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El presente eterno:
Los comienzos del arte
Una aportación al tema
de la constancia y el cambio
Versión española de
María LuiS4 Balseiro
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TERCERA PARTE
LA SIMBOLlZACION
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El símbolo ro el arte primevo 107
El SIMBOLO EN EL ARTE PRIMEVO mis simples, aquí parece haberse dado rienda suelta J la imaginación indivi-
dual. y son muchos los casos en los que hasta ahora sólo se conoce un
Ames que el arte, el hombre creó el símbolo. El nombre llegó :ardíamen- ejemplo de determinado tipo. Estos símbolos suele» estar en !.;; partes
ce, el símbolo ¡T)uy pronco: aparece en los albores mismos del afán de mis inaccesibles de las cavernas, como sucede en Alrarnira. El Castillo
excrcsión del hcrnbre. En su primera forma rudirnenraria.. surgió en la y La Pasiega. En su inaccesibilidad se puede ver una alusión J h especial
e~; musrcricnse como huella de los primeros tanteos del hombre de Nean- potencia de la magia que emanan, Todavía hoy muchas de esas con˙guracio- 11
derthal en busca de una organización espiritual que trascendiera sus sencillos nes producen una impresión extrañamente poderosa sobre el ccnremplador.
11
materiales y su existencia utilitaria. Se han encontrado huesos con líneas por ejemplo en Alcarnira, donde todo el techo esd atravesado por símbolos
p.iralelas y dl.lgonJles grabadas o círculos rojos, pero son tan fr:igmenc~r:os en zigzag de color sangre, tan grandes como los dibujos adyacences de u
·:¡I.le no permiren extraer ccnclusiones seguras. Muy distinto es el caso bisontes. ¡.. JI1 ........ <Y, xv¡
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de las pequeñas oquedades semiesféricas excavadas en la roca, que llamamos La simbolización nació de la necesidad de dar forma perceptible :l
c˙pulas. Los prehísroeiadores nos informan de que los símbolos hechos lo irnperceprible. SurgiÓ tan pronto como el hombre tUVO que expresar 111
por el hombre más aneiguos que se conservan son los descubiertos en la relación inquietante e intangible entre la vida y la muerte, al principio 11;
una piedra sepulcral triangular del abrigo de La Ferrassie, en Dordoña. expresada de maneras muy primitivas. Cuando 1-
1- Bachofen afirmó que
11I
Son pequeñas oquedades hechas en la lápida, que estaba colocada con el símbolo se había formado en la turnb i. pensaba en la necrópolis etrusca
ese lado hacia abajo sobre el cuerpo de un niño. Estas c˙pulas, carentes que fue el punco de partida de sus pioneras investigaciones sobre el simbolis- 11I
de función práctica, conscicuyen un tcnómeno muy com˙n en el arce paleolí- mo (1339). El material en .que apoyarse lo enconcró en los relieves tunerarics. 111 ¡
tico: su significación simbólica no cscá exactamente definida. de antaño despreciados por los arqueólogos, yen su profundo conocimiento
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Los símbolos mágicos que aparecen con mayor frecuencia y a lo largo de la literatura. clásica. Desde entonces, ranro los daros materiales como
de periodos rnds dilatados de la prehistoria son simples. Consisten en fexg- nuestra comprensión del simbolismo han crecido enormemente. y nuestro liJ-
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meneos, en los cuales la parte vale por el todo: una mano, por ejemplo. recién adquirido conocimiento del arte primitivo ha corroborado en gran 1..;
representa al ser humano total, los genitales representan la facilidad. Pero parte las teorías de: Bachcfen.
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es mis dificil dar sentido al círculo, que aparece en gran n˙mero de
form,is. grandes
tions}, J menudo
y pequeñas: depresiones
de forma vjriable_
en forma de raza hechas en la
piedra {tu pules], puntos y discos de color [ponctuatious] y agujeros [perfor«:
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Se avecina una era del simbolismo
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En los riern ?OS primitivos los símbolos se empleaban a veces solos, Hay actualmente indicios de que de: nuevo nos acercamos :1 una era
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pero es más frecuente encontrar varios asociados e interrclacionadcs : puntos. del simbolismo, y de que una fase prolongada de -realismo- esd dejando .:j :~
por ejemplo, rcl .. cionados con manos, con animales o con rccríforrncs, y paso a nuevas concepciones de la realidad, una realidad de dirnens.ones
c˙pulas dispuestas el! hilera o una sola asociada a un animal o encima de
él. De ese modo se podían precisar más algunos de los rn˙lriplcs significa-
m˙ltiples y significaciones
por el sirnbolo y su significado
renovadas. La presente
nos reconduce
reavivación del interés
a sus orígenes prehistóricos.
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dos inhcrcnrcs ;¡ cada símbolo, y también acentuar un solo significldo Es ahi donde mejor se puede estudiar el proceso encero de: simbolización. le
dorninanrc, corno el deseo de incrementar la fertilidad. A estos conjuntos, De: hecho, en la simbolización esci 1:1 clave de todo el arce paleolirico, ';(
donde se cornbinrn ditercnrcs símbolos con signific.idos diversos para hacer desde los grandiosos 'grabados y pinturas de las cuevas -del sur de Francia
hincapié en un solo significado concreto, los podemos Il.imar «símbolos 'f España hasta los pequeños artefactos de asta de reno. En todos los It
cornpucsros-.
Además de los símbolos simples y directos, en los cicrnpos primitivos
C:lSOS lo concreto ha sido traducido
parecer. Esta transmutación
a símbolo, por re;líscl que pueda
persistió a lo largo de todo el arce paleolícico, •
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se elaboraron numerosas formls complejas y enrcrarncncc abstractas, LJ hasta el periodo ncolitico, en que la abstracción reinó sin rival.
inventiva del horncre en esta dirección parece haber sido in.lgocable, pero Hasta años recientes no han reconocido los especialistas la importancia ••
con dio los significados
a estas formas simbólicas
se tornan tanto más oscuros.
m:ís complejas
Los nombres
son meras eriquceas : tcceiformes,
dados del estudio siscernárico del contenido
mis se avanza en esa invesrigación,
simbólico del arte prehistórico.
mis sorprende la asombrosa
Cuaneo
riqueza •
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- cbviformcs, na viforrncs. En contraste con lo ocurrido en los símbolos de imaginación que revela. Parece que ahí pudiera estar la fuente de mucha
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1
El símbolo en el arte pn'mnJO 109
de la imaginería que se ha atribuido al arre griego, Pero I;¡ labor anterior de El resurgir de los símbolos
todos los prehistoriadores y antropólogos serios se dedicó a la c1asific;;¡ción
de objetos materiales, como hachas de mano y otros ˙tiles similares, Por jean-Paul Sartre es un poeta con vniones de qué-clases de símbolos
consiguiente, en nuestra comprensión de lo que los símbolos significaban son posibles hoy, En L'jmQ.~j"Qirl! (1940) afirma que, en contraste con
para el hombre prehistórico quedan todavía grandes lagunas. la situación reinante en ¿pOCJS anteriores, la función simbólica ya no tiene
Hoy el denominador com˙n de credo y ritual que en otro tiern po su origen y explicación en el mundo exterior, -No aceptaríamos una concep-
vinculaba a los hombres entre sí ha perdido su fuerza, Mientras que en ción seg˙n la cual la función simbólica haya de ser añadida a la imagen
las eras primitivas la magia, el mito y la religión suministraban al hombre d~de fuerl ~a imagen ": eS,encialmence simbólica p~r su estructura misma.
una coraza espiritual Contra el entorno hoscil, hoy esrá desguarnecido y (pag. 128), 'sm inrerrnediarjo de nmguna clase, el símbolo, por su misma
desnudo. Buscando una compensación, ha tenido que crear símbolos e forma, tiene acceso directo a las emociones)
im5genes interiores sacadas de sí mismo. Medio irónicarnenre, el pintor Los elementos conscirurivcs dominantes en el -arte contemporáneo- son
surrealista Max Ernst escribió: -en 1930, tras haber compuesro con violencia formas desprovistas de significación aparente, y que sin embargo se imponen
'i método I;¡ Femme 100 lites, fui visitado casi a diario por mi f;;¡ncasma directamente a los sentidos. Estos símbolos difieren no sólo de los símbolos
privado y personal: el jefe de las aves Loplop- (1948, pág. 9), mágicos pocentes de la prehistoria, sino también de los símbolos concepruali- 1:
Hoy día el hombre medio parece haber perdido I;;¡clave de su propio zados de los griegos, Los símbolos de hoy son anónimos: parecen existir ex-
ser, aunque sigue creyéndose sabedor de lo que le gusta y capaz de expresar clusivamente para sí, sin significación directa, Sin embargo. están imbuidos 1:
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lo que siente. En el gUStOdominante de los tiempos se muestra el resultado de un atractivo inexplicable: la magia de sus formas, En cierto sentido, I,1I
de esta 'pérdida, porque afecta a la esfera toda 'de I;;¡actividad emocional. represenun un proceso i-egeneracivo o terapéutico. un escape del frenesi
. El hombre medio, ya sea gobernado o gobernante, se ha vuelto indiference tecnológico. Junco a esros símbolos anónimos o formas sin significación
;;¡ la invasión de sucedáneos, al ersat z en el arre y la arquitectura,
falsedad en la expresión: a este proceso es a lo que yo he llamado .Ia
devaluación de los símbolos» (1948, págs, 329-363). Hace y;¡ siglo y medio
a la directa se han resucitado e integrado en nuevos contextos otros milenarios.
tomados del pasado remero, seg˙n se aprecia en la obra de Miró y Klec, ~.
entre otros. Sería fruccifero, aunque dificil, llevar a cabo alguna forma'
que es visible, pero sigue en marcha, El languidecimienco de nuestra vida
ccrnuniraria, nuestro desvalimiento a la hora de encontrar formas para
la celebración o el tiempo libre, nuestra falt;¡ de capacidad imaginativa
para elaborar formas que contrarresten
indica el alcance de la desor icntación
los males de nuestra cultura, todo
actual del hombre.
de investigación que arrojara luz sobre el proceso de esta transformación
y sus m˙ltiples ramificaciones,
No se puede decir hoy que las fuerzas de simbolización ya no existan,
Un gran lienzo que caprure codos nuesrros sentidos sirnulránearnente. como
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No es dificil encender córno se ha producido todo eso, El hombre
el CumrjeQ, puede ser un gran símbolo compuesto. Al tornar conciencia
de los m˙ltiples estratos que componen el tejido del alma, rrararnos de
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de hoy tiene que soportar una carga enorme y creciente de conocimiento descubrir no sólo los limites dentro de los cuales la argumentación lógica !!
intelectual, y al mismo tiempo su mundo emocional ha ido atrofiándose opera como una herramienta segura, sino también las áreas en que no ii
progresivamente. Su maquinaria emocional se ha encogido hasta quedar
reducida a un mero apéndice, roralrncnee incapaz de absorber y humanizar
el conocimiento acumulado por el cerebro, El hombre está solo, Es posible
se puede usar esa herramienta, áreas de dimensiones psíquicas diferentes,
Las leyes de la lógica vienen coloreando el pensamiento filosófico desde
el Renacimiento, en especial desde el siglo XVII, Esta influencia tiene un
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que de nuevas transformaciones operadas en la esfera comunal surja alg˙n paralelo próximo dentro del ámbito óptico en la influencia de !J perspecciva '1
nuevo espíricu supra personal, Pero, por el momento, el hombre no tiene en nuestra visión del mundo, Es precisamente contra esos criterios estrechos
nada a que acudir fuera de sí mismo. Esta situación puede darnos una pisca de causa y efecto lógicos.y perspectiva óptica contra lo que la época
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sobre la naturaleza de esos sírabolos que hoy despuntan en la obra de los actual protesta y se rebela.
pintores y poetas conrernporáneos. Ya no hace falta preguntar el porqué, Nuestra vista no es ciega para
los maravillosos logros artisticos de los siglos recientes; pero progresivamence
hemos ido tomando mayor conciencia de la situación a que: el racionalismo
nos condujo a lo largo del siglo XIX: la de vivir sólo para el momento,
carentes de toda certeza frente a las decisiones que asumen dimensiones
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El símbolo en el arte primeTJO 111
psíquicas. La calle unidireccional de J;¡ lógica nos ha dejado tirados en Los comienzos del planteamiento simbólico
el suburbio del materialismo.
:\ l considerar la continuidad de la experiencia hurrrana tenernos que
remontarnos a la cuestión primordial: ¿qué hay de fundamentalmente dife-
El símbolo como concepto rente entre las apercepciones del hombre y del animal en su transacción
con el mundo externo? Las herramientas (si !>C me permite: darles ese
Fue el modo de pensar griego lo que engendró la. forma conceptual nombre) de que disponen el hombre y el animal, ¿son diferentes' o no?
del símbolo. La palabra «símbolo-, ella misma de origen griego, fue absorbida Demos la respuesca inmediacarnenee : lo que discingue al hombre del
por las lenguas más diversas, entre ellas el lacín, pese a que los romanos animal es su planteamiento simbólico.
no tuvieron en mucha estima el concepto que: representaba. La variedad En su ˙lcimo libro, AII lisay 011 IIIdll (19,g), que ofrece mucho de
de significados que ese concepto encerraba para los griegos de la época lo esencial de sus obras anteriores, el filósofo Emsr Cassirer recababa el
clásica se demuestra en el hecho de que formaran tres sustantivos distintos auxilio de los biólogos para dilucidar qué es lo que distingue al hombre:
J partir del verbo original. Sus complicadas relaciones lingüísticas fueron del animal. El. biólogo alemán 1- J. von Uexküll elaboró en las primeras
establecidas ya en 1810-18\2 por Friedrich Creuzer. El verbo griego original décadas de este siglo un nuevo enfoque del mundo animal, Fue por la
symba/lei" indicaba la acción de acoplar varias partes para formar una totalidad, misma época en que los cubistas elaboraban una nueva concepción del
y sus variantes de significado eran las de -unir», -enlazar- y «reunir partes espacio por eliminación del punto de vista ˙nico del Renacirnieneo. El bió-
separadas •. La noción más simple de svmbolon, por lo ranro, es la empleada logo declaraba que ˙nicamentc un dogmatismo muy ingenuo podía dar por
por Platón, -uno compuesto de dos •. El ejemplo más conocido del empleo supuesta una realidad idéntica pJra todas las criaturas. La realidad no es algo
griego del símbolo es el regalo que el anfitrión hacia de parte de una ˙nico y homogéneo. Está infinicarnence diversificada, y presenta canees es-
moneda o anillo rotos .11invitado que se iba, de suerte que, al ser acopladas quemas diferentes corno org:mismos hay. El mundo de la mosca yel mun-
después aquellas mitades. los dueños o sus descendienres pudieran reconocerse do del perro son esencialmente distintos. Hay un mundo de la mosca, y hay
mutuamente. un mundo del perro. Cada criatura vive en un universo propio, basado. en
El símbolo vino a ser una señal de relación a la que se había provisto su propia experiencia.
de una significación especial. Objetivarnenre, no existe vínculo alguno Cada especie posee un sistema receptor que recibe esrirnulos del mundo
entre el fr:lgmento de la moneda roca y el significado que se le ha concedido, exterior, y que varía con su estructura anatómica propia. Cada una posee
ni hay pista alguna de esa relación que sea perceptible para los sencidos: también un sistema efector mediante el cual reacciona a esos esrirnulos,
se les escapa. El símbolo retomó su significación suprapersonal y recobró a fin de mantener un equilibrio entre sus mundos interior y exterior.
su papel original de imagen de algo que no se puede expresar directamente. A la unidad operante establecida por esos dos sistemas la llamó Uexküll
En un pasaje .íe su Versad: ¡¡bit die Griibersymbolik da Alfen (Ensayo Funkuouskrei», círculo de función.
sobre el simbolismo funerario de los antiguos; 1859), Bachofen da una La vida humana ha de: obedecer las mismas normas que gobiernan
formulación simplificada del papel del símbolo: -Las palabras hacen finito otros organismos.
lo infinito; los símbolos conducen el espíricu desde el mundo finito del Cada animal eseS.perfectamente adaptado a su entorno, y puede, seg˙n
devenir hasta el imbito del ser infinito- (ed. de 195-+, p;Íg.52). Así el su narurnlcza. restaurar el equilibrio entre mundo interior y mundo exterior.
simbolo recupera su significación primitiva: innominado, es sin embargo ¿Cómo restaura el hombre ese quilibrio ? ¿Existe algo en su apercepción
una realidad poderosa, y es ese significado consisccnre suyo lo que hoy del mundo que le distinga del animal? Si es así, ¿cómo llegar a descubrirlo?
vuelve a ser operarivo. Y así las primeras intuiciones de hombres como Resumiendo la respuesca que da Cassirer a e~a preguntl: la marca
Creuzer y Bachofen, desechadas en su tiempo, se esr.in viendo confirmadas disrinriva de la vida humana es que el hombre vive en una dimensión
hoy. nueva de la realidad. ¿Qué significa esro?
Para establecer su adaptación al entorno y mantener o restaurar el
equilibrio entre sus mundos interior y exterior, el sistema efector del
hombre puede hacer uso de una cualidad que no se encuentra enrre los
animales: el planrearnieneo simbólico del mundo.
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El símbolo en tl aTte primtvo 113
De esta dimensión nueva ---<> tal vez podríamos decir, específicamente simbólicas, como lo' son en el mundo humano cuando se I;¡s integra en
humana- de la realidad han brotado el arte, el lenguaje, el mico y la un artefacto nuevo llamado ¡rost.
ciencia. La distinción entre hombre y animal estriba simplemente en que Desde sus primeros pasos, el hombre ha hecho uso del simbolismo
el hombre no vive sólo en un universo material, sino también en un en su enfoque de todos los aspectos del mundo. Hay tantas esferas d'e!
universo simbólico. simbolismo como actividades humanas.
La ido de Ernsc Cassirer de que la marca distintiva de la vida humana El simbolismo mágico se desarrolló en el periodo paleolítico, en la
es su planteamiento simbólico ganó inmediata aceptación. Leslie White Edad de Piedra, cuando el hombre por fuerza tenía que vivir en el' más
(1940) declaró: .Hoy empezamos a darnos cuenta de que el símbolo es Intimo contacto con la naturaleza: cuando se sentía rodeado de fuerzas
I;¡ unidad básica de toda I;¡ conducta y la civilización humanas ... Toda visibles e invisibles que parecían amenazarle: cuando no era capu de
conducta humana se origina en el uso de simbolos. Fue el símbolo lo distinguir entre condiciones subjetivas y objetivas; cuando b imagen de
que transformó en hombres a nuestros antepasados antropoides y les hizo un ser, fuera animal o humano, emanaba tales fuerzas mágicas que imagen
humanos, Todas las civilizaciones han sido generadas y perpetuadas ˙nica- y realidad se fundían una en otra.
mente por el uso de símbolos. Es el símbolo lo que transforma a un Fue la época del cazador.
recién nacido de Homo sapiens en ser humano ... Toda la conducta humana
consiste en, o depende de, el uso de símbolos. La conducta humana es
una conducta simbólica; la conducta simbólica es conducta humana. El Los símbolos y la arqueología
símbolo es el universo de la humanidad. (pág. 229).
Es esta línea de demarcación entre el hombre y el animal lo que Hoy ya no nos'sacisfacen los meros datos y las exactitudes filológicas.
los psicólogos de muchos países han tratado de determinar. Norrearnerica- Hay una demanda de resultados de las investigaciones eruditas sobre los
nos, alemanes y franceses han llevado a cabo experimentos sobre la rncnrali- símbolos. El filólogo clásico Ulrich ven Wilamowiez-Moellendorf dio im-
dad de los grandes simios, la conducta semiótica en los chimpancés, etcétera. pulso a esa demanda con su conferencia -Die Griechische Heldensage-
La labor de psicólogos, lingüistas y especialistas en semántica ha rendido (los mitos heroicos griegos), pronunciada en Berlín en 1925 (págs. 41-62).
tarnbién a convergir hacia un mismo punto: la dilucidación de las diferencias Pero lo que encontramos no es nada, son lagunas o la obra de dilerantes
fundamentales entre las capacidades conceptuales del hombre y el animal, cuyo conocimiento de las fuentes no merece confianza. Durante demasiado
tiempo el deseo de interpretar los mitos y los símbolos se declaró incompJci-'
El lingüista francés Henri Delacroix, en L, tall,~lIg, et 111 pms(t (1924),
afirma que un loro es C;¡P:lZ de repetir palabras y frases y posee un
ble con la honra del erudito. La ética de éste se fundamentaba en un
aparato vocal perfecto, oído I!no y una memoria excelente. No es, pues,
-amor inquebrantable a la verdad y una entrega desinteresada ;¡ codos
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Crcuzer (1771-1838), y en esa atmósfera nació su magna obra Sylllbolik influencia hasta medio siglo después de su muerte. No había entonces Ili
uud l\'(yt"olo.~ie der alten VJlker, besanders der Criedien (Símbolos y mitos
de: los antiguos, en especial de los griegos; 1810-1812).
sitio para el-descubridor de la religión primeva. y de los aspectos maternales Id
de la materia (Bernoulli, 1924, pig.57), En su época se pensó que andaba
'. Crcuzcr representa la etapa especulativa de la investigación sobre el detrás de pistas falsas, y cuando no se le atacó de hecho se le ignoró
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origen de: los micos.')Durance toda su vida fue blanco de los ataques de totalmente. Id
los filólogos, a causa de cicrco n˙mero de incoherencias -grandes y peque- Bachofen no fue apreciado ni en su país natal ni en Alemania. Pero :11
iiJs-- que! sirvieron para ridiculizar cualquier investigación ulterior acerca en Inglaterra e! panonma era algo distinto, en la medida en que había
de los símbolos. En vano soñó con una cátedra universitaria desde donde ya un cierto interés por la estructura del mundo primevo no clásico. ~1 f
estudiarlos seriamente. Hcyne había basado su indagación en la idea de Un abogado escocés, J. F. Mcl.ennan, uno de los primeros en profundizar 111'
lJ lIuscración; el punce de partida de Creuzer fue el Romanticismo. Al las teorías del eorernismo, había descubierto independientemente la impor-
igual que Vico, veía en el lenguaje el registro más fiel de las épocas tancia de la descendencia matrilineal. Mcl.ennan consiguió un ejemplar
anteriores. En eso le: ayudó el simbolismo: era el medio de expresarlo del Das ,"v(lIttam/¡t de Bachofen (El rnatriarcado ; 1861), un libro de lectura
todo. Creuzcr desarrolló las ideas griegas del símbolo y vio que -in eine rn nada fácil, e inmediatamente reconoció la talla de Bachofen y admició
Blick das Garue crfassr- (lo abarca todo con una sola mirada). De esto abiertamente su deuda para con el místico patricio de Basilea .• Fue en
dedujo una concepción nueva del símbolo, bajo el nombre de -mor-icncane la primavera de 1866·, escribiría, -cuando por primera vez tuve noticia
Anschaulichkeies, percepción i_nmediara (Creuzer, 1, párr.20). de Das Mlllterrultl. y advertí entonces que he" Bachofen se me había
adelantado en este descubrimiento. No obstante, los caminos por los que era producto de esa unicidad indisoluble del mundo que impregna toda
Bachofen y yo habíamos llegado :a esa conclusión no habrían podido );¡ prehistoria, desde su lenguaje de símbolos hasca su percepción del espacio.
ser más dispares, A mi me lI..vó :a ella J;¡ reflexión sobre las exigencias
de mi explicación del origen de l:a forma de captura. A Bachofen el
hecho parece habérsele revelado como algo ubicuarnente subyacente a El símbolo y la existencia
las tradiciones, y en especial a las rnieologias, de la Antigüedad, que su
prodigiosa erudición abarcaba.con todos sus inn˙meros detalles- (Mcl.ennan, Repicárnoslo : los símbolos del arte primitivo arraigan en las exigencias
1876). . primarias de la existencia humana, en b idea de una continuidad de la
Han sido los estudiosos de la psicología profunda, más que los prehistoria- vida y la muerte. El objetivo dominante de la existencia primitiva 'era
dores o los arqueólogos, quienes desde Freud y Jung han venido buscando la obcención de alimento. Alimenco quería decir animal. Cuando el ataque
el significado de los micos y los símbolos. Su punco de partida ha sido directo contra el animal fallaba, se inventaban ritos y signos y símbolos
)3 psique individual, en particular la psique individual del neurótico clínico' mágicos con los que el hombre esperaba investirse de poder par;¡ ernbrujarlo.
de nuestros días. Pero la mera matanza de bestias no bastaba pua asegurar un suministro
El Tótem y tabií de Freud (1912) animó a los antropólogos a llevar concinuo de alimentos: eso dependía también de la fecundid3d de la especie,
su indagación por nuevos derroteros, y la obra de Jung, Rank y otros para asegurar la cual el hombre primitivo era todavía más impotente.
dio origen a una larga serie de investigaciones sobre el .individuo> en Sólo la magia ofrecía esperanzas.
la forma del -héroe-, figura que hace su aparición en los albores de la Se comprende, por lo ranro, que casi todos los símbolos tempranos.
historia. aunque se presenten' en com binaciones muy variadas e incluso contrarias.
Pero un plantearnienro que parta del individuo no deja de tener riesgos. hicieran referencia a la perpetuación de las especies animales, y de un
Se ha dicho que este enfoque -desde el alma y lo subjetivo no sale nunca modo u otro estuvieran orientados a promover 13 fertilidad ;¡ través de
de J;¡ prisión que él mismo se ha impuesto, ni encuentra vÍJ de acceso 1:1magia. Esto se observa con mayor claridad en el auriñaciense primitivo
:a las relaciones con el mundo objetivo»: son palabras del escritor suizo que en el rnagdaleniense, posterior y m:ís avanzado, En el primer período,
Julius Schwabe, en su interesante obra A,cllftyp IIIld Tierkreis (Arquecipo un símbolo de fertilidad es la vulva: aparece consranternenre, por regla
y zodíaco: 1951, pág. xxxv). Schwabe expresa este punto de vista al desarro- general sola pero a veces combinada con el animal cuyo incremento se
llar su tesis de que los mitos y símbolos de las primeras altas civilizaciones desea. Est:í fuera de duda que esas representaciones de órganos femeninos
guardan relación con los fenómenos cósmicos más que con las emociones no tienen nada que ver con los instintos sexuales humanos, y otro tanto
humanas, y que los arquetipos no son productos de la mente inconsciente sucede con las representaciones de órganos masculinos, mucho más escasas,
exclusivamente. En esto Schwabe sigue a Bachofen : -Los sucesos terrenales las figurillas femeninas de senos y vientres enormes o las figurillas masculinas
están atados a los cósmicos. Son su expresión tel˙rica. Fue creencia universal irifálicas.
y fundamental del mundo antiguo que Jos fenómenos terrenales y celestiales A principios del período rnusteriense aparecen señales de una creencia
obedecían las mismas leyes, y que una gran armonía impregnaba por en J;¡ continuación de la vida después de la muerte. Las Cosas no terminan
igual Jo perecedero y lo imperecedero» (Bachofen, 1861; ed. 1948, JI, abruptamente, la muerte no extingue la vida por completo, y se apunta
pig. 131). alguna posibilidad de volver 3 entrar en el ciclo terrenal, lo mismo para
Por otra parte, a los arqueólogos, etnólogos y cuantos cultivan las los hombres que pan los animales, :aunque no es.ti claro cómo haya de
disciplinas históricas les interesa más, en sus investigaciones sobre el simbolis- lograrse. En esa era el hombre vivía cerca de sus muertos, :a los que
mo, trazar los límites de los estratos llamados inconscientes y remontar daba sepultura dentro de su morada. Decenas de miles de años más tarde
ciertos fenómenos considerados .inexplicables> hasta el momento cronológi- había la misma costumbre en el delta del Nilo (Merimde), muy poco
co en que el espíritu humano los creó con conciencia plena. antes de los albores de la historia, Los muertos influían en la suerte de
Ni siquiera en la época de las altas civilizaciones arcaicas estaba todavía sus descendientes, compartían las comidas familiares. Hoyes costumbre
el hombre encerrado en su yo. Seguía convencido de: ]J interrelación en algunas partes de la Polinesia encerrar a los muertos dentro de la casa
cósmica y tel˙rica entre los aseros y los hombres. Esta convicción de o fuera, bajo los aleros. Esta zona de inhumación es sacrosanta: no se
una interdependencia y de su influencia consiguiente en el destino humano le vuelve l. espalda, y al acostarse se orienta la cabeza' en es. dirección.
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El sim bolo tn el art, primevo 119
También el animal poseía un poder mágico después de la muerte. de la cerámica anterior, con su inten"~aa arclsiica y su gran atractivo,
Tanto en pro del suministro de alimento como' para aplacar el espíritu son ricos en conceptos prehistóricos y tienen mucho mis en com˙n con
del animal muerto, era razonable tomar medidas para facilitar su reg=e:so el mundo simbólico de la era magdaleniense (anterior en ocho a diez
a la vida. S~ hacia todo, en suma, como si el animal dispusiera de: poderes milenios) que con los micos ancropomórficos de uños mil años después.
mágicos a los cuales había que propiciar o dominar con otras fuerzas Sin embargo, no hay que olvidar que los mitos antropomórficos conser-
mágicas. van a˙n vestigios de la prehistoria. Como los signos y símbolos del mundo
primitivo, indican Il eterna polaridad de la vida y la muerte, y se integran
en el cosmos. Ahora se les ha dado a todos terma antropomórfica, y
El símbolo y el mito hasta 105 astros han pasado a ser personificaciones deístas. Esta mezcolanza
de los hombres y los dioses con el cosmos es la característica primordial
El hombre premitológico estaba cornplerarnenre integrado en el mundo de los mitos.
que le rodeaba. Formaba una sola cosa con él, no se alzaba por encima Una de las conquistas de Julius Schwabe ha sido el dejar salir a los
de él ni se sentía su centro, sino un elemento humilde del mismo. Su suerte mitos (y con ellos a los arquetipos) del laboracorio psicológico y devolverlos
estaba regida por poderes que no era capaz de comprender. Para él el a su posición dentro del cosmos. En su opinión, el fallo del psicoanálisis
animal era un ser superior, una criatura mayor que él, y 11 mismo riernpo -y de la teoría de los arquetipos de Jung- reside en que «nunca esclpa
una personificación de potencias invisibles. Todos los símbolos prirniti vres de II psique, de la subjetividad, que ha llegado a ser la prisión que él
tienen sus raíces en esta era zoomórfica. Por simples o complejos que sean, mismo se ha creado- (p:íg. XXIV). Los arquetipos quedan reducidos a -elernen-
todos ellos representan fuerzas invisibles de un universo todavía no tos del inconsciente' colectivo __. sin relaciones reconocibles con el mundo
reducido a campo de batalla entre hombre y hombre. exrrapsiquico, y por ende de interés simple y ˙nicamente psicológico-
,Los micos, en cambio, se basan C11 las relaciones y destinos de los (pág. XXII).
hombres o de ellos y los dioses. En los miros., el ciempo (la sucesión Sch wabe fecha indirectamente la aparición de los mitos definiendo
de aconrecirniencos) tiene un papel determinante .. Para el hombre primevo, la posición de los planetas de los cuales, seg˙n él, nacieron las teorías as-
el hoy, el ayer y el mañana eran una sola cosa. Los mitos nacieron de la gi- crológicas. La disposición simétrica. armónica. de los planetas con respecto
gancesca transformación que de la era zoornórfica llevó a la antropomórfica a los ejes norte-sur y este-oeste sólo puede valer 'para un período de
en la que a˙n vivimos, y en consecuencia su aparición es rclarivarnenre tar- tiempo concreto, la segunda mitad del periodo de Tauro (h. 3275-2200
día. Seria avencurado asignarles fechas precisas: sin ern bargo, a partir de su a. C.) ... La enorme importancia de esra disposición primaria de los planetas
contenido, de los conflictos que encarnan y del contexto en que se inscri- para el simbolismo en general.¿ puede tener explicación en el hecho probable
ben: cabe suponer que coincidieron aproximadamente con las primeras co- de que coincida con esa era ˙nica en que el planceamieneo micógeno
munidades formales, del tipo de los pequeños asentamientos en tomo a Ull del cosmos estaba rodavía intacto> (pág. 19).
, !JI
cemplo que florecieron en el norte y el sur de Mesopocarnia en el cuarto mi- Hay que añadir que no. se puede dar por senrado que el hombre '-:-[;11
lenio a. C. primevo tornara especial noca de una constelación celeste can estrictamente Ilr
En la c:popeya surneria de Gilgarnés las ciudades son ya centros reconoci-
dos de la religión y la autoridad. y el héroe épico Gilgarnés gobernaba
simétrica y tan directamente
horizontal.
basada en !J relación de la vertical y la
lll~
en la ciudad de Uruk. Seg˙n los datos, Gilgarnés no vivió antes del 271)0 ó En los tiempos primevos, todas las direcciones del espacio tenían el lit
2600 a. C.; por lo tanto, '1:1 epopeya que recoge sus hazañas heroicas no mismo valor, y el mismo derecho a existir. El hecho de que la posición II~
puede ser anterior al 2600 a. C.; aproxim;¡damcnce."En esa época nació un simétrica de los planetas con respecco a J;¡ cruz axial fuera siquiera advertido
nuevo mundo de dioses, CUyl estructura jerárquica reflejaba con exactitud lit
sólo se puede relacionar con el nuevo descubrimiento de la vertical como
el orden social conccrnporánco. principio de orden.
Si examinarnos (:¡ situación inrnediaeamenre anterior, tal como se refleja
en la cerámica pecsl y rnesopotámica del cuarto milenio a. c., no hallaremos
rastro alguno de mitos ni del mundo de los dioses, seg˙n lparecen en
los cilindros-sellos de finales de ese milenio. Los esq uernas abstraeros
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Las manos como simbolos mágicos 127 l.
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Las manos d~ C,".'«(f$: En ning˙n
otro sicio se ha hallado un n˙mero tan
asombroso de manos como en Gargas. Esta cueva. situada en un escribo ji:
norteño de los Pirineos franceses, era }'l bascanre conocida cuando Felix 11
Regnaulr descubrió en 1905 algunas de las manos pintadas," cerca de los
n:HOS de muchos osos cavernícolas. S.: vio entonces que las había por !l
todas partes: próximas J la entrada, en la parte media de la cueva y iI
en su extreme más interior. En 1907 el abare Breuil y E. Carrailhac :)
contaron ciento cincuenta manos, a las que habría que sumar las desvanecidas
o borradas (Carrailhac y Breuil. 1910, p:ig1. 129-148).
Cerca de la entrada de esta cueva de Gargas las'manos se arraciman for- .1
I
- . ----_.- ------
LAs manos como símbolos mágicos
mando una nube que se eleva desde el suelo y se extiende después sobre la
129
@¡
pared. Son impresiones separadas, casi todas de 12:mano izquierda. El abate
Breuil observó que ciento veinticuatro de las ciento cincuenta que había
contado eran izquierdas, De ellas setenta y seis estÍn rodeadas de negro y
cuarenta y ocho de rojo.
En el centro de esta cueva se ;alu una majestuosa columna hueca de
roca. Probablemente debido a su parecido con una capilla, a la cueva
se le ha dado el nombre de Santuario de las Manos. Unas cuantas manos
se agarran a los pliegues a modo de cortinaje de la formación rocosa.
Casi todas estas manos han sido mutiladas. En algunas sólo quedan
los tres dedos medios, y en otras sólo el propio dedo corazón. .
No hay rastros de animales u otras configuraciones en relación con
estas manos. Casi todas están deformadas. A propósito de su aspecto se
han recordado las ceremonias de auromurilación ritual de ciertos pueblos
primitivos actuales, en las cuales se amputan una o más de las falanges.
Esta aurornurilación tiene siempre el carácter de un sacrificio pan ahuyentar
un mal, por unos u 'otros motivos: evitar un accidente, impedir que los
muertos intenten vengarse, una prenda de iniciación, un voto por el éxito
de alguna acción; a veces el aconrecimienro de que se trace prescribe
cu51 de las falanges ha de ser amputada. .
Este sacrificio ha significado siempre una petición de protección. La
nube de: manos mutiladas de: Cargas se alza como un coro de tragedia,
eternamente suplicando ayuda y misericordia.
y otras izquierdas. Las dos mejor conservadas están sobre los lomos de
los caballos, una derecha a la derecha y otra izquierda a la izquierda.
En el abrigo rup ..esrre de Cap Blanc (Dordoña) se ha distinguido una
mano de dedos largos bastante estropeada sobre uno de los caballos deteriora-
dos próximos a la entrada. Si la incerpreración de este signo es correcta,
dicha mano forma una especie de pareja con el anillo de piedra que
ocupa una posición similar sobre uno de los caballos del' extremo izquierdo
del abrigo. . .
En la cueva de Barabao de Le Bugue, sobre el Vézére y a pocos kiló-
metros de Les .t::yzies, hay una mano grabada mejor detiruda que la anterior.
Es posible: que en parte se originara de las señales de las uñas de un
oso cavernícola. Si así fuera, seria un caso más del mecanismo de ver
una forma en la roca y adaptarla para hacer un símbolo.
En Laugerie Basse (Dordoña) se halló un amuleto en forma de mano.
Es una talla rncgdaleniense hecha sobre un candil de asta, y representa
una mano y un antebrazo de pequeño tamaño (7 cm.).
- En las civilizaciones posteriores la mano es dadora de vida y fuerza.
En ello pueden tener parte recuerdos prehistóricos tiempo atrds desvanecidos.
Onians, en The origins of European Ihollgl'l, repite con frecuencia que la r
mano representaba .el espíritu vital procreador- (1951, pág. 494). Zeus 1
dejó encinta a lo de Épafo, nos dice (siguiendo a Esquilo), «con un toque 1.
de su mano- (pág. 493). -Para los judíos, la mano era, junco con las rodillas, 60. PECH-.\lIERlE: .\(dIlO i:q"imla ,0,1("J a .le ",:~ro. ,.,10" ""U Je ,lul ("1,,,1:;'01 (lill" ../",
el asiento de la fuerza o 'vida', y a ambas se las asociaba lógicamente CDII .t!.fUUOJ (rJurOmOS "r:-<,ol: L'I1U dl~/. mllctlul P"'''''I "r.-':'Ol ,tt,.III¿a (Jj/tl~i41 (I)rrripl)"di,·lIrl·l' 1;
"" ,{",.lIc J( l. _I\~",a 102).
con el semen ... Cuando la mujer de Putifar invitó a José a yacer con 11
ella y él suprimió su deseo, 'le salió l~ semilla de las uñas'» (pág. 494). ¡ ,
Sugiriendo una relación con la Diosa Madre, Bachofcn aludía a un pasaje
de Apuleyo donde se narra que en la procesión egipcia de Isis, .la Diosa
Manos derechas t iz qulerdas Madre cgipcia-, los sacerdotes portaban una representación de una mano ~:
izquierda de gr;¡n ramaño (p:íg. 206). .
I!'
Las estadísticas hechas por Breuil en las cuevas de Cargas y El Castillo [as investigaciones recientes confirman las tesis de Bachofcn sobre la
arrojan mis manos izquierdas que derechas. Con frecuencia se ha dicho significación de I;¡ manos derechas e izquierdas. tesis en las qu.: é·l iusisrió .1:
que es que ya encouces el hombre usaba prefercnrcrnenre la mano derecha, con frecuencia. «Rebasando los limites de un solo miro particular de creación, .:j
y por lo tanto le resultaba más fkil pintar con esa mano que coa la la consideración del lado derecho como masculino y del izquierdo como
femenino es casi una concepción universal de la humanidad. (Baurnauu, 111
izquierda: explicación demasiado simplista. aun aparre del hecho de que
en las paredes existen earnhién muchas manos derechas, Estamos ante ocro 1955, p:ig.293). El mismo amor señala hasta qué punto se cree qu.: 1:1 (
caso en el que las interpreraciories materialistas no pueden darnos ninguna manoderecha represente al macho y la izquierda J la hembra en el capitulo
dedicado l -Los gernclos-, donde erara .:1 terna de la -biscccióu mítica
~
·Iuz. El significado de la mano izquierda hay que bUSCJ.r1oen cierras coscum-
bres anciguas, reflejadas tanto en declaraciones como en representaciones
pictóricas.
bisexual del hombre yel dios> (pág. 337), así como en el capitulo -Dcrecha-
izquierda- (p:ígs. 293-310).
•
(
Bachofen veía en la mano izquierda .e1 símbolo del ~specto materno Hay un cilindro-sello temprano, de comienzos del tercer milenio a. C,;
I
de la materia. (ed, de 1954, pág. 209). En su apoyo citaba a Plinio, que cuya composición apunta J su antiguo origen: algunas de las figuras !.:scin
-cabeza abajo-, y los rostros de dos dioses son como máscaras. En. este Ir. 17 :t
vinculó el lado izquierdo 'del cuerpo humano con el principio femenino.
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Las manos como símbolos m4gicos 141
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6). lAUGERIE BASSE (D~,d~,¡.):
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(7 cm), tn villas
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muy dificil asentir J esta opinión. En sí las formas son muy diferenciadas;
tienen poco en com˙n con las absrrarciones robustas pero simples que
encontramos en los comienzos del auriñaciensc.
Varías veces se ha incencado interpretar las formas absrractas de eSCJS
manos y signos. G. H. Luquct los explica como debidos en parte a la les y pinturas de los aborígenes ausrralianos muestran un parecido sorprcn-
curvatura de la pared, que dificultaba hacer impresiones directas de las dente. Por desgracia, no suministran pisos m:ís seguras sobre la cronologin
manos, y en paree a lo que él llama «torpeza fecunda. [maladressr jfco/ld(). de su inspiración original, si fue a principios o a finales de la prehistoria.
Con ello se refiere 011 enriquecimiento de: los dibujos infantiles por ebbora-. La cuestión de su periodo de origen no se aclaró tJmpoco cuando, e11
ción de lo que en un principio eran errores (19.30, pág. 133). Da la impresión octubre de 1953, las obras de mejora de la entrada de la cueva dejaron
de que estos llarnarivos signos de Santián preocuparon :1 Breuil, que empren- al descubierto algunos restos de huesos de animales y llll cráneo humano,
dió algo que rara vez inrcnraba : la b˙squeda
. las pinturas de los primitivos
de ejemplos semejantes
contemporáneos. Algunos ~.ciles de los csquirna-
entre que los antropólogos
(Andércz,
españoles situaron inrncdiaramcntc
1954). H. V, Vallois afirma,
en el auriñacicnsc
sin embargo. que las señales que .-~'®
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A B Rl D U (J( )f,SS< )1'4 (D"f,f",;,r': Bu..-r.i" cI,· luu.te) rr~/'".I,I,•.. lIffi';.l(h."it. Ji" .~r.jJ,aál'f.
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Las manos como símbolos mágicos 201
con un grabado lineal simple _que en realidad no fue identificado hasta torteiraes, que todavía se usan en Portugal. A Breuil esta teoría le parecía
más t:arde- como perteneciente .1 período magdaleniense (Bandi, 1947, plausible, porque conocía la existencia de cuerdas carbonizadas procedentes
pág. 159). del Paleolírico ; no obstante, añadía a modo de conclusión: -Enciéndase
Los bátons de commandtnrtnl aparecen por primera vez en el auriñaciense que en modo alguno sostengo que se pueda aplicar ese. hipótesis a lodos
en forma de T o de Y, pero sin decoración. Se han encontrado bastones los bastones perforados.; Otros bastones muy decorados poseían sin dud •
auriñacienses de este tipo en La Ferrassie, el Abri Blanchard (Sergeac) una función ceremonial- [Breuil, 1954, p~g. 209).
y el Abri du Poisson (todos ellos en la Dordoña), en el Abri de La Es muy posible que algunos bastones perforados, de tipo más resistente,
Quina (Charenre) y en otros lugares. La decoración artística aparece en sirvieran a fines prácticos: pero no tienen nada que ver con los oeros
el período rnagdaleniense, sobre todo en su ˙ltima fase. Los bastones destacan de grabado más delicado, a veces con motivos muy complejos.
por la riqueza de su grabado y la meticulosidad de su tratamiento esculrórico : El n˙mero de hallazgos es notablemente elevado (Graziosi, trad.
obviamente son productos de un. expresión arristica altamente desarrollada. ing. 1960, láminas 29-106). En sus motivos se subraya la eterna polaridad
La delicadeza del grabado, la capacidad de captar la esencia de un objeto de nacimiento y muerte. porque, como las c˙pulas y los puntos, los bastones
con unos pocos trazos, recuerda los a~uafuerces (punta seca) de: siglo XVII, perforados aluden de una paree a la fertilidad, y dk otra a la posesión
productos, igualmente, de un largo proceso de desarrollo artístico. mágica y captura del animal. Esto se cumple en codos los objetos rituales,
La delicadeza y fngilidad de estos artículos de asta de reno o de ciervo. ya sean bastones, propulsores de jabalinas o discos de hueso.
así como su alco nivel arrisrico, descartan su empleo genérico a efectos Tenemos un claro ejemplo del deseo de captura del animal en un
utilitarios, como herramientas o armas. Pertenecen al árn bico de la magia disco de hueso grabado de dos centímetros, procedente de Laugerie Basse
de cazadcres ; eran auxiliares mágicos con los que conjurar I~ muerte o (Dordoña) y conservado en el museo de Périgueux, En el centro hay
la multiplicación de la caza. Ya Reinach, y prehistoriadores de la primera. una perforación, Por las dos caras del disco está representada una cierva,
y de la segunda generación, como Lartet y Cartailhac, los idennficaron en una amenazada por puncas de lanza dispuestas junto al borde, y en
como insignias sociales u objetos mágico-religiosos. la ocra ya aparentemente herida.
La opinión predominante, empero, sostenía que estos bassPnes perforados El deseo de fertilidad se expresa en uno de los primeros hallazgos
servían a finalidades prácticas, es decir, que se trataba de armas o herrarnien- de los pioneros exploradores de la prehistoria, Larret y Christy. Esta pieza,
taso Algunos arqueólogos los consideraban armas morriferas, como las em- hoy en el British Museurn, es una pequeña escultura en marfil procedente
picadas por los jefes de las tribus norteamericanas para la ejecución de de la cueva de Bruniquel (Tarn-et-Garonne}, que muestra a un reno siguien-
esclavos en ciertas fiestas. Otros pensaron que podía tratarse de estacas do a otro (Graziosi, lárn. 34).
de sujeción de las tiendas, picos, mangos de tiradores, instrumentos p;¡ra Una importante aportación a los estudios prehistóricos (Capitán, Breuil,
enderezar flechas. etcétera, Áquí tomaremos en cuenta solamente dos de Bourriner, Peyrony, 1909, págs. 63-76) se refiere a un bálOIl dr connnandement
estas hipótesis: un. antigua. y otra reciente, ambas de nuestro siglo. Una (JI cm) que en 1908 fue exhumado intacto por P. Bourriner en el Abri
hipótesis de alrededor de 1900 afirmaba que los bastones perforados eran Mege, cerca de Teyjat (Dordoña). Este hermoso bastón de hueso permite
una especie de fibula que, con ayuda de un cordel, sujetaba 1:1 piel de hacerse una idea de la complejidad de los temas y la riqueza de su concenido,
animal alrededor del cuello. Los bastones provistos de un solo agujero todo ello encerrado el) los más estrechos límites.
se llevaban puestos en posición vertical bajo la ~JrgJnta: de ahí I;¡ cuidadosa No nos es posible descifrar el juego de significados qué estas rcpresenta-
selección de astas de reno en torma de T o de Y, pua no estorbar los ciones encerraban para el hombre primevo. Lo ˙nico que podemos hacer
movimientos del cuello o de la barbilla del usuario. En apoyo de esta es reconocer su asombrosa riqueza, y la infalibilidad con que han sido
teoría, que tuvo amplia aceptación, se aducía toda una serie de ejemplos talladas por una mano maestra.
dernosrrarivos de los bastones perforados de asta de reno que los esquimales Entre dos perforaciones hay un caballo galopante de grJn tJmaño.
actuales llevan al cuello (Schoerensack. 1901, pág. 142). La magistral variación del trararniento de las crines y el pelo, así como
En el cuarto Congreso Internacional de Ciencias Prehistóricas y Protohis- la relación de estas zonas rayadas con las superficies planas del cuerpo.
tóricas (Madrid, 1954), el abate Breuil presentó la teoría de un investigador son dignas del gran arte. Los principios seguidos son similares a los que
portugués: los bastones perforados, se decía, se empleaban para hacer cuerda se advierten en los grupos de bisontes de la Galcrie Breuil de Le Porte]
de crin de caballo, análogamente a ciertos instrumentes de madera, los (Ariege), y en varios bisontes policromos del techo de Alramira.
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'~.or~
--~_.~._-
----------------------- --------------._-
Las manos como simbolos mágicos 203
202 La simbolizaci6n
hacia el cazador, muestra exactamente uno de esos simulacros de ser humano.
(Capiran el al., 1909, p~g. 66).
En algunos bastones los dos brazos de la Y m,:!escran una pareja de
animales oriencados en direcciones opuestas, verbigracia los dos bisontes
de un batOIl de commandement proceden ce de Laugerie Basse (Dordoña).
Que estos bJtotrs de commandement guardaban relación con los ricos de
fertilidad escá claramente confirmado por un fragmento de uno de ellos,
proceden ce . del Gorge d'Enfcr (Dordoña). Sólo quedan las dos ramas y
la parce superior de la perforación. En este caso tenemos un doble falo
con grabados lineales: dos óvalos, líneas en zigzag y signos lineales (Graziosi,
lárn. 45a; Peyron y, 19~3).
El bascón perforado fue objeto de diferentes trararnientos en el periodo
rnagdaleniense. Un ejemplar del rnagdaleniense medio procedente de RlY-
monden, Chancelade [Dordcña}, ahora en el museo de Périgueux, escá
tallado en relieve acusado: es un ave grande. con el voluminoso cuerpo
fiierremenre esculpido, el pico curvo y exrraordinariamente grande, las
alas largas y puntiagudas echadas hacia delante como en posición de acopla-
miento y las garras cur v as también. En un principio se tomó por una
especie extinta de pingüino (Hardy .. 1891,'. págs. 33-3~), pero es mejor
117 Y 118. lAUGERIE BASSE (oo,clo,id):. oi;eo J. IlIIrN prrlo,.d~ _(2 CIII), .~,.b.:do tu
amblU lJras '"" "'hJ c1Cll'd; w ia i=quit·,d,r. I.ltllC"J.., ¡NI j"It,,/i''''$; 41 1t1 ,1.:r((I,.J, ya c˙pturadl.l. renunciar a una identificación exacta.
En el rnagdaleniense la forma auriñaciense original del bastón perforado
perdió a menudo una de sus ramas o ambas. yen. e! magdalenicnse tardío
su trararnienro lrtíscico fue adquiriendo progresivamente una mayor delica-
deza y sensibilidad de línea. Parece como si los grabados hubieran sido
Hay lsimismo una ddlcad:¡ cabeza de cierva -que por su delineación
impresos con un soplo: codo se expresa con un mínimo de trazos.
precisa recuerda un animal semejante del bastón de El Pendo-- y, cerca ff· /11
Una de las mejores piezas de esta clase es un bátclll tf( tosnmaudement
de ella, varias serpientes o aves de cuello largo. Finalrnentc. tres tiguras
híbridas grocescas, reproducidas en 'casi codos los libros de arce prehiscórico:
de la ˙ltima fase del magdaleniense, exhumado porJ. Carballo en la cueva
de El Pendo (Sanrander). Esre asta ligeramente curvada, de' sección oval,
tres diminucos Jiablatills, .micad hombres, mirad glmuzas. [Rcinach, 1912, p, ",
no sólo aparece grabada con cabezas de animales, sino que ella ",isma
p:ig.361), que: desempeñan un papel imporcante en la [ircratur a rcl.iriva
es una cabeza de caballo alargada, semejante a los dibujos abstraeros de
a la prehistoria. Pertenecen a la misma cacegoría que la tigura compuesta
la. misma época. Donde habrían estado las orejas hubo cuatro prolongaciones,
de la pared de Lc."5 Trois Frércs: es posible que n:presclleen charnancs
de las cuales se conserva una. También la posición de! hocico escá indicada
o hechiceros, hombres encargados de atraer la caza.
por cuatro protuberancias iguales, que sugieren su forma sin llegar J repre-
Es incer.:sancc ver cómo una y orra vez se da en la prirncr a época
sentarla. En lugar de eso, y seg˙n se hace patente en un excelente dibujo
de la investigación prehistóricl alguna indicl<.:ión de 1:1 intcrpr.:ca<.:ión espiri-
que hizo H. Oberrnaier del desarrollo toral del bastón, esas protuberancias
tual del cerna. Eso sucede en esce caso: dccrás del caballo grande, los
de uno y otro extremo vienen a representar una especie de c˙pula con
observadorcs vieron ocro pequeño que adrede se habla dejado incompleco,
Cuatro puntas.
sin cuartos traseros, y no por falca de espacio. La paree superior de la cabeza contiene la perforación circular dominante .
•Tal vez en este carácter intcncionad:!m.:ncc inacabado del contorno
Interpretarla como un ojo, como sugiere Oberrnaier en su análisis, por
se pueda ver una idea scrncjancc a la que induce a los esquimales a r.:presentlr
lo demás muy sutil (1932. págs. 9-16), no resulta aceptable. Al igual que
espirirus o influencias charnanistas mediance figur:ls humanas in<.:omplctas.
en muchas otras piezas, la perforación carece de significado na cura lista.
reducid;¡s a la cabeza, los brazos y el rronco. Un gr:lbado esquimal que
Es un símbolo mágico indepcndienre, A menudo taladra al animal por
representa la influencia del cham;Ín sobre un rebaño de renos, dirigiéndole
..~'. : t"
.~, ._. "
.' .
.--_._---
1932, pág. 12). Además, cerca del hocico hay signos cruciformes, probable-
mente señales de caza o indicaciones abstractas de figuras humanas. Ober-
205
@!
rnaier llama la atención sobre un bálon dI! commandcment similar de la
cueva de El Valle, cerca de El Pendo, donde también aparecen grabados
arpones y figuras abstractas indudablemente humanas (ibid .• fig. 4). Este
I
119. ABRl MEGE, TEYJAT (Dordoña): Bacon d. cornmandernene, con •• ,i01
J¡,wr.s grabadas: ~,. caballo I,ondt Stluido dt otro ""U ptqutño (iupíri t~?),
diablillos, tic. V acioJo t" tscoyola, .plonodo poro mo"'a' los dos caras;
'~,,~~
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"'.,';;::¡
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121. EL PENDO (Sa"lanJtr): Bhon d. commandemcnc, co" caht:us Jt ."imalts. Dibujo dt l.
piad .pl."orla pa,a m.strar ambas co,.s, dt Ob"mai", 1931 (ej. lám. I j. I
I
I
I
tros desiguales practicados en las partes anchas que van desde la garceta
hasta la tercera rama o .real.l. Cuatro es el n˙mero más aleo de orificios
que hasta ahora hemos encontrado en estos utensilios. (pág. 103).
.; ~
Desde esa fecha se han hallado ocros ejemplares con muchos mis agujeros,
verbigracia uno de reno (·m cm) con al menos ocho perforaciones, que,
procedente de Le Souci, cerca de Lalinde, se conserva ahora en el museo
de Périgueux, Este bastón es delicado por sus dimensiones, y desde luego
1:
).I :1
no apto para fines prácticos. Los orificios están festoneados por una línea
ondulada, similar a la del bastón de La Madeleine. Pero en este caso
I1 ¡
.~;
~: I
tO que no tenía nada en com˙n con un Pllillo normal. Tenia 1:1 forma
de un bJtOl1 de WnllIIdlldemt:llt "hecho de cuerno de reno, ramiticado como
l'~
,. !
de fertilidad cabe alguna duda, no sucede lo mismo en el ClSO de las _.
representaciones directas de los órganos sexuales. Al igual que [a mano,
I¡ vulva y el falo son cuidadosamence representados, solos o junro con
una horca ..• Con este m.Hcillo golpean el rambcr, no canto para hacer
ruido corno p;,rl así poner en movimienco el anillo que hay sobre el .~ otros símbolos asociados, sobre todo en elluriñaco-perigordiense.
aquí la paree vale por el todo. Son una expresión simbólica obvia del
También
cuero, y que: éste vaya pasando sobre las imágenes. hlst:l que encuencrln deseo de perpetuación de la especie, En este contexto no se hace distinción
lo que buscaban ... El instt umcnto de hueso con el que golpean el tambor entre el hombre y el animal: crecer y multiplicarse era igualmente necesario
tiene unos trece cencímetros de largo y el grosor de un dedo meñique, y para l~ continuación del género humano y de las. diversas especies anima-
se asemeja a la T latina. Los lapones usan este tambor en diversas ocasiones, les. En (os tiempos primevos apenls exisria la vejez; la duración media
y aseguran hacer grlndes cosas con su ayuda. por lo cual lo tienen en de la vida en las épocas auriñacc-perigordiense y rnagdaleniense era de
gran estima. y lo gUlrdln con mucha reverencil· (Scheffcr. trad. ing. unos veinte años, seg˙n ha deducido H. Vallois, del Musée de L'Hornme
1704, pág. 137). de París, del estudio de los esqueletos ha [lados en lugares de enterramiento.
Este texto se refiere, n:utlralme:nte, a prktiCls cham mistas. Jcomp.lñadas La vulva, como órgano de la reproducción por excelencia, es el símbolo
de trances Y éxt:lsis inducidos en momc:ntos de necesidad: para predecir dominante, junco con numerosas figurillas femeninas auriñaco-perigordien-
el resultado de una cacería, para curar una enfermedad, para obtener éxitos, ses.
para producir desastres .• Una vez que el tamborilero ha Jobado de COClr, El falo, en cambio, aparece rara vez, al igual que las figuras masculinas.
cae al sudo con el tambor, que se pone sobre la cabeza, seg˙n se ve La hermosa figur;¡ de un joven de Laussel sigue siendo ˙nica,
en 1:1postura siguience ... Encre tanto todos los presentes, hombres y mujeres, Un símbolo todavía mas raro es el seno f<::menino independiente rodeado
sigu.:n Clnt~ndo sin interrupción, hasta que el camborilero despierta de de puntos o puesto en relación con una escena, como· el del santuario
su sueño, para que asi entre en su espíritu ;).quello que se desea saber= de Le Combe! de Pech-Merle.
(p;íg. 1-1--1-).
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Las manos como símbolos mágicos 215
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Aquí nos interesa ˙nicamente el registro óptico visible: de los ricos 1JO. EGIPTO. (u7tu,. b.á.,itnu: Fi-
gura frmtnilf3 Jt erciii»,
131. (SLAS CiCLADAS (Cmi.):!dl>-
y símbolos. Por ello hemos de estar canto m:ís agradecidos a los eruditos ID ftmtnino dr mármol.
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y conservada en el museo de Les Eyzics (22 x 22 cm). hay un signo Obviarncnce, no se puede decir nada en concreto sobre su fecha. Pero J !.
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vulvar totalmente aislado, profundamente inciso. Pcyrony (193~, pág. 68) estos bloques son CJn semejantes, por su forma y por su técnica, J la I ~!
la asignó al auriñaciense tardío.
En general, sin embargo, el símbolo de la vulva aparece cn combinación
con animales o con otros signos, sobre codo c˙pulas, cuyo signiticado
vulva auriñacierise media profundamente incisa (?? x 22 cm), que igual-
mente podrían hab.:r sido hallados en La Ferrassie.
Lo rnds inceresanee de eSCJSpiedras es la tradición con que las asocian
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es can próximo al suyo. En un bloque roto del Abrí Cellier de Se-gene.
cerca de Les Eyzies, hay tres signos vulvarcs en forma de globo asociados
i
los indios chirnane. Los bloques se encuentran en las proximidades
un yacirnienro de s;¡ I gema, protegido en calidad de lugar ritual caído
de
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111:
a una c˙pula profunda del mismo rarriaño. en desuso donde los aneepasados de los eh imane habían bailado -cuando
De modo semejante se asocian vulvas y varias c˙pulas pequeñas en buscaban la sal, adornados con plumas, enmascarados y portando
otra piedra de La Ferrassie. si bien aquí el rriángulo sexual ha sido muy
1 molinetes. (pág. 66).
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Entre los chirnane la sal esd estrecham.:nte vinculada a la fertilidad
.. Conñ~urJ"ión prim~tl o primig~ni~ (N. Jd T.J . I y a [:1 procreación humana. Su recolección iba unida J acciones rituales
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como símbolo completamente neutro, liberado del baldón moralista que ,
había pesado sobre él a lo largo de los dos ˙ltimos milenios. 1,1,
Existe la creencia muy extendida de que en los .riernpos primevos
no se reconocía la relación existente entre la concepción y el acto sexual,
Se creía que la concepción se producía por la acción del viento, por
inhalación, por -influencias, en fin, de fuerzas exrernas. Esta idea puede
conducir a conceptos muy elaborados, como el del poder de la palabra
fecundante, la. parole fécolldoJlllt. Eso es lo que describe M. Griaule en
su estudio de la tribu de los dongo del Africa Occidental (1948,
págs. 166-168), que creen que toda mujer fértil lleva en su vientre una
semilla divina. Sólo cuando el dios da la orden se enrosca la esperma
masculina alrededor del ˙tero y da a la semilla divina su forma terrenal.
El conocimiento o la ignorancia del proceso generativo ha dado origen
a muchas opiniones divergentes, sobre todo dentro del contexto de la
relación hombre-animal: el totemismo. Algo se puede entender de este
complicado problema leyendo la exposición que de sus ramificaciones ha
hecho Elizaberh dellaSanra. (1947, págs. 57-77).
No podemos saber 'si en los tiempos primevos las ideas referentes a
la concepción eran- simples o complejas. No hay pruebas. Por otra parte,
no seria legítimo ignorar las representaciones del falo en-las épocas auriña-
ciense y magdaleniense; que parecen implicar alg˙n conocimiento de la .
. relación entre la-procreación y el falo. ..
Las representaciones de figuras masculinas son rarísimas en comparación
con las femeninas. Otro tanto sucede con el símbolo' del falo. Pero con
la aparición de los' menhires el falo adquirió un carácter monumental,
si bien el significado de esos monolitos no es exclusivamente fálico.
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150. LAUGERIE HAUTE (Do,e/o,ia):
PitduJ 1011¡!J/o 1iris tr;p"laJ.
IJI"iñadtllft
148. LA USSEl [Dordoñ«}: BI01'" e/cpire/,a .",;,ia- 149. TARXIAN (Molra): e."o fáliro
J. ~"!fJ""a d~ falo. ro»
tirnse , (uaJ1tJII,fu/IJT (150n neolitic«, (".e/,.".~"I., (Ii cm), CIIbirrto el,
O;p"la< p'" ronO$su: lado). t';p"/.u.
una de ellas mucho m::tyor que las restantes (Lalanne, 1911, fig.98). En
ocro bloque hay un falo dibujado como si saliera directarnenre de una
c˙pula (ibid., fig. 99). Esta asociación es a˙n más evidente en un bloque
fjlico cuadrangular. de 15 cm de aleo con c˙pulas por todos sus lados,
hasta en la base.
L~ persistencia hasra el período neolítico de la costumbre ritual de
hacer c˙pulas sobre 105 símbolos Wicos de piedra está demostrada por
·un pequeño cono votivo de piedra caliza en forma~.ge pirámide aira
de base cuadrada, procedente del ábside nororicnral de la sala de entrada
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1íz. •. . ~
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Las manos como simbolos mágicos 237
1-1 de [el templo de] Tarxian [Malta] ... Este objeto esr.i cubierto de perforaciones
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irregulares. Fue cuidadosamente hundido en el suelo debajo de una piedra
y deerás de un ídolo femenino grande y obeso> (Manneville, 1939, p:íg. 897) .
El mencionado es sólo uno de los muchos objetos de carácter talico hallados
en el mismo templo.
r Inevitablemente vienen J la memoria las grandes c˙pulas pulidas de fiI. lf1
t las estatuas itifálicas de Min, muestras de una relación estrecha entre los
símbolos egipcios y prehistóricos.
J El abrigo rupescre de Laugerie Haute (Dordoña) fue también fuence
de representaciones auriñacienses de! falo. Había allí, entre ceras, una excava- fil. IJO
en sentido longitudinal sobre un falo. Una y otra vez aparccen estas líneas
rectas sobre representaciones de cabezas de animales o de cuerpos humanos.
En el acceso JI santuario de Le Combe! (Pcch-Mcrle) se encuentra fiI. m
una escalagrnira de forma insólica, curvada como un cuerno de rinoceronte
y de unos ochenta centímetros de altura. El abate Lcrnozi descubrió que
esta notable formación. estaba cubierta de pequeñas mellas (piqlll!('l_'¿U),
y que también par.ecÍJ pulida por un largo roce. La interpretó como
un falo, cosa-que: parece muy probable, sobre todo estando como csci
situada a la entrada de este santuario de la fertilidad, r'l. lJl
Un bastón taladrado magdalcnicnsc precedente del Gorgc d'Enfcr (Dor-
doña) consriruye una clara indicación de -Ia existencia de alg˙n cipo de
culto fálico. Se han conservado las dos ramas del bastón, y casi toda
la curva de la perforación circular. Muestran un falo doble, grabada cada
una de las ramas con dos líneas onduladas, una línea recta y dos óvalos.
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son de forma casi cilíndrica, con los brazos apretados contra los coscados.
En una faldillc' que pende del ceñidor de la figura más antigua apar~cen
grabados =-nuevarnente seg˙n Pcrrie (p:íg. 7)- -una cabeza de ciervo,
con la boca hacia abajo, con cuatro candiles en cada uno de los cuernos,
y saliéndole de la boca una larga proyección, que parece como si fuera
IlS. LORTHET (H"utu.Pyrtn'uf): Arriba, "o,ioáo tn tfeoyol. Jt un .11. át rene. aplastaJo para
una estaca en la que estuviera ensartada la cabeza; debajo de la cabeza
mostrar ambas (dIal. Cc""posició" basada in una !OIOjra!ld Jt Pieu«, 1907. ribajo, dtlaH~ J~ Jolf,rtoutl
SIl[lllnJo, unos y VU/lIdS abrlractas jrabddds tn la mismd lUid. DibujfJ tomarlo dt Pit(lt. de ciervo ha y dos conchas de ptrroara:;.. Pero no se trata de una estaca
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Las manos como símbolos mágicos -~43
159. MASSAT (A,itgr): Pan« dr Utl bastó" ta/ad,ado .~,abado co" "". coba. Jt O!O sa'a"do
la IctlR"O, tU cotljr.mció" COII 11110 rrp,rstlltac¡6" ohJlracta de "JI falo y Iflla vulva.
do con un oso que lame un falo naturalista. y ocro de Massat (Ariégc) h>. IJI. 110
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Las manos como símbolos mágicos 245
244 La simbolización
Una sonaja ceremonial india