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Apuntes para un diálogo entre economía ecológica y economía feminista


Author(s): Miriam Gartor
Source: Ecología Política, No. 50, 25 años de Ecología Política (Diciembre 2015), pp. 39-44
Published by: Fundacio ENT
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/24894097
Accessed: 17-03-2019 00:49 UTC

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Apuntes para un diálogo entre
economía ecológica y economía
feminista

4
Miriam Gartor*

Introducción
«#
u

Amaia
Si la ecología política pone de manifiesto que Pérez Orozco (2014) o Yayo Herrero +*

las relaciones entre sociedad y naturaleza (2011).


están Analizar los puntos de encuentro entre■¡p**O
la economía ecológica y la economía feministasu
mediadas por relaciones de poder, no se puede
resulta de especial relevancia, por cuanto
obviar que dichas relaciones de poder están «s
\fn¡

fuertemente atravesadas por la intersección


permite
de realizar un análisis crítico del sistema OQ
o
socioeconómico
las variables género, clase y etnia, entre otras. La desde una perspectiva amplia,
passi
o
poniendo
ecología política feminista entró a cuestionar la la mirada sobre la reproducción tantow
«
ceguera respecto a las relaciones de género enque
términos biofísicos como socioculturales.
©
tradicionalmente habían caracterizado a los 5w
JS
Críticas a la teoría económica
distintos enfoques dentro de la ecología política, ©
m
denunciando que las corrientes ecofeministas neoclásica
m
constituían una "minoría sin voz" (Holland
5
Cunz, 1996: 15) dentro de la disciplina. En su Frente a la teoría económica neoclásica, que ■ ,^'i'

considera la economía un sistema cerrado


transcurrir durante las últimas décadas, su mayor w
«
y
aporte ha sido visibilizar que la dominación de autosuficiente,
la la economía ecológica pone
6 de
»
manifiesto que el sistema económico es feun sub
naturaleza y la de las mujeres constituyen procesos
paralelos (Salleh, 1994; Holland-Cunz, 1996).sistema que forma parte de otro mayor,
fe global
y finito: la biosfera. De esta forma, la economía
debe ser comprendida como un sistema abierto
De forma similar, se puede afirmar que los debates
entre economía ecológica y economía feministaa la entrada de energía y materiales, así como a la ■>
salida de residuos (Martínez Alier y Roca Jusmet,
han discurrido con frecuencia de forma paralela
sin que se haya llegado a establecer el diálogo
2013). Los ecosistemas, que ejercen tanto de su
ministradores de recursos como de sumideros de
necesario entre ambas corrientes (Mellor, 2005).
La economía ecológica y la economía feministaresiduos, constituyen la base esencial sobre la que
emerge la actividad económica (Alvarez Canta
comparten críticas similares respecto a la teoría
económica neoclásica, que ignora todo aquello
lapiedra et al., 2012).
La economía feminista añade que la reproducción
que no pasa por el mercado, tal como han venido
social y la reproducción del propio sistema
señalando las primeras economistas ecofeministas
—como Marilyn Waring (1994) o Mary Melloreconómico descansan sobre los trabajos de
(2005)— y, más recientemente, autoras como
cuidados asignados históricamente a las mujeres,
realizados de forma gratuita e invisibilizada
* FLACSO-Ecuador (mirgartor@gmail.com) fuera del mercado. En este sentido, ante la

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mirada androcéntrica de la teoría económica los trabajos y actividades que se realizan fuera
del mercado no sean reconocidos como una
neoclásica, centrada en analizar exclusivamente
contribución
las experiencias masculinas en la esfera mercantil al conjunto de la sociedad.
(Waring, 1994; Pérez Orozco, 2010), Estos
la trabajos, necesarios para garantizar la
sostenibilidad cotidiana de la vida, son invisibles
economía feminista propone ampliar la noción
de "economía" para incorporar los procesos depara la economía ortodoxa. Tal como denuncia
Waring (1994: 48), "el intercambio social de
reproducción social e introducir las relaciones
de género como uno de los componentes servicios, que es el dar y recibir servicios dentro
fundamentales del sistema económico (Pérez del entramado social de la familia, los amigos,
Orozco, 2014). vecinos y conocidos, tampoco es considerado
económicamente importante y queda sin ser
Lo que la contabilidad macroeconómica oculta reconocido".

El producto interior bruto (PIB) ha sido


Sobre los conceptos de "producción"y "trabajo"
instituido como indicador por excelencia, no
sólo del comportamiento de la economía, sino Basándose en los principios de la termodinámica1
también del bienestar. El crecimiento del PIB ,sela economía ecológica pone de relieve que
ha constituido así en una meta incuestionable de
aquello que se denomina "producción" supone en
la política económica. Tanto desde la economíarealidad la "transformación de recursos naturales
ecológica como desde la economía feminista se en bienes y servicios, con los correspondientes
han realizado fuertes críticas a dicho sistema niveles de residuos y disipaciones" (Alvarez
de medición, que sólo otorga valor a aquello Cantalapiedra et al., 2012: 282). En este sentido,
que se traduce en valor de cambio, ocultando las actividades de apropiación de los recursos
y relegando a la esfera de lo invisible el resto de naturales no deberían considerarse procesos de
actividades y dimensiones de la vida. producción, sino de extracción. Esta suplantación
de conceptos no es trivial. La "mitología de
Por un lado, la economía ecológica denuncia la producción", tal como la define Naredo
que la contabilidad económica no incorpora los (2010), contribuyó a desplazar el pensamiento
costes asociados al agotamiento de los recursos económico hacia el campo del valor monetario,
o a la degradación de los ecosistemas. "La desvinculando completamente el razonamiento
convención contable está basada en una curiosa económico del mundo físico.
visión de la naturaleza, como fuente inagotable,
como si el gasto de recursos naturales no tuviese La economía feminista complementa la crítica
«coste de oportunidad»" (Martínez Alier y Roca a la noción de "producción" añadiendo que ésta
Jusmet, 2013: 97). Más aún, se contabiliza como ha ido de la mano de la invisibilización de su
riqueza cualquier gasto, incluidos los derivados cara oculta: la reproducción. En consecuencia,
de actividades contaminantes y los gastosel sistema económico descansa sobre la falsa
defensivos que se producen para compensar idea de que "el ámbito fuera de la producción
el deterioro socioambiental. A su vez, se dejan no es economía y la actividad que se da en este
fuera todas aquellas producciones necesarias para no es trabajo" (Pérez Orozco, 2014: 201). La
la vida, como las funciones de los ecosistemas"mitología de la producción", por lo tanto, está
(Martínez Alier y Roca Jusmet, 2013; Herrero, estrechamente vinculada con la "mitología del
2011). trabajo" (Naredo, 2010), por cuanto se instaura

La crítica desde la economía feminista ha 1. La primera ley de la termodinámica señala que la energía no
se crea ni se destruye, sino que se transforma. Y la segunda hace
tomado un camino similar. La identificación
referencia al aumento de la entropía, por la cual la calidad de la
de la economía con lo monetizado hace que energía se degrada hacia un estado de mayor desorden.

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una noción productivista del trabajo como transfiriendo a su vez las responsabilidades de
instrumento básico de esa —cuestionable— cuidados depositadas sobre ellas a otras mujeres
producción de riquezas. en sus países de origen (Pérez Orozco, 2014;
2010).
Analizar el metabolismo social:
deuda ecológica y deuda de cuidados
Siguiendo con el hilo discursivo, resulta curioso
observar que, cada vez más, los flujos de
cuidados realizan el mismo trayecto que los de
La economía ecológica pone el foco de atención
del proceso económico en el metabolismo materiales
social;y energía: se transfieren de los países
es decir, en los flujos de materiales y energía,
de la periferia a los del centro. Tal como sostiene
así como en los sumideros de residuos, todos
Herrero (2011), se pueden establecer notables
ellos provistos por la naturaleza (Martínez
paralelismos entre la crisis ecológica y la crisis
Alier y Roca Jusmet, 2013). Analizar eldesistema
cuidados, en la medida en que ambas son
económico desde esta perspectiva consecuencia
permite de pretender superar los límites.
m
evidenciar que el comercio internacional
Si seecológica es el resultado de ignorar
la crisis y
< m
los límites biofísicos del planeta, la crisis de
sustenta sobre un intercambio ecológicamente
desigual, en el que las economías de los cuidados
países ignora
del los límites sociales de los tiempos
Norte Global se mantienen porque ponen a su
disponibles para el cuidado. Asimismo, tanto la
crisis ecológica como la de cuidados "exportan
servicio los recursos y los sumideros planetarios
sus efectos indeseables a territorios lejanos,
(Martínez Alier y Roca Jusmet, 2013; Martínez
Alier, 2011; Naredo, 2010). De ahí en
que unoen forma de deuda ecológica y en
un caso
de los mayores reclamos de los movimientos
otro en forma de cadenas globales de cuidados"
socioambientales del Sur sea el reconocimiento
(Herrero, 2011: 47).
U
de la deuda ecológica contraída por los países del
Norte con el Sur Global. De la visibilización de lo oculto a la
transformación de los criterios de
De forma similar, la economía feminista ha valoración «
>
puesto de relieve que el sistema económico V
produce flujos asimétricos de cuidados, ya sea El debate en torno a cómo incorporar la
entre personas y grupos sociales —de mujeres relación entre economía y ecología ha derivado
a hombres, y entre clases sociales—, como en dos grandes perspectivas. Por un lado, la
también entre países —del Sur al Norte— economía ambiental se ha centrado en analizar
(Pérez Orozco, 2014). La responsabilidad de los la problemática de la gestión de la naturaleza
cuidados, feminizada y relegada al ámbito del y los costos ambientales como externalidades
hogar, se transfiere de unas personas a otras en que pueden ser internalizadas en el sistema de
base a ejes de poder, originando así una deuda de precios a partir de su valoración económica. La
cuidados. Es preciso señalar al respecto que este asignación de valores monetarios a los servicios
intercambio desigual de cuidados ha adquirido ambientales sería, desde esta perspectiva, un
en las últimas décadas una característica intento de corregir los precios desde el encuadre
novedosa: su alcance global. De esta forma, se
del análisis costo-beneficio. Para algunos autores,
conforman cadenas globales de cuidados,la por
economía ambiental supone, en realidad,
las cuales cada vez más mujeres migrantesunadel
extensión de la economía ortodoxa a un
nuevo campo de análisis: el medio ambiente
Sur asumen trabajos de cuidados en el Norte2,
(Aguilera Klink y Alcántara, 2011 ). De ahí que
2. En el caso de España, el 58,1% de las empleadas domésticas
son de nacionalidad española, y el 41,9%, extranjeras (Insti
sin olvidar que el empleo de hogar siempre se ha establecido
tuto Nacional de Estadística, 2012). Estos datos muestran
en la
base a la jerarquización de clase y género en el interior de la
propia población española.
creciente importancia de la población migrante en el sector,

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Manifestación en Quito, Ecuador, abril de 2014. (Autora: Miriam Gartor)

sus criterios valorativos continúen anclados en el En lo que respecta a la economía feminista,


reduccionismo monetario y en la sustituibilidad los debates han tomado un camino paralelo.
de valores propios de la racionalidad económica La discusión ha discurrido en términos de
neoclásica. continuidad versus ruptura, a raíz de la cual
han surgido dos grandes corrientes. Por un
Por su parte, la economía ecológica propone la lado, la economía feminista de la conciliación o
reelaboración conceptual de la economía a la economía feminista integradora (Pérez Orozco,
partir de la "reconstrucción de los procesos 2014; 2010) se ha centrado en visibilizar
biofísicos del proceso económico" (Aguilera las esferas económicas relacionadas con el
Klink y Alcántara, 2011: 6). En este sentido, trabajo doméstico a partir de su medición en
si bien no se opone a la intemalización de los términos monetarios, cuantificando cuál sería su
costos ambientales ni niega la utilidad de la importancia relativa en el PIB .
valoración monetaria ambiental, por ejemplo, en
los procesos de reclamación de responsabilidades La segunda corriente, la economía feminista
por daños ambientales (Martínez Alier y Roca de la ruptura (Pérez Orozco, 2014; 2010)
Jusmet, 2013; Martínez Alier, 2011), su considera que integrar la esfera del hogar en
planteamiento apunta hacia una transformación las bases conceptuales de la teoría económica
de los criterios de valoración. Así, apuesta por neoclásica presenta grandes limitaciones. Si bien
una ruptura frente a la racionalidad crematística reconoce la utilidad de la valoración monetaria
para incluir en el análisis distintos criterios de de los trabajos de cuidados como forma de
valoración que dan cuenta de la existencia de visibilización y toma de conciencia, cuestiona
"valores inconmensurables e incertidumbres que sea posible —y deseable— reducir a una
irresolubles" (Martínez Alier, 2011: 54). visión crematística el conjunto de actividades
que sostienen cotidianamente la vida. En la

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medida que involucran una dimensión material unas vidas socialmente justas y ecológicamente
y fisiológica, y otra afectiva y emocional, los sustentables. \Á
trabajos de cuidados ponen en juego sistemas
de valoración que no pueden ser reducidos a Referencias
un único criterio monetario. Tal como señalan
Alvarez Cantalapiedra y colaboradores (2012: AGUILERA KLINK, F.; ALCÁNTARA, V.
288), "la presencia de un espacio donde se genera (comp.) (2011). De la economía ambiental
bienestar, debe ayudar a ir más allá de un análisis a la economía ecológica. Madrid: CIP
meramente económico del trabajo doméstico". Ecosocial.
ÁLVAREZ CANTALAPIEDRA, S.; BARCELÓ,
En definitiva, tanto para la economía ecológica A.; CARPINTERO REDONDO, O.;
como para la economía feminista de la ruptura, CARRASCO BENGOA, C; MARTÍNEZ
redefinir los criterios valorativos más allá GONZÁLEZ-TABLAS, A.; RECIO
de la valoración monetaria es un aspecto deANDREU, A.; ROCAJUSMET, J. (2012).
«
especial relevancia. Ambas disciplinas buscan"Por una economía inclusiva. Hacia un v
así descentrar los mercados (Pérez Orozco, paradigma sistèmico", Revista de Economía
2010) para dar centralidad a los procesos deCrítica, 14, pp. 277-301. ©
sostenibilidad de la vida. HERRERO, Y. (2011). "Propuestas SI*
ecofeministas para un sistema cargado mde
Conclusiones deudas", Revista de Economía Crítica, 13,
©
pp. 30-54. parai
O
Analizar los puntos de encuentro entre HOLLAND-CUNZ, B. (1996). Ecofeminismos. u
«
economía ecológica y economía feminista Valencia: Ediciones Cátedra.
«
INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA
permite comprender que el sistema económico I»
pÉS
se sostiene sobre la base de la apropiación de
(2012). Hogares y servicio doméstico. Cifras ©
<#
recursos naturales y de trabajos de cuidadosINE, Boletín Informativo del Instituto
que son relegados a la esfera de lo oculto. Nacional de Estadística (marzo). S
>
MARTÍNEZ ALIER, J. (2011 ). El ecologismo de *J3
Por otro lado, la teoría económica neoclásica los pobres. Conflictos ambientales y lenguajes u

se ha basado en el supuesto de la existencia de valoración. Barcelona: Icaria. fe



de un sujeto varón, individual, racional yMARTÍNEZ ALIER, J.; ROCA JUSMET, Vi
«
autosuflciente. La economía ecológica y la J. (2013). Economía ecológica y política fr>
economía feminista muestran que ese agente ambiental. México D. E: Fondo de Cultura
económico, el Homo economicus, se sustenta Económica.

sobre una ficción que niega las relaciones vitales MELLOR, M. (2005). "Ecofeminist politicai
de ecodependencia e interdependencia (Pérez economy: Integrating feminist economics
Orozco, 2014; Herrero, 2011). and ecological economics", Feminist
Economics, 11 (3), pp. 120-126.
Para concluir, la economía ecológica y la economíaNAREDO, J. M. (2010). Raíces económicas del
feminista sitúan su mirada en los procesos de deterioro ecológico y social. Más allá de los
sostenibilidad de la vida, entendiendo estos dogmas. Madrid: Siglo XXI.
en términos de reproducción tanto biofísicaPÉREZ OROZCO, A. (2014). Subversión
como sociocultural. Desde esta perspectiva, las feminista de la economía. Aportes para un
relaciones mercantiles suponen solo una parte debate sobre el conflicto capital-vida. Madrid:
de un sistema económico más amplio, cuyo Traficantes de Sueños.
fin último debería estar orientado a generarPÉREZ OROZCO, A. (2010). "Economía del
las condiciones de posibilidad de la vida. De género y economía feminista. ¿Conciliación

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o ruptura?". Revista Venezolana de Estudios
de la Mujer, 10 (24), pp. 43-62.
SALLEH, A. (1994). "Naturaleza, mujer, trabajo,
capital: la más profunda contradicción",
Ecología Política, 7, pp. 35-47.
WARING, M. (1994). Si las mujeres contaran.
Una nueva economía feminista. Madrid:
Vindicación feminista.

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