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El Parlêtre
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All content following this page was uploaded by Ulises Orestes Cuellar on 20 May 2017.
Abstract
Este texto surgió a partir de diferentes cuestiones que se presentan en el quehacer del
Departamento de Desarrollo Estudiantil de la Universidad EAFIT, que dio pie a una pregunta sobre el
posible tratamiento de la psicosis en el ámbito institucional educativo. Con la creación de espacios para
el estudio clínico y epistémico, se han podido dilucidar cuestiones como el concepto de parlêtre (ser
hablante), que supone una ruptura con el esquema psicoanalítico previo; el parlêtre lleva a preguntarse
por la relación entre hablar y ser y de estos con el lenguaje, el hecho y el cuerpo. La re-significación del
concepto de inconsciente, sumado a los nuevos significados que el Seminario 23 otorga a lo imaginario,
lo simbólico y lo real y, las relaciones con el nudo y sus propiedades: agujero, consistencia y existencia;
diferencias que Lacan propone con respecto al desencadenamiento y desenganche, aspectos que
permiten dar cuenta del cambio de lógica que opera en la clínica donde se establece un nuevo horizonte
1. Introducción
institución que me abrió las puertas como profesional de la psicología en el año 2001 y que,
1
académico, como desde mi actividad en la AMP1, específicamente en la sede de la NEL2
Medellín.
Así mismo agradecer a Daniel Millas, a Gerardo Arenas y Miguel Rossi por acoger
esta apuesta y ayudar a que una vez más el deseo pueda ser acto; en el mismo sentido a
Leonardo Gorostiza por compartir su saber y orientarme en el qué hacer clínico. A los
psicólogos del Departamento de Desarrollo Estudiantil por acompañar no solo el día a día,
trabajo hacen posible que mis ideas se puedan llevar a buen puerto. Finalmente, a la Directora
consulta psicológica por pacientes que podríamos ubicar bajo esta estructura y encuentran en
psicólogos del Departamento de Desarrollo Estudiantil pone en común lo que nos enseñan
dichos casos, las dificultades y analizamos los impases de la práctica misma; y iii) la mesa
de lectura sobre el Seminario 23 de Jacques Lacan, que nos permite esclarecer problemas
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teóricos relacionados con el tratamiento de la psicosis.
Estas tres cuestiones llevaron a que las preguntas por el tratamiento posible de las
Desarrollo Estudiantil y, que con ello, se tomaran las acciones que este reto suponía. A fin
indagamos acerca de los orígenes y tratamientos, que dentro del campo de la clínica
insospechados, en lo que tiene que ver con la escucha de los pacientes psicóticos, y del
armado epistemológico del hacer dentro del psicoanálisis; es precisamente en este último
punto, donde la lectura del Seminario 23 de Jacques Lacan permite orientar algunas de estas
Se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que la clínica Lacaniana antes del
simbólico, por encima de lo imaginario y lo real, y con el concepto de Nombre del Padre
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caída del Nombre del Padre y sus consecuencias, la cual devela la oposición que atraviesa
real, entre otros; como resultado Lacan propone la fórmula de dejarse llevar.
A partir del trabajo del Seminario 23, Lacan vuelve sobre sus pasos e interroga el
esquema previamente señalado, y plantea su trabajo de la mano de James Joyce, o más bien
de su escritura, pues hay que aclarar que Joyce no fue su paciente. Su investigación sobre el
tratamiento de la letra por parte de Joyce, trae consigo elaboraciones que amplían el campo
sobre la práctica clínica. Una de las preguntas que nos planteamos es si el concepto de
necesario sustituirlo por el de parlêtre (hablaser o ser hablante), que se ha escogido como
referencias al concepto parlêtre como tal aparecen en los Seminarios 19, 20, 22, 23, 24 y 27.
Para iniciar con la exploración del concepto se partirá de lo expresado en el Seminario 20:
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Lacan abre con esto una ampliación de lo que son las elaboraciones que viene
realizando de la mano de Freud, pero se hace evidente que inicia un desplazamiento hacia
otros horizontes que lo llevaran a soltarse del vienés y buscar en Joyce, apoyándose en la
de parlêtre que desde el inicio, en la página 13, hace una alusión muy general pero
orientadora de cómo se llega a esta escritura, con una nota al pie en donde explica qué es un
neologismo, creado por Lacan a fin de conjugar parler y être, hablar y ser, y desliza sin hacer
Las posteriores referencias no harán mayor claridad para dilucidar una definición como tal,
sino más bien al uso del concepto, dentro del armado epistémico que el autor está presentando
a la audiencia de su seminario.
Un poco más adelante, en la clase IV “Joyce y el enigma del zorro”, Lacan toma el
que el mismo plantea sobre ¿Qué es un hecho?; ii) la referencia al cuerpo y iii) la relación
5
[…] ¿Qué es un hecho? Es justamente él quien lo hace. Sólo hay hecho por el
hecho de que el parlêtre lo diga. […] el amor propio es el principio de la imaginación.
El parlêtre adora su cuerpo porque cree que lo tiene. En realidad no lo tiene, pero su
cuerpo es única consistencia - consistencia mental, por supuesto, porque su cuerpo a cada
rato levanta campamento. […] (Lacan, El seminario de Jacques Lacan, libro 23, El
Sinthome, 1975) pág. 65
En el Seminario inédito y del cual no se cuenta con un texto establecido por Jacques-
Alain Miller, y que Lacan en su momento nombró: L’insu que sait de l’une-bévue s’aile à
mourre, expresión sobre la que no se encuentra una traducción que sea unánime en la
[…] Este "Palabrero", creo reconocer allí el acceso de lo que articulé desde
siempre, a saber que el significante, es de eso que se trata en el inconsciente. El
inconsciente, es que en suma uno habla — si es que hay hablaser (parlêtre) — solo. Uno
habla sólo porque uno no dice jamás sino una sola y misma cosa — salvo si uno se abre a
dialogar con un psicoanalista […] (Lacan, El seminario de Jacques Lacan, libro 24, L’insu
que sait de l’une-bévue s’aile à mourre, 1976)
“Joyce el síntoma” (1975) en Otros escritos, y en esta oportunidad lo unirá a otro concepto
que guarda estrecha relación con la operación que Lacan describe para Joyce como un saber
específicamente por lalengua, una invención lacaniana para referirse a lo que antes él mismo
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denominó sujeto y Freud, inconsciente. Cabe aclarar que esta hipótesis se presenta bajo una
novedad, los tres registros están inmersos en una lógica nodal, lo que quiere decir que los
tres son al mismo tiempo; no hay lugar para pensarse un registro sin la concomitancia de los
otros dos.
Nombre del Padre conllevará a que se instaure una falta en el orden del significante paterno
dentro del registro de lo simbólico, y con ello surge una lógica en la cual se intentará suplir
7
En el Seminario 23, Lacan nos muestra con Joyce uno de los argumentos que ha
guiado al psicoanálisis hasta ese momento, lo que se denomina como orden del significante
y responde al síntoma freudiano, y que además, si este existiese querría decir que en el
encuentra el sentido, pero a lo largo del seminario Lacan pondrá en cuestión esta articulación
La última enseñanza de Lacan se orienta hacia la caída del Nombre del Padre, como
único significante de la ley y como eje central de lo que hasta entonces se ha denominado
como estructura; por otra parte con los nudos se trata de establecer una equivalencia entre los
registros simbólico, imaginario y real, y esto traerá como consecuencia que el Nombre del
Padre se diversifique, dejando de ser un elemento céntrico que ordena, a ser un punto de
excepción.
enseñanza: salirse del imperativo del síntoma freudiano. Se puede entender este cambio en
clínico, de ahí que Lacan precisamente escogiese a James Joyce para hacer con él un acto
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dantesco, es decir, dejarse llevar de la mano de Joyce como Dante es guiado por Virgilio a lo
Lacan utilizará entonces la obra de Joyce no para interpretarla, dado que esa es tarea
de los universitarios como el mismo Joyce lo profetizara: Lo que escribo no cesará de dar
trabajo a los universitarios (Lacan, El seminario de Jacques Lacan, Libro 23, El Sinthome,
1975 página 161); sino para demostrar que la metáfora delirante en la psicosis, es el paralelo
delirante se apunta a poner imaginario, en lugar del significante que falta; a partir de esto, el
parlêtre puede procurarse un mundo un poco más estable. Al faltar el significante del padre,
Existen diferencias marcadas entre el caso Schreber y Joyce, que no serán abordadas
en este capítulo, pero con Joyce, Lacan presenta un ejemplo de lo que es una suplencia en un
desanudamiento del nudo borromeo. Surge entonces en el orden del tener, no un cuerpo como
en el caso de la neurosis, sino una escritura, la cual parece actuar como anudamiento y como
efecto de este, la pretensión de ocupar a los universitarios con ella, que es a su vez un intento
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Como consecuencia de lo que el psicoanalista francés presenta en el Seminario El
Sinthome, a saber, que el padre de Joyce no fue un padre, dice Lacan, en tanto este no le
enseñó nada, es decir, no hay de parte del padre transmisión de ningún saber – hacer con
respecto a estar en el mundo. Lacan enunciará que lo único que hizo bien el padre de Joyce
viene a operar como una consistencia que posibilita que los tres registros: simbólico,
imaginario y real se mantengan unidos, pero es un orden que no responde al que podría
ubicarse dentro del régimen paterno, en su caso, es más bien dependiente de una cierta
polifonía de la palabra con la cual genera ecos y neologismos, como bien se puede apreciar
en el particularmente ilegible Finnegans Wake, que está escrito en una lengua personal que
Es precisamente a partir de este punto, que Lacan brinda una orientación diferente al
trabajo clínico, partiendo de lo que Joyce le proporciona como ejemplo; el síntoma como tal,
no debe interpretarse ni curarse, sino que debe procurar reducirse para que se pueda, por
medio de los efectos del análisis, hacer uso de él, cabría entonces la pregunta, ¿de qué uso se
habla?
Con Jacques-Alain Miller (2013) tenemos una primera respuesta y es como pieza
suelta, suelta en tanto es el residuo que queda, un resto de real que al producirse deja caer el
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tejido que lo envuelve, se trataría de un bordado dice Lacan, que “teje historias” y que serían
Este dejar caer, en el arte Joyciano, se puede apreciar en sus textos cuando, a partir
de una palabra, derivan otras que guardan con la primera solo un vínculo fónico y efectos
aleatorios de sentido. La cadena significante S1- S2 –que Miller en Piezas Sueltas (2013)
menciona como la más tonta que hay, dado que está sujeta a un imposible en tanto sucesión–
reintegro que la hace volver sobre el origen, a saber el S1, cambiándolo, amontonando la
cadena, produciendo con ello que el significante se agujere con sedimentos o pedazos de
de un objeto, sino que retorna sobre sí mismo, se podría afirmar que es el neologismo en su
debilidad, dado que por su fragilidad remite invariablemente a otro significante. Es en este
sentido que se ve afectado por el efecto del significante y su debilidad marcada en tanto
genera sentido; desde los trabajos del lingüista Ferdinand de Saussure pasando por Román
Jakobson, el psicoanálisis está advertido de la arbitrariedad del signo lingüístico, a saber, que
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En la clase X del Seminario 23 titulada “La escritura del Ego” Lacan enunciará que
Desde este punto es importante abordar el cuerpo a partir de una nueva perspectiva,
lo primero que debemos anotar es que este cuerpo no responde a las elaboraciones hechas
por Lacan en el “estadio del espejo”, en donde la teoría psicoanalítica pensaba el cuerpo a
y la rivalidad imaginaria, pero también la primacía del Otro, como el lugar de los
(2012) señala como en su última enseñanza, se hace un recorrido por este concepto y
menciona, a propósito de la cita anterior, que cuando escribe “ego” para referirse a Joyce no
a saber: “El parlêtre adora su cuerpo” expresión que hace inferir que el cuerpo es algo que
del cuerpo, dirá Lacan, es la “única consistencia” del parlêtre, y agregará que esta es mental;
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al darle este calificativo de mental, hace referencia a un aspecto que no es posible asociar a
aristotélico (página 65), es decir, un ser que no tiene una relación dependiente con lo
corpóreo, un ser que no está definido y cuyo estatuto como tal no lo recibe del cuerpo, sino
de la palabra.
Recibir de la palabra su estatuto del ser, deriva para el parlêtre el estar afectado por
y afecta la singularidad de todo parlêtre; esto es, precisamente, lo que Lacan quiere
significante, donde el síntoma es tomado como un mensaje, como algo que quiere decir algo.
a fin de dar cuenta de una forma novedosa de ver la estructura psíquica del parlêtre, al
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introducir esta nueva representación para hablar de inconsciente, pretende una operación
diferente en el ejercicio clínico, que supone entonces, una clínica que ya no estará definida,
lo que tiene que ver con los tres redondeles, donde Lacan intenta homogenizarlos sirviéndose
muestra que no depende de un redondel para mantener la condición de nudo, sino de la forma
en que se anudan los tres, dado que si cortamos uno de los redondeles se sueltan los otros
dos.
R
I
El gráfico anterior (nudo de tres), es una forma de demostrar que no existe supremacía
de alguno de los tres registros sobre los otros dos. Y así, a partir de esta concepción, se tendrá
una noción de lo que es cada uno de los registros, un nuevo imaginario, un nuevo simbólico
y nuevo real; tres paranoicos, dirá Lacan, en las primeras lecciones del seminario.
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A lo largo del Seminario 23, Lacan señala algunos elementos que están presentes en
la escritura de Joyce, que le hacen preguntarse por el tipo de anudamiento que logró el
irlandés; uno de ellos lo enunciamos antes en relación con la caída del cuerpo, a raíz de la
Otro fenómeno sintomático que señala Lacan está relacionado con el estilo mismo de
sintácticas.
Esa forma particular de tratar con los significantes, es una muestra de una
perturbación en el lenguaje, lo que hará que Lacan en el capítulo titulado “Joyce y las palabras
impuestas” afirme que Joyce, al igual que Gérard Primeau5, presenta el fenómeno de palabras
impuestas, definidas por el propio paciente como: “una emergencia que se impone al intelecto
y que no tiene ninguna significación corriente”. Las palabras impuestas al parecer se orientan
tanto es tomado como un ser que habla, un parlêtre, un cuerpo afectado por la lengua, está
5
Paciente que entrevista Jacques Lacan en Sainte Anne el 13 de Febrero de 1976, denominado: “Una psicosis
Lacaniana”
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enfermo de esta en cuanto es impuesta; en la página 93 del Seminario 23, El sinthome Lacan
escribe al respecto:
[…] ¿Cómo es que todos nosotros no percibimos que las palabras de las que
dependemos nos son, de alguna manera impuestas?
En este aspecto, lo que llamamos enfermo llega a veces más lejos que lo que
llamamos un hombre de buena salud, se trata más bien de saber por qué un hombre
llamado normal, no percibe que la palabra es la forma de cáncer que aqueja al ser humano.
¿Cómo hay quienes llegan a sentirlo? Ciertamente Joyce nos permite conjeturar algo. […]
(Lacan, El seminario de Jacques Lacan, libro 23, El Sinthome, 1975) pág. 93
Asumirnos como seres que hablamos y retomando a Lacan cuando dice: “solo
hablamos de una cosa”, se tienen entonces dos elementos: que hablamos y de eso que
hablamos, se relaciona con la sustancia de la cosa, lo que resulta es, la palabra conjugada con
cierto goce.
Conjugar la palabra con cierto goce, es lo que Joyce hace en Finnegans Wake, gozar
de la palabra, llevarla a tal extremo que no hace más que expresar lo esencial del traumatismo
y con ello, Joyce, a través de su escritura, logra hacer de su síntoma un arte que le permite
descritos anteriormente, y hace que lo imaginario se desprenda de los otros dos registros; la
hacen suponer a Lacan que el tipo de estructura de Joyce está relacionado con la psicosis, sin
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En este punto, Lacan se aventura a decir que en el caso de Joyce no hay forclusión
del Nombre del Padre, sino un rechazo de hecho, una Verwerfung, es decir, como si no
hubiese existido un padre en el orden de lo real, que facilitara la introducción del padre
simbólico, en una psicosis no desencadenada, pero se hace la pregunta ¿qué fue lo que
propone que el inclasificable, es decir, ese paciente que no es posible ubicar bajo la rúbrica
diferente, algo que podría ubicarse en el orden de cierta discreción de los síntomas; son
sujetos que pueden pasar por cuestiones fundamentales en su vida y tal vez no preguntarse
nada al respecto.
6 Grafico tomado del seminario de Jacques lacan libro 23 “El sinthome” pág. 148
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En estos casos llamados inclasificables o nuevas formas de psicosis, como en Joyce,
simbólicos con los cuales se puede disponer. Lo que hará que, en lugar del
desencadenamiento, aparezca algo que podría describirse como un fenómeno más discreto,
más temporal, que le permite después retomar la cotidianidad sin mayores estragos. Se podría
afirmar que son de otro orden, parece que hubiese algo que opera en ese sentido de abrochar,
como ya se ha mencionado, implicaría entonces, que un sujeto quede por un tiempo sin lazo
social, incluso desenganchado del lenguaje mismo, pero esto no deriva en una psicosis
clásica, por el contrario estos parlêtres son capaces de armar nuevamente un anudamiento
Lacan, en el Seminario 23, muestra como Joyce hace una suplencia, crea un cuarto
Sinthome, lo que permite evidenciar dos cosas, por un lado, aquello que había orientado su
clínica hasta ese momento, la búsqueda de un significante amo que ordene, que haga de
Nombre del Padre, en este caso no ocurre. La segunda se refiere a un significante que no da
Lacan muestra un ejemplo de lo que sería la pluralización de los Nombre del Padre,
Joyce; con esto se da un ejemplo de cómo los significantes están ahí para fallar (yerran), pero
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al fallar están otros para hacer algo, ahí donde otro falla, una suplencia, es tal vez uno de los
El ego corrector7
imaginario anude con los otros dos redondeles, y afirma que obtiene este cuarto redondel a
partir de la publicación de sus obras, lo que también le permite restablecer el lazo social por
medio del reconocimiento que le hace cumplir con su cometido yoico, es decir, logra una
nominación por fuera del registro del Nombre de Padre y se hace a un nombre propio, El
artista.
5. A modo de conclusión
7 Grafico tomado del seminario de Jacques lacan libro 23 “El sinthome” pág. 149
19
antes, abren para cualquier práctica clínica preguntas sobre el ejercicio en sí. No podemos
olvidar que esta práctica no es ajena a los movimientos propios de cada época, por lo que el
practicante de la clínica, debe estar atento a la enseñanza que estos síntomas traen consigo.
Estar atentos a lo que los síntomas enseñan, lleva a quienes trabajamos por sostener
una forma particular de atención, a no ser ajenos a estos cuestionamientos, a entender que la
época está regida por unas características que podrían definir cierta declinación o nuevas
formas del Nombre del Padre y, que tal vez, sea el momento de trabajar en pro de una
actualización del ejercicio clínico, tomando como orientación la última enseñanza de Lacan.
implica para el clínico estar atento a los vientos que corren, a los efectos sobre el sujeto y el
lazo social, lleva a buscar la orientación de su ejercicio, acogiendo la singularidad del caso a
caso, con una óptica de intervención no segregativa, es decir, haciendo oposición a una lógica
del para todos lo mismo. Sin olvidar, que este camino guarda sus complejidades tanto en el
plano teórico, como en la práctica y, en ese sentido, es importante reconocer esta condición,
Lo contingente del parlêtre y que configura su complejidad, está dado por las
vertientes que se han señalado en relación con el lenguaje, la que concierne al lazo social y
clínico que aún están por definir; Jacques-Alain Miller en Piezas Sueltas (2013), hace una
invitación a “dejarse llevar como el buen método”, es orientarse por el decir, para identificar
esa forma particular que tiene un paciente de presentarse, de anudarse y develar cómo las
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diferentes formas del lenguaje lo han afectado, pero desprendidos de supuestas verdades y
de la ilusión de encontrar una verdad última, cómo Lacan enunciaba en su fórmula, no hay
Otro del Otro, que lleve a cabo el juicio final, que sería una clínica orientada por el Nombre
del Padre.
El dejarse llevar, como un método que orienta la clínica, es lo que Lacan intenta
mostrar en su Seminario 23, cuando de la mano de James Joyce, brinda un ejemplo de lo que
sería el propósito último de un análisis: Llevar al parlêtre a no querer decir nada más, a no
daba en la clínica guiada por el Nombre del Padre; bajo esta nueva perspectiva, se quiere
La obra de Joyce, Finnegans Wake, es un ejemplo de esta relación pura con lalengua,
entonces de un suplemento para cobrar valor; hará de cada ser que la habita y que la habla,
(parlêtre), un enfermo de la palabra, de ahí que el camino a tomar sea el de convertir este
troumatismo en una obra. Es tal vez lo que Lacan demuestra con Joyce, o más bien con la
escritura del nudo joyciano; cómo hacer con su síntoma llevado al extremo, al límite, un
escabel, el cual es necesario. Se podría decir que el escabel es necesario para todo parlêtre,
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en tanto suple el agujero del lenguaje lalengua.
Educativa, hacerle un lugar a la singularidad que se establece de las relaciones de cada uno
con el lenguaje; estar atentos a las formas particulares de hacer lazo, pero ante todo el reto
más grande como analistas en una institución, es el de no olvidar las complejidades que el
ejercicio implica y las responsabilidades éticas que la formación clínica requiere, sin perder
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Lacan, J. (1972). El seminario de Jacques Lacan, libro 20, Aun. Buenos Aires,
Argentina.
Lacan, J. (1976). El seminario de Jacques Lacan, libro 24, L’insu que sait de
l’une-bévue s’aile à mourre. Inedito.
Miller, J.-A. (2015). Todo el mundo es loco. Buenos Aires, Argentina: Paidós.
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