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Castor M.

Bartolomé Ruiz (Brasil)


El deber ser: su utilización como mecanismo de poder para la sujeción del individuo

El deber ser, formulado con tanta precisión por Kant, constituye en las sociedades
contemporáneas, no sólo un concepto de teoría moral, sino que, en cuanto elemento simbólico,
se imbrica como obligación y consigue direccionar las prácticas de los sujetos. De este modo, el
deber ser, en cuanto asumido como tal por los sujetos, se transforma en una técnica de
constitución de la subjetividad con alta eficiencia productiva. El deber ser delimita como
verdaderas un conjunto de prescripciones éticas y propone como correctas, buenas y justas, las
prácticas sociales correspondientes. De esta forma las personas y los grupos sociales pautan su
ser histórico por el deber ser transcendental, otorgando al deber ser el poder de estructurar
modos de subjetivación y, concomitantemente, el poder de dirigir las acciones de los individuos,
según el código moral definido como verdadero. Los dispositivos de poder contemporáneos usan
del carácter transcendental y de la dimensión simbólica del deber ser kantiano, para producir
modelos de sujeción de los individuos. El deber ser contribuye para producir subjetividades
flexibilizadas de acuerdo con las demandas estructurales.

Albar García de Gurtubai Escudero (Islas Canarias)


Cosmología kantiana
Se pretende en esta comunicación recordar la cosmología de I. Kant, elaborada en 1775 a la
edad de 31 años, bajo el título de Historia Natural del Universo y Teoría de los Cielos. Se
expondrán, de manera somera, las líneas generales de dicha cosmología haciendo especial
hincapié en el cocimiento científico y observacional que se tenía por aquel entonces del cosmos.
Igualmente, se contextualizarán las ideas kantianas en el marco de otras cosmologías que le
influyeron, en particular las que desarrollaron Thomas Wright de Durham, Isaac Newton y
Epicuro. Por último, se reivindicarán algunos de los principios cosmológicos por Kant aceptados
que, aun siendo arriesgadamente especulativos e infundados, mantienen su vigencia (haciendo
las modificaciones oportunas) en algunos de los modelos cosmológicos contemporáneos.
Tomás García López (Asturias)
Kant: Paz Perpetua y Pena de Muerte
Tras un breve extracto del contenido de los textos kantianos, en los que se encuentran esas
doctrinas, y de una somera contextualización histórica de los mismos, se ensayan en esta
comunicación algunas razones por las que la conjunción de ambos asuntos es coherente en el
sistema kantiano, mientras que, por el contrario, «Paz Perpetua» y «Pena de Muerte» son
incompatibles en la ideología pacifista, de estirpe kantiana, dominante en buena parte de países
democráticos realmente existentes, habiéndose producido, por consiguiente, una transformación
negativa o inversa de la posición kantiana, si aplicamos la lógica del grupo de transformación
Piaget.
Finalmente se apuntarán algunas líneas críticas, desde el materialismo filosófico, para el
enjuiciamiento de las dos Ideologías, que no pudiendo ser ambas verdaderas, al mismo tiempo,
pueden ser, sin embargo, falsas, es decir, formas distintas de «falsa conciencia».
Javier García Medina (Valladolid) & Aylton Barbiero Durao (Brasil)
La interpretación de Kant sobre la Revolución Francesa

La Revolución Francesa desempeñó un papel importante en el pensamiento de Kant de los


años 90. Sin embargo, existe una aparente contradicción entre sus trabajos sobre filosofía
política y jurídica, en que niega el derecho de resistencia del súbdito con respecto al soberano,
y sus obras sobre antropología y filosofía de la historia, en las que se muestra como defensor de
la gran revolución. No se puede solucionar este problema apelando a la tajante distinción entre
la perspectiva de la razón práctica y la de la filosofía empírica, pues en ambos casos Kant prefiere
que el propio soberano implemente reformas graduales en la constitución según el principio de
la voluntad unida de todos, sino mediante su interpretación de los acontecimientos: Kant
considera que Luis XVI cometió un error, pues al convocar la Asamblea Nacional, realizó una
reforma hacia la constitución republicana en la medida que transfirió la soberanía a los
representantes del pueblo.

Felipe Giménez (Madrid)


El materialismo kantiano
Me propongo en este escrito dilucidar la cuestión acerca de en qué medida Kant es
materialista. Todos sabemos sobradamente que Kant es el inventor del idealismo trascendental
y que por tanto siempre se encontrarán pruebas sobradas de que Kant es idealista, pero eso no
debe hacernos olvidar que hay materialismo en Kant y mucho. Así pues, confrontaré la filosofía
de Kant con el materialismo filosófico de Gustavo Bueno sobre todo con la ontología materialista
expuesta en los Ensayos Materialistas (1972) con el fin de descubrir lo utilizable y lo valioso que
queda en Kant a día de hoy, en el segundo centenario del fallecimiento del filósofo prusiano de
Königsberg. Se trata de averiguar en qué medida los materiales filosóficos kantianos se dejan
ordenar según las coordenadas ontológicas del materialismo filosófico. Esto se deriva de la
afirmación dialéctica de Bueno expresada en la fórmula «Pensar es pensar contra alguien». El
materialismo filosófico debe tener en cuenta a Kant como alternativa teórica y como fuente de
algunos contenidos materialistas. Si la conciencia filosófica es constitutivamente materialista, la
historia de la filosofía es la historia del materialismo resultado de una enérgica reinterpretación
de la filosofía clásica.
Para empezar, debemos subrayar el carácter escolástico que tiene la filosofía de Kant. Ernst
Bloch lo afirmó ya hace muchos años. La crítica kantiana no se dirige tanto contra la Escolástica,
cuanto contra el dogmatismo de la filosofía moderna. Bei Kant ist sie zum Unterschied von der
Baconschen und Descarteschen nicht mehr gegen die Scholastik gerichtet, sondern gegen den
bürgerlichen Rationalismus, die bürgerliche dogmatische Metaphysik [Ernst Bloch, Neuzeitliche
Philosophie II: Deutscher Idealismus. Die Philosophie des 19. Jahrhunderts, Leipziger
Vorlesungen zur Geschichte der Philosophie, Suhrkamp, Frankfurt am Main, 1985, pág. 28]. El
más grande de los filósofos dogmáticos a decir de Kant es el escolástico Christian Wolff no uno
de los filósofos empiristas o racionalistas. En España, José Luis Villacañas Berlanga y Luis
Martínez de Velasco han sostenido la tesis del materialismo de Kant. Por lo demás, no es la
primera vez que se afirma que Kant es materialista o su filosofía tiene rasgos materialistas.
Heinrich Heine afirmó que «der Oberherr der Welt schwimmt unbewiesen in seinem
Blute» (Heine, V, 604) [Heinrich Heine, Sämtliche Schriften in 12 Bänden, München, 1976]. Kant
es el ultimo escolástico en la filosofía clásica. Toda su terminología empleada es escolástica.
Kant traza las coordenadas dentro de las cuales aún nos movemos al considerar la oposición
entre idealismo y materialismo así como entre filosofía y ciencia tal y como lo hacemos hoy.
Beatriz González Rodríguez (Salamanca)
El camino hacia la antropología kantiana
Desde que Descartes planteara la problemática del hombre como mente y cuerpo, sustancias
diferenciadas, las distintas filosofías que conducen hacia la concepción ilustrada del hombre
máquina, se esforzaron por unir aquello que el francés había separado. Fruto de ello es el
planteamiento de Hobbes en De corpore, cuya influencia en los ilustrados franceses parece
clara. Así, en las obras de Holbach o La Metrie, padres del materialismo moderno, y partiendo
de lo expuesto por el inglés en el mencionado texto, se puede observar el camino hacia la
antropología kantiana. Por todos es conocido que Hume despertó a Kant del sueño dogmático;
en materia antropológica, no fue otro que Rousseau el que marcó la línea del preguntar kantiano
acerca del hombre. El camino materialista hacia la antropología del filósofo de Königsberg es lo
que pretendemos hacer ver en esta comunicación
José María Laso Prieto (Asturias)
¿Por qué leer a Kant?

Por supuesto que no nos referimos a una lectura simplemente impulsada por la curiosidad
intelectual o el deseo de conocer distintas perspectivas filosóficas. En ese sentido, la lectura de
Kant –como la de todos los grandes filósofos– es intrínsecamente útil y gratificante. Con nuestra
pregunta, nos referimos a una lectura en profundidad, destinada a deducir de ella otro tipo de
utilidad. Concretamente, la que puede contribuir a desarrollar nuestra propia concepción del
mundo y, sobre todo, la que contribuya a orientar nuestra conducta y acción en la confusa
situación actual. Es decir, a lograr algo que sería coherente con la propia posición de Kant,
cuando sostenía que él no pretendía enseñar una determinada filosofía sino que se aprendiese
a filosofar...

Antonio López Calle (Madrid)


¿Fue Kant un filósofo de la religión o bien un teólogo natural?
Es muy frecuente presentar la doctrina de Kant sobre la religión como una verdadera filosofía
de la religión y no como una variedad de teología natural. Se le suele presentar incluso como el
iniciador, junto con Hume, de la Filosofía de la religión como nueva disciplina académica en la
investigación de los fenómenos religiosos. Pero nuestro propósito en esta comunicación no es
debatir si a Kant le corresponde el honor de haber puesto en marcha la disciplina de la Filosofía
de la religión, ya sea ese honor compartido o no con otros autores, sino el de someter a crítica
la interpretación prevaleciente en los medios académicos de la doctrina kantiana sobre a religión
como una auténtica filosofía de la religión. La tesis que pretendemos probar es que, si utilizamos
unos criterios estrictos de lo que es una verdadera filosofía de la religión, tal como los
establecidos por Gustavo Bueno en El animal divino (que son los que nosotros adoptaremos),
no cabe, en modo alguno, considerar la teoría kantiana de la religión como verdadera filosofía
de la religión, sino más bien como una forma de teología natural en su fase ilustrada.
Fernando López Laso (Madrid)
Kant, la Ilustración y nuestro tiempo
Partiendo de la respuesta de Kant a la pregunta ¿Qué es la Ilustración?, publicada por
la Berlinische Monatschrift en noviembre de 1784, y del breve texto de Foucault Qu’est-ce que
les Lumieres?, escrito casi doscientos años después (1983), se intentarán abordar algunos
problemas relevantes para un enfoque filosófico materialista, dirigido hacia el conocimiento del
presente. No se trata, por lo tanto, de desarrollar un ejercicio de historiografía académica, sino
de afrontar filosóficamente preguntas propias de nuestro tiempo acerca de lo que Foucault
denominó hace veinte años «la actitud de la modernidad». La tentativa de esclarecer los límites
de los planteamientos de Kant y de Foucault se desplegará así, en buena parte, a través de un
análisis comparativo con Marx y con destacados filósofos contemporáneos.
Carlos M. Madrid Casado (Madrid)
A vueltas con Kant y las Matemáticas
Escribe Gustavo Bueno en Teoría del cierre categorial que «las Geometrías no euclidianas
constituyeron el motivo más serio para poner en cuestión el idealismo trascendental kantiano»
(pág. 679) y nuestra intención aquí no es otra que meter el dedo en la llaga. Ironías aparte,
pretendemos analizar, desde el materialismo formalista, la filosofía kantiana de las matemáticas
–en particular, de la geometría y de la aritmética. Criticaremos su concepción marcadamente
formalista, salvando a cambio su construccionismo (figural y esquemático) y su caracterización
de las verdades matemáticas como sintéticas, rasgos que entroncan con el pilar principal del
materialismo gnoseológico: toda ciencia es, por construcción, ciencia material –en cinco
palabras: no existen las ciencias formales. Finalmente, mostraremos cómo el moderno desarrollo
de la Topología invalida cualquier proyecto de recuperar la intuición kantiana en el marco de la
«estética»... los actuales «monstruos topológicos» no son conjurables.
Iñigo Ongay (Bilbao)
Crítica materialista de la Idea kantiana de 'Libertad'
En el contexto del «Idealismo Trascendental» kantiano, la idea filosófica de «Libertad» ocupa
desde luego, una posición de capital importancia ontológica y antropológica, y ello tanto en lo
concerniente a la Crítica de la Razón Pura como en lo que se refiere a la Crítica de la Razón
Práctica. En efecto, de un lado, a través de la tercera de las antinomias –la antinomia de la
«relación»– a las que se ve conducida la Razón Pura en su momento especulativo, la idea
tradicional de «libertad» parece quedar desmantelada a resultas de las críticas que Kant dirige a
la metafísica en su Dialéctica Trascendental. Por otro lado, la propia «libertad», concebida ahora
como «autonomía de la voluntad» según la Ley, habría podido reintroducirse por
vía postulatoria (junto con las ideas ontológico-especiales de «Dios» y de «Alma») en el ámbito
de la ética, a fin de hacer justicia a las exigencias trascendentales impuestas por la
misma Ley Moral en cuanto factum de la Razón Pura Práctica («debo luego puedo»). De este
modo, cabe señalar que la misma idea filosófica de «libertad» habría permitido a Kant, intercalar
una suerte de gozne entre las dos primeras Críticas.
Pues bien, en la presente comunicación procuraremos reconstruir en la medida en que nos sea
posible, el hilo conductor que atraviesa la argumentación kantiana en torno a la idea de «libertad»
particularmente en tres de sus escritos del llamado «período crítico», a saber: la Crítica de la
Razón Pura (1781), la Fundamentación de la Metafísica de las Costumbres (1785) y la Crítica de
la Razón Práctica (1788). Para ello, juzgamos conveniente confrontar polémicamente («pensar
es pensar contra alguien») los rendimientos doctrinales ofertados por el sistema kantiano con las
coordenadas críticas ejercitadas por Gustavo Bueno a la hora de arrostrar estas cuestiones en
su obra El Sentido de la Vida (1996). Este uso de los delineamientos metodológicos y
conceptuales propios del Materialismo Filosófico nos habrá de servir para poner de relieve las
limitaciones que lastran a nuestro juicio, la concepción de la «libertad» que el filósofo de
Könisberg despliega en sus textos más destacados.
Javier Pérez Jara (Sevilla)
Análisis de la reconstrucción de la Idea de Ego trascendental en el sistema kantiano
desde las coordenadas del materialismo filosófico
Una de las tres Ideas fundamentales del materialismo filosófico es la Idea de Ego
trascendental (las otras dos son, como bien es sabido, el Mundo y la materia ontológico general).
En esta comunicación se estudia la reconstrucción elaborada por el materialismo filosófico de
esta Idea (E) en el sistema kantiano. Esta reconstrucción se abre paso, entre otras cosas,
mediante la crítica de trascendentalidad kantiana como lo a priori,sustituyéndola por una
trascendentalidad positiva, lo que dará como resultado concebir al Ego trascendental «a
posteriori»; en otras palabras, si en Kant lo originario es el Ego trascendental y lo «derivado» los
egos empíricos, en el materialismo filosófico se podría decir que resulta a la inversa, a saber: lo
originario, en esta relación, son los sujetos operatorios y lo derivado, el Ego trascendental,
resultado del ejercicio in medias res de estos mismos sujetos operatorios. Mediante la idea de
trascendentalidad positiva, se acabará identificando (y por tanto no se trata de una identificación
originaria) el Ego trascendental con el Mundo –dado a escala del sujeto operatorio humano–,
reabsorbiéndolo (excluyendo, por tanto, todo tipo de dualismo metafísico entre la «conciencia» y
la «materia», en tanto que E es la «materia conociéndose a sí misma»). En otras palabras, en el
sistema kantiano la Idea de Ego trascendental es una idea metafísica (que se ha abierto paso,
por tanto, mediante la vía sustancialista) que, mediante la crítica del materialismo filosófico, ha
sido reconstruida de manera no metafísica, resultando una de las Ideas clave del materialismo
filosófico.
Ángel Poncela González (Salamanca)
«La Antropología Ética de Kant: Camino hacia una Interpretación Sustancial de la
Filosofía de la Historia
Objetivo. La presente comunicación, postula una interpretación material de la filosofía de la
historia de Kant, desarrollada desde su núcleo antropológico.
Dispositivo. El esquema sobre el que pensamos que se instala su teoría, es sobre una
antropología de rasgos éticos, que responde a la posibilidad y al tiempo a la esperanza, de una
comunión del género humano, fundado sobre su perfectibilidad moral. La conciencia de este
proceso es conciencia histórica, y como tal activada por elementos materiales que disponen al
hombre a responder a las determinaciones naturales mediante, la donación autónoma de una
vocación en el tiempo.
Justificación. Entendemos que la elección de la filosofía de la historia como tema, se convierte
en imperativa en el momento en el que a raíz de sus acciones, el hombre se pregunta en el
tiempo como marco de la autoconciencia.
Eliseo Rabadán (San Vicente de la Barquera)
Contra Kant y sus epígonos
Ir contra Kant significa que tomamos partido, frente a quienes se posicionan en torno al
idealismo kantiano e incluso pretenden hacer una defensa a ultranza de tal sistema. Mostraremos
que es mucho más potente el materialismo, y ello frente a Kant y sus tesis acerca de la causalidad
de la libertad y los ideales de la razón, hasta llegar a la moral comunicativa habermasiana. La
trituración del concepto de «trascendental» en la ética y la moral será una de las claves
materialistas en este terreno. El Ego trascendental y su relación con los tres géneros de
materialidad, que forman tres géneros de moralidad, son la piedra de toque ya implantada por
Espinosa en su Ética. El método propuesto por Husserl y en parte asumido por Heidegger y que
hace una crítica acertada pero insuficiente a Kant, debe ser completado y a su vez triturado
desde las coordenadas filosófico materialistas.
Desde Espinosa se ha ninguneado a los que enfrentan al idealismo kantiano, pero ya Ortega y
Gasset, siguiendo en parte a Dilthey, plantearía que el «tema de nuestro tiempo» es la trituración
del idealismo y el apriorismo moral implícito en tal posicionamiento sistemático.
Por último, con el ejemplo de la lucha política en los años 60, constataremos cómo el
materialismo explica las relaciones entre los distintos grupos de afroamericanos (seguidores de
L. King frente a seguidores del Black Panther Party, en la línea del llamado Black Power), cuya
moral (cuanto a los contenidos materiales de la misma) es trascendental materialistamente, y no
como un a priori absoluto metafísico. El materialismo ético y el materialismo moral se
contraponen, ejercitados, a las propias representaciones de algunos grupos que actúan bajo
ideologías utópicas y sin embargo son determinados por los tales contenidos morales
materialmente dados.
Joaquín Robles (Murcia)
Kant: de la 'Ideología' escolástica a la estatua de Condillac (pasando por Balmes)
Según nuestra tesis, que es la de Balmes, la «Ideología» (en el sentido de «tratado –filosófico–
de las ideas») de Kant, se configura como negación del sensualismo (nominalismo, empirismo,
en el límite, escepticismo) de Condillac: en esta negación Kant recupera la Ideología de los
escolásticos, muy especialmente con argumentos del tomismo y la doctrina del «Entendimiento
agente», si bien, modificando los nombres clásicos sin tocar su concepto. «Intuiciones» (de la
sensibilidad) y «Conceptos» (del Entendimiento) se articulan en el de Könisberg con la misma
lógica con que el «universal in-re» y el «universal post-rem» de Avicena lo hacían en Santo
Tomás. También, en principio, la Dialéctica Trascendental de Kant, en tanto que establece los
límites del conocimiento, mantiene un paralelismo evidente con la fundamentación de la Teología
dogmática (esencialista), aun declarando que las tres Ideas de la Ontología especial de Wolff
(Dios, Mundo y Alma) son pseudoconceptos incognoscibles (pero «pensables»). Analizamos,
también con Balmes, los fundamentos de tal separación que nos parece «ficticia», metafísica (y
«sensualista», siguiendo a Balmes) cuando se interpreta que lo que Kant afirma es que estas
Ideas son resultado de la «imaginación», para luego terminar (con lo que la cosa queda,
prácticamente, como estaba) pensándolas como postulados de la Moral. Hemos intentado
clarificar (clasificar, criticar) estas cuestiones (sensibilidad-intuiciones, entendimiento-conceptos
y categorías, imaginación-ideas) desde los parámetros de la Ontología materialista y la Filosofía
Moral del Materialismo Filosófico aplicándolos a la letra del texto de Jaime Luciano Balmes (1810-
1848) De las Ideas (1846) y a la Crítica de la Razón Pura y otros textos de Kant. Según nuestro
criterio, Balmes –aún manteniéndose, oscuramente, en una ontología dualista– ha ejercitado el
principio de la symploké platónico para mostrar el sensualismo final en el que viene a recaer Kant
cuando deja de ser escolástico.
Si en esta primera parte analizamos los tópicos de la Estética y Lógica trascendentales, bajo el
foco del aquél concepto, señalado anteriormente, de Ideología; en la segunda parte de nuestro
trabajo el enfoque lo da el concepto marxista de Ideología, como conjunto de «saberes prácticos»
(especulativos, diríamos kantianamente) vinculados a un grupo social y orientados a su
fortalecimiento (cohesión) «frente a otros».
La pendiente por la que, según Kant, la metafísica recae en la moral (de la Dialéctica
trascendental –como parte negativa de la Lógica– a la Crítica de la razón práctica) nos desliza
de un concepto de Ideología a otro. En ambas partes nos servimos de las mallas de la Ontología
especial de Wolff y de la Suma de Teología, de Santo Tomás, siempre desde el punto de vista
de la Ontología especial del Materialismo filosófico, especialmente en lo referido a la
reinterpretación materialista del concepto de «formas separadas» de los Ensayos materialistas.
Como «daño colateral» pretendemos ofrecer también un marco distinto para el análisis de las
dos corrientes de interpretación de la obra de Kant: la del Idealismo Trascendental y la del
Realismo empírico.
José Manuel Rodríguez Pardo (Asturias)
La influencia del idealismo trascendental en la constitución de la Etología
La influencia del análisis de Kant sobre el problema de la Gnoseología, planteado en la Crítica
de la Razón Pura, es indudable. Autores como Dilthey, Cassirer o el biólogo Jacobo Von Uexkull,
hasta llegar a uno de los fundadores de la Etología y Premio Nobel, Conrado Lorenz, dan fe de
esta importancia. En esta comunicación analizaremos la perspectiva epistemológica adoptada
por Lorenz y su pretensión de instituir unas formas a posteriori dadas en el filum del viviente
como sustitutos de las formas a priori de la sensibilidad y el entendimiento planteadas por Kant.
Asimismo, cotejaremos este «neokantismo biológico» con otras posturas etológicas, tales como
las de Ireneo Eibl-Eibesfeldt, y biológicas, como las de Francisco Varela y Humberto Maturana,
para comprobar su alcance y límites.

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