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Resumen
El ámbito educativo desconoce el término etnoeducación. Se trata de un sistema innovador que
trabaja la educación en base a los principios culturales de cada individuo. Tiene como objetivo la
recuperación de los mismos y su mantenimiento a lo largo de futuras generaciones. Este método se
ha desarrollado de forma notable en zonas concretas de América Latina. El siguiente documento
muestra el caso de Colombia equiparándolo con la educación física con la intención de comprobar
su viabilidad en nuestras aulas. Dicha investigación ha sido realizada a través de un análisis
documental de distintos artículos científicos. En cuanto a los resultados obtenidos, se ha llegado a
la conclusión de que dicha propuesta no se ha puesto en práctica de manera efectiva. Para su
aplicación en Colombia sería necesario realizar una adaptación de las bases de la etnoeducación,
como la que se propone al finalizar este artículo.
Abstract
The educational field does not know the term ethnoeducation. It is an innovative system that works
the education based on the cultural principles of each individual. Its objective is to recover them
and maintain them for future generations. This method has developed remarkably in specific areas
of Latin America. The following document shows the case of Colombia equating it with physical
education with the intention of checking its viability in our classrooms. This research has been done
through a documentary analysis of different scientific articles. With regard to the results obtained,
it has been concluded that this proposal has not been effectively implemented. For its application
in Colombia would be necessary to make an adaptation of the bases of ethnoeducation, such as the
one proposed at the end of this article.
Etnoeducacion
La etnoeducación es un tipo de sistema educativo basado en el conocimiento y mantenimiento de
la identidad cultural de un grupo étnico. Se plantea como la solución a la pérdida de aspectos que
conforman una cultura como consecuencia de la conexión global de todas las sociedades y el
asimilacionismo que esto conlleva. Esta temática es conveniente abordarla desde una perspectiva
innovadora ya que, en Colombia, al igual que en otros países, es un enfoque un tanto desconocido.
Las propuestas etnoeducativas en Latinoamérica son muy diferentes a las políticas usualmente
establecidas en la educación de nuestro país. Creemos que el conocimiento de nuevos aspectos a
valorar en la educación podría llevar al cambio de algunos ámbitos educativos. Aunque no podemos
asegurar que este cambio sea exitoso, toda transición produce una mejora a largo plazo. Hasta el
momento la etnoeducación no se ha extendido de forma masiva a nivel mundial, sino que se ha
quedado casi como elemento endémico de zonas concretas de América Latina (concretamente en
Colombia). Ahora bien, y como hipótesis del trabajo, consideramos que es posible la incorporación
de principios educativos propios de la etnoeducación dentro del sistema educativo español. Ello no
quiere decir que la etnoeducación deba ser asumida en su totalidad, sino que consideramos
favorable tomar alguno de sus principios y adaptarlo a la realidad educativa de nuestro país. Los
objetivos que se pretenden alcanzar con este documento son dar a conocer la caracterización de la
etnoeducación y la educación fisica, así como profundizar en las bases que lo sustentan y la
viabilidad del mismo en Colombia.
Material y Métodos
El presente artículo de investigación es teórico y ha sido realizado empleando para ello el método
denominado como análisis documental. Dicho análisis no ha sido profundo y no implica el desarrollo
de categorizaciones de los trabajos publicados. Nuestra intención es la de conocer la situación actual
de este enfoque pedagógico. Según Pinto Molina (2005) este método está constituido por un
conjunto de operaciones que afectan al contenido y a la forma de documentos originales,
reelaborándolos y transformándolos en otros de carácter secundario que faciliten al usuario la
identificación precisa, la recuperación y la difusión de aquellos. No obstante, esa transformación es
el resultado de un proceso general de carácter analítico, aunque con un final sintetizador, o creativo,
que permite la conformación definitiva del documento secundario. Esta investigación pretende
reorientar nuestro pensamiento, nos hace cuestionar lo que creemos que sabemos para dar lugar a
nuevos aspectos de nuestra realidad compleja (Uddin, 2010). Para ello hemos investigado y
trabajado sobre varios artículos científicos que han sido encontrados en distintas bases de datos
sobre educación y ciencia como: Dialnet, ProQuest, Eric, etc. Los primeros documentos
seleccionados fueron únicamente sobre la etnoeducación para conocer correctamente el tema a
analizar. Tras profundizar y adquirir conocimientos acerca de dicho sistema, decidimos centrar
nuestra búsqueda hacia otros términos relacionados como son, la interculturalidad, el
etnocentrismo, la cosmovisión, la diversidad cultural, la multiculturalidad y la educación física. Tras
el análisis exhaustivo de los trabajos publicados nos centramos, exclusivamente, en aquellos que, a
juicio de los firmantes de este artículo, son los más relevantes a la hora de exponer, entender e
investigar sobre la etnoeducación.
Marco Teórico
¿Qué Es la Etnoeducación?
Según Luis Alberto Artunduaga (1997) la etnoeducación, como sistema, constituye un proceso a
través del cual los miembros de un pueblo internalizan y construyen conocimientos y valores, y
desarrollan habilidades y destrezas de acuerdo con sus características, necesidades, aspiraciones e
intereses culturales, que les permiten desempeñarse adecuadamente en su medio y proyectarse
con identidad hacia otros grupos humanos. La etnoeducación consiste en educar en base a la idea
que posee cada etnia de cómo educar (Moreno, 2010). Crear un proceso educativo específico y
diferenciado en las comunidades indígenas partiendo de los conocimientos y pedagogía propia, es
uno de los objetivos de la etnoeducación (Testa, 2012). Según Rojas (1998, citado en Pulido 2012),
la etnoeducación se establece en dos niveles. Por un lado, la educación para la vida (donde tiene un
papel importante el contenido “propio”) y por otro lado la educación de la institución escolar (donde
tiene un papel preponderante la organización escolar). En esta línea, la etnoeducación pretende
promover y cultivar las culturas indígenas de afrodescendientes y de raizales, centra su atención en
las costumbres, la cosmovisión autóctona, la alimentación, la lengua… Esta educación permite que
los niños/as se vayan transformando en lo que su cultura es y representa para sus congéneres y
vayan asimilando las maneras propias de asumirse en el mundo (Alzate, 2010). “Gracias a los
procesos etnoeducativos niños/as llegan a ser miembros activos y conocedores de su cultura”
(Moreno y Calvo, 2010 p.134). Así pues, la etnoeducación es un proceso de recuperación, valoración,
generación y apropiación de los saberes ancestrales teniendo en cuenta las características de cada
cultura. A lo largo de la historia se han dado numerosas definiciones de cultura (Coca y Valero, 2012).
De hecho, Kroeber y Kluckhohn (1952), en su texto Cultura: Una reseña crítica de conceptos y
definiciones, recogen más de ciento cincuenta definiciones propuestas por antropólogos,
sociólogos, psicólogos y otros especialistas de las ciencias humanas, a las que hoy se añaden muchas
más (Sarmiento, 2007). De todas estas definiciones hemos escogido la que creemos que engloba
todos los aspectos que se están tratando. Según Carrier (1994, citado en Sarmiento, 2007), la cultura
puede considerarse como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales
y afectivos, que caracterizan a una sociedad o a un grupo social. Así mismo comprende la lengua,
las artes, los modos de vida, los derechos fundamentales del ser humano, los sistemas de valores,
las tradiciones y las creencias. En base a la cultura, cada persona va forjando su propia identidad
cultural y su forma de ver el mundo, conocida también como cosmovisión. Estos dos aspectos
conforman la personalidad del individuo e influyen en su desarrollo. Para concretar esta idea,
consideramos necesario aportar una definición que nos permita entender y clarificar ambos
términos, como identidad cultural nos referimos al grado en que una persona se siente parte de un
grupo cultural, del propio grupo de referencia en el que ha crecido (Jiménez y Aguado, 2002 citado
en Arnáiz y Escarbajal, 2012). Este concepto conlleva a un entramado de diversas combinaciones
como son la auto identificación, el sentido de pertenencia o exclusión o el deseo de participar en
actividades grupales. Por ello, la identidad de cada grupo es una recreación de su realidad construida
en base a los símbolos propios de su cultura y no de otra. Tal y como dice Reyes (2009) la
construcción de dicha identidad se lleva a cabo mediante un proceso permanente que se realiza en
unas condiciones socio-históricas particulares y en el espacio de la vida cotidiano. El hecho de
pertenecer a un grupo étnico, ha sido históricamente reconocido como un componente central de
la definición del sí mismo y un importante regulador de la conducta (Smith, 2002 ).
EJEMPLO DE LA ETNOEDUCACIÓN EN COLOMBIA
Para entender el proceso etnoeducativos vamos a analizar la realidad de Colombia, lugar donde se
ha implantado dicho sistema. Cabe destacar que “la nación colombiana está constituida por un
conjunto de pueblos de diversas culturas y lenguas, producto de migraciones que se han gestado en
diferentes momentos de su historia” (Vargas y Rincón, 2001 p.114). Consideramos necesario reflejar
los datos del gran mestizaje del pueblo colombiano conformado en su gran mayoría entre indígenas,
blancos, africanos y afrocolombianos. Según el Censo General del año 2005 citado por Lago de Zota
et al. (2012), existen un total de 41.468.384 personas residentes en el territorio colombiano, de las
cuales 5.709.238 personas se reconocieron pertenecientes a un grupo étnico. La población indígena,
1.392.623 personas, es el 3,43% de la población del país; los afrocolombianos son 4.311.757
personas, el 10,62% del total; el pueblo Rom o gitano son 4.857 personas que representan el 0,01%
de la población total, un total de 34.898.170 personas que representan el 85,94% no se
reconocieron pertenecientes a ninguno de los grupos étnicos y 860.976 personas, el 2,08%, del total
nacional no informaron su pertenencia étnica. Tras los datos observados y tras comprobar la amplia
diversidad cultural que existe en Colombia, consideramos que la educación tiene la obligación de
adaptarse a la situación y representar la variedad de sus gentes, sin desvalorizar a ninguna de ellas.
Esta realidad ha sido provocada en gran medida por el proceso de colonización. Con la llegada de
los españoles, los pueblos autóctonos sufrieron imposiciones políticas y lingüísticas provocando así
una pérdida de identidad y un consecuente sentimiento de inferioridad. Durante años estos pueblos
han quedado relegados a una segunda posición sufriendo procesos asimilacionistas, es decir,
imponiéndose una cultura ajena a la suya. Este pensamiento de supuesta inferioridad se ve
reflejado en toda la sociedad, y de manera más notable en la educación del último siglo, creando
estereotipos sobre los grupos sociales, hoy en día fortalecidos por la ignorancia de aquellas personas
que desconocen sus formas de vida y sus tradiciones (Trillos, 2001). Todos estos vestigios históricos
están presentes en la problemática social, política y cultural actual. Por ello es necesario fomentar
la no discriminación racial con igualdad de oportunidades y bienestar para todos los individuos.
Teniendo en cuenta esta realidad, desde la década de los setenta, las organizaciones indígenas en
Colombia empezaron sus propios esfuerzos para desarrollar programas educativos coherentes con
su contexto y cultura (Romero, 2002 citado en Calvo y García, 2013). En los siguientes años
aparecieron numerosas propuestas y modelos educativos como consecuencia de la diversidad de
expectativas educativas de los diferentes grupos, así surgieron la Educación Bilingüe, la Educación
Indígena, Educación Propia y Etnoeducación. Este último fue finalmente el aceptado de manera
oficial por el Estado Colombiano. “Los pueblos indígenas colombianos pasaron de la tutela religiosa,
que buscaba “civilizarlos”, al derecho a la escolaridad como etnoeducación. Este esperanzador
cambio liberal movilizó la recuperación de saberes ancestrales para formar en ellos a las nuevas
generaciones” (Tenorio, 2011 p.57).
PLANTEAMIENTOS A FAVOR Y EN CONTRA DE LA ETNOEDUCACIÓN
Para hablar de etnoeducación tendremos que conocer uno de los puntos clave en los que se apoya
esta teoría, el etnocentrismo, que según Altarejos Masota y Moya García-Montoto (2003 p.26)
“puede ser definido como un ensimismamiento a nivel cultural que dificultaría gravemente la
apertura de una comunidad hacia otras personas por el mero hecho de pertenecer a una cultura
diferente”. Suele considerarse una actitud por la cual una persona o comunidad piensa que su
propia cultura es superior a las demás. En la defensa de la etnoeducación destacaremos a Levi-
Strauss (1985), etnólogo y teórico, por ser un ejemplo paradigmático del etnocentrismo. Aunque
también podríamos enumerar a otros autores como Huntington (2001) y Fukuyama (1989), entre
otros. Levi- Strauss (1985) expuso dentro de su obra La mirada alejada las razones que defienden su
visión del etnocentrismo y la concepción de las culturas. Para este autor las culturas son conjuntos
cerrados y autosuficientes, cada una tiene en sí misma su propia razón de ser, por tanto, una mezcla
de culturas haría que cada una perdiera su propia esencia dado que los elementos culturales sólo
cobran sentido dentro del propio escenario donde se desarrollan. El etnólogo Levi-Strauss (1985)
pone especial hincapié en la moral de cada cultura, afirma que si no hay ningún criterio objetivo que
ayude a jerarquizar los valores morales, estos podrían verse como equivalentes. Es decir, todos los
valores serían los mismos para todas las culturas y si todos los valores son iguales se perdería el
sentido de los mismos. Para que esto no ocurra sería necesaria una impermeabilización de las
culturas para evitar su pérdida de identidad. Defiende que una “relativa incomunicabilidad” sería lo
ideal para que esto no ocurriese, ya que las interconexiones entre culturas diferentes sólo
desembocan en elementos vacíos sin ningún tipo de cohesión. En la misma línea, niega el beneficio
de la interconexión entre culturas ya que esto sólo provoca una ceguera mental y el deterioro de
estructuras morales, por ejemplo, el ideal de familia para algunas culturas sería el nuclear, lo tienen
asimilado dentro de sus valores, pero tras la interacción con otros modos de vida típicos de otras
culturas, la concepción puede cambiar viéndose así modificados los principios culturales y
rechazando los propios. Los defensores del etnocentrismo focalizan su idea en que la conexión entre
diversas culturas sólo conlleva resultados negativos para todas ellas, viéndose alterada la estructura
básica de sus principios. En resumen, este autor defiende que la única interacción posible entre
culturas tendría una connotación material. Si tomáramos cualquier elemento “prestado” de otra
cultura sería con el único fin de beneficiarnos sin adentrarnos en el trasfondo del mismo, cosificando
su valor cultural. Por ejemplo, durante un viaje podemos comprar un collar tradicional con un fin
estético sin tener en cuenta el significado original que para esta cultura conlleva, desprestigiando el
valor intrínseco de este elemento. Lo anteriormente comentado afecta de forma similar a la
educación, si no podemos entender los valores de otras culturas, tampoco podremos ser educados
en base a principios ajenos ya que así sólo conseguimos una confusión, por tanto, desde este punto
de vista, la etnoeducación sería una solución viable. Por otro lado, y en desacuerdo con el
planteamiento etnoeducativos, debemos destacar que la política inicial de Colombia, se ha visto
modificada por cambios que han alterado su esencia principal, estos cambios han provocado la
institucionalización de la misma perdiendo el espíritu de lucha y los valores por los que inicialmente
se estableció. Dichas modificaciones indujeron al surgimiento de una nueva idea, que considera
“que el modelo de etnoeducación adoptado por el gobierno a mediados de los ochenta fue un
dispositivo político estratégico usado para limitar las propuestas educativas propias indígenas
debido a su naturaleza ideológica de resistencia comunitaria” (Calvo y García, 2013 p.347). Es decir,
las sociedades indígenas lucharon por una educación basada en sus formas de vida, en su visión del
mundo y en sus necesidades con una intención de perpetuar sus raíces, y ante estas peticiones se
planteó el modelo etnoeducativos, que los indígenas aceptaron sin saber que el único cambio era la
inclusión de algunos aspectos de las culturas, pero subordinadas a la sociedad nacional colombiana.
Según Calabresi (2013), la Constitución Política de 1991 de Colombia no es de por sí una política
educativa, como hemos dicho anteriormente, no se llevan a la práctica los principios inicialmente
propuestos, se trata de una ley que depende de la interpretación de las personas encargadas de su
ejecución, lo que provoca inestabilidad.
Con la constitución de 1991, lo que en realidad se hizo, fue identificar los conocimientos indígenas,
pero en forma de espejo, no como un reconocimiento total basándose en los criterios y condiciones
propios de aquellos. Lo que se hizo fue tomar lo indígena y pasarlo por un tamiz, el de nuestra propia
visión, el de nuestras propias concepciones, el de nuestras propias categorías (vasco, 2004). En el
momento en el que se quiere educar a los indígenas desde una doctrina ajena, se rompe con la
esencia de la etnoeducación, y el único objetivo que se persigue por tanto sacar el máximo provecho
de sus saberes con el fin de desposeerlos para nuestro beneficio. Para que se diera una verdadera
validación de sus conocimientos, de sus formas de vida, de sus saberes, deberíamos valorarlos en el
mismo plano que nosotros, relacionarnos con ellos de igual a igual, pero esto no es posible mientras
las relaciones entre la sociedad dominante y la suya no sea de igualdad y estén marcadas por el
sometimiento y la explotación (vasco, 2004). La etnoeducacion promueve una educación basada en
nuestra propia cultura lo que nos puede llevar a un “planteamiento dicotómico entre lo propio y lo
ajeno, que puede llevar a una visión maniqueada de la realidad, como si todo lo propio, sólo por ser
propio, fuera bueno y todo lo ajeno, sólo por ser ajeno, fuera malo” (Artunduaga, 1997 p.41). Según
Eliot, (2003, citado en Arnaiz Sánchez y Escarbajal Frutos, 2012 p.85) “Es importante reconocer la
influencia de todas las comunidades y culturas que han vivido y viven entre nosotros”.
Diagnóstico institucional El municipio de Quibdó, capital del Chocó, está localizado en la margen
derecha del río Atrato. Más del 50% de la población reside en la zona urbana, y el resto en sus 13
corregimientos, los cuales se hallan comunicados en su mayoría por vía fluvial y unos pocos por vía
terrestre. El municipio centra su economía en la explotación del oro y el platino, la explotación
forestal, la pesca y los cultivos de plátano, banano, borojó, arroz, maíz, yuca, etc. A pesar de que
existen entidades interesadas en el mejoramiento ecológico, tales como la Corporación Autónoma
para el Desarrollo del Chocó - CODECHOCÓ, la Universidad del Chocó, la Unidad Municipal de
Asistencia Técnica Agropecuaria - UMATA, algunas ONG, como la Fundación Beteguma y grupos
ecológicos de establecimientos educativos, es notoria la carencia de un plan de desarrollo coherente
y elaborado con la participación de líderes comunitarios y políticos y de proyectos ambientales que
garanticen el desarrollo sostenible de la región. Además de ello, no hay manejo adecuado de los
desechos sólidos y aguas servidas. Antecedentes La Escuela Normal Superior Manuel Cañizales venía
formando maestros generalistas sin sentido de pertenencia por su región, lo que no aseguraba una
educación de calidad ni correspondía a parámetros científicos e investigativos. Los estudiantes se
formaban para repetir contenidos y transmitir información, manteniendo el poco reconocimiento
de nuestra cultura e identidad afrocolombiana. Teniendo en cuenta que más del 90% de la población
es afrodescendiente, se requiere implementar de un nuevo currículo que responda a sus
necesidades culturales, que busque formar un(a) maestro(a) contextualizado(a) en su región, que
comprenda que la propuesta etnoeducativa, además de educar a los afrochocoanos en su realidad
histórico-cultural, debe incluir la educación de la población colombiana, los valores culturales
afrocolombianos. Por lo anterior, a Escuela Normal Superior realizó durante el año 1998, con la
participación de la comunidad educativa, un diagnostico general de la institución, tendiente a
identificar las principales debilidades y fortalezas y orientar la transformación curricular. Con base
en el cual se asumió el enfasis en la lengua castellana para la formación de maestros(as) que van a
atender las necesidades etnoeducativas en preescolar y básica primaria, en la zona rural y urbana.
Dicho énfasis lo determina la historia de la población afrochocoana que durante el proceso de
esclavización y aculturación fue obligada a expresar su realidad en la lengua del colonizador; como
la deculturación no fue total, algunos vestigios de la lengua africana se incorporaron al castellano y
hasta hoy sobreviven en él; es así como se observa, especialmente en la zona rural, que los
afrochocoanos no hablan perfectamente el castellano. Desarrollo de la experiencia La Escuela venía
trabajando tímidamente la etnoeducación, en procura de rescatar nuestros valores culturales. A
partir de la promulgación del Decreto 1122 de junio de 1998, este trabajo se institucionaliza, se
estructuran el currículum y el modelo pedagógico para corresponder a las aspiraciones
etnoeducativas. Así se inició la implementación de la Cátedra de Estudios Afrocolombianos, desde
el preescolar hasta el ciclo complementario, con el fin de que los (las) nuevos(as) formadores(as)
puedan, desde su quehacer educativo, propiciar un diálogo entre la escuela y la comunidad, entre
el saber científico y el ancestral. Esto ha sido posible gracias al proyecto general de investigación de
la Normal denominado “Formación de un maestro lectoescritura de los valores culturales de la
región chocoana”, el cual, a su vez está siendo fortalecido por el subproyecto.i
i
Escuela normal superior de quibdo manuel cañizales 1998
ii
GILBERTO PANESSO ARANGO* SERGIO ANTONIO MOSQUERA**
MEN. Resolución 3274 de 1993. Decreto 1122. Bogotá, 1998. MEN. Cátedra de Estudios Afrocolombianos,
Bogotá, 2001. Congreso de la Republica: Ley 70 de 1993, Ley 38 de 1968, Ley 7a de 1976. UTCH, Facultad de
Educación, Programa de Especialización en Estudios Afrocolombianos. Quibdo.1996. UTCH. Plan Nacional de
Desarrollo, Quibdó, 2002. UTCH, Universidad del Valle, Universidad Nacional, Convenio Interinstitucional
para la Orientación del curso de Etnobotánica