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DIVINA VOLUNTAD
VOLUMEN 1
TABLA DE CONTENIDO
1
Divina Voluntad Volumen 1
11. El alma debe, como primera cosa, hacer morir en todo y para todo la
propia voluntad, mortificándola constantemente en todo. 56
12. Jesús quiere que el alma se enamore del padecimiento por su Amor:
Por eso la lleva a sumergirse en el mar sin límites de su Pasión. La
primera visión de Jesús doliente. 66
13. Jesús quiere que el alma toque con la mano la propia nada y se
disponga a la más profunda humildad: y por eso la priva de todo
consuelo y gracia sensible, ocultándose a ella. 72
14. El alma experimenta que no es capaz de nada sin Jesús, y que todo lo
debe a Él. Jesús, el verdadero Director Espiritual, la instruye sobre el
modo de comportarse en el estado de oscuridad y abandono, en la
oración, en la comunión y en las visitas a Jesús Sacramentado. 77
15. Jesús solicita al alma, para enriquecerla y embellecerla más y unirla
más íntimamente a Sí, sostener una terrible lucha contra los demonios.
89
16. Luisa supera una terrible prueba, luchando contra los demonios. 98
17. Luisa ve a Jesús doliente una segunda vez y acepta el estado de Víctima
115
18. La Víctima comienza a hacer su función, tomando parte en las penas de
Jesús, coronado de espinas, para reparar por los pecados,
especialmente de soberbia. Comienza para Luisa el ayuno. 123
19. Sufrimientos de parte de la familia. Sumo temor y repugnancia de
Luisa, de que los demás puedan percatarse de sus sufrimientos y de
cuanto le sucedía: pero el Señor hace que lo adviertan. 127
20. La cruz de saber que los propios padecimientos son conocidos por los
demás: y ésta fue también una pena de Jesús. 139
21. Luisa se ve obligada a estar en cama por períodos de tiempo; Se
acentúa la posibilidad de comer. Es llamado por primera vez el
Confesor, el cual la libera del estado de petrificación. 144
22. Una nueva cruz durísima para Luisa: la sujeción, como Víctima a la
potestad de los Sacerdotes. Sufrimientos penosísimos que tuvo que
soportar por parte de ellos. 149
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Divina Voluntad Volumen 1
52. Los valores de la Cruz. En lugar de la Cruz que ha tenido hasta ahora,
Luisa recibe otra mucho más grande. 319
53. Nuevas participaciones de Luisa en las penas de la Pasión de Jesús.
325
54. El Juicio de la Cruz. 327
55. Luisa hace la confesión de sus pecados a Jesús. 332
56. Efectos de la Gracia de la confesión hecha a Jesús, renovada más veces.
340
57. Termina la narración. La nueva guerra entre Italia y África. 344
58. Los diversos modos con que Jesús habla a Luisa. 349
59. Prosigue la Novena del Nacimiento, con la cual empezó el volumen.
364
60. 3er. EXCESO DE AMOR
El Amor devorador. 366
61. 4o. EXCESO DE AMOR
El Amor obrante, que le renueva a Jesús desde el primer instante de
su Vida las penas de su Pasión. 369
62. 5o. EXCESO DE AMOR
El Amor abandonado en amarga soledad. 373
63. 6o. EXCESO DE AMOR
El Amor sofocado y confinado en las tinieblas del pecado y de la
ingratitud. 377
64. 7o. EXCESO DE AMOR
El Amor no correspondido y herido por la ingratitud de las criaturas.
381
65. 8o. EXCESO DE AMOR
El Amor mendicante, gimiente y suplicante. 384
66. 9o. EXCESO DE AMOR
El Amor agonizante que quiere ser vencedor. 389
5
Divina Voluntad Volumen 1
CUADERNO DE “MEMORIAS DE LA
INFANCIA”1
J.M.J FIAT
Julio, 15-1926
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Divina Voluntad Volumen 1
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Divina Voluntad Volumen 1
5
El padre de Luisa fue Vito Nicola Piccarreta y la madre Rosa Tarantini, ambos de
Corato. Para su matrimonio hubo necesidad de recibir una dispensa, porque tenían
cierto grado de parentesco. De su matrimonio tuvieron cuatro hijas: María, Raquel,
LUISA y Angela. Esta última vivió siempre con Luisa y no se casaron. Los padres
murieron con pocos días de diferencia, en 1907: la mamá el 19 de marzo y el papá como
tres semanas después (Vol. VII, 13-III y 9-V-1907).
12
Divina Voluntad Volumen 1
16
Divina Voluntad Volumen 1
Y Él:
8
Tuvo un nuevo desengaño de estas religiosas; después se dirigió a Trani, con el
propósito de pedir la admisiónen las Clarisas del monasterio de San Juan (de clausura).
No fue aceptada, porque su madre habló de su precaria salud física. Luisa tenía como 14
años.
9
Nada supieron decir nunca los médicos de lo que Luisa llama “enfermedad”…, que la
tuvo por 64 años enteros en cama, hasta su muerte.
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Divina Voluntad Volumen 1
10
Ya sea en Corato, ya en otra parte, se puede vivir en el Divino Querer en todas partes;
pero se debe vivir como vivió Luisa. “Créeme, mujer, que es llegada la hora en que ni en
este monte ni en Jerusalén, adoraréis al Padre… Ya llega la hora y es ésta, cuando los
verdaders adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, pues tales son los
adoradores que el Padre busca. Dios es espíritu y los que le adoran han de adorarle en
Espíritu y en Verdad” (Jn 4, 21, 23-24).
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– LIBRO DE CIELO –
VOLUMEN I
J. M. J.
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¡Oh mi Dios!
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Y ahora comienzo
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4. Conclusión de la Novena11
11
Las últimas siete horas de la Novena las puso Luisa por obediencia al final de este
primer volumen.
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Y sucedía así:
Y continuaba diciéndome:
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Y yo le decía:
Y Él:
Y yo:
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Y Él:
50
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Y Él me decía:
Y yo:
Y Él:
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La Caridad, me decía:
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59
Si caminaba y mi vista se iba un poco lejos,
pronto me reprendía:
13
Esta primera visión la tuvo a la edad de 13 años más o menos.
Jesús, Jesús, Jesús
13. Jesús quiere que el alma toque con la
mano la propia nada y se disponga a la
más profunda humildad: y por eso la priva
de todo consuelo y gracia sensible,
ocultándose a ella.
Y Él me decía:
14
Por primera vez Jesús le da ese nombre.
“Señor, mira, sin Ti no he podido hacer nada
bien, la meditación la he hecho toda distraída,
fea, tanto que no tenía ánimo de ofrecértela.
Y yo:
Y El:
Y Jesús a mí:
17
En esta visión de Jesús, Luisa perdió los sentidos la primera vez.
redujeron casi a pedazos; y después, todo molido,
Lo pusieron en brazos de la Virgen Santísima.
18
En un cuaderno intitulado “Peripecias de un alma que tiende a la perfección” hablando en
tercera persona dice: “que había sido llamada por Dios a abrazar el estado de Víctima desde la
edad de 16 años”.
Y yo a Él:
- “Todo lo abrazo por amor tuyo…”.
20
“En el transcurso de cerca de tres años…”, ha dicho antes: desde los 13 o 14 años hasta los
16 en que acabó esta prueba poco a poco.
Entre tanto la familia viendo que a nada
conducían los remedios ordenados por el primer
médico, procuró hacerme visitar todavía por
otros, que no lograron mejorar mi salud; y yo,
derramando siempre amarguísimas lágrimas, Le
decía a mi amable Jesús:
Estamos en el año de 1883 y Luisa comienza su vida en la cama. De manera definitiva Luisa
quedará en cama a los 22 años de edad (desde principios de 1888).
con el único fin de confesarme. Habiendo venido
éste y al encontrarme en estado de casi
petrificación, me dio la obediencia de abandonar
el estado de adormecimiento mortal y,
haciéndome la señal de la Cruz, me ayudó a salir
del entorpecimiento nervioso; y cuando me
recobré del todo me preguntó:
24
Esta guerra contra Luisa, cada vez más franca, iniciada desde entonces, se prolongó por
toda su vida, hasta hacerla condenar en sus escritos, en 1938.
¡Sabe Dios cuántas veces Le he rogado,
derramando amarguísimas lágrimas, que me
liberara de tan dolorosa sujeción a su Ministro!
26
El Padre Cosma Loiodice, Agustino. Poco después de estos hechos, este su Confesor debió
dejarla y se sujetó a los cuidados de D. Michele De Benedictis.
- “Padre mío, no está en mi poder caer o no
caer en este estado de adormecimiento mortal.
27
Fue el año de 1887.
Yo entonces a Él:
Y yo:
El me repuso:
31
Piénsese en estas primeras alusiones que Jesús hace a Luisa sobre la misión única a la cual
la destina, como depositaria y dispensadora, fundadora de una estirpe y modelo del Reino del
“FIAT” Divino en medio de las criaturas.
Entonces sí que podrás decir que no hay
cosa que te haga distinta de Jesús”.
¿Estás contenta?
¿Qué cosa?
34
¡Piénsese qué significa estar por 64 años en una cama (sin ni siquiera una laceración de
decúbito), sin estar enferma de enfermedad natural! ¡Dependiendo esto de voluntaria
obediencia! Esto es lo que ella llama “su estado habitual”.
(Cfr. Vol. 8º., 8 – V – 1908)
caso que el Señor quisiera tenerme en este estado
de Víctima, ya que experimentaba la bondad de
su Querer, que me procuraba la verdadera
resignación y uniformidad con su Santa
Voluntad, que sabe hacer cambiar la naturaleza a
las cosas y hasta lo amargo que lo convierte en
dulce.
35
Primer día del año 1888.
Después que Jesús habló así, desapareció
dejándome como revestida de un ropaje de
sufrimientos, los cuales me penetraban hasta la
médula de los huesos, tanto que no pude ya
recobrarme de aquel estado casi mortal sin la
intervención del Confesor; por lo cual la familia,
viéndome en ese estado, pensó en enviar por él,
mientras yo, así dolorida, pensaba en lo que diría
el Confesor al encontrarme contra su prohibición
en estado de mayores sufrimientos; ¿pero qué
hacer?
Y en respuesta Le decía:
37
Téngase presente que estos escritos son queridos por Jesús para hacerla describir a ella
misma (le dirá un día), y la perfección a la que ha hecho llegar su alma; por eso Luisa no
puede dejar de aparecer. (Cf. Vol IIo., 22 de septiembre 1899)
¡Oh, cuán gratas y suavemente deliciosas me
han sido las comunicaciones de espíritu de
Jesús!
Y yo a Él:
Y Jesús:
Y yo:
41
N.T. Comprensores, se refiere a los Santos que ya están en el Cielo, gozando de las
Bienaventuranzas Eternas.
De ahí que al alma, si salida del cuerpo a
poco es transportada a aquel Reino feliz, al volver
luego a su propia cárcel del cuerpo, le es
imposible decir todo lo que ahí ha visto y
comprendido; sin embargo en la mente tiene toda
la impresión de lo que ha percibido.
Y yo:
Y yo a Él:
Y yo:
- “¿A dónde?”.
Y Él:
- “Al Cielo”.
Y yo:
Y Jesús entonces:
Y Él:
Y yo:
- “Sí, sí…”.
Y yo:
Y Jesús, plácidamente:
42
No se puede saber a qué se refiere: no por cierto al tiempo transcurrido en el lecho, porque
casi un año después de haber permanecido en él, recibió el Desposorio y once meses después
el Matrimonio.
Y esta Gracia me fue otorgada la víspera de la
Natividad de María Santísima43; he aquí de qué
manera:
43
El 7 de septiembre de 1889; Luisa tenía 24 años.
Bajando luego a considerar mi miseria y
tocando mi nada y la nulidad de las cosas
terrenas, que delante de Dios desaparecen como
sombra de niebla al golpe del viento, me veía
apenas como un pequeñísimo microbio, envuelto
en ligerísimo polvo, que para ser destruido y
deshecho bastaría la más pequeña acción de
cualquier otro gusanillo…
Y se dice a sí misma:
Y Jesús a mí:
“Es justo y necesario que Yo hable de ti. Estaría bien que un ESPOSO, EL CUAL DEBE
CELEBRAR DESPOSORIO CON SU ESPOSA, deba tratar con los demás y no con ella,
siendo necesario que se confíen sus secretos, que uno sepa lo que tiene el otro, para
que los padres doten a esos esposos y que por anticipado el uno se acostumbre a las
maneras del otro?”.
Y Sonriendo respondió: - “Tu familia es la Trinidad; ¿no te acuerdas que en los primeros
años de cama, te conduje al Cielo y delante de la Trinidad Sacrosanta hicimos nuestra
unión? Y ella te DOTO DE TALES DONES QUE TU MISMA NO LOS HAS CONOCIDO
TODAVÍA; Y LO QUE TE HABLO DE MI QUERER DE SUS EFECTOS Y VALOR, SON
DESCUBRIMIENTOS DE LOS DONES CON QUE DESDE ENTONCES FUISTE DOTADA. De
mi dote no te hablo, porque lo que es tuyo es mío. Y luego, después de pocos días
bajamos del Cielo las Tres Divinas Personas, tomamos posesión de tu corazón y
formamos en él nuestra perpetua morada; tomamos las riendas de tu inteligencia, de
tu corazón y de ti misma y todo lo que tú hacías era un desahogo DE NUESTRA
VOLUNTAD CREADORA EN TI, eran CONFIRMACIONES DE QUE TU QUERER ESTABA
ANIMADO DE UN QUERER ETERNO. El trabajo está ya hecho; no queda sino hacerlo
conocer, para hacer que no solo tú sino también los demás puedan tomar parte en
estos grandes bienes; esto lo estoy haciendo, llamando ora a un ministro mío, ora a
otro y también a ministros de partes lejanas…”.
encontrado; otras veces, habiendo salido fuera de
mí, al llamarlo me ha respondido con prontitud y
me ha hablado abiertamente, como pueden
hablar entre sí dos personas.
Y yo:
46
Es el 14 de septiembre; posiblemente el año 1890.
Pues en ti ha entrado el ansia de poseer el
Cielo con todas sus riquezas: enamórate cada
vez más de la Cruz, que ella te suministrará
todas las riquezas, comenzando por los más
mínimos centésimos, cuales son los más
pequeños sufrimientos y de cualquier especie,
hasta las más incalculables sumas como las
que procuran las cruces más pesadas… Entre
tanto los hombres, por haberse hecho tan
ávidos de procurarse la más pequeña ganancia
de una mera paga temporal, que pronto
tendrán que abandonar, no se preocupan en
absoluto de adquirir un centésimo de bien
eterno; y cuando Yo, compadeciéndome de
ellos por el descuido que tienen de todo lo que
se refiere al bien eterno, benignamente les
ofrezco la ocasión de aprovechar de él, ellos en
vez de serme agradecidos, Me menosprecian y
Me ofenden con su obstinación.
Y Jesús:
- “Prométeme no pecar más alejando de ti
toda sombra de mal, que pudiera de nuevo
ofenderme”.
47
Son las primeras alusiones a la explicación de lo que es vivir en la Divina Voluntad.
Conmigo, para hacerme recobrar las fuerzas
perdidas, usa de las Gracias más singulares,
como, entre otras, la de la mencionada
absolución, la cual me ha sido impartida por
Jesús muchas veces y en la cual ha tomado ora el
aspecto de un Sacerdote que, como tal, primero
me confesaba, haciéndome sentir en mi alma
diferentes efectos y después, terminada la
confesión, se hacía reconocer tal como era Él; ora
tomaba el aspecto del Confesor, tanto que,
creyendo que hablaba con él, le abría mi corazón
para hacerle conocer el estado de mi alma, con
sus temores, dudas, penas, angustias y
necesidades, pero después, por las respuestas
que me daba y por la suavidad de su Voz, pero
intercalada entre la del Confesor y la suya, por el
trato afable y por los efectos internos que yo
experimentaba de un modo diferente a los
ordinarios, venía a descubrir que Aquellos no
eran otro que Jesús.
Pues, digo:
El Amor devorador.