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La tregua de Mario Benedetti

Ríos de tinta se han escrito sobre esta excepcional novela, así que yo me limitaré a escribir (como en
otros tantos comentarios) las sensaciones y reflexiones que me ha hecho aflorar, y no han sido pocas.
Mario Benedetti (1920-) nació en la localidad de Paso de los Toros (Departamento de Tacuarembó),
tierra adentro de Uruguay, pero ya en su infancia comenzó a vivir en Montevideo, ciudad a la que
estaría ligada buena parte de su vida y de su obra, entre otros el libro que hoy comento, y de la que
tendría que exiliarse por su compromiso social y político con la libertad, con la democracia, con el libre
pensamiento.

Podría resumirse esta composición literaria en pocas palabras: el diario de los últimos meses de trabajo
de un oficinista de Montevideo, a la espera de la "ansiada" jubilación. Sin embargo, sería una enorme
injusticia, porque el diario es sólo un instrumento para enviar a las conciencias de los lectores
una profunda reflexión sobre variados aspectos de la vida que son comunes a todos, ya se viva
en Montevideo, en Madrid o en Londres. Muchas veces hemos oído y escuchado decir que la
verdadera sabiduría se halla únicamente en la experiencia de la vida. Y, en cambio, yo pienso que
todo está en los libros, como todo está en la vida, porque la vida también son los libros. Y "La
tregua" es un ejemplo paradigmático de ello.

Según Vázquez Montalbán (autor del prólogo de la edición que he leído), el protagonista de la novela
es el propio Benedetti que, a través de una mirada crítica, observa la realidad uruguaya de principios
de los 60 (tiempo en que se llamaba a Uruguay la Suiza de América). Una mirada crítica, mediante un
diario personal, que no se queda en el egocentrismo, ya que el ego en Benedetti no se olvida de la
comunidad, y procura descifrar la situación de la colectividad, concretamente de la
languideciente clase media.
Yo no me atrevería a decir que Benedetti es pesimista. Sería una definición demasiado sencilla. Se
trata más bien de ese parecido que encuentra Martín Santomé en su hija Blanca, "triste con vocación
de alegre". Podría denominarse "vitalismo frustrado" o "pesimismo vitalista", como el rescoldo de
la lumbre, que no da luz pero se niega a apagarse definitivamente.

En mi opinión, el tema principal del libro viene indicado por el título: la tregua, ese armisticio que le
ofrece la vida al protagonista Santomé cuando descubre el verdadero amor en la joven oficinista Laura
Avellaneda. La única y verdadera razón por la que merece la pena vivir es el hallazgo del amor en
otra persona. Y Benedetti nos regala una definición del amor excepcional, la más bella que nunca
antes había leído o escuchado: “Ella(Avellaneda) me daba la mano y no hacía falta más... Ella me
daba la mano y eso era amor”.
Esta relación vivifica a Santomé. En buena parte del tiempo que pasan juntos, dialogan y las preguntas
que surgen hacen que su alma se renueve. Además, el recuerdo del pasado logra que se reconozca,
que sepa más de lo que es y de lo que fue (sobre todo, recuerda su relación con su fallecida mujer y
madre de sus hijos, Isabel). Por otro lado, cuando Avellaneda habla de la relación de sus padres le
expone los diversos sentimientos que pueden unir a dos personas (amor, confianza, piedad,
camaradería, ternura) y nos hace ver lo complicado que es identificar y diferenciar cada uno de ellos.

Al margen de todo esto, el protagonista teme profundamente la llegada de ese innominado día en que
se quede solo, con su corazón envejecido, sin esperanzas ni motivaciones. Y ese momento llega
cuando uno menos se lo espera. En el caso de la relación de Santomé, precisamente cuando más
seguro comienza a sentirse, cuando ya se han disipado los fantasmas de la diferencia de edad o de la
infidelidad que le acechaban. Aun siendo consciente de la fragilidad, de la caducidad de su idilio con
Laura, la materialización de este hecho le traspasa el corazón como una espada perfectamente afilada
e inmisericorde. Tras esos momentos de felicidad, vuelve el oscuro destino, su triste pasar por la vida.
Y también llega la jubilación, que es el ocio “que tanto se espera”. Realmente parece querer decir que
prefiere la gris rutina a ese desabrido y penoso “ocio” (por llamarlo de alguna manera). Con la
ausencia de Avellaneda se fueron las ganas de vivir y sólo queda la muerte en vida del
protagonista.
Pero mientras, simultáneamente, hay otra cuestión que está presente a lo largo de toda la novela y que
parece ser insoslayable para Benedetti: la existencia de Dios (o su negación). Hay multitud de
referencias a ello. Al principio del libro, el protagonista se muestra más bien incrédulo pero, digámoslo
así, “condescendiente” y afirma: “Quizá mi duda le complazca”. Curiosamente, como afirma
Unamuno en “La agonía del cristianismo”, la duda es precisamente la base de la fe.
En todo caso, la existencia (o no) de Dios es una pregunta recurrente en la inmensa mayoría de las
personas, sobre todo en quienen creen racionalmente en él (con lo que no se trata de una fe ciega, que
sería igual a fanatismo) o en aquellos que quieren creer en él. Se trata de una inquietud que puede
causar pánico, ya que nos rebasa sobremanera. Normalmente, la mayoría de la gente tiene un
concepto de Dios inmenso e inalcanzable. En cambio, el hombre necesita un Dios cercano, al que
poder asír con el corazón, como dice Santomé (sin duda, una reflexión brillante). Y, por un momento
(probablemente en la posición más desesperada de su vida), el protagonista se encuentra próximo a
Dios, expresándolo de un modo certero y poético en esencia: “casi llego a conmoverlo”. Mas tras ese
duro instante, la indiferencia producida por la impotencia lleva al definitivo alejamiento.

Al mismo tiempo, hay una serie de temas que se tocan a lo largo del relato, entre ellos:

-Las obligaciones vitales (como la necesidad que tiene Santomé de criar el sólo a sus tres hijos, tras
la muerte de Isabel) a que nos conmina la propia vida y la sociedad son inexorables y, por ello
mismo, no pueden causar felicidad ni orgullo. Son sólo eso: obligaciones.
-La rutina puede llegar a ser grata ya que, como le ocurre a Santomé, permite evocar todas las
pasiones frustadas. Lo normal (y no deja de ser triste) es que nos acomodemos a la rutina, a la
mediocridad fatal, que posterguemos indefinidamente lo que deseamos ser y hacer. Posiblemente sea
así, nos negamos a nosotros mismos por los requerimientos de la vida.
Engarzada con el tema de la rutina está otra reflexión que nos propone el autor: ¿qué separa a la
inercia de la desesperación? ¡Menuda pregunta! En mi opinión, creo que la inercia implica dejarse
vencer, el paso siguiente una vez que la desesperación se consume y desaparece.
-El contacto humano es una necesidad vital, probablemente una de las más importante de todas
debido a que somos seres sociales por naturaleza. Quizá sea un placer sencillo, pero es el más
reconfortante.
-El ocio que trae consigo la jubilación. El protagonista cree que cuando se retire del trabajo, se hallará
“con los defectos de la juventud y casi sin ninguna de sus virtudes”. Sin embargo, la afirmación más
afinada al respecto la encontramos cuando dice “no es el ocio lo que preciso, sino el derecho a
trabajar en aquello que quiero”. El oficinista encara el final de su vida laboral con una verdad rotunda
y lapidaria. Con ese trabajo deseado no busca el paraíso, simplemente un mundo más sencillo y
amable de habitar.
Por todo ello, podemos observar que aunque el protagonista lo desee, el ocio de la jubilación no es el
fin de esa búsqueda de la felicidad que nunca termina, de eso que se llama vida. Viene a ser algo
parecido a “El viaje a ninguna parte”, como el título del célebre libro de Fernando Fernán Gómez (que
en paz descanse, aunque realmente su presencia seguirá muy viva entre nosotros).
-La corrupción aparece como elemento contaminador de la sociedad uruguaya, en concreto en
tres agentes:
 La Administración y la política: al hablar sobre cómo acelerar su jubilación, aparece el verbo “untar”.
En la charla con su amigo Aníbal, Santomé se da cuenta de que lo ha empeorado el país es que cada
vez traga más y se resigna a la corrupción, cada vez menos gente se enfrenta a ella. Con lo que la
sociedad en su conjunto, progresivamente, se está volviendo más hipócrita. Sin embargo, como afirma
Santomé en sentido positivo, “nadie se muere de honestidad”.
 La comparación del Palacio Salvo (según el protagonista, su fealdad no engaña a nadie) con la mentira
de la prensa (y de los medios de comunicación en general) es realmente muy ingeniosa. Nos
venden sus engaños y todos nos los creemos, sin saber muy bien por qué. Será la rutina y el
aburrimiento debido a que no se cansan de martillearnos.
 Los grandes empresarios, en palabras de Santomé (que es el propio Benedetti), vienen a representar
el culmen de la corrupción moral. “...no podía hallarles cara de Alguien sino de Algo. Me parecen
Cosas, no Personas...” Se realiza una tremenda y tajante crítica a los Patronos, ésos que experimentan
“...la sensación...de que algunos destinos están en sus manos...” Realmente estamos ante
una reflexión memorable sobre el capitalismo, sistema económico que no sirve a las personas, sino
que se sirve de ellas. Merece mucho la pena leer con detenimiento el Sábado 17 de agosto. Ha pasado
casi medio siglo y, sin embargo, su discurso es completamente actual.
El incidente de Menéndez confirmará al protagonista en su idea de que el Gerente no es
alguien, sino algo. No posee sensibilidad, sólo tiene un inmenso y absurdo orgullo (por llamarlo
de algún modo).
-Otra materia omnipresente a lo largo de toda la novela, quizá tan esencial o más que el tema que he
señalado como central es la corrupción que provoca el paso del tiempo. Ese juez que se dice que
pone a cada uno en su sitio (ojalá fuese así; en cambio, no nos queda más remedio que pensar en que
existe algo después de este mundo, otro sitio donde se haga justicia a tantos despropósitos, desgracias
y maldades). Lo que sí es verdad es que es inexorable su paso. Esto lo descubre Santomé al
reencontrarse con su amigo “Escayola”, disipándole esa falsa sensación que a veces se tiene respecto
a que el calendario siempre permanece en el mismo año, aunque con otro número. Poco a poco, yo
mismo me voy dando cuenta de que los dígitos sí importan, y mucho.
Relacionado con el paso del tiempo, Santomé hace un comentario muy certero: cuando hablamos de
la Vida, en general, en realidad nos referimos al Placer; cuando se dice “todavía es joven” es que
queda poco para que se termine esa juventud; cuando se habla del atractivo vigor-experiencia se sabe
que dura muy poco. De hecho, una vez pasada esa fase, Santomé duda mucho que la experiencia vital
adquirida compense a la pérdida de brío físico.
-La sociedad uruguaya de los 1960, a pesar del desarrollo tecnológico y de la presunta bonanza
económica, mantiene anclada su mentalidad y conserva muchos tabúes. El descubrimiento de la
homosexualidad de Jaime supone todo un cataclismo para Martín Santomé y sus otros hijos Esteban y
Blanca. Lo mismo sucede con la relación de dos personas con significativa diferencia de edad, como es
el caso de la relación de Santomé con Avellaneda. ¿Qué pensaría la sociedad? ¿Qué sería más
correcto, mantener la relación en la clandestinidad o mostrar al mundo que son una pareja? Avellaneda
parece ser esa lucecita que anuncia el cambio de la sociedad uruguaya. Tiene una gran claridad de
ideas y un pensamiento abierto. Lo que une a las personas es el amor, el cariño, la amistad y no un
contrato legal, un ritual vacío de contenido.
En todo caso, como se observa en su relación que su antiguo amigo Vignale, la convención social y “lo
correcto” siguen prevaleciendo a la sinceridad.
-Se muestra que las palabras poseen enormes diferencias de significado, matices esenciales aun
tratándose de vocablos que diríamos son sinónimos. El libro aborda un caso ejemplar.
Hay palabras como “fallecer” que no tienen sentimiento, que son puro trámite, que ni duelen ni
padecen (como algo aséptico). Por el contrario, ¡qué diferente es morir! Con ella se va el alma,
duelen hasta las entrañas cada vez que se pronuncia si se trata de un ser querido, de un ser amado.
Asimismo, es cierto que a las personas que han “fallecido” sólo es justo recordarlas en la memoria viva,
y no en un velatorio.
-Para terminar y siguiendo con la cuestión del vocabulario, aunque en otro orden de cosas, resulta
refrescante y muy enriquecedor observar con qué mimo y donaire se utiliza el castellano en
Latinoamérica. Es muy interesante descubrir palabras como “frazada” (del catalán “flassada”, viene a
ser sinónimo de manta y se sigue usando en Argentina, por ejemplo), “coima” (de origen incaico, uno
de sus significados es soborno), pocilla, pollera, etc.

“La tregua”, de Mario Benedetti, es un libro para leer al ritmo que se quiera, tanto de un tirón en una
tarde, ya que los capítulos cortos invitan a ello; como muy lentamente, para asimilar pausadamente las
enjundiosas reflexiones del autor. De cualquiera de las maneras, espero que disfruten con la lectura de
esta magnífica novela, plena tanto en razonamientos como en sentimientos. Una obra maestra de la
literatura latinoamericana y mundial.
Características físicas y psicológicas de los personajes
Martín Sanbtomé: es una persona ya de cuarenta y nueve años, físicamente, es un poco calvo, canoso
con manchas en el cuerpo. Psicológicamente, una persona gris y apagada, solitaria triste el cual tiene
un desgano por la vida, pero gracias a Avellaneda es capaz de revertir su pensar, triste y deprimente

Laura Avellaneda: físicamente, es joven, de rasgos suaves ojos serenos, nariz fina, de pelo color negro
piel muy clara. Psicológicamente, decidida, segura de sí misma y de lo que quiere, es inteligente
trabajadora, amorosa y entregada.

Blanca: hija de Santomé, ella es joven, es la que más se parece, de los tres hijos, a Santomé,
físicamente, ella tiene los ojos de su madre, de tes. Clara y un cuerpo jovial. Psicológicamente, de
temperamento triste al igual que su padre, convocación de alegre, se preocupa mucho del mundo, por
la juventud y los problemas sociales, es amorosa y comprensiva con su padre.

Esteban: hijo mayor de Santomé, psicológicamente es una persona que esta a la defensiva con su
padre y con esta mantiene una relación distante, a este le gusta la parranda y por eso llega tarde a
casa
Jaime: hijo menor de Santomé, él es homosexual y siente un resentimiento a su familia, la cual
abandona por completo, era el hijo preferido de Martín por el sentido de humor que este tiene.

Mario Vignale: compañero de la escuela de martin, pero a este ultimo no le simpatiza, es una persona
ruidosa y patetica, en la escuela le apodaba él “el adoquin” y odiaba este apodo. Es infiel a su esposa,
la engaña

Ocho acontecimientos importantes en la obra

El 23 de febrero, cuando Santomé se encuentra por casualidad con un conocido de la calle


Brandzen, Mario Vignale, el cual en el tiempo se transforma en un mal encuentro ya que gracias a este
Santomé, lo empieza a detestar por su forma de ser

22 de abril, Santomé se entera por el mismo Alfredo Santini, un empleado nuevo que ya le había
hablado de su vida, sin que él le preguntara algo, que él es homosexual, ha esto Santomé decide
cambiarlo de sección

24 de junio, Santomé por primera vez habla con confianza con su hijo Esteban el mayor de sus tres
hijos él dice que esa es la primera vez que el habla como un padre habla con su hijo
17 de mayo, Santomé sentado en un café frente a la ventana se declara ante Avellaneda, ella
frente a ello calla y después de dejar de mirar su cartera le dice que ya lo sabia y por ello ha ido a
tomar café

15 de junio, Santomé alquila un apartamento para el y Avellaneda, va ser la primera vez que él va a
poder decorar su casa, el apartamento se encuentra a cinco cuadras de Dieciocho y Andes a ella no le
dirá nada será una gran sorpresa para ella, dice el

23 de junio, Avellaneda va al departamento con Santomé, ya no seria mucha sorpresa ya que el se


lo había dicho en tro con vergüenza, mirando hacia todos lados con mucha atención empezó a tocar
las cosas como que estuviera reconociendo, pero ese día se sentía incomoda y Santomé se dio cuenta

27 de febrero, tres nuevos empleados entraron bajo el cargo de Santomé: Alfredo Santini, Rodolfo
Sierra y Laura Avellaneda. La cual a esta ultima en todo el diario la describe como Avellaneda, a quien
no considera una preciosura, pero es más pasable cuando ella sonríe.

Santomé al ver a su hija Blanca y Jaime peleados, le pregunto a Blanca, que es lo que pasaba, ahí
se entero que diego le había dicho que Jaime es homosexual, y Jaime se lo confirma ahí el se vino
abajo pero lo tolero

Cuando el tío de Avellaneda llamó a la oficina de Santomé, para decirle que ella había fallecido,
este entró en un estado shock debido a la noticia, y lo mando a la mierda.

En febrero, después de la muerte de Avellaneda, Santomé tuvo la idea de ir a casa Avellaneda con
el pretexto de hacerse un traje, pues el padre de ella era sastre, el se hizo pasar por el señor Morales,
ya que la madre de ella lo conocía

LA TREGUA (Mario Benedetti)

La obra habla sobre la vida de Martin Santomé, esta escrita


en forma de diario, es una obra de Mario Benedetti.

Cuenta la historia de un hombre común y corriente, viudo y


con tres hijos ya mayores, él es un burócrata de oficina, que
a punto de jubilarse, encuentra en el amor de una muchacha
joven, la felicidad, que la vida le había denegado por muchos
años.
Este amor era Avellaneda, pero si nos damos cuenta la
rutina aún no lo deja, ya que Avellaneda pasa de ser un
empleado nuevo a lo más importante de su vida, pero no
puede decirle Laura - su nombre - ya que aún siendo ella lo
más importante para él, la sigue nombrando por su apellido
como otra u otro empleado más de su sección a su cargo,
estando …ver más…
Santomé al ver a su hija Blanca y Jaime peleados, le
preguntó a Blanca, qué es lo que pasaba, ahí se enteró que
Diego le había dicho que Jaime es homosexual, y Jaime se
lo confirma, ahí el se vino abajo, pero lo toleró.

Cuando el tío de Avellaneda llamó a la oficina de Santomé,


para decirle que ella había fallecido, éste entró en un estado
shock debido a la noticia, y lo mando a freír monos.

En febrero, después de la muerte de Avellaneda, Santomé


tuvo la idea de ir a casa de Avellaneda con el pretexto de
hacerse un traje, pues el padre de ella era sastre, él se hizo
pasar por el señor Morales, ya que la madre de ella lo
conocía.

Además unas preguntas frecuentes de pruebas, con sus


respuestas. ¬¬

Comprensión

1- Analice él titulo del libro a partir de la historia.


2- ¿Cómo influyen la sociedad, el trabajo y la familia en la
vida del protagonista?
3- Analice el temor del amor y de la muerte según la
perspectiva del autor.
Desarrollo de la comprensión

1- La tregua, se puede decir, que es un acuerdo que Martín


tiene con Dios ya que para él todo será gris o más bien
dicho oscuro en su vida, la tregua es por un tiempo, en el
cual Martín cree haber encontrado la felicidad que no ha
tenido, junto a Avellaneda.

2- La sociedad: se había moldeado a tal punto que él,


sintiendo la necesidad de cambiar y hacer cosas nuevas, no
sabría que hacer en una situación tal. La maquinación que
se ha

Alfredo Santini: Empleado de Santomé, que también termino


siendo maricón y que tuvo unas experiencias media
extrañas de su hermana desnudándosele dizque para que él
se arreglase.
Rodolfo Sierra: Subordinado de Santomé
Tema
El tema de la historia podríamos situarla como las
situaciones que pasa un hombre viudo, de edad avanzada, al
quedar enamorado de una de sus empleadas.
Mensaje
El mensaje que me dejó este texto fue que no importa la
edad o circunstancia en que nos encontremos, todos
podemos encontrar la felicidad en algo o alguién.
Opinión Personal En Torno Al Mensaje
Mi opinión es que es cierto, que todos podemos encontrar la
felicidad hasta en el sitio menos esperado.
Persona Narrativa

2
El texto se desarrolla básicamente en primera persona, ya
que está escrito en forma de diario, con algunas que
alocuciones en 2da y 3ra persona.
Título
La Tregua de Mario Benedetti (1959)
Breve Biografía Sobre el Autor
Mario Benedetti nació el 14 de septiembre de 1920, en Paso
de los Toros, Departamento de Tacuarembó,
República Oriental del Uruguay.
De 1938 a 1945 residió en Buenos Aires.
En 1949 publicó Esta mañana, su primer libro de cuentos, y
un año después, su primera novela Quién de nosotros. Con
su novela La Tregua obtuvo trascendencia internacional.
Desde 1973, por razones políticas, Benedetti vivió doce años
de exilio en Argentina, Perú, Cuba y

La historia de los hijos de Martín Santomé.


Es preciso dar a conocer los nombres de sus tres hijos:
Esteban, Jaime y Blanca. Cada uno desenvuelve una
personalidad diferente dentro de la historia y en relación
con su padre Martin Santomé, que en general tuvo roses,
agresiones, contestaciones inapropiadas, problemáticas
personales y falta de comunicación entre sus hijos a raíz de
la obsesión de trabajar. Aunque al final todo se compensa
tras la relación de Martín Santomé con Laura Avellaneda y
posteriormente la muerte de esta. Martín se muestra con
una mayor disposición como padre, inyecta más carisma
para con los hijos y al final la relación cambia, sobre todo
hacia Blanca con quien tuvo mucha confianza, diálogo y
pudieron abrir sus
Martín sintió como si viviera en una maldición, como si estuviera repitiendo los mismos actos que con su esposa ya fallecida
Isabel, de tal forma que esto fuera un acto repetitivo, pero no lo era, era una tregua de vivir en una vida confusa y oscura en
rotunda soledad.

El principal culpable de esto es Dios (según Martín) a él es a quien le atribuye todas sus desgracias.

Después de este suceso no vuelve a ser el mismo Martín es como si fuera un hombre condenado al fracaso, su jubilación en vez
de tomarla con alegría, solo se retira de forma tenue y con la mirada baja como símbolo de su reacción de resignación.

Opinión del final del libro.


Pues en verdad es muy buena la historia, Mario Benedetti sabe como provocar un sentimiento en el lector a través de una
novela pero a decir verdad, nosotros como equipo pensamos en que el final tiende a ser inapropiado, que pudo haber
continuado y desembocar un mejor final. ¿Qué sucede al final con Martín? ¿Qué sucede con Blanca y Esteban? Y Jaime
¿donde terminó? ¿cómo terminó? Tal vez el autor intentó hacer un final abierto queriendo dar al lector una idea de que pasó
con cada uno de los personajes pero creemos que esto no lo podemos asociar con un final abierto, sino más bien que al final
Mario Benedetti dejó a los personajes a la intemperie como si ellos mismos se fueran a crear su

Resumen La Tregua Esta interesante obra engloba diversos sentimientos que cambianpoco a poco a medida que avanza la narración,
dándole al relato unariqueza simbólica muy hermosa y minuciosa. Cada símbolo, sentimiento yconcepto, juegan en La Tregua un papel
muy importante y valioso,destacándose entre ellos algunos principales que le entregan al lector laintriga y emoción que hacen mucho
más interesante y agradable la lecturahaciendo perdurar esta sensación hasta el final.El libro relata cautivantemente la monotonía en la
vida de un hombremuy sólo, quien al perder a su mujer, pasó a tener una vida sin máscambios que los de su trabajo, conformándose con
la mediocridad y sinesperar mucho más de lo que le entregaba su vida hasta el momento. Estasituación se revierte por poco tiempo
cuando conoce a una joven mujer dela cuál se enamora, y la cuál le va cambiando lentamente la vida, dándole aconocer a este hombre
sencillos momentos que hacen mucho más rica lavida.La novela habla de un hombre uruguayo que está pronto a cumplir sus50 años y
por lo tanto, a jubilarse. Su vida no tiene mayores pormenores enel comienzo de sus narraciones, los cuáles escribe casi diariamente. La
vidade este hombre llamado Martín Santomé transcurre más que nada en tornoa su trabajo como contador en una empresa automotriz,
en la cuál la formade trabajo no varía mucho, es decir, una labor bastante rutinaria y por ende,feliz a su percepción en ese momento de la
vida. Ya que Martín está pronto a jubilarse, se plantea varias preguntasrespecto a en qué consistirá su vida cuando ya no trabaje, en qué
consistirásu ocio. Se propone diversas actividades a las que podría dedicarse, de lascuáles ninguna lo llena mayormente, pero dentro de
éstas la que más leatrae es la de escribir, pero piensa que no sería interesante para otra genteleer la uniformidad del relato de su vida.
Además se considera bastanteinmaduro e ingenuo, pero sólo considerando los aspectos negativos deestas dos características de la
juventud.Este hombre en su juventud había enviudado de una mujer de la cuálcasi solamente tenía recuerdos táctiles, ya que su relación
matrimonial sehabía llevado a cabo en base al sexo más que a la conversación y a lasmiradas, por lo cuál no recordaba el rostro de su
esposa. De esta relaciónnacieron tres hijos: Esteban, Blanca y Jaime. Con el primero era con quienmenos se avenía, ya que cualquier
conversación o intento de alguna,terminaba en discusión, por las diferencias en sus maneras de pensar. Consu única hija mujer, fue con
quien logró tener más confianza, ya que separecían bastante en que ambos eran unos “tristes con vocación dealegres”. Jaime en
cambio, aunque al igual que sus hermanos no manteníamayor relación de unidad con su padre, era en gran parte el preferido, ya

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