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LA CORRUPCIÓN.

Alexander Ossa Vásquez

Institución Educativa San Clemente


Especialidad Agroindustrial
San Clemente, Gúatica, Risaralda
Octubre 2017

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LA CORRUPCIÓN

Alexander Ossa Vásquez

Ciencias Económicas y Políticas

Ancizar de Jesús Montoya Escudero

Institución Educativa San Clemente


Especialidad Agroindustrial
San Clemente, Gúatica, Risaralda
Octubre 2017

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Introducción.

La corrupción es un problema que afecta a toda la sociedad, pero que a la vez nos
involucra a todos en el origen de su crecimiento.
En el presente informe, se pretende explicar el concepto de corrupción, como
también dar a conocer sus causas y demostrar por qué todos estamos inmersos
en ella, para esto, se usa como objeto de explicación, citas y opiniones de
personas que se han tomado el trabajo de estudiar e indagar profundamente sobre
este fenómeno que está presente en todo momento y lugar.

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Objetivos

Objetivo General.

Explicar el concepto de corrupción y su incidencia en la sociedad, la economía, el


desarrollo y nuestra vida.
Objetivos Específicos.

-Definir el término corrupción utilizando como herramienta, fuentes de internet


donde se tiene una idea clara de su significado.
-Analizar la procedencia de la corrupción y la forma en que se propaga.
-Analizar la corrupción desde la cotidianidad hasta las grandes formas de
corrupción.

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¿Qué es la corrupción?

Según el diccionario de la Real Academia Española, corrupción, es la práctica


consistente en la utilización de las funciones y medios de las organizaciones,
especialmente las públicas, en provecho, económico o de otra índole, de sus
gestores.
El término “corrupción” suele ser utilizado para referirse a actividades ilícitas o
deshonestas dentro de organizaciones públicas estatales. En ese sentido, se
cataloga de corrupto a un político que saca provecho personal de los recursos del
Estado.
Ahora bien, corrupción no es un término solamente reservado para la actividad
pública, sino que también se utiliza para la actividad privada en empresas. Los
gerentes generales y cargos medios de las empresas privadas también son
pasibles de ser catalogados como corruptos si sacan provecho personal a través
de los recursos económicos de la empresa para la que trabajan. Este último sería
el caso de los dirigentes de la FIFA, por poner un ejemplo claro.
Según Petrus Van Dayne; “La corrupción es una improbidad o deterioro en el
proceso de toma de decisiones en el que un tomador de decisiones se desvía o
exige desviación del criterio que debe regir su toma de decisiones, a cambio de
una recompensa o por la promesa o expectativa de una recompensa. Si bien estos
motivos influyen en su toma de decisiones no pueden ser parte (legítima) de la
justificación de la decisión”.
Esta conceptualización es algo más fina que la definición literal y da cuenta de la
corrupción como un desvío de los criterios que debe seguir la toma de decisiones.
Lo novedoso de la definición de Petrus van Duyne radica en la posibilidad de que
la corrupción no sea ejercida directamente en primera persona, sino que sea
inducida por un tercero con más poder. Además, no solo se trata de los beneficios
inmediatos de ese desvío sino también de las expectativas a futuro.

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¿Dónde y cuándo se da la corrupción y quienes están inmersos en ella?

La corrupción se da en todo momento y lugar, desde lo que todos hacemos en


nuestra cotidianidad, hasta los sectores públicos, sectores privados, la
administración pública de cada nación, e incluso en la ciencia y el deporte.
Si creemos que contratar a dedo para una alcaldía o comprar el silencio de algún
testigo son las únicas expresiones de la corrupción, estamos viendo solo una parte
del problema. Algunos dicen que la inmoralidad es un cáncer social que impide
que progresemos, que perpetúa la pobreza y que para el momento en el que se
encuentra el país, debe eliminarse en su totalidad. No puede haber paz si no se
combate la corrupción, lo dice claramente la senadora Claudia López.

Sin embargo, solemos entender este asunto, que siempre ha acompañado al


hombre, como algo que solo se comete en las altas esferas. Es común oír en la
calle que los políticos son unas ratas corruptas o que los grandes empresarios
solo engordan sus cuentas bancarias a costa de esta práctica deshonesta, pero
somos indiferentes y hasta permisivos cuando se trata de sobornar al oficial de
tránsito, de pagar cupos para alguna fila o de dar un detallito para tener alguna
ventaja.
La corrupción la vivimos tan cerca, a diario, sin disimulos, que cuando nos pasa
por el lado, seguimos derecho. Nos hemos acostumbrado a leer múltiples noticias
constantemente sobre esta práctica, al punto de que pareciera estar aprobada
socialmente.
Nos sentimos orgullosos de nuestra “viveza criolla” porque la gente se cree más
astuta cuando se roba la señal de televisión o de internet. Las empresas se han
convertido “en papelería particular de empleados deshonestos, que se llevan para
su casa hojas de papel, lápices, bolígrafos y todo lo que hace falta para las tareas
de sus hijos”. Pero al mismo tiempo sermonean a los muchachos para que sean
honrados. Y se atreven a mirarlos a los ojos. Aquí seguimos creyendo que el fin
justifica los medios y que todo vale con tal de volverse rico. En los actos más
simples de la vida cotidiana repetimos que por la plata baila el perro. San Gregorio
Magno decía que los buenos, cuando se corrompen, son los peores.
¿Y después tenemos derecho a quejarnos? ¿No es hora ya de cambiar de actitud
y de rectificar el camino? ¿Hasta dónde va a llegar la perversión de nuestras
costumbres?

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Bibliografía
Arango, M. P. (27 de Septiembre de 2016). El Colombiano. Obtenido de www.elcolombiano.com

Arzabal, M. (Septiembre de 2015). VIX. Obtenido de www.vix.com

Gossaín, J. (09 de Diciembre de 2016). EL TIEMPO. Obtenido de www.eltiempo.com

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