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Maestros del siglo XXI, autocríticos y conscientes

Cuando un docente aplica a conciencia las competencias básicas


y profesionales de su oficio, estará en capacidad de desarrollar
las habilidades y los conocimientos de sus alumnos para
orientarlos a ser mejores seres humanos.
• Competencias básicas
• Competencias profesionales
• Más conciencia y motivación que vocación

"Un docente es alguien que ha decidido dedicar su vida a guiar y orientar


a otros seres humanos en el aprendizaje de un conocimiento. La relación
del docente con los niños y jóvenes debe ser de enseñanza y al mismo
tiempo de aprendizaje para él". Esta es una descripción breve pero
significativa del ser y el hacer de un maestro en palabras de Claudia
Pedraza Gutiérrez, coordinadora del programa de formación de docentes
y directivos del Ministerio de Educación Nacional.

Claudia también es docente y antes de trabajar para


el Ministerio enseñó. Estudió en la Universidad
Pedagógica de Colombia donde tuvo un profesor que
la marcó y dejó huella en todos sus compañeros. "El
profesor Urías Pérez me enseñó a ser muy reflexiva
y crítica frente a lo que se presenta tan evidente. Por
eso nos decía que la misión de ser maestra debe trascender la simple
transmisión de información hasta lograr una relación con seres humanos
ávidos de conocimiento".

En esa búsqueda para que sus colegas establezcan


relaciones más profundas con sus alumnos, Claudia
trabaja desde el Ministerio en la formulación y
estudio de las competencias básicas y profesionales
que deben desarrollar los profesores de educación
básica y media. Hoy el mundo exige nuevas
habilidades que no eran indispensables hace diez o quince años, hoy los
niños necesitan de esas habilidades para convivir en armonía con la
sociedad contemporánea y sólo las podrán obtener si sus profesores las
dominan.

Competencias básicas
Son aquellas competencias esenciales que cualquier maestro, de
cualquier nivel o escalafón debe tener interiorizadas para cumplir con su
misión orientadora. Saber leer, escribir, hablar y comunicarse
conscientemente, ya que su principal tarea es mantener una relación de
mutuo entendimiento con sus alumnos.

· Saber leer: "De eso depende el éxito de su desempeño", asegura


Claudia, "hemos notado con las pruebas de desempeño que a los
maestros no les va bien en compresión de lectura". Es preocupante
porque un maestro que no lee, que no comprende lo que lee es alguien
que difícilmente podrá interpretar el pensamiento de otros y entrar en
contacto con las mentes y diferentes personalidades de sus estudiantes.
· Segunda lengua: Esta es una de esas competencias que hasta hace
diez años no resultaba indispensable, pero que hoy, dadas las condiciones
globalizantes del mundo es fundamental.
· Convivencia y respeto por la diversidad: Según Claudia, "los
maestros deben saber trabajar en equipo para poder transmitir el sentido
de convivencia y fomentar las relaciones pacíficas entre sus alumnos y el
respeto por los Derechos Humanos".
· Interpretaciones gráficas y simbólicas: Poder comunicarse
cuantitativa y cualitativamente y saber leer la información que se
presenta de manera tanto abstracta como lógica.
· Valorar el medio ambiente y poder comunicarse con él: Esta
competencia es imprescindible si tenemos en cuenta la fuerza que cada
día cobra el tema medio ambiental y la responsabilidad tan profunda que
tienen las nuevas generaciones con el planeta, vivir en armonía con la
naturaleza.
· Formación constante: Indica una obligación de los maestros:
capacitarse constantemente, nunca suspender su formación, leer,
preparase cada día mejor, etc.
· Uso responsable de las tecnologías de la información y la
comunicación: Igualmente es una exigencia para el maestro su
participación responsable en las comunidades virtuales, como ejemplo de
razonamiento y estudio de nuevos fenómenos informáticos y de
interrelaciones.

Claudia asegura que todas las competencias que el docente desarrolla y


en las que se forma deben empezar a ser aplicadas desde el momento
mismo en que él decide como proyecto de vida guiar y orientar a otros en
su desarrollo como seres pensantes.

Competencias profesionales ]
De su apropiación por parte de los docentes depende que estos puedan
transmitir y fortalecer el conocimiento con principios de responsabilidad
social. De la interiorización y ejecución de estas competencias pende el
desarrollo cultural, científico y social del país. Son competencias
relacionadas con su metodología de trabajo y su integridad humana.

· Reconocer y valorar el desarrollo individual de sus


alumnos: Tienen que asumir y entender a sus alumnos como individuos
y no como una masa. Los procesos de aprendizaje y comprensión son
personales, así como el interés por conocer, indagar, aprender...". No se
puede unificar con una fórmula o receta lo que hay que hacer para
enseñar, es algo que nace del criterio, el bagaje y la conciencia del trabajo
del profesor", explica Claudia.
· Formular proyectos y trabajar el conocimiento
didácticamente: Así en las aulas el conocimiento se transformará
abriendo las puertas a nuevas interpretaciones y aplicaciones. De esta
manera el conocimiento se vuelve algo dinámico que los alumnos pueden
emplear en sus vidas.
· Diseñar, construir y desarrollar ambientes de
aprendizaje: Propender por la interacción de sus alumnos con espacios
que les permitan aproximarse a diversos tipos de relaciones humanas,
con el medio ambiente, con la ciencia, con las letras, con el arte, etc.
· Mejorar las estrategias pedagógicas: El docente debe actualizarse
constantemente para ser innovador en la transferencia del conocimiento.
También debe poder hacer un autoseguimiento de los procesos formativos
que ha emprendido con sus alumnos y ser autocrítico.
· Aprendizaje autónomo y continuo: Se trata del interés del maestro
por experimentar, indagar, leer, preguntarse constantemente.
En reducidas cuentas, el maestro debe desarrollar sus competencias
profesionales para promover la formación de identidades en sus alumnos,
proporcionándoles un pensamiento crítico y reflexivo, teniendo en cuenta
y respetando el contexto (social, económico, religioso, cultural) en el que
se desarrolla cada niño.
Más conciencia y motivación que vocación ]
Lo que en otros tiempos se llamaba vocación, hoy
en el ámbito de la docencia en Colombia debe
entenderse más como motivación, "es esa fuerza y
ese entusiasmo que deben tener los maestros para
orientar el desarrollo de las competencias en los
otros", señala, Claudia, y agrega que el
complemento esencial para esa motivación es la conciencia: "Cuando
todos (docentes, padres de familia, entidades estatales regidoras de la
educación, ciudadanos, etc.) entremos en conciencia de lo importante que
es el papel de los maestros en la felicidad de nuestros niños y jóvenes y
en su formación, no solo como bachilleres o profesionales, sino como
seres humanos, los esfuerzos individuales de los profesores o de los
colegios se verán más nítidos".

Sin embargo es difícil determinar si los maestros son


conscientes del papel que desempeñan en el
desarrollo de la sociedad. Basándose en la
participación de los maestros en programas de
formación que ofrece el Ministerio de Educación
Nacional y muchas instituciones, Claudia puede
inferir que sí hay un compromiso notorio de los docentes por actualizarse,
pero esos esfuerzos no se evidencian en el desarrollo de los niños como
debería. "Uno ve ese compromiso, pero en los resultados de pruebas que
se aplican a estudiante y profesores (pruebas SABER, ICFES, Pruebas en
Periodo de Prueba, de Desempeño y por Competencias para Ascenso), no
se refleja ese compromiso".

La incógnita está planteada para ser resuelta por cada maestro y su


conciencia, evaluando qué tan racional y certera es la aplicación que hace
de las competencias en su formación y trabajo. Los docentes del siglo XXI
tienen, ante todo, la tarea de evaluarse constantemente y encontrar el
sentido de su labor.

TOMADO DE : COLOMBIA APRENDE.

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