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NOMBRE: ALONDRA ANAHI HERMOSILLO

GONZALEZ
GRADO Y GRUPO: 4 “K”
MODULO: REALIZA PROCEDIMIENTOS
MEDICO QUIRURGICOS DE CALIDAD
PARA EL CUIDADO DEL ADULTO, CON
BASE EN EL PROCESO ENFERMERO Y
ADMINISTRATIVO.
MAESTRA: MARIA EDELMIRA
HERNANDEZ RAMOS
1-.DEMUESTRA MEDIDAS UNIVERSALES DE BIOSEGURIDAD EN LA UNIDAD
QUIRURGICA.
2-. APLICA TECNICAS EN LA CENTRAL DE EQUIPOS Y ESTERILIZACION
(CEyE) CON APEGO A LAS NORMAS ESTABLECIDAS

2.3 Lavado de manos


Una medida importante para disminuir la contaminación microbiana
ambiental, consiste en que el personal cumpla con los requisitos
higiénicos adecuados a la función que realiza.
El lavado de manos es el método más simple
y efectivo para detener la diseminación
de las infecciones.
Siempre retirar anillos y pulseras; las uñas deben estar cortas y sin esmalte; las
mangas de la ropa o de los uniformes deben ser cortas. Las manos deben lavarse
con jabón común o con solución alcohólica, si no están visiblemente sucias, en
las siguientes ocasiones:
1. Al entrar y salir del trabajo.
2. Al contactar con material contaminado, aunque se hayan utilizado guantes
o manoplas.
3. Antes y después de preparar instrumental.
4. Antes y después de comer o beber.
5. Antes y después de ir al baño.
6. Después de quitarse los guantes.
7. Al pasar de un área a otra de la CE.
Lavado de manos con jabón
Técnica
1. Mojar las manos con agua corriente, si se utiliza jabón líquido.
2. Si el jabón es en barra, tomarlo con la mano seca.
3. Aplicar jabón y distribuirlo por toda la superficie de las manos y dedos.
a
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Manual de esterilización para centros de salud
4. Friccionar al menos por 15 segundos fuera del chorro de agua corriente.
5. Enjuagar exhaustivamente.
6. Secar completamente con toalla de papel, descartable.
7. Cerrar el grifo con la toalla de papel.
8. Evitar el uso de agua caliente, porque incrementa el riesgo de dermatitis.
Higiene de manos con solución alcohólica
Técnica
1. Aplicar una dosis de solución alcohólica (isopropílico o etílico 60% - 70%
con emolientes).
2. Distribuirla por toda la superficie de las manos y dedos.
3. Friccionar hasta que la piel de las manos quede seca.
4. La piel de las manos no debe quedar mojada con alcohol; si es así, la
asepsia no fue efectiva.
En lugares donde no hay fuentes o suministro de agua, las soluciones alcohólicas
están indicadas y alcanzan una buena acción antiséptica. A continuación
se presentan cuatro formulaciones de soluciones alcohólicas que pueden elegir
según la conveniencia y disponibilidad del centro de salud.
Formulación solución alcohólica I
a. Ingredientes:
Etanol 96º 833,33 ml
Glicerol 98% 14,5 ml
Peróxido de hidrógeno 3% 41,7 ml
Agua destilada o hervida y enfriada c.s.p. 1.000 ml
b. Técnica:
En un matraz de 1.000 ml agregar el etanol, el glicerol y el peróxido de
hidrógeno. Completar hasta 1.000 ml con agua destilada, o hervida y enfriada.
Agitar el matraz suavemente para mezclar el contenido. Fraccionar.
Con esta formulación se obtienen concentraciones finales de etanol 80%
v/v, glicerol 1,45% v/v y peróxido de hidrógeno 0,125% v/v.
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Formulación solución alcohólica II
a. Ingredientes:
Alcohol isopropílico (pureza 99,8%) 751,5 ml
Glicerol 98% 14,5 ml
La limpieza previa a la esterilización; Insustituible.
En más de alguna ocasión durante nuestro entrenamiento como enfermeras o
médicos, más de uno de nosotros posiblemente escuchamos decir “no te
preocupes…la esterilización mata todo”, lo cual, debe ser verdad si entendemos
como esterilización al método de tratamiento físico o químico por el cual se
destruye todo tipo de agente microscópico, incluyendo esporas. Pero cabe
preguntarnos, ¿Qué pasa con todos esos detritus, materia orgánica y restos de
organismos que estuvieron vivos que quedan en algún instrumento quirúrgico y
que aunque estén perfectamente estériles son capaces de provocar algún tipo de
enfermedad o respuesta en el ser humano que tiene contacto con ellos?
En la actualidad, es imposible pensar que un paciente vaya a ser intervenido
quirúrgicamente con un instrumental que pudiera tener restos visibles de algún
elemento orgánico del anterior paciente en el que se utilizó dicho instrumento;
aunque estos restos estuviesen estériles. La mayoría de instrumental usado
durante una cirugía quedan cubiertos de sangre, restos de grasa o de otros
tejidos, líquidos orgánicos, toxinas y hasta de algún fármaco utilizado durante el
procedimiento, además de otros agentes o materia sucia que adquieren después
de la cirugía en el período en el que los materiales quedan resguardados en algún
sitio mientras son llevados a la CEyE.
Estos elementos no viables a los que llamamos pirógenos que pudieran ser
introducidos al organismo humano en caso de encontrarse presentes en el
instrumental quirúrgico son capaces de provocar alteraciones en el paciente de
diferentes magnitudes y que pueden ir desde la formación de granulomas, fibrosis,
alteraciones en la cicatrización hasta complicaciones que pudieran poner en riesgo
la vida. Es esto una razón de gran peso por lo que se ha establecido que la
limpieza del material quirúrgico es un requisito indispensable antes de la
desinfección y de la esterilización del mismo.
La limpieza del material quirúrgico involucra el uso de detergentes y diversos
agentes limpiadores que a la par de eliminar la suciedad del instrumental pueden
lamentablemente provocar daño o corrosión en éste. Es importante conocer la
opinión de organismos internacionales con experiencia en el uso de estos agentes
y las directrices que ellos marcan en estos procedimientos de limpieza.
Por un lado existen los detergentes o jabones comunes, los cuales son sustancias
que tienen la propiedad de tornar solubles en agua, sustancias que no son
solubles o tienen baja solubilidad. Estos actúan básicamente sobre las grasas,
pero actúan poco sobre proteínas y polisacáridos, que son abundantes en la
materia orgánica. Los detergentes comunes son conocidos también como
detergentes iónicos; poseen una estructura básica, compuesta por dos partes: una
que se liga a las moléculas de agua y otra que se liga a las moléculas de
sustancia al ser diluida, por ejemplo, la materia orgánica, haciendo un puente
entre las sustancias y las moléculas de agua, permitiendo que aquéllas sean
disueltas. Los detergentes iónicos (desincrustantes, derivados de la amonio
cuaternario, detergentes para limpieza pesada), son sustancias netamente
potentes, pues poseen gran cantidad de iones libres pero, en contrapartida,
acaban actuando en forma inespecífica con otras sustancias, compuestas por
materia orgánica o no. El uso de estos detergentes requiere generalmente de un
cepillado prolongado, exhaustivo y abrasivo, que puede dañar el instrumental y
aumenta la exposición del personal a los problemas de contaminación.
Inicialmente, la acción corrosiva de los detergentes iónicos sobre el material
instrumental es microscópica, pero con el uso rutinario y luego de un cierto
período que puede ser variable, aparecen los daños en el instrumental por lo que
no son recomendables en la limpieza rutinaria del instrumental quirúrgico.
Por otro lado existen los detergentes enzimáticos, llamados así porque están
formados por diversas enzimas, las cuales son sustancias bioquímicas (proteínas)
que tienen la propiedad de promover transformaciones específicas en otras
sustancias bioquímicas, como las proteínas grasas, almidones y otros azúcares.
Éstos, realizan un proceso semejante al de la digestión y lo hacen en forma
rápida, pues poseen enzimas que son más eficientes sobre la materia orgánica
que los detergentes iónicos, pues actúan en forma específica, sin dañar los
materiales ni el instrumental.
Algunas características que los detergentes enzimáticos utilizados para la limpieza
del instrumental quirúrgico y endoscópico deben poseer idealmente son:
Acción instantánea de pocos minutos y de contacto para desprender y disolver
materia orgánica
Penetración y remoción de materia orgánica en espacios microscópicos y
recovecos (sobretodo en aquellos espacios en los cuales el proceso mecánico de
la limpieza es imposible), deben ser capaces de disolver y degradar cualquier
materia orgánica, aun en estos lugares de difícil acceso.
Capaces de saponificar o digerir las grasas, proteínas, almidones y carbohidratos
Capaces de dispersar y suspender la materia sucia
Atóxicos
No corrosivos en metales ni plásticos
Tener un pH más bien neutro
Proporcionar la menor exposición del personal que lleva a cabo la limpieza del
instrumental
Económicos
Fáciles de preparar, disolver y enjuagar y
Sin problemas para desechar sin riesgo de contaminar el medio ambiente.
La Asociación de Enfermeras de Centros Quirúrgicos de los Estados Unidos
(AORN por sus siglas en inglés) es una entidad norteamericana pero de
reconocimiento internacional, cuyo objetivo es el establecimiento de patrones y
prácticas recomendadas para centros quirúrgicos. Para cumplir sus objetivos, la
AORN publica anualmente un catálogo de patrones y prácticas recomendadas que
enlista las directrices oficiales, hechos científicamente comprobados por la
comunidad científica mundial. En sus últimas ediciones, esta publicación enfatiza
la importancia del uso de detergentes enzimáticos en procedimientos de limpieza
de materiales críticos de uso corriente en consultorios médicos, ambulatorios y
quirófanos.
Algunas de estas directrices que tienen que ver con la limpieza de instrumental
quirúrgico y sus justificaciones las exponemos a continuación:

Los instrumentos deben estar totalmente limpios antes de la desinfección. Los


instrumentos con lentes ópticos, canales, cremalleras y articulaciones deben ser
desmontados antes de la limpieza, siempre que su estructura lo permita y de
acuerdo con las instrucciones del fabricante. La justificación a esta directriz es que
los instrumentos médicos con muchas piezas (por ejemplo los endoscopios) que
poseen cremalleras, articulaciones y canales son más difíciles de limpiar y
desinfectar que otros con superficies planas, porque los germicidas químicos no
pueden penetrar en todas las partes de los instrumentos.
Los instrumentos quirúrgicos endoscopios y equipamientos médicos mecanizados
deben ser limpiados con un detergente enzimático, luego deben ser enjuagados y
secados antes de la desinfección. La justificación a esta directriz es que la materia
orgánica en forma de fluidos serosos, sangre, pus o materia fecal, puede interferir
con la actividad antimicrobiana de los germicidas químicos. Los residuos
orgánicos pueden proteger los microorganismos de la acción de los germicidas,
actuando como barrera física. Los germicidas químicos pueden perder o disminuir
la eficacia cuando son combinados con materia orgánica. Los detergentes pueden
entrar en contacto con las soluciones germicidas y alterar el pH de éstas, en el
caso de que los instrumentos hayan sido inadecuadamente enjuagados.
La descontaminación de los instrumentos debe hacerse inmediatamente después
de haberse concluido el procedimiento quirúrgico de acuerdo a las instrucciones
del fabricante. Endoscopios e instrumental relacionado debe recibir una limpieza
inmediata. Endoscopios flexibles con canales internos (por ejemplo de biopsia y/o
succión) deben ser enjuagados con agua y detergente enzimático. La justificación
a esta directriz es que el enjuagado interno de los canales de los endoscopios
flexibles con una solución de detergente enzimático y agua previene el secado de
las secreciones, facilita la remoción de la materia orgánica y reduce el número de
microorganismos presentes.
Cuando la limpieza manual de los instrumentos es recomendada por el fabricante,
el personal involucrado debe usar equipamiento de protección personal siguiendo
las recomendaciones de la AORN y los instrumentos deben ser sumergidos en
detergente enzimático apropiado. La justificación a esta directriz es que los
instrumentos delicados son generalmente lavados manualmente. Las partículas de
tejidos, huesos y sangre adheridas a estos artículos, pueden resistir el lavado en
lavadoras automáticas, propiciando la corrosión de los instrumentos. El baño en
solución de detergente enzimático puede ser útil para aquellos instrumentos
difíciles de limpiar.
La limpieza manual de los instrumentos debe ser hecha de manera que el
personal que lo realiza debe de estar protegido. El uso de anteojos, máscaras,
delantales y guantes protegerán al personal de salpicaduras, cortes, pinchaduras
u otros accidentes con objetos punzo-cortantes.
Aunque esto no lo mencione textualmente la AORN debemos concluir con el
siguiente enunciado que nunca hay que olvidar: En el instrumental quirúrgico, la
esterilización nunca será un sustituto de la limpieza!
3-. EJECUTA PROCEDIMIENTOS DE ENFERMERIA EN LOS PERIODOS
PERIOPERATORIO CON APEGO A LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD

Periodo posoperatorio inmediato y mediato


-
-Administración de medicamentos
Vías
Oral
En este apartado encontramos las cápsulas, comprimidos, polvos para disolución,
jarabes y suspensiones. Dentro de los comprimidos, los hay de administración
sublingual, los cuales se colocarán bajo la lengua del paciente, indicándole que no
lo trague. El personal que administra el medicamento debe presenciar la toma de
éste.
Nasogástrica
El paciente deberá incorporarse al menos unos 30º para evitar reflujos y
aspiraciones broncopulmonares. Los medicamentos se administrarán de uno en
uno, por si hubiera algún tipo de interacción entre ellos. Los comprimidos se
machacarán y se diluirán con un poco de agua. Los medicamentos que puedan
resultar irritantes para la mucosa gástrica se diluirán. Tras la ingesta de
medicación se limpiará la sonda nasogástrica introduciendo 50 ml de agua. Es
muy importante tener la sonda pinzada mientras estamos preparando el
medicamento y entre las tomas, para evitar la introducción de aire y provocar
meteorismo.
Rectal
• Supositorios: no deben estar demasiado blandos y normalmente se
encuentran en los frigoríficos de las unidades. Hay que tener la precaución de no
deformarlos cuando los manipulemos.
• Pomadas: se introducirán a través de un aplicador.
• Enemas: pueden ser de eliminación (en el cual el paciente deberá retener el
líquido al menos 15 minutos) y de retención (en el cual el líquido se retendrá al
menos 30 minutos).
Respiratoria
• Inhaladores: Comprobar que el aerosol esté acoplado al adaptador bucal,
agitar y retirar la tapa, introducir la boquilla en la boca y sellarla con los labios,
realizar una expiración profunda y a continuación hacer una inspiración reteniendo
el aire inspirado al menos cinco segundos, expulsar el aire lentamente. Entre las
inhalaciones se debe esperar al menos un minuto.
• Inhaladores con cámara: Agitar el inhalador y adaptarlo a la cámara, pulsar
el dispositivo, realizar una expiración profunda, adaptar el extremo de la cámara a
la boca del paciente, a continuación realizar la inspiración. Se recomienda hacer
un periodo de apnea de 10 segundos. La cámara se abrirá cada 3 inspiraciones.
• Nebulizador: No se debe superar entre el medicamento y el disolvente 4 ml,
se administra mediante aire comprimido y oxígeno con un caudal comprendido
entre 6 y 8 litros. La duración variará entre 5 y 15 minutos apróximadamente.
Tópica
• Cutánea: Se trata de la aplicación de pomadas sobre la piel. Antes de
administrar, debemos asegurarnos que la zona de aplicación esté limpia.
• Vaginal: Introducción de óvulos vaginales. Se le recomendará a la paciente
que permanezca sentada o tumbada al menos 30 minutos tras su administración.
• Oftálmica: Antes de la aplicación de colirios o cremas, debemos realizar un
lavado ocular con suero fisiológico. Indicar al paciente que tras su administración
haga un parpadee un poco para ayudar a la introducción del medicamento.
• Ótica: Lavar el oído con suero fisiológico, indicar al paciente que incline la
cabeza y que mantenga la postura al menos 3 minutos y presionar levemente el
oído para favorecer la inserción. No debe taponarse el oído salvo prescripción
médica.
• Nasal: Le pediremos al paciente que se suene la nariz y que flexione el
cuello hacia atrás. Durante la administración le indicaremos que inspire.
Parenteral
• Intradérmica: Se suele realizar para pruebas de hipersensibilidad.
• Subcutánea: Se usa por ejemplo en la administración de heparina cálcica.
Se debe coger un pliego de piel de 1,5 cm y pinchar con aguja subcutánea con
una inclinación de 90º. No se aspirará tras su administración y no se masajeará la
zona para prevenir la aparición de hematomas. En tratamientos largos, se
alternarán las zonas a pinchar, siendo las más utilizadas el abdomen y los muslos.
• Intramuscular: Las zonas de punción más frecuentes son el dorso-glúteo, el
deltoides y el vaso externo. Aspirar aire antes de introducir un medicamento, para
comprobar que no pinchemos un vaso sanguíneo. En el caso de niños pequeños
se pinchará en el vaso externo.
• Intravenosa directa: Utilizaremos un catéter venoso para la administración.
Esta forma se llama bolo y hay que tener en cuenta todos aquellos medicamentos
que necesiten una introducción lenta. Limpiaremos la vía tras el medicamento
administrando, al menos, 2 ml de suero fisiológico.
• Intravenosa en perfusión: Utilizaremos frascos o bolsas de suero, en las
que irá el medicamento disuelto. Normalmente se usan frascos de 50 y 100 ml,
dependiendo del grado de corrosión del medicamento. Tiene una duración de al
menos 15 minutos. Como ejemplo, citaré que la mayoría de los antibióticos
intravenosos deben ir en infusión y nunca en bolo directo. Es muy importante que
no mezclemos medicamentos dentro de un mismo frasco si no estamos seguros
de una interacción garantizada.

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