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RESONANCIA:

Muchos sistemas mecánicos tienen modos normales de oscilación. Como vimos, tales sistemas
incluyen columnas de aire (como en un tubo de órgano) y cuerdas estiradas. En cada modo, todas las
partículas del sistema oscilan en movimiento armónico simple con la misma frecuencia que la del
modo. Las columnas de aire y cuerdas estiradas tienen una serie infinita de modos normales; pero el
concepto básico está íntimamente relacionado con el oscilador armónico simple,

Suponga que aplicamos una fuerza que varía periódicamente a un sistema que puede oscilar. Así que
se fuerza a éste a oscilar con una frecuencia igual a la frecuencia de la fuerza aplicada (llamada
frecuencia impulsora). Este movimiento se denomina oscilación forzada.

También hay resonancia cuando una fuerza que varía periódicamente se aplica a un sistema con
muchos modos normales.

La forma de esta gráfica se denomina curva de resonancia del tubo;


tiene picos donde f es igual a las frecuencias de los modos normales
del tubo. La forma detallada de la curva de resonancia depende de la
geometría del tubo.

Si la frecuencia de la fuerza es exactamente igual a una frecuencia de


modo normal, el sistema está en resonancia, y la amplitud de la
oscilación forzada es máxima. Si no hubiera fricción ni otro
mecanismo de disipación de la energía, una fuerza impulsora a una
frecuencia de modo normal continuaría agregando energía al sistema,
y la amplitud aumentaría indefinidamente.

También hay resonancia cuando se hace oscilar una cuerda estirada


Suponga que un extremo de una cuerda estirada se mantiene fijo,
mientras al otro se imparte un movimiento senoidal transversal de
amplitud pequeña, creando así ondas estacionarias. Si la frecuencia
del mecanismo impulsor no es igual a una de las frecuencias de modo
normal de la cuerda, la amplitud en los antinodos es pequeña; pero
si la frecuencia es igual a cualquiera de las frecuencias de modo
normal, la cuerda estará en resonancia y la amplitud en los antinodos
será mucho mayor que en el extremo impulsado. Este último no es
precisamente un nodo, aunque está mucho más cerca de un nodo que
de un antinodo cuando la cuerda está en resonancia.

INTERFERENCIA DE DATOS:

Los fenómenos ondulatorios que se presentan cuando dos o más ondas se traslapan en la misma
región del espacio se agrupan bajo el concepto de interferencia. Como hemos visto, las ondas
estacionarias son un ejemplo sencillo del efecto de interferencia: dos ondas que viajan en direcciones
opuestas en un medio se combinan para producir un patrón de onda estacionaria con nodos y
antinodos que no se mueven.

Constante. Colocamos un micrófono en el punto P, equidistante de los altavoces. Las crestas de onda
emitidas por los dos altavoces al mismo tiempo viajan distancias iguales y llegan a P al mismo
tiempo; por lo tanto, las ondas llegan en fase, y hay interferencia constructiva. La amplitud total de la
onda en P es el doble de la amplitud de cada onda individual, y podemos medir esta amplitud
combinada con el micrófono.

Pasemos ahora el micrófono al punto Q, donde las distancias de


los altavoces al micrófono difieren en media longitud de onda. Las
dos ondas llegan desfasadas medio ciclo; una cresta positiva de
un altavoz llega al mismo tiempo que una cresta negativa del otro.
Hay interferencia destructiva, y la amplitud medida por el
micrófono es mucho menor que cuando sólo está presente un
altavoz. Si las amplitudes de los dos altavoces son iguales, las dos
ondas se cancelan por completo en el punto Q, y la amplitud total
ahí es cero.

 NOTA: recuerde que en una onda estacionaria no hay flujo


neto de energía en ninguna dirección. En cambio, en la figura
16.21 hay un flujo global de energía de los altavoces al aire
circundante; esto es característico de las ondas viajeras. La
interferencia entre las ondas de los dos altavoces simplemente
hace que el flujo de energía se canalice

Hay interferencia constructiva siempre que las distancias


recorridas por las dos ondas difieren en un número entero de
longitudes de onda, 0, 𝜆, 2 𝜆, 3 𝜆, . . . ; en todos estos casos, las ondas llegan al micrófono en fase
(figura 16.22a). Si las distancias de los dos altavoces al micrófono difieren en cualquier número
semientero de longitudes de onda, 𝜆/2, 3 𝜆 /2, 5 𝜆 /2…, las ondas llegan al micrófono desfasadas y
habrá interferencia destructiva (figura 16.22b). En este caso, poca o ninguna energía sonora fluye
hacia el micrófono directamente enfrente de los altavoces. En vez de ello, la energía se dirige hacia
los lados, donde hay interferencia constructiva.

PULSOS.

Hablamos de efectos de interferencia que se presentan cuando dos ondas distintas con la misma
frecuencia se traslapan en la misma región del espacio. Veamos ahora lo que sucede cuando tenemos
dos ondas de la misma amplitud, pero frecuencias ligeramente distintas.

La variación de amplitud causa variaciones de volumen llamados pulsos, y la frecuencia con que varía
el volumen es la frecuencia del pulso. En este ejemplo, la frecuencia del pulso es la diferencia de las
dos frecuencias. Si la frecuencia del pulso es de unos cuantos hertz, la oímos como una ondulación o
un pulso del tono.
Se pueden escuchar pulsaciones entre dos tonos hasta una frecuencia del pulso de 6 o 7 Hz. Dos
cuerdas de piano o dos tubos de órgano que difieren en su frecuencia en 2 o 3 Hz suenan temblorosos
y “desafinados”, aunque algunos registros de órgano contienen dos juegos de tubos deliberadamente
afinados a frecuencias del pulso de 1 o 2 Hz, para dar un suave efecto ondulante. Tratar de detectar
pulsos es una técnica importante al afinar todos los instrumentos musicales.

Con diferencias de frecuencia mayores que 6 o 7 Hz, ya no oímos pulsos individuales, y la sensación
se funde en una de consonancia o disonancia, según la relación de frecuencia de los dos tonos. En
algunos casos, el oído percibe un tono llamado tono de diferencia, igual a la frecuencia del pulso de
los dos tonos. Por ejemplo, si escuchamos un silbato que produce sonidos a 1800 Hz y 1900 Hz,
oiremos no sólo estos tonos, sino también un tono mucho más grave que 100 Hz.

EL EFECTO DOPPLER

Se llama efecto Doppler. Cuando una fuente de sonido y un receptor están en movimiento relativo, la
frecuencia del sonido oído por el receptor no es el mismo que la frecuencia fuente. Se presenta un
efecto similar con las ondas de luz y radio.

Con la finalidad de analizar el efecto Doppler para el sonido, deduciremos una relación entre el cambio
de frecuencia, y las velocidades de la fuente y el receptor relativas al medio (usualmente aire) por el
que se propagan las ondas sonoras.

La rapidez del sonido relativa al medio v siempre se considera positiva

Receptor en movimiento

Imaginemos primero un receptor L que se mueve con velocidad vL hacia una fuente estacionaria S
(figura 16.26). La fuente emite una onda sonora con frecuencia fS y longitud de onda 𝜆 = 𝑣𝑠/𝑓𝑠. La
figura muestra varias crestas de onda, separadas por distancias iguales 𝜆. Las crestas que se acercan
al receptor en movimiento tienen una rapidez de propagación relativa al receptor de (v + vL), así que
la frecuencia fL con que llegan a la posición del receptor (esto es, la frecuencia que el receptor oye)
Así, un receptor que se mueve hacia una fuente (vL > 0), como en la figura 16.26, oye una frecuencia
más alta (tono más agudo) que un receptor estacionario. Un receptor que se aleja de la fuente (vL <
0) oye una frecuencia más baja (tono más grave).

Fuente en movimiento y receptor en movimiento

Suponga ahora que la fuente también se mueve, con velocidad Vs (figura 16.27). La rapidez de la onda
relativa al medio (aire) sigue siendo v; está determinada por las propiedades del medio y no cambia
por el movimiento de la fuente. Sin embargo, la longitud de onda ya no es igual a 𝑣/𝑓𝑠; veamos por
qué. El tiempo que tarda en emitirse un ciclo de la onda es el periodo 𝑇 = 1/𝑓𝑠. Durante este tiempo,
la onda viaja una distancia 𝑣𝑇 = 𝑣/𝑓𝑠 y la fuente se mueve una distancia 𝑣𝑠𝑇 = 𝑣𝑠/𝑓𝑠. La longitud de
onda es la distancia entre crestas sucesivas, y depende del desplazamiento relativo de la fuente y la
onda. Como muestra la figura 16.27, éste es diferente adelante y atrás de la fuente.

Las ondas adelante y atrás de la fuente se comprimen y estiran, respectivamente, por el movimiento
de la fuente.
Si la fuente se mueve hacia el receptor (en la dirección negativa), entonces 𝑣𝑠 < 0 , 𝑓𝑙 > 𝑓𝑠 y el
receptor escucha una frecuencia mayor que la emitida por la fuente. En cambio, si la fuente se mueve
alejándose del receptor (en la dirección positiva), entonces 𝑣 > 0 , 𝑓𝑙 < 𝑓𝑠 y el receptor oye una
frecuencia menor. Esto explica el cambio de tono que se escucha cuando la sirena de una ambulancia
pasa cerca de usted.

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