Você está na página 1de 15

La proliferación, en los últimos años, de los conocidos como juicios paralelos en

una vertiente tan agresiva como la actual, están poniendo en duda ciertos derechos
fundamentales, por lo que es necesario un estudio pormenorizado de ellos para conocer
la gravedad del problema. Siendo un problema multidisciplinar, ataca a diversos
derechos e instituciones, sin embargo, es necesaria la tarea de separar sus problemas y
analizarlos por diferente. En este análisis, veremos solamente el ataque al derecho
fundamental de presunción de inocencia con respecto al derecho a la información. Lo
haremos desde una perspectiva social, entrando a conocer términos que se separan del
estricto derecho y, además, propondremos varias soluciones que podrían mejorar el
problema que nos ocupa.
El objetivo principal de este análisis consistirá pues en determinar si el libre
ejercicio del derecho a la información, transformándose en juicios paralelos puede
afectar o no al derecho fundamental de la presunción de inocencia. Y en el caso de que
así sea, detectar los defectos más llamativos que encontremos y proponer diversas
mejoras para un mejor casamiento entre ambos.
En cuanto a la estructura del análisis, se ha dividido principalmente en cuatro
partes:
- Una primera parte donde se aborda el derecho a la información desde sus más
remotos antecedentes, pasando por su historia dentro de España y su promulgación
como derecho fundamental por la Constitución de 1978. A partir de ese momento,
se analiza el desarrollo jurisprudencial que ha tenido a lo largo de los años para,
finalmente, encontrar las deficiencias más notorias que se pueden observar de este
derecho en la práctica diaria.
- Una segunda en el que se seguirá la misma estructura que la primera pero, en este
caso, para hablar del principio de presunción de inocencia. Sus orígenes, tanto a
nivel internacional como nacional, su consagración constitucional y su desarrollo
jurisprudencial. En la misma recogeremos algunas de las deficiencias encontradas
con respecto al derecho a la información y añadiremos algunas más que tiene la
regulación de la presunción de inocencia.
- En la tercera parte, finalmente, se confrontarán ambos derechos y se expondrá,
mediante ejemplos concretos, como los juicios paralelos y sus informaciones
inexactas son un cultivo perfecto para la vulneración de la presunción de inocencia,
puesto que hoy en día su alcance, el de las noticias falsas y sesgadas, tienen un
proyección nunca antes vista en la historia de España.
- La última parte del análisis estará dedicada a las conclusiones extraídas de toda la
investigación..
ANALISIS DERECHO A LA INFORMACIÓN.
El derecho a la información, que ha sido tratado conjuntamente con el de expresión
hasta hace más bien poco, tiene sus orígenes más remotos en las ágoras de la antigua
Grecia, donde se hablaba de la libertad de expresión o parresia. En estas plazas, se
divulgaban conocimientos y hechos acontecidos en las fronteras, sin embargo, pronto
comenzaron las restricciones, creándose el delito de asebeia a todas las
manifestaciones públicas que fueran ateas. Otro pueblo del que se tiene constancia de
su ejercicio fue la Antigua Roma, con la creación de los primeros periódicos,
denominados Comentarii Pontificium, en los que el Santo Pontífice señalaba los actos
más relevantes acontecidos.
Tras estas épocas, el medievo, época oscura donde las haya, donde la nula
alfabetización y el establecimiento de clases tan diferenciado, dificulto el avance de
todo tipo de derechos. Sin embargo, un hito que cambió por completo la historia del
derecho a la información: la creación de la imprenta. A pesar de que la cesura y el
control de contenido que la norma general hasta nuestros días, la creación de ésta
permitió la difusión de noticias con suma facilidad, apareciendo defensores notables a
la información y expresión libres (y otros muchos derechos), alcanzando la cima en
las revoluciones que tuvieron lugar por todo el globo durante el siglo XVIII.
Tras los periodos de guerra, el derecho a la información se consolidó en el mundo
entero con la Declaración Universal de Derechos Humanos y la ratificación por parte
de los estados. En España, la primera vez que se habló de este derecho fue en el Decreto
de 10 de noviembre de 1810, si bien su consagración se efectúo con su inclusión en la
Constitución, siendo el Tribunal Constitucional fue el encargado de definir este
derecho tal y como lo conocemos hoy en día.
De esta forma, la CE, en su artículo 20.1.d) recoge lo que hoy conocemos como
derecho a la información, ya sí, separado del derecho a la libertad de expresión. Tras
dicha inclusión, el TC ha ido abordando el concepto de derecho a la información y lo
ha hecho siguiendo varios pasos:
1. Define la opinión pública libre y lo establece como garantía institucional, necesaria
para la plena consolidación de la democracia.
2. Determina que hechos pueden formar parte de la opinión pública, estableciendo que
serán los que tengan “transcendencia”, pero no da un numerus clasus. Si que se
pronuncia, no obstante, sobre determinadas materias posteriormente (tráfico aéreo,
mal funcionamiento de los organismos públicos, abusos laborales, terrorismo, derecho
penal…)
3. Establece el requisito de la veracidad como premisa fundamental para su defensa
constitucional. Aunque no establece que dicha verdad sea absoluta, ciñéndose a la
buena fe del profesional de la información a la hora de buscar e informar sobre una
determinada noticia.
4. Establece la necesidad de que el ejercicio de la información sea realizado mediante un
medio institucionalizado (prensa o radio por ejemplo) y por profesionales de la
información (fundamentalmente periodistas).
Dentro estos hechos noticiables, cabe destacar el de la información judicial. La
publicidad de los procesos es un mandato constitucional, y por ende, el TC la entiende
como parte de la opinión publica libre. No obstante, tiene varios límites, pues dicha
publicidad hace su alarde en la fase del juicio oral, no en la instrucción. Además dicha
instrucción, en ocasiones, puede reputarse como secreta, es lo que conocemos como
secreto de sumario, establecido como tal en el artículo 302 de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal. Sin embargo, podemos encontrar aquí uno de los artículos más violados de
todo el ordenamiento español, y es que , las filtraciones en el secreto de sumario son
notables en el día a día.
En nuestro más cercano, caben destacar dos normas: la autocensura aplicada por
los periodistas portugueses o las limitaciones informativas francesas; por el contrario,
criticable es el hermetismo judicial italiano, que no promueve la publicidad de las
motivaciones de las sentencias por los medios de comunicación.
En cuanto a la situación actual española, nos encontramos con tres grandes focos
deficientes:
1. Falta de concreción normativa: Tanto a nivel nacional como internacional, la
regulación de este derecho es diversa. Si se han regulado otras materias a nivel
comunitario como las fiscal, la violencia de género o las extradiciones, ¿qué problema
existe para regular este igualmente?
2. Falta de una sociedad formada: Existe un grave déficit en cuanto a educación
jurídica en España, lo que resulta imprescindible para evitar ciertas desinformaciones
y malinterpretaciones. Dicha mejora pasa por dotar a la sociedad de una sólida base
judicial, de conceptos y principios básicos del derecho. Por otro lado, requiere de una
mayor colaboración de los medios de comunicación con los entes periodísticos, pues
a mayor información contrastada y veraz, menos informaciones erróneas o sesgadas
se encontraran en los medios de comunicación.
3. Aumento de los soportes materiales: Internet ha provocado que el modelo clásico
de comunicación deba replantearse. Se han aumentado las posibilidades de
proliferación de noticias, y además, se ha mercantilizado la profesión del periodismo
hoy en día, donde la búsqueda de beneficios económicos está adelantando por la
derecha a la búsqueda de información veraz.

Esto se está traduciendo en la implantación de mucha posverdad en el


periodismo diario, es decir, mucho sensacionalismo, mucha noticia falta y mucha
noticia sesgada. Esto no es nuevo, puesto que informaciones falsas ha habido siempre,
la noticia preocupante y que debe hacernos replantear el derecho de la información es
la rápida difusión con la que éstas se mueven hoy en día. Esto es gracias a los mass
media y las redes sociales, provocando que los hechos veraces queden postergados y
avancen otro tipo de noticias que no cumplen con el requisito de la veracidad antes
comentado.
Y este problema está trayendo consecuencias distintas, tales como:

- Poca creencia en la Justicia: Tan importante es para una democracia que exista
justicia es que se crea en ella, y en España cada vez somos más escépticos, siendo
según los indicadores europeos de Justica, de los últimos en todo el continente en
cuanto a creencia en la misma se refiere.
- Frustraciones sociales: La promulgación de noticias falsas y sesgadas seguirá
propiciando confusiones y distorsiones.
- Limitación de ciertos derechos fundamentales: Y entre otros, el derecho a la
presunción de inocencia, que es el que he ceñido el grueso de este trabajo de
investigación. Y para comprobar si este extremo se da o no, primero analizaremos
siguiendo el mismo patrón que para el derecho a la información, el principio de
presunción de inocencia.

ANALISIS DERECHO A LA PRESUNCION DE INOCENCIA


El principio a la presunción de inocencia está hoy consolidado en todos los
órdenes democráticos del planeta, sin embargo, no es este un hecho que siempre haya
sido así. La idiosincrasia de anteriores civilizaciones, así como el derecho penal y
procesal de los primeros tiempos no lo contemplaban, teniendo así una larga
evolución, de la mano del principio in dubio pro reo, para convertirse en lo que hoy
conocemos como tal.
Una de las primeras veces que se sabe que se habló de este principio penal,
aunque no con el nombre que hoy conocemos, es en el Código de Hammurabi, en el
que se establecía la premisa de que todo aquel acusador de asesinato sería condenado
a muerte si no conseguía demostrar lo que decía. Como vemos, este es un principio
muy basto de lo que conocemos hoy en día, pero nos da una impresión general de la
importancia de las garantías penales a lo largo de la historia.
En Grecia, pensadores como Sócrates o Platón luchan por separar la justicia de
los dioses, y ya en la antigua Roma se consolida en los textos legales la figura de la
presunción de inocencia, en las Leyes de las XII Tablas. Sin embargo, y al igual que
en el derecho a la información, todos estos avances sufrieron un retroceso con la
entrada de la Edad Media, caracterizada por el derecho consuetudinario alejado de
todas garantía legal y un sistema procesal inquisitorial, en el que igualmente no se
respetaban las mismas.
No fue sino hasta la época moderan en la que los pensadores ilustrados
florecieron dichos principios, consolidándose en toda Europa el pensamiento
humanista y garantista. Y al igual que en el derecho a la información, con el periodo
de revoluciones llegaron las primeras positivizaciones de este principio, alcanzando su
éxtasis normativo en la Declaración Universal de Derechos Humanos. En España, su
inclusión fue a partir de la Constitución de 1978, en su artículo 24.2 y una más que
amplia y profusa jurisprudencia a manos del Tribunal Constitucional.
Con la inclusión como derecho fundamental en la Constitución, se le otorga
una posición a la presunción de inocencia nunca antes tenida, pasando
automáticamente a vincular a todos los poderes públicos, a gozar de reserva de Ley
Orgánica, a obtener el amparo constitucional o a respetarse su contenido esencial entre
otros aspectos.
Además, el TC ha ido modulando este derecho, estableciendo como presunción
iuris tantum al mismo (requiere de prueba en contrario para su superación), dota de
gran importancia la libre valoración de las pruebas por el tribunal, establece la carga
probatoria al acusador, etc.
En definitiva, hoy en día estamos ante un derecho fundamental ampliamente
estudiado por los tribunales y que, prácticamente, no dejan cabos sueltos. Sin embargo,
existe un punto donde podemos encontrar ciertas deficiencias: su tratamiento
extraprocesal. Y es que si bien es cierto que desde los tribunales tanto europeos como
españoles se ha ido aceptando la vertiente extraprocesal de la presunción de inocencia,
esto es, que sean terceros y no los tribunales los que puedan atacar a la presunción de
inocencia, en la práctica, esta facultad no se traduce en una posibilidad efectiva de
defensa ante posibles ataques de terceros, puesto que reconduce cualquier reclamación
judicial al derecho al honor y la intimidad.
Un segundo problema que nos encontramos con la presunción de inocencia hoy
en día es su falta de regulación normativa. No existe un desarrollo del derecho
fundamental por Ley Orgánica como sí que existe en otros países como Francia. Esto
conlleva que, ante los juicios paralelos, surjan dificultades a la hora de establecer la
influencia que pueden tener sobre el proceso en sí, puesto que determinar la causalidad
entre juicio paralelo y vulneración de derechos fundamentales es un ejercicio complejo
al no estar regulado y normativizado.
Junto con estos dos problemas esenciales y directos de la presunción de
inocencia, nos encontramos con otros dos que, si bien no son problemas de la
presunción de inocencia como concepto, si que son problemas que la afectan de lleno:
las filtraciones y la posverdad antes comentada.
Respecto de las primeras, nos encontramos que, como antes he comentado,
evitarlas por completo o reforzar el hermetismo judicial no sería la solución. Se
requiere de una mejor publicidad por parte de los Gabinetes de Comunicación, para de
esta manera, dotar de mayor objetividad y veracidad a las actuaciones que surjan del
sumario de un determinado caso; respecto de las segunda, la posverdad es un problema
puesto que es ésta la que crea los juicios paralelos. Podemos ya definir los juicios
paralelos como:
“Conjunto de informaciones y noticias acompañadas de juicios de valor más
o menos explícitos, difundidas durante un determinado periodo de tiempo en los medio
de comunicación sobre un caso con virtualidad suficiente para crear una opinión
pública al respecto”.
Se definen aquí puesto que es en este momento en el que se forman. En el
momento en el que informaciones judiciales se mezclan con desinformaciones y
noticias sesgadas con la única intención de influir en la opinión pública libre. Y ahora,
nos hacemos la pregunta clave y objeto de esta investigación: ¿afectan a la presunción
de inocencia realmente los juicios paralelos?

CONFRONTACION DE DERECHOS

Ahora bien, los juicios paralelos ¿pueden o no afectar a la presunción de


inocencia? Hablaré de sesgos cognitivos y su afectación a determinadas partes del
procedimiento, haciendo referencia a la figura del jurado, de los testigos, de los
abogados y, finalmente, del proceso en sí mismo. Pero para comenzar, hablemos de
sesgos cognitivos.
En primer lugar, ¿qué son los sesgos cognitivos? Su definición técnica es la
distorsión en el modo que los seres humanos perciben la realidad, siendo éste un efecto
psicológico del que ninguno de los humanos podemos desprendernos. Son atajos
mentales que, fruto de la evolución, han ido “simplificando” nuestro pensamiento en
determinadas conductas que efectuamos diariamente. Éstos nacieron en la época de
los 70, cuando dos psicólogos rompieron con el modelo clásico de la racionalidad en
la toma de decisiones y apostaron por éstos. Hoy en día se han definido hasta 190 de
ellos. En este estudio trabajaré con algunos de ellos, para ver hasta que punto se pueden
entremezclar con una materia como la del derecho y, si al relacionarlo con los
problemas expuestos en el articulo anterior, pueden afectar a la presunción de
inocencia o no.
Antes de nada, me gustaría definir unos cuantos de ellos, que serán los que más
utilice durante el estudio:

- Sesgo de confirmación: Es la tendencia a interpretar o recabar información que


confirma nuestras propias creencias o hipótesis, dando menos consideración a
otras. De hecho, este sesgo no escapa de los mass media y las redes sociales, que
utilizan el conocido como efecto burbuja para mostrarnos solo noticias y opiniones
que nos interesan, obviando otras con las que no comulgamos. De esta forma, y
unido a la proliferación de las noticias como comenté en el articulo anterior, nos
encontramos con tal cantidad de información que no somos capaces ni de procesar,
promoviendo este sesgo en el subconsciente de todos nosotros.
- Sesgo de exposición: Sesgo relacionado con el proceso de memorístico. Es la
tendencia de las personas a identificar como verdaderas informaciones que han
escuchado anteriormente o les resulta familiar, independientemente de si la
información es real o no.

- Sesgo del efecto de la información errónea: Sesgo relacionado, igualmente, con


la memoria, consistente en el efecto de mezclar informaciones veraces y no
veraces, que afectan al proceso memorístico, no sabiendo luego diferenciar entre
lo verdadero y lo erróneo.

- Sesgo del prejuicio del punto ciego: Es la creencia a pensar que uno mismo no
tiene sesgos cognitivos o que no se ve influenciado por ellos.
Existe otro sesgo, que aunque no está definido como tal, afecta por entero a la
sociedad, y es la persistente suposición de culpabilidad en el inconsciente colectivo.
Es decir, la tendencia que tenemos a creer en la culpabilidad del investigado en
detrimento de la inocencia del mismo, lo que complica más aún el tema.
Llegados a este punto, intentaré demostrar cómo los juicios paralelos aumentan
estos sesgos, y cómo, directa o indirectamente, pueden afectar como tercero ajeno al
proceso a la presunción de inocencia. Expondré la teoría hablando de tres figuras del
procedimiento penal español: el jurado, los abogados y los jueces.
El jurado: Los jurados en el procedimiento español son elegidos, al azar, justo
antes del juicio oral. Antes éstos, han estado pendientes de las noticias del caso que,
finalmente, decidirán. De esta forma, trasladan el debate de la sala judicial a su salón
en los meses que dura la instrucción. Luego, cuando entran en el juego procesal,
decidirán sobre la práctica de las pruebas… pero estarán fuertemente influenciados por
lo leído en los medios meses atrás. Nos encontramos en estos dos de los sesgos
comentados:
- De confirmación: Valorando las pruebas según sus ideales propios
creados antes del juicio.
- De información errónea: Pudiendo no discernir entre las informaciones reales
obtenidas de las prácticas de las pruebas y las leídas o escuchadas en los medios
de comunicación semanas atrás.
De esta manera, un investigado cuyo proceso lleve consigo un juicio paralelo,
estará en un desnivel de armas frente a la acusación, tendrá un plus de complejidad
en su defensa. Si existe desnivel, no existe igualdad de armas procesales. Y si no
existe igualdad de armas procesales, no podemos hablar de un juicio justo y
adecuado a la ley, pudiendo llegar a vulnerarse la presunción de inocencia.
Los abogados: Las filtraciones crea, igualmente, desnivel de armas. Éstas han
existido siempre, sin embargo, la irrupción de la prensa amarilla (morbo y
sensacionalismo) ha aumentado estas y creado verdaderos circos mediáticos en los
canales de distribución, donde hay lugar para todo tipo de filtraciones. De esta manera,
se dificulta el ejercicio del abogado defensor, pues algunas de éstas dotan de otro plus
de complejidad a su trabajo. Al igual que en el punto anterior, si no existe igualdad de
armas procesales, no podemos hablar de un juicio justo, pudiendo llegar a vulnerarse
la presunción de inocencia. Para exponer mi teoría, varios ejemplos de juicios
paralelos reales, acaparadores de portadas y noticias durante semanas en la prensa
española, para justificar la compleja situación en la que queda el abogado:

- Confesión de la mujer de Santiago del Valle: Durante la fase final del juicio contra
Santiago del Valle su mujer, Isabel García, es entrevistada por el programa de
televisión presentado por Ana Rosa Quintana en directo. Tras largos días de juicio
mantenía su postura acusadora sobre la hermana de su marido Santiago. Sin
embargo, este programa de televisión, famoso por su ejercicio en prensa amarilla,
logró la tan ansiada confesión sobre la muerte de la menor. Ni abogados, ni fiscales
ni jueces lograron la misma, sí en cambio un programa televisivo. Tras esto, ¿en
qué posición queda el abogado de la defensa?
- Autopsia leída y filtraciones de la desaparición de Laura Luelmo: «Ante la
abundante información vertida por los medios de comunicación en las últimas
setenta y dos horas, acerca de la desaparición Dª Laura Luelmo Hernández, por el
que se instruyen diligencias judiciales en este juzgado, les comunico que por auto
de fecha 17 de diciembre de 2018 la causa fue declarada secreta, a fin de prevenir
una situación que pueda comprometer gravemente el resultado de la investigación
o del proceso». Así se expresaba Dª Elvira Mora Pulido, Magistrada del juzgado de
primera instancia e instrucción Nº 1 de Valverde del Camino en un comunicado
hacia la prensa por la abundante información vertida por los medios de
comunicación en la causa. Lugar de los hechos, imágenes del investigado, vivienda
donde éste residía, ruedas de prensa donde la Guardia Civil asegura que Bernardo
Montoya, principal investigado de la causa, es el asesino e incluso la lectura pública
de la autopsia realizada con todo tipo de detalles. Con todas estas filtraciones y
datos expuestos a la luz pública, le tocará ahora a un abogado defender una postura
de defensa, aunque desde un principio sabrá que no podrá guardarse nada para la
vista oral ni para la investigación, pues todo es público y todo está dicho, teniendo
una clara desigualdad de armas contra la acusación.
- Filtración de las imágenes de los investigados, especial atención al caso Aitana:
Fue tal el despropósito llevado a cabo por la prensa en este caso, que la Audiencia
Provincial de Santa Cruz de Tenerife (contra la Televisión Autonómica de
Canarias)y el Tribunal Supremo (contra el periódico ABC) condenaron al pago de
una indemnización a Diego Pastrana, individuo que fue presentado en la prensa
como “Novio, canguro y asesino” y en el titular del periódico junto con una foto
suya un eslogan que rezaba: “La mirada del asesino de una niña de tres años”. Las
investigaciones finalmente declararon que Diego Pastrana era inocente, por lo que
quedó absuelto y sin cargos. Este fue un caso muy llamativo, pues la prensa tuvo la
oportunidad de abrir los ojos, de darse cuenta de la importancia que tiene publicar
imágenes de los investigados aún sin Sentencia firme. Sin embargo, fue en vano.
- Perfiles psicológicos revelados: Otro caso de filtraciones descontroladas ocurrió
en el caso del niño Gabriel y todo lo que rodeó su búsqueda. En éste, se han revelado
los perfiles psicológicos de la investigada, se la acusa de la muerte de su primer
hijo, el resultado de la autopsia, sus declaraciones en la comandancia de la Guardia
Civil, y un largo etcétera. Y ante todo este sinfín de declaraciones filtradas y
reportajes morbosos realizados, letra a), numeral 2, articulo 1 de la Ley del Jurado:
“El Tribunal del Jurado… tendrá competencia para el enjuiciamiento de… a) Del
homicidio (artículos 138 a 140)”. Es decir, será un jurado popular el encargado de
decidir sobre la culpabilidad o no de la investigada… ¿alguien duda hoy en día de
su culpabilidad? ¿no está predeterminado totalmente el veredicto?
El proceso: El tercero de los elementos a estudiar. Se hará desde dos vertientes,
la del proceso como tal, centrándonos en la figura del testigo y en la del juez
mismo.
-Testigos: Partes fundamentales del proceso penal, igualmente afectados por un
sesgo de confirmación, incluso acentuado. Dicho acento se debe a que no son
partes como tal en el proceso, y por lo tanto, su relato será ajeno a todo lo ocurrido
en el mismo, haciendo solamente un ejercicio de memoria. Los jurados, al menos,
asisten al juicio y a las verdades objetivas que de él se desprenden, éstos no.
Además, son portadores del sesgo de exposición, consistente en que cuanto más
hayan visto la fotografía del investigado en los medios de comunicación, más
seguros estarán de su relato, confirmando así sus pensamientos, aunque provengan
de informaciones erróneas (sesgo de información errónea).
Resulta interesante en este punto resaltar un estudio que se está realizando en
EEUU, el cual está descubriendo que los testigos exponen conclusiones que los
jueces de juicio asumen quizás con demasiada facilidad. Según éste, las causas
de las condenas erróneas suelen ser falsas identificaciones por parte de los
testigos.
- Jueces: Negar que los jueces pueden ser influenciados por un juicio paralelo o
que éstos le provoquen un sesgo cognitivo, es per se, un sesgo cognitivo, el del
punto ciego antes analizado. Sentada esta premisa, los jueces se encuentran ante
dos situaciones a la hora de abordar un asunto mediático y que puede resultar para
los efectos finales del proceso. De esta forma, los jueces son portadores del sesgo
de visión de túnel, que es una variante del sesgo de confirmación, consistente en
que una evidencia, en este caso una prueba, se interpreta erróneamente o se
descarta lo que lleva a confirmar la información propia, en este caso, la
culpabilidad del investigado.
Por otra parte, un proceso mediático puede caer en otra identificable
diferencia con respecto a otro que no lo tenga: un exceso de motivación por parte
del tribunal. Es decir, un exceso de razonamiento provocado, puede ser, por la
influencia provocada por dicho juicio y la repercusión que puede llegar a dar su
fallo. Este caso lo podemos ver en la Audiencia Provincial de Navarra, donde la
Sentencia de “La Manada” tuvo una extensión de 371 páginas, mientras que un
caso parecido a éste, con diferencias notables pero también similares, con doble
violación y varios sujetos activos, y solo unos meses atrás pero sin juicio paralelo,
llevo al Tribunal a un fallo condenatorio en tan solo 30 páginas y con un excelente,
no obstante, razonamiento jurídico.

Sin embargo, a día de hoy, estas afirmaciones que del estudio se desprenden, aún
no son definitivas y no podemos concluir que actualmente se esté atacando a la
presunción de inocencia por los tribunales y jueces españoles. No obstante, y como ya
comenté en la entrada anterior, el problema está en el aumento de estos juicios y sus
formas de proliferación, y lo que hoy no está deviniendo en ataque, puede ocurrir que
mañana sí. Por lo que no podemos dejar que el asunto discurra por los cauces actuales.

Y para terminar terminaré mi particular análisis de los juicios paralelos. En


esta tercera entrada hablaremos de la ruptura de algunos requisitos constitucionales en
el ejercicio del derecho fundamental de información, propondré varias soluciones al
problema estudiado y expondré algunas consecuencias sacadas de tal investigación.
Como vimos en la primera parte de la investigación, los requisitos para dotar al
derecho de información de preferencia sobre otros derechos fundamentales se resumen
en ser hechos noticiables ejercidos por un medio institucionalizado que conlleve
interés público y que sea veraz. Es decir, hechos relevantes y veraces en definitiva.
Llegados a este punto toca preguntarse ¿el término veraz está siendo cumplido?

La diligencia mínima, la buena fe, que en la promulgación de noticias debe existir


está decayendo al llenarse los medios de comunicación de lo antes definido como
posverdad. Ésta, no es verdad como tal, sino un entramado de informaciones sesgadas
y tendenciosas que buscan influir en la opinión pública. Que estas informaciones-
posverdad sean permitidas conlleva dos consecuencias directas. En primer lugar,
aumenta las frustraciones sociales, ante informaciones dadas (no veraces) y que nos
hacen dudar del sistema y de la Justica; en segundo lugar, crea antecedentes, pues si
ser sigue permitiendo el auge de informaciones falsas, su aumento (y como así está
siendo ya) irá a más, provocando que en un futuro cercano nos encontremos con
noticias que disten del todo de la realidad.

En este punto es importante pararnos a reflexionar, y como muestra dos ejemplos,


el primero de ellos sacado de las redes sociales (twitter) de un medio de comunicación
en cuestión; el segundo, de la página web de otro medio de comunicación conocido.
Veremos como, en ambos, la verdad no es tratada como tal, dando lugar a todas las
posibles malinterpretaciones de las que hemos hablado.
Información sesgada: Agresión sexual de menores que no era tal:

- Información errónea no verificada:

La primera noticia, que en la edición digital ha sido modificada suprimiendo el


consentimiento, fue difundida por la red social del El Periódico, la cual tiene a la fecha
de publicación de este articulo, más de dieciocho mil seguidores. Es una noticia
tendenciosa, sesgada, que no busca la simple información de una verdad. La segunda,
emitida en la edición de El Mundo y publicitada en sus redes sociales igualmente. Esta
contiene información errónea, pues no es cierto lo que dice el titular, y es que en
España no existe la figura de la compensación de los antecedentes, tal y como se
expresa
He aquí dos ejemplos de cómo, mediante un simple tweet o un titular, se puede
romper con uno de los requisitos de la preferencia de los derechos sin que pase nada,
y esto debe evitarse. En este sentido, para los medios “decir verdad” tiene el mismo
efecto que “decir como verdad”, y eso no es o no debiera ser compatible con el
requisito de la veracidad exigido por el TC para dar preferencia a este derecho
fundamental.
Es por ello que, a raíz de lo visto durante toda la investigación, se pueden proponer
diversas soluciones multidisciplinares, en las que abordaremos diferentes ramas
sociológicas:
Soluciones educativas: Es primordial enfocar una nueva visión educativa anclada
en los avances de décadas anteriores y no enfocada en los de hoy en día ni adaptada a
las carencias actuales. De esta manera, dos puntos a mejorar:
- Educación en contenido Red: Debemos aprender diferenciar entre verdad y
posverdad; debemos aprender a saber diferenciar entre información veraz y
objetiva y fakes news. Hay que hacer ver a la sociedad que la verdad puede ser
manipulada, y que es importante hacer levantar el pensamiento crítico ante las
informaciones dadas.

- Educación Jurídica: Si tenemos en nuestra educación nociones básicas de casi


todas las materias, es imprescindible dotar también de nociones básicas de derecho
a la sociedad.

Soluciones legislativas: Que pasan por la regulación mediante Ley Orgánica del
principio de presunción de inocencia. En la misma, debe de definirse tal principio,
establecer requisitos y límites, dejando visible el núcleo esencial y estableciendo
situaciones donde se limite o vulnere, previendo sanciones para las mismas.

Soluciones periodísticas: Una solución indispensable pasa por mejorar el


estatuto de los periodistas como Institución. Y esta mejora requiere de dos pasos
imprescindibles: autorregulación de la profesión y especialización veraz y profesional
de la misma.
El primero quiere de la aceptación en común del colectivo periodístico y la
elaboración de un código ético más actualizado que el actual deontológico
periodístico, el cual no deja de ser un decálogo de principios. Establecer sanciones y
castigos, establecer mínimos infranqueables y, en definitiva, lograr una profesión más
respetada.
La segunda, promover una especialización mucho mas verdadera, y no
únicamente la realización de cursos o expertos. Una evaluación profunda, con su
practica judicial inserta, pues el periodismo judicial crea opinión publica y ello es
necesario para respetar la verdadera democracia. Para ello, grandes avances han sido
dados en los últimos meses, con el periodismo de fact-chek o de verificación de hechos,
cuyo propósito pasa por detectar informaciones inexactas en los medios de
comunicación. Han empezado a surgir medios que se dedican exclusivamente a la
verificación de datos en el discurso público. El principal objetivo es detectar mentiras,
intentos de engaño e imprecisiones para dar a los ciudadanos elementos suficientes
para tomar sus propias decisiones. Programas como El objetivo de La Sexta o Todo es
Mentira de Cuatro son claros ejemplos de ellos, programas dedicados en exclusiva a
recolectar informaciones inexactas y hacerlos ver a la opinión pública. Un periodismo,
hoy en día tristemente necesario.
Se trata no de generar un juicio propio mediático, sino de transmitir de la manera
más fehaciente posible qué está sucediendo.
Soluciones Judiciales: La defensa de la Institución judicial pasa por dos puntos
clave: el reforzamiento del secreto de sumario y la mejora de los gabinetes de
comunicación.
El primero de ellos es esencial, y es que hemos retrocedidos incluso con las
últimas medicaciones de la LeCrim, pasando de secreto a reservado el trato de las
actuaciones sumariales. Si una información concreta no debe ser revelada por
diferentes causa, así debe de tratarse, y no deben permitirse las filtraciones interesadas,
con sanciones en mano incluso. Partiendo de que lo que sucede en esta fase debe ser
secreto para los terceros, incluidos los medios de comunicación, la Administración de
Justicia debe ser la que determine qué información, y bajo qué condiciones, se debe
proporcionar para cumplir con el respeto a la libertad de información sobre un caso
que se está investigando.
La segunda de las mejoras propuestas es consecuencia de la primera, y es que es
cierto que determinados procesos requieren de publicidad, pero publicidad veraz y
objetiva, y en ese estado de cosas se encuentran los gabinetes de comunicación de
todos los órganos judiciales. Mejorar éstos dotándolos de profesionales resultará clave.
Por lo tanto, nos encontramos con varios puntos donde mejorar. Debemos educar
y educarnos en noticias falsas, aprender a ubicarlas y alimentar nuestro pensamiento
crítico sobre ellas, evitando así la proliferación de bulos y mentiras que hacen que
aparezcan juicios paralelos. Para ello, resulta necesario tener una base jurídica que nos
permita diferenciar entre prisión provisional o libertad vigilada, entre investigado y
acusado, entre auto y sentencia, etc. En este ejercicio, no obstante, es imprescindible
la ayuda de los órganos jurisdiccionales, que con ayuda de sus gabinetes de
comunicación y las posibilidades que se le otorgan a éstos, mantengan informada a los
medios de comunicación por un lado y a la sociedad por extensión de lo que ocurre
día a día en los tribunales, pero de una manera objetiva y veraz, evitando caer en el
amarillismo y emotivismo. Asimismo, es necesaria la adopción de responsabilidad
periodística. Se debe permitir hacer su trabajo al periodista con todas las garantías
constitucionales, pero éste debe cumplir con los requisitos que para su ejercicio se
establecen, bajo sanciones o multas si es necesario. Promover organismos que se
encarguen de verificar los datos en la red y “limpiar” ésta de contenido falso o
tendencioso.
Son varios, como vemos, los puntos a mejorar, pero si queremos que lo que hoy
en día es simplemente una potencia de peligro, no se convierta en ello mismo, debemos
actuar con rapidez y eficacia.

CONCLUSIONES
De esta manera, son varias las conclusiones que podemos sacar de toda la
investigación realizada durante los artículos antecedentes:
I) La publicidad de los procesos penales es necesaria. No se puede, ni se debe,
mantener una Justicia hermética. Por ello, es necesario buscar la conciliación
entre medios de comunicación y tribunales para abordar el problema desde la
perspectiva más favorable para todos.

II) Los nuevos canales de distribución de la información se han mercantilizado..


Con el crecimiento de las posibilidades de los mass media y las redes sociales
se ha dado a los medios de comunicación armas que, en gran medida, están
aprovechando para su crecimiento económico, en detrimento del objetivo
principal: informar.

III) El derecho a la información requiere de una revisión conceptual: Y es que los


nuevos canales de difusión a los que se tiene acceso hoy en día son mucho más
potenciadores de la información que los clásicos de televisión y prensa. Estos
nuevos canales de difusión conjugan dos problemas principales. El primero es
que una información no del todo cierta tiene hoy mucho más recorrido que en
años atrás gracias a esas nuevas tecnologías de la información que hemos
citado; el segundo, la gran dificultad de paralizar ciertas informaciones, que
calan rápidamente en la sociedad.

IV) El problema es creciente. Se ha observado la necesidad de tipificar nuevos


delitos, de regular ciertas redes sociales y su contenido e incluso se han creado
usuarios sociales para intentar frenar la ola de contenido falso existente en la
red. Nos encontramos por lo tanto con un problema que va a más, que se va
intensificando con cada nuevo caso potencialmente amarillo que sucede y cada
vez preocupa más a jueces y operadores jurídicos.

V) El asunto de los juicios paralelos es un problema multidisciplinar que afecta a


otros muchos derechos y promueve otras muchas consecuencias.
En primer lugar, ataca directamente al derecho al honor, la intimidad y la
propia imagen. Puede atacar también a la imparcialidad judicial y violar en
muchas ocasiones numerosos casos de secreto sumarial y protección de datos
de carácter personal. En segundo lugar, igualmente crea frustraciones sociales
infundadas, poniendo en entredicho la actuaciones de jueces y magistrados
cuando la sentencia emitida no va acorde con el sentir social. Como
consecuencia directa de esto, decae la creencia en la Justicia, piedra angular de
cualquier estado de derecho.
VI) Ya dentro del análisis del derecho a la presunción de inocencia en su ámbito
judicial, hemos observado como, de momento, no ha habido violaciones graves
del principio que nos atañe. Los casos analizados al respecto han demostrado
una profesionalidad judicial impecable. Sin embargo, no es menos cierto que
la realidad es cambiante. Que lo que hoy no es violación directa del principio,
mañana si pudiera serlo. Estamos observando como diferentes situaciones
pueden hacer decaer el principio de presunción de inocencia, pues se dan todos
los condicionantes para ello, siendo un peligro en potencia que debe abordarse
cuanto antes.

VII) Si por un lado hemos defendido que aún no ha habido ataques directos a la
presunción de inocencia dentro del procedimiento, no podemos obviar la clara
vulneración de este principio en su cara extraprocesal. La posibilidad de
defender tal derecho ante el TC de manera directa mediante el recurso de
amparo se tiñe necesaria en un futuro para evitar ciertas conductas que puedan
influenciar el procedimiento en cuestión.

VIII) Las filtraciones deben de abordarse desde otro ángulo. Se requiere una
colaboración más activa de todas las partes involucradas en el proceso. Que
los gabinetes de comunicación se expandan, que den notas informativas que
luego puedan utilizarse para facilitárselos a los medios de comunicación. Si el
problema de las filtraciones no se va a solucionar por la multitud de actores
jurídicos que participan en ella, al menos que sean filtraciones con verdad y
objetividad, dificultad la tarea de la interpretaciones sesgada y llenos de
posverdad con comunicados fieles y reales de lo que está pasando en sede
judicial.

IX) Se han creado los primeros organismos privados de lucha contra las
informaciones falsas, sin embargo, es necesario avanzar mucho más en este
asunto. Hemos comprobado como pueden afectar al derecho a la presunción
de inocencia determinadas informaciones y noticias que carecen del requisito
de la veracidad, por lo que una investigación más profunda en este sentido se
torna esencial. Si la veracidad es un requisito constitucional del derecho a la
información, todo lo que no cumpla con ello debe ser perseguida y castigado,
pues dejar que el problema crezca traerá peligrosas consecuencias.

Você também pode gostar