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UNIVERSIDAD DE BAJA

CALIFORNIA

REPORTE DE LECTURA

La Sociología de la Educación desde la


perspectiva de la pedagogía critica

QUE PRESENTA

Magister Johanna Ivette Suarez Carvajal

Sociología de la Investigación

Grupo D – Doctorado en Educación

CATEDRATICO
Dr. Alejandro Villanueva Bustos

Tepic, Nayarit. Octubre 16 de 2018.


INTRODUCCIÓN
Teniendo en cuenta a Camdepadrós (2009). Una de las tareas principales de la
sociología de la educación es identificar qué teorías generan éxito educativo y
cuáles conducen al fracaso escolar. Sólo identificando estos elementos la
sociología de la educación podrá cumplir su utilidad social.

Por lo tanto, se hace necesario realizar un análisis a el estado de la educación en


América Latina, también mencionar los diferentes problemas a lo que se enfrentan
los sistemas educativos en América Latina para ello se explicaran algunos
ejemplos de países de la región.
DESARROLLO TEMATICO

DESIGUALDAD, CRECIMIENTO Y DESARROLLO


Con respecto de las tendencias educativas de América Latina inicia la discusión
del tema a partir de las declaraciones de las Conferencias Regionales de
Educación Superior de la UNESCO para la América Latina y el Caribe de 1996 y
de 1998, y de los lineamientos de Visión y Acción para el siglo XXI, que proponen
la promoción de políticas y estrategias de acción dirigidas hacia una mayor
inclusión y equidad de oportunidades en las instituciones de educación superior,
con miras de ampliar el acceso basado en talento, habilidad y esfuerzo sin
discriminación por género, raza, etnia, discapacidades físicas, idioma, cultura y
religión o por consideraciones económicas o sociales.
La desigualdad como los movimientos en dirección hacia la inclusión y la equidad
en la educación superior de los países de América Latina y el Caribe y hace
recomendaciones en cuanto a políticas públicas e institucionales para reducir la
desigualdad y promover la inclusión y equidad en la educación superior de los
países de la región en el horizonte 2021, así mismo destaca la importancia del
papel de los gobiernos en la formulación e implementación de políticas públicas
para enfrentar los retos en el campo de la educación superior, y se afirma que tal
papel no puede ser delegado ni al mercado ni a la iniciativa privada.
1. DESIGUALDADES EDUCATIVAS EN AMÉRICA LATINA

Cuando se habla de desigualdad educativa en América Latina desde las variables


de cobertura y calidad de la educación, la existencia de desventajas sociales se
ven marcadas con mayor fuerza en algunas regiones como lo relaciona en la
lectura del artículo escrito por Blanco R y Cusato S cuando cita a
(Unesco/Orealc, 2003) en el que se evidencia la brecha entre el ámbito rural y
urbano con escuelas de diferentes extractos, pero realmente en la lectura se
evidencia que los estados están realizando esfuerzos por mejorar la cobertura en
el acceso en todos los grados dela la educación Básica primaria y secundaria que
en algunos países son lineamientos constitucionales.

2. LA INEQUIDAD EN LOS LOGROS DE APRENDIZAJE

Revisando la calidad en la educación desde la variable de equidad se señala que


los resultados de la formación se diferencian según el tipo de escuela de
formación viéndose reflejados en los informes entregados por los organismos
internacionales como UNESCO (Unesco, 2000a), la OCDE (Unesco/ Ocde, 2003)
y la IEA (Iea, 1999). Donde los estudiantes tienen una brecha en sus aprendizajes
observando resultados adversos que están relacionados con la ubicación de las
escuelas y el país evaluado, señalando que el alcance de las diferentes
competencias trabajadas en los desarrollos curriculares no está cumpliendo con
los estándares internacionales teniendo como resultados, estudiantes cada vez
menos competitivos.

TENDENCIAS DE LA DESIGUALDAD EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

Argentina, Brasil y Venezuela: Estructura social, desigualdad y pobreza y la


desigualdad en la distribución del ingreso y sus secuelas en términos de magnitud
de la pobreza e indigencia constituyen rasgos que singularizan el perfil de América
Latina más allá de la mejoría que algunos indicadores sociales experimentaron en
los últimos años como consecuencia de la recuperación económica. De hecho, a
pesar de estos progresos, en 2006, 194 millones de personas eran pobres, y entre
ellas 71 millones eran indigentes.
Si focalizamos en los casos de Argentina, Brasil y Venezuela, en los tres países se
percibe una mejoría de los indicadores sociales, ligada en los últimos dos casos a
la aplicación por parte de los respectivos gobiernos, de programas sociales de
amplia envergadura. Sin embargo, el Coeficiente de Gini sigue marcando en los
tres casos, una fuerte concentración en la distribución del ingreso (CEPAL,
2007b).
En lo que respecta a las estructuras sociales, los tres casos presentan trayectorias
divergentes.
Argentina tuvo durante buena parte del siglo XX algunos rasgos singulares que la
distinguieron en el contexto regional, aproximándola a la experiencia de los países
centrales. Entre ellos, la temprana conformación, el tamaño y la composición de
sus clases medias, la acentuada movilidad social ascendente, la cohesión social y
la existencia de reducidos bolsones de pobreza, considerados por entonces como
un fenómeno marginal (Chiroleu 2007).
A partir de mediados de la década del 70 sin embargo, uno a uno, estos rasgos
fueron desmoronándose en la medida en que las transformaciones estructurales
introducidas por el último gobierno militar (1976-1983) generaron un fuerte
deterioro de las condiciones sociales que se iría profundizando en el transcurso de
los gobiernos democráticos posteriores, especialmente durante la gestión
neoliberal que, en los ‘90, lideró Carlos Menem.
La sociedad que emerge en el siglo XXI se encuentra fuertemente fragmentada y
la pobreza gana centralidad comprendiendo, según datos del primer semestre de
2007, alrededor del 23% de la población.
El universo de los pobres por otra parte, se ha heterogeneizado, especialmente a
través de la expansión del segmento de los denominados “nuevos pobres”, clases
medias en proceso de pauperización absoluta.
Los casos de Brasil y Venezuela, aunque diferentes entre sí, tienen en común el
hecho de constituir sociedades en las que, a través de la implementación de
políticas públicas, se ha logrado —en estos últimos años— una mejoría de los
indicadores de desarrollo humano.
En Brasil merecen enfatizarse los rasgos tradicionalmente jerárquicos de su
sociedad y la distancia social que demarca con nitidez la posición de las distintas
clases. A partir de 2001, opera, sin embargo, una lenta mejora en la distribución de
la renta, fruto especialmente de los Programas generados por el gobierno Lula, la
cual va acompañada por una reducción de la pobreza y una importante caída de la
indigencia.
Desde principios del siglo XX, la movilidad social fue intensa, aunque se
caracteriza como de corta distancia, esto es, muchos ascienden poco, y pocos
ascienden mucho, lo que genera un estiramiento de la estructura social por la
coexistencia de mucha movilidad y alta desigualdad. En la actualidad, como
consecuencia del aumento de la competitividad del mercado de trabajo, la
movilidad se vincula a las calificaciones y competencias educativas. A pesar de
estos datos sociales promisorios, todavía subsisten rasgos estructurales
preocupantes, entre los cuales las desigualdades generadas por cuestiones de
color y raza, ocupan un lugar importante.
Venezuela por su parte, es un país de modernización reciente y acelerada que
entre 1950 y 1970 conforma una sociedad en la que los sectores medios
adquieren una importante dimensión de la mano de la renta petrolera. La caída de
los precios internacionales en la segunda mitad de la década del 80 marcó el inicio
de un período de crisis económica y política y un retroceso en la mayor parte de
los indicadores sociales y económicos. El presidente Hugo Chávez accede al
poder en 1998, pero sólo a partir de 2003 consigue superar esta situación crítica, y
gracias a los enormes recursos fiscales que genera la exportación de petróleo en
un contexto internacional favorable para este tipo de commodities, desarrolla una
serie de programas sociales (especialmente las denominadas Misiones) que
focalizan, principalmente, en la población económicamente más necesitada. De
esta manera se ha reducido significativamente el desempleo, la pobreza y la
indigencia, pero hoy día con el Gobierno de Maduro se ha aumentado la crisis.
La Situación de la educación superior en América Latina y el Caribe Tratar en el
tema de la educación superior en América es uno de los más complejos y difíciles
que se plantea al pensamiento latinoamericano actual: La reforma universitaria,
sus principales problemas y, sobre todo, la formulación de algunas propuestas
para enfrentarlo. Es un tema con implicaciones en el orden político, En una
sociedad, la formación en el nivel superior es a la vez uno de los motores del
desarrollo económico y uno de los polos de la educación para ciertos sectores de
la población a lo largo de la vida. Es, también, depositaría y creadora de
conocimientos. Además, es la principal institución de transmisión de la
experiencia, cultural y científica, acumulada por la humanidad. En un mundo en el
que los recursos cognoscitivos tendrán cada día más importancia que los recursos
materiales como factores del desarrollo, aumentará forzosamente la importancia
de la educación superior y de las instituciones dedicadas a ella. La globalización
de las innovaciones y el progreso tecnológico hace que las economías exijan cada
vez mejores competencias profesionales que requieren un nivel elevado de
estudios. Ante los importantes y diversos cambios experimentados en las
sociedades latinoamericanas en el pasado, la universidad, tanto en su figura
institucional como en su actividad académica, docente y de investigación, se ve
enfrentada a diversos desafíos de adecuación. La multiplicación de clientelas, la
competencia de otras instancias de saber y formación, la presión de la lógica
comercial y empresarial, las demandas de mayor transparencia pública, el
aumento del ritmo y del costo de la renovación de conocimientos, son algunos de
los temas que se agregan a otros viejos y conocidos asuntos pendientes de
resolución.
Cualquiera que esté familiarizado, o que haya vivido y aun sufrido la vida
universitaria durante largos años, no podrá enfrentar este tema sin grandes
aprensiones, que no pueden ser superadas sino mediante la audacia y la decisión
de actuar colectivamente en el seno de las universidades (principalmente) y de la
nueva y numerosa carnada de institutos de educación superior no universitarios.
Se debe decir, de una vez, que la educación superior en América Latina está
clamando por una transformación radical que parta de un nuevo enfoque
conceptual y metodológico. Este enfoque significa que las propuestas de reforma
que hoy día requiere el sistema no pueden seguir encuadradas en el espacio
tradicional que han trazado las reformas precedentes y que arrancan en Córdoba,
Argentina. Como se sabe, estas reformas dimanaron del marco o el entorno de las
instituciones universitarias, guiadas fundamentalmente por una motivación política:
hacer de la universidad una pieza clave en el proceso de democratización y
transformación de América Latina, para ponerla en línea con las grandes utopías
ascendentes en aquel momento. Los tiempos han cambiado, las utopías han
hecho agua, los estamentos sociales internos se han transformado y, muy
particularmente, el mundo ha experimentado grandes cambios, cuyas fuerzas
motrices aún no apuntan hacia un proceso de la sociedad inteligible y
aprehensible. En efecto, el cambio radical de enfoque exige que el pensamiento
desborde los límites nacionales y se inscriba en las tendencias internacionales de
todo tipo que estremecen al planeta. Cualquier sistema educativo se encuentra
cobijado bajo una nueva "capa atmosférica", constituida por mensajes y redes que
enlazan progresivamente a los seres humanos, particularmente a los situados en
posiciones de mando, sea cultural, económico o político. Escapa a los propósitos
de este trabajo hacer consideraciones extensas en torno a este tema. Sin
embargo, es complicado entender porque las universidades latinoamericanas
necesitan manejar con dominio los nuevos instrumentos informáticos y
comunicacionales que la inserten con personalidad y creatividad en las redes
mundiales de producción del conocimiento y de la cooperación interinstitucional
educativa. Sobre la crisis No existe todavía un diagnóstico compartido sobre la
naturaleza de la crisis de la educación superior en América Latina. Opiniones
autorizadas permiten caracterizar de manera preliminar la situación como un
problema derivado de la inadecuación de la función que cumple hoy en día la
universidad en relación con las demandas que le plantea la sociedad moderna. Es
importante destacar el cuestionamiento cada vez más difundido respecto del
agotamiento del modelo universitario emergente de la movilización inaugurada en
1918 en Córdoba. En este contexto, los parámetros de referencia para la reforma
universitaria contemporánea se relacionan con la crisis del paradigma de
transformación social inspirado en el socialismo real de los países de Europa
Oriental, por un lado, y en las tendencias hacia la globalización económica, por el
otro. Merece atención el planteamiento de que la participación de las
universidades en el proceso de globalización del conocimiento constituye la forma
moderna de materializar y desarrollar el postulado de la autonomía universitaria
que cristalizó desde los postulados de Córdoba. Por consiguiente, por su
naturaleza y alcances, el desafío de la reforma de la educación de América Latina
hoy resulta equivalente a las transformaciones impulsadas por el movimiento
universitario iniciado en 1918, tomando en cuenta, no obstante, que el signo y
dirección del proceso contemporáneo es inverso a los postulados enarbolados por
aquel movimiento, por las razones que ya se han señalado anteriormente. Otro
elemento a ser tomado en cuenta es el deterioro de las relaciones entre el Estado
y la universidad, lo que se habría traducido en una actitud negativa de los
gobiernos hacia la ésta, la configuración de tensiones estructurales entre ambos,
así como en la crisis del esquema de asignación incremental del presupuesto. En
muchos países latinoamericanos se ha reducido el financiamiento relativo del
Estado hacia la universidad pública, teniendo como resultado el deterioro
ostensible de la calidad de la enseñanza en parte debido a la masificación, así
como un cuestionamiento cada vez más difundido respecto de la inequidad con
que opera el sistema universitario público en razón de los subsidios encubiertos
hacia los sectores de ingresos medios y altos. Se suman a lo anterior
cuestionamientos importantes relacionados con la eficiencia de la educación
superior, así como de la baja productividad del esfuerzo docente y de
investigación. No está asegurada tampoco la correspondencia orgánica entre el
número y tipo de graduados que prepara la universidad con las exigencias y la
dinámica de los mercados de profesionales realmente efectivos. En este sentido,
entre las principales manifestaciones de la inadecuación de la educación superior
se pueden mencionar las siguientes:
•Muy poca formación orientada a la demanda proveniente del sistema socio-
económico, así como escaso énfasis en la formación de valores correspondientes
a una sociedad productiva, tales como la importancia del trabajo, la disciplina y la
medición periódica del rendimiento.
•Estilo de gestión que no estimula la eficiencia.
•Esquemas de financiamiento totalmente dependientes del subsidio estatal,
negociados a partir de incrementos presupuestales anuales que no están
relacionados con evaluaciones objetivas de rendimiento, productividad y eficiencia.
•Carencia de indicadores confiables para la autoevaluación, así como para la
evaluación externa.
• Prácticas clientelistas y de negociación corporativa de privilegios gremiales, que
no contribuyen al establecimiento de condiciones de excelencia académica y
productividad sistémica. Muchos de los problemas que enfrentan las universidades
son endógenos y surgen de su interior, como resultado de su adaptación a
procesos sociales previos y desarrollos de su propia dinámica, que dificultan su
adecuación a los cambios recientes
•La sindicalización agresiva de las instituciones en donde predomina la
docencia/adiestramiento lleva a ventilar asuntos del mundo académico en otros
espacios, les da una visibilidad social no necesariamente deseable y las hace más
vulnerables.
•La baja calidad del cuerpo docente y de investigación es otro elemento que se
esgrime con gran frecuencia para explicar el deterioro de las funciones
primordiales de la universidad. A esto se agrega la carencia de sistemas de
evaluación del rendimiento de los factores humanos que intervienen en el proceso
educativo (formación y actualización docente, dedicación a la investigación,
rendimiento y prosecución estudiantil). Evidentemente estos conceptos están
conectados con todos los demás
•El hecho de que, por un lado, la investigación generadora de nuevos
conocimientos y la innovación científica y tecnológica se desarrolla cada vez
menos en el ámbito universitario y, por el otro, la concentración de esta actividad
en un menor número de instituciones. De ahí su inadecuación a las necesidades
de la sociedad y su progresivo aislamiento.
•También se suele mencionar la falta de apertura y articulación de las instituciones
de educación superior a los centros más dinámicos de producción del
conocimiento científico
•El aumento de peso de los administradores, junto con una reducción de la
participación de los académicos en la toma de decisiones de instituciones que
deben ser cada vez más eficientes desde el punto de vista económico. Es
importante reconocer que en la última década América Latina ha vivido un cambio
de concepción muy marcado en la cultura académica. Profesores y autoridades
están cada vez más dispuestos a abrazar la nueva cultura de la explotación de la
investigación para el lucro comercial. "En los medios más variados se encuentra
una predisposición a orientar la educación superior hacia la producción inmediata
de beneficios económicos a través de la investigación precompetitiva, la
transferencia de tecnología, el adiestramiento y reentrenamiento de profesionales,
etc. Esto ha incrementado la relación con el sector productivo y el mercado de
servicios". Sin embargo, como selector de proyectos para apoyo financiero, el
mercado introduce nuevos sesgos, estímulos, concentraciones de poder y
recursos, a veces sin que las instituciones de educación superior sean conscientes
de sus implicaciones hasta que es demasiado tarde. Se necesita prestar mayor
atención a una planificación universitaria diferente de la tradicional, flexible,
permeable a las condiciones complejas y cambiantes de este fin de siglo.

POLÍTICAS Y PROGRAMAS EDUCATIVOS PARA AVANZAR HACIA


LA EQUIDAD EN EDUCACIÓN

El fortalecimiento de las democracias en américa latina se ha comenzado a tomar


conciencia de la importancia que tienen las variables de equidad y calidad en la
educación aplicando diferentes reformas educativas en la búsqueda del
cumplimiento de estas, creando y fortaleciendo los currículos que permite la
formación en la educación básica primaria y básica secundaria logrando promover
una educación más inclusiva asegurando el acceso a toda la población
disminuyendo las tasas de repetición y abandono escolar.
Todo este fortalecimiento se está logrando con el apoyo de entidades
internacionales.

POLÍTICAS DE EDUCACIÓN INCLUSIVA EN AMÉRICA


LATINA
Los diferentes temas que aparecen a continuación, enumerados por orden de
importancia, corresponden al análisis comparado de los diferentes informes que
los países latinoamericanos presentaron, siendo representativos de los distintos
parámetros o puntos clave de sus respectivas agendas educativas:

 Niveles educativos: Las políticas inclusivas abarcan los distintos niveles o


etapas del sistema educativo, si bien unos países las conciben desde una
mayor globalidad y extensión que otros. Así, algunos entienden que la
educación inclusiva es propia de los primeros niveles educativos (infantil y
primaria o básica) como sucede con Ecuador, otros amplían las etapas
receptoras también a la secundaria o bachiller (Argentina), a la formación
profesional (Paraguay y Uruguay) e incluso al nivel superior o universitario
(Brasil y Venezuela).
 Alfabetización: La capacidad de emplear la lectoescritura y, por tanto, de
acceder a la educación y la cultura es na de las grandes preocupaciones de
América Latina, pretendiendo la erradicación del analfabetismo, la cual
representa uno de los mayores lastres para lograr una educación de calidad
y equitativa para todos y todas. Argentina con el Programa nacional de
alfabetización de jóvenes y adultos Encuentro, Guatemala con distintos
programas de reducción del analfabetismo (Método de la palabra
generadora, Método de Alfabetización comunitaria integral, Alfabetización
integral intrafamiliar, Método ABCD español y ABC de la matemática
instructor programado, Método cubano de alfabetización Yo sí puedo, etc.),
Honduras (PPALE- BAH, programa de alfabetización de jóvenes y adultos
dirigido a la población excluida del sistema educativo), Paraguay (Plan
nacional de alfabetización 2004-2008) y Venezuela (Misión Pobinson I y II
de alfabetización) son los países que cuentan en sus agendas con políticas
alfabetizadoras. En este mismo sentido, cobran especial importancia los
programas sobre educación intercultural bilingües, como así sucede en
Argentina (Programa de educación intercultural bilingüe y Programa
bilingüe de frontera), Ecuador (Educación intercultural bilingüe EIB para
todas las nacionalidades indígenas), El Salvador (Programa de español
como segunda lengua para estudiantes sordos), Guatemala (Bi Alfa y
Alfabetización bilingüe intercultural) y Paraguay (Programa Escuela Viva
Hekokatúva I, con un modelo pedagógico bilingüe, integral e intercultural).
 Formación docente: Una de las claves para lograr la inclusión educativa
pasa por la formación de los recursos humanos necesarios, entre los cuales
el profesorado y el magisterio juegan un papel determinante: Argentina
(capacitación de los docentes con material didáctico, formación y desarrollo
profesional docente mediante trayectos en el nivel superior), Brasil
(Programa de formación continuada de profesores en la educación
especial, Formación superior de docentes indígenas), Ecuador
(Capacitación a docentes parvularios en estrategias metodológicas de tra
bajo simultáneo), El Salvador (Cursos de especialización para docentes en
la atención a la diversidad), Guatemala (consolidación del sistema docente
y fortalecimiento del director, Centros Municipales de Capacitación y
Formación Humana) y Uruguay (Programa de Maestros Comunitarios
PMC).
 Retención y prevención del abandono: Otra estrategia clave en las
políticas educativas inclusivas pasa por la disminución del abandono,
deserción escolar y absentismo, persiguiendo un aumento en los
porcentajes de retención escolar mediante distintas acciones: Argentina
(seguimiento y acompañamiento, Proyecto de elaboración de estrategias
para la prevención del fracaso escolar, mejorar la calidad de la educación
básica y disminuir las repeticiones de curso, sobre edad, insuficiencia de
logros y deserción), Brasil (Programa camino a la escuela, garantizando el
transporte diario para disminuir la evasión y repetición, Democratización del
acceso, permanencia y éxito de alumnos con necesidades educativas
especiales), Colombia (Programa ‘Ni uno menos’ para la permanencia y
retención escolar, Pretensión de Estudiantes para disminuir la deserción en
educación superior), Paraguay (Proyecto Doble Escolaridad, promueve la
mayor permanencia, mejor rendimiento y disminuir las tasas de deserción
escolar) y Uruguay (Programa de impulso a la universalización del ciclo
básico, para disminuir los índices de deserción y repetición)
 Educación especial y discapacidad: En la gran mayoría de los países de
Latinoamérica todavía se asocia la educación inclusiva con la educación
especial o a la atención a alumnos con necesidades educativas especiales.
Esto no quiere decir que no sea este uno de los colectivos al cual se ha de
dedicar especial atención la educación inclusiva, destinando cuantos
recursos sean necesarios, aunque no se puede perder nunca de vista que
no se ha de tomar nunca la parte por el todo, debiendo superar esta
concepción restringida de la educación inclusiva. Así, algunos ejemplos
relevantes de políticas inclusivas en educación especial y personas con
discapacidades son los siguientes: Argentina (programas de educación
temprana, revisión de espacios curriculares y participación de alumnos con
discapacidades temporales o permanentes, y Proyecto Educación integral
para adolescentes y jóvenes con necesidades educativas especiales),
Brasil (Programa BPC en la escuela para alumnos con discapacidad, libros
en Braille y digitales, lengua brasileña de señales libres, Programa escuela
accesible…), El Salvador (Círculos de alfabetización para estudiantes con
necesidades educativas sensoriales, pruebas de logros para escuelas de
educación especial y de sordos, atención educativa a estudiantes con
parálisis cerebral, Planes de mejora para escuelas de educación
especial…), Guatemala (Dirección General de Educación Especial y Plan
estratégico de la política nacional en discapacidad), Paraguay (Proyecto
piloto de educación inclusiva para la primera infancia con discapacidad) y
Perú (Ley general de personas con discapacidad, Plan de igualdad de
oportunidades para las personas con discapacidad, Servicio de apoyo y
asesoramiento para la atención de estudiantes con necesidades educativas
especiales).
 Población rural e indígena: Si existe un colectivo especialmente
vulnerable y hacia el cual los países de América Latina prestan una
atención y sensibilidad, ese es el del pueblo tanto rural como indígena.
Prácticamente todos ponen en marcha políticas educativas que persiguen
la inclusión de éstos, como así sucede en Argentina (salas integradas en
zonas rurales, ciclo básico rural multimedia, agrupamiento de escuelas
cercanas, Proyecto Horizontes…), Brasil (Programa universidad para todos,
Programa de apoyo a la formación superior de la licenciatura indígena),
Colombia (Plan sectorial La revolución educativa 2002-2006 para población
indígena, de áreas rurales dispersas, afectados por el conflicto armado…),
Ecuador (educación intercultural para las nacionalidades indígenas),
Guatemala (Bono de ruralidad, Educación para la niñas indígena),
Paraguay (Programa Escuela Activa Mita Irü) y Perú (Ley de fomento de la
educación de la niña y adolescente rural).
 Becas: La mayoría de los países de América Latina entienden que esta es
una política necesaria y esencial para que la educación inclusiva sea una
realidad, ayudando económicamente al estudio de los hijos de las familias
más desfavorecidas: Argentina (becas para la primera infancia y anuales
para adolescentes y jóvenes), Brasil (becas en educación básica y becas-
estudio integrales y parciales, así como un fondo de financiamiento al
estudiante en la enseñanza superior), Colombia (Crédito Acces para
población de estratos bajos), Ecuador (eliminación de la contribución
voluntaria de los padres de familia que pagan por estudiante), Guatemala
(financiamiento de becas y políticas de cobertura), Paraguay (Programa
sostenible de becas, para familias en situación económica desfavorable) y
Perú (asegura la gratuidad de la enseñanza para aquellos con limitaciones
económicas). En el mismo sentido, algunos países conceden ayudas
directas para la alimentación de los estudiantes, como es el caso de
Ecuador (Programa de alimentación escolar, con desayuno y almuerzo
gratuito diario) y Guatemala (Programa de apoyo a la alimentación escolar)
 Utilización y acceso a las TIC: La eliminación de la brecha digital que
origina exclusión y desconexión en una sociedad globalizada, es otro de los
objetivos de las políticas socioeducativas inclusivas. Para ello, los distintos
países ponen en marcha programas de formación y de accesibilidad a las
tecnologías de la información y la comunicación: Brasil (Programa de
implantación de salas de recursos multifuncionales, Democratización del
acceso a la Federal de Educación Tecnológica, Programa nacional de
asistencia estudiantil en la inclusión digital), Colombia (promoción del uso
de las TIC en educación superior, construcción de la Académica Nacional
de Alta Velocidad, Promoción de la formación técnica y tecnológica),
Paraguay (Aulas Mentores de formación a través de plataformas virtuales),
Uruguay (Plan CEIBAL ‘Conectividad educativa de informática básica para
el aprendizaje en línea’) y Venezuela (Misión Pobinson que dota de
tecnología necesaria para la vídeo clase).
 Otras políticas inclusivas: Más minoritarias y que solamente ponen en
marcha algunos países van dirigidas a la educación permanente (Honduras
y Paraguay), creación de materiales curriculares (El Salvador y Guatemala),
la participación y la educación cívica (Argentina, Ecuador y Uruguay), la
igualdad de género (Argentina y Perú), etc.
Así pues, a modo de síntesis se puede concluir que, a pesar de la heterogeneidad
y variedad de situaciones y realidades, en el contexto latinoamericano las políticas
educativas de carácter inclusive pasan por planificar y desarrollar distintas
acciones en los diversos niveles del sistema educativo. Para ello, la erradicación
del analfabetismo y la formación docente son dos de las claves principales.
Asimismo, la retención y la prevención del abandono o del fracaso escolar
pretenden crear un sistema educativo inclusivo en el que caben todos, el cual
requiere de una atención especial para aquella población en riesgo de exclusión
social como los discapacitados, las minorías, la población rural e indígena o las
mujeres. Las políticas socioeducativas de becas y ayudas escolares, así como
aquellas dirigidas a disminuir la brecha digital y facilitar el acceso a las tecnologías
de la información y la comunicación, se complementan con otras menos
generalizadas como la educación permanente, la creación de materiales
curriculares específicos y adaptados o la participación ciudadana, entre otras.

TENDENCIAS ACTUALES DE LAS REFORMAS EDUCATIVAS


En el caso de los países asiáticos merece una consideración aparte, debido a la
significativa influencia de los factores culturales en general y del rol de la familia en
particular. En el caso de los países de África, además de la importancia
igualmente significativa de los factores culturales, el análisis del cambio educativo
está asociado al problema más general de las condiciones materiales de vida de la
población, que inciden directamente sobre las posibilidades de éxito de cualquier
estrategia de aprendizaje. Los países árabes se asemejan alguna de las
situaciones anteriores, salvo el caso de los países con fuerte influencia del
islamismo, donde los cambios educativos se asocian al problema de la pugna
entre tradicionalismo y modernización.

Las reformas educativas: del aumento de cobertura al cambio y mejoramiento de


la calidad

Los esfuerzos realizados para aumentar la cobertura del sistema educativo han
sido enormes. El énfasis en la calidad está actualmente reforzado por los cambios
en las demandas sociales por educación. Las modificaciones tecnológicas y
organizacionales en los lugares de trabajo, así como el fortalecimiento de la
democracia política, exigen un comportamiento ciudadano basado en el desarrollo
de ciertas capacidades que los sistemas educativos tradicionales no promueven
en forma sistemática: dominio de los códigos en los cuales circula la información,
capacidad para procesar la información, para resolver problemas, para trabajar en
equipo, para expresar demandas. El problema consiste en definir cómo se
enseñan o se desarrollan estas capacidades. La experiencia de las reformas
curriculares y pedagógicas efectuadas hasta ahora nos indica, al menos, dos
grandes interrogantes:

El primero se refiere a la posibilidad de definir políticas sobre métodos de


aprendizaje. En este sentido, la experiencia internacional indica que existe una
gran diversidad de procedimientos y que los métodos son definidos por los
docentes, aun en casos donde existen fuertes regulaciones y normas exhaustivas.
La estrategia alternativa a la definición de políticas o normas sobre métodos de
aprendizaje consiste en fortalecer el profesionalismo de los docentes a través de
su formación inicial y en servicio.

El segundo interrogante es técnicamente más complejo. Hasta ahora, las teorías


del aprendizaje resolvieron relativamente bien el problema de cómo se aprenden
conceptos científicos o informaciones. Pero los nuevos desafíos plantean el
problema de cómo se aprenden o desarrollan capacidades, valores, actitudes. En
este aspecto, las respuestas son menos categóricas tanto desde el punto de vista
de la teoría del aprendizaje como de sus aplicaciones en instituciones escolares.
El énfasis en la calidad se expresa actualmente a través de la preocupación por
los resultados del aprendizaje. Uno de los aspectos centrales de las actuales
tendencias de cambio educativo consiste, precisamente, en diseñar eficaces
mecanismos de evaluación de resultados.

¿REFORMA O INNOVACIÓN INSTITUCIONAL?


La tendencia a la mayor autonomía institucional supone modificar el esquema
tradicional de “reforma del sistema” por un enfoque basado en las innovaciones
institucionales o interinstitucionales.

En los sistemas educativos de tradición centralista, la innovación estaba reducida


al sector privado o a “experiencias piloto” en el sector público. En el mejor de los
casos, las experiencias exitosas sirven de base para medidas de cambio
generales, con resultados no siempre muy favorables. Actualmente, se reconoce
cada vez más que el éxito de las innovaciones está asociado a la adecuación a
condiciones locales. Por esta razón, parece más importante generalizar la
capacidad de innovar que generalizar las innovaciones en sí mismas. Las
innovaciones exitosas juegan un papel importante desde el punto de vista de la
generalización de la capacidad de innovar, si son utilizadas como centros de
demostración para la formación de personal. Desde este punto de vista, también
se reconoce que la capacidad de innovar está asociada directamente al
profesionalismo del personal.

EDUCACION Y CAMBIOS EN LA ESTRUCTURA SOCIAL DE


AMERICA LATINA
La evolución histórica de la educación y transformación social en América Latina
datan desde el inicio de los procesos de independencia en la región en el siglo
pasado. Así, ya la revolución independentista de las colonias españolas reconoció
la educación como un proceso de sociabilización política de enorme importancia
para la formación de las Repúblicas y de los ciudadanos. Esta idea central fue
interpretándose de distintas formas a medida que la evolución histórica de la
región avanzaba. Lo destacable, sin embargo, es que todos los tipos de procesos
de constitución de la nación estado le han conferido una importancia enorme al
desarrollo de la educación. De esta forma, en algunos casos el fenómeno de la
marginalidad urbana fue percibido como un riesgo para el orden social y los
esfuerzos se concentraron en lograr una nueva estructura de distribución del
ingreso o en crear un tipo de desarrollo generador de empleo a través del sistema
educativo y de la asignación de servicios sociales.

Los procesos de cambio social por modificación de las estructuras productivas y


de sociedades en situación de movilización hicieron que la política dominara la
expansión educativa y se creara una oferta de servicios en relación directa al
poder social de las personas. Y este esfuerzo se centró en lo cuantitativo.

En la primera mitad del siglo XX la reivindicación de la educación como derecho


social tuvo características asociadas a las organizaciones populares, a los
movimientos agrarios, a los movimientos estudiantiles y a los proyectos de
transformación representados por alianzas con fuerte participación de clase media
y apoyo de grupos obreros organizados. Los proyectos de acelerar la movilidad
social por la educación tuvieron en común concentrar los esfuerzos en la
educación primaria y considerar que la transformación cultural. El camino seguido
fue el de lograr un acceso universal a los distintos niveles educativos y en reducir
los requerimientos para aprobar los distintos grados y niveles que prevé
normalmente un sistema educativo. La educación institucionalizada no fue la
culminación de un proceso de integración cultural previo, expresado en la
alfabetización sino que la escuela se estableció en un universo social analfabeto
con un modelo educativo tradicional, de tipo europeo de preguerra, que supone
que el educando tiene los atributos culturales de un niño de clase media
intelectual. La resolución de esta incongruencia tuvo dos opciones: en la mayoría
de los casos consistió en bajar el nivel educativo al del medio social; en los pocos
países que tenían propiamente una institución docente de antigua data y firmes
criterios de evaluación la escuela sancionó con la repetición y la deserción a los
niños que carecían del nivel cultural exigido por la escuela. Obviamente los
castigados fueron y son los niños de hogares de bajo nivel socio-cultural.

Por diversos caminos las discriminaciones socioculturales de raza, clase y cultura


persistieron y se podría hablar de una discriminación relativa mayor de los que aún
no logran terminar la escuela primaria frente a los sectores medios y superiores,
que masivamente acceden a la educación superior. Sin embargo, las igualdades
de oportunidades por la vía educativa fueron comparativamente altas en el período
comprendido entre la década de 1950 y 1980. Primero cuando se compara la
educación, como ascensor social, con la distribución de los ingresos y al ascenso
al poder hay que concluir que la educación fue el principal motor de la movilidad y
del cambio de las sociedades latinoamericanas, porque su expansión se inscribió
en el gran ciclo de cambio estructural de las sociedades. Movilidad educativa y
movilidad estructural fueron los procesos que en breves años permitieron saltar
históricas barreras: se pasó del analfabetismo a la escolaridad masiva, de lo
manual no calificado como actividad dominante de los ocupados al desarrollo de
una diversidad de ocupaciones, muchas calificadas y en muchos países con las no
manuales como dominantes. Las estructuras de la ocupación, de los ingresos y de
la educación que antes tenían forma de mastaba con un obelisco arriba pasaron a
tener forma romboidal. La expansión educativa tuvo un enorme efecto en el
cambio de las expectativas y en la capacidad de los grupos socialmente
subordinados de reclamar por la vía política una modificación de la estructura
social hacia una distribución más equitativa. Tal fue a través de la política que se
presionó hacia cambios que se produjo el mayor avance en la igualdad de
oportunidades. La educación creó las condiciones de la democracia política de la
que podría emerger la democracia social.
CONCLUSIONES
Debido a la falta de democratización cuantitativa y cualitativa los pocos avances
en materia educativa son importantes para la comprobación de los esfuerzos de
las políticas de inclusión para asegurar en forma progresiva el derecho a la
educación en cada uno de los países.

Otro tema importante de la región es el de garantizar los aprendizajes que deben


adquirirse en los distintos niveles de la educación.

A partir de procesos iniciados en los noventa, los distintos países en América


Latina han realizado esfuerzos por trabajar en una concepción de calidad
educativa, La preocupación por aspectos más amplios que los tradicionalmente
considerados, fundados en los principios de obligatoriedad, gratuidad y la no
discriminación, las desigualdades sociales y educativas hacia una búsqueda de la
igualdad con atención, a las formas de expresión de la diversidad que caracterizan
para cada uno de los países.

Hoy día, Muchos países de América Latina y el Caribe tienen claro que para que la
educación cumpla su objetivo que es formar ciudadanos, se deben realizar
cambios a nivel Macro y Micro en un país, ahora se hace necesario la
participación de todos los actores para que realicen un proceso de cambio y se
den las trasformaciones educativas necesarias para fortalecer el saber y el ser de
los ciudadanos, por lo tanto la política educativa en América Latina está centrada
en la expansión y el acceso, en lugar de la calidad y la eficiencia. Este sesgo
significa que, en la mayoría de los casos, las políticas tienen por objetivo fomentar
la expansión, ya que están alineadas a las preferencias de los actores principales.

La importancia de las perspectivas de los organismos internacionales frente a las


diferentes políticas educativas en América Latina, las cuales, si se potencializan
algunas de estas reformas para los países, se puede afirmar que:
Los cambios que se producen en el conocimiento y las exigencias que realiza el
entorno, invitan a la educación superior a revisar las estrategias utilizadas y
dimensionar nuevas formas y posibilidades que permitan adecuarse a la realidad,
sin perder identidad y el objetivo de la misma
La educación superior en América Latina experimentó, en la década de 1990, un
marcado interés por la calidad educativa, al reconocer en ella la principal
herramienta para responder a las exigencias y demandas educativas en un
contexto marcado por desafíos propios del proceso de la globalización

Teniendo en cuenta lo anterior se puede resumir que para poder salir de la


pobreza y propiciar ambientes sostenibles y de crecimiento, se debe construir un
modelo de gestión que esté totalmente ligado con la educación y que este
acompañado de escenarios políticos, sociales y económicos y así evitar
fragmentaciones en los modelos pedagógicos y la sociedad.
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