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Artritis (existen más de 100 tipos diferentes de artritis y enfermedades asociadas, probablemente

existan diversas causas. Las causas de la mayoría de los tipos de artritis son desconocidas

Causas: obesidad personas con exceso de peso presentan una mayor frecuencia
de osteoartritis (OA), especialmente en las rodillas. Los hombres con exceso de peso
también están expuestos a un riesgo mayor de desarrollar gota. Debilidad muscular:Los
músculos débiles no sostienen a las articulaciones de manera adecuada. Si los músculos
que rodean a las articulaciones son fuertes - especialmente los de las rodillas - el riesgo de
desgaste de la articulación es menor y se puede prevenir la lesión. Movimientos
repetitivos: Algunos movimientos que se realizan repetidamente durante un período de
tiempo prolongado pueden dañar u ocasionar lesión en la articulación.

Síntomas: La artritis causa dolor, hinchazón, rigidez y movimiento limitado en la


articulación. Los síntomas pueden abarcar:

Dolor articular.

Inflamación articular.

Disminución de la capacidad para mover la articulación.

Enrojecimiento y calor de la piel alrededor de una articulación.

Rigidez articular, especialmente en la mañana.

Tratamiento: El objetivo del tratamiento es reducir el dolor, mejorar la


función y prevenir un daño articular mayor. Generalmente no se puede curar la causa
subyacente.

CAMBIOS EN EL ESTILO DE VIDA: Los cambios en el estilo de vida son el


tratamiento preferido para la osteoartritis y otros tipos de inflamación articular. El
ejercicio puede ayudar a aliviar la rigidez, reducir el dolor y la fatiga y mejorar la fortaleza
ósea y muscular. Esto puede incluir Los programas de ejercicios pueden incluir: Actividad
aeróbica de bajo impacto (también llamada ejercicios de resistencia). Caminar es un buen
ejemplo. Ejercicios de rango de movimiento para la flexibilidad. Ejercicios de fortaleza
para el tono muscular.
Artrosis
Causa: La causa principal de la aparición de la artrosis es el deterioro del cartílago, por
lo que aparece frecuentemente en personas mayores de 50-55 años.

Otra de las causas de la artrosis es la repetición de malas posturas debido al trabajo a la


práctica deportiva. La obesidad es otra de las causas. Las rodillas soportan exceso de peso
y dañan el cartílago articular. También influye en la aparición de la artrosis las lesiones
causadas por fracturas o traumatismos y que no se han recuperado totalmente con el
perjuicio que eso puede suponer para el cartílago.

Síntomas: se desarrollan gradualmente y afectan inicialmente a una o varias


articulaciones, dedos de pies o manos, codos, lumbar, cadera y rodilla. El dolor es el
primer síntoma que aumenta por lo general con la práctica de ejercicio y disminuye con el
reposo. Conforme se va reduciendo el cartílago el dolor se vuelve más intenso y frecuente
y también suele ir acompañado de la aparición de rigidez, inflamación, ruidos articulares y
verse agravado con los cambios de tiempo. En algunos casos la articulación se queda
rígida o puede perder movilidad.

Tratamientos: El principal objetivo del tratamiento en la artrosis es mejorar el dolor y


la incapacidad funcional sin provocar efectos secundarios.

Para conseguirlo, desde la SER insisten en que el primer paso que deben dar los
especialistas es enseñar a los pacientes a evitar todo lo que contribuye a lesionar las
articulaciones como el sobrepeso, los movimientos repetitivos, actitudes inadecuadas en
el trabajo, el calzado, los útiles de cocina, el mobiliario, etc.

En segundo lugar, se aconseja que cada paciente tenga una tabla de ejercicios
personalizada y adaptada que deberá realizar bajo la supervisión del fisioterapeuta para
mejorar el curso de la enfermedad. Por último, desde la SER señalan que el reumatólogo
decidirá el tratamiento farmacológico adecuado para cada caso: En la fase más aguda, el
dolor aumenta mucho a causa de la inflamación de la zona afectada. Llegados a este
punto, puede ser necesaria la prescripción médica de antiinflamatorios y/o analgésicos
para reducir la hinchazón de la zona y así calmar el dolor.
Osteoporosis
Causa: Envejecimiento: la edad avanzada, produce una disminución en la calidad del
hueso, por lo que cualquier persona puede padecerla. El riesgo es mayor a partir de los 50
años. Peso: un IMC menor de 19 aumenta el riesgo de osteoporosis, puesto que tiene una
relación directa con la densidad ósea. Dieta pobre en calcio: el calcio es un alimento
fundamental en la formación del hueso. Sexo femenino: las mujeres tienen un riesgo
cuatro veces mayor que los hombres, especialmente tras la menopausia. Esto es debido a
la reducción del número de estrógenos (hormonas femeninas que intervienen en la
formación de masa ósea). Inmovilización prolongada: ya sea por enfermedad o por un
estilo de vida sedentario. Algunos medicamentos: por ejemplo el uso prolongado de
esteroides, corticoides, antiepilépticos o fármacos para el tiroides.

Síntomas: suele cursar de manera asintomática hasta que se produce una fractura. Son
denominadas ‘fracturas por fragilidad’. Es un error común atribuir el dolor de
extremidades, lumbar o de alguna articulación a la osteoporosis. La osteoporosis no duele.
Las más frecuentes son las fracturas de las vértebras, y una gran mayoría son
asintomáticas y se diagnostican de manera accidental por una radiografía, u otra prueba
de imagen que se solicita por otro motivo. Deformidades en la columna (cifosis
progresiva) y disminución de la talla. Se localizan sobre todo en la mitad inferior de la
columna dorsal y en la mitad superior de la columna lumbar. Las fracturas de cadera son
también muy prevalentes y afectan al 15% de las mujeres y al 5% de los hombres de más
de 80 años. Generalmente son consecuencia de una caída, y cursan con dolor agudo e
incapacidad para movilizar la extremidad afectada. A menudo el tratamiento de este tipo
de fracturas es quirúrgico, por lo que es una causa frecuente de ingreso hospitalario en
personas ancianas.

Tratamientos: El objetivo del tratamiento es evitar la osteoporosis establecida, es


decir, la fractura osteoporótica y, si ya existe, evitar la producción de una nueva.

Las medidas preventivas de la osteoporosis que se pueden adoptar en la infancia,


adolescencia, juventud y edad adulta están encaminadas a alcanzar el máximo de masa
ósea (esto se produce normalmente antes de los 30 años, pues a partir de esa edad el
remodelado óseo se hace más lento y favorece la disminución de la densidad del hueso).

En mujeres postmenopáusicas existen medidas farmacológicas y no farmacológicas que


mejoran la calidad del hueso y enlentecen en la medida de lo posible la pérdida de masa
ósea. En personas ancianas juegan un papel fundamental las medidas para prevenir el
riesgo de caídas.
Fracturas
Causa: comunes de fracturas óseas: Caída desde una altura-Accidentes automovilísticos
-Golpe directo-Maltrato infantil-Fuerzas repetitivas, como las causadas por correr, pueden
ocasionar fracturas por sobrecarga del pie, el tobillo, la tibia o la cadera

Síntomas de un hueso fracturado incluyen:


Extremidad o articulación visiblemente fuera de lugar o deformada-Hinchazón, hematoma
o sangrado-Dolor intenso-Entumecimiento y hormigueo-Ruptura de la piel con el hueso
que protruye-Movimiento limitado o incapacidad para mover una extremidad

Tratamientos Los médicos pueden diagnosticar las fracturas en los huesos mediante
radiografías. También pueden utilizar las tomografías computarizadas y la resonancia
magnética.

Normalmente los huesos fracturados pueden sanar por sí mismos, el objetivo del
tratamiento es asegurarse de que las piezas de hueso están alineadas correctamente. El
hueso tiene que recuperarse completamente en fuerza, movimiento y sensibilidad.
Algunas fracturas complicadas pueden requerir cirugía, tracción quirúrgica o ambas.

Dependiendo de dónde sea la fractura y su gravedad, el tratamiento puede incluir:

El uso de una férula para detener el movimiento del miembro roto.-Buscar apoyo para el
hueso.-El uso de un molde de yeso para proporcionar apoyo e inmovilizar el hueso.-La
tracción del hueso-La inserción quirúrgica de varillas o placas de metal para mantener las
piezas de hueso juntas.-El alivio del dolor.
Luxación o dislocación
Causas:
Hombro: puede luxarse tanto hacia delante como hacia atrás; la mayor parte de las veces
por un mal apoyo del brazo o a causa de movimientos muy bruscos. Cadera: provocada
por fuertes impactos en la pierna Rodilla se puede producir en cualquiera de las uniones.
Normalmente la causa de la dislocación es una rotación forzada, mal apoyo y
traumatismos. Tobillo: la que suele sufrir más lesiones traumatológicas. Una persona
desentrenada que apoye mal el pie tiene más probabilidades, al igual que las personas
obesas que sobrecargan la articulación. Codo: la dislocación del codo es común en niños,
sobre todo por las caídas al empezar a andar

Síntomas: Dolor agudo e intenso, sobre todo al intentar mover la articulación o cargar
peso.-Zona hinchada y amoratada.-Si hay afectación nerviosa, el afectado sentirá
sensación de hormigueo y posible parálisis.

Pero en el caso de una dislocación, al ser una lesión más grave, además se observará:
Deformación del miembro, que adopta una postura antinatural.-Imposibilidad de mover el
miembro.-Posibles daños graves a los ligamentos, incluso siendo necesario el empleo de
cirugía.-Mayor probabilidad de futuras luxaciones, ya que los ligamentos se distienden y
es más fácil que se vuelva a salir la articulación.

Tratamientos Reducción: intentar algunas maniobras suaves para ayudar a que los
huesos estén en su posición. Dependiendo de la intensidad del dolor y el hinchazón, es
posible que necesite un anestésico local o incluso anestesia general antes de la
manipulación de los huesos. Inmovilización: Después de que los huesos vuelvan a la
posición correcta, puede inmovilizar la articulación con una férula o un cabestrillo durante
varias semanas. Cirugía: Se puede necesitar cirugía si los vasos sanguíneos o los nervios
están dañados o si el médico no puede mover los huesos dislocados de nuevo a las
posiciones correctas. La cirugía también puede ser necesaria si ha tenido dislocaciones
recurrentes, especialmente del hombro. Rehabilitación: Después de que la férula o el
cabestrillo se retire, puede comenzar un programa de rehabilitación gradual diseñado
para restaurar el rango de la articulación del movimiento y la fuerza.
Esguince
Causa: se producen al traspasar el límite máximo permitido del movimiento de una
articulación.

Los movimientos bruscos y excesivos: Si se realiza una acción en ángulos máximos sin una
carga significativa. Los traumatismos: son otra causa común de esguince. Por norma
general los impactos y accidentes en articulaciones provocan este tipo de lesiones. En el
caso de los esguinces de tobillo –los más frecuentes– el mecanismo puede ser ejemplo
para otras articulaciones. De esta manera, se produce la torcedura por inversión (hacia
dentro) por la mayor debilidad de la estructura ligamentosa externa que induce a doblar
la articulación hacia dentro, mientras que el otro mecanismo sería por eversión, es decir,
una torcedura hacia fuera alejando la articulación de la línea media.

Síntomas: Dolor: síntoma constante en este tipo de lesiones a consecuencia de la


inflamación y, en algunos casos, la rotura parcial de algunas de sus estructuras. En algunos
casos el dolor llega a ser tan importante, sobre todo a mayor grado de esguince, que se
produce un fenómeno de hipersensibilidad, es decir, intenso dolor al mínimo roce de la
articulación afectada.

Edema o inflamación de los tejidos: El aspecto, por tanto, de una articulación inflamada
es de una articulación deformada, lo que puede llamar la atención sobre todo en personas
con distinto umbral del dolor y que perciban más el aumento de tamaño de la articulación
que el dolor.

Inestabilidad funcional limitada e incluso anulada: generan una impotencia en la función


del aparato articular, siendo la principal causa del cese de actividades habituales. En casos
como el tobillo o rodilla pueden generar la imposibilidad de caminar. En otros casos más
leves, se mantiene la funcionalidad, pero con evidente inestabilidad pues los ligamentos
se encuentran dañados y no ofrecen la resistencia habitual

Tratamientos: aplicar hielo o algún mecanismo de frío (de manera doméstica)


reduciendo así la inflamación y calmando el dolor. Hacer un vendaje compresivo de la
zona dañada. Elevación del miembro lesionado para favorecer el drenaje edematoso. Es
importante que, en el caso del tobillo, la elevación del mismo sea por encima de la cadera,
para que este drenaje sea eficaz.

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