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OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
JUSTIFICACIÓN
En los últimos años se ha visto un incremento significativo en la prevalencia de la
depresión a nivel mundial asociado a una edad avanzada, por lo cual la
Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró la depresión como un problema
de salud pública que afectaría aproximadamente a 120 millones de personas a
nivel mundial. En la Encuesta Nacional de Salud, Bienestar y Envejecimiento
(SABE) realizada en Colombia en el año 2015 se encontró que la prevalencia de
síntomas depresivos en adultos mayores fue del 41% en ambos sexos y se
observó que la prevalencia disminuye a medida que la edad avanza.
En Colombia existe una población que sobrepasa los 42’000.000 de personas, de las cuales
el 7% (alrededor de 3 millones) es mayor de 60 años. Si desde el 2000-2002, la cantidad
de mayores de 60 años se incrementa anualmente en cerca de 80.000 personas, hacia el
año 2030 el incremento anual de las mismas será cuatro veces mayor; y en el 2050 los
mayores de 60 habrán sobrepasado a los menores de 15 años en cerca de un millón de
personas.(8)
Con respecto a la depresión en adultos mayores, esta afecta en el Reino Unido entre el
10% y el 15% de las personas mayores de 65 años que viven en residencias. Es el más
común y reversible problema de enfermedad mental en la vejez. Se encuentra asociada
con enfermedades físicas, eventos vitales y acarrea un incremento de suicidios y mortalidad
natural (5,9). En el estudio de salud mental en Colombia 2003, las personas de 60-65 años
presentaron una prevalencia anual de depresión mayor del 7.1% frente a un 2.4% de todos
los grupos poblacionales(10)
En cuanto a los factores genéticos estos son menos importantes en la población geriátrica
en relación a pacientes jóvenes ya que la coincidencia familiar para presentar trastornos
depresivos es de inicio temprano. Sin embargo, se ha encontrado en historias familiares
relacionados con depresión en un tercio de pacientes, en donde esta condición aparece por
primera vez a los 60 años denominada depresión tardía.
Es importante ondear en la salud física del paciente, ya que uno de los factores relacionados
a la depresión se representa en lo exterior del paciente, es decir, existe una causa y
condición comorbida que empeora los resultados de la salud de este, siendo más frecuente
encontrar depresión en pacientes que físicamente se encuentran deteriorados a aquellos
que están sanos.
En el factor social este engloba a los hábitos sociales, roles del individuo a las expectativas
de la sociedad. Un análisis elaborado de acuerdo a esta teoría sobre la tercera edad,
considera que la vejez puede conllevar a una ruptura social, y en fines de teoría del rol este
puede presentar una pérdida progresiva de las funcionales cotidianas. A su vez, también
incluyen temas como el trabajo, su estado civil, jubilación y estancias en asilos para esta
población, también cambios en las relaciones personales en la veje, entre otros. (13)
La institucionalización de las personas mayores, tanto en asilos como en residencias para
la tercera edad, ha sido relacionada con un incremento de la patologías mentales,
especialmente trastornos depresivos y cognitivos. (14)
Algunos de los síntomas propios de un trastorno depresivo, tales como alteraciones del
sueño y del apetito, pérdida de energía, enlentecimiento psicomotor y del pensamiento,
disminución de la concentración, son quejas comunes entre las personas mayores y
manifestaciones propias del proceso de envejecimiento, y no siempre la consecuencia de
una depresión.
La mayor prevalencia de patología psíquica entre las personas institucionalizadas podría
se una consecuencia de la propia dinámica de la institución, con un ambiente rutinario,
frecuentemente pobre en estímulos psicosociales, que favorece la aparición de
sentimientos de aburrimiento, apatía, inhibición, desesperanza, así como el desequilibrio
psicológico. En otras ocasiones, la dinámica de la institución puede favorecer las conductas
de sobreprotección y de excesiva dependencia, conductas ambas que refuerzan la
incapacidad física y los déficit comportamentales. Por esto, aunque en teoría uno de los
objetivos de los asilos es la promoción y la integración social de las personas que viven en
ellas, en la práctica la institucionalización produce la mayoría de las veces la pérdida de los
soportes afectivos y psicosociales, favoreciendo la aparición de trastornos mentales en el
anciano. (14)
Esta escala fue diseñada por Brink y Yesavage en el año 1982, fue estrictamente diseñada
para evaluar el estado afectivo de los ancianos, ya que otras escalas a sobrevalorar los
síntomas somáticos o neurovegetativos, de menor valor en el paciente geriátrico.
La versión original contiene 30 items o preguntas, esta fue desarrollada a partir de 100
items, en donde se hizo la selección de los que se correlacionan más con la puntuación
total y mostraban una validez mayor, eliminando en sí los items de contenido somático.
Estos mismo autores de la escala para mayor facilidad al momento de ejecutar la escala en
el geriátrico, en el año 1986 desarrollaron una versión abreviada de 15 items, y esta ha
tenido más utilidad. (15)