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td FUNDAOóN CAJA¡,,URCIA
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Anrigüo Cuard de ArillerÍa
C/ MadEEln.a Oliv{ Molina,s/n
G) D,lkrta:
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99o, Ma$áchusetrs lnshute of Technology
Th¿ MIT Pre$, Cambridge, Masáchusem
]:e.h"iqrd of¡he Obvtu*. O¡ Wia" dn¿ Mo¿onitr i"
TodoslsdeEhore€rvados. NopuedserEprodu.ida
ni8una parte de e*e l¡b¡o bajo ninsúD hedio,
electró¡ico o msá¡ico (i¡.luida h Ep¡odu.ció¡ por
Éotocopi¡, s¡abacióo, alnaenamiénto o escaneo) dn
elperniso por escdró de lá publicadorá.
Dadó el c¡rácter ), la tn,lidád de la pr.§¡r€ €dición,
él ¿dftór s¿ acogc al arilculo rz dc la vig¿nt Lcy de La
Prcpi.dad lnclcdrá] párá la reprodu.ción y cna d€
óbhs d. átisrd plásicN reprscntadós por vEGAq
SGAE ú oth .niidád dc $stión, tanio .n Espaí¡
cono cúilqui.¡ otro plis d¿l mundo,
sBñ:978-84-96898{9-6
Depósib legal Mu¡9iroo8
c/ Akrbe del Papel, 16 bajo
Índice
Agr;decimienros 9
r. La modernidad y el p¡oblema del obse¡vado t5
r. La cimara o.cura y su sujero . . . 47
3, La visión subjetiva y la separación de los seutidos . . . . . . 97
4. La' récnicas del observador . . . . Í33
5.la absrracclón vilionari, .. f79
Bibliografia. f95
Para el histo¡iadot materialista, cada época de la
que se ocupa no es sino una ante_historia de aque-
llo que realmente le interesa. Y es precisamente por
eso por lo que la hi\lori¿, prr¡ el. erá desprovistr
de Ia apariencia de repetición, porque los momen-
tos de su t¡anscurso de la historia que más Ie im-
portan se coflvierten en momentos del Pres€nte e
través de su índice en tanto «ante-histodo, y cam-
hie n sus ca¡acterístices de acuerdo con la dete¡mi-
nació¡ catastrófca o triunfante de aquel presente
Valter Benjamin, Zlúra de los pasajes
r. La modernidad y el
problema del observador
El c¡1n?a ¿e k,i¡ión siempft
"E
hd pmída .o/h?¿úbk at tu¿to
dN u"é ¿tu"áción ¿rqueakgi&
vLilio
-Pául
Éste es un lit¡¡o sob¡e la visión y su construcción histórica.
Aunque se centre principalmente en acontecimientos y desa-
rrollos ante¡io¡es a r85o, fue escrito en medio de una t¡ans,
fo¡mación de la naturaleza de la visualidad quizá más pro-
funda que la fractura que separa la imaginería rnedieval de la
pe$pectiva renacefltista. El rápido desarrollo de una eno¡me
va¡iedad de técnicas infográñcas en poco más de una década
forma parte de una reconfiguración drástica de las ¡elaciones
entre el sujeto observador y los modos de representación que
tiene por efecto abolir la mayor parte de los signiEcados es-
tablecidos culturalmente de los mismos térmlnos ob¡a-uador
y representación. La formalizaciór y difusión de las imágenes 5
generadas por ordenador anuncian una implantación ubicua
de «espacios, visuales fabricados, radicalmente dife¡entes de
las facultades miméticas del cine, la fotografía y la televi-
sión. Al metos hasta mediados de los años setenra, estos tres
I
últimos e¡an, en general, formas de medios analógicos que
aún se cotrespondían con las longitudes de onda ópticas del
espectro y con un punto de vista, esrático o móvil, local! 2
zado en el espacio real. El diseiio asistido por ordenador, la
holografía sintética, los simulado¡es de vuelo, Ia animación
I
rt
iJigital, el rcconocinric¡«r ¡rLtomítico rlc inr:igcrrcs, cl trrrz,r ¿lir qrrl rrr«lnll, §i c\ ilu( .r,rlgrrna, son l.r intirgr:rfi.r y Lrs
do de ravos, cl mapeo de texturas, el control de movimie¡to conrcnitl¡,s tlc lu tcr¡riral tlc visualiz¿ción de video [uit/eo dis-
[uotion ron¡rol),los cascos de realidad virtual, la generación ?la! tefl inall una claboración ul¡erior y un re6namiento de
dc ;mágenes por resonalcia magnética y los scnsorcs mul- lo qr.re GLry Debord dcnomiró Ia del espectáculo,?'
"sociedad
ticspectr¿les no son siro algunas de Las técnicas que están ¿Cuál es la relación entre l¿s des¡naterializada imagineria di-
¡eubicando la visión en un plano cscindido del obse¡vado¡ gital actual y Ia llamada era de la reproductibilidad técnica?
humano. Obviamente, otros modos de «vcr», más antiguos y T ¡s . uesrioner m.i. .rpr<mirnrr'. embargo.
'rn '"n .uesrione'
familiares, pervivirán yconvivirán, con difictltad, junto a los de mayor envcrgadura. ¿Córno se esrá convirtiendo el cuerpo,
nuevos. Pero, de fo¡ma crecientc, las tecnologias emergentcs iocluso cl cucrpo observador, en un componente más de nuc-
tle producción de la imagen sc cstán convi.tiendo en los mo- vas máquinas, economias y aparatos, sean socialcs, libidnrales
delos dominantes cle visualización de acucnlo con los cuales o tecnológicos? ¿De qué manem sc está corvirriendo la subje-
funciorran los principales procesos sociales ylas institucrones. tividad en üna prccadn interfaz enrre sisremas racionalizados
Y natu¡¿lmente, se entrecrrzan con las necesidades ¿c las de intcrcambio y retles de inlórmación?
indust¡ias de la información global y con los requerimiertos Áurque este libro no se ocupa dircctamente de estas cues-
en expansión de las jerarquías médicas, militares y policiales. tiones, si que intenta reconsiderar y rcconstruir parre de su
I a nra¡"r ¡,,ar,. dc L. lurr.ione' hi\rori.rmenr. import.rntes rr¿'iondo hi'róu.u. L" h¡.. e.rrdirrdo un: reorgarriua.ion
del oio hrrnrano están siendo slrpla¡tadas por Prácticas en anterior {c la visiól gue tuvo lugar durante la primcra mitad
las que las imágenes visuales ya no remiten en ¿bsoluro a la J.l 'iglo xrr. l,o"lucjarrdo alguno' Jc 1". r(unre(imienro\
posición del obscrvador en un mundo (r€al,), percibido ópti- v f'uerzas, en concreto tlc las décadas de r8zo y r83o, que
camente- Si puedc dccirse que estas imágenes rcmiten a algo, produjeron un nuevo tipo cle observador y lueron condicio
cs a flrillones de birs de datos matemáticos elecüónicos. La nes previas decisivas para la absaacción de l¿ visión csbozada
visualidad se situará, cada vez más, en un terreno cibemético más arriba. Esra reorgan;z¿ción tuvo rcpcrcusioles inmedia,
y electromagtético en el que los elementos visu¿les absrrac- tas que, si bien no tan r:spcctacular-es, fueron, no ol¡sttnte,
tos y Jos Iingiiisricos coinciden y son consumidos, puestos en profundas. Los problcmas de la visión, entonces como ahom,
. ir. ul,'ciórr e inrerc¡mbia.lo. glotr.rlrnente. eran lundamcntalmente cuestiones relativts al cuerpo y ei ;
Para comprender esra al¡suacción incesante de lo visual y ft¡ncionamienro del poder social. Gran parte de este libro
evirar su misti6cación medianre el recurso a explicaciones cec_ analizará córno, desde principios dcl siglo xrx, un nuevo con-
nológicas, habria que plantearse, y responder, rntchas cuest;o- jurto tle relacioncs cntre el cuerpo por una parte, y folrras
n... entre l¡s cuales las nás cruciales son de orden histórico.
.1,: de potlcr nxtinrcional y discursivo por otra, rctlclinieron el
Si, cfectivamente, se está pro¿rcicndo una transformación cle cstatus dcl sujeto observador.
Ia naturaleza de la vjsualidad, ¿qué formas o modos se están sa- Al tlazar algunos de los .puntos dc cmergencia, de un
crilicando? ¡De qté clase de ruptura se trata? Ala vez, ¿cuáles régirren de visión moclcrno yheterogéneo, me centro a la vez
son los elemeocos de contiluidacl clue vinculan la imaginería en el problcma cmparenrado de curándo, y a consccucncia cle
contcrnpor:inea con ordenaciones más antiguas de lo visual?
Vcr n,i "l..li$c ol rb. Spc.ta.l.» (Crar), re81).
f7
qüé acortccimicntos, se fod4o una ruPtura cor los r¡¡¡xle- visrr¡l rrr¡lcrr¡:r t,,,,ri,rri,rrr:rr¡,,rr.rrl:rs l un,¡ vclsirirr rr or,r de
los de visión y del obscrvador ren¿centistas o ./lri¿or. Cómo y
dónde situamos tai ruptura guarda una esrrecha relación con \i,,,r,rl'.,r1r,,. ,"r, ,.1¡r".lrl 6r del e.p.r,io prr.p((,rvñ.
la intelig;bilidad de Iavisualiclatl cn elseno de la modernidad dc los códigos miméticos y tlc Io rclére¡cial ¿ rnenutlo ha
de los siglos xtx y xx. La mayor partc dc las respuesrirs acrra- convivido acríticamentc con otra periodización muy disrinta
les a esra pregunta adolecen de un inrerés exclusivo por pro- de la histo¡ia dc la cuhura visual europea que es igualmentc
blemrLs de representatiáz visual. La ruptura col los moclelos neces.r¡io abandonar Este segrrntlo modelo incunrbe a la in-
clásicos de la visión ¿ comielzos dcl siglo xrx fue r¡ucho más verción y disemi¡ación dc la fotografia y otras formas vincu-
allá dc un simple cambio en la aparicncia tlc las imágenes y
"¡ealisno, dcl siglo xrx. De nanera aplasranre, esros
ladas de
l¡. ohr¿' Jr ¡ r r.: fue in'epr rrl,le de urra r a'rr rcorganiza. iorr dcsarrollos han siclo prcsentados como pa¡tc de la hisroria
del conocimiento y c{c las prácticas sociales qu€ modiñca¡on concinu¿ dc ur modo de visión de basc ¡enacentista en cl
d( nrrlip,(' r,,nnJ. la' c:rpa, i,hJ¡ proJrr. ri\ J... o3ni, iv.¡\ \ crul I.r i"rogrrii.r ¡ hn.rlmerrrr rl . ine. no \on ,ino rn\rrn, i¡,
deseantcs tlcl suieto hu¡r:no- más recientes de un dcspliegLre ininterrumpitlo del espacio
En esre estutlio prcscnto une con6guracnin rl¡tiva¡rrente y la percepcióu pe$pecrivos. Asi, lr mcnudo perm¡nece u¡
desconocida de los objctos y aco tecimientos del siglo xrx, es confirso ¡nodclo tle la visión en el siglo xrx que se bifrrrca cn
,l..ir. no,rbr.. ¡ro¡,io.. Lorprrr Jc.,'no.inri"rrr" e rrrcnror dos nivcles: en un determinatlo rivel, exisriría un nirmero
recnológicos que raranrenre aparecen cn las histor;¡s del arte rclativamente pequeño dc a¡tisras avanzados quc generaron
o del rn"derni,rn". Un¡ Jr Lr' moriv¿. iore. qu, rn, emf,,j,rn u'r rit'o de \i\iur ) sigrri6ca,icin,.¡Ji.Ilm, nre nuevos. mi,rr
a haccr esto es la voluntad dc cscapar de las li¡nitacioncs en tras quc, en un nivel más cotidiano, la visión permancceria
quc incurren muchas de las historias domjn¿n¡es de la visua enquistada el1 las mism¿s constricciores «realist.rs» gcncrales
lidad de estc período, y sortear las lumcr.osas descripciones c¡uc la habían organizatlo desde el siglo xv. El cspacio clásico
del modernismo y dc la modernidad que depcnc{en de un es revocado por un ladol parecel mientms que persiste por cl
diagnóstico más o uenos similar de Los origenes del artc y 1a otro. Esta división conceptrral intluce a la erróne¡ noción de
cultura visual mode¡nisras en las dócadas de I87o y r88o. In- quc uta corriente llamada rcalista domin¡ba las prácricas re,
cluso hoy tlía, tms nrmerosas revisiones y re escr;1uras (entre prcsentacionales popularcs, mientras que la expcrimenración É
l.r. que 'e err.ucnrrrn rlgunos de 1". rraluio' r, r-r m¡,'i.r¡'. y la innovación tcnían lugar en la eslera difcrenciada (si bien
fcministrs y postestructuralistas más convincertes), sigue a merudo pcrmeatrle) de I¿ creaciófl artisrica rnodernista.
rigerrc rrn rel.rro LenrJl inJlrerJdo.n lo e'en.i.rl. F're po Cuardo la examinamos de cerca, sin embargo, la cele,
dría resumirse así: cr¡n M:rnet, el impresionismo y/o el pos- brada orupturao tlcl rnode¡nisrno es considcrablemenre más
f
timpresionismo, emcrgc uo mrevo modelo dc rcPtcsentación limitada en su impacto cultural y social tlc lo que suele insi
I percepción visual que co[stituye una ruPtura rcspccto a nuar la fanfarria que la rodea. Scgún sus defensores, la prc-
orro rnoclclo de visión vigenre durante siglos, y que podría tendicla levolución perceptivn ¿el arre avanzado de Enales del ,
dehnine aproxim.rJ.rmerr( (onro renrL rri\r¡. per\¡'e.r ivo siglo xIx es un acontccimienro cuyos efcctos ocürren e tl
o normati\.o. La rnayor partc rle las teorías sobre la cultt¡ra ¿r¡rrl¿¡ dc los modos de ver predominartes. Así, siguiendo la
I8 t9
lr'rgicl tlc csrc urgunrcr)rr), s! l mtx lcalnrcntc tlc Lrnrr r.rr¡rrrnr .i,irr? ¿No sorr l¡s lirnn,rs,rr¡rl,irrrrs,l" l,rs rl¡r,rs rlc rr« l
qLre srrccdc cn los márgencs de ¿c una vasra orgrnización hc- [r l:rrg,, rlcl ricrnp(, cl rrgistr'o Dris convincente de córro la
gemónica cie lo visual rlue va grnando fuerza durante el siglo prcpix visnnr ha iclo nrLclando históricameote? F-ste esrudio
xx, con la difusión I proliferación de la fotografía, el cile insisrc en que, al contrario, una historia de la visión (si ésta
y la televisión. En cierto senrido, sin embargo, el mito de la es acaso posible) depende de rnucho más que una simple enu-
rupru¡a modernista ¿epende firndamentalmente del ¡nodelo ¡reración de los cambios o desplazamientos de las prácticas
bina¡io ¡calismo ¿/¿rurr experimcnración. Es deci¡ la conti- represe¡ucionales. Lo quc cstc libro toma Por objeto no sofl
nuidad esencial de los códigos miméticos es una cordición los datos empíricos de las obras de artc, o Ia noción, en últi-
ncccsaria para la ¿lirmación de un avance o progreso de la mo término ide¿lista, de una .perccpción, aislable, sino, en
vanguardia. I;r nocióll de una revoiucióD visual rnodernista su lugar, el no meros problemárico ferómero del observador.
depende de la exisrencia de un sujcto que cuen!¿ con un pun- Porque ei problema del obse¡vador es el campo er cl cuxi
to dc vista distanciado, ya t¡ue es esro lo que permitc aisl al podemos dec;r que se materializa la visión en la historia, que
rn"derni'mo rrnro Lomo e\rilo, Lomo (n (U¡nro re\irFnciJ se hace clla mism¿ visible. Lavisión y sus efcctos son siempre
cultural o práctica icleológica sobrc cl telón de fondo dc inseparables de las posibilidades de un sujeto obscrvador que
una visión normativa. El modernismo se presentaj por ttn es a lavez el producto histórico 1l el lugar de ciertas Prácticas,
to, como la apariencia dc lo nuevo para un observldor que técnicrs, instituciones y pfoccdimientos de sutrjetivación.
Permanece perpetuamc[te igual, o cuyo cstatuto hisrórico La m:ryor parte de los diccionarios hacen pocas drstin-
nlLnca es cuestiollado. ciones semántices ent¡e las palabras nobservador, y respecta-
No cs stficienre con intentxr describir una ¡elación ¿ia- dor,, y el uso comirn a menudo los convierte, de hecho, en
léctica cntre las innovacioncs de los arcist¿s y escritorcs ¿e sinónimos. He elegido el término obseruador pritt iPalrr,en
vanguardia de fin:rles dcl siglo xrx de un lado, 1. el .realismo, tc por süs resonancias etimológicas. A diferencia ¿e spect¿le.
v positivismo coDclrrrenres de la cultura cierrilica y po¡rular raíz latila dc «espectadoro, la raíz de nobservar» no significa
deL otro. Más bien, resulta fun¿amenral ver anrbos fcnómc- liter¿lmenre nmirar a,. La palabn 'especrador' también con
nos como componentes solapaclos de una única super6cie lleva connotaciones especificas, cspecialmente en el contexto
social sobre la que la modemización de la visión se hal¡ía ,l. l¡.uhur¡ de.imorr"nic¡. qu. pr.6ero e\it¿r .oncrerr' a
ini, i"do
'r tli.¡.1¡.,,nres. I o,¡rre sugirro. . que r ¡rin. ipio, merre, las d. ser el asistenre pasivo de un cspcctácl¡lo, como
del siglo xrx ruvo lugar una t¡ansfbrmación en lt constitlr- en una galeria dc arte o e¡ u¡ teatro. En ur se[tido n]ás
ción de lavisión mr¡cho rnás imporrante y amplia. La pnrtura pertineote p¿r¿ nr; estrdio, obseruare signihca uconlormar la
moclernista de l¿s clócrdas de r87o y r88o v el desarrollo de acciór propia, cümplir con», como al obscrvar reglas, códi-
la fotografía después de rfl19 pueden considerarse sinro¡r:rs gos, rcgulaciones y práct;cas. Aunque sc tmtc obviamente de
po\r(r or,'. u (un.cL uFr',ir, J. +rc,li.pl.rzrrr'ienro \i,,erni, u alguien que ve, un observador es, sobre todo, alguien que ve
2
cluc ya csraba en marcl¡a hacir rllzo. de¡tro de un conjtnto dctcllrimdo de posibilidades, que
Pero, llegirdos aquí, uno ¡uede preguntarse ¿ro coincide sc halla insc¡ito err un sisrema de coDvcnciones y Lirnitacio-
l¡ hiso¡ir dcl are de hecho con una hisroria de le percep nes. Y por nconvcnciones), prerendo sugerir nucho más que
In:iLrir:rs r(1,,(s(.'rrir(ionrlcs. Si t)Ic(lr (1.(i¡s. ¡tr¡( (xisrc r¡,r Al ¡,ro¡r,rt.r r¡rrr,lrr:rrrrc l,rs l,rirrrclrs tllc,rcl,rs clel siglo
olxcrv,rclor cq,ccílicti dcl sigL, xrx, o tlc cuulcluicr oorr pc, xrx r¡¡r¡¡¡i fi¡r,r¡ cn lir«rp:r rrn nrcvo tipo dc espectldor r:r-
ríotlo, 1o cs sólo como y'i./¿ de uü sjs.cma ine¿ucrjblemente dicrlnro:tc rlifircntc dcl rlorrinrntc durante los siglos xvrt
hetetogénco de relaciones discursivas, socialcs, recnológicas e y xvlr, sin duda suscitaré el i¡terrogrnte de cómo se puede
institucionales. No existe un suieto observador anaerior i¡ este plantcar gencralidacles tar vagas, catcgorías tan torpcs como
.ampo en conrinu¡ transformación.' .el obselvador del siglo xrx,. ¿No corremos el riesgo de pre-
Si he mencionado la idea de un¿ historia dc la visión, es sentxr algo xbstr¿cto y divorciado de las singula¡idades v la
sólo como un;r posibilidad hipotética. Que la percepción o inmcnsa clivcrsidad quc caracrcrizaba la expe¡iencia visual en
la visión caml¡ien realmente es irrelcvan¡e, dado que no tie- nqucl siglo? Obvinmcnre, no hubo un observador decimonó-
ncl ula historia autónoma. Lo quc cambian soo las variadas nico único, ningúl ejemplo localizablc empiricamcntr:. Lo
firerzas y reglas que compon el campo en que la pcrccp- clue deseo hacer, no obsranre, es apuntir algunas de las con-
. iÁn ¡.orrrr. r. Y Io que deren n in¡ l¿ ! i\ión ( n ,rn mornenro diciones y fuerzrs que dellnieron o permitieron la for¡ración
histórico dado no es r.rna estructura profunda, una base eco- dc un modelo dominantc ¿c obscrvador cr el siglo xrx. Esto
rórnica o Lrna fb¡n¿ de vcr el mundo. sino rnás bie¡ el fun- in,pli,;rr el to'qrrejo de U,r .onjUllro,le ¿.onrc.irnierro'
cionam¡ento de un ensamblaje colecdvo de p¿¡tes dispa¡es emparenrados que ruvieron un papel decisivo er1 los modos
en un.r única supcrlicie soci¿I. Puede incluso que sea recesa, eu los qüe la visión fr¡e debatida, concrolada y encarnad¡ en
rio considera¡ al observtdor como una distribución de Gnó- pr.i,ri..r'.ufiural.^ y.irrrrr6.r'. Al mismo ri.mpu. r'gr"
menos localizados eo muchos lugares disrinros., Nunca hubo mosrrar córr o los rérminos y elemeltos más irnportantes de
ni habrá un espectador rellexivo que aprehenda cl mu¡do en la organiz,ción anterior del observador dejaron de ser ope'
u¡¿ evidencin traffparenre. l-o que hay son combinaciolles rativos. Lo que r¿ se ¿comete en este esrlrdio son las formas
de fucrzas más o menos pode¡osas a través de las cuales se marginalcs y ltcalcs ptr medio dc las cualcs las p¡ricticas dc
hacen posibles las capaci{ades de un observador. la visión fueron resistidas. desviadas o constituidas tle forma
imperlécca. l.a hisroria de estos ¡romentos de oposlc;ón aún
Etr .iefto senrido, Di prcpósiro .¡ erc estu.lñ es "gene¡lógico», está por escribirse, pero sólo es iegible si se cootr¿sta freüte al
sisuic¡do ¡ Mi.hel Iouca,rlr: "No crco quc cl problema pueda so-
lucioDarsc historiz¿¡Jo el r!en, ral co¡ro lo proponen l<,s feno- con¡rnto de discu¡sos y práctic¿s hegeoónico en quc la vi
nenólosos, niv.r,ra¡do un sujero que evoluclo¡¡ en el (úr¡ de h sión tomó fbrma. Las tipologías y unidadcs provisionalcs que
hisrori¡. H¡l, quc pres.indir del sujero co¡srirurcnlc, librarse del
empleo son p¿te de una esnaregia explicativa que precende
r¡jero ¡rismo, por ¡sí Jecirl{,, para llega, a u¡ a¡álisis que pue¿a
da¡ cuenta dc lx.onsitu.i¿rn del suie¡o dc¡rro d. (n har.o histí demostrar una nrptura o disconti¡ujdad general a prirrcipios
rico. Y csto cs lo que yo llam¡ria genealogia, cs de.ir, u¡r forma Je dcl siglo xrx. Huclga scñalar quc no cxistcn cosas talcs como
: historii que peú,nc cxpli.a.l¿ consriru.ión de s¡bercs, discursos,
J.,¡,,,* ."i.t..o..o .. r,.,r"r.1u.h"a .lnen,.'.'u,,,,¡,o cortnruidad€s o discontinuitladcs cn la historia. sino sólo
rlue o hien es rrascendc¡t¿l c¡ ¡rhción ¡ un carnpo dc act»tcci en las expiicaciones históricas. De modo gue las divisiones
rnirntos, o bien se queda prcso en su va.í¡ hismid¿d a lo l¡¡go dct tempo.ales que propongo no se h¿cen en interés de una uhis- :
.urso de l¡ hisrcria., (Fou.adl, r98o: p. rr7).
Sobre las ü2diciones cieDrificrs c intelectualesen las que los objcros torix vcrdadcm», o dc rcstaurar cl rcgistlo dc olo quc ocu
aot ¿gieg¡dos de farres rciarilimc¡rc i¡¿epen¿ienres,, vid. F.yc rrió realmente,. Lo que está er Fego es muy disrinro: cómo
r¡Li.nd, r98r, rol. ,,r.
z)
l)cri(trli7xrx,s y,l¡r,clr sitL¡,rrrr¡s l,rs ru¡rur:rs o l:rs rrcg:rnrrx rrrlr rli¡rirrriir irrrlc¡r'rrrln rrrc ilc irvcrinnr, nrxlificrrcnin y
son clcccioncs polícicas grc rlctcnninr¡ h consrnLcción clcl ¡x r iccirirr rncc:irric,r s,l,« rrrr c.rnrpo social, translbnnándo-
f
p'.'.rrc. Qu. un" , r, hr., o desr.rque cierro, aconrerimien Lr rlc«lt fircr¡. l,a tccnologia es siempre, al cortrario, una
tos y p¡ocesos a expcnsas de orros afecta a la inteligibilidad parte concurrente o slrbordin:rda cle otr¿s fuerzas. Para Gillcs
del fLrnciolamiento contemporáneo del poder en cl cual no- Dclcuzc, uU¡a sociedad se de6ne po¡ sus ¿leaciones, ¡o por
sotros m¡smos estamos enredirdos. Tales elccciones afectal sus he¡ramicntas... I-as herramienras existcn sólo en rel¿ción
tanto a que la forma dcl prescnte parezca como a ¿ las combinacioles que hacen posibles o qte las haccn po-
"natural,,
quc, por el contrario, se ponga en evidencia su composicrón sibles.»a Por tanto, ya no es posible reduc;r una hisroria del
histó¡icamente fabricada y delsamenre sedimentada. obsc¡varlor ni a los carnbios cr las p¡ácticas técnicas y mc-
A princ[ios del siglo x]x se produjo un¡ úansformación cánicas, ni a los ca¡nbios producidos cn las form¿s de las
radic¿l en la concepción dcl obse¡vador dentro de ul amplio obras de arte y la repr€se¡t¿c;ón visual. Al mismo tiempo,
abanico tlc prácticas sociales y ramas de conocimiento. Una quisiera h¿cer hincapié ct qüe, xunque designe la cárnara
de las principales vías a través de las cuales presentat¿ estos oscura como un objeto clave elr los siglos xvn y xvlrl, ésra
desar¡ollos ser¿i examinando la impoltancia de ciertos dispo- no es isomorfa dc las técnicas ópticas que análizo en el con-
sitivos ópticos. l,os ¿bordo no cn función dc los modelos de texro del siglo xrx. Los siglos xvlr yxvrll no sofl cuadrículas
reprcscntación quc inplican, sino como emplazamientos de anilogas en las que distintos objetos culturales puedan ocu
saber y poder que operan direccamente sobre el cuerpo del par las mismes posiciones relativas. Antcs lrien, l¿ posiciór y
individuo. En coocreto, propofldré la cámara oscu¡a como función de una tét:nica es hisróricamente variabler la cámara
pa¡adigmática del cst¿tuto tlominante del observador du¡an- oscur¿, como §ugiero efl el próxjmo caPírulo, es parte de un
te los siglos xvII yxvllr, mientras que el el caso delsiglo xrx campo del conocimi€flto y la práctic¿ que no se corresPondc
tomaré en consideración cierta cantidad de i¡strumentos óp- esrlucturalmente con los emplazamicntos de los disPosirivos
ficos, y eD parricular eL estereoscopio, como mcdio útil para ópticos que examino posteriormente. En palabras de Deleu-
especific¿r las traruformacioncs en el estxtuto del observador. ze, «Por una parte, cada estrato o formación históricr imPlica
Los dispositivos ópticos en cuestión, de manera significativa, una distribución de lo visible y clc lo emrnciable que acrúa
sor puntos ¿e intersección en los que los discursos filosófi- sobrc sí mismai por otra parte, de un estÍato al siguiente se á
cos, cienríficos y estét;cos se solapan con técnicrs mccáni produce r.ura variación en l¿ disrr;brción, dado que la propia
\J'. requer¡mi(nru. in'rirr¡, ion¡1. . ¡ iurv:. .o, ioe, onórnr. visibilidad cambia de modo, y los enunciados mismos cam-
cas. Cada uno de ellos puede entenderse no simplemente en bian de régimen.,,
tanro objero material, o como parte de una historia de i.r Sostelgo que algunos de los medios dc producción de
'ino ¡ Lr¡ves del modo en que .e in\err¡ en un
a
re, nol"gra. e/:ec¡os orealistas» más extendidos en h cultum visual de ma-
dgenLiamienro mu.ht, mjr rmplio dc a.onrr. imr.nro. y po sas, como el estereoscopio, se basaban de hecho en una abs-
dcrcs. Esto contraria clatamente muchos de los inlluyentes úacción y rcconstrucción radicales de la experiencia óptica, 1o
relaros de la his¡oria de la forografia y el cine, caracterrzados
por un determinismo l¿tente o explícito, y en los t¡uc impcra Dele(ze v Guart¿ri, 1987
t Dcleuze, 1988:48.
74 25
(,rirl cxigc r¡llir rc«nrsnlcr:¡.ni¡ (l(l sigtlili(1J,, (lcl .rc.¡lisnx,, . ir*i«r(i,¡rxs r¡rrr', irrrrrrx, t,t,.l.'r (lrlirirsc,r¡»ox;rlrrl,r, y
cn cl siglo xrx. '¡rntbi¿| .:slx.ro dcmosrrar cónn) l:¡s idcls Drils qrriz,í rarrro|i¡it,rrrrcrrrr', ru,r¡o ",rri¡lcr niclad,.
inlluyenres acerca del obscrvatlol a principios del siglo xrx dc l.u r¡¡orlcn¡iz:rcitnr sc cr¡rvicrtc crr L¡¡¡ noción ú¡il unr vez
pendian prioritariamentc dc mo¿clos de visión srrbieriva, en amncrrrl¡ rlc derclminacioncs tclcológicas, principalmcntc
contraste cor la sup¡csió¡ sis¡ernárica de la sulrjetiv ad dc h económicas, y crondo abarca no sólo los cambios estr¡.rctu-
visión quc cncontramos en el peosamicnto c{c los siglos xvrr y rales de las formaciones politices v económicas, sirlo tamb;én
xvlrl. Ura cierra noción de «visión subjctiva, h¿ sido duranrc la inmens¿ reorganizrción del cooocimiento, los lcnguajes,
largo rien4ro una partc signiEcariva de las discus;ones sobrc la las rcclcs de espacios v comunicaciones, y de la subjetir.idad
cultrLra del siglo xrx, rnás a menudo en el contexto del unan rnisma. I'articnrlo del trabajo de Vcbcr, Lukács, Snnmel y
ticismo, como por ej€mplo al ilustrar el p:rso en cl ejer- orros, y dc toc{a la reHexión reóricr colccbida por Ios tér-
"papct
citlo por cl espíLiru en la percepción, tlcsdc las corcepc;ones rninos nracionalización» y «reificación,, es posiblt prcponer
de imiracióo a las de exprcsiót, desde la meráfbra del espejo a una lógica de la rrodeurización separadr de las ideas dc pro
l¡ del, Iinrp'r¡. luo l¡ ide¡ deun, ri'iún o,rnrpr'.,p.ió'r greso o dcsarrollo que implique, al contrario, tr¿nsfórr¡acio-
r1e alguna forma exclLLsiva de ¿rtistas y poctas y diferenciada ¡es no line¡les. P¡m (]i:rnn; Vatrimo. la modcrnitletl tiene
.1. l¡ precisamente estos rasgos «post-históricos» cn los cu:rles la
'i'r"n m"lde¿d" por nlear v ¡rr, riL.rs emprri.J, o to,iri.
r i.r¿. e,. de nuevo. c<nrr,rl rn ..rrs irrrer¡r¡era, iorre,. contiriua p¡oducción de lo nucvo cs lo que fermite qu€ lxs
Me i¡rtercsa cl modo en que los conceptos dc la visión sub- cosils pcfmanezc1rn sienryre igualesi sc trata de una lógica
jetiva y la productividad del observador impregna¡on no sólo de lo rnismo quc sc sitúa, sin erlbargo, er rclación inversa e
los campos del arte y la litcratura, sino que ambién estuvie h cstabilidad de las fonnas t¡adicion¿les. t-a modernización
rr»1 presentes en los tliscu¡sos lilosóficos, científicos y tecno cs un proceso rne.liante cl cunl el capital;soro desarraiga y
lógicos. Más quc clfatizar la separación de artc y cicncia du- hace móvil lo tlue está asentado, aparra o climiD¿ lo que im-
rante el siglo xlx, es inrportante vcr cómo urbos fón¡aban pide la circLrlación, y hace interc¿rrbiable lo quc cs singular.¡
parte de Lrn ¡rismo campo cntrclazado de saber y ptáctica. Esto sirve tanto para los crcrp.rs, los signos, las imágencs, los
El mis¡ro saber tlue pcrmiría la crecie¡ce racronalización y lelguajcs, las relaciones de parentcsco, las práct;c¿s religio-
control deL sujcto humano en función de Jos nucvos rcr¡ucri- sas y las nacionalidades como para las mclcanci¡s, l¿ r;queza a
micntos institucionales y económicos, co[stituia tambié¡ ]a 1 l, rrur'" de obr¡. L.r modc,ri,.r,irirr .e .on,i.rrr,rr un.,
coD¿ición de posibilidad dc nucvos cxperimenros er el c¿¡D
po de le reprcs.ntación vnual. I']or ello quiero dclincar un
sujeto obscrvador qLre fue t.rnto producto clc la rnodernidad li En csté punro es rclev¡rte cL bosquejo hisrório Je Deleuze I
J (,,,r,,r,, ,i-q:'oo:ór \9''r¡,,,",1 n,d,J-
tlel siglo xrx como, e la ve7, constitutivo dc clla. En lireas ' ' , ufli, u. P.
.c«i ¡e ¿cncri¡ñri)li7r.ión,. un h3.er absr¡.tó e lnlci.¿rnbi¿bl.
rnuy generales, lo qrre ocurrc con el observador durante el de cuopo, objoos y Lclaciones. l'er,, cont srbral¡D Dclcuze y
siglo xrr es un ploccso cle noderniz¿ción; él o ella sc adccua Cuártari, la nuev¡ nr¡.rc.,r1bi3bili¿a¿ ¿e ltrs formas b¡jo.l c¿pira-
lismo es l¡.o¡di.ióD de posibilidad de su t.riroii¿liz¡ciór, eo
a toc{a uta consrelación de nuevos ¿conrccirnicntos. fuerzas "re
buevas jer¡rqúí¡s c nrs¡i¡ucdres.l.a indusrializaclón dcl slglo xtr
€s ÚátaJ¡.n r¿rni¡os de des¡er¡ itoriallz¡ció¡, dcs¡rL¡igo (¿¡¿.t
z¡r¡r¡¡) y producció¡ de ftujos en Cuilhune. rtTrs: r'142.
z6 27
.r.r.i(ir ill( csllnrc y xull¡ pc¡l)ctUrüllc (lc ¡Urvlls nfccs r¿cs, rlti,ril,rs ,rrrrcs, W,rL ¡ lt..rrii,rrin r,rnrhi¿'r l:,rbil cscr ito :rcocl
nucvo corlsumo y nueva produc¡:ió¡., t.cjos ¿c ser cxrerior a clcl ¡x¡,cl rlc l,r nrcrc,rncír cn l:r plrdLrccitnr rlc ura nfirntasmt-
estc p¡occso, el observador, como sujeto hurnano, es corn¡le, goría Jc h igLralcl.rd,. Así, la modcr¡idad es insepalablc, por
tamente inmanente a é1. A lo largo del siglo xrx, el observa- LLn hdo, de una tccolstrucción del observador, y por el otro,
dor tuvo que operar c¿de vez más en el in¡erior de esptcios dc una proliferación de signos y objetos en circulación cuyos
urbanos escindidos y desfamiliarizados, de las dislocaciores eficros coincicle¡ con su visualidad o, en palabras de Adorno,
perceptivas y tcmporales de los viajes en treD, el telégrafo,
ia protlucción induscrial y los flujos de la información tipo, El análisis que Baudrilla¡d propo¡e de la modemidad
grálica y visual. Al mismo ticrnpo, la idenridad discursiv¿ bosqueja u¡a creciente dcscstabilizació¡ y rnovilidad de tos
del observ¿do¡ corno objcto de reflexión Elosófica y estudio .iqno' 1 lo' ródigos que se inici¿ cn rf Ren,Limienro. sigro'
empírico suf¡ió una Brovación igualmente drástica. anreriormeflte efi eizados en posiciones r€lativamentc 6rmes
El trabajo ternprano de Jean Baudrillard cletalla algunas dentro de ierarquías socialcs fijas.
de las condiciones de este nuevo terreno en el que se situa-
ba el observ¿dor dccimonónico. l'ara Baudrillard- una de hs 1.. mod¡ ¡o diste en ula socierlarl de castt y tangos, dado
consecueDcias c¡uciales de las revoluciones políticas burgue- queacada uno se le asigna iroccablenrttt un iugar: Por ran-
sas a 6nales del siglo xvrr era la fuerza ideológica que animó to, la movilidrd dc clase ¡o exis¡e. U¡a interdi.ci¿rn prorege ¡
los mi¡os de los de¡echos dcl homb¡e, el de¡echo a la igualdad lossignosy les asegun una tot¡l cl¡ridad; cada signose ¡eiere
y a la felicidad. En el siglo xrx, por primera vez se hizo nece- i¡.quívocameote a un es¡atut,.-. En las socicdadcs de cas¡as,
sariala prucbx observable para demostrar que la felicidad y la feuJrles o xr.2ic¡s, sociedades cLueles, lo signos sor lnnin
igualclad se habian alcanz¿do realmente. La felicidad debia dos e¡núnero,y¡o csrá¡ ¡mplianenre difunrlidos. ca<la uno
ser om¿nsarabl¿ e¡ té¡minos de objetos y sigloo,, algo que se, fu¡cion¡ con todo su valor .ono interdiccióD. cada uno es
ría evidente para el ojo a modo de nc¡i¡erios r/¡ibles»;" Yatias una obligació¡ recí¡rm enme as*. ciancs o pcrsoDas. l.os
.ig',.. nó.o.,. p'r..,rbrr ,rro.. ll .its1,, r,bi,Jrró . inn;.'
(De ahí la explo¡ación de rodá 1¿ r¿tuhleza y h bús<tueda de nüc-
cuando, en lLrger de vincrlar dos pcrson¿s en una re.iprocida.l
vas cualida.lcs útiles e¡ las cosasr dc ahi cl imer.ambb a es.¡la
u¡iveGal de pbdudos hbricados bajo rodos Los .lim¿s y en t.dos ,nlreh,"n'rL,l,. .1 F,,il -ñtc,infe/. .r rfeti,* , ,.n uni I
los países; los nuevos rraramienros (aLri6.i¡le, ¡pli.¡rlos a los obje- verso desencamado del signilic¡do, cle¡onnudoL conú¡ del
ros ninúales pdá ¿oblos de ¡uevos valoLcs dc uso 1...1 De ¡hi la
rnundo rcal, hacia el que nadie iiene ya ningúm obligación."
.{plorxció¡ Je lá iieúr etr rodos los senridos, tanto p¡rá des.ubrir
nrclos obietos util¿abhs como pam o¡orgar ¡úevás propiededes
dc ürili,xciór ¡ los anrig,ios; I...1 el descübrinic¡ro, lx.re¿ción, era i¡.lustri¿l av¿¡z¿¿a, .onstrui¿a por eL oio .m¡do éstc sc acoe
la saristacció¡ il. nu.Es n€cesid¿des provenienres de ia socicdad rumbró a percibir l¡ realidarl cono ura rcalidrd de obitos ¡ por
misma; la cul¡ura de to¡l¡s lás duiidad* del homhre social, para la ran¡o, básicamenre rle me¡.¡ncí.e,. (Adomo, r98r: 99).
froducció¡ de u¡ honbre soci¡l que É¡ga el máximo de ¡ecesida- .Al negar la naturaleza implícira¡rcnrc concep¡ual d.l an., I. ¡".
des, siendo rico c¡ cualid¡des y rbierio a ió¿o ma de lavisualidarl reifica levlsralltlad en una cualidad opaca, im
-cl producro social
más acibado yu¡ivcrsal posible., (MÚL r97l:4o8-4o9). penerrable una rép1ica del pctriEcado mundo exteri<¡¡, cauteloso
Baudrillard, r97o: 6o. Subr¿y¡do en el original. Algunos de esros con toúr b gue pudiera intüfcrir cor la armonia que la obraerun
cambios h,n sido descriios por Adorno coho ¿i adapr¡cióD ldel .i¡., (A¡lor¡o, 1984: rl9 rao).
obrrv¡do¡ alorde. de la raclomlidad burguesa¡ finalmenre, ala B¡udriLla.d, re76: 78.
28 29
Asi, l)rrr Ilirklrill,rrrl, lir ,¡)(xlcrr i(lir(l csrii c\r.(lrinrcnrc L,r Ii'r,i11r.rli,r t r o,,vio t r¡¡ r¡r¡ clL rrrcrrr,i ct,,u,rl rrc vjLr cn
'cl,r
.i,,,,.,J¡.,,,, 1., ..¡t,.,.¡Jr.l q,¡, h,.t.,,,.,, L,\..,,.!,,ri.,.,,,.i., l,r r¡,,.v,r e,,,,¡,,,¡¡í.r .le ¡¡¡cr::ncíes. sino t¡lbión cn ia reor-
les recién llegadas al poder tienen de supemr ola cxclusividad girnizrcitin di r(xlo Lro tcri¡¡io en qre signos c irn:igcnes,
de los sigros» y dc promover,,la ¡rolileración dc los signos cldr curl scprLtlo clcc¡iv¡mente de referenrc, cnculan y
según la ¿cm r¿a,. L¿s imitaciones, las copias, las falsilica, ¡,«rliféren. t-as firogralías pucdcn tener algunas snnilirutlcs
ciones y las técnic¿s p:¡ra prodlrcirlas (entre las que se encon rprrcrl.(:s con orros rifos de irnágc[cs mris antigrLos, conlo
tra¡ían el teat¡o italiano, la perspecriva lineal y la cámara os h pintura pcrspectiva o los dibLrjos rcalizaclos coÍ l¡ ¿yud¿
cura) suptrsicron tod eltas desalíos al monopolio y conrrol cle la cámrr:r oscur:r, pero l:r elrorme cesura sistémica clc l¿
aristocr:itico clc los signos. El problenra dc la mímesis aqui no qLre h firtografia forma p:rrte con\¡ierte estas similirudcs cn
es ya un problerna de estética sino de podcr social, un poder insigniGcanres. La fotografia es u¡r elemento en un nucvo y
fundado en la capacidad dc producir equivalencias. htmogéneo Lerreno .le colstmo y circuitción en el clral qre-
Para Baudrilla y mtchos orros, no obstantc, cs prccisa- ¿a xlojado cl observrdor. l'ara encender cl fotogra€Ía,
"cftcto
mentc c1r cl siglo xrx cuando surge un nucvo ripo de signo, en el siglo xrx, dcbcmos verlo corno un componcrtc crucial
junto con el desarrollo de nucvas tócnicas industriales y luevas de una lueva economia cultu'"I de valor e intercarnbio, 1,
fornas cle poder politico. Estos nucvos signos, «obieros potc¡ no corno ferte de Lrnx historia conti¡u¡ de la representación
ci men.e ;dénticos producidos en series indefiniclas,, anuncial visu¡1.
el momento cn que desa¡arecerá el problcrna tlc la mímesis- La fotografia y r:L dinero se convierten en lbllras hornó-
logas cle ¡oder soci cn cl siglo xrx." Ambos son por igual
l.a relación cntrc cllos ¡r no es lx.le un o,ieinrl .on !¡ i,nir¡ sistemas r¡ralizadores que engloban ), u¡ific¿n ¿ rodos los
.njn, nianalosi¡ ¡i kflcjo. silú l¿equivrlencia, ia ¡idifcrcü.i¡. sujetos den(ro de una rnisma rcd rlc r,¡I,¡¡ación y deseo.'laly
!lol¿sc¡i.,losol,jefusr.onvie¡ren ensinúl¿.ros ii.leti¡idos como Marx dijo del d;nero, la fbrografia cs tambi¿D un gran
los u¡os.Le li)s oros... Satcmos qrc hor, es en el nivel de la n;velador, un dcmoc¡atiz¡dor, un sínbolo,, una 6c
"mero
reprducción uroda, m'¿ios, publiciJ.d, redes de ¡rlbr¡u ción por cl llamacio corrsenti¡rienro universal dc
"sancionada
cornuni.r.ión en el nivel tle lo quc Marx dcromnu
ción y la humanided.,/n Ambos son firnnas rn:igicas qLle est¿blecen
b¿ dcs.uidxd¿r,cnt los Édr¿¡ tsaros imprclisrosl dd cl uD con¡rrto nuevo de relacioDes abstractas cntre individuos
pir¡I..., es Je.ir, en l¡ elera dcl si¡ul¡c.o y el .ódigo, ¿oDde y cosas c inlponen esas relaciones corno lo real. Es:r través de
r ur¿e la ünid¿d dcl pLoc.so .o¡junto .lel capnalismo.'r lirs disrirras pero cDtrclazadrs economías del ¿in€ro y la lo
Dentro rlc cstc nrevo campo de los objctos producidos en L¡ ¡ecsicLr¡t dc l¿ al¡solrta scmejrnza e inteLcamtriabill,Jad prori
I no dc los r.querinriennrs de h guuru v ro dcl dcsarrollo dcl sec«»
serie, los más sigDilicativos, en cuanto a su impacto social y
..o¡ó¡rico, conro r.gunr€nt¿ De L¡¡Jl, reeo.
culmml, eran la lbtogra€ía y unn gran cantidad de !écnicas l'¡r¡dcbates ¡elacion¡dos con era.ú.srió¡. vid. Joh¡'l:gg, ,ilhe
asoc;adas a lirindustrializaciór ¿e la creación de inrágencs.'1 Curcncy ol the Photograph,, et Thnhng l'hotogrd¡hy, ed- Vict tr
l\rrgln (l.ondres, r98:). pp. xo r.{i v Al¿n Sekula, .'lhe Tratic in
rl llaud,illard, 1976: E6. I'hort{tphs,. ú Pbotograpb, ArnnBL th Gr,1j": t\a/-tt ¿ul Photo
rt [!l modclo DÍs irnporL¡nte prra la prcduccióD i¡dúrrixl cn serie \varli\ t97 rrsi (11J],tl¡\, r98a), pp. 1611),.
l¡ ú,i.ión ) los repuesos milirarcs.
.luraDre elsiglo xrx fuc cl dc
Jo 3r
rogrirlir¡ c(»no roLlo urr mUn¿o so.irl cs r(prcsf¡rrir(li) y.(rrs rrus rlc crrrcrcrirrrilrrro rlt rr:¡sus, conxr cl csttrcoscopio y
tituido exclusiva¡nentc como signos. cl fln,rqrrisriseo¡io, (lcrivrr(,n origin¡ri.rmcnre de los ruevos
La fotografia, sin embargo, no es el tema de estc libro. A conocimicntos cmpiricos accrce del estaturo fisiológico del
pesar de Io decisiva <¡ue haya podido ser la lotografía para observaclor y la visión. Así, ciertas formas de experiencia vi-
el destino de la visualidad del siglo xrx en adclanre, su in- sual categorizadas a menudo acríticamcnte como «¡ealismo»
ven, ion er « r¡nd¿ri.r prr.r los aconre.imierrro\ que ;nr(nro estlin, de hecho, vinculada,s ¿, teorias no uerídi¿as de la visión
desgranar aqui. Sostengo que en el siglo xrx se producc una quc ticncn por efecto ¿niquilar la existencia de un mLrndo
reorganización del observador con anterio¡idad a la aparición real. A pesar de todos los intentos de autentiGcarla y natura-
dc la fotografía. Lo que riene lugar aproxima<lanerte desde lizarla, la experiencia visual perdió, durante el siglo xrx, los
r8ro hasra r84o cs un desarraigo de la visión col respecto a privilegios apodícricos de que se valia la cáma¡a osaua para
las relaciones estables y Ejas encarnadas por la cámara oscu¡a. imponer la verdad. En un nivel super6cial, las Ecciones de
Si la cámara oscura, en ranro concepto, subsistír como base realismo operan intactas, pero los procesos de moderniza-
objctiva de verdad visual, diversos discursos y prácricas ción del siglo xrx no dcpendían dc tales ilmiones. Nuevos
6losofía, en cicncia y en los procedimicntos de normaliza -en modelos de c;rcutación, comunicación, producción, consu-
ción social tic¡den a abolir los fundamcrtos de esa base a mo y r¿cionalizacjón demandaron y dierol forma conjunta-
principios del siglo xrx. En cierro sertido, lo que ocurre es mente a un flucvo tipo de observador-consumidor.
rrna nueva valoración de la expcriencia visual: se le da una Lo que llamo observador cs, cn realidad, sólo u¡r electo de
movilidad e irtcrcambiabilitlad sin precedentes, abscraída dc la construcció¡ de un nuevo tipo de sujeto o individuo en el
rodo lugar o referente fun¿anres. siglo xrx. El trabajo de Michel Foucaut aquí ha sido central,
En el capitulo 3 describo ciertos aspcctos de esta
recvalta- al revelar los procesos e institucio¡res que racionalizaron y
ción cn la ol¡ra de Goethe y Schopcnhauer y en la psicología modernizaron al sujcto cn estc contexto de transformacjo-
y la 6siologia de prilcipios clel siglo xrx, en las cuales la natu- nes sociales y econórnicas." Sin establecer rclaciofles causales,
raleza misma de la sensaciól y la percepciór asume muchos Fouc¿ult demuestra que la revolución hdusr¡ial conrcidió
Je lo' ra'go' de equivalencir e inJilcrenci¡ qu(.arrcreri,,¿- con la aparicióD de métodos para administrar» ¿ vas-
"nLrevos
rán más ¡arde a la fotografia y a otras redes de mcrcancias y ras poblaclones de trabaiadores, a la población u¡ban¿, a estu- á
siglos. Es este nnihilis¡¡o, visual el que se encuenrra en la diantes, prisioneros, pacientes hospitalarios y otros grupos. A
primera línea de los estudios ernpíricos clc la visión subjetiva, medida que los individuos fueron arrancados ¿e los antiguos
una visión que engloba rna percepción aurónoma escindi- regimcrre. .1, potl.r. J. la produ.(ión rBrJr;r y rrre\rnr )
j da de todo relerentc externo. Hay que resaltar, sin eubargo, de las grandes estrrctums faniliares, se concibieron ¡uevos !
que estas nuevas autonomía y abstracción de la visión no son procedimientos para controlar y rcgular esas masas de suje-
sólo una condiciór neces¿ria par:r la pintura modernista dc tos ¡elativamente abandonados a su suerte. Para Foucault. la
finales del siglo xrx, sino también para formas de la cultu- modernidad del siglo xrx es insep¿rable de la fonna el que :
ra visual de masas qlre aparecieton antes. Eo el capitulo 4, los mecanismos de podcr coinciden cofi nuevos modos de
analizo cómo dispositivos ópticos que se convirtieron en for
12 .]l
sul,jcrivi(l.xl I. xsí..,¡,,r¡,.,,r ¡ I
I I I ¡ ( , , ( ( ((1( rtt.,s l(¡,r1.\ J,
I I | ¡ , I i I lir ,,n,,rurli(lir,l,, c,r r¡,«l¡ irlr, ¡,sir,,l,rgi,r v (r¡1)s urrrrPos sr
p\r,,r.,,rr,. \,ri!i,,.r\ t.'¡., ,,IIIr,,LIL II..IIII\II..I ) .,,I\¡. l¡ ll rorrvirrli c¡r rrrr:r ¡,,rrre ttrr.i:rl tlc l¿r colstitr¡cnnr clcl intli-
úriles las nuevas ¡rukiplicidades ¿c n ivicluos. L,r nroclcrni- vnlrro sLg,'irr L,s rcqutrinricnros dcl poricr ilstinrcic,nel en el
zación comiste en esra producci(rrr rlc sujetos rnanipulables a siglr xrx, v lirc r rLavls de estrs disciplin como el sujeto
'r lrrro. ., ,ie,r.,
tr.rvés dc lo que el llarna nuna cicrta polírica dcl cuerpo, rura .eniÁo. n.tú1. l.r,1ue rne rnrrr.^r .'
'er
cicr¡a ma¡et¿ dc volrcr a un qrrpo de hornbres dóciJ y úcil. . ñ,no.l i,,,li!:J,,u, .,, ,r'r" r",,J",, 'e rn,,ri",iu Ln un
Esra política reqLrería la particfación dc dererninatlas rela,
"b-
objeLo de invesrigación y en el lugar dc un sxber en las Prime-
cioncs de poder; apclaba e un:l t¿cnica de sujcción y objetiva ras dócad¡s del rlJoo, y cómo se translormó el cstatuto del su-
cióu superpuestas, y acarreó consigo nuevos procedimientos jcro obscrvador. Oomo ya hc nxlicado, Ia visión subjctiva era
tlc individu.rlización.,'¡ rn objcto dc cstudio clav€ er l cicncias experirnentalcs, ü¡a
Aun,lur l-ou,.ruh .,r¿lr/J ñ\r<n.ibl,rne,,,r in,riru, io,es vis;ón que hrbía sido extr¿ida de las rclaciones incorpóreas dc
.disciplinarieo, como las militrrcs, las prisiotcs y las escuelas, la cimrra oscura y rcubicad¿ en el .uerpo hum¿rio. Se rrara
rxnbién describc el papel rlc las recie¡ucncn¡e constituid$ de un dcsplazamienro seiralado por el paso de la gcomr:tría
cienci¿s humanas en la rcgulaciól y modilicación clel corn- tlptica de los siglos xvrl y xvnl a ura geometria Esiológica
portamicüto de los inclividuos. I.a gcstión y dirección de los qrre tlorrinó los tlcbates unto cientiEcos como lilosólicos cn
sujetos dependía sobre rodo dc la acur¡ul¡ción dc sal¡eres accr- romo á la v;sión er el siglo xrx. Asi se acumuló conoc;mie¡to
ca de éstos, bicl fuera e¡ la medicina, [a cclucacnin, la psicolo- acerca dtl ¡,apel constiutivo riel cuerpo en la aprchcnsión
gía, la Esiología, la mciolallzacióo dcl trabajo o el cuidado de del mundo visiblc, y pronto se hizo obvio qtre la eliciencia
los niíros. l)e provino 1o que Foucault clenomin:r
estos saberes y la mcionalización dc muchas áreas dc la actividad hu¡ra-
uuna tecnología muy real, la tecnologíade los individuos», que. na dcpendían de la informació¡ ¿cerca dc las c¿Plcidades
insisre, estri rinscrira en un proceso histórico arn¡rlio: cl desa, del oio humano. Un resultatlo dc l¡ nueva óprica Esiológica
¡rolio, ¡proximedamc[te al mismo tiempo, dc mlrchas orras fue expoler la kliosioc¡asia del ojo t-as postimá
"normal,-
tecnologias agrarias, jndrrstrialcs, económicas.,,, gcnes retinianas, la visión periftrica. la visión binocular y
Iundamcntal para el c{csarrollo de cstas nuevts t¿cricas los umbralcs de ¡rención fucron estudiados cn función de
di" it,li,,JriJ, del ,Uj<.o i,r. t.r rij.r,iorr Je ./¿,.,?,,r .,rin,ir.r la detcrminación de nonnas y par:'uretros cuartilicables. La :
tiv:rs y cstadístic¡s dc compor-temicl1to.." l,a cstirnación clc extendida preocupación por los dcfcctos de la visión humana
clc6nió de manera más precis¡ aún los contornos de lo nor-
r8 fou.auk, rr77:lor. rn.rl. ¡ ¡;rrr.ro n,r.',,. re.r,"l"gr'. 1'.rra inr¡nrr,r rrrrr risinrr
,, fouc¡ul¡, r977: 22,1-¡zt.
I ¿o PüaCúgs C¡¡suilhem,los pro(€r,s dc no,m¡llz¿.nnr sesot¡p¿h
nor0rf,tiva sobrc cl observador.
Cl nri\mú ri¡npñ qrre.e d. e'r.r' irrvc'rig,r,iu
.o¡ l¡ mo.lenriz¡.ió¡.Lu2nre cl siglo xrx: .Al igu¿l que dr t; rc ',rrrolIrorr
lo ,p.J,,-,. L..,,in,,o.p.L i .1r ..,,r¡J ¡ ,,.t,d. llcs, se io\-enraroD vxlios d;spos;tivos ópticos que l1rás tar
,nor'i/ri,., ¡r' ...,r1.a,¡,...., I' nol, . cle sc convertirian en elcrncntos propios cle la cultura visual
eco¡oüir, hrjo cl c..ro ¿e una D.cic[c meca¡iz¡.]órr'.,.,.n.,cn..,
i¡Jurí.1, i.
1r ,r'n r. .. 1. r1.,.,-"c.¡..r,r,{.. .1.,¡.J-.¡1.,r, de rnasas clcl siglo xrx. El f¡Daquistiscop;o, una dc entre
nomxlizr.ntn., (Canguilhem, )t8r: 217 118). {Jmgutlhem añrma las rnúltiples máquinas diseriadas prm sirruLar l3 ihsión clc
qu.cl!übo {rorm¡ltz¡¡" se enrflci por prn¡errvc,., r8i4.
l1 It
nlovinricrto, sr pr1)Jujo rl ¡nrt),r'1) (l!l csrrxlio ( rtx ri rflrrirl I os lcr rorcs.lc ViXilat y trtigtr,r rrcturdo h:rn rc¡urtd,, cn
de las post imágenes retinian¿s; cl cstcrcosco¡rio, trrrrr lirnrrr l,r ilccl:rr:rcnin c,rtcgrir icl clc Iirucrult, uNrrcsrla socicdtd ro es
dominante de consumo de las imágcncs fórogr'íficas cirLran, un¡ socicdrd .lcl espcct:iculo sirro de la vigilancia... No nos
re mjs de rnedi".iglo. fue de'.rrrolLJo cr prircil'io en un encontr¡nlos ni eD cl anfiteat(o ni en el escenario, sino en lx
esfuerzo por cuaotilicar y formalizar las oper¿c;ones fisio- máqüina panóprica.,'r Aunque este comentario se realiza ell
lógicas de la visión binocular. Lo importante, pues, cs que medio dc uflx coorparación entre los ó¡denes del poder en la
estos componertes centrales del «¡ealismo, decimonónico, anrigüe¿a¿ y cn la modernidad, el uso quc Foucault hace del
cle la culora visual de nasas, precedieron la invenció¡ de la término «espectác o, está cl¿raúente vinculado a las polé-
fotografÁ y et nhtgtn nodo requirieron de procedimientos micas del post-68 liancés. Cu¿tdo escribió el libro, a prnrci
lotográficos y ni tan siquiera del desarrollo de técnicas tle pios de la década de r97o, (cspcctáculo» er¿ una almión obvia
producciór masiva. Más bien, dependen inextricablemente a los atálisis clel capitalismo contemporáneo llevados a cabo
de tna nueva ordenación del conocimienro del cuerpo y la por Guy Debord y otros.'] Podemos imaginarnos fácilmente
relación constitlrtive de ese colocirnienro con el poder social. el desdén de Foucault, quicn habí¿ escrito una de las mcjo-
F-stos aparatos son el resultado de una comp§a reconstruc- res mcditac;ones en torno a la modctnidad y el poder, hacia
ción del indivic{uo, e¡ tanlo observiüor, en nlgo calculable y cualquier uso superlicial o sirnplista ctel «espectáculo» como
regulable, y de la visión humana cn algo mensurable ¡ por explicación válicla para comprender cómo las masas son «con-
tarto, incercambiable." La estanda¡ización de la imagincria t¡ol¿das, o oembaucadas» por l¿s imágenes de los medios.'r
visual durantc cl siglo xrx debe entenderse, entonccs, no sólo Pcro la oposición foucaultiana e¡t¡e vigilanc;a y espectá-
en cl contexto de las nuev¿s formas ¿e rcpmdu.ción mecani, culo parccc pas¿r por alto hasra qué punto pueden coinci-
zada, sino también en relación a ur proceso más amplio de dir los efcctos de estos dos regimenes dc poder. Al emplear
normalización y sujcción del observador Si se produce una el panóptico de Bcnth¿m como un objeto teórico de vital
revolución cr la naruraleza y función del signo en el siglo xrx, importancia, Foucault submya inccsantemente los modos en
ésta no acoltece de manera indepcndielte a la reconstruc, que los sujctos humanos se corvirticrcn en objetos de obser-
ción del sujeco." vaciól1, bajo la foma del coDtrol institlrcional o de los estu-
Enrre r8oo y r85o,la mc¡suración ¡dopu un pápel fundanen¡al cn É
un ámplio ringo de cic¡ci¿s fÍsicas. La fecha cl¡ve, según Ihomas to q!. p¡csenció la ¡ransició¡ de los ne.anismos histórico{iruales
Kuhn, sri¡ r81o (Küh¡, 1979: 2re 2,o). La mismr concluió¡ sos dc foirn¡ción de la in¿ivi¿u¡li¡l¡d ¿ los rncca¡ismos cienrílico-dis-
dene I¡n Hacking: (Más o me¡os a prrtir de r8oo se producc un¿ cipli¡arios, er que lo norhaL reenpLazó a 1o ancestral, y h meJida
¡vai¡¡.hr de números, sobrc plte¡te en las ciencias socialcs... al csra¡us, nr¡nuyendo asi lá individualidad del homhre memora
'o.to
QrizÍ un pu¡to de inflcxió¡ sc encuenÍe en r8lz, el iño en qüc blc por la del hombte cr1cu1¡ble, csc momenro en que las cie¡.iás
a Charlcs B¿bbage, nrveDro, de la coDpurador¿ disital, publi.ó un del hombre se hicicron posibles es el n,omento el q
bnvc panflero en el que álenÉba La publicación de übhs .le b¿os ecnologia de1 poclcr y un¿ nueva anatomía politi.x del cucrpo se
los ¡úmcros co¡stantes conocidos e¡ las .ien.ixs v en las ¡rtes., instrur¿ron,. (Foucauir, reTe: rel).
.H rl ,ng. .,¡.:r.r rrsr. zt Fouceolt, 1979: zr7.
La ¡oción baudrill¿rdiana de un desplazanic¡ro de los sig¡os fijos za Debor.l, r99o. La prn¡era edición se ptrl,li.ó e¡ Fia¡ci¿ c¡ 1967.
de las socicdades feu¿¡les y aris¡ocráricas al régi¡re¡ simbólico del zr Acer.x de l¿ posición de l¿ visión e¡ el pe¡s¡micnro dc Iouc.ulr,
inrercambio dc l¡ node¡nidad e¡cuen¡ra u¡a r¡¿¡sforma.ión reci- ri¿. Deletzc, laucdult, 1988:46-49. Vid. tambih ltajchr¡¡n, ¡188:
procague Foucarlt articulae¡ iérminos del indn-iduo:.El norncn
)6 )7
tlir¡s cicrrríliros o rlcl torrrpor.r:rrrri<.rrro;
1n.r,,,1,.t., ,1. l.xl(, Ixs , L,¡,,, "rrr,,, r,rlr.rl,,,.¡1r,,. \,,1,,,1\,r'nri1i,.rl,l(,r,¡irr
nucvas fbnnas ¡rcrlia¡re l:rs quc h prr,I)i:r visi,i,r sc.(,¡virlnj
¡,,rr c.r 1.,.r1"1,.,,.,irrscr,rrlla,{.r.lcl.rtclctirdrctrrl."
en un ¡ipo de discipii¡ra o modo cle trab.!o. Los disposiriv()s
visuales decnnonónicos rlc los que me ocrpoj Do nrenos qrlc Así, cn nr i .r¡/rlisis dc la rrroclernización y 1a reevalurción clc la
el panóptico, itrplicarcn disposicioncs cle los cuerpos en el visión, señ.rlo cómo cl scnti¿o ¿cl tacto lornni parte integran-
espacio, reeulaciones de actividad y cl despliegue clc cuerpos rc dc las teorías clásicas de la visión cn los siglos xv r¡ y xvrrr.
individu¿les que cocliEcaban y non¡¿lizaban al observador L¿ disociación clc t¡cto y visra que le sigue tienc lugar cn el
er sisremas de consunro visual rígidarnenre dclinidos. l.ue marco general tlc una.,scprac;ón de los senddos, y de una
ror técnicas pala la administración dc Ia .rtención, para la reconligrración industrialdel cuclpoquet;ene lugar.luranrc
imposición de houogcneidad, procedirnientos an¡i-nórradas el si[1lo x]x. tJna vez quc cl tacto ttjó de ser un componence
que Ejaron y aistaron r1 obscrvador cnrpleando «l:r patición conc(ptual de I¿ v;sión, el ojo se desligó dc h rcd ¡eferenciaL
y la celularidad... cn las quc el individr¡o es reclLrcido en tan, encarnada cn h trctilicl¡d e in;c;ó (Lná relación sLrbjctivr con
to que hrcrza polírica., La cultura de mas¡s no se oqanizó el espacio percibido. Esta autononiz¡ción de la vista, que
a partir de un espacio secundario o supercstrrctural de lx mvo lugar en difirentes ámbiros, fuc uua conclición l¡istóric¿
práctica social; estaba complct:lmertc inserta en las mis¡n:rs pxrn la reconstmcción de un obser-vaclor hccho a l:r ¡nedi-
rr¡,'.lorm.¡. ior.. .'orrrrr"d.r. ¡,or I ou, r, rlr. da de las ta¡cas dcl cc,nsu¡ro uespecracular,. El aislamicnto
No quicro dccir con csro, sin embargo, qut la empírico de la visión no sólo posibilitó su cuantilica.ión y
"sociedad
rlel espcctáculo, aparczca repcnrinamenre cn paralclo a los homogeneización, sino que tarnbién pcmritió a los nuevos
desarrollos c¡re estoy enr mcr'and o. Eluespcctáculo,, talcomo
r objetos dc la visión (fuer:rn mercancjas, forografias o cl acto
I)ebord emplea el término, probablemenre no tom¡ forma de percepción cn sí misrüo) arrrnir una ;dentidad mistificacla
eñcriv¡ hasra pasadas varias décadas rlel sigio xx..ó En este y abs[ra.ta, escind a dc ¡orl¿ rclación con la posición del
libro ofrezco algunas nons accrca de su prehistori¡, acerca dc observador dentro de un carnpo uriicaío cog[itivamente.
los ¿ntecedcntes tcmpranos del espectáculo. I)ebord, en un I I,rr.'r, o"opio L. ,r,, lug,r cuIr,r,ld. gr',rn inrporr.rrr. rr, n
conocido pasaje, plantea uno de sus prilci¡ales rasgos: el que esra brecha cntrc la tangibilidad y la visualidad se hace
parricularmente evi¿cntc. :
El eycct:ícul,, com, tendc¡ci¡ dc /z¿¿¡ r¡, ¡ tr¡rts de ctite- Si Foucault descrilx algunas cle las corclicioncs cpistcmo-
.enrcs !¡edi¡cio¡cs espc.i¿lü&i¡s. .1 mu ndo {lu. h¡ dci¿Jo d. Itigicas c itstitucionales del observador del siglo xrx, otros
scr .lirec¡amlnre ap¡cheDsibt., uro¡e¡tra tutrm¿lrndre .¡ h h¿n es¡udiado rnás corcrctnmcntc le forrna y la densidad
vista el scntiJo iiurLano privilegtado gre firc cr orLas épocas tlcl crmpo en el que rr.rvo lugar Ia rralsformación de lt per-
26 SigúieDdo u¡ breyc conrenr.rio ¿e D.bord. tic propuesto situar cl ccpción. Qüizá más que ningirn ono, \flaltcr Bcnjamin h:r
comienzo dc la.socicd¡d del cspeúácúlo, . tio¡lcs ¡e ra d¿.a(la dc ,r,.,li¡¡,1" l, h.r.r"¡énrr r<.ru,¡ de Io. r.orrre.inrirrrror y
¡)ro, p il.l¿nrenre a los oriilc¡ct recnolójricos c i¡nin,cion¡tes dc
obietos de los que cstaba comprrcstc, el observador de aquel
l¡ ¡cl.visión, los inicios Jelsonido sincro¡ir«lo c¡ el cinc..l uvr.l.
1.....,,.,.d. 1,.'cui.",r- n".,¡.o, t¡,to,",e, \t.n,,,. 27 !
-1,,.e...i.rrb.n.,'o) .tt,"..,.t.ot,,!uü-t.,,,Jt,,o",,t,.n
llebod,,99o: se.. r8. lcitr t¿du.idl dcl orig]lal fr.¡cÉs: Cür l)e-
.ia c¡ ni .Sfc.rxcle, A(le¡rion, Counr.r Mc¡u.r, lC, jry, ese).
l1o"d, t.nSt¡¿t¿¿
p.9. N.d-lll.
'! r¿lr Ge 6z), t']¡ris: G¡lljoa rd, ,.,),)¿, secc. ¡8,
l8
.]9
sig[, Iir rlivcrrr* li,rgrrrcrrr,,s ,lL. su\ .! rir,A, rl, lJ.,,rlcl,rirr'." Mery,,rr ,s irrr¡rrrr,rrrrc rr,i ¡rrr d crirrrcrricio
un obscr vador ¡nrbuhnrr .or)sr ir rri(l{) li,rrrlrl o norroglifi.rt Jc sr¡ ¡,lrlr, sirro como nrdicc clc Lrna
Irr L, (, rrvcrgcrrc i,r rlc
nuevas tecnologias, de nuevos csp:rcios Lrrl;urlrs y rlc. uucvus scnsr¡rirlidrl rlctcriorecla qrrc r.s¡onclc I las tcmPranas sacu-
frrncioncs económicas y simbólicas de las imágcnes v los pro- didas tlc l¡ ¡rodcrniz.rc;ón. L,as inquictantes im:igenes dc un
ducros: for¡ras de iluminación a¡ciñcial, nucvos r¡sos de los Paris rnedicval y uincral adquieren el valor de Por-imágencs
espejos, arqrritecrura de cristal y accro, vías de rren, rnuseos, dc lrrgares y cspacios clcstruidos ¿csde los iflicios de la re¡ova-
jardines, fotografía, moda, muchedumbres. t_a percepción, .ior urh¡r.r dcl rcgrrrrd" lmperio. Y l.r' rreniu't\ irr' r\iune'
para Benjamín, cra slrmamente temporal y cinética, v tleja de sus ilusuaciolcs grabadas sintomatizan llarro6a del trabajo
claro cómo la modernidad subvicrte la posibilidad m,sma de trtesalal frente a la reproducción nrdustial en s€ric. Ll ejem
un espectador conremplarivo. Nunca accedemos a un obieto plc, de Mcryon insistc en qLre la visión cn eL siglo xrx era in-
e¡ su pura unicidad; la visión siempr€ es núhiple, contigua sepamble de la fugaci¿ad - es decit, tle nuevas temporalitlades,
y suPerpllcsta ¿ otlos objctos, descos y vcctores. Ni siquiera rJ.,J<'. e\p,ri(a.i,.,lc flulo 1 "b'ore'''n,i
'elo,
el es¡acio petriEcado del musco es capaz de trascendcr un clensidad y sedirneltación de la estructu¡a de la me¡roria vi
rnundo cn <l ,tue r".lo , .r¡ en , ir, ,,1¡, iorr. sual. Pra Bcnjamin, la percepción, dentro clel contexto de la
No debería pasar iladvertido un tema en generd ¿esate[- morle¡ridad, nu¡ca revclrba el rnundo como presencia. Il ob-
dido por B,njrm;n: h ¡inruru drl .iBlo xrx. rerr,ill¿mrnre. seLvador puede iclcnti6carc, por eiemplo, con ttn !¿nü§, ú1
ésta no consr;ruyc Lnr conpoücrte signilicarivo del carnpo r:o¡suuiclor mór.il rle tlna hccs¡nte srccsili¡ de imágenes ilu
acerca del cu¡l propolciona rrn ¡ico inventa¡io. Lltrtrc orras sorias con1o mercancias.r' Pero el tlin¿mismo destructivo de la
implicacioncs, esca omisión indica, ciertamen¡e, que la pin- nro,lrrni, r¡nrl'ierr ,rn., ti'iñn,lrr( re'i\rrri'r \rr'
tLrra no era para él un elemcnto primordlal e¡ la reconEgu-
^i"rr ¡,<r'nirio
eiicros, una perccpción rcvivificadora del prescrte envlreltx en
ración de la percepciórr tlurante cl siglo xrx..t El obse¡vador sus propixs posr-in genes históricas.Ircnicameltc, la percep
dc pinturas, en el siglo xrx, era tarnlrién un observador quc ció¡ ues¡arclarizirda y tlesnacuraliz¿da, dc las rnasas, pera la
consrrmia, a la vez, una gama prolifcranre clc expericncias óp- quc Benjamnr intentaba conseguir alternativ'\ ndi'-¡les debia
ticas y sensoriales. En otras palab¡as, las pilrurrs prrxlucirn la mayor parte dc su fuerza, rn el siglo xrx, ¿l estuclio empíico
y asumían scrrido ro en una suerte de aislar¡icnto est¡.¡ico y a Ia cuantificación de las post-imágcncs retinianas y su tcm
imposilrlc, ni en la contiruid¡tl cle una tradiciól de códigos poralida¿ cspecíGca, .onro explicaré en 1os capitulos 3 y 4.
pictóricos, sino denrrc de Lrrr caos en cxpansión de imágencs, La pintura del sigio xrx fue también desaterrdida, por rno-
mercrncías y estímlrlosl colno Gno mlis de e¡ttt orros mu, livos ¿ist¡rtos, por los fund:rdores dc la hiq¡ori¡ rlel rrre mo-
chos elemcnros consumibles y efíueros. tlerna, rrna generación o dos antcs de 13cnjamin. Rcsuha fácil
¿
Uno dc los pocos artistas visuales de los que se ocrrpa Ben, olvidar quc ia histori¡ del artc corno cliscflina acttlémica
jamin es Charlcs
Meryon, filt¡ado a través dc la sensibilid¿d ticne sus origcnes en estc ¡rismo cntonro .lccirnonólico. Tres
proccsos desarrcllados durante el siglo xrx iDscPlrabl€s de l:r
28 ViJ., porcjdnplo. Benjami¡, 1978: rrr: .Con ., .re.ic¡rc atca¡.ede
los sisrcrn¿s de co¡runic¡ciones, l. ihpo,.r¡¡Li¡ de l¿ pintura .¡ la 29 Be¡l¡min, t971: 3ú-19.
comunic¡.1ón dc inñn¡lción b¿ q(..I¡do k.lu.i¿tr,. ,rj,lo.
lo Vid. llu.k Morsr, t986:
4r
irsr irurn,¡¡.rlizr.ni¡ Jc l.r ¡,rii r n :r lrisr,i, i( o,¡l rsr k,r mnr (r) N4 ,,,ill{ \r.rr( ,,r, , l,r ,1,* ,,r¡r irrrrrrl¡,1 {t1,r ñ!¡rí.¡r¡ rro c§ |r yrr
krs ¡uodos his«xir:isras y cvoltrrionisr.rs i[. .r,r,rLnl.r rrr¡rrrrr.r ,lc l\'Jrruit v cl intprcsionisnxr; se rratabrr
l,r.rsirri.r¡r,) qu(.
pern tieron que Ias fórmas li¡etan ordc¡r¿rcl:rs y cllsiiiclclls nris hicrr rlc conrprLlrtlcl por qré ¡rinrorcs ran divc¡sos corno
siguiendo ru desarrollo tcnryoral; (z) las rmnslór rraciones lngrcs, t)ver1xck, CoLLlbcc, Delaroche, Mcissorrier' voD
sociopolíticas implicadas en I¡ creación clel ticmpo dc ocio y Kijl¡ell, Mill¡is, (ilcyrc, Lrrietlrich, (iabanel, (ierirme y 1)e-
la errancipaciól cultural dc secror(s más am¡rlios cle la po- hcro;x $oL rorirlrrar txrl sólo Lrros Poco, cncirrnarotl cor-
bl;¡ciól urb¿na, uno de cr¡r'os resultados ftre el ¡nur.n de nr¡. iLrnramcnre un cstilo cle rcPrcsentación ¡rr;mético y figurativo
¡rúblico; v (3) Ios nuevos mérodos serialcs de replodurcción de cn aparicnci¡ similar pero inquielan¡cmcnre disrinto del dc
sLLs pLedccc«rres. Il silencio dcl historiaclo"lel ¡r¡e su indi-
la imagcn, qLLe permiticron ran¡o Lr circulación globtl como
la yLLxtaposición de copias cada vez más 6cles de t¡bras ttc firencia o inclt¡so su cltsdén por cl eclecricisr)ro )¡ I formas
arte rnuy divcrsas. Sin enrbrago, si la modernidad del siglo .dcgradadas, rcvtlan quc cste períotlo ¡:roponia un lenguaje
xrx constituvó en parte la mirtriz de la his¡oria del :r¡tc. las visu¿rl ratlicalmentc diflrentc qrre no Podí, ser sor¡elido a
obras dc arre dc esa moder¡itlad li¡cro¡ excluidas dc los es los misnos métodos clc rnálisis, al que no se le potlia hacer
quemas erpli.,arivos y clasi6catorios don¡inmres ic h histo hablar deLmisnm modo, <¡te nrclLrso no poclía ser leído.r'
ri" d,I¿r.. ir¡ lu\u \J irri i.rdn el ri¡;tn r.. El trrbaio rL generaciones posteriores Lle histori¿dores dcl
Ior ejemplo, dos trrdicioles fturdamentales, una p¡ovcnien- irte, Do obs(arltc, Prooto oscureció aquclla intuición inau
cc Morclliy otra de l¿ Escuelade \farbrre, fuclon incaprccs
de gur¡l de ruptur:r o clifcrerrcia. El siglo xrx fue asnDilándose
o rc(ic.ntes a inclu;r cl arre dcl siglo xrx dcntrn del ámbito cG a la cc¡rrienre tloni¡artc de la disciplina sotrctiéndolo a un
sus ¡lvestigaciooes. Y esto a pesar de Ia tulación dixlé.dca de e{.rncn aparentcmcnre desapasionaclo I objetivo, de manc
estas prácticas col cl morncnro histórico tlc su propia aparición: ra setrcjarte a lo que había ocLlrri¿o co¡ ;rnterioridad en el
la crudición mo¡clliana in¡eres¿da en l:r aurori¡ ylaori!.halidr¡ arte de Ia antjgiie¿ad tardía. Pc¡o con el 6¡ de .lomcsticar
se procluce cLrando nucvas tccnologias y fórma, ¡e irrá.an
Si., lx cxtr¡ñeza ante h que sus ¡redeccsores hrbiat re¡rocetlitlo'
Poncn en cucsti(i¡ nocioncs corno la
"mano»,
la aurori,r y la los histo¡i¿dores aplioron al arre del siglo xlx los ¡todelos
u,rgrn"li(1.¡Ji r Lr bu¡rr.,r; d( 1"r,,,J, .irnt,,Ii,.,..o,,,, e\t,,. tom¡dos dcl estudio dcl arte arterior.'' Al Pr inciPio sc trans-
sión cle los fundamen¡os cspirituales clc unr cultur¡ t¡ni6cac1a lirieron sob¡c todo hs caregorixs form.rles dcsde la pintura del
por partc de los cr.uditos de la cscrLelr de Warburg coircide con ll,n..inrie,rro ¡ lo ¡rrr.r¡' dJ .'gl" ',r. P.1u.r 'ñr¡rhn/o\
un:r¡rsiedad cul¡u ral colectiva antc la ausorcia o nlposibilidad de La clécadr de t94o nocioncs como los contenitlos de clase y
dc tales lomas cn el prcscnre. Asi, estos modos superpueslos la irnagnrcría poptlar se convirticrorr er sustitutos dc Lr ico-
clc historia del ¡te¡rmaron cono olrjcros privilegiados el artc
EgLrrativo de la Anrigiicdad y cl Renacimiento. Lr hostllirhcl brcia la m¡or p:nc clcl arre contcmpori¡eo en tsutck-
h¿«lt, Ilildcl¡r¡nr], Wóllllln, Riclrl y l'iedler rs ÚalizrcLa por Mi'
I u irre,r.¿rre .rqrri e, rl ¡,<r,pi,rz ,r, or^, rnriin,o q,re chael Rxlro (l'od,o. ry8¿: 6tt-;o).
comparten los firndadorcs de la historia del arte su l1 Uno Jc los primeLos irtcnros influyÚres rlc nrponer h nttodokr
blimin.rl o de otra espccie- rlc la disconriruidad -l.r¡cra eh v.1 dc l¡ hirori¿ dcl ¿re tedrpr¡¡a 3l sislo !r ftre
frund¡mcn- "oca¡ul"'n,
tal de1 arre dcl siglo xrx respecto al de los siglos precedcntes.
; d; W"1,", l'' i.Jl-"1"r ( l'rierll¡¡tlc I ,.,r;z; crl ic¡ón ¡r igiml a lL-ma-
¡¡ Je ¡,»o.) rrieJlarcttr desúib! l¡ pitr,rr frx¡ccs e" iémnrosd.
f:scs cliisi.rs r b¡rro.a' rhen,¡¡rcs.
12 41
¡rogrllh rr:r(liLi,,¡xl. Sil crll,:rr¡¡o, .rl irrxn.rr Lr ¡,irrrrrr.r ,1..1
i,,,,,.\li),,(.ir( .lr'trr'rdrr'rriL rr'i.r "'
siglo xrx cn rrna his«¡.ia tltl a¡rc ct¡ntinu¡ y (.r un irl).uxro .L 1," c.r i,rrrLl," ,1,'l crr., i,r.'
discursivo exegético ruri6cado, se pcrdieron algunos r.rsgos dc
su difcrc¡cia cscrcial. Pam recuperar esa diferctcia, se tlcbe Al igr:al quc Benjamin, Nierzsche socava aquí cualquier po
reconocer cómo la c¡eación, el consrmo y la cfectividad ¿e ese sibilidad dc espectador contemPlátivo, y plantea rrna con-
artc dependcl de un obselvaclor y de una oganiz:rción de lo fusión anti-est¿tica como r¿sgo central dc l¿ moclcrnidad,
visible tluc excedc col mr¡cho el á¡rlrito de análisis convencio qrre Gcorg Sirnmel y oúos a¡alizarían después en detalle'
nalde la hisroria del arte. El aisl¿micnto de L:r pintura después Cuando Nictzsche emplea Palabras cuasi-científlcas como
de la déc.rda de r83o como una categoría dc esmdio viable y «rea.ciorar» e «irritlrbilidacl", lo hace
"influjo,, "adaptación,,
autosuEciente se hacc, como mínimo, altamenre problenrá, a propósito de un nrndo que ya se ha rcconfigurado en tor
tica. t.a circulación y recepción de rola la imagincrÍa visrral no I coÍrponertes FlccPtivos lucvos. L" m¡'lerni'l¡<l- en
está uD próxioramenre jntcrrelacionacla a n¡e¿iados de siglo este caso, coinci¿c con el colapso cle los modelos clásicos de
que ni[girn mcdio o forma de reptcsenración visual cucnta ya visión y su cspacio tlc rePresertacrón €stable. En c¿mbio, la
con una idcnridad autóroma significrtiva. Los signi6cados l obscrvación es, c:rda vcz más, rlra cuesrión de sensaciones
cfccros de cada imagcn son sicmpre contiglros ¿ esrc enrorno y estímulos equivalentcs que no cont;enen ref¡rencin ¿ una
sensori¡l sobrecargado y plural. y al observatlor que lo habita. localización espacial. Lo que comielza en la tléc.rda dc rSzo
Benjamin, por cjen4rlo, no vio el museo de arre de ¡¡rerliados y r8lo es un reposicio¡amiento del observador fuera de las
del sielo xrx sino como uno tlc los numcrosos espacios dc Lel:rcio¡es 6ias interio/cxterior que la cámara oscrlx Preslr-
sueño expcrimentados y atravesados pol el observador, igual ponia y eD (Ln tcrritor;o lo demarcado en el qtre la distinción
que los pasales, los jadines botánicos, los museos de cera, los enrre scnstciór interna y signos exrcrnos se difunlina irrcvo-
c¿sirtos, hs estnciones dc tren y los ccrtros com€rcieLes.I c:rblernentc. Si algunt vez hubo una nliber¿ción, de la visión
Nietzschc describc la posición del individrLo quc se en- durante elsiglo xlx, cs entorccs cua¡do sucede Por primerx
conrraba dcnrro en cste entorno en rérminos de una cr;sis dc vez. En ausencin del moclelo iurídico de la cám¿ra osculai se
asi¡rilación: produce un¿ emanciPación tle la visión, un derrumbamicrto
r1e las r'ígidas estructuras quc lc habian dado forma y habian É
Sensibilid¡l i¡ncns¿hen¡e uás irritabl.r... abund¡ncir cLe
constitui¿o sus obictos.
imprcsiones disp¿res ma)or que nuo.¿ x¡¡es: cos¡ropolira_ Pcro casi simultárcamente a csta disolución 6nal de un
¡¡nb en l..ohi¿a, la h.mtura, tos pernidicos, l¿s ñrDas, lundamento trascendenral de la visión emcrgc una plurali-
los gusros, n,chao los priejes. El rempo dc cfe i.Hnjo cs clad de mcdios para recodificar la acrividad del ojo, para rc
¿
!td^\ino; l¡s in,prcslones se borl¡ u¡as ¿ gimentarla, para intcnsificar su productivideci e hpedir su
: re'nrc nrrinriv.¡re¡re a
is¡nih¡ r asjuritd ór.ta prcIu¡d,, disrracción. Así, los imperativos de la moclernización capira-
mcDLe, a .dig.rir" nad.. (lo , res¡[¡do. se prod!.e un dc lista, a la vez que demoli:rn el campo de la vnión clásica, ge-
billtaniertodel ¡oderr{c<tigerir;loshombrcsd.srprendc¡l¡ neraror t¿cnicas Par¿ inPofler la atcnción visual, racio¡ali-
]] Vid. ll.n;"min, rr32, vol. ,: rro t2l. 1.1 Ni.rzsche, 1967: p. 17.
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,¡r l¡ su)sr.nir v r(lrrinislrirr lir lx¡(cl,(i(',rr. Iiucr'¡lr róc.rrirr¡s
discipljnari.rs quc lcqL:iricrol conccbir la cxpcriencia visu,rl
como ifstrumcntal, modilicablc y esencialmentc rbsLracta, y
que Dunca pcrmirieror que rrn rnundo real adcluirier, solidez
o permanencia. Una vcz que la visión quedó localizada cn ia z. La cámara oscura
inmcdiatez cnpírica del cLrcrpo del observador, pertenecía
al tienrpo, al É1ujo, a la muerre. Las garantias de autoridad,
ysu su]eto
identidad y universalidad suministradas por la cánara oscu,
ra pertenecen ya a otta épocr, Etu tit)o h unat¡tu¡¿úa prrt el n^ unld¿ro, ¿l
/,ás naúúiú,?u¿t rkn¿ ¿/ ah.1cn í et * tonlidtd
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y.on?le¿ó,. t't. h..ho cúdoue, u obstatt¿, ¿¡ o¡ rt¡
lid¡tl l¿ clw ni¡ ¿t¡¡nt¡ 1 trás pobrt le Lotlztl.
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a dbonlar los problcwt dd cotuod»ti¿ to, pot ¿í ¿¿dlo,
s(b spccic ¡.rerdratis. ¿,r t"tt ti¿¿r\ n com?nndar
únf iú¿t¿nlct¿tuhinoia! ti, t.rttt .r.ht¡ qr.
!o/lt/¿n ?erren$er n.ntuh! hiltólí.ot ¿tli/¿ r¿t.
Paul !cytrabend
La rnayor partc dc los intentos de teorizar la visión y la vi
'uilid¿¿ relr.ionJn .orr rnoJelo, qrrr inri,rrn Lrlrn¡ ,r¿.
.e
dición visuaL occidertll continua c intcgradola. Desde luego,
a menudo se hace estr:rtégicamcnte nccesario esbozar una
rrrJi. i"rr .'pr. rrLr ir r o c\ ot,i..r q,re domi,r.r ininrer r urnpi
clamcnte la hisroria de la visión en occidentc: pol cjcrnplo,
desde Placón h¿sta la actualidad, o dcsdc cl Quatrrocenro
1 hasta finales rlcl siglo xrx. Mi propósito no es lanco proponer
irrgumentos en corrra dc tales uodelos no dejan de
-que
r.n,r .u uriliJiJ- .o,¡". rnj,hien..,rbr.r\,r Lluc.\i\r,n im.
porrantes disconti r;dades que han qucrlado cmpaÁadas por
err.rs ion.r¡r..iunr'. m.n"lirr,,r.. lo qrre nre inrrre\.r rJnr
bién aqui, más concretrmente, es analizar una idea c¡rc st ha
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