Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Gioconda Belli
Soy llena de gozo
Depresión
De arriba abajo,
empezando por las puntas del pelo,
verticalmente,
me va penetrando la tristeza,
me va dejando cansada
a medida que avanza
y me posesiona.
Parto
Me acuerdo
cuando nacio mi hija.
México 1976
19 4
Gioconda Belli
20
V
Huele
Duele
Intercambia miradas saliva imprégnate
Da vueltas imprime sollozos piel que se escurre
De la mujer al hombre Pie hallazgo al final de la pierna
Persíguelo busca secreto del paso forma del talón
Dios te hizo hombre para mi. Arco del andar bahías formando arqueado caminar
Te admiro desde lo mas profundo Gústalos.
de mi subconsciente,
con una admiracion extraña y desbordada. VI
Que tiene un dobladillo de ternura. Escucha caracola del oído
Como gime la humedad
Tus problemas, tus cosas Lóbulo que se acerca al labio sonido de la respiración
me intrigan, me interesan Poros que se alzan formando diminutas montañas
y te observo Sensación estremecida de piel insurrecta al tacto
mientras discurres y discutes Suave puente nuca desciende al mar pecho
hablando del mundo Marea del corazón susúrrale
y dandole una nueva geografia de palabras. Encuentra la gruta del agua.
5 18
Poemas Gioconda Belli
I
Recorrer un cuerpo en su extensión de vela Evocación lluviosa
Es dar la vuelta al mundo
Atravesar sin brújula la rosa de los vientos Me pregunto como puedo reirme con tanta tristeza,
Islas golfos penínsulas diques de aguas embravecidas entre tanta flor mojada y asfalto brillante y lavadito de lluvia.
No es tarea fácil - si placentera - Me pregunto como puedo sentir esta sensacion de triunfo
No creas hacerlo en un día o noche de sábanas explayadas cuando la derrota de no tenerte es un hecho
Hay secretos en los poros para llenar muchas lunas. y tus manos estan lejos de mis manos
y las gotas que voy lavando
II chupando de tu cara con mis besos
El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado no son mas que imaginacion, que este deseo de rescatar
Encuentras un astro y quizá deberás empezar el territorio del recuerdo las cosas que sentia
Corregir el rumbo cuando nube huracán o aullido cuando vos eras de carne y hueso y no esa figura lejana
profundo acariciada por mis pensamientos.
Te pongan estremecimientos Sin embargo, esta noche, brillante te siento llena de mi
Cuenco de la mano que no sospechaste. en la lejania, llena de mi sudor, mi saliva, del olor de mi piel.
17 6
V
El hombre que me ame
podra encontrar en mi Es esa palabra conjuro de todas las magias,
la hamaca para descansar látigo sobre mi espalda tendida a filo del sol,
el pesado fardo de sus preocupaciones desencajando el tiempo con sus letras recónditas,
la amiga con quien compartir sus intimos secretos, desprendida del azar y de la lógica,
el lago donde flotar loca palabra, espada,
sin miedo de que el ancla del compromiso torbellino revolviéndome tibias memorias
le impida volar cuando se le ocurra ser pajaro. apaciblemente guardadas en el desván de los sueños,
estatuas que de pronto se levantan y hablan,
VI duendes morados saliendo de todas las flores,
El hombre que me ame silbando música de tambor de guerra,
hara poesia con su vida, terribles con sus largos zapatos puntudos,
construyendo cada dia burlándose de mí
con la mirada puesta en el futuro. que, inútilmente,
cavo tenaz, enfurecida, incapaz,
VII llorando en mi espanto,
Por sobre todas las cosas, esta última trinchera.
el hombre que me ame
debera amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si necesario.
VIII
El hombre que me ame
reconocera mi rostro en trinchera
rodilla en tierra me amara
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.
15 8
Poesía Gioconda Belli
Signos
Es el amor; tendré que ocultarme o huir.
Jorge Luis Borges
Lento, IX
violento, El amor de mi hombre
rumoroso no conocera el miedo a la entrega,
temblor ni temera descubrirse ante la magia del
de hojas enamoramiento
en la intrincada selva de mis espinas. en una plaza publica llena de multitudes
Invasión de ternura en los huesos. Podra gritar —te quiero—
Ola dulce de agua o hacer rotulos en lo alto de los edificios
reventándome en el fondo del pecho, proclamando su derecho a sentir
encrespándose el mas hermoso y humano de los sentimientos.
y volviendo a extenderse
espuma X
sobre mi corazón. El amor de mi hombre
no le huira a las cocinas
Es el amor con su viento cálido, ni a los pañales del hijo,
lamiendo insistente la playa sola de mi noche. sera como un viento fresco
Es el amor con su largo ropaje de algas, llevandose entre nubes de sueño y de pasado
enredándome el nombre, el juicio, los imposibles. las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron
Es el amor salitre, húmedo, separados
descargándose contra la roca de mi ayer impávida dureza. como seres de distinta estatura.
Es la marea subiendo lentamente
las esquinas de piedra de mis manos. XI
Es el espacio con su frío
y el vientre de mi madre palpitando su vida en el silencio. El amor de mi hombre
Es el grupo de árboles en el atardecer, no querra rotularme o etiquetarme,
el ocaso rojo de azul, me dara aire, espacio,
la luna colgada como fruta en el cielo. alimento para crecer y ser mejor,
Es el miedo terrible, como una Revolucion
el pavor de abrir la puerta que hace de cada dia
y unirse a la caravana el comienzo de una nueva victoria.
de estrellas persiguiendo la luz
como nocturnas, erráticas mariposas.
Es la tiniebla absoluta
o la más terrible y blanca nova del Universo.
Es tu voz como soplo
o el ruido de días ignorando los rumbos de tu existencia.
7 16
Petición
9 14
Poesía Gioconda Belli
13 10
Retrato de ciudad
Sal en la herida.
Garras. Te veo como un temblor
En carretas de bueyes
bajan despedazados árboles Te veo como un temblor
hacia anónimas piras funerarias. en el agua.
Transeúntes Te vas,
oscuros te venís,
ambulan orillas y dejás anillos en mi imaginación.
bordeando muertes involuntarias. Cuando estoy con vos
En la esquina quisiera tener varios yo,
el hombre agita billetes bajo el sol. invadir el aire que respiras,
De lentos buses transformarme en un amor caliente
se desgaja la gente como racimos para que me sudés
piernas se mezclan con picos de aves y poder entrar y salir de vos.
que cuelgan defenestradas, yertas. Acariciarte cerebralmente
Trabajosamente se abre paso o meterme en tu corazón y explotar
la arena el cemento con cada uno de tus latidos.
el obrero amarra pañuelos sobre la frente Sembrarte como un gran árbol en mi cuerpo
del mediodía. y cuidar de tus hojas y tu tronco,
El taxi de las mil reparaciones darte mi sangre de savia
rueda sobre el caucho desigual. y convertirme en tierra para vos.
Distraído el chófer se detiene Siento un aliento cosquilloso
donde mejor le parece. cuando estamos juntos,
Sal en la herida. quisiera convertirme en risa,
Una ciudad con cientos de peatones llena de gozo,
Sin pases indicados para ellos. retozar en playas de ternuras
Los carros a toda velocidad. recién descubiertas,
La mujer con el niño cruza la calle. pero que siempre presentí,
Cierra los ojos. amarte, amarte
Llegar al otro lado es tan incierto. hasta que todo se nos olvide
Pero se hace hábito la incertidumbre. y no sepamos quién es quién.
Hay que correr. El niño se lanza sobre el parabrisas.
Con el trapo sucio, mojado.
Fingiendo ignorar el desprecio.
La anciana con el cartelón sobre el pecho
muestra sus pies sus piernas su rostro
carcomido por el hambre y la mendicidad.
Sal en la herida.
Garras.
41 22
Poesía Gioconda Belli
11 12
Biblia Ahora,
gracias a estos razonamientos
Sean mis manos como ríos cada vez me detengo menos frente al espejo.
entre tus cabellos. Paso por alto la aparición de inevitables líneas
Mis pechos como naranjas maduras. en el mapa de vida del rostro.
Mi vientre un comal cálido para tu hombría.
Mi piernas y mis brazos sean como puertas, Después de todo, el alma,
como puertos para tus tempestades. afortunadamente,
Mi pelo como algodón en rama. es como el vino.
Todo mi cuerpo sea hamaca para el tuyo, Que me beba quien me ame,
y mi mente tu olla, que me saboree.
tu cañada.
De “De la Costilla de Eva”
Uno no escoge el país donde nace; Al cogerla tengo que tener mucho cuidado.
pero ama el país donde ha nacido.
Es como tratar de cargar un montoncito de agua
Uno no escoge el tiempo para venir al mundo; sin que se derrame.
pero debe dejar huella de su tiempo.
Me siento en la mecedora,
Nadie puede evadir su responsabilidad. la acuno,
Nadie puede taparse los ojos, los oidos, y al primer quejido,
enmudecer y cortarse las manos. empiezo a dar leche como una vaca tranquila.
Todos tenemos un deber de amor que cumplir Ella vuelve a ser mía,
una historia que nacer pegadita a mí,
una meta que alcanzar. dependiendo de mí,
23 40
Poemas Gioconda Belli
Sabor de vendimia
39 24
Esperándolo
Como tinaja
Por la mañana
me alzo como gacela En los días buenos,
gozosa entre el monte de lluvia,
esperándote. los días en que nos quisimos
totalmente,
Al medio día, en que nos fuimos abriendo
hundida entre flores, el uno al otro
voy dibujando como cuevas secretas;
tu nombre en el vientre de agua del río. en esos días, amor
en mi cuerpo como tinaja
En el crepúsculo, recogió toda el agua tierna
llena de amor, me doblo que derramaste sobre mí
y luego voy a esperarte y ahora
a que vengas de noche, en estos días secos
a que vengas a posarte en mí como un pájaro en que tu ausencia duele
y ondees tu cuerpo y agrieta la piel,
como bandera y el agua sale de mis ojos
sobre mi cuerpo. llena de tu recuerdo
a refrescar la aridez de mi cuerpo
tan vacío y tan lleno de vos.
37 26
Poemas Gioconda Belli
Recorriéndote
27 36
Poemas Gioconda Belli
35 28
Aquí estoy,
desnuda,
sobre las sábanas solitarias
Es larga la tarde
de esta cama donde te deseo.
Es larga la tarde
Veo mi cuerpo,
como el camino curvo hasta tu casa
liso y rosado en el espejo,
por donde regreso arrastrando los pies
mi cuerpo
hasta mi cama sola
que fue ávido territorio de tus besos,
a dormir con tu olor engarzado en mi piel,
este cuerpo lleno de recuerdos
a dormir con tu sombra.
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
Es larga la tarde
en largas noches de quejidos y risas
y el amor redondo como el gatillo de una pistola
y ruidos de mis cuevas interiores.
me rodea de frente, de lado, de perfil.
El sueño pesa sobre mis hombros
Veo mis pechos
y me acerca de nuevo a vos
que acomodabas sonriendo
al huequito de tu brazo,
en la palma de tu mano,
a tu respiración,
que apretabas como pájaros pequeños
a una continuación infinita de la batalla
en tus jaulas de cinco barrotes,
de sábanas y almohadas que empezamos
mientras una flor se me encendía
y que pone risa
y paraba su dura corola
y energía
contra tu carne dulce.
a nuestro cansancio.
Veo mis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de la perdición
hacia mi mismo centro
y la suave vegetación del monte
donde urdiste sordos combates
coronados de gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos primitivos.
33 30
Poemas Gioconda Belli
Descobijémonos
¡Descobijémonos!
¡Despojémonos de los artificios!
Regalémosle al mundo la hermosura de la desnudez,
regalémosle nuestras vidas sin taparrabos.
No debemos negarles la verdad a los amigos, Te busco
ni a los enemigos,
aunque les duela como una llaga en la cara, Sola yo, amor,
no debemos guardarla. y vos quién sabe dónde;
Hay que reventarla con determinación en sus caminos, tu recuerdo me mece como al maíz el viento
sembrándoles la gran interrogación, y te traigo en el tiempo,
echándoles a revolotear la inquietud del insomnio recorro los caminos,
y el desconcierto; me río a carcajadas
aquello de desenredar la madeja de hilo enmarañado y somos los dos juntos
hasta el agotamiento o el compromiso, otra vez,
hasta la inmortalidad junto al agua.
o la muerte. Y somos los dos juntos
otra vez,
bajo el cielo estrellado
La eterna pregunta en el monte,
de noche.
La eterna pregunta de la identidad: Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre,
ser o no ser. voy juntando mis días, mis minutos, mis horas
Dejarse ir, con tu hilo de letras.
o quedarse en esta orilla, Me he vuelto alfarera
en la seguridad, y he creado vasijas para guardar momentos.
o ir allá donde el paisaje se adivina frondoso, Me he soltado en tormenta
se percibe y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
y casi nos parece oler las flores del otro lado en viento me he cambiado,
y nos vamos embriagando del olor presentido en brisa, en agua fresca
que nos va penetrando, y azoto, mojo, salto
y son las flores, las enredaderas, buscándote en el tiempo
el agua del otro lado que nos está sonando en la memoria de un futuro que tiene
con su olor a mando, la fuerza de tu fuerza.
y es ese sentir que el corazón está próximo a estallar
(el olor del malinche, las explosiones del malinche),
los faunos,
un día que se va,
un día que pudimos haber estado al otro lado
y no estuvimos.
29 34
31 32
Gioconda Belli
42
Quedará de nosotros...
Quedará de nosotros
te busco desperezándome en la alfombra, algo más que el gesto o la palabra:
poniéndome los anteojos para leer Este deseo candente de libertad,
libros de educación del hogar esta intoxicación,
y no andar chiflada y saber manejar la casa, ¡se contagia!.
poner la comida,
asear los cuartos,
amarte sin polvo y sin desorden, Te busco en la fuerza del futuro
amarte organizadamente,
poniéndole orden a este alboroto Sola yo, amor,
de revolución y trabajo y amor y vos quién sabe dónde;
a tiempo y destiempo, tu recuerdo me mece como al maíz el viento
de noche, de madrugada, y te traigo en el tiempo,
en el baño, recorro los caminos,
riéndonos como gatos mansos, me río a carcajadas
lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados y somos los dos juntos
a los pies del sofá de leer el periódico. otra vez,
junto al agua.
Te quiero como gata agradecida, Y somos los dos juntos
gorda de estar mimada, otra vez,
te quiero como gata flaca bajo el cielo estrellado
perseguida y llorona, en el monte,
te quiero como gata, mi amor, de noche.
como gata, Gioconda, Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre,
como mujer, voy juntando mis días, mis minutos, mis horas
te quiero. con tu hilo de letras.
Me he vuelto alfarera
De “De la costilla de Eva” y he creado vasijas para guardar momentos.
Me he soltado en tormenta
y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
en viento me he cambiado,
en brisa, en agua fresca
y azoto, mojo, salto
buscándote en el tiempo
de un futuro que tiene
la fuerza de tu fuerza.
59 44
Poemas Gioconda Belli
Conjuros de la memoria
Peligros de invierno
No sé si un sol desmedido y burlón
me atravesará de punta a punta Este invierno está llevando todo lo que fuimos.
cuando salten de mi pecho todos los gritos guardados, Cada día despierto arrebujándome,
cuando se rompan las oscuridades arrebujándome contra tu espalda,
de mi perfecta catedral secreta tocándote
con el sostenido sonido del órgano medieval para saber que no te has ido con el agua
ululando su voz de parto, sonrío y me pregunto si mañana, si pronto,
su alarido de queja y de tristeza. si algún día de estos,
el llanto sucedera a la lluvia
Estoy como nací -desnuda- y el invierno también se meterá en la casa
mojada de lágrimas con el pelo chorreándome nostalgia y no habrá mueble, estante, cortinera,
y un cansancio vetusto acomodado en mis huesos donde no lave el agua los colores
y mientras me dejo ir en el humo, y nos mojemos todos entre chocorrones y despedidas.
viene su mano y me sostiene Por eso en las mañanas
y me levanta y me hace tronar de júbilo, bebo la luz en mis pulmones,
me zarandea las ganas de vivir, abro todas las puertas,
me dice verde con ojos de monte pinto amarillas las risas de las casas,
azul con el pelo espumoso de mar doy vueltas tenaz a los girasoles,
estrella con las uñas brillantes me prendo el sol en medio de los pechos
viento y sopla mi angustia y la desperdiga y salgo a tocarte, a escribirte,
y me hace nadar en el aire, retozar en los arroyos, a decir que no, que no hay cauce que se lleve mi amor
romper los relojes del tiempo, ni aguacero ni ciclón ni viento lacerante
borrar la huella de mis pequeños pecados que arranque tu nombre de esta piel
vueltos trascendentes por los oscuros designios miel de tus días largos.
de su otro yo iracundo hermano de este duende iluminado
que me persigue en el sueño
en el que corro huyendo, siguiéndole yo a mi vez
juego de gato y ratón hasta que viene la lluvia
y la risa y volvemos a ser amantes helechos hojas atrapadas
en las correntadas de mayo y todo vuelve a empezar
cuando cruzamos lavados y nuevos
el umbral del Paraíso.
43 60
Del que hacer con estos poemas Como gata boca arriba
Pienso que juntaré mis poemas, Te quiero como gata boca arriba,
agarrados como una fila de huracanes panza arriba te quiero,
y haré un libro desafiante y bello para vos. maullando a través de tu mirada,
Un libro donde estaremos felices de este amor-jaula
o ariscos como gatos discutiendo, violento,
un libro que flote en el tiempo de tu tiempo lleno de zarpazos
y que podas enseñar a tus nietos como una noche de luna
y decirles: y dos gatos enamorados
“Miren como me amó esta mujer”, discutiendo su amor en los tejados,
con orgullo de macho idolatrado. amándose a gritos y llantos,
a maldiciones, lagrimas y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría)
45 58
Poemas Gioconda Belli
Esto es amor
Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo La mente se resiste a olvidar las cosas hermosas,
y quisiera besos en la espalda se aferra a ellas y olvida todo lo doloroso,
acurrucos mágicamente anonadada por la belleza.
que me dijeras las mas grandes verdades
o las mas grandes mentiras No recuerdo discursos contra mis débiles brazos,
que me dijeras por ejemplo guardando la exacta dimensión de tu cintura;
que soy la mujer mas linda del mundo recuerdo la suave, exacta, lúcida transparencia de tus manos,
que me querés mucho tus palabras en un papel que encuentro por allí,
cosas así la sensación de dulzura en las mañanas.
tan sencillas
tan repetidas, Lo prosaico se vuelve bello
que me delinearas el rostro cuando el amor lo toca con sus alas de Fénix,
y me quedaras viendo a los ojos ceniza de mi cigarro que es el humo
como si tu vida entera dependiera de que los míos sonrieran después de hacer el amor,
alborotando todas las gaviotas en la espuma. o el humo compartido,
Cosas quiero como que andes mi cuerpo quitado suavemente de la boca sin decir nada,
camino arbolado y oloroso, íntimamente conociendo que lo del uno es del otro
que seas la primera lluvia del invierno cuando dos se pertenecen.
dejándote caer despacio
y luego en aguacero. No te entiendo y quisiera odiarte
Cosas quiero como una gran ola de ternura y quisiera no sentir como ahora
deshaciéndome el calor de las lágrimas en mis ojos
un ruido de caracol por tanto rato ganado al vacío,
un cardumen de peces en la boca al hastío de los días intrascendentes,
algo de eso vueltos inmortales en el eco de tu risa
frágil y desnudo y te amo monstruo apocalíptico de la biblia de mis días
como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la y te lloro con ganas de odiar
mañana todo lo que alguna vez me hizo sentir
o simplemente una semilla, un árbol flor rara en un paraíso recobrado
un poco de hierba donde toda felicidad era posible
una caricia que me haga olvidar y me dueles en el cuerpo sensible y seco de caricias,
el paso del tiempo abandonado ya meses al sonido de besos
la guerra y palabras susurradas o risas a la hora del baño.
los peligros de la muerte.
Te añoro con furia de cacto en el desierto
De ”De la costilla de Eva” y se que no vendrás
57 46
De “Sobre la grama”
55 48
Poemas Gioconda Belli
47 56
Mayo
De “Sobre la grama”
49 54
Poemas Gioconda Belli
53 50
Poemas Gioconda Belli
No me arrepiento de nada
51 52