Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Grupos multifamiliares
Volumen 2, número 1
Mayo 2012
Índice. Teoría y práctica grupoanalítica. 2(1)
Pág.
Índice Volumen 2, número 1:
Editorial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
PrEsEntación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
sEmPErE, J. nexos del modelo de psicoanálisis multifamiliar con
otros enfoques terapéuticos. consideraciones acerca de una nueva
epistemología. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Connections between the Multifamily Psychoanalysis Model and
Other Therapeutic Approaches. Considerations for a New Episte-
mology.
García Badaracco, J. E. ¿cómo se comienza un grupo multifami-
liar? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
How Is a Multifamily Group Started?
García Badaracco, J. E. Psicoanálisis multifamiliar. . . . . . . . . . . 25
Multifamily Psychoanalysis
mascaró, n. El Grupo de Psicoanálisis multifamiliar. . . . . . . . . . . 35
The Psychoanalytic Multifamily Group.
simond, H. d. El ‘Esquema de articulaciones’ de Jorge García Ba-
daracco y su relación con el esquema reversible de la mente. . . . . . 45
The ‘Schema’ by Jorge García Badaracco and its Relationship with
the Reversible Pattern of the Mind
Blanqué, J. mª, Briansó, a., García, n., Hurtado, y cols. El gru-
po multifamiliar como observatorio privilegiado de familias con vi-
vencias psicóticas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
Multiple Family Group Therapy as an Privileged Observatory of
Families with Psychotic Experiences.
lóPEz atiEnza, J. l., BlaJakis, mª i. El clima emocional en los gru-
pos multifamiliares: su construcción y contribución al cambio. . . . 81
The emotional climate in multifamily groups: its construction and
contribution to change
PallEiro, E. Psicoanálisis multifamiliar, asambleas y rehabilitación. 95
Multi-Familiar Psychoanalysis, Assembly and Rehabilitation.
3
Pág.
sEmPErE, J., FuEnzalida, c., PérEz, a., mEsa, a., JadraquE, r.,
ruvira, B., Et al. análisis del modelo de terapia grupal multifami-
liar aplicado en instituciones del sureste español. . . . . . . . . . . . . . . 109
Analysis of the Multifamily Group Therapy Model Applied in South-
east Spanish Institutions.
GodinHo, P., cEntEno, m. J., FialHo, t., nEto, i. m. El grupo mul-
tifamiliar y el síndrome de las puertas abiertas: del diagnóstico a la
terapéutica. la contribución portuguesa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
The Multifamily Group and the Indoors Opened Syndrome: From
Diagnosis to Therapy. A Portuguese Contribution
García dE BustamantE, E. la función por hacer. Commedia da fare. 137
The Play to Be Performed. commedia da Fare
inGElmo, J., caldErón, P., sáncHEz, c. Psicoterapia de grupo de
orientación grupoanalítica con pacientes graves ingresados en una
unidad de agudos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147
Group Analysis-Oriented Group Psychotherapy with Severe Patients
Admitted to an Acute Unit
torrEnts, o. valoración del grado de fiabilidad grupal y de los fac-
tores terapéuticos en dos grupos de personas adictas en un contexto
penitenciario. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 163
Evaluation of the Level of Group Reliability and Therapeutic Factors
in Ttwo Groups of Addict People in a Prison Context
simond, H. d. autores de referencia: Jorge E. García Badaracco . . 180
tErminoloGía En PsicotEraPia dE GruPo: Plexus. . . . . . . . . . . . . . 191
dE nuEstra HEmErotEca . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195
liBros quE ayudan a PEnsar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 200
coderch, J. (2010). la práctica de la psicoterapia relacional. El mo-
delo interactivo en el campo del psicoanálisis. madrid: ágora rela-
cional.
PinEs, m. reflexiones. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 207
BolEtín dE suscriPción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
inFormación Para PuBlicación dE artículos . . . . . . . . . . . . . . . . 219
4
Editorial
6
Presentación
9
El Instituto de Grupoanálisis es una sección de la Fundación OMIE creada de
acuerdo con la resolución adoptada en Junta Extraordinaria del Patronato con
fecha doce de diciembre de mil novecientos ochenta y cinco (Art.1). Dicho
Instituto tiene como fines:
• La formación de expertos en Grupoanálisis.
• La facilitación y potenciación de cursos de formación en Grupoanálisis or-
ganizados por sus miembros titulares.
• La facilitación y potenciación de intercambios científicos entre los miembros
del instituto en aras de mejorar su preparación científica.
• La facilitación y potenciación de intercambios científicos entre los miembros
del instituto y otros institutos internacionales de formación grupal y grupo-
analítica en particular. (Art. 2)
Su domicilio social es la sede de la Fundación, c/ Ramón y Cajal, 2 bis, 4º,
Dpto 4. 48014 Bilbao. (Art. 3) (www.fundacionomie.org)
En Heildelberg, el 16 de octubre de 1988 este Instituto junto a los de Atenas,
Cambridge, Copenhague, Heidelberg, Londres (dos institutos), Múnich, Nor-
thampton, Roma, Zagreb y Zúrich crean una federación denominada Euro-
pean Group Analytic Training Institutions Network (EGATIN), con el objetivo de
estimular programas formativos en grupoanálisis de alto nivel, favoreciendo el
intercambio de experiencias entre sus miembros. En estos momentos EGATIN
está formada por treinta y tres institutos.
El Instituto de grupoanálisis de la Fundación OMIE se reactiva en reunión del
Patronato el 20 de enero del 2010 (Art. 1). Esta sección renace con unos es-
tatutos y estructura readaptada a la realidad actual manteniendo los fines para
la que fue creada. La estructura del Instituto contempla varios niveles de ser
miembro: Asociados, Adjuntos, Titulares, Docentes, Supervisores, y de Honor
(Art. 4)
La pertenencia al Instituto supone la obtención del reconocimiento oficial de
la formación grupoanalítica avalada por él, el respaldo a los desarrollos pro-
fesionales posteriores de sus miembros como grupoanalistas siempre que se
ajusten a los estándares de calidad y de ética que este Instituto avala (Art.
16), la asistencia prioritaria a las actividades formativas que el Instituto orga-
niza, y la facilitación de contactos con otros Institutos europeos. Igualmente
dicha pertenencia supone una cuota anual acorde con la categoría de miem-
bro que simboliza el vínculo con el Instituto.
La Junta directiva está formada por: J.M. Sunyer, S. de Miguel, E. de la Sierra,
I. Hijosa, M. Mateos, J. Gutierrez
Información: institutobarcelona.omie@gmail.com
Nexos del modelo de psicoanálisis
multifamiliar con otros enfoques terapéuticos.
Consideraciones acerca de una
nueva epistemología
Connections between the Multifamily
Psychoanalysis Model and
Other Therapeutic Approaches
Considerations for a New Epistemology
JAVIER SEMPERE PÉREZ
Introducción
La terapia multifamiliar se asocia con el psiquiatra Jorge García Bada-
racco, quien hace cincuenta años introdujo el psicoanálisis multifamiliar en
Sempere, J. (2012). Nexos del modelo de psicoanálisis multifamiliar con otros enfoques terapéuticos. Con-
sideraciones acerca de una nueva epistemología. Teoría y práctica grupoanalítica, 2(1):11-20
11
JAVIER SEMPERE PÉREZ
mismo expresa en sus escritos, donde refiere que “los grupos multifamilia-
res constituyen una técnica con especificidad propia y una nueva metapsi-
cología. Quien conduce grupos multifamiliares debe recurrir a múltiples
modelos si quiere dar cuenta acabadamente de la fenomenología que se pre-
senta” (2000:312) afirmando que “no es necesario abrazar una escuela en
particular para trabajar en este contexto. Es mucho más operante trabajar
creativamente cada situación particular” (2000:54).
Las escuelas de terapia familiar formulan hipótesis que nos conectan con
el concepto badaraquiano de “interdependencias patógenas” (término al que
también García Badaracco se refiere como “la presencia de los otros en nos-
otros”). Ackerman señala la dificultad de individuación y crecimiento perso-
nal en los enfermos mentales como resultado del “entrometimiento”
patológico entre los miembros de la familia (García Badaracco, 2000); Bos-
zormeny-Nagy y Spark introducen el concepto de “lealtades invisibles” en
la familia, consistentes en expectativas estructurales a las que sus miembros
se deben (1983); Bowen denomina “triangulación” a la inadecuada diferen-
ciación de los miembros que puede llevar a una pareja marital a incluir a ter-
ceras personas como forma de estabilizar sus tensiones (1991); Haley describe
el “triángulo perverso” (1967); Selvini, los “juegos relacionales” en la fami-
14
NEXOS DEL MODELO DE PSICOANÁLISIS MULTIDISCIPLINAR ...
lia en los que queda atrapado el enfermo mental (1998); Minuchin señala el
“entrometimiento” o su opuesto, el “desentendimiento”, como generadores
de patología mental en familias disfuncionales (1984); y los modelos de te-
rapia familiar existencial representados por Whitaker y Bumberry plantean
que tras la enfermedad mental subyace una falta de individuación y estimu-
lación de la creatividad de los miembros de la familia (1991).
García Badaracco también se hace eco de la “teoría del doble vínculo”
formulada por la escuela de Palo Alto que relaciona un particular modelo de
comunicación como factor necesario pero no suficiente en la génesis de la
psicosis (Watzlawick, 1987), algo que desde otra perspectiva también señaló
Searles al relacionar determinados tipos de comunicación familiar con la
aparición de la esquizofrenia (1959).
Resulta especialmente interesante establecer una conexión entre la idea
de “objeto enloquecedor” de García Badaracco y el “síndrome de aliena-
ción parental” que Gardner describió en procesos de separación conyugal
(1999). Si bien este síndrome no ha sido reconocido por la OMS ni las prin-
cipales organizaciones psiquiátricas como entidad con valor científico, su
contenido es sorprendentemente próximo a los procesos de “alienación” y
de “desalienación” señalados por García Badaracco (2000:41). La palabra
“alienación” define mejor que ninguna otra los efectos patógenos que los
otros pueden causar en nosotros. Según la RAE “alienar” significa “quitar
o causar la pérdida de la personalidad, la identidad o las ideas propias de una
persona o de un colectivo o alterar la razón y los sentidos temporal o per-
manentemente” (2001). El concepto “alienación” referido por Gardner y
García Badaracco está muy próximo al de “instigación” que Selvini des-
cribe en las parejas de padres de hijos psicóticos (1998) así como a los fe-
nómenos de mobing y bulling, tan de actualidad en los medios de
comunicación, referidos a procesos alienadores en el medio laboral y esco-
lar, respectivamente.
2. Acerca del contexto y la intervención terapéutica
Henri Laqueur inició grupos multifamiliares en 1951, siendo conside-
rado el fundador de la terapia multifamiliar. Sus grupos acogían a pacien-
tes institucionalizados y a sus familias, pero su metodología y finalidad eran
muy diferentes a los de García Badaracco, puesto que no contaban con un
fundamento psicoterapéutico definido (Bertrando P et Toffanetti D, 2004).
Existen otras experiencias en abordajes terapéuticos que comparten el en-
cuadre multifamilar pero que quedan lejos del modelo teórico del psicoa-
nálisis multifamiliar, como por ejemplo las descritas por Bowen -quien
aplicó la terapia familiar sobre varias familias conjuntamente (1991)-,
15
JAVIER SEMPERE PÉREZ
cirle a los otros, los pacientes, lo que ellos no saben de sí mismos, y que de-
bemos reconocer que nosotros tampoco sabemos demasiado de lo que nos
pasa a nosotros mismos. Lo que realmente importa es colocarnos nosotros
y colocar a los demás en la mejor situación posible para poder hacer des-
cubrimientos que nos permitan conocernos mejor” (2000:275).
Para García Badaracco “cualquier cambio psíquico debe pasar por la
emoción antes de ser mentalizado” (2000:98), recurriendo así a la idea de
“experiencia emocional correctiva” introducida por A. Franz (Vinadradov y
Yalom, 1996) y apoyada por terapeutas gestálticos. Con este fin propone la
“alianza terapéutica” y un adecuado “clima emocional” como elementos
imprescindibles en terapia (2000:240).
Otro punto definitorio en la obra de García Badaracco es la capacidad
del modelo multifamiliar para integrar todos los recursos técnicos, profe-
sionales y humanos al alcance del paciente, aproximándose así a la idea de
otro psicoanalista, H. Guntrip, quien propuso la inclusión en terapia de dis-
tintos profesionales y del contexto familiar y social del paciente (1971).
García Badaracco evita el “falso problema de las controversias entre es-
cuelas” (2000:54) y aúna en su modelo “lo sistémico con lo psicoanalítico”
(2000:265) integrando así “los distintos enfoques y las distintas teorías en
una unidad virtual amplia, abarcativa de la dimensión individual psicoana-
lítica, de la dinámica grupal y de la patología de la familia (…) sin por esto
caer en un eclecticismo empobrecedor” (2000:31, 49, 50). Esta visión inte-
gradora de García Badaracco se adelanta en el tiempo a las pujantes “psi-
coterapias integrativas” que ponen su énfasis tanto en los factores comunes
entre modelos como en la integración de las diversas teorías (Arkowitz,
1992), pero únicamente García Badaracco las aglutina en un contexto mul-
tifamiliar, donde “los agentes de cambio son múltiples y la dimensión tera-
péutica se amplía hacia una verdadera multiterapia” (2000:259).
El concepto de “mente ampliada” que García Badaracco utiliza como
metáfora de la potencia del grupo multifamiliar resultante del sumatorio de
los recursos yoicos de todos los participantes (2000:271) guarda semejan-
zas con la de “matriz” grupal de Foulkes (2006) y con la importancia de las
relaciones interpersonales y los factores terapéuticos referidos por Yalom
como intrínsecos a la terapia de grupo (Vinogradov y Yalom, 1996).
Por último, señalaremos el paralelismo entre el enfoque de García Ba-
daracco y los modernos modelos de diálogo abierto (open dialogue) que en
los últimos años se aplican sobre todo en los Países Nórdicos. El diálogo
abierto propone que el conjunto de intervenciones terapéuticas se realice en
un contexto social abierto, en el que se promueva un diálogo polifónico que
17
JAVIER SEMPERE PÉREZ
Conclusiones
Bibliografía
ANDERSEN, T. (1994). El equipo reflexivo. Diálogos y diálogos sobre diá-
logos. Barcelona: Gedisa.
ARKOWITZ, H. (1992). Integratives Theories of Therapy. En Freedheim
D.K. History of Psychotherapy. Washington D.C: American Psyco-
logical Association.
ASEN, E., SCHUFF, H. (2006). Psychosis and Multiple Family Group Ther-
apy. Journal of Family Therapy, 28:58-72
BALINT, M. (1993). La falta básica. Barcelona: Paidós.
BERTRANDO, P., TOFFANETTI, D. (2004). Historia de la terapia familiar: los
personajes y las ideas. Barcelona: Paidós.
BOLWY, J. (1986). Vínculos afectivos: formación, desarrollo y pérdida. 5º
edición. Madrid: Morata.
BORJA, G. (2004). La locura lo cura. Vitoria-Gasteiz: La llave.
18
NEXOS DEL MODELO DE PSICOANÁLISIS MULTIDISCIPLINAR ...
SUMMARY: In these brief unpublished lines the author reflects on the expe-
rience of setting up a group in which many family subgroups concur. The
roughness that the conductor experiences leads occasionally to try to intro-
duce conducting systems close to the types of psychotherapy relationships that
are established within the framework of individual psychoanalysis. Only cau-
tion and the ability to understand that the framing is different allow us to un-
derstand the dynamics of these groups from a completely new perspective.
García Badaracco, J. E. (2012). ¿Cómo se comienza un Grupo Multifamiliar?. Teoría y práctica grupoana-
lítica, 2(1):21-4
21
JORGE E. GARCÍA BADARACCO
como una dificultad que hay que afrontar, porque lo más probable es que se
trate de la dificultad de abordar un tema difícil, angustiante, penoso.
En particular, en el caso de que haya sucedido algo penoso, como puede
ser la muerte de algún participante o algún familiar del grupo, suele pre-
sentarse una gran dificultad, y se¬ría muy inoportuno que el conductor uti-
lizara en este caso una de las muletillas “clásicas” de la psicoterapia,
diciendo, por ejemplo: “Hoy parece que nadie tiene nada que decir.” En el
caso en el que nadie se atreve a decir algo y el terapeuta percibe en el si-
lencio una dificultad compartida, es él quien debe asumir la responsabilidad
de tomar la palabra.
En este caso, tal vez sea bueno referirse a lo que él percibe como la
causa de la dificultad de poder hablar, y tratar de hacerlo desde él mismo,
refiriéndose al tema que presumiblemente está obstaculizando la participa-
ción.
Muchas veces hay personas que concurren en una gran necesidad de
traer un tema para compartir, pero, percibiendo que otras personas están
más necesitadas, adoptan una actitud de respetuoso silencio, que es muy
distinto de un silencio hostil que puede estar motivado por una necesidad
vengativa de poner al coordinador en una situación difícil. Esta situación
que estamos comentando puede tener cierta equivalencia con el silencio
hostil del que un psicoanalista puede ser objeto en una sesión individual, y
que puede llegar a merecer una interpretación de esa hostilidad.
En un contexto multifamiliar, donde también podemos percibir con-
ductas o expresiones cargadas de gran hostilidad, habrá que tener especial
cuidado en interpretar directamente la hostilidad de un silencio, en el sen-
tido de que puede ser vivido por alguien como si se le desenmascarara en
público. Las consecuencias de pasar por un momento de “vergüenza pú-
blica pueden ser potencialmente muy traumáticas.
Será útil, en ese caso, que el coordinador asuma la responsabilidad de
tolerar la hostilidad disfrazada en el silencio hasta poder lograr las condi-
ciones generales propicias para que esa persona, sintiéndose más aliviada,
indirectamente pueda hablar de la hostilidad que sintió antes, cuando ésta le
atragantaba de tal manera que le impedía hablar.
Hay personas que aprovechan el silencio de los demás para transfor-
marse rápidamente en el polo de atención, invadiendo el silencio de los
otros, las necesidades de los otros y, aparentemente sin el menor respeto por
los demás, pretender imponerse, invadir el campo fenoménico. Se consti-
tuyen así en el centro de atención de los demás y obligan muchas veces a que
se pongan límites. Las personas que se presentan de esta manera pueden
22
¿CÓMO SE COMIENZA UN GRUPO MULTIFAMILIAR?
volver a presentarse ante los demás. A veces es necesario que alguien que
tenga una especial relación con esa persona sirva de mediador para resolver
la situación, ya que esa persona podrá ser más escuchada en los momentos
de mayor tensión conflictiva.
Recibido el 24 de febrero de 2012
Aceptado el 10 de marzo de 2012
Último borrador el 15 de abril 2012
24
Psicoanálisis multifamiliar.
Multifamily psychoanalysis
JORGE E. GARCÍA BADARACCO
25
JORGE E. GARCÍA BADARACCO
En ese sentido, con el aporte no solo del conductor, sino de todos los
presentes –terapeutas, familiares y otros pacientes–, el grupo multifamiliar
es el ámbito más desalienante de la trama patógena de la familia nuclear. A
partir de figuras identificativas múltiples se favorece la identificación con
aspectos de la vida que no hemos vivido o que no pudimos o supimos vivir.
Por otro lado, el proceso terapéutico siempre tiene lugar en un contexto
social en el que la familia juega un papel preponderante y, en ese sentido,
las enfermedades mentales no son nunca algo que se introduce como un
cuerpo extraño, sino que la enfermedad tiene siempre su expresión a través
de la conducta y con relación a los demás.
Es decir, la enfermedad es una forma de conducta que tiene el poder de
establecer una interdependencia enfermiza o enfermante con otra persona
que, a su vez, realimenta esta interdependencia que así se convierte en re-
cíproca. Estas interdependencias que mantienen las enfermedades menta-
les no son siempre visibles ni fáciles de trabajar terapéuticamente. Es muy
importante que puedan ponerse en evidencia en el contexto terapéutico.
Cuando reunimos pacientes y familiares, si bien las relaciones inter-
personales suelen presentarse como muy difíciles, el contexto multifami-
liar posibilita generar climas psicológicos en el que se facilita la convivencia
y la capacidad de pensar, la resolución de conflictos y el aprendizaje recí-
proco. Al mismo tiempo, descubrimos recursos terapéuticos poderosos para
los procesos de desidentificación de las interdependencias patógenas que
hacen posible el desarrollo y crecimiento psicoemocional, necesario para el
proceso terapéutico de pacientes deficitarios, como lo son los pacientes men-
tales graves y, entre ellos, los esquizofrénicos.
El grupo multifamiliar aparece como un contexto real y virtual, abar-
cador de distintos recursos, en el que se pueden instrumentar diferentes en-
foques terapéuticos, generando la necesidad de pensar en términos de
procesos terapéuticos, donde cada ser humano pueda integrar en su psi-
quismo diferentes experiencias. Los aportes de Maxwell Jones, con un en-
foque socioterapéutico, quedaron incluidos en mis desarrollos personales,
pero mi interés se fue centrando cada vez más en el estudio y la compren-
sión de la naturaleza de la enfermedad mental, de la tendencia al no cambio
y de las dificultades de lograr cambios psíquicos. En ese sentido, el grupo
multifamiliar no se presenta como una nueva técnica sino como un pano-
rama distinto para toda la psiquiatría y que llamamos psicoanálisis multifa-
miliar.
Los pacientes graves no están en condiciones de tolerar el encuadre psi-
coanalítico. No pueden pensar ni asociar libremente, necesitan “mucho
29
JORGE E. GARCÍA BADARACCO
pendencias patológicas, tanto internas como externas, que le daban una en-
gañosa vivencia de seguridad.
Va descubriendo que estos procesos de desidentificación, vividos como
profunda despersonalización, no solamente no son destructivos sino que son
los que le hacen percibir que hay alguien dentro de él, su sí-mismo verda-
dero, que podría tener una oportunidad nueva, por primera vez en su vida,
de poder emerger, una oportunidad para que el paciente pueda aprovechar
sus potencialidades virtuales detenidas.
El diseño multifamiliar abre una perspectiva nueva para abordar la en-
fermedad mental grave, no solamente desde la perspectiva freudiana de la
investigación del inconsciente, sino desde el conocimiento de que el en-
fermo es un ser humano habitado por presencias intrapsíquicas enloquece-
doras que lo invaden, lo asustan y lo atrapan, que no le dejan pensar por sí
mismo ni desarrollar un sí-mismo autónomo. El “loco” no es un ser extraño
a nosotros, sino que necesita presentarse como enigmático e incomprensi-
ble porque tiene miedo de revelar su sí-mismo verdadero ya que, en el con-
tacto con los demás, se le reactivan reminiscencias dolorosas y angustiantes
que no puede tolerar.
Se podría decir que, en última instancia, no está preparado para vivir y
no puede expresar lo que siente. Al mismo tiempo necesita mucho más de
los otros de lo que parece y molesta, reprocha y reclama justamente porque
a él, en su mundo interno construido a través de la vida, algo le molesta, le
acosa, le reprocha y le reclama. Ante lo angustiante de su soledad, más le
vale sentirse perseguido que desérticamente solo en el mundo.
En estas condiciones, el grupo multitudinario multifamiliar aparece
como el contexto más idóneo, conducido por alguien que conoce la natura-
leza de las dificultades de estos seres, para ayudarlos verdaderamente. Se
trata de la posibilidad de desalinear y desneurotizar a una persona a partir
del medio natural de la conversación, pensando entre todos lo que no se
puede pensar solo por falta de recursos propios.
No se trata de aprendizaje en su concepción clásica, sino del desarrollo
de los recursos yoicos en cada uno de los presentes, de acuerdo con las po-
sibilidades de cada uno. A través de experiencias emocionales compartidas,
el paciente puede empezar a pensar y a expresar lo que realmente le pasa.
La capacidad de trasmitir con palabras su verdadero sufrimiento es el co-
mienzo del cambio. Al mismo tiempo, nos hace conocer más profundamente
algunos aspectos de la condición humana que nos permiten introducir salud
mental en la trama enfermante de la vida cotidiana.
31
JORGE E. GARCÍA BADARACCO
TALLER DE LECTURAS
COMPARTIDAS DE TERAPIA GRUPAL
SH. FOULKES
Desde el Instituto de Grupoanálisis de la Fundación OMIE, hemos
creado este taller en el que iremos construyendo un texto a partir de la lec-
tura compartida de otro u otros a propuesta del conductor de la actividad.
En esta ocasión el Espacio estará a cargo de: PERE MIR. Psicólogo. Grupo-
analista. Miembro titular del Instituto de Grupoanálisis de la Fundación
OMIE.
OBJETIVOS: Este Taller pretende que el participante tenga una oportunidad
de profundizar en diferentes textos de autores relevantes en la Terapia Gru-
pal.
ACREDITACIÓN: Se expedirá un Certificado de participación por el Instituto
de Grupoanálisis de la Fundación OMIE
DESARROLLO DEL TALLER: La filosofía que determina estas lecturas es la de
poder profundizar grupalmente en determinados textos relevantes en gru-
poanálisis y autores afines. Los participantes recibirán previa-mente los tex-
tos a leer entre todos con el objetivo de que, a lo largo de las tres horas del
encuentro se pueda avanzar en la discusión y reflexión de los mismos y en
la creación de un texto propio del encuentro.
Dichos espacios tienen también carácter formativo para todos aquellos que
están vinculados con el Instituto de Grupoanálisis de esta Fundación.
FECHAS: 23 noviembre 2012 y 8 marzo 2013
LUGAR: 08006 Barcelona, c/Avenir 5, pral 2ª
IMPORTE DE MATRÍCULA: 40 euros
(transferencia bancaria 2100 3406 31 21 00280810
INSCRIPCIÓN E INFORMACIÓN: Dr. Miquel Sunyer: Tel. 639779053
institutogrupoanalisis.omie@gmail.com
34
El Grupo de Psicoanálisis Multifamiliar
The Psychoanalytic Multifamily Group
NORBERTO MASCARÓ MASRI
Desde hace muchos años venimos trabajando con este recurso terapéu-
tico, cuyos orígenes se remiten al año 1960 en el que Jorge García Bada-
racco comenzó este tipo de experiencias en el Hospital Neuropsiquiátrico
35
NORBERTO MASCARÓ MASRI
Observamos que este contexto social se muestra más eficaz que otros
espacios terapéuticos para neutralizar el poder patógeno de las interdepen-
dencias enfermas, ya que ofrece una mayor contención al intenso sufri-
miento psíquico y a las situaciones que se presentan como dilemáticas y que
generan un fuerte pesimismo. Destacamos esta capacidad del GMF debido
al clima emocional propiciado por una actitud particular del equipo tera-
péutico en cuanto a su implicación porque las capacidades de disponibili-
dad, asistencia y contención permitirán generar un espacio psicológico de
seguridad y confianza que facilite “pensar juntos lo impensable” y “vivir
juntos lo invivible”. Este tipo de intercambio permite el reconocimiento
mutuo y jerarquiza la intersubjetividad. Así, cada participante puede mos-
trar sus partes más íntimas y personales sin el peligro del rechazo y a su vez
1 En esta publicación admitiremos la forma GMF para abreviar el sintagma “grupo multifamiliar” sa-
biendo, con todo, que no se ajusta a las recomendaciones de la Real Academia Española (nota del
editor).
36
EL GRUPO DE PSICOANÁLISIS MULTIFAMILIAR
Viñeta clínica
Una de nuestras experiencias en relación con el sufrimiento vincular y
sus transformaciones en el GMF estuvo relacionada con historias familia-
res encontradas que remitían al ámbito de lo social pero que se asentaban en
un funcionamiento familiar e individual.
En una sesión surgió la necesidad por parte de una de las componentes
del grupo de compartir su sufrimiento, producido por el alejamiento de su
hijo preso en Francia, en una cárcel alejada de la frontera española y por las
constantes denegaciones de las autoridades judiciales francesas a su tras-
lado a una cárcel de España. Su hijo pertenecía a la banda terrorista ETA.
Se estableció una conversación en torno a la angustia y el dolor que la si-
tuación generaba en esta madre, percibiéndose la intensa violencia conte-
nida, que en ocasiones se traducía en conductas autoagresivas que
propiciaban su internamiento. Seguidamente apareció su sentimiento de
culpa, porque se reprochaba no haber sabido cuidar a su hijo y que la con-
secuencia de ello hubiese sido su camino equivocado. Los miembros del
grupo, a través de una participación empática, captaron lo que esta madre
sentía. Al mismo tiempo, con preguntas adecuadas, pudieron contener afec-
tivamente los momentos más regresivos. Así pudimos seguir dialogando en
un clima más distendido. En esos momentos otra participante perteneciente
a una familia que, por motivos de las amenazas de la banda terrorista ETA
debió emigrar a otra provincia, conectó con sus sentimientos de angustia y
de violencia por la situación de pérdida y de exclusión que estaban viviendo.
Las dos familias, aunque posicionadas políticamente en lugares opuestos,
pudieron compartir su sufrimiento y expresar experiencias dolorosas simi-
lares vividas en el ámbito familiar. La madre del hijo preso dijo al grupo lo
difícil que le resultaba hablar de ciertas cosas. A continuación recordó epi-
sodios similares de su propia historia familiar, violencia y malos tratos que
41
NORBERTO MASCARÓ MASRI
nunca pudo hablar con nadie, ni siquiera con sus hermanas que habían vi-
vido la misma situación. Siguió hablando de sus dificultades para poder co-
municarse con sus hijos de una manera franca e íntima. La otra participante
también expresó las dificultades de su familia que en situaciones tan an-
gustiantes se había sometido a un silencio inculpatorio.
Muchos de los participantes del grupo, movilizados por la situación
emocional creada, pudieron comenzar a hablar de sus dificultades para ex-
presar su malestar social, así como de otras situaciones traumáticas de su
propia vida. En ese momento se puso en evidencia la negación y pudo ser
desmentida como forma de eludir dichas situaciones traumáticas.
Tiempo después, algunos participantes recordaban que esta experiencia
les resultó muy importante ya que les permitió abrirse en el propio grupo,
en sus familias y en otros espacios sociales.
Respecto a esta reunión, el grupo de coterapeutas, en la evaluación pos-
terior al encuentro, compartió la fantasía de la escena más temida: la dis-
gregación del grupo. Contratransferencialmente cada miembro del equipo
revivió situaciones amenazantes relacionadas con su historia. La situación
de violencia terrorista, a la cual estábamos todos sometidos de diferentes
maneras, facilitó esta fantasía. Para algunos resonaban experiencias previas
relacionadas con la dictadura franquista y la tiranía del proceso argentino.
Como decía, en el primer momento de la reunión a todos los terapeutas nos
invadió un clima de confusión y parálisis, pero la respuesta de los miem-
bros del grupo que, por otra parte, están sometidos a la misma situación, di-
sipó la ansiedad del equipo y entre todos pudimos rescatar una experiencia
de intensa valía terapéutica. La coterapia había funcionado en su máxima
expresión.
Bibliografía
BENJAMiN, J. (1988). Los Lazos de amor. Barcelona: Paidós.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1985). identificación y sus vicisitudes en la psi-
cosis. La importancia del objeto enloquecedor. Revista de Psicoanáli-
sis, 42(3):495.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1990). Comunidad Terapéutica Psicoanalítica
de Estructura Multifamiliar. Madrid: Tecnipublicaciones.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2000). Psicoanálisis Multifamiliar. Buenos
Aires: Paidós.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2007). Psychanalyse multifamiliale: comment
soigner à partir de la virtualité saine. En S. Cook-Darzens. (2007). The-
rapies Multifamiliales. París: Erès
42
EL GRUPO DE PSICOANÁLISIS MULTIFAMILIAR
43
CURSO DE FORMACIÓN Y
SUPERVISIÓN EN PSICOTERAPIA
INTERVENCIONES TERAPÉUTICAS
MEDIANTE GRUPOS MULTIFAMILIARES
HERNÁN D. SIMOND
RESUMEN: El Dr. García Badaracco desarrolló, entre los años 2005 y 2008,
una herramienta que articula teorías y conceptos multifamiliares con el fin de
usarla en la formación de los pasantes extranjeros y argentinos que asistían
al Instituto de Psicoanálisis Multifamiliar de Buenos Aires, coordinado hasta
el 2010 por el Prof. Simond. El proyecto, quizás el más importante de los úl-
timos años del maestro, se desarrolló en varias etapas conceptuales y cre-
cientes niveles de profundidad teórica, independientes de las “versiones” del
esquema que fueron saliendo a la luz, que solo servían para testear las re-
percusiones en diversos contextos: psiquiatría, psicología, psicoanálisis y
otras disciplinas de la salud, la filosofía y otras ciencias. Este artículo, ade-
más de describir las etapas iniciales de ese desarrollo, aporta una investiga-
ción original sobre las bases teóricas del mismo, sus correlatos con la práctica
clínica y una “clave” para comprender en profundidad los primeros artículos
del Dr. García Badaracco.
SUMMARY: Between 2005 and 2008 Dr. García Badaracco developed a tool
that articulates multifamily concepts and theories to train foreign and Argen-
tine assistant doctors attending the ‘Buenos Aires Multifamily Psychoanalysis
Institute’, which Prof. Simond coordinated until 2010. This project, perhaps the
doctor’s most important one during his last years, was developed in several
conceptual stages and growing levels of theoretical depth, irrespective of the
different “versions” of the scheme that came to light and that were only used
to test contextual after-effects in the relationships with psychiatrists, psycholo-
gists, psychoanalysts, and other health professionals and non professionals,
philosophers and other specialists. This paper describes the initial framing sta-
ges of ‘Schema’ and contributes an original research about its theoretical
basis, its correlations with clinical practice and a “key” to understand García
Badaracco’s first articles in depth.
45
HERNÁN D. SIMOND
La pequeña historia
La historia
1 En varios años de ateneos de García Badaracco con profesionales del equipo, pude presenciar la “lucha”
entre adeptos más o menos “sistémicos”, más o menos kleinianos, más o menos freudianos, por afinar
las definiciones de cada concepto. Y también las amargas quejas de algunos participantes, ya que era evi-
dente que García Badaracco variaba contextualmente las “fórmulas definitorias”: una manera perma-
nente de no quedar atrapado en una fijeza que, enseñaba, impedía continuar pensando la tarea. Nunca
enfrentó “su” manera de pensar con las de sus compañeros de camino, sino que luchó hasta sus últimos
momentos para integrar los contenidos controversiales y las teorías aparentemente “irreconciliables”.
47
HERNÁN D. SIMOND
Figura 1
Se puede notar que en este esquema, dentro del círculo, se encuentra una
letra para el padre (P), una para la madre (M) y una para el hijo (H). A su
vez, el hijo está en un círculo y las flechas que los unen, una en un sentido
y ¡otra en el otro! (en lugar de una sola flecha de ida y vuelta), muestran las
interdependencias (flechas) recíprocas (dos flechas).
También, fuera del círculo, aparecen nuevamente la P y la M, esta vez
para indicar los padres de alguno de los progenitores o de ambos, además
de “Otr” y la T para personas significativas, con líneas de puntos evasivas
y semiflechas uniéndolos, ya no al núcleo familiar sino directamente al hijo.
Creo que esta pequeña descripción bastará para el desarrollo que me
propongo. Por un lado, es como la quintaesencia de una labor de pensa-
miento de cincuenta años, pero, por otro, es también traer a la luz una con-
cepción de base que tuvo su nacimiento sesenta años atrás, hacia 1950,
cuando García Badaracco estaba formándose en el Hospital Santa Ana de
París.
A pesar de que las listas y cuadros de doble entrada no le parecían una
solución al problema de la esquematización, después del fin de semana, a la
hora de nuestro encuentro diario, me entregó el cuadro que reproduzco como
figura 2. Allí se puede ver el “andamiaje” que luego aparecerá en las ver-
siones conocidas del esquema.
48
EL “ESQUEMA DE ARTICULACIONES” DE JORGE GARCÍA BADARACCO Y ...
Figura 2
En esta “lista” hay una centralidad compleja, como si fuera una decla-
ración de principios, con áreas conectadas con flechas adjetivadas, y dos
“lateralidades”. Un “arriba”: Respeto. No querer tener razón. Interdepen-
dencias creativas, versus un “abajo”: Interdependencias desnaturalizantes.
Dominación patrón-esclavo. Querer tener razón. A la izquierda y a la dere-
cha, otras ciencias esperan articulación.
En esta representación, los “contenidos” del psicoanálisis multifami-
liar están dispuestos (“flotantes”, diría Jorge) entre las dos expresiones de
las interdependencias recíprocas (creativas y desnaturalizantes). Por una
parte, bastará comparar esta forma esquemática con la del esquema canó-
nico, que veremos más adelante, donde las interdependencias recíprocas
ocupan una centralidad engañosa, cuando en esta versión son las contene-
doras de todos los procesos. En las ocho palabras “centrales” aparece tam-
bién “Interdependencias”, pero como un rasgo de un conglomerado
articulable.
Por otra parte, en esta versión ya puede notarse la economía de articu-
laciones, esencial en el esquema, con la particularidad (una pequeña clase
de epistemología) de que la doble articulación desde el conglomerado cen-
49
HERNÁN D. SIMOND
tral hacia las formas de ‘Ayudar’ y desde ellas hacia el conglomerado tiene
valores distintos: “simplificación” desde el núcleo hacia las teorías, “res-
peto” desde las terapias hacia el núcleo.
Quiero destacar que ya aparece, como un área “autónoma”, la mente,
que será la llave para conectar la vivencia personal, el estudio particular y
la práctica profesional.
Un esquema canónico
Como dije más arriba, para García Badaracco no era suficiente una re-
presentación que se asemejara a un cuadro de doble entrada en la cual las
posibles relaciones sufrieran estratificaciones que “fijaran” articulaciones.
Por lo tanto, ese mismo día dibujó el esquema de la figura 3, en el que te-
nemos que imaginarnos los contenidos, conceptos y nociones de adentro y
afuera, flotantes, centrales y periféricos, con articulaciones provisorias re-
sultantes de cada saber, de cada sorpresa, de cada sí-mismo, todas ellas de-
pendientes de la particular teoría de la mente que –consciente, semi-
consciente o inconscientemente– tiene cada persona.
Figura 3
50
EL “ESQUEMA DE ARTICULACIONES” DE JORGE GARCÍA BADARACCO Y ...
Figura 4
Espero que, al conocer la historia de su concepción, los lectores puedan
apreciar ahora “las semejanzas en las diferencias y las diferencias en las se-
mejanzas”, tal y como pedía García Badaracco que había que pensar la tarea
clínica.
La casi ausencia de líneas rectas permite salir del cuadro de doble en-
trada, ampliando el horizonte del pensar a posibles articulaciones. A través
de las flechas (lamentablemente, de doble punta) podrían articularse con-
ceptos del círculo de la izquierda (el psicoanálisis) con conceptos del círculo
de la derecha (la psiquiatría), gracias a conceptos y nociones del círculo del
51
HERNÁN D. SIMOND
les. Toda experiencia era útil para el diseño que llevábamos adelante. Del re-
cuento de tales experiencias apareció un “instrumento” especial, que resultó
ser clave para explicitar el funcionamiento del esquema: el “par para pen-
sar”. Su inclusión requiere una pequeña historia.
Después de las presentaciones que ya mencioné, ambos considerábamos
que el esquema en capas sobreabundaba de información y que esa arbores-
cencia iba en contra del propósito de pensar la tarea de curar y enseñar.
Cuando comenzamos a “limpiar” (no sólo era cuestión de qué, sino de cuán-
tos conceptos podían caber sin “molestar” en el espacio bidimensional dis-
ponible), propuse al doctor tener siempre una versión cero (un solo concepto
multifamiliar adentro vs. la pregunta sobre la mente, afuera) y una versión
uno (los conceptos que cada uno pensaba que eran oportunos, adentro, vs.
la pregunta sobre la mente, afuera). Jorge estuvo de acuerdo y ambos hici-
mos nuestro ejercicio por separado.
Los resultados de la versión uno eran, con pequeñas diferencias, casi
iguales. Nuestro desacuerdo apareció con la versión cero. Jorge proponía
interdependencias recíprocas, mi propuesta era la de vivencias y metáforas.
Por formación y por trayectoria personal al lado de Jorge, mi ingreso a la hi-
percomplejidad multifamiliar había sido a través del lenguaje y sus niveles.
Desde luego, para el doctor era su descubrimiento fundamental –las inter-
dependencias recíprocas– el que le había abierto las puertas a los secretos
de la mente, sana o enferma.
Lo más importante de esa “diferencia” fue que acuñamos la frase “par
para pensar”, una especie de corolario de uno de los objetivos del grupo de
psicoanálisis multifamiliar: poder pensar juntos lo que no se puede pensar
solo.
Así, para pensar un concepto en profundidad, no podemos oponerlo a
su antónimo en el lenguaje, algo que es un movimiento automático de nues-
tro cerebro (el lenguaje, artefacto económico, cuando pensamos “blanco”
nos devuelve “negro”). Mucho menos “definirlo” sin haber encontrado su
correspondiente “par para pensar”. Debemos hacer el esfuerzo para encon-
trar aquella palabra, frase o metáfora que, dentro del “halo de significación”
de nuestra palabra a pensar, ilumine y enriquezca su significado, construya
una interdependencia recíproca mutuamente creativa y nos amplíe la mente.
Por esa razón comencé a usar el esquema versión cero con el círculo
vacío (pero con la pregunta acerca de la mente) y el esquema versión uno,
acuñado por el doctor. Muchos pasantes que tal vez lean estas líneas lo re-
cordarán.
54
EL “ESQUEMA DE ARTICULACIONES” DE JORGE GARCÍA BADARACCO Y ...
2 Dentro del mismo ‘Esquema versión uno’ se dan, adrede, estos “pares para pensar”: saber y ayudar, hi-
pótesis y universalidad, vivencias y metáforas, pertenecer y compartir, curar y enseñar.
3 En francés: L’Évolution Psychiatrique, 1953. En castellano: Actas Luso-Españolas de Neurología y Psi-
quiatría, vol. XIII, agosto de 1954, núm. 3.
55
HERNÁN D. SIMOND
del siglo XX en el tratamiento de las afasias, con especial énfasis en los as-
pectos ligados al lenguaje.
Ya en su comienzo, hace hincapié en la relación entre “conceptualiza-
ción cada vez más adecuada”, la “introducción del concepto de estructura”
y “la constitución interna propia de la materia que nos ocupa”. En esta trí-
ada podemos percibir la atención que pone entre los defectos y ventajas de
esta articulación: la posible rigidez de una elaboración más perfecta de los
hechos en forma de definición, la tendencia epistemológica a “estructurar”
un contenido y la necesidad de respetar la naturaleza de las cosas.
García Badaracco describe la superación del “asociacionismo” (imá-
genes verbales conservadas en los centros del lenguaje, evocadas por un
mecanismo asociativo) de Bastian, Wernicke, Charcot y otros, por los estu-
dios de John Hughlings Jackson en Inglaterra, que propone una explicación
a los trastornos del lenguaje como un “déficit en las funciones del cerebro”
y el cuadro morboso neurológico como una “respuesta global del orga-
nismo” a la disolución provocada por la lesión. Es decir, una “imposibilidad
en el uso voluntario del lenguaje, con la persistencia de un lenguaje auto-
mático y emocional”.
También señala que Henri Bergson, en su libro Materia y memoria
(1896), desarrolla la hipótesis de que la imagen-recuerdo no está realizada
en el cerebro, a la espera de ser “despertada” por una excitación de natura-
leza perceptiva o asociativa, sino que el acto de pensamiento se constituye
por el encuentro de una “intención no figurada” (el recuerdo “puro”) y de
un conjunto de datos perceptivos y de actitudes actuales, cada vez más ca-
paces de integrarse en un “esquema” motor.
García Badaracco rescata de Bergson los conceptos de intención no fi-
gurada, actitud y esquema, y recuerda que Alfred Binet decía en 1903 que
“el pensamiento sería más bien un sentimiento, una intención del espíritu”.
Estos aspectos no figurados, inefables, son agrupados bajo la denominación
de “actitud de conciencia” por los autores de la escuela de Würzburg
(Mayer, Orth, Bühler).
En esta línea, primero Arnold Pirk, siguiendo a Hughlings Jackson y
Stern, y luego Henry Head, establecen que es la “estructura de la tarea a
cumplir” la que nos dará las razones del éxito o del fracaso. Head & Hol-
mes (1920), en particular, ponen el acento en que lo que estará trastornado
en el comportamiento intelectual del afásico “son los actos en los cuales un
símbolo, verbal o no, juega un rol necesario entre la concepción y la ejecu-
ción de la acción”.
56
EL “ESQUEMA DE ARTICULACIONES” DE JORGE GARCÍA BADARACCO Y ...
Son estos autores los que introducen la noción de esquema tan cara a
García Badaracco. Dicen, con respecto a los enfermos que padecen pérdida
del conocimiento de ciertas partes del cuerpo por lesión cerebral:
[...] el estándar en relación al cual estimamos un cambio de posición, no
es una imagen, ni motriz ni visual. Ese estándar está fuera de la con-
ciencia.
[...] Ese estándar, en relación al cual estimamos todos los cambios de
posición antes de que se hagan concientes, es lo que proponemos llamar
‘esquema”. (Head et al., [1920], pág. 605.)
García Badaracco aprovecha aquí para unir la explicación de Head &
Holmes con los problemas antedichos del lenguaje, ya que “esquema”, nos
dice, “significa una disposición psicológica inconsciente y un estándar de
comparación”. De hecho, Bartlett (1932) extiende la noción de “esquema”
en cada nivel de respuesta fisiológica, a la manera de “organización y es-
tructuración de la experiencia, no ya una acumulación, sino una elabora-
ción que lleva a la formación de estructuras funcionales (vs. estructuras
fijas).
Los universales
Es el momento de articular las investigaciones inglesas, francesas y ale-
manas con la corriente cibernética que llegaba de los Estados Unidos y se
ponía rápidamente de moda. De la mano del avance de la electrónica, la in-
vestigación de lo mental sobre la base de la modelización del cerebro como
si fuera una computadora, invadía el campo de la psiquiatría a pasos agi-
gantados.
García Badaracco articula entonces, en la línea de pensamiento que
sigue sobre la reversibilidad, el concepto de scanning de la mente, desarro-
llado por Norbert Wiener. Define al scanning como un “mecanismo que per-
mite la transformación de señales de diferentes partes del espacio, en señales
que se suceden en el tiempo” –con el cual Wiener resuelve el problema de
la representación de funciones de más de una variable–, y señala que un
mecanismo semejante existe en la corteza cerebral (siguiendo a Pitts &
McCulloch [1947], págs. 127-147.).
Este mecanismo sugiere que existen cadenas de neuronas “cuya fun-
ción no es la de ‘transmitir’ mensajes aferentes ni eferentes, sino que forman
58
EL “ESQUEMA DE ARTICULACIONES” DE JORGE GARCÍA BADARACCO Y ...
El feed-back positivo
Una vez establecidas las bases teóricas para sus propias teorías, el doc-
tor desarrolla su nueva manera de pensar en constante articulación con los
avances de cualquier ciencia o arte. Su manera “filosofal”, abierta, reversi-
ble, no lineal, se abre a cualquier conocimiento, pero siempre manteniéndolo
a raya, neutralizándolo, para que la formulación no nos quite la sabiduría ne-
cesaria para poder ayudar al otro que sufre. De allí, su “resistencia” a las for-
mulaciones fijas, no dinámicas, de cualquier concepto, estructura o sistema.
En este sentido, recupera la noción de feed-back, en unión a la de es-
quema, para retratar la situación psicótica. En su trabajo sobre el caso Guido
(1967a, pág. 68), nos dice: “La repetición o actualización permanente de
esta situación constituye un círculo vicioso, con una realimentación propia,
implicando un feed-back positivo (entropía positiva del sistema), en donde
no hay cambio, ni aprendizaje, ni transformación”.
En uno de sus últimos trabajos (2001c & 2009a), hablando sobre la so-
ciedad, vuelve con la antigua idea:
La sociedad, a través de la educación, tendría que proveer no sólo de co-
nocimientos, sino también de recursos en experiencias emocionales
sanas, capacitando a sus miembros para descubrir el elemento solidario
y la visión ética indispensable, y así poder elegir racionalmente las de-
59
HERNÁN D. SIMOND
4 “[...] Si, entonces, la conducta del cerebro de buscar-un-objetivo se debe a mecanismos de retroalimen-
tación, ¿qué factores pueden asegurarnos que estos mecanismos son apropiadamente busca-objetivos y
no perjudicialmente inestables? La pregunta tiene dos respuestas que dependen de si el mecanismo de
retroalimentación es innato o si se ha desarrollado durante el aprendizaje. Ambas deben ser discutidas
por separado.”
60
EL “ESQUEMA DE ARTICULACIONES” DE JORGE GARCÍA BADARACCO Y ...
Figura 5
Este artículo conservaría ese “par para pensar”, curar y enseñar, dentro
del círculo de los articulables del psicoanálisis multifamiliar. Pero para que
ese círculo tenga su propio “par para pensar” afuera, fuera de los “límites”
de nuestro saber, debería estar siempre esa otra pregunta imposible: ¿Qué es
la mente? Porque dependiendo de qué clase de fijeza o creatividad le otor-
guemos a la respuesta posible, resultará la fijeza o creatividad de nuestro
hacer (y la curación o no curación asociadas).
Bibliografía
ASHBY, W. R. (1950). The cerebral Mechanisms of Intelligent Action. En
Richter, Derek (ed.). Perspectives in Neuropsychiatry. London:Lewis &
Co.
ASHBY, W. R. (1952). Design for a Brain. New York:Wiley & Sons.
BARTLETT, F. (1932). Remembering. A Study in Experimental and Social
Psychology. Cambridge: Cambridge University Press.
BARTLETT, F. (1958). Thinking. An Experimental and Social Study. London:
George Allen & Unwin.
COSSA, P. (1955). La cybernétique. Du cerveaux humain aux cervaux arti-
ficiels. Paris: Masson.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1954). La noción de ‘esquema’ en la neuro-psi-
quiatría contemporánea. En Actas Luso-Españolas de Neurología y
Psiquiatría, XIII(3).
GARCíA BADARACCO, J. E. (1953). La notion de schema dans la neuro-psy-
chatrie contemporaine. L’Evolution Psychiatrique, fascicule II (avril-
juin):199-215.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2001c; 2009a). El futuro del Psicoanálisis Mul-
tifamiliar. Avances en Salud Mental Relacional, 9(1). Recuperado en
http://www.psiquiatria.com/revistas/index.php/asmr/article/view/965/
GARCíA BADARACCO, J. E. [2006a](2007). De sorpresa en sorpresa. Revista
de Psicoterapia Analítica Grupal, 2:59-73
GARCíA BADARACCO, J. E. (2006b). Virtualidad sana”. Inédito.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2006c). Psicoanálisis Multifamiliar, para curar
la enfermedad mental desde la virtualidad sana. Revista de Psicoanáli-
sis, LXII(4):919-36.
GARCíA BADARACCO, J. E. [2009b] (2010). Sobre la ‘mente cerrada’. Re-
vista de Psicoanálisis, LXVII(1):19-35.
GARCíA BADARACCO, J. E. [2010a] (2010). Esquema de articulaciones. En
D. Prigolini y Cols. (Eds.). República Argentina 1810/2010 - Bicente-
nario: historia, presente, futuro. Buenos Aires, Universidad de Palermo.
HEAD, HENRY et al. (1920). Studies in Neurology. London: Oxford Univer-
sity Press, 2 vols.
62
EL “ESQUEMA DE ARTICULACIONES” DE JORGE GARCÍA BADARACCO Y ...
63
Máster en Psicoterapia
Analítica Grupal Curso 2012-2013
La Fundación OMIE, pionera destacada en la promoción de recursos tera-
péuticos comunitarios, ofrece a los profesionales de la Salud Mental y dis-
ciplinas afines, en colaboración con la Universidad de Deusto, una nueva
edición de sus programas de Postgrado en Bilbao y Barcelona, para el
curso 2012-13. La Fundación OMIE. reafirma así una trayectoria consoli-
dada a través de más de treinta años dedicada a formar especialistas en el
área específica de la Psicoterapia Grupal Psicoanalítica, en el desarrollo de
esta tarea colabora como miembro de EGATIN
Este programa se desarrollará a lo largo de tres cursos como un plan de
formación en el trabajo grupal orientado a la asistencia psicoterapéutica.
Objetivos:
Experimentar “en primera persona” la naturaleza de los fenómenos y di-
námicas de grupo, Profundizar en la fundamentación teórica, Conocer las
técnicas de trabajo grupal y sus fórmulas de aplicación en diferentes cam-
pos: en el Sanidad y Salud Mental, en el de Educación psico-social y, en el
de la Enseñanza y las Organizaciones.
Los contenidos del programa académico (materias y actividades) se distri-
buyen en tres áreas: teórica, práctica-clínica y área experiencial.
Calendario:
En Bilbao, de octubre a junio, en la Universidad de Deusto, en 10 módulos
de fin de semana, viernes, de 9,00 a 21,00h. y sábado de 9,00 a 13,50h.,
con un total de 18 horas por módulo
En Barcelona, de octubre a junio, en el Seminario Conciliar de Barcelona,
en 8 módulos de fin de semana, de viernes a mediodía a domingo a me-
diodía con un total de 25 horas por módulo.
Matrícula por curso:
Bilbao: Derechos de matrícula, 900 e, y tres pagos fraccionados de 670 e
cada uno en diciembre, febrero y abril.
Barcelona: Derechos de matrícula. 900 e y tres pagos fraccionados de 670
e cada uno en diciembre, febrero y abril.
Tanto la preinscripción como la matriculación se efectuarán en las sedes
de OMIE.
Para los programas en Bilbao se dispone de un número de medias becas
aplicables a los dos primeros cursos
Entidades colaboradoras:
Hospital del Mar de Barcelona y Hospital de Basurto de Bilbao
Información:
En Bilbao: Fundación OMIE, Ramón y Cajal, 2 Bis-4º-Dpto. 4º
Tfno. 944223824 / 616847963 - e-mail: omie@fundacionomie.org
En Barcelona: c/Avenir, 5. Tfno. 932011796 / 639 779 053
e-mail: omiebarcelona@gmail.com
El grupo multifamiliar como observatorio
privilegiado de familias con
vivencias psicóticas
Multifamily Group Therapy as a Privileged
Observatory of Families with
Psychotic Experiences
JUAN Mª BLANQUÉ
ALBERT BRIANSÓ
N. GARCÍA
R. HURTADO
MONTSERRAT NICOLÁS
IGNASI NICOLÁS
FRANCESCA SPANÒ
RESUMEN: En este artículo se describen los fenómenos que se han ido produ-
ciendo en un grupo multifamiliar (GMF) integrado en un programa de aten-
ción a psicosis incipientes, orientado a jóvenes que presentan síntomas
prepsicóticos (aislamiento y abandono de toda actividad) y a los que sufren
ya de una patología claramente psicótica (delirios). Se han reunido a un total
de veintiocho familias que a lo largo de cuatro años han tenido la oportuni-
dad de compartir experiencias y de aprender nuevas formas de vivir los di-
versos problemas que conlleva esta patología. Nos hemos centrado en la
fantasía de la red protectora y de sus correspondientes nudos para explicar
los diversos fenómenos que se han ido observando. En este sentido, hemos
podido conocer algunos aspectos del mundo delirante y alucinatorio de la psi-
cosis. Como conclusión, podemos afirmar que el GMF es un privilegiado ob-
servatorio de las relaciones interpersonales.
PALABRAS CLAVE: terapia familiar, grupo multifamiliar, primeras crisis psicóti-
cas, comprensión de la psicosis.
SUMMARY: This article describes different case scenarios that happened during
a Multiple Family Group Therapy (MFGT). The MFGT was integrated within
an incipient psychosis program focused on teenagers that have psychotic or
pre-psychotic symptoms (isolation and withdrawal of all activity) and those
who suffer from a clearly psychotic pathology (delusions). During four years,
the MFGT has treated twenty-eight families. These families had the opportunity
to share their experiences in a contained environment and therefore learn new
ways to live their day to day life. The conductors of the group used the pro-
tective matrix fantasy with knots to explain the different phenomena observed
Blanqué, J. M., Briansó, A., García, N., Hurtado, R., Nicolás, M., Nicolás, I. y Spanò, F. (2012). El grupo
multifamiliar como observatorio privilegiado de familias con vivencias psicóticas. Teoría y práctica gru-
poanalítica, 2(1):65-79
65
JUAN Mª BLANQUÉ ET AL
during the sessions. In this way, the conductors were able to learn new aspects
of the hallucinations and delusions in the world of the psychotic patient. As a
conclusion, we can confirm that the MFGT is a privileged observatory of in-
terpersonal relationships, in particular within families with young psychotic
members.
KEY WORDS: family therapy, multifamily group, first psychotic crisis, psycho-
sis understanding.
“[…] El miedo que tenemos no viene de afuera, como tú dices (un joven di-
rigiéndose al padre de otro que no estaba presente), viene de dentro nuestro,
si no pregúntale a tu hijo… Seguro que alguna vez te lo ha dicho y tú no lo
has escuchado o lo has olvidado… Muchas veces, en casa, no hablamos,
pues tememos la reacción de nuestros padres, tememos que les duela mucho
lo que les digamos”. A esto una de las madres responde: “Es verdad eso que
dices, hace unos días mi hija me dijo que yo nunca le había hecho caso hasta
que no ha tenido esta crisis… Y es verdad (llora). “Yo trabajaba todo el día
y no me podía dedicar a ella, y no podía contar con mi marido pues no era
capaz de trabajar, era un irresponsable…”.
Introducción
Hasta ese momento, en nuestro entorno solo se conocían los grupos psi-
coeducativos, pero presentaban un problema: la duración era solo de ocho
sesiones y este aspecto era un motivo de queja por parte de las familias.
La aportación más importante del GMF a nuestro programa es que nos
permite dar a las familias la posibilidad de expresar sus conflictos en un es-
pacio en el que hay otras personas que tienen problemas similares y de poder
contener los aspectos más regresivos del sufrimiento mental que padecen.
También se les ofrece la posibilidad de aprender diferentes formas de afron-
tar la vida familiar, teniendo en cuenta la culpa que sufren. En definitiva, se
trata de que puedan ver que lo que les pasa a los jóvenes enfermos no es tan
diferente a lo que puede pasarles a los propios familiares considerados como
normales (Mascaró 2006).
El GMF aporta un contexto de seguridad donde se pueden arriesgar los
recursos de cada persona, lo que se conoce como virtualidad sana (G. Ba-
daracco, 1990, 2000). Se permite ver al joven problemático como a una per-
sona que ha enfermado por la familia pero que al mismo tiempo tiene
aspectos sanos que la familia misma le proporciona, lo que aporta un alto
grado de seguridad a todos. De esta forma se pueden desbloquear los re-
cursos yoicos que quedaron inhibidos y que dieron lugar a la enfermedad
mental. Desde este planteamiento se podrá ver la enfermedad mental como
un funcionamiento característico derivado de unas circunstancias determi-
nadas.
Estos funcionamientos patológicos están potenciados por personas con
poder perturbador -llamados objetos o presencias enloquecedoras- que re-
alizan interdependencias patógenas. El hecho de que estas interdependencias
pueden hacerse conscientes puede ayudar a introducir cambios positivos en
la familia.
Cuando un joven recae, es básico ayudar a las familias a mirar esa cri-
sis no como una vuelta a la enfermedad sino como una búsqueda de una
nueva oportunidad de entender lo que nunca se ha comprendido.
La psicosis entendida como una patología vincular puede ser abordada
en el GMF ya que en él se tendrá la posibilidad de expresarla y, por lo tanto,
también da la oportunidad de comprenderla.
Hay que tener en cuenta que el mundo interno de estas familias viene
determinado por las historias heredadas, las historias influidas que llegan de
la familia ampliada y por las historias vividas por la propia familia (Ayerra,
J. Mª., López Atienza, J. L., 2003). En este mismo sentido, el GMF fun-
ciona como elemento liberador de la represión de los sucesos traumatizan-
67
JUAN Mª BLANQUÉ ET AL
En estos cuatro años han pasado por el grupo 34 familias con un mínimo
de asistencia de tres sesiones y doce de ellas han formado un núcleo esta-
ble que se mantiene en la actualidad. Existe una autorregulación espontánea
por parte de las familias, en el sentido de que se turnan para manifestar sus
problemas de tal forma que no suelen producirse protagonismos exagerados.
La coordinación del grupo está a cargo de dos terapeutas (un psiquia-
tra y un trabajador social) en coterapia y otros dos profesionales (un psicó-
logo y un educador social) que actúan como observadores pueden intervenir
en algunas ocasiones. Todos tenemos formación en terapia grupal.
Las intervenciones de los conductores dependen de la formación de
cada uno ya que unos se han formado en el modelo de Foulkes y otros en el
de Bion. También se introducen de manera complementaria algunos co-
mentarios psicoeducativos referidos a temas que consideramos importan-
tes para la comprensión de alguna situación concreta.
Un dilema no resuelto es el del nombre a utilizar como responsables
del grupo. Oscilamos entre llamarnos terapeutas cuando nos colocamos en
el papel de ayudar al grupo o llamarnos conductores cuando nuestra posi-
ción es la de trabajar al máximo las posibilidades de los miembros del grupo
(Sunyer, J. M., 2008).
Durante este tiempo, por el grupo han pasado dieciocho observadores
externos: médicos de familia, PIR, MIR, trabajadores sociales; psiquiatras
y psicólogos de otras instituciones, algunos de ellos recomendados por el
propio equipo del Dr. García Badaracco; un psicoanalista y la mayoría de los
miembros del equipo de nuestro centro. Todos ellos han asistido un mínimo
de cuatro sesiones de grupo.
Primero aparecieron los nudos depresivos traídos al grupo por una fa-
milia que estaba en pleno duelo patológico por la pérdida de un familiar.
Este primer asunto impactó mucho y se asoció a otras pérdidas vividas por
otras familias y una de ellas fue el suicidio de uno de los jóvenes que im-
presionó mucho al grupo.
En este sentido, la experiencia del GMF también nos ha servido para co-
nocer con más detalle la biografía de algunas de las familias, como fue el
caso de una de las madres que, en el transcurso de una sesión en la que se
hablaba de duelos patológicos, pudo decir que durante el embarazo de su
hijo sufrió mucho porque tuvo alucinaciones visuales en las que veía niños
muertos flotando en las aguas de la playa. Reconoció que “Esto no se lo
había dicho a nadie, ni al médico, por miedo a que [le] dijeran que estaba
loca como una de [sus] hermanas”. Esta comunicación nos permitió ver de
forma más clara la posible génesis de la psicosis en su hijo y posteriormente
derivar a la madre a un tratamiento individual.
sin secuelas. Durante diversas sesiones del GMF se pudo ver como el joven
había escogido la locura de su cuerpo, es decir, la vía psicosomática en
lugar de la psicótica, aunque su estado cognitivo de replegamiento psíquico
se acercaba enormemente a esta última.
Otro caso muy significativo fue el de un padre que explicó que coinci-
diendo con la primera infancia del hijo se le desarrolló un tumor adiposo ab-
dominal de dos kilos. Pudo relacionarlo con el sufrimiento que le había
producido tener que cuidar al hijo durante esa época ya que su mujer traba-
jaba y él estaba de baja por un traumatismo. Pudo darse cuenta de que “po-
siblemente la exagerada protección que he hecho sobre mi hijo y que estoy
seguro que le ha perjudicado, debe tener que ver con lo mal que lo pasé
mientras me hacía cargo de él… yo que era un machista y nunca había
hecho nada en casa”. Nuestra intervención se centró en ayudar a poder ver
como los malestares poco evidentes vividos anteriormente pueden repercu-
tir en la actualidad.
El GMF es un espacio de encuentro social y como tal aparecen nudos
psicosociales que han permitido también la reflexión de diversos conflictos
centrados en las carencias económicas que dan lugar a la marginación y ex-
clusión de algunas familias, lo que ha complicado aún más la dolorosa rea-
lidad que representa el estigma de la enfermedad mental.
La función de los terapeutas o conductores era interpretar el aquí y
ahora, si era posible, o hacer consciente lo que no lo era. Nos hemos movido
entre los modelos de Foulkes o de Bion según la formación de cada uno de
nosotros.
Todo GMF tiene su historia, la cual viene marcada por cada uno de sus
participantes, familias y terapeutas o conductores. Comunicar la evolución
es rendir un homenaje a todos los que han participado en él.
Al principio del grupo toda la temática estaba centrada en la búsqueda
desesperada de las razones de las crisis de sus hijos y del miedo a su repe-
tición.
Las expectativas puestas en el grupo eran proporcionales a la desespe-
ración que sufrían las familias. Por tanto, existía una gran idealización res-
pecto a todo ello.
Se fueron diferenciando diagnósticos entre las familias como forma de
recuperar la identidad perdida al entrar a formar parte de un grupo.
Se buscaban a los culpables de la enfermedad: ese papel siempre recaía
en los genes o en la sociedad, lo que salvaba a las familias de la culpa.
Un tema recurrente durante los primeros meses fue el de los efectos se-
cundarios de los psicofármacos (sobre todo el aumento de peso y la som-
nolencia). Se observó que los padres toleraban esos efectos secundarios pero
que los hijos, que son quienes los padecen, rechazaban los fármacos conti-
nuamente.
En algunos momentos entraron en temas más personales como el exceso
de protección por parte de los padres y el aislamiento de los jóvenes en casa.
Se fue viendo que ambas situaciones estaban relacionadas.
75
JUAN Mª BLANQUÉ ET AL
tancia y así evitar enfrentamientos muy directos entre los padres y sus pro-
pios hijos.
Observamos que los temas abordados por los padres con hijos que no
habían sufrido crisis psicóticas pero que estaban diagnosticados de EMAR
eran similares a los que trataban los padres cuyos hijos sí habían sufrido
crisis y delirios. Hablaban también de crisis depresivas.
Se fue tratando de forma recurrente el tema de las dificultades que todos
tenían para poder realizar un trabajo o estudiar y poco a poco se fue enten-
diendo que el problema estaba en la gran dificultad de tolerar los senti-
mientos de rivalidad con los jefes, los profesores o los compañeros, realidad
que todos los padres también compartían.
También aparecían reproches hacia los profesionales en el sentido de no
ser capaces de integrar a sus hijos en el mundo laboral. También, junto al es-
tigma de la propia enfermedad, aparecían temores sobre el futuro de estos
jóvenes. Este pesimismo venía en ocasiones matizado por la buena evolu-
ción que algunos manifestaban, ya que habían vuelto a estudiar o trabajar.
La realidad de estas buenas evoluciones despertó en algunos momentos
cierta rivalidad entre las familias, ya que existía la fantasía de que quizá al-
gunos jóvenes habían recibido un tratamiento mejor.
Durante el segundo año se dieron varias situaciones traumáticas: la
muerte de uno de los padres por infarto y el suicidio de uno de los jóvenes
que no asistía al grupo, pero cuyos padres sí lo hacían regularmente. Estas
situaciones despertaron en algunas familias el recuerdo de intentos de sui-
cidio de sus propios hijos, lo que permitió una cierta elaboración de estas si-
tuaciones.
También fueron apareciendo algunas referencias psicosomáticas, en el
sentido de que se pudo ver la influencia de las emociones en el cuerpo.
Aquello que no se puede comunicar y que se queda dentro, nos puede hacer
daño.
Con el paso de los meses la confianza fue aumentando, lo que les per-
mitía plantear diversas situaciones de la vida y las relaciones de una forma
menos ansiosa. No obstante, esa misma confianza también dio lugar a al-
gunos enfrentamientos entre algunos padres, sobre todo entre los que de-
fendían una postura más dura con los jóvenes y los que estaban en el lado
opuesto, es decir, en la de una exagerada tolerancia.
Al final del segundo año se dio un cierto cambio que tenía que ver con
una reelaboración de algunos de los temas que habían ido surgiendo hasta
el momento, sobre todo los que hacían referencia a las conductas inhibito-
rias de los hijos.
77
JUAN Mª BLANQUÉ ET AL
Conclusiones
– El hecho que nuestro GMF esté integrado en un Programa de Psicosis in-
cipientes le confiere una marcada especificidad y adquiere unas caracte-
rísticas extraordinarias como observatorio psicológico de la prepsicosis
y de la psicosis ya establecida, ya que existen familias con hijos en las dos
situaciones.
– Además de ser un indiscutible espacio terapéutico, el GMF nos permite
realizar un conjunto de intervenciones asistenciales que nos ayudan a op-
timizar los recursos que tiene asignado el programa y que pasamos a co-
mentar:
78
EL GRUPO MULTIFAMILIAR COMO OBSERVATORIO PRIVILEGIADO DE FAMILIAS ...
– A partir del segundo año se pueden evidenciar, tanto a las familias como
a los jóvenes, las mejores indicaciones para cada caso, que muchas veces
tendrán objetivos preventivos. Por ejemplo, se podría indicar una terapia
de padres, de pareja o de hermanos paralelamente al GMF.
Bibliografía
AyERRA, J. Mª, LóPEz ATIENzA, J. L. (2003). El grupo multifamiliar: un es-
pacio sociomental. Avances en salud mental relacional, Vol. 2, núm. 1.
Recuperado en http://www.psiquiatria.com/revistas/index.php/asmr/ar-
ticle/view/1038/
GARCíA BADARACCO, J. E. (1990). Comunidad terapéutica Psicoanalítica
de estructura multifamiliar. Madrid: Tecnipublicaciones.
GARCíA BADARRACO, J. E. (2000). Psicoanálisis multifamiliar. Buenos
Aires: Paidós.
MASCARó, N. (2006). La constitución de un grupo multifamiliar en una Insti-
tución pública. Avances en salud Mental Relacional, 5(2). Recuperado en
http://www.psiquiatria.com/revistas/index.php/asmr/article/view/900/
GUIMóN, J. (2003). Manual de terapias de grupo. Madrid: Biblioteca Nueva.
SUNyER, J. M. (2008). Psicoterapia de grupo grupoanalítica. Madrid: Bi-
blioteca Nueva.
López Atienza, J. L., Blajakis, Mª. I. (2012). El clima emocional en los grupos multifamiliares: su cons-
trucción y contribución al cambio. Teoría y práctica grupoanalítica, 2(1):81-93
81
JOSÉ LUIS LÓPEZ ATIENZA, MARÍA ISABEL BLAJAKIS LÓPEZ
Introducción
Los grupos multifamiliares son el instrumento terapéutico más sofisti-
cado para promover y acompañar en un proceso terapéutico.
Los pacientes con trastornos mentales (sean graves o no), para aban-
donar un estado de sufrimiento mental intenso, deben desarrollar un pro-
ceso terapéutico a través del cual puedan realizar una serie de trasfor-
maciones, no solo cambios, que les permitan ir adquiriendo y desarrollando
su sí-mismo verdadero para poder alcanzar su condición humana.
Construir su sí-mismo es algo muy complejo para estos pacientes puesto
que no va a depender exclusivamente de ellos. El sí-mismo de estos pa-
cientes está diluido en una trama de identidades organizadas desde las de-
pendencias enfermantes, físicas y emocionales establecidas con su entorno
familiar. Estas dependencias enfermantes hacen que el sí-mismo se estruc-
ture como “un objeto de otros” (familiares) necesario para su supervivencia
emocional.
Con esta estructura de base, el sí-mismo de estos pacientes se encuen-
tra “a la espera de un rescate” a través de encuentros emocionales estructu-
rantes que posibiliten su propio crecimiento. Spitz (1980) planteó que el
primer organizador mental en la vida de un niño es el encuentro emocional.
Estas dependencias enfermantes dan lugar a estados de interdependen-
cia que bloquearán la maduración, no solo de las personas implicadas en
82
EL CLIMA EMOCIONAL EN LOS GRUPOS MULTIFAMILIARES: ...
El grupo multifamiliar
El recurso que mejor se puede ajustar a este núcleo central del proceso
terapéutico va a ser el grupo multifamiliar.
Es un encuentro de múltiples familias con sus pacientes en el que se
toma el compromiso de compartir y tratar las dificultades que se viven en
el seno de las familias cuando uno o varios de sus miembros están afecta-
dos mentalmente.
La presencia de múltiples familias con sus pacientes, junto con un
equipo terapéutico, constituirá un campo relacional muy amplio, donde se
puedan desplegar, revivir y, sobre todo, pensar las experiencias emociona-
les que están en la base de las relaciones enfermizas y que no pueden salir
de ahí.
El amplio campo relacional que se va a dar en las experiencias de grupo
multifamiliar está en relación con los numerosos tipos de identificaciones y
de vínculos que se posibilitan entre sus miembros (Badaracco, 2000).
La posibilidad de estas identificaciones permite salir de los subgrupos
encerrados que cada familia dañada construye entre sus miembros con res-
pecto a su entorno. De esta manera, distintos miembros familiares pueden
identificarse con otras personas de otras familias, con las que se da una em-
patía inmediata por la semejanza de momentos emocionales y por la simi-
litud de experiencias compartidas, sobre todo desde los roles. Así, veremos
que se van dando toda una serie de “pérdidas” y de encuentros diversos
entre los participantes al “separarse” de sus familias nucleares para encon-
trarse con otros miembros de otras familias, con el objeto de tener vivencias
relacionales nuevas. De esta forma se da la posibilidad de que observen a sus
propios familiares con una distancia que les permita oír y pensar sobre lo
83
JOSÉ LUIS LÓPEZ ATIENZA, MARÍA ISABEL BLAJAKIS LÓPEZ
que allí está pasando. Así, podrán comprobar que son capaces de pensar
cuando pueden encontrar soluciones a la dependencia con su familia sin
abandonarla porque comprueban que el resto de familiares han encontrado
otras personas en el grupo con las que identificarse.
Esta nueva posibilidad vincular crea una nueva red y abre las subagru-
paciones familiares a un campo psicológico de dimensiones inusuales, per-
mitiendo nuevas formas de pensar el daño relacional y los efectos psíquicos
que este daño produce en cada miembro.
Las familias en las que existen miembros afectados en su psiquismo
están cargadas de acontecimientos traumáticos, generándose un clima am-
biental de desconfianza, forzando a sentir mucha vergüenza y a construir
secretos familiares. Es necesario que los secretos, las situaciones traumáti-
cas y las culpas tengan un espacio donde expresarse para desactivar su po-
tencial destructivo y enfermizo.
Para conseguir que las familias se abran y, por resonancia, vayan viendo
fenómenos semejantes a los que padecen es esencial el clima emocional.
El clima emocional
Por clima emocional entendemos un estado ambiental compartido,
construido con la colaboración de todos los integrantes de la experiencia,
consiguiéndose una participación comprometida y sincera que facilita un
sentimiento de pertenencia, cercanía y comprensión emocional hacia los
acontecimientos que allí se están viviendo.
El ambiente emocional es esencial a lo largo del recorrido madurativo
que debe atravesar un ser humano desde su etapa de máxima dependencia
hasta la obtención de grados de independencia que le permitan llevar una
vida constructiva consigo mismo y con los demás. Evidentemente, este am-
biente emocional debe ser facilitador, según el concepto de Winnicott
(1993), para que este desarrollo se pueda realizar.
El ambiente emocional en las primeras fases de la vida lo constituye la
madre. Va a depender de ella y de que esta pueda tener un entorno que se
adecúe a las necesidades relacionales que el niño vaya teniendo con ella.
El ambiente emocional que la madre sea capaz de construir permitirá
que el niño pueda alcanzar “la posición depresiva”.
El proceso vivido hasta alcanzar esta posición permitirá al bebé pasar
de su narcisismo primario, en el que trata a la madre como a un objeto in-
diferenciado, a un estado en el que se relacionará con la madre como con un
objeto diferenciado de él.
84
EL CLIMA EMOCIONAL EN LOS GRUPOS MULTIFAMILIARES: ...
Bibliografía
GArCíA BADArACCO, J. E. (1990). Comunidad Terapéutica Psicoanalítica
de estructura Multifamiliar. Madrid: Ed. Tecnipublicaciones
GArCíA BADArACCO, J. E. (2000). Psicoanálisis Multifamiliar. Barcelona:
Paidós
LóPEz ATIENzA, J. L. (1988). La función Terapéutica Grupal en el proceso
terapéutico de los pacientes psicóticos. IV Jornadas Nacionales de Hos-
pitales de Día. Barcelona. Noviembre (1988) (Texto pendiente de pu-
blicación)
LóPEz ATIENzA, J. L. (1994). La conceptualización y el abordaje grupal en
el tratamiento de la psicosis” III Jornadas Científicas de la APAG, Bar-
celona (1994) (Texto pendiente de publicación)
LóPEz ATIENzA, J. L. (2011). El Proceso Terapéutico de los pacientes Men-
tales Graves: de la muerte en vida a la vida viva”. (Texto pendiente de
publicación leído en el encuentro con autores [OMIE-APAG]). Tarra-
gona. Junio (2011)
LóPEz ATIENzA, J. L. (2011). El grupo Multifamiliar: un encuentro de espe-
ranza. Texto pendiente de publicación y presentado en las XII Jornadas
92
EL CLIMA EMOCIONAL EN LOS GRUPOS MULTIFAMILIARES: ...
EVA PALLEIRO
1 Este artículo ha sido posible gracias al trabajo en equipo del Área de Psicoanálisis Multifamiliar de CI-
PRES, dirigido por quien suscribe que, además, quiere resaltar la entrega de los profesionales que la in-
tegran en las actividades asistenciales, docentes, de investigación y de extensión a la comunidad, y
destacar que su trabajo es mayoritariamente honorario y responde a un profundo compromiso ético y
científico. Desde aquí, mi agradecimiento al equipo de operadores de psicoanálisis multifamiliar formado
por la lic. Nathalie Mourelle, dra. Paola Pereira, lic. Carlos Puñales, rest. Ana Roca y lic. Erika Sisias-
vili. Y a los técnicos en formación, Blanca Aguiar, lic. Ivon Alsina, lic. Sandra Andreoletti, lic. Leonor
Bruno, Daniel Claro, Paola Debellis y lic. Fabiana Gallardo. Nuestro agradecimiento también a todos
los pacientes y a sus familias que asisten a CIPRES, quienes al trabajar junto al equipo permiten los des-
arrollos de las áreas antes presentadas.
95
EVA PALLEIRO
Introducción
La presente comunicación recorre parte de la historia del Centro de In-
vestigación en Psicoterapias y Rehabilitación Social (CIPRES) que fun-
ciona desde hace más de veinte años y es uno de los pocos centros
universitarios de rehabilitación de Uruguay.
Se exponen algunas de sus contribuciones a los fundamentos teóricos
y prácticos de la rehabilitación nacional de comienzos del siglo XXI.
De acuerdo con los objetivos previstos para este artículo, se concede
gran importancia al momento en el que se incorporan las asambleas multi-
familiares (2002) que posteriormente se organizan bajo el encuadre del psi-
coanálisis multifamiliar (2005-2012).
Antecedentes
En sus inicios, en el año 1988, las actividades de rehabilitación co-
mienzan con un grupo de psicoterapia de base psicoanalítica para pacientes
psiquiátricos graves que recibe el nombre de Grupo de Escucha.
En aquellos momentos, se producía la finalización de la reciente dicta-
dura militar (1973-1985) y reconstruir la dignidad de “ser”, tanto técnico
como paciente, tenía una ligazón ineludible con el pensamiento y la acción
en pro de los derechos humanos.
Escuchar con interés y respeto todo el contenido de los desatendidos
reclamos de los “locos de siempre”, recurrir al análisis de la contratransfe-
rencia y elaborar juntos vivencias intolerables eran los pilares fundamenta-
les de este primer “Grupo de Escucha”.
En 1990 se cuenta con las primeras supervisiones psicoanalíticas que,
siendo al principio irregulares y multitudinarias, pasarán luego a ser regu-
96
PSICOANÁLISIS MULTIFAMILIAR, ASAMBLEAS Y REHABILITACIÓN
Desarrollo
En los hechos se da un desplazamiento del paradigma dominante, cuyo
alcance se trata de abordar más adelante en la discusión.
Al focalizar el hecho concreto de incluir a las familias, se ha de tener
en cuenta que en el contexto cultural uruguayo es fácil instrumentar la al-
ternativa de trabajar en grupos más grandes y heterogéneos.
La asamblea aparece como un recurso siempre presente a lo largo de
nuestra historia. En ella se condensan los ideales democráticos de los actos
constituyentes de la República, con otras actividades habituales de la so-
ciedad civil como las asambleas gremiales restauradas a fines de los 80, así
como las comisiones de fomento barriales o escolares, entre otros tantos
ejemplos.
La asamblea de CIPRES es una asamblea particular, cuyo encuadre pri-
vilegia:
– Ajustarse a una lista flexible de oradores.
– Seguir un hilo conductor que proporcione una suerte de orden.
– Conversar acerca de las propias experiencias y sentimientos.
– Escucharse unos a otros respetando la alteridad.
– Sustituir el “acto” por la palabra.
– Pensar junto con los aportes técnicos.
97
EVA PALLEIRO
“¿Por qué las llamás “asambleas”? Me parece que el encuadre que está
por detrás de esa palabra privilegia sobre todo el fenómeno social. Sin duda,
este está presente, pero la palabra asamblea no da cuenta de todo el resto, de
los otros niveles interpersonales aún más vivenciales, donde conversamos,
vemos y somos vistos, y donde participamos directamente de sus complejas
tramas afectivas.
En las sesiones de psicoanálisis multifamiliar es posible captar más fá-
cilmente en otra familia lo que sucede en la propia y experimentar en un am-
biente protegido otros modos vinculares, otra madre u otro hijo que están
disponibles para “vivenciar” nuevas interdependencias que, en tanto que son
más saludables, les permiten ser genuinos.
Se cuenta, además, con el referente psicoanalítico, porque sin duda in-
vestigamos y operamos en una clínica que incluye el inconsciente, pero desde
otra modalidad que podría ser el potencial no desarrollado por Freud. No se
trata de querer tener razón. Solo debemos preguntarnos qué nos permite ayu-
dar a estas personas con soledad histórica” (García Badaracco, 2004).
El fundamento de CIPRES en relación con el uso del término “asam-
blea” fue explicitado anteriormente.
Conclusiones
Conclusiones teóricas
El desarrollo teórico del psicoanálisis multifamiliar, nombre elegido
por su autor, se torna un referente invalorable en nuestro trabajo de asam-
blea. Las interdependencias recíprocas, entre otros conceptos, permiten
comprender mejor a los pacientes y a sus familias que, además, se ofrecen
como un instrumento estratégico para la cura.
He aquí, nuevamente, otro punto polémico, para con la psiquiatría y el
psicoanálisis clásico: el uso de la palabra “cura”.
En nuestro medio, no sabría decir cuándo esta comienza a ser solamente
patrimonio de algunas disciplinas médicas “duras” o cuándo comienza a
tener tan solo la connotación específica que le da la teoría psicoanalítica.
“Curar” viene del latín y etimológicamente significa, entre otras acep-
ciones, “cuidar de tu salud con diligencia”2. Está así en concordancia con los
objetivos de autonomía que la Organización Mundial de la Salud (OMS)
2 “Cura: cuidado, dirección, conducción, tratamiento, obra de inteligencia, inquietud, celador, inten-
dente, amor, objeto de amor. Curar: cuidar de, tomar interés por, ejecutar, disponer, preparar, conju-
rar, cumplir con su deber”. En Macchi, L. Diccionario de la lengua latina, latín/español, español/latín.
Buenos Aires: Editorial Don Bosco; 1966.
99
EVA PALLEIRO
Implementación
Se pasa a describir la implementación actual (febrero 2012) del Área de
Psicoanálisis Multifamiliar de CIPRES dentro del Programa de Articula-
ción Nacional y Comunitario en Educación y Atención en Salud Mental
(PANACEAS-SM)3 articulado con el Plan Nacional de Salud Mental del
Ministerio de Salud Pública (MSP, 2011).
1. Actividades Asistenciales
1.1. Espacios de implementación
– Espacio Maciel, con tres sesiones semanales para los pacientes de la
sala de internación psiquiátrica de agudos de este hospital general.
– Espacio Centro Diurno, con cinco sesiones semanales para usuarios
en proceso de rehabilitación ambulatorio.
– Espacio Mutual y Privado, con dos sesiones semanales para pa-
cientes comprendidos en el modo 1 y modo 3 del Plan Nacional de
Salud Mental antes mencionado.
Esto permite una disponibilidad semanal de diez sesiones de psicoaná-
lisis multifamiliar para los usuarios correspondientes, ofrecidas por el área
del mismo nombre.
1.2. Duración y coterapia
La duración de las sesiones es de 90 minutos y está dirigida por dos o
más operadores que trabajan en coterapia.
100
PSICOANÁLISIS MULTIFAMILIAR, ASAMBLEAS Y REHABILITACIÓN
1.3. Composición
El grupo de pacientes y familiares es heterogéneo en cuanto al perfil
categorial psiquiátrico. La mayoría de usuarios cursaron cuadros psiquiá-
tricos graves.
También es heterogéneo el tiempo de evolución de cada usuario en el
momento de integrarse al dispositivo, corroborando con ello que la aplica-
ción de la rehabilitación se puede y debe iniciarse desde el primer contacto
con el centro de salud, de acuerdo con la propuesta de la OMS (2011).
En el espacio Maciel, las presentaciones psiquiátricas son agudas o re-
agudizadas y existen más cuadros clínicos de comorbilidad con abuso de
sustancias.
Al espacio Centro Diurno asisten personas en etapas avanzadas de su
proceso de rehabilitación, en su mayoría usuarios que cursaron episodios
psicóticos crónicos.
Al espacio Mutual y Privado asisten, para el Modo 1, grupos de fami-
lias que vivieron una muerte violenta y pacientes con intentos de autoeli-
minación y, para el Modo 3, asisten poblaciones similares a las del Centro
Diurno.
Estas diferencias llevan a variantes del encuadre en la asamblea multi-
familiar, que es adaptado a las demandas predominantes de los distintos es-
pacios.
El número de integrantes varía: es menor en el espacio Maciel por ser
una sala de internamiento con diez camas, pudiendo llegar en el espacio
Centro Diurno a treinta personas o más. En el espacio Mutual y Privado que
se encuentra en sus primeros meses de implementación, en estos momentos,
hay ocho pacientes.
1.4. Frecuencia
En el espacio Maciel es obligatoria la asistencia de los pacientes (aun-
que no de forma estricta) como sucede con cualquiera de los otros recursos
terapéuticos utilizados en la sala de internación.
El espacio Centro Diurno, por el contrario, es un recurso que está dis-
ponible diariamente, siendo los propios usuarios los que administran sus
“dosis” de sesiones semanales, de acuerdo con sus necesidades y con la
etapa de reinserción social en la que se encuentran.
En el espacio Mutual y Privado cada “modo” trabaja una vez por se-
mana.
101
EVA PALLEIRO
2. Docencia
Se dispone de un seminario semanal, de dos horas de duración, para
profesionales, operadores de multifamiliares técnicos y no técnicos, y estu-
diantes provenientes de las distintas áreas de la salud mental.
Se trabaja sobre:
– la obra del profesor García Badaracco,
– los aportes de otros colegas pertenecientes al Instituto Virtual e In-
ternacional de Psicoanálisis Multifamiliar,
– los aportes nacionales e internacionales sobre rehabilitación y
– los aportes nacionales e internacionales sobre derechos humanos.
Estos aportes se enriquecen a finales de 2011 con la integración de
CIPRES como Área de Salud Mental a la Casa Nacional de Dere-
chos Humanos Luis Pérez Aguirre, del Ministerio de Educación y
Cultura (MEC), junto a la Dirección de Cultura y Ciudadanía y a la
Dirección Nacional de Derechos Humanos.
102
PSICOANÁLISIS MULTIFAMILIAR, ASAMBLEAS Y REHABILITACIÓN
3. Investigación
El Área de Psicoanálisis Multifamiliar investiga cualitativa y cuantita-
tivamente las repercusiones de la aplicación del dispositivo multifamiliar. Se
complementa con la investigación estadística y la de cambio psíquico apor-
tadas por el Área de Investigación Psicológica. Se trabaja con la metodolo-
gía de ensayo clínico y de escalas, como la OMS en su valoración de la
calidad de vida (1994). Quien suscribe propone una nueva escala corregida
y enriquecida por el profesor Jorge García Badaracco y por el entonces co-
ordinador del Instituto de Psicoanálisis Multifamiliar, Hernán Simond. Esta
última, motivo de otro trabajo, es aplicada en ambas márgenes del Río de la
Plata, pero aún no ha sido elevada para su validación internacional.
4. Extensión a la comunidad
Se realiza prevención primaria, secundaria y promoción de la salud en
el mismo desarrollo de las sesiones de psicoanálisis multifamiliar, así como
de rehabilitación en sentido estricto.
Por este motivo se recibe, en noviembre de 2011, la aprobación de la Di-
rección del Plan Nacional de Salud Mental del MSP, para el espacio Mutual
y Privado de CIPRES.
En el año 2011, se establece con el Portal Amarillo, centro especializado
en drogodependencias, un convenio verbal que consiste en intercambiar for-
mación en psicoanálisis multifamiliar para sus técnicos por horas de recur-
sos humanos rentados.
Se trabaja en red de servicios con el Hospital Maciel (hospital general)
y con el Hospital Vilardebó (hospital monovalente de psiquiatría de agu-
dos), así como con los otros centros de rehabilitación nacionales.
Como institución, CIPRES no comparte las políticas sanitarias asilares
aún existentes en nuestro país. Aun así, se ofreció el recurso del psicoaná-
lisis multifamiliar para trabajar con las personas de los asilos -consideradas
también institucionalizadas- a fin de favorecer el cierre pautado de estos
centros.
103
EVA PALLEIRO
Discusión
El presente artículo se sustenta en paradigmas o modelos -algunos muy
desarrollados durante el siglo XX, otros más novedosos- que ameritan su
discusión académica.
1. El artículo pone el énfasis en la contribución de CIPRES a la reha-
bilitación, concepto que no fue explicitado en los ítems anteriores. El mo-
delo de rehabilitación tomado al inicio es el planteado por el último informe
de la Asociación Mundial de Psiquiatría que propone que la rehabilitación
debe:
1.1. Brindarse desde el inicio de todo cuadro psiquiátrico severo.
1.2. Constar de diferentes modalidades y niveles de complejidad según
el momento evolutivo del cuadro psiquiátrico.
1.3. Asegurar la continuidad del proceso terapéutico en sus distintas
etapas.
Desde esta perspectiva particular, los desarrollos de CIPRES que se han
expuesto están en concordancia con los requisitos anteriores, de tal manera
que:
1.1. Se ofrece el dispositivo de psicoanálisis multifamiliar tanto a los pa-
cientes en fase aguda, internados en la sala de psiquiatría del hospital general
(espacio Hospital Maciel), como a los que consultan por primera vez de
104
PSICOANÁLISIS MULTIFAMILIAR, ASAMBLEAS Y REHABILITACIÓN
Bibliografía
ASOCIACIóN MUNDIAL DE PSIQUIATRíA. Declaración por Consenso sobre Re-
habilitación de las Personas Afectadas por Trastornos Mentales. 2003
Convenio Marco Interinstitucional, Programa de Articulación Nacional y
Comunitario en Educación y Atención en Salud Mental de la Universi-
dad de la República con la adhesión del Ministerio de Salud Pública,
Ministerio de Educación y Cultura, Intendencia Municipal de Monte-
video, Asociación Civil CIPReS Multifamiliar y Centro de Investiga-
ción en Psicoterapias y Rehabilitación Social. Montevideo; 2012.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2000.). Psicoanálisis Multifamiliar - Los otros
en nosotros y el descubrimiento del sí-mismo. Buenos Aires: Editorial
Paidós
GARCíA BADARACCO, J. E. (2004). Congreso Mundial de Psiquiatría, Punta
del Este. Comunicación personal
107
EVA PALLEIRO
108
Análisis del modelo de terapia grupal
multifamiliar aplicado en instituciones
del sureste español
Analysis of the Multifamily Group Therapy
Model Applied in Southeast Spanish Institutions.
Sempere, J., Fuenzalida, C., Pérez, A., Mesa, A., Jadraque, R., et al. (2012). Análisis del modelo de terapia gru-
pal multifamiliar aplicado en instituciones del sureste español. Teoría y práctica grupoanalítica, 2(1):109-22
109
SEMPERE, J., FUENZALIDA, C., PÉREZ, A., MESA, A., JADRAQUE, R., ET AL.
Introducción
En estos tres últimos grupos se dedica una parte del tiempo a crear dos
subgrupos separados (niños y padres), de manera que el encuentro sirve no
solo para observar e intervenir sobre cada dinámica intrafamiliar, sino tam-
bién para conocer, por un lado, la manera de relacionarse e interactuar de
cada niño con los demás niños y, por otro, las dinámicas parentales y con-
yugales.
En la unidad hospitalaria de ingreso psiquiátrico para niños y ado-
lescentes del Hospital Vega Baja de Orihuela (una planta de ocho camas en
la que también se llevan a cabo actividades de hospital de día) se realiza un
grupo multifamiliar semanal con la participación de todos los pacientes in-
gresados, así como de sus familias y de todos los profesionales de la unidad.
Además, a diario se realiza una terapia grupal con los niños ingresados a la
que con frecuencia se unen familiares, por lo cual podemos afirmar que tam-
bién a diario se desarrolla una experiencia multifamiliar en la unidad.
Los numerosos grupos multifamiliares que semanalmente se realizan
en el área de salud mental infanto-juvenil de Orihuela (hasta diez) la con-
vierten en un centro eminentemente psicoterapéutico, donde todos los pa-
cientes y sus familias tienen la posibilidad de acceder, como mínimo, a una
experiencia terapéutica semanal a través del grupo multifamiliar. Esta con-
dición convierte al centro en lugar privilegiado para la formación y estudio
de grupos multifamiliares, por lo cual recibe de forma continua a profesio-
nales interesados en este modelo.
b) Asociación Salut Mental (Elche, Alicante)
Desde el año 2008 se realiza un grupo de terapia multifamiliar semanal
gratuita y abierta a todos los ciudadanos, sin criterios de admisión en cuanto
a edad ni a patología en el que también participan los profesionales que acu-
den a los cursos de formación y supervisión que se imparten en la asocia-
ción. En los últimos meses, se puso en funcionamiento un hospital de día en
la asociación, cuyos pacientes y familiares también participan en el grupo
multifamiliar.
c) Centre de Teràpia Interfamiliar (Elche, Alicante)
Desde este centro clínico privado se invita a los pacientes atendidos y
a sus familias a participar en la terapia multifamiliar que lleva a cabo la
Asociación Salut Mental, con sede en el mismo local. Paralelamente, dos
grupos multifamiliares más pequeños funcionan con periodicidad quincenal
dentro del centro privado. Se trata de grupos que acogen a pacientes y fa-
miliares con una problemática específica común: uno de ellos atiende a pa-
cientes con retraso mental límite y a sus familias y otro, a adolescentes con
115
SEMPERE, J., FUENZALIDA, C., PÉREZ, A., MESA, A., JADRAQUE, R., ET AL.
Discusión
Conclusiones
En los últimos siete años, el modelo de terapia multifamiliar inspirado
en el psicoanálisis multifamiliar descrito por García Badaracco se viene im-
plantando de forma progresiva en numerosas instituciones, tanto públicas
como privadas, de las provincias de Alicante, Murcia y Albacete dirigidas
no solo a la atención en salud mental, sino también a otras áreas sanitarias
y educativas. En la actualidad existen más de veinticinco grupos terapéuti-
cos multifamiliares establecidos de forma permanente en la zona, los cua-
les, con frecuencia, son vertebradores del resto de actividades terapéuticas
en sus instituciones. La rápida asimilación del modelo por parte de los pro-
fesionales posiblemente tenga que ver con la simplificación de sus bases te-
óricas, su capacidad para la integración de otros modelos de terapia, el
contexto abierto y espontáneo en el que se desarrolla, su potencia terapéu-
tica y la optimización de recursos económicos y profesionales. El éxito en
su aplicación sugiere que es factible la expansión del modelo a cualquier
otro lugar de nuestra geografía y a instituciones con fines diversos. Es ne-
cesario, sin embargo, seguir revisando las bases teóricas y metodológicas de
la terapia multifamiliar, así como promover estudios científicos que valoren
su eficacia de forma objetiva.
Bibliografía
ANDERSEN, T. (1994). El equipo reflexivo. Diálogos y Diálogos sobre diá-
logos. Barcelona: Gedisa.
119
SEMPERE, J., FUENZALIDA, C., PÉREZ, A., MESA, A., JADRAQUE, R., ET AL.
Agradecimientos:
A Jorge García Badaracco, alma del psicoanálisis multifamiliar. A todos
los profesionales y familias que confiaron en el modelo e hicieron posible
la difusión de la terapia multifamiliar en Elche y su entorno.
122
El grupo multifamiliar y el síndrome de las
puertas abiertas: Del diagnóstico a la
terapéutica. La contribución portuguesa1
The Multifamily Group and the Indoors Opened
Syndrome: from Diagnosis to Therapy.
A Portuguese Contribution
PAULA GODINHO
MARIA JOÃO CENTENO
TERESA FIALHO
ISAURA MANSO NETO
Las autoras describen sintéticamente los diversos aspectos del hospital de día,
su equipo y, sobre todo, las características del GMF -pacientes, padres, fa-
milias con sus interacciones y relaciones patológicas en las que se incluye el
síndrome de puertas abiertas-. Las autoras llaman también la atención sobre
las fases evolutivas y los resultados en cada uno de los participantes de este
tipo de grupos. Las autoras terminan enfatizando el potencial terapéutico,
profiláctico, de investigación y formativo que tiene el GMF.
Godinho, P., Centeno, M. J., Fialho, T., Neto, I. M. (2012). El grupo multifamiliar y el síndrome de las puer-
tas abiertas: Del diagnóstico a la terapéutica. La contribución portuguesa. Teoría y práctica grupoanalítica,
2(1):123-36
1 Hospital de Día del Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital de Santa María. Departamento
de Neurociencias del Centro Hospitalario de Lisboa Norte.
123
PAULA GODINHO, MARIA JOAO CENTENO, TERESA FIALHO, ISAURA MANSO NETO
The MFG is used as a therapeutic tool as well as a setting for investigation and
learning by many observers – doctors, psychologists, nurses. Its model is
based on Jorge Garcia Badaracco’s main concepts, as well as on the English
and Portuguese Group Analysis conceptualizations.
The authors describe synthetically various aspects of the Day hospital, its team
and, above all, the characteristics of the MFG – patients, parents, families,
their pathological interactions and relationships, including the «Indoors ope-
ned» syndrome. The authors also highlight the most important evolution pha-
ses and the results found in each of the MFG participants, and end this
presentation by emphasizing the huge therapeutic, prophylactic, investigative
and formative potential of the MFG.
KEY WORDS: multifamily group, day hospital, Garcia Badaracco, severe ill
patients, group analysis, indoors opened syndrome
Introducción
En Portugal, fue en el año 2001 cuando se inició un grupo multifami-
liar en el hospital de día psiquiátrico de un gran hospital general. Este hos-
pital de día fue creado como una alternativa al internamiento completo de
pacientes graves, bajo la orientación de un equipo multidisciplinar de for-
mación psicoanalítica y grupoanalítica.
Empezaremos presentando este hospital de día para contextualizar el
grupo multifamiliar que describiremos más detalladamente.
El equipo
El equipo se rige por un modelo de soporte, de contención, de estimu-
lación de la mentalización, la autenticidad, la empatía, la cohesión, la cons-
tancia y la coherencia.
Por su importancia, destacamos el concepto de “patrón”, conceptuali-
zado por Cortesão (1989) en sus tres dimensiones: naturaleza, función y
propósito.
El equipo. Su constitución
«Naturaleza del patrón» (Cortesão, 1989)
La naturaleza del modelo de equipo se refiere a su composición, inclu-
yendo la personalidad de sus elementos, el conjunto de sus conocimientos
y la coherencia de su formación y el modo de actuación.
Actualmente está constituido por un núcleo fijo (dos psiquiatras - una
de ellas, jefa de equipo-, dos psicólogas, dos enfermeras y una terapeuta
ocupacional a tiempo parcial) y técnicos de salud en intensa actividad for-
mativa (residentes de psiquiatría y paidopsiquiatría, psicólogos en prácti-
cas, enfermeros en prácticas, alumnos de enfermería y alumnos de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Lisboa). Los técnicos perma-
nentes y seniors del hospital de día, con formación psicológica y psiquiá-
trica, psicoanalítica o grupoanalítica, procuran integrar los conocimientos
científicos más recientes de estas áreas y ciencias afines.
En la formación de los técnicos encontramos las influencias psicoana-
líticas de Freud, Fairbairn, Winnicott, Balint, Klein, Bion, Kohut, Mahler,
Kernberg y Badaracco entre otros, y las influencias grupoanalíticas de las es-
cuelas grupoanalíticas portuguesa e inglesa.
De la escuela inglesa de grupoanálisis, representada por los trabajos de
Foulkes, Patrick de Maré, Malcolm Pines y Morris Nitsun, destacamos con-
ceptos como “koinonia”, “mirroring”, “antigrupo” y “Ego Training in Ac-
tion”.
Eduardo Luís Cortesão inicio la Escuela Portuguesa de Grupoanálise y
sus representantes, João França de Sousa, Sara Ferro, César Vieira Dinis e
125
PAULA GODINHO, MARIA JOAO CENTENO, TERESA FIALHO, ISAURA MANSO NETO
El equipo. Objetivos
Los padres
Basándonos en el diagnóstico dinámico podemos decir que los padres
presentan algunas de estas características:
128
EL GRUPO MULTIFAMILIAR Y EL SÍNDROME DE LAS PUERTAS ABIERTAS: ...
– Inmadurez afectiva.
– Comunicación paradójica.
– Perturbaciones de la identidad.
– Dificultades de autonomía (negadas).
– Fallos en la empatía: dificultades en comprender las necesidades, las
emociones y los sentimientos de los hijos.
– Dificultades de mentalización.
– La mayoría no tiene diagnóstico nosológico en el Eje I (DSMIV-TR).
– Negación de sentimientos de envidia y celos, por los cuidados pres-
tados a los hijos y de los vínculos establecidos con los terapeutas.
– Competición con los hijos, solicitando atención para ellos.
– Competición con los terapeutas por la atención y dedicación a los
hijos.
– Controladores (“monitorización”) cuando los hijos se alejan (los pa-
dres los hacen sentir malos y culpables). Necesidad de la presencia fí-
sica de los hijos y de la exclusividad en la relación (para los padres,
los hijos solamente están seguros con ellos).
– Funciones de contención y soporte inadecuadas, pudiendo conducir a
la inversión de los papeles, haciéndose cuidar por los hijos enfermos.
– Dificultades de los padres en entender los movimientos de autono-
mía de los hijos, sintiéndolos e interpretándolos como recaídas, agre-
siones y regresiones en el tratamiento.
En las familias hay, frecuentemente, características particulares:
– En las parejas, una relación conyugal marcada por la conflictividad la-
tente o manifiesta, a veces con agresividad física o verbal.
– Ausencias y abandonos de la figura paterna, imposibilitando una po-
sición diferenciada y complementaria de la figura materna (inviabili-
dad de la triangulación).
– Figura materna mal amada o desprotegida por el compañero (victi-
mización de cara a la pasividad o excesiva agresividad de este).
– Relación simbiótica entre madre e hijo (recurso y compensación afec-
tiva de cara a una relación de pareja fracasada y deserotizada).
– Ante el conflicto y amenaza de ruptura resultante de la conflictividad
de pareja, los hijos se convierten en mediadores de la relación (pa-
rentalización)
– Padres con ausencia de relación afectivo-sexual o con una relación
triste
– Modelo transgeneracional.
129
PAULA GODINHO, MARIA JOAO CENTENO, TERESA FIALHO, ISAURA MANSO NETO
El GMF. Contenidos
Conclusiones
De estos once años de experiencia podemos concluir que los GMF son
muy apreciados por los pacientes, las familias y el equipo. Son importantes
en el diagnóstico, en el proceso terapéutico, así como en la formación de los
técnicos de psiquiatría y salud mental.
Los GMF son importantes para un diagnóstico más rápido y preciso de
la disfuncionalidad familiar, clarifican ciertas informaciones indispensables
en el proceso psicoterapéutico y, funcionando como una resonancia mag-
nética de la psiquiatría (Dunayevich, G.), permiten diagnosticar fácilmente
el síndrome de las puertas abiertas (Centeno, Godinho, Fialho, Teixeira,
Neto, 2010), modo simple y claro de sensibilizar a los técnicos en formación
para la simbiosis patológica, traducida por la ausencia de límites en la vi-
vencia de los espacios físicos de la casa.
Son importantes en la terapia porque aceleran o catalizan el proceso
psicoterapéutico, desarrollan el insight familiar y consolidan las capacida-
des más sanas de cada familia y cada elemento. Simultáneamente a esto, fa-
cilitan el tratamiento de un mayor número de personas por un menor número
de técnicos.
Los GMF también son muy importantes en la profilaxis, en la promo-
ción de la salud mental en determinadas etapas del desarrollo de la familia,
funcionando como una “escuela de padres”, evidente en el testimonio es-
pontáneo de personas que afirman que les gusta acudir al GMF para apren-
der qué hacer y qué no con sus hijos. Otros autores coinciden en su
importancia en la prevención de la psicosis y para lograr un mejor funcio-
namiento social (McFarlane, W., 2011).
En estos tiempos tan difíciles y deshumanizados, los GMF funcionan
también como una “escuela de humanidad”. Citando a un padre: “[…]
Cuando llegué aquí estaba lleno de convicciones: mi hijo estaba enfermo y
yo estaba bien. Ahora, él está mejor y yo estoy peor, estoy lleno de dudas,
pero soy más humano…”.
Bibliografía
AYERRA, J. M., LóPEz ATIENzA, J. L. (2003). El grupo multifamiliar: un es-
pacio sociomental. Avances en Salud Mental Relacional, 2(1).
BATEMAN, A., FONAGY, P. (2004). Psychotherapy for Borderline Personality
Disorder- Mentalization-Based Treatment. London:Oxford University
Press. http://www.psiquiatria.com/revistas/index.php/asmr/article/view/
1038/, recuperado el 18 de septiembre de 2011
CENTENO, M. J., GODINHO, P., FIALHO, T., TEIxEIRA, A. L. Y NETO, I. M.,
2010. A “Síndrome das Portas Abertas” – Reflexões a partir da Psico-
132
EL GRUPO MULTIFAMILIAR Y EL SÍNDROME DE LAS PUERTAS ABIERTAS: ...
NETO, I. M. (2010). Moving Groupwork into the Day Hospital Setting. In Jo-
nathan Radcliffe, Katja Hajek, Jerome Carson & Oded Manor (Ed).
(2010). Psychological Groupwork with Acute Psychiatric Inpatients.
London: Whiting & Burch
NETO, I. M.; FIALHO,T.; GODINHO, P., CENTENO, M. J. (2010). Treating and
Training - A 30 Years Experience of a Team with a Group-analytic Fra-
mework. Jane Abercrombie Prize 2008 - attributed by GAS - London.
14 th. Symp. Group Analysis, Dublin, August 2008. Published. Part I -
Group Analysis, 43(1): 50-64.
NETO, I. M.; FIALHO,T.; GODINHO, P., CENTENO, M. J. (2010). Treating and
Training - A 30 Years Experience of a Team with a Group-analytic Fra-
mework. Jane Abercrombie Prize 2008 - attributed by GAS – London.
14 th. Symp. Group Analysis, Dublin, August 2008. Part II. Group
Analysis, 43(2): 107-26.
NETO, I., GODINHO, P. (2006). Insights on Insight. Course xI Symposium on
Bipolar Disorders. The life of bipolar Patients. Lisbon, 10-11 Novem-
ber 2006
NETO, I. M., CENTENO, M. J. (2003). Crossing Generations, through an Ins-
titutional Psychoanalytical Group Psychotherapy. A Multifamiliar
Group Psychotherapy – 15th International Congress of the IAGP (Au-
gust 2003). Crossroads of Culture: Where Groups Converge” – Istam-
bul – Turkey. Workshop.
NETO, I. M., CENTENO, M. J., FIALHO, T., GODINHO, P. (2011). Multifamily
Groups in a Day Hospital: Promoting Changes and Resilience. Ameri-
can Group Psychotherapy Association, 3, 4 and 5 March 2011 – New
York – Group as Source of Resilience
RACAMIER, P. C. (1995). L’Inceste et l’Incestuel. Paris: éditions du Collège
de psychanalyse groupale et familiale.
zINKIN, L. (1983). Malignant Mirroring. Group Analysis. 16(2): 113-26.
Paula Godinho es Médica psiquiatra. Jefa de Equipo y del Hospital de
Día de Psiquiatría y Salud Mental - Departamento de Neurociencias del
Hospital de Santa María del CHLN Lisboa, Posgrado en Salud Mental, más-
ter en Bioética, docente de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Me-
dicina de la Universidad de Lisboa.
Dirección de contacto: hdiahsm@gmail.com
Maria João Centeno es Psicóloga en el Hospital de Día de Psiquiatría
y Salud Mental - Departamento de Neurociencias del Hospital de Santa
María del CHLN Lisboa, grupoanalista, miembro de la Sociedad Portuguesa
de Grupanalise; máster en Psicología de la Educación.(ISPA).
Dirección de contacto: hdiahsm@gmail.com
134
EL GRUPO MULTIFAMILIAR Y EL SÍNDROME DE LAS PUERTAS ABIERTAS: ...
135
IV CONGRESO INTERNACIONAL
DE PSICOTERAPIA MULTIFAMILIAR
HOMENAJE AL PROF. JORGE GARCÍA BADARACCO
VIVENCIAS Y REFLEXIONES
EN EL ABORDAJE DEL PACIENTE MENTAL
La Psicoterapia Multifamiliar es una consecuencia lógica de la evolución de la
psiquiatría y de las diferentes corrientes psicológicas que, partiendo del indi-
viduo como centro de la enfermedad y de la curación, llegan a una concep-
ción más amplia que incluye lo relacional y lo social.
El motivo de estas Jornadas es reunir a los profesionales que trabajan en este
campo y a todos aquellos que estén interesados en intercambiar experiencias
y profundizar sus conocimientos teóricos, de manera de difundir este recurso,
que viene demostrando su eficacia terapéutica y preventiva.
La sanidad pública y privada deberá soportar en los años próximos un au-
mento de la demanda psiquiátrica, y en consecuencia tendrán que cubrir las
necesidades que los pacientes y sus familias requieran. Es por ello que este
Congreso Internacional de Psicoterapia Multifamiliar resulta de máximo inte-
rés científicosanitario.
ORGANIZAN:
AUSPICIA:
García de Bustamante Cartiel, E. (2012). La función por hacer. Commedia da fare. Teoría y práctica gru-
poanalítica, 2(1):137-46
137
ESTHER GARCÍA DE BUSTAMANTE CARTIEL
“Si quieres que tus personajes vivan, entonces libéralos”, Jean Paul Sartre.
Empezaré por aclarar el titulo del artículo. Está relacionado con la obra
de Pirandello “Seis personajes en busca de autor”, “Commedia da Fare”.
“La función por hacer” es el título de una versión libérrima -y muy buena-
de Miguel del Arco, un excelente dramaturgo y director moderno. El doble
significado de “función” me pareció muy interesante para trabajar sobre la
tarea y la escena terapéutica del psicoanálisis multifamiliar. “Seis persona-
jes” es una excusa sugerente para trabajar cuestiones sobre lo escénico, lo
transicional y lo institucional en el psicoanálisis multifamiliar ligadas a mi
experiencia personal en el hospital donde trabajo.
Como bien sabrán, en Seis personajes en busca de autor un grupo de per-
sonajes irrumpe en el ensayo de una compañía de teatro. Buscan un autor que
escriba su drama familiar. Y cada uno precisa representar el drama propio que
necesita para existir. Los personajes se empeñan en cobrar significado en es-
cena. Durante la representación, el director trata de poner orden, los actores
hacen esfuerzos por representar los papeles; pero, finalmente, todo se hunde
en una profunda incertidumbre. Nada es lo que nos parece y comprobaremos
con terror que nunca es más verdad una verdad que cuando es una mentira…
Se cumple un destino trágico que evoca una eterna repetición.
Decía Shakespeare que el mundo entero es un escenario. No nos esca-
pamos fácilmente de representar el drama que se desarrolla a lo largo de
nuestra vida y cuya trama, a veces, se muestra inquietantemente repetitiva.
Joyce McDougall trabaja de manera muy interesante esta metáfora teatral de
la realidad psíquica, a través de la imagen de la obra psíquica representada
en el teatro del cuerpo o de la mente (McDougall, 1987). O, también, en el
mundo externo, utilizando como escenario también el cuerpo y la mente de
otras personas o instituciones sociales. En este trabajo trato de reflexionar
sobre el grupo multifamiliar como espacio privilegiado donde lo escénico
está al servicio del sujeto y de su potencial, de su virtualidad sana. Un es-
pacio para vivir creando y escapar a la repetición. El otro -en nosotros- de-
jaría de escribir nuestra historia, perdería su lugar de autor. Donde en
principio se presenta una escena llena de dolor y de confusión aparece un
proceso en el que se pueden destrabar las relaciones patógenas de interde-
pendencia y se abre la posibilidad de vivir nuestra propia vida fuera del des-
tino trágico de la repetición.
Hace unos tres años y medio, un concurso de traslados provocó un cam-
bio muy importante en mi vida profesional. Trabajaba muy felizmente en el
138
LA FUNCION POR HACER. COMMEDIA DA FARE
atribuye al grupo multifamiliar más poder que a otros contextos para des-
armar estructuras rígidas e invasoras a través de la gran mente que piensa,
la mente ampliada. Quizás este caldo de cultivo en el hospital encuentre, en
momentos políticos más propicios, un tiempo adecuado para una transfor-
mación más profunda donde el propio manicomio deje de representar la tra-
gedia que obedientemente representa. Y desaparezca de los escenarios
finalmente.
Quiero terminar citando otra vez al profesor Badaracco con una frase
que me inspira más allá y más acá de la tarea clínica:
«Todo puede revertirse si hay alguien que ayude a afrontar, tolerar, ela-
borar, metabolizar la experiencia en una vivencia de apertura a una expe-
riencia nueva de liberación. Los grandes grupos ya han demostrado esta
experiencia de elaboración que se produce en un contexto ampliado» (Gar-
cía Badaracco, 2000:317).
Bibliografía
DAVID, M., WALLBRIDGE, D. (1981). Límite y espacio: introducción a la
obra de D.W. Winnicott. Buenos Aires: Amorrortu Editores
GARCíA BADARACCO, J. E. (2000). Psicoanálisis multifamiliar: los otros en
nosotros y el descubrimiento del sí-mismo. Buenos Aires: Paidós
MCDOUGALL, J. (1987). Teatros de la mente. Madrid: Tecnipublicaciones.
NARRACCI, A. (2009). Dentro e fuori, tra le persone, senza tempo o nel
tempo. En Jornadas Europeas de Grupo Multifamiliar. Universidad de
Deusto. Bilbao, 2009.
PIRANDELLO, L. (2001). Seis personajes en busca de autor. Madrid: Edaf
Ediciones
WINNICOTT, D.W. (1979). Realidad y juego. Barcelona: Gedisa
146
Psicoterapia de grupo de orientación
grupoanalítica con pacientes graves
ingresados en una unidad de agudos
JOAQUÍN INGELMO
PABLO CALDERÓN
CARMEN SÁNCHEZ
SUMMARY: This article discusses various aspects of groups of patients that are
briefly hospitalized in the Psychiatry Units. However, in our work environment,
and given the organization of the existing mental health facilities, stays in the
Psychiatric Unit are often not so brief. First, we conducted a brief history of
such groups. Second, we analyzed the previous work to be done before star-
ting the group. Similarly, we analyzed the frame of this type of group and
how to approach them theoretically. Finally, we focused on the study of the po-
sition of coordinators within the group, given that the theoretical approach is
that of group analysis and that the patients have a severe mental disorder.
Ingelmo, J., Calderón, P., y Sánchez, C. (2012). Psicoterapia de grupo de orientación grupoanalítica con pa-
cientes graves ingresados en una unidad de agudos. Teoría y práctica grupoanalítica, 2(1):147-62
147
JOAQUÍN INGELMO, PABLO CALDERÓN, CARMEN SÁNCHEZ
niones sirven también para que los futuros coordinadores planteen las fun-
ciones que desarrollará el personal de la planta en relación con el grupo,
aunque no participen directamente en él. Por ejemplo, los médicos tendrán
en cuenta el horario del grupo para no entrevistar a pacientes durante ese pe-
riodo de tiempo. Deberán programar las pruebas complementarias que sea
necesario realizar a los pacientes, dentro de lo posible, fuera del horario del
grupo. Plantearán que, en la medida de lo posible, el grupo no sea inte-
rrumpido, a no ser que se haya producido el ingreso de un nuevo paciente
y el personal que no ha entrado en el grupo le invite a participar para que se
vaya familiarizando con el trabajo grupal desde el momento mismo de su in-
greso en la planta.
¿Y por qué todo este trabajo previo con los profesionales de la planta
que, en ocasiones, puede durar un tiempo prolongado? Toda esta labor pre-
via facilita que el grupo se integre en el funcionamiento de la planta como
un elemento terapéutico más. En nuestra opinión, es necesaria esta faceta
que formaría parte de lo que Sunyer (2008) define como función convo-
cante de los conductores de grupo. Necesaria porque el grupo debe enten-
derse, siguiendo los planteamientos de la teoría general de sistemas de L.
von Bertalanffy (1968), como un sistema incluido dentro de otro más am-
plio representado por la unidad, que a su vez debe contemplarse como in-
cluido en otro sistema aún más amplio representado por el hospital.
¿Qué queremos decir con esta visión del grupo y la planta, realizada
desde la teoría general de sistemas (Bertalanffy, 1968)? Por una parte, que-
remos indicar que las fronteras que separan al sistema “grupo de pacientes”
del sistema “unidad de agudos” suelen ser vulnerables y, por tanto, que no
se puede introducir una novedad tan importante como la de crear un grupo
sin contar con todo el personal porque pueden boicotearlo, tanto consciente
como inconscientemente. Generalmente, al comienzo del grupo, el boicot
inconsciente suele ser la norma, pudiendo adoptar las más diversas formas:
los médicos se “olvidan” de la hora en la que se hace el grupo y citan a los
pacientes para tener entrevistas con ellos; los enfermeros se “olvidan” de la
hora del grupo y envían a los pacientes a que se hagan alguna prueba com-
plementaria que tengan pendiente; los auxiliares de clínica se “olvidan” de
llevar agua y vasos a la sala donde se hace el grupo y los celadores se “ol-
vidan” de prepararla formando un gran circulo con las sillas en las que nos
sentaremos todos los participantes. Lógicamente, todos estos “olvidos” des-
aparecen con el tiempo, aunque, ocasionalmente, pueden volver a aparecer
en algún momento, generalmente coincidiendo con la aparición de alguna
crisis en el funcionamiento de la planta. De todas formas, si el grupo se in-
tegra en el funcionamiento de la planta, a pesar de ocasionales “actos falli-
151
JOAQUÍN INGELMO, PABLO CALDERÓN, CARMEN SÁNCHEZ
En los grupos con pacientes ingresados hay que tener en cuenta que
existen una serie de factores que son incontrolables por parte de los coor-
dinadores (Yalom, I., 1983). Entre ellos podríamos destacar la rotación de
pacientes, que hace que en ocasiones nos enfrentemos con un grupo nuevo
totalmente diferente al que coordinamos el día anterior. Aunque esto es
cierto, como ha señalado Yalom en numerosas ocasiones, en la práctica dia-
ria no es tan drástico, pues aunque es verdad que algunos pacientes están in-
gresados solo durante 24 o 48 horas, otros permanecen en la planta durante
meses, con lo cual se puede hacer un trabajo a más largo plazo. Así mismo,
nos enfrentamos siempre con patologías muy graves en momentos de des-
compensación de las mismas, lo que a veces dificulta el trabajo con los pa-
cientes. Yalom (1983) habla de la rotación del personal como factor
incontrolable. Creemos que esta cuestión, que incide básicamente en la co-
hesión grupal, puede ser minimizada por elementos de cohesión aportados
por los profesionales. Estos elementos quedan configurados, por una parte,
por la continuidad de los conductores y el observador y, por otra, porque
todos los profesionales acaban pasando por el grupo aunque se produzcan
algunas ausencias debidas a los turnos de trabajo. Y, por último, porque el
número de pacientes es considerable (generalmente, veinticuatro) y en una
de las sesiones semanales aumenta de forma manifiesta porque están invi-
tados los familiares de los mismos en un intento de hacer grupo multifami-
liar.
participar con los otros pacientes. Hablamos de invitar a los pacientes a par-
ticipar porque, en caso de no querer asistir al grupo, no los obligamos. Lo
que hemos observado es que aquellos pacientes, generalmente muy pocos,
que se niegan a entrar, cuando la sesión del grupo ya ha empezado suelen
entrar y permanecen durante el resto de la sesión o, en ocasiones, salen y en-
tran de la sesión cada cierto lapso de tiempo.
Generalmente, entendemos este comportamiento como una manera de
ir acercándose al grupo que, posiblemente, al principio les asusta, ya que
este comportamiento lo hemos observado al comienzo del ingreso o des-
pués de que haya habido algún problema en la planta entre algunos pacien-
tes. En este sentido, nuestras intervenciones suelen ir encaminadas a señalar
como algo positivo el hecho de que hayan entrado y de que hayan podido
permanecer en el grupo durante un cierto tiempo. Estos pacientes pueden
mostrar este comportamiento uno o dos días y luego entran en las sesiones
de grupo sin ningún problema.
Aunque en la planta hay un espacio acondicionado para fumar, durante
las sesiones no está permitido hacerlo; sí se permite comer caramelos o chicle.
Lógicamente, la prohibición de fumar da lugar a “revoluciones” “acaudilla-
das” por determinados pacientes (generalmente por los que presentan patolo-
gía caracterial del cluster B), pero, al mismo tiempo, este hecho ayuda a pensar
sobre numerosas cuestiones que tienen que ver con la aceptación de las normas,
con los límites de la provocación, la autoridad, el autoritarismo, etc.
Todas las sesiones se graban, sobre todo para que los coordinadores
puedan, posteriormente, estudiarlas con detenimiento. Así mismo, se graban
porque eventualmente los coordinadores pueden mostrar el cambio de com-
portamiento de un determinado paciente al propio paciente.
Una vez finalizada la sesión de grupo, todos los profesionales que en
ella han estado presentes realizan una reunión postgrupo. En ella hablan
todos los profesionales y se comenta la dinámica del grupo y los problemas
que en él han surgido, las dinámicas particulares de algunos pacientes, las
interacciones entre los pacientes, las interacciones entre los pacientes y sus
familias en las sesiones de grupo multifamiliar, las intervenciones realiza-
das por los coordinadores, etc. Las sesiones de los martes y de los jueves van
precedidas de una reunión con todos los profesionales que están trabajando
ese día en la planta. En esta reunión se comentan aspectos evolutivos, diag-
nósticos y terapéuticos, el contexto sociofamiliar de los pacientes, el com-
portamiento que tienen en la planta, las relaciones que se observan entre
ellos, los eventuales cambios que han podido observar los profesionales que
han trabajado en los turnos de tarde y de noche, etc.
155
JOAQUÍN INGELMO, PABLO CALDERÓN, CARMEN SÁNCHEZ
partir de esa matriz grupal es posible que podamos reactivar procesos de in-
dividuación en los miembros que quedaron dañados o truncados en la ma-
triz familiar a la que el paciente pertenece. Esta reactivación se ve facilitada
en los casos de pacientes que por diferentes circunstancias (clínicas, asis-
tenciales, sociofamiliares) precisan de varios internamientos a lo largo de
varios meses o de un año. Esta matriz grupal, que se acaba constituyendo y
que acaba persistiendo en el tiempo en la mente de todos los miembros de
la planta (ya sean profesionales o pacientes) es la que permite que se inicie
un nuevo proceso de individuación en algunos de los pacientes: matriz gru-
pal que no deja de ser una representación mental de matiz materno, como
ha señalado Anzieu en numerosas ocasiones (por ejemplo, 1986). Esa ma-
triz grupal, en nuestra opinión, no se forma a diario en cada grupo que rea-
lizamos sino que se forma de una vez por todas y se transmite de generación
en generación de pacientes, con las modificaciones que, lógicamente, van
introduciendo los nuevos pacientes. Pero, el grupo, la psicoterapia de grupo,
forma parte del imaginario de toda la planta, tanto de pacientes como de
profesionales, como señalábamos más arriba.
(Bion, W., 1962), ¿cómo estamos con los pacientes? (Stern, D. y cols, 1998;
Stern, D., 2010), ¿qué proyecto tenemos para cada paciente en concreto?
(Aulagnier, P., 1975), etc. Las respuestas a estas preguntas nos parecen de
interés porque dependiendo de cómo miremos al paciente, recibamos sus
comunicaciones, estemos con ellos o según el proyecto que tengamos, se
transformará, por la vía de la identificación, en la manera en la que el pa-
ciente se mire a sí mismo, en cómo trate sus pensamientos y emociones, en
cómo se relacione consigo mismo (el sentimiento de sí), etc.
Por otra parte, los coordinadores deben crear un espacio que favorezca
el pensar y no el actuar y que ese espacio sea vivido por los pacientes como
seguro, fiable, no culpabilizador y no persecutorio. Deben, así mismo, dotar
de sentido a las vivencias de los pacientes (siempre ayudados por el resto del
grupo, que actúa como mente) y favorecer que el paciente aprenda de la ex-
periencia (Bion, W., 1963). Favorecer que los pacientes puedan hablar de
aquello que les preocupa y salir así del aislamiento en el que suelen estar.
Favorecer que el resto de los pacientes puedan escuchar las vivencias del pa-
ciente que se haya animado a compartir con los demás sus preocupaciones.
Favorecer la interacción entre los pacientes con objeto de visualizar los con-
flictos y los déficits relacionales. Y, por último, favorecer el relato histo-
riado de los acontecimientos, es decir, que el acontecimiento se transforme
en recuerdo y deje de actuar como un acontecimiento actual.
Bibliografía
ANzIEU, D. (1986). El grupo y el inconsciente. Lo imaginario grupal. Ma-
drid: Biblioteca Nueva.
ATIENzA, J. L., BLAJAKIS, M. I. (2010). Reflexiones realizadas durante el
curso sobre pacientes mentales graves realizado en Barcelona. Comu-
nicación personal.
AULAGNIER, P. (1975). La violence de l´interpretation. Du pictogramme a
l´énoncé. París: P.U.F.
VON BERTALANFFY, L. (1968). General System Theory. Foundations, Devel-
opment, Applications. Nueva York: George Braziller.
BION, W. (1962). A Theory of Thinking. Int. J. of Psycho-analysis, XLIII:
110-9.
BION, W. (1963). Learning from Experience. Londres: Heinemann.
BLEICHMAR, H. (1997). Avances en psicoterapia psicoanalítica. Hacia una
técnica de intervenciones específicas. Barcelona: Paidós.
BLOCH, S., CROUCH, E. (1985). Therapeutic Factors in Group Psychother-
apy. Oxford: Oxford University Press
BRABENDER, V. (1996): Terapia de grupo con pacientes ingresados, en H. I.
Kaplan y B. J. Sadock. (1966). Terapia de grupo. Madrid: Editorial Mé-
dica Panamericana.
FOULKES, D. H. (2005) [1948]. Introducción a la psicoterapia grupoanalí-
tica. Barcelona: Cegaop Pres.
FOULKES, D. H. (2007) [1964]. Grupoanálisis terapéutico. Barcelona: Ce-
gaop Pres.
FREUD, S. (1980) [1940]. Esquema del psicoanálisis. Obras Completas,
XXIII. Buenos Aires: Amorrortu.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2000). Psicoanálisis multifamiliar. Los otros en
nosotros y el descubrimiento del sí mismo. Buenos Aires: Paidós.
159
JOAQUÍN INGELMO, PABLO CALDERÓN, CARMEN SÁNCHEZ
161
Conferencias sobre Psicoterapia de Grupo
Grupoanalítica
REEVALUANDO LA TEORÍA Y PRÁCTICA
GRUPOANALÍTICA PROPUESTA POR D.H. FOULKES
Torrents, O. (2012). Valoración del grado de fiabilidad grupal y de los factores terapéuticos en dos grupos de
personas adictas en un contexto penitenciario. Teoría y práctica grupoanalítica, 2(1):163-77
163
ORIOL TORRENTS
CAG results show high levels of group reliability, which allow the group to be-
come a suitable environment to think and talk about addiction, family and fe-
elings.
1. Introducción
El presente trabajo quiere mostrar los resultados obtenidos con dos gru-
pos de personas adictas al alcohol u otras sustancias del Centro de Atención
y Seguimiento (CAS) del Centro Penitenciario Brians-2. Dichos resultados,
nos permiten afirmar que el uso de la psicoterapia de grupo puede ser un re-
curso útil para fomentar algunos cambios en los pacientes que van desde la
resistencia inicial a compartir sus experiencias hasta la construcción de un
espacio grupal como lugar de confianza para poder interrelacionarse de otra
manera con los demás.
Unos de los retos con los que se encuentra todo terapeuta en los centros
penitenciarios es el de dirigir sus esfuerzos hacia la creación de un espacio
terapéutico que se mueva en una línea progresiva que vaya desde la viven-
cia de control por parte del propio paciente hasta la confianza en el marco
de la construcción de un espacio psicoterapéutico que permita la fiabilidad
y, por lo tanto, facilitar la posibilidad de ofrecer un contexto seguro que po-
sibilite la escucha y la reflexión de las vivencias explicadas en el espacio te-
rapéutico. En esta experiencia se intenta ofrecer este espacio, utilizando las
posibilidades que genera el contexto grupal como método para intervenir
en los trastornos adictivos. En palabras de Koseff, cuando habla de la de-
pendencia: “el grupo conlleva un grado de libertad y apoyo que la terapia
individual no puede ofrecer” (Kaplan y Sadock, 1996:480). Es amplio el
uso de la terapia de grupo con la población que presenta trastornos adic-
tivos, según Guimon (2007). Estos grupos aportan elementos de apoyo y
confrontación. El grupo acaba siendo un espacio de acompañamiento del
usuario ante sus necesidades, fomenta la autoexploración, especialmente
en el ámbito de las emociones y en el de las defensas y conductas carac-
terísticas que enmascaran los sentimientos de los pacientes (Edward y
Khantzian, 2001).
2. Método
2.1. Sujetos
El estudio valora los resultados obtenidos con dos grupos, que se de-
nominarán grupo A y grupo B. Ambos grupos coinciden en un requisito
principal: están compuestos por personas que tienen conciencia de su pro-
blemática con el alcohol o con otras sustancias y que se incorporan al ser-
vicio del CAS Brians-2 para realizar un tratamiento durante su estancia en
el centro penitenciario. Pueden ser pacientes que estén, en este momento, re-
alizando los primeros contactos con el medio externo (disponibilidad de
permisos para salir de la prisión), que lo hagan durante el proceso grupal o
que simplemente aún no lo estén haciendo. Por lo que respecta a los crite-
rios de inclusión en los grupos, no hay ninguna diferencia de perfil de pa-
ciente entre los dos tipos de grupos. El número de miembros en los dos
grupos es de diez en el grupo A y de nueve en el grupo B (N=19). La prin-
cipal diferencia entre los grupos viene marcada por la distribución espacial
que utiliza el centro penitenciario que consiste en separar a los internos
según la tipología delictiva. De esta manera el grupo A está formado por
pacientes con condenas por violencia de género y el grupo B por personas
con condenas por delitos de sangre y agresiones sexuales. Por este motivo,
y a pesar de que puede ser una línea de trabajo muy interesante para futu-
ras investigaciones, el estudio no profundizará de manera específica en las
diferencias existentes entre los dos grupos atendiendo a sus tipologías de-
lictivas ya que el principal objetivo es tener en cuenta el elemento común
que los une: la conciencia de problema en relación con el alcohol y otras sus-
tancias.
Por lo que respecta a los datos sociodemográficos del estudio, todos los
pacientes son hombres (el centro penitenciario es solo para hombres) y la
media de edad es de 33 años. Las sustancias adictivas por las que los pa-
cientes acuden a tratamiento son, principalmente, el alcohol (30 %), la co-
caína (50 %) y la heroína (20 %). En relación con el país de procedencia, el
60 % son españoles, un 25 % son norteafricanos y el 15 % restante, latino-
americanos. En el momento de realizar el tratamiento la mayoría de pa-
cientes están en estado de abstinencia o consume solo puntualmente.
2.2. Procedimiento
2.3. Material
Con el objetivo de obtener algunos datos que nos pudieran ofrecer al-
guna información sobre los grupos, se han utilizado dos cuestionarios.
Uno es el cuestionario de aspectos grupales (CAG). Este cuestionario
ha sido inventado y el objetivo es valorar el grado de disposición a hablar
de algunos temas que puedan aparecer a lo largo de todo el proceso grupal.
Es un cuestionario que se aplicará al principio y al final de todo el proceso
grupal. Contiene doce ítems con cuatro tipos de respuesta que valoran as-
pectos temáticos de los que los miembros del grupo están dispuestos a ha-
blar en el grupo justo en el momento de su inicio y aquellos aspectos
temáticos que finalmente han podido hablar en el grupo. En cierta medida,
nos pueden dar alguna información sobre los niveles de fiabilidad del grupo.
Algunos temas sobre los que se pregunta son el uso de sustancias, la rela-
ción actual con ellas, los deseos de consumo, las relaciones familiares, las
relaciones de pareja, la sexualidad, las creencias personales, las relaciones
de amistad, las emociones, la capacidad de confrontación en el grupo, el
concepto que tienen de sí mismos y la sensación de confianza con el grupo.
168
VALORACIÓN DEL GRADO DE FIABILIDAD GRUPAL Y DE LOS FACTORES ...
Por otra parte, al final de cada uno de los grupos, también se aplicará
una adaptación del cuestionario de factores terapéuticos (FT) de Yalom. Este
cuestionario nos permitirá obtener información sobre qué elementos tera-
péuticos están siendo más valorados por los miembros del grupo. Este cues-
tionario contiene 60 ítems con tres tipos de respuesta (muy útil, útil y poco
útil) que valoran el grado de utilidad de doce factores terapéuticos que se
dan en los grupos y nos dan una respuesta de aquellos que más valora el pa-
ciente. Los doce factores terapéuticos son el altruismo, la cohesión grupal,
la universalidad, el aprendizaje interpersonal-insumo (la interiorización), el
aprendizaje interpersonal-producto (la exteriorización), la orientación (la
guía), la catarsis (la verbalización), la identificación (la emulación), la re-
validación de la familia (la reactualización de la experiencia familiar), el
insight (la compresión de sí mismo), infundir esperanza (la estimulación re-
cíproca) y, por último, los factores existenciales (la conciencia de la propia
realidad).
Los programas informáticos utilizados para el análisis de los datos han
sido el Microsoft Excel de Windows XP y el de análisis estadístico Graph
Pad 5.0 (2007).
3. Resultados
A continuación se procede a realizar la descripción de los resultados de
los cuestionarios utilizados. Este apartado cuenta con tres partes: la primera
analiza los resultados obtenidos mediante la administración del CAG, antes
y después del proceso grupal; la segunda describe los resultados de la ad-
ministración del cuestionario de los FT al final del proceso del grupo A y del
B; por último, la comparación entre los dos grupos por lo que respecta a sus
respuestas en el cuestionario de los FT.
3.1. Administración del cuestionario de aspectos grupales
Como se ha especificado en el apartado anterior, se ha realizado la ad-
ministración de este cuestionario al inicio de cada uno de los dos grupos y
al final de los mismos. A pesar de ser aplicado a dos grupos diferentes, como
los criterios de inclusión a los grupos son los mismos para el grupo A que
para el grupo B, se valora la posibilidad de reunir los datos con la finalidad
de obtener una muestra representativa con mayor potencia estadística. Para
asegurarnos la recopilación y el análisis de los datos, se ha realizado un aná-
lisis estadístico mediante el test “t de stundent” comparando los datos ob-
tenidos al inicio de ambos grupos. Los resultados han mostrado que no hay
deferencias significativas entre un grupo y otro. De igual manera, se ha re-
169
ORIOL TORRENTS
alizado el mismo análisis con los datos del final del proceso y los resulta-
dos también han indicado que no hay diferencias significativas entre ellos.
Tales resultados nos permiten tratar conjuntamente los datos obtenidos a
través del CAG a fin de extraer conclusiones sobre los objetivos del mismo.
A tenor de estas premisas, los resultados del CAG en ambos grupos
(Véase tabla 1 y figura 1) nos permiten observar que, en general, hay una
alta predisposición a hablar de aspectos grupales al inicio del grupo que no
se corresponde con los resultados obtenidos al final de grupo (x= 2.75),
donde se observa que se ha hablado menos de lo esperado al principio (x=
3.4) del proceso grupal.
Pre Post
1 Uso sustancias 3,36 3,44
2 Relación actual 3,36 3,06
3 Deseos de consumo 3,43 2,56
4 Relaciones familiares 2.86 2,69
5 Relaciones de pareja 3,36 1,75
6 Sexualidad 3,36 1,38
7 Creencias personales 3,5 3,13
8 Relaciones de amistad 3,5 2,44
9 Emociones 3,07 3,06
10 Capacidad confrontación 3,64 2,88
11 Autoconcepto 3,5 2,81
12 Confianza con terapia 3,86 3,81
Tabla 1. Media de las puntuaciones directas (PD) de los resultados obtenidos del
cuestionario de aspectos grupales de los grupos A y B, al inicio y al final del proceso grupal.
170
VALORACIÓN DEL GRADO DE FIABILIDAD GRUPAL Y DE LOS FACTORES ...
Solo hay dos aspectos del cuestionario que igualan o superan por muy
poco los resultados esperados al principio del grupo que son el de la con-
fianza en la terapia (PD=3.8, al inicio y final), que se puede asociar a los ni-
veles de fiabilidad del grupo, y el de hablar de aspectos relacionados con el
consumo de sustancias en el pasado (PD=3.44, al final). Otras cuestiones
que han sido habladas en los grupos y que se ajustan, en alguna medida, a
lo esperado por el grupo en su inicio son los temas relacionados con las re-
laciones familiares (PD=2.86–2.69), la relación actual con la sustancia
(PD=3.36–3.06) y las emociones (PD=3.07– 3.06).
Realizando un análisis estadístico mediante el test “t de student” se
puede observar cómo hay diferencias altamente significativas (p<0.0001) en
los aspectos relacionados con la sexualidad (PD=3.36–1.38) y las relacio-
nes de pareja (PD=3.36–1.75). Otros aspectos de los que se ha hablado
menos en los grupos, en contra de lo esperado por los miembros del grupo
al inicio del proceso grupal, son los temas relacionados con las relaciones
de amistad (p<0.036; PD=3.55–2.44) y con la capacidad de confrontación
(p<0.0414; PD=3.64–2.88).
3.2. Cuestionario de los factores terapéuticos
A continuación se realiza una descripción de los resultados obtenidos
(véase tabla 2) tras la administración del cuestionario de factores terapéuti-
cos de Yalom.
Grupo A Grupo B
1 Altruismo 6.3 6.4
2 Cohesión 6.8 8.5
3 Universalidad 4.7 5.8
4 Aprendizaje interpersonal-insumo 5.6 5.7
5 Aprendizaje interpersonal-producto 7 7.7
6 Guía 6.7 6.7
7 Catarsis 6.7 8
8 Identificación 4.5 4.4
9 Revalidación de la familia 5.7 7
10 Insight 5.2 7.7
11 Infundir esperanzas 7.3 8.4
12 Factores existenciales 6.8 8.4
Sin embargo, los menos valorados por los miembros del grupo son el de
identificación (PD=4.5) y el de universalidad (PD=4.7).
4. Discusión
podría ser que el propio contexto penitenciario y el estilo de relación que man-
tienen los internos, así como sus códigos relacionales, estén implicados en
estos resultados. Hay que resaltar que los pacientes conviven día a día en el
mismo lugar, por lo que es imposible evitar relaciones fuera del grupo. Estos
aspectos se señalan como variables no controlables que podrían tener in-
fluencia en el grupo y, como consecuencia, en el presente estudio.
En relación con los datos obtenidos por el cuestionario de los factores
terapéuticos de Yalom, observamos que el infundir esperanza, la cohesión,
el aprendizaje interpersonal-producto, los factores existenciales y la catar-
sis son los elementos terapéuticos más valorados por los dos grupos. As-
pectos como el hecho de poder ver cómo otro miembro del grupo iba
haciendo cambios animaba a los otros miembros del grupo. Se observa que
en el grupo había conciencia de grupo y sensación de pertenencia, así como
que los grupos representaban un espacio reservado para los pacientes en los
que podían expresar con tranquilidad sus experiencias, tomando cierta con-
ciencia de la responsabilidad de sus actitudes en sus vidas.
Ambos grupos coinciden en valorar que el factor terapéutico que tiene
menos valor dentro del proceso terapéutico es el de la identificación. Este
resultado coincide con los de otros estudios, señalados en la parte intro-
ductoria de este texto, e indica la dificultad de asumir las pautas de com-
portamiento de otros miembros como propias, es decir, en el contexto de la
experiencia que se presenta podría ser la representación del mantenimiento
del conflicto contra la pérdida de la identidad dentro del grupo (el miedo a
perder todas aquellas características que conforman a la persona como única
e individual).
En última instancia, por lo que se refiere a las respuestas del cuestiona-
rio de los FT se observa que en el grupo B, en contraste con el grupo A, se han
valorado de mayor utilidad los factores de revalidación de la familia y de in-
sight. Es probable que en el grupo B estuviera más presente el tema familiar
puesto que había varios casos de reencuentro con los padres y los hijos en los
primeros contactos con el exterior, lo que, a su vez, les hacia tomar mayor
conciencia de cuáles eran sus motivaciones personales prioritarias.
Por último, sería importante destacar otros fenómenos terapéuticos ha-
llados en los grupos según los datos obtenidos y la experiencia grupal re-
cogida a lo largo de todo el proceso grupal, que van en la línea de indicarnos
cierto grado de fiabilidad grupal:
– El compromiso para venir al grupo como una forma de ir a un espa-
cio que promocione el cuidado de uno mismo.
– La cohesión entre los miembros del grupo.
175
ORIOL TORRENTS
5. Conclusiones
La utilización de la psicoterapia de grupo parece un recurso útil en estos
pacientes, puesto que se detectan varios elementos indicativos de buenos
niveles de fiabilidad grupal al finalizar el tratamiento.
El paciente llega a tomar conciencia de que formar parte del grupo le
permite obtener algunos beneficios personales.
Los factores terapéuticos más valorados por los dos grupos son infun-
dir esperanza, la cohesión, el aprendizaje interpersonal-producto, los facto-
res existenciales y la catarsis. El menos valorado es el de la identificación.
La aplicación del cuestionario de aspectos de grupo y el cuestionario de
los factores terapéuticos nos permiten detectar aquellos fenómenos grupa-
les que parecen de mayor y de menor utilidad para los pacientes a fin de fa-
cilitar y propiciar una mejora en nuestra atención y en la comprensión de sus
necesidades.
Se constata la existencia de varios elementos significativos que atien-
den a cuestiones que surgen en la experiencia durante todo el proceso gru-
pal que indican la fiabilidad existente en los grupos psicoterapéuticos.
6. Referencias bibliográficas
ALMENTA, E., GARCiA ROBLES, Mª. P., GONZáLEZ DURO, E. (1994). Factores
terapéuticos en dinámica grupal. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq, XiV (47-
48):83-97.
BANDURA, A. (1977). Social Learning Theory. Englewood Cliff, N. J.: Pren-
tice-Hall.
176
VALORACIÓN DEL GRADO DE FIABILIDAD GRUPAL Y DE LOS FACTORES ...
177
IMPACTO SOCIAL, CRISIS
Y TRANSFORMACIÓN
información e inscripciones:
www.congresoapag2012.com
CONGRESO
APAG 2012 5 y 6 de octubre de 2012
Universidad de Deusto, Bilbao
Te invitamos al VI Congreso
de la Asociación de Psicoterapia Analítica Grupal.
Lo social nunca fue tan grupal, y el reto es ofrecer a los profesionales un foro
donde poder aportar visiones que nos permitan pensar sobre la herramienta
dinámica grupal, cuáles son sus límites, sus objetos de estudio y aplicación.
organiza: colaboran:
APAG
Autores de referencia
HERNÁN D. SIMOND
Simond, H.D. (2012). Autores de referencia: Jorge E. García Badaracco. Teoría y práctica grupoanalítica,
2(1):180-90
180
AUTORES DE REFERENCIA
Artículos en revistas.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1954). La noción de ‘esquema’ en la neuro-psi-
quiatría contemporánea. Actas Luso-Españolas de Neurología y Psi-
quiatría, XIII, (3).
GARCíA BADARACCO, J. E. (1953). La notion de schema dans la neuro-psy-
chatrie contemporaine. L’Evolution Psychiatrique: fascicule II (avril-
juin):199-215.
GARCíA BADARACCO, J. E., BARDECI, G. (1958). Anteproyecto de Plan Mí-
nimo de Higiene Mental para la Etapa Educacional del Niño y del Ado-
lescente. Acta Neuro-psiquiátrica Argentina, IV(3):278-9.
GARCíA BADARACCO, J. E., DE DOMINI, J. A., BUSSO, J. C. (1960). Concepción
integral y dinámica de la asistencia psiquiátrica. Ateneo, (1):91-8.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1960). Bases neurofisiológicas de toda terapéu-
tica psiquiátrica. Actas a la IV Conferencia Argentina de Asistencia Psi-
quiátrica, :103-107.
GARCíA BADARACCO, J. E., MONTEVECHIO, B. R., KOSSOy, ISABEL N. G.
(1961). Trabajo psiquiátrico y salud mental. Acta Neuropsiquiátrica Ar-
gentina, (7):67-70.
GARCíA BADARACCO, J. E., BUNGE, B. (1962). El problema de la actitud psi-
coterapéutica en la asistencia psiquiátrica. Acta Neuropsiquiátrica Ar-
gentina, VIII(4):289-96.
183
HERNÁN D. SIMOND
GARCíA BADARACCO, J. E., IPAR, O. J., SISTO, C., CERUTI, R., GAyUBO, F.
(1964). Reflexiones sobre el concepto de salud y enfermedad mental.
Revista Latinoamericana de Salud Mental, (6):23-26.
GARCíA BADARACCO, J. E., IPAR, O. J., SISTO, C., CERUTI, R., GAyUBO, F.
(1964). Los criterios de salud y enfermedad mental hasta el siglo XIX.
Revista Latinoamericana de Salud Mental, (6):27-30.
GARCíA BADARACCO, J. E., IPAR, O. J., SISTO, C., CERUTI, R., GAyUBO, F.
(1964). El concepto contemporáneo de salud y enfermedad. Revista La-
tinoamericana de Salud Mental, (6):31-4.
GARCíA BADARACCO, J. E., BARTOLINI, A., DORNBUSCH, A., WEIL, J. (1966).
Psicopatías y tratamiento psicoanalítico. En Rascovsky, A., Liberman,
D., (eds.). (1966). Psicoanálisis de la manía y la psicopatía. Buenos
Aires: Paidós.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1966). La sabiduría filosófica y el psicoanálisis.
Cuaderno de Psicoterapia, (1):61-9.
GARCíA BADARACCO, J .E., PROVERBIO, N., CANEVARO, A. (1970). La tera-
pia familiar en la Comunidad Terapéutica Psicoanalítica de pacientes
psicóticos. Grupo familiar múltiple y grupo familiar nuclear. Patología
y Terapéutica del Grupo Familiar, Actas del Primer Congreso Argen-
tino de Psicopatología del Grupo Familiar, :150-2. Buenos Aires: Edi-
torial Fundación ACTA.
GARCíA BADARACCO, J. E., PROVERBIO, N., CANEVARO, A. (1970). La reac-
ción terapéutica negativa y la influencia familiar, en Patología y Tera-
péutica del Grupo Familiar, Actas del Primer Congreso Argentino de
Psicopatología del Grupo Familiar, :221-5. Buenos Aires: Editorial
Fundación ACTA.
GARCíA BADARACCO, J. E., CANEVARO, A., CZERTOK, O. (1970). Co-terapia
y grupo familiar. Patología y Terapéutica del Grupo Familiar, Actas
del Primer Congreso Argentino de Psicopatología del Grupo Familiar,
:226-9. Buenos Aires: Editorial Fundación ACTA.
GARCíA BADARACCO, J. E., PROVERBIO, N. (1970). Las alianzas familiares en
la terapia de familias de psicóticos. Patología y Terapéutica del Grupo
Familiar, Actas del Primer Congreso Argentino de Psico-patología del
Grupo Familiar, :230-1. Buenos Aires: Editorial Fundación ACTA.
GARCíA BADARACCO, J. E., PROVERBIO N., CANEVARO, A. (1972). Trata-
miento de pacientes psicóticos. Acta Psiquiátrica y Psicológica de Amé-
rica Latina, XVIII(4):232-3.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1974). Reflexiones sobre los drogadictos y su
tratamiento. Las toxicomanías, Sociedad Argentina para el Estudio de
las Toxicomanías, I:1.
184
AUTORES DE REFERENCIA
Trabajos inéditos
GARCíA BADARACCO, J. E. (1984). Introducción al panel: ‘Casos difíciles’.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1996). Cuerpo y Psicoterapia.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1998). Sobre la noción de ‘objeto enloquece-
dor’.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1998). Ferenczi y el psicoanálisis contemporá-
neo.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1999). Dificultades de los procesos de des-iden-
tificación de las identificaciones patógenas. El exorcismo en psicoaná-
lisis. Presentado en la Asociación Psicoanalítica de Madrid.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1999). Multifamilia. Su abordaje psicoanalítico.
Presentado en las VI Jornadas del Centro Racker, Buenos Aires, sep-
tiembre de 1999.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1999). Psicoanálisis multifamiliar. Presentado en
el III Congreso de la APAG, Sitges, Barcelona, noviembre de 1999.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1999). La conceptualización psicoanalítica de los
grupos multifamiliares. Seminario en la Fundación Vasca para la In-
vestigación en Salud Mental, Barcelona, España, noviembre de 1999.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1999). Reflexión sur thérapie multi-familiale”,
presentado en el Seminaire de Formation en Travail Groupal, Centre
de Rencontres de Cartigny, Université de Genève, Suisse, diciembre de
1999.
GARCíA BADARACCO, J. E. (1999). Clínica del grupo multifamiliar. Curso
dictado en el XXXVIII Congreso Nacional de Psicoanálisis, Asocia-
ción Psicoanalítica Mexicana, México, diciembre de 1999.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2000). El padecimiento humano y la cura psi-
coanalítica. La presencia de los otros en el sufrimiento psíquico.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2001). Naturaleza de los problemas del psicoa-
nálisis con los así llamados ‘pacientes difíciles’.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2002). Ubicación de Ferenczi en el campo de la
psiquiatría.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2002). Comentario sobre el trabajo de Enrique
Pichon-Rivière: Neurosis y psicosis: una teoría de la enfermedad.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2003). Sobre terapias combinadas en esquizo-
frenia.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2004). Avatares de la integración: psicoanálisis,
psiquiatría y psico-farmacología.
GARCíA BADARACCO, J. E. [2006). Virtualidad sana.
GARCíA BADARACCO, J. E. (2006). Acerca de la problemática sobre la ‘neu-
tralidad’ del analista.
188
AUTORES DE REFERENCIA
190
Terminología de psicoterapia de grupo
Plexo
Cat. Plexus. Eusk. Plexu. Gal. Plexo. Ing. Plexus. Fr. Plexus. It. Plesso.
Port. Plexo. Al. Plexus.
Término con el que definimos la red íntima formada por aquellas per-
sonas que han establecido una particular, significativa y determinante re-
lación con una persona. Fundamentalmente alude a aquellos miembros
significativos del grupo familiar con los que una persona se ha ido consti-
tuyendo. También podemos utilizarlo para aludir a aquellas otras perso-
nas que han contribuido a la formación de un individuo en un área
determinada como por ejemplo la profesional en cuyo caso llamaríamos
plexo profesional.
El término plexo procede del latín plexus, participio del verbo plecto
que significa trenzar, entretejer. Sin embargo, también tiene vínculos con el
término griego2 Πλέγμα (Plegma) que significa red tejida o entretejida fuer-
temente, “y se utiliza en medicina para designar la red formada por varios
filamentos nerviosos y vasculares entrelazados” (DRAE, vigésima segunda
edición). En otros diccionarios, “red o entrecruzamiento imbricado de ner-
vios” (Enciclopedia Salvat). En anatomía, y más concretamente en neuroa-
natomía, se describen cinco plexos primarios (cervical, solar, branquial,
lumbar y sacro) que son redes de intersecciones nerviosas que atienden a de-
terminadas áreas corporales. El término fue discretamente introducido por
Foulkes en su trabajo de 19752 y no aparecen referencias posteriores de otros
autores que traten de profundizar en él.
1 Nuestra amiga Zoe Voyatzaky nos comenta que a su entender proviene del término Πλέγμα -Plegma
which means a tightly knit net. The verb πλέκω(pleko) where this comes from means to knit
2 Foulkes, S. H. (1981)[1975]. Psicoterapia grupoanalítica. Barcelona.
191
TERMINOLOGÍA DE PSICOTERAPIA DE GRUPO
vés de los siglos, durante un tiempo que no se conoce límite” (:70) con
lo que introduce sutilmente la idea de “red cronológica vertical o longi-
tudinal”.
Bibliografía
Foulkes, S.H. (1981)[1975]. Psicoterapia grupoanalítica. Barcelona: Ge-
disa.
194
Nuestra hemeroteca
195
NUESTRA HEMEROTECA
─ naTiv, g. (2011). The evident, the secretive and the mysterious in ana-
lytic group Psychotherapy. Group Analysis. The International Journal
of Group-Analytic Psychotherapy, 44(4):408-20.
199
Libros que ayudan a pensar
MIGUEL PÉREZ SILVA
200
LIBROS QUE AYUDAN A PENSAR
1 La revista Online Clínica e Investigación Reacional ha publicado algunos fragmentos de varios capítu-
los de esta obra que estamos comentando. Pueden consultarse en http://www.psicoterapiarelacional.es/
CeIRREVISTAOnline/CeIRValoreycomentelostrabajospublicados/tabid/661/articleType/Category
View/categoryId/92/Coderch-Joan.aspx.
201
MIGUEL PÉREZ SILVA
trabajos que en la actualidad se han ocupado del tema, así como los autores
que no están a favor de la revelación y los que sí se muestran favorables.
Coderch nos dice que se ha de distinguir entre revelación y lo que es una
autorrevelación. Confiesa que no es muy partidario de la autorrevelación,
utilizándola en contadas ocasiones y tan solo cuando le puede ser útil al pa-
ciente y pueda entenderse a través del efecto que provoca en él.
La posición de Coderch en relación a las metas del psicoanálisis, en-
tendiendo por metas “aquello que se aspira a lograr con el análisis, en el
sentido de cambios y modificaciones en la mente del paciente”, es clara. Es
y debe ser terapéutica (p. 236). Los resultados serían lo observable, aquello
que el paciente puede observar y, por ende, los cambios que puede detectar
en su relación con el entorno. Los procesos son los diferentes medios que
emplean las diferentes escuelas a lo largo del tratamiento.
Concluye este capítulo poniendo énfasis en lo que viene reiterándose a
lo largo de los anteriores: que “la interacción y la relación son los medios
esenciales en los que se basa la práctica del modelo relacional” y que “toda
interpretación es un acto relacional y toda relación se sostiene sobre la
mutua interpretación entre paciente y terapeuta” (:237).
En el último capítulo, La relación paciente-analista como agente tera-
péutico, se recapitula y se ordena toda la información que se ha tratado an-
teriormente. Es el capítulo que contiene más ilustraciones clínicas y
podemos deducir, a través de ellas, cómo trabaja el autor desde el modelo
relacional.
Se resalta la importancia de aquellos que han contribuido a poner de
relieve el significado terapéutico de la relación: la psicología del self
(Kohut), el intersubjetivismo (Stolorow y colaboradores), la teoría de la
interacción (Miller y Dorpat), el Grupo de Boston (Stern, Lyons-Ruth y
otros) y el psicoanálisis relacional (Mitchell). Para Coderch, el psicoanáli-
sis relacional es, dentro de todos estos movimientos, aquel que “ofrece una
perspectiva más amplia dentro de la que pueden incluirse las otras orienta-
ciones sin perder sus rasgos peculiares” (:240). Así, sea cual sea la escuela
o modelo, si concede importancia a la interacción, a la influencia entre pa-
ciente y terapeuta y contempla la relación como agente terapéutico, puede
acogerse bajo el nombre de psicoanálisis relacional.
Coderch se reafirma en la importancia de la relación en el proceso te-
rapéutico ya que, por sí misma, constituye una fuerza suficiente para pro-
ducir modificaciones psíquicas. La personalidad del terapeuta es
fundamental porque, para que se produzcan estas modificaciones, el tera-
peuta debe ser percibido como objeto bueno, un objeto bueno con unas de-
205
MIGUEL PÉREZ SILVA
206
Reflexiones...
MALCOLM PINES
1 Es difícil traducir el significado original de este sufijo inglés. En español, el equivalente a este grupo de
palabras inglesas que designan cualidad, estado o condición no se forma necesariamente con un solo su-
fijo.
207
MALCOM PINES
208
REFLEXIONES ...
Ahora bien, tal como puede estar pensando el lector, voy a pasar a ver
qué significa esto de los “ismos” en psicoterapia de grupo. En primer lugar
debemos encontrar alguna forma de identificar las similitudes y las dife-
rencias en el terreno en el que nos movemos. Todos conocemos las clásicas
diferencias del análisis en el grupo, del grupo y por el grupo. La preposi-
ción en hace referencia a la antigua forma de entenderlo de Alexander Wolf
y Emmanuel Schwartz, que fueron los pioneros de la psicoterapia de grupo
americana en los años 30 y 40. La preposición de hace referencia de forma ex-
clusiva a aquellos enfoques que observan el grupo como un todo, en especial
según los de la escuela de Tavistock y más tarde el enfoque de Yvonne Aga-
zarian. La preposición por es el que se atribuye a la tradición de Foulkes.
Bibliografía.
BION, W. (1962). Learning from Experience. (London: Heinemann). Existe
versión española: Bion, W. (1980). Experiencias en grupos. Barcelona:
Paidós
BROWN, D., WILKE, G. (2003). Building on Bion Roots: Origins and Con-
text of Bion’s Contributions to Theory and Practice. London: Jessica
Kingsleey Publ.
BROWN, D., WILKE, G. (2003). Building on Bion: Branches: Contemporary
Developments and Applications of Bion’s Contributions to Theory and
Practice London: Jessica Kingsleey Publ
HOGGETT, P. (1992). Partisans in an Uncertain World: The Psychoanalysis
of Engagement. London: Free Association Books
NITzGEN, D. (2001). Training in Democracy, Democracy in Training: Notes
on Group Analysis and Democracy. Group Analysis, 34(3):331-47
OGDEN, T. (1986). The Matrix of the Mind. (New Jersey: Jason Aronson).
Existe edición española: Ogden, T. (1989). La matriz de la mente. Las
relaciones de objeto y el diálogo psicoanalítico. Madrid: Tecnipublica-
ciones
PINES, M.; SCHLAPOBERSKY, JOHN (2003). In M. G. Gelder, J. J. López Ibor,
N. Andreason (2003). The New Oxford Textbook of Psychiatry. Oxford:
Oxford University Press
VAN SCHOOR, E. (1997). Socio-cultural aspects of British and American
Group Psychotherapy. Group Analysis, 30(1):27-48
Recibido el 16 diciembre 2011
Aceptado el 24 diciembre 2011
Último borrador 4 de abril de 2012
215
Instituto de Grupoanálisis
de la Fundación OMIE
EN PREPARACIÓN:
• Seminario conducido por Mario Marrone
• Seminario conducido por Morris Nitsun
&
Información para aquellos
que quieran aportar sus trabajos
221