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Universidad de Chile
revpsico@uchile.cl
ISSN (Versión impresa): 0716-8039
CHILE
2005
Laura Beatriz Oros
LOCUS DE CONTROL: EVOLUCIÓN DE SU CONCEPTO Y
OPERACIONALIZACIÓN
Revista de Psicología, año/vol. XIV, número 001
Universidad de Chile
Santiago, Chile
pp. 89-97
http://redalyc.uaemex.mx
Locus de control: Evolución de su concepto y operacionalización, Vol. XIV, Nº 1: Pág. 00-00. 2005
Resumen
El estudio del locus de control, un importante recurso de afrontamiento que tiene
gran relevancia como factor predictivo de otras variables actitudinales, afectivas y
comportamentales, se inició hace ya muchos años. Con el correr del tiempo, se ha
perfeccionando el entendimiento de este constructo y han ido surgiendo medidas
cada vez mejores del mismo. Aunque en un comienzo se lo consideraba unidimen-
sional, hoy se han llegado a medir, por lo menos, seis modalidades diferentes que
lo integran. Este artículo propone al lector retroceder hasta las primeras
conceptualizaciones respecto del locus de control, delineando cronológicamente, y
de manera sintética, algunos de los hallazgos que posibilitaron entender el concep-
to desde una perspectiva multidimensional.
Palabras clave: locus de control – perspectiva multidimensional.
Abstract
Research on the concept of locus of control began many years ago. Its importance
stems from its relevance as an important coping resource as well as a predictive
factor of other attitudinal, emotional and behavioural variables. Over the years the
understanding of locus of control has improved and better ways of measuring this
construct have emerged. Even though earlier on in history it was considered one–
dimensional, currently there are at least six different dimensions which make up
this construct. The following article invites the reader to review the history of the
concept of locus of control, beginning with the first efforts at conceptualizing it.
Furthermore, the author highlights some of the findings which today allow us to
view locus of control from a multidimensional perspective.
Key words: locus of control – multidimensional perspective
* Trabajo elaborado como producto de una beca de investigación otorgada, durante el año 2002 y vigente
hasta el momento, por la Facultad de Humanidades, Educación y Ciencias Sociales, de la Universidad
Adventista del Plata. El proyecto se denomina: Revisión de la teoría atribucional y de manejo del estrés
para el estudio de grupos con experiencia religiosa.
** Dra. en Psicología. Docente del área de Metodología de la Investigación, Universidad Adventista del
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Kirk 1995; Rees y Cooper 1992) sugieren que cuenta para interpretar las distintas respues-
las personas con locus de control interno pre- tas de atribución. Estos investigadores reali-
sentan mejor calidad en sus trabajos, alta satis- zaron estudios sobre la atribución y el afron-
facción laboral, menor fatiga emocional y me- tamiento en personas que habían sido
nor tasa de conflictos en el ámbito de trabajo. víctimas de accidentes traumáticos, y encon-
traron que quienes afrontaban mejor esas si-
Estudios sobre el locus de control y la sa- tuaciones se imputaban la responsabilidad
lud, han indicado que el locus de control in- de las mismas, haciendo por lo tanto atribu-
terno amortigua el efecto de síntomas físicos ciones internas frente al fracaso. Estos resul-
y emocionales de la enfermedad (Jennings tados podrían parecer confusos, ya que atri-
1990; Pilisuk, Montgomery, Parks y Acredolo buirse a sí mismo la culpa por los fracasos,
1993). Por el contrario, el locus de control lejos de fomentar un buen afrontamiento,
externo puede tomarse como predictor de podría generar efectos negativos. Afortuna-
enfermedades (Hoon, Hoon, Rand y Johnson damente, los estudios de Janoff y Bulman
1991; McNaughton, Patterson, Smith y Grant 1979 y Miller y Porter 1983 (citados en Darley
1995), baja satisfacción laboral (Jain, Lall, et al. 1990) arrojan luz sobre este aspecto. Los
McLaughlin y Johnson 1996), peor ajuste emo- autores mencionan la existencia de dos tipos
cional (Kliewer y Sandler 1992; St. Yves, diferentes de internalidad para el fracaso que
Freeston, Godbout y Poulin 1989) y mayor podrían dar explicación a estos hallazgos: (a)
percepción de amenaza (Grassi, Righi, la autoacusación de conducta y (b) la
Sighinolfi, Makoui y Ghinelli 1998; Oros 2000). autoacusación de disposición. La primera
Una lectura ligera de los párrafos prece- implica un conjunto específico de conductas
dentes puede dejar la impresión errónea de realizadas por el sujeto que explican lo que
que toda atribución interna es benéfica y toda le sucedió, de manera que el sujeto sabe que
externa es nociva, sin embargo, esta mirada puede controlar la situación. Si no vuelve a
reduccionista se aleja mucho de la realidad. realizar las mismas conductas, evitará las
Al interpretar las distintas atribuciones, de- consecuencias negativas. La autoacusación
ben analizarse de manera holística múltiples de disposición hace referencia a característi-
factores. Uno de ellos implica determinar si cas intrínsecas y estables que la persona cree
las atribuciones se han realizado frente a su- tener, generalmente son creencias irraciona-
cesos de éxito o de fracaso. Una atribución les del tipo: soy torpe, no sirvo para nada, etc.
interna para el éxito puede ser beneficiosa y Cuando hay una autoacusación de este tipo,
saludable, mientras que una atribución in- los eventos se consideran fuera del control
terna para el fracaso puede resultar desven- del individuo. Por el contrario, cuando hay
tajosa, sobre todo, si es estable en el tiempo. una autoacusación de conducta el sujeto sien-
Más adelante se analizará, cómo en el curso te que tiene dominio sobre las circunstancias
de la historia, se ha ido dando importancia a y las afronta de una manera más favorable.
otras dimensiones dentro del constructo Esto muestra que la interpretación del
locus de control dejando paulatinamente la locus de control debe contemplar otros as-
idea de que el mismo se desplaza simplemen- pectos más allá de lo puramente interno o
te del polo interno al externo. externo. A continuación se esboza una breve
Bulman y Wortman (1977, citados en reseña donde se mencionan los autores que
Darley, Glucksberg y Kinchla 1990) descu- han incluido algunos de estos aspectos ha-
brieron otro aspecto importante a tener en ciendo evolucionar el concepto y generando
medidas para su evaluación.
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ideológico correspondería al polo externo, timiento que uno observa en los jóvenes
mientras que el control personal estaría chilenos y en los jóvenes latinoamerica-
orientado hacia el polo interno. nos en general, una cierta indiferencia
hacia los problemas sociales. Lo que yo
En 1970 Mirels (citado en Milgram y quisiera es ver de qué forma podríamos
Milgram 1975) hizo una diferenciación entre establecer un tipo de programas que nos
el control que se ejerce sobre las personas y permitieran recuperar una cierta percep-
el dominio que se tiene sobre las institucio- ción de controlabilidad.
nes sociales y políticas. Dicha clasificación
resulta del todo oportuna si se tienen en cuen- Muchos jóvenes latinoamericanos pien-
ta los propósitos de la psicología social co- san que en su mundo la toma de decisio-
munitaria, “cuyo objeto es el estudio de los nes está fuera de su control, la llevan a
factores psicosociales que permiten desarro- cabo gobernantes cuyos intereses no res-
llar, fomentar y mantener el control y poder ponden necesariamente a los de la socie-
que los individuos pueden ejercer sobre su dad como un todo. Muchas personas
ambiente individual y social, para solucio- creen que los gobiernos son malintencio-
nar problemas que los aquejan y lograr cam- nados, perversos, y yo no creo que esto
bios en esos ambientes y en la estructura so- sea cierto. Es importante que nuestros jó-
cial” (Montero, 1984, p. 390). Esto pone de venes entiendan que pueden controlar su
manifiesto que el estudio y análisis de la per- mundo, tomar decisiones importantes.
cepción de control no se restringe únicamente Esto sería una línea de investigación que
a variables individuales sino que contempla tendría que ver más bien con elementos
además factores macrosociales, históricos y macrosociales en los cuales los psicólo-
políticos. El eje central de la psicología co- gos, independientemente de su orienta-
munitaria es la de posibilitar el aumento de ción teórica, deberíamos sentir la obliga-
poder de los actores sociales objeto de su in- ción de contribuir.
tervención. Según lo menciona Leiva
Guzmán (2003) este tipo de intervención La capacidad de poder controlar situacio-
debería cumplir con tres condiciones básicas: nes sociales y políticas, o por el contrario,
(a) el respeto de la diversidad de las personas sentir que nada puede hacerse para modifi-
y las comunidades y el valor en la promoción car un entorno dominado por personas po-
de la autogestión; (b) la unión inseparable de derosas, también queda reflejada en la clasi-
la teoría y la práctica y (c), el que más atañe a ficación que años más tarde propuso
esta revisión, la ubicación del locus de con- Levenson (1972, citado en Levenson 1973).
trol y del poder en la comunidad. Dicha clasificación planteaba separar dentro
del factor externalidad, las dimensiones
En lo que hace a Latinoamérica, y parti- “otros poderosos” y “fatalismo (Chance)”.
cularmente podría pensarse en la región Chi- Fue la primera tentativa de distinguir al
lena, esta visión reviste particular importan- fatalismo como una entidad independiente
cia si se piensa en los diversos avatares dentro del polo de control externo. Levenson
políticos sucedidos en el pasado cuyos efec- asoció el concepto de fatalismo a los térmi-
tos pueden apreciarse aún hoy. Bien lo seña- nos azar, suerte, destino, sucesos accidenta-
la Villegas en una entrevista realizada por les, etc. La externalidad otros poderosos hace
Ardila (2002, S/N): referencia a la acción de atribuir a otros lo
que a uno le sucede.
En el caso nuestro, chileno, nos preocupa
el tránsito de una democracia destruida En 1975 Milgram y Milgram desarrollaron
hacia la recuperación de la democracia. una escala en la que agregaron una nueva di-
A mí personalmente me preocupa el sen- mensión referida al tiempo. Estos autores esta-
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blecieron una distinción entre control interno El agente de control responde a la pregun-
y externo frente a situaciones del pasado vs. ta ¿quién ejerce el control? El control se pue-
futuro. Esta clasificación logró discriminar en- de ejercer a nivel individual (dominio Per-
tre niños sanos y enfermos. Los últimos tenían sonal, “yo”) o a nivel colectivo (Ideológico,
altos puntajes frente al pasado pero no pudie- “mucha gente”, “todos”).
ron establecer expectativas futuras frente a nin-
guna dimensión (internalidad–externalidad). El objeto de control responde a la pregun-
ta ¿sobre quién se ejerce el control? En oca-
En el año 1984 Díaz Loving y Andrade siones el control se puede ejercer sobre una
Palos, analizando la estructura factorial de persona determinada (padres, hijos, maes-
su escala de locus de control para niños, en- tros) o sobre instituciones.
contraron que la dimensión de control inter-
no se subdividía a su vez en dos: control afec- Todas estas consideraciones se evalúan
tivo y control instrumental. La internalidad según el tipo de suceso al que están asocia-
afectiva se refiere al control que el individuo das: Éxitos o Fracasos, configurando así la
cree tener a través de las relaciones con otros. cuarta dimensión.
La internalidad instrumental se refiere a la Finalmente, estas experiencias de éxito o
percepción de que todos los eventos, sean fracaso pueden formar parte de nuestros re-
buenos o malos, son consecuencia directa de cuerdos (pasado) o de nuestras expectativas
las propias acciones. Estos son ejemplos de (futuro).
afirmaciones útiles para evaluar ambas op-
ciones: “Muchas veces saco buenas notas A pesar de que numerosos investigado-
porque trato de ganarme al profesor” (inter- res han hecho un esfuerzo por capturar en
nalidad afectiva); “Cuando me va mal en el un solo cuestionario todas estas dimensiones,
estudio o el trabajo es porque no me esfuer- se sabe que esta tarea es considerablemente
zo lo suficiente” (internalidad instrumental) difícil y que los resultados obtenidos con di-
(Richaud de Minzi inédito). chos cuestionarios, pueden no ser estables.
Resumiendo los aportes de los diferentes Esto es así, debido a que las dimensiones
autores, podrían identificarse cinco dimen- pueden variar según la población, pudiendo
siones además de la propuesta por Rotter en encontrarse configuraciones o estructuras
1966. He denominado a estas dimensiones: muy diferentes cuando se evalúa el constructo
Medio de control, Agente de control, Objeto en niños o en adultos, en sujetos sanos o en-
de control, Momento de control y Sucesos fermos o en personas pertenecientes a distin-
(véase Tabla 1). tas culturas. Un ejemplo de esto lo proporcio-
nan los estudios de Richaud de Minzi (1991 e
El medio de control responde a la pregun- inédito, respectivamente), realizados en Ar-
ta ¿por medio de qué o quién es ejercido el gentina, quien encontró que la dimensión so-
control? En el caso de la externalidad, el in- cial afectiva de la internalidad, que emergía
dividuo puede sentir que el control está fue- claramente al evaluar a niños pequeños, se
ra de él y se ejerce mediante el poder de per- vinculaba más con la externalidad en el caso
sonas específicas (otros poderosos) o de nadie de los adolescentes. Es decir, los adolescentes
en particular, atribuyendo estas situaciones percibían que lograr que los demás controla-
al azar, la suerte o el destino (fatalismo). En ran o decidieran por ellos, era finalmente un
el caso de la internalidad, el sujeto siente que control ejercido por otros.
él tiene la facultad del control y lo ejerce
mediante su relación afectiva con otros (con- Milgram y Milgram (1975), quienes tam-
trol afectivo) o mediante el propio esfuerzo bién diseñaron una escala multidimensional
(instrumental). para adolescentes, no se encontraron con esta
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peculiaridad. Los autores pudieron discrimi- cantidad de material bibliográfico que posi-
nar las modalidades externas de las internas bilita acceder a valiosa información acerca de
tal como lo postula el enfoque; lo que de al- las diferentes dimensiones que entreteje el
guna manera, también refleja las diferencias concepto y de cómo se relacionan éstas con la
que pueden suscitarse al evaluar el mismo salud y el bienestar de las personas. Aunque
constructo en culturas diferentes, puesto que aún se utilizan cuestionarios unidimensiona-
esta escala fue creada en los Estados Unidos, les, nadie duda de que la teoría actual resulta
cultura que en términos de afiliación social, mucho más explicativa y cercana a la reali-
es muy diferente a la latina. dad psicológica de las personas que la ante-
rior. Sobre todo, porque al evaluar diferentes
No obstante, la complejidad inherente a la modalidades es posible obtener perfiles de
operacionalización del constructo no ha dismi- creencias de control y no sólo puntajes aisla-
nuido el interés por la construcción de nuevas dos para cada dimensión. Richaud de Minzi
escalas. Por el contrario, en los últimos años ha (inédito) afirma acertadamente que lo que
habido un incremento significativo de los es- debiera interesar al evaluador es el balance
tudios destinados a tal fin, debido posiblemen- entre las modalidades del locus de control,
te, a la concientización de que el locus de con- “más que establecer si las personas son exter-
trol funciona como un importante recurso de nas o internas, fatalistas o instrumentales”.
afrontamiento que tiene gran relevancia como
factor predictivo de otras variables Puesto que variadas investigaciones presen-
actitudinales, afectivas y comportamentales. tan al locus de control como un importante fac-
tor protector de la salud mental, resulta venta-
Discusión y conclusiones joso contar con un diagnóstico precoz que
pueda ser utilizado con fines predictivos. Afor-
El objetivo de este trabajo ha sido descri- tunadamente, y gracias al esfuerzo de nume-
bir sintéticamente la evolución del concepto rosos investigadores, existen escalas de locus
de locus de control y mencionar algunos de de control para niños (Diaz Loving y Andrade
los primeros intentos para medirlo. Como se Palos 1984; Richaud de Minzi 1990) y adoles-
ha visto, la teoría fue perfeccionándose al pun- centes (Richaud de Minzi inédito) e incluso
to de reemplazar el enfoque primitivo unidi- aplicados a comunidades o circunstancias es-
mensional por el multidimensional. El surgi- pecíficas, como grupos religiosos (Oros,
miento de este último enfoque ha sido lento y Richaud de Minzi y Main inédito; Welton,
paulatino, incluso, quizá no acabado. Los pri- Adkins, Ingle y Dixon 1996), situaciones labo-
meros hallazgos de McGhee y Crandall (1968), rales y de negocios, (Chung y Ding 2002;
fueron seguidos de otros descubrimientos que Spector 1988), condiciones físicas (Ozolins y
permiten concluir hoy que el locus de control Stenström 2003), etc. A pesar de que estas esca-
es un constructo que abarca, al mismo tiem- las se consideran multidimensionales, algunas
po, diferentes dimensiones que deben ser to- de ellas incluyen apenas unas pocas dimensio-
madas en cuenta para poder elaborar una in- nes, generalmente circunscriptas a los factores
terpretación precisa de la percepción de fatalismo, otros poderosos e internalidad. Se
control que tiene un individuo. espera que la información proporcionada en
este artículo sirva como pilar para el desarro-
A pesar de las dificultades que se suscitan
llo de nuevas contribuciones que beneficien el
a la hora de operacionalizar la multidimen-
campo de la psicología de la atribución con
sionalidad del locus de control, los avances
medidas originales sobre el locus de control
hechos hasta el momento han permitido ha-
como un concepto multidimensional. Este en-
cer una aproximación empírica y teórica mu-
foque ofrece una vía promisoria para el desa-
cho más rica de lo que originariamente se pen-
rrollo de nuevas escalas o el perfeccionamien-
só. Actualmente se dispone de una gran
to de las ya existentes.
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LEIVA GUZMÁN, A. (2003). El tema de la parti- PELLETIER, P., ALFANO, D. & FINK, M. (1994).
cipación de la psicología comunitaria en “Social support, locus of control and
las políticas del Nuevo Trato. Polis: Revista psychological health in family members
académica on–line de la Universidad following head or spinal cord injury”.
Bolivariana, 2 (5). Applied Neuropsychology, 1 (1–2), 38–44.
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Tabla 1
Resumen de las dimensiones propuestas por los diferentes autores
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