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Asfixiología
Médico-Legal
Integrantes: García, María L
Figueroa, Luimar Gómez, Albani
Galavis, Cristian Gómez, Stephany
Profesora:
Gámez, Ariana González, Ana
Dra. Ivy Graterol
García, Anastasia González, Greicy
García, Carlos González, Jhoana
García, Josmar González, Yoximar
Agosto, 2018.
ASFIXIOLOGÍA
Es la rama dela medicina legal que estudia los diferentes tipos de asfixia, entendiéndose como
un estado patológico caracterizado por una disminución o falta de oxígeno y retención de
anhídrido carbónico, que puede ser reversible o irreversible y conducir a la muerte. Desde el
punto de vista Médico Legal es la obstrucción abrupta, parcial o total, de las vías respiratorias
que impiden la función de respirar.
Anoxia por oclusión de las vías respiratorias: por compresión directa de la laringe o
la tráquea, o por retropulsión de la lengua contra la pared posterior del paladar blando y
la faringe; siendo esta última la más probable, ya que Brouardel en 1897, calculó que se
requiere una fuerza mayor a 15 kg para ocluir la tráquea.
Isquemia encefálica: por compresión del sistema venoso y/o arterial. El cierre de las
venas yugulares requiere de 2 kilogramos y es el responsable de la mayoría de los signos
clásicos como la congestión, cianosis, edema y petequias sobre la línea de constricción.
Las arterias carótidas requieren de 5 kilogramos para cerrarse. Por eso, se requiere solo
una parte del peso de una persona para ocluirlas. Su oclusión lleva a la inconciencia casi
inmediata (10 – 15 segundos) y si se prolonga por más de 4 minutos el daño cerebral es
irreversible. (La compresión de las arterias vertebrales requiere 30 kilogramos de peso,
sin embargo, aun cuando permanezcan permeables, su aporte sanguíneo no es
suficiente para mantener la función cortical)
Según Simonin (1982), “cuando las necesidades de oxígeno de las células del organismo no
son satisfechas, se produce una anoxia. El aporte de oxígeno a los tejidos está asegurado por
cuatro mecanismos: la ventilación, el vehículo hemoglobina, la circulación y los intercambios
gaseosos. Todo impedimento, toda perturbación, actuando sobre uno o varios de estos
mecanismos engendra la anoxia”.
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3. Fase asfíctica: caracterizada por cianosis intensa, coma, insuficiencia ventricular
derecha, corazón con latidos irregulares, luego los ventrículos se detienen en diástole,
presentando las aurículas algunas contracciones. En la fase asfíctica la víctima es
irrecuperable. Esta fase constituye el llamado Síndrome asfíctico caracterizado por:
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Aumento en la fluidez de la sangre: es el hallazgo más inespecífico debido a
que la acción fibrinolítica postmortem es observable siempre.
AHOGAMIENTO
Muerte o trastorno patológico producido por el impedimento mecánico de entrada de aire a los
pulmones, el cual es sustituido por agua. Cuando no hay sobrevida se considera que es muerte
por sumersión pero si es solo un hecho que conlleva sobrevida con muerte o trastorno posterior
se considera que es un síndrome de casi ahogado.
Puede clasificarse en sumersión completa, si todo el cuerpo está cubierto por líquido o
incompleta si solamente es la cara o los orificios respiratorios. Además, puede considerarse
como ahogamiento seco, cuando hay escaso o nulo paso de agua a los pulmones debido a
un espasmo de la glotis con apnea (menos habitual pero más frecuente en niños) o
ahogamiento húmedo, cuando inicialmente e produce apnea que cede cuando la presión
arterial de oxígeno desciende de 70 mmHg y/o la presión arterial de dióxido de carbono aumenta
de 55 mmHg, iniciando movimientos respiratorios con aspiración de líquidos a los pulmones,
siendo ésta la más frecuente (80-90% de los casos) y la predominante en adultos.
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En el caso de la asfixia por sumersión, fisiopatológicamente, pueden distinguirse 5 fases:
Al producirse la fase final de muerte real, el cadáver inicia las fases de hundimiento. En un
primer tiempo inmediatamente luego de la muerte el cuerpo se hunde siendo el peso específico
del cuerpo superior al del agua (sumersión por primera). La posición del cuerpo sumergido en
el agua varía de acuerdo al centro de gravedad del mismo que suele estar ubicado a 1 cm a la
izquierda del centro de una línea que pasa por ambas articulaciones coxofemorales. Esta
posición varía igualmente dependiendo de la cantidad de aire que puedan contener los
pulmones o el tracto gastrointestinal. Si es mayor en los primeros, las extremidades inferiores
estarán más descendidas que la cabeza y el tronco; por el contrario, si el tracto gastrointestinal
posee la mayor cantidad de aire, serán la cabeza y el tronco los mayormente descendidos. En
un segundo tiempo, podrá instalarse o no la putrefacción en el cadáver, dependiendo
básicamente de la temperatura del agua en la que este se encuentre. Cuando la temperatura
del agua es muy baja, no habrá putrefacción y el cuerpo permanecerá hundido, siendo destruido
por acción de la fauna acuática y la maceración progresiva; en cambio, si la temperatura del
agua es templada o elevada, se instalará la putrefacción con rapidez y el cadáver saldrá a flote
en la superficie (flotación por primera). Debido a que el tronco y el abdomen alojan la mayor
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cantidad de gases durante la putrefacción, el cuerpo flotará en decúbito ventral y las
extremidades y el cráneo se hallarán hundidos por poseer una cantidad mínima de aire. En un
tercer tiempo la putrefacción puede ser tan intensa que la acumulación de gases determine el
estallido del tronco y el abdomen, y debido al peso específico de los huesos, el cadáver se
sumergirá nuevamente (sumersión por segunda). En un cuarto tiempo, de manera poco
frecuente y si el cadáver se encuentra sumergido en aguas uy tranquilas y con escasa fauna
marina, éste evolucionará hacia la adipocira o saponificación cadavérica (formación de una
sustancia blanca-amarillenta similar a la cera orgánica formada por la hidrólisis anaeróbica
bacteriana en el tejido graso) y como esta disminuye el peso específico del cuerpo, puede ocurrir
que el cadáver después de un tiempo, regrese a la superficie (flotación por segunda).
Un punto relevante está en relación con el tipo de agua en el que se encuentra en cadáver:
dulce o salada. Si el agua es dulce, esta pasa la barrera alveolo capilar produciendo aumento
de la volemia y hemólisis con aumento del nivel plasmático de potasio y disminución del sodio,
lo cual produce anoxia del miocardio y fibrilación ventricular. El agua salada por el contrario
produce hemoconcentración con importante edema pulmonar, aumento del sodio plasmático y
del hematocrito. No hay fibrilación ventricular ni hemólisis sino hiperviscosidad de la sangre y
anoxia miocárdica que lleva a fallo cardiaco.
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3. Homicida: se observan lesiones de violencia previa hacia la víctima (puñetazos, lesión
por arma blanca, de fuego u otro objeto, estrangulación manual o a lazo), cuyo cadáver
es arrojado posteriormente al agua.
Importante entonces, es realizar la autopsia al cadáver para establecer el tipo de muerte sufrida
a través de los fenómenos cadavéricos presentes, dentro de los cuales es posible encontrar
signos externos e internos, así como realizar pruebas por métodos químicos que determinen el
grado de putrefacción y el tipo de agua en el que se ha producido la muerte o ha tenido lugar la
estancia del cadáver.
Vestimentas: las cuales se encontrarán húmedas, con restos de arena, barro y/o
vegetación marina.
Coloración de la piel y mucosas: se observará cianosis generalizada en caso de
muerte reciente, piel anserina o “carne de gallina” la cual se debe en parte al frío y a la
rigidez de la muerte (sin embargo, no es signo específico de inmersión). En las primeras
4-6 horas la piel adquiere un aspecto blanquecino y si el cuerpo permanece bajo el agua
durante más de 10-14 horas se da la maceración de la misma, la cual se torna arrugada.
Finalmente, si permanece más tiempo, se desprende la epidermis de la dermis, como un
guante.
Hongo de espuma (Signo de Mark): localizado tanto en las narinas como en la boca,
indica la penetración del agua en el territorio pulmonar, que mezclada con las
secreciones bronquiales normales y batida por los movimientos respiratorios violentos,
origina espuma que se exterioriza por consecuencia del aumento de la presión abdominal
debido a los gases de putrefacción.
Livideces cadavéricas: son coloraciones rojizas-amoratadas que se encuentran en las
zonas declives del cuerpo debido a la acumulación de sangre en dichos lugares. Estas
pueden presentar características especiales; su color es más claro que en el resto de las
asfixias y su posición es diferente gracias al cambio de posición del cadáver en el agua,
pudiéndose presentar en todo el cuerpo. Al extraer el cadáver de un río generalmente no
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existen livideces y estas se forman luego de sacarlo cuando el restante de glóbulos rojos
se asienta en las zonas declive.
Putrefacción cadavérica: comienza en la cara y el tórax por la posición del cadáver en
el agua. Estas zonas se cubren de manchas que adquieren color “verde” y luego
“bronceado”, tomando un aspecto llamado “cabeza de negro”.
Adipocira: aparece entre el segundo y el tercer mes de putrefacción dentro del agua.
Incrustaciones calcáreas en la piel: localizada en los muslos y palpables bajo la forma
de pequeños tubérculos duros y resistentes. Después del cuarto mes, el cuero cabelludo
se desprende y se destruye, el cráneo queda al descubierto y desaparecen la nariz, los
párpados y los labios. Posteriormente se origina la destrucción completa de las partes
blandas, pudiendo quedar el esqueleto completamente desarticulado.
Acción de la fauna marina: el cadáver es atacado por peces y crustáceos que dejan
lesiones características.
Lesiones del periodo convulsivo y de arrastre.
Por otro lado, entre los signos internos se describen los siguientes:
Espuma blanquecina-rosada: dentro de toda la vía aérea, junto con la que también
pueden encontrarse partículas de arena.
Broncoaspiración de vómito.
Enfisema acuoso de Brouardel: pulmones distendidos con enfisema acuoso de color
gris pálido, y crepitantes.
Manchas de Paltauff: equimosis subpleurales.
Hígado brillante
Hemodilución: producida en el corazón izquierdo por el agua aspirada.
Signo de Niles: hemorragia en el hueso temporal que forma una mancha azul oscura
en la cara anterosuperior y media del peñasco, a nivel del tegmen timpani.
Signo de Vargas-Alvarado: hemorragia localizada en el hueso etmoides, que se
transparenta en la fosa anterior del cráneo como mancha azul oscura a ambos lados de
la apófisis crista galli.
Presencia de plancton: en pulmones, médula ósea y corazón.
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Además, a través de métodos químicos es posible la determinación del peso específico que se
modifica por la temperatura y el grado de putrefacción; así como también ciertos aspectos del
componente sanguíneo como:
Aquellas personas que han sobrevivido a un ahogamiento presentan finalmente una serie de
síntomas residuales: generales como fiebre y depresión de la conciencia o estado de coma;
respiratorios como disnea de variada intensidad, dolor torácico, expectoración hemoptóica o
purulenta, abolición del murmullo vesicular y matidez; cardiovasculares como taquicardia,
arritmias y extrasístoles; y gastrointestinales como vómitos acuosos, bilioso o alimentarios.
SOFOCACIÓN
Constituye la más típica de las asfixias y es una “asfixia pura”. Para Lacassagne, comprende
todos los casos de asfixia cuya causa criminal o accidental es un obstáculo en el trayecto de
las vías aéreas o un impedimento a la ventilación pulmonar, fuera de toda constricción del cuello
o penetración de líquido en la tráquea y los bronquios.
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sofocación se hace metiendo la cara de la víctima en la tierra, arena, etc., se encontrarán en
las vías aéreas esos cuerpos extraños inhalados por los violentos movimientos inspiratorios de
la víctima. Partiendo de esto, dentro de la sofocación es posible distinguir 5 tipos básicos:
Oclusión directa de la nariz y boca: mediante las manos (sofocación manual) es una
forma frecuente de muerte en el infanticidio. En el adulto es muy raro e implica mayor
resistencia física de la víctima en la que pueden observarse erosiones, excoriaciones
ungueales y equimosis en la cara como reacción de defensa.
Sofocación producida al hundir la cara: en ropas de cama, tierra o arena
(principalmente en accidentes laborales), lo cual genera lesiones en los labios y narinas.
Sofocación por mordaza: en estos casos se requiere un examen minucioso de la
mucosa en los labios, en la cual pueden aparecer equimosis violentas por presión contra
los dientes. Al igual que en las anteriores puede ser conveniente raspar en la víctima los
lechos ungueales para estudiar su contenido (piel, pelos), que sugiera signos de lucha.
En estos casos los signos clásicos de asfixia están presentes en raras ocasiones, excepto
cuando la persona impone resistencia y hay intentos de respiración, lo cual puede producir
congestión, cianosis y algunas veces petequias faciales o conjuntivales. Además pueden
encontrarse contusiones simples. Estos casos se dan principalmente en casos de sofocación
con bolsas plásticas sobre la cabeza, con almohada, mordazas, entre otros.
-Sofocación por oclusión de las vías respiratorias altas: suele darse generalmente entre la
faringe y la bifurcación de la tráquea. Puede presentarse hipoxia pura por oclusión de la vía
aérea o espasmo laríngeo o bronquial. Ambos se acompañan de congestión, cianosis e incluso
petequias, aunque también puede darse inhibición cardíaca ya sea pura o acelerada por el
exceso de catecolaminas. Dentro de las posibles causas se encuentran tierra en cavidad bucal
principalmente en casos de infanticidios, cuerpos extraños, piezas dentales, lesiones o
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infecciones agudas como epiglotitis o broncoespasmo, material alimenticio por
broncoaspiración, estas últimas en la forma de tipo accidental.
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-Sepultamiento de cuerpo vivo: ocurre en la mayoría de las veces de manera accidental pero
se ha observado de tipo criminal en infanticidios. Sucede cuando el cuerpo queda totalmente
cubierto (o al menos los orificios respiratorios) bajo una capa densa de sustancias como tierra,
carbón, harina, entre otras; así como en terremotos, accidentes por derrumbes, en minas y
otros. Es posible determinar si la víctima fue enterrada viva o muerta, debido a que en el primer
caso se puede observar la presencia de corpúsculos de polvo en las vías digestivas y
respiratorias, en un intento por respirar.
A la autopsia y a modo de resumen, en los casos de asfixia por oclusión de los orificios
respiratorios en los que haya signos de lucha y en la oclusión de las vías respiratorias, se
observará una intensa cianosis en cara y cuello, más marcada que en cualquier otro tipo de
asfixia. En este punto es posible establecer 3 grupos de signos:
AHORCAMIENTO
Es un acto de violencia que consiste en la suspensión pasiva del cuerpo mediante un vínculo
que rodea el cuello, fijado por un soporte o punto fijo. Se compone básicamente de tres
elementos:
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1. Cuerpo suspendido: el cuerpo puede quedar totalmente suspendido con los pies sin
ningún apoyo en el suelo u otra superficie. A veces se produce ahorcamiento incompleto
en el que el cuerpo queda con los pies tocando parcialmente el suelo. La fuerza de
tracción que se ejerce a nivel del cuello es proporcional al peso del cuerpo.
2. Vínculo enrollado alrededor del cuello: el vínculo puede ser de diferente naturaleza,
son vínculos duros las cuerdas y alambres que producen surcos profundos; los vínculos
son blandos cuando se trata de ropa enrollada como corbatas y sábanas que producen
surcos poco profundos y poco marcados. El nudo del vínculo puede ser corredizo o fijo,
y puede ser típico cuando se encuentra en la parte posterior del cuello o atípico cuando
está en cualquier otra posición del cuello.
3. Punto fijo: puede ser una viga, un árbol, poste o cualquier sitio en que se puede fijar el
vínculo y pueda servir de soporte al cuerpo para el ahorcamiento.
Ahorcadura suicida: es la más frecuente, siendo de los métodos que con más
frecuencia se emplean debido a la facilidad y efectividad. Suelen encontrarse en estos
casos, otras lesiones con fines suicidas en el sujeto y que han fracasado o que no
producen la muerte rápida esperada.
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Ahorcadura homicida: es excepcional. Para que ocurra debe existir una gran
desproporción de fuerza entre agresor y víctima, es decir, supone a una víctima débil
(niño, anciano, adulto ya en estado de pérdida del conocimiento, personas incapacitadas
por alguna enfermedad, o que se encuentren en un estado de intoxicación que les impida
defenderse).
Todos los exámenes de signos internos y externos de la necropsia, servirán al especialista para
resolver la forma que corresponde en cada uno de los casos.
La muerte por ahorcamiento puede producir múltiples efectos que, aisladamente pueden causar
la muerte, distinguiendo de esta manera los mecanismos de muerte:
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La inhibición: se produce debido a la acción refleja producida por la compresión de la
carótida por debajo del sinus carotideo (asiento de las formaciones barorreceptoras)
originando bradicardia, vasodilatación generalizada e hipotensión. La muerte es
inmediata y no alcanza a establecerse la asfixia, apreciándose intensa palidez de la piel
y mucosas (ahorcados blancos). Según algunos autores, cuando el asa de la cuerda es
anterior o posterior la cara es pálida, por anemia; es cianótica cuando el nudo es lateral.
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4. Fase de muerte real: desaparecen los signos vitales, la muerte sobreviene en 5-10
minutos.
En resumen, el tiempo que dura la sintomatología del ahorcado es de un total de 10-15 minutos,
pero esta es variable según sea el mecanismo de la muerte. En caso de muerte por inhibición,
ella sobreviene en forma instantánea; cuando se debe a compresión de los vasos sanguíneos,
la muerte es lenta; si hay oclusión de la tráquea, la muerte es más lenta aún. En los casos de
ajusticiamiento, en que hay fracturas cervicales por la violencia del traumatismo, la muerte
puede ser rápida o lenta, lo que depende del grado de compromiso neurológico. En víctimas
que han podido ser recuperadas, el surco del cuello permanece durante 1-2 semanas
presentando confusión mental, disfonías y paresias en extremidades y disfagia.
Al realizar el examen del cadáver durante la autopsia, es posible distinguir signos externos y
signos internos. En el examen externo se observan:
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Lesiones en las partes prominentes del cuerpo (miembros) con equimosis resultante
del choque con objetos vecinos en la fase convulsiva.
Punteado hemorrágico petequial en la cara especialmente a nivel de conjuntiva y
párpados.
La lengua emerge entre los dientes, cuando el nudo está por detrás del conducto
auditivo externo.
En la autopsia del ahorcado los signos externos predominan sobre los internos; en ocasiones
estos últimos pueden estar ausentes. Si fuese ahorcado por otro, ello implica condiciones físicas
especiales; en estos casos se debe observar si existen signos de lucha en vestimenta y cuerpo,
signos de defensa en antebrazos, manos, pies, heridas por arma contundente, blanca o de
fuego. Debe realizarse además un examen toxicológico.
Línea argéntica o zona traslúcida: ubicada por debajo y a lo largo de todo el surco,
tiene un aspecto nacarado y se produce por la desecación del tejido celular subcutáneo
por efecto de la compresión.
Equimosis musculares: cuya ubicación es generalmente profunda en relación con el
esqueleto laríngeo, sobre todo en los cricotiroideos y a veces en el pericondrio del
cartílago tiroides.
Equimosis retrofaríngea: se produce cuando el nudo es posterior y se tracciona la
laringe hacia atrás o por golpe de la base de la lengua sobre esa zona. Puede observarse
infiltración sanguínea a nivel de la inserción condral del esternocleidomastoideo; en la
zona de bifurcación de la tráquea especialmente en tejidos que rodean los ganglios.
Fractura del hueso hioides: afecta las astas del hioides, con infiltración sanguínea en
el ahorcamiento vital.
Fractura del esqueleto laríngeo: poco frecuente.
Signo de Amusset: consiste en un desprendimiento de la íntima de las carótidas
primitivas en relación al surco. Se observan cuando el surco es “duro” y la suspensión
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prolongada, aparece como una franja roja transversal al eje mayor de las carótidas, en
la íntima.
Fracturas de la columna cervical: solo se observan en los casos de ajusticiados, en
los que se han empleado maniobras violentas de tracción.
Lesiones viscerales: no son características, ya que corresponden a cualquier tipo de
asfixia: equimosis petequiales subserosas, edema pulmonar discreto y cianosis
generalizada de órganos.
ESTRANGULAMIENTO
Es una forma de asfixia mecánica que se produce por la constricción del cuello con las manos,
el antebrazo, con un lazo o cualquier otra estructura que presione sobre el cuello.
-A lazo: el lazo o medio empleado para estrangular puede ser una cuerda, alambre fino, medias,
u otro medio maleable que deja a nivel del cuello un surco generalmente completo, horizontal,
situado por debajo del cartílago tiroides (elementos que pudiesen diferenciar el surco por
ahorcamiento) El vínculo utilizado alrededor del cuello puede ser de cualquier naturaleza,
generalmente es un cordel resistente y la fuerza se ejerce con las manos.
-Manual: se produce por compresión del cuello con una o ambas manos. Se considera homicida
en el 100% de los casos.
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-Antebraquial: en este tipo de asfixia mecánica, la constricción del cuello se lleva a cabo
normalmente rodeándolo con el brazo y antebrazo. En las realizadas con el antebrazo, la
presión actúa ocluyendo las vías aéreas. Las realizadas con brazo y antebrazo, la fuerza actúa
sobre la cara lateral del cuello, por lo que las vías aéreas no se afectan. La compresión de las
arterias carótidas hace que se produzca una isquemia cerebral y pérdida de conocimiento en
10-15 segundos. Puede producir la muerte del sujeto. Cuando esto ocurre la causa suele
asociarse a enfermedades cardiacas o a la acción de drogas en combinación con el estrés
cardiaco debido al efecto de las catecolaminas. Puede incluirse el uso de objetos rígidos.
Desde el punto de vista médico-legal, las etiologías de los diferentes tipos de estrangulamiento
pueden definirse como:
-Estrangulamiento a lazo:
-Estrangulamiento antebraquial: suelen ser usadas por la policía para reducir a individuos
violentos.
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Al examen del cuerpo durante la autopsia pueden conseguirse signos generales y signos
externos e internos en el cuello:
-Estrangulamiento a lazo:
Lesiones internas: Son frecuentes los desgarros musculares. Las equimosis son
extensas. Las fracturas del tiroides y de la laringe son mucho más comunes que en el
ahorcamiento.
En general las lesiones por estrangulamiento a lazo en el cuello se caracterizan por lesiones
externas poco marcadas y lesiones internas de gran magnitud. Este hecho, basta por sí solo,
para hacer el diagnóstico diferencial entre estrangulamiento y ahorcamiento.
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determinadas por las uñas en movimiento; erosiones semi-lunares por la acción de las
uñas fijas. Estas son de vital importancia para diagnosticar la estrangulación manual y
permiten a través de su ubicación, disposición y coloración determinar posición, lucha,
mano empleada y data aproximada de la muerte. Los estigmas ungueales (marcas
dejadas por las uñas) dan información de la posición de las manos del agresor en cuanto
a su concavidad, su disposición y forma. En caso de resistencia de la víctima, las uñas
pueden dejar trazos lineales que indican movimiento.
Lesiones internas: son de gran magnitud por la irregularidad de la fuerza y porque esta
actúa en puntos muy circunscritos, este hecho determina: desgarros musculares,
grandes equimosis, fracturas del tiroides, cricoides, hueso hioides. En los planos
anatómicos subyacentes encontraremos desgarros musculares, infiltración sanguínea.
En la cavidad torácica se evidencian pulmones congestionados, con equimosis
subpleurales conocidas como manchas de “Tardieu” mientras en la cavidad abdominal
se hallan congestionados: hígado, bazo y riñones.
-Estrangulamiento antebraquial:
Lesiones externas: cuando la presa es con antebrazo, las lesiones cutáneas son
mínimas o están ausentes. Al ser una muerte asfíctica podemos encontrar también
petequias en cara y conjuntiva ocular. Cuando la presa es con brazo y antebrazo, las
lesiones en la piel si existen son mínimas. Cuando se usa una barra u objeto metálico,
aparecen en la cara lateral del cuello, dos líneas equimóticas horizontales.
Lesiones internas: en la presa con brazo podemos encontrar, fractura de los cartílagos
tiroides y cricoides y petequias en pleura y pericardio. En la presa con brazo y antebrazo,
las lesiones internas si existen son mínimas.
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