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Por historia se puede entender dos cuestiones que, si bien se encuentran relacionadas, no son
lo mismo. Por una parte, historia son los acontecimientos. Pero, por otra parte, historia es la
interpretación de esos hechos que han sucedido. En el primer casi tenemos la historia-
acontecimiento; en el segundo, tenemos la historia-interpretación. A esta segunda parte es a
la que se refiere cuando se habla de una ciencia social y su objeto de estudio.
La mayor parte de las definiciones actuales de historia la ubican como una ciencia. Se trata
sin embargo de una ciencia en proceso de construcción, lo que quiere decir que, a pesar de
no ser una ciencia acabada, contiene ciertos elementos que le dan el carácter científico.
En el primero de esos elementos se encuentra la conciencia del pasado. Y aquí se trata de un
avance de la humanidad, pues ha habido sociedades, y aún las hay, que tiene una conciencia
estricta del paso del tiempo, una conciencia de que aquellos que son resultado de los procesos
del pasado. No se puede considerar a la historia sin referirse al tiempo. Muchas sociedades
primitivas y antiguas no tenían esa conciencia temporal. Solo cuando los pueblos pueden
elaborar un concepto, una idea del tiempo, del pasado, presente y futuro, están pensando
históricamente.
El segundo elemento es la concepción de que la existencia humana es temporal, profana y
terrenal. La existencia humana es temporal, ya que se ubica en un tiempo determinado,
específico. Y no se trata solamente de tener conciencia de la muerte, sino también de tener
una conciencia clara de que las sociedades o las civilizaciones existen o desaparecen. Lo
profano es lo no sagrado, es decir, lo no religioso. La conciencia histórica significa que el
hombre le convence de que ni su vida, no la de la sociedad a la que pertenece están guiadas
por Dios, sino que todo ello son obras de los propios hombres en sociedad.
El tercer elemento es lo terrenal, es decir, pertenecientes a la Tierra, a este mundo. Pero,
además, por terrenal podemos entender también su ubicación en un espacio geográfico.
El pensamiento histórico rechaza la idea de ver al movimiento de la historia como un
conjunto de acciones azarosas. En cambio, trata de buscar causas de los acontecimientos y
estudiar las consecuencias de los mismos. Otro logro destacado del pensamiento histórico es
comprender que la humanidad ha pasado por distintas etapas y diseñar una periodización del
desarrollo histórico que comprenda el antes y el después.
Los principales rasgos distintivos de la interpretación científica son; objeto de estudio,
método, coherencia, enunciado de principios, comprobación y renovación.
Como toda ciencia aspira a tratar hechos generales, y por lo mismo una de sus características
esenciales es que enuncia principios. La historia tiene los siguientes rasgos:
Tiene un objeto de estudio: devenir de las sociedades en el tiempo
Tiene un método: sigue determinados pasos en orden, lleva adelante ciertas reglas del
pensamiento, plantea hipótesis, investiga, comprueba y obtiene ciertas conclusiones.
Pero tenemos que tomar ciertas consideraciones, pues la sociedad tiene ciertas
particularidades específicas que nos llevan a comprender que a objetos diferentes se
deben usar métodos diferentes.
Tiene coherencia: tiene armonía, equilibrio en sus partes. Sus componentes son
complementarios, tienen un orden. La historia clasifica con base en determinados
criterios: geográficos, cronológicos, etc.
Tiene causalidad e historicidad: toda causa tiene un efecto y todo tiene una existencia
histórica
Se comprueba: pues al hacer sus hipótesis se comparan con los resultados que se
tienen.
Es renovable: acepta interpretaciones nuevas y desecha antiguas teorías, se plantea
nuevos problemas y campos de estudio.
Lo que sí es una equivocación es tratar de ver y juzgar con los lentes de las ciencias naturales
a las sociedades, puesto que, si intentamos hacerlo, nos encontraremos que fenómenos como
la experimentación o la predicción no tienen cabida en las ciencias sociales. Tenemos
entonces que la historia es una ciencia en construcción.
Bibliografía:
Miguel Ángel Gallo F. Historia Universal Moderna y Contemporánea. Ediciones Quinto Sol.
México, 1999.pp 7-20