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Los wayuu – ( goajiros )

Los Wayúu son un pueblo amerindio, aborigen nómada de la Península de la Guajira,


sobre el mar Caribe, que habita territorios tanto de Colombia como de Venezuela, sin
tener en cuenta las fronteras entre estos dos países latinoamericanos, siendo la etnia
indígena más numerosa en ambos estados.

Geografia :

Ocupan un territorio de 15.300 km2 dentro del departamento colombiano de La Guajira,


Colombia, y 12.000 km2 dentro del Estado de Zulia, Venezuela. El clima de sabana
xerófila al sur y occidente (Baja Guajira) y de estepa árida o semiárida al norte y oriente
(Alta Guajira), es cálido y seco, la lluviosidad de esta región es muy reducida y sólo hay
lluvias en el juyapu, entre septiembre y diciembre. En la Alta Guajira está el
denominado Macizo Guajiro1 conformado por las Serranías Macuira, Jala'la, Chiare,
Cojoro y Cocinas y el cerro Epitsú, que alcanzan hasta 900 m.s.n.m. Al sur de la baja
Guajira corren, hacia el occidente el río Ranchería y el río Limón hacia el oriente. El
pueblo Wayú habita la árida península de la Guajira al norte de Colombia y noroeste de
Venezuela, sobre el mar Caribe. Es una región con un clima cálido, seco e inhóspito,
bañada por los ríos Ranchería (Colombia) y El Limón (Venezuela). Presenta unas
estaciones climáticas marcadas por una primera temporada de lluvias, denominada
Juyapu, que se desarrolla durante los meses de septiembre a diciembre, seguida de una
época de sequía, conocida como Jemial, que va desde diciembre hasta abril.
Posteriormente, viene la segunda temporada de lluvias, llamada Iwa, para rematar con
una larga temporada de sequía que va desde mayo a septiembre

Población

Los wayúu son el pueblo indígena más numeroso de Venezuela y de Colombia;


representan cerca del 8% de la población del estado Zulia y cerca del 45% de la del
departamento de La Guajira2 y sobrepasan las 500.000 personas.

Historia

El pueblo wayúu es uno de los pueblos arawak que, como una gran corriente migratoria,
se desplazaron tanto por la Amazonia, como hacia las Antillas, a donde llegaron hacia el
150 a.C.

Hacían parte de sus costumbres ancestrales, la caza, pesca y recolección, así como la
horticultura, donde ella era posible, al sur de la península o en otros lugares con un
ambiente menos desértico que el actual. La vivienda era comunal, en forma de maloca.

Aunque el contacto con los conquistadores europeos data del siglo XVI, los wayúu no
fueron conquistados sino hasta muy tardíamente, después de la independencia de
Colombia y Venezuela. En esto influyó tanto la resistencia indígena, como las duras
condiciones ambientales del desierto, que sirvió como refugio a los wayúu.
La intervención europea supuso sin embargo la pérdida de tierras agrícolas y áreas de
caza, que los wayúu compensaron con el pastoreo de especies introducidas,
especialmente las cabras y, en menor medida, bovinos. Conflictos frecuentes ocurrieron
por la política de los europeos de controlar la pesca de perlas. Luego, aprovechando los
enfrentamientos entre españoles, holandeses e ingleses, fueron capaces de desarrollar
una actividad comecial intensa, que ampliaron durante el período republicano.

A pesar de la expansión de las dos Repúblicas sobre su territorio, los wayúu


mantuvieron una amplia autonomía extralegal que sólo recientemente han reconocido
consitucionalemente ambos estados y que se caracteriza por la aplicación del derecho
propio3 en todo el territorio propio.

Economía

Pueblo dedicado especialmente al pastoreo.4 Los bovinos se consideran el mayor valor,


pero su crianza es limitada por las condiciones ambientales. Cada clan tiene una marca
de hierro, ya que el ganado es marcado con el símbolo clanil. Las cabras (kaa'ulaa) o
chivos, registran el mayor número de cabezas y son cuidados en rebaños de 100 a 150
animales y a veces de muchos más. Anteriormente se criaban muchos caballos, asnos y
mulas, pero en los últimos años las epidemias han diezmado estas especies.

Entre los wayúu el ganado es la principal riqueza y además el principal motivo de


prestigio. Aunque se comercia con él, se intercambia de modo no comercial: para sellar
una alianza matrimonial, como derecho sobre una descendencia o para compensar daños
o delitos, solucionar conflictos y establecer la paz. Además, el pastor asocia su ganado a
los rituales que marcan su ciclo vital. Donde es posible, tiene una pequeña huerta
llamada apain, donde siembran maíz, fríjol, yuca, pepino, auyama, melón y sandía, sin
que puedan rotar ni variar de cultivos, debido al clima.

La economía es mixta pues se requiere también de otro tipo de actividades económicas


como la pesca, el comercio, la producción textil tradicional, la cerámica y el trabajo
asalariado en haciendas, en las minas de carbón de El Cerrejón, en manos de la Exxon y
la Glencor, en las explotaciones de talco y dividivi o en el sector de servicios.

La explotación de la sal marina en Manaure era realizada desde antes de la llegada de


los europeos. Primero la Corona española y luego el estado colombiano explotaron las
salinas y varios wayúu se hicieron asalariados, aunque otros mantuvieron explotaciones
artesanales. En 2005, después de una larga lucha, transitoriamente la explotación de la
sal estuvo de nuevo en manos de los indígenas, pero una sentencia los ha despojado
nuevamente.
Los yukpas

Los yukpa son el único grupo étnico de filiación caribe que reside en el occidente de
Venezuela. Sus asentamientos se ubican en los valles de la vertiente venezolana de la
Sierra de Perijá, en el Estado Zulia, desde el río Santa Rosa en el sur, hasta el alto río
Guasare; ríos Palmar y Lajas en el norte.

Su presencia en esta región montañosa se registró desde la expedición de Alfinger y su


hueste cuando ésta cruzo la serranía en 1630. Desde el comienzo del siglo 17 los
españoles iniciaron su contacto con los yukpa con el establecimiento d encomiendas en
tierras de los llamados "Marcotes". Durante el período colonial los yukpa se designaban
con diferentes nombres locales: Macoa, Sabril, Aratomo, Coyamo, Chaqué, etc. En
tiempos más recientes, hasta los años 60, se acostumbraba llamar "motilones mansos" a
los yukpa, en oposición a sus vecinos barí, los motilones bravos, con la creencia errónea
de que ambos pertenecían a la misma etnia.

El grupo étnico yukpa presenta cierta homogeneidad cultural. No obstante, el relieve


muy accidentado de la Sierra de Perijá, al parecer, ha producido unas diferencias
geográficas en la etnia, principalmente marcada a nivel dialectal, que han contribuido a
la formación de un subgrupo diferente en prácticamente cada valle. Estas diferencias se
acentúan más entre un extremo y otro en el territorio yukpa: entre los Irapa en el valle
del río Tukuko, y los Japreria en los valles de los ríos Lajas, Palmar y alto Guasare,
pasando por los Shaparu cerca del Tukuko, los Parirí y Wazama del río Yasa, los
Rionegrinos del río Negro, y los Macoíta de los ríos Aponcito y Macoa.

Los asentamientos yukpa se distribuyen en forma dispersa en la Sierra de Perijá.


Tradicionalmente, éstos eran más pequeños que en la actualidad, y estaban conformados
por una familia extendida encabezada por su jefe, y agrupaban varias viviendas en cada
una de las cuales habitaba una familia nuclear, Actualmente, los asentamientos son de
mayor tamaño y, desde la retirada de los barí hacia el sur, muchos de ellos se han
establecido en las tierras bajas al pie de la Sierra, especialmente en la misión del
Tukuko y sus alrededores.

La agricultura de tala y quema sigue siendo su principal actividad de subsistencia,


complementada por la caza, la pesca, la recolección y una incipiente ganadería. El maíz
es el cultivo y alimento principal de los yukpa, combinado con la yuca dulce, los
plátanos y los cambures, En las últimas tres décadas el cultivo del café se ha extendido
por todas las comunidades, y constituye el cultivo comercial más importan le de sus
familias. Los yukpa comercializan el café a través de su propia empresa cooperativa
establecida en Machiques.

El contacto de los yukpa con la sociedad criolla ha producido profundos cambios en su


cultura material. El surgimiento de asentamientos de gran tamaño, conformados por
viviendas rurales son una expresión visible de este cambio. No obstante, los yukpa han
logrado conservar una fuerte identidad cultural con su lengua, su organización social y
económica y sus creencias religiosas. Los yukpa contemporáneos son más conscientes
de sus derechos y, hoy, se mantienen unidos en la defensa de su unidad territorial frente
a Ios proyectos de explotación de carbón en su tierra.
LOS PEMONES

PUEBLO PEMÓN

UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Los Pemón habitan principalmente en unas de las zonas más impresionantes y turísticas
de nuestro país: La Gran Sabana, en el Parque Nacional Canaima y en la Sierra de
Imataca, al sureste de Venezuela. Es una zona muy extensa llena de paisajes
impresionantes y de una vegetación y fauna muy rica y variada. Por su ubicación
geográfica, el Pemón se ha venido adaptando de manera progresiva a los cambios
originados por la construcción de la carretera internacional Troncal 10 que cruza el
Parque Canaima y La Gran Sabana hasta Brasil, lo que ha originado un flujo bastante
importante de turistas por toda esta región, además las relaciones comerciales entre
ambos países se ha incrementado con la construcción de esta moderna vía terrestre. Por
lo tanto, el Pemón se ha tenido que acostumbrar al turismo y a la cantidad de gente que
transita por esos lados; y esto ha sido muy positivo para ellos porque algunos han
podido trabajar como guías turísticos de Canaima y la Gran Sabana.

GENERALIDADES

Los Pemón pertenecen al grupo lingüístico Caribe y la palabra “Pemón” se usa para
agrupara varias etnias que comparten una misma cultura, y significa algo similar como
“persona” o “gente”. Sin embargo, entre ellos hay diferencias somáticas y lingüísticas
porque no todos se encuentran ubicados en la misma región. Los Pemón se agrupan en
tres grupos distintos:

Taurepan: Quienes se ubican al sur del país cerca de la frontera con Brasil,
específicamente en santa Elena de Uairén hasta las cercanías del tepuy Roraima y del
río Kukenan.
Arekuna: son aquellas que viven al noreste de la cordillera del Roraima y en el valle de
Kavanayen. El arekuna, es muy similar al akawaio y el taurepán al makushí, lo que
facilita la intercomunicación con otros pueblos indígenas también caribe hablantes de la
región.
Kamarakoto: Este último grupo viven al oeste del río Karuay, región del Caroní, la
Paragua y en el valle de Kamarata.

La principal actividad de subsistencia es la agricultura itinerante o de tala y quema, lo


cual se trata de la tala de pequeños claros para hacer los conucos. Basan gran parte de su
dieta y alimentación en productos elaborados a base de yuca amarga, ya que es de lo
poco que se da en estas tierras de la Gran Sabana, en donde la agricultura no es una
tarea fácil. Cultivan la yuca amarga como la dulce y de allí obtienen el casabe, el
almidón, el Kashiri que es una bebida que hacen al igual que los Kariña, con un alto
grado de alcohol y que es usada con diversos fines entre los Pemón. También cultivan
ñame, mapuey, ocumo, batata, maíz, caña de azúcar, piñas, algodón, arroz y plátanos.
Los trabajos se dividen por sexos como en casi todos los pueblos. A los hombres les
corresponden las tareas más difíciles y más fuertes como la tala de conucos y las labores
de cacería. En cambio las mujeres realizan las tares como la siembra y cosecha de los
conucos y la preparación de alimentos. También es muy importante para los Pemón la
caza y la pesca. Cuando falta la carne en la mesa o dentro de alguna dieta del Pemón,
aunque haya abundancia de comida vegetal, salen a cazar o a pescar con el fin de
conseguir lo que sea necesario. De la caza y pesca sacan el complemento de su dieta
alimenticia. Su economía gira en torno de la agricultura y la minería.

Los Pemón son de rasgos agradables y amistosos para con todos. Su vida es bien
tranquila, más no pasiva, porque son muy trabajadores y buenos artesanos y cazadores,
conocen bien su entorno y como viven en una zona minera, fronteriza y turística, tienen
que luchar contra algunos problemas como la explotación ilegal de la minería, las
enfermedades, el clima, etc.; pero es un pueblo muy alegre, festivo, servicial y algo
tímidos con los extraños, pero entregados a su familia y a la actividades diarias. En
cuanto a cómo viven los Pemón: construyen tres tipos de casas para su vivienda: la
Maloca o Waipá, el Tapuy y el Tapuruka. La Waipá es una casa redonda y es el tipo de
casa habitacional propio de los Pemón. También los Pemón viven en churuatas como
otros grupos indígenas. Todas las casas tienen el suelo de tierra apisonada, las paredes
de bahareque y el techo de palma y paja, con una o dos puertas de entrada y con pocas
ventanas. Adentro de la vivienda, no suele haber adornos ni mesas, ni sillas, sino unos
banquitos muy bajos llamados “aponok” Tienes fogones y cada matrimonio tiene el
suyo propio.

Artesanía: Los Pemón tejen redes para pescar que los llaman “pente” e “iruk”. También
tejen cestas de fibras vegetales que van desde las esterillas hasta cestas de todo tipo y
tamaños, como por ejemplo, las cestas para transportar objetos de cacería y de pesca,
algo así como un porta cerbatanas o estuches de paja para los accesorios de arcos...
cestas para llevar utensilios, para transportar alimentos, cosechas, bebidas, hacen
algunas cestas para cuando van a pescar y se llevan los pescados allí; también para
llevar y traer frutos...También hacen guayares y sebucanes. Hacen chinchorros con el
algodón de muchos tamaños y colores.

No se duda que la cerámica Pemón es una de las mejores elaboradas, y por ende, sus
ollas constituyen un producto tradicional de comercio con sus etnias vecinas Yekuana,
con los que las intercambian por curiaras y rallos para preparar el casabe.

Los Pemon

Constituidos, hoy día, en el tercer grupo indígena numéricamente más importante en el


país, los pemón forman parte de la familia lingüística caribe. Su nombre se traduce
como "gente" y les sirve para distinguirse de la población criolla y de otros grupos
indígenas. Actualmente, habitan la región sureste del Estado Bolívar y áreas vecinas de
las Republicas de Guyana y Brasil.

Los pemón se dividen en tres subgrupos, atendiendo principalmente a sus variantes


dialectales: kamarokoto, taurepán y arekuna. Aunque no se pueden establecer
delimitaciones geográficas rígidas, los arekuna se concentran en la zona norte del
territorio pemón, mientras los taurepán se ubican hacia el sur, en dirección este-oeste en
la boca del río Maurak. Los kamaracoto se encuentran en la región de Kamarata y
Urimán.
La mayoría de las comunidades dé este grupo étnico están asentadas en área de sabana;
en las proximidades de ríos y bosques. Son comunidades pequeñas, generalmente
conformadas por casas agrupadas o dispersas, siendo la familia nuclear la base de su
organización socioeconómica.

Los pemón han sido adicionalmente horticultores y utilizan el sistema de conucos para
sus cultivos. También se dedica a la caza, la pesca y la cría de animales domésticos. Sin
embargo, como consecuencia de la explotación minera y de la afluencia del turismo que
ocurre actualmente en su área tradicional de ocupación, este grupo ha variado sus
actividades económicas m tradicionales y, hoy día, también se dedica a la minería y a
diversas ocupaciones en las empresas mineras de la Región de ce Guayana. Este
contacto ha generado cambios en sus patrones de habitación y especialmente en sus
viviendas, en las cuales incorporan, cada vez más, materiales de construcción como u
zinc, asbesto, cemento y bloque.

A pesar del contacto permanente con la población criolla y el desarrollo industrial de la


región, los pemón han logrado fa preservar su identidad cultural, apoyados en la
perpetuación de UI su lengua, sus tradiciones culturales y el apego a sus tierras.

WARAO

PUEBLO WARAO

La palabra “Warao” o “Guarao” significa “gente de canoa”, ya que son muy buenos
navegantes. Este pueblo es el segundo grupo indígena más numeroso entre la población
venezolana, pasan de los 10 mil individuos y es la única etnia que utiliza velas para
navegar.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA

Los Warao se encuentran ubicados en el extremo oriental de Venezuela, en la mitad del


área nororiental de estado Delta Amacuro, en las Cuencas de los Ríos San Juan,
Guanipa y Guarapiche del estado Monagas; así como también en las zonas del
Amazonas, Sucre y la Guayana Esequiba. Aquellos Warao que han tenido que ubicarse
en Tucupita se han visto sometidos a rápidos e intensos cambios, mientras que los que
viven en el Delta Central, conservan relativamente su cultura tradicional.

GENERALIDADES

Los Warao habitan en tierras pantanosas y éstas los han protegido contra la colonización
masiva y la aculturación. La mayoría viven en viviendas lacustres y en palafitos a orillas
de los caños o ríos; en su interior se cuelgan los chinchorros en posición paralela al río.
Crían pequeños báquiros o “ibure”, gallinas o “karina”, gallos o “karina níbora”,
cochinos o “ibure jukana”, es decir, báquiro que lleva rabo. Desde los años 40,
adoptaron como forma de subsistencia la siembra de conuco para el autoconsumo, y
posteriormente, del arroz para la venta. También en cuanto a la agricultura, la igual que
los Kariña, la palma de moriche es muy importante para ellos, éstas crecen en las zonas
pantanosas, desperdigadas en el agua salada y del centro de su tronco, extraen la harina
“yuruma” con la que preparan un pan que utilizan para ofrecer en ciertos rituales; y
también la utilizan como alimento, consumen sus frutos y preparan casabe con el cuerpo
de la palma, bebidas y también la utilizan para la fabricación de implementos utilitarios
tales como: chinchorros, cuerdas, etc. Con las hojas de la palma de moriche, hacen los
techos de sus casas, sus utensilios, herramientas de trabajo y artesanía.

Hasta hoy en día los Warao se han mantenido con la siembra de conuco. Su alimento
principal es el almidón, el cual utilizan para la preparación de varios de sus platos. Los
Warao, como muchos otros grupos indígenas en el país, han sabido adaptarse a la vida
moderna y convivir con la población más civilizada. Sin embargo, han logrado
mantener su identidad y valores ancestrales aun ante el fenómeno de la globalización.

El idioma Warao ha sido incluido dentro de la familia lingüística Independiente. Los


Warao se caracterizan por ser muy diestros navegantes, de aquí la etimología del
vocablo warao que significa “gente de la Curiara” (wa: curiara, arao: gente),
diferenciándose así de los pueblos no guaraúnos con el vocablo jotarao que significa
“gente de la montaña”.

Las mujeres se dedican al trenzado del chinchorro, al tejido de cestas, chinchorros para
cargar bebés (daunakaja), mapires, sebucanes y cedazos. Además, ayudan a los hombres
en las siembras de sus conucos (yuca, ocumo chino, plátanos, otros) y en la recolección
de frutos principalmente el proveniente de la palma de moriche, huevos de tortuga,
iguanas, caracoles, cangrejos, miel. En cuantos a los hombres, se dedican a la caza,
pesca, construcción de canoas y actualmente a la siembra de arroz y corte de madera
para satisfacer la demanda nacional. La caza tiene poca importancia para los Warao,
pero la pesca es su profesión originaria.

COSTUMBRES Y TRADICIONES

Los Warao se agrupan desde las épocas ancestrales, en pequeñas comunidades de


carácter endogámicas. Estos pequeños pueblos están dirigidos por un anciano, el
“gobernador”, acompañado de un “capitán” y de un “fiscal”, cuyos papeles principales
son la organización del trabajo comunal y de los eventos culturales y tradicionales.

La mujer tiene un papel muy importante dentro del núcleo familiar, especialmente la
mujer más vieja de la casa. Es la que administra la economía del hogar apropiándose de
la caza y de la cosecha de su marido y yernos, los cuales viven y trabajan para la familia
de su esposa hasta formar su propio hogar.

Matrimonio: En general son monógamos, pero está permitido que los ancianos y los
individuos de prestigio se casen con varias mujeres, de preferencia, hermanas entre sí.

Los Warao siguen siendo un pueblo único. Su lengua no se parece a ninguna otra y se
remonta a varios milenios. Este pueblo es como surgido de la historia sin otro origen
cultural que el suyo propio. Pero los Warao también son un pueblo en peligro, cuya
ética y tradiciones se encuentran amenazadas por la explotación masiva, los políticos, la
corrupción administrativa e incompetencia. La utilización de los Warao como mano de
obra trabajadora, la introducción de salarios y principios criollos causan una
desintegración cultural en su funcionamiento y organización tanto social como laboral.

Creencias: Las creencias de los Warao son muy peculiares e interesantes. Para ellos, la
tierra es un disco que flota en el mar, y, tanto el firmamento como el mar se unen
formando una gran campana. Por eso llaman a la tierra “obvia” que significa “aquello
rodeado de agua”. Ellos creen además que el firmamento es como otro mar, líquido por
arriba y sólido por abajo; y que la lluvia no son más que filtraciones a través de esa
capa.

Los Warao se guían por el calendario lunar. Este astro es parte fundamental de sus vidas
y más importante que el sol, ya que la luna los guía en todas sus tareas: la pesca, la caza,
la siembra y la recolección. Cuando hay un aguacero fuerte o una inundación, la llaman
“joida”, y como el Orinoco se inunda exactamente una vez al año, el término “joida”, ha
pasado también a ser la forma en la que se refieren al paso de un año.

Muerte: Cuando muere un Warao, la persona fallecida se entierra en un tronco vaciado.


Después de algunos meses, cuando el cadáver se ha descompuesto totalmente, los
Warao recogen los huesos y los colocan en un corto pedazo de una corteza vaciada.

Enclaves afrovenezolanos

Para comprender la participación de los (as) afrodescendientes como sujetos activos


en la construcción histórica del país, no partimos ya desde el recurrente concepto de
opresión y sumisión representado en las unidades de producción colonial, sino desde los
espacios conformado en los diversos territorios geográficos y simbólicos que
constituyen procesos particulares en la continua recreación de las expresiones propias
de la presencia ancestral africana.

Costa central

Por razones históricas y geográficas, a lo largo de la costa central del país se encuentran
algunos de los principales enclaves de que con más fuerza manifiestan la africanidad.
Según Humbolt, durante el siglo XVIII las grandes haciendas de cacao estaban
ubicadas en Chuao, Choroní, Ocumare Turiamo y Guaigaza, Estado Aragua, a lo
largo y ancho desde la Guaira, Caraballeda, Naiguatá hasta Chuspa en el Estado Vargas;
Caucagua, Capaya, Curiepe, Panaquire, El Guapo, Cúpira en Barlovento, Yare en el
Estado Miranda, Aroa en el Estado Yaracuy.
Miranda

Barlovento

Barlovento es símbolo por excelencia de la afro-venezolanidad. Tierra y cacao es un


binomio que se proyectará a todo lo largo del siglo XVIII y XIX en los valles de
Barlovento.

En ese sentido, la apropiación de la tierra y los cultivos cacaoteros van encaminando al


desarrollo y poblamiento de esta región.

Curiepe, Estado Miranda, fue el primer pueblo de la historia de Venezuela fundado por
afrodescendientes libres en las primeras décadas del siglo XVIII.
Entre sus fundadores se encontraban personas procedentes del Congo que habían
logrado su libertad al huir de Curazao, llegando a Venezuela como cristianos conversos.

Aun hoy en día, en esta región es donde más se manifiesta la cultura de resistencia.

En esta región voces, ritmo y espiritualidad provenientes del Congo y del antiguo
Dahomey se encontraron para reconstruir sus fiestas, al compás de los códigos
religiosos impuestos y donde crearon nuevas configuraciones integradoras alrededor de
sus Nkisis ( espíritus de la noche y el día).

e llama así por ser uno de los pocos sitios en Venezuela donde los vientos alisios,
cargados de humedad, soplan perpendicularmente sobre la costa. La playa de arena de
Barlovento desde Cabo Codera hasta Boca de Uchire, un arco de 95 kilómetros, atrae a
muchos temporadistas durante las vacaciones y fines de semana.

Otro atractivo de esta tierra son sus fiestas tradicionales, como los Diablos Danzantes de
Yare, la Cruz de Mayo, los tambores de San Juan, la Caza del Pájaro Guarandol y la
Burriquita en Higuerote.

Muy cerca de esta tierra puedes visitar varios parques nacionales: Cuevas del Indio,
Guatopo, la Laguna de Tacarigua o el Parque Nacional Macarao, todos muy bellos y
con sus atractivos.

Cacao: desde la semilla hasta el chocolate


Este lugar, bendito durante todo el año por abundantes ríos y lluvias, es un permanente
espectáculo verde que refresca la vista. Se dice que donde cae una semilla crece una
planta. Durante 300 años el cacao de estas tierras calientes y húmedas fue una de las
principales fuentes de ingresos del país.

Una de las mejores especies de cacao del mundo es el llamado Río Chico, cultivado
aquí: una baya alargada, delgada, con cinco surcos bien definidos, cuyas almendras de
sección son de color blanco-crema a rosado pálido.
Los cultivadores venezolanos de este fino producto se hicieron tan ricos que por muchos
años la palabra era sinónimo de riqueza: un hombre rico era llamado un "gran cacao".
La influencia negroide africana es muy fuerte aquí porque los propietarios de las
plantaciones de cacao que necesitaban trabajadores que resistieran el calor y la humedad
para lograr este cultivo, compraban esclavos de África.

Los negros barloventeños conservaron intactas, muchas de sus costumbres, bailes,


música, y aún mantienen vivo su folklore y el son de los tambores africanos que trajeron
sus antepasados, por el cual se han hecho célebres.

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