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Poemas

Gioconda Belli
Soy llena de gozo

Soy llena de gozo,


llena de vida,
cargadas de energías
como un animal joven y contento.
imantada mi sangre con la naturalez,
PEQUEÑAS LECCIONES
sintiendo el llamado del monte
para correr como venado desenfrenadamente,
sobando el aire,
DE EROTISMO
o andar desnuda por las cañadas Y otros poemas
untada de grama y flores machacadas
o de lodo,
que Dios y el hombre me permitieran volver
a mi estado primitivo,
al salvajismo delicioso y puro,
sin malicia,
al barro, a la costilla,
al amor de la hoja de parra, del cuero,
del cordero a tuto,
al instinto.

Depresión

De arriba abajo,
empezando por las puntas del pelo,
verticalmente,
me va penetrando la tristeza,
me va dejando cansada
a medida que avanza
y me posesiona.

Flor de Pétalos infinita ediciones


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Poemas Gioconda Belli

Parto

Me acuerdo
cuando nacio mi hija.

Yo era un solo dolor miedoso, Y Dios me hizo mujer


esperando ver salir de entre mis piernas
un sueño de nueve meses Y Dios me hizo mujer
con cara y sexo. de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
Huelga y me cavo por dentro
me hizo un taller de seres humanos.
Quiero una huelga donde vayamos todos. Tejio delicadamente mis nervios
Una huelga de brazos, de piernas, de cabellos, y balanceo con cuidado
una huelga naciendo en cada cuerpo. el numero de mis hormonas.
Compuso mi sangre
Quiero una huelga y me inyecto con ella
de obreros de palomas para que irrigara
de choferes de flores todo mi cuerpo;
de técnicos de niños nacieron asi las ideas
de médicos de mujeres. los sueños,
el instinto
Quiero una huelga grande, todo lo que creo suavemente
que hasta el amor alcance. a martillazos de soplidos
Una huelga donde todo se detenga, y taladrazos de amor,
el reloj las fábricas las mil y una cosa que me hacen
el plantel los colegios mujer todos los dias
el bus los hospitales por lo que me levanto orgullosa
la carretera los puertos. todas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Una huelga de ojos, de manos y de besos.
Una huelga donde respirar no sea permitido,
una huelga donde nazca el silencio
para oír los pasos del tirano que se marcha.

México 1976

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Gioconda Belli

Claro que no somos una pompa fúnebre

claro que no somos una pompa fúnebre,


usamos el derecho a la alegría...
Mario Benedetti

Claro que no somos una pompa fúnebre,


a pesar de todas las lágrimas tragadas
estamos con la alegría de construir lo nuevo
y gozamos del día, de la noche
y hasta del cansancio
y recogemos risa en el viento alto.
Usamos el derecho a la alegría,
a encontrar el amor
en la tierra lejana
y sentirnos dichosos
por haber hallado compañero
y compartir el pan, el dolor y la cama.
Aunque nacimos para ser felices
nos vemos rodeado de tristeza y vainas,
de muertes y escondites forzados.
Huyendo como prófugos
vemos cómo nos nacen arrugas en la frente
y nos volvemos serios,
pero siempre por siempre
nos persigue la risa
amarrada también a los talones
y sabemos tirarnos una buena carcajada
y ser felices en la noche más honda y más cerrada,
porque estamos construidos de una gran esperanza,
de un gran optimismo que nos lleva alcanzados
y andamos la victoria colgándonos del cuello,
sonando su cencerro cada vez más sonoro
y sabemos que nada puede pasar que nos detenga
porque somo semillas y habitación de una sonrisa
íntima
que explotará
ya pronto
en las caras
de todos.

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Poesía Gioconda Belli

V
Huele
Duele
Intercambia miradas saliva imprégnate
Da vueltas imprime sollozos piel que se escurre
De la mujer al hombre Pie hallazgo al final de la pierna
Persíguelo busca secreto del paso forma del talón
Dios te hizo hombre para mi. Arco del andar bahías formando arqueado caminar
Te admiro desde lo mas profundo Gústalos.
de mi subconsciente,
con una admiracion extraña y desbordada. VI
Que tiene un dobladillo de ternura. Escucha caracola del oído
Como gime la humedad
Tus problemas, tus cosas Lóbulo que se acerca al labio sonido de la respiración
me intrigan, me interesan Poros que se alzan formando diminutas montañas
y te observo Sensación estremecida de piel insurrecta al tacto
mientras discurres y discutes Suave puente nuca desciende al mar pecho
hablando del mundo Marea del corazón susúrrale
y dandole una nueva geografia de palabras. Encuentra la gruta del agua.

Mi mente esta cavada para recibirte VII


para pensar tus ideas Traspasa la tierra del fuego la buena esperanza
y darte a pensar las mias; navega loco en la juntura de los océanos
te siento, mi compañero, hermoso Cruza las algas ármate de corales ulula gime
juntos somos completos Emerge con la rama de olivo llora socavando ternuras ocultas
y nos miramos con orgullo Desnuda miradas de asombro
conociendo nuestras diferencias Despeña el sextante desde lo alto de la pestaña
sabiendonos mujer y hombre Arquea las cejas abre ventanas de la nariz.
y apreciando la disimilitud
de nuestros cuerpos. VIII
Aspira suspira
Muérete un poco
Dulce lentamente muérete
Agoniza contra la pupila extiende el goce
Dobla el mástil hincha las velas
Navega dobla hacia Venus
estrella de la mañana
- el mar como un vasto cristal azogado -
duérmete náufrago.

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Poemas Gioconda Belli

Pequeñas lecciones de erotismo

I
Recorrer un cuerpo en su extensión de vela Evocación lluviosa
Es dar la vuelta al mundo
Atravesar sin brújula la rosa de los vientos Me pregunto como puedo reirme con tanta tristeza,
Islas golfos penínsulas diques de aguas embravecidas entre tanta flor mojada y asfalto brillante y lavadito de lluvia.
No es tarea fácil - si placentera - Me pregunto como puedo sentir esta sensacion de triunfo
No creas hacerlo en un día o noche de sábanas explayadas cuando la derrota de no tenerte es un hecho
Hay secretos en los poros para llenar muchas lunas. y tus manos estan lejos de mis manos
y las gotas que voy lavando
II chupando de tu cara con mis besos
El cuerpo es carta astral en lenguaje cifrado no son mas que imaginacion, que este deseo de rescatar
Encuentras un astro y quizá deberás empezar el territorio del recuerdo las cosas que sentia
Corregir el rumbo cuando nube huracán o aullido cuando vos eras de carne y hueso y no esa figura lejana
profundo acariciada por mis pensamientos.
Te pongan estremecimientos Sin embargo, esta noche, brillante te siento llena de mi
Cuenco de la mano que no sospechaste. en la lejania, llena de mi sudor, mi saliva, del olor de mi piel.

III Te siento cantando, caminando,


Repasa muchas veces una extensión llevándome entre las manos como un pajarito
Encuentra el lago de los nenúfares y siento tu amor entre las nubes que me mojan,
Acaricia con tu ancla el centro del lirio envolviendome con su calorcito, su música
Sumérgete ahógate distiéndete y siento tu mirada luminosa, transparente,
No te niegues el olor la sal el azúcar atravesando mis ojos con su color de hierba,
Los vientos profundos cúmulos nimbus de los pulmones de mar de cosas lindas,
Niebla en el cerebro y sos mi amor, mi sábana, mi cama, mi almohada,
Temblor de las piernas mi cuaderno, mi pluma,
Maremoto adormecido de los besos. sos tan real como estas ganas de reirme
que tengo por sentirte cerca,
IV por tenerte, por no tenerte, por haberte tenido,
Instálate en el humus sin miedo al desgaste sin prisa hoy por hoy, por mañana por todos los dias.
No quieras alcanzar la cima
Retrasa la puerta del paraíso
Acuna tu ángel caído revuélvele la espesa cabellera con la
Espada de fuego usurpada
Muerde la manzana.

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Poemas Gioconda Belli

V
El hombre que me ame
podra encontrar en mi Es esa palabra conjuro de todas las magias,
la hamaca para descansar látigo sobre mi espalda tendida a filo del sol,
el pesado fardo de sus preocupaciones desencajando el tiempo con sus letras recónditas,
la amiga con quien compartir sus intimos secretos, desprendida del azar y de la lógica,
el lago donde flotar loca palabra, espada,
sin miedo de que el ancla del compromiso torbellino revolviéndome tibias memorias
le impida volar cuando se le ocurra ser pajaro. apaciblemente guardadas en el desván de los sueños,
estatuas que de pronto se levantan y hablan,
VI duendes morados saliendo de todas las flores,
El hombre que me ame silbando música de tambor de guerra,
hara poesia con su vida, terribles con sus largos zapatos puntudos,
construyendo cada dia burlándose de mí
con la mirada puesta en el futuro. que, inútilmente,
cavo tenaz, enfurecida, incapaz,
VII llorando en mi espanto,
Por sobre todas las cosas, esta última trinchera.
el hombre que me ame
debera amar al pueblo
no como una abstracta palabra
sacada de la manga,
sino como algo real, concreto,
ante quien rendir homenaje con acciones
y dar la vida si necesario.

VIII
El hombre que me ame
reconocera mi rostro en trinchera
rodilla en tierra me amara
mientras los dos disparamos juntos
contra el enemigo.

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Poesía Gioconda Belli

Signos
Es el amor; tendré que ocultarme o huir.
Jorge Luis Borges

Lento, IX
violento, El amor de mi hombre
rumoroso no conocera el miedo a la entrega,
temblor ni temera descubrirse ante la magia del
de hojas enamoramiento
en la intrincada selva de mis espinas. en una plaza publica llena de multitudes
Invasión de ternura en los huesos. Podra gritar —te quiero—
Ola dulce de agua o hacer rotulos en lo alto de los edificios
reventándome en el fondo del pecho, proclamando su derecho a sentir
encrespándose el mas hermoso y humano de los sentimientos.
y volviendo a extenderse
espuma X
sobre mi corazón. El amor de mi hombre
no le huira a las cocinas
Es el amor con su viento cálido, ni a los pañales del hijo,
lamiendo insistente la playa sola de mi noche. sera como un viento fresco
Es el amor con su largo ropaje de algas, llevandose entre nubes de sueño y de pasado
enredándome el nombre, el juicio, los imposibles. las debilidades que, por siglos, nos mantuvieron
Es el amor salitre, húmedo, separados
descargándose contra la roca de mi ayer impávida dureza. como seres de distinta estatura.
Es la marea subiendo lentamente
las esquinas de piedra de mis manos. XI
Es el espacio con su frío
y el vientre de mi madre palpitando su vida en el silencio. El amor de mi hombre
Es el grupo de árboles en el atardecer, no querra rotularme o etiquetarme,
el ocaso rojo de azul, me dara aire, espacio,
la luna colgada como fruta en el cielo. alimento para crecer y ser mejor,
Es el miedo terrible, como una Revolucion
el pavor de abrir la puerta que hace de cada dia
y unirse a la caravana el comienzo de una nueva victoria.
de estrellas persiguiendo la luz
como nocturnas, erráticas mariposas.
Es la tiniebla absoluta
o la más terrible y blanca nova del Universo.
Es tu voz como soplo
o el ruido de días ignorando los rumbos de tu existencia.

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Poesía Gioconda Belli

Petición

Vestime de amor Reglas del juego para los hombres


que estoy desnuda; que quieren amar a mujeres
que estoy como ciudad
-deshabitada- I
sorda de ruidos, El hombre que me ame
tiritando de trinos, debera saber descorrer las cortinas de la piel,
reseca hoja quebradiza de marzo. encontrar la profundidad de mis ojos
Rodeame de gozo y conocer la que anida en mi,
que no naci para estar triste la golondrina
y la tristeza me queda floja transparente de la ternura.
como ropa que no me pertenece.
Quiero encenderme de nuevo II
olvidarme del sabor salado de las lágrimas El hombre que me ame
-los huecos de los lirios, no querra poseerme como una mercancia,
la golondrina muerta en el balcón-. ni exhibirme como un trofeo de caza,
Volver a refrescarme de brisa risa, sabra estar a mi lado
reventada ola con el mismo amor
mar sobre las penas de mi infancia, conque yo estare al lado suyo.
astro en las manos,
linterna eterna del camino hacia el espejo III
donde volver a mirarme El amor del hombre que me ame
de cuerpo entero, sera fuerte como los arboles de ceibo,
protegida, protector y seguro como ellos,
tomada de la mano, limpio como una mañana de diciembre
de la luz,
de grama verde y volcanes; IV
lleno mi pelo de gorriones, El hombre que me ame
dedos reventando de mariposas, no dudara de mi sonrisa
el aire enredado en mis dientes, ni temera la abundancia de mi pelo
retornando a su orden respetara la tristeza, el silencio
de universo habitado por centauros. y con caricias tocara mi vientre como guitarra
Vestime de amor para que brote musica y alegria
que estoy desnuda. desde el fondo de mi cuerpo.

“De la Costilla de Eva”


(1982-1986)

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Poesía Gioconda Belli

Los portadores de sueños conocían su poder por eso no se


extrañaban
también sabían que la vida los había engendrado
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías Menstruación
y por eso defendían su vida aun con la muerte.
Por eso cultivaban jardines de sueños Tengo
y los exportaban con grandes lazos de colores. la “enfermedad”
Los profetas de la oscuridad se pasaban noches y días ente- de las mujeres.
ros
vigilando los pasajes y los caminos Mis hormonas
buscando estos peligrosos cargamentos están alborotadas,
que nunca lograban atrapar me siento parte
porque el que no tiene ojos para soñar de la naturaleza.
no ve los sueños ni de día, ni de noche.
Todos los meses
Y en el mundo se ha desatado un gran tráfico de sueños esta comunión
que no pueden detener los traficantes de la muerte; del alma
por doquier hay paquetes con grandes lazos y el cuerpo;
que sólo esta nueva raza de hombres puede ver este sentirse objeto
la semilla de estos sueños no se puede detectar de leyes naturales
porque va envuelta en rojos corazones fuera de control;
en amplios vestidos de maternidad el cerebro recogido
donde piesecitos soñadores alborotan los vientres volviéndose vientre.
que los albergan.
Dicen que la tierra después de parirlos “Sobre la grama”
desencadenó un cielo de arcoiris (1970-1974)
y sopló de fecundidad las raíces de los árboles.
Nosotros sólo sabemos que los hemos visto
sabemos que la vida los engendró
para protegerse de la muerte que anuncian las profecías.

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Poemas Gioconda Belli

Retrato de ciudad

Sal en la herida.
Garras. Te veo como un temblor
En carretas de bueyes
bajan despedazados árboles Te veo como un temblor
hacia anónimas piras funerarias. en el agua.
Transeúntes Te vas,
oscuros te venís,
ambulan orillas y dejás anillos en mi imaginación.
bordeando muertes involuntarias. Cuando estoy con vos
En la esquina quisiera tener varios yo,
el hombre agita billetes bajo el sol. invadir el aire que respiras,
De lentos buses transformarme en un amor caliente
se desgaja la gente como racimos para que me sudés
piernas se mezclan con picos de aves y poder entrar y salir de vos.
que cuelgan defenestradas, yertas. Acariciarte cerebralmente
Trabajosamente se abre paso o meterme en tu corazón y explotar
la arena el cemento con cada uno de tus latidos.
el obrero amarra pañuelos sobre la frente Sembrarte como un gran árbol en mi cuerpo
del mediodía. y cuidar de tus hojas y tu tronco,
El taxi de las mil reparaciones darte mi sangre de savia
rueda sobre el caucho desigual. y convertirme en tierra para vos.
Distraído el chófer se detiene Siento un aliento cosquilloso
donde mejor le parece. cuando estamos juntos,
Sal en la herida. quisiera convertirme en risa,
Una ciudad con cientos de peatones llena de gozo,
Sin pases indicados para ellos. retozar en playas de ternuras
Los carros a toda velocidad. recién descubiertas,
La mujer con el niño cruza la calle. pero que siempre presentí,
Cierra los ojos. amarte, amarte
Llegar al otro lado es tan incierto. hasta que todo se nos olvide
Pero se hace hábito la incertidumbre. y no sepamos quién es quién.
Hay que correr. El niño se lanza sobre el parabrisas.
Con el trapo sucio, mojado.
Fingiendo ignorar el desprecio.
La anciana con el cartelón sobre el pecho
muestra sus pies sus piernas su rostro
carcomido por el hambre y la mendicidad.
Sal en la herida.
Garras.
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Poesía Gioconda Belli

Los portadores de sueños

En todas las profecías


está escrita la destrucción del mundo.
Todas las profecías cuentan De esta forma el mundo engendró de nuevo su vida
que el hombre creará su propia destrucción. como también habia engendrado
Pero los siglos y la vida a los que inventaron la manera de apagar el sol.
que siempre se renueva Los portadores de sueños sobrevivieron a los climas gélidos
engendraron también una generación pero en los climas cálidos casi parecían brotar por
de amadores y soñadores, generación espontánea.
hombres y mujeres que no soñaron Quizá las palmeras, los cielos azules, las lluvias torrenciales
con la destrucción del mundo, Tuvieron algo que ver con esto,
sino con la construcción del mundo La verdad es que como laboriosas hormiguitas
de las mariposas y los ruiseñores. estos especímenes no dejaban de soñar y de construir hermo-
Desde pequeños venían marcados por el amor. sos mundos,
Detrás de su apariencia cotidiana mundos de hermanos, de hombres y mujeres que se llamaban
Guardaban la ternura y el sol de medianoche. compañeros,
Las madres los encontraban llorando por un pájaro muerto que se enseñaban unos a otros a leer, se consolaban en las
y más tarde también los encontraron a muchos muertos muertes,
como pájaros. se curaban y cuidaban entre ellos, se querían, se ayudaban
en el arte de querer y en la defensa de la felicidad.
Estos seres cohabitaron con mujeres traslúcidas Eran felices en su mundo de azúcar y de viento
y las dejaron preñadas de miel y de hijos verdecidos de todas partes venían a impregnarse de su aliento de sus
por un invierno de caricias. claras miradas
Así fue como proliferaron en el mundo los portadores de hacia todas partes salían los que habían conocido portando
sueños, sueños
atacados ferozmente por los portadores de profecías soñando con profecías nuevas que hablaban de tiempos de
habladoras mariposas y ruiseñores
de catástrofes. y de que el mundo no tendría que terminar en la hecatombe.
los llamaron ilusos, románticos, pensadores de utopías Por el contrario, los científicos diseñarían puentes, jardines,
dijeron que sus palabras eran viejas juguetes sorprendentes
y, en efecto, lo eran porque la memoria del paraíso para hacer más gozosa la felicidad del hombre.
es antigua como el corazón del hombre. Son peligrosos - imprimían las grandes rotativas
Los acumuladores de riquezas les temían Son peligrosos - decían los presidentes en sus discursos
lanzaban sus ejércitos contra ellos, Son peligrosos - murmuraban los artífices de la guerra.
pero los portadores de sueños todas las noches hacían el Hay que destruirlos - imprimían las grandes rotativas
amor Hay que destruirlos - decían los presidentes en sus discursos
y seguía brotando su semilla del vientre de ellas Hay que destruirlos - murmuraban los artífices de la guerra.
que no sólo portaban sueños sino que los multiplicaban
y los hacían correr y hablar.

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Poemas Gioconda Belli

Biblia Ahora,
gracias a estos razonamientos
Sean mis manos como ríos cada vez me detengo menos frente al espejo.
entre tus cabellos. Paso por alto la aparición de inevitables líneas
Mis pechos como naranjas maduras. en el mapa de vida del rostro.
Mi vientre un comal cálido para tu hombría.
Mi piernas y mis brazos sean como puertas, Después de todo, el alma,
como puertos para tus tempestades. afortunadamente,
Mi pelo como algodón en rama. es como el vino.
Todo mi cuerpo sea hamaca para el tuyo, Que me beba quien me ame,
y mi mente tu olla, que me saboree.
tu cañada.
De “De la Costilla de Eva”

Uno no escoge Dando el pecho

Uno no escoge el país donde nace; Al cogerla tengo que tener mucho cuidado.
pero ama el país donde ha nacido.
Es como tratar de cargar un montoncito de agua
Uno no escoge el tiempo para venir al mundo; sin que se derrame.
pero debe dejar huella de su tiempo.
Me siento en la mecedora,
Nadie puede evadir su responsabilidad. la acuno,
Nadie puede taparse los ojos, los oidos, y al primer quejido,
enmudecer y cortarse las manos. empiezo a dar leche como una vaca tranquila.

Todos tenemos un deber de amor que cumplir Ella vuelve a ser mía,
una historia que nacer pegadita a mí,
una meta que alcanzar. dependiendo de mí,

No escogimos el momento para venir al mundo Como cuando sólo ya la conocía


Ahora podemos hacer el mundo y vivía en mi vientre.
en que nacerá y crecerá
la semilla que trajimos con nosotros.

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Poemas Gioconda Belli

Sabor de vendimia

Recuerdo el terror de las primeras arrugas. ¿Qué sos Nicaragua?


Pensar: Ahora sí. Ya me llegó la hora.
Las líneas de la risa marcadas sobre mi cara ¿Qué sos
aun en medio de la más absoluta seriedad. sino un triangulito de tierra
Yo, frente al espejo, perdido en la mitad del mundo?
intentando disolverlas con mis manos,
alisándome las mejillas, una y otra vez, ¿Qué sos
sin resultado. sino un vuelo de pájaros
Luego fue la mirada furtiva de mi reflejo en los escaparates guardabarrancos
preguntarme si la luz del día las haría más evidentes, cenzontles
si el que me observaba desde la otra acera colibríes?
estaría censurando mi incapacidad de mantenerme joven,
incólume ante el paso del tiempo. ¿Qué sos
sino un ruido de ríos
Viví esas primeras marcas de la edad llevándose las piedras pulidas y brillantes
con la vergüenza de quien ha fallado. dejando pisadas de agua por los montes?
Como una estudiante que reprueba el examen
y debe caminar por la calle ¿Qué sos
con las malas notas expuestas ante todos. sino pechos de mujer hechos de tierra,
lisos, puntudos y amenazantes?
Las mujeres nos sentimos culpables de envejecer,
como si pasada la juventud de la belleza, ¿Qué sos
apenas nos quedara que ofrecer, sino cantar de hojas en árboles gigantes
y debiéramos hacer mutis; verdes, enmarañados y llenos de palomas?
salir y dejar espacio a las jóvenes,
a los rostros y cuerpos inocentes ¿Qué sos?
que aun no han cometido el pecado sino dolor y polvo y gritos en la tarde,
de vivir más allá de los treinta o los cuarenta. -“gritos de mujeres, como de parto”-?

No sé cuando dispuse rebelarme. ¿Qué sos


No aceptar que sólo se me concedieran como válidos sino puño crispado y bala en boca?
los diez o veinte años con piel de manzana;
sentirme orgullosa de las señales de mi madurez. ¿Qué sos, Nicaragua
para dolerme tanto?

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Poemas Gioconda Belli

Esperándolo
Como tinaja
Por la mañana
me alzo como gacela En los días buenos,
gozosa entre el monte de lluvia,
esperándote. los días en que nos quisimos
totalmente,
Al medio día, en que nos fuimos abriendo
hundida entre flores, el uno al otro
voy dibujando como cuevas secretas;
tu nombre en el vientre de agua del río. en esos días, amor
en mi cuerpo como tinaja
En el crepúsculo, recogió toda el agua tierna
llena de amor, me doblo que derramaste sobre mí
y luego voy a esperarte y ahora
a que vengas de noche, en estos días secos
a que vengas a posarte en mí como un pájaro en que tu ausencia duele
y ondees tu cuerpo y agrieta la piel,
como bandera y el agua sale de mis ojos
sobre mi cuerpo. llena de tu recuerdo
a refrescar la aridez de mi cuerpo
tan vacío y tan lleno de vos.

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Poemas Gioconda Belli

Recorriéndote

Cómo pesa el amor Quiero morder tu carne


salada y fuerte,
Noche cerrada empezar por tus brazos hermosos
ciega en el tiempo como rama de ceibo,
verde como luna seguir por ese pecho con el que sueñan mis sueños
apenas clara entre las luciérnagas. ese pecho-cueva donde se esconde mi cabeza
hurgando la ternura,
Sigo la huella de mis pasos, ese pecho que suena a tambores y vida continuada.
el doloroso retorno a la sonrisa, Quedarme allí un largo rato
me invento en la cumbre adivinada enredando mis manos
entre árboles retorcidos. en ese bosquecito de arbustos que te crece
suave y negro bajo mi piel desnuda
Sé que algún día seguir después hacia tu ombligo
se alzarán de nuevo a ese centro donde te empieza el cosquilleo,
las yemas recién nacidas irte besando, mordiendo,
de mi rojo corazón, hasta llegar allí
entonces, quizás, a ese lugarcito
oirás mi voz enceguecedora -apretado y secreto-
como el canto de las sirenas; que se alegra ante mi presencia
te darás cuenta que se adelanta a recibirme
de la soledad; y viene a mi
juntarás mi arcilla, en toda su dureza de macho enardecido.
el lodo que te ofrecí, Bajar luego a tus piernas
entonces tal vez sabrás firmes como tus convicciones guerrilleras,
cómo pesa el amor esas piernas donde tu estatura se asienta,
endurecido. con las que vienes a mi
con las que me sostienes,
las que enredas en las noches entre las mías
blandas y femeninas.
Besar tus pies, amor,
que tanto tienen que recorrer aún sin mí
Dios dijo y volver a escalarte
hasta apretar tu boca con la mía
Dios dijo: hasta llenarme toda de tu saliva y tu aliento
Ama a tu prójimo como a ti mismo. hasta que entres en mí
En mi país con la fuerza de la marea
el que ama a su prójimo y me invadás con tu ir y venir
se juega la vida. de mar furioso
y quedarnos los dos tendidos y sudados
en la arena de las sábanas.
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Poemas Gioconda Belli

Ahuyentemos el tiempo, amor


Desafío a la vejez
Ahuyentemos el tiempo, amor,
Cuando yo llegue a vieja que ya no exista;
—si es que llego—, esos minutos largos que desfilan pesados
y me mire al espejo cuando no estás conmigo
y me cuente las arrugas y estás en todas partes
como una delicada orografía sin estar pero estando.
de distendida piel. Me dolés en el cuerpo,
Cuando pueda contar las marcas me acariciás el pelo
que han dejado las lágrimas y no estás
y las preocupaciones, y estás cerca
y ya mi cuerpo responda despacio te siento levantarte
a mis deseos, desde el aire llenarme
cuando vea mi vida envuelta pero estoy sola, amor,
en venas azules, y este estarte viendo
en profundas ojeras, sin que estés
y suelte blanca mi cabellera me hace sentirme a veces
para dormirme temprano como una leona herida
—como corresponde—, me retuerzo
cuando vengan mis nietos doy vueltas
a sentarse sobre mis rodillas te busco
enmohecidas por el paso de muchos inviernos, y no estás
sé que todavía mi corazón y estás
estará rebelde— tictaqueando allí
y las dudas y los anchos horizontes tan cerca.
también saludarán
mis mañanas.

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Poemas Gioconda Belli

Te escribo, Sergio Yo, la que te quiere

Te escribo, Sergio Yo soy tu indómita gacela,


desde la soledad el trueno que rompe la luz sobre tu pecho.
del mediodía asoleado y desnudo Yo soy el viento desatado en la montaña
mientras azota el viento y el fulgor concentrado del fuego del ocote.
y estoy, gatunamente, Yo caliento tus noches
enrollada en la cama encendiendo volcanes en mis manos,
donde anoche te quise y me quisiste mojándote los ojos con el humo de mis cráteres.
entre tiempos, sonrisas y misterios. Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo,
riendo la risa inmutable de los años.
Va quedando lejano Yo soy el inexplorado camino,
el mundo que existía antes de conocerte la claridad que rompe la tiniebla.
y va naciendo un nido de palabras y besos, Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía
un nido tembloroso de miedo y esperanza, y te recorro entero,
donde a veces me siento retozando entre trino sendero tras sendero,
y otras veces me asusto, descalzando mi amor,
abro los ojos y me quedo quieta, desnudando mi miedo.
pensando en este panal de miel Yo soy un nombre que canta y te enamora
que estamos explorando, desde el otro lado de la luna,
como un hermoso, hipnotizante laberinto, soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo.
donde no hay piedritas blancas, Yo soy algo que crece,
ni mágicos hilos algo que ríe y llora.
que nos enseñen el camino de regreso. Yo,
la que te quiere.

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Poemas Gioconda Belli

En la doliente soledad del domingo

Aquí estoy,
desnuda,
sobre las sábanas solitarias
Es larga la tarde
de esta cama donde te deseo.
Es larga la tarde
Veo mi cuerpo,
como el camino curvo hasta tu casa
liso y rosado en el espejo,
por donde regreso arrastrando los pies
mi cuerpo
hasta mi cama sola
que fue ávido territorio de tus besos,
a dormir con tu olor engarzado en mi piel,
este cuerpo lleno de recuerdos
a dormir con tu sombra.
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
Es larga la tarde
en largas noches de quejidos y risas
y el amor redondo como el gatillo de una pistola
y ruidos de mis cuevas interiores.
me rodea de frente, de lado, de perfil.
El sueño pesa sobre mis hombros
Veo mis pechos
y me acerca de nuevo a vos
que acomodabas sonriendo
al huequito de tu brazo,
en la palma de tu mano,
a tu respiración,
que apretabas como pájaros pequeños
a una continuación infinita de la batalla
en tus jaulas de cinco barrotes,
de sábanas y almohadas que empezamos
mientras una flor se me encendía
y que pone risa
y paraba su dura corola
y energía
contra tu carne dulce.
a nuestro cansancio.
Veo mis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de la perdición
hacia mi mismo centro
y la suave vegetación del monte
donde urdiste sordos combates
coronados de gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos primitivos.

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Poemas Gioconda Belli

Descobijémonos

¡Descobijémonos!
¡Despojémonos de los artificios!
Regalémosle al mundo la hermosura de la desnudez,
regalémosle nuestras vidas sin taparrabos.
No debemos negarles la verdad a los amigos, Te busco
ni a los enemigos,
aunque les duela como una llaga en la cara, Sola yo, amor,
no debemos guardarla. y vos quién sabe dónde;
Hay que reventarla con determinación en sus caminos, tu recuerdo me mece como al maíz el viento
sembrándoles la gran interrogación, y te traigo en el tiempo,
echándoles a revolotear la inquietud del insomnio recorro los caminos,
y el desconcierto; me río a carcajadas
aquello de desenredar la madeja de hilo enmarañado y somos los dos juntos
hasta el agotamiento o el compromiso, otra vez,
hasta la inmortalidad junto al agua.
o la muerte. Y somos los dos juntos
otra vez,
bajo el cielo estrellado
La eterna pregunta en el monte,
de noche.
La eterna pregunta de la identidad: Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre,
ser o no ser. voy juntando mis días, mis minutos, mis horas
Dejarse ir, con tu hilo de letras.
o quedarse en esta orilla, Me he vuelto alfarera
en la seguridad, y he creado vasijas para guardar momentos.
o ir allá donde el paisaje se adivina frondoso, Me he soltado en tormenta
se percibe y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
y casi nos parece oler las flores del otro lado en viento me he cambiado,
y nos vamos embriagando del olor presentido en brisa, en agua fresca
que nos va penetrando, y azoto, mojo, salto
y son las flores, las enredaderas, buscándote en el tiempo
el agua del otro lado que nos está sonando en la memoria de un futuro que tiene
con su olor a mando, la fuerza de tu fuerza.
y es ese sentir que el corazón está próximo a estallar
(el olor del malinche, las explosiones del malinche),
los faunos,
un día que se va,
un día que pudimos haber estado al otro lado
y no estuvimos.
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Poemas Gioconda Belli

Me veo y no me estoy viendo, Ahora vamos envueltos en consignas hermosas


es un espejo de vos el que se extiende doliente
sobre esta soledad de domingo, Las mañanas cambiaron su signo conocido.
un espejo rosado, Ahora el agua, su tibieza, su magia soñolienta
un molde hueco buscando su otro hemisferio. es diferente.
Ahora oigo desde que mi piel conoce que es de día,
Llueve copiosamente cantos de tiempos clandestinos
sobre mi cara sonando audaces, altos desde la mesa de noche
y sólo pienso en tu lejano amor y me levanto y salgo y veo «compas» atareados
mientras cobijo lustrando sus botas o alistándose para el día
con todas mis fuerzas, bajo el sol.
la esperanza. Ya no hay oscuridad, ni barricadas,
ni abuso del espejo retrovisor
De “Truenos y Arcoiris” para ver si me siguen.
Ahora mi aire de siempre es mas mi aire
y este olor a tierra mojada y los lago s allá
Áspera textura del viento y las montañas
pareciera que han vuelto a posarse en su lugar,
Nacida de la selva me tomaste a enraizarse, a sembrarse de nuevo.
arisca yegua para estribos y albardas. Ya no huele a quemado,
y no es la muerte una conocida presencia
Durante muchas noches esperando a la vuelta de cualquier esquina.
nada se oyó He recuperado mis flores amarillas
sino el chasquido del látigo y estos malinches de mayo son mas rojos
el rumor del forcejeo y se desparraman de gozo
las maldiciones reventados contra el rojinegro de las banderas.
y el roce de los cuerpos Ahora vamos envueltos en consignas hermosas,
midiéndose la fuerza en el espacio. desafiando pobrezas,
esgrimiendo voluntades contra malos augurios
Cabalgamos por días sin parar y esta sonrisa cubre el horizonte,
desbocados corceles del amor se grita en valles y lagunas,
dando y quitando, lava lagrimas y se protege con nuevos fusiles.
riendo y llorando Ya se unió la Historia al paso triunfal de los guerreros
-el tiempo de la doma y yo invento palabras con que cantar,
el celo de los tigres- nuevas formas de amar,
vuelvo a ser,
No pudimos con la áspera textura de los vientos. soy otra vez,
Nos rendimos ante el cansancio por fin otra vez,
a pocos metros de la pradera soy.
donde hubiéramos realizado
todos nuestros encendidos sueños. De “Truenos y arcoiris”

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Gioconda Belli

Laberintos para no mirar.


Desde mullidos asientos, el radio,
el aire acondicionado, el celular.
La vida es otra para otros.
Las fuentes. Las luces de neón.
Flor de Caña.Coca-Cola.Cerveza Victoria.
Los cigarrillos. La rotonda de los vicios.
La catedral atrás espera esconderse un día
tras un bosque de palmeras.
En el centro del esplendor, ir de compras.
Mas tarde ir a rezar por los que no alcanzaron
el umbral iluminado del centro comercial.
Rezar es cómodo. La catedral es fresca y silenciosa.
No se oye llorar. Ni los frenazos. Ni el niño atropellado.
Crecen abismos sobre la ciudad.
La falla del alma hendida por la indiferencia
Se acrecienta.
No pasa nada aquí. Ya no hay guerra.
Sólo pandillas y drogas en los barrios.
Y las muchachas en las esquinas. Casi adolescentes.
Faldas apretadas. Cuerpos redondos y hermosos.
La noche les da de comer sin inocencia.
Se pintan la cara.
Igual que la ciudad enciende nuevos monumentos.
Sal en la herida.
Calles se enrollan alrededor de mi cuello.
Boa constrictor. Serpiente emplumada.
Dejé las plumas de colores en esta esquina.
Al borde de esta acera.
Pero mis ojos tienen una manera terca
de escudriñar el ruido. Un empecinamiento.
Una obsesión de buscar el atajo
por donde pueda filtrarse un asomo de claridad.
Quizás se despabilen las miradas jóvenes.
Quizás alguien logre esquivar el lodo.
Garras descienden sobre mi ciudad.
A la orilla del lago se alzará una cruz.
Una cruz enorme.
Y yo quisiera no saber como sé
quienes serán los crucificados.

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Poemas Gioconda Belli

Quedará de nosotros...

al menos flores, al menos cantos...

Quedará de nosotros
te busco desperezándome en la alfombra, algo más que el gesto o la palabra:
poniéndome los anteojos para leer Este deseo candente de libertad,
libros de educación del hogar esta intoxicación,
y no andar chiflada y saber manejar la casa, ¡se contagia!.
poner la comida,
asear los cuartos,
amarte sin polvo y sin desorden, Te busco en la fuerza del futuro
amarte organizadamente,
poniéndole orden a este alboroto Sola yo, amor,
de revolución y trabajo y amor y vos quién sabe dónde;
a tiempo y destiempo, tu recuerdo me mece como al maíz el viento
de noche, de madrugada, y te traigo en el tiempo,
en el baño, recorro los caminos,
riéndonos como gatos mansos, me río a carcajadas
lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados y somos los dos juntos
a los pies del sofá de leer el periódico. otra vez,
junto al agua.
Te quiero como gata agradecida, Y somos los dos juntos
gorda de estar mimada, otra vez,
te quiero como gata flaca bajo el cielo estrellado
perseguida y llorona, en el monte,
te quiero como gata, mi amor, de noche.
como gata, Gioconda, Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre,
como mujer, voy juntando mis días, mis minutos, mis horas
te quiero. con tu hilo de letras.
Me he vuelto alfarera
De “De la costilla de Eva” y he creado vasijas para guardar momentos.
Me he soltado en tormenta
y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
en viento me he cambiado,
en brisa, en agua fresca
y azoto, mojo, salto
buscándote en el tiempo
de un futuro que tiene
la fuerza de tu fuerza.

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Poemas Gioconda Belli

Conjuros de la memoria
Peligros de invierno
No sé si un sol desmedido y burlón
me atravesará de punta a punta Este invierno está llevando todo lo que fuimos.
cuando salten de mi pecho todos los gritos guardados, Cada día despierto arrebujándome,
cuando se rompan las oscuridades arrebujándome contra tu espalda,
de mi perfecta catedral secreta tocándote
con el sostenido sonido del órgano medieval para saber que no te has ido con el agua
ululando su voz de parto, sonrío y me pregunto si mañana, si pronto,
su alarido de queja y de tristeza. si algún día de estos,
el llanto sucedera a la lluvia
Estoy como nací -desnuda- y el invierno también se meterá en la casa
mojada de lágrimas con el pelo chorreándome nostalgia y no habrá mueble, estante, cortinera,
y un cansancio vetusto acomodado en mis huesos donde no lave el agua los colores
y mientras me dejo ir en el humo, y nos mojemos todos entre chocorrones y despedidas.
viene su mano y me sostiene Por eso en las mañanas
y me levanta y me hace tronar de júbilo, bebo la luz en mis pulmones,
me zarandea las ganas de vivir, abro todas las puertas,
me dice verde con ojos de monte pinto amarillas las risas de las casas,
azul con el pelo espumoso de mar doy vueltas tenaz a los girasoles,
estrella con las uñas brillantes me prendo el sol en medio de los pechos
viento y sopla mi angustia y la desperdiga y salgo a tocarte, a escribirte,
y me hace nadar en el aire, retozar en los arroyos, a decir que no, que no hay cauce que se lleve mi amor
romper los relojes del tiempo, ni aguacero ni ciclón ni viento lacerante
borrar la huella de mis pequeños pecados que arranque tu nombre de esta piel
vueltos trascendentes por los oscuros designios miel de tus días largos.
de su otro yo iracundo hermano de este duende iluminado
que me persigue en el sueño
en el que corro huyendo, siguiéndole yo a mi vez
juego de gato y ratón hasta que viene la lluvia
y la risa y volvemos a ser amantes helechos hojas atrapadas
en las correntadas de mayo y todo vuelve a empezar
cuando cruzamos lavados y nuevos
el umbral del Paraíso.

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Poemas Gioconda Belli

Del que hacer con estos poemas Como gata boca arriba

Pienso que juntaré mis poemas, Te quiero como gata boca arriba,
agarrados como una fila de huracanes panza arriba te quiero,
y haré un libro desafiante y bello para vos. maullando a través de tu mirada,
Un libro donde estaremos felices de este amor-jaula
o ariscos como gatos discutiendo, violento,
un libro que flote en el tiempo de tu tiempo lleno de zarpazos
y que podas enseñar a tus nietos como una noche de luna
y decirles: y dos gatos enamorados
“Miren como me amó esta mujer”, discutiendo su amor en los tejados,
con orgullo de macho idolatrado. amándose a gritos y llantos,
a maldiciones, lagrimas y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría)

Te quiero como gata panza arriba


y me defiendo de huir,
de dejar esta pelea
de callejones y noches sin hablarnos,
Vencer las trampas este amor que me marea,
que me llena de polen,
Volvés a sentir el calorcito en la yema de los dedos, de fertilidad
la cosquilla de escribir en el estómago y sos de nuevo y me anda en el día por la espalda
poeta, mujer, pájara. haciéndome cosquillas.
Estas otra vez fértil y tierrosa
llenas de fuego líquido las venas que creías apagadas No me voy, no quiero irme, dejarte,
como ríos mansos. te busco agazapada
Te alegrás en el júbilo de tu despertar ronroneando,
con trinos y malinches. te busco saliendo detrás del sofá,
En el fondo es como sentir que volviste a nacer, brincando sobre tu cama,
a pesar de todas las trampas pasándote la cola por los ojos,
de la mediocridad y del exilio.

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Poemas Gioconda Belli

Esto es amor

“Esto es amor, quien lo probó, lo sabe”


Sencillos deseos Lope de Vega

Hoy quisiera tus dedos escribiéndome historias en el pelo La mente se resiste a olvidar las cosas hermosas,
y quisiera besos en la espalda se aferra a ellas y olvida todo lo doloroso,
acurrucos mágicamente anonadada por la belleza.
que me dijeras las mas grandes verdades
o las mas grandes mentiras No recuerdo discursos contra mis débiles brazos,
que me dijeras por ejemplo guardando la exacta dimensión de tu cintura;
que soy la mujer mas linda del mundo recuerdo la suave, exacta, lúcida transparencia de tus manos,
que me querés mucho tus palabras en un papel que encuentro por allí,
cosas así la sensación de dulzura en las mañanas.
tan sencillas
tan repetidas, Lo prosaico se vuelve bello
que me delinearas el rostro cuando el amor lo toca con sus alas de Fénix,
y me quedaras viendo a los ojos ceniza de mi cigarro que es el humo
como si tu vida entera dependiera de que los míos sonrieran después de hacer el amor,
alborotando todas las gaviotas en la espuma. o el humo compartido,
Cosas quiero como que andes mi cuerpo quitado suavemente de la boca sin decir nada,
camino arbolado y oloroso, íntimamente conociendo que lo del uno es del otro
que seas la primera lluvia del invierno cuando dos se pertenecen.
dejándote caer despacio
y luego en aguacero. No te entiendo y quisiera odiarte
Cosas quiero como una gran ola de ternura y quisiera no sentir como ahora
deshaciéndome el calor de las lágrimas en mis ojos
un ruido de caracol por tanto rato ganado al vacío,
un cardumen de peces en la boca al hastío de los días intrascendentes,
algo de eso vueltos inmortales en el eco de tu risa
frágil y desnudo y te amo monstruo apocalíptico de la biblia de mis días
como una flor a punto de entregarse a la primera luz de la y te lloro con ganas de odiar
mañana todo lo que alguna vez me hizo sentir
o simplemente una semilla, un árbol flor rara en un paraíso recobrado
un poco de hierba donde toda felicidad era posible
una caricia que me haga olvidar y me dueles en el cuerpo sensible y seco de caricias,
el paso del tiempo abandonado ya meses al sonido de besos
la guerra y palabras susurradas o risas a la hora del baño.
los peligros de la muerte.
Te añoro con furia de cacto en el desierto
De ”De la costilla de Eva” y se que no vendrás

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Poemas Gioconda Belli

y el ozono de la tierra que siente venir la lluvia


y sabe que ya no hay nubes,
ni evaporización,
Siento que voy alejándome ni ríos,
que el mundo se secó
Siento que me voy alejando, y que no volverá jamás a llover,
que voy saliéndome poco a poco ni habrá ya nieve o frío o paraíso
de esta realidad de las mañanas y las tardes donde pájaro alguno pueda romper
y voy entrando a un mundo el silencio del llanto.
que estoy construyéndome con mis deseos y mis ansiedades
y todas las cosas reprimidas que empiezan a querer salírseme
y que me empujan, casi sin darme cuenta, en la incertidumbre,
allí donde deberé quedarme sola,
donde me da miedo ir porque se que tendré que asumir
toda la responsabilidad del haberme dado cuenta, Textura de sueño
del saber que no todo es aire
y agua y pan y leche No he visto el día
y que hay algo mas que nos rodea, más que a través de tu ausencia
que esta en la atmósfera, de tu ausencia redonda que envuelve mi paso agitado,
que nos persigue y espera para envolvernos mi respiración de mujer sola.
en esa belleza dolorosa que quisiéramos compartir
y acercarla a los demás pero, al contrario, Hay días pienso
nos aleja, nos hace sentirnos irreales, diferentes, que están hechos para morirse
como que acabáramos de nacer a un mundo o para llorar,
que no conocimos hasta entonces días poblados de fantasmas y ecos
o como que hubiésemos llegado de la estrella mas cercana en los que ando sobresaltada,
o de la mas lejana pareciéndome que el pasado va a abrir la puerta
y estamos abiertos totalmente a las hojas, y que hoy será ayer,
al ruido, sintiendo derramarse la vida, tus manos, tus ojos, tu estar conmigo,
sintiendo que nos acercamos a esa, lo que hace tan poco era tan real
la verdadera realidad, y ahora tiene la misma
aunque todos crean lo contrario textura del sueño.
y nosotros no podamos explicárselos.

De “Sobre la grama”

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Poemas Gioconda Belli

que nunca vendrás


y que si venís seré débil como no debería
y me resisto a crecerme en roca, Castillos de arena
en Tarpeya,
en espartana mujer arrojando su amor lisiado para que no Por que no me dijiste que estabas construyendo
viva ese castillo de arena?
y te escondo y te cuido en la oscuridad Hubiera sido tan hermoso
y entre las letras negras de mis escritos poder entrar por su pequeña puerta,
volcados como río de lava entre débiles rayas azules de cua- recorrer sus salados corredores,
derno esperarte en los cuadros de conchas,
que me recuerdan que la línea es recta hablándote desde el balcón
pero que el mundo es curvo con la boca llena de espuma blanca y transparente
como la pendiente de mis caderas. como mis palabras,
esas palabras livianas que te digo,
Te amo y te lo grito estés donde estés, que no tienen mas que el peso
sordo como estás del aire entre mis dientes.
a la única palabra que puede sacarte del infierno Es tan hermoso contemplar el mar.
que estás labrando como ciego destructor Hubiera sido tan hermoso el mar
de tu íntima y reprimida ternura que yo conozco desde nuestro castillo de arena,
y de cuyo conocimiento relamiendo el tiempo
ya nunca podrás escapar. con la ternura
honda y profunda del agua,
Y sé que mi sed solo se sacia con tu agua divagando sobre las historias que nos contaban
y que nadie podrá darme de beber cuando, niños, éramos un solo poro
ni amor, ni sexo, ni rama florida abierto a la naturaleza.
sin que yo le odie por querer parecérsete Ahora el agua se ha llevado tu castillo de arena
y no quiero saber nada de otras voces en la marea alta.
aunque me duela querer ternura Se ha llevado las torres,
y conversación larga y entendida entre dos los fosos,
porque sólo vos tenés el cifrado secreto la puertecita por donde hubiéramos pasado
de la clave de mis palabras en la marea baja,
y sólo vos pareces tener cuando la realidad esta lejos
el sol, la luna, el universo de mis alegrías y hay castillos de arena
y por eso quisiera odíarte como no lo logro, sobre la playa...
como sé que no lo haré
porque me hechizaste con tu mochila de hierbas De “Sobre la grama”
y nostalgias y chispa encendida
y largos silencios
y me tenés presa de tus manos mercuriales
y yo me desato en Venus con tormentas de hojarasca
y ramas largas y mojadas como el agua de las cañadas

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Poemas Gioconda Belli

Mayo

Eva advierte sobre las manzanas No se marchitan los besos


como los malinches,
“Allí te quedo en el pecho, ni me crecen vainas en los brazos;
por muchos años me goces” siempre florezco
C.M.R. con esta lluvia interna,
como los patios verdes de mayo
Con poderes de Dios y río porque amo el viento y las nubes
-centauro omnipotente- y el paso del los pájaros cantores,
me sacaste de la costilla curva de mi mundo aunque ande enredada en recuerdos,
lanzándome a buscar tu prometida tierra, cubierta de hiedra como las viejas paredes,
la primera estación del paraíso. sigo creyendo en los susurros guardados,
la fuerza de los caballos salvajes,
Todo dejé atrás. el alado mensaje de las gaviotas.
No oí lamentos, ni recomendaciones Creo en las raíces innumerables de mi canto.
porque en todo el Universo de mi ceguera
solo vos brillabas
recortado sol en la obscuridad.

Y así, Quebrá la luna


Eva de nuevo,
comí la manzana; Quebrá la luna entre tus manos,
quise construir casa y que la habitáramos, hacela pedazos
tener hijos para multiplicar nuestro estrenado territorio. y úntate de su polvo fino y negro.
Pero, después, Protejámonos de los símbolos
sólo estuvieron en vos y de los sueños,
las cacerías, los leones, cubrámonos de las frustraciones
el elogio a la soledad con una costra dura de realidad.
y el hosco despertar. Aceptemos el día como día
y la noche como noche,
Para mí solamente los regresos de prisa, pasando por el tiempo
tu goce de mi cuerpo, con la espalda recta y los ojos secos;
el descargue repentino de ternura porque la mente no es dueña de la vida
y luego, y los deseos no son las leyes:
una y otra vez, la huida hay que acatar la moral y el orden,
tijereteando mi sueño, revestirnos de una sonrisa de bolsillo,
llenando de lágrimas la copa de miel apretarnos el corazón en un puño
tenazmente ofrecida. y aceptar el sacrificio.

De “Sobre la grama”

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Poemas Gioconda Belli

Me desgaste como piedra de río.


Tantas veces pasaste por encima de mis murmullos,
batallas a mordiscos de ellas contra mí de mis gritos,
-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma- abandonándome en la selva de tus confusiones
transgrediendo maternos mandamientos, sin lámpara, ni piedras para hacer fuego y calentarme,
desgarro adolorida y a trompicones o adivinar el rumbo de tu sombra.
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos Por eso un día,
porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños, vi por última vez
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable, tu figura recostada en el rojo fondo de la habitación
que se enamora como alma en pena donde conocí más furia que ternura
de causas justas, hombres hermosos, y te dije adiós
y palabras juguetonas. desde el caliente fondo de mis entrañas,
Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada, desde el río de lava de mi corazón.
e hice el amor sobre escritorios
-en horas de oficina- No me llevé nada
y rompí lazos inviolables porque nada de lo tuyo me pertenecía
y me atreví a gozar -nunca me hiciste dueña de tus cosas-
el cuerpo sano y sinuoso y saliste de mí
con que los genes de todos mis ancestros como salen -de pronto-
me dotaron. desparramados, tristes,
No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones. los árboles convertidos en trozas,
No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf. muertos ya,
Pero en los pozos oscuros en que me hundo, pulpa para el recuerdo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos, material para entretejer versos.
siento las lágrimas pujando;
veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo, Fuiste mi Dios
blandiendo condenas contra mi felicidad. y como Adán, también
Impertérritas niñas buenas me circundan me preñaste de frutas y malinches,
y danzan sus canciones infantiles contra mí de poemas y cogollos,
contra esta mujer racimos de inexplicables desconciertos.
hecha y derecha,
plena. Para nunca jamás
Esta mujer de pechos en pecho esta Eva verá espejismos de paraíso
y caderas anchas o morderá manzanas dulces y peligrosas,
que, por mi madre y contra ella, orgullosas,
me gusta ser. soberbias,
inadecuadas
para el amor.

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Poemas Gioconda Belli

No me arrepiento de nada

Nueva tesis feminista Desde la mujer que soy,


a veces me da por contemplar
¿Cómo decirte hombre aquellas que pude haber sido;
que no te necesito? las mujeres primorosas,
No puedo cantar a la liberación femenina hacendosas, buenas esposas,
si no te canto dechado de virtudes,
y te invito a descubrir liberaciones conmigo. que deseara mi madre.
No me gusta la gente que se engaña No sé por qué
diciendo que el amor no es necesario la vida entera he pasado
-“témeles, yo le tiemblo” rebelándome contra ellas.
Hay tanto nuevo que aprender, Odio sus amenazas en mi cuerpo.
hermosos cavernícolas que rescatar, La culpa que sus vidas impecables,
nuevas maneras de amar que aun no hemos inventado. por extraño maleficio,
A nombre propio declaro me inspiran.
que me gusta saberme mujer Reniego de sus buenos oficios;
frente a un hombre que se sabe hombre, de los llantos a escondidas del esposo,
que sé de ciencia cierta del pudor de su desnudez
que el amor bajo la planchada y almidonada ropa interior.
es mejor que las multi-vitaminas, Estas mujeres, sin embargo,
que la pareja humana me miran desde el interior de los espejos,
es el principio inevitable de la vida, levantan su dedo acusador
que por eso no quiero jamás liberarme del hombre; y, a veces, cedo a sus miradas de reproche
lo amo y quiero ganarme la aceptación universal,
con todas sus debilidades ser la «niña buena», la «mujer decente»
y me gusta compartir con su terquedad la Gioconda irreprochable.
todo este ancho mundo Sacarme diez en conducta
donde ambos nos somos imprescindibles. con el partido, el estado, las amistades,
No quiero que me acusen de mujer tradicional mi familia, mis hijos y todos los demás seres
pero pueden acusarme que abundantes pueblan este mundo nuestro.
tantas como cuantas veces quieran En esta contradicción inevitable
de mujer. entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,

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