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Sin perjuicio de no ser efectivos los hechos en los que la denunciante funda
su acción, lo cierto es que ella ha sido promovida fuera de plazo, lo que desde ya
impide que sea acogida, y en consecuencia opongo la excepción de caducidad y/o
extemporaneidad de la acción de tutela deducida, en conformidad al artículo 486
inciso final del C6digo del Trabajo.
Pues bien, más allá de la forma como la demanda se propone, esto es, que
la supuesta vulneración de garantías se habría producido con ocasión del despido,
del análisis del libelo fluye claramente que el relato transmite la supuesta existencia
de actitudes que la denunciante considera hostiles, provenientes de compañeros de
trabajo, y que habrían sido presuntamente tolerados por su ex empleador. Por
consiguiente, lo que realmente denuncia la actora son supuestos actos vulneratorios
ocurridos durante la relación laboral
Ahora bien, no cabe duda de que cuando los actos de vulneración son
verídicos, ellos generalmente se prolongan en el tiempo, a través de conductas
reiteradas de las que el trabajador es víctima.
Es decir, para ser consistentes con el relato, es dable afirmar que el hito
desde el cual debe contarse el plazo de 60 días para la caducidad de la acción
de tutela, es precisamente lo que habría provocado esta supuesta última
crisis, que se gatilló, según afirma, el 28 de septiembre de 2017. No se
advierten, con posterioridad a esa fecha, nuevos eventos que puedan denotar la
presencia de abusos u hostigamientos de ninguna especie, hasta su
desvinculación, ocurrida a fines del mes de noviembre de 2017, y que se fundó en
lo dispuesto en el artículo 160 N°3 del Código del Trabajo.
Así las cosas, el plazo para la presentación de tutela, conforme a la
norma antes citada, expiró el 12 de diciembre de 2017, mientras que la
demanda fue recién ingresada con fecha 8 de febrero de 2018
Luego, indica que entre diciembre y julio de 2017 tuvo reposo por licencia
médica, retornando en agosto de 2017 y hasta el 28 de septiembre de 2017,
momento en que nuevamente afirma se le prescribió reposo por 12, para
posteriormente hacer uso de su feriado legal. Seguidamente indica que “Tras el
término de mi feriado pendiente volví a integrarme a mis labores, pero,
considerando que ya me aquejaba, como he relatado, una enfermedad
profesional, en razón de la cual estaba sometida a una medicación bastante fuerte,
y dado que no cesaron los acosos por parte de mis hostigadoras, se generaron
recaídas en virtud de las cuales se me otorgaron nuevamente en nuevas
oportunidades licencias médicas”
Vale hacer presente en este punto que en la reposición pedida por el actor
en escrito de folio 7, se limita a repetir el mismo relato ya contenido en el libelo, de
modo que nada se agrega, ni se clarifica, ni se precisa respecto de los hechos.
En efecto, las inasistencias sin causa justificada por más de dos días de la
actora se enmarcan plenamente en lo dispuesto en la norma que contiene la causa
basal de su despido, esto es, el artículo 160 N° 3 del Código del Trabajo
Por otra parte, la carta de aviso cumple cabalmente con los requisitos legales,
de suerte tal que el despido no admite reproche ni sustantivo ni procedimental,
careciendo en consecuencia de sustento la acción subsidiaria, razón por la que
debe ser rechazada, con costas
Todos los montos demandados deben ser rechazados, tanto los pedidos en
la acción principal como los solicitados en la acción subsidiaria, pues ni en uno ni
en otro caso se configuran las causales invocadas por la demandante que las dichas
sumas sean procedentes.
POR TANTO;