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GEOGRAFÍA E HISTORIA
4º de la ESO
ÍNDICE
A finales de la Edad Moderna el mundo resultaba todavía muy grande: aunque los navegantes
europeos recorrían todos los océanos como traficantes, pescadores o exploradores (también como piratas),
las comunicaciones resultaban muy lentas y dificultosas, y el conocimiento de la mayor parte de África,
Asia y Oceanía se limitaba a las costas.
Europa se encontraba dividida en numerosos estados, de muy distinta importancia. Desde el siglo
XVII, la política internacional europea se basaba en el principio de equilibrio (evitar que una potencia
adquiriera un poder excesivo sobre las restantes, para lo que éstas se aliarán en su contra) y en el
principio dinástico (los estados regidos por una misma familia se alían entre sí).
1. GRANDES POTENCIAS
El Reino de España y de las Indias (con reyes de la dinastía Borbón) poseía uno de los imperios
coloniales más extensos: América desde California hasta el extremo sur, y las Filipinas en Asia.
Aunque controlaba una buena parte del comercio ultramarino (era muy importante el de metales
preciosos), le superaban económicamente otras potencias.
Tema 1 – El siglo XVIII 4
El Reino de Francia (con la rama principal de los Borbones) casi había alcanzado las fronteras
actuales. Gracias a su economía avanzada, poseía una población muy numerosa. Su imperio
colonial era más limitado: aunque conservará algunas posesiones en América (Haití), se
encontraba en trance de perder las de América del Norte (Quebec, Luisiana).
El Reino de Gran Bretaña (con Irlanda) se convirtió en esta época en primera potencia marina:
sus barcos controlaban cada vez más la navegación oceánica, gracias a pequeñas posesiones
situadas en todos los continentes. Sólo en América del Norte había constituido grandes colonias.
Además su economía estaba industrializándose a gran velocidad.
El Archiducado de Austria (dinastía de los Habsburgo) había creado un extenso imperio
danubiano, en expansión sobre los territorios europeos del Imperio Otomano. Sus soberanos
conservaban el título honorífico de emperadores de Alemania. Poseía además los antiguos Países
Bajos hispánicos (Bélgica y Luxemburgo).
El Imperio Ruso había creado un enorme imperio continental a través del norte de Asia, hasta
Alaska en América. En algunos aspectos evolucionó de modo distinto al resto de Europa,
generalizándose la servidumbre de toda la población campesina.
El Reino de Prusia, estado del norte de Alemania, se convirtió en una gran potencia militar.
El Reino de Portugal mantuvo su gran imperio en América (Brasil), África y Asia. Pero desde su
recobrada independencia de España en 1640 quedó en la órbita de Gran Bretaña.
En Italia destacaban el Reino de Cerdeña (con Saboya y el Piamonte en el continente), los
Estados Pontificios (regidos por el Papa), y el Reino de las Dos Sicilias (en el sur, cuyos reyes
pertenecían a otra rama de la dinastía Borbón).
Los Países Bajos (o Provincias Unidas) mantenían un importante imperio colonial en América,
África del sur y Asia (del Índico al Pacífico).
B. EL ANTIGUO RÉGIMEN
Antiguo Régimen es el nombre que se dio a la sociedad tradicional europea y americana del siglo
XVIII (finales de la Edad Moderna), resultado de su lenta evolución desde la Edad Media. Es un término
peyorativo, creado por los que la consideraban anticuada y necesitada de las grandes transformaciones
que iniciarán la Edad Contemporánea.
Presenta las siguientes características:
EN LO POLÍTICO, la mayoría de los estados europeos eran monarquías absolutas, resultado del
reforzamiento del papel del rey desde finales de la Edad Media:
El rey era la cúspide de la sociedad, y por tanto sólo podía ser juzgado por Dios, al que
representaba. Por tanto su persona era sagrada.
Su obligación era preocuparse por el bienestar y la seguridad de sus súbditos, como un
padre con sus hijos (paternalismo).
Las monarquías absolutas habían conseguido imponerse plenamente sobre los restantes
poderes tradicionales desde la Edad Media: la nobleza, las Iglesias, y los estados
provinciales.
Pero su poder no era ilimitado: el rey debía respetar los valores sociales dominantes, y las
leyes, costumbres y privilegios preexistentes.
Sin embargo, muchos reyes se vieron influidos poderosamente por las nuevas ideas de la
Ilustración, e intentaron llevar algunas de ellas a la práctica aprovechando su poder absoluto: es lo que se
denomina despotismo ilustrado.
Pero algunos ilustrados realizaron una crítica más profunda. Así, el francés Montesquieu planteó la
necesidad de establecer la división de poderes para evitar la tiranía: el poder legislativo (hacer leyes)
corresponde a los representantes del pueblo y de la nobleza; el poder ejecutivo (gobernar) corresponde al
rey; el poder judicial (juzgar) corresponde a jueces independientes.
EN LO SOCIAL, los habitantes de la mayor parte de Europa eran hombres libres, ya que la vieja
servidumbre medieval había desaparecido a principios de la Edad Moderna. En América, sin embargo, los
europeos introdujeron la esclavitud en gran escala.
Desde el punto de vista jurídico, la sociedad se componía de tres estamentos (sociedad esta-
mental), por las tres funciones principales: regir, enseñar y alimentar. A dos de ellos se pertenecía por
nacimiento (nobleza y estado llano); al otro se ingresaba voluntariamente (clero). Por otra parte, nobleza
y clero eran estamentos privilegiados (en principio no pagaban impuestos al rey, y gozaban de numerosas
ventajas a cambio de la prohibición de trabajar).
Muchos nobles (y también algunas instituciones eclesiásticas) gobernaban territorios de muy
distinta extensión, los señoríos, en los que cobraban los correspondientes impuestos. Por otra parte,
existía un impuesto a favor de la Iglesia, el diezmo.
Sin embargo la vieja división en estamentos resultaba cada vez más anticuada, y ya existía una
auténtica sociedad de clases, en función de la riqueza. Desde fines de la Edad Media las fortunas más
importantes eran las de banqueros y grandes comerciantes, todos ellos procedentes del estado llano. El
mismo origen tenía el número creciente de especialistas en leyes, administración, finanzas, a los que el
rey confiaba puestos importantes en la Corte. Muchos de ellos fueron ennoblecidos, aunque mantuvieron
sus ocupaciones y formas de vida. Por otra parte, muchas familias nobles no disponían de patrimonios
considerables, y se encontraban en peor situación económica que algunos agricultores acomodados.
También en el clero existía una gran diferencia de recursos entre sus componentes.
Además, los ilustrados consideraban negativa la vieja división estamental, y defendían la igualdad
jurídica (aunque consideraban natural la división en clases). El suizo Rousseau propondrá la existencia
del contrato social, un acuerdo entre sus miembros previo a la constitución de la sociedad.
una renta. Puesto que estas tierras constituían un patrimonio que no se dividía ni vendía, los campesinos
tenían derecho a transmitir su aprovechamiento de padres a hijos.
Los pujantes talleres artesanos y los comerciantes se organizaban en cada localidad en distintos
gremios. Eran instituciones que reglamentaban el oficio y velaban por los intereses de sus miembros (por
ejemplo, evitando la competencia). Numerosas actividades (como los mercados, los precios, el
abastecimiento de productos de primera necesidad) se encontraban reguladas por las autoridades. El
resultado era una economía muy estable, en la que los cambios se producían muy lentamente.
Sin embargo, a lo largo del siglo XVIII surgieron fenómenos novedosos, como la aparición de
manufacturas textiles al margen del sistema gremial, de asociaciones que impulsaban el desarrollo
agrícola y artesanal y, sobre todo, de grandes innovaciones tecnológicas (revolución industrial).
Además, el inglés Adam Smith defenderá el liberalismo económico, la eliminación de todos los
impedimentos y reglamentaciones sobre la producción de bienes, la contratación de trabajadores, la venta
y exportación de los productos, como medio de propiciar el crecimiento.
Carlos II, último de los Habsburgo españoles, murió sin sucesión en 1701. Dejó el trono a su
pariente Felipe de Borbón, nieto del rey de Francia. Sin embargo Carlos de Habsburgo, hijo menor del
archiduque de Austria, reclamó la corona, iniciándose la Guerra de Sucesión (1701-14).
Los dos rivales lograron apoyos en España (Felipe en la Corona de Castilla, y Carlos en la de
Aragón) y en Europa (Francia y Austria apoyaron a sus respectivos príncipes). Gran Bretaña y los Países
Bajos, temerosos de un excesivo fortalecimiento de Francia, apoyaron a Carlos.
El fin de la guerra fue imprevisto: Carlos heredó el Archiducado de Austria tras la muerte sucesiva
de su padre y de su hermano mayor, por lo que Gran Bretaña y Países Bajos le retiraron su apoyo. En
1713 se firmó la Paz de Utrecht, que tuvo importantes CONSECUENCIAS INTERNACIONALES:
Europa reconoció co-
mo rey de España a
Felipe V de Borbón.
Austria recibió como
compensación casi
todos los territorios
españoles en el resto
de Europa: Flandes,
Luxemburgo, parte
del Milanesado, Ná-
poles, Cerdeña, etc.
Saboya obtuvo el
resto del Milanesado
y Sicilia (luego sus-
tituida por Cerdeña).
Gran Bretaña obtuvo
Gibraltar, Menorca y
el monopolio del trá-
fico de esclavos con
la América española.
Los Países Bajos solamente obtuvieron algunas plazas fronterizas en Flandes.
Tema 1 – El siglo XVIII 8
A lo largo del siglo XVIII España continuó siendo una gran potencia y superó algunos de los graves
problemas que había sufrido en el siglo XVII. Se introdujeron numerosas reformas (sobre todo durante el
reinado de Carlos III, 1759-88, al que se puede considerar ejemplo de la aplicación del despotismo
ilustrado) que tuvieron como consecuencia un crecimiento de la población y de la actividad económica.
D. LA EDAD CONTEMPORÁNEA
Los numerosos procesos de cambios que se observan a lo largo del siglo XVIII van a incrementarse
de forma exponencial a fines del siglo. Esta “aceleración” de la historia es lo que ha llevado a los
historiadores a establecer una nueva edad, la Edad Contemporánea. Para facilitar su estudio la
dividiremos en las siguientes etapas:
La etapa de las Revoluciones, desde fines del siglo XVIII a mediados del XIX, busca sustituir el
Antiguo Régimen por el Nuevo (liberalismo). Se inicia con las llamadas Revoluciones Atlánticas
(norteamericana, francesa, española, latinoamericana) y se continúa con los llamados ciclos
revolucionarios (de 1820, de 1830 y de 1848). A lo largo de ella se produce la primera revolución
industrial ( a distintos ritmos según los países).
La hegemonía europea, en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, supone el
dominio de Europa sobre el mundo. En casi toda Europa y América (con excepciones
significativas, como Rusia) triunfa el sistema liberal, basado en la existencia de la elecciones,
partidos políticos y libertades civiles. También es la época del nacionalismo, del imperialismo, y
de la segunda revolución industrial.
La Guerra Civil Europea (de 1914 a 1945) es la denominación que suele darse actualmente al
complicado y sanguinario período que abarca las dos guerras mundiales (y otras como la civil
española), la aparición de los totalitarismos antiliberales (comunismo y fascismos), y una gran
crisis económica. Supone el fin de la hegemonía europea, y la aparición de unas nuevas potencias
extraeuropeas hegemónicas y rivales.
La Guerra Fría, en la segunda mitad del siglo XX, es la etapa del enfrentamiento de dos
superpotencias. Los EEUU y sus aliados se caracterizan por el liberalismo (democracia), la
economía de mercado y el estado del bienestar. La URSS y sus aliados, por el totalitarismo
(comunismo), la economía estatalizada y la sociedad colectivista. El retroceso político europeo
supone también la descolonización de sus grandes imperios coloniales.
El mundo actual, desde finales del siglo XX. Aunque todavía resulta difícil caracterizarlo, se
pueden mencionar los siguientes fenómenos: el fin del comunismo y la expansión del sistema
democrático, el auge del fundamentalismo islámico, y la actual crisis económica.
Tema 2 – Las Revoluciones liberales 9
A. LA REVOLUCIÓN NORTEAMERICANA
En el siglo XVII Inglaterra había fundado 13 colonias en la costa este de América del Norte. Su
población era casi exclusivamente de origen europeo (además de los esclavos procedentes de África), y
no disponía de recursos extraordinarios (a diferencia del imperio hispánico, rico en metales preciosos,
especias, etc.). Predominaban las actividades agrícolas (granjas familiares en el norte, y grandes
plantaciones en el sur) y mercantiles. A mediados del siglo XVIII constituían unas comunidades
florecientes, en expansión hacia el oeste, más allá de los montes Apalaches.
Sin embargo, el gobierno británico inició una política tendente a fortalecer la administración
metropolitana que chocó con la tradicional autonomía de las colonias. Los representantes de las trece
colonias se reunieron frecuentemente, y pronto pasaron de la mera defensa de sus intereses a la exigencia
de independencia. La primera acción insurreccional se produjo en 1773, y consistió en la destrucción de
un cargamento de té en Boston, al haber sido recargado con un nuevo impuesto.
En 1775 se inició la Guerra de Independencia, con carácter tanto de guerra civil (entre patriotas y
leales), como de guerra internacional (puesto que Francia y España apoyaron a los independentistas), y
de guerra ideológica (los patriotas defienden unas nuevas ideas políticas, basadas en la soberanía popular
y en los derechos humanos). La Declaración de Independencia tuvo lugar el 4 de julio de 1776, cuando
los insurgentes ya estaban dirigidos por George Washington. Pero sólo en 1783 Gran Bretaña reconoció
la independencia de la nueva República.
La organización de los Estados Unidos (como se denominaron) se realizó según las nuevas ideas,
lo que permite considerarla una auténtica Revolución. Desde el inicio de las revueltas menudearon las
Declaraciones de Derechos que garantizaban una serie de libertades consideradas inherentes al ser
humano. La Constitución fue finalmente aprobada en 1787, con las siguientes características:
Soberanía del pueblo (y no de un rey).
División de poderes:
• Ejecutivo: Presidente (jefe del estado y de gobierno), elegido por sufragio indirecto.
• Legislativo: Congreso bicameral (Cámara de Representantes y Senado), cuyos miembros
son elegidos por sufragio directo.
• Judicial: Tribunal Supremo, con miembros nombrados por el Presidente.
República Federal: cada una de las trece colonias se constituyó como Estado, con una
organización semejante a la de la Unión, y unas competencias muy amplias.
El nuevo país tenía inicialmente una población escasa (unos cuatro millones), pero creció rápida-
mente gracias a la abundante inmigración. Pero una parte considerable son esclavos de origen africano
(especialmente en los estados del sur), lo que contradecía los principios políticos basados en la libertad
personal.
Tema 2 – Las Revoluciones liberales 10
1. LA REVOLUCIÓN
A finales del siglo XVIII Francia era una poderosa potencia. Estaba regida por Luis XVI, y era el
país europeo más poblado, con una economía muy diversificada, y con un importante papel internacional.
Pero en la década de los 80 varios años de malas cosechas encarecieron los precios e hicieron disminuir el
cobro de impuestos. En esta situación, los gastos de la corte real y el coste de la intervención militar en
apoyo de EEUU colocaron al estado en situación ruinosa.
Por ello, varios ministros plantearon diversas reformas económicas, tendentes a imponer la
contribución fiscal a los privilegiados. Para lograrlo, el rey hubo de convocar los Estados Generales,
anticuada institución de origen medieval con representación de los tres estamentos, que apenas se había
reunido en los últimos siglos. Por toda Francia se realizaron reuniones para elegir sus representantes y
elaborar los Cuadernos de Quejas (las peticiones que aquellos deberían hacer al rey). Este proceso supuso
la generalización de las críticas al Antiguo Régimen.
En mayo de 1789 los Estados Generales se reunieron en el Palacio de Versalles. Nuevas ideas
políticas predominaban entre los representantes del Tercer Estado (en su mayoría abogados, comerciantes
y gentes acomodadas), así como entre sectores de la nobleza y el clero. Por ello exigieron la reunión
conjunta de los tres estamentos como asamblea nacional, lo que suponía una auténtica revolución al
limitar la soberanía absoluta del rey.
Para evitar una posible reacción de Luis XVI y su gobierno, el 14 de julio de 1789 se organizó una
revuelta en París, que culminó con la Toma de la Bastilla, fortaleza y prisión real. Es el primer choque
armado, con un balance de numerosos muertos. Las noticias se extendieron rápidamente por toda Francia,
dando lugar al llamado Gran Miedo, numerosas revueltas campesinas antiseñoriales.
Ante la situación, Luis XVI aceptó el establecimiento de la Asamblea Nacional, y reconoció en la
práctica su poder. La Revolución había triunfado.
Para combatirla, el emperador establece el Bloqueo continental: quiere impedir el comercio entre
Inglaterra y el resto de Europa, con la intención de arruinarla. El éxito fue relativo, entre otras razones por
la dificultad de impedir el contrabando.
En 1808 Napoleón nombra rey de España a su hermano José, con la intención de aprovechar mejor
sus recursos en la guerra contra Inglaterra y otras potencias. Sin embargo, de forma imprevista se produce
un levantamiento popular contra los franceses (Guerra de Independencia), que no será dominado a
pesar de los numerosos ejércitos enviados desde Francia, con un coste creciente en vidas y recursos.
Cuando el zar muestre de nuevo su hostilidad, Napoleón emprenderá la famosa campaña de Rusia.
En 1812 invade este enorme imperio sin encontrar una auténtica resistencia (excepto en la batalla de
Borodinó) y logra ocupar Moscú. Pero las enormes distancia, la llegada del invierno, y la creciente
resistencia popular, le obligan a una desastrosa retirada en la que morirá la mayor parte de su ejército.
La debilidad francesa anima a sus enemigos y a los pueblos dominados: en 1813 es derrotado en la
Batalla de las Naciones o de Leipzig. El rechazo a Napoleón aumenta incluso en la propia Francia, y al
año siguiente acepta abdicar, y obtiene refugio en la pequeña isla italiana de Elba. Aún regresará a
Francia y recuperará el poder en 1815, pero será definitivamente vencido en la Batalla de Waterloo,
hecho prisionero por los ingleses, y conducido a la isla de Santa Elena, en medio del Atlántico.
Tema 2 – Las Revoluciones liberales 13
durante un siglo, hasta la Primera Guerra Mundial. Se partió de varios principios básicos:
Rechazo de las ideas revolucionarias (que no será completo: Francia conservará algunas
en su Carta otorgada). Austria, Rusia y Prusia serán los estados más firmes en este
sentido, y firmarán el tratado de la Santa Alianza.
Legitimismo: los reyes destronados deben volver a ocupar sus tronos. Así, los Borbones
volverán a reinar en Francia (Luis XVIII) y en España (Fernando VII). Sin embargo, no se
restablecerá el Imperio Germánico, eliminado por Napoleón, ni algunos pequeños estados.
Equilibrio entre las grandes potencias, evitando un exceso de poder.
Solución a los problemas internacionales mediante Congresos entre las principales
potencias, evitando las guerras. En caso de necesidad, intervenciones puntuales en los
países amenazados por la revolución.
Sin embargo, el mapa político resultante es diferente al anterior a las revoluciones:
Cuatro grandes potencias: Gran Bretaña, Francia, Austria, y Rusia.
Se engrandece a tres estados-tapón que rodean a Francia: Países Bajos (que incorpora a la
actual Bélgica), Prusia (que se extiende hasta el Rin) y Piamonte (con Saboya y Génova).
Gran Bretaña es la primera potencia marítima, y adquiere Malta, algunas islas griegas y
otras colonias ultramarinas.
España, en cambio, pierde su estatus de gran potencia a causa de sus problemas interiores
y de la reanudación de las guerras de emancipación americanas.
Gran Bretaña era la gran potencia política y económica, gracias a la revolución industrial (que
inicia) y a su enorme imperio colonial. Durante casi todo el siglo reinó Victoria con un sistema político
liberal muy estable: los partidos liberal y conservador se alternaban de forma pacífica en el gobierno. No
se produjeron sublevaciones ni revoluciones; al contrario, en Londres se refugiaban revolucionarios y
exiliados de toda Europa.
Francia era la otra gran potencia política, económica y cultural de Europa. Sin embargo su historia
continuó siendo muy agitada: restauración de los Borbones (1815-30), monarquía liberal de Luis Felipe
(1830-48), segunda república (1848-52), segundo imperio con Napoleón III (1852-70), y tercera república
(desde 1870, tras la derrota ante Prusia).
El Imperio Austríaco era un estado multiétnico: alemanes austríacos (minoría históricamente
dominante), húngaros, eslavos, rumanos e italianos. Tras las revoluciones de 1848 inició su largo reinado
Francisco José que se vio obligado a introducir reformas de tipo liberal. En 1867, tras haber sido
derrotada por Prusia, se transforma en el Imperio Austro-Húngaro, en el que existen dos estados
diferenciados sólo unidos por el soberano, por la política exterior y por el ejército.
El Imperio Ruso se mantuvo como la excepción plenamente autoritaria en una Europa cada vez
más liberal. A mediados del siglo fracasó en su intento de incorporar territorios europeos del Imperio
Otomano, ante el apoyo que éste recibió de las potencias europeas (Guerra de Crimea). Esta derrota
impulsó al zar Alejandro II a iniciar reformas sociales y económicas: abolición de la servidumbre (1861),
modernización de la administración, fomento de la enseñanza, etc.
El Imperio Otomano entró en una crisis prolongada. Sus territorios europeos eran apetecidos tanto
por Rusia como por Austria, a pesar de lo cual alcanzaron progresivamente la independencia Rumanía,
Bulgaria, Servia y Montenegro (además de Grecia). Los territorios africanos (Egipto) se independizaron
de hecho. En Asia, Rusia le arrebató todo el Cáucaso, y Gran Bretaña ocupó enclaves en el Golfo Pérsico
(Kuwait).
Los Estados Unidos realizaron su gran expansión hacia el oeste y el sur, en buena medida a costa
de México. Sin embargo, en 1861 estalló la guerra civil a causa de la abolición de la esclavitud por parte
del nuevo presidente, Abraham Lincoln. El triunfo de los estados del norte convirtió a la república en una
gran potencia económica.
Japón comenzó a modernizarse (era Meiji) en 1868. El nuevo emperador Mutsu Hito renovó
totalmente el estado a semejanza de los países europeos: abolición del feudalismo y la servidumbre,
establecimiento de una Constitución, de un ejército moderno y de un sistema educativo obligatorio. Se
construyeron fábricas y ferrocarriles, convirtiéndose Japón en una gran potencia económica.
Tema 3 – La segunda mitad del siglo XIX 18
D. EL IMPERIALISMO
Los países europeos habían iniciado su gran expansión colonial en el siglo XV. Aunque exploraron
todos los océanos y tomaron enclaves estratégicos en ellos, la conquista y colonización de grandes
terrritorios se realizó principalmente en América. Pero hacia 1830 casi toda ella había obtenido la
independencia, por lo que parecía finalizada la época imperial.
Sin embargo medio siglo después surgió un nuevo imperialismo: un puñado de potencias competía
entre sí por el dominio de nuevos territorios, provocando un auténtico reparto del mundo. A veces era
pacífico (Conferencia de Berlín de 1885), pero más frecuentemente dependía de la fuerza de cada país
(Incidente de Fashoda en 1898).
1. CAUSAS
Demográficas. El gran crecimiento de la población europea hizo temer por la superpoblación y dio
lugar a la búsqueda de nuevos territorios. Sin embargo la mayoría de los emigrantes europeos no se
establecieron en las colonias, sino en países americanos (EEUU, Argentina).
Tema 3 – La segunda mitad del siglo XIX 19
2. TIPOS DE COLONIAS
Colonias de población. Los gobiernos buscaban atraer población europea a estos nuevos territorios.
Fue el caso de la Australia inglesa, la Argelia francesa o la Siberia rusa.
Colonias comerciales. Se perseguía la obtención de beneficios económicos: recursos minerales,
posibilidades de inversión, etc. Fue el caso de la India inglesa o del Congo belga.
Colonias estratégicas. Aquellos lugares que controlaban puntos clave: la entrada del Mediterráneo
(Gibraltar inglés) o del mar Rojo (Djibuti francés), o el Canal de Panamá (EEUU).
Protectorados. Eran estados ocupados por una potencia colonial, pero que mantenían sus autoridades
y organización. Fue el caso de Marruecos, dividido entre España y Francia.
Estados semicoloniales. Algunos países conservaron su independencia, aunque limitada por las
grandes potencias, que forzaron concesiones y acuerdos económicos. Fue el caso de China.
3. CONSECUENCIAS
El imperialismo produjo una primera globalización: el mundo quedó intercomunicado por una red
de intereses e influencias de todo tipo.
Se difundieron innovaciones médicas, científicas, tecnológicas y culturales, lo que mejoró las
condiciones de vida de muchas poblaciones.
Se arruinaron formas tradicionales de organización social, cultural y económica, y fueron sustituidas
por otras según los intereses de los ocupantes.
Se difundió un nuevo racismo supuestamente científico, que sostenía la superioridad de unas razas
sobre otras, y la existencia de límites al desarrollo de los individuos según su raza. En consecuencia, se
estableció la discriminación legal de las personas según su origen.
Se produjeron los primeros genocidios modernos, como medio de resolver la resistencia de algunas
poblaciones.
En los países imperialistas tuvieron cada vez más importancia el nacionalismo (que insistía en el papel
dominador y civilizador de la nación), y el militarismo (como medio de asegurar el imperio ante las
apetencias de otros imperios).
Sectores de las élites de las poblaciones colonizadas asimilaron los valores ideológicos, políticos y
culturales occidentales, y se convirtieron en los promotores de la lucha contra el colonialismo.
Tema 3 – La segunda mitad del siglo XIX 20
El IMPERIO FRANCÉS creó el segundo imperio más extendido por todo el mundo, aunque más
concentrado en África. En ocasiones, entró en conflicto con Gran Bretaña
Poseía una gran parte de África, desde Marruecos y Argelia hasta el golfo de Guinea (además
de Madagascar). Muchos de estos territorios, sin embargo, tenían escaso valor económico.
En Oriente controlaba buena parte de la gran península de Indochina, así como numerosos
archipiélagos de Oceanía (como la isla de Tahití).
En América conservaba algunos enclaves, como la Guayana Francesa.
El IMPERIO ALEMÁN se convirtió a fines del siglo en la primera potencia económica, científica
y cultural. Sin embargo, su tardía unificación le impidió constituir un imperio equivalente a los dos
anteriores. De todos modos, ocupó territorios extensos en África (como Camerún) y en Oceanía (como el
archipiégao de Bismarck y las islas Fidji).
El IMPERIO RUSO mantuvo su expansión hacia el Cáucaso, Asia Central, y extremo Oriente,
creando un imperio compacto, de gran cohesión territorial, en conflicto con Gran Bretaña y Japón. En
cambio, la colonia americana de Alaska fue vendida a EEUU en 1867.
ESPAÑA mantuvo de su antiguo imperio sólo Cuba y Puerto Rico en América, las Filipinas en
Asia y algunos archipiélagos en Oceanía. Pero a fines de siglo se pierden por los movimientos
independentistas y, sobre todo, por la guerra con EEUU en 1898. Desde entonces el imperio español
quedó reducido a algunos enclaves en África: los actuales Sáhara Occidental y Guinea Ecuatorial, y una
zona de protectorado en el norte de Marruecos.
OTROS PAÍSES poseían imperios menores: Holanda (actual Indonesia), Portugal (Angola y
Mozambique), Bélgica (Congo), Italia (Libia, Somalia), Dinamarca (Groenlandia) y Turquía (que
intenta conservar su viejo imperio asiático, africano y europeo, con poco éxito).
Tema 3 – La segunda mitad del siglo XIX 21
Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 22
Defensores del colectivismo: Inicialmente son intelectuales que observan los efectos negativos de
las revoluciones política e industrial: la sociedad burguesa es injusta y se basa en la explotación de los
trabajadores, los derechos ciudadanos sólo benefician a la clase propietaria, y por todo ello el liberalismo
es condenable. La solución que proponen es una revolución social que establezca el colectivismo, la
desaparición de la propiedad privada.
Los primeros socialistas (calificados despectivamente como utópicos por Marx) crean
diversos proyectos muy diferentes (los falansterios de Louis Fourier, por ejemplo). Fueron
escasas las realizaciones concretas (las cooperativas de Robert Owen, los talleres nacionales
de Louis Blanc...), y no lograron una excesiva difusión entre las bases a que se dirigían.
El anarquismo (socialistas libertarios: Proudhon, Bakunin). Rechazan cualquier forma de
autoridad: los estados, los ejércitos, las organizaciones burguesas y las iglesias deben
desaparecer mediante la huelga general revolucionaria. Por ello se niegan a participar en el
sistema liberal, son internacionalistas y rechazan la creación de partidos. La sociedad futura
se organizará en comunas autónomas autogestionadas. En 1864 crearán en Londres la
efímera Asociación Internacional de los Trabajadores (o I Internacional) junto con los
marxistas. En el último tercio del siglo lograrán una considerable difusión, tanto entre
trabajadores industriales como entre campesinos, aunque seguirán siendo minoritario. Esta
situación conducirá a algunos sectores a la práctica del terrorismo, denominado “propaganda
por el hecho”, con atentados indiscriminados (gracias al uso de nuevos explosivos) o con
magnicidios (asesinatos de reyes, políticos, generales, obispos...).
El marxismo (socialistas autoritarios: Marx y Engels). Posee una mayor coherencia
ideológica, lo que a la larga le dará más efectividad. Coincide con los anarquistas en el
diagnóstico de la sociedad burguesa, en el internacionalismo y en las líneas básicas de la
sociedad futura. Pero considera que sólo los proletarios (es decir, los obreros de la nueva
industria) constituyen una nueva clase revolucionaria. Cuando la revolución triunfe se prevé
el establecimiento de la dictadura del proletariado, en la que desde el estado obrero se
reprimirá y eliminará el capitalismo y la sociedad burguesa. Concede mucha importancia a la
creación de partidos y sindicatos socialistas (fuertes y organizados) que aprovechen las
oportunidades que da la sociedad liberal. A finales de siglo lograrán una considerable
implantación al evolucionar hacia un reformismo social (especialmente en Alemania), y en
1889 fundarán la II Internacional.
3. EL NACIONALISMO
El nacionalismo es una ideología que se generaliza en el siglo XIX en las corrientes liberales, en las
tradicionalistas, e incluso entre los que se consideran internacionalistas.
Consiste en reducir de forma absoluta la identidad de los individuos al hecho de pertenecer a una
colectividad denominada nación, que engloba a sus actuales miembros, pero también a las generaciones
del pasado o del futuro. Exagera el patriotismo, y sostiene que a la nación deben supeditarse todas las
creencias, ideologías, intereses, e incluso la propia vida.
Es consecuencia de estos dos principios ideológicos:
La soberanía nacional, que considera a la nación como único sujeto soberano.
La nacionalidad, que establece que cada comunidad nacional ha de poseer su propio estado.
Y se fundamenta, de forma algo contradictoria, en:
Lo emocional: ante todo, las personas sienten su pertenencia a una lengua, una historia, unas
costumbres, unas tradiciones y leyendas, un paisaje... (influencia del tradicionalismo).
Lo racional: ante todo las personas pactan su pertenencia jurídica a un país, con sus leyes
propias, con el reconocimiento de derechos ciudadanos... (influencia del liberalismo).
Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 24
Los diferentes estados pasan a considerarse ante todo naciones, tanto si poseen una larga historia
(Francia, Reino Unido, España...) como si son de reciente creación (Estados Unidos, Méjico...). Pero
existen numerosas comunidades nacionales insatisfechas, lo que da lugar a sus dos variantes principales:
Nacionalismo emancipador: la comunidad nacional busca separarse de un estado mayor en el
que no reconocen su nación. Es el caso de los checos, de los polacos, de los irlandeses o, más
tardíamente, de catalanes y vascos en España.
Nacionalismo unificador: varios estados separados se consideran miembros de una misma
nación. Es el caso de alemanes e italianos.
Naturalmente, los procesos nacionalistas son normalmente conflictivos, ya que casi nunca está claro
qué constituye una nación. Así, por ejemplo la región de la Alsacia, de lengua alemana pero de historia
francesa fue constantemente disputada por sus vecinos. Además, no suele existir un consenso dentro de la
propia comunidad: existen diversas identidades nacionales contradictorias, lo que genera acusaciones de
traición que, en ocasiones derivan hacia la violencia indiscriminada.
En cualquier caso, los nacionalismos del siglo XIX refuerzan la propaganda para “nacionalizar” a
grupos que inicialmente están escasamente “nacionalizados”. Por eso se multiplica el uso de símbolos
(desde la bandera, el himno y el escudo, hasta prendas de vestir determinadas), la construcción de
monumentos a los personajes y hechos “gloriosos” de la nación, la propagación de una interpretación
nacionalista de la historia y de la cultura del grupo (basada en buena medida en un catálogo de “agravios”
históricos o ficticios causados por el “enemigo”). Dos medios de gran importancia para la trasmisión de la
ideología nacionalista fue el establecimiento de la educación obligatoria y del servicio militar obligatorio,
naturalmente ambos controlados por el estado.
4. LA SOCIEDAD BURGUESA
La sociedad del siglo XIX culmina el proceso de transformación en sociedad de clases, en la que la
población se divide según su riqueza. Éste es un fenómeno antiguo, pero que ahora toma más importancia
al desaparecer los viejos estamentos tradicionales (nobleza, clero, estado llano) que separaban a las
personas según su función.
Las clases altas están constituidas por la vieja “aristocracia de la sangre” (la nobleza, que ha salido
beneficiada económicamente con las transformaciones de la revolución liberal e industrial) y la nueva
“aristocracia del dinero” (la alta burguesía: banqueros, industriales, grandes propietarios). La riqueza ya
no radica en la posesión de la tierra, sino en la posesión de capital. Éstos últimos se ennoblecerán con
frecuencia, ya sea por vía matrimonial o mediante la concesión de nuevos títulos.
Las clases medias están formadas por los profesionales (médicos, jueces, abogados...), propietarios
(de comercios, de fincas urbanas o rústicas), empleados públicos (administración, ejército), intelectuales,
oficinistas y dependientes, y agricultores acomodados. Hay una gran diferencia de nivel económico entre
ellos (algunos pueden pasar grandes penalidades, como los pequeños funcionarios cesantes, que han
perdido temporalmente su puesto de trabajo), pero comparten una serie de valores burgueses (formas de
comportarse, de relacionarse, de vestir, de divertirse) que les diferencia claramente de las clases bajas.
Las clases bajas son los trabajadores manuales, la inmensa mayoría de la población. Las urbanas
están constituidas por criados, artesanos y obreros; las rurales (mucho más numerosas en buena parte de
Europa) por pequeños agricultores propietarios o arrendatarios, y jornaleros. Económicamente las
diferencias entre todos ellos son considerables. El nivel adquisitivo de un obrero especializado (por
ejemplo, un tipógrafo), un minero o un pequeño agricultor competitivo puede ser superior a algunos
grupos de las clases medias. El extremo opuesto es el de los jornaleros (en el campo: no poseen tierras) y
los peones (en la ciudad: no poseen ninguna cualificación profesional), muchos de ellos en situación de
auténtica miseria.
Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 25
B. LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Desde el neolítico (hace unos diez mil años), las sociedades humanas han sido predominantemente
agrícolas, basadas en la obtención de recursos básicos de la naturaleza. Hace unos doscientos años se
inicia la Revolución Industrial, unos profundos cambios que las cambian profundamente al basarse ante
todo en la transformación de dichos recursos.
La sociedad agraria se transforma en sociedad industrial, con el consiguiente crecimiento de la
población y de las ciudades.
De los talleres artesanales se pasa a las fábricas, con nuevas técnicas de trabajo (división del
trabajo) y con un gran crecimiento en el uso de maquinarias.
Los productos industriales se multiplican y se abaratan: nace la sociedad de consumo.
La nueva industria exige grandes inversiones, por lo que el acceso al capital pasa a ser el elemento
clave de la economía, al que se supeditan los demás factores productivos (capitalismo).
Un nuevo tipo de trabajador: el obrero de fábrica que no posee las herramientas de su trabajo. Es
el proletario, al que progresivamente se asimilan otros trabajadores (mineros, albañiles...)
INDUSTRIA TEXTIL
Es el sector que inicia los grandes cambios, y la causa está en el auge del algodón. Era una materia
prima barata, procedente de países tropicales (América, la India...), con considerables ventajas sobre el
lino y la lana, tradicionales en Europa. Los comerciantes que lo traían en bruto comienzan a obtener
mayores beneficios al transformarlo en hilo o en tela, eludiendo a los viejos gremios artesanales. Para ello
contactan con familias campesinas (con un trabajo estacional) a las que proporcionan el algodón y
herramientas tradicionales para su transformación.
Pero este incremento de la producción estimula la inventiva de herreros y carpinteros, y
progresivamente van surgiendo nuevas maquinarias que facilitan y agilizan el trabajo, y que provocan la
generalización de las fábricas:
La hiladora jenny de Hargreaves (1770). Un obrero maneja manualmente 8 ó más carretes de hilo.
La hiladora mule de Crompton (1779) incorporó el aprovechamiento de la energía hidráulica.
James Watt perfecciona definitivamente la máquina de vapor en 1774, que tendrá numerosas
aplicaciones: en la industria, en la agricultura y en el transporte.
El telar mecánico de Cartwright automatiza en parte el trabajo. Su éxito se produjo en 1789,
cuando le aplica la máquina de vapor.
INDUSTRIA SIDERÚRGICA
Es el sector que toma el relevo ya entrado el siglo XIX. Desde tiempo atrás aumentaba la demanda
de hierro y de acero, ya que que cada vez tenía más aplicaciones. Pero el aumento significativo de la
producción viene dado por dos circunstancias:
Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 26
El carbón mineral, muy abundante en gran parte de Europa, sustituye como fuente de energía al
carbón vegetal, hasta entonces el combustible casi exclusivo en la metalurgia.
Numerosas innovaciones tecnológicas (como el convertidor Bessemer) permitíeron mejorar las
aleaciones y aumentar la variedad de productos semielaborados: planchas, rieles, vigas con perfil
en H, etc. El resultado es la aparición de un nuevo tipo de fábrica: los Altos Hornos.
Las aplicaciones son muy numerosas: en la construcción de edificios y obras públicas, en las
maquinarias cada vez más diversificadas, en el sector del transporte, etc.
EL TRANSPORTE
Los nuevos sistemas de transporte mecanizados constituyen el tercer elemento clave de la primera
revolución industrial. Pero tomaron gran desarrollo a causa de cuatro circunstancias:
Innovaciones técnicas: Watt había ideado la máquina de vapor, que será adaptada por otros
inventores. Destaca especialmente Stephenson con su locomotora The Rocket (1829).
La demanda de transporte de mercancías y de pasajeros crece, a causa de la revolución industrial.
Una creciente producción de hierro y carbón, que permitirá la construcción y el mantenimiento de
las primera redes de ferrocarriles.
Y, sobre todo, la existencia de numerosos capitales (procedentes de los beneficios de la
revolución industrial) que serán invertidos en las redes férreas.
Las redes ferroviarias se expandirán rápìdamente por Inglaterra y parte de Europa central y
occidental. En la Europa mediterránea y oriental será algo más tardío, y se construirán en buena medida
con capitales ingleses, franceses y alemanes.
El vapor también se aplicará a la navegación fluvial y marítima, con las características y enormes
ruedas de palas. En el mar, sin embargo, coexistirá durante todo el siglo con la navegación a vela.
PRODUCCIÓN EN MASA
Aumenta enormemente la producción de todo tipo de bienes transformados, gracias a las nuevas
técnicas y maquinarias:
La mecanización es el proceso fundamental: el trabajo manual es sustituido, cada vez más, por
maquinaria que realiza esas mismas operaciones con un gran ahorro de tiempo y dinero. Aunque
maquinarias complejas existen desde la Antigüedad (movidas por animales, el viento, los ríos), con la
revolución industrial pasan a moverse con fuentes de energía no dependientes del estado momentáneo de
la naturaleza: el vapor, la electricidad, el petróleo.
La mecanización provoca la aparición de las fábricas: grandes locales que concentran la actividad
productiva. Tienden a localizarse en función de la existencia de materias primas (por ejemplo el hierro) o
de otros recursos necesarios (por ejemplo el agua en el caso de las industrias químicas).
Dentro de la fábrica el trabajo se organiza según los principios de la división del trabajo (cada
operario sólo realiza una parte del proceso) y del trabajo en cadena (es el producto el que circula entre los
distintos puestos de trabajo, para así ahorrar tiempo). Estos planteamientos culminan a principios del siglo
XX en el taylorismo (del ingeniero norteamericano Taylor), que propone un análisis riguroso de estas
cuestiones, para así lograr un aumento de la productividad.
En contra de lo que podría parecer, la mecanización no supone la disminución del número de
trabajadores, sino todo lo contrario. Nace así un nuevo grupo social, el proletariado (u obreros
industriales), que trabaja en condiciones muy diferentes a lo usual hasta entonces: no poseen un oficio (ya
que no realizan nada más que una tarea concreta y parcial), no poseen las herramientas de su trabajo, y lo
realizan formando grandes masas de trabajadores. Sin embargo pronto se jerarquizarán entre especialistas
y peones. Con el tiempo se les asimilarán otros trabajos, como la minería o la construcción.
SITUACIÓN DE PARTIDA.
La Revolución Industrial genera también consecuencias muy negativas: el aumento de la población
y de la mecanización provoca excedentes de mano de obra (familias enteras) en el campo; son pequeños
agricultores que pierden sus explotaciones y jornaleros sin tierras, que ya no encuentran trabajo. Es el
inicio del llamado éxodo rural, que es absorbido por los nacientes focos industriales.
Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 28
Sin embargo, las condiciones de vida y de trabajo en ellos son muy duras: la falta de viviendas, la
ausencia de una estructura mínima de acogida, provoca una dependencia total de la fábrica en que se
trabaja. El industrial puede fijar por sí mismo unas severas condiciones del trabajo, una baja
remuneración, incluso monopolizar el aprovisionamiento de alimentos y otros productos de primera
necesidad. Con frecuencia constituye, en la práctica, una auténtica vuelta a la servidumbre.
Por otra parte, el floreciente y desarrollado artesanado característico de la sociedad tradicional
desaparece en su práctica totalidad. Sus integrantes se proletarizan, ya que sus destrezas profesionales no
son útiles en una economía mecanizada. Los gremios (las instituciones locales que regulaban este tipo de
actividades y protegían a sus miembros) son rechazados como obstáculos a la libertad personal por los
defensores del liberalismo político y económico, y serán suprimidos por las nacientes revoluciones.
El ludismo es la primera manifestación de rechazo a esta situación. Se protesta ante la introducción
de nuevas maquinarias a las que se responsabiliza del desempleo y de los bajos salarios. Se intenta y con
frecuencia se logra su destrucción, mediante revueltas bastante desorganizadas. Este tipo de movilización
pronto desaparece, cuando se comprueba que la industrialización, al ampliar mucho la actividad
económica, genera también un enorme crecimiento de puestos de trabajo.
El cartismo inglés supuso un cambio de estrategia, ahora centrada en la política. Hasta mediados
del siglo XIX tuvieron lugar diversas acciones dirigidas a la obtención de derechos políticos por parte de
los obreros, sufragio universal, representación pagada en el Parlamento, etc. El nombre procede de su
principal manifiesto-petición, la Carta del Pueblo.
EL SINDICALISMO PROFESIONAL
En sentido estricto, se inicia con las primeras sociedades de socorros mutuos, agrupaciones de
trabajadores de una fábrica (o de un sector) en una localidad determinada. Sus objetivos son meramente
defensivos: asegurarse ante las muy frecuentes contingencias de enfermedad, desempleo o muerte,
mediante el pago de una cuota. Nacen en la primera mitad del siglo XIX, y tuvieron que vencer la
desconfianza y el rechazo de las nuevas élites liberales, que con frecuencia logran su prohibición.
Pero muchas de ellas se transforman con rapidez en auténticos sindicatos de oficio y de fábrica
(con implantación también local). Sus objetivos son más ambiciosos: a los anteriores añaden otros
reivindicativos sobre los horarios y condiciones de trabajo, sobre las remuneraciones... Y en su caso
utilizan diversos medios de presión ante el capital, especialmente las huelgas. Por lo general, los gobier-
nos liberales apoyan a los industriales (aunque también comienzan a regular las condiciones de trabajo).
EL SINDICALISMO IDEOLÓGICO
En la segunda mitad del siglo XIX se produce una importante novedad: diversos sectores de la
sociedad, contrapuestos entre sí, comienzan a interesarse por el movimiento obrero. Sin embargo, y hasta
principios del siglo XX, su influencia será limitada, y aún entonces coexistirá con sindicatos
exclusivamente profesionales.
Sindicato marxista y reformismo. La difusión del marxismo en el sindicalismo europeo es lenta, y
sólo aumenta a partir de 1889, cuando se crea la Segunda Internacional. El país en el que se desarrolla
más es Alemania, en parte por que antepone los objetivos puramente reformistas (mejora de las
condiciones de los trabajadores, aceptando el marco legal) a aquellos otros ideológicos y revolucionarios.
Anarcosindicalismo. Entre las distintas tendencias anarquistas surgirá hacia finales del siglo esta
corriente, que centra sus objetivos en el mundo del trabajo. Muy radical, rechazará cualquier mediación
del estado en los conflictos laborales y utilizará en ocasiones métodos muy violentos. Tomará un gran
desarrollo, especialmente en países como España, Italia y Rusia.
Sindicalismo católico. Con la encíclica Rerum novarum (1891), del papa León XIII, aumenta la
implicación eclesiástica en las cuestiones referentes a la justicia social. Se desarrollarán numerosos
sindicatos en los países católicos, con más peso en el sector agrario aunque en Bélgica y Francia también
lo tendrán en el sector industrial.
Tema 4 – Los cambios del siglo XIX 29
2. POLÍTICA SOCIAL
Los gobiernos de los países industrializados se vieron obligados, antes o después, a intervenir en la
regulación de los contratos de trabajo, en lo referente a los horarios laborales (especialmente en el caso
de mujeres y niños), en las condiciones de higiene y habitabilidad de los barrios obreros, etc. Los
resultados fueron muy variados y, en cualquier caso, limitados.
Con el tiempo también aumentan las intervenciones de beneficencia (dispensarios médicos,
comedores, escuelas...), promovidas por la iniciativa estatal, eclesiástica o privada.
Pero las políticas de previsión social, origen del estado de bienestar, se inician con las medidas
adoptadas por el canciller Bismarck en Alemania: a partir de 1881 establece los seguros obligatorios de
enfermedad, accidentes y jubilación, con las aportaciones progresivas de los patrones, del Estado, y de los
propios empleados.
1. LA ARQUITECTURA
En el tránsito del siglo XVIII al XIX (coincidiendo con la época de las revoluciones) domina un
nuevo estilo, el Neoclasicismo, que quiere recuperar de forma estricta el arte clásico. Es una arquitectura
muy severa, con poca decoración. Algunas obras muy conocidas son la Puerta de Brandeburgo (Berlín),
y el Museo del Prado (Madrid).
Esta moda de volver la mirada hacia el pasado en busca de inspiración provocará el triunfo de los
historicismos. Los arquitectos se inspirarán en los más variados estilos, y así son frecuentes las iglesias
neogóticas, las estaciones de tren neoislámicas, los ministerios neobarrocos, las pastelerías neoegipcias,
etc. Un ejemplo muy conocido es el Parlamento de Londres. Con el tiempo triunfará el eclecticismo,
caracterizado por entremezclar de manera indiscriminada elementos procedentes de distintos estilos.
Pero la revolución industrial había transformado profundamente las técnicas de construcción, con el
uso de estructuras prefabricadas de hierro. Es la llamada arquitectura de los ingenieros, ya que sólo se
manifiesta a las claras en puentes, viaductos, y alguna obra excepcional como la Torre Eiffel de París. Los
arquitectos, aunque en sus edificios utilizan estas nuevas técnicas, suelen enmascararlas con fachadas
historicistas o eclécticas. Un ejemplo es la estación de St. Pancras de Londres.
Habrá que esperar hasta la última década del siglo XIX para que nazca el primer estilo
arquitectónico contemporáneo, el modernismo. Utiliza de forma clara la construcción en hierro, así como
el más novedoso hormigón armado. Abandona los historicismos y crea un repertorio de formas
decorativas originales: en unos países predomina lo geométrico, en otros formas curvilíneas inspiradas en
la naturaleza. Un ejemplo muy conocido es la inacabada Sagrada Familia de Barcelona, proyectada e
iniciada por el catalán Gaudí.
Paralelamente, la Escuela de Chicago en Estados Unidos crea un nuevo tipo de edificio llamado a
tomar gran importancia, el rascacielos, consecuencia del enorme crecimiento de las ciudades y de la
invención del ascensor. Pero a pesar de su originalidad, los arquitectos continúan superponiendo
ornamentaciones historicistas o modernistas.
Sin embargo, unos pocos artistas de distintos países realizan obras de gran originalidad que
anuncian tendencias muy posteriores. Entre ellos destaca especialmente el aragonés Goya. Pero su
influencia entre los artistas más jóvenes será escasa.
Por ello, durante buena parte del siglo se mantendrá un arte académico y realista, heredero de la
tradición iniciada cuatro siglos antes con el Renacimiento. A su tiempo, el Neoclasicismo será sustituido
por el Romanticismo que elige temas grandilocuentes tomados del pasado o de países lejanos (destaca el
pintor francés Delacroix), y éste, a su vez, por el Realismo, que prefiere temas y paisajes próximos al
artista y a su público (como Millet, que retrata el campo y los campesinos franceses).
La ruptura con el arte tradicional y el inicio del arte moderno se producirá en el último tercio del
siglo, con la aparición del Impresionismo. Estos pintores quieren representar las cosas, no como sabemos
que son, sino como las vemos: de forma imprecisa y dependientes de los efectos cambiantes de la luz
sobre los objetos. De todos modos, sus obras son todavía fácilmente interpretables por el público de la
época, que pronto aprende a valorarlos. Uno de sus representantes más conocidos es el francés Monet.
Mucho más revolucionarios serán los llamados postimpresionistas, que rompen con la dependencia
de la realidad. Convierten su trabajo como pintores en procesos de creación de realidades nuevas, en las
que indagan aspectos como las formas y los volúmenes, la imaginación, o la expresión de los estados de
ánimo del artista. No tienen ningún éxito, pero serán los auténticos iniciadores del arte del siglo XX. Uno
de los más representativos es el holandés Van Gogh.
El equivalente en escultura de los pintores postimpresionistas es el francés Rodin.
Tema 5 – La Primera Guerra Mundial y sus consecuencias 31
La expresión Guerra Civil Europea se emplea desde hace pocos años para referirse al período
comprendido entre 1914 y 1945.
A principios del siglo XX el desarrollo científico, económico y militar de Europa la situaban a la
cabeza del mundo, gran parte del cual había sido conquistado por las principales potencias. Además, un
largo período de paz (desde las guerras napoleónicas no se habían producido conflictos generalizados) y
de estabilidad (sobre todo desde el triunfo definitivo del liberalismo a mediados del XIX) hacían suponer
que la hegemonía europea estaba asegurada por mucho tiempo.
Esta situación se vio inesperadamente truncada en 1914 con la Primera Guerra Mundial (o Gran
Guerra), que alcanzó un grado de destrucción desconocido hasta la época. Cuando acabó ya no se
recuperó la estabilidad perdida: el mapa de Europa había quedado profundamente transformado, el
sistema liberal entró en crisis, y surgieron por doquier dictaduras y sistemas autoritarios. En algunos
países (Finlandia, Rusia, España) los conflictos internos derivaron en durísimas guerras civiles. Además,
en 1929 se inició una profunda crisis económica que afectó a todo el mundo desarrollado. En 1939,
finalmente, se reanudó el conflicto generalizado, la Segunda Guerra Mundial.
Cuando finalizó en 1945, Europa se encontró desangrada y en ruinas, y el protagonismo histórico
había pasado a dos nuevas superpotencias extraeuropeas, Estados Unidos y la Unión Soviética.
1. CAUSAS
2. PRINCIPALES CONTENDIENTES
Se formaron estos dos grandes bloques de países:
Los aliados: Gran Bretaña, Francia y Rusia había creado anteriormente la llamada Triple
Entente, para apoyarse mutuamente. Italia, a pesar de formar parte de la alianza contraria, tomó
partido por la Entente para así lograr sus últimos “territorios irredentos” controlados por Austria.
Naturalmente también estaba Servia, así como Grecia, Rumanía, Montenegro y Japón. Bélgica se
incorporó tras ser invadida por Alemania (a pesar de su neutralidad). Y, más tarde, también entró
en la guerra EEUU, así como Portugal y otros países. Este bloque tenía la ventaja de poseer los
mayores imperios coloniales, que les aseguraba el aprovisionamiento de recursos.
Potencias centrales: Alemania, Austria-Hungría e Italia formaban la Triple Alianza, pero la
última cambió de bando. Turquía, con graves problemas internos y exteriores (había sido
derrotada en la primera guerra balcánica) entró en la alianza para mantener su todavía extenso
imperio. Bulgaria (derrotada en la segunda guerra balcánica), también lo hizo. Este bloque tenía la
ventaja de ser más compacto y estar mejor preparado militarmente.
Otros países decidieron permanecer neutrales, aunque no todos lo consiguieron, ya que Bélgica fue
invadida. Sí lo lograron España, Suiza, Suecia, Países Bajos, Dinamarca, Noruega, Albania.
Tema 5 – La Primera Guerra Mundial y sus consecuencias 33
3. CARACTERÍSTICAS
Al principio los contendientes vieron la guerra como una solución rápida, sencilla y poco lesiva,
para resolver favorablemente en provecho propio el conflicto. La mayor parte de las sociedades (muy
influidas por las ideas nacionalistas) recibieron con entusiasmo el inicio de los hostilidades. Pero pronto
se llegó a una situación de virtual empate que obligó a practicar un nuevo tipo de guerra, la guerra total.
Fue precisa la movilización total de la sociedad. Los recursos materiales y humanos de cada país se
emplearon casi íntegramente en la guerra. Esto supuso la militarización de todos los varones (decenas de
millones de soldados), lo que provocó la falta de trabajadores en el campo y en la ciudad. Gran parte de
las industrias se reconviertieron al servicio de una guerra cada vez más tecnológica y de masas. Fue una
auténtica economía de guerra, controlada y dirigida por los gobiernos, y para sostener tal esfuerzo no
bastó con el nacionalismo generalmente aceptado: la propaganda tomó gran importancia.
El armamento y los medios técnicos que se utilizaron fueron revolucionarios: armas automáticas y
ametralladoras, gases asfixiantes (por lo que se hacen precisas las máscaras antigás), lanzallamas, y una
artillería de gran alcance y potencia de fuego. Trenes y los novedosos camiones revolucionaron la
intendencia y el traslado y la movilidad de las tropas. Los dirigibles y los submarinos jugaron un papel
importante para la observación y el bloqueo. En cambio, los primeros y rudimentarios carros de combate
y los aviones tuvieron una importancia menor, aunque atrajeron la atención y sorprendieron en general.
El papel de las mujeres cambió. Si la revolución industrial ya las había incluido en fábricas y
oficinas, con el alistamiento masculino se conviertieron en la fuerza de trabajo mayoritaria, y ocuparon
puestos hasta entonces insospechados. Entraron también en los propios ejércitos, aunque no en tareas de
combate: fueron sanitarias y conductoras. Y aunque tras la guerra se volvió aparentemente a la situación
anterior, el protagonismo social del sector femenino no cesó de aumentar.
B. DESARROLLO DE LA GUERRA
Mientras, en el frente oriental continuaba el avance alemán a costa de los rusos, que tenían
dificultad para mantener el esfuerzo económico necesario para la guerra. Se observaron las primeras
muestras de descomposición del ejército y la sociedad rusa.
4. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
Pérdidas humanas: Aunque varían mucho las estimaciones, se pueden calcular en unos 20
millones de muertos, entre civiles y militares, y un número superior de heridos, de los que muchos
quedaron inválidos de por vida. La natalidad disminuyó, durante la guerra y posteriormente, ya
que se produjo un gran desequilibrio numérico entre los sexos.
Pérdidas materiales: Fueron enormes, especialmente en el norte de Francia, donde se habían
establecido los frentes principales. Los países occidentales perdieron entre un cuarto y un tercio de
su riqueza nacional. Además todos los países beligerantes quedaron gravemente endeudados.
Transformaciones políticas: la guerra supuso el fin de cuatro grandes imperios: ruso, alemán,
austro-húngaro y turco. Además, como consecuencia de la guerra los gobiernos controlaban
numerosos aspectos de la vida social y económica, y será difícil revertir esta situación.
Transformaciones sociales. Fueron muy variadas: la incorporación de la mujer a trabajos hasta
entonces de monopolio masculino; el éxodo rural hacia las ciudades; y la aparición de nutridos
grupos de excombatientes incapaces de adaptarse a la vida civil, que van a constituir la base de
movimientos ultranacionalistas y revolucionarios.
C. LA CONFERENCIA DE PARÍS
En la Primera Guerra Mundial no hubo vencedores, pero sí vencidos: las potencias centrales, que se
derrumbaron internamente. Los aliados (con la excepción de Rusia, autoaislada con la revolución y la
guerra civil) se encuentraron en una posición que les permitió dictar sus condiciones a los vencidos.
En enero de 1919 se inició la Conferencia de Paz de París. Asistieron sólo los aliados, aunque las
decisiones correspondían a los llamados Cuatro Grandes, los presidentes o jefes de gobierno de EEUU
(Wilson), Gran Bretaña (Lloyd George), Francia (Clemenceau) e Italia (Orlando). Sus objetivos eran muy
diferentes, según sus distintos intereses nacionales. Finalmente se acordaron las condiciones que se
impondrían a las potencias centrales, con cada una de las cuales se firmó un tratado de paz diferenciado.
* Suspensión de hostilidades.
Tema 5 – La Primera Guerra Mundial y sus consecuencias 35
1. ALEMANIA
El Tratado de Versalles recogió las condiciones impuestas a la nueva república alemana:
Pérdidas territoriales: Alsacia y Lorena volvieron a Francia. Parte de Prusia pasó a la nueva
Polonia, dejando separada Prusia oriental del resto del territorio alemán. Danzig se convirtió en
ciudad libre. En varias zonas se realizaron plebiscitos para determinar su futuro. La región del Sarre
paso a ser administrada por la Sociedad de Naciones, que cedió a Francia la explotación de sus
minas. Alemania perdió la totalidad de sus colonias.
Limitaciones militares: El ejército sólo contaría con 100.000 soldados, y debía entregar gran
parte de su material de guerra. La orilla derecha del Rin quedó desmilitarizada y sin fortificaciones,
y fue ocupada por los aliados durante un período de cinco a quince años. Los aliados controlaron el
proceso de desarme.
Reparaciones de guerra: Puesto que se hizo responsable de la guerra a Alemania y sus aliados,
se le exigió una elevadísima cantidad de dinero* como compensación, además de numerosos
recursos materiales: barcos, ganado, carbón, locomotoras, etc.
2. AUSTRIA-HUNGRÍA
Aunque Hungría se había separado de Austria al final de la guerra, los aliados la consideraron tan
responsable de la guerra como a Austria. Ambas tuvieron que aceptar el desmantelamiento del viejo
imperio danubiano, y reconocer la independencia de Checoslovaquia, y la cesión de territorios a Italia,
Yugoslavia, Rumanía y Polonia. A Austria se le prohibió la unión con Alemania, y a las dos se les limitó
el volumen de su ejército.
3. TURQUÍA
Turquía perdió todo su imperio asiático (Siria, Líbano, Palestina, Irak y parte de Arabia). Sólo
conservó la península de Anatolia y sus territorios del Kurdistán y de Armenia †. Se le impusieron otras
condiciones (como la pérdida de la Turquía europea, menos Estambul) que, sin embargo, no llegaron a
aplicarse ya que el parlamento turco no ratificó el tratado, y se produjo una resistencia armada en la que
se enfrentó a Grecia.
5. LA SOCIEDAD DE NACIONES
El presidente norteamericano Woodrow Wilson propuso y logró la creación de esta primera
organización internacional, con sede en Ginebra (Suiza) con el objetivo de:
Impulsar la democratización de los estados.
Solucionar los conflictos internacionales sin recurrir a la guerra.
Los países que participaron en la Conferencia de París y otros muchos más (entre ellos España) se
integraron desde su origen en 1919. Sin embargo, inicialmente se prohibió el ingreso a Alemania, Rusia y
Turquía (aunque lo harán más tarde).
A pesar de que su presidente había sido el promotor de la Sociedad de Naciones, Estados Unidos se
mantuvo al margen ya que en el Congreso de Washington dominaban los partidario del aislacionismo, y
se desentendieron de los problemas europeos.
Tema 5 – La Primera Guerra Mundial y sus consecuencias 37
1. LA CRISIS DE LA DEMOCRACIA
El fin de la guerra supuso una difícil vuelta a la normalidad, debido a la necesidad de reconstruir el
tejido social y económico de gran parte de Europa. Desde la Conferencia de París en primer lugar, y
desde la Sociedad de Naciones después, se impulsaron los principios liberales democráticos en los
viejos países y en los de nueva creación. Pero los políticos liberales se habían desacreditado, al haber sido
incapaces de evitar la guerra.
Además la Rusia comunista constituía la gran excepción, y se vio como modelo a seguir por
numerosos sectores revolucionarios anarquistas y marxistas. Llevaron a cabo muchos intentos de toma del
poder, siempre sin éxito: en 1918 guerra civil en Finlandia; en 1919 sublevación espartaquista alemana y
gobierno soviético húngaro; en 1920 Rusia combate a Polonia y gran agitación social en Italia y en
España; en 1927 en Austria, etc.
Esta situación provocó una reacción entre los que rechazaban el comunismo pero estaban
desencantados con el liberalismo: conservadores, nacionalistas, antiguos revolucionarios de izquierdas...
Por toda Europa comenzaron a proponerse e imponerse soluciones autoritarias y dictatoriales: en 1922
el fascismo italiano y el kemalismo turco; en 1923 dictaduras militares en España (Primo de Rivera) y en
Bulgaria; en 1925 en Albania; en 1926 en Polonia y Portugal; en 1929 en Yugoslavia.
A estos problemas se sumaron los de tipo nacionalista: las medidas impuestas por los vencedores
de la guerra, y el consiguiente revanchismo de los vencidos; el rechazo a muchas de las fronteras
internacionales trazadas en la Conferencia de París; las protestas de las numerosas minorías étnicas que
quedaron en los viejos y nuevos países.
2. LA RECONSTRUCCIÓN ECONÓMICA
Todos los gobiernos se apresuraron a promover la reconstrucción de su propio país, para lo que
mantuvieron el gran control de las actividades económicas que se había impuesto durante la guerra, e
impulsaron el proteccionismo*. La consecuencia fue una caída considerable del comercio internacional, lo
que dificultó la reconstrucción.
Alemania sufrió además las consecuencias de las durísimas reparaciones que se le impusieron.
Ante la imposibilidad de pagarlas, el gobierno incrementó la impresión de papel moneda provocando una
hiperinflación† que hizo perder todo valor al marco. Francia reaccionó ocupando la cuenca del Rhur. La
situación sólo se enderezó cuando se estableció una nueva moneda.
Estados Unidos se convirtió definitivamente en la mayor potencia económica. No sólo había
quedado relativamente indemne de las destrucciones de la guerra, sino que los demás países vencedores
habían financiado los gastos de la guerra con préstamos norteamericanos.
A pesar de todo lo anterior, desde 1924 la economía global entró en expansión y aumentó a un
ritmo acelerado, lo que provocó una mejora en las condiciones de vida. Se generalizó el anhelo de superar
las calamidades de la guerra y la posguerra, se quiso modernizar la sociedad (desde la economía a la
cultura), y aumentó el optimismo ante el futuro. Fueron los llamados felices años veinte.
3. EL CRACK DEL 29
La buena situación económica de Estados Unidos produjo un enorme crecimiento de la producción
y del consumo, en buena parte a crédito. En consecuencia, aumentó mucho la inversión en bolsa: las
acciones de las empresas no dejaban de subir, y repartían beneficios, por lo que muchas personas incluso
* Política económica que dificulta las importaciones mediante tasas y aranceles para proteger los productos del propio país.
† Inflación muy elevada en la que los precios aumentan al mismo tiempo que la moneda pierde su valor.
Tema 5 – La Primera Guerra Mundial y sus consecuencias 38
se endeudaban para adquirirlas. Era un proceso meramente especulativo, ya que las producciones reales
no aumentaron al ritmo de la valoración de las empresas.
El proceso se mantuvo en la Bolsa de Nueva York hasta octubre de 1929. Inicialmente aumentaron
las órdenes de venta de acciones, a causa del descenso del precio de algunas materias primas. Pero el día
24 (el jueves negro) se produjo el pánico: varios millones de acciones se pusieron en venta y no
encontraron comprador, con lo que su valor empezó a caer en picado. Se hundió la cotización de las
empresas, pero para los millares de pequeños inversores supuso la pérdida de sus ahorros.
La situación repercutió rápidamente en los bancos, que se encontraron ante la imposibilidad de
recuperar muchos de los créditos fácilmente concedidos con anterioridad. A pesar de que repatriaron
muchos capitales invertidos en Europa, se produjo la quiebra de varios miles de bancos*.
De este modo la crisis pasó a afectar a toda la economía: las empresas perdieron la financiación
necesaria, muchos particulares perdieron los ahorros depositados en los bancos y, naturalmente,
disminuyó el consumo. Muchos negocios no pudieron aguantar la situación y cerraron, con lo que cayó la
producción y aumentó el paro de un modo hasta entonces desconocido en Norteamérica.
4. LA GRAN DEPRESIÓN
La crisis se extendió rápidamente al resto del mundo, afectando de modo especial a los países más
desarrollados, por estas causas (entre otras):
La repatriación de capitales norteamericanas provocó la quiebra de bancos europeos.
Europa perdió las tres cuartas partes de sus exportaciones a Estados Unidos.
Todos los países se vieron afectados por la crisis, pero especialmente los más industrializados. El
paro y la conflictividad social aumentó, y se sumó a la conflictividad política. Creció el descrédito de la
democracia y muchos estados establecieron regímenes autoritarios: Austria, Alemania, España, Grecia...
Se generalizaron las políticas proteccionistas, y cada gobierno aplicó medidas distintas contra la
depresión, en función de sus circunstancias.
Gran Bretaña: Aunque su economía todavía no se había recuperado plenamente de la guerra, la
posesión de su enorme imperio le supuso una considerable ventaja.
Francia: Entre los grandes países fue el menos afectado por la crisis, debido a su economía muy
diversificada. De todos modos, se produjeron numerosas quiebras y algunos escándalos
relacionados con la corrupción entre políticos y empresarios.
Estados Unidos: Aunque el gobierno comenzó a tomar medidas tras el crack, fue en 1933 con el
nuevo presidente Roosevelt cuando se impulsó una nueva política, el llamado New Deal (nuevo
pacto), basado en el intervencionismo estatal. Se establecieron restricciones a la producción para
provocar una subida de los precios, compensadas con subvenciones e indemnizaciones. Para
combatir el paro, el estado promovió obras públicas: trabajos de reforestación, construcción de
presas... El balance global fue positivo pero limitado.
Alemania: La pérdida de los préstamos norteamericanos le afectó profundamente, provocando un
enorme crecimiento del paro. La inestabilidad política se multiplicó, crecieron los apoyos a los
partidos extremistas (comunista y nazi), y finalmente supuso el fin de la república democrática.
* En Estados Unidos predominaban los pequeños bancos, muchos de los cuales con carácter exclusivamente local.
Tema 6 – Los totalitarismos 39
La Primera Guerra Mundial provoca una aparente generalización de los sistemas democráticos,
pero en realidad un auge de los sistemas autoritarios. Muchos de ellos son simples soluciones de fuerza
que intentan resolver los graves problemas políticos, sociales y económicos del período de Entreguerras,
pero otros (los más representativos, los que surgen en los países más importantes) resultan plenamente
novedosos: son los totalitarismos.
El totalitarismo es un régimen político en el que un partido quiere crear una sociedad perfecta, y
para ello impone su ideología en todos los aspectos de la vida social. El partido “ocupa” el estado, la
sociedad, la propia conciencia individual del individuo, hasta convertirse en una auténtica religión
política. La resistencia que encuentra la combate de dos modos principales: represión y propaganda.
A. EL COMUNISMO RUSO
El Imperio Ruso gobernado por los zares fue el país que mantuvo más características del Antiguo
Régimen durante más tiempo. Sólo la derrota ante Japón en 1905 y las consiguientes protestas sociales
provocaron unas tímidas reformas liberales: se crea una Duma (parlamento) con representantes de
distintos partidos pero con escaso poder real.
1. LENIN Y EL COMUNISMO
En estas circunstancias se desarrollan diversos movimientos revolucionarios, socialistas y
anarquistas. Uno de ellos es el marxista partido socialdemócrata, que se dividirá en dos facciones:
mencheviques y bolcheviques, estos últimos dirigidos por Vladimir Ilich Uliánov (Lenin), que deberá
permanecer largos años en el exilio. Su interpretación de la ideología marxista será denominada
marxismo-leninismo, y tendrá una gran influencia en el siglo XX. Algunas de sus características son:
• Importancia del partido comunista, que es considerado la vanguardia del proletariado, y que
está formado por revolucionarios profesionales. Se organiza mediante el llamado centralismo
democrático (en la práctica, de forma estrictamente jerarquizada).
• Posibilidad de que la revolución socialista se produzca en un país poco desarrollado
económicamente, como Rusia, en contra de lo señalado por Marx.
• Tras la revolución, la dictadura del proletariado (en realidad, del partido) debe destruir a los
enemigos de clase (burgueses, terratenientes, eclesiásticos, campesinos e intelectuales; es decir, la
mayor parte de la población rusa). Sólo así se llegará a la auténtica sociedad sin clases.
4. EL GOBIERNO DE STALIN
En los últimos meses de vida de Lenin se produce la lucha por el poder entre dos dirigentes: León
Trotsky y el georgiano Iósif Stalin. Con el triunfo de este último la dictadura del partido se convertirá en
una dictadura personal, con la eliminación física de la mayoría de los anteriores dirigentes y el
establecimiento de un auténtico culto a la personalidad mediante técnicas propagandísticas.
En 1928 Stalin decide acabar con la NEP e imponer definitivamente una economía socialista
totalmente planificada y controlada por el gobierno. Pero los objetivos rebasan lo económico:
• Colectivización de la agricultura. Las explotaciones familiares son sustituidas por granjas
colectivas (koljós) controladas por las autoridades. La resistencia campesina es combatida con una
gran represión y, en Ucrania, mediante una descomunal hambruna provocada.
• Planes quinquenales para industrializar a marchas forzadas y en gran escala la economía rusa. Se
financió en buena medida con la exportación de la producción agrícola. Alcanzó los objetivos
previstos, aunque con un coste humano y económico considerable.
• Una sociedad igualitaria y colectivista, con ausencia de libertades individuales y dirigida por una
élite o nomenklatura, que dispone de numerosos provilegios.
• La Komintern es la Internacional Comunista, que engloba a los partidos comunistas de
obediencia soviética. Siempre dependientes de Moscú, actúan en el plano legal de cada país, pero
también de forma clandestina para promover la revolución y los intereses soviéticos.
• La represión se generaliza: desde la revolución se ha perseguido a los enemigos de clase, pero
ahora afecta a la propia base social del comunismo, el trabajador industrial o proletario, y a su
misma élite, el partido, afectado por diversas purgas que renuevan totalmente a sus cuadros.
Tema 6 – Los totalitarismos 41
B. EL FASCISMO ITALIANO
Aunque Italia está entre los países vencedores, entra en crisis tras la Primera Guerra Mundial. Los
beneficios obtenidos se consideran escasos para el coste que han supuesto: más de un millón de víctimas,
una economía desorganizada y un endeudamiento enorme. La situación social y el ejemplo ruso hacen
que se multipliquen las intentonas revolucionarias.
1. MUSSOLINI Y EL FASCISMO
Benito Mussolini, periodista y dirigente socialista, evolucionó con la guerra hacia un nacionalismo
radical. Tras la guerra creó los fascios de combate, milicias formadas por excombatientes, que se
enfrentaron a los socialistas revolucionarios con el apoyo económico de industriales y grandes
propietarios. En 1921 funda el partido nacional fascista, con un éxito limitado en las elecciones
(participa en coalición con los liberales), pero con un número creciente de afiliados, mayoritariamente
jovenes e interclasistas. Su ideología fue cambiante y un tanto indeterminada:
• Nacionalismo extremo.
• Rechazo del liberalismo, del capitalismo, del comunismo y del catolicismo.
• Estatalismo (el Estado por encima del individuo) de tipo corporativista (la sociedad participa a
través de corporaciones institucionalizadas y controladas, como los grandes sectores económicos.
• Promoción de la violencia y de la acción, en sí mismas, como valores positivos.
• Culto al líder indiscutido y providencial: Mussolini, il Duce.
C. EL NACIONALSOCIALISMO ALEMÁN
Tras la Gran Guerra Alemania se constituyó como república* plenamente democrática. Sin
embargo, los problemas derivados de las condiciones de paz y, sobre todo, las consecuencias de la crisis
de 1929, provocaron el crecimiento de los partidos extremistas: el comunista (de obediencia soviética) y
el nacionalsocialista (de tipo fascista).
1. HITLER Y EL NACIONALSOCIALISMO
Adolf Hitler nació en Austria. Tuvo una juventud un tanto bohemia, pero el estallido de la guerra le
condujo a alistarse voluntario en Alemania. Con la paz entró en contacto con el partido obrero alemán, en
el que pronto destaca como propagandista y agitador. En 1920 se transforma en el partido obrero alemán
nacionalsocialista (NSDAP), abreviadamente conocido como nazi, y rápidamente se convierte en su
máximo dirigente. En 1923 se alía con grupos de extrema derecha y militares, e intenta un golpe de
estado ( putsch de Munich) que fracasa. Aprovecha su breve condena a prisión para escribir un libro en
que expone sus planteamientos, el Mein Kampf (Mi lucha):
• Nacionalismo expansivo. Defiende una Gran Alemania que unifique a todos los alemanes
(empezando por los austríacos) y se extienda por las llanuras del este a costa de los eslavos.
• Racismo exacerbado. Defiende la superioridad de la supuesta raza aria sobre todas las demás, y
el rechazo absoluto hacia la población judía, a la que hace responsable de la situación alemana.
• Rechazo total del liberalismo/capitalismo, del comunismo, y del cristianismo. Les opone una
cosmovisión poco estructurada basada en sentimientos y emociones, en invocaciones al uso de la
violencia, y en la creencia en una sociedad futura al mismo tiempo igualitaria y jerárquica.
• Culto al líder. En este caso Hitler, el führer (caudillo). Sus dotes oratorias y las técnicas
propagandísticas de su colaborador Goebbels lo convertirán en una especie de ser providencial.
3. LA DICTADURA NAZI
En los años siguientes, hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la acción política de Hitler en
el interior de Alemania gira en torno a los siguientes ejes:
• Purga de los dirigentes nazis que pueden disputarle el poder. El caso más conocido es la «noche
de los cuchillos largos» (1934), en la que es eliminada la cúpula de las SA (Secciones de Asalto,
cuerpo paramilitar nazi) dirigidas por Rohm. Las SS (Escuadras de Defensa) dirigidas por
Himmler, las sustituirán.
* Es la llamada república de Weimar, por la ciudad donde se estableció.
Tema 6 – Los totalitarismos 43
• Crecimiento económico impulsado por Estado, para combatir la crisis y sus consecuencias. Se
alcanzan satisfactorios acuerdo con los grandes industriales alemanes, y se emprenden grandes
proyectos: construcción de una red de autopistas, rearme del ejército... El paro disminuye y la
producción aumenta, pero al precio de un gran endeudamiento.
• Política racial. Tras los primeros decretos discriminatorios de la población judía, en 1935 se
promulgan las Leyes de Nuremberg, que les priva de la nacionalidad alemana y de prácticamente
cualquier derecho individual. En noviembre de 1938 se organiza la «noche de los cristales rotos»:
asesinatos, encarcelamientos, y destrucción de viviendas, sinagogas, comercios y negocios judíos.
También se organiza un programa de eutanasia, mediante el que se esterilizaron y asesinaron
enfermos incurables, niños y adultos con discapacidades, y los considerados improductivos.
A principios del siglo XX España es uno de los países europeos con mayor tradición liberal. Pero a
pesar de su estabilidad y progreso constante desde 1875 (sistema de la Restauración), y a pesar de su
neutralidad durante la Gran Guerra, le afectan gravemente una serie de problemas políticos y sociales. El
descontento generalizado hará que se acepte con facilidad la primera solución autoritaria.
* Julián Marías.
Tema 7 – La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias 46
B. ETAPAS DE LA GUERRA
C. LA EUROPA NAZI
Durante buena parte de la guerra la Alemania nazi dominó casi todo el continente europeo, y pudo
iniciar la construcción de un “Nuevo Orden”, basado en su ideología racista y en su práctica violenta. Los
elementos a eliminar son el comunismo, el liberalismo capitalista e individualista, y el cristianismo,
además de su auténtica “bestia negra”, el judaísmo. A pesar de estos propósitos, y por puro pragmatismo,
limitará su rechazo y llegará a acuerdos interesados, limitados y temporales con sus rivales: con la Unión
Soviética, con los grandes industriales alemanes, con las iglesias...
diferencias: por lo general son mejor tratados los occidentales que los polacos y rusos.
El carácter racista del nazismo condujo a ensañarse con la población judía, considerada inferior y
perjudicial. La ocupación de Polonia, con sus más de tres millones de judíos, inició las primeras matanzas
en masa, aunque todavía la mayor parte es concentrada en guetos. Las masacres se multiplican al iniciarse
la campaña de Rusia, pero para entonces ya se ha aprobados la solución final, la decisión política de
exterminarlos de forma absoluta. Se establecen campos de exterminio dotados de instalaciones de
gaseamiento, de modo que se industrializa el genocidio. Actualmente las víctimas de este holocausto se
calculan en unos seis millones.
Un segundo genocidio de carácter racista se dirigió contra la población gitana. Aunque ha sido
menos estudiado, se estima el número de víctimas entre un cuarto y medio millón de personas.
3. LA RESISTENCIA AL NAZISMO
Por toda Europa (e incluso en Alemania) surgieron numerosas iniciativas de resistencia contra los
nazis y sus aliados, especialmente desde 1943. Son movimientos muy variados, que utilizan tácticas muy
diferentes. Ideológicamente son comunistas, socialdemócratas y demócratas cristianos, y con frecuencia
colaboran entre sí. Se pueden clasificar del siguiente modo:
• Resistencia armada: tiene especial importancia en Yugoslavia y en Rusia, donde actúan como
guerrilleros, llegando a constituir auténticos ejércitos. También destacó la Résistance intérieure
francesa, apoyada por las Fuerzas Francesas Libres que combaten con los ingleses.
• Resistencia no violenta: grupos organizados que ayudan a los perseguidos, entorpecen la logística
de la ocupación, y que contrarrestan la propaganda nazi y de sus aliados. Un grupo conocido fue el
grupo alemán de la Rosa Blanca, formada por estudiantes e intelectuales.
• Resistencia no organizada: es la resistencia pasiva de grandes sectores de las poblaciones
ocupadas, que mantiene el rechazo a los alemanes y sus representantes locales. Lógicamente,
aumenta considerablemente en vísperas de la liberación.
• Los atentados contra dirigentes nazis. Algunos tuvieron éxito, como el asesinato de Reinhard
Heydrich en 1942. En cambio, la conspiración militar para matar a Hitler en julio de 1944 fracasó.
D. CONSECUENCIAS
1. BALANCE DE LA GUERRA
• Ha sido una guerra total, que ha afectado una gran parte de la superficie terrestre. Se han
movilizado todos los recursos materiales, humanos y científicos de que se dispone.
• Ha sido una guerra ideológica, una lucha entre sistemas políticos. Si inicialmente ha sido un
conflicto entre fascismo y democracia, el ataque alemán a la URSS provoca la alianza temporal
entre democracia y comunismo. Pero son las mismas sociedades las que se dividen a favor o en
contra del fascismo, del comunismo y de la democracia.
• Las pérdidas humanas han sido ingentes. Han muerto más de 50 millones de personas, de las que
una parte importante son civiles como consecuencia de los bombardeos aéreos y de los
exterminios masivos. Y los heridos y mutilados son un número sólo ligeramente inferior.
• Las deportaciones son muy abundantes durante la guerra, y se continúan con la paz. Se calcula en
unos 50 millones los desplazados forzosos: alemanes y polacos expulsados como consecuencia de
los cambios de fronteras, transferencias de poblaciones en la Unión Soviética, etc.
• La destrucción material es enorme: ciudades enteras han quedado arrasadas, al igual que
industrias e infraestructuras. Sin embargo el progreso técnico permite reconstruirlas con rapidez, y
en 1948 ya se han recuperado los índices económicos de antes de la guerra.
Tema 7 – La Segunda Guerra Mundial y sus consecuencias 51
• La guerra ha provocado una deshumanización general, que afecta a todos los beligerantes.
Métodos y acciones comparables a las de los nazis se han llevado a cabo por los soviéticos
(exterminio de las élites polacas en Katyn), por los aliados (bombardeos de poblaciones civiles,
sin ningún interés militar, como en Dresde), y por las Resistencias antifascistas (matanzas y
ajustes de cuentas tras la liberación).
• Pérdida de la hegemonía europea: la “dirección” del mundo pasa a manos de EEUU y la URSS.
2. LA ORGANIZACIÓN DE LA PAZ
Desde 1942 los dirigentes aliados Churchill (primer ministro británico; sustituido por Attlee en
1945), Roosevelt (presidente norteamericano: sustituido por Truman en 1945) y Stalin (dictador
soviético) multiplican sus reuniones, tanto para organizar la guerra como para diseñar el futuro. Las
principales fueron las Conferencias de Washington (1942 y 1943), la Conferencia de Yalta (febrero de
1945) y la Conferencia de Postdam (julio de 1945).
• Se crea la Organización de las Naciones Unidas (ONU), heredera de la Sociedad de Naciones.
• Se reconocen las anexiones soviéticas, en Europa y en Extremo Oriente.
• Se diseñan nuevas fronteras para Polonia, compensando los territorios perdidos por el este con
territorios alemanes en el oeste.
• División de Alemania: queda dividida en cuatro zonas de ocupación: norteamericana, soviética,
británica y francesa. Y lo mismo ocurre con la capital, Berlín.
• En los países liberados se crearán gobiernos de coalición, pero se establecen esferas de
influencia diferenciadas para Occidente y para la Unión Soviética.
• Se llevarán a cabo los Procesos de Nuremberg, en los que se acusará a los jerarcas nazis de
crímenes de guerra (asesinatos, torturas, violaciones), y de crímenes contra la humanidad (que
incluye el de genocidio).
Tema 8 – La Guerra Fría 52
El gran cambio se produjo en los años sesenta (milagro español): se liberalizó la economía y se
produjo un rapidísimo crecimiento económico, financiado por el turismo de masas que había comenzado
a llegar a las playas mediterráneas (resultado del estado de bienestar europeo), y por la ingente
emigración que proporciona mano de obra a las economías occidentales.
Pero el cambio económico provoca profundas transformaciones culturales y sociales. Aumenta la
oposición a la dictadura, y buena parte de los políticos franquistas comienzan a plantear la necesidad de
una evolución hacia la democracia, que sólo se llevará a cabo tras la muerte del dictador (transición).
2. EL BLOQUE COMUNISTA
El bloque comunista se caracterizó por:
• Dictaduras comunistas (marxismo-leninismo): el partido y sus dirigentes dominan por entero el
Estado (aún en el caso de que se autoricen otros partidos).
• Economía colectivista de carácter estatal. El gobierno gestiona los medios de producción (campos,
fábricas, servicios...), aunque en algunos países se tolera una propiedad privada marginal.
• Buena parte de los recursos se emplean en programas armamentísticos.
• Control totalitario de la sociedad por medio de la propaganda y la represión.
Estuvo formado por, entre otros, los siguientes países:
• La Unión Soviética, que lidera el conjunto (al principio).
• Los países liberados por la URSS en Europa (Polonia, Rumanía...) y en Asia (Corea del Norte).
• Los países en los que triunfa la revolución (China, Vietnam, Cuba, Etiopía...), muchos de ellos en
el marco de las luchas por la independencia contra las potencias coloniales.
• Dictaduras diversas que llegan a acuerdos políticos y militares con la URSS.
Se persiguió un control absoluto:
• La URSS dirigía férreamente a los restantes países del bloque, lo que provocó fenómenos de
resistencia y de ruptura. Yugoslavia (1948) y China (1960) triunfaron en su enfrentamiento con
Moscú, asegurando su independencia, mientras que Hungría (1956) y Checoslovaquia (1968)
fueron vueltos a ocupar por el ejército ruso.
• Como consecuencia de la ausencia de libertades básicas surgió (especialmente desde los años 60)
un fenómeno de oposición interna, en general a favor de ideas democráticas y pacifistas: son los
disidentes, que difundieron sus ideas y críticas mediante el samizdat (copias manuscritas,
mecanografiadas o multicopiadas), y que fueron duramente reprimidos.
UNIÓN SOVIÉTICA. Stalin se mantuvo como dictador hasta su muerte en 1953, e incrementó
durante estos últimos años el carácter represivo del régimen, reducido en los años anteriores por las
necesidades de la guerra. El gulag tomó su máximo desarrollo, y a él fueron a parar buena parte de las
tropas que habían ocupado Europa central. Diversos grupos étnicos acusados de colaborar con los
alemanes fueron deportados a Siberia o Asia Central.
Desde 1953 gobernó Jruschov, hasta entonces colaborador de Stalin. Introdujo numerosos cambios
(sin alterar las características esenciales del régimen): el reconocimiento de errores en el gobierno de
Stalin, una mayor atención a la industria de consumo, con la consiguiente mejora del nivel de vida de la
población, y una política de distensión con Estados Unidos.
Un sector de la cúpula del partido comunista, preocupado por esta política reformista, logrará
destituirlo en 1964. El nuevo líder será Breznev, también antiguo colaborador de Stalin, que gobernará
hasta su muerte en 1982.
CHINA. Al finalizar la segunda guerra mundial se inició una guerra civil entre las dos fuerzas que
habían luchado contra los japoneses: los nacionalistas del Kuomintang, que controlan la república y
tienen apoyo norteamericano, y los comunistas liderados por Mao Zedong y con respaldo soviético. Serán
estos últimos los que obtendrán la victoria. Mao construirá un régimen muy represivo: el coste humano y
material fue ingente, especialmente durante algunos experimentos sociales como el Gran Salto Adelante,
y la Revolución Cultural. Tras su muerte en 1976, el dirigente Deng Xiaoping iniciará una serie de
reformas que provocarán un gran crecimiento económico que todavía perdura.
Tema 8 – La Guerra Fría 55
1. CONFLICTOS
• Bloqueo de Berlín (1948-49). La reforma monetaria que se llevó a cabo en la Alemania
occidental perjudicó la economía de la Alemania oriental, todavía ocupada por los soviéticos.
Stalin reaccionó cortando las comunicaciones del Berlín occidental (2 millones de habitantes). En
respuesta, Estados Unidos organizó un puente aéreo que transportaba todo aquello que necesitaba
la ciudad (llegó a alcanzar los 900 vuelos diarios). Puesto que un ataque estaba descartado, la
operación constituyó un éxito de organización y de propaganda. Por ello el bloqueo fue
suspendido unos meses después, de forma unilateral, por las autoridades soviéticas.
• Revolución húngara (1956). Fue un estallido desorganizado contra las autoridades comunistas,
que se produjo durante el leve aperturismo posterior a la muerte de Stalin. Se exigieron elecciones
libres y la salida de las tropas soviéticas. Tras unas semanas de indecisión, la URSS decide
intervenir militarmente, y domina la revuelta, aprovechando que las potencias occidentales están
centradas en la crisis de Suez.
• Muro de Berlín (1961). Se calcula que unos tres millones de alemanes orientales escaparon a
Alemania occidental a través de esta ciudad. Para detener este flujo, las autoridades comunistas
decidieron construir un muro de unos 150 km que rodeaba totalmente el Berlín occidental, y que
era vigilado por tropas armadas que disparaban a los que intentaban fugarse.
• Crisis de los misiles (1961-62). En 1959 triunfó en Cuba la revolución dirigida por Fidel Castro,
que rápidamente evolucionó hacia el bloque comunista. En 1961 Estados Unidos promovió la
invasión armada de la isla por parte de exiliados cubanos. Pero el desembarco en Bahía Cochinos
(o Playa Girón) fue un fracaso total. La ocasión fue aprovechada por la URSS para instalar en
secreto una base de lanzamiento de misiles en la isla, con capacidad para alcanzar el territorio
norteamericano. Sin embargo, los aviones espía de EEUU los descubrieron. Se organizó un
bloqueo de la isla para impedir el paso de los barcos soviéticos, y se estuvo a un paso de la guerra
declarada cuando fue derribado un avión norteamericano. Pero finalmente se llegó a un acuerdo
diplomático: la URSS desmanteló las instalaciones de Cuba y seis meses después EEUU hizo lo
mismo con una base equivalente en Turquía.
• Primavera de Praga (1968). Un sector del partido comunista de Checoslovaquia situó como a
dirigente a Dubček, que emprendió un programa de reformas y liberalización del régimen
denominado “socialismo con rostro humano”. Tras varios meses en los que la presión popular no
cesó de aumentar un ejército del Pacto de Varsovia invadió el país y restableció el sistema
comunista. La reacción occidental fue exclusivamente de condena verbal.
Tema 8 – La Guerra Fría 57
Bloque occidental
y sus aliados
Bloque comunista
y sus aliados
Identifica los
principales
conflictos y
guerras locales
de la Guerra
Fría
Identifica los
procesos de
descolonización
que resultaron más
conflictivos.
• Golpe militar en Chile (1973). El presidente Allende, vencedor en las elecciones presidenciales
pero en minoría en el parlamento, pretendió crear un régimen socialista de forma democrática
(“vía chilena al socialismo”). A los malos resultados económicos se añadió una gran
conflictividad social, y la intervención encubierta de la CIA norteamericana. Finalmente, un golpe
militar encabezado por el general Pinochet estableció una dictadura y retornó al alineamiento
estricto con el bloque occidental.
2. GUERRAS LOCALES
• Guerra de Corea (1950-53). Tras la ocupación japonesa, soviéticos y norteamericanos dividieron
Corea en dos zonas de ocupación, separadas por el paralelo 38. Al fracasar los intentos de
reunificación, se establecieron dos estados contrapuestos. En 1950 Corea del Norte atacó al Sur,
derrotandolo casi por completo. Pero la reacción de la ONU posibilitó una reacción que estuvo a
punto de derrotar al Norte, lo que llevó a la intervención china y al apoyo militar soviético.
Finalmente se estableció un armisticio que volvió a fijar la frontera mutua en el paralelo 38,
todavía vigente. Murieron aproximadamente un millón de personas.
• Guerra de Vietnam (1963-73). Tras las guerras de independencia contra Francia, Vietnam quedó
dividido en dos estados, ambos dictatoriales y enfrentados: comunista en el Norte y prooccidental
en el Sur. Ante el apoyo chino y soviético al Norte, en 1963 se inicia la intervención directa de
Estados Unidos a favor de Vietnam del Sur. Llegó a ser muy numerosa, sin lograr el éxito. Es
más, provocó un rechazo considerable en la sociedad norteamericana, lo que indujo a la retirada
en 1973. Dos años después se consumaba el triunfo comunista, con la unificación de todo el país.
• Guerra de Afganistán (1979-89). En 1978 un golpe de estado estableció un régimen comunista
con el apoyo de la URSS. Pronto surgieron grupos resistentes (los muyahidines) que combatían al
gobierno mediante guerrillas, que recibieron apoyo, financiación y suministros norteamericanos.
Al mismo tiempo, la Unión Soviética envió tropas y armamentos, en número creciente, sin lograr
someter la rebelión generalizada. Finalmente, los rusos deberán retirarse, y el gobierno comunista
caerá.
D. LA DESCOLONIZACIÓN
Tras la segunda guerra mundial entró en crisis el “reparto del mundo” entre las potencias europeas,
y los viejos imperios coloniales llegaron a su fin. Puesto que en su mayor parte tenían un origen reciente
(en el siglo XIX), realmente tuvieron una existencia muy breve.
1. CAUSAS Y CARACTERÍSTICAS
Las principales causas que favorecieron este proceso fueron:
• La administración colonial (civil y militar) favorece la formación de clases medias indígenas que
incorporan la cultura de la metrópoli, y que educan a sus hijos en Europa. La aceptación de los
principios liberales y nacionalistas europeos dio impulso a la aparición de proyectos
independentistas que quieren establecer estados modernos.
• El desprestigio de las potencias coloniales a causa de sus derrotas ante las potencias del Eje. Tuvo
especial importancia en el sudeste asiático, donde franceses, ingleses y holandeses fueron
fácilmente vencidos por Japón.
• La aceptación del principio de autodeterminación de los pueblos, promovido por Estados Unidos y
la Unión Soviética, y consagrado por la ONU.
• La organización de movimientos nacionalistas, con ideologías muy variadas (aunque casi siempre
de origen europeo), y con tácticas violentas o pacíficas según los casos.
Este fenómeno fue muy variado y prolongado en el tiempo. Algunas de sus características son las
siguientes:
Tema 8 – La Guerra Fría 59
• En general, el Imperio Británico aceptó la independencia de sus colonias como algo inevitable, y
con frecuencia fue el resultado del diálogo con los principales movimientos independentistas.
Además, intentó mantener ciertos lazos con los nuevos estados mediante la Commonwealth o
Mancomunidad de Naciones, de la que la cabeza es la reina de Inglaterra.
• Francia fue bastante más reacia a conceder la independencia de sus territorios. El empleo de duros
métodos represivos contra poblaciones que habían contribuido poderosamente a la victoria en la
segunda guerra mundial, hizo que estallaran sangrientas guerras coloniales, especialmente en
Indochina y Argelia.
• Por lo general los movimientos independentistas aceptaron y mantuvieron las fronteras coloniales,
a causa de la inexistencia o escasez de auténticos estados con anterioridad a la conquista europea.
Sin embargo, en ocasiones será preciso modificarlas, debido a la composición étnica de la
población. Es el caso de la India británica, que fue dividida inicialmente (1947) en dos estados:
uno mayor de predominio hindú, la India, y otro menor de predominio musulmán, Pakistán (del
que años después se desgajará Bangla Desh).
• En las colonias de poblamiento (es decir, en las que se ha establecido una población considerable
de origen europeo), el proceso fue más complejo. Es el caso de Sudáfrica, donde la población
blanca de origen holandés e inglés proclamó la independencia en 1961, y estableció un régimen de
apartheid que les garantizó el monopolio del poder sobre la mayoritaria población negra; perduró
hasta 1993. En Argelia, en cambio, la población de origen europeo (los pieds-noirs) intentó
mantener la pertenencia a Francia con la ayuda del ejército; en consecuencia tuvo que repatriarse
en su mayoría tras la independencia (1962).
• En la mayoría de las antiguas colonias se establecieron regímenes democráticos con la
independencia, y se integraron en la ONU. Sin embargo muchos de los nuevos estados se
transformaron rápidamente en dictaduras, y estallaron frecuentes sublevaciones y guerras civiles.
los años 80 fue Polonia la que forzó la intervención militar para mantener el gobierno comunista, como
consecuencia de la creación de Solidarność, un sindicato independiente.
Pero las reformas de Gorbachov en la URSS fueron imitadas en algunos de estos países. Sus
gobiernos liberalizaron relativamente sus instituciones, y eliminaron restricciones (por ejemplo,
autorizando la salida del país). Otros, en cambio, incrementaron la represión. En todos los casos, sin
embargo, amplios sectores de la población comenzaron a movilizarse mediante huelgas y
manifestaciones, ante la inhibición soviética.
Las denominadas revoluciones de 1989 se iniciaron en Polonia, donde el gobierno militar pactó con
Solidarność una transición hacia la democracia. En Hungría fue un sector reformista del partido
comunista el que encabezó las transformaciones. En Alemania Oriental el gobierno fue perdiendo el
control de la situación; cuando en noviembre se autorizó la circulación casi libre con el Berlín occidental,
el entusiasmo popular comenzó a derribar el famoso Muro (lo que se convirtió en el símbolo de estas
revoluciones). Unos meses después, las dos Alemanias se reunificaron.
La oleada democratizadora se extendió seguidamente a los restantes países de la región. Sólo en
Rumanía adquirió un carácter violento. Se produjeron graves enfrentamientos, con unas dos mil víctimas
mortales. Concluyeron con la detención del dictador y su esposa, que fueron fusilados inmediatamente.
La Guerra Fría había terminado.
4. EL CASO CHINO
China fue un caso aparte. Deng Xiaoping había iniciado en 1978 un amplio programa de reformas
políticas y económicas, aunque siempre manteniendo el control total por parte del partido comunista. El
resultado fue una mejora de las condiciones de vida.
En la primavera de 1989, y ante la visita de Gorbachov a Pekín, se inician unas masivas protestas
estudiantiles, con huelgas y manifestaciones exigiendo la liberalización del régimen. El centro de la
protesta fue la conocida plaza de Tian'anmen, en la que los concentrados erigieron una versión propia de
la estatua de la Libertad. Ante el incremento de los movilizados, finalmente el gobierno aprobó una
intervención militar que reprimió duramente las protestas. Las estimaciones sobre el número de víctimas
mortales oscilan entre varios centenares y varios miles.
La represión gubernamental, sin embargo, no acabó con las reformas. Al contrario, se agudizaron en
lo económico, dando lugar al contradictorio régimen actual, comunista estricto en lo político, y capitalista
salvaje en lo económico.
Otros países también mantuvieron el sistema comunista, ya sea de forma tradicional (como Cuba y
Corea del Norte), o al modo chino (como Vietnam, Laos y Camboya).
Esta visión optimista del futuro fue contestada por otro intelectual norteamericano † en 1993, que
resumió su teoría con la expresión «el choque de civilizaciones». Sostenía que, tras el fin de la guerra
fría, los conflictos se producirían, no por motivos ideológicos y políticos como hasta entonces, sino entre
las distintas civilizaciones, ya que cada una de ellas poseía sus propios valores, tradiciones y objetivos.
1. EN LO IDEOLÓGICO: SECULARIZACIÓN
Una de las características de las sociedades humanas a lo largo de la historia ha sido el peso de lo
religioso, que establece principios y valores básicos, comúnmente aceptados (aunque en ocasiones no se
lleven a la práctica). Desde los inicios de la edad contemporánea tomaron fuerza planteamientos
secularizadores, que querían reducir la influencia de lo religioso en la vida social, en un grado variable:
desde el aconfesionalismo, hasta el ateísmo militante.
Este proceso se aceleró considerablemente en el siglo XX, especialmente desde los años 60, en
relación con diversos cambios culturales: contestación juvenil, liberación sexual, cultura hippy... En
consecuencia se produjo una notable pérdida de influencia de las iglesias tradicionales europeas
(catolicismo, protestantismo...), y por tanto una menor presencia social. El fenómeno fue más limitado o
inexistente en el resto del mundo, tanto en los países desarrollados como subdesarrollados.
Además, esta secularización se vio en parte compensada por la difusión de creencias políticas
(nacionalismos, marxismo...), culturales (ecologismo, feminismo...) y semirreligiosas (new age...), que
actúan en la sociedad de un modo semejante a las religiones a las que en parte sustituyen: constituyen una
fe exclusivista (independientemente de que se racionalicen), utilizan un lenguaje propio (las palabras
toman significados precisos no compartidos), y crean característicos símbolos y rituales.
estado de bienestar. Sin embargo no parece que esto sea así: el aumento de las clases medias en los países
emergentes es de tal magnitud (incluso durante estos años de la crisis) que, a escala global, compensa
ampliamente su reducción en los países desarrollados.
La vuelta a la figuración. Desde los años 60 son abundantes los artistas que vuelven a representar
la realidad, aunque desde los planteamientos de las vanguardias: no es un mero regreso al pasado. Hay
artistas muy personales e inclasificables (Antonio López). Los seguidores del Pop Art (Andy Warhol) se
inspiran en la publicidad, en el cómic. De ellos se desgajarán los hiperrealistas (Richard Estes) que pintan
laboriosas obras con aspecto de fotografías.
Instalaciones e intervenciones. Muchos artistas abandonan las artes tradicionales (pintura,
escultura, grabado...) y retoman y desarrollan algunas intuiciones de los viejos dadaístas. Los
minimalistas (Robert Morris) reducen sus obras a unos pocos elementos sencillos y repetidos. Los
seguidores del arte conceptual (Joseph Kosuth) hacen prevalecer la idea artística sobre su realización
material. Los practicantes del Land Art (Robert Smithson) realizan intervenciones efímeras, con
frecuencia en la propia naturaleza.
Colofón 67
COLOFÓN
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