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“El hombre mediocre” y su mensaje

José Ingenieros (1877-1925) fue un conocido médico, psicólogo, sociólogo y


filósofo argentino de origen italiano. Una de sus obras más renombradas es “El hombre
mediocre” de 1913. A nuestro entender, es una obra muy bien escrita, con un lenguaje
claro, que es presentado de forma casi poética, podría decirse que en “El hombre
mediocre” se funden el artista Ingenieros y el cientista Ingenieros. No obstante, es honesto
reconocer, que luego de varias páginas, la lectura puede resultar tediosa, las ideas tienden
a ser reiterativas y la genialidad literaria va perdiendo su carácter sorpresivo.
En “El hombre mediocre”, Ingenieros asegura que a lo largo de la historia de la
civilización han existido tres tipos de hombre: el inferior, el mediocre y el idealista. El
hombre inferior es quien no puede “[…] adaptarse al medio social en que vive; [y] su
personalidad no se desarrolla hasta el nivel corriente, viviendo por debajo de la moral
[…]”.1 El hombre mediocre “[…] es por esencia imitativo y está perfectamente adaptado
para vivir en rebaño, reflejando las rutinas, prejuicios y dogmatismos […] Su
característica es imitar a cuantos le rodean: pensar con cabeza ajena y ser incapaz de
formarse ideales propios”.2 Mientras que el hombre idealista “[…] es un accidente
provechoso para la evolución. Es original e imaginativo, desadaptándose del medio
social en la medida de su propia variación. […] Es precursor de nuevas formas de
perfección, piensa mejor que el medio en que vive y puede sobreponer ideales suyos a las
rutinas de los demás”.3
¿Cuál es la importancia actual de recurrir a esta clasificación de Ingenieros? En
nuestra interpretación, no creemos que dicha categorización sea un hallazgo
especialmente importante para entender el hombre del siglo XXI; ni siquiera, creemos
que sea correcta para explicar la Argentina de comienzos de siglo XX de Ingenieros o
comprender alguna otra sociedad histórica concreta. Hasta es interpretable, que en la tesis
está presente un incómodo darwinismo social. Pero a pesar de esto, es verdaderamente
destacable para nuestros días, que implícitamente su clasificación convoca a la conciencia
crítica de nuestro entorno, a que el discurso dominante no cohíba nuestros pensamientos
originales y a que materialicemos nuestra potencialidad creadora. Dicho, además, desde

1
INGENIEROS, José. El hombre mediocre. Elaleph.com Disponible: www.educ.ar. Acceso en: 28 ene.
2018. p.39
2
Id.
3
Id.
un enfoque muy progresista, porque el mensaje, aparentemente individualista, en realidad
está más cerca de ser lo contrario. Quien lea este ensayo verá que no se realiza la crítica
desde el “hacé la tuya” (y que los otros “revienten”) de Fido Dido; sino que, se lo hace
desde la imprescindible simbiosis entre el progreso individual y el progreso colectivo,
desde la enseñanza que el bienestar general depende de la realización individual, desde la
clareza que la ruptura puede ser también superación.

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