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CUENTOS
CON ALMA
IV
CAMBIAR EL MUNDO
Si cuidas una abeja, habrá más miel en el panal.
Si evitas un injusticia, habrá más justicia en el mundo.
Si cultivas un rosal, habrá más rosas en el jardín.
Si amas, Dios estará más presente en el mundo.
Si siembras un grano de trigo, habrá más humanidad en el
mundo.
Si enciendes una vela, habrá más luz en la noche.
Si vives en la verdad, habrá menos mentira en el mundo.
Si cuidas un nido de golondrinas, habrá más golondrinas en
primavera.
Si vives en libertad, habrá más libertad en el mundo.
Si enciendes un fuego, habrá más fuego en invierno.
Si irradias tus alegrías, habrá menos tristezas en el mundo.
Si esperas cambiar tú cuando haya cambiado el mundo, morirás
sin haber vivido;
Si comienzas cambiando tú, ya estás cambiando el mundo...
LA DIFERENCIA ENTRE UN ÁNGEL Y UN AMIGO
En cuentos con alma IV, hemos recopilado unas pocas más que
hermosas historias y cuentos simples pero profundos, que nos
pueden enseñar, aportar, acompañar en cualquier momento y
situación.
Cuentos que nos llevan a reflexión. Son historias, pequeños
cuentos, algunos reales, otros ficticios, pero que han sido traídos
hasta nosotros con la intención que nos enseñen... Que nos
recuerden... Que nos ayuden a conectarnos con nuestro propio
corazón... Para poder encontrarnos desde ahí... Con los otros...
Son cuentos que circulan desde hace mucho entre los hombres y
que nosotros hemos ido recopilando a través de los años para
compartir con todos ustedes. Hemos seleccionado semillas de
calidad... Las que les ofrecemos en estos relatos, para que quien
lo desee pueda sembrarlas en su jardín interior. Agradecida de
la acogida que han tenido los libros “Cuentos con alma IV”
esperamos que cada lector pueda rescatar en estos simples
cuentos algún ingrediente que le sirva para su propia vida.
ANILLO DE COMPROMISO
(AUTOR DESCONOCIDO)
Que hermoso es valorar y ser concientes de los que nos han dado
tanto... De los que se la han jugado por uno.
Eso es... AMOR... Un hermoso reconocimiento a esas mujeres
valientes, a esas mujeres que con tanto esfuerzo han sacado a sus hijos
adelante solas...
AMOR FRATERNAL
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
“La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra, eso sin dudas... el truco
para salirse del pozo es sacudirse la tierra y dar un paso hacia arriba.
Nosotros podemos salir de los más profundos pozos, si ponemos
empeño en eso. Ocupemos bien nuestra energía y no nos dejemos
paralizar por las acciones de los otros. Sigámonos sacudiéndonos la
tierra para poder subir un peldaño. Siempre con la intención de no
dañar a los otros al avanzar”.
UN NUDO DE AMOR
“Esta historia nos hace reflexionar sobre las muchas maneras en que
las personas pueden hacerse presentes y comunicarse entre sí.
Un nudo lleno de afecto y cariño... Fue el lazo entre padre e hijo en
este relato. Es más importante la calidad y los gestos que la cantidad.
Ese padre encontró su forma, que era simple pero eficiente. Y lo más
importante es que su hijo percibía, a través del nudo afectivo, lo que su
papá le estaba diciendo. Encontraron la manera de comunicarse.”
INFORME POR FAVOR
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
“El mundo no anda mal por la maldad de los malos, sino por la apatía
de los buenos. La próxima vez que escuches que alguien tenga un
problema y creas que como no es tuyo, no le prestas atención…
Piénsalo dos veces.”
EL QUE NO VIVE PARA SERVIR… NO SIRVE PARA VIVIR…
NECESITO UN ABRAZO
Hace veinte años, yo manejaba un taxi para vivir. Lo hacía en el
turno nocturno y mi taxi se convirtió en un confesionario móvil.
Los pasajeros se subían, se sentaban atrás de mí en total
anonimato, y me contaban acerca de sus vidas. Encontré gente
cuyas vidas me asombraban, me ennoblecían, me hacían reír y
me deprimían. Pero ninguna me deprimió tanto como la mujer
que recogí en una noche de agosto. Respondí a una llamada de
unos pequeños edificios en una tranquila parte de la ciudad.
Asumí que recogería a algunos saliendo de una fiesta, o alguien
que había tenido una pelea con su amante o un trabajador que
tenía que llegar temprano a una fábrica de la zona industrial de
la ciudad. Cuando llegué a las 02:30 a.m. El edificio estaba
oscuro, excepto por una luz en el primer piso. Bajo esas
circunstancias, muchos conductores hacen sonar una o dos
veces su bocina, esperan un momento, y después se van. Pero
yo he visto a muchas personas empobrecidas que dependen de
los taxis como medio de transporte. Aunque la situación se veía
peligrosa, yo siempre iba hacia la puerta. Este pasajero debe ser
alguien que necesita de mi ayuda, razoné para mí. Por tanto,
caminé hacia la puerta “un minuto”, y respondió una frágil voz.
Pude escuchar que algo era arrastrado por el piso, después de
una larga pausa, la puerta se abrió.
Una pequeña mujer de unos ochenta años se paró en frente de
mí. Ella llevaba puesto un vestido floreado, y un sombrero con
un velo, como alguien de una película de los años 40`s. A su
lado una pequeña maleta de nylon. El departamento se veía
como si nadie hubiera vivido ahí durante muchos años. Todos
los muebles estaban cubiertos con sábanas, no había relojes en
las paredes, ningún cuadro o utensilios. En la esquina estaba
una caja de cartón llena de fotos y una vajilla de cristal. Repetía
su agradecimiento por mi gentileza. –“No es nada le dije. Yo
sólo intento tratar a mis pasajeros de la forma que me gustaría
que mi mamá fuera tratada”. –“Oh, estoy segura que es un buen
hijo”, dijo ella. Cuando llegamos al taxi me dio una dirección,
entonces preguntó: -“¿Podría manejar a través del centro?”.
-“Esto no es el camino corto”, le respondí rápidamente. –“¡Oh,
no importa!”, dijo ella. “No tengo prisa, estoy de camino al
asilo”. La miré por el espejo retrovisor, sus ojos estaban llorosos.
–“No tengo familia”, ella continuo. “El doctor dice que no me
queda mucho tiempo”. Tranquilamente alcance, y apagué el
taxímetro. –“¿Qué ruta le gustaría que tomara?”, le pregunté.
Por las siguientes dos horas manejé a través de la ciudad. Ella
me enseñó el edificio en donde había trabajado como operadora
de ascensores. Manejé hacía el vecindario donde ella y su
esposo vivían cuando eran recién casados. Ella me pidió que
nos detuviéramos frente a un almacén de muebles, donde
alguna vez hubo un salón de baile, al que ella iba a bailar
cuando era niña. Algunas veces me pedía que pasara
lentamente enfrente de un edificio en particular o una esquina y
veía en la oscuridad, y no decía nada. Con el primer rayo de sol
apareciéndose en el horizonte, ella repentinamente dijo: -“Estoy
cansada, vámonos ahora.” Manejé en silencio hacia la dirección
que ella me había dado. Era un edificio bajo, como una pequeña
casa de convalecencia, con un camino para autos que pasaba
bajo un pórtico. Dos asistentes se acercaron al taxi tan pronto
como pudieron. Ellos eran muy amables, vigilando cada uno de
sus movimientos. Ellos debían haber estado esperándola. Yo
abrí la cajuela y dejé la pequeña maleta en la puerta. La mujer
estaba lista para sentarse en una silla de ruedas. –“¿Cuánto le
debo?”, ella pregunto, buscando en su bolsa. –“Nada”, le dije.
-“Tienes que vivir de algo”, ella respondió. –“Abra otros
pasajeros”, yo respondí. Casi sin pensarlo, me agaché, y la
abracé. Ella me sostuvo con fuerza, y dijo: -“¡Necesito un
abrazo!”. Apreté su mano, entonces caminé hacia la luz de la
mañana. Atrás de mí una puerta se cerró, fue un sonido de una
vida concluida. No recogí a ningún pasajero en ese turno,
manejé sin rumbo por el resto del día. No podía hablar, ¿Qué
habría pasado si a la mujer la hubiera recogido un conductor
malhumorado o alguno que estuviera impaciente por terminar
su turno?, ¿Qué hubiera pasado si me hubiera rehusado a
contestar la llamada, o hubiera tocado la bocina una vez, y me
hubiera ido? En una vista rápida, no creó que haya hecho algo
más importante en mi vida.
(AUTOR DESCONOCIDO)
“La gente tal vez no recuerde lo que tu hiciste o lo que tú dijiste…Pero
siempre recordarán como los hiciste sentir…Conserva el recuerdo del
perfume de la rosa y fácilmente olvidarás que está marchita…”
(AUTOR DESSCONOCIDO)
“Siempre hay un SER detrás… De cada ropaje… Que no tiene que
ver con su apariencia… Tenemos que tratar de ver más adentro…
Dejar los prejuicios y ver con los otros ojos… Con los ojos del alma.”
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
LA VAQUITA
Un maestro de la sabiduría paseaba por un bosque con su
fiel discípulo, cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia
pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar. Durante la
caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de la
visitas, también de conocer personas y las oportunidades
de aprendizaje que tenemos de estas experiencias.
Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los
habitantes, una pareja y tres hijos, la casa de madera,
vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado. Entonces
se aproximó al Señor, aparentemente el padre de familia y
le preguntó: En este lugar no existen posibilidades de
trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿Cómo hacen
usted y su familia para sobrevivir aquí? El Señor
calmadamente respondió: amigo mió, nosotros tenemos
una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días.
Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por
otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra
parte producimos queso, cuajada, etc.…, para nuestro
consumo y así es como vamos sobreviviendo. El sabio
agradeció la información, contempló el lugar por un
momento, luego se despidió y se fue. En el medio del
camino, volteo hacia su fiel discípulo y le ordenó: -“Busca
la vaquita, llévala al precipicio de allí enfrente y empújala
al barranco”. El joven espantado vio al maestro y le
cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de
subsistencia de aquella familia. Más como percibió el
silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así
que empujó la vaquita por el precipicio y la vio morir.
Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel
joven durante algunos años.
Un bello día el joven resolvió abandonar todo lo que había
aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la
familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo, y a medida
que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con
árboles floridos, todo habitado, con carro en el garaje de
tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín. El
joven se sintió triste y desesperado imaginando que
aquella familia tuviese que haber vendido su terreno para
sobrevivir, aceleró el paso y llegando allá fue recibido por
un Señor muy simpático; el joven preguntó por la familia
que vivía allí hace unos cuatro años, el Señor respondió
que seguían viviendo allí. Espantado el joven entró
corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia
que visitó hace algunos años con el maestro. Elogió el
lugar y le preguntó al Señor (el dueño de la vaquita):
¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida? El
Señor entusiasmado le respondió: “Nosotros teníamos una
vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en
adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y
desarrollar otras habilidades que no sabíamos que
teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran
ahora.
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
“Sería bueno leer esta carta de la Vida varias veces para darle otra
mirada… Otro enfoque a nuestra vida.
Seamos agradecidos de lo mucho que tenemos…
Tenemos una gran vida…
¡¡¡ESTAMOS VIVOS!!!...”
EL AMOR Y EL TIEMPO
(AUTOR DESCONOCIDO)
“El Tiempo es un dulce y sabio maestro… Y el amor necesita de sus
cuidados…”
EL PAQUETE DE GALLETAS
(AUTOR DESCONOCIDO)
“Somos tan ligeros para emitir juicios hacia los otros. Tenemos que
observar bien y estar atentos para no equivocarnos.”
ENSEÑAME A VOLAR
Había una vez una oruga que vivía en un gran árbol del parque.
Cada día la oruga iba mordisqueando las hojas que encontraba
en su camino, sin prestar atención a nada más. Pero un día la
oruga se dio cuenta que había algo lleno de colores volando por
encima del árbol. Se quedó deslumbrada con sus naranjas y
azules luminosos que capturaban la luz del sol y cuando esta
brillante criatura voló cerca de la oruga, ésta pudo ver que era
una hermosa mariposa. La mariposa parecía volar en el aire,
rozando la rama en la que estaba sentada la oruga. “Oh,
mariposa, que hermosa eres y con que suavidad vuelas...Por
favor, enséñame a volar como tu”. La mariposa se acercó y le
sonrió a la oruga: “Sé paciente, pequeña criatura, algún día,
algún día”. Pero la mariposa era impaciente y cuando la
mariposa volvió a aparecer al día siguiente, aun mas luminosa
que antes y volando alrededor de las ramas del árbol, la oruga
volvió a decirle: “Por favor mariposa, enseñame a volar como
tu”. La mariposa le susurro al oído: “Sé paciente y algún día lo
harás”. La oruga estaba tan frustrada que decidió sacarse la idea
de la cabeza de una vez por todas y olvidó su deseo de volar.
Entonces un día sucedió algo extraño. Parecía como si el mundo
comenzara a dar vueltas, un momento en una dirección y al
instante siguiente en la otra dirección. A la oruga empezó a
dolerle el estomago, y se sintió muy enferma. Parecía como si
todo se hubiera vuelto desdibujado y distante. El mundo seguía
girando, a veces rápido y otras veces despacio. La oruga se
quedó paralizada y cerró los ojos, pensando que se estaba
muriendo. Después de un rato, y no sabía cuanto había sido, el
mundo pareció dejar de moverse y se sintió mas ligera y libre.
Le pareció que podía volver a moverse y, al hacerlo, se dio
cuenta que tenia debajo del árbol, y el sol calentaba. En la
distancia pudo sentir un ligero murmullo y se sintió atraída por
el ruido. Era una pequeña voz que le decía: “Por favor
enséñame a volar como tu”. “Paciencia, ya lo harás, ya lo
harás”. Solo entonces se dio cuenta que se había convertido en
una mariposa.
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
“Ojalá comenzáramos a ocupar mejor nuestro tiempo... A veces
andamos por la vida como autómatas... sin dejarnos sentir, sin
permitirnos descansar, sin compartir con nuestros seres queridos...
Solo vivimos para trabajar y trabajamos para subsistir... Tenemos que
buscar darle calidad a nuestra estadía en la tierra”.
CUATRO VELAS
(AUTOR DESCONOCIDO)
(AUTOR DESCONOCIDO)
“A veces nos sentimos como ese hombre... Nos parece que hemos
quedado tirados en la carretera de la vida y que nadie nos puede
ayudar. Nos sentimos solos frente a nuestros problemas. Nos cerramos
a que los otros nos puedan ayudar, no confiamos en que algún otro nos
pueda tender una mano, acompañar o resolver lo que nosotros no
estamos pudiendo lograr.
Decimos: - “Es mi problema”- “Nadie puede entender”-“Es mi
dolor”- “No quiero molestar con mis dramas”, etc. Tratamos de
resolver solos nuestros problemas y aflicciones. No nos olvidemos que
Dios tiene muchas maneras y muchos rostros para llegar hasta
nosotros. Estemos atentos a sus contactos a través de las cosas
sencillas de la vida... No necesitamos nada sobrenatural para sentir su
presencia... Él está aquí a través de los otros...”
ÚTILES Y HERRAMIENTAS
(AUTOR DESCONOCIDO)