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Tan ciega es la curiosidad por la cual son poseı́dos los mortales, que
frecuentemente conducen sus mentes a lo largo de rutas inexploradas,
sin razón alguna para esperar éxito, sino simplemente estar dispuestos
a arriesgar el experimento de encontrar si la verdad que buscan está
ahı́.
René Descartes. Rules for the Direction of the Mind: IV
Lectura
186
6.1 El álgebra y el método analı́tico
que desde finales del siglo XIX reconocemos como geometrı́a analı́tica. Descartes
aplicó a la geometrı́a los métodos y resultados del álgebra; convirtió los problemas
geométricos en problemas algebraicos.
Los términos análisis y sı́ntesis habı́an sido acuñados por Aristóteles en sus
Analı́ticos primeros y Analı́ticos Posteriores. En el comienzo del libro VII de Cole-
cción Matemática, Pappus advierte que estos métodos han sido utilizados por Eu-
clides, Arquı́medes, Apolonio y Aristeo el Viejo. En seguida incorpora la siguiente
definición:
No hay evidencia de que Descartes se hubiese basado en los trabajos de Vieta para
desarrollar sus investigaciones. El mismo Descartes afirma que conoció la Logı́stica
Speciosa de Vieta mientras estuvo en Francia, sin haber encontrado nada útil en
ella.
1
[Pappus 1970], p. 991.
2
[Descartes 1947], p. 53.
187
Descartes y el métodos de coordenadas
188
6.2 Las raı́ces mágicas del programa Cartesiano
clásicas. Viajó a Alemania y se relacionó con la cofradı́a de los hermanos Rosa Cruz,
famosos por poseer una sabidurı́a especial que les permitı́a conocer la totalidad
del mundo. Estudió historia natural, astronomı́a y las matemáticas de Euclides,
Arquı́medes, Apolonio y Diofanto. Buscaba el saber en las ciencias convencionales
y en las ocultas. Deseaba el saber universal. A veces iba a tientas, sin rumbo fijo,
viajando sin brújula. Buscó en las tradiciones hermético-cabalı́sticas de Cornelius
Agrippa e interrogó la obra del monje español Raimundo Lulio, tal vez la figura más
prominente de la Edad Media, quien quiso crear una ciencia universal, cuyo tronco
común lo constituı́a la matemática.
Dice que tuvo la visión de una “ciencia nueva y admirable” el 10 de noviembre
de 1619, a través de tres sueños en una noche febril. Visión que fue complementada
en otro sueño, al año siguiente por la misma fecha. Precisamente, el 11 de noviem-
bre de 1620 escribı́a: “este dı́a he comenzado a comprender los fundamentos de un
descubrimiento digno de admiración”. Tenı́a entonces 23 años. En 1623 se establece
en Francia, con algunas permanencias en Italia, especı́ficamente Roma y Floren-
cia, donde posiblemente conoció a Galileo. En Parı́s, estableció amistad con selectos
hombres de ciencia como el astrónomo Jean Baptiste Morin, los matemáticos Claude
Mydorge, Marin Mersenne, Ville-bressieux y Hardy, con el óptico Ferrier y con el
cardenal Brulle, hombre de la iglesia y amante del saber.
En 1628 se traslada a Holanda, buscando el ambiente propicio para escribir sus
pensamientos y teorı́as como le recomendarı́an sus amigos.3
A estas alturas no sólo le preocupa la filosofı́a y la matemática en sı́ misma,
sino también la óptica, y la relación entre la geometrı́a y los principios básicos para
la construcción de los lentes. Se conoce como uno de sus perı́odos más productivos
intelectualmente y se supone que fue durante estos años cuando escribió sus trata-
dos: El mundo, Reglas para la dirección del espı́ritu y algunas de las Meditaciones
metafı́sicas.
Parece que en 1631 solucionó el problema de Pappus, que le fuera propuesto
por Golius, su profesor de matemáticas en la Universidad de Leyden, cuando fuera
alumno de ese establecimiento, donde también era profesor van Schooten, uno de
sus más insignes traductores y comentadores. A través de ellos conoció a Huygens,
quien gozaba de gran prestigio en los cı́rculos intelectuales. Precisamente la primera
referencia conocida sobre la publicación de sus obras se encuentra en una carta a
Huygens, escrita en octubre de 1635.
Posteriormente, en 1636, le escribe una carta a Mersenne en la cual le informa
que pretende establecer una ciencia universal que proporcione el más alto grado de
3
Al respecto, en una carta a Mersenne comentarı́a en 1938: “Para hablar entre nosotros, no hay
nada que sea más contrario a mis gustos que el ambiente de Parı́s, a causa de una infinidad de
diversiones que son inevitables; y mientras me sea permitido vivir a mi modo, permaneceré siempre
en el campo, en cualquier paı́s en que no pueda ser importunado por visitas de los vecinos, como lo
hago aquı́ ahora en un rincón del Norte de Holanda; es esta sola razón lo que me ha hecho preferir
este paı́s al mı́o; y ya estoy ahora tan acostumbrado a él que no tengo ningún deseo en dejarlo”.
189
Descartes y el métodos de coordenadas
190
6.3 El Método cartesiano
método que le permita dar cuenta del saber universal. Ası́, el 29 de abril de 1619, le
escribı́a a su amigo Isaac Beeckman respecto a cierta conversación con un erudito con
quien pudo discutir sobre el Ars Magna de Lulio y que, según Descartes “se jactaba
de poder disertar sobre cualquier tema. Pero era un hombre que habı́a sacado toda su
ciencia de los libros, ası́ que la tenı́a más en los labios que en la cabeza. Sin embargo,
le interrogué con mucho interés sobre el libro de Lulio, pero hubo de convenir que
ni en ése, ni en el de Agrippa, estaban reveladas las claves para llegar a los secretos
de aquel arte”.5 Después de unos febriles años juveniles de búsqueda incesante e
infructuosa por bibliotecas y sabios, se vuelve sobre sı́ mismo como bien lo expresa
algunos años después en el Discurso del Método:
Por ello, tan pronto mi edad me permitió salir del dominio de mis pre-
ceptores, abandoné completamente el estudio de las letras, y resuelto a
no buscar otra ciencia que la que pudiera hallar en mı́ mismo, o bien en
el gran libro del mundo, empleé el resto de mi juventud en viajar.
Ası́ pues, entiendo por método reglas ciertas y fáciles, mediante las cuales
el que las observe exactamente no tomará nunca nada falso por verda-
dero, y, no empleando inútilmente ningún esfuerzo de la mente, sino
aumentando siempre gradualmente su ciencia, llegará al conocimiento
verdadero de todo aquello de que es capaz.7
5
[Descartes 1947], p. 20.
6
Del latı́n Regulae ad directionem ingenii. El libro, como lo expresa el mismo Descartes en la
regla XII, deberı́a constar de 36 reglas divididas en tres grupos. El primer grupo, formado por doce,
corresponderı́a a cuestiones generales. El segundo grupo estarı́a dedicada a la matemática, y en el
último grupo, también de doce, tratarı́a aspectos de la fı́sica. La obra no fue terminada y sólo consta
de 21 reglas.
7
[Descartes 1989], p. 79.
191
Descartes y el métodos de coordenadas
Regla del análisis: “Dividir todo problema, sometido a estudio, en tantas par-
tes menores como sea posible y necesario para resolverlo mejor”.
Regla de sı́ntesis: “La tercera regla es la de conducir con orden mis pensamien-
tos, comenzando por los objetos más simples y fáciles de conocer, para ascender poco
a poco, como a través de escalafones, hasta el conocimiento de los más complejos;
suponiendo que hay un orden, ası́ mismo, entre aquellos cuyos objetos no proceden
naturalmente a los objetos de otros”.
La propuesta de Descartes utiliza como base estas reglas para ejercer la crı́tica,
reduciendo lo complejo a lo simple y visualizando como se articulan los enunciados en
una cadena deductiva sin perder el todo. Las reglas constituyen una protección con-
tra las nociones aproximadas o fantasiosas. La directriz de las indagaciones proviene
del paradigma hipotético-deductivo de la matemática.
La Geometrı́a constituye una aplicación concreta del método cartesiano. Desde
el libro I, Descartes instaura los pasos esenciales que le posibilitan resolver, según
él, cualquier problema geométrico. De esta forma aquello que designamos con el
adjetivo de “método cartesiano” corresponde a una metodologı́a muy particular, un
proceso que sigue tres pasos fundamentales:
192
6.4 Contenido y método de la Geometrı́a
193
Descartes y el métodos de coordenadas
El libro tercero lo dedica a los problemas sólidos y supersólidos, los cuales le llevan
a plantearse la solución de ecuaciones. De esta forma aborda la solución de dos de
los problemas clásicos de la antigüedad griega como los son la trisección del ángulo
y la duplicación del cubo, teorizando fundamentalmente respecto a la solución de
ecuaciones de tercer grado. Al final, Descartes plantea el teorema fundamental del
álgebra el cual considera verdadero sin demostración alguna.
Muchos de los procedimientos y sı́mbolos actuales fueron incorporados por Des-
cartes. Ası́, para la suma y la resta utiliza + y −. Descartes considera las primeras
letras del alfabeto para constantes y las últimas para las variables, teniendo en cuenta
que representan, en general, segmentos. Además incorpora la notación exponencial
an para designar la multiplicación del segmento a, n veces.
194
6.5 Descartes y la aritmética de segmentos
E
C
A
D
AB BC
=
BD BE
BD BC
= .
BA BE
AB BI
= ,
BI BH
195
Descartes y el métodos de coordenadas
D
E
A
C
F
A B H
196
6.5 Descartes y la aritmética de segmentos
197
Descartes y el métodos de coordenadas
la unidad, tantas veces como fuese necesario, se logra el equilibrio. Sólo hasta que
exista una fusión entre número y magnitud, nos podemos olvidar totalmente del
referente geométrico.
a(a − x) = x2 .
ax ± x2 = b2 ,
198
6.6 Descartes y la Resolución de las Ecuaciones de Segundo Grado
a
Q
2
T b R
199
Descartes y el métodos de coordenadas
es decir, x2 − ax = b2 .
De esta forma, hasta aquı́, Descartes ha resuelto las ecuaciones que tienen las
formas: x2 ± ax − b2 = 0, que siempre tienen solución.
Enseguida Descartes resuelve la ecuación de la forma:
x2 ± ax + bb = 0 (6.3)
Sea la figura 6.5,
a M
2 Q
L b P
M Q = b, N M = 12 a − x
200
6.7 El problema de Pappus y el planteamiento de ecuaciones
,1 -2 , -2
2a − x + b2 = 12 a
1 2 2 2 1 2
4 a − ax + x + b = 4 a ,
x2 − ax + b2 = 0,
Y luego dice Descartes, “si el cı́rculo que tiene su centro en N y pasa por el punto
L no toca ni corta la lı́nea P QR, no hay ninguna raı́z de la ecuación, de manera que
pueda asegurarse que la construcción del problema propuesto es imposible”.
Descartes aquı́ se esta refiriendo al caso en que la ecuación tenga una raı́z ima-
ginaria, lo que evidentemente en este contexto implica que no tiene representación
geométrica. En el libro III de la Geometrı́a, Descartes se referirá a estas “cantidades”
como imaginarias. Wallis algunos años después asignará a estos “entes” extraños una
representación geométrica. Estos son los inicios de lo que más adelante se formalizará
como números complejos.
201
Descartes y el métodos de coordenadas
206
6.9 Clasificación de las curvas en Descartes
207
Descartes y el métodos de coordenadas
B C
H
B′ C′
I
A Q D
En este sentido, Descartes no sólo aceptaba las curvas construidas con regla y
compás, sino también aquellas construidas a partir de un cierto aparato articulado
que le permitiera expresarlas a través de una ecuación. Este no era el caso de la
cuadratriz, y por esta razón hace parte de las curvas mecánicas.16
Los aspectos anteriores nos permiten entender el significado que asigna Descartes
a la geometrı́a, y nos ubica en el tipo de generalizaciones, con respecto al universo
de las curvas, que tiene en mente. Al acoger geométricamente aquellas curvas que
admiten una ecuación algebraica, Descartes supera la exigencia de constructibilidad
de los antiguos como criterio de existencia. Más adelante, Leibniz irá más allá al
clasificar las curvas en algebraicas y trascendentes, eliminando el requerimiento de
amarrar las curvas a ecuaciones algebraicas.
En la segunda parte del libro II: Sobre la clasificación de todas las curvas en
géneros y sobre la relación de sus puntos con los de las rectas,17 Descartes postula
que todas las curvas que denomina geométricas tienen alguna relación con los puntos
de una lı́nea recta, la cual se puede expresar en términos de una ecuación.
Para explicar su método, Descartes presenta el siguiente caso de una curva que
16
Como estas curvas son generadas por dos movimientos independientes que no tienen entre sı́
relación, no hay manera de que se puedan medir exactamente.
17
[Descartes 1996], p. 414
208
6.9 Clasificación de las curvas en Descartes
N L
C B
y
G A
Las rectas referenciales que elige son AB y AG. Como siempre, Descartes asume
que el problema está resuelto y escoge un punto arbitrario C en la curva a la que
desea encontrarle la ecuación. Tomando A como el origen referencial, comienza a
denominar las cantidades conocidas y desconocidas con letras: las letras x y y para las
cantidades indeterminadas y las primeras letras a, b, c, para las cantidades conocidas
o dadas. La cantidad AB la denomina y y CB, donde CB es perpendicular a AB la
denomina x.
Continuemos con la prueba. Descartes ahora comienza a establecer relaciones
entre las cantidades conocidas y desconocidas: como los triángulos KLN y KBC
son semejantes, se establece la siguiente proporción:
LN CB c y
= o, =
LK BK b BK
Por tanto
' (
b
BK = y
c
18
[Descartes 1996], p. 414.
209
Descartes y el métodos de coordenadas
De otro lado,
' ( ' (
b b
BL = BK − b = y−b y AL = x + y−b
c c
CB GA
= por ser LCB y LGA triángulos semejantes.
LB LA
La anterior relación la podemos escribir como:
y a
' ( = ' ( ,
b b
y−b x+ y−b
c c
Una ecuación está integrada por varios términos, alguno de ellos conocido
y algunos de ellos desconocido, siendo unos iguales a los otros o, más
bien, considerados conjuntamente, son iguales a cero; digo tal, pues lo
más conveniente serı́a considerarlos de este modo.19
210
6.10 Teorı́a de ecuaciones de Descartes
26 8
y 3 − 3y 2 + y − = 0. (6.6)
9 9
Si se hace ahora el cambio de variable z = 3y, y multiplicando por 9, se obtiene
la siguiente ecuación con coeficientes enteros:
z 3 − 9y 2 + 26y − 24 = 0, (6.7)
Descartes muestra que la ecuación cúbica general se puede reducir a uno de los
siguientes tres casos:
(1) z 3 = −pz + q
(2) z 3 = pz + q
(3) z 3 = pz − q
211
Descartes y el métodos de coordenadas
Las soluciones del caso (3), z 2 = pz − q, corresponden a las del caso (2), z 2 =
pz + q, sólo que con signos opuestos. Esto es, si z es solución de (2) entonces −z es
solución de (3).
Descartes observa dos aspectos muy importantes en el proceso de solución de la
ecuación cúbica:
E
C
F L
212
6.11 Descartes y la solución de la trisección del ángulo
z Q
O
M T
OQ QT 1 z
= , es decir, 2
= ,
QR RM 1−z RM
de donde, RM = z(1 − z 2 ) = z − z 3 . Como los triángulos NRQ y TMP son isósceles,
entonces NR=MP=z y por lo tanto,
N P = N R + RM + M P = z + z − z 3 + z o lo que es lo mismo z 3 = 3z − q.
213
Descartes y el métodos de coordenadas
A
1
2
C
p
2
E q D
2
L
F M
parábola y que se trazan desde éste hasta los puntos de intersección de la circunfe-
rencia con la parábola. Tenemos que la circunferencia intercepta a la parábola en el
vértice y, al menos, la cortará una vez más de acuerdo a la construcción. Las raı́ces
tendrán el mismo signo que q cuando estén del mismo lado del eje que el segmento
DE y las otras tendrán signo contrario. Veamos que los segmentos construidos de
acuerdo al proceso anterior satisfacen la ecuación en consideración.
Demostremos que FL cumple con las condiciones: como el triángulo EAD es
rectángulo entonces,
% q &2 ' (2
2 2 2 1+p
EA = ED + AD = + (6.11)
2 2
Tomando F L = z, se tiene que AL = z 2 .
Trazando y teniendo en cuenta que el triángulo FEM es rectángulo se tiene,
' (
2
%
2 q &2 2
2 1+p 2
FE = FM + ME = z − + z − . (6.12)
2 2
Dado que F E = EA, de 6.11 y 6.12 se obtiene,
' ( ' (
% q &2 2 1 + p 2 % q &2 p+1 2
z− + z − = + , (6.13)
2 2 2 2
que nos permite obtener la ecuación inicial.
214