La obra tiene formato vertical; es una composición figurativa, la niña se encuentra
sobre el eje central vertical. Los tonos claros sobre el fondo oscuro generan más peso visual y resalta sin lugar a dudas la figura del fondo. En cuanto al color no posee demasiado peso ya que la autora utiliza colores fríos, la luminosidad va de forma creciente desde el oscuro del fondo a la claridad de la figura. El plano principal (la figura) tiene movimiento hacia delante por estar de manera frontal al observador, posee un centro de atención en sus ojos, con su mirada crea una dirección descendente desde el eje central vertical hacia abajo desviándose a la derecha. Otro centro de atención se podría decir que son sus manos, más aún la mano izquierda, con la que sostiene el brazo del ukelele, porque tiene más luz; aunque la mano derecha soporta más peso estando en el lado izquierdo del cuadro y la contrarresta sosteniendo el cuerpo del ukelele. La otra tiene una estructura triangular ascendente, si se divide el triángulo en dos de manera horizontal, se puede decir que la parte inferior es más pesada y que la superior más ligera; si dividimos el triángulo de manera vertical el peso está equilibrado, la iluminación creada en la parte inferior derecha contrapesa con la del lado izquierdo que es más oscura y soporta más peso. La cabeza de la figura se forma un ovalo, con una ligera inclinación hacia la derecha de manera descendente. “La niña del ukelele” es una obra de Marina Bengoechea realizada con óleo sobre lienzo en el año 1943. Bibliografía
- Rudolf Arnheim. “Arte y percepción visual”, cap. 1 “El equilibrio”. Madrid. Ed.: Nueva alianza, 2002.