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JUSTICIA PENAL PARA ADOLESCENTES
EN CONFLICTO CON LA LEY PENAL
Contexto
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sencilla, tampoco se ha reflejado idóneamente en los diversos ámbitos previene, en el sentido democrático anunciado más arriba, la actuación
que requieren de más certidumbre y transparencia. discrecional y autoritaria de las autoridades, aun si ésta es justificada a
favor de la protección de un sector de la población, en este caso los
Uno de. estos ámbitos lo constituye la hoy denominada "justicia de infantes y los adolescentes (Ferrajoli, 1999; García Méndez, 2001; Ti-
menores infractores", que como un reflejo de los avances que la crimi- ffor, 2001 y 2002).
nología y la ciencia penal de mediados del siglo pasado, fue instaurada
en el país a partir de la sanción de la Ley que crea los consejos tutela- Desde 1990, fecha de la ratificación de la Convención por parte del
res para menores infractores de 1974. Esta norma modificó el estatus Senado mexicano, se ha entablado un fuerte debate entre los defenso-
de quienes, siendo menores de 18 años de edad, eran acusados de res de la visión tutelar de la ley y quienes propugnan por un sistema
cometer delitos, extrayéndoles del Derecho penal y creando una juris- penal de garantíás especializado para quienes aún no son considerados
dicción especial en la que tenían cabida, además, los niños y adoles- mayores de edad (Moro, 1996). Como es sabido, ese debate produjo en
centes que acusaran una situación de riesgo para sí o para Jos demás, el país tres tendencias: la primera, aquella que ha permanecido en-
claramente reconocida en la doctrina de Ja época como "estado de peli- claustrada en la visión del tutelarismo, en cuyo caso se ha enfrentado
gro" (Salís Quiroga, 1980). No obstante Ja orientación humanista y no sólo una problemática relacionada con las posibilidades abiertas
ostensiblemente a favor de una infancia vista más como víctima que para la violación de derechos de quienes son, desde esa perspectiva,
como victimaria, la orientación tutelar de Ja justicia de menores considerados objetos de tutela y no sujetos de derechos, sino una de no
enfrentó, sin embargo, un fuerte cuestionamiento desde la perspectiva menor importancia que tiene que ver con la franca oposición de las
de los derechos humanos (Azzolini, 1996; González Vidaurri y Sán- leyes que aún siguen vigentes con esa perspectiva frente a la suprema-
chez Sandoval, 1995). Y es que, en efecto, como parte del proceso de cía de la Convención. La segunda tendencia fue el resultado de un
multiplicación y especializas;ión de los derechos humanos acaecido en experimento que, desafortunadamente, se quedó a medio camino entre
el mundo desde la segunda posguerra en el siglo XX, los niños, las la concepción tutelar y una visión acotada de las garantías, misma que
niñas y los adolescentes fueron identificados como un sector que, dio lugar a un modelo ecléctico plasmado en la reforma que en 1991
dadas sus condiciones especiales, requerían también de una protección inspiró a la legislación federal en la materia y que sirvió de modelo
especial. De ahí que una vez promulgada la Declaración de los Dere- para otros estados de la República que la siguieron (Pinto, 2000).
chos del Nii1o por la Organización de las Naciones Unidas, este orga-
nismo internacional promoviera la adhesión de sus Estados-parte a la Aunque esta visión ecléctica tuvo importantes avances, como es el
Convención Internacional de los Derechos del NiFw, tratado interna- caso del afianzamiento del principio de legalidad y la introducción for-
cional que una vez ratificado por los Estados signatarios, forma parte mal del principio de defensa, la construcción deficiente d.et si~~ema Y
de su legislación nacional positiva vigente. la inercia en su operación fueron condición para que, casi rec1en pro-
mulgada, esta ley y el enfoque que inspiró a otras leyes que en el ámbi-
Desde la perspectiva de la Convención, un derecho fundamental de to estatal le siguieron, fuera severamente cuestionada. Allí surge la
la infancia es, justamente, el derecho al debido proceso legal, lo que tercera tendencia, que tiene como finalidad modificar el sistema de
desafortunadamente no se consigue en las visiones tutelares, pues al atención para los jóvenes que entran en conflicto con las leyes penales,
extraer a los infantes y adolescentes del Derecho penal, se les extrajo en función de dos importantes vectores: por una parte, del señalado por
también del sistema de garantías que es la base de legitimación de la Doctrina de la Protección lntegral de los Derechos del Niño impul-
cualquier forma de reacción estatal contra quien es acusado de haber sada por la Organización de las Naciones Unidas, en la q~e convergen
cometido un delito, principalmente, porque dicho sistema de garantías los más recientes desarrollos det Derecho penal garant1sta y de los
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derechos humanos; por la otra, el que muestra la convicción de que una relación de éstos entre sí y con respecto de los jóvenes institucio-
democracia puede y debe ser propulsora de los derechos, en la medida nalizados, y
en la que éstos constituyen la sustancia sine qua non de Ja propia
democracia (Ferrajoli, 2002). 3. Estimar la magnitud de la delincuencia asociada a adolescentes
en el país, desde el punto de vista de la seguridad objetiva y en
Así, en respaldo de este proyecto se encuentra una actitud allanada relación con la percepción que del problema se tiene en la ciuda-
a la necesidad de ir construyendo para México un "Estado Constitucio- danía.
n~I de .Derechos", en el que democracia significa, al mismo tiempo,
vigencia de la ley y respeto de las libertades y derechos de los ciuda-
danos; en donde, como lo afirma el recientemente reformado artículo Hipótesis
primero de la Constitución federal, todas las personas son sujetos de
l~s garantías constitucionales sin importar origen, género, edad, capa- El sistema de justicia de menores infractores, en sus orientaciones tute-
c~dad~~, condición social, preferencias, estado civil o cualquier otra lar y ecléctica, incrementa la vulnerabilidad, en los planos legal, estruc-
s1tuac1on que atente contra la dignidad humana, y donde nadie debe tural y fáctico de los derechos de los jóvenes institucionalizados y no
s:r, contrario sensu, reducido a una condición de objeto de normas que ofrece una respuesta satisfactoria al problema de la delincuencia juve-
solo le regulan pero que no le pertenecen, aun si ello ocurre en nombre nil que se presenta en los fueros estatal y federal.
de su propio beneficio.
Método
Objetivos
El proyecto se desarrolla con perspectiva empírica y combina investi-
~I objetivo general de la investigación es configurar un soporte empí- gación de campo con la comprobación jurídica de argumentos éticos y
rico confiable en los niveles legal, organizacional y de eficacia del penales. Como se señaló en el protocolo, la formulación de la hipóte-
~ctual ."s~stem~ ~e menor~s infractores" que permita articular una polí- sis requiere de diversas aproximaciones metodológicas que exigieron
tica cnmmal valida y factible en materia de justicia de adolescentes en el planteamiento de tres subproyectos de investigación. Cada uno de
conflic~o ~on la ley penal. Como se planteó en el protocolo respectivo, los tres subproyectos persigue la comprobación de una hipótesis espe-
este objetivo general se está cubriendo a partir de tres objetivos espe- cífica y, por tanto, tiene objetivos, bases teóricas y aproximaciones
cíficos: metodológicas particulares. 1 En todo caso, se trata de los siguientes:
1. Comparar los problemas sustantivos y procesales que las legisla- Subproyecto 1 Problemática legal de la justicia de
ciones vigentes en los estados de la República y en materia fede- menores infractores en México
ral presentan respecto de la doctrina integral de los derechos de Subproyecto 2 Aproximación empírica a la justicia de
niñas, niños y adolescentes de la ONU menores en México.
2. Evaluar el funcionamiento cotidiano de las instituciones de Subproyecto 3 Fenomenología de la delincuencia
menores -basadas en los modelos tutelar y ecléctico- ponien- juvenil en México.
do énfasis en su diseño organizacional, en la aplicación de sus
1 Los detalles del protocolo de investigación están en www.inacipe.gob.mx/htm/
marcos normativos, en la actitud de sus agentes, así como en la
Investigacion/ProyectoLuis. htm 1
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n.eces1dad o economía penal, lesividad del acto, materialidad o exterio- ción únicamente a aquellas que custodian derechos es, naturalmente, el
ri_dad?e la ac~ión, culpabilidad o responsabilidad personal, jurisdic- minimalismo penal.
c10nahdad estricta y lata, el principio acusatorio, el de verificación o
carga de la prueba y el de contradicción o de defensa. Como Jo afirma Ferrajoli plantea una relación de opuestos que de un !ad~ muestra la
el propio autor: implicación entre modelos decisionistas, autoritarios y maximalistas
frente a la implicación de modelos cognoscitivistas, garantistas y mini-
Estos diez principios, ordenados y conectados aqui sistemáticamente definen malistas. De ahí que un sistema penal con estas características repre-
[ ... ]el modelo garantista del derecho penal, esto es, las reglas del juego funda- senta un modelo ideal que funciona como criterio contrafáctico para la
~entales ?el derecho penal. Fueron elaborados sobre todo por el pensamiento
ms~~turallsta de los siglos XVII y XVIII, que los concibió como principios valoración de grados de garantismo de modo tal que, a mayor ausen-
P.olltlcos, .morales º.naturales de limitación del poder penal «absoluto». y han cia de garantías, mayor el grado de autoritarismo, y viceversa. Con
sido ulter10rmente incorporados, más o menos íntegra y rigurosamente, a las base en ese modelo contrafáctico, el ejercicio desarrollado en esta fase
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de la investigación consistió en la c@mprobación de los sistemas de Cuadro 1. Características de los modelos de justicia
menores infractores de los estados de la República y el Federal, para de "menores infractores" en lY!éxico
conocer, como se plantea en la hipótesis, el grado de garantismo que
suponen.
Modelo Tutelar Modelo Ecléctico
Criterios de
(inspirado en la (inspirado en la
comparación
reforma de 1974) reforma de 1991)
Resultados
Predominante asistencial con
Concepción del
Asistencial elementos formalmente
Los resultados de la expforación muestran claramente que estas leyes sistema
garantistas
se mueven a lo largo de un continum que tiene, en un extremo, a los
Concepción del
modelos tutelares y, en el otro, al modelo de la ley federal de 1991 que iníractor
lnimputablc e irresponsable lnimputable e irresponsable
por su naturaleza puede denominarse "ecléctico". A lo largo del conti-
No hay delito sino una línea que No hay delito sino faltas admi-
num, en todos los· casos se encontraron situaciones que, para efectos Concepción del
va del estado de peligro a las nistrativas que en los adultos
delito
prácticos, pueden resumirse en dos grandes tendencias cuyas caracte- faltas administrativas constituyen delitos
rísticas aparecen en el Cuadro 1. Criterio de Basta con acreditar el estado Comisión de faltas que en los
intervención estatal de peligro adultos constituyen delitos 1
Concepción No se aplícan penas sino medí- No se aplican penas sino medí-
1
del castigo das de seguridad das de seguridad 1
1 Resolución de un consejero
Mecanismo para Resolución del comité técnico
sobre la base de la evaluación
validar la imposición sobre la peligrosidad o estado de
1 de personalidad del comité
de la sanción peligro del "adolescente" 1¡
técnico
1
I Papel que juega Constituye un criterio para deci- Constituye un criterio para decí- !
¡ el límite de la dir la sujeción al sistema tutelar dir la sujeción al sistema de 1
Lógicamente,. e~ realidad, de SG 2 se pueden sustraer uno o más axiomas cua- Ausente, la medida se impone en
Ausente, Ja medida se basa en el
lesq.mera Y ongmar ~sí un~ cantidad innumerable de sistemas penales de distin- 1 Culpabilidad
función de la personalidad
diagnóstico de la personalidad
del niño o adolescente
to tipo. En la práctica, sm embargo, el número de estos sistemas se reduce ' del autor y no en el acto
notablemente si se con~idera que muchas de sus garantías presuponen otras a institucionalizado
falta d7 las cuales también ellas sucumben o, en todo caso, resultan debilitad~s.
.
( Op. Clt.: 97) Ausente, no hay jurisdicción Ausente, los Consejos de Meno·
Jurísdiccionalidad
sino Consejos de Tutela res están fuera de la jurisdicción '
Presente en la medida en que a) Modelos de proceso penal autoritario, o de mera legalidad, que
Necesidad Ausente, no hay delitos se remite al Código Penal de derivan de la sustracción de los principios de carga de la prueba y del
Adultos
derecho a la defensa. Aunque acusación y defensa pueden estar formal-
mente expresados en el sistema, en sentido lato, la naturaleza de los
sistemas de proceso penal autoritario no permite la decidibilidad de la
verdad procesal de las conclusiones jurídicas apoyadas por ellas; supo-
nen, por tanto, que acusación y defensa no son verificables ni re-
2
Así abrevia e! autor Sistema de Garantías, referido a la totalidad de Jos axiomas futables, sino sólo argumentables. También es posible denotar en este
del modelo garant1sta.
modelo a los sistemas sin acusación separada o inquisitivos que en la
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~edid~ e~ que no_ distinguen entre acusación y juicio influyen en la estadio, como justicia completamente 'sustancial', 'material', 'suma-
1mparc1ahdad del Juez. Como lo hace notar Ferrajoli, la afectación del ria' o 'equitativa'." (!bid: 102-103).
principio acusatorio termina afectando la presunción de inocencia Ja
carga de la prueba y el principio de refutación e, incluso, a la ause~cia A partir de esta tipología, y teniendo en cuenta el grado de garantis-
de ~rue~~s Y defensa, así: [e ]s evidente que en estos casos, al faltar la mo de los sistemas de menores infractores vigentes en México, es posi-
oblzf!~c~on de probar y la posibilidad de contradecir las imputaciones, ble afirmar lo siguiente:
los ;uzczos penales terminan por informarse mediante criterios mera-
mente sustanciales y de autoridad (!bid: 99). 1. Los sistemas de orientación tutelar constituyen claramente mode-
los punitivos irracionales de "mera prevención", pues como es
b) Modelos de Derecho penal autoritario, que pueden ser objetivis- claro la ausencia del principio de retribución afecta a las garan-
tas cuando la garantía sustraída es la de culpabilidad, como en los tías que le preceden. Al no haber un reconqcimiento expreso del
modelos de la responsabilidad objetiva, o bien subjetivistas cuando se carácter penal del sistema, ni los principios sustantivos ni los
neutralizan los principios de acción y de defensa. Como afirma el principios procesales se hacen nec.esarios, con lo que se cancela
autor, los modelos subjetivistas se caracterizan por el hecho de que las toda posibilidad de fundar las decisiones que se toman dentro del
figuras legales de delito, contra los principios liberales del utilitaris- sistema en referentes judiciables, acotados a hipótesis taxativa-
. mo penal Y de la separación entre derecho y moral, son privadas de mente establecidas de intervención y a un número limitado de con-
referencias empíricas y se construyen predominantemente con referen- secuencias que se siguen del establecimiento de una verdad que
cza ~la subjetividad desviada del reo (!bid: 100). Dado que el sistema emerge del propio proceso y que, por lo tanto, encuentra en éste
no tiene como referente hechos taxativamente denotados en las leyes su principal criterio de validez. En cambio, como es claro erí. estos
penales se toma sustancialista y decisionista, de modo tal que confi- sistemas tutelares, en tanto que las decisiones se basan en crite-
gura esque~as pen~les de autor. Así concebido, el sistema no regula rios subjetivos, sobre la base de argumentos sustanciales que no
comportamientos, smo que constituye estatus subjetivos directamente son refutables ni empíricamente verificables (como es el caso de
criminalizables. Ja peligrosidad o la desadaptación) o bien en subjetividades pre-
constituidas (como el estado de peligro o la categoría de menor
e) Modelos punitivos irracionales, pre-penales o extra-penales. Los infractor), la multiplicidad de racionalidades (científicas, mora-
modelos pre-penales son de "mera prevención"; carecen expresamen- les, culturales) que se ponen en juego incrementa el espacio para
te del principio de retribución y suprimen del todo la relación entre el decisionismo y, en consecuencia, para el autoritarismo.
hecho Y d~lit~; La punición asume la forma de una medida preventiva 2. Los sistemas eclécticos, por su parte, constituyen ejemplos de
de la desv1ac10n. En palabras de Ferrajoli, resulta "evidente el carác- modelos de proceso y de Derecho penal autoritarios. Son mode-
ter ~esiguali:~rio a~emás de puramente decisionista de este esquema los de proceso penal autoritario porque, aun cuando reconocen de
d~ zntervenczon (Ibzd: 102). Los sistemas extra-penales representan o modo explícito los principios de acusación, defensa y contradic-
bien el llamado "estado policial", cuya característica es la ley en blan- ción, en los hechos, el rol privilegiado de la acusación termina
co que permite la intervención, incluso, sin que medie J. uicio· o bien el anulando a la defensa, de modo que no hay contradicción, Y en
" estado patriarcal""
. '
... no vinculado a ningún criterio preestablecido ni consecuencia, tampoco hay forma de hacer derivar la resolución
d~ hecho ni de derecho, sino remitido a la buena voluntad del prín- final de la verdad procesal. En ese sentido, los sistemas eclécti-
czpe, de los notables, del sabio bajo el árbol o quizá del pueblo en el cos son ejemplo de modelos de Derecho penal autoritario en la
medida en la que se identifican claramente con sistemas subjeti-
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v~stas', p~es est~n destinados a valorar al autor y, con base en el delito por las leyes penales y tengan entre doce ai'los cumplidos y menos de
diagnostico de su personalidad, a determinar las medidas, dejan- dieciocho afios de edad, en el que se.garanticen los derechos fundamentales que
do de. lad?. la consideración acerca del hecho. La desafortunada reconoce esta Constitución para todo individuo, así como aquellos derechos
específicos que por su condición de personas en desarrollo les han sido recono-
combmac1on de autoritarismo procesal y penal hace que los sis-
cidos. Las personas menores de doce afios que hayan realizado una conducta
temas eclécticos terminen por anular las garantías que formal- prevista como delito en la ley, sólo serán sujetos a rehabilitación y asistencia
ment~ consideran, dejando a salvo, apenas, aquellos principios social.
que suven para delimitar el sistema de "menores infractores" La operación del sistema en cada orden de gobierno estará a cargo de institucio-
re~pecto. del sistema penal de adultos, por una lado, y del sistem~ nes, tribunales y autoridades especializados en la procuración e impartición de
asistencial para niños e inimputables, por el otro lado. justicia para adolescentes. Se podrán aplicar las medidas 'de orientación,
protección y tratamiento que amerite cada caso, atendiendo a la protección
íntegra! y el interés superior del adolescente.
Discusión Las formas alternativas de justicia deberán observarse en la aplicación de este
sistema, siempre que resulte procedente. En todos los procedimientos seguidos
a los adolescentes se observará la garantía del debido proceso legal, así como
.La totalidad .de los sistemas que actualmente tienen vigencia en Méxi- la independencia entre las autoridades que efectúen la remisión y las que impon-
co en matena de adolescentes que infringen la ley penal adolece de gan las medidas. Éstas deberán ser proporcionales a la conducta realizada y
problemas ~ustantivos Y procesales que los revelan como sistemas con tendrán como fin la reintegración social y familiar del adolescente, así como el
pleno desarrollo de su persona y capacidades. El internamiento se utilizará
e.levados rnvel~s ?e
decisionismo y, consecuentemente, con un alto sólo como medida extrema y por el tíempo más breve que proceda, y podrá
nesgo d.e a~tonta.r!smo. A estos problemas, que en el fondo son proble- aplicarse únicamente a los adolescentes mayores de catorce ailos de edad,
mas de JUstlficac10n, habría que añadir otros que a continuación se de- por la comisión de conductas antisociales calificadas como graves.
sarrollan:
En otros espacios he manifestado la crítica a la redacción final del
nuevo texto de este artículo constitucional que, en mi opinión, no logró
1. Ausencia de fundamento constitucional para un sistema de justicia evitar la inercia del positivismo criminológico que ha sido el funda-
juvenil mento ideológico del tutelarismo. Sin embargo, no soslayo la impor-
tancia que esta modificación constitucional implica por el impacto que
~u~ ~uando ha sido un problema señalado con frecuencia, la llamada tendrá en la totalidad de los sistemas que actualmente se identifican
;usticza de menores experimenta cambios de la mayor relevancia. Este con el tratamiento de menores infractores, resolviendo de una vez por
momento es~ s~gnado por la reciente aprobación, primero en el Sena- todas, junto con el problema de la ausencia de fundamento constitucio-
do, de la Re~ubhca, luego en la Cámara de Diputados, y finalmente en nal, al menos los siguientes problemas:
mas de la mitad de los congresos locales, de una modificación al texto
d~ los párraf?s quinto y sexto de la Constitución Federal, que produci- ~ El problema de la indeterminación de la edad de imputabilidad
ra _un efecto Importante en los sistemas de menores vigentes hoy en el penal que, como se sabe, hoy se expresa en la existencia de
pa1s. El texto de la reforma es el siguiente: diversos límites que van de los 16 a los 18 años de edad a lo
largo del país. La reforma deja claro que este límite debe situar-
Artículo 18. ( ... ) se en los 18 años.
La Federac.ión, los Estados y el Distrito Federal establecerán, en el ámbito de
sus resp~ct1vas comp.etencias, un sistema integral de justicia que será aplica- ~ El problema de la edad mínima de intervención del Estado en
ble ª quienes se atnbuya la realización de una conducta tipificada como los casos en los que una persona menor de edad realiza una con-
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ducta ti~ificada en la ley penal que, de acuerdo con la reforma, 2. El problema de la imputabilidad y de la responsabilidad de los ado-
queda fijada en los 12 años.
lescentes
El problema relacionado con la diversidad de criterios que hoy Aun cuando el texto del nuevo artículo 18 no le llama claramente por
da lugar a la intervención de los sistemas de menores, especial- su nombre, en los hechos establece las bases para que las legislaturas
mente los de orientación tutelar y que, de acuerdo con el nuevo locales y federal emitan leyes de responsabilidad penal para adolescen-
texto del artículo 18, se remite de modo especifico a la realiza- tes, con lo que resuelve también, de modo indirecto, el debate en torno
ción de actos tipificados por la ley penal. al tema de la responsabilidad de los jóvenes frente a los códigos pena-
les asumiendo los avances de una doctrina garantista de la imputabili-
El problema relacionado con la aplicación de medidas que, bajo dad penal que ha sido ampliamente acogida en prácticamente todos los
la denominación que sea, suponen la privación de libertad a países de Latinoamérica, documentada para nuestro contexto por Juan
niños y adolescentes, al establecer una franja para que esto ocu- Bustos (s.f.), tanto como por Mari Beloff (2005).
rra sólo a quienes tienen entre 14 y 18 años.
En lo que se. refiere a Bustos, el juicio de imputabilidad reconoce
~I problema de la dependencia actual de quien acusa, quien dos niveles:
Juzga Y quien defiende; al plantear expresamente la independen-
cia entre juez y acusador. [ ... ] un primer nivel ineludible en un Estado social y democrático de derecho,
que [implica que] el sujeto so.bre .el .qu.e :~cae. es una ?ersona huma~a Y por tanto
no se puede hacer ninguna d1scnmmac10n m en razon de sus cualidades perso-
En otros términos, la inminente reforma al artículo 18 constitucio- nales ni tampoco por el grupo o sector personal al cua~ pertenezca; ~pero ade-
más hay un segundo nivel que sup~ne que] el ~stado tiene qu~ cons1.derar que
nal proporciona la base para que los estados y la federación legislen la
respecto de ciertas personas determmadas necesidades ~o h~n sido s~t1sfechas Y
creación de un sistema especial de responsabilidad referido a personas que por tanto se dan respecto de ellos obstáculos que 11np1den o d1~cultan las
a las que, teniendo entre 12 y 18 años de edad, se atribuya la comisión condiciones para su libertad e igualdad y de los grupos en que se mtegran, o
de una c.onducta tipificada como delito por la ley penal, previendo que bien, no aparece suficientemente garantizada su partici~a~ión. Luego respecto
de estas personas su responsabilidad por los hechos dehct1vos que cometan no
las medidas que suponen privación de libertad sean aplicables sólo a puede ser igual a las de otros en que ello no sucede.
3
niega, sin embargo la existencia de un injusto, pero en el caso en el que pennitirá, en los términos anotados más aba~o, el desarrolÍo d~ l.eyes de
éste sea atribuido a un adolescente, lo que esta consideración plantea responsabilidad de adolescentes que realizan conductas tipificadas
es que la responsabilidad la enfrenta el joven, no respecto del sistema como delitos en la ley penal.
penal, sino frente a otros ámbitos sancionadores coactivos. La capaci-
dad del adolescente para responder no es negada, como se evidencia,
sino limitada a un sistema en el que la exigencia es diferente, porque 3. El problema de la diferenciación sistémica. Bases para una ley tipo
supone criterios diferentes a la del sistema penaL
Plantear la existencia de un ámbito diferenciado para la justicia de ado-
En la perspectiva de Mari Beloff, es justo el reconocimiento de que lescentes que infringen leyes penales supone la necesidad ~e resolver
los adolescentes tienen derechos, lo que permite exigirles responsabi- la siguiente disyuntiva: en el caso de los adolescentes en conflicto. con las
lidades. Para esta autora, leyes penales, ¿debe crearse un sistema independiente o uno mterde~
pendiente respecto del sistema penal de adultos?
[ ... ]la idea de responsabilidad en los adolescentes es central desde la perspec-
tiva de su integración social, porque diflcilmcnte alguien puede constituirse En opinión de quien esto escribe, la respuesta ideal supondría, para
como ciudadano pleno si no logra vincularse de alguna manera con sus actos y
comprender el significado disvalioso que los delitos que comete tienen para la efectos de un control estricto de las garantías sustantivas, procesales y
comunidad en la que vive (!bid: 36). de ejecución, un sistema totalmente independiente, lo que implica un
código de responsabilidad juvenil, un C:ódigo proce.sa.l ~ar~ adolescen-
Así, tácitamente, el nuevo texto del artículo 18 constitucional acep- tes y, naturalmente, instituciones destmadas al e?Jm.c1am1ento y .ª la
ta que a los adolescentes cabe responsabilidad por los actos que trans- sanción de adolescentes. Sin embargo, aunque en termmos de segundad
greden las normas penales, aunque rio como imputables frente al jurídica ello supone la opción correcta, lo cierto es que por razones.de
sistema penal, sino como responsables frente al sistema de justicia diversa índole la mejor de las posibilidades radica en la construcción
juvenil. Reconoce, por lo tanto, de m.odo tácito, que el juicio de impu- de un sistema interdependiente que, fijado claramente en los principios
tabilidad no discrimina en función de los atributos de la persona o de del garantismo penal, pueda interactuar con el sistema penal de adul-
sus capacídades -pues, por lo demás, ello contravendría el artículo tos, en particular con los códigos penales y ~~oces.ales, a~í.~omo ~n l.o
primero de la propia Constitución federal- sino de las interferencias que se refiere a las instituciones de procurac1on e 1mpart1c1on de JUStl-
que a su capacidad de respuesta producen los obstáculos que, en virtud . cía y eventualmente en las de ejecución de penas. ·
de su especial posición dentro del sistema social, se imponen a la satis-
facción plena de sus necesidades. Desde luego, para que esta interdependencia no vulnere las garan.tí-
as de los adolescentes, se hace necesario un diseño institucional estric-
A partir del nuevo texto del artículo 18 constitucional se infieren, to, fundado en una ley que, en esencia, es una norma destinada a la
por tanto, tres tipos de respuesta diferenciada, asociada a tres decisio- posítivación de los principios que legitiman la intervención sanciona-
nes de política criminál que el Estado mexicano da en relación con la dora coactiva del Estado y que no son otra cosa que los que se expre-
comisión de delitos: el sistema penal de adultos en el que se ha decidi- san en las garantías constitucionales y en los derechos reconocidos por
do que los adultos son imputables y responsables; el sistema de justicia todos los ordenamientos que son aplicables a niños y adolescentes en
juvenil en el que se ha decidido que los adolescentes son inimputables el país. Ello significa que la ley debe constit~ir u.n _límite a la a~lica
y responsables, y un ámbito en el que se ha resuelto que los niños son ción de los códigos penales y prowsales y al ejerc1c10 de los funciona-
inimputables e irresponsables. Con ello se plantea un escenario que rios que dentro de las diversas organizaciones del sistema penal
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--policías, agentes del Ministerio Público, jueces, magistrados y eje-
prevea la ley; el principio de especialización, que supone que- toda
cutores de penas- tienen que ver con los adolescentes.
pesona que interviene en el sistema de justicia juvenil debe ser espe-
cialista en el trato con jóvenes, pero de modo fundamental en el cono-
Por esa razón, la ley debe construirse en dos partes fundamentales:
cimiento del marco de protección de sus derechos; el de celeridad
una parte dogmática, destinada a agotar los principios de política
procesal que exige a todas las autoridades involucradas una actuación
criminal y ético-jurídicos -sustantivos, procesales y de ejecución-·
expedita a favor de los adolescentes sujetos a proceso; el de flexí~ili
Y otra parte orgánica, destinada a desarrollar los criterios que crearán;
dad que evita la rigidez de las decisiones y el formalismo en la aplica-
normarán el funcionamiento del sistema de justicia juvenil como una
ción de las normas. También debe incluirse el principio de equidad que
especie de subsistema dentro de las organizaciones de pr¿curación e
propone el mismo trato en todas aquellas circunstancias en las que pue-
impartición de justicia y ejecución de penas destinadas a los adultos.
de haber discriminación; el de protección integral que hace responsa-
bles a las autoridades de cualquier circunstancia que atente contra
Parte dogmática quien está siendo investigado, enjuiciado o sancionad?, y el princ~pio
de reinc01poración social, que propone para las sanciones una onen-
tación de prevención especial positiva, dirigida al momento en el que
La parte dogmática está destinada a positivar los principios de política
e.l joven sancionado volverá a su entorno social y familiar.
~riminal y ético-jurídicos que regirán Ja ley. En el lenguaje del garan-
t1smo, se trata del deber ser al que debe responder tanto la interpreta-
Como puede observarse, el apego irrestricto a estos principios otor-
ción ~orno la aplicación de los preceptos que la conforman, pero
ga al sistema de justicia para adolescentes una perspectiva en la que ~¡
ademas de toda otra disposición legal que tenga que ver con el ámbito
Derecho penal es visto no sólo como un mecanismo que próvee de cn-
de lajusticiajuvenil. En ese sentido, los principios de política criminal
terios para sancionar con certeza a quien delinque, sino más allá, como
ri.gen, ~l c~nt~x:o de .interpretación de la ley, mientras que los princi-
un sistema destinado a proteger, en todo momento, los derechos de,
pios et1co-Jund1cos ngen el de su aplicación.
quien lo enfrenta.
Entre los primeros fundamentos es necesario incluir, de modo
Por su parte, los principios ético-jurídicos rigen Ja aplic~ci?n de la
expreso, el principio del interés superior del niño que exige que las
ley. Por principios ético-jurídicos debemos entender los lurntes que
nor~as contenidas en Ja ley deban ser interpretadas siempre para ga-
desde una perspectiva de validez centrada en los d~rec~os h~m~~os
rantizar Y nunca para restringir los derechos que para los adolescentes
permite legitimar el modelo desde dentro de la rac10naltdad .iund1,ca
establecen los instrumentos de protección nacional e internacional
con la que funciona. Tales principios exigen el ?esarr~llo de ga~antias
sobre este sector de la población. Deben incluirse, asimismo, dentro de
que, como se expone enseguida, validan el func1onam1ento del sistema
estos principios de política criminal, la mÍnima intervención, que debe
en los niveles sustantivo, procesal y de ejecución.
queda~ expresada en el limitado catálogo de posibilidades que permi-
ten ~UJetar a un adolescente en los términos de la propia ley y, como se
ha dicho, no en aras del interés sobre el delito o su autor, sino de la evi-
Garantías sustantivas
tación de intervenciones autoritarias; de subsidiariedad, que debe atra-
vesa~ todo el ordenamiento, garantizando que la sujeción a proceso, la
A partir del reconocimiento de la calidad de sujeto del ~dolescente Y de
sanción Y la privación de libertad constituyan, en cada caso, la última
la capacidad para asumir una responsabilidad sobre sus act~s, .la ley
entre las posibilidades que para resolver la situación del adolescente
debe afianzar el principio de legalidad, de modo tal que el entena que
112 LUIS GONZÁLEZ PLACENCIA JUSTICIA PENAL PARA ADOLESCENTES EN CONFLICTO ... 113
legitima la intervención es, precisamente, la comisión de conductas como ésta es la de garantizar que toda persona que llegue al sistema de
que transgreden una norma penal, con lo que se traza un límite claro justicia juvenil, si no ha cumplido aún los 1&años de edad, y en ca.so
entre los ámbitos punitivo y asistencial. Explícitamente, la ley debe de requerirlo, tenga oportunidad de participar de estos programas socia-
prescribir que son sujetos de la misma quienes teniendo entre 12 y 18 les sin importar que esté o no sujeta a proceso. Por lo demás, en ta~to
años hayan sido imputados por la comisión de un hecho tipificado que se prevén procedimientos breves, si el ado~e~cente no queda SUJ~
como delito en la ley penal, con lo que se separa de una vez el sistema to a una medida que lo impida, la ley debe ant1c1par que pueda seguir
de límites al poder punitivo del Estado que se activa justo con la pre- adelante, de manera voluntaria, con los programas sociales en los que·
sunción de haber cometido una conducta prohibida, del conjunto de participe; si queda sujeto a medida y ésta es compatible c~n los progra-
servicios que constituyen prestaciones públicas positivas exigibles al mas sociales, puede también seguir adelante con ellos; s1, finalmente,
Estado -y que no pueden condicionarse ni al comportamiento ni a la la medida es incompatible, lo cual sucede sólo en los casos en los que
situación ni a ninguna otra consideración acerca del menor- que son haya privación de libertad, el adolescente deberá·ser adscrito.a pr~gra
las que constituyen el denominado ámbito asistencial. mas específicos -en los que se hagan valer sus derechos, mclmdos,
desde luego, los sociales.
Esta distinción no invalida la obligación que el Estado tiene de
proteger y fomentar los servicios de asistencia social para los niños y Una característica fundamental del sistema de garantías sustantivas
adolescentes que así lo requieran, sino que eBo se da de modo indepen- radica en la protección del principio de retribución, que prevé que toda
diente al hecho de que queden sujetos o no al sistema de responsabili- sanción prevista en la ley se siga necesariamente de la certeza de que
dad frente a la comisión de conductas tipificadas en leyes penales. De quien la recibe lo hace porque se ha verificado durante el ~roces?
hecho, la ley debe establecer el deber de estas instituciones de ofrecer, que cometió un hecho prohibido por las leyes pen.ales. Lo antenor ev~
a quien lo necesite, el apoyo _al que tiene derecho en los términos de la tará dos graves situaciones existentes hoy en el sistema tutela:: la pri-
legislación que sobre la materia rige en el Estado mexicano. Ello debe mera relativa a la posibilidad de que al adolescente se le aphque una
considerarse en dos niveles: en primer término cuando el presunto res- medida por haber cometido infracciones a re~lamentos cívicos. o aban-
ponsable es un niño o una niña que aún no cumple los 12 años de edad dos gubernativos; la segunda, más grave aun, que se le aph~ue una
--caso en el cual, como prevé el nuevo texto constitucional, no hay medida sólo por estar en "situación de peligro", sin ~ue ~e requte.ra que
responsabilidad ni imputabilidad-, pero ajuicio del Ministerio Públi- haya actuado siquiera. Sin embargo, el carácter retributivo del sistema
co sus derechos se encuentran amenazados o violados, en cuyo caso un de justicia juvenil de ningún modo signific~ una r.e~uncía a los ~ne~ ~e
articulo específico tendrá que establecer la potestad de la autoridad la prevención especial positiva, en el sentido ex1g1do por el prmc1p10
ministerial para enviar al niño o niña a una institución de protección de reincorporación social. Sobre el particular cab~ decir que se P:?po-
social, sea ésta del Estado o privada. ne una definición garantista que hace de la finalidad de la sanc1on la
posibilidad de otorgar al adolescente sancionado una expe~ienci~ de
El segundo nivel, compatible con el primero, debe obligar a las ins- legalidad, con lo cual se buscan dos cosas: por una ~art~; evitar la ms-
tituciones del Estado con competencia en el ámbito de la protección de trumentalización del adolescente a través de su sujec10n a un trata-
derechos de niños, niñas y adolescentes a ofrecer asistencia social a miento de "adaptación social" que, además, resulta contrafáctico. Por
quienes así lo requieran, sin que para ello importe que hayan quedado otra parte, se busca orientar las medidas ha~ia la ~o~secución ~e un
o no sujetos a proceso, teniendo en cuenta que en todo caso dicha aten- ambiente en el que prive la ley como mecamsmo vahdo de conviven-
ción debe ser voluntaria y estar acorde con las normas estatales, fede- cia armónica, en el que los derechos de todos se exijan. y ~e respe~en Y
rales e internacionales en la materia. La intención de una disposición en el que todo ello funcione como base para el aprendizaje emoctonal
114 LUIS GONZÁLEZ PLACENCIA JUSTICIA PENAL PARA ADOLESCENTES EN CONFLICTO ... 115
de alternativas de solución a los conflictos fundadas en la educación problema de la indeterminación de las medidas presente en los mode-
para la paz y otros enfoque similares. Como se ve, no hay un abando- los federal y tutelar hoy vigentes. En especial, ello debe ocurrir en los
no del tratamiento, sino más bien una reorientación que busca darle un casos en los que la medida que se tome implique la privación de li-
contenido cívico y de cultura de legalidad al mismo, lo que implica bertad.
aceptar que los adolescente que entran en conflicto con la ley son, en
línea de principio, normales, que de su situación es corresponsable la
sociedad y que lo menos que puede hacer la institución a la que llegan Garantías procesales
en tal situación es no empeorarla.
El procedimiento en la justicia de adolescentes en los términos del
Por su parte, los principios de materialidad y responsabilidad limi- modelo de garantías se rige por los principios de oportunidad, oralidad,
4
tada deben positivarse a través de disposiciones expresas que prohíban inmediatez, celeridad, concentración, publicidad y contradicción.
toda posibilidad de procesar a un adolescente por cometer actos que no
producen un daño material, o bien, de aquellos que poseen un carácter El principio de oportunidad supone ·1a posibilidad de resolver ante
culposo o que implican la inobservancia de deberes de cuidado. Estos el Ministerio Público el conflicto que da origen a su intervención, con el
principios buscan que la justicia de adolescentes evite imputar a un pleno compromiso del adolescente y la plena satisfacción de la víc-
joven comportamientos que ocurren por accidente o por responsabili- tima. En el sentido de los principios de mínima intervención y de sub-
dad de un adulto, reconociendo las dificultades que formal y material- sidiariedad, el de oportunidad privilegia la posibilidad de generar
mente se presentan para dar a los adolescentes calidad de garante sobre arreglos entre la víctima y el adolescente imputado con miras a resol-
bienes jurídicos en situaciones que escapan a su control, y limitando, ver el conflicto, lo que desde el punto de vista filosófico limita las posi-
por tanto, la responsabilidad a los casos en los que es evidente que el bilidades de fundamentalismo penal, y desde el material, coadyuva a la
joven actuó sabiendo que causaría un daño. funcionalidad del sistema y a que el proceso y las medidas de sanción
queden sólo para aquellos casos más graves. De hecho, en caso de
A su vez, el principio de culpabilidad debe ser garantizado con la haberse iniciado el proceso, la ley deberá prever el predominio, duran-
previsión de derecho de acto de modo tal que se prohíba que la res- te toda esta fase, de oportunidades diversas que se ofrecen al juez para
ponsabilidad se finque a los adolescentes con base en criterios no judi- evitar el juicio a través de la instauración de un modelo de justicia res-
ciables, tales como la personalidad, la vulnerabilidad biológica, la taurativa en la mayoría de las hipótesis en las que el sistema intervie-
temibilidad o la peligrosidad. El precepto que resguarde este principio ne. Este principio debe operar, también, una vez que ha sido inevitable
debe garantizar que las decisiones que se tomen sobre el adolescente
se ajusten estrictamente a su conducta en tanto que ésta sí constituye
un elemento debatible y empíricamente comprobable y refutable. 4 Otros derechos procesales son desarrollados, por ejemplo, por J. Rodríguez
(2003 ). Entre ellos destacan Jos relacionados con los principios de la doble instancia Y
de conexidad procesal, así como aspectos relacionados con la estructura del proces.o
Por último, la ley debe incorporar también el principio de propor- en los que se incluyen problemas relacionados con la indagación premi!ítar, las medi-
cionalidad, que en los términos del nuevo artículo 18 constitucional das cautelares, la flagrancia, las pruebas, los traslados, las audiencias, sentencias, cesa-
busca equilibrar el tipo y la intensidad de las sanciones con las conduc- ción de los procedimientos y autoría y participación. La mayoría de estos aspectos han
sido desarrollados en la propuesta de ley tipo que constituye un subproducto de. esta
tas cometidas. En tanto que el modelo debe remitirse al Código Penal, investigación y que ha sido la hase para las iniciativas de ley que han sido enunciadas
es deseable que la ley defina de modo taxativo qué tipo de sanciones más arriba. Un amplio desarrollo de la temática procesal en materia de adolescentes
deben aplicarse, en qué casos y por cuánto tiempo, para resolver el puede verse en Sala i Donado (2002).
116 LUIS GONZÁLEZ PLACENCIA JUSTICIA PENAL PARA ADOLESCENTES EN CONFLICTO ... 117
1. durante la ejecución se impongan sólo las medidas que el juez ·En conjunto, todos los principios mencionados se a11iculan sistém~
determinó· camente, como se ve, otorgando coherencia y certidumbre a la totah-
' dad de los actos que el propio sistema involucra e, incluso, generando
2. la: conductas que se consideran faltas en los centros de interna- criterios para la decisión en clave garantista de aqueflas situaciones .no
miento estén taxativamente establecidas en el reglamento; previstas. El desarrollo de estos principios en la ley es el que clara a
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120 LUIS GONZÁLEZ PLACENCIA JUSTICIA PENAL PARA ADOLESCENTES EN CONFLICTO ... 121
dicho instrumentó normativo la condición de límite que la convierte, que la vulnerabilidad de los derechos de los adolescentes sea menor
en efecto, en referente para la aplicación e interpretación del sistema. -o por lo menos que no sea mayor- que aquella que se registraba
Sin embargo, aún quedan por resolver al menos dos problemas más: el para él cuando fue sustraído de su comunidad. Lo anterior impone un
primero, que se encuentra relacionado con el debate entablado, en deber para los órganos de ejecución de medidas que requiere de sabe-
especial desde el tutelarismo, por el tratamiento; el segundo, que se res técnicos especializados que sean capaces de transformar la concep-
refiere al diseño institucional del sistema. ción positivista del tratamiento en un ejercicio destinado a brindar al
adolescente que es sujeto de una medida, una experiencia de legalidad,
con miras a la construcción de ciudadanos responsables. La lógica de
4. El problema del tratamiento esta propuesta supone replantear el problema y reorientar su solución:
replantear el problema significa colocar el problema del delito en el
El concepto "tratamiento" tiene su principal antecedente en los mode- ámbito de la responsabilidad frente a los derechos de los otros, y no
los médicos. En el campo jurídico ha sido traído por la criminología como hace el positivismo, en la peligrosidad de los autores; reorientar
clínica y por otras aproximaciones allanadas al paradigma del positi- la solución supone, por tanto, coadyuvar en la restauración de las con-
vismo científico. El concepto, por tanto, no es neutral sino que respon- diciones que permiten construir esa responsabilidad en el seno de una
de a una cierta ideología que en el campo de los sistemas penales y cultura de derechos, y no como hace el positivismo, en la readaptación
pre-penales se ha expresado en el peligrosismo y en las concepciones del infractor.
dominantes en el _campo de la prevención especial positiva asociadas a
lo que algunos autores llaman "ideologías re" (re-adaptación, re-socia- Desde esta perspectiva, la noción de tratamiento se toma funcional
lizaeión, re-personalización, re-integración, re-incorporación). Existe a los derechos y no se opone al modelo de las garantías, porque al tiem-
una: basta literatura sobre el sustrato ideológico de estos modelos, de po que propone criterios para construir al adolescente como ciudada-
modo que sólo es pertinente recordar que, en todo caso, conciben al no, debe controlar también que las circunstancias de la ejecución no se
autor de hechos delincuenciales como un desviado respecto de paráme- opongan a este fin -por ejemplo, vigilando, controlando y resolvien-
tros de normalidad que, según la aproximación teórica de quienes usan do la aparición de fenómenos de ilegalidad durante la ejecución, espe-
tal categoría, está referida a la biología o la psicología del delincuente, cialmente cuando hay privación de libertad. Sin embargo, dado que los
o bien a su comportamiento social. Huelga abundar en los efectos dis- criterios de un tratamiento así concebido pueden en los hechos extra-
criminatorios que tales concepciones tienen, especialmente, cuando se viarse de nuevo hacia la psicología, la sociología o la pedagogía, la ley
los refiere a niños o adolescentes. De todos los conceptos menciona- debe incorporar disposiciones que permitan separar los ámbitos jurídi-
dos, el único que puede ser descontextualizado respecto de la ideolo- co y técnico, otorgando a éste último relevancia en todos aquellos
gía positivista y reconducido al marco de derechos es el de momentos en los que una decisión técnica es necesaria, pero siempre
re-incorporación, siempre que se lo entienda, como se ha hecho en este en los márgenes de la protección jurídica de los derechos humanos de
documento, como el regreso a su entorno de quien fuera extraído de la persona en la que recae tal decisión.
éste con motivo de una sanción que lo privó de la libertad.
El tratamiento debe seguir en manos de personal técnico y, de
.El momento del regreso a la comunidad de quien ha estado interno hecho, en esta perspectiva resulta notoriamente ampliado: no sólo está
es un hecho que tarde o temprano ocurrirá y, por tanto, impone una destinado a proponer el Plan Individual de Ejecución para los adoles-
obligación clara para quien es responsable de la privación de libertad: centes sancionados, sino que le corresponde además: 1) resolver todos
esa obligación es la de que dicho regreso se dé en condiciones en las los problemas que en ese campo se presentan al juez; por ejemplo, a la
122 LUIS GONZÁLEZ PLACENCIA JUSTICIA PENAL PARAADOLESCENTES EN CONFLICTO ...
hora de determinar los efectos que determinada medida puede tener Deberá crearse una jurisdicción especial con juzgados y tribunalt)s
sobre el adolescente en el que recae la pertinencia de unos contenidos so- separados de la jurisdicción de adultos, que sólo vean casos relaciohá-
.bre otros, y 2) supervisar desde una perspectiva técnica las condicio- dos con adolescentes y que estén conformados con jueces y magistra-
nes de ejecución de las medidas, lo que en principio redundará en la dos también especializados. Deberá crearse una o más agencias del
identificación de problemas que se deriven de las propias medidas: Ministerio Público con agentes destinados de forma exclusiva a la per-
abusos de poder, creación de grupos de poder entre los adolescentes secución de conductas cometidas por adolescentes; y deberá constituir-
privados de la libertad, consumo y venta de drogas, así como presen- se también un cuerpo de defensores que, asignados a la defensoría de
cia de otros mercados ilegales, violencia y otros problemas que estruc- . oficio, se ocupen únicamente de casos en los que estén involucrados
tural o fácticamente vulneran los derechos de los adolescentes adolescentes.
institucionalizados
Aun cuando no se crean nuevas instituciones, al Ministerio Público,
el Poder Judicial y la defensoría de oficio, se agregan instancias que
5. El problema del diseño organizacional sólo tienen dependencia con estos órganos desde el punto de vista
administrativo; de modo que los derechos y las condiciones laborales
Por último, queda el problema del diseño organizacional. Un sistema de agentes del MP, jueces, magistrados y defensores para adolescentes
que difiere sustancialmente del vigente requiere de la abolición de no son diferentes a las de sus colegas destinados al sistema de adultos.
aquellas organizaciones que ya no serán funcionales al nuevo sistema, Quedan sujetos, también, al mismo régimen de prestaciones Y de res-
así como de la creación de otras organizaciones que abreven su legiti- ponsabilidades.
midad de origen en Ja propia reforma legal; pero además se requiere de
dispositivos que permitan cop.trolar la legitimidad de ejercicio una vez En lo que se refiere al segundo aspecto, es muy importante garanti-
que estas organizaciones están funcionado. Aunque el rediseño del sis- zar que la especialización de los funcionarios del sistema tenga una
tema, desde el punto de vista de la organización, es materia de la base sólida en la formación de cuadros expertos, prioritariamente, en
siguiente fase de la investigación, cabe comentar que en torno a este el conocimiento pleno del sistema de derechos de los adolescentes;
tema hay al menos dos aspectos que deben estar claramente regulados enseguida, que el propio sistema permita la reproducción de.'~ i~eolo
en la ley: la interdependencia ente las organizaciones del sistema penal gfa del modelo y la limitación de inercias que afecten su leg1t1m1dad.
de adultos y el sistema de justicia para adolescentes y los criterios para
la formación inicial, continua y de actualización de los funcionarios A reserva de la propuesta concreta de reforma organizacional que
que conformen las nuevas organizaciones. derive, como se ha dicho, de la segunda parte del proyecto, estas bases,
positivadas también en la ley, orientan al menos acerca de los criterios
Sobre el primer aspecto, La.da Estado, desde luego, optará por el principales para Ja adecuación de las organizaciones actuales, a los
diseño organizacional que meyx se adecue a su realidad y presupues- fines de la reforma constitucional en la materia.
tos, pero en todo caso, debe quedar claro que los funcionarios que for-
men parte del sistema de justicia para adolescentes deben constituir.
aun dentro de las instancias del sistem.1 penal de adultos, or•;anizacio- 6. Prospectiva
nes independientes, tanto desde el pu1 ··· JL' vista orgánico c1)11 n fun-
1
como finalidad la propuesta de un nuevo diseño organizacional para el tema de justicia. México, Comisión Nacional de Derechos Huma-
sistema de justicia de adolescentes. Los resultados de esta segunda fase nos, 1995.
deberán estar listos hacia marzo del próximo año. Resta también la
MORO, J., El poder de la definición del problema en la elaboración de
medición de la criminalidad asociada a jóvenes que tiene como finali-
las políticas públicas: los menores en la agenda de gobierno. Tesis
dad valorar la magnitud del fenómeno. Esta tercera y última fase del
de maestría en Políticas Públicas, México, Facultad Latinoamerica-
proyecto se iniciará hacia febrero de 2006 y se prevé concluirla enjulio
na de Ciencias Sociales, 1996.
del mismo año. El reporte final, integrado, de la investigación será
entregado en septiembre de 2006. PINTO, G., Recepción de la CDN en el sistema norma,tivo mexicano.
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