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Saben que hace unos días me encontré con un señor en el metro, yo estaba leyendo la
Biblia mientras que esperaba el metro me dijo algo que me sorprendió…
Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué
cosa heredaré la vida eterna? El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo lees?
Lucas 10:25-26
No se saca sino un beneficio muy pequeño de una lectura precipitada de las Sagradas
Escrituras. Uno puede leer toda la Biblia y quedarse, sin embargo, sin ver su belleza o
comprender su sentido profundo y oculto. Un pasaje estudiado hasta que su significado nos
sea claro y evidentes sus relaciones con el plan de salvación, resulta de mucho más valor
que la lectura de muchos capítulos sin un propósito determinado y sin obtener una
instrucción positiva. Tened vuestra Biblia a mano. Leedla cuando tengáis oportunidad; fijad
los textos en vuestra memoria. Aun al ir por la calle podéis leer un pasaje y meditar en él
hasta que se grabe en la mente.
Sí bien es cierto que no podemos estudiar la Biblia bien en unos minutos, por nuestra vida
tan atareada , a veces no tenemos tanto tiempo, sin embargo deberíamos fijar un tiempo
especial para el estudio de la Biblia.
Yo he pensado que una hora de estudio está bien, si es posible más esta mejor, pero todo
va poco a poco, al principio nos aburriremos o nos fustraremor por no entender pero no
estas solo, veamos dos versículos:
2 Timoteo 3:16
2 Pedro 1:21
Entendemos algo importante que Dios inspiró las Escrituras y es el mismo Espíritu que lo
inspiró el que nos ayudará a comprenderlo.
Esa es la promesa de Jesús
Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.
Juan 14:26
Por eso es que es fundamental orar antes de leer la Biblia, pedirle entonces a Dios
que nos ayude a entender lo que él quiere decirnos en su palabra.
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La Biblia no fué escrita solamente para el hombre erudito; al contrario, fué destinada a la
gente común. Las grandes verdades necesarias para la salvación están presentadas con
tanta claridad como la luz del mediodía; y nadie equivocará o perderá el camino, salvo los
que sigan su juicio privado en vez de la voluntad divina tan claramente revelada.
No podemos obtener sabiduría sin una atención verdadera y un estudio con oración.
Algunas porciones de la Santa Escritura son en verdad demasiado claras para que se
puedan entender mal; pero hay otras cuyo significado no es superficial, y no se discierne a
primera vista. Se debe comparar pasaje con pasaje. Debe haber un escudriñamiento
cuidadoso y una reflexión acompañada de oración. Y tal estudio será abundantemente
recompensado. Como el minero descubre vetas de precioso metal ocultas debajo de la
superficie de la tierra, así también el que con perseverancia escudriña la Palabra de Dios en
busca de sus tesoros escondidos encontrará verdades del mayor valor ocultas de la vista
del investigador descuidado. Las palabras de la inspiración, meditadas en el alma, serán
como ríos de agua que manan de la fuente de la vida.
Estudiar la Biblia puede cambiar la historia
Cuando Miller tenía treinta y cuatro años, se sintió descontento con sus perspectivas. El
Espíritu Santo impresionó su corazón y se volvió al estudio de la Palabra de Dios. En este
libro, Jesús le fue revelado como su Salvador. Encontró en Cristo la respuesta a todas sus
necesidades. Decidió estudiar la Biblia cuidadosamente y establecer, si podía, la respuesta
a los muchos problemas que lo tenían perplejo. Su estudio lo condujo a las grandes
profecías que indicaban la primera y la segunda venida de nuestro Señor. Las profecías del
tiempo le interesaban, particularmente las de Daniel y Apocalipsis.
Miller vivió varios años después del chasco de 1844. Murió en Jesucristo en 1849. Cerca de
su casa en Low Hampton hay una pequeña iglesia que él construyó antes de morir. A pesar
de su incomprensión del evento que debía acontecer en 1844, Dios lo usó para despertar
al mundo en cuanto a la proximidad del fin y a la preparación de pecadores para el
tiempo del juicio.
Los observadores del sábado mantuvieron este énfasis escatológico del tiempo del
fin en el marco hermenéutico básico para el desarrollo de un sistema doctrinal
excepcional y más amplio que incorporaba el concepto de la
purificación del santuario de Daniel 8: 14 y de los mensajes de los tres
ángeles de Apocalipsis 14: 6-12.12 Los componentes doctrinales de ese
sistema de "verdad presente" comprendían tanto aquellas <<doctrinas
escatológicas derivadas del cumplimiento histórico o suprahistórica de
profecías bíblicas específicas del tiempo del fin» como las «doctrinas
históricas de las Escrituras que habían sido pasadas por alto u objeto
de desdén por parte de la iglesia cristiana en su conjunto, pero que
serían restauradas en el tiempo del fin>> .El estudio realizado por Don E Neufeld
sobre las publicaciones de los adventistas observadores del sábado demuestra que
tales cambios estuvieron controlados por siete <<principios hermenéuticos generales
»: (l) <<sola scriptura>>; (2) <da unidad de las Escrituras>>; (3) <<las Escrituras se
explican a sí mismas>>; (4) <<debe darse a las palabras de la Biblia su debido
significado>>; (5) <<la atención al contexto y al trasfondo histórico>>; ( 6) «la Biblia
debe interpretarse atendiendo a su significado llano, obvio y literal, a no ser que se
emplee una figura del lenguaje»; y (7) <<el principio tipológico>>. Neufeld sugiere
que, con posterioridad, los adventistas del séptimo día han introducido
únicamente <<poco cambio en estos principios>>.
Hace algunos días hablaba con un chavo que se llama Oziel. Hablar de la experiencia.
Hoy muchas personas están como el etíope leyendo sin entender, pero Dios esta
buscando gente que como Felipe preguntó “Entiendes lo que lees”
Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para
predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo,
Apocalipsis 14:6