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PORTAFOLIO No.1
PRESENTADO AL TUTOR:
CURSO:
La configuración actual de Colombia se dio durante el siglo XIX, que fue un siglo de
muchos problemas, contradicciones, enfrentamientos de tipos ideológicos, político,
social, económicos, militar y religiosos; por eso, es necesario que a partir los
aportes de éste análisis se pueda contextualizar el escenario de nuestro país en el
siglo XIX y comprender como incidió en la situación actual del mismo.
PARTIDOS POLÍTICOS
LA IGLESIA
Durante el siglo XIX y hasta la mitad del siglo XX la Iglesia se alineó con el Partido
Conservador para enfrentarse y resistir a las intenciones modernizantes del partido
liberal. A mediados del XIX, desde el púlpito los clérigos hicieron política en contra
del partido liberal al poder y de los cambios que quería implementar en torno a la
laicización del Estado, la reducción de los derechos de la Iglesia, la reforma
educativa y la implementación del matrimonio civil y el divorcio. Así, desde inicios
de la república “el problema religioso se convirtió en la frontera política entre
liberales y conservadores” y la educación y la familia se establecieron como
ámbitos de la vida social monopolizados por la Iglesia. Con el ascenso al poder de
los conservadores en la Regeneración, la Iglesia participó activamente en la
redacción de la Constitución de 1886. En ella quedaron claros los vínculos entre la
Iglesia y el Estado, que serían reforzados con la firma del Concordato entre
Colombia y el Vaticano en 1887. Durante este periodo la Iglesia se erigió como el
elemento de cohesión nacional, con el Dios católico como “fuente de toda
autoridad” –tal como dice el preámbulo de la Constitución-. La Constitución y el
Concordato eliminaron el matrimonio civil y el divorcio, devolvieron el control de la
educación a la Iglesia y, en conclusión, reversaron “todas las medidas anticlericales
y las leyes consideradas contrarias con la moral católica”. Aunque la constitución
de 1991 aminoró los poderes de la Iglesia, aun evidenciamos su poder en muchas
situaciones de orden político, social y económico.
Si las guerras civiles del siglo XIX no eran guerras mudas; por el contrario, eran
también guerras con palabras, con relatos y narraciones; con lenguajes políticos, o
en otros términos, guerras acompañadas de retóricas, poéticas dirigidas a públicos
diversos con el propósito de convencerlos o conmoverlos para que actuasen en
consecuencia, podríamos decir que era un estilo de vida, hasta tal punto que
surgieron las industrias para la guerra, uniformes, armamento, medios de
transporte, etc., muchos se beneficiaron de ellas.
Lo que sería necesario afirmar es que las iniciativas políticas para evitar, suspender
o terminar la guerra, fueron tan abundantes y tan plurales como las batallas, las
tomas de poblaciones o los encuentros armados en los caminos; que acompañados
con los lenguajes políticos de "los agravios", "la sangre derramada", "la tiranía" y "la
conspiración", surgieron también las expresiones del "perdón y el olvido", "la
clemencia" y "la reconciliación" y que si bien Colombia puede mirarse como un país
en guerra permanente, también sería preciso recordar que es quizá el país de
América Latina con una más larga y más continua experiencia de negociación,
acuerdos políticos, discursos pacifistas e instrumentos jurídicos para la superación
de los conflictos armados. Y en la actualidad se siguen presentando, pero todos
estos problemas del siglo XIX aún inciden en nuestro país y podrán seguir por
muchos años, mientras no logremos conseguir la unidad por medio de la verdadera
identidad nacional.