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El derecho aduanero es importante para el país dado a que su legislación por la cual se integra
este orden jurídico determina y da dirección a una gran parte de la economía nacional, tan es así
que una norma jurídica aduanera decide que mercancías y efectos entran al país, así como los
impuestos y medidas arancelarias que deberán cubrir estos.
Por lo anterior, se considera necesario dejar en claro algunos conceptos que son los más
explícitos, excluyendo, de tal forma los que tienen un enfoque diferente, considerando que de los
conceptos que se analicen servirán de punto de partida para entrar de lleno al papel que juega en
las aduanas en el ambiente jurídico económico del país.
El profesor chileno Octavio Gutiérrez Carrasco manifiesta que el derecho aduanero es "el conjunto
de normas legales que determinan el régimen fiscal a que deben someterse los intervinientes en
el tráfico internacional de mercancías a través de fronteras nacionales o aduaneras, por la vía
marítima, terrestre, aérea, y postal; que organiza el servicio público destinado a su control, le fijan
sus funciones, señalan las clases y formalidades de las operaciones sobre tales mercancías y
establecen por último los tribunales especiales y el procedimiento de las causas a que dichos
tráficos dieren lugar.
El siguiente trabajo pretende dotar de las herramientas para cmprender la efervescencia en las
Facultades de Derecho, Contables y de Ciencias Económicas de las universidades del país, por
enseñar y capacitar en materia de comercio internacional.
DERECHO ADUANERO
Es uno de los pilares fundamentales para determinar la eficiente asignación de los recursos
productivos y así maximizar el bienestar de la población. Para ello, la política comercial incluye un
conjunto de instrumentos de política económica que permiten asegurar la libre comercialización
de bienes y servicios, tales como aranceles, reglas de origen, procedimientos aduaneros, compras
públicas, promoción de la inversión, entre otros
Sin embargo, el crecimiento continuo de los volúmenes de comercio y los consecuentes riesgos
existentes tienden a generar “cuellos de botella” en las cadenas de transporte y del tránsito entre
fronteras, lo cual debe ser enfrentado con marcos normativos aduaneros que contemplen
procedimientos simplificados para el manejo del flujo de mercancías en las aduanas.
El enfrentar dichos problemas contribuirá a la reducción de los costos de transacción del comercio
internacional, lo que, a su vez, generará un incremento de la competitividad económica del país
y, por tanto, un mayor bienestar de la sociedad en general a través del aumento de las
posibilidades de consumo e inversión.
Así, en el marco de una mayor apertura comercial desarrollada en los últimos años, la política
aduanera en el Perú, a partir de la promulgación de la Ley General de Aduanas (Decreto
Legislativo N° 1053) y su reglamento (Decreto Supremo N° 010-2009-EF), ha estado sustentado
en los siguientes principios generales:
Bajo el primer principio, por ejemplo, se han contemplado procesos como el Nuevo Proceso
Despacho Aduanero recogido en la Nueva Ley General de Aduanas mediante el actual se regula
el despacho en 48 horas en el Punto de Llegada y sin traslado obligatorio a otros recintos o el
procedimiento de Envíos de Entrega Rápida el cual permite el despacho aduanero dentro de las
6 horas siguientes a la presentación de los documentos aduaneros necesarios por parte de las
empresas que brindan un servicio integral de envíos express, entre otros procedimientos. La meta
es que a través de la simplificación de formalidades y procedimientos se pueda ir reduciendo
constantemente el costo de las transacciones y las complejidades para efectuar los negocios de
comercio internacional.
Por otra parte, es también importante resaltar el rol de las aduanas para lograr las metas
gubernamentales en cuanto a la eficacia de los controles que aseguren las recaudaciones, el
cumplimiento de la legislación nacional, y en garantizar la protección y seguridad de la sociedad.
En efecto, si bien los flujos comerciales y de inversión se retraerían en los países que implementen
mecanismos burocráticos y costosos, debe tomarse en cuenta que dicho flujo puede también ser
repelido si se percibe que no existe un adecuado control y supervisión de prácticas desleales a la
libre competencia asociadas al contrabando, la evasión, la elusión, la subvaloración o la
sobrevaloración de mercancías.
En ese sentido, bajo el segundo principio de la Ley General de Aduanas, se han desarrollado
procesos de control que se basan en sofisticadas técnicas de gestión de riesgo que permiten,
entre otros, optimizar los reconocimientos físicos de mercancías y salvaguardar los intereses del
Estado, en general, y de los operadores de comercio exterior, en particular.
Es importante destacar que las prácticas a nivel internacional y la rapidez del comercio
internacional exigen que los controles a través de la aplicación de estas técnicas de gestión de
riesgos sean cada vez más selectos, concentrándose solo en los casos de mayor riesgo y que, a
su vez, facilite los despachos de mercancía. La meta es que los procedimientos y sistemas
aduaneros de control sean cada vez más efectivos y no puedan ser utilizados como barreras al
comercio internacional ni ser percibidos como tales.
Por último, el MEF, en coordinación con la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria
– Aduanas tiene como objetivo mejorar la infraestructura en las distintas aduanas del país, así
como lograr que las prácticas en tales lugares sean consistentes con las prácticas internacionales
(simplificación y estandarización de procedimientos y documentos).
De manera más específica este proceso de modernización incluye los siguientes componentes:
2. DEFINICIÓN
Habitualmente existe un procedimiento especial para la imposición de las sanciones por este
motivo.
El Derecho aduanero tiene una gran trascendencia para la política comercial y fiscal de un país,
puesto que a través de él se regulan las posibles medidas proteccionistas para proteger el
mercado interior de la competencia de los productos extranjeros.
De lo anterior se desprende:
Regula las actividades de importación y exportación, así como las operaciones con
las diferentes mercancías y efectos.
La relación que tiene tanto directa como indirectamente con la afectación económica
y social del país desprendido de su orden jurídico.
Es así que en pleno ejercicio de las facultades delegadas, el Poder Ejecutivo publicó el 27 de
junio de 2008 el texto completo del Decreto Legislativo N° 1053 que aprueba la nueva Ley
General de Aduanas, dando inicio a una nueva etapa dentro del proceso de modernización y
simplificación de los trámites aduaneros, que venimos observando desde inicios de los años
noventa.
Dicha Ley General de Aduanas presente un cuerpo normativo con variantes muy significativas
en relación a su antecesora, por lo que en esta oportunidad conviene destacar los principios
generales que la inspiran.
Los servicios aduaneros son esenciales y están destinados a facilitar el comercio exterior,
al aseguramiento de la cadena logística, a contribuir al desarrollo nacional y a velar por el
control aduanero y el interés fiscal.
Incluso debemos mencionar que las Aduanas del mundo están marcando una notoria
tendencia: han dejado de ser entes meramente recaudadores de impuestos para llegar a
posicionarse como organismos públicos facilitadores del comercio exterior, logrando con
ello que los procesos de integración económica de nuestras naciones se haga más fluida y
armónica, y coadyuvando desde su área de competencia al crecimiento orgánico de la
economía, opinión que por cierto también es compartida por Roberto Zagal.
Merece una mención aparte la ley de Facilitación del Comercio Exterior – Ley N° 28977 que
constituyó una primera aproximación a los cambios normativos en materia aduanera que
debíamos asumir como parte de los compromisos adoptados con ocasión del Tratado de
Libre Comercio con los Estados Unidos. Aunque esta Ley tuvo una vigencia muy corta, dado
que fue derogada en gran medida por el Decreto legislativo N° 1053; sin embargo, nos
permitió conocer la firme voluntad del legislador por consolidar el principio de facilitación del
comercio exterior y ordenó de manera expresa a la Administración Aduanera que en el
trámite aduanero de mercancías, los procedimientos de control se ejecuten sin ocasionar
demora más allá de la necesaria.
La Ley General de Aduanas define a los medios electrónicos como aquel conjunto de bienes
y elementos técnicos computacionales que se aplican en unión con las telecomunicaciones
y permiten la generación, procesamiento, transmisión, comunicación y archivo de datos e
información. Bajo esta óptica consideramos que nos aproximamos a una nueva era
tecnológica y digital que debe contagiar a toda la Administración Pública en su conjunto,
para el beneficio del Estado y especialmente de los ciudadanos que solicitan que se les
brinde todos los servicios públicos con mayor eficiencia y oportunidad.
Por Decreto Supremo refrendado por el Titular de Economía y Finanzas, previa coordinación
con la administración aduanera, se dictarán las normas necesarias para que,
progresivamente se permita a través de delegación de funciones, la participación del sector
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Esta es la óptica que debiera inspirar al Consejo Consultivo en Temas Aduaneros creada
por la Sétima Disposición Complementaria Final de la Ley General de Aduanas para aplicar
de manera responsable y objetiva este principio en el mediano plazo.
La prestación de los servicios aduaneros deberá tender a alcanzar los niveles establecidos
en las normas internacionales sobre sistemas de gestión de la calidad, con énfasis en los
procesos, y a aplicar estándares internacionales elaborados por organismos internacionales
vinculados al comercio exterior”.
Cabe destacar que la Administración Aduanera asumió con absoluta responsabilidad este
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reto de certificar sus procesos más importantes, lo cual le ha permitido posicionarse como
una entidad pública que se encuentra en camino a la excelencia, para lo cual debe seguir
desarrollando el mejoramiento continuo de todos sus servicios de manera permanente.
Los principios de buena fe y de presunción de veracidad son base para todo trámite y
procedimiento administrativo aduanero de comercio exterior.
Con el paso del tiempo podemos afirmar que fue un acierto del legislador incorporar estos
dos principios en la legislación aduanera. Ahora vemos que le permite a la autoridad
aduanera ejercer su control de manera selectiva y aleatoria en estricta aplicación del
principio de presunción de veracidad. Vale decir que resulta aplicable incluso para aquellas
declaraciones que no han sido sometidas a las acciones de control ordinario o
extraordinario.
Dentro de este mismo enfoque se encuentra la opinión de Roberto Zagal cuando señalar
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