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Entonces fue cuando el emir Abderraman con
voe6 al concejo de sabios de
los que se contaban fildsofos,
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“Se, TWA
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™ Quisiera enterarme, hombres sabios, adénde va el ef
piritu de los ruisefiores cuando mueren y a qué recéndi-
tos lugares leva la brisa sus trinos. ,Podéis responder-
me?*=Los sabios callaron.” Tras el siiencio siguié pre-
guntando:
7 Quistera saber, también, ddnde estd el cementerio de los
besos cuando el amor ha escapado de los corazones. Qué co-
sa pasa con las lagrimas y las risas vividas cuando la dicha
5 pasado, " ~ Los subios no abrieron 1a boca. Y el emir
po gaslerasaery Abderramén continué.
hombres sabios, &
dénde van las espe-
ranzas tras las de-
‘cepeiones. Porque
si todo hombre es
una ilusién que ca-
mina, y el hombre
al morir va aun ce
menterio 0 se lo
crema, sus ilusiones
"- Quisiera saber,
por dltimo, cudl es
ia morada de Dios,
el Sefor de nues~
eben Teas venturas y re
na part procharle las desgra
bios cal ties. gLo sebéist.”
el silencio, siguié “Los Sabios del con
Preguntando. cejo tampoco respon
dieron,EL emir Abderra-
mén chasqueé los
dedos, dando por
terminada la reu-
nign. ¥ dijo: "-Ve
dos. Les amaré
cuando necesite
saber de los eclip-
ses de sol".
Entré en la ciu-
dadela por la ca
Ie principal. AI
gguno le dedica-
ba apenas una
mirada curiosa.
Pero él no pres
tabe atencién.
jor de joyas en le cor
espero de su mercan
“Trafa en las calzas polvo de clen
tos de caminos. El laid pendfe por
medio de un cordel de su hombro
derecho. Del otro lado, un risti-
0 bolso de cuero guardaba las
ertenencias.
era trova-
fa un cardcter autorita-
Hoy he hablado con Zablakén. Se ha
mostrado satisfecho al saber que to-|
mo de buen grado su idea de que te
cases con su hijo. Fl es un poderoso
mercader de t 8
quiera et mont.