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Capas composicionales
Atendiendo a la composición de los materiales, las capas -geosferas- del interior de la Tierra son
Corteza, Manto y Núcleo.
La Corteza es la geosfera más superficial, la que podemos pisar en los continentes y la que tapiza
el fondo de los océanos, aunque en unos y otros adquiere características diferentes. Es una capa
sólida, rígida y muy poco uniforme, es decir que varía enormemente entre unos lugares y otros. Su
límite con la siguiente geosfera forma la discontinuidad de Mohorovicic.
El Núcleo es la capa más interna, la que ocupa el “corazón” del planeta. Es una geosfera de 3486
km de radio. Sus materiales están en estado sólido y fundido (líquido) dependiendo de la parte del
núcleo que se trate. Son de composición metálica, muy similar a la de algunos meteoritos
Procesos geológicos.
Pasivos: producen la disgregación de la roca, pero no movilizan esos fragmentos. Son los agentes
atmosféricos: temperatura, humedad, oxígeno, etc.
Activos: capaces de fragmentar una roca y movilizar los fragmentos. Son:
_ Seres vivos. Normalmente la vegetación rompe las rocas con sus raíces y fija el suelo de las
montañas, con lo que impide que sea arrastrado por las lluvias. Además, las actividades humanas
modifican y cambian el paisaje.
– Viento. Arrastra pequeñas partículas que al golpear contra las rocas las desgasta.
Los minerales poseen el mismo anión o grupo aniónico dominante en su composición, por eso
tienen semejanzas familiares y características más clara y fuertemente marcadas que aquellas que
comparten los minerales que poseen el mismo catión dominante. Ejemplo de ello son los
carbonatos, ya que estos se parecen más entre sí que los minerales de cobre.
Los minerales relacionados por el dominio del mismo anión tienden a presentarse juntos en el
mismo lugar o en yacimientos geológicos semejantes; por ejemplo, los sulfuros generalmente se
presentan en asociaciones próximas a depósitos del tipo de vetas o reemplazamiento, mientras que
los silicatos forman la mayor parte de las rocas de la corteza terrestre.
Elementos nativos
Sulfuros
Sulfosales
Óxidos e hidróxidos
Haluros
Carbonatos, nitratos y boratos
Sulfatos y cromatos
Volframatos y molibdatos
Fosfatos, arseniatos y vanadatos
Silicatos
Elementos Nativos
Son los que se encuentran en la naturaleza en estado puro, se dividen en metálicos y no metálicos, y
están conectados por la clase de transición de los semimetales.
Metálicos
Son los más comunes y forman tres grupos: Grupo del oro: oro, plata, cobre y plomo.
Los elementos de este grupo pertenecen a la misma familia en la clasificación periódica de los
elementos, por lo tanto, sus átomos tiene propiedades químicas semejantes y todos son lo suficiente
inertes como para encontrarse en un estado elemental en la naturaleza.
Las propiedades similares de este grupo de minerales provienen de su estructura común, por eso son
blandos, maleables, dúctiles y séctiles; además, todos son buenos conductores del calor y de la
electricidad, tiene brillo metálico y fractura astillosa con puntos de fusión bajos. Estas propiedades
son consecuencia de su enlace metálico, y todos pertenecen al sistema cúbico por lo que tienen
densidades muy elevadas.
Las características que diferencian a los minerales de este grupo dependen de las propiedades de los
átomos de los distintos elementos, de ahí proviene el amarillo del oro, el rojo del cobre y el blanco
de la plata.
Este grupo de metales son más duros y tiene puntos de fusión más elevados que los metales del
grupo del oro.
Los metales de este grupo son isométricos e incluyen el hierro puro (Fe), que se presenta raramente
en la superficie de la Tierra, y dos especies de ferroníquel (kamancita y taenita), que son comunes
en los meteoritos de hierro. Es posible que las aleaciones de Fe-Ni de este tipo constituyan una gran
parte del núcleo de la Tierra; además, se han encontrado mercurio, tántalo, estaño y zinc.
Semimetales
Son los que se encuentran en estado nativo, aunque raramente cristalizan en un mismo sistema y
forman estructuras de un mismo tipo. En este grupo se clasifica el arsénico, el antimonio y el
bismuto. Los miembros de este grupo poseen propiedades físicas semejantes ya que son
quebradizos, no maleables y conducen el calor y la electricidad menos que los metales nativos.
Además, este tipo de enlace intermedio entre el metálico y el covalente es más fuerte y más
direccional que el puramente metálico, dando lugar a una simetría menor.
No Metálicos
Este tipo de minerales son de gran valor en el comercio y la industria. En este grupo, por ejemplo,
se encuentra el carbón en forma de grafito o diamante y el azufre.
Sulfuros
Los sulfuros son muy importantes ya que comprenden la mayoría de las menas minerales. En esta
clase se incluyen los sulfoarseniuros, los arseniuros y los telururos, los cuales son similares a los
sulfuros pero más raros.
La mayoría de estos minerales son reconocibles porque su brillo es metálico, son opacos, tienen
colores distintivos y raya de colores característicos. Los no opacos, como el cinabrio, el rejalgar y el
oropimente, poseen índices de refracción elevados y transmiten luz sólo en los bordes delgados.
Muchos de los sulfuros tienen enlaces iónicos y covalentes pero otros, que poseen la mayoría de
propiedades de los metales, tienen parcialmente enlaces metálicos. Algunos ejemplos son los
siguientes: calcocita, galena, acantita, esfalerita, cinabrio, pirrotita bornita, calcopirita, pirita,
marcasita, arsenopirita, rejalgar, oropimente, estibinita, calcosina, covelina, cobaltita, molibdenita,
etc.
Sulfosales
En este grupo de minerales el azufre toma el lugar del oxígeno en los ácidos oxigenados más
comunes y más conocidos, como el ácido carbónico, ácido sulfúrico o el ácido fosfórico. Las
sulfosales son importantes porque nos pueden indicar cierto número de minerales de azufre
diferentes a los sulfuros.
Muchas especies de este grupo son raras, están íntimamente asociadas con otros minerales similares
y con frecuencia están imperfectamente cristalizadas. Las sulfosales se presentan normalmente
como minerales secundarios en filones hidrotermales asociados con los sulfuros más corrientes. En
raras ocasiones son compuestos que contienen plata, cobre o plomo, pero sólo unos pocos son lo
suficientemente abundantes para servir de menas de estos metales. Algunos ejemplos son:
livingstonita, techmanita, zinkenita, miargirita, berthierita, plagionita, baumhaureita, hetermorfita,
tennantita, jamesonita, semseyita, boulangerita, bournonita, pirargirita, samsonita, tetraedrita,
lengenbachita, jordanita, estefanita, pilobasita, etc.
Óxidos e Hidróxidos
En esta clase se encuentran aquellos compuestos naturales en los que el oxígeno aparece combinado
con uno o más metales, cuyo aspecto y características son diversos. Los óxidos, por ejemplo, son un
grupo de minerales relativamente duros, densos y refractarios; generalmente se presentan en forma
accesoria en las rocas ígneas y metamórficas, y en forma de granos dendríticos resistentes en los
sedimentos.
Los hidróxidos tienden a ser menos duros y de menor densidad, y aparecen principalmente como
aleación secundaria o como productos de meteorización, como la limonita, a partir de los
compuestos de hierro, la estibiconita de la antimonita, entre otros.
Dentro de la clase de óxidos hay algunos minerales que son de gran importancia económica, entre
ellos los principales minerales de hierro (hematites y magnetita), el cromo (cromita), el manganeso
(pirolusita, así como los hidróxidos manganita, romancita (psilomelana) y el estaño (casiterita). El
tipo de enlace en las estructuras de óxidos es por lo general fuertemente iónico. El hielo es un óxido
simple (H2O) que cristaliza en el sistema hexagonal entre 0º C y -80ºC y en el sistema cúbico a una
temperatura más baja.
Como ejemplos de esta clase de minerales se pueden mencionar: cuprita, ilmelita, espinela, gahnita,
magnetita, cromita, crisoberilo, casiterita, rutilo, pirolusita, diásporo, goethita, manganita, limonita,
bauxita, brucita, cincita, gibbsita, psilomelano, etc.
Haluros
Este grupo de minerales está constituido por combinaciones químicas de metales con los halógenos
como el flúor, cloro, bromo y yodo. Generalmente tienen poca dureza, un peso específico bajo y
brillo vítreo; su color puede variar bastante, como en el caso de la fluorita y algunos pueden
considerarse de gran importancia económica. Los haluros son los ejemplos más perfectos del
mecanismo de enlace iónico puro. Todos los haluros cúbicos tienen puntos de fusión de moderado a
elevado, y en ese estado son malos conductores del calor y de la electricidad. La conductividad
eléctrica se efectúa por electrólisis, es decir, obedece al transporte de cargas por los iones y no por
los electrones y a medida que aumenta la temperatura y son liberados los iones por el desorden
térmico, aumenta rápidamente la conductividad eléctrica, llegando a ser excelente en el estado de
fusión. Esta conductividad de los haluros fundidos se aprovecha en los procesos industriales.
Algunos ejemplos de esta clase son: halita, silvinita, carnalita, fluorita, criolita, atacamita.
LAS ROCAS
Una roca es un agregado de uno o varios minerales que se encuentra de manera natural y en estado
sólido en la corteza terrestre y el manto. Aunque también se consideran rocas a sustancias como el
carbón o las pumitas (piedra pómez), a pesar de que no están formadas por minerales y que, por lo
tanto, no cumplen los requisitos que la definición de roca exige. De manera que, para que podamos
incluir a estas y otras excepciones bajo el término “roca” es necesario ampliar su definición: Una
roca es una sustancia sólida formada de manera natural.
Rocas ígneas
Las rocas ígneas se forman por el enfriamiento y solidificación de un magma, por eso también se les
puede llamar magmáticas. El magma es una roca fundida, o parcialmente fundida, bajo la superficie
de la Tierra. Son rocas directamente producidas por procesos geológicos endógenos.
Dependiendo del lugar donde se produzca la solidificación, las rocas ígneas pueden ser intrusivas o
extrusivas. También dependiendo de la clase de magma y de su velocidad de enfriamiento se
producen diferentes tipos rocas ígneas tanto intrusivas, como extrusivas. Es frecuente clasificar a las
rocas ígneas por la composición de los minerales que las constituyen. De manera general, se utiliza
el término de “ácido” para las rocas con alta proporción de sílice (SiO2) y “básico” para las que son
deficitarias en esta misma sustancia.
Una roca ígnea intrusiva es aquella que se formó en el interior de la Tierra, bajo su superficie, por
la solidificación del magma de una cámara magmática, dique, sill o lacolito. Cuando el magma de
una cámara cristaliza recibe el nombre de plutón y, por este motivo a estas rocas también se les
llama “plutónicas”. Granitos, dioritas o gabros son algunos ejemplos.
Las rocas ígneas extrusivas resultan cuando la solidificación del magma tiene lugar sobre la
superficie de la Tierra, ya sea de un continente o del fondo del mar. Este es el caso de las rocas
volcánicas que se forman a partir de la solidificación de la lava de un volcán. Lava es el nombre que
se le da al magma cuando sale a la superficie.
Clasificación de los emplazamientos de rocas ígneas según profundidad y geometría. Se muestra también la aureola de
contacto producida por un plutón.
Rocas metamórficas
Las rocas metamórficas son las que proceden de la modificación textural y mineralógica de otras
rocas ya existentes. Cuando rocas ígneas y sedimentarias son sometidas a condiciones de presión
y/o temperatura completamente diferentes a las que tenían cuando se formaron se producen
variaciones en sus características, a veces tan importantes que no es posible reconocer la roca
original. Dependiendo del tipo de roca que se modifica y de las nuevas condiciones de presión y/o
temperatura a las que se sometan se producirán los distintos tipos de rocas metamórficas.
El ascenso e intrusión de una bolsada magmática entre rocas ya existentes implica un foco de calor
que puede llegar a superar los 1200 grados centígrados. Las rocas de alrededor del plutón se
modifican, sus componentes (que pueden llegar casi a fundirse) dan lugar a minerales diferentes y
por lo tanto a otro tipo distinto de roca. En la distancia, el calor se disipa a medida que nos alejamos
del borde del plutón, y en el tiempo el calor también se disipa a medida que el propio plutón se va
enfriando. De manera que al final de todo habrá rocas ígneas en lo que era la bolsada magmática y
rocas de metamorfismo de contacto alrededor de ella, formando una aureola.
Al conjunto de las transformaciones que sufre una roca a causa del incremento de presión se le
llama metamorfismo regional. Este nombre hace alusión a que los procesos geológicos que pueden
ocasionarlo no son puntuales, sino regionales y actúan sobre grandes extensiones de terreno. Este
tipo de metamorfismo aparece asociado a procesos orogénicos.
.
El incremento de la presión va produciendo cambios paulatinos en las rocas. Al principio son
menores y afectan únicamente a la disposición de los minerales que las forman, que adquieren un
aspecto hojoso, como el de las pizarras. A medida que aumenta la presión, también aumenta la
temperatura y los cambios van siendo cada vez más profundos.
Rocas sedimentarias
Las rocas sedimentarias se forman por la petrificación de los sedimentos*. Los sedimentos son los
materiales que se acumulan sobre la superficie de la Tierra por la acción de los procesos geológicos
exógenos como son la erosión, el transporte y la sedimentación.
Las rocas sedimentarias químicas son las que se originan a partir de la precipitación de una
solución, generalmente acuosa. Dependiendo de su composición tendremos diferentes tipos de
rocas. Calizas, dolomías, chert o sal gema son solo algunos ejemplos.
Las rocas organógenas como el carbón se formaron gracias a la acumulación de materia orgánica
seguida de otros procesos de transformación de esa sustancia original.