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Teoría del objeto ambiguo en el arte

contemporáneo

Elena Oliveras

Profesora Asociada, a cargo de la cátedra Estética,


Departamento de Artes, FFyL, UBA

¿Obra de arte u objeto extraartís- línea movediza, infinita, que separa lo


tico? No son pocas las obras del siglo conocido (lo que queda de nuestro
XX que se presentan como objetos lado: la Tierra) de lo desconocido (las
ambiguos que interrogan sobre su profundidades del Mar). No es casual
propio estatuto ontológico. ¿Son o no que haya sido allí donde encontrara
obras de arte? “l’objet du monde le plus ambigu”, un
Eupalinos o el Arquitecto (1923), objeto que podría pertenecer tanto
un dialogue de morts que Paul Valéry al mundo de la naturaleza como al
imagina entre Sócrates y Fedro, resulta del arte. La incógnita será si lo retiene,
una excelente introducción al tema en encontrándole un lugar dentro de la
cuestión porque describe, de manera ontología platónica, como objeto de
brillante, en qué condiciones surgen menor (arte) o de mayor (naturaleza)
aquellas preguntas y las posibles re- jerarquía, o bien si lo desecha.
acciones del espectador. En el diálogo Además de la metáfora geográfica,
valeriano el espectador es alguien es también significativa la edad de
altamente calificado: Sócrates. ¿Pero Sócrates. “Yo tenía apenas dieciocho
será este paradigma del pensamiento años, y no conocía más que certezas”.3
racional, un “lector modelo” de la obra Y agrega:
de arte?1
1. Véanse las apreciaciones de Umberto Eco Aproximadamente en la mitad del “Yo iba no sé adónde, demasiado pleno
sobre el lector modelo en Lector in Fabula, Barce- diálogo, Sócrates describe algo que le de vida, a medias embriagado por mi
lona, Lumen, 1981 y Los límites de la interpretación, sucediera en tiempos de su adoles- juventud”. “El aire, deliciosamente rudo
Barcelona, Lumen, 1992. cencia: “Yo caminaba sobre el borde y puro, molestándome en el rostro y en
2. Valéry, Paul, Eupalinos¸ París, Gallimard, 1923, del mar, seguía una playa sin fin...”.2 El los miembros, se me oponía como un
p. 62. Traducción nuestra.. lugar no carecía de importancia. La héroe impalpable que era necesario
3. Ibid., p. 71. orilla del mar es, metafóricamente, esa vencer para avanzar. Y esta resistencia,

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siempre repelida, hacía de mí mismo,
a cada paso, un héroe imaginario,
victorioso del viento y rico en fuerzas
siempre renacientes, siempre iguales al
poder del invisible adversario... Así es la
juventud precisamente. Yo pisaba fuer-
temente el borde sinuoso, endurecido y
machacado por la ola. Todas las cosas
que me rodeaban eran simples y puras:
el cielo, la arena, el agua...”.4

De pronto algo interrumpe ese


ordenado mundo de cosas simples
y puras:

“una de esas cosas que el mar arroja;


una cosa blanca, de la más pura Paul Valéry
blancura; pulida, dura y liviana. Brillaba
al sol, sobre la lamida arena, que es
oscura y sembrada de resplandores. La
tomé; soplé sobre ella, la froté sobre mi calma tan simplemente como el mar...
capa y su forma singular detuvo todos Esta pregunta que acababa de nacer,
mis otros pensamientos. ¿Quién te ha no carente de resonancias... comenzó
hecho?, pensé. No te pareces a nada y a crecer... me sentía cautivo de un
sin embargo no eres informe. ¿Eres el pensamiento...”.8
juego de la naturaleza, ¡oh! privada de
nombre, y llegada a mí, por los dioses, Sócrates adolescente no podía vivir
en medio de las inmundicias que el mar del lado de la “feliz incertidumbre” (La-
ha repudiado esta noche?”.5 can) del sujeto adulto. Exigía certezas.
A final del relato, sin embargo, ya ma-
¿De qué se trataba en realidad? ¿La duro, confiesa (siempre desde la visión
“cosa” que había arrojado el mar era de Valéry, claro está) que, de tener que
un producto de la naturaleza? ¿Una elegir otra vida, se convertiría en artista,
osamenta de pescado? ¿Un trozo de con lo cual acepta la “feliz incertidum-
marfil tallado por un artista? ¿Producto bre” rechazada en los comienzos.
de un tiempo indefinito (de la natura- No son pocos hoy los que, como
leza) o definido (del arte)? ¿Qué era en el Sócrates adolescente, frente a una
realidad el extraño objeto que no ca- obra de arte, exigen certezas. Quieren
sualmente Sócrates califica de “pobre” y seguridad; “vencer al viento, convir-
Fedro de “maravilloso”? Imposibilitado tiéndose en portentosos héroes ima- 4. Ibid., p. 62
de resolver esta avalancha de pregun- ginarios”. Solo admiten “cosas simples 5. Ibid., p. 65.
tas, el joven Sócrates decide arrojar el y puras”; por eso, cuando se encuen- 6. Jauss, Hans Robert, Experiencia estética y herme-
objeto al mar. Y al hacerlo, como indica tran con objetos ambiguos los arrojan néutica literaria, Madrid, Taurus, 1986, cap. 5. “Las
Jauss en su análisis del texto de Valéry, fuera del campo de su atención. No reflexiones infinitas que él (el objeto ambiguo)
“se hace filósofo”.6 entienden lo que ven. Tocados en su me hizo hacer, pudieron conducirme tanto al
“El agua saltó y te sentiste aliviado”, sentimiento de inseguridad, devuel- filósofo que fui como al artista que no fui”, dice
concluye Fedro.7 Pero no fue así: ven la agresión desechando las “in- Sócrates en el diálogo de Valéry (Eupalinos o el
mundicias” (“que el mar ha repudiado”, Arquitecto, op. cit., p,. 61).
“El espíritu no rechaza tan fácilmente agregaba Sócrates). No sabemos si el 7. Valéry, Paul, Eupalinos, op. cit., p. 68.
un enigma”. “El alma no recupera la enigma ha seguido dando vueltas en 8. Ibid.

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Teoría del objeto ambiguo en el arte contemporáneo

Exponentes contemporáneos
de la ambigüedad
Existen, en las obras de arte
contemporáneas, distintos niveles de
presentación de la ambigüedad. Los
más “dramáticos” son aquellos en los
que el espectador prolonga el estupor
del joven Sócrates. Es el caso paradig-
mático del Secador de botellas (1914)
de Marcel Duchamp, un objeto no
artístico que la “institución arte” Dickie
convierte en artístico. Los señalamien-
tos de personas (Vivo Dito) de Alberto
Greco, a comienzos de la década del
‘60, también reiteran la problemática
división entre lo que es arte y lo que
Sócrates no lo es.
En otros casos, menos drásticos, se
reconoce la categoría de “obra” pero no
hay certeza sobre su nivel. Lo que esta-
sus cabezas, si se habrán “detenido” mos viendo: ¿es obra acabada, “mayor”
para “después volver”: “Detenerse, u obra preparatoria, “menor”? Reten-
después volver, ¡he aquí lo que es dremos tres ejemplos de la Documen-
pensar!”, explica Fedro.9 No sabemos ta X de Kassel (1997). Uno de ellos es
si el pensamiento les ha dado “alas”.10 Atlas, del reconocido artista alemán
Lo que sí sabemos es que los objetos Gerhard Richter. Se trata de un work in
ambiguos requieren de una particular progress infinito iniciado en 1962, una
poiesis del espectador, convertido en obra en permanente “retardo”, para
9. Ibid., p. 70. coautor de la obra. Como apunta decirlo con Duchamp. Este paradigma
10. Ibid. Jauss, “el propio estatus estético se de la “estética del archivo”, de acuerdo
11. Jauss, Hans Roberto, op. cit, p. 110. convierte en problema, y el espec- con Benjamin Buchloh,13 está integra-
12. Hegel, G. W. F., Introducción a la Estética, tador, ante un objet ambigu, vuelve do por pequeños dibujos, bocetos, y
Barcelona, Península, 1985. Si acepta finalmente a verse de nuevo en la situación de fotografías. Todos preparatorios de sus
el empleo de la palabra Estética no es porque le tener que preguntarse y decidir si obras “acabadas”.
importe poco el nombre, “sino porque este térmi- dicho objeto puede tener derecho a Fueron 633 paneles conteniendo
no ha recibido título de validez en el lenguaje ser todavía, o también, arte”.11 alrededor de 5.000 imágenes los que
corriente, lo que, de por sí, es un argumento En esta nueva estética de la recep- ocuparon el amplia ala izquierda del
importante en favor de su aceptación” (p. 22). ción lo que declina, evidentemente, es Museo Fridericianum, un lugar destina-
13. Sinopsis, muestra de Gerhard Richter, tuvo lu- el concepto de contemplación. Será do a los high lights. ¿Cómo era posible
gar en el Museo de Arte Decorativo, Buenos Aires, la atención investigativa, el compor- que Richter, uno de los más renombra-
del 11 de junio al 27 de julio de 2010. Contó con el tamiento teorético del espectador, dos artistas alemanes, se limitara a ex-
auspicio del Instituto Goethe de Buenos Aires. maduro y experto, el que se convertirá poner obras menores? Es que, para él,
14. Atlas es considerado por Benjamin Buchloh en estético, siempre y cuando demos no existen en realidad “obras menores”,
un paradigma de la estética del archivo, en la al término estético un significado más como tampoco existe un estilo único
que también se incluyen artistas como Bernd e amplio que el habitual. Presintiendo para cada artista. Por esto acostumbra
Hilla Becher, Anselm Kiefer, Reinhard Mucha o la presencia de un arte cada vez más exponer, simultáneamente, pinturas
Christian Boltansky. “Fotografiar, olvidar, recordar: conceptual, Hegel advirtió, ya en las figurativas, fotorrealistas, junto a otras
Fotografía en el arte alemán de posguerra”, en primeras décadas del siglo pasado, la abstractas, informalistas. Así lo hizo en
Jiménez, J. (ed.), El nuevo espectador, Madrid, inadecuación del término “estético” (del su muestra Sinopsis, presentada en el
Fundación Argentaria, 1998, p. 67. griego aisthesis = sensación).12 Museo de Arte Decorativo en 2010.14

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Elena Oliveras

En la misma actitud de Richter, Géneros híbridos


Hans Haacke, se limitó a pegar “humil- No son pocas las obras de arte
des” afiches en las calles de Kassel en contemporáneo en las que resuena,
los que denunciaba los efectos malsa- en el nivel de la división por disciplinas,
nos del esponsoreo. Ambos parecían una misma ambigüedad clasificatoria.
defendernos de la necesidad de cla- Ella (1997), de Marta Ares, ¿es un texto
sificar. Necesidad sobre lo que ironizó poético o una imagen plástica? Encon-
el artista belga Marcel Broodthaers. tramos palabras y también montaje y
Su proyecto Museo de Arte Moderno. color. En este logografismo los límites
Departamento de las Águilas. Primera han sido discretamente deslizados. Lo
sección Siglo XIX (1968), recreado en mismo sucedió en otro trabajo de la
la X Documenta, tuvo una ubicación artista presentado en el Centro Cultual
casi simétrica con el “archivo” Richter. Recoleta en 1994. Se trató de una vasta
La “colección” Broodthaers –integrada instalación que debía ser atravesada
por pequeños cuadros con la imagen
omnipresente del águila– ocupaba el
ala derecha del Museo Fridericianum. La atención investigativa, el comportamiento
En Figura 0 podíamos leer: “Melancolía,
agrio castillo de las águilas”. Par-
tiendo de la carga poética que para teorético del espectador maduro y experto son los
Broodthaers tiene la imagen del ave,
iniciaba una clasificación paródica,
provocativamente subjetiva. Cualquier que se convertirán en estéticos (...).
objeto, aun el más banal (una botella
de whisky, una silla, una caja de
cigarrillos) podía entrar en su Museo por el espectador. La acción no estaba Secador de botellas, de Marcel Duchamp, 1914.
siempre y cuando tuviera la imagen exenta de peligros ya que el desplaza-
del águila. En el caso de que no la miento se hacía por estrechos pasillos
poseyera, y si el objeto le interesaba limitados por bateas llenas de agua
particularmente, forzaba la inclusión de las que salían “clavos” de puntas
agregándosela con posterioridad. afiladas. En el centro de esas bateas
Así ingresó, por ejemplo, el mingitorio había sido ubicado un “señuelo”, un
de Duchamp. texto al que solo podían acceder los
En una orientación similar, Alicia que se aproximaran a él e inclinaran su
Herrero cuestionará los “títulos de cuerpo sin temor a ser heridos por los
nobleza” que otorgan determinadas “clavos”. El texto de Ares decía: “Todo
clasificaciones. ¿Qué hace que algunos tiene sentido. Hasta que me levanto
objetos sean vistos como artísticos, al día siguiente. Anoche, en sueños,
propios de una colección y otros no? maté a dos personas. El problema era
Al poner en un mismo display piezas dónde poner la sangre. Eso es mucho
prestigiosas (como un jarrón chino del más coherente que la mayoría de las
siglo XVII o una salsera de Limoges) cosas que debo hacer durante el día.
junto a objetos industriales que el ama Por ejemplo, decirte que te amo”. La
de casa usa todos los días (una taza, ambigüedad del contenido repetía la
una tetera, una jarra para vino, por situación de ambigüedad clasificatoria.
ejemplo), ella pone en tela de juicio La obra de Ares, ¿era una instalación
las clasificaciones institucionalizadas lingüística o visual?
legitimando, al igual que Broodthaers, La categoría de la ambigüedad
la acción del sujeto en el libre juego de está también presente en géneros
su poder de elección. “híbridos” donde se mezclan lo visual y

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lo sonoro. Es el caso de La Ascensión de


Jorge Macchi, una obra de arte visual y
musical presentada en el marco de la
Bienal de Venecia Nº 51 (2005); ocupó
el Antico Oratorio San Filipo Neri, un
edificio barroco del siglo XVIII que es-
tuvo destinado a la ejecución de piezas
musicales religiosas.
Esa instalación visual site specific in-
cluía el sonido de una viola da gamba,
instrumento típico de la época barroca.
Tuvo por eje temático una pintura de
techo que representaba el momento
en el que la Virgen María se elevaba
entre nubes mientras los ángeles le
arrojaban rosas.
Parodiando la ascensión de la
virgen, Macchi ubicó sobre el piso,
justo debajo de la pintura del techo,
una cama elástica de similar forma y
tamaño (aproximadamente 8 x 6 m
Arriba: el museo Fridericianum y la muestra y 0,80 m de altura). Sobre ella, un
Documenta. Abajo: La Ascensión, de Jorge Macchi. acróbata saltaba durante unos 15
minutos mientras se escuchaban los
sonidos de la viola da gamba, según
la partitura del compositor argentino
Edgardo Rutnitsky. El sonido aurático
del antiguo instrumento se mezclaba
con el sonido de percusión de los
elásticos de la cama por efecto de los
saltos del acróbata. Ese prosaico soni-
do de connotaciones eróticas jugaba
como clara contrapartida del ascenso
espiritual.
Podríamos preguntar frente a esta
y otras obras de Macchi: ¿estamos en
presencia de un artista visual sonoro
o de un compositor visual? Por otro
lado, ¿qué queda hoy de la instalación
de Macchi? La obra ha desaparecido
físicamente; no hay cama ni performer.
Pero ha quedado un espléndido libro,
con documentos fotográficos, planos,
partituras y escritos teóricos y un CD
con la música compuesta por Rudnits-
ky que puede ser escuchada una y otra
vez, como cualquier grabación musical.
De este modo, gracias a la reproducti-
bilidad técnica de la materia sonora, la
obra de Macchi puede ser apreciada

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Elena Oliveras

Sinopsis, de Gerhard Richter.

de modo parcial, casi como si estuvié- unívoca, de la “mayoración de lo Uno”;


semos en el Oratorio (o en una sala de quiebra “la ley de lo Uno en su primacía
conciertos). grandiosa”, para decirlo con Maurice
Blanchot.15
Un arte de la oscilación Un arte ambiguo es un “arte de
Los ejemplos aportados prueban la oscilación” que pone en evidencia
que la ambigüedad adopta múl- la inoperancia de términos enfáticos
tiples formas. Podríamos agregar –como en su momento fueron el de
los nombres de Franz West, Martin mimesis (Vasari) o el de abstracción
Kippenberger, Cindy Sherman, Helen (Greenberg)– en la interpretación y
Chadwick, Paul McCarthy, Mike Kelley producción de obras de arte. Oscila-
o Gabriel Orozco. En el arte argentino ción entre “objeto artístico” y “objeto
recordamos a Ariadna Pastorini, Marina extraartístico”, entre obras “menores”
De Caro, Mónica Van Asperen, Nicola y obras “mayores”, entre clasificacio-
Costantino, Roberto Elía y Dino Bruzzo- nes que la tradición legitima y otras
ne, entre otros. subjetivas; también entre disciplinas
¿De Caro, Pastorini, Costantino y específicas y entre motivos diver-
Van Asperen presentan objetos de gentes. Un arte ambiguo permite un
moda, de uso, decorativos u objetos tipo particular de experiencia deses-
artísticos autosuficientes? Por otra par- tructurante, que pone en evidencia
te, ¿cuál es el “nombre” de los objetos un estado de las cosas en el mundo
que presenta Elía? Vemos la imagen de hoy. Manifiesta el desarraigo y la
de un broche coincidiendo con la de desfundamentación del ser en la tardo-
una figura humana (un tema banal modernidad. Al tiempo que muestra,
junto a un gran tema del arte), pero él de manera eficaz, que la verdad de la
deja siempre abierto el nombre de las comprensión consiste en no com-
cosas. Por eso el broche abierto puede prender nunca nada definitivamente.
ser también parte de la letra K como Y esto es así porque –contrariamente a
el paréntesis puede ser la curva de la lo que pretendía Sócrates en Eupali-
mano y también la imagen de un par nos– las cosas no entran enteras en un
de alas. Como Elía, también Bruzzone mundo jerárquicamente ordenado;
en sus fotografías de maquetas de ciu- en el universo de la tardomodernidad
dades, de aeropuertos, de estadios de ellas están lejos de ser (parafraseando a
fútbol –que parecen más reales que lo Valéry) “simples y puras” como el “cielo, 15. Blanchot, Maurice, La escritura del desastre,
real– nos substrae de la identificación la arena o el agua”. Caracas, Monte Ávila, 1987, pp. 110-111.

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