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BIOETICA DEL COMIENZO DE LA VIDA

Presentado por:
GERALDINE MORALES LONDOÑO.
ALEJANDRA VALLEJO YELA.
Presentado a:
ALBA LUCIA VELEZ.

UNIVERSIDAD DE CALDAS
ETICA Y BIOETICA PARA ENFEREMERIA.
MANIZALES CALDAS- 07-NOVIEMBRE-2017
BIOETICA DEL COMIENZO DE LA VIDA
En la actualidad los numerosos procedimientos, exámenes diagnósticos y de control
y todo lo relacionado a la medicina y el cuidado de la salud que enfrenta una mujer
en estado de gestación han dado pie para la creación de muchos conflictos, por
medio de los cuales se exponen los desacuerdos que pueden surgir entre la madre,
el feto y el equipo médico.
Otro tipo de conflictos que se pueden crear son los asociados a la atención que la
mujer en embarazo sufre al no conseguir ser atendida a tiempo, en el momento del
parto por maltrato por parte del equipo de salud; estos conflictos se pueden
presentar desde el comienzo del embarazo hasta el final, afectando drásticamente
la salud en general de la paciente.
Todos los juicios ético morales, la naturaleza humana y la forma de ser de las
mujeres han llevado a que se piense que cuando una mujer se encuentra en
embarazo ella tiene un “deber” ético moral el cual debe defender.
Cuando se presentan conflictos debido a procedimientos realizados a la madre, el
personal de salud debe de tener claro que aunque todos sus esfuerzos sean
dirigidos al bienestar del feto este depende completamente de la madre, sin
embargo la prioridad es el feto sin crear un detrimento a la madre.
Todo procedimiento o medio diagnostico que se realice a la mujer debe de evaluarse
por medio del sistema costo beneficio por el cual se tiene en cuenta la autonomía
de la madre y la beneficencia para el feto, por lo cual si la madre se opone a dicho
procedimiento se deberá respetar ya que está haciendo ejercicio de su autonomía.
En el marco del conflicto materno fetal es de vital importancia conocer la edad
gestacional del feto ya que por medio de esta se determina si el feto ya puede vivir
fuera del vientre de la madre, en la actualidad se sitúa entre la 22 – 24 semana
gestacional, este número tiende a disminuir con la tecnología y el uso que se le da
a la misma por parte del personal de salud. Por el contrario para los fetos de menos
de 22 semanas se pueden crear conflictos mayores pues a esta corta edad
gestacional la madre puede ejercer completamente su autonomía y decidir si
continuar el embarazo o no.

Otras cosas a tener en cuenta al momento se solucionar este tipo de problemas es


el estado en que se encuentra la paciente como su edad gestacional, el estado
mental, el estado de animo, los comentarios hechos por su pareja sentimental o
familiares, el estado de vulnerabilidad, la religión, las condiciones económicas,
sociales y familiares. Del mismo modo la relación que se crea con el personal de
salud debe ser lo mejor posible, para la madre se debe crear una confianza, una
aceptación, el profesional deberá comunicar de una forma correcta, explicar en qué
consiste la patología, cuáles son sus causas y sus riesgos, de igual modo presentar
una serie de tratamientos o procedimientos a elegir, deberá explicar cuál es el más
recomendado pero siempre desde una postura adecuada no interponer sus
opiniones sobre las decisiones de la madre, para asi crear una forma autónoma.
Las angustias, creencias, dudas, incertidumbres y preocupaciones maternas deben
ser aclaradas con respuestas verdaderas o las más ajustadas a la verdad. Además,
ofrecer puntos de vista diferentes para que la madre no se sienta recriminada; todos
ellos son recursos que debe utilizar el médico en favor de la madre y el feto.
La influencia del padre en la toma de decisiones de los conflictos maternos fetales
es tan importante como el de la madre; sin embargo, es la madre la que lleva
implícito todos los riesgos del embarazo, de los procedimientos diagnósticos y
terapéuticos; y, además, es ella el soporte total de su hijo por nacer.
Para poder tomar decisiones, en cuanto a los conflictos médicos fetales, las
pacientes buscan y desean una más amplia y mejor información médica. En
consecuencia, se hace necesario que el equipo de salud tenga los conocimientos
médicos y bioéticos que hagan más factibles y satisfactorios la relación del personal
de salud y el paciente.
Hay una serie de herramientas que ayudan a mejorar o solucionarlos, uno de los
más importantes es el diálogo. Las condiciones para que sea efectivo son: respeto
y dignidad por el otro, tener en cuenta los valores de la mujer embarazada, ser
tolerante, manifestar confianza y confidencialidad hacia el paciente, ser honesto y
veraz. Cuando no es posible llegar a un acuerdo, se puede utilizar el Comité de
Ética, el cual es pluralista y se pueden conocer otras opiniones.

Intervenciones disruptivas al comienzo de la vida humana: un debate bioético


y del bioderecho sobre la “pena de muerte” prenatal:
El aborto es la interrupción de la gestación de un nuevo ser humano, es la
intervención que más ha generado debate en los últimos tiempos con respecto a “la
pena de muerte neonatal” desde la perspectiva de la bioética y el bioderecho, que
se concibe como el acto de acabar deliberadamente con la vida: prima facie, la del
el neonato no deseado. Puesto que debemos siempre recordar la dignidad de todo
ser humano, desde el preciso momento en que su vida es concebida, puesto que
desde ese mismo instante contamos con el derecho a la vida y se nos debe respetar,
es por esto que la despenalización del aborto en ciertas circunstancias conlleva a la
pena de muerte, lo que trae connotaciones bioéticas, biomédicas, biopoliticas, y del
bioderecho.
Este asunto, materia de debate dentro del discurso dialógico de la bioética y del
bioderecho, admite que se susciten cuestiones ante los avatares de las biopolíticas,
en el auge de la globalización, que se dirigen a indagar sobre ¿cuándo debe finalizar
está vida?, Cuándo es lícito intervenir para interrumpir el curso natural de nacer, De
qué forma y en qué circunstancias es éticamente permisible truncar la existencia
humana. Puede considerarse cualquier acción de intervención sobre el continuum
biológico de la vida como una pena de muerte.
Pena de muerte al comienzo de la vida: la “pena de muerte”, representada en el
aborto, es la violación más clara sobre el derecho a la vida. La pena de “muerte
prenatal” es la disrupción de la vida cuando empieza a desarrollarse en el seno de
la madre un nuevo ser humano: impidiéndose así su desarrollo de orden biológico,
embriológico, ontológico y de su ciclo vital como persona única e irrepetible.
Cuando se produce la interrupción voluntaria del embarazo, plantea problemas
éticos, en virtud que es producido con el concurso de la voluntad que implica la
responsabilidad del sujeto. Vale decir, que también presentan cuestionamientos
indudablemente bioéticos, que forzosamente permiten reflexionar al bioderecho.
Es así como, estudiando el tema de la pena de muerte prenatal con ocasión del
aborto, en dos países distintos como lo son España y Colombia, se puede observar
desde la perspectiva de las Cartas Magnas en sendos ordenamientos jurídicos. Por
una parte, para Colombia, el Articulo 11 de la Constitución Política de 1991,
establece que “El derecho a la vida es inviolable no habrá pena de muerte”.
Asimismo, la Constitución Española señala en el Art. 15 “Todos tienen derecho a la
vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, puedan ser sometidos
a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de
muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de
guerra”.
Empero, tal como está concebido este Derecho Fundamental en las referidas
constituciones, podría a grandes rasgos colegirse que el derecho supremo de la
vida, es conferido a cada ser humano desde el momento de la concepción. Pero
este Derecho Fundamental no ha sido interpretado de tal suerte al tenor de la
biojurisprudencia.
Constitucional en la Sentencia C-355 del 2006:
“Se declarará por lo tanto ajustado a la Constitución el artículo 122 del Código Penal
en el entendido que no se incurre en delito de aborto, cuando con la voluntad de la
mujer, la interrupción del embarazo se produzca en los siguientes casos: a) Cuando
la continuación del embarazo constituya peligro para la vida o la salud de la mujer,
certificado por un médico; b) cuando exista grave malformación del feto que haga
inviable su vida, certificada por un médico; c) cuando el embarazo sea resultado de
una conducta, debidamente denunciada, constitutiva de acceso carnal o acto sexual
sin consentimiento, abusivo, o de inseminación artificial o de transferencia de óvulo
fecundado no consentidas, o de incesto”.
La Corte Constitucional se pronuncia en los siguientes términos: “…la vida y el
derecho a la vida son fenómenos diferentes. La vida humana transcurre en distintas
etapas y se manifiesta de diferentes formas, las que a su vez tienen una protección
jurídica distinta. El ordenamiento jurídico, si bien es verdad, que otorga protección
al nasciturus, no la otorga en el mismo grado e intensidad que a la persona humana.
Tanto es ello así, que en la mayor parte de las legislaciones es mayor la sanción
penal para el infanticidio o el homicidio que para el aborto. Es decir, el bien jurídico
tutelado no es idéntico en estos casos y, por ello, la trascendencia jurídica de la
ofensa social determina un grado de reproche diferente y una pena
proporcionalmente distinta”.
BIBLIOGRAFIA

 KIZER SAUL, EL CONFLICTO MATERO FETAL, REV OBSTET GINECOL


VENEZ (internet) , 2013, MAR (CITADO 2017 NOV 7 ). Disponible en:
<http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0048-
77322013000100001&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0048-7732.
 Intervenciones disruptivas al comienzo de la vida humana: un debate bioetico y del
bioderecho sobre la pena de muerte prenatal.
http://www.scielo.org.co/pdf/nova/v11n20/v11n20a12.pdf

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