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Problemas que ocasiona la presencia de agua superficial y

subterránea dentro de las obras civiles


Hace unos meses escuche la noticia del colapso de varias losas que conformaban un
acceso a una importante carretera del país , mas tarde se determino que habían fallado
por la presencia de agua subterráneas las cuales no fueron detectados en el estudio de
suelo, evidentemente pasar por alto la presencia de agua durante la planificación de un
proyecto ocasiona una serie de problemas que afectan en gran manera la obra civil.

Colapso de Vía

Investigando acerca del efecto de las aguas subterráneas y superficiales en las obras
civiles halle una pequeña pero ilustrativa lista de problemas que se pueden presentar
cuando tenemos aguas en las obras, en términos generales se destacan.

 Disminuye la estabilidad de taludes, paredes, muros y techo, e incrementa las


fuerzas que tienden a provocar el deslizamiento y desprendimiento de materiales
 Disminuye la velocidad de avance y seguridad en túneles.
 Dificulta la barrenación.
 Disminuye el efecto de las voladuras
 Aumenta el intemperismo químico de la roca y provoca un cambio en sus
características geomecánicas.
 Disminuye el efecto de soportes y anclajes.
 Dificulta e incluso imposibilita trabajar en algunas zonas de la obra, principalmente
a profundidad, sobre todo si se trata de agua termal.
 Produce oxidación y corrosión del equipo de trabajo.
 Aumenta la humedad de la roca, con lo que se eleva su costo de transporte.
 Necesidad de desaguar y ¿dónde desaguar?
 Incrementa los costos de excavación
 Se requiere de inversión en equipo de extracción y contención de agua, que en
general aumenta conforme avanza la obra.
 Presencia de aguas incrustantes que deterioren los equipos de extracción (aguas
selenitosas).

Dentro del estudio geohidrológico es necesario llevar a cabo exploraciones directas,


realizar pruebas de permeabilidad, instalar piezómetros y construir pozos equipados para
realizar las pruebas de hidráulica. La información hidrogeológica se presenta en planos
que muestran las características de permeabilidad de las unidades geológicas y la
distribución de cargas hidráulicas en la zona de interés, asimismo en ocasiones es
importante conocer la influencia climática e hidrólogica , por lo que es necesario incluirlos
en el plano geotécnico.

Problemas ocasionados por obra civil


Javier Fernández Villameytide04/03/2003
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Una de las actuaciones más comunes hoy en día en cualquier población es la


realización de obras civiles de instalación o mantenimiento de infraestructuras
viarias o construcción de edificios. Por desgracia, gran parte de estas obras se
efectúan en lugares donde se ha instalado previamente algún tipo de arbolado con
el que interfieren en mayor o menor medida.
Una de las actuaciones más comunes hoy en día en cualquier población es la realización
de obras civiles de instalación o mantenimiento de infraestructuras viarias o construcción
de edificios. Por desgracia, gran parte de estas obras se efectúan en lugares donde se ha
instalado previamente algún tipo de arbolado con el que interfieren en mayor o menor
medida.
Debido a esta circunstancia y conscientes de los problemas que se viene ocasionando al
arbolado urbano por este motivo a corto, medio e incluso largo plazo, el Colegio Oficial de
Ingenieros Técnicos Agrícolas y Peritos de Agrícolas de Cataluña abordó la realización de
un conjunto de normas y recomendaciones dentro de sus Normas Técnicas de Jardinería
para la protección de cualquier tipo de ejemplar frente a los distintos daños de que
pudieran ser objeto. Trataremos, a lo largo del presente artículo, hacer un breve repaso a
las directrices básicas de este documento de gran valor como herramienta de gestión en el
medio urbano.
Son muy diversas las causas de daño consideradas en
la realización de obras en ambientes arbolados. La
búsqueda de soluciones para cada una de ellas es
tarea difícil, más aún, cuando las condiciones
particulares de cada actuación no permiten la
elaboración de procedimientos estándar para todos los
casos. De cualquier forma, se ha hecho un esfuerzo
considerable en este sentido a través de la "NTJ 03E"
que resumimos a continuación:
Protección general de áreas de vegetación: Con
carácter general, para cualquier tipo de obra, se
recomienda la instalación de un cercado fijo con una
altura mínima de 1.2 metros a unas distancias
determinadas de la proyección de la copa según el tipo
y porte del árbol. Como indicamos anteriormente, las
características de muchas obras hacen inviable este
tipo de infraestructuras de protección por lo que, en
estos casos, la norma propone la eliminación de la capa
superficial del terreno que se almacenará de forma
conveniente manteniendo sus cualidades de aireación y eliminando las malas hierbas que
pudieran formarse.
Protección específica contra contaminaciones químicas: En este caso concreto no se
profundiza mucho en los detalles. Simplemente se especifica la prohibición de verter
productos nocivos en las cercanías de los árboles tales como aguas residuales de
construcción, lejías, colorantes, ácidos o cementos.
Protección específica contra el fuego: Se establece una distancia mínima de veinte metros
a partir de la proyección de copa en el caso de árboles y cinco metros en el caso de
arbustos para confeccionar fogatas o cualquier otro tipo de fuego.
Protección específica contra la acumulación de agua: Se prohíbe la construcción de
desagües que viertan en la zona de influencia del sistema radicular sin especificar
distancias mínimas.
Protección específica contra daños
mecánicos: Se propone la instalación de
un vallado similar al de protección
general ya descrito anteriormente a una
distancia de dos metros a partir de la
proyección de copa, cinco metros en
caso de árboles columnares ó 1.5
metros para palmeras con vistas a
proteger tanto tronco como ramas y
raíces de golpes y apisonamientos. Si
las características de la obra no
permitieran esas distancias, se propone
la colocación de un cercado junto al
fuste con acolchado interior y la sujeción de las ramas previa protección de los puntos de
anclaje para dejar libre un camino de dos metros desde el suelo.
Protección de la zona radicular: Se prohíbe verter materiales en la zona de influencia
radicular. Si las actuaciones de explanación obligaran a ello, se estudiará la especie
concreta y el tipo de suelo para minimizar el impacto final. Previamente, se recomienda
retirar a mano cualquier resto vegetal como hojas o ramas respetando en todo momento
las raíces. Tampoco se permite la retirada de tierra en toda la zona radicular.
En el caso de realización de zanjas, no
se permitirá en toda la zona de
influencia radicular. Si fuera inevitable,
se respetará una distancia mínima de
2.5 metros a partir del fuste (o dos
metros en caso de palmeras) evitando
seccionar raíces de un diámetro
superior a los tres centímetros. Los
cortes imprescindibles se realizarán de
forma limpia y lisa manteniendo las
raíces expuestas siempre húmedas
mientras duren las obras.
Para la construcción de cimientos en
zonas de influencia radicular, se evitará la realización de zapatas continuas frente a las de
tipo puntual respetando unas distancias de 1.5 metros entre ellas y el fuste e intentando
situarlas respetando las raíces principales que se determinen en su momento.
Para evitar sobrecargas temporales por el paso continuado de maquinaria pesada, se
propone el aporte de una capa de, al menos, 20 cm compuesta por material de drenaje
recubierta con tablas u otro material similar. Estas capas sólo podrán mantenerse a lo
largo de un único período vegetativo siendo posteriormente retiradas a mano respetando
en todo momento las raíces superficiales.
No se permiten los aportes de terreno en la zona de
influencia radicular en capas superiores a 20 cm y
siempre realizados con material permeable. Si el material
fuese aislante, no podrá recubrir una superficie superior
al 30 % de la zona radicular. En todo caso, se proponen
otras medidas como la instalación de sistemas de
ventilación o la protección de la zona inmediata al fuste
del ejemplar.
Como puede observarse, este conjunto de normas y
recomendaciones no suponen más que un remedio para
conseguir el mal menor dentro de un conjunto de
actuaciones gravemente dañinas para el arbolado. Los
verdaderos esfuerzos, sin duda, deben efectuarse a nivel
de planificación para evitar que todo tipo de
infraestructuras compartan espacio con la zona de
influencia de la vegetación arbórea evitando los
problemas continuos que provocan su instalación y
posterior mantenimiento, algo en lo que, aún, queda
mucho por hacer en nuestras ciudades.

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