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APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTE 2732-2015

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, catorce de septiembre de dos mil dieciséis.

En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de veintitrés de junio de dos mil quince,

dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, en la acción constitucional de amparo

promovida por Luis Carrillo Us contra la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y

Delitos contra el Ambiente. El postulante actuó con el patrocinio de los abogados Néstor José Martínez y Edwin

Eduardo Carrillo Serrano. Es ponente en el presente caso el Magistrado Vocal I, José Francisco De Mata Vela, quien

expresa el parecer del Tribunal.

ANTECEDENTES

I. EL AMPARO

A) Interposición y autoridad: presentado el once de octubre de dos mil catorce, en el Juzgado de Paz Penal de

Faltas de Turno del municipio y departamento de Guatemala y, posteriormente, remitido a la Corte Suprema de

Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio. B) Acto reclamado: sentencia de veintiséis de agosto de dos mil catorce,

dictada por la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente,

que acogió el recurso de apelación especial por motivo de forma interpuesto por el Ministerio Público contra el fallo

absolutorio emitido dentro del proceso penal tramitado contra el postulante por el delito de Estafa propia y, como

consecuencia, ordenó el reenvío del proceso para la celebración de nuevo debate. C) Violaciones que denuncia: a

los derechos de defensa, al debido proceso, a la presunción de inocencia, así como a los principios jurídicos de
intangibilidad de la prueba y de imperatividad. D) Hechos que motivan el amparo: de lo expuesto por el postulante

y del estudio de los antecedentes, se resume: D.1) Producción del acto reclamado: a) el Tribunal Quinto de

Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de Guatemala absolvió a Luis Carrillo

Us -ahora postulante- de la comisión del delito de Estafa propia; b) contra ese fallo, el Ministerio Público interpuso

recurso de apelación especial por motivo de forma, que conoció la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del ramo

Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente -autoridad cuestionada-, la que en sentencia de veintiséis de

agosto de dos mil catorce -acto reclamado- lo acogió y, como consecuencia, ordenó el reenvío del proceso para la

celebración de nuevo debate. D.2) Agravios que se reprochan al acto reclamado: estimó vulnerados los derechos

y principios jurídicos enunciados, porque la autoridad objetada, al acoger el recurso de apelación especial, vulneró el

principio de intangibilidad de la prueba regulado en el artículo 430 del Código Procesal Penal, al valorar los medios

probatorios, lo cual le está vedado. Además, no indicó las razones por las que consideró que el sentenciante vulneró

el principio de razón suficiente, integrante de la sana crítica razonada, sin individualizar en qué medio o medios de

prueba se dejó de aplicar la referida regla. D.3) Pretensión: solicitó que se otorgue el amparo y, como consecuencia,

se deje en suspenso definitivo el acto reclamado y se le restituya en la situación jurídica afectada. E) Uso de

procedimientos y recursos: ninguno. F) Casos de procedencia: invocó los contenidos en las literales a), d) y h)

del artículo 10 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad. G) Leyes que estima

violadas: citó los artículos 12 y 14 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 3, 4, 14, 16, 20 y 430

del Código Procesal Penal.

II. TRÁMITE DEL AMPARO

A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceros interesados: a) Banco G&T Continental, Sociedad

Anónima; b) Johan Oliver Gómez Valenzuela; c) Juan Carlos Montenegro Peque; d) José Armando Quiñónez
Camey; e) Néstor José Martínez; y f) Unidad de Investigaciones contra robo a bancos de la Fiscalía de Sección

contra el Crimen Organizado –UDI Bancos– del Ministerio Público. C) Remisión de antecedente: expediente con

número único 01073-2012-00305 de la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y

Delitos contra el Ambiente y del Tribunal Quinto de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del

departamento de Guatemala. D) Medios de comprobación: se prescindió del período probatorio y se incorporaron

como medios de comprobación los antecedentes del amparo. E) Sentencia de primer grado: la Corte Suprema de

Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio, consideró: “... El postulante, por su parte, alega que la autoridad

impugnada entró a valorar prueba, es decir, que violó el principio de intangibilidad de la prueba regulado en el

artículo 430 del Código Procesal Penal (…) Luego del análisis de la resolución cuestionada, esta Cámara puede

concluir que el tribunal ‘ad quem’ hace referencia a la valoración que realizó el tribunal de primer grado y, de esa

cuenta, advierte los vicios denunciados, los cuales encuadran en la vulneración de las reglas de la sana crítica

razonada, ya que detecta las contradicciones en la valoración de los medios probatorios que sustentan el fallo

emitido, tal como consta en la sentencia impugnada, siendo ese uno de los submotivos de forma invocados. En este

sentido, la autoridad impugnada no valoró prueba; el propio artículo 430 del Código Procesal Penal indica que la

sentencia de segunda instancia puede referirse a ellos cuando exista contradicción, como en el presente caso, y no

por ello se está valorando prueba, Por el contrario, lo que se evidencia en el presente caso es que el tribunal de

alzada actuó conforme a derecho, al acoger el recurso de apelación interpuesto, porque se pone en tela de duda la

participación y responsabilidad del imputado en la comisión del delito. Así las cosas, esta Cámara arriba a la

conclusión de que la sentencia de la autoridad impugnada no causa en lo absoluto agravio al postulante, por estimar

que su fallo fue emitido de conformidad con la ley. Por lo anteriormente expuesto, el amparo debe denegarse por

improcedente, ya que no se dan los agravios denunciados por el postulante. Por la forma en que se resuelve, se
condena en costas al postulante y se impone al abogado patrocinador una multa de mil quetzales (Q1,000.00)…”. Y

resolvió: “… I. Deniega por improcedente el amparo solicitado por Luis Carrillo Us contra la Sala Primera de la Corte

de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente. II. Se condena en costas al postulante.

III. Se impone multa de mil quetzales (Q1000.00) al abogado del postulante, la cual deberá hacer efectiva en la

Tesorería de la Corte de Constitucionalidad dentro de los cinco días siguientes a partir de estar firme este fallo; su

cobro, en caso de incumplimiento, se hará por la vía legal correspondiente …”.

III. APELACION

El postulante apeló, argumentando que el Tribunal de Amparo de primer grado le denegó la protección constitucional,

avalando con ello las vulneraciones a sus derechos, sin analizar que el fallo emitido por la autoridad cuestionada es

improcedente, pues de su lectura se puede establecer la inconformidad sobre la forma en que fueron valorados los

medios de prueba por el sentenciante, criterio valorativo que no puede dejarse sin efecto por medio de la apelación

especial.

IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA

A) El postulante se pronunció en similar sentido que en su escrito de amparo y de apelación. Solicitó que se declare

con lugar el recurso interpuesto y, como consecuencia, se revoque la sentencia de primer grado. B) El Ministerio

Público, por medio de la Fiscalía de Asuntos Constitucionales, Amparos y Exhibición Personal, indicó que

comparte el criterio sustentado por el Tribunal de Amparo de primer grado, pues denegó la protección constitucional

al determinar que la autoridad cuestionada acogió el recurso de apelación especial y ordenó el reenvío, dentro de los

parámetros establecidos en la ley y conforme a los agravios y motivos invocados en ese medio recursivo,

determinando que la sentencia impugnada vulneraba la sana crítica razonada, actuando dentro del ámbito de sus

atribuciones y en observancia de los artículos 421 y 432 del Código Procesal Penal, cumpliendo con el debido
proceso, sin vulnerar derecho alguno al accionante. Solicitó que se declare sin lugar el recurso de apelación y se

confirme el fallo del a quo, denegando la protección constitucional.

CONSIDERANDO

-I-

A) Conforme al Artículo 43 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, la

interpretación de las normas de la Constitución y de otras leyes contenidas en las sentencias de la Corte de

Constitucionalidad, asienta doctrina legal que debe respetarse por los tribunales al haber tres fallos contestes de la

misma Corte. Sin embargo, la Corte de Constitucionalidad podrá separarse de su propia jurisprudencia, razonando la

innovación, la cual no es obligatoria para los otros tribunales, salvo que lleguen a emitirse tres fallos sucesivos

contestes en el mismo sentido.

B) Derivado de la innovación jurisprudencial contenida en las sentencias de fecha dieciséis de agosto y

catorce de septiembre de dos mil dieciséis, ambas dictadas en los expedientes 69-2016 y acumulados 228-2016 y

232-2016, debe atenderse el criterio de que contra toda resolución que resuelva de manera definitiva el recurso de

apelación especial, cabe casación, indistintamente de si el fallo de apelación acoge o no el recurso, por motivos de

forma o de fondo. Si se acude al amparo sin agotar previamente casación, se incumple con el presupuesto procesal

de definitividad que hace inviable su planteamiento.

-II-
En el presente caso, Luis Carrillo Us acude en amparo, señalando como agraviante la decisión por la que

la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, acogió el

recurso de apelación especial por motivo de forma que promovió el Ministerio Público, contra la sentencia absolutoria

emitida dentro del proceso penal tramitado en su contra por el delito de Estafa propia y como consecuencia, ordenó

el reenvío.

El Artículo 437 del Código Procesal Penal establece: “El recurso de casación procede contra las

sentencias o autos definitivos dictados por las salas de apelaciones que resuelvan: 1. Los recursos de apelación

especial de los fallos emitidos por los tribunales de sentencia, o cuando el debate se halle dividido, contra las

resoluciones que integran la sentencia…” –el resaltado no aparece en el texto original–.

Respecto a la interpretación del precepto legal citado, esta Corte ha considerado que para que una

resolución sea revisable por el tribunal de casación, es requisito indispensable que esta sea definitiva y

produzca efectos conclusivos; es decir, que ponga fin a la acción, a la pena o bien, al propio proceso. El citado

criterio se hacía descansar en la idea de que sólo era viable acudir en casación contra resoluciones definitivas, a

efecto de evitar que se provoquen en el proceso penal dilaciones innecesarias, que vayan en detrimento de los

derechos que ostentan los sujetos procesales. (Criterio contenido, entre otras, en las sentencias de trece de febrero y

cinco de octubre, ambas de dos mil siete, dictadas dentro de los expedientes 2253-2006 y 1060-2007,

respectivamente).

Con base en lo anterior, esta Corte había concluido en reiterados casos, que las sentencias anulativas

dictadas por las Salas de la Corte de Apelaciones, al acoger el recurso de apelación especial por motivo de forma, no

cumplen con la característica de ser definitivas, al no ponerle fin al proceso penal, por cuanto el efecto propio de esos
fallos consiste en la anulación de actuaciones, ordenando la corrección de los vicios formales advertidos por medio

de su reenvío al tribunal correspondiente; de ahí que al hacer viable la continuación del proceso, se afirmaba que

esas sentencias carecen de la característica de “definitivas”, presupuesto necesario para viabilizar la promoción del

recurso de casación. (Criterio sostenido, entre otras, en las sentencias de once de septiembre, diecisiete de julio y

veintidós de mayo, todas de dos mil quince, dictadas dentro de los expedientes 5167-2014, 1328-2015 y 4625-2014,

respectivamente). Con aplicación de ese criterio, actualmente, en caso de que las Salas jurisdiccionales decidan

acoger el recurso de apelación especial por motivo de forma y ordenar el reenvío del proceso, se ha considerado

inviable el planteamiento del recurso de casación; en todo caso, tal decisión queda sujeta únicamente a control

constitucional por medio de amparo.

-III-

No obstante lo apuntado en el considerando precedente, esta Corte, con fundamento en el Artículo 43 de la

Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, estimó pertinente realizar nuevo análisis del asunto, ello

por dos razones fundamentales de igual trascendencia:

La primera, derivada de la necesidad de evaluar si el Artículo 437 del Código Procesal Penal, permite

interpretación distinta de la que ha imperado hasta la fecha. Para ello se procede a analizar su contenido normativo,

específicamente en la parte que preceptúa: “El recurso de casación procede contra las sentencias o autos

definitivos dictados por las salas de apelaciones que resuelvan…”, esto debido a que, en la jurisprudencia asentada

con anterioridad, se ha omitido analizar si, efectivamente, el precepto legal citado prevé la existencia de sentencias

con la característica de “definitivas”, para ser objeto de casación, o el calificativo de definitivo corresponde a los autos

contra los que puede instarse el citado recurso, y no a las sentencias. Ello, partiendo de una reflexión sobre la
naturaleza de las sentencias que se emiten en materia penal y desde un necesario análisis interpretativo del texto del

Artículo 437 aludido. Con relación a lo primero, se puede afirmar que las sentencias en materia penal,

particularmente las que deciden apelación especial, siempre llevan inmerso conocimiento de fondo del asunto,

aunque lo que resuelvan sean sub motivos de forma. Es decir, que una sentencia de apelación especial que

resuelva, sub casos de apelación especial por vicios in iudicando oimprocedendo, siempre conlleva materia de

conocimiento por parte de la Sala que ameritaría, eventualmente, su análisis en casación. Es decir, las sentencias de

las Salas, que lo que deciden es el reenvío del proceso, no carecen de contenido sustancial aunque el

pronunciamiento que contengan, sea relativo al sub motivo de forma de que conocen.

Relativa a la interpretación del citado precepto legal, al tenor de lo dispuesto en el Artículo 10 de la Ley del

Organismo Judicial, debe hacerse conforme a su texto, según el sentido propio de sus palabras, a su contexto y de

acuerdo con las disposiciones constitucionales. De esa cuenta, al analizar la norma citada, se advierte que esta

regula que el recurso de casación procede contra “las sentencias o autos definitivos”; es decir, que claramente

establece que el recurso extraordinario procede contra dos tipos de resoluciones: i) las sentencias o ii) los autos

definitivos. Tal distinción atiende al hecho de que el adjetivo calificativo “definitivos”, gramaticalmente no se refiere a

la palabra “sentencias”, en tanto que no existe un signo de puntuación que así lo indique, como, por ejemplo ocurriría

si la frase expresara: “El recurso de casación procede contra las sentencias o autos, definitivos…”; además, cabe

considerar que en el contexto del enunciado, la conjunción “o” se utiliza con valor disyuntivo, de tal cuenta que se

pretende distinguir entre una u otra de las probabilidades de los tipos de resoluciones sujetas a impugnación, es decir

las sentencias “o” autos definitivos, no como ocurriría, verbigracia, si se utilizara la conjunción “y” expresando: “El

recurso de casación procede contra las sentencias y autos definitivos…”, porque en ese caso, eventualmente,
resultaría razonable inferir que tanto a las sentencias como a los autos se les exige la característica de “definitivos”

para ser objeto de casación.

Para la correcta intelección de la norma, debe prestarse especial atención al hecho de que doctrinariamente

auto definitivo es: “El que, aun dictado incidentalmente, resuelve el juicio, con fuerza similar a la de sentencia”.

(Manuel Ossorio, Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, Editorial Heliasta S.R.L., Buenos Aires,

1981, pág. 73).

En esa línea de ideas, deviene razonable que el legislador estableciera que el recurso de casación procede

contra las sentencias –dada su importancia– o contra aquellos autos que tienen la característica de “definitivos”,

porque estos, aunque resuelven una cuestión incidental, por su naturaleza y efectos, adquieren relevancia

equivalente a la de una sentencia y por ende, tal circunstancia facultaría a requerir su revisión ulterior por medio del

recurso extraordinario de casación.

En este punto, debe considerarse el orden lógico con que se encuentra estructurado el Artículo 437 citado;

regula la procedencia de la casación “contra las sentencias o autos definitivos dictados por las salas de apelaciones

que resuelvan:” y posteriormente enumera las resoluciones susceptibles de impugnación de la forma siguiente: “1.

Los recursos de apelación especial de los fallos emitidos por los tribunales de sentencia, o cuando el debate se halle

dividido, contra las resoluciones que integran la sentencia. 2. Los recursos de apelación especial contra los autos de

sobreseimiento dictados por el tribunal de sentencia. 3. Los recursos de apelación contra las sentencias emitidas por

los jueces de primera instancia, en los casos de procedimiento abreviado. 4. Los recursos de apelación contra las

resoluciones de los jueces de primera instancia que declaren el sobreseimiento o clausura del proceso; y los que

resuelvan excepciones u obstáculos a la persecución penal”. Es decir, que la distinción entre las sentencias o autos
definitivos y la posterior enumeración de los supuestos que habilitan el recurso de casación, se realiza de forma

ordenada, puesto que en los primeros tres casos, los asuntos se resuelven por medio de sentencia y solo en el

último, las cuestiones se deciden por medio de auto que, eventualmente, podría revestir la característica de definitivo

(los recursos de apelación interpuestos contra las resoluciones que declaran el sobreseimiento o clausura del

proceso; y los que resuelven excepciones u obstáculos a la persecución penal).

La segunda razón que motivó este nuevo análisis, radica en que permitir que se acuda directamente al

amparo contra sentencias de apelación especial, que conocen cualquiera de los motivos, vulnera el principio de

subsidiariedad del amparo, según el cual, este instrumento constitucional no es sustituto ni vía paralela a la

jurisdicción ordinaria. La interpretación sostenida en esta innovación jurisprudencial, hace viable la interposición del

recurso de casación contra las sentencias de apelación especial que ordenan el reenvío del proceso, con lo cual, se

permite que el máximo tribunal de la materia en la jurisdicción ordinaria, sea el que verifique si las Salas

jurisdiccionales, al asumir esa decisión, incurrieron en alguna deficiencia (verbigracia, falta de motivación o violación

al principio de intangibilidad de la prueba), lo que, a su vez, garantiza la seguridad y certeza jurídicas en el proceso,

en virtud de que asegura que la ejecución del reenvío, que en determinados casos conlleva, incluso, la anulación y

renovación del juicio, se efectúe hasta que tal decisión se encuentre firme y, en su caso, haya sido debidamente

verificada por el tribunal de casación, cumpliendo así con la administración de justicia pronta, cumplida y eficiente

que exige la sociedad actual, evitando el desgaste innecesario que eventualmente acontece en el sistema de justicia

cuando, de acuerdo con la doctrina legal vigente, los tribunales constitucionales otorgan amparo dejando en

suspenso las sentencias que ordenan el reenvío, debido a que en determinados casos, ello ocurre cuando ya se ha

materializado la renovación del trámite o, incluso, la celebración del nuevo juicio, provocando incertidumbre en el

desarrollo de los procesos penales.


Cabe destacar que el amparo opera como garantía contra la arbitrariedad del poder judicial para la

protección de derechos fundamentales, pero de manera subsidiaria, como precisamente refiere el Artículo 19 de la

Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucional cuando establece que “Para pedir amparo, salvo casos

establecidos en esta ley, deben previamente agotarse los recursos ordinarios, judiciales y administrativos, por cuyo

medio se ventilan adecuadamente los asuntos de conformidad con el principio del debido proceso”.

De esa cuenta, es evidente que la tarea de revisar el fallo de apelación especial que ordena el reenvío del

proceso penal, no constituye una tarea propia del tribunal de amparo y acceder a ello implica desnaturalizar su

finalidad, al pretender asignarle funciones inherentes de la jurisdicción ordinaria, sobre todo si la ley procesal penal –

con base en la interpretación sostenida en este fallo– establece los mecanismos legales idóneos –casación– para

que el tribunal superior correspondiente –Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia–, pueda conocer y resolver

acerca de los posibles vicios o errores en que podrían incurrir las Sala jurisdiccionales al acoger el recurso de

apelación especial por motivo de forma y ordenar el reenvío del proceso, logrando, además, que la tutela de

derechos constitucionales se verifique, en primer término, por medio de los tribunales ordinarios y que únicamente

agotados todos los medios de impugnación previstos en el ordenamiento procesal penal, sea viable acudir al amparo,

en congruencia con su naturaleza de mecanismo subsidiario de protección de derechos fundamentales.

Como corolario, con fundamento en los razonamientos anteriores y basada en la facultad prevista en el

Artículo 43 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, esta Corte se separa de la

jurisprudencia asentada en anteriores oportunidades y concluye que en el proceso penal, las sentencias de las Salas

jurisdiccionales que acogen el recurso de apelación especial por motivo de forma y ordenan el reenvío, son
susceptibles de ser impugnadas por medio del recurso de casación, de conformidad con lo regulado en Artículo 437,

numeral 1), del Código Procesal Penal.

-IV-

En el presente caso el postulante acude en amparo, y señala como acto reclamado la decisión por la que

la Sala Primera de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente acogió el

recurso de apelación especial que, por motivo de forma, interpuso el Ministerio Público contra el fallo absolutorio

emitido dentro del proceso penal instado contra el postulante por el delito de estafa propia; como consecuencia de

ello se ordenó el reenvío para la celebración de nuevo debate.

Con base en los fundamentos expuestos, esta Corte concluye que el postulante incumplió el presupuesto

procesal de definitividad, porque, previo a acudir en amparo, debió agotar el recurso de casación, por lo que el

amparo solicitado debe desestimarse y habiendo resuelto en el mismo sentido el Tribunal de primer grado, se

confirma la sentencia apelada, pero por los motivos aquí considerados, sin condenar al accionante al pago de

costas procesales ni imponer multa a los abogados patrocinantes, en virtud de que el planteamiento del amparo se

basó en jurisprudencia anteriormente asentada por esta Corte.

-V-

Esta Corte estima que, en atención a que el incumplimiento del citado presupuesto procesal pudo atender a

la jurisprudencia que sobre el particular se había emitido con anterioridad, para garantizar los derechos de defensa y

al debido proceso del amparista, es procedente habilitarle el plazo que establece la ley, a partir de la fecha en que

adquiera firmeza el presente fallo, para que, de estimarlo pertinente, haga uso del recurso idóneo (casación).
-VI-

Con el presente fallo y los pronunciamientos contenidos en las sentencias emitidas el dieciséis de agosto y

catorce de septiembre, ambas de dos mil dieciséis, en los expedientes 69-2016, y acumulados 228-2016 y 232-2016,

respectivamente, se forma la doctrina legal obligatoria que debe ser respetada por los tribunales. Por ende, dado que

conforme a los Artículos 272, literal g) de la Constitución Política de la República y 163, literal g) de la Ley de

Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, la Corte de Constitucionalidad debe compilar la doctrina y

principios constitucionales que se vayan asentando con motivo de las resoluciones de amparo y de

inconstitucionalidad de las leyes, este Tribunal estima que es menester hacer amplia labor informativa y de

divulgación de la innovación jurisprudencial, a fin de que tanto los tribunales como los eventuales usuarios del

recurso de casación, tengan debida noticia y oportuna información de las reglas procesales que aplican en dichos

juicios (penales y de amparo). Para el efecto, debe disponerse la publicación de este fallo en el Diario Oficial. La

observancia de la citada doctrina será exigible después de transcurridos treinta días hábiles contados a partir de la

fecha en la que se realice la publicación respectiva en el diario aludido.

LEYES APLICABLES

Artículos citados, 265, 268 y 272, inciso c), de la Constitución Política de la República de Guatemala; 8º, 10,

42, 43, 44, 46, 48, 60, 61, 66, 67, 149, 163, inciso c), 179 y 185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de

Constitucionalidad; 29 y 36 del Acuerdo 1-2013 de la Corte de Constitucionalidad.

POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con fundamento en lo considerado y leyes citadas, resuelve: I. Por haber

cesado a la presente fecha en sus cargos los Licenciados Juan Carlos Medina Salas y Carmen María Gutiérrez de

Colmenares y por ausencia temporal del Magistrado Bonerge Amilcar Mejía Orellana, se integra este Tribunal con los

Magistrados José Mynor Par Usen, María Consuelo Porras Argueta y María Cristina Fernández García,

respectivamente, para conocer y resolver el presente asunto. II. Sin lugar el recurso de apelación interpuesto

por Luis Carrillo Us –postulante–; en consecuencia, se confirma la sentencia apelada, con la modificación de que se

desestima la protección constitucional solicitada por el postulante, sin condenarlo en costas ni imponer multa a los

abogados patrocinantes. III. Se habilita el plazo para que el amparista, de estimarlo pertinente, promueva el recurso

de casación contra la sentencia que constituye el acto reclamado, lo cual deberá hacer dentro de quince días

contado a partir de la fecha en la que el presente fallo adquiera firmeza. IV. La observancia de la doctrina que se

refiere este fallo será exigible después de transcurridos treinta días hábiles contados a partir de la fecha en la que se

realice la publicación respectiva en el diario oficial. V. Publíquese el presente pronunciamiento en el Diario de

Centroamérica y hágase por parte de la unidad correspondiente de este Tribunal, la divulgación del criterio que en

este se asume. VI. Notifíquese y, con certificación de lo resuelto, devuélvase los antecedentes.

NEFTALY ALDANA HERRERA


PRESIDENTE

JOSE FRANCISCO DE MATA VELA DINA JOSEFINA OCHOA ESCRIBÁ


MAGISTRADO MAGISTRADA

MARIA CONSUELO PORRAS ARGUETA GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR


MAGISTRADA MAGISTRADA

JOSE MAYNOR PAR USEN MARIA CRISTINA FERNANDEZ GARCÍA


MAGISTRADO MAGISTRADA

MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ


SECRETARIO GENERAL

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