Você está na página 1de 33

LA GUERRA FRÍA.

EL MUNDO DIVIDIDO EN BLOQUES (1945-1989)

Las dos grandes superpotencias, Estados Unidos y la Unión Soviéticas, se reparten el


mundo durante la Guerra Fría.
La bipolaridad determinará las relaciones internacionales hasta la caída del Muro de Berlín.

CONCEPTO DE GUERRA FRÍA

El nombre de Guerra Fría designa las relaciones internacionales entre 1945 y 1989,
que estuvieron marcadas por una situación de tensión continua surgida tras la
Segunda Guerra Mundial y que enfrentó a las dos grandes superpotencias que
resultaron del conflicto: Estados Unidos y la Unión Soviética, cada una
representativa de una ideología y estructura económica diferenciada, el capitalismo
y el comunismo. Esta situación de tensión permanente se centrará primero en
Europa y después se extenderá por todo el mundo.
La Guerra Fría era un estado de tensión permanente, pero nunca se llegó a una
guerra generalizada que hubiera desembocado en la Tercera Guerra Mundial.
Cuando la tensión era extrema, ésta se resolvía con conflictos localizados en otros
continentes, lejos de las dos superpotencias. Lo que sí se desarrolló fue una
estrategia de acoso continuo al enemigo, a través de un desafío y amenaza militar
constante y la confrontación ideológica entre comunismo y capitalismo.

CARACTERÍSTICAS DE LA GUERRA FRÍA

LA DIVISIÓN DEL MUNDO EN BLOQUES

Tras la Segunda Guerra Mundial y en un clima de desconfianza muy fuerte entre


las dos grandes potencias, éstas trataron de frenar la posible expansión del
contrario, creando en torno a sí unos bloques militares y económicos donde se
incluirían los países bajo su influencia y dominio. No olvidemos que la parte
oriental de Europa había sido ocupada y liberada de los nazis por la Unión
Soviética, y la occidental por los ejércitos aliados, especialmente el norteamericano.
Entre ambos bloques surgiría el que Wiston Churchill dio en llamar el "Telón de
Acero", cuyo ejemplo máximo sería la partición de Berlín y la división de Alemania:
la República Federal Alemana (R.F.A.), bajo influencia norteamericana, y la
República Democrática Alemana (R.D.A.) bajo influencia de la U.R.S.S.

EE.UU. diseñó la creación del bloque occidental a partir de dos bases


fundamentales: la puesta en marcha del Plan Marshall y la creación de la O.T.A.N.
A nivel económico, se puso en marcha el Plan Marshall, un sistema de ayudas,
préstamos e inversiones para la reconstrucción de Europa occidental tras la guerra.
El objetivo era frenar la pobreza de la posguerra y así reducir la influencia creciente
de los partidos comunistas, especialmente importantes en Francia e Italia. Además
EE.UU. favorecía así la expansión de su economía y ponía a flote los mercados
europeos para que estos pudieran comprar sus productos. Buena parte de los
países europeos occidentales desarrollaron a posteriori un proyecto de
colaboración e integración económica que en 1957 se concretó, tras el Tratado de
Roma, en la creación de la Comunidad Económica Europea.
A nivel militar y político, se crea la Organización del Atlántico Norte (O.T.A.N.) en
1949, que agrupaba a casi todos los ejércitos de Europa occidental (R.F.A., Francia,
Italia, Gran Bretaña, etc.) para dirigir la defensa colectiva de estos países frente al
expansionismo soviético. EE.UU. también promoverá en otros continentes alianzas
similares como la C.E.N.T.O. en Oriente Medio o la S.E.A.T.O. en Asia oriental.
Estas alianzas permitieron a Estados Unidos instalar bases militares dirigidas
contra la U.R.S.S. por todo el planeta. Algunas de esas bases se asentaron en países,
que como la España de Franco, ni siquiera pertenecían a dichas alianzas, pero que
mantenían fuertes lazos estratégicos con EE.UU.
La U.R.S.S. siguió unos esquemas similares en la creación del bloque oriental: a
nivel económico la gran superpotencia comunista se implica en la reconstrucción
de los países del este, en algunos casos especialmente afectados por la destrucción
de la guerra -el caso de Polonia- y crea el Consejo de Ayuda Mutua Económica o
C.O.M.E.C.O.N., una organización de cooperación económica que integraba las
economías de la U.R.S.S. y los países comunistas europeos (Polonia, Hungría,
Checoslovaquia, Rumanía, Bulgaria y Albania) , y a la que se unirían después países
extraeuropeos como Cuba, Mongolia o Vietnam. Mientras, a nivel militar surge el
Pacto de Varsovia (1955), alianza que incluye a los ejércitos de la Unión Soviética y
a los de los países del este menos Yugoslavia, y que se perfila como la alternativa a
la O.T.A.N.

LA CARRERA DE ARMAMENTOS

Ambas potencias iniciarán una carrera de armamentos que convertirá la industria


armamentística en una de las más importantes. Sus enormes ejércitos se
convertirán en enormes consumidores de armas, que debían de estar actualizadas
tecnológicamente, lo que implicaba elevados gastos en investigación y ciencia
militar. A la larga esto supondrá un gasto excesivo que lastrará sus economías,
especialmente la de la Unión Soviética, más débil y desequilibrada, de hecho el
excesivo gasto en armamento está entre las causas de la caída y crisis de la
economía soviética a fines de los años 80. El mantenimiento de sus ejércitos y su
industria militar, obligó a las dos grandes superpotencias a convertirse en grandes
exportadores de armamentos para otros países de su bloque. La carrera de
armamentos no solo afectó a las armas convencionales, sino también a las
nucleares. En 1949 las dos superpotencias tenían la bomba de Hidrógeno, 500
veces más potente que la bomba atómica, y posteriormente surgirían los misiles
nucleares, que los soviéticos incorporaron a los grandes submarinos nucleares. En
la década de los 70 y 80, al final de la guerra fría, ambas superpotencias tenía
Europa llena de bases con misiles nucleares. Y sería precisamente el miedo
permanente generado en torno a una guerra nuclear, que destruiría el planeta, lo
que sería clave para el surgimiento del movimiento ecologista y pacifista,
especialmente importante en el norte y centro de Europa.

Submarino soviético del tipo Thypoon. La flota de submarino


soviético llegó a ser enorme y albergaban misiles nucleares.
La Unión Soviética mostraba su poderío militar durante la Guerra Fría
a través de impresionantes desfiles en la Plaza Roja de Moscú.

A principios de la década de 1980 Europa entera se llena de misiles


apuntando al enemigo. En la foto, misiles estadounidenses Pershing II.
Esta carrera entre las dos superpotencias también llegó al espacio, cuyo control
implicaba una indudable superioridad tecnológica y militar. En los años 50 los
soviéticos lanzan el Sputnik, su primera nave espacial, y poco después el primer
astronauta de la historia verá la Tierra desde el espacio, se trata del ruso Yuri
Gagarin. Sus primeras palabras traducían una intensa emoción: "La tierra es azul.
Qué bonita. Es increíble". La Unión Soviética tomaba inicial ventaja respecto a su
contrincante. La respuesta de los EE.UU. tardaría en llegar, en 1969 el Apolo XI
alcanzaba la Luna y por primera vez el hombre ponia el pie en ella. En los años 80
el presidente norteamericano Ronald Reagan llevaría la carrera de armamentos al
espacio con Iniciativa de Defensa Estratégica, llamada popularmente "guerra de la
galaxias", un escudo espacial que protegía el territorio de EE.UU. de los misiles
soviéticos. Tras el fin de la Guerra Fría, el programa no se terminó, pero si sirvió de
base para los actuales sistemas de protección antimisiles.

Yuri Gagarin. Se le adjudican unas primeras palabras desde el espacio


que no pronunció: "No veo ningún Dios, tampoco fronteras".
Aún así, son tan bellas como creíbles.
El Apolo XI alcanza la Luna y Neil Amstrong pone pie en ella. Pronuncia
entonces sus célebres palabras, que hoy sabemos tenía preparadas: "Es
un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad".

LA REPRESIÓN INTERNA EN CADA BLOQUE


Durante los años de la Guerra Fria, ambos bloques generaron una obsesión por
controlar la penetración en su área de influencia de la ideología opuesta, tratando
de dominar la disidencia. Esto resultó menos evidente en las democracias
occidentales, pues las existencia de un régimen de libertades individuales, que
incluía las de expresión y asociación, no permitía la represión abierta sobre la
ideología y los partidos comunistas. A pesar de todo, en algunos países como la
República Federal Alemana, el Partido Comunista fue declarado ilegal, y se trató de
evitar a toda costa el acceso al poder de las organizaciones comunistas con más
peso electoral, como en el caso de Francia e Italia -en ésta última se optó por
amplias coaliciones de gobierno-. En el seno de EE.UU. la obsesión por el
comunismo implicó durante muchos años la represión más o menos abierta de las
ideas más izquierdistas, cuyo mayor ejemplo fue la puesta en marcha de todo un
proceso de persecución de intelectuales y artistas de izquierda, organizado por el
senador McCarthy. Conocido como la "Caza de brujas" supuso un duro golpe para
la libertad de expresión y afectó incluso al mundo de Hollywood, donde actores,
productores y guionistas sufrieron represalias e incluso tuvieron que salir del país.
Mucho más radical, sin embargo, fue el apoyo claro de EE.UU a las dictaduras
derechistas del Tercer Mundo como elementos de contención del comunismo, algo
evidente también en el apoyo a los régimenes dictatoriales del sur de Europa que
como la dictadura franquista resultaron ser unos fieles aliados de EE.UU. durante
la Guerra Fría.

Dalton Trumbo, guionista de películas como "Espartaco"o "Jonny


cogió su fusil", fue uno de los "Diez de Hollywood", se negó a colaborar
con el Comité de Actividades Antiamericanas. Vivió prisión y exilio.
En 1959 el presidente estadounidense, Dwight Eisenhower,
visitaba España, lo que suponía un espaldarazo para la dictadura.
En el seno del bloque comunista, las reacciones de la U.R.S.S. frente a cualquier
disidencia fueron más severas. La ausencia de libertades implicaba la imposibilidad
de desarrollar legalmente partidos y asociaciones ajenas al partido comunista y el
control de los medios de comunicación impedía la libertad de expresión, el
monopolio de las ideas estaba en manos del Estado. Aún así, en algunas ocasiones,
en algunos países se iniciaron procesos de cambio y apertura pacíficos que
buscaron el acceso a la democracia y que fueron rápida y violentamente aplastados
por el ejército soviético. Así ocurrió en 1956 en Hungría, donde las tropas soviéticas
provocaron una auténtica masacre, o en la llamada "Primavera de Praga" en la
Checoslovaquia de 1962, que buscaba modificar el régimen comunista para
evolucionar hacia un socialismo democrático, lo que Alexander Dubcek, líder de los
reformistas, denominaba "un socialismo de rostro humano".
La revolución húngara de 1956 desafió al régimen comunista. En la
imagen los restos de una estatua de Stalin en las calles de Budapest..

Durante la Primavera de Praga, el pueblo se enfrentó con valentía


y en las calles a los blindados del Pacto de Varsovia.

LA "NO ALINEACIÓN" Y LA EXTENSIÓN DE LOS BLOQUES AL


TERCER MUNDO

Al margen de estos dos bloques se encontraban, en teoría, la mayoría de los nuevos


países de Asia, África y sudamérica, que después de la Segunda Guerra Mundial
sufrirían un proceso de descolonización que los llevaría a la independencia de las
potencias ocupantes. Este proceso supondría el fin del imperialismo colonial del
siglo XIX y se produjo a lo largo de la década de 1950 y 1960. Muchos de esos
países se reunieron en la Conferencia de Bandung (1959) y dieron lugar al
Movimiento de No alineación, defendiendo la neutralidad y la no pertenencia a
ninguno de los dos bloques, al que se unió después la Yugoslavia de Tito. Sin
embargo, la neutralidad no sería efectiva y la mayoría de los países tercermundistas
acabaron por acercarse a uno de los dos bloques, ya que las superpotencias no
tardaron en trasladar la Guerra Fría a los países pobres del Tercer Mundo:
Para muchos países nuevos y pobres, la ideología igualitaria comunista resultaba
muy atractiva. La U.R.S.S. apoyó con éxito la revolución comunista en el Tercer
Mundo. La revolución triunfó en algunos países africanos como Mozambique o
Angola tras su independencia en los años 70, pero mucho antes lo hizo en Asia,
donde el comunismo se implantaba en China tras la II Guerra Mundial bajo la
dirección de Mao Tse Tung y más tarde, en Vietnam, bajo el liderazgo carismático
de Ho chi Minh. Sin embargo, lo más difícil para Estados Unidos fue asumir la
expansión del comunismo por Latinoamérica, hasta ese momento una zona de alto
valor estratégico para sus intereses y que se había convertido en los últimos 150
años en su "patio trasero". El triunfo de la revolución cubana en 1959 y su giro
posterior hacia ideas comunistas fue un duro golpe para los intereses
norteamericanos de la época, y catapultó al estrellato a sus dos principales líderes,
Fidel Castro y especialmente a Ernesto Che Guevara, convertido en símbolo
mundial de la revolución, gracias a su idealismo revolucionario, pero también a su
muerte prematura y su condición de icono, condensada en una de las fotografías
más conocidas y reproducidas de la historia. Realizada por el fotografo Alberto Díaz
"Korda", muestra un Che solemne asistiendo a un entierro. La foto ha sido hace
poco subastada por más de diez mil dólares, ¿qué diría el revolucionario?.

Tomada por alberto diaz "Korda" en 1960, esta fotografía es


posiblemente la más famosa de la Historia.

En este video el propio Alberto "Korda" explica como realizó por azar una de las
más importantes fotos del siglo XX.

Fidel Castro y el Che Guevara tras el triunfo de la revolución cubana.


Cartel propagandístico de la figura de Mao, el gran timonel, y de su
"libro rojo", publicado en 1964, que dio paso a la revolución cultural.

La respuesta de Estados Unidos ante la creciente expansión de las ideas del


comunismo fue apoyar a todos los movimientos anticomunistas y cuando fuera
necesario las dictaduras militares derechistas en los países pobres del Tercer
Mundo. El apoyo norteamericano a los golpes de estado en el cono sur americano
fue todo un ejemplo, especialmente visible en la terrible dictadura argentina del
general Videla o el cruento golpe militar del general Pinochet en Chile, que acabó
con la vida del presidente electo Salvador Allende, verdadera bestia negra para los
Estados Unidos. Surgía un nuevo icono del siglo XX, con fotografías tan famosas
como la que adjuntamos y un discurso final antes de morir que pasaría a la historia
con frases de gran belleza: "pagaré con mi vida la lealtad del pueblo".

Agosto de 1973. Salvador Allende en el Palacio de la Moneda,


junto a sus guardaspaldas, tras el golpe de estado del general Pinochet.

FASES DE LA GUERRA FRÍA

1º ETAPA: EL NACIMIENTO DE LA GUERRA FRÍA (1945-53)

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial la tensión crece con fuerza entre Estados
Unidos y sus aliados y la URSS. Se trata de un período de máxima tensión y
enfrentamiento que dura hasta 1953. En esta época se suceden dos momentos de
grave crisis:
Por un lado, la crisis de Berlín (1948). Berlín y Alemania habían quedado
repartidas y ocupadas tras la guerra por las cuatro potencias vencedoras (EEUU,
Francia, Gran Bretaña, URSS). En 1948 las tres primeras unen sus zonas y crean un
Berlín unido y la República Federal Alemana. La respuesta de los soviéticos es el
bloqueo de la parte occidental de Berlín hasta 1949. Los Estados Unidos responden
con un puente aéreo que mantiene abastecida la ciudad de productos de primera
necesidad y todo tipo de bienes durante casi un año realizando más de 250.000
vuelos con aviones cargados de mercancías.

El aeropuerto Tempelhof de Berlin durante el puente aéreo, 1948.


Sin embargo, en Asia la situación de tensión alcanzó un nivel muy superior y la
Guerra Fría derivó en un duro conflicto bélico, la guerra de Corea. Tras la derrota
japonesa, Corea había sido ocupada al norte por los soviéticos y al sur por los
norteamericanos, siendo establecida la frontera en el paralelo 38º. La situación se
volvió pronto más compleja y tensa con la victoria de la revolución comunista en la
vecina China, donde Mao Tse Tung accedía al poder. En 1950 los norcoreanos, con
el apoyo soviético, invaden Corea del Sur. Los Estados Unidos intervinieron
entonces directamente y sus ejércitos reconquistaron casi toda Corea en un intento
de frenar la expansión del comunismo por Asia. La intervención posterior de la
China comunista hizo retroceder a Estados Unidos y devolvió el frente al paralelo
38º. La guerra termina sin vencedores ni vencidos, pero con una división de Corea
en dos estados (el norte comunista y el sur capitalista) que aún pervive, convertida
en el último vestigio de la Guerra Fría. Esta guerra proporcionó algunas de las
imágenes más impactantes de la Guerra Fría, que podemos ver en este enlace:

http://www.boston.com/bigpicture/2010/06/remembering_the_korean_war_60
.html

Una niña con su hermanito a cuestas, tras ella una tanque americano.
Esta es quizás la más famosa fotografía de la guerra de Corea.
Etapas de la guerra de Corea.

2º ETAPA: LA COEXISTENCIA PACÍFICA ( 1955-1977)

Es un periodo de tensión en el que por primera vez la negociación empieza a ser


posible. Esto fue posible gracias a la llegada de Nikita Krushev al poder en la URSS
y la muerte de Stalin, y la subida al gobierno norteamericano del general
Eisenhower, ambos personajes habian participado en la II Guerra Mundial, donde
adquirieron enorme prestigio. Para entonces al URSS había desarrollado también
su arsenal nuclear. El miedo a la guerra nuclear y el nuevo ambiente llevó a las
primeras conferencias internacionales y tratados sobre limitación y no
proliferación de armamento nuclear. Sin embargo la tensión y la crisis no
desaparecieron y se sucedieron a lo largo de los años momentos de enorme tensión.
En 1961 se producía una nueva crisis en Berlín. La fuga de personas de la Alemania
del este y otros países comunistas, especialmente trabajadores cualificados, a través
de la frontera permeable entre las dos partes de la ciudad, terminó drásticamente
con la construcción del llamado "Muro de Berlín" por las autoridades de la
República Democrática Alemana, que separa físicamente las dos ciudades e
impidió la circulación de ciudadanos de una a otra zona. Realizado con hormigón
armado y con una longitud de 120 km., se convirtió a la postre en el gran símbolo
de la Guerra Fría y de la división de Europa. De hecho, el fin de la Guerra Fría
estará asociado siempre a las imágenes de la destrucción del Muro por los propios
ciudadanos berlineses a finales de 1989.
El soldado H C. Schumann, que vigilaba la construcción del Muro de
Berlín, se pasa al otro lado el 15 de agosto 1961. La construcción
del Muro había empezado tres días antes.y en muchas zonas era éste
era solo una alambrada.
En agosto de 1961 se inicia la construcción del Muro de Berlín.

El Muro de Berlín se extendía como una enorme cicatriz a lo largo


de toda la ciudad. En la foto la Puerta de Brandemburgo.

La tensión de la Guerra Fría llegaría en estos años al propio continente americano.


Tras la victoria de la revolución cubana de Fidel Castro en 1959 y la caída del
dictador Batista, la nueva Cuba se alineó con la U.R.S.S., desafiando en su propio
feudo americano a los Estados Unidos, que habían tenido siempre a la isla como un
"protectorado", no en vano, tan solo 70 km. de distancia la separaban del estado de
Florida. La tensión entre la Cuba revolucionaria y los EE.UU. iría en aumento en
los años siguientes, hasta llegar a su máximo en 1962, cuando estalla la llamada
"Crisis de los Misiles". Los soviéticos instalan misiles nucleares en la isla
apuntando a los Estados Unidos. El presidente de Estados Unidos, el malogrado y
carismático J.F. kennedy, desafió entonces a la U.R.S.S., sometiendo a la isla a un
bloqueo naval y amenazando a los soviéticos con la guerra. La flota soviética se
dirigió entonces hacia la zona, todo hacia presagiar un enfrentamiento militar entre
las dos superpotencias. La situación se relajó tan solo cuando los soviéticos optaron
in extremis por retirar los misiles de territorio cubano. El planeta había estado al
borde del abismo. Desde entonces, para favorecer la comunicación directa entre el
Kremlin y la Casa Blanca en caso de una nueva crisis, se instaló el célebre "teléfono
rojo" que comunicaba directamente a los presidentes de ambas potencias.
Caricatura periodística sobre la crisis de los misiles de Cuba.

La crisis de los misiles de Cuba.


Aunque no habían faltado los momentos de tensión y las guerras, el conflicto más
sangriento y persistente de la Guerra Fría llegaría con la guerra de Vietnam, muy
conocido por todos gracias al cine de Hollywood, verdaderamente obsesionado con
un conflicto bélico que marcó para siempre la vida de los estadounidenses. Tras la
derrota de Japón, Vietnam había vuelto al imperio colonial francés. Sin embargo, la
guerrilla anticolonialista de tendencia comunista del Vietminh, liderada por el
carismático Ho Chi Minh, se opone tenazmente a ello. Tras derrotar a los franceses
en 1954, los comunistas se imponen en el norte del país, mientras en el sur los
norteamericanos sustituyen a los franceses en un intento desesperado de frenar el
comunismo, llegando a la intervención militar en apoyo de la dictadura militar allí
establecida. Entre 1963 y 1973 se desarrolló una cruenta guerra entre el ejército
norteamericano y la guerrilla comunista apoyada por la Unión Soviética. La
vulneración sistemática de los derechos humanos y las masacres sobre civiles
protagonizadas por los norteamericanos debilitó el prestigio de EEUU como
defensor de la libertad e hizo crecer la oposición de la opinión pública mundial a
dicha guerra. En 1973 los EEUU abandonan el país, dejando un millón de
vietnamitas muertos, en lo que fue la única gran derrota de su historia militar. En
todo ello influyó el hecho de que fue una guerra donde los medios de comunicación
estuvieron muy presentes, a través de cámaras de foto y televisión el mundo
conoció como nunca antes la barbarie desde el sofá de su salón. Estados Unidos
aprendió una dolorosa lección, y desde entonces controlaría claramente la
información a la que podían acceder los periodistas en sus guerras, consciente del
poder de éstos. El conflicto nos dió algunas de las mejores fotografías de guerra de
la historia, convertidas algunas de ellas en auténticos simbolos de la barbarie.
Muchas de ellas mostraban el sufrimiento de la población civil.
Una familia vietnamita aterrada busca refugio en medio de los combates.

Los civiles pagaron un alto precio en la guerra de Vietnam.

Una mujer, cargada hasta lo inverosímil, se cruza con las tropas


americanas en medio de un paisaje devastado.

Sin embargo, la brutalidad de la guerra se vio proyectada sobre todo en dos fotos
que se convirtieron en simbolos de la historia del siglo XX.

El general Nguyen Ngoc Loan, jefe de la policía sudvietnamita,


asesina en plena calle a un sospechoso de pertenecer al Vietcong.
Bombardeo de Napalm sobre la población de Tramg Bang. junio de 1972.
La niña Kim Phuc corre junto a otros niños huyendo y quemada.

En este fragmento de documental, podemos además sumergirnos en la vertiente


más técnica de la guerra del Vietnam, las armas y tácticas.

Este otro vídeo nos da una visión global del conflicto y nos sitúa sus comienzos y
desarrollo:

3º FASE: REBROTE Y FIN DE LA GUERRA FRÍA (1977-1989)

Entre 1977 y 1985 el mundo asistió a un rebrote de la Guerra Fría con el incremento
de la carrera de armamentos. Los soviéticos pasaron a la ofensiva y desplegaron en
Europa los misiles SS-20 y SS-21, mientras acentuaban su intervención en apoyo de
las revoluciones en el Tercer Mundo: apoyo declarado a las guerrillas
latinoamericanas, triunfo de la revolución sandinista en Nicaragua y ayuda a los
recientes regímenes comunistas africanos, especialmente. Etiopía, Angola y
Monzambique. La culminación de este expansionismo se produce con la
intervención militar en Afganistán, que se convertirá en el "vietnam" ruso. Decenas
de miles de soldados soviéticos murieron en aquella guerra, donde la URSS perdió
también parte de su prestigio internacional ante los países del Tercer Mundo. La
maquinaria de guerra soviética no pudo con la lucha guerrillera de los
"muyahidines" islámicos, que contaron con el apoyo de Estados Unidos y de los
emiratos árabes del golfo, conservadores e integristas. La derrota soviética tuvo
enormes repercusiones interiores y debilitó a la U.R.S.S., favoreciendo la llegada al
poder del reformista Mijail Gorbachov en 1985.

Blindados soviéticos en Afganistán.


Ben Laden fue uno de los muchos voluntarios musulmanes que
ayudaron a los muyahidines afganos en su lucha contra los soviéticos.
Sus guerrilleros contaron con el apoyo de la CIA estadounidense.

Julio de 1979. Los líderes del Frente Sandinista de Liberación Nacional


aclamados tras el triunfo de la revolución en Nicaragua.
Mientras, en EE.UU. llegaba al poder en 1981 Ronald Reagan, antiguo actor y
foribundo anticomunista, que desde un principio buscó implantar la hegemonía
norteamericana en el mundo y frenar a toda costa la expansión del comunismo.
Duplicó el gasto en armamentos, apoyó las dictaduras anticomunistas en el Tercer
Mundo -el caso paradigmático de Pinochet en Chile o del régimen del Apartheid en
Sudáfrica-, llenó Europa de misiles y puso en marcha la Iniciativa de Defensa
Estratégica, conocida como "Guerra de las Galaxias", un escudo espacial
antinuclear que protegiera a los EEUU de los misiles soviéticos.Ronald
Reagan contó con el apoyo decidido de Margaret Thatcher, convertida en primera
ministra de Gran Bretaña en 1979 y conocida como la "Dama de Hierro". Ambos
apoyaron sin fisuras al movimiento sindical polaco "Solidaridad", surgido en 1980
y dirigido por Lech Walesa, que provocaría la primera gran reacción popular
anticomunista en los países del Este europeo desde la "Primavera de Praga". Este
sindicato estaba muy vinculado a la Iglesia católica, y de hecho, unos años antes, en
1978, había sido elegido el primer papa polaco de la historia, Karol Wojtyla, con el
nombre de Juan Pablo II, hombre conservador y profundamente anticomunista.

Agosto de 1980. Lech Walesa, líder del sindicato polaco Solidaridad,


se dirige a los obreros en huelga del astillero de Gdansk.
Karol Wojtyla, Papa con el nombre de Juan Pablo II, era un hombre
carismático y profundamente anticomunista.

Ronald Reagan
Mijail Gorbachov

Sin embargo, aunque todo esto debilitó la fuerza y el prestigio de los regímentes
comunistas, sería la subida al poder de la Unión Soviética de Mijail Gorbachov en
1985, lo que supuso el final de la Guerra Fría. Gorbachov puso en marcha
la "Perestroika", un proceso de apertura económica a formas capitalistas que
trataba de hacer frente a la crisis económica del modelo comunista, afectado por el
excesivo gasto armamentístico y la incapacidad de incorporarse a la revolución
tecnológica de la informática. La Perestroika se acompañó de la "Glasnot" o
transparencia política, que implicaba el desarrollo de la libertad de expresión y
prensa. Pero el proceso supuso el hundimiento rápido del comunismo y el fin de la
U.R.S.S. En 1989 cae el Muro de Berlín y con él los regímenes comunistas de la
Europa del Este, se disuelve el Pacto de Varsovia y se desmantelan los arsenales
nucleares. Es el fin del sistema de bloques, con la consiguiente reunificación de las
dos Alemanias en un solo país. Entre 1990 y 1991 la Unión Soviética se disgrega y
las 15 repúblicas federadas que la formaban se convierten en países
independientes. La mayoría del territorio y buena parte de su arsenal militar
quedará en manos de Rusia, convertida en nueva potencia regional.
Noviembre de 1989. Esta foto se convirtió en el símbolo del fin de la
Guerra Fría. Una multitud se sube a un Muro de Berlín en Ruinas.

¿VUELVE LA GUERRA FRÍA?

Desde la caída de la Unión Soviética, Rusia ha tratado de recuperar con enormes


dificultades su poder e influencia en los territorios que antes habian formado parte
de ella y que se independizaron entonces. Sin embargo, la influencia rusa ha ido
disminuyendo paulatinamente en dichos países en los 25 años que han seguido a la
caída del comunismo. Durante los años 90 Rusia se sumió en una profunda crisis
económica y política, en medio del caos y con una transición brutal a modos
capitalistas que hundió su economía. En esta situación su influencia internacional,
aunque mantenía su sillón en el Consejo de Seguridad de la ONU, desapareció casi
por completo. Como prueba de ello, la escasa relevancia política y económica de la
Comunidad de Estados Independientes, una especie de "commonwealth" que
engloba todavía hoy a muchos, no todos, los nuevos estados surgidos de la
disgregación de la Unión Soviética en Europa, el Cáucaso y Asia Central. En los
años 90 Rusia apoyó a la minoría rusa en el este de Moldavia, que tras una pequeña
guerra, en 1992, creó un estado no reconocido por la comunidad internacional,
Transnistria. La tensión con Occidente aumentó con su apoyo en esos mismos
años, entre 1992 y 1993, a la independencia de Abjasia respecto de Georgia, en un
esfuerzo por reconquistar su influencia en el Cáucaso, lo que se tradujo también en
la guerra de Chechenia, entre 1994 y 1996, y que culminó en el año 2000 con el
control de la república secesionista que había intentado disgregarse de la nueva
Rusia . El choque con Occidente volvió a resurgir durante la guerra de los Balcanes,
zona que históricamente habían disputado turcos, germanos y rusos, y que
entonces vivía el conflicto que desembocó en la disgregación de Yugoslavia. En
dicha guerra, Rusia mantuvo su apoyo a los serbios, enfrentados primero a croatas
y bosnios y después a albanokosovares. Sin embargo, una Rusia muy débil no
puede evitar la derrota de Serbia, que con el tiempo ha ido orbitando cada vez más
en torno a la Unión Europea, a la que se han ido incorporando algunos de los
nuevos estados exyugoslavos. La pérdida de influencia en los Balcanes iría pareja a
la incorporación a la Unión Europea y la OTAN de la mayoría de los países del este
de Europa, incluidas las viejas repúblicas bálticas, antes parte de la U.R.S.S.,
Letonia, Lituania y Estonia. El repliegue ruso se completa a partir del siglo XXI con
la creciente influencia de Estados Unidos y la Unión Europea en los estados de Asia
Central exsoviéticos, en Georgia o en repúblicas tan próximas cultural e
históricamente a Rusia como Ucrania. Tal pérdida de influencia es vista por Rusia
como una intolerable humillación, que no solo atenta contra el glorioso pasado
soviético de superpotencia, sino contra la historia más lejana de la Rusia zarista,
que llevó el poder e influencia del imperio ruso hasta los Balcanes, Europa oriental,
el Cáucaso, Asia Central y Siberia.

Vladimir Putin ha estado en el poder en Rusia desde el año 2000.


Presidente entre el 2000 y el 2008 y desde el 2012 hasta el presente,
fue también jefe de gobierno en el periodo intermedio (2008-2012).
La llegada de Vladimir Putin a la presidencia de Rusia, a partir del 2000, supondría
un cambio en la evolución de los acontecimientos. Putin gobernó durante dos
legislaturas consecutivas hasta 2008, después volvió a ocupar la presidencia a
partir de 2012. Con Putin Rusia inicia un proceso de recuperación y desarrollo
económico en el que actualmente sigue inmerso, basado en su inmensa riqueza en
hidrocarburos y materias primas. La recuperación económica ha permitido la
última quincena la mejora paulatina del potencial del ejército ruso, así como el
intento de Rusia de restablecer su papel en la escena internacional y su peso
político en las zonas tradicionalmente bajo su influencia. Es esta pretensión de la
nueva Rusia la que le ha llevado a una creciente tensión con Estados Unidos y la
Unión Europea que algunos han querido bautizar como una "nueva guerra fría".
Esa escalada de tensión se vivió cuando la guerra de Osetia del sur, cuya
independencia de Georgia, firme aliado de Occidente, fue apoyada activamente por
el ejército ruso, que intervino militarmente en la zona en 2008. La confrontación
volvió unos años después cuando Rusia se decantó claramente en apoyo del
presidente Asad en la guerra civil siria iniciada en el 2011. Siria fue durante la
Guerra Fría un firme aliado soviético y aún hoy la marina soviética tiene una base
en el puerto sirio de Latakia. El apoyo ruso al régimen han permitido su
supervivencia a pesar de la oposición abierta de los países europeos y Estados
Unidos. Es en este proceso de recomposición del poder internacional de Rusia, en
el que hay que enmarcar los recientes acontecimientos que en 2014 se están
desarrollando en Ucrania. La revuelta del Maidan en Kiev, que hizo caer
ilegalmente un gobierno corrupto, pero legal y elegido en las urnas, el del
"prorruso" Víctor Yanukovich, se condujo de manera violenta y al margen de toda
negociación, permitiendo la influencia en el gobierno de grupos fascistas
ultranacionalistas y la caida de Ucrania en manos de un gobierno abiertamente
antirruso, algo que resultó inaceptable para una Rusia que ya no iba a aceptar más
"humillaciones". En Ucrania nació Rusia, en el este de Ucrania el ruso es la lengua
materna de la generalidad de la población, los rusos son mayoría en la zona de
Donetz y Lugansk. Otro tanto ocurre con la Península de Crimea, enclave de alto
valor estratégico donde tiene su base la flota rusa del Mar Negro, y que
históricamente siempre ha estado vinculada a Rusia, hasta que en los años 50
Krushev la anexionó territorialmente a la república soviética de Ucrania. La
reacción de Rusia ha resultado tan rápida como contundente: la anexión de Crimea
y el apoyo a la población prorrusa del este de Ucrania. La consecuencia ha sido el
inicio en la primavera de 2014 de una cruenta guerra civil de final imprevisible. El
rechazo de Occidente no se ha hecho esperar y las sanciones a Rusia han sacudido
su economía. Estados Unidos trata de dejar claro a Rusia que su papel futuro no
podrá pasar del de una simple potencia local, pero Rusia tiene muy claro que eso no
va a ser así. Tal forcejeo, por muy fiero que sea, está lejos de traducirse en una
nueva guerra fría.
Plaza Lenin de Simferopol, capital de Crimea. Los nacionalistas rusos
celebran la victoria de la anexión en el referéndum de marzo de 2014.
No hay que confundir el intento de Rusia de recuperar su influencia en territorios
que considera de su órbita, ni de recuperar el peso internacional en ámbitos como
Asia Central u Oriente Medio, donde Rusia siempre ha jugado un papel activo, con
la vuelta de una guerra fría. Rusia solo trata de frenar lo que considera una perdida
continua de influencia frente a Occidente y de recuperar sus zonas históricas de
influencia, aquellas que nos retrotraen más allá de la propia Unión Soviética y nos
llevan al antiguo imperio de los zares. En este sentido, su postura ante la crisis de
Ucrania es mucho más defensiva que ofensiva, lo que la diferencia de lo acontecido
durante la Guerra Fría. Además, no existe ningún tipo de confrontación ideologica,
pues Rusia se haya inmersa en un sistema puramente capitalista y no existen dos
sistemas sociopolíticos y económícos diferenciados y opuestos. Rusia no tiene el
poder económico, militar o el potencial demográfico de la U.R.S.S., la evidente
recuperación económica de Rusia no permitiría iniciar una nueva carrera de
armamentos y el ejército ruso, a pesar de encontrarse inmerso en un importante
proceso de renovación, está muy distante de ser el gigantesco ejército soviético.

Los rusos exhiben su poder militar en un desfile en la Plaza Roja en la celebración en 2013
del 68 aniversario
de la victoria sobre los nazis. La imagen recuerda los viejos desfiles soviéticos durante la
Guerra Fría.
Publicado por Jose Antonio Doncel Domínguez en 8:31

Você também pode gostar