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LIBRE ALBEDRÍO O DESTINO

Al hablar de Libre Albedrío, nos referimos a la potestad de obrar por reflexión y elección e indiscutiblemente
hablamos de la voluntad. Al Destino, lo podemos describir como la fuerza desconocida que se cree obra sobre la
humanidad y los sucesos, es decir las circunstancias de serles favorables o adversas a alguien o a algo, o bien al
encadenamiento de los sucesos considerados como necesarios y fatales y excepcionalmente; esotéricamente
hablando al objetivo o meta a la que hay que llegar.

Dicho lo anterior a lo largo de nuestra existencia nos enfrentamos a sucesos tanto favorables como adversos, y a
estos últimos en ocasiones no encontramos explicación lógica a tales circunstancias, es por ello que el objeto del
tema que nos ocupa es de suma importancia, ya que nos obliga a estudiar y comprender a fondo la diferencia
que existe entre un término y otro y cuál es su utilidad.

Ahora bien, se ha considerado que el hombre es el arquitecto de su propio destino, pero es esto cierto o es una
frase subjetiva e ilusoria y de ser cierto lo primero entramos en la esfera del Libre Albedrío y en el supuesto de
lo segundo, en la esfera del Destino. Paradoja que ha sido conciliada en la ciencia de lo oculto.

Por cuanto hace al Libre Albedrío como se señala en el primer párrafo de la presente investigación, está
vinculado con la Voluntad y ésta a su vez, con el Pensamiento, ya que sin pensamiento no puede haber voluntad
y todo pensamiento del hombre pasa al mundo interno, convirtiéndose en una entidad activa engendrada por la
mente y sobrevive durante un período proporcional a la intensidad del impulso que la generó. Así un buen
pensamiento se mantiene como una fuerza activa y benéfica, y uno malo como un maléfico demonio. De esta
suerte el hombre está continuamente poblando su ambiente con un mundo de su creación, saturado de los
brotes de sus caprichos, deseos, impulsos y pasiones, que reaccionan sobre cualquier organismo sensitivo o
nervioso en proporción de su dinámica intensidad.

Ahora bien, la Doctora ANNIE BESANT nos recuerda que vivimos sujetos a leyes inquebrantables y sin embargo,
cuando nos percatamos conscientemente de esta verdad y la reconocemos positivamente en los mundos físico,
mental y moral, nos invade un sentimiento de impotencia como si irremediablemente nos agarrase una vigorosa
Potestad que nos moviera a su antojo. Pero sucede precisamente lo contrario, porque una vez conocida tal
potente Potestad, nos conducirá sumisa a donde nosotros queramos, pues posible es utilizar todas las fuerzas
naturales en la proporción en que las conozcamos. A lo cual el presente axioma nos señala que; "Por obediencia
se vence a la Naturaleza" y a nuestra disposición se hallan sus irresistibles energías en cuanto por el
conocimiento actuamos con ellas y no contra ellas. En los inagotables depósitos de la Naturaleza podemos
escoger las fuerzas que en intensidad, dirección y sentido mejor sirvan a nuestro propósito, y su inmutabilidad
afianza nuestro éxito. De la inmutabilidad de la ley dependen los experimentos científicos y todo el poder de
trazar un proyecto y predecir el resultado. En esto se funda el químico, seguro de que la Naturaleza dará
siempre las mismas respuestas a las mismas preguntas. La alteración del resultado significa para el químico que
equivocó el procedimiento y no que la Naturaleza haya mudado el suyo. Lo mismo sucede respecto de las
acciones humanas. Cuanto mayor sea el conocimiento, tanto mayor seguridad habrá en el resultado, pues los
que llamamos "accidentes" provienen de la acción de ciertas leyes desconocidas o desdeñadas.

También como en el mundo físico, pueden proyectarse, calcularse y predecirse los resultados en los mundos
mental y moral. La Naturaleza nunca nos traiciona. Traicioneras son nuestra ceguedad e ignorancia. En todos los
mundos el poder es proporcional al conocimiento y se identifican la omnisciencia y la omnipotencia. La ley debe
de ser tan inmutable en los mundos mental y moral como en el físico, pues el universo es la emanación del
Absoluto y la Ley no es más que la expresión de la Divina Naturaleza. Así como toda vida emana de la única Vida,
así hay una suprema Ley que todo lo sostiene y como roca de la Divina Naturaleza es el seguro e inconmovible
fundamento de todos los mundos.

Recordemos que estamos hablando del Libre Albedrío y que sutilmente nos ha dado la respuesta a lo que se le
ha llamado Destino con sus aparentes enigmáticos preceptos, no obstante podemos decir que a lo que se le ha
llamado Destino, no es otra cosa que los efectos negativos por haber infringido la Inmutable y Suprema Ley.

A saber, debemos acostumbrarnos a prever todas las posibilidades, así como las consecuencias de nuestras
palabras y acciones mientras éstas permanecen en el germen dentro de nosotros mismos, ya que se hallan
todavía bajo nuestro control y no pueden producir resultados indeseables. Pero una vez que nuestros
pensamientos y propósitos se hayan manifestado en las palabras y acciones que los expresan, entran en el
dominio de la Ley de Causalidad; la Ley de Causa y Efecto y forman parte del Hado o Destino, en el sentido usual
y literal de la palabra.

Dicho lo anterior, la gran mayoría de la humanidad todo lo juzga y considera por su apariencia, ignorando la
causa profunda y la raíz permanente de sus males, en lugar de cambiar sus hábitos de vida equivocados e
innaturales, atribuyen sus males a causas y contactos exteriores, o bien los achacan a la suerte y a la misma
Divinidad, cuyas Leyes continuamente infringen.

Pretenden librarse de ellos con remedios puramente exteriores, cambiando de ambiente y de residencia o de
otra manera. Pero el mismo mal no tarda en presentárseles de nuevo en forma más o menos diferente. Así
como las olas de la vida los arrastran, los hacen subir y caer alternativamente y no son más que juguetes de la
Fatalidad.

En el Bhagavad Guita en su Estancia 13- Verso 8-12 nos señala:

Mansedumbre, humildad, No Del nacer, morir, vejez, Como el bhakti (Amor Divino)
violencia, tolerancia, simpleza, enfermedad, y dolor, percibir puro lo sanciona.
Adorar al maestro, limpieza, siempre el mal. Sin apego ni Aspirando a vivir en retiro,
Firmeza y saberse controlar; asociación falsa. Por hijo, Sin apego al mundano gentío...
Dejar el mundano encanto, esposa, o casa. Siempre con El saber eterno acerca del alma
Ausencia de ego falso. mente estable. Ante lo bueno o Y el aprecio por la Verdad...
desagradable. Sin desviarse de A esto conocimiento se llama
Mí. E ignorancia a lo demás.

FRATERNALMENTE
MARTÍN CHÁVEZ ALVAREZ

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