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Agricultura colonial indígena

se había reducido a 548 000 en 1550, can-
tidad que volvió a disminuir drásticamen-
te a causa del “gran cocoliztli” (probable-
mente tifo), ocurrido entre 1576 y 1581,
que bajó casi a la mitad el total de la pobla-
Teresa Rojas Rabiela
ción de la Nueva España.
Y simultáneamente, la prodigiosa
Los campesinos de la época multiplicación del ganado
colonial continuaron con sus El segundo fenómeno biológico que afec-
prácticas agrícolas de tradición tó el curso de esta historia ocurrió casi si-
multáneamente al demográfico: el des-
mesoamericana, al mismo bordante crecimiento del ganado (bovino,
caprino y ovino), por ello equiparado a
tiempo que experimentaron, una marea o plaga que asoló sembradíos,
adaptaron y se apropiaron de poblados y reservas territoriales. A partir
del análisis de las consecuencias ambien-
de pastos: “se reproducen, hasta minar la
capacidad de manutención de las comu-
nidades vegetales… Entonces su pobla-
ción se viene abajo y luego alcanza un
equilibrio…”
De cómo llegó el ganado
y afectó la agricultura indígena
Desde el inicio, los españoles se dedicaron
a la ganadería extensiva, primero en las sa-
banas de Veracruz y pronto en los altipla-
nos centrales, donde ya para 1540 había es-
tancieros que contaban con miles de
cabezas de ganado mayor y menor. Hacia
1550 por ejemplo, existía un millón de
ovinos sólo en el valle de Toluca. Los re-
clamos indígenas por los daños que esta

Digitalización: Raíces
muchas de las innovaciones tales de la “plaga de ovejas” que afectó el nueva plaga les causaban no se hicieron es-
valle del Mezquital en el siglo xvi y de su perar, pues los animales les estropeaban
introducidas por los españoles comparación con el caso de Australia, sus milpas, ocupaban sus terrenos y com-
en materia de plantas y anima- La producción de las nopaleras y de la grana co-
donde también se introdujeron ovejas, E. petían por el agua. Pero la situación no se
Melville logró explicar el fenómeno pro- remedió a fondo sino hasta los descubri-
les, herramientas y máquinas, chinilla (nopalnocheztli) permaneció en manos
indígenas hasta mediados del siglo xix, pero los ducido cuando se introdujeron ungulados mientos mineros de Zacatecas (1548) y
(herbívoros con pezuñas duras) a las pra- Guanajuato, que desviaron al ganado ha-
todo en el contexto de la irrup- españoles se encargaron y enriquecieron con la
venta del tinte en el mercado exterior. deras o sabanas vírgenes con abundancia cia aquellos anchurosos lugares.
ción del ganado y la severa baja
demográfica. Por su parte, los ganización social y cultural. Pero evidente-
mente fue un tiempo de cambios, algunos
españoles se beneficiaron con revolucionarios, en el curso del cual los cam-
los productos de algunas plan- pesinos experimentaron, conocieron y se
apropiaron de un sinfín de novedades traí-
tas nativas que les reportaron das por los españoles: plantas, animales, hie-
rro, arado, máquinas complejas y abonos.
grandes beneficios.
Y otra hubiera sido la historia…
Población a la baja
Continuidad, experimentación
y apropiación
Este proceso de aculturación agrícola ca-
racterístico de las primeras décadas del pe-
La primera etapa del periodo colonial pue-
riodo, nos invita a imaginar lo que habría
de muy bien ser considerada como una pro-
sucedido si la población nativa hubiera so-
longación de la época mesoamericana o
brevivido a las terribles epidemias que la
como la última parte de la prehispánica,
asolaron. Otra hubiera sido la historia. Las
dadas las grandes continuidades en paisa-
cifras son aterradoras: la disminución por-
jes, modos de producción, formas de or-
centual estimada de la población indígena
del centro de México fluctuó entre 50 y
La agricultura en chinampas y el patrón de asen- 60% en el lapso 1520/1530-1550, y pro-
tamiento prehispánico persistieron hasta que la bablemente de un 90% acumulado hacia
población indígena declinó. Zona cercana a Tlá- 1600-1620, de acuerdo con Assadourian.
huac, donde Bernardino Arias, español, solicitó García Martínez consigna para la Nueva
una merced, que le fue negada, de chinampas en
el barrio de Santa María Magdalena para su ga-
España y entidades adyacentes (Tabasco,
nado. Cuitláhuac, D.F. 1579. agn, Tierras, vol. Yucatán, Nueva Galicia y Sinaloa), un to- Decapitación con machete, una herramienta, que primero fue arma blanca, de un ladrón en la ciudad
2681, exp. 6, f. 2. Núm. 1596. 978/0234. Foto: agn tal de 17 858 000 indígenas para 1519, que de México, ca. 1530. Códice Azcatitlan, lám. XXVIII. Digitalización: Raíces

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Ganado y otros animales los ecosistemas, las terrazas, las parcelas por los campesinos, como los venados. Las
en manos indígenas irrigadas y las obras hidráulicas. abejas italianas aparecieron también, y su
A los indígenas tampoco se les conce- cera y miel se volvieron esenciales en la
El acceso de los indígenas al ganado es- dieron estancias de ganado mayor, salvo economía campesina de algunas regiones,
tuvo bastante restringido, pero más tarde excepcionalmente, pero sí pudieron tener como Yucatán, por ejemplo.
o más temprano se convirtió en una de algunos bueyes, vacas, caballos y yeguas
las claves del cambio de las prácticas agrí- para el transporte y la labranza, y a los no- Pestilencias y tierras eriazas
colas, el uso del espacio rural, el transpor- bles y funcionarios se les autorizó el uso
te y la dieta, entre otros. Hasta 1555 no se de caballos para montura, con silla y fre- El incesante despoblamiento desencade-
nó otras calamidades en el mundo indíge-
na: reducción de la producción, abandono
Hacia 1550 existía un millón de ovinos sólo en el valle de Toluca. de tierras y localidades y emigración de los
sobrevivientes. El proceso se observó ini-
Los reclamos indígenas por los daños que esta nueva plaga les cialmente en las tierras bajas costeras a po-
causaban no se hicieron esperar, pues los animales les estropeaban cos años de la invasión, pero fue un hecho
irreversible por todas partes después del
sus milpas, ocupaban sus terrenos y competían por el agua. gran cocoliztli de 1576-1582. El acucioso
cronista de Texcoco, Juan Bautista Pomar,
se percató de la grave situación en 1582 y
les permitió poseer ovejas ni cabras, pero no, y hasta 1597 se les permitió la posesión de sus efectos agrícolas:
a partir de 1599 se les autorizó tener has- de algunas mulas o machos.
ta 300 cabezas. La ganadería menor tuvo Las restricciones no operaron para las …y no se halla que sus padres ni antepasa-
un gran desarrollo en regiones como la gallinas y cerdos, que se integraron muy dos diesen noticia de haber habido jamás
Mixteca alta y baja y el valle del Mezqui- bien a los traspatios, donde convivieron pestilencia ni mortandad, como después de
tal, sobre todo, lo cual causó junto con la con perros, guajolotes, abejas nativas, pa- su conversión ha habido, tan grandes y tan
baja demográfica, un serio deterioro de tos y otros animales silvestres “cuidados” crueles que se afirma haberse consumido
por ellas de diez partes las nueve de la gen-
te que había…, y parece bien claro que de-
bía ser así por la mucha tierra que labraban
y cultivaban, que oy día parece acamellona-
da generalmente en todas partes, la mayor
parte de la cual está desierta y eriaza…
A congregar se ha dicho…
La principal respuesta del gobierno colo-
nial al declive demográfico fue la política
de congregaciones de la población indíge-
na en poblados mayores y concentrados,
realizada primero entre 1550 y 1564 y más
tarde alrededor de 1603-1604. El progra-
ma consistía, en lo esencial, en reducir el
número de localidades, pero desencadenó
diversos males, principalmente la disminu-
ción de las tierras productivas y de reserva,
así como el abandono de árboles frutales,
magueyes, nopales, obras hidráulicas, terra-
zas y caminos, entre otros. La vegetación
invadió poco a poco esos espacios “eria-
zos”, muchos de los cuales fueron apropia-
dos por los españoles mediante mercedes
reales o simplemente por la ocupación de
hecho, pero otros permanecieron incultos
Uso simultáneo de azadón y uictli de hoja en una huerta de españoles cercana a la ciudad de México, por mucho tiempo, hasta hacerlos aparecer
a mediados del siglo xvi. Códice Osuna, f. 34v. Digitalización: Raíces como paisajes prístinos.
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Arado, hierro, machetes
y demás fierros
El uso de hierro estuvo vetado a los indí-
genas, además de que fue escaso porque se
importaba de España, pero éstos se las in-
geniaron para robarlo o comprarlo a los
criados de los españoles para reforzar sus
instrumentos. Por ejemplo, en Yucatán en
1581 se decía que los indios “hurtan y son
ansiosísimos de hierro, porque con ello se
ayudan para labrar sus sementeras más fá-
cilmente que no con palos”. Conocemos
las historia de varias de las nuevas herra-
mientas adoptadas por los campesinos, en
especial del machete y el arado, pero tam-
bién un poco de otras como el azadón y la
hoz. El machete fue primero un arma blan-
ca en manos de españoles y sus capataces,
y más tarde, hacia 1580, ya era herramien-
ta de campo, que se extendió por todas par-
tes. Machete y hacha europea multiplica-
ron la capacidad humana para talar bosques
y selvas.
Los indígenas adoptaron el arado con
dificultad y lentitud no sólo por su alto cos-
to, sino porque muchas de sus tierras se si-
tuaban en las montañas, así como porque
manejaban con gran eficiencia sus sistemas
de cultivo “a mano”. Pero en algunas re-
giones planas, como Tlaxcala por ejemplo,
el cabildo adquirió varios arados, bueyes
y aperos en 1550, para la siembra de
trigo, que primero fue manejado por yun-
teros españoles. En cambio, en Huejotzin-
co los yunteros eran indígenas en 1560.
Aún en 1564-1565 el oidor Zorita conside-
raba inconveniente “mandarles sembrar
trigo”, “porque es grandísimo trabajo para
Foto: agn
ellos, porque no lo entienden ni tienen con
que arar, y han menester para ello pagar es- En 1579 el paisaje novohispano comenzaba a transformarse, como en Coatlinchan, Texcoco. agn, Tie-
pañoles que lo siembren… e hay muchas rras, vol. 2688, exp. 35, f. 373. Núm. 1679. 978/0317.
labranzas de españoles donde se coge gran
cantidad de trigo”.
El proceso de adaptación del arado agricultura indígena. Esto no significó que cuenca de México desde por lo menos 1580
continuó su curso, como lo atestigua una la siembra “a mano”, sin arado, desapare- ya cultivaban “colinos y lechuguinos”, ade-
lámina en la que se observa el uso de ara- ciera, pues continuó practicándose aquí y más de nuevas flores de ornato (claveles,
do tirado por bueyes en Tarímbaro, Mi- allá, como hasta la fecha, en particular en espuela de caballero, retama y mosqueta).
choacán, en 1585. Ya para el siglo xvii, el las laderas y terrenos pedregosos. Pero ningunos tan bien recibidos como los
arado se había extendido a más zonas, pero frutales traídos por los españoles primero
con frecuencia sólo para roturar las tierras, Si de incorporar plantas se trata… de las Antillas y Europa y más tarde de
mientras el resto de las labores culturales Oriente vía Filipinas, combinados de mu-
continuaban haciéndose con coas con hie- Los agricultores indígenas tuvieron gran chas maneras en las huertas y huertos do-
rro, muestra de la amalgama tecnológica disposición para incorporar las nuevas mésticos. Los campesinos aprendieron di-
que ya caracterizaba para entonces a la plantas. Por ejemplo, los chinamperos de la versas técnicas, como los injertos de pera,
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manzano, granada, durazno y membrillo en
patrones de tejocote, tan pronto como 1540
en Texcoco. En los solares de las casas se
combinaron antiguas y nuevas plantas para
proveer a las familias de remedios, condi-
mentos, flores, hortalizas y frutas, mientras
que en las milpas de anuales pronto apare-
cieron los melones y sandías, y en algunas
zonas como la Mixteca alta, las moreras
para criar el gusano de seda, o la caña, los
plátanos o los cocos por todas partes.
Los cereales y leguminosas del Viejo
Mundo –trigo, cebada, haba, garbanzo y
alverjón– desempeñaron un papel funda-
mental en la intensificación y la ampliación
de la frontera agrícola, debido a su mayor
tolerancia a las bajas temperaturas, con lo
cual se pudieron realizar rotaciones en la
misma parcela, de maíz o frijol durante el
ciclo de verano y de trigo o haba durante
el de invierno, por ejemplo. Pero el trigo
también compitió con el maíz y otras plan-
tas anuales nativas y las desplazó en mu-
chas de las tierras de riego, como sucedió
en el siglo xvi en Chilchota con el maíz y
el chile, sustituidos por trigo.
Descubrimiento de los “árboles de
dinero”, la grana cochinilla y el añil
Los españoles se percataron rápidamen-
te del potencial económico de varios cul-
tivos ya orientados al mercado desde la
época prehispánica y no tardaron en apro-
piarse de las huertas y parcelas o de sus
productos, como veremos. Así, la pro-
ducción cacaotera fue para los españoles
lo más parecido a una explotación mine-
ra, pues si no rendían mineral, sí produ-
cían dinero, toda vez que la semilla fue
moneda corriente durante las primeras
décadas de la colonia, además de materia
prima para el chocolate, cuyo consumo se
extendió pronto en la Nueva España y
más allá. Las regiones productoras de ca-
cao del siglo xvi eran tres, la primera
y mayor situada en la vertiente del Pacífi-
co, desde la costa centro sur de Nayarit
hasta el Soconusco, donde el riego era in-
necesario en casi toda su extensión. La
segunda en la vertiente del Golfo, con-
centrada en la Chontalpa, la región del río
Coatzacoalcos y su extensión hacia el nor-
te hasta los Tuxtlas; también había algu-
nas huertas más al norte, en la antigua pro-
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vincia de Coxcatlan, además de algunos por completo, con graves consecuencias pero que en el caso del amaranto, pudo ser
valles y vegas de Oaxaca, la región zapo- para las economías regionales y locales. la competencia del trigo, cereal con mayor
teca y mixe, en su vertiente del Golfo, en La historia de las huertas de nopales demanda y más fácil de sembrar, cosechar
donde tampoco se requería irrigación. La para criar la grana cochinilla (nopalnochez- y procesar. El algodón fue otra de las plan-
tercera era la depresión del río Balsas, en tli) fue distinta a la anterior en la medida tas importantes en tiempos mesoamerica-
Guerrero, Michoacán y Morelos, donde en que los españoles no se apropiaron de nos que perdió terreno durante la colonia,
cultivada en milpas de temporal de las tie-
rras cálidas de Veracruz y Yucatán y con
A la par de las innovaciones, se mantuvieron, con mayor o menor riego en algunos valles de Morelos, Pue-
bla y Michoacán, entre otros. Su cultivo
intensidad, la mayoría de los cultivos originales en las parcelas fue desplazado hasta casi extinguirse,
indígenas. Por esta razón, hasta el día de hoy en éstas se conserva sustituido o disminuido por cañaverales,
cacaotales y platanales, pero persistió en
una gran parte del germoplasma no sólo nativo, sino también del algunas zonas de tierra caliente, especial-
introducido después de la conquista, que los campesinos conti- mente en Yucatán, donde el algodonero
se conservó en las milpas de roza indíge-
nuaron manejando, mejorando y diversificando. nas durante toda la colonia, fuente para
elaborar una enorme cantidad de mantas
en los hogares indígenas.
la producción sólo era posible con riego. las nopaleras ni intervinieron en su pro-
A partir de la década del sesenta del siglo ducción o procesamiento, que quedaron No todo cambió:
xvi, como consecuencia del declive de- en manos indígenas, y también porque los cultivos que persistieron
mográfico y de la paulatina generalización perduraron hasta mediados del siglo xix.
de la moneda metálica, la producción ca- Su producción se concentró en la Mixte- A la par de las innovaciones, se mantu-
caotera descendió hasta desaparecer casi ca alta, Tlaxcala y Campeche. Los españo- vieron, con mayor o menor intensidad,
la mayoría de los cultivos originales en las
parcelas indígenas. Por esta razón, hasta
el día de hoy en éstas se conserva una
gran parte del germoplasma no sólo na-
tivo, sino también del introducido des-
pués de la conquista, que los campesinos
Los primeros cerdos, ovejas y vacunos llegaron pronto a la Nueva España, desde el desembarco mis- continuaron manejando, mejorando y di-
mo. Códice Florentino, lib. XII, carátula. Digitalización: Raíces versificando.
Teresa Rojas Rabiela. Etnohistoriadora, especialista
les obtuvieron grandes beneficios de la co- beneficiarla, los españoles establecieron en agricultura e hidráulica prehispánica y novohispa-
na, en tecnología y organización laboral de la época de
mercialización del preciado tinte, tan “ingenios de añir”, “verdaderas fábricas en contacto y en fotografía histórica de indígenas y cam-
demandado por la industria textil europea, pequeño”, de los cuales existían 48 en 1577, pesinos mexicanos. Investigadora titular del ciesas.
hasta el grado de que fue el segundo pro- hasta que la declinación demográfica y la
ducto de exportación de la Nueva Espa- competencia por los trabajadores indíge- Para leer más…
ña después de la plata, sólo superado a ve- nas hizo que la producción añilera declina- Assadourian, Carlos Sempat, “Agricultura y tenencia de
ces por el añil. ra en el curso de las dos últimas décadas del la tierra antes y después de la conquista”, en V. Bul-
mer-Thomas, J.V. Coatsworth y R. Cortes (eds.), The
El añil o xiquilite (xiuhquílitl, hierba azul), siglo xvi. Para el siglo siguiente, la expor- Cambridge Economic History of Latin America, vol. I,
otra tintórea, se cultivaba en las milpas de tación de añil de la Nueva España repre- Cambridge University Press, 2006, pp. 275-314 y 545-
552.
roza-tumba-quema de Yucatán desde épo- sentaba el tercer producto de importancia García Martínez, Bernardo, “Los años de la conquista”,
ca prehispánica. Fue “descubierto” hacia y en ocasiones el segundo, después de la en Nueva historia general de México, El Colegio de Mé-
xico, México, 2010, pp. 169-215.
1565 y explotado por los encomenderos es- plata y de la cochinilla, pero para el siglo Melville, Elinor G. K., Plaga de ovejas. Consecuencias am-
pañoles al percatarse de su alto valor en el xviii la producción yucateca fue desplaza- bientales de la conquista de México, fce, México, 1999.
Rojas Rabiela, Teresa, “De la madera al hierro. Antiguos
mercado europeo para teñir paños. Al igual da por la de El Salvador y Guatemala. y nuevos instrumentos agrícolas en la Nueva Espa-
que el cacao, los españoles se apropiaron ña”, en Virginia Thiébaut, Magdalena García Sánchez
y María Antonieta Jiménez (eds.), Patrimonio y paisajes
de las tierras indígenas y de su mano de Cultivos desplazados culturales, El Colegio de Michoacán, México, 2008, pp.
obra, conocedora del cultivo y procesa- 117-143.
Romero Frizzi, María de los Ángeles, “La agricultura en
Tierras irrigadas de los tlalhuicas, “dase en su tierra mucho algodón y axi y todos los demás bastimen-
miento del tinte. La expansión de su pro- Otros cultivos desplazados hasta casi des- la época colonial”, en La agricultura en tierras mexicanas
tos y al presente se da grandísima abundancia de frutas de Castilla y están poblados hacia el medio ducción desplazó al maíz y al algodón tra- aparecer fueron el amaranto y las dos desde sus orígenes hasta nuestros días, cna/Grijalbo, Mé-
xico, 1991, pp. 139-215.
día”. Códice Florentino, lib. X, f. 136r. reprografía: Gerardo Montiel Klint / Raíces dicionales de los mayas de la región. Para chías, por causas no bien entendidas aún,
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