10: «sed ita laus primum est maiorum nos 92 C. I. (9, 8) 5.
trorum... deinde multorum virorum fortium, qui vestram libertatem non 93 Un senadoconsulto dei siglo i dei Imperio [D. (1, 16) 4, 2] declara
acerbitate suppliciorum infestam, sed lenitate legum munitam esse volue que si la mujer dei proconsul comete un delito (quid delinquent), respon
runt». Son características, para la opinión pública del tiempo, las palabras de de él el marido (ab ipso ratio et vindicta exigitur); pero ésta es una re
de C icerón (pro Ligario. 4 , 11) contra las penas exageradas: «Non habet gia completamente aislada, y, por lo demás, debe tratarse de una simple
eam vim ista accusatio, ut Q. Ligarius condemnetur, sed ut necetur. Hoc obligación del marido al resarcimiento. Sobre el senadoconsulto, vid.
egit civis Romanus ante te nento: externi isti mores, usque ad sanguinem H irschfeld, Kleine Schr., 405 y s.
excitari odio, aut levium Graecorum aut immanium barbarorum». 94 T á c it o , Ann., 5, 9.
86 Po l ib io , 6. 14. 7: Le v y . 5 y ss. 26 y s. 29; L e n g l e , 1. c. 95 Suetonio, Nero, 36.
87 Mommsen. S t r a f R . . 9 4 2 y s.; Levy, 47; V olkm ann, 57.77. 96 M o m m s e n , 594.
226 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO HUMANIDAD 227

causante se les impone solamente si la acción había sido ya y siempre de modo que el tiempo asignado a la defensa su
ejercitada en vida del delincuente 97, aunque hubiera excep pere el asignado a la acusación, frecuentemente en relación
ciones a esta regla:98. de 3 a 2. En la lex Ursonensis se asignan al acusador princi
En el p r o c e s o p e n a l la humanitas exige que el pal cuatro horas y a cada uno de los acusadores adjuntos dos
acusado tenga garantías frente a la prepotencia del Estado a horas, mientras que la defensa dispone del doble del tiempo
través de la seguridad de la defensa y de la cooperación de ocupado por todos los acusadores en conjunto I05. La magní
no funcionarios en la decisión. Y exige además que no se fica tendencia romana al fa ir play exige que el presidente y
consienta la tortura del acusado y de los testigos. El derecho los jurados escuchen con paciencia y con atención este río de
republicano alcanzó el grado más alto en la observancia de discursos. Finalmente, la tortura se excluye respecto a todos
estos principios, especialmente en el proceso de las quaes los hombres libres, sean acusados o testigos 106.
tiones, o jurados, cuya creación tiene lugar precisamente en El p r o c e s o p e n a l d e s a r r o l l a d o a n t e el
el tiempo de la enérgica afirmación de la idea de humanidad. ma g i s t r a do es, j u r í d i c a me n t e , un proces o
El proceso de los jurados es puramente acusatorio. El acusa i n q u i s i t o r i o , en el que el magistrado reúne en su per
do está casi totalmente a la par con el acusador, que es un sona las funciones del acusador, del defensor y del juez 107.
particular 99. El examen de la prueba se hace por obra de las Pero la humanitas provee para que sean observadas de hecho
partes, no se da lugar a interrogatorio del acusado 10°, las de las formas del proceso a c u s a t o r i o : «crimen sine accu
claraciones se obtienen mediante preguntas alternativas de satore, sententia sine consilio, damnatio sine defensione: aes
las dos partes o de sus abogados 101. En el examen de la prue timate harum omnium rerum pretia!» 108. El magistrado deja
ba se impone al tribunal una actitud esencialmente pasiva; ni que el denunciante asuma la función de acusador, y consien
siquiera se permite a los jurados dirigir preguntas al acusado te al acusado una defensa suficiente, en el sentido de que no
o a los testigos 102. Se garantiza a la d e f e n s a una amplí decide sin haberlo escuchado. Situándole frente al acusador,
sima esfera de acción. Hacia fines de la República es fre le consiente, también elegirse defensores 109. En qué medida
cuente la presencia de varios defensores; se habla de seis fue duradera esta práctica, lo demuestran las palabras que el
abogados, hasta de doce, para un solo proceso 103. Es cierto autor de los Hechos de los Apóstoles pone en boca del go
que la duración de las arengas está regulada por el presiden bernador Festo en el proceso de San Pablo: «no es costum
te o por la ley 104, pero en realidad se fija con gran amplitud bre romana la de condenar al acusado antes de que los acu
sadores se hayan enfrentado con él y se le haya
97 Mommsen, StrafR., 67. proporcionado el modo de defenderse de la acusación n0. En
98 F e r r i n i , Dir. penóle, 346 y ss.; Mommsen, 772. este tipo de proceso, la a d m i s i ó n d e l a p r u e b a
99 Vid. C icerón. Divin. in Caecil., 21, 71.
100 M o m m s e n , 408.
101 Mommsen, 430 y s. Un ejemplo divertido se puede encontrar en 105 Br u n s , Fontes, n. 28, c. 102, y sobre el texto M o m m s e n , 429, n. 1,
C icerón, De orat., donde el jurista Craso interroga al testigo Silo: «Potest donde sin embargo se atribuye inexactamente al acusado sólo una vez y
fieri, inquit. Sile, ut is, uiide audisse dicis, iratus dixerit? Annuit Silus. Po media del tiempo dado al acusador.
test etiam, ut tu non recte intellexeris? Id quoque toto capite adnuit, ut se 106 M o m m s e n , 405.
Craso daret. Potest etiam, inquit, ut omnino quod te audisse dicis num- 107 M o m m s e n , 148.
quam audieris? Hoc ita praeter exspectationem accidit, ut testem omnium 108 Así exclama C ic e r ó n , in Verrem, II, 5, 9, 23.
risus obrueret.» 109 M o m m s e n , 148 y s .
102 M o m m s e n , 421 y s. 110 Acta apost., 25, 16: ovx eaxiveOog ‘Rcúpaíoigyapit^eaOai xiva
ku M o m m s e n . 377. ávQpmnov, npiv f¡ ó xaxr¡yopovpevog xax'a npooamov é'yoi xovg
104 M o m m s e n , 427 y ss. xarqyopovg, xónov xe ánoXoyíaq Xáfíoi nep\ xov eyxXrjpaxog.
228 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO h u m a n id a d 229

se hace por el magistrado; el acusado es sometido a interro que a la presidencia 117. Por lo demás, no parece que este
gatorio, y es el magistrado quien establece qué testigos deben tipo de proceso siguiera en vigor más allá del fin del si
ser oídos 111. Pero también aquí está excluida la tortura para glo III 118. Prevalece cada vez más el proceso ante el magis
los hombres libres. La decisión es de competencia exclusiva trado, tal como lo hemos descrito, jurídicamente inquisito
del magistrado, pero la costumbre exige que le complemen rio pero en realidad acusatorio 119; y a partir de Diocleciano
te un consilium l12, y el magistrado se atiene, por lo general, — después de la abolición del proceso consular-senato-
al juicio de éste. rio 120— es éste el único tipo romano de proceso penal. A
El proceso m a g i s t r a d o - c o m i c i a l e s , en la partir de Tiberio se utiliza también la tortura del hombre li
primera fase, un procedimiento del género del que hemos bre acusado; a partir de Septimio Severo, la de los testigos
descrito hasta ahora. Pero en la fase comicial el magistrado libres 121.
tiene la función de acusador, y la asamblea popular la de La idea de humanidad apenas tuvo una influencia mo
juez. Respecto al interrogatorio, examen de los testigos y de desta sobre la p o s i c i ó n j u r í d i c a d e l a m u
fensa, vale lo que se ha dicho del proceso ante el magis j e r 122. A la necesidad humanitaria de la equiparación jurí
trado 113. dica de los dos sexos se opone la idea fundamental romana,
Quien sepa cuán lento ha sido el desarrollo del proceso por la que «el puesto de la mujer es la casa»; y a pesar del
acusatorio en Alemania, y cómo todavía no se ha concluido, movimiento hacia la emancipación de la mujer, que se mani
sabrá valorar el progreso que los romanos habían realizado fiesta en el último siglo de la República, aquella idea es tan
en materia de proceso penal. Particularmente significativa tenaz que hace fatigoso el progreso de la concepción huma
para la humanitas de los romanos es la prohibición de la tor nitaria. La mujer posee la ciudadanía, pero no los derechos
tura para los hombres libres, en un mundo que hacía un uso políticos; le falta tanto el derecho al voto 123 como la elegi
tan desenfadado de la tortura como para parecer, sin más, frí bilidad 124. Esta regla no sufrió variaciones 125; no se puede
volo 114. Mientras que en relación con los atenienses y con ni siquiera hablar, en sentido jurídico, de participación de las
los rodios afirma C i c e r ó n : «id quod accerbissimum est, mujeres en el principado 126. En el proceso privado le falta a
etiam liberi civesque torquentur» l15, en toda la época repu la mujer el derecho de postulare pro aliis 127 y de ser elegida
blicana no se atestigua ni siquiera un caso de derogación del
opuesto principio romano "6; y éste es un título de gloria del 117 M o m m s e n , 422, 430.
derecho de Roma. 118 Vid. supra, p. 116.
Es cierto que el derecho romano no supo mantenerse a la 119 M o m m s e n , 346 y s.
altura así alcanzada. En época imperial el acusado es some 120 M o m m s e n , 255. 259.
121 M o m m s e n , 406 y s . .
tido a interrogatorio incluso en el procedimiento de las 122 Sobre lo que sigue P. G id e ., Étude sur la condition privée de la
quaestiones, y también aquí el magistrado no se limita más femme (2.a ed. a cargo de E s m e in , 1885), 123 y ss.; Kr o l l , 2, 26 y ss. So
bre la posición de la mujer casada, vid supra, p. 214 y ss.
123 Mommsen, StaatsR., 3, 9, n. 1; G elio, 5, 19, 10: «cum feminis
111 M o m m s e n , 404. nulla comitiorum communio».
112 M o m m s e n , 149 y s. Vid. supra, p. 201. 124 M o m m s e n , StaatsR., 1, 493.
•o M o m m s e n , StaatsR., 3, 1, 354. 356; SirafR., 165. 123 D. (50, 17), 2 pr.
114 H e r m a n n - T h a l h e i m , Lehrb. der griech. Rechtsaltertümer 126 Los casos atestiguados pueden explicarse todos con una corregen
(1895), 33, n. 3; B u r c k h a r d t , Griech. Kulturgesch., 1, 254; vid. infra, cia de hecho. No son convincentes las explicaciones de K o r n e m a n n ,
p. 237. Doppelprinzipat und Reichsteilung (1930), sobre la corregencia de las
"5 Pan. oral., 34. 118. mujeres: vid. en contra también O. T h . Sc h u l z , «SZ», 51, 506.
116 M o m m s e n , 405. ' 27 L e n e l , Ed., 76.
230 PRINC IPIOS DEL DERECHO ROMANO
I h u m a n id a d 231

como juez 128. En cuanto al proceso magistrado-comicial, le según su contenido y su intención. El derecho privado se fue
falta, en general, la capacidad procesal, por lo que le es ne adaptando poco a poco a estos dictados de la humanitas. Esta
gado también el derecho a la provocatio 129. La tutela de las evolución acontece desde los últimos tiempos de la Repúbli
mujeres es considerada ya por los juristas clásicos como una ca hasta la edad de Justiniano. Pero todavía está vivo en la
institución en vía de agotamiento l3°, y pierde también mu época clásica el sentimiento de la importancia a atribuir a la
cho de su severidad desde que Claudio abole la tutela agna claridad, y de la fuerza educadora de un ordenamiento jurí
ticia 131; sin embargo no desaparece completamente antes del dico rígido y constante 137. Este sentimiento se pierde en épo
siglo v 132. Hasta Justiniano la mujer continúa siendo incapaz ca postclásica; y docenas de decisiones clásicas son limitadas
para la función de tutor impuberis, y sólo este emperador lla o transformadas en sus contrarias, en el sentido de la huma
ma excepcionalmente a la madre y a la abuela a la tutela de nitas, añadiéndose frases como sed melius est..., sed benig
los propios hijos y nietos 133. La lex Voconia, que había dis nius est... y similares. El rigor formalista del derecho clásico
minuido la capacidad de la mujer para ser contemplada en se atenúa considerablemente, y se atribuye a la voluntad,
los testamentos, estaba ciertamente en desuso bajo el Princi frente a la declaración, una importancia jurídica que es, en
pado 134, pero en el año 46 a. C. fue publicado el senadocon- j parte, excesiva. Bajo la influencia del cristianismo se refuer-
sulto Veleyano, que excluía a la mujer de los actos que tu i za la idea social, es decir, la idea de la solidaridad humana, y
vieran carácter de intercessio l35. Solamente el derecho que sea debido y necesario socorrer a los débiles. La historia
justinianeo abolió las limitaciones que el derecho clásico ha de esta humanización del derecho privado no puede descri
bía observado en la llamada de las mujeres a la sucesión he birse aquí más detalladamente; la materia es muy copiosa, y
reditaria 136. faltan investigaciones preliminares que permitan reordenarla
El d e r e c h o p r i v a d o sintió la influencia de la según puntos de vista objetivos, pero grandes grupos de tex
idea de humanidad en muchos casos particulares. Respetar a tos han sido ya trabajados críticamente, y ya se ha asignado
los demás, ejercitar el propio derecho con moderación, pres a muchos pasajes su lugar en esta evolución histórica 138.
tar ayuda a los pobres y a los débiles, no valerse del rigor de
las leyes sino usar la indulgencia, no especular con las pala
bras y con las formas sino interpretar los negocios jurídicos*12045 137 Cfr. B eseler, «St. Riccobono», 1, 287 y ss.
138 La literatura sobre este conjunto de cuestiones, abundante y muy
dispersa, no puede ser recogida aquí. Hasta 1926 se encuentra mucho en
128 D. (5, 1) 12. 2. G u a rn eri C itati, índice (1927) bajo las voces aequitas, aequus, iniquus,
129 M o m m s e n , StaatsR., 3, 352: StrafR., 163 y 475. benigne, benignitas, benignus, humanitas, humanus, inhumanus, duritia,
120 Cfr. R a b e l , Griindziige, 424; K u n k e l , § 192. Probablemente no durus, ius strictum, iuris rigor, subtilis, subtilitas [cfr. ahora los suple
corresponde a Gayo la polémica contra la tutela de la mujer en G a y o , 1, mentos al mismo índice en «St. Riccobono», 1, 699 y ss., y en «Festschr.
190: So l a z z i , «St. Riccobono», 1. 187. Koschaker», 1, 117 y ss.]. Entre los escritores más recientes recordamos
oí G a y o , 1, 157. 190; 2, 121. 122. j los siguientes (cada uno de ellos cita a su vez otra bibliografía): B eseler,
122 Bo n f a n t e , Corso, 1,412: inexacto K ipp , Das rom. Recht, 181 [en Opora (1930), 10, y «St. Riccobono», 1, 287 y ss.; Pringsheim, Aequitas
St a m m l e r , Das gesamte deutsche Recht (1930), 181]. und bona fides, en «Conf. per il XIV Cent, delle Pand.», 1931, 183 y ss.;
122 W in d s c h e id , Parnl., 3, 434; W e n g e r , «SZ», 26, 449>y ss. vid. también «SZ», 52, 78 y ss.; A lb e rta rio , «St. Bonfante», 1, 641 y ss.
124 Vid. V. W o e s s , Das romische Erbrecht und die Erbanwarter, 70 y Sobre la influencia del cristianismo, vid. especialmente Riccobono, L'in-
ss.; S ib e r , 344; R otondi, Leges publicae (cfr. supra, p. 29, n. 10), 283. fluenza del crist. nella codificazione di Giustiniano, en «Scientia», 5,
125 K u n k e l , § 133. 1909; el volumen Cristianesimo e diritto romano («Pubbl. Univ. catt. del
'2* Cfr. C. I. (6. 58) 14 y 15; (6, 55) 12; Inst. (2, 13) 5. Sobre la su S. Cuore», ser. 2, vol. 43); Pringsheim, Romische Aequitas der christli-
puesta influencia de la emperatriz Teodora en Justiniano cfr. G ia n t u r c o , chen Kaiser, en «Acta Congressus», 1934, 1, 119 y ss.; A lb erta rio , In-
«St. Fadda», 4, 1 y s. (no convincente). Vid. a propósito D u q u e s n e , troduzione, 1, 86 y ss. Sobre las actitudes sociales del derecho romano
«Nouv. rev. hist.», 32 (1908). 254 y s. B ra s s lo ff , Sozialpolitische Motive in der rom. Rechtsentwicklung
232 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO HUMANIDAD 233

Nos limitamos aquí a señalar algunas cartas de P l in io e l J o v e n , complacidos la «clemencia de los antepasados» y «nuestra
Epist., 2, 16. Un tal Aciliano instituyó heredero a Plinio por una cuota de bien conocida clemencia» 142, y los extranjeros repiten estas
su patrimonio, y en un codiciio le impuso legados. Los codicilos son nu palabras 143. Quien quiera pronunciar un juicio acerca de la
los, dice Plinio, «quia non sunt confirmati testamento» 139; pero declara justificación de esta fama, tiene que aplicar, naturalmente, la
que los acatará como si fueran válidos, porque «ego propriam quandam le medida de la época. Es cierto que la administración romana
gem mihi dixi, ut defunctorum voluntates, etiamsi iure deficerentur, quasi
perfectas tuerer: constat autem codicillos istos Aciliani manu scripta».-4,
fue, hasta la edad imperial, bastante rigurosa con los peregri
10. Una mujer instituyó heredero a Plinio y al destinatario de esta carta, y nos; incluso el humano Cicerón encuentra por lo menos ex
dispuso un legado a favor de su esclavo Modesto con las palabras: «Mo plicable que un gobernador «prefiera ser tachado de crueldad
desto quem liberum esse iussi», mientras que en ninguna parte del testa antes que de indolencia» 144 y consiente que el defensor de
mento lo había declarado libre. Plinio escribe que había pedido consejo a Verres le replique que «sin severidad no se puede gobernar
los juristas, y que éstos le habían explicado que aquel esclavo no había un Estado» 145. Pero los romanos no son vengativos, y sobre
sido manumitido, ni le era debido el legado: «nec libertatem deberi, quia todo son administradores de sana economía e imperialistas
non sit data, nec legatum, quia servo suo dederit». Pero aquí considera conscientes de sus fines 146. Dar el golpe de gracia a los ad
también Plinio que la voluntad de la testadora tenía que ser cumplida
versarios cargados de heridas, exterminar a la población o re
igualmente, y espera que su corresponsal piense del mismo modo, «cum
religiosissime soleas custodire defunctorum voluntatem, quam bonis he ducirla a la esclavitud, arrasar sus casas y reducirlas a ceni
redibus intellexisse pro iure est: neque enim minus apud nos honestas zas, como era la práctica griega y la oriental 147, es algo que
quam apud alios necessitas valet».-5, 7. Plinio y su corresponsal son ins no gusta a estos hombres. Apenas conseguida la victoria — y
tituidos herederos, pero el testador dejó algo también a la ciudad de Como. es cierto que no se utilizan miramientos de ninguna clase en
Esta última disposición es ciertamente nula 140. Plinio declara querer aca procurar conseguirla— se apresuran por incorporar la tierra
tarla igualmente: «si ius aspicias, inritum, si defuncti voluntatem, ratum et y sus habitantes al imperio de Roma 148. Por esto se deja a los
firmum est. Mihi autem defuncti voluntas (vereor quam in partem iuris
consulti, quod sum dicturus, accipiant!) antiquior iure est».-Se manifiesta
por doquier la opinión de la validez incondicionada de la voluntas testa d e r, en «Die Antike», 5 (1929), 301 y s., y en «Hermes», 69, (1934), 64.
toris. que dominará más tarde la jurisprudencia y la legislación postclási 66.; M. G e lz er, en «Hermes», 68 (1933), 164; H. D ahlm ann, Clemen
tia Caesaris, en «Neue Jharb. f. Wiss. u. Jugendbildung», 10 (1934), 17
ca. Por lo demás, en derecho justinianeo los tres casos se habrían decidi y ss.; Knoche, Magnitudo animi, 75 y ss. Vid. también supra, p. 142
do del modo que responde a la humanitas de Plinio. y ss.
142 C icerón, in Verrem, II, 5, 29, 74: «o clementia populi Romani»;
La humanitas ejerció también su función en el á m b i ibid., 44,1.15: «indigne fuerunt illam clementiam mansuetudinemque nos
tri imperii in tantam crudelitatem inhumanitatemque esse conversam»; ad
t o j u r í d i c o d e l o s p e r e g r i n o s . La «clemen fam„ 5, 1: «maiorum nostrum clementia». Livio, 45, 4, 7: «clementia po
cia romana» en el trato a los peregrinos es proverbial a par puli romani»; 30, 42, 17; 33, 12, 7; C atón en G elio, 6, 3, 52.
tir del siglo ii a. C. 141. Los romanos de esta época recuerdan 143 Dionisio de H a lic a rn a so , 8, 36 i n f ; Polibio, 18, 37,7.
144 C icerón, in Verrem, II, 5, 3, 7: «durum hoc fortasse videatur, ne
que ego ullam in partem disputo: tantum intellego, maluisse Domitium
(1933), donde se cita la literatura anterior; L. H a h n , Kaiserturm (vid. su crudelem in animadvertendo quam in praetermittendo dissolutum vi
pra, p. 135. n. 7), 8 y ss. deri».
139 Vid. a propósito Fe in , en la continuación del Commentario de 145 In Verrem, II, 5, 9, 22: «dicet rem publicam administrari sine metu
Glük. 44. 19 y ss. [trad. italiana, libro 29. 2. 14 y s.]. ac severitate non posse».
14(1 Sobre la materia M it t e is , RP. 1, 377 y s.; R a b e l , Grundzüge, 146 Cfr. Mommsen, Reden und Aufsatze, 439.
429. 147 Vid. J. B u rc k h a rd t, Griech. Kulturgesch., 1, 299 y s. 364; Ed.
141 Vid. a propósito K ro ll, 1, 8 y s.; Ed. N orden, Vergil Aeneis Buch M eyer, Kleine Schr, 1 (2.a ed., 1924), 184.
VI (3.a ed.. 1926). 336; W enger, Vori der Staatskunst der Rómer, 24; H a r - 148 Vid. Dionisio de H a lica rn aso , 2, 16 (muy importante por la opi-
234 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO
HUMANIDAD 235

peregrinos su tierra, su derecho, y, de hecho o de iure, su au gloriando de esta «regia hazaña» 154. Augusto y Tiberio fue
tonomía *149, y, en el caso de que no pertenezcan aún al ám ron los primeros en traer también aquí un poco de clemen
bito de la civilización greco-romana, se trata de llamarlos a cia 155. Por otra parte, ya en época republicana se reconoce a
tomar parte en ella >50. Con esta «clemencia» actúan los ro
los peregrinos la capacidad de acusar en el proceso de las
manos en su mundo humanamente, máxime cuando desde quaestiones 156, y también se prohíbe la tortura respecto a los
Augusto y Tiberio renunciaron a la política de conquistado
acusados y testigos peregrinos 157.
res que en otro tiempo había sido producto de la salvaje vio
Todavía más lentamente, y a través de mayores dificulta
lencia de las guerras civiles de Mario y de Sila. Es cierto que des, penetra finalmente la humanitas en la r e g u l a c i ó n
les falta a los peregrinos aquel aparato defensivo del derecho d e l a e s c l a v i t u d 158. „
y del proceso criminal del que goza el ciudadano romano 151. La humanitas exige la abolición de la esclavitud, o, por
No existe en relación con ellos el baluarte de la provocatio. lo menos, que el poder del dueño sea limitado y que la posi
Y aquella repugnancia en la aplicación de la pena de muerte, ción del esclavo se aproxime a la de un trabajador libre. Pero
que habíamos visto en funcionamiento respecto a los ciuda este postulado se insinúa muy tímidamente en el movimien
danos romanos, no rige nunca en relación con los delincuen to humanitario de la antigüedad. Es cierto que ya en la sofís
tes peregrinos, o de aquellos que se1presentan como tales a tica del siglo iv se encuentra esta máxima: «la divinidad ha
los funcionarios romanos. No sólo estaban los gobernadores hecho libres a todos, no ha hecho esclavo a ninguno» 159.
del tipo de Verres para dejar caer en abundancia condenas a Pero esta doctrina fue combatida por A r i s t ó t e l e s , que pre
muerte como otros príncipes de Guastalla 152; véase el tre sentaba la institución de la esclavitud como una necesidad
mendo juicio de Claudio Nerón 153, ó bien el caso de Volesus vital para el Estado 160. El antiguo y el medio estoicismo, rei
Messala, que bajo Augusto hace ajusticiar a 300 hombres en vindicando a A r i s t ó t e l e s , defienden también la esclavi
un solo día (naturalmente peregrinos) y después se fue vana- tud 161*, salvo C ris ip o , que intentó mejorar la situación del es-

nión de los ambientes senatoriales del último siglo de la República, en los 154 Sé n e c a , De ira, 2, 5: «Volesus nuper sub divo Augusto proconsul
que vivía el autor): «Rómulo hizo además una tercera ley, que los grie Asiae, cum CCC uno die securi percussisset, incidens inter cadavera vul
gos habrían hecho muy bien en imitar, en mi opinión la mejor entre to tu superbo... graece proclamavit: o rem regiam». Véase también el senti
das, que es la fuente de la duradera libertad de los romanos y ha contri miento verdaderamente romano en C ic e r ó n , in Verrem, II, 5, 26, 66:
buido no poco al reforzamiento de su dominio; y es ésta: no destruir la «nihil est victoria dulcius... quam quos saepe metueris, eos te vinctos ad
ciudad vencida con la insensata matanza de los adultos, no reducir a es supplicium duci videre»: cfr. M o m m s e n , StrafR., 238.
clavitud a la población, no dejar el territorio en prenda a los animales, 155 T ácito , Ann., 3, 66 y ss.
sino enviar colonos y dividir entre ellos una parte de las tierras, transfor 156 Mommsen, StrafR., 200.
mar las ciudades conquistadas en colonias romanas, y conceder incluso 157 M o m m s e n , 405.
la ciudadanía a alguna de ellas». Cfr. también el libro XIV frag. 6.- Au
158 Sobre lo que sigue W a llo n , Histoire de l ’esclavage dans l ’anti-
g u s t o , Res gestae., 3: «Externas gentes, quibus tuto ignosci potuit, con
quité, t. 2.°, vol. 3 (2.a ed., 1879); K ro ll, 2 82 y ss.; Ihering, 2, 166 y ss.;
servare quam excidere malui». Obsérvese la limitación, típicamente ro
W. L. W esterm ann, Sklaverei, en Pauly-Wissowa, Supl. 6 (1935).
mana, en las palabras «quibus-potuit», y piénsese en C é s a r , Bell. Gall., __ 159 A l c id a m a s d e E l e a (discípulo de Gorgias): éXevdépoiq átpijxe
2, 33, 7; 3, 16, 4. i
Tjávzaq ó 6eóq, ovSéva SovXov 77 tpvcng k£uoít)xe. Cfr. Ka e r s t , Ges-
149 Vid. supra, p. 58. chichte des Hellenismus, 1 (3.a ed., 1927), 84; J u e t h n e r , Hellenen und Bar
150 B u rc k h a rd t, 1. c., 300, n. 3.
baren (colee. «Das Erbe der Alten», N.S, 8), 17; W e s t e r m a n n , 1. c., 926.
151 Sobre lo que sigue Mo m m s e n , StrafR., 79, 239 y s., 475, 634, 943
160 Politica, 1, p. 1253¿>, 15 ss. Cfr. Z e l l e r , Griech Philosophie, II, 2,
y s.; E. L e v y , Die rom. Kapitalstrafe. 40 y ss., L e n g l e , 11. 46. 690 y ss.; J u e t h n e r , 25 y ss., y allí cit.; W e s t e r m a n n , 927.
I5- Lessing , Emilia Galotti, 1,8. 161 Sc h m e c k e l , Philosophie der mittleren Stoa (1892), 379; Ka e r s t ,
153 C icerón, in Verrem, II, 1, 24, 63 y ss.; 28, 72; 30, 75-76.
Geschichte des Hellenismus, 2 (2.a ed., 1926), 130; W e s t e r m a n n , 940.
236 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO HUMANIDAD 237

clavo construyendo su relación con el dueño como un con manera no se le habría podido aplicar la regla de la usuca
trato de arrendamiento de trabajo perpetuo 162. Ni siquiera pión, que precisamente hablaba de res 166. Por otra parte, las
C icerón cambia fundamentalmente este punto de vista. Es XII Tablas contemplaban las lesiones infligidas a un esclavo
significativo que él, mientras que utiliza con infinita fre no como daños de cosas, sino como lesiones corporales 167,
cuencia las palabra humanitas y humanus, no las aplica, a lo mientras que, más tarde, la ley Aquilia contempló la muerte
que parece, ni siquiera una vez a la relación entre esclavo y y la lesión de esclavos como casos de daño 168. Pero natural
dueño l63. Y no es menos significativo el hecho de que en su mente los romanos no pensaron jamás en aplicar a los escla
momento se quiera casi excusar frente a Ático porque la vos el mismo régimen jurídico aplicado a los animales. In
muerte de su esclavo lector le «ha conmovido verdadera dudablemente, siempre le faltó al esclavo romano, por muy
mente más de lo que debiera conmoverle la muerte de un es atrás que podamos remontarnos, la capacidad jurídica de de
clavo» l64. Éste es el humano Cicerón; él era un buen amo recho privado, no tiene un patrimonio propio 169. Pero es ca
para sus esclavos, pero frente a la muerte de uno de ellos no paz de delinquir, tanto para los delitos públicos como para
se comportaba de forma diferente de la que se comportara los privados, y está sometido al procedimiento penal públi
Bismark por la muerte de uno de sus perros 165. Tan incierto co 17°. Y también fue, ciertamente desde un principio, capaz
e inseguro era todavía a fines de la República el movimiento de participar en negocios jurídicos; y desde que el pretor in
humanitario en esta materia; está claro que no podemos es trodujo las acciones adiecticias, capaz incluso de negocios
perar que el régimen republicano de la esclavitud haya sufri jurídicos de los que nacen obligaciones. Sin embargo, no tie
do de manera notable la influencia de la humanitas. ne capacidad para el matrimonio 171. Por lo que se refiere al
En efecto, en la época republicana la situación jurídica derecho hereditario, el esclavo puede ser instituido heredero.
del esclavo no sufre cambios esenciales. Es cierto que el he Naturalmente, sólo puede aceptar la herencia con la autori
cho de que el esclavo fuera contado desde antiguo entre las zación del dueño, al que proporciona así la posición jurídica
res, no quiere decir más que esto, que se le aplican ciertas de heredero; es necesario, sin embargo, que el acto de adqui
normas de derecho que valen para las cosas. Pero con esto no sición sea realizado por el esclavo, y el dueño no podría rea
se niega la p e r s o n a l i d a d del esclavo. En las XII Ta lizarlo en su lugar; así es que, si el esclavo muere antes de la
blas la mujer era también considerada entre las res; de otra aceptación, la herencia se pierde para el dueño 172. Para el
derecho s a c r o el esclavo tiene capacidad de derecho y
capacidad de obrar. Puede obligarse mediante el voto, puede
162 S é n e c a . De benef, 3, 22: «Servus, ut placet Chrysippo, perpetuus
mercenarius est». Cfr. v. A r n im , Stoicorum veterum fragm., 3, ns. 351-
352, y C ic e r ó n , de officiis. 1. 13 , 41: «fortuna servorum, quibus non male 166 Objeto de esta usucapión es la mujer, no la manus: G e l io , 3, 2, 12;
praecipiunt qui ita iubent uti ut mercenariis». cfr. G a y o , 1, 111; inexacto B r a s s l o f f , «St. Bonfante», 2, 379, n. 34.
162 Cfr. Sc h n e id e w in (supra, p. 211, n. 1), 206. Cuando en el examen '«■Tabla 8, 3.
de un problema de la escuela estoica {de off., 3, 23, 89), el autor a quien >68 B r u n s , Fontes, n. 2. Se observa, sin embargo, que la frase en la
C ic e r ó n acude decide cotra la humanitas, ni el mismo C ic e r ó n se opone. que los esclavos son expresamente citados entre las cosas («ceterarum re
164 Ad Att., 1, 12: «... et mehercule eram in scribendo conturbatior: rum praeter hominem et pecudem occisos») no es genuina: L e n e l , «SZ»,
nam puer festivus, anagnostes noster Sositheus, decesserat meque plus, 43, 575; St e l l a M a r a n c a , «Bull.», 35, 27 en n.
quam servi mors debere videbatur, commoverat». 169 Para e l p u n t o d e v i s t a d e o t r o s d e r e c h o s a n t i g u o s , c f r . T a u b e n s c h -
165 Tiedemann, Aus sieben Jahrzehnten: Erinnerungen, 2 (1909) 207; l a g , «SZ», 50, 156 y s.
«Me dice que es pecado ligar el propio corazón a un animal, como él ha 170 M o m m s e n , StrafR., 80 y s.; A d . Sc h m id t , Von der Deliktsfcihigket
bía hecho»; p. 208: «Y todavía se hace reproches porque se entristece tan der Skaven, 1 [1873].
larga y profundamente por la muerte de un animal». Cfr. P lu ta rc o , So- 171 P l a u t o , Casina, Prologo, 68.
Ion, 7. >72 G a y o , 3, 212.
HUMANIDAD 239
238 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO

Aparte de esto, en la edad republicana la humanitas úni


llegar a ser (con el consentimiento del dueño) miembro de
asociaciones religiosas, y el lugar en el que es enterrado es camente inspiró un mejoramiento d e h e c h o en el tra
to del esclavo y una magna liberalidad en las manumi
locus religiosus. Todo esto supone indudablemente un reco
siones.
nocimiento de personalidad 17-\ Pero la potestas del dueño,
su poder disciplinario, el derecho de vida y muerte, son jurí En la edad imperial la humanitas se afirma muy enérgi
dicamente ilimitados. El esclavo, además, puede ser objeto camente también en materia de esclavitud. S é n e c a tiene el
mérito de haber trabajado con la mayor insistencia no ya, en
de tortura, ya como acusado, ya como testigo, pero solamen
te en el proceso penal, mientras que los griegos llegaron a la tiéndase, por la abolición de la esclavitud, sino para que la
ignominia de someterlo a tortura también en el proceso ci relación entre amos y esclavos adquiriera actitudes huma
vil 173174. Parece que sólo en un punto ejerció su influencia la nas I77; y otros le han seguido. El cristianismo acogió esta
humanitas sobre el derecho ya en época republicana, y pre doctrina, pero no añadió nada nuevo, y no predicó nunca en
cisamente sobre la doctrina del partus ancillae. Si Bruto, en especial, en la edad antigua, la abolición de la esclavitud 178.
contraste con M. Manilio y Scaevola, no quería admitir que Bajo la influencia de tales doctrinas se mejora de nuevo la si
el nacido de la esclava fuera considerado como fruto de la tuación d e h e c h o de los esclavos; e incluso Trimalción
madre 175, esta opinión no puede haber sido sugerida más que exclama: «Amigos, también los esclavos son hombres, tam
por las doctrinas de la filo so fía humanitaria griega 176. bién han bebido la misma leche que nosotros, aunque el des
tino (¡!) les haya maltratado» 179. Por otra parte, a partir del
siglo ii disminuye el número de esclavos y la institución de
173 P ernice. Zum rom. Sakrcilrecht, II («Sitzungsberichte preuss. la esclavitud pierde cada vez más su importancia económi
Akad. der Wiss.», 51 (1866), 1173 y ss.); B r a s s lo f f {supra, p. 231,
n. 138), 30 y s.; F o u c a rt, Les associations religieuses { 1873), 7 y ss.; Ka- ca 18°. En este punto se pueden señalar algunos progresos
e r s t, Gesch. des Hellenismus, 2, 263; S c h n o rr v. C a r o ls f e ld , Ges- también en el campo jurídico. Tiene poca importancia el he
chichte der jur. Person, 1 (1933), passim (los pasajes están citados en el cho 181 de que incluso en las obras de los juristas se procla
índice alfabético, voz serví). men los lugares comunes filosóficos acerca de la «libertad
174 B u rc k h a rd t, Griech Kulturgeschichte, 1, 168 y s. 351 y s. Algu
nas excepciones están sancionadas por constituciones imperiales en mate natural» o la «solidaridad natural entre todos los humanos»,
ria de tutela y de herencia: v. B ethm ann-H ollw eg, Rom. Zivilprozess, 2, y, por otra parte, parece siempre que se trate de glosemas
598; P au lo , Sent., 5, 15, 6 y 5, 16, 2, con los pasajes recogidos en nota en postclásicos 182. Pero son más interesantes los casos concre
la edición de S eckel-K uebler. tos 183. Claudio declaró libre al esclavo que hubiera sido
175 C icerón, De fin., 1,4, 12; D. (7, 1) 68.
I?f> Cfr. D. (22, 1) 28, 1: «Partus vero ancillae in fructus non est, ita
que ad dominum proprietatis pertinet: absurdum enim videbatur hominem 177 Rubín, Die Ethik Sénecas (tesis, Berna, 1901), 82 y ss.;
in fructu esse, cum omnes fructus rerum natura hominum causa compara i M. M uehl, Die antike Menschheitsidee, 85.
verit». C icerón, de fin., 3, 20, 67 (v. Arnim, Fragm. Stoicorum, 3, n. 371): 178 Vid. Z ahn, Sklaverei und Christentum im Altertum (Aus den Le-
«Praeclare enim Chrysipus, cetera nata esse hominum causa et deorum, i ben der alten Kirche, 3.a ed., 1908, 133 y ss.); B ra s s lo ff (cit. supra,
eos autem communitatis et societatis suae». Nuestra documentación en el n. 138) 104.
Digesto es, por otra parte, pésima. En el pasaje últimamente citado la fra 179 P etro n io , Cena Trimalc., 71, 1 «Amici, inquit, et servi homines
se absurdum rell. es sustancialmente exacta, pero, sin embargo, no genui : sunt et aeque unum lactem biberunt, etiam si illos malus fatus oppresse-
na; D. (7, 1) 68 ha sido fuertemente recortado por los compiladores; en D. I rit».
(5, 3) 27 pr. «quia - pariant» está interpolado (B uckland, Román law of 180 Ed. M eyer, Kleine Schr., 1, (2.a ed., 1924), 212; B ra sslo ff, 61 y s.
slavery, 21). Vid. sobre estos fragmentos el Index Itpl. Recuérdense sobre 181 Sobrevalorado por M uehl, 108.
la materia Brini, La sentenza di Bruto sui parti delta schiava, en «Mem. 182 Vid. A lb e r ta rio , Sui concetto di ius naturale, en «Rend. Ist.
Acad. Bologna», secc. c. mor., IV, 1909-10; B onfante, Corso, 2, 1 (1926) Lomb.», 57, 1924, 168 y ss.
163 y allí cit.; B asanoff, Partus ancillae (París, Sirey, s. f.), sobre el cual 183 Datos y vieja literatura en Zimmer, Geschichte des rdm. Pri-
Kaden, «SZ», 5 1,532 y ss.
240 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO HUMANIDAD 241
abandonado por vejez o por enfermedad, y castigó como ho Sentia (del 4 d. C.) se limitó la libertad de manumitir escla
micidio la muerte de un esclavo en estas condiciones 184. vos y se redujeron los efectos de la manumisión. La primera
Adriano impuso la pena de relegación a una mujer que había ley permite manumitir por testamento sólo un tanto por cien
maltratado cruelmente a sus esclavos por motivos fútiles 185. to de la familia servil, en una proporción decreciente con el
También prohibió a los amos matar a los esclavos, y ordenó crecimiento del número de esclavos 193. La ley Aelia Sentia
que los culpables fueran entregados al juez para ser castiga negó la ciudadanía, que normalmente se conseguía con la
dos; pero su constitución no tuvo aplicación general 186. manumisión, a ciertos esclavos de mala fama, declarándolos
Adriano prohibió también que, sin una razón, fueran vendi «peregrinos súbditos del Estado» (peregrini dediticii) 194.
dos la esclava o el esclavo a un proxeneta o a un lanista 187. Además se hizo más difícil la manumisión. El esclavo menor
Antonino Pío intervino muchas veces contra el trato inhuma de treinta años sólo podía ser manumitido con el parecer fa
no a los esclavos, y ordenó, a cargo de los gobernadores, que vorable de un consilium, cuya composición era fijada en la
las víctimas fueran vendidas; según su criterio, la muerte del misma ley. El manumitente que no tuviera todavía veinte
esclavo por parte del amo tendría que haber sido igualada a años también tuvo necesidad de la autorización del consi
la muerte de los esclavos ajenos 188. Pero parece que sólo lium. Se prohibió la manumisión in fraudem creditorum l95.
Constantino incluyó esta muerte en la categoría jurídica del Estas dos leyes continuaron en vigor hasta Justiniano, pero
homicidio 189. Por lo demás, los cambios en la situación jurí fueron mitigados sus efectos. Bajo Tiberio, la ley Iunia Nor
dica de los esclavos no fueron muchos. Continuaron siendo bana concedió la latinidad a los manumitidos por los modos
incapaces para el derecho 19°, y también incapaces para con «pretorios», pero leyes posteriores les concedieron la posibi
traer matrimonio, aunque en la legislación del Bajo Imperio lidad de alcanzar la plena ciudadanía 196. Pero, independien
se manifieste la tendencia a no disolver las uniones perma temente de la recordada atenuación de las dos leyes augus-
nentes entre esclavos 191. Más importante'es el auge del favor teas, se observa también ya en época clásica, en toda una
libertatis después de la muerte de Augusto. Como ya hemos serie de decisiones concretas, el abandono de la política de
dicho en otra ocasión 192, Augusto había abandonado esta Augusto en esta materia 197. Que los clásicos hayan o no ha
tendencia, ya viva en la edad republicana, para «mantener yan utilizado ya en estas ocasiones el término favor liberta
inmune», como él decía, «al pueblo de sangre esclava». En tis, no tiene relevancia para nuestra investigación, puesto que
las dos leyes consulares Fufia Caninia (del 2 a. C.) y Aelia se inspiraban en efecto en este favor. La época postclásica
prosiguió enérgicamente en esta tendencia, que tuvo su cul
minación en la edad de Justiniano. Justiniano y su círculo se
vatR.s, 1, 161 y ss.; Bo n f a n t e , Corso, 1, 148 y ss.; W e s t e r m a n n , 1. c., inspiran en gran medida en el favor libertatis; la ley Fufia
1042.
184 S u e t o n io , Claudius, 25: Mo m m s e n , StrafR., 616.
183 Coli., 3, 3 ,4 = D. ( 1 . 6 ) 2 , i n f 193 K u n k e l , § 41; R o t o n d i , Leges publicae, 454; Z im m e r , 769;
186 Script. hist. Aug., Hadrian., 18; Mommsen, 617, n. 2. Cambr. anc. hist., X, 432.
187 Script. hist. Aug.. 1. c. 194 Supra, p. 146, n. 69.
188 Coli., 3. 3, 1-3 y 5; Gayo, 1, 53. 195 K unkel, 1. c.; S ch u lz, «SZ», 48, 197 y ss; B eseler, «Tijdschr. v.
'89 C. Th. (9. 12) I; Mommsen, 617. Rechtsgeschiedenis», 10, 199 y ss.; Z im m e r , 1, 761 y ss.; B u ckland, Sla-
190 EI servus publicus obtuvo sin embargo la facultad de disponer de very, 537 y ss.
una mitad de su peculio: Epit. Ulp., 20, 16; T aubenschlag, «St. Bonfan 196 La ley Aelia Sentia había anticipado esta solución para un único
te», 1,383. caso: G a y o , 1, 28 y ss. Cfr. sobre la materia Z im m e r , 778 y ss.; pero vid.
191 B o n f a n t e , Corvo, 1, 151. también Cambr. anc. hist., X, 888.
' 97 Supra, p. 143. 197 Vid. también supra, p. 143.
242 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO

Caninia es abolida 19><, la Aelia Sentía fuertemente atenuada, FIDELIDAD *


y los textos de la jurisprudencia clásica sometidos a amplias
manipulaciones bajo la inspiración del favor libertatis A
pesar de numerosos estudios parciales 200, falta todavía una
historia profunda del favor libertatis, que ponga ante los ojos Huius imagine ante oculos posita venerabile fidei numen dexteram
la colección completa de los textos, ordenados sistemática suam, certissimum salutis humanae pignus, ostentat: quam semper
mente, y los valore desde el punto de vista crítico. Esta his in nostra civitate viguisse omnes gentes senserunt.
i
toria podrá ser una importante contribución a la de la huma V alerio Máximo, Mem., 6, 6.
nitas romana si se escribe no sobre la base de las obras de
poetas y filósofos, sino sobre la de los textos jurídicos. Fundamentum autem est iustiliae fides, id est dictorum
conventorumque constantia et veritas.
Cicerón, de officiis, 1, 7, 25.

La fides se define en la antigüedad como ser de palabra,


tener palabra: fit quod dicitur Aunque sea ésta una de las
habituales definiciones etimológicas con base en juegos ver
bales, y aunque el contenido de la palabra esté con ello lejos
de ser agotado 2, el significado esencial, sin embargo, está re
cogido. Fides, que de ahora en adelante traduciremos como
«fidelidad» 3, es la sujeción a la palabra dada, el sentirse li
gado a la propia declaración.
Los romanos se vanaglorian de su fidelidad 4, y contra-

* Prinzipien..., p. 151; Treue; Principies..., p. 123: Fidelity; I Princi


pii..., p. 193: Fedeltá.
1 C icerón, de off., 1, 7, 23; de re publ., 4, 7; adfam., 16, 10, 2. Otros
textos, en principio, de la voz Fides, en el Thesaurus ling. Lat. Cfr. P er
nice, Labeo, 1, 409.
2 Vid. la citada voz Fides en el Thesaurus y sobre la materia R. F ra-
enkel, «Rhein. Mus.», 71, 1916, 187 y ss.; Heinze, «Hermes», 64 (1929),
19« C. 7, 3. 140 y ss.; B eseler, Beitrage, 4, 106; «SZ», 45, 426; 49, 416; «Atti del
199 Vid. los estudios de S ch u lz y de B eseler citados supra, n. 195. Congr.», Roma, 1, 135 y ss.
20° ¡yo P faff, Ein Beitrag zur Lehre vom favor libertatis, 1894; Ro- 3 [(TV. del T. italiano): En el alemán de S chulz, Treue. En italiano
to n d i, Scritti giur., 3, 476 y ss. (sobre ello E b ra rd , «SZ», 44, 536); convendría traducir en ciertas hipótesis «fe», en otras «confianza» o «fi
Pringsheim , «SZ», 42, 655; B e se le r, «SZ», 43, 418; A lb e rta rio , delidad»: he elegido por lo general esta última expresión, que me parece
«Bull.», 33, 50 y ss. = Stucli. 1,63 y ss.; S chulz, «SZ», 48, 197 y ss., 280; la más adecuada para cubrir las distintas acepciones.] [(N. del T.): Elijo
B eseler, «Tijdschrift», 10, 199 y ss.; B onfante, Corso, 1, 168; D onatu- también «Fidelidad» como expresión más comprensiva, coincidiendo con
ti. Le praesumptiones iuris, en «Riv. dir. priv.», 3(1933), 199; B ra s s lo ff, A rangio-R uiz en que en algunas ocasiones conviene traducir el Treue ale
34, 65 y ss. 112 y ss.; Jonkers, «Mnemosyne», 3.a ser., 1 (1934), 241 y mán por «fe» y en otras por «confianza»].
ss.; A lb e rta rio , Introduzione, 88. 4 K r o ll, 1, 26 y s. En D iodoro, 23, 1, Hierón llama a los roma-
244 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO FIDELIDAD 245

ponen orgullosamente la «fidelidad romana» a la púnica o a n e g o c i o j u r í d i c o n o s o l e m n e 12. La fides exi


la griega 5. Ser fiel es uno de sus principios vitales. Natural ge que se mantenga la palabra, cualquiera que sea la forma
mente, en ocasiones, ellos resultaron también culpables de en que haya sido expresada. Los cuatro contratos denomina
falta de fidelidad 6, pero la existencia de la regla es tan poco dos consensúales, compraventa, arrendamiento (en cuyo
negada por estos hechos como la existencia de una norma ju concepto entra también el contrato de trabajo), sociedad y
rídica es negada por su violación. En realidad, los romanos mandato, son conocidos ya en la edad republicana 13, más
tienden seriamente a la fidelidad, y, para ellos, la infidelidad bien, la compraventa consensual ya existe en el siglo ii
es una mancha social. Por otra parte, la fidelidad es también a. C. 14. También el mutuo, el depósito y el comodato son re
uno de los aspectos de la constantia, que a los romanos les conocidos como contratos (reales) no solemnes ya en época
parece la virtud central del hombre 7: «take a course and stick republicana 15. La convención no formal de remisión o de di
to it». Cuando hablan de la fides, los romanos llegan a ser pa lación de la deuda es conocida ya en el siglo ii a. C. Corres
téticos. El viejo Catón hacía notar enfáticamente que los an ponden también a la época republicana los llamados pactos
tepasados habían construido el templo de la Fides sobre el pretorios provistos de acción: el constitutum, el receptum ar
Capitolio muy cercano al de Júpiter óptimo máximo 8. Cice gentarii, arbitrii, nautarum cauponum stabulariorum. La en
rón considera la fidelidad como «lo más santo que hay en la trega no solemne, o tradición (de res nec mancipi), y la pren
vida» 9, y Valerio Máximo como «la base de toda felicidad da son antiquísimas, así como el comienzo no solemne del
humana». Valerio Máximo atina también cuando afirma que matrimonio (en el matrimonio libre). El fideicomiso era tam
bién, en origen, un r u e g o e m i t i d o y a c e p t a d o
todo el mundo conoce la fidelidad romana. El autor del pri
e n t r e v i v o s 16, que obligaba al gravado a la fidelidad,
mer libro de los Macabeos dice que «los romanos tienen
es decir, a mantener la palabra, sin perjuicio de que sólo a
fama de conservar la amistad de sus amigos y la de los que
partir de Augusto, naciera de él una obligación jurídica 17. La
se confían a ellos 1(); y el autor del Evangelio de San Juan
época clásica amplió incluso más el círculo de los negocios
presenta incluso a Pilatos como un hombre que mantiene su jurídicos no solemnes 1819;en particular, dejó decaer la manci
palabra: «Lo que he escrito, escrito está» ". patio y la in iure cessio 19 y finalmente las abolió; redujo
El derecho romano debe al principio de fidelidad ciertas mucho el formalismo de las disposiciones a causa de muer
líneas particularmente características. te; transformó la estipulación en un contrato no solemne
Es significativo, ante todo, el pronto reconocimiento del — oral o escrito— entre presentes 20*.

nos «hombres gue llevan siempre en la boca la palabra «fidelidad» 12 Vid. a propósito P e r n i c e , Labeo, 1, 408 y ss. (superado en muchos
{GpvXovvzeq m rrjq niozecoq ovopa). S ilio I tá lic o , Punica (bajo Tra puntos).
jano), 1, 634, llama a los romanos «sacrata gens clara fide». Cfr. M. 13 K u e b l e r , Rom. Rechtsgesch., 175.
G elzer. «Hermes», 68, 135 y ss., 146 y s. 14 C o s t a , Cicerone giurec., 2, 194.
5 Vid. O tto. Die Sprichworter und sprichwortlichen Redensarten der 15 Por lo menos existían desde entonces las acciones de depósito y de
Rómer (1890), 156. 291. comodato in factum conceptae (G a y ó , 4, 47); cfr. K u e b l e r , 1. c.
6 K r o l l , 1,27. 16 P e r n i c e , Labeo, 1, 413.
7 Supra, p. 107: K ro ll, 1. c. 17 Inst. Iust. (2, 23) 1. Vid. supra, p. 204 y s.
8 Cicerón, de off., 3, 29, 104. 18 Cfr. R i c c o b o n o , « S Z » , 43, 379 y ss.
9 Cicerón, in Verrem, II, 3, 3, 6: «fidem sanctissimam in vita qui pu 19 K u n k e l , §§ 54, 5 y 55, 4.
tat...». 20 Según la constitución justinianea del 531, por lo menos en el texto
10 J. Macab., 8, 1 y 12. En D iodoro, 27, 4, 1, los Lócridas alaban recogido en el Codex repetitae praelectionis [C. (8, 37) 14, 2] es suficien
zrjv zcbv ‘Ropaicov n ionv. Cfr. G elzer, 146, n. 2. te incluso un contrato escrito entre ausentes, con tal de que las partes es
" E v .J o h ., 19.22. tuvieran al menos in eadem civitate en su conclusión. La formulación ori-
246 PRINC IPIOS DEL DERECHO ROMANO FIDELIDAD 247

Característico de la fidelidad romana es además el r í de revocación al expirar ciertos plazos prefijados, como la
g i d o v í n c u l o q u e n a c e de un c o n t r a t o practicamos nosotros; se da, en cambio, en arrendamiento
o b l i g a t o r i o v á l i d o . El hecho de que no sea reco por un tiempo determinado 25. El derecho de revocación por
nocida la eficacia vinculante de la o f e r t a , de que, más incumplimiento del contrato está sancionado en el Corpus
bien, no se haya hablado nunca de e lla 21, tiene su explica iuris 26, pero de un examen atento se revela por doquier
ción en que el contrato entre ausentes, a propósito del que como objeto de interpolación postclásica 27. Son desconoci
surge habitualmente el problema, no era frecuente en la vida dos por el derecho clásico tanto el derecho de revocación del
jurídica romana; para concluir un negocio se recurría a los arrendatario por el riesgo que le derivaría la continuación del
esclavos, a los libertos, a los amigos. Pero el contrato p e r goce 28, como el del arrendador por reparaciones que la cosa
fecto vincula; y está fundam en talm en necesite o por tener él mismo necesidad de ella 29. Ni siquie
te e x c l u i d o el d e s i s t i m i e n t o u n i l a t e ra en materia de c o m o d a t o se concede al comodante
ral d e l c o n t r a t o . por el derecho clásico la facultad de desistimiento por viola
Este principio se actúa con gran claridad en la v e n t a . ción del contrato o por propia necesidad de la c o sa 30. Es
El d e r e c h o f a c u l t a t i v o d e r e s o l v e r e l también postclásico el ius poenitendi en los llamados c o n
c o n t r a t o p o r i n c u m p l i m i e n t o fue siempre t r a t o s r e a l e s i n n o m i n a d o s ; en derecho clásico
extraño al derecho romano; lo regulado en los §§ 325 y 326 no hay aquí un verdadero contrato obligatorio sino una daño
del cód. civ. alemán tiene sus raíces en el derecho germáni ob causam. Solamente en el contrato de m a n d a t o co
co 22. La actitud de los romanos es tanto más significativa, en rresponde a ambas partes el derecho de desistimiento 31.
No es el momento de examinar aquí minuciosamente la
cuanto que tal derecho era conocido por el ordenamiento he
bona fides (expresión tautológica 32*como la alemana «in
lenístico 23 y, precisamente por ello, frecuente objeto de pe
tición por parte de los interesados en las preces que dirigían
al emperador. Pero los rescriptos imperiales lo rechazaron 25 De un arrendamiento que admite el desistimiento del arrendador en
siempre e insistentemente, remitiendo a los solicitantes a la cualquier momento habla D. (19, 2) 4, texto ciertamente corrupto.
26 W in d s c h e id , Pand., 2, § 402.
acción contractual por el incumplimiento 24. Por lo que res 27 Derecho de desistimiento del arrendatario: D. (19, 2) 25, 2, «certe
pecta al a r r e n d a m i e n t o d e c o s a s , es totalmente est» interp. (L ast, en «Jherings Jharb.», 62, 98, n.3); D. (19, 2) 60 pr„ in-
desconocido por los romanos el arrendamiento con facultad terp. desde «adeo» (P e r o z z i , Isíit. 2, 292, n. 4). Derecho de desistimiento
del arrendador: un argumento en contra se deduce del derecho especial de
los publicanos en D. (34, 9) 10. En D. (19, 2) 54, 1 y en C. (4, 65) 3 no se
ginaria, que se nos ha conservado en las Inst. (3, 19) 12, requería todavía sanciona en absoluto un derecho de desistimiento. Sobre D. (19, 2) 56,
la presencia de las partes en la redacción del contrato. En el pasaje citado vid. el Index intpl.
de¡ Código las palabras «si tamen-scriptum est» se revelan fácilmente 28 En D. (19, 2) 27, 1 hay que considerar interpolados los pasajes «si
como un añadido posterior, y asimismo las palabras entre corchetes en la causa-fuisset»; «non»; «sed si...». De otro modo el Index intpl.
frase «eo die [civitate] afuisse [sed]». Riccobono («Conferenze per ¡1 XIV 29 C. (4, 65) 3 está interpolado desde nisi: E is e l e , «SZ», 11, 29; Pe r
Cent. etc.». 275) deja completamente sin efecto el requisito de la presen n ic e , «SZ», 19, 97.
cia o de la proximidad espacial de las partes. Para la evolución histórica 30 D . (1 3 , 6) 17, 3 e s tá in te rp o la d o ; v id . el Index. C fr. W i n d s c h e i d ,
Riccobono. 1. c.; Levy, «SZ», 49, 454; y allí citados. Pand., 2 , 3 7 5 , n. 11 y ss.
21 Vid., en cambio, para el derecho germánico Gierke, Deutsch. Pri 31 S i b e r , 191. K u n k e l , § 1 3 9 ; so b re la societas, v id . supra, p. 172
vatR„ 3. 284. y s.
22 G ie r k e . 3, 299. 32 No podría ser de otra forma. En época histórica, fides no habría po
23 B eauchet. Hist. ilu droit privé de la rép. Athénienne, 4, 412. dido tener un significado neutral (como, por ej., valetudo o venenum), por
24 Vid. a propósito F e lg e n tra e g e r, Antikes Losungsrecht (1933), 27 que la Fides tenía un teniplo sobre el Capitolio (Pernice, Labeo, 2, 1,
y ss. 162): mala fides, como Graeca o Punica fides, es negación de la fides.
248 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO FIDELIDAD 249

gouten triuwen» 33) en materia contractual. En la bona fides vola inobservancia del juramento como de un fenómeno co
se comprende también el mantener la palabra. Y si en los bo lectivo en el mundo jurídico griego 36, no en Roma. Y mien
nae fidei iudicia, en virtud de la cláusula formularia exfide tras Reinecke F u c h s relata que «un sabio al que yo me con
bona, se toman en consideración las convenciones acceso fesaba dijo una vez que un juramento conseguido con
rias, si en la venta cada una de las partes puede pretender que violencia era de escaso valor y no constituía ningún obstácu
se le haga la contraprestación sólo en el momento de su pro lo para mí» 37, en Roma se era de distinta opinión; medio si
pia prestación, si en el proceso fundado en la estipulación la glo después del edicto de Octavio, C i c e r ó n pensaba todavía
exceptio doli permite tener en cuenta el pactum de non pe que tenía que cumplirse el juramento, aunque se hubiera con
tendo carente de formas, estamos ciertamente aquí en pre seguido con la violencia 38.
sencia de las primeras manifestaciones de la bona fides en En la d o c t r i n a d e l a s f u e n t e s d e l d e
orden a contratos válidos 34. Pero fe y honestidad están tan r e c h o , el principio romano de fidelidad implica dos re
cercanas entre sí, que la expresión bonafides asume también glas importantes: 1) que el magistrado edicente está vincula
el significado de honestidad. Responder de la bona fides im do a su Edicto: lo que ha escrito, lo ha escrito; 2) que las
plica así, no sólo mantener la palabra, sino tener un compor normas jurídicas no tienen eficacia retroactiva.
tamiento que responda a la costumbre de la gente honrada, No existía, en principio, la o b l i g a c i ó n d e l m a
cumplir el propio compromiso en relación con los usos co g i s t r a d o d e a t e n e r s e a s u e d i c t o , pero se
merciales. Esto es también sin duda un vínculo, pero un deriva de la fides que esté vinculado a lo que ha prometido y
vínculo de distinta especie del que liga a la propia palabra, un de lo que otros se han fiado. La violación de esta fides tiene
concepto de fidelidad que ya no es el expuesto por nosotros por lo general su sanción en la intercessio 39. Una lex Corne-
al principio de estas observaciones.
Junto a la fidelidad contractual tiene que ser mencionada 36 C icerón, pro Flacco, 4, 9: «Testimoniorum religionem et fidem
la f i d e l i d a d al j u r a m e n t o . Es digna de señalar numquam ista natio (de los griegos) coluit, totiusque huiusce rei quae sit
la seriedad consciente de la propia responsabilidad con la vis, quae auctoritas, quod pondus ignorant»; 5, 12: «quibus iusiurandum
que era utilizado el juramento aún en una época en la que, iocus est». El juicio negativo de Polibio, 6, 5 6 in f , demuestra que esto
por la atenuación del sentimiento religioso, había perdido ya no sea un expediente de abogado: «Los que administran los bienes públi
cos entre los griegos no pueden respetar la fe, aunque se les haya confia
desde hacía tiempo su significado originario. Incluso cuando do un solo talento y aun cuando tengan diez escribas y otros tantos sellos
el hombre sin prejuicios ya no teme la pena divina del perju y dos veces tantos testimonios. Los romanos, en cambio, que como ma
rio, todavía le vincula la fides 35. Nos lamentamos de la frí- gistrados y como legados manejan grandes sumas, permanecen honestos
por la fides del juramento» (S i’ avrqq xf¡q xa xa xov ópxov ixíoxecoq).
C fr. B u r c k h a r d t , Griech. Kulturgesch., 2, 3 5 9 y ss.
33 Cfr. M oritz Heyne, Deutsches Wdrterbuch, 3 (1895), 1039; Mu- 37 1, 35, v. 2974:
rra y , New English dictionary. 4, 32. My sede éns én wys man hier bevoren,
34 B eseler, 4. 106.
dar ik my bichteswys mede berét,
35 Cicerón, de off., 3. 29, 104: «quod autem adfirmate quasi deo tes
he sede, dat én bedwungen ét,
te promiseris, id tenendum est: iam enim non ad iram deorum, quae nulla dat de were nicht vele wért,
est, sed ad iustitiam et ad fidem pertinet». La única sanción penal de esta
he hindert my nicht enen kattensteert.
conducta es la nota censoria: por lo demás, vale la regla «deorum iniuria
dis curae» (así Tiberio en T ácito, Ann., 1, 73): C icerón, de leg., 2, 9, 22; C fr. el Espejo sajón, 3, 4 1 , 2 -3 ; S t o b b e , Zur geschichte des deutschen
A lejandro Severo. C. (4. 1) 2: Pernice, SakralR., «Sitzungsber. Berliner Vertragsrechts, 28 y s.; G lück, Pand., 4 , 5 4 5 [trad. italiana, libro II, 103
Akad. der Wiss.». 51. 1885. 1164 y ss.; W enger, «SZ», 23, 266 y ss.; y ss.].
Seidl, Der Eid im róm.-agypt. Provinzialrecht, 1, 119; 2, 129 y ss.; V o l k - 38 C icerón, de off., 3 ,3 0 ,1 1 0 ; 3 1 ,1 1 2 ; sobre el edicto Lenel, Ed„ § 39.
mann. 122. 39 C ic e r ó n , in Verrem, II, 1, 46, 119: «Verres contra illud ipsum edic-
FIDELIDAD 251
250 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO

va— sólo de normas procedimentales, mientras que la puni-


lia del 67 a. C. parece haber establecido que los pretores es bilidad del acto y la posibilidad de condenar al culpable por
tuviesen jurídicamente vinculados a su edicto; en qué medi
la coercitio o a través del proceso magistrado-comicial exis
da, no lo sabemos. Parece, sin embargo, que hasta la redac
tía ya antes 44. En d e r e c h o c i v i 1 , en cambio. C ic e
ción definitiva del Edicto bajo Adriano se permitía que
r ó n quiere que el principio de irretroactividad sea observado
durante el año de duración del cargo fuera éste integrado me
diante decretos que se publicaban para el caso concreto 40. sin excepciones, y, en efecto, nunca fue violado. El mismo
Pero es también un postulado de la fides la e x c l u Justiniano lo reafirma con particular energía 45.
s i ó n de la r e t r o a c t i v i d a d de l a s n o r L a s r e l a c i o n e s d u r a d e r a s de f i d e l i
m a s j u r í d i c a s , procedan de edictos o de leyes o de d a d son muy numerosas en la vida romana. No todas han
constituciones imperiales. También el legislador tiene que tenido impronta j u r í d i c a , pero todas tuvieron su rele
mantener la palabra; se tiene que poder confiar en el ordena vancia en la vida jurídica; el derecho romano presupone la
miento jurídico, como es en un momento dado, y todos tie existencia de estos vínculos, y muchas veces no puede ser
nen que poder prever las consecuencias jurídicas de sus ac valorado exactamente sin conocer tal presupuesto 46.
ciones 41. Por ello una norma nueva no puede regular nunca Se dio una reglamentación jurídica minuciosa a la rela
hechos que se han producido bajo el imperio del derecho pre ción de fidelidad entre e l l i b e r t o y s u p a t r o n o .
existente; es válida, por el contrario, sólo para lo que se ve De la obligación de reverentia y de obsequium que grava so
rifica «post hanc legem rogatam» 42. Este gran principio, que bre el liberto se deducen una cantidad de obligaciones patri
obliga incluso al legislador a la fides, se afirmaba ya en épo moniales y extrapatrimoniales. Por su parte, el patrono está
ca republicana 43. Es cierto que no es una regla de derecho, obligado frente al liberto a defenderlo y a ayudarlo, aunque
puesto que no es posible que el legislador se vincule a sí mis naturalmente este lado de la relación esté jurídicamente me
mo en tan alta medida; pero es una máxima a la que se ha ate nos elaborado 47.
nido, aunque no sin excepciones. C i c e r ó n admitiría la retro- En la época a la que se refiere este libro, la relación de
actividad para las normas del d e r e c h o p e n a l cuando fidelidad entre p a t r o n o y c l i e n t e es una relación
la acción «tam scelerata et nefaria est ut, etiamsi lex non es extrajurídica 48. También puede una comunidad entera so
set, magnopere vitanda est». Pero — continúa— en casos si meterse a la clientela de un patrono 49. Una relación de esta
milares el legislador romano se atuvo también al principio de clase se establece normalmente entre la comunidad y el
irretroactividad. Si efectivamente ciertas leyes en materia de hombre de estado que la ha llevado bajo la hegemonía ro-
quaestiones prescriben su aplicación incluso a delitos reali
zados antes de la publicación de la ley, se trata aquí — obser- 44 Así hay que entender ciértamente C icerón, 1. c.: cfr. Mommsen,
StrafR., 670, n. 1; Siber, 1. c., 46.
45 Windscheid-Kipp, Pand., 1, § 32, n. 2.
tum suum sine ulla religione decernebat: itaque L. Piso multos codices im 46 Sobre lo que sigue F u ste l de C oulanges, Hist. des institutions po
plevit earum rerum, in quibus ita intercessit, quod iste aliter atque ut edi lit. de l ’ancienne France, 5: Les origines du systémeféodal (6.a ed., 1926),
xerat decrevisset». 205 y ss.; M. G elzer, Die Nobilitat der rom. Republik, 49 y ss.
40 K rueger. Geschichte, 34; B io n d i , Prospettive, 38. 42 Cfr. L eist, Continuae. G luck, libros XXXVII-XXXVIII, 5 (1879),
41 C ic e r ó n , in Verrem, II, 1, 41, 107. 1 y ss. [trad. ital., libro XXXVII, 259 y ss.]; C icerón, in Verr.. II, 1, 47,
42 C ic e r ó n , 1. c.. 42, 108. Cláusulas similares en el derecho de Gorti- 123.
na: cfr. Ko h l e r -Z ie b a r t h , Stadtrecht von Gortyn, 43. Por el contrario, la 48 Mommsen, Rom. Forschungen, 1 (1864), 355 y ss.; Prem erstein,
ley de Dracón sobre el homicidio (D it t e n b e r g e r , Sylloge3, 111. v. 12) voz Clientes, en Pauly-W issow a.
dispone explícitamente la retroactividad. Sobre el conjunto de la cuestión 49 Mommsen, StaatsR., 3, 1203; G elzer, 50, 70. Documentos en Des-
S ib e r , Analogie (1936), 47 y ss. sau, Inscr. Latinae sel., 3, n. 6093 y ss.; B runs, Fontes, n. 173.
43 A f f o l t e r , Das intertemporale PrivatR., 1, 1 (1902), 21 y s.
252 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO f id e l id a d 253
mana 50. La relación de fidelidad es transmisible y obliga a Naturalmente, estas fuentes representan la amicitia en el am
la ayuda recíproca. Por ejemplo, el patrono no puede testifi biente de los senadores y de los caballeros, pero es lícito ex
car en contra de su cliente 51, y el patrono de una comunidad traer de ello consecuencias sobre lo que era la amicitia en la
tiene que defender en Roma con todas sus fuerzas el interés vida romana en general. De la amistad romana, que se ins
de su cliente; en ocasiones se le encarga por el senado re taura y se extingue no sin la observancia de ciertas formas,
dactar el estatuto municipal de la comunidad o asumir fun derivan una multitud de deberes serios e importantísimos.
ciones arbitrales en su interés 52. Los amigos romanos recurren el uno al otro en una medida
El t r a t a d o d e h o s p i t a l i d a d 53, que puede ser que llevaría a los que hoy se llaman comúnmente «amigos»
concluido entre individuos o entre comunidades o entre indi a romper inmediatamente toda relación. Efectivamente, no se
viduos y comunidades, tiene como fin, naturalmente, de tiene recato en invocar la ayuda del amigo en cualquier cir
modo principal, el cuidado del huésped, pero se extiende cunstancia, pidiéndole consejo y actividad, para que hospede
además a la gestión de sus negocios, a la tutela judicial, y, en al amigo en su casa, cuide sus negocios, lo recomiende a
resumen, abarca en general la fidelidad. Los tratados de hos otros, le preste también dinero. Cicerón escribe desde el exi
pitalidad y de clientela se fusionan algunas veces. Ni siquie lio a su mujer, que intenta en la catástrofe reunir dinero con
ra la relación de hospitalidad se organizó como una auténti la venta de fundos, que sería mejor dirigirse a los amigos: «si
ca y verdadera relación jurídica.
cumplen con su deber, no podrá faltar el dinero» 59. Y pare
El c u e s t o r t i e n e u n a r e l a c i ó n d e f i
ce que los amigos no decepcionaron sus expectativas, porque
d e l i d a d . c o n su c ó n s u l o p r o m a g i s t r a -
en la carta siguiente Cicerón dice a su mujer que había escri
d o , que no finaliza con el cese en el cargo 54. El cuestor, es
cribe C icerón, está frente a su superior en una posición de to varias cartas de agradecimiento a los que se lo habían
n e c e s s i t u d o 55, com o un hijo respecto al padre 56; tiene que
prestado 60. En el gran corpus de las cartas ciceronianas, casi
aceptar las reprensiones, ayudar y sostener al superior, no todas contienen o alguna solicitud, o el agradecimiento por
elevar acusaciones contra él 57, etc. favores o actos de amistad realizados por los destinatarios.
Finalmente, la a m i s t a d p r i v a d a crea también Se sienten obligados a hacerse cargo por los amigos de toda
una relación duradera de fidelidad, del que nuestras fuentes clase de quebraderos de cabeza. Es significativa la seriedad
nos ofrecen un cuadro particularmente nítido y coloreado 58. con la que Cicerón discute hasta dónde pueda o deba llegar
la fidelidad hacia los amigos 61. Lelio, el interlocutor del diá
50 C ic e r ó n , de off., 1, 11. 35 ; M o m m s e n , Rom. Forsch., 3 6 1 .
logo sobre la amistad, combate las exageraciones, y recuer
51 Mo m m s e n . StaatsR., 3. 69. da a un amigo de Tiberio Graco que habría declarado «ut
52 M o m m se n . StaatsR., 3. 1203; G e l z e r , 7 2 y s. quidquid ille vellet, sibi faciendum putaret», y que incluso
53 Vid. a p ro p ó s ito M o m m s e n . Rom. Forsch., 1, 3 2 6 y ss. habría prendido fuego al Capitolio si Graco lo hubiera desea-
54 Cfr. Mo m m s e n , StaatsR., 2, 564, n. 1; G e l z e r , 62, 83, n. 5; K r o l l ,
I, 40.
55 C ic e r ó n , Div. in Caed!., 14, 46; «quaestoris cum praetore necessi antike Humanitat (1897),126 y ss. 136 y ss.; G elzer, 83 y ss.; K r o ll, 1, 55
tudinem constitutam more maiorum». y ss. 112 y ss.; B ernert, De vi atque usu vocabuli officii (tesis en filología
56 C ic e r ó n , 1. c.. 19, 61: «sic enim a maioribus nostris accepimus, Univ. Breslau, 1930), 47 y ss.; L. Dugas, L'amitié antique, 2.a ed., 1914.
praetorem quaestori suo parentis loco esse oportere». Vid. también C ic e 59 Ad fam., 14, 1, 5‘: «Si erunt in officio amici, pecunia non deerit»;
r ó n , in Verrem, 11, 1 ,1 5 . 40. 14, 2, 3: «obsecro te, mea vita, quod ad sumptum attinet, sine alios qui
57 C ic e r ó n , Div. in Caeci!., 18, 60; 19, 6 1 -6 2 ; 20, 6 5 ; in Vere, I, 4 , 11; possunt, si modo volunt, sustinere».
II, 1, 14, 37; 15, 4 0 ; C o r n e l io N e po t e , Cato, 1. 3. 60 Ad fam., 14, 3, 3.
58 Vid. para lo que sigue R. R e it z e n s t e in , Zur Sprache der latein. Ero- 61 C icerón; Laelius, 11, 36: «id primum videamus, si placet, quatenus
tik, en «Sitzungsber. Heidelberger Akad.»,12. Abh., 1912; Schneidewin, Die amor in amicitia progredi debeat».
254 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO FIDELIDAD 255

do 62. Por boca de Lelio, Cicerón reprueba esta actitud, y ob tihistórico. «Cicerón», opina M o m m se n 69, «tenía uno de
serva (evidentemente en contra de la opinión dominante) que aquellos caracteres mediocres que se arredran no frente a la
«nulla est excusatio pecati, si amici causa pecaveris»; pero, injusticia sino frente a su manifestación, de los que toman a
en conclusión, llega al resultado, asombroso para nosotros, pecho no la honestidad sino la reputación de honestidad». Es
de que si se trata de la vida y del buen nombre del amigo, se conveniente, en cambio, darse cuenta de la potencia de la fi
pueden y se deben tener presentes incluso sus «iniustae vo des en Roma, y del peligro que evidentemente lleva consigo
luntates» y se debe abandonar el camino recto: la amistad esta fidelidad a la amistad 70. Quien se de cuenta de esta ca
justifica esta actitud 63. La práctica se corresponde con esta racterística de la amistad romana no pensará que se encuen
dirección de la teoría. Metelo, sucesor de Verres, está entre tra ante una exageración al leer que 71 «es opinión general
sus amigos y lo defiende con todas sus fuerzas, haciendo di que no se puede vivir sin amistad, siempre que se quiera vi
fícil a Cicerón la reunión de las pruebas 6465;pero Cicerón dice vir un poco cómodamente, ya sean hombres políticos o estu
que no quiere culpar por esto a Metelo, dado que quiso pro diosos, hombres de negocios o ricos hacendados». También
teger a su amigo 63. Dirigiéndose a sí mismo la pregunta, en Roma es proverbial que «los amigos son más necesarios
para que Metelo no intervenga personalmente como testigo que el fuego, que el agua y que el pan» 72.
en el proceso. Cicerón da también la respuesta que evidente Si se pone atención a estas relaciones de fidelidad, bas
mente debía parecer plausible a todos: amicitia impeditur 66. tantes reglas del derecho romano llegan a ser fácilmente
En su momento, el mismo Cicerón no se comporta de otra comprensibles. Así, no no asombraremos más de la escasez
forma. Como gobernador él se da cuenta, estudiando el pro de textos jurídicos relativos a la asociación provista de capa
ceso de los banqueros de Bruto, de que los intereses usura cidad o al contrato de trabajo, ni del estudio profundo y amo
rios pretendidos por éstos son insoportables para el deudor; roso que se dedica al m a n d a t o y a l a g e s t i ó n
pero Bruto es el amigo de Ático 67, de manera que Cicerón se d e n e g o c i o s . La asociación y el contrato de trabajo tie-
encuentra en un conflicto entre su deber de magistrado y el
de amigo, y no sabe encontrar otra solución que la de diferir 69 L. c., 217.
el asunto hasta el fin de su año de mandato, dejando que lo 70 También las cartas de recomendación escritas por Cicerón cuan
do era gobernador, como adfam., 13, 54, 57-59, no obstante todas sus
decida su sucesor 68. El juicio que M o m m sen formula sobre fórmulas de alta moral, resultan escandalosas para nuestra sensibilidad.
Cicerón con base en esta conducta es equivocado por an- El mismo Cicerón encuentra discutible la petición que dirige en la carta
ad fam., 5, 12, 1, pero «la carta» dice «no enrojece» (epistola non eru
bescit).
6- C icerón, Laelius, 11, 37. 71 C ic e r ó n , Laelius, 23, 86: «De amicitia omnes ad unum idem
63 C icerón, Laelius, 17, 61: «... ut etiam, si qua fortuna acciderit, ut sentiunt, et ii, qui ad rem publicam se contulerunt, et ii, qui rerum cog
minus iustae amicorum voluntates adiuvandae sint, in quibus eorum aut nitione doctrinaque delectantur, et ii, qui suum negotium gerunt otiosi,
caput agatur aut fama, declinandum de via sit, modo ne summa turpitudo postremo ii, qui se totos tradiderunt voluptatibus, s i n e a m i c i t i a
sequatur: est enim quatenus amicitiae dari venia possit». v i t a m e s s e n u l l a m , si modo velint aliqua ex parte liberaliter
64 C icerón, in Ven:, II, 3, 53, 122: «L. Metellus, is qui multos in is vivere».
tum testes imperio et potestate deterruit (¡!)...». Cfr. también II, 1, 27, 65. 72 C ic e r ó n , Laelius, 6, 22: «non aqua, non igni, ut aiunt, locis pluri
65 II, 3, 65, 152: «non reprehendo Metellum: pepercit homini amico». bus utimur quam amicitia»: vid. el proverbio griego nvpóq x a í vSaiog ó
ftf- L. c.. 53, 122. (píXog ávayxaw zepog, y O t t o , Sprichworter, 19. C ic e r ó n , pro Plancio,
67 La amicitia entre Cicerón y Bruto sólo estaba comenzando enton 33, 81: «Cuius opes tantae esse possunt aut umquam fuerunt, quae sine
ces: acl Alt., 6, 1, 3 y 7; 6, 2, 7. multorum amicorum officiis stare possint?». [(V. del T. italiano): En el
(,!í Vid. a propósito Mommsen, Ges. Schr., 3, 215 y ss.; F ru e c h tl, Die texto el Autor cita el proverbio alemán: «Freunde tun mehr not - ais Fe-
geldgeschafte bei Cicero (tesis en filosofía, Erlangen, 1912), 137 y ss. ner, Wasser und Brot»].
256 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO FIDELIDAD 257

nen una función práctica limitada, mientras que el mandato y


la negotiorum gestio están entre las instituciones jurídicas
más importantes de este mundo romano, en el que cualquie
ra tiene amigos, patronos, clientes prestos a realizar gratuita
mente el trabajo para él, con mandato o sin él 73. También el
hecho de que las g a r a n t í a s p e r s o n a l e s prevalez
can frente a las g a r a n t í a s r e a l e s , y que, en especial,
el derecho hipotecario sea tan defectuoso en su organización,
tiene su explicación en el gran número de relaciones de fide
lidad. Quien mire la frecuencia con la que el derecho roma
no recurre a las cautiones, la mayoría de las veces con pre
sentación de garantes, se pregunta cómo se haría para
conseguir estos garantes que se ofrecían continuamente. Pero
para la vida romana esto no es un problema; para el amigo,
hacerse garante forma parte del officium 74, como en la poe
sía de Schiller. También la presentación de praedes praedia
que, obligatoria en los contratos con los censores, presupone
que los amigos y los patronos se presenten y asuman el com
promiso. Finalmente, la i n s t i t u c i ó n d e l c o n s i -
l i u m , que se insinúa en toda la vida jurídica romana 75, no
es concebible sin un gran círculo de amigos y de patronos a
quien poder confiar importantes encargos de negocios, que
esperan ser llamados para ello. Con esto se comprende tam
bién la autoridad de este consilium; es cierto que se puede no
tener en cuenta la opinión de los consejeros, pero actuando
así se ofendería a los propios amigos, y éstos se retirarían y
nos quedaríamos solos; y como individuos aislados se puede
vivir, sí, en una gran ciudad moderna, no en el mundo roma
no: el «individualismo romano» es una leyenda 76.

73 Acerca del mandato, vid. la amplia ilustración de C icerón, pro


Roscio Amer., 38, 111: «non enim possumus omnia per nos agere... idcir
co amicitiae comparantur, ut commune commodum mutuis officiis guber
netur.... nam neque mandat quisquam fere nisi amico...».
74 Cfr. K ro ll, 1, 116; F ru e c h tl, 1. c., 51 y ss; C icerón, pro Plane.,
19.47. falsificación histórica que se haya cometido jamás. Roma es la más enér
75 Supra, pp. 201, 227 y s.; Liebenam, v o z Consilium en Pauly-W is- gica negación de todo individualismo». El derecho privado fue organiza
so w a . do por los romanos de forma individual confiando en el número y en la
76 Cfr. Biondi, Romanitci e Fascismo, 37: «Pero es el momento de de fuerza de los vínculos extrajurídicos (supra, pp. cit. y 178 y s.) y en el im
clarar que el viejo cliché del individualismo romano... constituye la mayor perium del magistrado (supra, pp. 180 y 182 y s.).
SEGURIDAD *

C’est un des intéréts dont la législation modeme se préocupe


le plus. Donner de la sécurité aux individus, cette idée...
est á la base de principes tres importants concernant soit les sources
du droit, soit le droit public, soit le droit privé.
D e mo g u e , Les notions fondamentales du droit privé, p. 63.

El término seguridad del derecho se entiende aquí en un


doble sentido *. Seguridad del derecho quiere decir para no
sotros, a n t e t o d o , la certidumbre de que el derecho
prevalezca en la lucha contra la injusticia; e n s e g u n d o
l u g a r , la certidumbre del derecho existente, el reconoci
miento seguro del ordenamiento jurídico y la previsibilidad
de los efectos jurídicos que estén por nacer de una determi
nada situación de hecho. Si nos imaginamos un ordenamien
to jurídico que remita completamente la decisión a la discre
ción del juez, pero que sin embargo se preocupe también de
que el juez sea una persona seria, justa e independiente en
todo caso, existirá la seguridad jurídica en el primer sentido,
porque allí habrá certidumbre de la prevalencia del derecho
sobre la injusticia; pero, en cambio, faltará la seguridad del
derecho en el segundo sentido. Si por el contrario el ordena
miento jurídico está expuesto minuciosamente en los códi
gos, pero el^juez es ignorante, corruptible, dependiente, exis- *1

* Prinzipien..., p. 162: Sicherheit; Principies..., p. 239: Security;


I Principii..., p. 205: Sicurezza.
1 Vid. sobre lo que sigue Ih e r in g , 2, 67 y ss.; B e n d ix , Das Problem
der Rechtssicherheit («Schriften des Vereins Recht und Wirtschaft», 3, 5,
1914); M. R u e m e l in , Rechtssicherheit, 1924; H. F e h r , Recht und Wir-
klichkeit (1927), 164 y s.; B r a s s l o f f , Die Rechtssicherheit, 1928; B e n
d ix , Gewisses und ungewisses Recht («Druckschriften des deutschen An-
waltsvereins», n. 27, 1930); D e m o g u e , Les notions fondamentales du
droit privé (1911), 63 y ss; Frederic R. Co u d e r t , Certainty and justice,
1914.
260 PRINCIPIOS DHL DKRECHO ROMANO s e g u r id a d 261

tira allí la certidumbre acerca de la norma jurídica, pero será la República 67, es una exageración retórica que no permite
incierta su aplicación. deducciones generales. Durante la crisis de la República los
La s e g u r i d a d d e l d e r e c h o e n e l p r i politicastros acusaban gustosamente de corrupción a los ju
m e r s e n t i d o depende esencialmente de ver si el Esta rados de los procesos penales cada vez que el tribunal hubie
do garantiza en manera suficiente la tutela jurisdiccional. re decidido de otra manera a como ellos hubieran deseado.
En primer lugar es necesario tener cuidado de que la ad Pero el historiador no puede basarse en tales pruebas. Es
ministración de justicia esté confiada a p e r s o n a s a d e cierto que para la época postclásica testigos dignos de fe ha
c u a d a s . El Estado romano de la República y del Princi blan de influencia de los «poderosos» (potentiores) 7 incluso
pado cree cumplir suficientemente con este requisito en los procesos civiles, y que una ley provocada por esta si
llamando a administrar justicia sólo a los honoratiores 2. Que tuación, que prohíbe la cesión de créditos a los potentiores,
los magistrados jurisdiccionales, en especial los pretores y continuó vigente también bajo el imperio del derecho común
los gobernadores de provincias, son elegidos de hecho sólo alemán 8. También en otras ocasiones las constituciones im
entre la clase senatorial y entre la caballería, ya lo hemos se periales de esta época se lamentan de la deficiente calidad
ñalado en su momento Pero también es elegido entre estas moral del personal judicial 9.
clases, por lo general, el jurado del proceso penal y el juez El Estado romano, en cambio, no se preocupa nada, por
del civil; aunque en el proceso civil las partes puedan en ri lo menos al principio, de que los magistrados jurisdicciona
gor ponerse de acuerdo en elegir a una persona no particu les y los jurados tengan los c o n o c i m i e n t o s j u r í
larmente cualificada en cuanto a la clase 4 parece, sin em d i c o s necesarios 10. Indudablemente había que presuponer
bargo, que en general fueron objeto de esta elección un cierto grado de conocimiento del derecho en los miem
personas adecuadas, es decir, hombres que de hecho fueran bros de las dos clases dirigentes, pero esta medida no podía
lo suficientemente independientes para rechazar las intentos ser suficiente ya en la edad imperial, después de que el orde
más o menos amables o groseros de influenciarlos. La ad namiento jurídico se había desarrollado y complicado tanto.
ministración de justicia por parte de Verres fue un escánda Pero aquí intervenía también la institución del consilium, que
lo, y no es representativa de la justicia romana. Las relacio empapaba — como ya se ha dicho— toda la vida romana 11.
nes de amistad de los últimos tiempos de la República, de Tanto el magistrado como el juez del proceso privado reúnen
las que ya hemos hablado \ y la costumbre de las recomen en tomo a ellos un consilium, incluyendo en él a los adses-
daciones que no desapareció, han podido verdaderamente sores expertos en derecho. Sin este consilium no se entiende
poner en duda alguna vez la imparcialidad de los magistra como habría podido cumplir su función un juez en época clá
dos jurisdiccionales. Por lo que se refiere a los jurados, el sica. No era suficiente que, como el honesto Gelio, reuniera
feo cuadro que pintó de ellos un orador del último siglo de
6 M a c r o b io , Sat., 3, 16, 15-16, cit. también por B e t h m a n n -H o l l
2 Vid. supra, p. 192. w eg ,2, 40, n. 16.
3 Supra, p. 192. 7 Vid. M itteis, «Mélanges Girard», 2, 225 y ss.; W enger, 1. c., 26,
4 Vid. a propósito B e t h m a n n -H o l l w e g , Der rom. Zivilprozess, 2, n. 37, p. 270.
§§ 36, 64-65; W l a s s a k . Rom. Prozessgesetze, 2, 196; M o m m s e n , StrafR., s C. Th. (2,13) 1 = C. Iust. (2, 13) 2; cfr. W in d s c h e id , Pand., 2, § 335,
209; Ges. Schr, 3, 338 y ss. 355, n. 46; K u e b l e r , v o z Equites e n P a u l y - n. 19.
W i s s o w a , col. 290; W l a s s a k , v o z Centumviri, ibid., col. 1936; S t e i n - 9 W e n g e r , 1. c., 326.
w e n t e r , voz Index, ibid., col. 2465; W e n g e r , ZivilprozessR., § 5 y § 25, 10 Vid. a propósito We is s , «SZ», 33, 213 y s.
p. 254. 11 Vid. supra, p. 256, y C o l l in e t , Le role des juges, en «Rec. d’étu-
5 Supra, p. 252 y s. des en l’honneur de Gény», 1, 27.
262 PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO s e g u r id a d 263

sobre su mesa de trabajo las obras de officio iudicis 12, por edad postclásica se quejan del excesivo importe de las spor
que la literatura jurídica era siempre muy técnica y por lo tulae 19.
tanto era sólo en parte accesible al profano. Sabemos que en Por lo que respecta, finalmente, a la d u r a c i ó n d e l
la edad imperial los magistrados jurisdiccionales tenían tam p r o c e s o c i v i l , el proceso formulario que imperio
bién asesores expertos 13, sin contar con que sus scribae continetur tiene que ser decidido dentro del año de duración
constituían un personal burocrático no falto de conocimien del cargo del magistrado. El iudicium legitimum — en virtud
de la lex iudiciaria de Augusto— en un año y medio 20. Apar
tos jurídicos 14. En los casos difíciles se acudía a un jurista
te del campo de aplicación de estas reglas, ya en época clási
para un responsum, o al emperador para un rescriptum. A ca el proceso se alarga a veces mucho. Bajo Vespasiano se
partir de Adriano la preparación jurídica es apreciada siem quejaban de la duración de los procesos centumvirales 21. En
pre en los aspirantes a las funciones estatales superiores 15, las actas de un proceso que se desarrolló en la forma de la
hasta que, en conclusión, en la época postclásica, por lo me cognitio leemos que se litigó desde el 226 al 244 22; y en el
nos a partir del siglo v, se prescribió que para ser abogado tiempo de Zenón parece que un proceso se había prolongado
era necesario haber realizado un curso regular de estudios en durante treinta años 23.
una escuela de derecho y haber superado los exámenes 16. Considerando estos datos en conjunto, se tiene que decir
Hay que admitir sin duda y tenemos por otra parte testimo que en época clásica y republicana estaba suficientemente
nios de ello 17, que sin embargo, dada la decadencia general garantizada en todo caso la tutela jurídica por parte del Esta
do, y que en este sentido existía la seguridad del derecho.
de la cultura en este tiempo, los conocimientos jurídicos de Pe r o las c o s a s s on mu y d i f e r e n t e s por lo
los jueces y de los abogados dejasen mucho que desear. que se r e f i e r e a la s e g u r i d a d del d e r e c h o
Las c o s t a s d e l p r o c e s o c i v i l no son eleva en el s e g u n d o de l os s e n t i d o s i n d i c a d o s
das en la época republicana y en la clásica. El proceso for a r r i b a , e s d e c i r , l a s e g u r i d a d a c e r c a de
mulario desconoce tanto las costas judiciales como las ac la no r ma j u r í d i c a . Ent re l os r a s g o s c a
ciones para el resarcimiento de gastos por abogados y por r a c t e r í s t i c o s del d e r e c h o r o ma n o est á la
viajes; sólo aparecen con la cognitio extra ordinem 18. Y en importancia extraordinariamente pequeña
que se da b a a e s t a s e g u r i d a d .
Ante todo, frecuentemente es muy insegura l a e x i s
12 14, 2, 1: «Quo primum tempore a praetore lectus in iudices sum, ut t e n c i a y el c o n t e n i d o de l a s n o r m a s
iudicia, quae appellantur privata, susciperem, libros utriusque linguae de j u r í d i c a s . Dada la escasa propensión de los romanos a
officio iudicis scriptos conquisivi...».
13 M i t t e i s , Reichsrecht, 193 y s; W e n g e r , 1. c„ § 4, n. 6, p. 29 y cit.
la promulgación estatal de las normas — de cuyo fenómeno
allí. ya hemos hablado 24— el espacio ocupado por el ius incer-
14 Sobre los escribas, vid. supra, p. 102.
15 M itteis, 1. c.; Friedlaender-W issow a, Sittengeschichte Roms, 1 19 W enger, 323. 326.
(1919), 152; Pringsheim, «Jo. of Rom. stud.», 1934, 150. 20 W enger, § 17, p. 168.
16 K rueger, Geschichte, 393. 21 Suetonio, Vespas., 10: «iudicia centumviralia, quibus peragendis
17 Nov. 1 de Teodosio II y Valentiniano III, año 438 (Mommsen-Me- vix suffectura litigatorum videbatur aetas...».
y er, Theodosianus, 2, 3): «Saepe nostra clementia dubitavit, quae causa 22 Lis fullonum ( B r u n s , Fontes, n. 188, v. 39: a. 244): «Ex Alexandro
faceret, ut tantis propositis praemiis, quibus artes et studia nutriuntur, tam Aug. II et Marcello II cos. (es decir, del año 226, cfr. L ie b e n a m , Fasti con
pauci rarique extiterint, ut plane iuris civilis scientia ditarentur...». Cfr. sulares, 28; L ie t z m a n n , Kleine Texte, 41-43) litigatum est in Peregrino et
M itteis, Reichsrecht, 199 y ss. Aemiliano eos.» (es decir, hacia el año 244: Lie b e n a m , 30).
18 Cfr. B ethm ann-H ollw eg, 3, 232; W enger, § 33, p. 321 y ss.; Ber- 23 M it t e is , Reichsrecht, 199, n. 6.
to lin i, Appunti didattici: processo civile, 2, § 28, p. 201. 24 Supra, p. 27 y ss.
264 PRINCIPIOS DHL DERECHO ROMANO SEGURIDAD 265

tum tenía necesariamente que ser grande. Pero incluso donde caciones eran totalmente insuficientes para el conocimiento
existe un derecho fijado estatalmente, no es fácil a veces for exacto del derecho. Es natural creer que interviniesen en este
marse una certidumbre a propósito 23*25. El Estado no hizo nun campo los juristas, reuniendo en sus escuelas con fines di
ca nada por conservar en su integridad el texto de las XII Ta dácticos material legislativo. Pero en realidad no era así; si
blas. La autoridad no hace nada o hace muy poco por la colecciones similares hubieran sido hechas, tendríamos noti
publicación de las leyes comiciales, de los senadoconsultos y cia de ello. Sólo en época postclásica los códigos Gregoria
de las constituciones imperiales. Falta una colección oficial no y Hermogeniano reunieron las constituciones imperiales,
de leyes. Existe a partir de César una gaceta oficial, en la que y sólo éstas. Naturalmente que el material legislativo se pue
junto a otras noticias políticas se reproducen también, orde de conocer, por lo menos en su contenido, a través de la lite
nados día por día, las leyes y los senadoconsultos 26. A veces, ratura jurídica republicana y clásica; a veces se encuentra allí
pero siempre de forma excepcional, se daban a conocer las también la letra de la ley, por más que no parece que los ju
leyes a través de una copia en una tabla de bronce, si lo pres ristas hayan dado mucha importancia a la reproducción di
cribía la misma ley o si el magistrado en el gobierno lo con plomáticamente fiel del texto. Pero las obras jurídicas no
sideraba oportuno 27. Pero esta exposición sucedía habitual consideran a propósito todos los datos. Por el contrario, el
mente sólo en Roma 28; incluso cuando el derecho romano derecho romano local, vigente sólo en determinados territo
había llegado a convertirse en un derecho mundial, se seguía rios, está generalmente excluido 33. Y los juristas no se ocu
observando la regla de la publicación sólo en la ciudad. Los pan de los rescriptos imperiales más que ocasionalmente,
senadoconsultos eran expuestos también, sólo excepcional evidentemente sin tener ante la vista el texto 34. A quien no
mente, en la misma Roma, en tablas de bronce 29. Fuera de quiera o no pueda contentarse con las obras jurídicas, no le
Roma, los senadoconsultos eran a veces publicados por los queda otro camino que dirigirse a los archivos romanos y ha
interesados mediante inscripciones, en los países de lengua cerse expedir una copia 35. Pero estas copias se vuelven a co
griega t a m b i é n o s ó l o en una traducción oficial piar a su vez, y así sucesivamente, con lo que el texto se co
griega 30. Entre las constituciones imperiales, los edictos se rrompe y a veces es dolosamente falsificado. Surge así una
publicaban en tablas de madera blanqueada en la residencia nueva incertidumbre del derecho que solamente puede ser re
actual del emperador, y también en otro lugar a cargo de los mediada dirigiendo una nueva solicitud al archivo de la ca
funcionarios a cuyo territorio se refería el edicto 31. Los res pital 36. Los archivos de los gobernadores de las provincias
criptos eran publicados también mediante la exposición en la parecen haber sido totalmente insuficientes.
residencia de la corte imperial32. Bien se ve que estas publi- Que en época republicana y clásica tanta incertidumbre

23 W e i s s , «SZ». 33, 213. 33 Vid. supra, p. 53.


26 Vid. S. H i r s c h f e l d . Die rom. Stacitszeitung, en «Sitzungsber. Ber- 34 Kr u e g e r , 109.
liner Akad. der Wiss.». 45 (1905). 930 y ss. 35 Vid. documentos que explícitamente se declaran como copias en
27 Cfr. Mo mms f .n , StaatsR., 3, 418, y Ges. Schr, 3, 299; R o t o n d i , Le Bruns, Fontes, nn. 71 a. 84. 89. 90. Cfr. W eiss, «SZ», 33, 325.
ges publicae, 167 y ss. (del extracto). 36 P unió, ad Traían., 65: «Recitabatur autem apud me edictum quod
28 M o m m s e n , Die unteritalischen Dialekte, 154 y s., y en el comenta dicebatur (¡!) di vi Augusti, ad Anniam pertinens; recitatae et epistulae divi
rio a la tabula Bantina en CIL. I2 582 (p. 441 pr.). Vespasiani ad Lacedemonios, et divi Titi ad eosdem et Achaeos, et Domi
29 Por ejemplo el senadoconsulto en B r u n s , Fontes, n. 41: la tabla fue tiani ad Avium Nigrinum et Aenium Bocchum proconsules, item ad Lace
encontrada en Roma. Cfr. Mo m m s e n , Ges. Schr., 3, 300. demonios; quae ideo tibi non misi, q u i a e t p a r u m e m e n d a t a
30 Mommsen, S ta a tsR ., 3, 1007. et q u a e d a m n o n c e r t a e f i d e i v i d e b a n t u r et q u i a
31 Kr u e g e r , Geschichte. 102. v e r a et e m e n d a t a in s c r i n i i s t u i s e s s e c r e d e
32 K r u e g e r , 106; K u e b l e r . Geschichte des rom. R.s., 255. ba m» .
266 P R IN C IP IO S D E L D E R E C H O R O M A N O SEGURIDAD 267

sobre el derecho objetivo fuera soportable, más bien — por lo cada súbdito pueda comprender por sí cómo tenga que ser
que parece— que no fuese sentida directamente como un de presentado su asunto ante el tribunal» 40. El ius certum de
fecto, se explica con la presencia de una doctrina jurídica flo Justiniano presupone también, de modo genuinamente roma
reciente, en la que se tenía la máxima confianza 37. Se con no, una docencia sabia del derecho, que enseñe el uso de este
fiaba en que la jurisprudencia dominase todos los datos, los Corpus y especialmente del Digesto, separe del derecho vi
elaborase literariamente e ilustrara plenamente a quien se lo gente las afirmaciones hechas desde un mero punto de vista
pidiera. Y es cierto que esta confianza estaba perfectamente histórico, distinga la fórmula doctrinal de la regla de dere
justificada en relación con los grandes juristas que en la épo cho, e instruya al alumno en trasfundir las reglas clásicas en
ca republicana y en la clásica vivían en Roma; pero también la práctica bizantina 41.
los juristas menores que en aquellos tiempos se formaban en Una causa posterior de incertidumbre del derecho es el
las escuelas de la capital o en otros lugares, y ejercían des p o d e r d i s c r e c i o n a l de l o s ó r g a n o s del
pués su actividad en Italia o en las provincias, debieron ha E s t a d o , en especial el de los magistrados jurisdicciona
ber tenido un buen conocimiento del derecho, aunque fuera les, al que en el derecho romano se deja una amplísima esfe
de la ciudad no estuvieran siempre en condiciones de mante ra de acción. Podemos remitir para esta parte a observacio
nerse al corriente. En esta última hipótesis era necesario que nes ya hechas 42 y recordar solamente que el principio
se dirigieran a un jurista de la capital (preferiblemente a su «nullum crimen sine lege, nulla poena sine lege» es desco
maestro) o a un archivo romano. Con la decadencia de la nocido por el derecho romano 43; que en el proceso civil de
doctrina jurídica a fines del siglo m, la incertidumbre del de pende de la libre discrecionalidad del magistrado conceder o
denegar un remedio jurídico (actio, exceptio, in integrum
recho se convierte en una calamidad que se intentó evitar
compilando colecciones privadas y oficiales, y también con
restitutio); que el juez goza también de una notable libertad
en la aplicación de la fórmula. Es cierto que el respeto roma
gestos desesperados como las leyes de citas 38. Incluso la
no por la tradición y la constantia tiene sin embargo que ha
gran codificación de Justiniano tuvo como fin un ius certum,
ber creado de hecho aquella seguridad del derecho que jurí
y en cierta medida se consiguió este resultado. Pero también
dicamente faltaba; y así, la elasticidad suponía para los
este derecho está muy lejos de ser «manejable, evidente, cla
romanos una parte de la seguridad.
ro y manifiesto de modo que cualquiera pueda comprender y Pero la i n c e r t i d u m b r e d e l d e r e c h o t a m
saber cuál sea la norma jurídica» 39, o «tan limpio y claro que b i é n n a c e de q u e el o r d e n a m i e n t o j u r í d i
co v i nc ul a los e f e c t o s j ur í di c os a circus-
37 La historia del derecho inglés presenta situaciones similares. Vid. t a n c i a s q u e no s o n f á c i l e s de r e c o n o c e r , a
H o ld sw o rth , Histon' o f English law, 2, 358 y s. (2.a ed., p. 427): «It is
with regard to the mediaeval period that the g r e a t e s t u n c e r -
t a i n t y has existed as to the contents of the Statute Book... In fact, En (Das jütsche Low, traducción del danés a cargo de Blasius Eckenberger,
glish law knew neither an offieially authentic collection of the statutes, editado porFALCK, 1819, p. 28).
ñor... an offieially authentic series of reports. Lawyers were dependent for 40 En 1620 los estados del Mecklemburgo deciden: «... por ello los ca
their knowledge of the contents of the Statute Book upon judicial dicta, balleros y los aldeanos piden que su Alteza Serenísima, mediante el con
books of authority, and the works of private persons... In the absence of sejo de sus Señores, quiera recoger ius ipsum en lengua alemana con tan
official publications the learning of the bar and the enterprise of the law ta limpieza y claridad que cualquier súbdito pueda comprender por sí
publisher employed upon the Statute Book and the reports have exercised como tenga que ser presentado su asunto ante el tribunal». B oehlau, Mec-
a very real censorship upon the sources of English law». Vid. también C. klenburgisches Landrecht, 1, 140, n. 31.
K. A l l e n , Law in the making (1927), 257. 41 Vid. supra, p. 117 y s.
38 K r u e g e r , 299; G r a d e n w i t z . «SZ», 34, 274 y s s . 42 Supra, p. 196 y ss.
39 Tal quiere que sea el derecho el prólogo a la ley de Jutland de 1240 43 Supra, p. 196.
268 P R IN C IP IO S D H L D E R E C H O R O M A N O
SEGURIDAD 269
las que falta la notoriedad, que, en conclusión, no son «he La legislación posterior declara no susceptibles de usucapión
chos externos» 44. Necesariamente nos encontramos aquí las cosas adquiridas con violencia 49. Además la usucapión se
muchas veces en la incertidumbre acerca de la existencia o obstaculiza al confirmarse los dos requisitos de la bonafides
no de aquel h e c h o i n t e r n o del que se hacen depen y del iustus titulus 50. Finalmente, sólo q \ fundus italicus pue
der los efectos jurídicos. Pero el derecho romano acepta tran de ser usucapido, y únicamente en época clásica avanzada la
quilamente también esta clase de incertidumbre 45. institución de la longi temporis praescriptio permitió adqui
a) Es sustancialmente desconocida para el derecho ro rir las tierras provinciales mediante la posesión 51. Sólo con
mano la a d q u i s i c i ó n c o n b a s e e n l a b u e
la longissimi temporis praescriptio del derecho justinianeo
n a f e 46. La transmisión de la propiedad sólo tiene efecto si
se pueden finalmente adquirir también las cosas furtivas 52.
el transmitente era propietario, o si por lo menos tenía el de
La p r e s c r i p c i ó n d e l a s a c c i o n e s es des
recho de disponer de la cosa; no siendo ésta una circunstan
conocida, casi sin excepciones, por el derecho romano 53. En
cia que se pueda comprobar con nuestros sentidos, el adqui-
realidad los remedios judiciales del pretor son muchas veces
rente se queda en la incertidumbre sobre si ha llegado o no a
temporales, muy especialmente las acciones penales 54; pero
convertirse en propietario. Falta igualmente una tutela de la
Teodosio II fue el primero en introducir en el 424 una pres
buena fe en el derecho hipotecario. El rango de la hipoteca se
cripción general de las acciones 55.
determina según la regla prior tempore potior iure: pero no
se puede verificar con nuestros sentidos si una cosa está ya c) El p r i n c i p i o d e p u b l i c i d a d , que tiene
importancia para la certidumbre del derecho aun cuando no
gravada con hipoteca, y en qué límites.
se permite que se adquiriera de quien no tuviera el derecho de
b) El derecho romano es reacio a atribuir efectos al
disponer, desempeña una función muy modesta en derecho ro
t r a n s c u r s o d e l t i e m p o (que es un hecho exter
mano (en la mancipatio y en la in iure cessio ). El derecho ro
no). Es cierto que la u s u c a p i ó n es conocida ya por las
mano desconoce los l i b r o s d e r e g i s t r o i n m o b i
XII Tablas, pero el campo de su eficacia es limitado. Las XII
l i a r i o , en los que se pudiera cotejar el estado de los
Tablas excluían ya la usucapión de la cosa furtiva 47; pero
inmuebles respecto a la propiedad y a sus vinculaciones, aun
verdaderamente es éste el caso más interesante en el que pue
que el derecho peregrino de las provincias helenísticas co
da producirse la usucapión. La evolución posterior restringe
nozca registros de esta clase y los respectivos gobernadores
aún más la función de la usucapión. Es cierto que no se con
reconozcan la utilidad de la institución 56. Es cierto que hubo
siguió la tentativa de aplicar también el concepto del hurto a
los inmuebles y de excluir, en consecuencia, la usucapión de
los inmuebles «robados» 4K; pero la extensión del régimen 49 Gayo, 2, 45; K unkel, § 75.
50 Siber, § 55; K unkel, § 75.
del hurto a la a p r o p i a c i ó n i n d e b i d a tiene sin 51 G a y o , 2, 46; Siber, 91 y ss.; K unkel, § 76.
embargo gran importancia también en materia de usucapión. 52 W indscheid, Pand., 1, § 183; K unkel, § 77; B u ckland, 251.
53 No constituye excepción la actio auctoritatis, pero si la regla en
Gayo, 3, 121: «sponsor et fideipromissor per legem Furiam biennio libe
44 La palabra e s configurada por W e l l s p a c h e r , Das Vertrauen auf
ciussere Tatbestande, 1906. rantur». El término de veinte años, propio del derecho fiscal (D ernburg,
45 Sobre lo que sigue, vid. Herbert Meyer, Recht and Volkstum (dis Pand., 1, § 145, n. 9), no corresponde al derecho privado. ¿Es genuina la
curso rectoral de Gottinga), 1929, 22 y s. decadencia de la querella inofficiosi testamenti! Cfr. D. (5, 2) 8, 17; 9 h.
46 Aquí hay algunas excepciones: bonae fidei possessor fructus suos t.; y el Index itpl.: vid. sin embargo E isele, «SZ», 15, 285.
facit ( K u n k e l , § 73): per liberos quoque homines et alienos servos, quos 54 No está probado que los edictos provinciales fijaran términos de
bona fide possidemus, adquiritur nobis (Gayo, 3, 164). decadencia para las acciones del derecho civil: M itteis, «SZ», 27, 227;
->7' G a y o . 2, 45. M itteis-W ilcken, Grundzüge und Chrestomathie, 2, 2, 88 y ss.
55 W indscheid, Pand., 1, § 106, n. 2.
4!i SlBER, § 89.
55 El edicto del prefecto de Egipto Meció Rufo del 89 d. C. insiste so-
270 P R IN C IP IO S D H L D E R E C H O R O M A N O SEGURIDAD 271

r e g i s t r o s d e l e s t a d o c i v i l para la verificación Si se reúnen estos distintos rasgos, se demuestra una vez


de los nacimientos y de las muertes *57, pero ningún registro más que los romanos otorgaban poca importancia a la segu
de matrimonios. Es característico que los romanos no se ha ridad del derecho en el sentido de certidumbre sobre el dere
yan preocupado en absoluto del matrimonio clandestino. cho en vigor o sobre las consecuencias jurídicas de una si
d) Es frecuente el caso de que ciertos efectos jurídicos tuación concreta. No se puede negar, naturalmente, que en
se hagan depender de c o n d i c i o n e s f í s i c a s o las condiciones de vida de la antigüedad, más restringidas y
p s í q u i c a s d e l h o m b r e . La plena capacidad de más fácilmente controlables, el principio de publicidad y la
obrar de la persona de sexo masculino se alcanza todavía en tutela del adquirente de buena fe no eran tan necesarios como
derecho clásico con la pubertad 58; la enfermedad mental hoy. Y es cierto también que el derecho hipotecario no tenía
hace incapaces de obrar (no existe una i n t e r d i c c i ó n en la antigüedad una función económica comparable a la ac
por enfermedad mental con eficacia constitutiva). El extraño tual, por lo que no se echaba de menos la falta de una defen
que contrata con el impúber o con el enfermo mental consi sa para el acreedor hipotecario de buena fe. Sin embargo,
derándolo plenamente capaz de obrar, no goza de ninguna para la actitud de los romanos frente a este problema era de
defensa judicial59. En la regulación de las acciones prohibi cisiva otra circunstancia. L a s e p a r a c i ó n d e l d e
das (sin diferencia entre el injusto contractual y el extracon r e c h o p r i v a d o d e l p r o c e s o , que se presentaba
tractual) vale en derecho justinianeo casi sin excepción el fácil para una doctrina jurídica nacida de la consulta61, si
principio de la culpa; la scientia, la bona y la mala fides sir tuaba para los clásicos en segundo plano el problema de la
ven frecuentemente como criterios de diferenciación de los prueba, y con ello también la necesidad de que el ordena
efectos jurídicos; la voluntad (animus, voluntas) ejerce una miento jurídico estuviera posiblemente orientado según cir
gran función, especialmente en el derecho postclásico. cunstancias externas controlables con nuestros sentidos y por
e) En derecho clásico las p r e s u n c i o n e s se ad ello fácilmente demostrables en caso de controversia. Vale
miten sólo en algún caso excepcional (praesumptio Mucia además también en la presente cuestión el r e s p e t o r o
m a n o d e l i u s q u a e s i t u m . Y si los romanos,
na); el derecho postclásico, en cambio, se sirvió ampliamen
como en su momento hemos visto 62, hacen un uso extrema
te de ellas 60.
damente parsimonioso de la expropiación por causa de utili
dad pública, es natural que se comporten del mismo modo en
bre la tenencia regular de tales registros «a fin de que los contratantes no l relación con la prescripción y con la usucapión, excluyendo
resulten víctimas de su propia ignorancia». Cfr. Bruns, Fontes, n. 73, v. 6; que la buena fe permita adquirir un derecho de quien no está
M itteis-W ilck en , Grundzíige und Chrestomathie, 2, 2, n. 192.
57 W. Levison, Die Beurkundung des Zivilstandes im Altertum (diser autorizado a disponer de él. En todos estos casos, en efecto,
tación en filosofía, Bonn. 1898); M itteis-W ilcken, 1, 1, 196; 1, 2, 248 y hay una especie de expropiación en interés público 63. N o
s.; 2, 2, 427; Bruns, Fontes, n. 193; E. Weiss, Griech Privatrecht, 1, 388 e s la s e g u r i d a d d e l t r á f i c o j u r í d i c o l o
y ss., y «SZ», 49, 260 y ss., 264, n. 1; P. M. M eyer, «SZ», 54, 346; Cuq, que i m p o r t a a l o s r o m a n o s , s i n o la s e
«Mélanges Fournier» (1929), 119 y ss.
5« Siber, § 46; K unkel, § 51. La pubertad de los hombres libres se g u r i d a d d e l d e r e c h o a d q u i r i d o . Les parece
afirma públicamente por la toga virilis (Pernice, Labeo, 1, 206), pero la que de esta última seguridad depende la del Estado. Los que
pubertas ejercía también su eficacia respecter a los esclavos (para las ac
ciones adieticias).
59 Sobre esta protección, vid. Max Ruemelin, Die Geisteskranken im 61 Vid. supra, p. 52.
Rechtsgeschdftsverkehr (1912), 54 y ss. 62 Supra, p. 183.
60 D onatuti. «Annali Perugia», 1931, 1 y ss. y «Riv. di dir. priv.», 3 63 Vid. Binding en el escrito Die Ungerechtigkeit des Eigentum-Er-
(1933), 161 y ss. werbs vom Nichteigentümer (1908), 47, digno aún hoy de ser leído.

i
272 P R IN C IP IO S D H L D E R E C H O R O M A N O

la ponen en duda debilitan, en su opinión, los cimientos de la CONCLUSIÓN *


vida social 64*I.

Ceterum aut me amor negotii suscepti fallit, aut nulla umquam


res publica nec maior nec sanctior nec bonis exemplis ditior fuit.
Livio, praef, 11

Concluimos nuestras reflexiones sin haber agotado la


materia; pero ya habíamos señalado al principio que no
teníamos como fin la plenitud sistemática '. Estas lecciones
están destinadas a aquellos que quieran conocer los aspec
tos fundamentales del derecho romano para comprobar des
pués sus rasgos característicos estudiando por su cuenta las
fuentes.
Las nuevas experiencias de política estatal nos hacen re
vivir una vez más el Imperio romano y su derecho, y nos ha
cen presentar muchas cosas bajo una luz nueva y más clara2.
Si en su camino secular a través de la historia el derecho ro
mano encuentra alternativamente o admiración e imitación, u
oposición y rechazo, estas reacciones demuestran precisa
mente la grandeza de aquel fenómeno histórico 3. ¿Y cómo
podría ser de otra forma, si el derecho romano es la más pura
expresión del modo de ser de los romanos y el testimonio
más potente de la grandeza y de la magnificencia de Roma?

* Prinzipien..., p. 172: SchluBwort; Principies..., p. 253: Conclusión;


I Principii..., p. 219: Conclusione.
1 AeíSezov áyadov xpizpv oi>x ex zcbv napaXeinopévcov Soxipá^eiv
zovg ypátpovzag áXk' ex zwv Xeyopévcov (Polibio, 6 ,1 1 ,7 ).
2 B etti, Diritto romano, 1 (1935), p. XIII.
3 Vid. F errini, Lotte antiche e recenti contro il dir. romano (1901), en
«Opere», 4, 413 y ss.: «Como cualquier cosa excelsa, el derecho romano
es muestra de “inextinguible odio y de indomado amor”.» F errini profe
tizaba entonces (p. 435): «¡Si los alemanes abandonaran por presunción o
por falso orgullo nacional la grandísima herencia de Roma... entonces
64 Labefactant fundamenta rei publicae (C icerón, de off., 2, 22, 78): —no lo dudéis— pasará poco tiempo, y les veréis atravesar de nuevo los
vid. también supra, p. 182 y s. Alpes y retomar aquí, otra vez, a nuestra escuela!»
274 P R IN C IP IO S D E L D E R E C H O R O M A N O

«Lo mejor que obtenemos de la historia es el entusiasmo


que suscita». ÍNDICES

i
I

I. INDICE ALFABETICO-ANALITICO
(los números se refieren a las páginas)

Abalienatio, definición, 69 Alluvio, 131


Abolición de la esclavitud, 235, 238 Ambitus, 69
Abuso del derecho, 181 Amistad, 41, 246, 252 y s.
Accesión, 55 Anaxágoras, 39
Acciones infamantes, 222 Animus, 270
a. adieticias, 237 Antoniniana Constitutio, 53, 101,
Aclamación, 113 144, 156
Actio, definición, 66, 117 Antonino Pio, 135, 150, 223, 224,
en general, 31, 52, 63, 64, 117 240
actionem dare, denegare, 117 Aquae et ignis interdictio, 224
actiones adieticiae, 237, 270 Aquilio Gallo, 39, 53, 67
a. aquae pluviae arcendae, 99 Arameos, 155
a. auctoritatis, 269 Arcadio, 225
a. commodati, 245 Arcadio Carisio, 52
a. de dote, 99 Arcaísmo: interpretación arcaica de
a. depositi, 245 las leyes, 102
a. iniuriarum, 126, 151 tendencias arcaizantes de Justi
a. in rem scripta, 98 niano, 161
a. metus causa, 98 lenguaje arcaico, 103
a. mixta, 99 Archivos, 265
a. Publiciana, 98 Aricia, 71
a. rei uxoriae, 99 Aristóteles, 121, 235
a. Serviana, 119 Arma et lege, 141
a. utilis, 63, 119 Arrendamiento, 43, 44 y s„ 55, 245,
a. venditi, 64 246 y s.
Acueductos, 32, 70, 135, 140, 168, Asambleas populares, 100, 166.
184 Vid. también Comitia.
Administración confiada a la noble Asociaciones, 171, 255
za, 192 a. religiosas, 238. Vid. también
Adquisición a non domino, 271 corporaciones obligatorias.
a. de buena fe, 268 Atenienses, 228. Vid. también Mu
Adriano, 33, 115, 124, 197, 224, jer ática.
240, 250, 262 Attico, 236
Adsertor libertatis, 164 Augusto, 31, 109, 111, 114, 135,
Adsessores, 261 138, 143, 149, 164, 184, 203,
Adulterium, 97, 150, 217 207, 208, 214 y s„ 234, 240, 241,
Aediles, 196 245, 263, 265
Aerarium, 200 Ausentes, contratos entre, 245 y s.
África, 207 Austin, 89, 90
Ager vectigalis, 176 Austria, 177
Aislamiento, 39 y ss. Autonomías locales, 143, 167 y ss.
Alcidamas de Elea, 23(5 Autoridad, 187 y ss.
278 ÍN D IC E A L F A B É T IC O -A N A L ÍT IC O ÍNDICE ALFABÉTICO-ANALÍTICO 279
Avería, 152 Cesión de créditos, 119, 122 Condiciones económicas, 44 Craso (retórico), 153, 226
Azón, 127 Cessio bonorum, 150 Condominio, 172y s., 217 Cristianismo, 137, 154, 220, 231,
Cessio in potentiorem, 261 Confarreatio, 215 239
Chauvinismo romano, 140 Coniux, cónyuges, 31, 104, 189, Crítica del derecho, 120, 122
Bancos, 152 Cicerón, 39, 67, 69, 86, 121, 125, 215 y s. Culpa, 270
Beneficium competentiae. 170 139, 140, 188, 193, 195, 196, Connubium, 145 Cultura uniforme, 136
b. inventarii. 98 205, 207,212, 215, 219 y s„ 224, Consentimiento, falta de, 99 Cura minorum, 95
Beseler, G., 104 228, 233, 235 y s„ 248 y s„ 251, Consensus facit nuptias, 97 Curator rei publicae, 169
Bismark y sus perros, 236 252, 253 y ss. Consideraciones extrajurídicas, 43 y Curiana causa, 153
Bitinios, 53 Cincio, 48 ss. Cuyacio, 130
Bolonia, escuela de, 123 Cirene, 33 Consilium, 191, 202, 228, 241, 256,
Bona libertorum, 127 Ciudadanía, 102, 142, 143 y ss. 261
Boncompagno, 127 Civilización helenística, 136 Consortium, 173 Datio ob causam, 246
Bonorum possessio: secundum ta Civis romanus sum, 134 C. litis, 173. ob rem, 37
bulas, 94 Civitates liberae, 100, 167 Constantia, 107 Declaratio voluntatis, 65
sine tabulis, 93 Claudio, 108, 144, 200, 230, 239 Constantino, 33, 158, 162, 221, 240 Deductio in domum, 43
unde cognati, unde liberi, 222 Clementia, 213, 232 y s. Constitutio Carolina, 30 Defensa judicial, 226
unde vir et uxor, 218 Cliente y patrono, 251 y s. Constitutio principis, 33, 125, 264 Defensio, 200
Breviarium Alaricianum, 38 Coactus volui, 153 Constitutum, 245 Definiciones jurídicas, 66
Brinz, 130 Codigo Gregoriano, 76, 158, 265 Consul sine collega, 194 Delegación de créditos, 55
Britania, 138 Hermogeniano, 76, 265 Contio, 193 Demolición de edificios, 50
Bruto, jurista, 71,238 Justinianeo, 76 Contrato, 31, 65 Demonstrado, 68
amigo de Cicerón, 254 Teodosiano, 28 y s., 76 c. consensual, 245 Denegado actionis, 117, 200, 267
Burckhardt, J., 182 Codicilos, 205, 232 contractus in favorem tertii, 45, Denuncia del contrato, 247
Codificación, 28, 33 120 Depositum, 245
Coemptio, 215 c. de trabajo, 255 Derecho administrativo, 30, 32, 48,
Cambridge. 130 Coercitio, 196, 197, 251 c. de hospitalidad, 252 149, 176
Cancelación de deudas, 183 Coherederos, 173, 178, 181 d. capitalista, 180
Capacidad de obrar, 31, 37, 55, 65 c. de remisión, 245
Colecciones legislativas, 30 contractus pigneraticius, 96 d. civil antiguo, 125
Capitolio (prender fuego al), 253 y Colegios funeraticios, 171 d. civil y pretorio, 118
s. c. real, 245
Colonias fundadas por Augusto, 113 Conventus, 101 d. consuetudinario, 29 y s., 34
Capitón, 46, 51 Color insaniae, 152 * d. constitucional, 30, 34, 48, 100,
Caracalla, 102, 115. 144, 158 Convicium, 126
Columna Antonina, 50 Cornelius Balbus, 49 111, 121, 165
Cargos. 146 Comitia, 112 y s., 143, 146, 193. L. C. Lentulus, 205 d. criminal, 30, 32, 34, 51, 150,
Carisma, 203 y ss. Vid. también Asambleas popula Q. Cornelius Maximus, 208 196, 223
Cassio Longino, 51, 108 res.
Cassio Emina, 48 C. Nepote, 216 d. extranjero, 148
Comercio internacional, 148 C. Sila, vid. Sila. d. germánico, 26, 35, 40, 42
Catastro, 149 Comisarios gubernativos, 168 Corporación, 45, 95 d. griego, vid. Griegos
Catón el Viejo, 109, 178, 216 Commercium, 143
Catón el Joven, 202, 206 c. de derecho público, 171. Vid d. helenístico, 149, 269
Commodatum, 245, 247 también Asociaciones. d. inglés, 64, 90, 102, 266
Cautio usufructuaria, 96 Communio incidens, 172
Cautiones, 256 Corporaciones obligatorias, 182 d. indio, 40 y s.
Communio mater rixarum, 169 d. minero, 176
Caza, 176 Compraventa, 43, 45 de artesanos, 171 y s.
Celso, 51 de los hijos, 220 y s. Coruncanio, 46 d. mosaico, 62
Censores, 107, 111, 196, 200, 248 Concentración de capitales, 172 Corrupción, 260 d. natural, 54, 62, 123
Centumviri, 150 Concilium, 101 Cosmopolites, 137 d. natural-helenístico, 149
César, Julio, 28, 149, 202, 212, 213, Condemnatio pecuniaria, 45 Costas judiciales, 262 d. pontificio, 46
234, 264 Condictio, 68, 92 Costumbre, 40 y s., 43 y s. d. procesal, 30, 32, 116, 150, vid.
Cotitularidad de derechos, 169 y s. también Procedimiento
280 ÍN D IC E A L F A B É T IC O -A N A L ÍT IC O ÍNDICE ALFABÉTICO-ANALÍTICO 281

d. público. 47. 175 y s. libri ad edictum, 72 Faber, Antonio, 130 G. como juez, 261
d. sacro. 46 Elasticidad como parte de la seguri «Fair play» en los romanos, 227 Genera, 76
Desuetudo. 35. 109 dad. 267 Familiae emptor, 180 g. contractuum, 76
Dicis causa, 221 Elecciones, 112 y s. Favor libertatis, 241 y s. g. legatorum, 76, 98
Dictadura. 111 Eminentiam, per, 103 Federico el Grande, 224 Gens, 69
Digesto de Justiniano, plan, 128 Emptor bona fide, 177 Festo, gobernador, 227 Germania: imperio alemán, 138
sistema. 76. 86 Enajenación de la propiedad, 175 Fideicommissum, 205, 245 derecho g., 40
Diocleciano. 33, 54. 105. 108. 114 y Enfermedad mental. 270 f. hereditatis, 98, 120 d. romano y d. germánico, 25, 26
s.. 157 y ss.. 162. 193, 229 Enfiteusis, 176 Fideiussio, 95 d. romano en Alemania, 157, 158
Disciplina, 188 Ennio, 125 Fidelidad, 243 y s. Germanos: derecho patrimonial en
domesticad., 190. 196. 201 Enterramiento en la ciudad, 50 Fidepromissio, 95 tre cónyuges, 93
publicad., 196 Epistola non erubescit, 255 Fides, 44, 180, 243 y ss. sistemas sucesorios, 93
Discursos ante los tribunales crimi Epistulae, 72, 77 bona fi, 247, 269, 270 régimen de las servidumbres, 177
nales, 226 Equites, 192 Filipo V de Macedonia, 147 conciencia del prestigio nacional,
Disputare in utramque partem, 153 Equus publicus, 146, 196 Filosofía estoica, 55, 153, 235 141
Disputationes, 77 Enor. 99, 154 Fin del derecho, 58 principio de aislamiento, 40 y ss.
Distinctiones, 76. 86 Escipión, 211 Fiscus, 48, 200 Gewere, 96
División de poderes. 201 Esclavos, 235 y ss. Flamen Dialis, 215 Gierke, 59, 130
División de propiedad. 175 como herederos, 237 Formalismo, 160, 245 Glück, 123
Divorcio. 42. 169. 222 como res, 236 Fórmula, 267 Gnomon, 127
Documentos. 43 como asalariados permanentes, Formula Baetica, 44 Gobernadores, 233
Dolus. 67 236 Formularios, 43 g. conquistadores, 234
Domicilio, 182 lesiones a los esclavos, 237 Foro de Augusto, 183 Goldsmith, 130
Domina, 216 restricciones al poder de los due Francia, 177 Gortina, ley de, 41, 250
Dominatio. III. 114. 163 ños, 174 Fraudulosus, 69, 103
Dominium, definición. 66. Graco, Tiberio, 253 y s.
homicidio de un esclavo, 240 Frutos pendientes, 177 Grados de responsabilidad, 55, 270
Vid. también Propiedad. Escuelas, 135 Fusión del derecho civil y del ius
Dominus y princeps, 165 y s. Graeca fides, 244
jurídicas, 37, 130 honorarium, 159 y s. Gravitas, 107, 140
Domiciano. 265
Domitius Afer. 52 España, 136, 138 Griegos: asambleas, 195
Donaciones voluntarias a las ciuda Esparta, vida de cuartel, 182 Gálatas, 53 constituciones ciudadanas, 140
des. 166 Especificación, 55, 154 Galia, 138 democracia, 182, 183, 185, 194
Donatio monis causa, 69 Espejo sajón, 170, 249 Garantía de las obligaciones, 31,94, documentos, 151
Donello, 130 Espejo suevo (Scliwabenspiegel), 200, 256 fidelidad, 244
Dos. 67. 93. 171.217. 223 124 personales y reales, 256 influencia sobre el derecho roma
Dracón, 140. 150. 250 Estado romano, su carácter aristo Gayo, ad edictum provinciale, 53 no, 28, 68, 71, 122, 147, 148,
Duarum civitatum civis noster esse crático, 192 sobre el derecho consuetudinario, 152, 159
nemo potest, 101 Estado e Imperio, 100, 142 y ss. 36 derecho, 41, 42, 63, 119, 140,
Duración del proceso civil. 261 Evicción, 45 introducción al comentario sobre 150, 183, 190, 225,228, 233
Existencia desvinculada del Estado, las XII Tablas, 127 filosofía, 137, 152
182 y s. intr. a las Instituciones, 54 matrimonio, 216
Economía vinculada, 182 Exposición de niños, 220 interés crítico, 122 retórica, 152
e. jurídica. 91 Expropiación, 183, 185, 271 int. para el derecho comparado, ciencia, 124
Edictos de los Godos, 115 Exceptio, 38, 63, 117 53, 122, y para la historia del traducciones de senatus consulta,
Edicto pretorio. 27, 33. 125. 249 e. doli, 181,248 derecho, 127 264
sistema. 75 e. mercis non traditae, 118 sistema de las Instituciones, 74, maravillas del mundo, 140
estilo, 103 e. pacti (doli) bonae fidei iudiciis 76 Grocio, 130
edictos provinciales. 53. 269 inest, 118 Gelio, 125 Guerra social, 143
282 ÍN D IC E A L F A B É T IC O -A N A L ÍT IC O
ÍNDICE ALFABÉTICO-ANALÍTICO 283

Habere licere, 152 tum de Ulpiano, 45 Koiné, 136 lulia et Papia, 32


Hammurabi, 62 Invecta et illata, 119, 152 Iulia municipalis, 175
Hannover, 134 Italia: gran Italia, 144 lunia Norbana, 145, 241
Laband, 58 Malacitana, 50
Harén, 216 I. como provincia, 138 Labeón, 67, 126, 151
Hechos internos, 268 comunidades itálicas, 143 Plaetoria, 31
Laocoonte, 191 Quinctia, 32, 70
Hegemon y princeps, 204 confederación i., 100 Latini luniani, 145, 241
Herederos de segundo grado, 120 derecho itálico, 159 Quisquis, 225
Heres, 97 Latinos, comunidades, 100, 134 Rhodia, 150
nación itálica, 134, 144, 154 federación, 134
ex re certa, 98 esclavos itálicos, 147 Sempronia frumentaria, 149
nación, 142 Tarentina, 50
heredis institutio, 4 1 Iudicium centumvirale, 263
h. y legatarius, 97 retóricos, 107 Ursonensis, 50, 175, 183
Iulius Quadratus, 156 esclavos, 147
hereditas, 67, 69 lunius Gracanus, 48 metalli Vispascensis, 149
Hieron, 243 Legado, 56, 68, 95, 97 Voconia, 31, 230
lus ad rem, 96 Leges agrariae, 30
Hijos, vid. Padres e hijos; hijos ile certum, 267 Libera res publica, 111, 164
gítimos, 145 Barbarorum, 62 Libertad, 41, 163 y ss.
edicendi, 115 Iuliae iudiciariae, 32
Historia del derecho, 124 in re aliena, 97, 175 y s. Libertos, 246, 251
Homo novus, 193 Legiones, 142 Libros de registro inmobiliario, 269
gentium, 151 Legis actio, 116, 128
Hornos crematorios, 50 poenitendi, 247 Licinia, mujer de C. Graco, 71
Humanidad, 211 y ss. Legislación agraria moderna, 177 Licurgo, 140
postulandi pro aliis, 229 Lelio, 253
Humanitas, 103 y s., 180 publicum, 199 Lis fullonum, 263
Hurto, 69, 71,224, 268 Lengua latina, 136, 157 Literatura romanística popular, 158
quaesitum, 271 lenguaje de las leyes, 102
Hvbris, 151 respondendi, 208 Litis contestado, 117
Hypotheca, 119, 151, 256, 271 de la literatura jurídica, 103, 129 Livio, 212
sacrum, 46, 237 de las constituciones imperiales,
vitae necisque, 189, 220 Locus religiosus, 238
104 Luculo, 108
Iustitia, 109
Igel, columna de, 136 de Justiniano, 105, 161
Ihering, 2 y s„ 57, 58, 130 Leyes de citas, 266
Imperio y estado romano, 100 y ss. Javoleno, 51, 63, 207 Leyes: actitud romana hacia las mis Macro, 48
Imperio ostrogodo, 115 Jehuda, 154 mas, 27 Magister militum, 115
jmperium, concepto, 67 Judea, 134 ley y derecho, 27 y s. Magistratura, 100, 142
Imposibilidad de la prestación, 55 Jueces, 52, 260 estilo de las leyes, 69 y s. Magna charta, 198
impubes, 270 Julia Domna, 155 Lex data y rogata, 29 Mal gobierno de los municipios,
Impuestos, 182, 196 Juliano, 51, 72, 75, 78, 137, 155, Acilia repetundarum, 30 168
In integrum restitutio, 63, 200 207 Aebutia, 30, 116 Malitas, 103, 153 y s.
In iure cessio. 56, 270 Jurados, 260 Aelia Sentía, 96, 146, 241 y s. Mancipado, 41, 56, 119, 121, 269
Individualidad científica de los ju Juramento, 200, 249 Anastasiana, 261 Mancipium, in mancipium esse, 98,
ristas romanos, 128 y s. Jurisprudencia, decadencia de la, Antonia de Termessibus, 120 221
Individualismo, 169, 256 262 Aquilia, 31, 237 Mandato, 245, 247, 255 y s.
Individuo y Estado, 182, 198 y s. Jurisprudencia judeo-talmúdica, Atilia, 31 Mandatum pecuniae credendae, 94
Injusticias, 259 154 Cincia, 31 Manilio, 208, 238
Intentio, 68 Juristas, 51, 52, 265 Cornelia de edictis praetorum, Maniqueos, 108
Intercessio, 249 Justiniano, 29, 76, 105, 110, 128, 249 y s. Manumisión, 65, 145 y s.
Interdictum, 63 • 161 y s„ 221,230, 231,245,251, C. de sicariis, 30, 70 in fraudem creditorum, 241
Salvianum, 119 266 y s. C. de iniuriis, 31 restricciones, 144, 240 y s.
quod vi aut clam, 99 Falcidia, 31, 179 Manus, 214
mixtum, 99 Fufia Caninia, 240 y s. Maravillas dei mundo, 108, 140
Introducciones, estilo de las, 127 Kipp, 123 Furia de sponsu, 269 Marcelo, 124
a los títulos de los libri ad edic Kohler, 130 Hieronica, 149 Marcial, 137
284 ÍN D IC E A L F A B É T IC O -A N A L ÍT IC O ÍNDICE ALFABÉTICO-ANALÍTICO 285

Marco Aurelio, 114, 222, 223, 224 Natalidad, legislación de Augusto, pacta praetoria, 245 Possessio, 95, 99, 121
y s. 143 pactionibus et stipulationibus, Post hanc legem rogatam, 250
Mario, 234 Natura actionis, contractus, etc., 56 152 Potentiores, 261
Matrimonio, 56, 97. 169 Negocio jurídico, definición, 65 Padres de la Iglesia, 138 Potestas, 67
definición, 68 Negotiorum gestio, 255 Padres e hijos, 31, 222 y s. Praediatura, 49
usos matrimoniales, 43 Negotium, 65 Palabras de moda, 103 Praescriptio, 128
fórmula matrimonial, 41 Nemo cum duobus testamentis dece Panecio, 211, 213 longi y longissimi temporis, 269
legislación de Augusto, 143 dere potest, 94, 101 Papiniano, 51, 77, 155, 156 Praesumptio Muciana, 270
m. clandestino, 270 Nemo plus iuris in alium transferre Par maiorve potestas, 201 npayp.av.K0q, 206
m. libre, 43, 93, 170. 214, 217, potest quam ipse habet, 121, 268 Paralelismo e influencia, 148 Precarium, 45
245 Nemo pro parte testatus pro parte Partus ancillae, 238 Precedentes en el derecho america
m. cuín manu, 67, 93, 170, 214 y intestatus decedere potest, 97, Paterna pietas, 219 no, 37 y s.
ss. 101 Patria potestas, 44, 56, 65, 190, p. en el derecho romano, 70
aspectos personales del m., 170 Neracio, 51 196,219, 221 Preces, 246
m. entre romanos y bárbaros, 145 Nerón emperador, 114, 225 Patrono, 41,251,256 Prenda, 31,45, 92, 119,245
N. gobernador, 234 p. de comunidades, 251 Preparación jurídica de los magis
incapacidad matrimonial de los
esclavos, 237, 240 Nerva, 51 Paulo apóstol, 156, 227 trados y de los jueces, 261 y s.
Nobilitas, 192 Paulo jurisconsulto, 51, 72, 76, 156, Prescripción de las acciones, 269
Meciano, 51 Presunciones, 52, 270
Normas extrajurídicas, 43 158
«Mejor ser cruel que débil», 233 Paulus Fabius Persicus, 109, 168, Princeps, principado, 32, 111 y ss.,
Menander, Arrio, 25 Novación, definición, 69
Novarum rerum cupidus, 107 204 164, 165, 192,203 y ss., 224,229
Metius Rufus, 269 Pax romana, 140 Prior tempore potior iure, 268
Metus, definición, 153 Noxae datio, 221
Nullum crimen sine lege, 198, 267 Pegaso, 51 Procedimiento civil, 34, 52, 116
Misión histórica de Roma, 138. 139 Pena capital, 220, 223, 234 p. formulario, 116, 150, 160
Misnah, 154 Penas corporales, 182 p. penal, 45, 51, 226
Modestino, 51 Obligación alternativa, 55 Penus, 219 p. inquisitorio, 227
Mommsen, 128. 180, 198. 254 y s. o. solidaria, 173, 178 Peregrini, 53, 142, 145, 232 p. magistrado-comicial, 198, 228
Monopolios, 182 Obligatio, 66, 68, 245 p. dediticii, 144, 146, 241 Proconsulare imperium, 116
Mora, 55 Obsequium, 251 Períodos en la historia y en la doc Proletarius, 125
Morari in libertate, 168 Obstruccionismo. 202 trina juridica romana, 128 Propiedad, 31, 51, 65, 173 y ss.
Mores maiorum, 189 Occupatio, 55 Permuta, 37, 122 limitaciones públicas, 49 y ss.
Mucius Scaevola, P„ 71,72 Octaviano, 203 Persona, personalidad, 65 p. útil, 176
Mucius Scaevola. Q., 71, 74, 76, Octavius praetor, 249 Personalidades fungibles, 129 Provincia: derecho administrativo
208, 238 Oferta contractual, 246 Pesca, 176 provincial, 149
sistema, 74 Officium, 40,44, 170, 173, 181,256 Pietas, 44, 180,213,219 civilización provincial, 137
Mujer, in manu filiae loco, 215 Oixovpevr), 137 Pilatos, 244 asambleas p., 101
Mujeres, 217. 229, 236 Ordenamiento social extrajurídico, Pirámides, 140 edictos p„ 53, 269
áticas, 216 40 Pisón, L., 250 ordenamiento p., 30
Municipalidades romanas, 29, 166 Originalidad de los juristas roma Pisos, propiedad dividida por, 177 tierras p., 176 y s.
Munroe Smith, 37 nos, 130 Platón, 121 vida p., 101
Mutuum, 245 Origo, 156 Plinio, 168, 172, 232 talentos provinciales emigrados a
Ortodoxia de los juristas romanos, Polibio, 121,209 Roma, 136 y s.
150 Polis totalitaria, 182 Provocatio, 30, 182, 185, 196, 198,
Nación, 133 y ss. Oxford, 130 Política legislativa, 120 230, 234
concepto de n.. 133, 137 y s. Pompeyo Magno, 48 Prudencio, 110
n. del Imperio romano, 134, 156 Pomponio, enchiridion, 48, 127 Prueba, 52
desarrollo nacional del derecho Pactum, 65 Portio statutaria, 219 Prusia, Allgemeines Landrecht, 42
romano, 141 y s., 147 p. de non petendo, 248 Positivismo, 123 Pubertad, 270
286 ÍN D IC E A L F A B É T IC O -A N A L ÍT IC O
ÍNDICE ALFABÉTICO-ANALÍTICO 287
Publicación de leges, senatus con Retóricos, 36, 153 Sepulcros, 46 cinctu, per aes et libram, principi
sulta y constitutiones principiori, Retraso en el pago, 245 Servio Sulpicio Rufo, 71, 127 oblatum, apud acta conditum, 94
264 Retroactividad, 249 Servitutes, 31, 65 y s„ 152 praetorium, 94
Publicidad, principio de, 269 Reverenda, 44 in faciendo, 50, 121, 176 inofficiosum, inhumanum, 152,
Puchta, 57 Reducción de los intereses, 183 personales, 176 223
Punica fides, 244 Rhodios, 166, 228 prediales, 176 Testigos, testimonios, 226
ley rhodia, 150 Servus publicus, 240 Thomasius, 130
Roma communis patria, 133, 134 Severidad romana, 233 y s. Tiberio, 113, 114, 135, 144, 165,
Quaestiones, 72, 76, 77 Rómulo, 165 Sicilia, 134, 149
Quaestiones perpetuae, 30, 116, 205, 215, 225, 229, 234, 241, 248
Sila, 234 Tiro, 155, 156
150, 226, 228, 235, 250 Sínmaco, 110
Quaestor, 252 Sabino, 37, 72 Titulo putativo, 37
Siria, 207 Titulus, 37, 269
Quare, 123 libri tres iuris civilis, 72, 74
escuela de derecho, 37 Sistemas jurídicos, 74 y s., 152 Tolomeo Philopator, 149
Quarta de la viuda pobre, 218 Sociedad, 43, 45, 95, 172, 178
Querela inofficiosi testamenti, 269 libri ad Sab., 74 Tortura, 227, 228, 235, 238
Savigny, 33 y s., 55, 129 Societas publicanorum, 173 Tradición, 107 y ss.
«Quien camina despacio, marcha Solón, 140, 150
sano», 109 Scevola, Cervidio, 51 Traditio, 55
Schiller, R, 256 Spengler, Óswald, 154 y s. Trajano, 114, 144, 168, 171 y s.,
Quintiliano, 137 Sponsio, 95
Schleswig-Holstein, 134 220, 224
Scientia, 270 Stat pro ratione auctoritas, 188 Transmisión de la propiedad, 245,
Ratio, 122 Scribae, 102 Stipulatio, 55, 65, 99, 245, 248 268
r. iuris, 55, 57 Secuestratario, 45 Sucesión, derecho de, 31, 170, 178 Tratados, 30
r. scripta, 56 Seguridad, 259 y ss. pactos sucesorios, 179 y s. Trebacio Testa, 207
Raza, 133, 142 Sejano, 225 costumbres sucesorias, 44 Tribunicia potestas, 116
integridad racial, 144 Semel heres semper heres, 120 s. intestada, 218 Tribunos, 196
unidad r„ 133 Sempronio Tuditano, 48 s.necesaria, 218 y s., 222 y s. Tribus germánicas dentro dei impe
Receptum, 45, 245 Senado, 32, 100, 112, 113, 143, 146, Superficies, 177 rio romano, 145
Registros del estado civil, 269 y s. 166, 168, 196, 201 solo cedit, 151 Trimalción, 239
Regreso, 178 clase senatorial, 192 Sustitución pupilar, 98, 179 Tuberón, 48, 51
Regulae iuris, 72 provincias senatoriales, 166 Suum cuique, 109 Tutela impuberum, 95, 230
Reineke Fuchs, 249 Senatus consulta, 27, 32, 125, 203, mulierum, 95, 230
Re i vindicatio, 177 264 Tablas, Doce, 28, 41, 62, 74, 125 y
Remisión de la deuda, 245 estilo, 103 s„ 147, 214, 223, 236 y s„ 264,
Renovatio imperi, 141 Senatus consultum de Bacchanali Ulpiano, 51, 72, 137, 155, 156
268 libri ad edictum, 45, 78
Renuntiatio, 194 bus, 149, 185 Tácito, 212
Representación directa, 45, 50, 57, Claudianum, 32 Epitome Ulpiani, 76, 104, 158
Tarruntenus Paternus, 48,51 Opiniones, 50, 158
119, 180 Hosidianum, 50 Tarso, 156
■Repulsa, 104 luventianum, 32 hebraísmos en sus obras, 156
Taurinus Egnatius, 197 Usos comerciales, 148
Res corporales e incorporales, 69 Macedonianum, 32 Teatros, 135
nec mancipi, 245 Orfitianum, 32, 223 Usucapio, 37, 55, 177, 214, 237,
Teodosio II, 28, 269 268 y s., 271
sacrae, sanctae, religiosae, 46 Pegasianum, 32, 98 Teofrasto, 122
Rescriptum, 262 Tertullianum, 32, 223 Usufructo, 45, 69
Terencio, 216 Utilitas praedii, 176
Resolución del contrato, 246 y s. Trebellianum, 32, 98 Termas, 135
Responsa, 72, 76, 77, 262 Vellaeanum, 32 Utopías, 121
Termas de Caracalla, 156 Uxoris causa parata, 219
Responsabilidad de los herederos Séneca, 25, 137, 239 Tessera frumentaria, 49
del delincuente, 225 Sentimiento nacional, 139 y s. Testamento, 43,65,93 y s„ 128,178
del magistrado, 201 Separación del derecho privado del y s„ 181 Valentiniano I, 220
Restricciones extrajurídicas, 41 y s. proceso, 52, 271 Testamentum calatis comitis, in pro Valoración pecuniaria del daño, 45
288 1
ÍN D IC E A L A B É T IC 0- A N A L Í T I C O

Varius Geminus, Q.. 193 Voluntas, 232, 270 II. INDICE DE FUENTES
Varrón, 48 Votum, 238 (Los números en negrita se refieren a las páginas, los exponentes a las notas)
Vecindad, relaciones de, 174
Venta, Vid. Compraventa: Trans Ti
berim, 220 Walther von der Vogelweide, 141
Weber, Max, 203
Verba et voluntas. 153, 232 Windscheid, 130
Verres, 197, 234, 249, 254. 260 AMIANO MARCELINO n. 19. 3 1 2i
Wolfflin, H„ 39, 89 21, 10, 8. 159 '44 n. 22. 32 29, 70
Vespasiano, 263, 265
Viuda pobre. 218 ANAXÁGORAS (Diels-Kranz, n. 27. 50 50
Volesus Mésala, 234 Frag. der Vorsokratik.) n. 28. 50 so, 50 52, 5 1 5 3 , 175 6 2 ,
Zenón, 263
2, 7. 39 ' 183 ii7, 227 ios
ARÍSTIDES, ELIO n. 30b. 50 50
36. 168 22 n. 36. 149 86
97. 135 9 n. 41. 264 29
100. 134 5 n. 50. 32 33
ARISTÓTELES n. 52. 108
Ética a Nicómaco: n. 54. 50 50
III, 1 (p. 1110). 154 n. 57. 32 33
VIII, 12 (p. 1162a), 16. 68 32 n. 60. 32 33
34 (p. 1105a). 109 >' n. 67.107 4
Política: n. 71a. 265 35
1,3,26 (p. 1253b). 235 '«> n. 73. 269 56
V, 9, 22 (p. 1310a). 163 2 n. 77. 50 «
VI, 2, 6 (p. 1317b). 166 >3 n. 84. 265 35
AUCTOR AD HERENNIUM n. 89. 265 35
II, 13, 19, 36 “7 n. 90. 265 35
AURELIO VICTOR n. 126. 170 34, 218 34
de Caesaribus: n. 130 ss. 44 20
XXXVII. 114 27, 168 24 n. 144. 50 45
XLI, 17. 141« n. 173. 251 “9
n. 188. 50 45, 263 22
n. 193. 270 57
BGU n. 233. 32 28
1324. 198 59
BOECIO
ad Cic.: CÉSAR
XII, 51. 53 65 de bello civili:
BREVIARIUM ALARICIANUM, II, 57, 4. 14139
interpr.: de bello Gallico:
VI, 12, 1.38 56 II, 33, 7. 233 i4»
BRUNS: III, 16, 4. 233 i4»
Fontes: CICERÓN:
pág. 6, n. 9. 215 26 ad Atticum:
n. 2. 31 2i I, 12. 236 i*4
n. 10. 30 ‘6 VI, 1,3. 254 67
n. 13. 30 '6, 70 VI, 1,7. 254 67
n. 14. 120 55 VI, 1, 15. I 6 8 2 2
n. 18.51 53, 175 62 VI, 2, 7. 254 67
290 INDICE DE FUENTES ÍN D IC E D E F U E N T E S 291

X, 11,4. 193 34 bis de officiis: 26, 66. 235 '54 5, 29. 69


XV, 13. 164 6 III, 30, 110. 249 38 II, 5, 29, 72. 233 '42 12,51.39
XVI, 14. 203 40 III, 31, 112. 249 38 44, 115. 233 '42 Tuse, disp.:
ad familiares: de oratore: 55, 143. 196 5' 1, 1, 2. 107 2, 139 31, 140 33,34
V, 1. 233 I, 42, 190. 86 94 57, 147. 134 3 1,2,5. 139 32
V, 12, 1.255 70 1,44, 197. 140 34 63, 163. 163,182 '09 1,21,49. 188 3
VII, 10. 208 I, 45, 198. 140 34, 206'04, 64, 165. 134 3 C.I.L.:
VII, 17. 208 207 "2 II, 5, 66, 170. 182 '09 12,582. 64 28
XIII, 54. 255 70 I, 56, 237. 215 20 67, 172. 135 6 XIV, 2916. 51 55
XIII, 57-59. 255 7o II, 33, 142. 52 61,70 44 67, 173. 198 63 CLAUDIANO
XIV, 1,5. 253 59 II, 70, 285. 226 '0' Laelius: de consulatu Stilichonis:
XIV, 2, 3. 253 w III, 33, 134. 46 28 6, 22. 255 22 3, 136 ss. 136 i'
XIV, 3, 3. 253 “ III, 34, 137. 140 33 11, 36. 253 61 3, 136. 141 42
XIV, 7. 216 28 de re publica: 11,437. 254 62 CÓDIGO CIVIL ALEMÁN:
XVI, 10, 2. 243 i II, 1,2 17, 61. 254 63 § 97. 177 74
ad Quintum fratrem: IV, 7. 243 ' 23, 86. 255 71 § 427. 178 «i
I, 1,7,22. 196 51 Div. in Caec.: Partitiones orat.: § 556. 96 26
I, 1, 28. 139 29 14, 46. 252 55 34, 118. 228 "5 § 571. 96 26
Brutus: 18, 60. 252 57 Philipp. or: § 604. 96 26
41, 152. 7 0 « , 86 94 19, 61. 252 56.57 10, 20.165 1 § 822. 96 26
73, 254. 139 29 19, 62. 252 57 pro Balbo: § 2087. 97
Cato maior: 20, 65. 252 57 8, 21. 30 12 § 2258. 94 '7
II, 37. 187 21, 71. 226 99 11, 28. 101 54 CODIGO CIVIL AUSTRÍACO
de finibus: in Vatin.: 19,45.49 art. 713. 94 '7
1.4, 12. 238 '75 9, 22. 182 '08 pro Flacco: CÓDIGO CIVIL FRANCÉS:
III, 20, 67. 238 '76 in Verrem: 4, 9. 249 36 art. 1036. 94 '7
IV, 27, 64. 206 '«6 I , 4 ,11.252 57 5, 12. 249 36 CÓDIGO CIVIL ITALIANO:
de inventione: II, 1, 14, 37. 252 57 7, 15 ss. 140 34, 194 44,195 47 art. 920. 94 '7
II, 22, 65. 36 47 15, 40. 252 56.57 7, 16. 194 44,19547 CÓDIGO CIVIL SUIZO:
de lege agraria: 23, 60. 179 88 pro Ligario: art. 151. 94 ‘7
II, l, 3 ss. 1 9 3 54 24, 63 ss. 234 '52 4, 11. 224 85 CODEX IUSTINIANUS:
II, 29. 165« 27, 65. 254 64 pro Murena: (2, 13) 2. 2618
de legibus: 28, 72. 234 '52 12, 116 42 (3, 37) 5. 173 54
1.4, 14. 48 40 30, 75. 234 '52 pro Plancio: (4, 1) 2. 248 35
II, 9, 22. 248 55 30, 76. 234 '52 12, 29. 220 47 (4, 12)3.120 53
II, 19, 47. 46 28, 70 43 41, 107. 2504' 19, 47. 256 94 (4, 26) 7, 3. 120 53
II, 21,52. 46 29 42, 107. 223 22 33, 81. 255 72 (4,27) 1 pr. § 1. 120 53
III, 20, 46. 102 fi4 42, 108.27 3, 250 42, 251 44 pro Rabirio: (4, 43) 1. 221 58
de natur, deon: 46, 119. 249 39 3, 10. 224 85 (4, 43) 2. 221 62
III, 38, 90. 225 «9 47, 123. 251 47 pro Roscio Amer: (4, 50) 6. 7. 120 53
de officiis: II, 2, 29, 72. 202 82 38, 111. 256 93 (4, 65) 3. 247 27.29
I, 7, 23. 243 ' II, 3, 3, 6. 244 9 pro Sestio: ' (5,13) 1.99 43
I, 11,35. 252 so 53, 122. 254 64.65 67, 141. 107 2 (5, 17) 5 pr. 222 68
I, 13, 41. 236 'fi2 65, 152. 254 65 Topica: (6, 23) 15. 100 49
II, 22, 78. 272 64 78, 182 ss. 102 64 1, 5. 69 (6, 37) 21. 100 49
III, 14, 60. 67 28 II, 5, 3, 7. 233 '44 4, 24. 69 (6, 55) 12. 230 136
III, 23, 89. 236 '65 9 22 233 '45 5, 27. 69 (6, 58) 14. 15. 230 '36
III, 29, 104. 244 8, 248 55 9, 23. 164 6, 227 'os 5, 28. 36 47, 69 (7, 3). 242 198
292 INDICE DE FUENTES
ÍNDICE DE FUENTES 293
(7 . 5 ). 145» CORNELIO NEPOTE
(7 , 6 ). 145 » praef. 6. 216 (11.6) 1 pr. 45 26 (40, 2) 5. 207
(7 , 16) 1 . 221 » Cato I, 3. 252 57 (11.7) 12,3.45 26 (40, 12) 42. 207
(8 , 3 7 ) 14, 2 . 245 20 (12, 1) 9, 8. 45 26 (41, 1)26 pr. 151 %
( 8 , 4 6 ) 10. 2 2 0 51 (12, 6) 32, 2. 171 35, 217 32 (41, 1) 60. 177 74
(9 , 8 ) 5 . 225 92 DEMÓSTENES (13, 6) 1, 2. 65 20 (41.2) 12, 1.95 24
CODEX THEODOSIANUS: Kaxa Neoapac;. 216 29 (13, 6) 17, 3. 247 4° (41.2) 20. 99 «
(2, 13) 1. 261 * DESSA U: (14, 1) 1, pr. 3 5 26 (4 1 .3 ) 33. 78 82
(3 , 14) 1. 145 64 inscript. lat. (16, 3) 1, 15. 65 20 (4 1 .4 ) 7.78 82
(4, 8) 6 pr. 220 51, 221 59 2, 2 Nr. 8763. 147 7i (18, 1) 32. 5 0 44 (43, 16) 12. 9 9 «
(5 , 1 0 ) 1 . 221 «) 3 Nr. 6093 ss. 251 49 (18, 1) 52. 50 5 ' (43, 17) 3, 7. 151 96
(5 , 11) 12. 175 62 3 Nr. 9495. 203 9' (18, 1) 77. 207 (43, 26) 6, 4. 45 26
(9 , 12) I. 240 'X9 DIGESTA: (19, 1) 13, 29. 65 20 (43, 30) 1, 3. 223 75
(9 , 14) 1 . 220 51, 221 59 (1. 1) 1, 2. 47, 19967 (19, 1) 25. 117« (43, 30) 3, 5. 223 75
(9 , 14) 3. 2 2 5 91 (1, 1) 10 pr. 109 'i (19, 1) 30, 1. 120 57 (44, 4) 5, 4. 117 46
(9 , 1 5 ) 1. 2 2 0 51 (1, 2) 1. 128X9 (19.2) 4. 247 25 (44, 7) 3 pr. 68
(9 , 4 0 ) 8. 225 90 (1.2) 2. 127 X7 (19, 2) 27, 1. 247 28 (44, 7) 23 pr. 43 ‘8
COLUMELA (1, 2) 2, 35. 46 2X (19, 2) 54, 1. 247 27 (44, 7)51.66, 117 46
de re rust.: (1 .2 ) 2,35 ss. 4 8 4o,5155 (19, 2) 56. 247 27 (45, 1) 56. 78 82
X ll praef., 8. 170 44, 2 1 8 44 (1, 2) 2, 38. 46 2» (19, 2) 57. 207 (46, 2) 1 pr. 69
COLLATIO: (1, 2) 2, 46. 51 55, 103 ox (19, 2) 60 pr. 247 27 (46, 3) 34. 78 »2
1, 11. 197 (1. 2) 2, 49. 208 "6 (20, 1) 15, 1. 43 '8 (46, 8) 16, 1. 43 ‘8
2 , 5 , 1. 151 9K (1, 3) 20, 1. 121 60 (21.2) 68, pr. 117« (47,2) 1,3. 69,103 67
3, 3, 1 -3 . 240 'xx (1, 3) 32, 1. 38 -55 (22, 1) 28, 1. 238 ‘76 (47, 2) 16. 190 ‘4
(23,1) 12,1.222 65 (47, 2) 17 pr. 190 '4
3, 3, 2 . 183 'i s (1, 5) 4 pr. 163 2
3, 3, 4 . 240 i«5 (1, 6) 2. 183 "5, 240 '85 (23, 2) 1. 68 (47, 2) 62, 8. 43 ‘8
3, 3, 5 . 240 ixx (1,6) 4, 2. 225 91 (23, 3) 75. 171 38 (47, 10) 15, 3. 126 81
4, 3, 4 . 146 » (1, 18)7. 50-5' (24, 1)66, 1.43 ‘6 (47, 10) 15, 26. 126 81
4 ,6 , 1 .9 7 51 (2, 14) 7,6. 122 69 (24, 3) 66 pr. 71 (47, 10) 17, 4. 151 100
4, 8, 1 .2 2 0 -5' (3, 4). 171 49 (25, 2) 1. 170 44 (47, 10) 37, 1.3125
1 5 , 3 , 2 . 108 (3, 4) 1 pr. 172 42 (25, 3)5, 1. 19120 (47, 12) 3,4. 50 52
CONSTITUTIO CRIMINALIS (4, 2) 5. 103 67, 153 (26, 7) 39. 77 (47, 12) 5. 50 52
CAROLINA: (4, 2) 21,5. 153 16 (28, 2) 11. 127, 220 51 (48, 5) 24 pr. 150 87
art. 1 0 4 ss. 3 0 16 (4, 3) 1, 2. 67 (29, 1) 1 pr. 127 (48, 8) 2. 220 5i
CONSTITUTIO Aeycoxev: (4, 9) 1, 1.45 26 (30) 41, 1-16. 50 51 (48, 9) 5. 220 5'
§ 18. 33 46 (5, 1) 12, 2. 230 ‘28 (30) 116 pr. 68 (48, 19) 26. 225 89
CONSTITUTIO «DEO AU C (5, 2) 8, 17. 269 54 (31) 36. 68 (50, 1) 33. 133
TORE»: (31) 77, 20. 169 27 (50, 15) 1 pr. 156
(5, 3) 27 pr. 238 '76
pr. 141 42 ( 6 , 2 ) 1, 1 - 2 . 122 69
(32) 37 pr. 104 7i (50, 17) 2 pr. 229 ‘25
CONSTITUTIO «IMPERATO (7, 1) 1. 69 (34, 2) 2. 43 ‘8 (50, 17) 30. 97 42
RIAM MA1ESTATEM »: (7, 1) 68. 238 '76 (34, 2) 39, 1. 207 (50, 17) 106. 164 6
pr. 141 44
(35, 1) 15. 97 32 (50, 17) 202. 61, 63 6
(7, 8) 12, 5. 104 71 (37, 12) 5. 220 50
CONSTITUTIO «SUMMA REI (8. 2) 26. 169 27 DIODORO
PUBLICAE»: (38, l)2 p r. 45 26 23, 1. 243 4
(8,4) 13, 1. 176 67
pr. 141 44 (38, l)48pr. 4 4 2 1 , 170 31 27,4, 1.244 '0
(9, 2) 7, 1-8. 73,78 y ss., 84 (38, 2) 1. 127
CONSTITUCIÓN DE WEI- (9, 2) 9. 73, 81, 84 DIOGENES LAERCIO
MAR: (39, 4) 10, 1. 247 27 6, 63. 137 21
(9, 2) 11 pr. 5. 73, 78 y ss. (39, 4) 12 pr. 45 26
arts. 17 y 1 1 0 . 141 44 (9, 2) 57. 207 DION CASIO
(39, 6) 1 pr. 69 56, 33. 144 53
294 INDICE DE FUENTES ÍNDICE DE FUENTES 295

5 7 , 8 , 2 . 165 'i FILÓN 2. 55. 123 70 4, 39 ss. 68


6 0 , 1 7 , 5 s. 144« Leg. ad Gaium: 2, 78. 122 65 4, 44. 66
DION CRISÓSTOMO 2 1 . 135 7 2, 8o ss. 65 20 4, 47. 245 15
IlE p i p a o i ^ e i a q FRONTINO 2 , 101. 66 4, 48. 128
c . 5 s. 135 7 de aquaeductu: 2, 101-103. 94 *2, 128 4, 82. 77
DIONISIO DE HALICARNASO 16. 140 36 2, 102. 180 93 4, 88. 77
2 , 16. 233 9 4 s s . 50 45 2, 117. 41 9, 99 46 4, 115 ss. 1 1 7 46
4 , 2 3 . 147 72 1 2 5 . 32 32, 183 "8 2, 121. 230 '31 4, 119. 117 46
8 , 3 6 . 233 1 2 7 . 32 32 2, 122. 230 i3i 4, 126a. 1 1 7 46
8 , 8 0 . 225 «9 1 2 8 . 184 i2ü 2, 157. 127 4, 133. 128
1 4 fr. 6. 233 '48 2, 192. 66 GELIO
DITTENBERGER 2, 192 ss. 7 6 78 I, 6. 153 '4
Orientis Graeci inscript.: GAYO 2, 193 ss. 99 47 3, 2, 12. 237 166
2 Nr. 4 5 8 . 135 7, 204 92 1, 2. 54 2, 224-227. 179 «9 4, 10, 8. 202
Sylloge: 1,2-7.36 45 2, 227. 31 22 4, 12. 175 62
1 Nr. 111. 250 42 1,4. 32 31 2, 232. 122 65 5, 19, 10. 229 123
2Nr. 453. 147 7i 1, 8. 54 3, 14. 215 24 6, 3, 52. 233 '42
XII TABLAS: 1, 9 ss. 65 15 3, 79. 122 65, 123 70 6, 15. 71
8. 2. 126 79 1,13. 146 69 3, 82. 36 « 10, 20, 2. 5155
8, 3. 237 '57 1, 14. 146 69 3, 88. 77 10, 23. 215 25
8 , 9 . 223 8» 1, 15. 146 69 3, 89. 66 II, 17. 127 86
8 , 1 2 . 224 8i 1, 20 102 60
. 3, 89 ss. 76 79 13, 17. 213 "
8 , 13. 224«! 1, 25. 146 69 3, 90. 66 14, 2, 1.262 i2
1, 26. 146 69 3, 98. 122 65
14,7,2. 48 41
1, 27. 146 69 3, 104 ss. 65 20
3, 121. 269 53 16, 10. 125
EDICTO DE AUGUSTO A LOS 1, 28 ss. 241 '96
CIRENEOS, 33 55, 135 9, 204 3, 121 ss. 31 23 20, 1, 13. 126
1,48 ss. 65'5
EDICTO DE PAULO FABIO PÉR 1 , 5 3 . 150 91, 181 97, 240 '88 3, 121a. 1 0 2 60
SICO, 109 ", 168 25, 204 92.94 1, 5 5 . 53 66 3, 122. 102 60, 178 83
HECHOS DE LOS APÓSTOLES:
EPITOME GAI: 1, 7 9 . 142 46 3, 139. 66 XXI, 39. 156 i3i
1, 1 pr. 146 69 1, 111. 214 '7.19, 237 '66 3, 141.37 51
XXII, 25 y ss. 134 4
1, 1 , 3 - 4 . 1 4 6 69 1, 11 4. 2 1 5 24 3, 142. 66
3, 148. 66 XXV, 16. 227 "o
EPITOME ULPIANI: 1, 1 1 5 b . 2 1 5 24
HERODOTO
I , 14. 1 4 6 59 1, 118. 2 1 5 24 3, 155. 66
145 55 3, 164. 268 46 8, 144. 138 24
5 , 8. 1, 11 9. 418 HORACIO
9 , 1. 215 22 1, 141. 221 56 3, 168. 77
I I , 3. 103 57 3, 189. 224 82 Carmina:
1, 157. 230 '3 ' 1, 2. 203 9i
2 0 , 1 6 . 240 '«o 1, 185. 31 24, 102 60 3, 190. 224 82
ESPEJO SAJÓN (Sachsenspiegel) 3, 210 ss. 31 2' 3, 5. 203 9i
1, 190. 122 65, 230 '30.131
1, 3 1 . 170 55 3, 212. 237 '72 4, 5. 203 9i
1, 1 9 3 . 5 3 66
3,219. 84 89 4, 15. 203 91
3 , 4 1 , 2 - 3 . 2 4 9 57 1, 1 9 5 . 102 60
ESPEJO SUEVO (Schwabenspie- 1, 1 9 6 . 3 7 50 3, 224. 201 76 Epistulae:
gel): 2, 3 1 . 1 0 2 60, 1 5 2 106 4, 5. 66 2, 1, 156. 139
9, 1. 124 74 2, 45. 268 47, 269 99 4, 11. 116 41 Ars poetica:
5 6 . 124 75 2, 46. 269 si 4, 20. 122 65, 123 70 23. 89
2 0 3 . 124 76 2, 49. 177 79 4, 24. 122 65 156. 139 29
EVANGELIO DE SAN JUAN 2, 50. 178 «o 4, 30. 116 41, i n 43 323. 139 29
1 9 , 2 2 . 244 " 2, 54. 123 70 4, 31. 117 43 396. 39
296 ÍNDICE DI; FUENTES ÍNDICE DE FUENTES 297

INSTITUTIONES (DE JUSTI MOISÉS PLINIO (el Joven) 18, 37, 7. 233 '43
N I A N O ): IV (Números), 27. 61 3 Epistulae: 18, 45. 167 '8
(1, 1) 4. 47 33 MONUM. ANCYR.: 2, 16. 2 3 2 21, 22, 8. 166
(2, 7) I. 69 4' 1. 164 4, 10. 2 3 2 22, 5, 8. 165 9
(2. 10) 3. 118 4S 3. 184 122, 233 '4S 5, 7. 2 3 2 22, 6. 165 9
(2, 13) 5. 230 i-v. 13. 204 93 7, 11. 181 '02 PREUSSISCHES ALLGEMEINE
(2, 20) 2. 95 3» 14 ss. 184 « 2 7, 18. 169 LANDRECHT:
(2, 20) 3. 95 - 1 34. 111 '6, 204
8, 18. 18190.101 II, 1, 174-181.42
(2, 23) 1.245 17 8, 24. 1 3 9 29 II, 2, 67-69. 42
(2, 25). 205 Epistulae ad Traianum: II, 20, 738. 42
(2, 25) pr. 206 '»* NOVELAS DE JUSTINIANO: 5. 6. 7. 10. 11. 144 55 PRUDENCIO
(3, 13) pr. 6 8 « 24 pr. 141 43 2 3 -2 7 . 1 6 8 25
in Symmachum. 110 13
(3, 19) 12. 245 33-34. 1 7 2 4'
47 pr. 115 33
(4, 6 ) pr. 66 39. 168 25
(4, 8) 7. 221 w 53 c. 6. 218 37 58. 2 1 2 10
117 c. 5. 218 37 QUINTILIANO
ISÓCRATES 65. 2 6 5 36 Instit. oratoriae:
ael Nicoclem, 40. 68 33 118. 93 70. 168 25
NOVELAS DE TEODOSIO Y 2, 17. 18. 21. 23. 26 ss. 153 "4
86 . 212 '0 5, 14, 34. 103 66
VALENTINIANO III: 90. 168 25 11,2,41. 103 66, 104 70
LEY DE JUTLAND (a. 1248) 1.262 '7 9 8 . 168 33
pref. 266 -'y 106. 144 55, 2 1 2 'o
LIBANIO, O/). 107. 144 55 RUTILIUS NAMATIANUS
III. 447, 14 s. 141« PAULO Panegyr.: de reditu suo:
IV. 7, 1. 141 43 Sententiae: 2. 1644 1,63. 136 "
LIVIO 1, 21,2-3. 5 0 53 7. 164 4
praef. 11. 273 4, 12, 6. 146 M 88. 164 4
2, 3. 27 5, 15. 6. 2 3 8 '74 PLUTARCO S ALUSTIO
3. 34. 30 '3 5, 16, 2. 2 3 8 '74 Apophtegm.: Bell. Catilinae:
26, 36. 184 '21 PAUSANIAS p. 198. 2 1 6 28 51,37-38. 149 80
30, 7, 6. 107 2 8, 43, 6. 135 7 Cato maior: SCRIPTORES HISTORIAE AUG.
30, 42, 17. 233 '« PETRONIO 9, 6. 178 86
Caracalla:
33, 12, 7. 233 '« Satxr. : Cato minor: 8. 155
37, 54, 6. 165 », 166 2 1 .2 0 6 ‘06
71. I. 2 3 9 ' 7« Hadrian.:
37, 54. 17. 165 y 71,9. 184 '22 Cicero: 18. 103 '86.187
40. 51. 184 '20 20. 2 1 6 28
PLATÓN Lycurgus: SÉNECA (filos.)
45, 4, 7. 233 '« Leves: Apocol.:
45. 18. 165 4 24. 182 '05
6, 15,23. 68 33 Lucullus: 3, 3. 144 55
PLAUTO 2, 6. 108 6 de beneficiis:
MA CABEOS: Casina: Solon: 3, 22. 236 '62
libr. I. 8. 1 y 12. 244 "> prol. 68. 2 3 7 '7' 7. 2 3 6 '65 de ira:
MACROBIO Mercator: POLIBIO 2 5. 235 154
Saturnalia: 5, 817 ss. 217 6, 1 1 ,7 . 2 7 3 1 2, 24 (= Dialog. 4, 24). 213 '3
3. 16, 15-16. 261 * PLINIO (el Viejo) 6, 1 4 ,7 . 2 2 4 86 Epistulae:
MITTEIS-WILCKEN. Grundziige Hist. nat.: 6, 1 4 ,9 . 192 29 28, 4. 137 20
und Chrestomathie: 3, 5, 39. 136 ", 141 4', 211 6, 18, 1. 2 0 9 «o 44, 27. 188 3
2. 2. 88 ss. 269 44 7,44, 136. 193 34»is 6, 4 4 . 195 46 64, 7. 103 66
2. 2. 102. 269 56 36.5,37. 191 34 6, 56. 2 4 9 36 94, 27. 207

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