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1.0. Introducción.
4.0. Justificación.
8.1. Intimo.
8.2. No intimo.
12.1.1. Artículo 3.
12.1.2. Artículo 4.
12.1.3. Artículo 7.
17.0. Soluciones.
18.0. Biografía.
1.0. INTRODUCCION:
Es como un virus que se propaga día a día por todo nuestro país, solo hay que entrar ha
Facebook cada día y nos llegara la noticia de que ha ocurrido un feminicidio.
Y no solo es el asesinato de las mujeres también los familiares como hijos , primo, madre,
padre y cualquier otro familiar puede caer abatido cuando el hombre decide descargar su furia
contra esa mujer que ya no quiere estar más a su lado.
El feminicidio se conforma en una violencia social contra las mujeres; en la sociedad se acepta
que haya violencia contra las mujeres, la sociedad ignora, silencia, invisibilidad, desvalorizada,
le quita importancia a la violencia contra las mujeres y a veces las comunidades (familia,
barrios, cualquier forma de organización social) minimizan la violencia y tienen mecanismos
violentos de relación y trato con las mujeres.
En la República Dominicana han ocurrido 117 feminicidios desde el inicio del año 2014 hasta el
20 de julio. Esta cifra significa un aumento de un 54% con relación al mismo período del
pasado año 2013. Alejandrina Germán, ministra de la mujer declaró que ha habido más
feminicidios que muertes por epidemias como el dengue, el cólera o la chikungunya. Entre las
causas de este aumento, citó al sicariato y la delincuencia, como factores que producen una
conducta que genera imitación a reproducir los actos de violencia contra la mujer.
“Durante los últimos diez años se han hecho muchos esfuerzos desde el Ministerio de la Mujer
y de otras instituciones, sin embargo, tenemos que reconocer que no hemos logrado impactar
de manera significativa en la reducción de la violencia contra la mujer”, dijo Germán durante
una reunión con CONAPLUVI (Comisión Nacional para la Prevención y la Lucha Contra la
Violencia Intrafamiliar).
Hace aproximadamente 30 años, surgió el término feminicidio bajo la autoría de Diana Russell
y Jill Radford en la obra Femicide. The politics of woman killing (Feminicidio. Las políticas de los
asesinatos de la mujer), y luego fue llevado al español por la política mexicana Marcela
Largade. Desafortunadamente, es una palabra que hoy se ha vuelto común en nuestro
vocabulario.
La violencia contra la mujer es un mal multicausal que requiere arduo esfuerzo de todos y
todas para lograr un cambio en estas preocupantes cifras.
Lamentablemente, se sigue actuando como si fuera el único medio, a través del cual muchos
hacen oír su voz, mientras que quienes son afectados han de seguir aguantando.
El término feminicidio se conoce en el país desde mediados de los años ochenta cuando el
Movimiento Social de Mujeres comenzó a utilizarlo. Tras la realización del primer estudio
sobre el feminicidio en la República Dominicana, a partir de una consulta en el país y con
algunas de las feministas de la región, se optó por mantener este neologismo y
conceptualizarlo como los asesinatos de mujeres por razones de género.
En unos años más, en otros menos, pero siempre demasiadas muertas. En total, 1,819 mujeres
han sido asesinadas en República Dominicana en los últimos diez años.
Las estadísticas reflejan la dimensión del terror machista como epidemia social y suponen un
consecuente cuestionamiento a la forma en que el país está enfrentando el problema.
Las mujeres entre los 15 y los 44 años tienen una mayor probabilidad de ser mutiladas o
asesinadas por hombres que de morir de cáncer, malaria, accidentes de tráfico o guerra
combinados.
El feminicidio se conforma en una violencia social contra las mujeres; en la sociedad se acepta
que haya violencia contra las mujeres, la sociedad ignora, silencia, invisibilidad, desvaloriza, le
quita importancia a la violencia contra las mujeres y a veces las comunidades (familia, barrios,
cualquier forma de organización social) minimizan la violencia y tienen mecanismos violentos
de relación y trato con las mujeres.
La sociedad está organizada de tal manera que la violencia forma parte de las relaciones de
parentesco, de las relaciones laborales, de las relaciones educativas, de las relaciones en
general de la sociedad. La cultura refuerza de una y mil maneras esta violencia como algo
natural, hay un refuerzo permanente de imágenes, enfoques, explicaciones que legitiman la
violencia, estamos ante una violencia ilegal pero legítima, esta es una de las claves del
feminicidio.
El feminicidio se compone también de muertes anunciadas, podemos saber los lugares álgidos
donde hay más riesgo para las mujeres, se debe hacer una geografía del feminicidio en
Dominicana, para detectar cuáles son los lugares donde se han presentado más delitos contra
mujeres, más formas de violencia contra mujeres, más denuncias de mujeres y otros
indicadores: en qué lugares las mujeres están en condición de mayor precariedad, en qué
lugares los hombres tiene posiciones de mayor supremacía y de comportamiento violento, y
así estamos construyendo una antropogeografía del feminicidio para poder prevenir,
desmontar los fenómenos que producen estos terribles asesinatos de niñas y de mujeres.
Según Arcy Rosmary de la Cruz, miembro de Colectiva Mujer y Salud y directora del
Observatorio Ciudadanía Activa de las mujeres, “las dominicanas han aprendido
históricamente el silencio. Los hombres evalúan constantemente el físico de una mujer en
cada esquina y le gritan si se ve bien o no, y si cumple un canon de belleza. Si las mujeres
callamos cuando nos violentan en público, en privado es mucho peor, es terrible el nivel de
violencia que las mujeres dominicanas tienen que soportar”, asegura.
Además, De la Cruz afirma que, a menudo, las mujeres sufren violencia bajo la permisividad
social. “Para terminar con una relación, la mujer no suele contar con el apoyo de sus familias
porque se entiende que la mujer nace para aguantar,” comenta la feminista, quien
simultáneamente reconoce que esta situación se va superando poco a poco, pero aún “queda
mucho por hacer”.
8.0. Clasificación de los feminicidios en la RD.
8.1. Feminicidio Íntimo: Son aquellos asesinatos cometidos por hombres con quien la
víctima tenía o tuvo una relación íntima, familiar, de convivencia, o afines a éstas.
8.2. Feminicidio no Íntimo: Son aquellos asesinatos cometidos por hombres con quienes la
víctima no tenía relaciones íntimas, familiares, de convivencia, o afines a éstas.
Frecuentemente, el femicidio no íntimo involucra el ataque sexual de la víctima.
8.3. Feminicidio por Conexión: Además del femicidio íntimo y el no íntimo, existe una
tercera categoría para clasificar las muertes por femicidio: los feminicidios por conexión. Con
esta categoría se hace referencia a las mujeres que fueron asesinadas "en la línea de fuego" de
un hombre tratando de matar o maltratar a una mujer. Este es el caso de mujeres parientes,
niñas u otras mujeres que trataron de intervenir o que simplemente fueron atrapadas en la
Acción del femicida.
La mayor parte de los feminicidios son íntimos, cometidos por parejas, ex parejas, novios, ex
novios y familiares de las mujeres.
María de Jesús Pola, defensora de los Derechos Humanos de la Mujer, no concibe que la
Fiscalía dominicana dividiera la calificación del feminicidio en íntimo y no íntimo, puesto que
esos términos limitan y confunden a la población y no reflejan el número real de las afectadas.
Pola explicó que en el Código Procesal Penal no existe la clasificación de feminicidio debido a
que la legislación solo contempla el homicidio como forma de quitar la vida a una persona.
La relación de poder entre hombre y mujer en un hogar es un arma letal, opinó Pola, y agregó
que no existe un perfil determinado para identificar a un abusador. El 50 por ciento de los
feminicidios, según la activista, son cometidos por hombres que no tienen nada que ver con
sus víctimas.
Aunque la magistrada Roxanna Reyes, procuradora general adjunta para Asuntos de la Mujer,
considera las acciones del Ministerio Público y la Justicia como un muro de contención, todavía
la nación dominicana se halla entre los países de más alta tasa del mundo en crímenes
cometidos contra las mujeres.
En una declaración emitida con motivo del Día Internacional de la Mujer en marzo pasado, el
Foro Feminista señaló que persiste la desigualdad de género en el ámbito económico,
observado en que el 51 por ciento de los hogares con jefatura femenina están por debajo de la
línea de pobreza, comparado con el 32 por ciento cuando es un hombre el jefe de núcleo.
El Foro también demandó medidas más severas en los tribunales contra situaciones de abuso
contra la mujer, así como información precisa dónde las víctimas pueden acudir a denunciar
esos hechos, protegiendo mediante protocolos y medidas fiscales los derechos femeninos.
La primera víctima de feminicidio de 2015 fue Elis Mariana Díaz, de 32 años, de 12 puñaladas
de parte de su pareja, José Manuel Severino Carvajal. Ocurrió el 2 de enero en Los Mina. Ese
mismo mes fue asesinada Glenis Pinales Thomas, de 21 años, en San Pedro de Macorís. Esta se
sumó a la muerte en enero de Sharleny Díaz, de 22 años, en Higuey.
Otro ocurrió el 15 de enero en el Paraje San Gerónimo, de La Vega, siendo la víctima Josefina
Durán, de 59 años. Dos días después, en Los Alcarrizos cayó víctima de feminicidio Rosalía
Troncoso, de 30 años, ahorcada por su esposo. Una semana después, en ese mismo municipio,
ocurrió el feminicidio de Gladys Sánchez.
El primer feminicidio de febrero fue el de Dominga Antonia Suero Martínez, de 46 años, por
parte de su ex esposo. El hecho ocurrió en la casa número 40, del sector Villa Faro, en Santo
Domingo Este. El más reciente fue este fin de semana, en el paraje Matayaya, de las Matas de
Farfán, en contra de Bianny de la Rosa.
En lo que va del año, se han producido 155 feminicidios en el país, la mayoría a manos de sus
parejas, según datos de la organización feminista Colectiva Mujer y Salud.
Las mujeres jóvenes son las más desprotegidas y una de cada tres mujeres muertas en 2003
tenían 30 y 29 años, mientras que en 2006 son las jóvenes entre 20 y 29 la que más
frecuentemente fueron víctimas de ese tipo de crimen, representando el 31.82% del total
12.0. Ley de protección a la mujer 24-97.
v Es de carácter penal
12.1.1. Artículo 3: Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el
ámbito público como en el privado.
12.1.3. Artículo 7: Los Estados Partes condenan todas las formas de violencia contra
la mujer y convienen en adoptar, por todos los medios apropiados y sin dilaciones, políticas
orientadas a prevenir, sancionar y erradicar dicha violencia.
A principios del 2011, una mujer fue asesinada en República Dominicana por su pareja en
presencia de sus hijos de 2 y 3 años, y el asesino quedó en libertad bajo fianza. Sentencias
similares a ésta son comunes en el país. A pesar de ello, De la Cruz reconoce que, a partir de
este caso emblemático, que logró mucha cobertura mediática, las cosas “están cambiando y
los jueces se lo piensan mucho para tratar un feminicidio, porque ya lo conocen todas las
personas y está en boca de todos”.
Sin embargo, desde Colectiva Mujer y Salud afirman que, en muchas ocasiones, los jueces
intentan reconciliar a la mujer con el hombre que la ha agredido. “Cuando has conseguido el
valor para ir a denunciar, el juez intenta reconciliarte con un maltratador”, sentencia.
A esto se añade el trato discriminatorio que reciben las mujeres que acuden a presentar
denuncia en los destacamentos policiales. “Las autoridades re-victimizan a la mujer que va a
pedir atención, y le preguntan qué ha hecho para que sea golpeada; como si ella se lo
buscara”, explica con indignación la feminista. Además, considera que la mayoría de las
mujeres que ha sido asesinada ya ha solicitado, infructuosamente, varios mecanismos de
protección anteriormente.
v NAM/CURSA.
v Ministerio de la Mujer.
v CE-MUJER.
16.0. Conclusión:
En el caso de la República Dominicana, existe la necesidad de una buena doctrina de la ley 24-
97, cuyo marco jurídico difiere del encuadre general de nuestro derecho: mientras en éste se
mantiene como principio la presunción de inocencia de la persona acusada, en la aplicación de
la ley 24-97, así como en la 14-94, hay que referirse a los principios de la "victimología" que
establecen cómo la víctima de delitos sexuales debe ser creída y cómo su solo testimonio
constituye la prueba, en el caso que sea sobreviviente. Esta práctica produciría un cambio de
actitud respecto a los crímenes contra las mujeres.
La debilidad en la práctica jurídica con estas legislaciones, relativamente nuevas, está dada por
la ausencia de pautas procedimentales claras, la falta de reglamentaciones con sentido de
género, pero sobre todo, por la inercia cultural de quienes administran y operan en la justicia.
Esta insensibilidad desde todo el sistema, favorece al agresor sexual aún cuando el buen
sentido debe reconocer la incriminación que es persistente, estable en el tiempo, sin
ambigüedades ni contradicciones.
17.0. Soluciones.
Es alarmante como esto se les ha salido de las manos a las autoridades, que son las
responsables de darle protección a todas estas mujeres, que en su mayoría posteriormente a
su asesinato han acudido buscando protección y no la han conseguido.
Las mujeres han conseguido grandes logros en los últimos anos, cosa que aparentemente no
es bien vista por los hombres que en su gran mayoría son los causantes de los feminicidios, el
hombre dominicano la mayoría de bajo nivel educativo no asimila que la mujer tenga
DOMINICANA, evolucionado y no la pieza de palo que el movía a su antojo cuando quería.
Enfrentar la violencia contra las mujeres y las niñas requiere pasar de los discursos y las
palabras a la acción. Requiere de medidas orientadas a enfrentar la cultura machista como
causa fundamental de la misma; emprender amplias campañas educativas en el impulso y
fomento de relaciones no violentas.
Para Colectiva Mujer y Salud, el Estado debería trabajar en dos ámbitos fundamentalmente: el
educativo y el legislativo. De la Cruz asegura que sería conveniente una verdadera educación
sexual en las escuelas e institutos. Además, debería introducirse el feminicidio en la legislación
dominicana para que fuera recogido y tipificado de forma diferente, con castigos más severos,
porque las “penas son bajas, y una vez que los condenan, los asesinos también pueden salir
bajo fianza con cierta facilidad”.