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Gerard Manley Hopkins

El naufragio del
Deutschland
Traducción de Salvador Elizondo

Nota del traductor ra señalar o aprovechar algunas rimas que ocurren al


azar. Para mayor información acerca de este poema y de
la vida y obra de Gerard Manley Hopkins véase mi texto
“All my world is scaffoolding.” En la presente versión del Proyectos, publicado aquí mismo en el número 12, no-
gran poema de Hopkins no he conseguido, me temo, si- viembre de 1977 y, claro, la lúcida y ya indispensable no-
no el andamiaje del andamiaje. No he podido ser fiel más ta introductoria de Juan Tovar a sus versiones de los
que a la más remota resonancia que el original produce, poemas de Hopkins en el número 26 de la serie “Material
especialmente en nuestro oído. La poética de Hopkins de lectura” editada por la UNAM.
propone o propuso en su tiempo un retorno al empleo Gerard Manley Hopkins nació en Essex en 1844 y
del pie poético como unidad fundamental del poema au- murió en Dublín en 1889. Sus poemas no fueron publi-
xiliándose para ello con el uso exhaustivo de aliteracio- cados sino en 1918, fecha por la cual Valéry anota en su
nes, rimas internas, repeticiones, reiteraciones, énfasis cuaderno: “Descubro sobre mi mesa -quién sabe cómo
arbitrarios y onomatopeyas significativas o expresivas, ha llegado hasta allí- un pequeño volumen de versos de
elementos que ensartados como cuentas en el sutilísimo un tal Hopkins; muy interesante.” Escrito por indica-
hilo de la ilación narrativa o descriptiva obtienen para el ción de sus superiores y destinado a una revista parro-
poema una continuidad rítmica de rara belleza o inten- quial “El naufragio del Deutschland” es un poema de
ción. El poema debe leerse aquí como si todos los versos ocasión, un poema narrativo simbólico y alegórico que
estuvieran unidos por sus cabos. Se conserva la escan- recuerda a veces “El barco ebrio” y un poema místico
sión estrófica del original sólo como reminiscencia y pa- no menos intraducibleue indescifrable.
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El naufragio del Deutschland

A l a
feliz memoria de cinco monjas franciscanas
exiliadas por las leyes Falk
ahogadas entre la media noche y el amanecer
del 7 de diciembre de 1875

Primera parte

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íSubyugador de mí, Soy suave arena
Dios!, dador de aliento y alimento, adherida al vaso del reloj
filástica del mundo, va-y-ven marino; fija pero minada de un movimiento, un flujo
Señor de vivos y de muertos; que la invade en su centro y la ahueca en su caída
Tú has atado los huesos y las venas en mí, sujetado como el agua en el pozo quieta en su equilibrio
(mi carne (y su lisura,
y después casi deshecho, qué decir del terror con suspendida siempre de la cima a la sima de los
(que lo has hecho, (altos
tu hechura: ¿y ahora me vuelves a tocar? abismos y cañadas, que una veta
Una vez más siento tu dedo y te hallo. del Evangelio profiere, una opresión, un principio,
(el don de Cristo.
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Sí dije sí
oh, al relámpago y al mástil azotado; Un beso lanzo a las estrellas,
más claro que agua confesé luz adorable y difusa
tu espanto, oh, Cristo, oh, Dios; en que se manifiesta tenuemente y
Tú conoces los muros, el altar y la hora y la noche; resplandece, gloria en el trueno;
el desmayo del corazón que el oleaje y la oleada un beso lanzo al arrebol del ocaso,
(de ti pues aunque está debajo del esplendor y del
a sus simas aplacan con un horror de altura (prodigio, su misterio recalca y afirma;
y el diafragma tendido de sus reclinaciones y orlado por ello lo alabo las veces que lo encuentro
(de tensos resplandores. (y lo bendigo cuando lo comprendo

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El ceño de su rostro No de su dicha
ante mí, el tumulto infernal brota la opresión sentida
atrás, ¿dónde? ¿dónde había? ¿dónde había sitio? ni primero del cielo (y muy pocos lo saben)
Alas que brotan mías dispersas parte el golpe dado
con ellas huyo y voy de vuelco en vuelo desde mi el golpe y la angustia que estrellas y tormentas
(corazón al corazón de la Hostia. (generan,
Mi corazón, con alas de paloma, bien lo sé, que acallan la culpa y purifican y ablandan los
instinto mensajero presumo (corazones,
te arrojó de la llama a la llama y a volar de la la culpa que avanza sobre el tiempo como si fuera
(gracia a la gracia. (un río
(y aqui los fieles dudan y los infieles fabulan
y yerran).
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Ello data del día Adorado seas entre los hombres,
en que fue a Galilea; Dios, trinúmera forma;
tumba recién tendida como vida uterina; castiga su rebelde malicia, tenaz en su guarida
el pesebre, doncella genuflecta; (agazapada,
la Pasión densa y dura y el sudor; con tormenta y naufragio.
desde entonces se alivia y se colma Más allá de las dulces palabras, de las palabras
por más que ya sentido y llevado aún por el (que no alcanzan a decirlo,
(torrente Tú eres relámpago y amor, cálido en el invierno
lo que nadie supiera, tan sólo el corazón, (te encontré;
(retenido en un puño, Padre que acaricias el corazón que has castigado,
en tu oscuro descenso está la más alta
(misericordia.
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al fin lo manifiesta.¡Oh,
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el azote de la peor o mejor
palabra postrera! ¡Cómo brota, llevada a la boca Al golpe del yunque
(en su turgencia máxima, lujosamente cultivada y con fuego de fragua forja tu voluntad
(y aterciopelada endrina en él o más bien, más bien como la primavera
que lo purifica, su sola compañía dulce o amarga, (furtiva
colmada, en un’ relámpago, hasta el borde! ¡Adelante invádelo, disuélvelo y domínalo aún:
(pues, los primeros o los últimos, ya sea de una vez como una vez al trueno con
hacia el héroe del Calvario, a los pies de Cristo, (Pablo,
sin preguntar si por la certidumbre, el deseo o la o como Agustín, con menester que dura y que
(advertencia los hombres se ponen en marcha hacia El! (perdura,
haz la misericordia en todos nosotros, de todos
(nosotros
tu dominio y adorado seas, adorado seas Rey.

Segunda Parte

ll 12
“Algunos me encuentran en la espada; algunos - El sábado zarpó de Bremen
en el hierro y el riel retorcido; en la llama, con destino a la América;
en la sierpe y en el agua” -así canta la Muerte a bordo van marinos y emigrantes, contando
(al golpe del tambor (hombres y mujeres,
y huracanes pregonan su fama. unas doscientas almas.
Mas nosotros nos soñamos raíces en la tierra. ¡Polvo! Oh, Padre, bajo tu protección que nunca
La carne se deshace ante nuestros ojos (imaginaron
y nos mecemos con las otras flores en el prado su destino era un banco de arena y de una cuarta
(y olvidamos que ha de llegar (parte el de morir ahogados.
la amarga guadaña a hacer su siega atroz. ¿Acaso no los veía la cara sombría de tu
(bondad,
no los envolvían los millones de vueltas del
(hilo de tu misericordia?
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Lanzado contra las nieves, En lucha contra el frío de Dios
atrás queda el puerto seguro, vencidos caían sobre cubierta
el Deutschland navega en domingo y el cielo (aplastados) o el agua (y ahogados) o barridos
(guarda, al tumbo del oleaje sobre el barco encallado.
pues el aire infinito es inclemente Ruge la noche y gime el desencanto en la
y el mar de pedernal yergue su lomo negro a (desolación del gentío:
(espasmos regulares los gritos de mujeres y el incesante llanto de
por el rumbo estenoroeste en piélagos malditos, (los niños,
(los vientos; mas una leona se alza acallando el murmullo,
erizada y al fuego blanco en titubeante profetisa se yergue sobre el vago tumulto
(torbellino gira la nieve, hablando en lengua virginal.
avanza hacia los hacedores-de-viudas, deshijadores
(y despadrantes abismos.
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Ah, vulnerada en tu jaula de huesos
En la bruma viró a sotavento fuiste, volcada al dolor exquisito
y golpeó -ni risco ni roca- caíste, palabras que en soledad de mí
sino un banco de arena; la noche lo atrajo extrajiste, madre de mi ser, corazón.
al garete a la costa de Kent Oh, incomprensible dolor postrero, mas la verdad
y pegó con la proa sobre el banco y, de tilo con (proferiste,
¿acaso lágrimas viertes? lágrimas; se funden,
(todo su peso, la quilla;
las rompientes rodaban el casco con estrépito (¡el madrigal comienza!
algazara continua y el río de juventud
(tosco; ¿qué puede ser esta alegría? ¿es tuyo todo el bien
las lonas y brújula, el timón y la hélice
inmóviles, inútiles. Todo esto sufrió. (que ostentas como propio?

15 19
Encanecida la esperanza,
la esperanza enlutada, Hermana, una hermana llamando
en su llanto anegada y de cuitas cuitada, un dueño, su dueño y el mío.
doce horas se fue la esperanza Y los mares a bordo rebosan y corren henchidos;
y el ocaso espantoso daba fin a la cruenta jornada la dura y punzante ventisca de espuma salada
sin rescate, sólo el cohete y la boya brillaban la ciega, pero ella que al tiempo ve una sola cosa
y las vidas barridas por la marejada un rumbo mantiene y se yergue al oído
al sudario temblando en el tumbo se asían en la divino y a señal de la monja más alta
(horrible borrasca. a los hombres asidos al mástil sobrevive a la ola
(furiosa el intacto aparejo.

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Del cordaje soltóse uno de ellos a auxiliar
a la gente que abajo en la cala gemía
y ciñéndose un cabo de cuerda con arrojo sin par
fue a su muerte arrojado de golpe;
a pesar de su gran valentía y su fuerza de fibras
(de hierro
largas horas lo vieron mecerse de aquí para allá
a través de la espuma volátil, ¿qué podía
contra el golpe del viento y del mar?
20 24
La primera de cinco, venía Alejado en el dulce occidente.
de cofiada hermandad, en una comarca bucólica de Gales
(¡Oh, Deutschland, dos veces desespera este nombre yo estaba bajo techo seguro y reposado.
en todo el mundo de su bien! pero ellas eran presa de las tempestades;
Pues Gertrudis lirio y Lutero son del mismo pueblo; envuelta en la negrura del viento, a las olas
el lirio de Cristo y la bestia nacida del légamo (rompientes y a la espesa
a la vida descienden y bajan nevada, al gentío que se aferra y agarra la
Abel y Caín, su hermano, que idéntica teta (monja
(mamaron.) clamaba “¡Oh, Cristo, oh, Cristo, ven pronto!”
La cruz reclama y a Cristo para ella y bendice el
21 (mejor de sus males.

Por amor aborrecidas 25


de su patria proscritas
rechazadas del Rin hoy las arruina el Támesis; ¡La majestad! ¿Qué es eso?
cresta de espuma y nieve y río y tierra Respira, arco y Aliento original.
se ensañan, pero tú estás arriba, Orión de luz, ¿Es el amor en ella por el ser cual si su amante
las inflexibles palmas que sopesan el mérito, (fuera?
mártir maestro: ante tu vista Respira, cuerpo de deliciosa Muerte.
los copos turbulentos flores son de finísimos No pensaban igual los hombres de aquel tiempo,
(pétalos, lluvia de lirio en que el suave cielo se los que te despertaron con un “Perecemos...” en
despliega. (Genesaret.
¿O es que reclamaba la corona ya entonces
22 por llegar primera a su consuelo y sentir el
(filo del combate, al fin?

Cinco, el encuentro y el colmo


y la cifra del Cristo sufriente. 26
Mira y marca la marca de mano del hombre
que por su palabra fue sacrificado. ¡Pues como para el puro júbilo cordial
Más él mismo la graba escarlata y la declara y la terrosa y grisásea masa nebulosa
(manifiesta; se aleja y aparecen celajes celestes
ya de mucho ha tomado, el más caro de precio y cual si fuera el jaspeado y trémulo mes de mayo!
(premiado De azul pulsando y gélido brillo de cumbre Y
estigma, señal y pentámera prenda (más allá la noche
que el vellocino adorna y sonroja a la rosa. de fuego cautivo y tenue Vía Láctea,
¿cuál es en tu medida la gloria del deseo,
el tesoro no visto ni oído ni previsto?
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Tuya es la alegría, padre Francisco, 27
cuando besas la vida ya muerta,
con las torcidas muescas de los clavos en ti, nicho Mas no es nada de esto.
(de lanza, El desgaste y chirrido del cario,
su amor crucificado es la tarea del tiempo la que engendra el ansia de
proclama y sello es de su seráfico adviento. Y (tregua
(éstas tus hijas en el pecho de penas logado,
y el favor y el orgullo cinco veces vivido y no el peligro de horrores eléctricos; más lejos
(foliado (encuentra
como hermanas selladas en las aguas salvajes el encanto de la Pasión suavísima en sus rezos
a bañarse bajan en su merced de lluvia de oro (a solas;
(y a respirar en el fuego total) hay otros, imagino, que miden de su mente
de su mirada. el fardo que sostienen contra los ventarrones y
(el tumbo de endragonados mares.

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28 32
Mas cómo podré...abran paso allá:
Alcanzadme una.. . más aprisa aún-. Te admiro, Señor de las mareas,
¿La vislumbráis apenas? Vedla asomarse allí, del Antiguo Diluvio, de la declinación del año;
Cosa que.. . ¡allí, entonces! El Amo, la curva y el rescate de los litorales,
Ipse. el único, Cristo, Rey y Cabeza: la orilla y el muelle y el muro
El alivia el extremo al que la había arrojado. que contiene y aplaca al océano de mente movediza;
Enfrenta y avasállala con vivos y con muertos cimiento del ser y su granito, inapresable
y que monte su orgullo sobre el triunfo y despache y a Dios, que reina a espaldas de
(dirima su sino. la muerte, soberano que cuida y se oculta, que se
(presagia pero permanece.

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Ah, un recto corazón había Piadosamente flota
y un ojo único. sobre todas las aguas, un arca
Leía la informe noche del desastre para el que escucha, para el que demora amor se
y sabía el quién y el porqué; (desliza
escribiéndolo cómo sino por él en quien presente por debajo del agua y la noche;
(y pasado, veta de la visitación de pasado rezo presa,
cielo y tierra son palabras que usa y escribe. penitentes espíritus del último aliento, la marca
Simón Pedro de un alma aferrada (suprema
a la roca Tarpeya sino un faro de fuego por el nuestro gigante arrebatado de pasión se yergue,
(viento azotado. el Cristo del Padre compasivo, se salva en el torrente
(de su paso.

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Jesús, luz del corazón, Arde ahora, recién nacido para el mundo,
Jesús hijo de virgen, nombre binatural,
¿cuál fue la fiesta que siguió a la noche el celestial, cordial, virginal
en que tuviste la gloria de esta monja? milagro en María-de-las-llamas,
Fiesta de la mujer sin mancha. minúmero Él en tres del tonante trono.
Así concebida para concebirte y ya; No el destello del día postrero a su llegada ni
pero punzaba el pecho, parto de un cerebro, (oscuro como vino;
palabra que te escucha, te guarda y te profiere sin más. tierno, mas regiamente reclamando su parte;
la lluvia intempestiva no arroja sobre el piélago sus
(duros relámpagos.
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Pues bien te guarda para su dolor
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y su paciencia, ¡ mas ay de los demás!
Ve, corazón, y desangra la más amarga vena Dama, a la puerta
por los desconsolados e inconfesos- ahogados, entre los médanos,
no, no desconsolados, la feliz amorosa Providencia por los caminos, en el puerto celestial de la
con tierno dedo de, oh, de plumaria fineza el pecho (recompensa, recuérdanos.
de la doncella así obedecía, campana, su tañer ¡Ha vuelto nuestro Rey a reinar sobre almas inglesas!
y devuelve la oveja extraviada al redil: ¿el naufragio Que renazca en nosotros, sea aurora en nuestra noche,
(es cosecha?. ¿la tempestad tu siembra? (oriente de cresta sonrosada;
al mayor esplendor de bienamada Albión sea su reinado;
Orgullo, rosa, príncipe y héroe de nosotros y alto
(sacerdote,
la caridad de nuestros corazones inflame los hogares
y a las huestes de la nobleza de nuestro pensamiento
(avasalle.

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